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Género como medio de comunicación simbólicamente

generalizado: un análisis sistémico


Gender as a symbolically generalized communication medium: a systemic analysis

Tania Galaviz Armenta


Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México

RESUMEN: El artículo analiza al género desde la teoría ABSTRACT: The article analyzes the gender from Niklas
de los sistemas sociales de Niklas Luhmann. Para ello, Luhmann’s theory of social systems. For this, the
el artículo aborda el análisis de la complejidad del article approaches the analysis of the complexity of the
sistema y la interacción con las expectativas de system and its interaction with expectations of
comportamiento mediante los mecanismos de behavior through operation mechanisms of the
operación de los medios de comunicación symbolically generalized communication media, code,
simbólicamente generalizados, código, programas y programs and roles that derive from it. From this base,
roles que derivan de este. Desde esta base, se analiza el the article analyzes the concept of gender, considering
concepto de género, considerándolo como un medio it as a symbolically generalized communication media,
de comunicación simbólicamente generalizado, tackling the linking of selection and motivation, with
abordando la vinculación de la selección y la the conditioning of people’s expectations of behavior.
motivación con el condicionamiento de las
expectativas del comportamiento de las personas.

PALABRAS CLAVE: Género; Sistemas sociales; Medio KEYWORDS: Gender; Social systems; Symbolically
de comunicación simbólicamente generalizado; generalized communication media; Functional
Diferenciación funcional; Niklas Luhmann differentiation; Niklas Luhmann

INTRODUCCIÓN

En el libro “Mujeres, Hombres y George Spencer Para realizar este análisis se han elaborado
Brown”, Niklas Luhmann (2015) aborda el pro- cuatro apartados, en el primero de ellos se abordan
blema de la autorreferencia en los estudios de la de manera sucinta algunos elementos claves para
mujer1 a partir de la observación de la distinción comprender el concepto de género. En el segundo
hombre/mujer, sin embargo, el género no constitu- apartado se abordan los trabajos de Niklas Luh-
yó un elemento de análisis en su teoría. No obstan- mann (2015), Drucilla Cornell (1992) y Christine
te, al formar parte de la complejidad social, se con- Weinbach (2013), quienes emplean la teoría de
vierte en un tema pertinente para su estudio. Ello sistemas sociales para analizar al género. Posterior-
posibilita comprender el manejo de la contingencia mente se presenta la propuesta de Luhmann para
en las interacciones entre algunos sistemas, en explicar la relación de los MCSG con la reducción
especial entre los sistemas psíquicos. de la complejidad del sistema. En el cuarto aparta-
El presente artículo parte de considerar al gé- do se analiza el género como MCSG del cual emana
nero como medio de comunicación simbólicamente el código masculino/femenino como parámetro de
generalizado (MCSG) que, de acuerdo con Luh- selección de expectativas de comportamiento, así
mann, se trata de estructuras que aseguran probabi- como los programas y roles que se derivan de dicho
lidades de éxito en la comunicación, porque me- código. Por último, a manera de conclusiones, se
diante la selección y motivación de las expectativas analiza la posibilidad de una modificación de los
condiciona el comportamiento de las personas. programas del código que permitan la inclusión del
tercero excluido en el código del género.

GÉNERO
1 Esta referencia puede considerarse anacrónica debido a la
evolución en los estudios de género, sin embargo, es necesario El análisis de género tiene como objetivo com-
considerar que Luhmann no realizó un seguimiento en los prender “la normatividad del contenido de género y
avances en la discusión acerca del mismo.

MAD 40 (2019): 1–13


DOI: 10.5354/0719-0527.2019.54829
© CC BY-NC 3.0 CL
2 Tania Galaviz Armenta

de la capacidad de reproducir el orden de género basada en las diferencias visibles tiene como princi-
que tienen los códigos, leyes, mandatos y manda- pio una razón androcéntrica que “legitima una
mientos escritos, memorizados y transmitidos oral, relación de dominación inscribiéndola en una natu-
ejemplar, gráfica o imaginariamente” (Lagarde raleza biológica que es en sí misma una construc-
1996: 27), en cada una de las sociedades analizadas. ción social naturalizada” (Bourdieu 1998: 37). De
Por ello, el género es un concepto dinámico e inter- acuerdo con Bourdieu, esta construcción social de
relacionado con la sociedad que lo genera, como la sexualidad responde a un largo proceso histórico
con las personas que permiten su reproducción. Es en donde se transmiten elementos para la interac-
decir, el género como construcción social se en- ción –y por ende el control– de los cuerpos, esta-
cuentran en constante reconstrucción respecto a la bleciendo principios de diferenciación desiguales
apariencia, la cognición, emociones y comporta- entre hombres y mujeres, pero homogeneizantes de
mientos vinculados a lo masculino y lo femenino manera simultánea para las personas inscritas en
(Nagoshi, Nagoshi, & Brzuzy 2014: 178). dichos parámetros, los cuales son transmitidos y
Para realizar un análisis del género, inicial- ejecutados de manera discursiva e inconsciente,
mente se le ha diferenciado del concepto del sexo, permitiendo que se perpetúen y dificultando las
considerando a este como la base biológica –y por posibilidades de corrección o transformación
lo tanto ajena a la construcción social y cultural– de (Bourdieu 1998: 119).
las diferencias entre hombres y mujeres. Sin embar- Anne Fausto-Sterling (2006: 19-20), por su
go, diversas personas desde la academia, como parte, señala que la categoría sexo no es una catego-
Judith Butler (1997), Pierre Bourdieu (1998), Anne ría física, sino que se encuentra interrelacionada con
Fausto-Sterling (2006), por mencionar algunos la concepción que se tenga del género al momento
ejemplos, han señalado que la diferenciación bioló- de enunciar las características biológicas del sexo,
gica también es un producto cultural que interactúa porque “la elección de los criterios para determinar
de manera sinérgica con el género. el sexo y la voluntad misma de determinarlo son
Judith Butler (1997: 4), señala que tradicio- decisiones sociales para las que los científicos no
nalmente se ha relacionado de manera causal la pueden ofrecer guías absolutas”, ya que los científi-
construcción cultural del género con una diferen- cos están insertos en un contexto social del cual no
ciación basada en el sexo. Es decir, ante la existen- pueden abstraerse al momento de establecer cate-
cia de dos sexos diferenciados, se construyeron dos gorías de distinción.
géneros que correspondieran a las características Fausto-Sterling (2006: 45) menciona que la
sociales y de comportamiento de dichas personas. forma occidental de construcción del conocimiento
De esta manera, se consideró al sexo como un se basa en la construcción de dualismos que posibi-
elemento “pre discursivo, anterior a la cultura, una liten la comprensión del mundo, por ejemplo, géne-
superficie políticamente neutra sobre la que la cul- ro/sexo, cultural/natural y masculino/femenino.
tura actúa” (Butler 1997: 4). Pero esta aparente Sin embargo, estas dicotomías eventualmente se
neutralidad convierte al sexo en un elemento unifi- tornan falsas, debido a que parten de una construc-
cador y excluyente de aquellos cuerpos que no ción cultural que puede ser transformada.
concuerdan con las características de cada sexo. De Al igual que Butler y Bourdieu, Fausto-
esta manera, la aparente neutralidad del sexo se Sterling señala que la división de géneros es em-
invalida al responder a necesidades construidas pleada para controlar los cuerpos, tanto aquellos
cultural y, por lo tanto, discursivamente. Asimismo, que forman parte de la norma como aquellos que
Butler señala que las características de lo masculino salen de esta y que su existencia debilita dicha dife-
y lo femenino no necesariamente se aplican de renciación dual. En las tres propuestas anteriores, el
manera exclusiva a varones y mujeres, respectiva- cuerpo y sus características físicas se convierte en el
mente. Ello debido a la “intersección con modali- motivo y objeto de dominación y exclusión en las
dades raciales, de clase, éticas, sexuales y regionales sociedades.
de identidades constituidas discursivamente” En la obra de Luhmann, el cuerpo puede ser
(Butler, 1997, p. 2). Es decir, de acuerdo con un factor de irritación (o perturbación) en la comu-
Butler, el sexo, al igual que el género, es construido nicación entre los sistemas psíquicos y sociales. Las
socialmente y por lo tanto no es posible establecer personas son definidas como sistemas psíquicos,
una distinción genérica basada en una distinción cuya operación son los pensamientos mediante los
sexual. cuales observa su entorno constituido por otros
Por su parte Bourdieu (1998: 24), señala que sistemas psíquicos o sociales (Corsi 1996: 151).
la sociedad ha constituido la diferencia anatómica Para interrelacionarse con su entorno, los sistemas
entre los órganos sexuales como una justificación psíquicos realizan procesos comunicativos basados
de la diferenciación social y de la división del traba- en códigos, MCSG y mecanismos simbióticos. De
jo. Bourdieu explica que esta construcción social esta manera, el cuerpo es significativo cuando “se
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vuelve condición, oportunidad y recurso para la cluido de una información, y en el caso de ser mu-
diferenciación de los sistemas sociales, al tiempo jer esto es naturalmente el ser hombre” (Luhmann
que puede ser una premisa decisiva para las opera- 2015b: 17). La distinción hombre/mujer se ha
ciones de enlace de tales sistemas” (Calise 2011: 8). construido como una distinción asimetrizada, es
Es decir, cuando el cuerpo comunica o ayuda a decir, la unidad –u orden que representa el todo
comunicar adquiere relevancia social y se convierte (Luhmann 2015b: 25)– produce la diferencia al
en un elemento para determinadas funciones socia- presentar a los elementos que la constituyen como
les. contrarios, así como al restringir posibilidades a los
Luhmann (2015a: 43-44) señala que el manejo elementos que componen la unidad. Aunado a esta
del cuerpo se realiza mediante los mecanismos restricción, de acuerdo con Luhmann, la distinción
simbióticos, los cuales son “formas sociales que hombre/mujer excluye terceras posibilidades. Esta
permiten activar y dirigir recursos orgánicos y de distinción la analiza como un código que no pre-
dar a los disturbios de origen orgánico una forma senta una tecnificación alta, es decir, no es un códi-
socialmente manejable.” Por ejemplo, la presencia go que descarte de manera explícita la referencia a
de las unidades especializadas de la policía durante un tercer valor (Luhmann 2015b: 54). Por ejemplo,
una movilización de protesta puede inhibir o activar el código del poder/sin-poder no permite la exis-
la dirección de los cuerpos y, por ende, de la pro- tencia una posibilidad fuera de dicha unidad, por
testa. Ello porque el uso –o la amenaza– de la vio- ejemplo: poder-a-medias o casi-sin-poder.
lencia física es un mecanismo para el control del De acuerdo con Luhmann (2015b: 56), la in-
cuerpo que emplea el sistema político mediante el clusión de las terceras posibilidades excluidas puede
código del poder. Así, los mecanismos simbióticos realizarse mediante los programas de los códigos,
son los elementos que permiten el manejo social de los cuales establecen las condiciones y consecuen-
los cuerpos, mediante el control o inhibición de las cias de las acciones y decisiones derivadas de la
irritaciones que estos provocan. operación de los primeros. Sin embargo, Luhmann
A partir de este sucinto abordaje acerca de los no desarrolla una propuesta para la modificación de
conceptos género y sexo, en el presente artículo se los programas basados en un código hombre/mujer
empleará el concepto de género2 entendido como y cierra su trabajo con una crítica a las limitaciones
una construcción social para distinguir entre hom- de esta distinción.
bres y mujeres, cuya base es la diferenciación a En 1992, la filósofa y feminista es-
partir de las características físicas del cuerpo. En el tadounidense, Drucilla Cornell publicó The Philoso-
siguiente apartado se presentarán algunos de los phy of the Limit: Systems Theory and Feminist Reform. Su
trabajos más relevantes para el análisis del género a trabajo consistió en un análisis de la jerarquía de
partir de la teoría de sistemas de Niklas Luhmann. género a partir de la vinculación entre la teoría de
sistemas Niklas Luhmann y la propuesta de Jacques
EL GÉNERO EN LA TEORÍA DE SISTEMAS Lacan. Para ello, consideró al género como un
sistema de comunicación de sentido (Cornell 1992:
El presente apartado realiza una sucinta revisión de 76) y, a partir de ello, revisó los procesos de inter-
los trabajos de Drucilla Cornell (1992) y Christine acción con el sistema de derecho, así como las
Weinbach (2013), quienes analizaron al género posibilidades de cambio en la jerarquía de género.
desde la teoría de sistemas de Niklas Luhmann. El trabajo de Cornell inicia señalando que
Como ya se hizo mención, Luhmann no incorporó Luhmann no analizó el género como un sistema,
al género en su obra, sin embargo, realizó un breve sin embargo, considera que dicha teoría puede
acercamiento al tema con su texto, Mujeres, Hom- permitir la comprensión de la complejidad de las
bres y George Spencer Brown (Luhmann 1995b). interacciones entre distintos elementos y subsiste-
Luhmann define la observación como la “(…) mas. La autora considera que la autorreferenciali-
obtención y transformación de información con la dad –es decir la capacidad de los sistemas para
ayuda de una distinción. Se debe poder establecer distinguir entre lo que le es propio y lo que se atri-
con la ayuda de una distinción qué cosa se ha ex- buye al entorno de los sistemas (Corsi 1996: 35)–
les permite transitar de una interacción basada en el
modelo input/output, a una interacción basada en
2 De acuerdo con Mary Hawkesworth (1999: 12), dentro del la selección de las estructuras de comunicación (en
genero es necesario hacer la distinción entre identidad de géne-
ro, papel de género e identidad del papel de género. El primero
este caso, las codificaciones semánticas). A partir de
de ellos se refiere al sentido psicológico de uno mismo ya sea este análisis, Cornell (1992: 77) propone considerar
como hombre o mujer. El segundo, se refiere al conjunto de a la jerarquía de género como un sistema cerrado
expectativas acerca de lo que es apropiado en hombres y muje- autorreferencialmente basado en la codificación del
res. En cuanto a la identidad del papel de género es la forma en
como las personas aprueban y comparten las conductas espera-
complejo de Edipo, es decir, la creación del código
das de su género. hombre/mujer permite la diferenciación de la hu-
4 Tania Galaviz Armenta

manidad mediante una oposición binaria social- (Weinbach 2013) realizó un análisis de la inclusión
mente construida y no atribuida biológicamente. de las personas en las organizaciones para explicar
Cornell (1992: 77-78) señala que para Lacan la la inequidad social desde la perspectiva de género.
diferenciación de género no solo es una oposición Para ello, explica la distinción entre sistemas y
binaria sino una jerarquía, en la cual lo femenino es organizaciones a partir de sus procesos de distin-
considerado inferior a lo masculino, pese a que este ción y emergencia. En el caso de los sistemas, la
último es definido mediante su oposición a lo fe- autora señala que estos parten desde la emergencia
menino. Por ello, a lo largo de su trabajo, la autora de un código binario que permite establecer la
habla de un sistema de jerarquía de género, lo cual distinción funcional de los mismos a partir de una
podría entrar en conflicto con la teoría de sistemas comunicación autorreferencial; es decir, el código
de Luhmann, debido a que en esta se considera que se entiende a partir de él mismo sin requerir de
la transición hacia la modernidad implicó el des- elementos extras para su comprensión. Si bien el
mantelamiento de la diferenciación basada en la código opera como el mecanismo de interacción
jerarquía; razón por la cual Cornell (1992: 78) pro- entre las personas y los sistemas sociales, y esta
pone que el sistema de jerarquía de género debe relación puede ser más dinámica a partir de la
desmantelarse para garantizar así la transición a la emergencia de las organizaciones que se ubican
modernidad. Asimismo, considera que en caso de entre ellos:
existir un isomorfismo entre lo simbólico y el con-
trato social, el sistema de jerarquía de género se Organizations borrow the code and the (variable) pro-
gram of the functional system as their structural guide-
transformaría en un “sistema líder” que determina-
lines transform them by their own decisions into their
ría el desarrollo de otros sistemas (Cornell 1992: own logic and implement them into the principle of de-
79). Sin embargo, la emergencia de sistemas atiende mocratization and self-selection by spelling out condi-
a la complejidad dada, no solo por la interacción tions of membership and contents of membership roles.
entre el sistema y el entorno, sino también a la (Weinbach 2013: 89).
operación del mismo sistema; es decir, los sistemas
atienden problemas comunicativos específicos y De esta manera, al transformar el código en la
solo las estructuras del sistema pueden establecer lógica de las organizaciones, se establecen expecta-
las operaciones que efectúa (Corsi 1996: 19), por lo tivas respecto al comportamiento de las personas
que no existe la imposición de un sistema sobre que forman parte de estas, así como su comporta-
otro. Ello porque la interacción entre sistemas se miento respecto a los sistemas diferenciados. A
realiza mediante acoplamientos estructurales que no partir de la generación de expectativas, de acuerdo
implican ni la fusión ni la coordinación estable de con la autora, emergen los roles que las personas
funciones de los sistemas, sino la correspondencia operan como una guía para su comportamiento al
con un evento específico (Corsi 1996: 20). interior de las organizaciones como con otras per-
En 1996 Cornell publicó el texto Enabling pa- sonas. Desde este análisis, propone que la inequi-
radoxes: Gender difference and Systems Theory, en el cual dad derivada del género es producto de la creación
retoma su propuesta del sistema jerárquico de géne- de roles a partir del código binario hombre/mujer.
ro y se enfoca en el análisis de la diferenciación de Sin embargo, no profundiza respecto a la emergen-
género. Para ello, señala la existencia de un código cia de dicho código y sus parámetros de interac-
del género que distingue entre hombre o mujer. ción.
Además, retoma la propuesta de Lacan respecto a la En las tres propuestas de análisis presentadas
semántica del deseo que, asociada al código de en este apartado, el código del género ha sido un
género, y materializa al ser humano en y a través del elemento constante, sin embargo, no ha sido desa-
lenguaje (Cornell 1996: 193). En su texto, señala rrollado de manera amplia, lo cual ha limitado la
que el cambio en el código de género no puede posibilidad de comprender sus alcances como
realizarse solo mediante la sustitución del significa- vínculo entre los sistemas diferenciados y las per-
do de los elementos que le componen: hom- sonas. En este artículo se propone analizar el códi-
bre/mujer, sino a través de un debilitamiento del go del género como un MCSG que, mediante la
uso del código (Cornell 1996: 195). Ello en concor- selección y motivación de las expectativas, condi-
dancia con la propuesta de Luhmann acerca de los ciona el comportamiento de las personas. En los
procesos de deflación del código. Sin embargo, la siguientes apartados se desarrollará dicha propues-
autora no desarrolla dicho proceso y, por ende, no ta.
explica el código de género, su operación y posibi-
lidades de cambio.
En el caso de la socióloga alemana Christine
Weinbach, en su texto Gendering Luhmann: The para-
doxical simultaneity of Gender Equality and Inequality
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SISTEMAS SOCIALES Y EXPECTATIVAS DE En caso de contradicción, la doble contingen-


CONDUCTA cia se presenta como una doble negación, es decir,
como una contradicción de expectativas. Los sis-
Los sistemas sociales se caracterizan por mantener temas sociales no pueden generar un amplio espec-
una diferenciación respecto a su entorno, la cual tro de posibilidades individuales, sino que requieren
está vinculada a su función. Ambas, diferenciación la creación de una medida que permita coordinar
y función, le permiten dividirse internamente, lo las expectativas de comportamiento “en relación
que constituye una respuesta de este a la compleji- con la acción propia y la ajena, que las acciones que
dad del entorno, posibilitándole incrementar tanto se avengan entre sí puedan esperarse fiablemente”
sus posibilidades de decisión como su propia com- (Luhmann 2010: 178), es decir, los sistemas sociales
plejidad. requieren igualar las expectativas normativas de
Cada división incrementa las funciones de los comportamiento. Para ello requieren una intrincada
subsistemas para atender a su entorno de manera red de roles, expectativas y símbolos creados a
diversificada. Esto último lo podremos considerar partir de los MCSG. Los cuales, simbolizan –de ahí
como una reducción de complejidad y da origen a su nombre– la relación entre selección y motivación
la emergencia del sistema, esto es, la generación de para representarla como unidad (Luhmann 1998:
estructuras que le permitan responder de una nueva 159).
manera a su propia complejidad; o bien, a la de su
entorno. Incrementando de manera paradójica su MCSG
propia complejidad. Por lo que, para reducir esta
complejidad, el sistema requiere la reconstrucción De acuerdo con Luhmann, la comunicación es la
de los mecanismos de interacción al interior del base de operación de los sistemas sociales y se rige
sistema y entre este y su entorno mediante menos por tres principios: selección de información, el
relaciones (Luhmann 1990: 73). modo en que esta se da a conocer y cómo será
Una parte de estos mecanismos de interacción entendida (Torres Nafarrate & Rodríguez 2008: 70-
interna lo constituyen las expectativas de conducta 71). Una falla en la comunicación puede poner en
que son orientaciones que permiten absorber o peligro los procesos de contingencia y relación al
reducir la incertidumbre (Luhmann 1998: 119), así interior de los sistemas y con su entorno. Por ello,
como la decepción que podría originar la interac- para estabilizar los procesos comunicativos y de
ción en los sistemas sociales. Las expectativas se contingencia, los sistemas crean mecanismos para
dividen en dos tipos: cognitivas y normativas. El regular la selección de alternativas de comporta-
primer grupo la constituyen aquellas que se adaptan miento. Entre estos mecanismos destacan los
a la realidad; en cuanto al segundo caso, son expec- MCSG, estructuras que aseguran las probabilidades
tativas estabilizadas contrafácticamente. Es decir, de éxito de la comunicación al ofrecer una vincula-
pese a que la realidad las contradiga, estas se man- ción entre la selección y la motivación mediante el
tienen. Estas expectativas normativas se fundamen- condicionamiento.
tan en las expectativas de las expectativas de un Cada MCSG emerge en un contexto determi-
tercero, es decir, se coordinan con la selección y las nado, es decir, surgen para atender problemas espe-
posibilidades para generar una contingencia que se cíficos. De acuerdo con Luhmann (2006: 257), los
puede entender mediante la observación: cada uno principales MCSG son “verdad, amor, po-
de los sistemas observa al otro sistema, sin llegar a der/derecho y propiedad/dinero”, también podrían
comprenderlo en su totalidad –ya que los criterios considerarse a la moral y al arte como parte de
de selección y decisión no son accesibles desde el estos MCSG. La funcionalidad de los MCSG deriva
exterior de los sistemas, porque únicamente puede en tanto que “el problema como el resultado se
comprender su relación con el entorno. encuentran en la misma comunicación” (Torres
Por lo tanto, las expectativas y las referencias Nafarrate & Rodríguez 2008: 289). Por ejemplo, el
de un sistema quedan ocultas para otro. De esta poder como MCSG se genera para permitir la ope-
manera, emerge la doble contingencia que es la ración del sistema político mediante la distinción
coordinación de la observación, la autoobservación, entre la ejecución de órdenes y sus alternativas; no
la indefinibilidad y el comportamiento de cada uno opera en contextos que requieren una distinción
de los sistemas respecto al otro. Es decir, es un como verdad o amor.
proceso dinámico que contrastantemente se disuel- Se definen como simbólicos porque al pro-
ve, porque lleva en sí mismo la solución al proble- porcionar la posibilidad de aceptación de la comu-
ma que representa. Ello porque delimita el dominio nicación, de manera simultánea facilitan una “com-
de posibilidades entre sistemas, conduciendo a una prensión suficiente, con condiciones altamente
selección de selecciones, es decir, de posibilidades complejas y basadas en una comunicación elegida
seleccionables (Luhmann 1998: 138). precisamente ad hoc” (Luhmann & De Georgi
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1993: 128). Es decir, al establecer un parámetro mientos que facilitan la aceptación de la comunica-
binario de selección –por ejemplo, si/no– limitan ción.
las posibilidades de decisión “(…) [transformando] Los códigos se forman a partir de la distinción
las posibilidades del no en probabilidades del sí entre valores contrapuestos, de los cuales uno se
(…)” (Luhmann 2006: 248). De esta manera, los considera positivo –y es el que obtendrá la prefe-
MCSG posibilitan la probabilidad de lo improbable, rencia en la comunicación, al ser el valor de desig-
es decir, que se acepte una expectativa pese al ries- nación–, mientras que el valor negativo es de refle-
go de rechazo de esta. xión (Torres Nafarrate & Rodríguez 2008: 253), es
En cuanto a la generalización, se refiere a que decir, permite distinguir “lo que el valor positivo no
las expectativas vinculadas a la selección y motiva- es”, facilitando la aceptación de una expectativa de
ción sean aceptadas por la sociedad –a pesar de las comportamiento.3 La codificación binaria excluye
diferencias de las situaciones en donde operen–, ya terceras posibilidades con el objetivo de clarificar la
que estas se ordenan en núcleos conceptuales (los comunicación y, de esta manera, el valor positivo se
MCSG) y, con ello, se reducen las posibilidades de convierte en identidad y diferencia que permite la
imputación por un tercero. Por ejemplo, el dinero aceptación del código (Luhmann & De Georgi
empleado para adquirir una propiedad puede em- 1993: 164). Por ejemplo, en el código del dinero
plearse por quien vendió dicha propiedad para ‘propiedad’ se considera el valor positivo y es al que
adquirir una tercera propiedad, garantizando con se le dará preferencia en la comunicación para que
ello la operación del MCSG del dinero en variadas esta se aceptada, mientras que ‘sin-propiedad’ será
situaciones (Torres Nafarrate & Rodríguez 2008: el elemento que permita comprender el significado
184). de la comunicación y, en conjunto, permiten la
La emergencia de un sistema funcional parte aceptación de la expectativa del comportamiento al
usualmente de un código –y del MCSG que deriva intercambiar propiedades.
de este– diferenciado de su entorno; sin embargo, Al aceptar la expectativa de comportamiento
existen MCSG que no responden a un sistema, sino basada en el código, de manera simultánea se legi-
que son considerados como preadaptive advances que tima el empleo de este y de su distinción estableci-
–como su nombre lo indica– preparan de manera da. Lo que en conjunto permite su recursividad y
provisional el surgimiento de un sistema mediante reintroducción en el proceso de comunicación. De
la diferenciación con el contexto (Luhmann & De acuerdo con Luhmann (2015a: 78), la estructura
Georgi 1993: 186-187). Es decir, frente a un pro- binaria del código le permite prescindir de los valo-
blema y un conjunto de alternativas, la limitación de res de otros códigos; es decir, le permite auto ubi-
las posibilidades de comunicación y aceptación de carse en la comunicación a partir de sus propios
esta pueden motivar el surgimiento de un MCSG. valores sin necesidad de recurrir a otros. Por ejem-
Ejemplo de este tipo de MCSG, son el amor y la plo, el código del dinero propiedad/sin propiedad
moral que no responden a un sistema funcional, sin no requiere del código verdadero/falso para operar.
embargo, operan “(…) en acoplamiento estructural La imposibilidad de convertir los valores de
con la conciencia de aquellos sistemas psíquicos un código determinado en los valores de otro códi-
[personas] que participan en la comunicación” go –por ejemplo, el poder no se convierte en
(Luhmann 2006: 295). De esta manera, el compor- amor– remite a la recursividad de estos; al autori-
tamiento aparece emanado de pensamientos pre- zarse a sí mismo, no requiere el empleo de otro
vios (Luhmann 2010: 179), es decir, los MCSG código que lo valide, como ya se ha señalado. Sin
operan en simbiosis con las personas –tema que se embargo, es posible que un código sea alterado por
abordará más adelante. otro, es decir, que se genere una superposición de
Como ya se ha hecho mención, el elemento códigos que Luhmann denomina corrupción (To-
central en la operación de los MCSG es el código rres Nafarrate & Rodríguez 2008: 258). Por ejem-
unitario o central que les permite establecer un plo, pagar (código del dinero) por obtener resulta-
parámetro binario de selección. En la siguiente dos favorables en una investigación científica (códi-
sección se analizarán sus características. go de la verdad). La corrupción del código afecta su
recursividad y por ende la capacidad del sistema
CÓDIGOS para determinar la aceptación o el rechazo de este.
Como ya se ha señalado, el código “(…) es la
Los códigos se componen de dos valores que se forma mediante la cual un sistema se expone al
encuentran en oposición y que permiten delimitar
la preferencia frente a otras posibilidades. Es decir,
3 La carga positiva en los códigos no debe confundirse con la
el código tiene una función que orienta la comuni-
distinción que establece el código de la moral aprecio/ menos
cación al fijar preferencias y establecer condiciona- aprecio o bien, bueno/malo. Sino que se refiere al elemento cuya
preferencia en la comunicación predomina.
Género como medio de comunicación simbólicamente generalizado: un análisis sistémico 7

autocondicionamiento (…) [es decir,] la sociedad código del dinero se establece la adquisición de la
desarrolla estructuras que permiten formar expecta- propiedad mediante el intercambio de otra, ello
tivas de aceptación o rechazo de la comunicación” excluiría la obtención de propiedades a través de la
(Luhmann 2006: 177), y mediante dicha operación herencia o la donación, por lo que se crea un pro-
es factible la construcción de una historia de los grama que estabiliza esa forma de adquisición para
fracasos y éxitos de las comunicaciones para esta- estabilizar el código propiedad/sin propiedad. Otra
blecer los límites de aceptación de un determinado forma de estabilizar la paradoja del tercero excluido
código. es la operación de las organizaciones que son es-
De acuerdo con Luhmann (2006: 300), en ca- tructuras que coordinan decisiones y las expectati-
so de que un código sea rechazado de manera cons- vas de comportamiento de sus membrecías, facili-
tante y ello conduzca a un poco uso de este – tando la vinculación con el código, pese a su binari-
situación que él denomina deflación– no solo se zación.
impide su comunicación, sino que además no se A pesar de la sencillez del código del cual
puede lidiar con sus resultados. Para determinar la emanan los programas, estos incrementan la com-
aceptación de un código se requiere de un proceso plejidad de su aplicación debido al aumento del
evolutivo que permita formar “(…) criterios adi- número de combinaciones posibles emanadas de la
cionales para determinar en qué condiciones la toma de decisiones. Por ejemplo, de un código
clasificación del valor positivo o negativo se lleva a binario si/no se derivan cuatro nuevas posibilida-
cabo correctamente” (Luhmann 2006: 282). Dichos des vinculadas a cualquier decisión, es decir, en
criterios se denominan programas. caso de optar por sí, esta deriva en un nuevo códi-
go si/no. La misma situación sucede en caso del
PROGRAMAS no, cada nueva decisión lleva el despliegue de un
nuevo código binario, de ahí el incremento de la
Como se ha señalado, los programas permiten complejidad.
determinar las circunstancias en donde el empleo Pese a ello, cada nueva decisión tiende a esta-
de los valores positivo y negativo del código sea bilizar al sistema social debido a la reducción de la
correcto. Además, permiten la reinserción del terce- decepción que conllevan las expectativas de com-
ro excluido en la selección binaria del código. portamiento. Asimismo, la operación de los pro-
En el primero de los casos, los programas gramas tiene como consecuencia la institucionaliza-
“(…) consolida[n] lo correcto de la acción mediante ción de las expectativas, es decir, que las expectati-
las condiciones que deben suponerse o las conse- vas continuarán debido a la validación de un terce-
cuencias que deban alcanzarse, o mediante ambas” ro.
(Luhmann 1998: 194) y pueden dividirse en dos Otro de los elementos que permite la institu-
tipos: condicionales y de sentido. Los primeros cionalización de las expectativas de comportamien-
operan mediante el esquema ‘si-entonces’, es decir, to y, por ende, del código que vincula la preferencia
estipulan que ciertas circunstancias son detonadoras por el valor positivo de las mismas, son los roles.
de una conducta, por ejemplo, en el código de
verdad con el que opera el sistema científico, si se ROLES
realiza un experimento empleando una metodología
específica, entonces el resultado será validado por Los roles son un conjunto de expectativas limitadas
el sistema. En cuanto a los programas de sentido, que tienen tres mecanismos de implementación. El
su función es la de proporcionar ayuda en asuntos primero de ellos es la universalidad que posibilita la
de decisión al determinar los efectos o consecuen- entrada de un comportamiento al sistema funcional.
cias de la acción esperada. Por ejemplo, la conse- En segundo lugar, se encuentra la generalización
cuencia de una acción que opte por el valor negati- que se vincula a la observación del código. Por
vo en el código del derecho puede implicar una último, la especificación que determina la variedad
sanción, por ende, la decisión recae en el valor que de posibilidades de inclusión (Weinbach 2013: 99-
no conlleve una pena. 100)
Como se ha hecho mención, la codificación Estos tres mecanismos de implementación
binaria implica la exclusión de terceras posibilidades permiten que los roles no estén sujetos a alguien
para la comunicación, las cuales pueden ser reinser- determinado, sino que son generalizaciones que
tadas mediante los programas que amplían la vali- permiten la adaptación indistinta de las personas
dez de dichas opciones, pese a no pertenecer a los (Luhmann 2010: 180). Es decir, no importa quien
valores de los códigos. Es decir, frente a la paradoja ejerza el rol, este siempre tendrá expectativas de
que implica esta situación de exclusión, los progra- comportamiento específicas. Los roles tienen un
mas pueden invisibilizarla para que el sistema pueda determinado propósito relacionado con las expecta-
soportarla (Luhmann 2015b: 56). Por ejemplo, en el tivas que le dan origen, algunas de ellas están defi-
8 Tania Galaviz Armenta

nidas por relaciones de rango y otras por la perte- social” (Luhmann & De Georgi 1993: 149). Es
nencia a una organización. Por ejemplo, el rol del decir, la operación del sistema social, pese a su
juez en el sistema de derecho guarda características complejidad y al incremento constante de la misma.
relacionadas con las normas establecidas por dicho De esta manera, la recursividad de los MCSG res-
sistema, tiene una distinción especial como tercero ponde a la sociedad en la que han sido generados y
que estabiliza al sistema al determinar el compor- depende de las expectativas que estas generen.
tamiento de una sociedad, y este rol solo puede ser
ejecutado por aquellas personas que pertenecen al EL GÉNERO COMO MCSG
grupo de especialistas en dicho sistema.
Si bien los roles no dependen de la individua- Previamente se presentó de manera sucinta cómo
lidad de las personas que los ejecutan para determi- se ha abordado el género desde la teoría de sistemas
nar sus características, existe una expectativa de una considerando los trabajos de Luhmann, Cornell y
posición interna que se exprese de manera coheren- Weinbach, los cuales coinciden en explicar la pre-
te con el rol, es decir: “En cuanto puede confiar en sencia de un código del género al que denominan
“la actitud correcta” surge una masa de tolerancia hombre/mujer. A partir de dicho código, Luhmann
frente a distintas maneras de llevar a cabo los roles se enfoca en analizar el proceso de exclusión de una
e incluso frente a posibles deslices” (Luhmann tercera posibilidad. Por su parte, Cornell sustenta
2010: 180). A pesar de estos sutiles cambios en los que dicho código es la base de un sistema jerárqui-
roles, estos continúan siendo un mediador entre las co de género que justifica la diferenciación de géne-
personas y la sociedad, permitiendo la instituciona- ro y la determinación de otros sistemas que serían
lización de las expectativas de comportamiento, a liderados por dicha jerarquía. En el caso de Wein-
pesar del estilo personal de cada uno (Japp 2011: bach, propone que a partir del código hom-
177). bre/mujer se crean roles que fomentan la desigual-
Los MCSG –al igual que los roles– operan dad de género, tanto en las organizaciones como en
mediante un acoplamiento estructural con la con- los sistemas sociales.
ciencia de las personas, lo que genera procesos Para considerar al género como sistema, es
simbióticos. Es decir, que el comportamiento apa- necesario responder a una pregunta: ¿Cuál es la
rece emanado de pensamientos previos y no como función de dicho sistema? De acuerdo con Cornell,
una expectativa externa a las personas. Los proce- la función sería una distinción entre hombres y
sos simbióticos son resultado de la acción de los mujeres que sustente una jerarquía de dominación
mecanismos simbióticos que emanan de los códi- de los primeros sobre las segundas. Sin embargo,
gos y que “ordenan la manera en la cual la comuni- ello implica un ejercicio de poder y por lo tanto una
cación se deja irritar por la corporeidad, es decir, la superposición en las funciones con el sistema polí-
manera en la cual los efectos del acoplamiento tico que opera sobre la base del código del poder.
estructural se procesan en el sistema de comunica- De acuerdo con Luhmann, es posible la existencia
ción” (Luhmann 2006: 295). Es decir, vinculan el de una codificación secundaria que posibilita “satis-
uso del cuerpo de las personas con la aceptación de facer una demanda cada vez mayor para la transmi-
los condicionamientos sociales (Luhmann 2006: sión de las selecciones” (Luhmann 1995: 60) y con
298), aunque ello implique sobreponer dichas ex- ello garantizar la comunicación de las expectativas
pectativas a los requerimientos de la conciencia de de conducta.
las personas. Por ejemplo, el mecanismo simbiótico La codificación secundaria o subcódigo tiene
del poder es la violencia física que puede o no ser tres características interrelacionadas. La primera de
ejercida y en cualquiera de los dos casos se vincula ellas es una mayor dependencia a las circunstancias;
a expectativas para regular el comportamiento, ya la segunda es “una capacidad menor para la legiti-
sea para evitarla o para ejercerla. mación social y, por esto, también menos presenta-
El proceso simbiótico requiere el refuerzo de bilidad y [como tercera característica] (…), para su
los MCSG que proveen a las personas puntos de funcionamiento dentro del sistema en circunstan-
orientación para condicionar su selección y motiva- cias especiales, una dependencia de la sensibilidad,
ción hacia las expectativas sociales, independiente- un conocimiento del medio ambiente, un conoci-
mente de las circunstancias en que dicho proceso miento de la historia de la confianza y de la descon-
inicie (Luhmann 1986: 19), contribuyendo simultá- fianza que no se puede compartir con el mundo
neamente a la recursividad del código y de los exterior” (Luhmann 1995: 61). Es decir, los subcó-
MCSG. Asimismo, este proceso de recursividad digos responden a contextos específicos de opera-
permite la generación de valores propios de los ción de los sistemas diferenciados a los que corres-
medios que permiten disminuir las objeciones a la ponden.
comunicación para “(…) dar por supuesto lo que No puede considerarse al código del género
existe en común [posibilitando con ello] el orden como un subcódigo del poder, debido a que el uso
Género como medio de comunicación simbólicamente generalizado: un análisis sistémico 9

frecuente de este como elemento comunicativo de preponderante, empleando imágenes, discursos y


las expectativas de comportamiento supera una signos para validar el programa de manera constan-
limitación dada a un contexto específico y a la te. Lo que tiene como consecuencia la instituciona-
dependencia de una sensibilidad específica; es decir, lización de las expectativas de comportamiento de
puede comprenderse la distinción binaria del géne- acuerdo con el género como MCSG. Una de las
ro en diversos sistemas sociales y entornos comuni- características de la heterosexualidad es que ordena
cativos, y es esta misma característica de adaptación tanto las interacciones entre personas como la “(…)
a distintos sistemas sociales, lo que permite consi- producción de conceptos, al mismo tiempo que
derar al código del género como un preadaptive todos los procesos que escapan a la conciencia”
advance que puede limitar las posibilidades de co- (Wittig 1984: 49). Es decir, desarrolla un fuerte
municación y aceptación de la misma frente a un proceso de simbiosis con las personas, sobrepo-
problema específico, y además es la base del género niendo las expectativas de comportamiento de
como MCSG. acuerdo con el código masculino/femenino a los
Luhmann, Cornell y Weinbach señalan a la requerimientos de cada conciencia.
distinción hombre/mujer como la base del código De esta manera, la heterosexualidad se trans-
de género, sin embargo, el empleo de estos sustan- forma en obligatoria y en la que “(…) el término
tivos –cuya función es la designación de seres más masculino se distingue del femenino y esta deter-
no de conductas– puede restringir la capacidad del minación se consigue mediante las prácticas del
código para especificar las expectativas de compor- deseo heterosexual” (Butler 1990: 81), lo que impli-
tamiento. Por ello, emplearemos los adjetivos mas- ca un proceso de vinculación entre las expectativas
culino y femenino como elementos que componen normativas de comportamiento y los cuerpos de las
el papel de género4 para vincular las cualidades personas diferenciadas por el código. Es decir, se
atribuibles a las personas, hombres o mujeres, con hace natural –incuestionable y asimilado– que el
las expectativas de conducta y, con ello, hacer posi- comportamiento y los cuerpos de las personas sean
ble la comunicación y su aceptación. coherentes con el programa heterosexual, lo cual
El código masculino/femenino se compone implica que aquellas personas que no se ajusten a
de dos valores opuestos de preferencia. A mascu- dicho código binario sean rechazados y forzados a
lino se le considera positivo, porque refiere a los ajustarse. De ahí la dificultad para invalidar o bien
valores con una mayor posibilidad de selección modificar dicho programa.
frente a femenino en la comunicación. Por ejemplo, Otro de los programas del código mascu-
la escritora española, Ana María Matute pronunció lino/femenino es el machismo o sobrevaloración
la frase “El mundo hay que fabricárselo uno mis- de lo masculino sobre lo femenino, el cual opera a
mo, hay que crear peldaños que te suban, que te partir de los roles del código de género. Los roles
saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque del código género se establecen con base en el
acaba siendo verdad” (Campos 2014), en donde la código masculino/femenino y varían socialmente.
selección de comunicación se asigna sobre el valor Por ejemplo, para el valor masculino se considera
masculino ‘uno mismo’ que garantiza la aceptación que las personas actúen de acuerdo con expectati-
de la comunicación, debido a que proporciona una vas de comportamiento específicas como la fuerza,
mejor comprensión, al apoyarse en el valor de la acción, la violencia y la imposibilidad de expresar
selección masculino y no en el femenino ‘una mis- sentimientos. A partir de estas características, los
ma.’ principales roles masculinos se vinculan a activida-
Como ya se ha hecho mención, los códigos des para proveer a las familias de aquellos bienes
operan mediante programas que son reglas para que satisfagan sus necesidades, ejercer actividades
resolver procesos de toma de decisión en donde los de defensa –principalmente policías y militares. En
MCSG determinan una selección de expectativas de el libro La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana
comportamiento. En el caso del código mascu- Alexiévich (2015: 48) recopila testimonios de muje-
lino/femenino uno de los varios programas es la res que participaron en la Segunda Guerra Mundial,
heterosexualidad que determina el tipo de selección en algunos de estos se hace referencia a los roles
que una persona tomará respecto a su comporta- masculinos y la aparente contradicción de las muje-
miento sexual vinculado al código. res al comportarse de acuerdo con dichos roles:
La heterosexualidad expresa la obligatoria “Nos había costado…Nos había costado asimilarlo.
convivencia entre personas físicamente diferencia- Odiar y matar no es propio de mujeres. No lo
das por el código masculino/femenino. Dicha es…Tuvimos que convencernos…Obligarnos a
interacción se centra en lo masculino como el valor nosotras mismas.” La contradicción con las excep-
tivas de comportamiento respecto a los roles del
4 Véase Nota No. 2, en la cual se aborda la distinción entre código de género tuvo como consecuencia para
identidad, papel e identidad del papel de género.
10 Tania Galaviz Armenta

algunas de las mujeres el rechazo en sus comunida- dad y la violencia –entendida esta última como un
des al término de la guerra. mecanismo de control y sanción del comporta-
En el caso del valor femenino las expectativas miento de las personas– como características del
de comportamiento específicas se vinculan con la machismo, permiten defender la posesión de la
belleza, la pasividad, el cuidado de las familias, las mujer (El-Jack 2003: 12) así como para “(…) mos-
relaciones comunitarias y ser pacíficas. De estas trarle a los demás que [la persona que opera el
características se derivan los roles femeninos como programa machista] es “el más macho” el más
el trabajo doméstico, la crianza de los hijos, la en- masculino, el más fuerte, el más poderoso física-
fermería y la enseñanza no profesional (Ibarra Melo mente” (Giraldo 1972: 298).
2007: 41). De esta manera, mediante la construcción de
De acuerdo con Luhmann los roles son inde- sentido y el condicionamiento de expectativas, el
pendientes de las personas, sin embargo, pueden machismo genera reglas de operación del código
sufrir sutiles cambios de acuerdo con la individuali- masculino/femenino, posibilitando su reproduc-
dad de quienes los ejecutan. Dichos cambios no ción y continuidad. El código de género confluye
alteran el valor de los roles como mediadores entre con otros MCSG como los valores, la moral y el
las personas y la sociedad, sino que permiten la poder. En algunos casos tal interacción puede gene-
institucionalización de las expectativas de compor- rar una corrupción del código, es decir, al sobrepo-
tamiento. nerse un código a otro altera su recursividad y la
Al igual que los programas, los roles –en los capacidad del sistema para determinar la aceptación
estudios de género se le denomina identidad del o rechazo.
papel de género– generan procesos simbióticos con El MCSG de los valores opera como un me-
las personas. Judith Butler define esta situación canismo “(…) para dar por supuesto lo que existe
como performatividad del género, es decir, la anti- en común: este dar por supuesto delimita lo que
cipación mediante actos corporales de aquello puede ser dicho y lo que puede ser pretexto, sin
considerado como la esencia del género5 –o, en este determinar qué es lo que se debe hacer” (Luhmann
caso, de los roles del código de género. Además, la & De Georgi 1993: 149), funcionan ante la falta de
performatividad “(…) no es un acto único, sino una objeciones, sin la necesidad de fundamentarlos. Al
repetición y un ritual que consigue su efecto, en- confluir con el código masculino/femenino posibi-
tendido, hasta cierto punto, como una duración lita la existencia de comunicaciones como: ‘se hace
temporal sostenida culturalmente” (Butler 1990: lo que digo yo, porque soy hombre’, es decir, no se
16). Dicha repetición, aunada a las expectativas de cuestiona la validez de la opción y mucho menos la
terceros, permite la validación de los roles de géne- del argumento, sin embargo, dificulta distinguir cuál
ro y por ende del código masculino/femenino del código –el de género o el de valores– es el que ha
cual emanan. sido validado al aceptar dicha comunicación.
A partir de los roles del código de género se En el caso de la moral su código aprecio/
establece el programa del machismo que es una menosprecio –que también puede ser entendido
exaltación de lo masculino y la denostación de lo como bueno/malo– inicialmente permitía la inte-
femenino. Este programa opera de manera sinérgi- gración de la sociedad. Sin embargo, al incremen-
ca con la heterosexualidad para establecer expecta- tarse la complejidad y, por ende, al emerger códigos
tivas de comportamientos fundadas en la capacidad que respondieran a necesidades específicas de dicha
fálica de las personas y el ejercicio de control sobre complejidad, la moral comenzó a ser excluida, pero
las mujeres que implica una reducción de su com- no eliminada. Su función actual es la de “(…) hacer
portamiento a los planteamientos de los roles fe- notar realidades inquietantes (…) las cuales aparen-
meninos determinados por los roles masculinos. temente no pueden resolverse (…). La moral en-
Otra característica del machismo es la exalta- tonces adquiere rasgos polemogénicos: surge de
ción de la posesión de la mujer por quienes operan conflictos y enardece conflictos” (Luhmann 2006:
los roles masculinos. Lo cual implica equipararla a 316). Al vincularse con el código de género muestra
un objeto que pueda regirse bajo el código de la aquellas realidades que pudiesen generar un conflic-
propiedad y, por ende, justifica vigilarla y controlar to a la operación de dicho código, por ejemplo, la
sus cuerpos, actividades e identidades para evitar el carga negativa a la masculinización de una mujer o
daño o la pérdida de dicha propiedad. La agresivi- la incorporación de atribuciones masculinas a la
operación de roles femeninos.
Mención especial es la confluencia entre el
5 Dado que, para la autora, el género es una construcción social, código de género y el código de derecho. Este
no es posible establecer una base neutral o natural de la cual se último opera mediante la distinción derecho/no
parta para realizar dicha distinción. Por ello Butler habla de
modelos que tienen a la naturalización de las expectativas de
derecho, mediante la cual genera una estabilidad en
comportamiento asignadas al papel del género. la operación de los sistemas sociales ante la incerti-
Género como medio de comunicación simbólicamente generalizado: un análisis sistémico 11

dumbre y el riesgo del futuro, generando seguridad A partir de los programas de género, se esta-
en las expectativas, ya que ante su incumplimiento blecen roles basados en el código mascu-
se generan sustitutos como las multas y las sancio- lino/femenino que determinan expectativas de
nes. Al vincularse con el código de género, el códi- comportamiento específicas para las personas. Si
go del derecho puede ser corrompido debido a la bien los roles pueden ser modificados por la indivi-
preponderancia de lo masculino sobre lo femenino dualidad de las personas, los procesos simbióticos
que ejerce influencia en la determinación del pará- con estas pueden tener como resultado una repeti-
metro derecho/no derecho. Es decir, es a lo mas- ción que permite la validación de los roles de géne-
culino al que se le otorga mayor derecho debido a ro y, por ende, del código del cual emergen.
que es la parte a la que se le asigna un valor positivo Otra característica que tiene el género como
en el código; mientras que lo femenino se ubica en MCSG es confluir con otros medios. Sin embargo,
el lado negativo –y en algunas sociedades no recibe esta interacción genera una corrupción de los códi-
derechos– debido al valor asignado. gos con los que el género interactúa. Es decir, se
La corrupción del código del derecho por el sobrepone al uso de medios como la moral, el
código de género impide que el sistema determine poder, la propiedad, el derecho, entre otros, oca-
la aceptación o el rechazo al primero de estos, lo sionando una vinculación entre los valores binarios
que además evita que se modifiquen programas de cada código. Por ejemplo, serán las personas con
como la jurisprudencia y también los roles judicia- roles masculinos los que tengan más probabilidad
les. Todo lo cual contribuye a una continuidad del de obtener derechos, propiedades y poder, al ubi-
código de género resguardado por el código del carse en los valores positivos de cada código bina-
derecho. rio, lo cual, sin embargo, los corrompe, al estar
De esta manera, para manejar las expectativas condicionados por el género y no por sus propios
de comportamiento de las personas físicamente valores, definiendo con ello las interacciones socia-
diferenciadas, así como el proceso de selección y les.
motivación para actuar respecto a dichas expectati- Como ya se hizo mención, Luhmann (2015b)
vas, la construcción social de un código binario analiza el proceso de exclusión de una tercera op-
permitió reducir la complejidad al hacerla operativa ción al momento de la selección binaria en la codi-
y, con ello, permitió la doble contingencia, es decir, ficación del género y señala que mediante los pro-
la selección de comportamientos recíprocos, guia- gramas es posible la inserción de aquellas opciones
dos por aquello que constituye uno u otro valor del que no forman parte del código. Sin embargo,
código. mediante los procesos de simbiosis con el código
de género se ha limitado la comunicación de expec-
A MANERA DE CONCLUSIÓN: EL TERCERO tativas de comportamiento de quienes no se ajustan
EXCLUIDO EN LA CODIFICACIÓN a uno de los dos valores que componen el código –
masculino/femenino–, restringiendo con ello su
El género como MCSG ha permitido manejar las incorporación.
expectativas de comportamiento de personas físi- No obstante, los sistemas sociales operan me-
camente diferenciadas. Asimismo, ha reducido la diante un proceso autopoiético que, mediante una
complejidad al establecer un parámetro de compor- reorganización de sus elementos y estructuras fren-
tamientos y expectativas entre personas. te a los desequilibrios, le permiten mantener su
Para la operación del género como MCSG se finalidad a través de la producción y reproducción
estableció el código binario masculino/femenino de las condiciones de su propia existencia. De esta
que permitió manejar la complejidad mediante una manera, a medida que las descripciones de la dife-
paridad de valores de referencia y su legitimación renciación física de las personas van variando –por
ha requerido un proceso de continuidad y validez ejemplo, al integrar la intersexualidad– “la frontera
en su uso. Para ello, el género como MCSG dio que separa lo masculino de lo femenino parece más
origen a varios programas y diversos roles que difícil de definir que nunca” (Fausto-Sterling 2006:
permiten validar al código masculino/femenino. 104).
El presente artículo se ha centrado en los Butler (2006: 70) propone que el mismo géne-
programas de la heterosexualidad obligatoria y el ro sea el mecanismo para deconstruir y desnaturali-
machismo. Ambos determinan el tipo de selección zar las nociones de masculino y femenino, median-
que las personas tomarán respecto a su comporta- te la separación de dichas nociones con el término
miento sexual, de interrelación y ejercicio del poder. de género, acotando con ello la binaridad. Dicha
Además, se centran en lo masculino como valor propuesta implicaría modificar el código y, de
preponderante y requieren del uso de imágenes, acuerdo con Luhmann, no es posible cambiar un
discursos, signos, así como la simbiosis con las código porque ello implicaría poner como funda-
personas para validarse de manera constante.
12 Tania Galaviz Armenta

mento de la comunicación a otro código (Luhmann Butler, J. (1990). El género en disputa. El feminismo y la
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gramas para considerarlos como puntos de vista de Paidós.
la elección. Para ello, se podría vincular la propues- Calise, S. (2011). El lugar del cuerpo en la teoría de
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normas simbólicas que posibilite la inclusión de a las novenas jornadas de Sociología, Buenos
aquellas identidades genéricas que se constituyen Aires.
performativamente6 y, de esta manera, masculino y URL: http://cdsa.aacademica.org/000-
femenino se refieran a varias de esas identidades. 034/766 [Consultado el 15 de octubre de
De esta manera, movimientos sociales como 2017]
el feminista y el LGBTTTIQA7 han realizado di- Campos, P. (2014). Dieciocho frases brillantes de
versas acciones para modificar los programas del Ana María Matute que todo el mundo debería
código del género, como el de heterosexualidad leer. Diario El País, 25 de junio.
obligatoria, lo que posibilita que las expectativas URL:
normativas de conducta no se reduzcan a un solo https://elpais.com/elpais/2014/06/25/icon/
tipo de características para las personas físicamente 1403703145_880287.html [Consultado el 10
diferenciadas, sino que se amplíen y permitan la de diciembre de 2017]
incorporación de distintas identidades en cada uno Cornell, D. (1992). The philosophy of the limit:
de los parámetros del código. Como la existencia de systems theory and feminist legal reform. En:
géneros fluidos, berdaches,8 u otros. D. Cornell, M. Rosenfeld, & D. Gray Carlson
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CONTACTO
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Recibido: agosto 2018


Aceptado: julio 2019

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