Está en la página 1de 2

Filosofía de la acción

—¡Oh desgraciado!, ¡por el placer de comer, me he

Picoteaba un tordo los granos de un bosquecillo de mirlos, y complacido por el placer de sus
pepitas no se decidía a abandonarlo.

Filosofía de la acción
—¡Oh desgraciado!, ¡por el placer de comer, me he

Picoteaba un tordo los granos de un bosquecillo de mirlos, y complacido por el placer de sus
pepitas no se decidía a abandonarlo.

Filosofía de la acción
—¡Oh desgraciado!, ¡por el placer de comer, me he

Picoteaba un tordo los granos de un bosquecillo de mirlos, y complacido por el placer de sus
pepitas no se decidía a abandonarlo.

Filosofía de la acción
—¡Oh desgraciado!, ¡por el placer de comer, me he

Picoteaba un tordo los granos de un bosquecillo de mirlos, y complacido por el placer de sus
pepitas no se decidía a abandonarlo.

También podría gustarte