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La evasión fiscal es uno de los dolores de cabeza del Servicio de

Administración Tributaria (SAT) a causa de contribuyentes que han


ideado caminos para dejar de tributar al Estado.
La defraudación o evasión fiscal se da mediante el uso de comprobantes
fiscales falsos, omisión reiterada de la expedición de facturas, solicitar
deducciones por operaciones falsas, no llevar en orden los sistemas
contables u omitir contribuciones.
En 2012, el SAT registró que los impuestos no pagados por evasión fiscal
sumaron 483,000 millones de pesos, el equivalente al 3.1% del PIB. Es
por eso que a partir del 2014 y como resultado de la Reforma Fiscal tomó
varias medidas.
Una de ellas, señalada en el artículo 69B del Código Fiscal de la
Federación (CFF), es que mensualmente publica en su página de internet
y en el Diario Oficial el nombre de los contribuyentes vinculados a
esquemas de evasión mediante la venta de facturas que registran
operaciones inexistentes .
Hasta la fecha el SAT ha ventilado a 728 contribuyentes -623 personas
morales y 105 personas físicas-.
Además, aplica multas económicas, según los impuestos omitidos y la
reincidencia del caso. Las sanciones incluyen clausurar el negocio o las
actividades de la persona física, embargar mercancías que vengan del
comercio exterior, cancelar los certificados para no permitirle al
contribuyente la emisión de facturas digitales, asegurar cuentas bancarias
o privar de la libertad desde tres meses hasta nueve años, según el artículo
108 del CCF.

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