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Actas del congreso internacional de
Arquitectura Vernácula
“Andalucía y América,
entre la tradición y la modernidad”

Editores:
Ana Aranda Bernal,
Francisco Ollero Lobato,
Fernando Quiles García y
Rafael Rodríguez-Varo Roales

Sevilla, 2007
Organiza Graciela M. Viñuales – CEDODAL
Área de Historia del Arte
Dpto. de Geografía, Historia y Filosofía Comité ejecutivo
Universidad Pablo de Olavide Fernando Quiles, coordinador
Ana Aranda Bernal, secretaria
Comité científico Francisco Ollero Lobato, secretario
Juan Agudo Torrico – Univ. de Sevilla Arsenio Moreno Mendoza
Lorenzo Alonso de la Sierra. Consejería de Educación. Ramón Gutiérrez
Ana Aranda Bernal. Univ. Pablo de Olavide Graciela Viñuales
Alfonso del Pozo – ETS. de Arquitectura. Sevilla José Manuel Almansa Moreno
Gema Florido. Univ. del País Vasco.
Ramón Gutiérrez. CEDODAL. Secretaría Técnica
Elodia Hernández. Univ. Pablo de Olavide. Francisco Hidalgo. Olavide en Carmona
Macarena Hernández. Univ. Pablo de Olavide.
Francisco J. Herrera – Univ. de Sevilla. Colaboradores:
Francisco Ollero. Univ. Pablo de Olavide.
Guillermo Pavón – ETS. de Arquitectura. Sevilla
Víctor Pérez Escolano – ETS. de Arquitectura. Sevilla
Fernando Quiles. Univ. Pablo de Olavide.
Magdalena Torres. Consejería de Obras Públicas.

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede repro-
ducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo
fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sis-
tema de recuperación, sin permiso escrito de los editores.

Colabora: M
 inisterio de Educación y Ciencia.
Programa de Acciones Complementarias
© Departamento de Geografía, Historia y Filosofía.
Universidad Pablo Olavide
Carretera de Utrera, km 1.
41003. Sevilla
© Ana Aranda Bernal, Francisco Ollero Lobato, Fernando Quiles García y
Rafael Rodríguez-Varo Roales (Editores), 2007
Impreso en España-Printed in Spain
I.S.B.N.:
Depósito Legal: SE-
Maquetación e impresión: Pinelo Talleres Gráficos, S.L. Camas-Sevilla
PRESENTACIÓN

El abandono de los hábitos tradicionales en el medio rural ha tenido una incidencia


directa en la progresiva desaparición de la arquitectura vernácula. En la última década
pueblos enteros han cambiado su faz por la sustitución de esas ancestrales formas de
ocupación. Es un hecho que las novedades se han producido como resultado inmediato
de las necesidades de una población que necesita acomodarse a un nuevo espacio y en
condiciones de habitabilidad distintas a las de sus antepasados.

En una postura intermedia que comprende la necesidad de adaptar la vivienda a los


nuevos usos, en los que ya no entra el almacenamiento de grano o la estabulación de
las bestias, pero también considera la salvaguarda de ciertos testimonios identitarios,
los miembros del Comité Ejecutivo y Organizador del CISAV promovieron una debate
sobre el futuro de esa arquitectura.

En ese sentido plantearon varias sesiones para proceder al reconocimiento de los


tipos, su valoración, con distinción de matices artísticos, arquitectónicos, antropológi-
cos o sencillamente culturales.

El Congreso se convirtió así en marco de análisis y debate sobre la coexistencia de


un hecho patrimonial con una realidad social. Para ello pensamos en la contribución de
cuantos conocen estas circunstancias, desde un punto u otro de vista.

Ello tuvo cabida en las siguientes secciones:

1. Identificación de la arquitectura y definición de sus tipos. Especialmente los mo-


delos sevillanos
2. Proyecto y construcción. Arquitectura de tierra. ¿Arquitectura sin autor?
3. Vivir la casa. Antropología del espacio construido.
4. Vida y muerte de una arquitectura. Conservación y aprovechamiento. Iniciativas
particulares.
En las páginas que siguen mostramos el balance final de este encuentro.
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íNDICE

Ponencias
Arquitectura Vernácula en Iberoamérica. Historia y persistencias
Graciela María Viñuales........................................................................................................................ 15
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro
Fernando Quiles..................................................................................................................................... 25
Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios
Juan Agudo Torrico................................................................................................................................ 37
Más allá de identificación. Interpretar la arquitectura vernácula
Pablo Diáñez Rubio............................................................................................................................... 53

Comunicaciones
Los palacios y castillos campestres cacereños desde el siglo XVI como centro de la explotación
agropecuaria de la dehesa. Su repercusión en los cortijos de los siglos XIX y XX
Antonio Navareño Mateos..................................................................................................................... 59
São Paulo do século XIX: a arquitetura rural e sua dimensão cultural-antropológica
Neide Marcondes de Faria e Manoel Lelo Bellotto............................................................................... 66
Arquitectura de la vivienda prehispánica y colonial. Una perspectiva comparativa en el área
valliserrana del Noroeste argentino
Laura Quiroga........................................................................................................................................ 71
Arquitectura y sociedad: Haciendas y hacendados en la Sevilla del siglo XVIII
Álvaro Recio Mir................................................................................................................................... 78
La arquitectura vernácula como laboratorio de experimentación y vía de modernización para la
arquitectura moderna
Mónica Vázquez Astorga....................................................................................................................... 86
La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII: Consideraciones sobre su valor, diseño y construcción según
las fuentes documentales
Francisco Ollero..................................................................................................................................... 93
Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI
Luis J. Gordo Peláez.............................................................................................................................. 102
La tradición en el discurso arquitectónico de los templos del ámbito rural gallego
Dolores Villaverde Solar........................................................................................................................ 115
Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la
percepción de sus pobladores
Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía..................................... 123
O resgate do ofício da cantaria em Ouro Preto através das fontes orais
Deise Simões Rodrigues, Valdei Lopes de Araujo, Carlos Alberto Pereira........................................... 132
Documentación de arquitectura vernacular. El caso de la arquitectura de tierra en el norte del Perú
Antonio Benavides y Víctor Pimentel................................................................................................... 139
Encala tu Patrimonio. Un Estudio Etnológico de las Caleras de la Sierra
Paz Canillas Rey y Loreto Martínez Otero............................................................................................ 144

—  9  —
Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano
Ana Servigna......................................................................................................................................... 151
Diseño de mejoras en arquitectura vernácula del árido sanjuanino
Carina Carestia, Irene Blasco Lucas...................................................................................................... 160
Minas Gerais no limiar da modernizaçâo: o eclectismo vernacular em três cidades de origem colonial
Adalgisa Arantes Campos...................................................................................................................... 168
Arquitectura del puerto de Ilo (Perú): cubiertas de artesa y entramados revestidos con chapa metálica
Rosa Bustamante Montoro.................................................................................................................... 173
La vivienda vernácula en Venezuela. La riqueza de sus manifestaciones y el ingenio en su
construcción.
Nory Pereira Colls, Nelly Mejía, Samantha Márquez........................................................................... 177
Elementos mudéjares en la arquitectura vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha
Juan Fernando Bontempo...................................................................................................................... 184
Modos de construir, modos de alimentar e conviver: As casas de farinha do Brasil
Maria Angélica da Silva, Melissa Mota Alcides.................................................................................... 193
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina
I. Blasco Lucas, G. Re, L. Vega, M. Fábrega, N. Merino, E. Hidalgo, R. Rosés, L. Simón................. 200
El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de
Maracaibo
Francisco Mustieles Granell, Carmela Gilarranz Runge....................................................................... 208
Vivienda tradicional de la Cañada (Zopoco, Mich.)
Héctor Javier González Licón............................................................................................................... 218
Goiás, ejemplo exitoso de la arquitectura vernácula brasileña
Percival Tirapeli..................................................................................................................................... 225
Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de Autoconstrucción sostenible en Situación de Borde
Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile
Virginia Vásquez, Jaume Avellaneda..................................................................................................... 233
Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada
José Manuel Almansa Moreno............................................................................................................... 243
Formas y usos de la vivienda tradicional en el centro de la región de Murcia
Francisca del Baño Martínez................................................................................................................. 253
Arquitectura señorial en Carmona
Fátima Halcón........................................................................................................................................ 261
Ermitas, capillas y oratorios privados en los cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una
arquitectura vernácula para conservar
José Maldonado Escribano.................................................................................................................... 271
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura de la Sierra Norte de la provincia de
Guadalajara
Antonio Miguel Trallero Sanz, Ana Marín Palma y Enrique Fernández Tapia..................................... 280
Casillas de campo en Daimiel: Tradición y contemporaneidad
J. Ángel Hidalgo Arellano..................................................................................................................... 288
José Luis Fernández del Amo: arquitectura anónima de autor
J. Ángel Hidalgo Arellano..................................................................................................................... 293
Conventos de clausura: las otras arquitecturas
Mª. Teresa Pérez Cano, Eduardo Mosquera Adell................................................................................. 297

—  10  —
Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la
vivienda de Dos Torres.
Francisco Manuel Carmona Carmona................................................................................................... 301
Sevilla a caballo del 1600. Experimentaciones con los tipos vernáculos
Alfonso del Pozo y Barajas.................................................................................................................... 312
Arquitectura vernácula en Lora del Río (Sevilla)
María Pulido Montesinos....................................................................................................................... 318
Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)
Paulo Quitério........................................................................................................................................ 322
Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola
Santiago Amaya Corchuelo................................................................................................................... 330
La masía: Una mirada retrospectiva hacia la contemporaneidad
Joan Curós Vilà...................................................................................................................................... 338
Viejos y nuevos usos de la arquitectura industrial vernácula. Patrimonialización y turismo en Santa
Ana la Real (Huelva)
Javier Hernández Ramírez..................................................................................................................... 342
La arquitectura doméstica tradicional en Carmona
Rocío Anglada Curado........................................................................................................................... 350
Arquitectura vernácula y popular duriense
Maria Eunice da Costa Salavessa.......................................................................................................... 357
La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la arquitectura vernácula en la provincia de Granada?
Miguel Ángel Sorroche Cuerva............................................................................................................. 368
Arquitectura popular y “modernidad apropiada” en la Quebrada de Humahuaca, Argentina. Paisaje
Cultural de la Humanidad
Olga Paterlini, Susana Villavicencio, María Alejandra Rega................................................................ 376
Rehabilitación de antiguas posadas vernáculas para el nuevo turismo interior: la posada de la Tía
Cayetana en Torrebaja, Rincón de Ademuz (Valencia)
Camilla Mileto, Fernando Vegas, Patricia Cruzans............................................................................... 384
Revalorización de las construcciones rurales tradicionales mediante su reutilización. Caso particular:
Los palomares en el suroeste de Soria.
José María Fuentes Pardo y Laura Carrera García................................................................................ 392
Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en
Arroyomolinos de León (Huelva)
Aurora Villalobos Gómez...................................................................................................................... 397
La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura
vernácula
Mª Isabel Durán Salado......................................................................................................................... 408
Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura.
Necesidad de la aplicación de los principios científicos de la arquitectura
Benito Sánchez-Montañés Macías......................................................................................................... 416
Sistema de Información Geográfica Aplicado al Regionalismo en Sevilla de 1929
Rafael Rodríguez-Varo Roales.............................................................................................................. 425
El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)
Mari Carmen Naranjo Santana.............................................................................................................. 430
¿Fábricas o molinos? Reflexión sobre la destrucción del patrimonio pesquero-conservero de la
localidad onubense de Ayamonte.
Rafael Cáceres Feria.............................................................................................................................. 439

—  11  —
Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas comunidades rurales en zonas árido-sísmicas
Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas.................................................................... 445
La reconversión de áreas industriales obsoletas. Dos propuestas
Nieves Martínez Roldán........................................................................................................................ 454
Patrimonio y espectáculo. Imagen y desaparición: olvidar y recordar
Mariano Pérez Humanes........................................................................................................................ 462
La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del
patrimonio construido
Belén Calderón Roca............................................................................................................................. 470
De experiencia piloto a proyecto consolidado en la rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en
Extremadura
Mª. Ángeles Ávila Macías..................................................................................................................... 482
Arquitectura vernácula en el Valle del Guadiato
Rafael B. Mendoza Yusta....................................................................................................................... 491
Patagonia. Nuevas perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula
Liliana Lolich......................................................................................................................................... 499
Haciendas de olivar en Palomares del Río (Sevilla). Vestigios arquitectónicos de una época pasada
Eva Benítez Llorens............................................................................................................................... 507

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Ponencias
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Conferencia Inaugural

Arquitectura Vernácula en Iberoamérica.


Historia y persistencias

Graciela María Viñuales


Conicet. Argentina

Es bastante habitual ver que los términos de le ofrecía madera, piedra, tierra y variados elemen-
“vernáculo” y “popular” se apliquen por igual a tos vegetales y aun animales. Pero ningún pueblo
construcciones que han sido levantadas sin el apoyo se ha desarrollado con total autonomía de sus veci-
profesional. Sin embargo, no hay que olvidar la nos, por lo cual las arquitecturas vernáculas no son
verdadera esencia de las palabras. Vernáculo es lo las “incontaminadas”, si no las que cuando se han
propio del país, y Popular es lo propio del pueblo, apropiado de diseños ajenos lo han hecho en dosis
aceptado por el pueblo, vulgar. Como se ve, no hay controladas y a través de adecuaciones. Ello puede
una diferencia tajante, pero muchas veces la pala- haber pasado con los materiales y con las técnicas,
bra “popular” ha sido usada en tono algo despec- porque se ha visto que responden a las necesidades
tivo, mientras que lo “vernáculo” parecía tener un del grupo humano.
cariz más culto. De todos modos, el momento y la Aun ciertos elementos muy extraños y llegados
circunstancia serán los que inclinen al uso de una u de lejos pueden ser resignificados y reutilizados,
otra, a lo que también contribuirá el habla propia de como los provenientes de construcciones navales o
cada uno de nuestros países y regiones. Por ello, a lo de soluciones del proceso industrial. Baste señalar
largo de este texto y de estos días de reflexión sobre tres casos: techos en forma de bote invertido, sobre-
el tema, lo vernáculo y lo popular se alternarán más cimientos hechos con piedras de molino y bóvedas
de una vez. hechas con ollas cerámicas. Los usos se consolidan
En América, muchas veces estos epítetos son porque han mostrado su eficacia, su adecuación al
aplicados con preferencia a las expresiones indíge- clima y a las formas de vida, porque están a dispo-
nas o de rasgos más simples, pero también a lo que sición y porque hay mano de obra que sabe cómo
de algún modo remite a las formas constructivas hacerlo. Esto supone una lentitud en cada una de
prehispánicas que aun perduran. Asimismo, suele las etapas de ensayo y de apropiación, que lleva a
pensarse que lo popular es lo rural, o al menos lo decantar soluciones.
periurbano, lo pasado de moda, la arquitectura que
tiene pocas instalaciones de confort. Pero el tema es
más amplio, ya que muchas veces significa lo que El aporte español
cada pueblo consolida como propio, partiendo nor-
malmente de lo aborigen, pero agregándole las in- Los europeos encontraron en América algunos
fluencias que a lo largo de los años se han recibido, aspectos que les eran familiares. Esto les permi-
se han aceptado y ya se han hecho propias. tió conjugar experiencias, por la tradición europea
La arquitectura popular siempre ha echado mano misma, y por la influencia árabe que habían tenido
de los materiales que le ofrecía el entorno. Con ello en su territorio. Es evidente que, ante la imperiosa
armó su primer cobijo y con esos materiales avanzó necesidad de cobijar rápidamente al grupo de veci-
poco a poco a través del ensayo, el error y la co- nos de una nueva ciudad se debió acudir al empiris-
rrección. En tierras americanas el medio geográfico mo. Los jefes fueron los responsables de organizar

15
Graciela María Viñuales

Las raíces hispanas pueden


leerse en muchas capillas
americanas. Udpinango (La
Rioja, Argentina).

y dar directivas ciertas para el éxito del emprendi- -sismos, incendios e inundaciones- constituyeron
miento, llevado a cabo por sus huestes y por aborí- llamados de atención para adecuarlas y mejorarlas.
genes. Para ello fue fundamental conocer los mate- A lo largo del tiempo fueron concretándose cier-
riales que el lugar fácilmente ofrecía. tas normalizaciones regionales que dieron lugar
Las crónicas nos muestran cómo se tomaron las a una arquitectura con características propias en
primeras decisiones y cómo se guarecieron duran- donde encontraron expresión los más humildes ar-
te algún tiempo mientras iban conformando las vi- tesanos y los grandes constructores. Los sistemas
viendas definitivas. En una y otra etapa podemos tradicionales que así se consolidaban permitieron su
encontrar construcciones de tierra y de madera prin- empleo en obras barrocas, rococó y hasta neoclási-
cipalmente, pero lo más interesante está en lo que cas, así como en la arquitectura popular y en las mil
se levantó con idea de perdurabilidad y con visión variaciones y combinaciones que el ingenio lugare-
de futuro. La tapia parece haber sido la disposición ño inventaba.
más socorrida y es bien notorio el cuidado con que Unas regiones se caracterizaron por el empleo
se la construía. de las tapias, como los páramos venezolanos o los
También el hombre de color traía desde África llanos colombianos. En otros lugares fue el adobe
sus ancestrales tradiciones de construcción con tie- el que dio la característica, como en el noroeste ar-
rra. Ellas estaban más bien dentro de sistemas de gentino, en el norte chileno y en la zona cusqueña.
moldeo directo de barro, de entretejido de ramas o Los tepes se usaron mucho en las pampas y en los
de combinaciones que terminaban con el amasado aledaños del lago Titicaca, aquí formando techos de
sobre el mismo edificio. Fue en las costas en gene- hiladas avanzadas inclusive.
ral, y en el Caribe y el Brasil en particular, donde Los entramados se instalaron en rincones del Bra-
mayor impronta dejaron estos grupos. sil y del Paraguay, Bolivia y la Argentina. Pero fue en
la costa Pacífica, con sus problemas sísmicos, donde
el sistema, posibilitó innumerables maneras de cons-
La integración truir. Primero, la simple quincha -de caña y barro- de
la casa de un solo piso. Enseguida, el edificio con
Este riquísimo panorama de aportes se vio influi- planta baja de adobe y altos de quincha. Llegando a
do por el clima, la geografía y la historia. Ello hizo casos interesantísimos de grandes emprendimientos
que se amoldaran entre sí y que desde un principio monumentales realizados totalmente con entramado
lograran una adecuación que creció a lo largo del de cañas y maderas que imitan pesadas construccio-
tiempo. La posibilidad concreta de obtención de los nes de piedra y son livianas arquitecturas cuya elasti-
materiales, la adaptación de la mano de obra y las cidad les permite enfrentar con éxito los temblores.
herramientas que había disponibles ajustaron las téc- La llegada de la independencia no significó una
nicas. Pero también es cierto que algunos desastres ruptura con lo que venía dándose. Hasta mucho más

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Arquitectura Vernácula en Iberoamérica. Historia y persistencias

Los rigores del clima


reclamaron el uso
de galerías corridas.
Trinidad (Bolivia)

adelante siguieron en pie los sistemas tradicionales de los Andes, cuanto en elegantes construcciones de
de construir. las principales capitales virreinales. Inclusive, en
épocas de transición política o de grandes cambios
históricos, los mampuestos pétreos fueron reutiliza-
Los materiales de construcción dos en nuevas obras generando edificios distintos de
los que habían recibido esas piezas en su origen.
Piedra

La piedra había tenido aplicación en las grandes Madera


ciudades incas, aztecas y mayas. A veces su diseño
copiaba antiguas formas de otros materiales, como La madera americana constituyó una de las rique-
los haces de cañas, tal como se ve en México. Pero zas del continente. El Brasil debe su nombre al “palo
más allá de estos destacados ejemplos monumenta- Brasil” del cual los portugueses extraían tinturas.
les, en muchos otros sitios, la piedra no era canteada Las maderas cubanas se exportaron a España para la
ni concertada con ese cuidado, sino que simplemen- construcción del Palacio Real en el siglo XVIII.
te era usada con pequeños acomodos, con mezclas Aún hoy en la continuidad de muchas arquitec-
de barro o apilada en seco. Cantos rodados, lajas, turas vernáculas o populares de la madera se sigue
piedras volcánicas, eran aprovechadas cuando la re- usando con las mismas tradiciones constructivas de
gión las ofrecía. hace siglos (casas palafíticas en sus diversos encla-
La combinación de ellas dio ejemplos destaca- ves). Pero también desde el siglo XIX las migracio-
dos a lo largo de los siglos, ya en la arquitectura po- nes -alemanas e italianas sobre todo- con sus propios
pular, ya en la realizada por profesionales. Durante sistemas de corte y sus trabajos ornamentales, inte-
la época hispana, muchas veces la directiva era usar graron otras modalidades formales y constructivas.
piedra en los grandes edificios, pero no siempre las En las arquitecturas contemporáneas las poten-
regiones podían cumplir con esto dada la escasez cialidades tecnológicas las maderas laminadas no
del material, más cuando había otras obras públi- ha hecho perder a los arquitectos la noción de que
cas como los puentes en donde era más necesaria. los sistemas tradicionales también pueden aportar a
Por eso, no puede tomarse al uso de la piedra como la valoración de una arquitectura regional. La abun-
señal de calidad o de prestigio, sino más bien como dancia de maderas diferentes para la construcción
indicio de la zona en que se está trabajando. ha permitido históricamente a los pueblos america-
Más bien, los sistemas constructivos y las termi- nos realizar obras de calidad utilizando esta oferta.
naciones podrán diferenciar a las arquitecturas de Sin embargo la tala indiscriminada va llevando a
piedra entre sí, porque tanto se las verá en uso en situaciones límites que comprometen las posibilida-
páramos pobres, tal como sucede en muchos sitios des de reposición.

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Graciela María Viñuales

con tierra (bahareque, quincha, estanteo) hasta el


uso para armar cielorrasos para techumbres de tejas
como era habitual desde la época colonial. En los
últimos años los estudios realizados desde el punto
de vista botánico y los análisis técnicos, permitieron
notorios avances en el conocimiento de las calidades
y potencialidades de la guadua. Esto se ha produci-
do especialmente en Costa Rica, Colombia, Ecua-
dor y Venezuela, aunque al promediar el siglo XX,
ya hubo trabajos en este sentido dentro del Brasil.

Hierro y Vidrio

El uso del hierro en la construcción fue tardío en


América. Las primeras transferencias, en la época
colonial se realizaron para rejas importadas desde
Vizcaya, aunque en pequeñas piezas, clavos, herra-
mientas, se usaban desde antes. La transferencia de
grandes estructuras comenzó sólo a mediados del
siglo XIX y hubo profesionales que por entonces
sentenciaban que el “adelanto de los pueblos se
mide por el consumo de hierro”.
Las estructuras de hierro posibilitaron además
algo totalmente novedoso: la ruptura de la relación
entre arquitectura, medio y paisaje. Así aparecie-
Tradiciones locales y europeas se fundieron en la ron para cubrir los nuevos espacios de mercados,
arquitectura maderera. Chiloé (Chile). estaciones de ferrocarril, instalaciones portuarias
e industriales. Al principio se trataba de elementos
importados, pero ya en 1870 muchos países con-
Caña taban con grandes fundiciones para abastecerse y
hasta exportar. Ello dio como resultados notables
Tradicionalmente, las cañas en sus diversos tipos cambios en las grandes obras, aunque también po-
fueron usadas en la construcción, especialmente sibilitó el uso del material en soluciones puntuales.
combinadas con barro ya fuera para paredes, ya Entre esas soluciones están los llamados “jardines
para cubiertas y cielorrasos, teniendo la posibilidad de invierno” o los paneles vidriados, que eran pen-
de adquirir diversas formas curvas de acupulados o sados para las nuevas casas o agregados a las cons-
abovedados. Así como las más gruesas podían ser trucciones existentes.
elementos estructurales, las más finas cubrían mu- Así aparecen los cerramientos con vidrios de
chas necesidades de cerramientos, de rellenos orna- color, lisos o en relieve, las claraboyas, las mam-
mentales y de control acústico. Estos últimos usos paras curvas, a lo que se agregarán los vitrales de-
fueron los que perduraron más tiempo llegando a la corados, los espejos, las lunetas, que cambiarán el
segunda mitad del siglo XX. sentido espacial de muchas casas, iglesias y sitios
En las últimas décadas y como consecuencia de de recreo. La combinación de hierro y vidrio -o la
la revaloración de las arquitecturas vernáculas, la de madera y vidrio- pronto pasará a la arquitectu-
caña gruesa -sobre todo la llamada tacuara o bam- ra popular dando un toque particular con pequeños
busa guadua- resurgió como un material apto para detalles. Esto se verá en arquitecturas tropicales,
numerosos usos en la construcción. Por su bajo como en Colombia, Cuba, Puerto Rico y Domini-
costo, la facilidad de reforestación y rapidez de cre- cana para separar espacios dejando correr el aire
cimiento, pronto ha sido objeto de planes regionales superior. Pero también con soluciones propias de
y nacionales para su aprovechamiento. zonas templadas que aprovechan los cambios cli-
El bambú ofrece además la potencialidad de múl- máticos, y en adecuaciones a zonas frías para acu-
tiples usos, desde los tradicionales de la construcción mular el calor solar.

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Arquitectura Vernácula en Iberoamérica. Historia y persistencias

El lugar define las


soluciones en los
intemporales conjuntos
urbanos. Cusco (Perú).

Tierra soluciones es notable y pueden encontrarse desde


las más simples enramadas o empalizadas que reci-
La tierra como material de construcción tiene ben un acabado de barro, hasta complicados tejidos
una larga trayectoria en el continente desde épocas de ramas, juncos y fibras que ofrecen calidades in-
precolombinas, a la que después se le agregarían las sospechadas. Dentro de estos sistemas se encuen-
tradiciones ibéricas y africanas. Su uso se fue dejan- tran también las cubiertas planas y curvas que apro-
do de lado en algunas grandes ciudades debido a la vechan la flexibilidad del soporte.
influencia del ladrillo primero y del cemento des- El uso del ladrillo y la teja marca claramente las
pués, pero prevaleció en las ciudades menores y aun etapas de transformación en la sociedad colonial
en las que la tradición era suficientemente fuerte. de los grupos urbanos. El siglo XIX trajo la primi-
Las técnicas usadas eran básicamente tres: la de las cia de los ladrillos de máquina importados y unas
tapias, la de la albañilería -en especial el adobe- y nuevas dimensiones que variaban las antiguas para
los entramados que, con los nombres de quincha, que pudiera ser manejado con facilidad en obra.
bahareque, estaqueo, torta, habían demostrado una También abrió la compuerta al ladrillo hueco de
amplia cobertura. Su uso se basaba en la buena dis- máquina.
ponibilidad, su facilidad de preparado, conservación En épocas decimonónicas, determinados elemen-
y reciclado, sus calidades frente a variaciones climá- tos ornamentales de la construcción fueron introdu-
ticas y sus potencialidades como aislante acústico. cidos como símbolos del adelanto de la arquitectura.
El adobe fue utilizado en diversos tipos confor- Las terracotas italianas o “romanas” permitieron dar
mando elementos de aristas rectilíneas o bien usan- rápida y barata respuesta a las crecientes demandas
do formas curvas, esféricas, cilíndricas, mixtas. Los de balaustres, frisos, jarrones y otros elementos que
trabajos arqueológicos nos muestran la existencia el repertorio academicista reclamaba. A la vez, el
de numeroso tipo de piezas y variada concertación. uso de los azulejos que se había generalizado desde
En ciertas zonas también eran utilizados los terro- el XVI en las principales ciudades de la colonia,
nes de césped con disposiciones muy interesantes. primero importados de las fábricas de Triana o de
La tapia tuvo amplia difusión, llegándose a cons- Talavera y luego realizados en América, tendrían un
truir ciudades enteras con este sistema. Muchas de renovado impulso en el XIX con las importaciones
ellas pueden hoy verse, sea que estén en uso, sea desde el Pas de Calais. Estos azulejos pequeños que
que se conserven como sitios arqueológicos. En este se utilizaban para zócalos, alféizares, o para recubrir
último caso, asombra la fortaleza de ellas, ya que cocinas y baños, llegaban como lastre de los barcos
han pasado siglos sin haber recibido ningún tipo de y por ende su costo era muy accesible. Los podemos
mantenimiento, han perdido sus techos y han que- encontrar en todo el Cono Sur americano y en el
dado expuestas a soles, vientos y climas salinos. En Brasil, donde además otros azulejos franceses, in-
cuanto a las tierras con entramado, la diversidad de gleses y portugueses habían generado el hábito de

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Graciela María Viñuales

Las “Geomoradas” rescatan


los valores vernáculos.
Zacatecas (México).

recubrir fachadas de edificios en San Luiz de Ma- veían como una panacea. Se conjugaba con la pro-
ranhão o Salvador de Bahía, o simplemente para puesta de nuevos temas arquitectónicos y sus nece-
proteger sitios destacados como las cúpulas de las sidades tecnológicas, así como con las modas estilís-
iglesias uruguayas y argentinas. ticas que conllevaban cambios sociales profundos.
A fines del siglo XIX una importación más se- Las zonas portuarias vieron cambiar su fisonomía
lectiva permitió el masivo ingreso de los azulejos en pocos años. Las ideas europeas hicieron carne
art nouveau, belgas, ingleses, alemanes y franceses. en los dirigentes y poco tiempo después se habían
Utilizados en baños y cocinas, que ya habían aban- adueñado del sentir de vastas capas sociales. Más
donado la premisa de los paños lisos, tuvieron par- tarde, los Estados Unidos influirían principalmen-
ticular éxito engalanando los zaguanes de entrada te en el Caribe y en la costa del Pacífico. No sólo
de las casas. En los años veinte, con el triunfo del serían sus materiales industrializados, sino también
regionalismo andaluz en Estados Unidos, el resurgi- sus particulares disposiciones arquitectónicas así
miento del neocolonial y la difusión prestigiada del como las distribuciones internas de la vivienda las
cine, los azulejos de Andalucía y Talavera recupe- que se conjugarían para crear nuevas necesidades.
raron un poderoso mercado para usarse en fuentes, Se abrió una brecha entre “lo moderno” y “lo re-
patios, zócalos y pisos. trógrado”, falsa opción que hasta hoy está presen-
te y que descalifica a las arquitecturas propias del
lugar. Sin embargo, en el interior se conservaba la
La revolución industrial tradición, que llegó hasta nuestros días con pocas
modificaciones.
Fue con la aparición de las nuevas ideas del li- Mientras tanto, en ciertos círculos intelectuales
beralismo -en la segunda mitad del siglo XIX- que comenzó una reacción tradicionalista que tuvo como
se generó el corte que otros cambios políticos no puntos principales a México y la Argentina y que
habían ejercido, tanto con respecto a la historia an- abarcó diversos aspectos. Comenzó con la literatu-
terior, cuanto entre las diferentes regiones. A partir ra, pero pronto pasó a las artes plásticas y a la arqui-
de entonces se produjo una grieta que siguió agran- tectura, plasmándose casi coincidentemente con los
dándose con el tiempo y separando a sitios ricos de Centenarios de las Independencias y con la primera
sitios pobres. Con el correr de los años esto se hizo guerra mundial, en el movimiento neocolonial.
muy notorio. Los lugares apartados fueron celosos Se dirigió más a las formas y fue una reacción
conservadores de tradiciones y lógicamente las ar- filosófica más que tecnológica. Abogó por recupe-
quitecturas populares fueron parte de sus tesoros. rar los valores vernáculos, abrió un camino, pero no
En los lugares que ingresaban las nuevas ideas, tuvo ella sola capacidad para ahondar la propuesta.
penetraba la convicción de que lo moderno era la Se logró detener la depredación del patrimonio mo-
utilización de los materiales industrializados, que se numental, se encararon las primeras restauraciones

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Arquitectura Vernácula en Iberoamérica. Historia y persistencias

de monumentos coloniales y de consolidación de mejoraba el mantenimiento y el comportamien-


sitios arqueológicos. Pero en nombre de esto se to antisísmico. El trabajo en los centros históricos
llegó a intervenir incorrectamente en numerosas ayudó a ver mejor cuáles eran las posibilidades y
ocasiones. los límites de los materiales y los sistemas antiguos.
Algunos reordenamientos urbanos llevados a cabo Podía programarse así con más ajuste un proyecto
a partir de 1930, abatieron auténticos edificios colo- de protección y de reglamentación no sólo para los
niales para levantar imitaciones. A esto se unieron grandes monumentos, sino para todo el conjunto y
ciertas reglamentaciones que, buscando preservar, para las nuevas construcciones. Ello daba lugar a la
dieron pie para emprender colonialismos falsos. Así, recuperación de antiguas técnicas y a la revaloriza-
el movimiento neocolonial ayudó a mirar la herencia ción de la mano de obra tradicional.
hispánica y precolombina, pero también hizo daño. La conservación de la energía ha ayudado a ver
el asunto desde un ángulo que parecía no tener in-
cidencia tres o cuatro décadas atrás y que hoy es
El panorama a partir de mediados del XX realmente acuciante. El reciclaje de los elementos,
supone un ahorro energético. Igual que cuando se
A medida que aquellas ideas de la modernidad repara con el mismo material recolectado en el
iban penetrando en el territorio, se iban desparra- lugar, cuando esa familiaridad hace que el poblador
mando las alteraciones que al principio fueran sólo sepa exactamente qué hacer frente a un problema
visibles en los grandes centros. Los viejos edificios y no necesite trasladarse a pedir ayuda ni esperar
no eran bien mantenidos y cada vez se usaban menos interminablemente apoyos de técnicos o la llegada
las técnicas tradicionales en la nueva construcción. de materiales ajenos a la región.
Este doble abandono del patrimonio edificado y de La escasez de vivienda en nuestros países, que
los sistemas constructivos fue acelerándose. año a año va en aumento, hizo volver los ojos a en-
Hechos fortuitos ayudaron a esto. Terremotos tidades oficiales, a centros de estudio y a profesio-
como el de San Juan en la Argentina (1944) y como nales libres hacia la vivienda popular y a su con-
el del Cusco en el Perú (1950) permitieron cambios creción utilizando técnicas ancestrales. En todos los
en el urbanismo y en la arquitectura. Quienes inter- países del área hay experiencias en este campo, aun
vinieron como autoridades o como técnicos tuvie- sin mayor apoyo de los gobiernos.
ron en cuenta a la historia sólo para dejarla explí- La vuelta a ellas y su consideración actual ha de-
citamente de lado e inaugurar una “nueva era”. Era mostrado sus capacidades y hasta las ha proyectado
en la que lo tradicional no tendría cabida, ya que se a ámbitos de características similares. En la actua-
lo hacía responsable de los mayores desastres, sin lidad, los estudios de laboratorio y las mediciones
considerar el abandono que los antiguos edificios in situ han abierto una nueva luz para su aplicación
venían sufriendo. y han dado confirmación a muchas aseveraciones
Pero como el poblador aislado seguía cons- basadas en el conocimiento empírico. Hoy se han
truyendo y reparando sus edificios con sus viejos multiplicado los profesionales que se ocupan de su
sistemas, como no tenía apoyo técnico, incurría en estudio, difusión y utilización en obra, lo que ha re-
faltas cada vez más graves. Se marchaba hacia una dundado en una revalorización general. Asimismo,
hibridación entre lo antiguo y lo moderno, mientras han comenzado a aparecer estas soluciones tradicio-
se recibía el impacto de los nuevos materiales. Los nales pero construidas con materiales industriales o
edificios así tratados resistían cada vez menos a las semiindustriales, dando una mayor riqueza de posi-
solicitaciones del clima o los desastres telúricos. Y bilidades. Finalmente, gracias a la consideración de
las nuevas reparaciones iban siendo peores. ellas, se han mejorado los sistemas de conservación
Mientras tanto, las escuelas de arquitectura se y restauración de edificios antiguos que, hasta hace
mantenían totalmente ajenas. Sin embargo, hubo poco, habían recibido tratamientos casi agresivos.
cambios y recuperaciones. Son tres los caminos que Se ve un mayor ahondamiento en los estudios
han convergido para dar nueva vida a estas técnicas: de historia de la arquitectura. No son sólo moti-
la restauración del patrimonio, la conservación de la vos estéticos los que se tienen en cuenta, sino que
energía y la vivienda popular. se estudian mejor los documentos de archivo y se
Los nuevos aires dados a las intervenciones de contempla a los edificios como documentos vivos.
restauración y conservación, hicieron ver cada vez Con ello se ayuda a una mejor conservación de los
con más hondura la necesidad de cuidar la homo- monumentos y se trata de conseguir una mayor
geneidad de los materiales y las disposiciones. Se conservación patrimonial, ya que se entiende que

—  21  —
Graciela María Viñuales

conservar las propias técnicas es también una de- ventanas que se abren al exterior pero que se cierran
fensa del patrimonio. Lo mismo cabe decir de la a la vista por medio de cortinas o paravanes repiten
consideración de sus aspectos simbólicos. en planta baja las posibilidades del balcón enrejado
de la planta alta. Postigos, vidrios, rejas, persianas
complementan estas posibilidades de mirar sin ser
Lo que hoy destacaríamos vistos, protegen de visitas indeseables y de los rigo-
res de la temperatura.
En América podemos encontrar soluciones cons- Éstas, que son las soluciones que se han ido con-
tructivas y arquitectónicas que tienen antecedentes sagrando en las viviendas, son las que después han
europeos o indígenas, podemos rastrear influencias pasado a otros edificios del lugar, a la vez que los
mudéjares y africanas, podemos hallar detalles pro- grandes emprendimientos nuevos traían novedades
venientes de las diferentes migraciones propias de que luego pasaban a las casas. Las soluciones han
los siglos XIX y XX, pero no es esa sumatoria de sido un constante ir y venir entre estos polos.
herencias la que dará sentido a nuestra arquitectu- De todo esto quisiéramos presentar algunos
ra popular. Lo que sí se lo dará es la forma en que ejemplos, como el de las pequeñas capillas sud-
cada región ha ido definiendo su manera de habitar americanas, levantadas en adobe o en tapia, con un
teniendo en cuenta su historia, su medio geográfi- sistema sencillo que, con pequeñas variaciones, se
co, sus costumbres y las apropiaciones que fue ha- encuentran en todo el subcontinente. Es evidente
ciendo a lo largo del tiempo. Es por eso, que en este que ellas tienen sus raíces en Andalucía, con su nave
texto no vamos a hacer un catálogo de arquitecturas única, su techo de par y nudillo, y sus muros latera-
del continente, sino que después del panorama pre- les prolongados, pero esas pequeñas variaciones son
sentado, queremos detenernos en aspectos genera- las que hablan de la adecuación a cada grupo huma-
les que explicaremos a través de algunos ejemplos no y a cada ambiente particular. Los ritos internos
significativos. son más o menos los mismos y hasta se parecen a
Uno de esos aspectos es el de la adecuación cli- los de hace un par de siglos, pero allí están la torre o
mática, que ha llevado al uso bastante frecuente de la espadaña, la extensión del coro, el posible balcón,
la galería. Formada por pies derechos de madera, la decoración interior, las imágenes y el mobiliario
genera un espacio intermedio que templa la tem- para hacer de esa capilla un asunto único. Así pasa
peratura interior, protegiendo de soles y lluvias a a distinguirse de las demás de la serie y a tener más
quienes transitan teniendo este techo como cobijo. connotación como referente del pueblo que como
Cuando es interior da lugar a varios quehaceres de ejemplo de un tiempo determinado, ya que sus apa-
la casa, la fábrica o el colegio. Cuando es externa riencias generales se han vuelto intemporales.
termina formando una vereda donde lo público y lo Otro ejemplo destacable es el de los sistemas
privado se misturan y donde por ello, se propicia constructivos de los entramados de madera y barro
el intercambio social. Las calles continuas con esta que se encuentran en diversos lugares con niveles
solución pueden verse en casi todos los países, si de calidad variados y posibilidades múltiples en su
bien en algunas ciudades el sistema maderero ha hechura y en su aplicación. Entre los sistemas de
sido canjeado por arcos de piedra o pilares de ladri- tierra es el que más variedad ofrece, desde la sim-
llo. En algunos sitios, la galería rodea también a los pleza del norte venezolano o el litoral fluvial argen-
pisos superiores, como se ve en Panamá y Colom- tino hasta las posibilidades de la costa peruana con
bia. Otros aspectos que contribuyen a esas mejoras sus formas curvas y sus pinturas murales, así como
climáticas han sido el uso de toldos, la colocación las soluciones depuradas de la zona de Minas Gerais
de elementos vegetales, la elección del sitio de ten- en Brasil.
dido de ropa lavada y, lógicamente, la orientación. El sur del continente -la Patagonia chilena y la
También están las costumbres, como la de tener argentina- ha trabajado la madera integrando formas
una gran sala que se usará en contadas ocasiones, de construir locales -propias del siglo XVIII- con
pero que ninguna familia quiere dejar de tener. Lo influencias llegadas de Europa en siglos posterio-
mismo podría decirse de los altares domésticos y res. Esto ha generado una manera de construir típica
hasta de capillitas privadas que se ven en las casas o de la zona que abarca tanto la gran casona urbana
en zonas populares como mercados. La costumbre como la pequeña vivienda rural, los mercados pes-
de señalar jerarquías en las habitaciones y en los pa- queros y las escuelas, aunque dentro del panorama
tios, con su zaguán, su cancel y el escondido paso chileno sobresalgan los edificios religiosos. El sis-
al segundo patio, organiza la vida de la familia. Las tema permite rehechuras y cambio de sitio de los

—  22  —
Arquitectura Vernácula en Iberoamérica. Historia y persistencias

La arquitectura moderna del


Conjunto Divina Providencia
está hecha en bambú.
Manizales (Colombia).

paneles, así como el traslado del edificio completo. problema, como los ladrillos, aunque se agregan al-
En la zona de Bariloche (Argentina) esto fue común gunos materiales industrializados como las chapas
en la primera mitad de la pasada centuria, lo que de cinc. Pero en todas las obras aparecerá el plan-
más adelante permitió salvar edificios llevándolos a teo de habitaciones en hilera, con galerías a ambos
zonas más protegidas. En Chiloé (Chile) esto conti- lados, lo que se verificará tanto en la casa del geren-
nuó haciéndose hasta nuestros días aun a través de te cuanto en la del último obrero, además de verse
los canales, cuando una casa se llevaba de una isla a en la escuela, el club y el comercio. Las diferencias
la otra sin desarmarse y flotando sobre las aguas. estarán en los tamaños de la casa y el lote, así como
Los cambios productivos de finales del siglo en el uso de los materiales. Pero además de lo cons-
XIX dieron lugar a una serie de poblados indus- truido estará el tema del ambiente con los jardines,
triales en toda América. Si bien en muchas oca- la arboleda y el espacio verde en general que se dis-
siones quienes dirigían los emprendimientos eran tinguirán claramente de la selva circundante y de las
extranjeros, en la concreción de los asentamientos zonas deforestadas.
se debieron tomar en cuenta el clima y las formas Si en estos pueblos ya se veía la incorporación
de habitar propias de la región. Los ajustes entre de elementos industrializados, llegados junto a la
las ideas llevadas por la empresa y lo que el medio maquinaria fabril y las vías férreas, en otros sitios
físico y humano requería, dieron lugar a modelos comenzaron a aparecer materiales metálicos o ce-
particulares que, con unos cuantos denominadores menticios que imitaban elementos pétreos o con-
comunes, consolidaron soluciones particulares en juntos de otros sistemas. Entre los cementicios se
cada conjunto. Entre los puntos repetitivos están destacan los bloques que remedan piezas de pie-
la jerarquización de los espacios públicos y de los dra, que tuvieran gran difusión en el Caribe y en
barrios de viviendas, la separación entre zonas re- otras zonas de influencia norteamericana, de donde
sidenciales y zonas de trabajo, así como el control provenían. Las placas metálicas comenzaron a es-
general de la planta urbana. tamparse con dibujos de florones y guirnaldas que
Pero en cada sitio la arquitectura, la organiza- simulaban trabajos de yesería, por lo que tuvieron
ción de los barrios y hasta la provisión de servicios gran aplicación en cielorrasos. Pero luego vendrían
tendrá un toque particular. En México serán las fá- las chapas imitando otros materiales como ladrillo
bricas textiles levantadas con piedra y ladrillo, en a la vista, cubiertas de pizarra, sillería de piedra y
el norte de Chile las arquitecturas madereras para todo tipo de molduras y adornos. Si bien hoy po-
la extracción del salitre y del cobre, en la Argentina demos encontrar esto en sitios tan al sur como la
los pueblos tanineros que se ubicarán en las zonas ciudad de Castro (Chile) que tiene así revestida su
boscosas lindantes con Paraguay. Allí los edificios catedral, o como Rosario (Argentina), la zona cen-
echan mano de los materiales del lugar, como la troamericana parece haber sido la más receptiva a
madera, y a los que pueden fabricarse sin mayor estas novedades, ya que se las ve con asiduidad en

—  23  —
Graciela María Viñuales

muy diferentes lugares como en El Salvador o en necesidades, climas, cambios económicos y labo-
Costa Rica, usándose tanto en arquitectura domés- rales, a la organización familiar. Las migraciones
tica de barrios modestos hasta en edificios públicos generan intercambios y se aplican novedades, pero
entre los que se destacan las iglesias. Se ha llegado insertándose con respeto en de lo existente. Todo
así a plasmar una arquitectura vernácula apoyada en ello se da dentro de un conjunto unitario, opuesto al
elementos foráneos en este caso, o en premisas aje- individualismo, con tareas solidarias y participación
nas, como en el mencionado caso de los poblados de todo el grupo humano.
industriales. Hoy se pretende oponer lo culto y lo vernáculo
Pero hoy el enfoque ha dado un giro y entonces tratando de separar ideas y de cortar la antigua inte-
se trata de hacer en América una nueva arquitectura racción que había entre ambos mundos, achacándo-
que se base en valores, materiales y sistemas propios le a lo popular una falta de racionalidad, sin ver que
pero que represente también el momento en que se ésta está presente, aunque sigue caminos diferentes.
vive. Por eso, en todo el continente hay modelos de Por eso debemos romper estas dicotomías dejando
arquitectura moderna que mira de manera novedosa que otra vez fluya lo que daban y recibían ambos
a la arquitectura vernácula tomando de ella viejos mundos mutuamente. Con ello se propiciará el en-
saberes e integrándolos a las necesidades actuales. cuentro de espacios de libertad, dentro de la aven-
Entre ellos podríamos nombrar lo que se hace con tura del desorden que puede suponer la arquitectura
el bambú, como la Urbanización Divina Providencia vernácula. Así podrán recuperarse la convivencia,
de Manizales, Colombia, donde el uso de la “guadua los usos mezclados del suelo, el sentido de lo sa-
angustifolia” tradicionalmente usada por los pobla- grado, los ritos, los simbolismos, las creencias. Y
dores fue trabajada con sustanciales mejoras de ama- también podrá reencontrarse aquel continuo entre lo
rre estructural, diseño, comodidad y adaptabilidades vernáculo y la arquitectura con arquitectos.
al terreno inclinado y a las futuras ampliaciones de-
rivadas de los cambios en el núcleo familiar. El éxito
arquitectónico y social del emprendimiento abrió las Bibliografía
puertas a transferencias tecnológicas a otros ámbitos
como Costa Rica y Ecuador. CALDERÓN TREJO, Eligia, Las casas de Hacienda.
También podríamos mencionar el caso de las Un caso de arquitectura vernácula en Mérida, Mé-
Geomoradas, desarrolladas en Zacatecas, México, rida (VE), 1998.
Construcción de la Ciudad 19, Barcelona, Noviembre 1981.
en donde se levantaron viviendas de adobe recupe-
GUARDA, Gabriel, La tradición de la madera, Santiago,
rando un material que por entonces los sectores de
Universidad Católica de Chile, 1995.
menores recursos despreciaban, a pesar de haber GUTIÉRREZ, Ramón (coord.), La otra arquitectura.
sido retomado por los sectores altos de la socie- Ciudad, vivienda y patrimonio, Barcelona-Madrid,
dad. Si bien en un principio se trataba de solucionar Lunwerg, 2000.
un tema habitacional a partir del desarrollo de las Habiterra. Catálogo de la Exposición Iberoamericana de
economías regionales. Por haberse estudiado con Construcciones de Tierra, Bogotá, Escala- CYTED,
cuidado los prototipos, combinando exigencias de 1995.
seguridad antisísmica con las posibilidades econó- HIDALGO LÓPEZ, Oscar, Nuevas técnicas de construc-
micas de sus destinatarios, se logró interesar a los ción con bambú, Bogotá, Universidad Nacional de
Colombia, 1978.
propios Institutos de Vivienda para levantar sus res-
LOLICH, Liliana, Patagonia. Arquitectura rural en ma-
pectivas sedes dentro de los conjuntos usando los dera, Bariloche, Instituto Argentino de Investiga-
mismos materiales y sistemas. Hoy se ha convertido ciones de Historia de la Arquitectura y el Urbanis-
en otro ejemplo de arquitectura vernácula en la que mo, 1993.
se funde lo tradicional con lo nuevo. MORA SAUCEDO, Julio E. et al., Arquitectura Verna-
cular en Panamá, Washington, OEA, 1994.
SANOU ALFARO, Ofelia M., Arquitectura e historia en
Conclusiones Costa Rica. Templos parroquiales del Valle Central,
San José, Universidad de Costa Rica, 2001.
TÉLLEZ, Germán et al., Casa campesina. Arquitectura
Lo tradicional tiene profundas intuiciones, no
vernácula de Colombia, Bogotá, Villegas, 1993.
conquista la naturaleza: la acoge. Por ello las ideas VIÑUALES, Graciela María, “La interioridad del sur”,
de avances están presentes, aunque a su propio Cuadernos de Vivienda 1, Universidad Nacional de
ritmo, pero no son de ningún modo situaciones es- Tucumán, San Miguel de Tucumán, octubre 2003.
táticas. A lo largo del tiempo van adecuándose a las pp. 11-31.

—  24  —
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

Fernando Quiles
Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

La arquitectura vernácula sevillana está conde- Ante la imposibilidad de establecer patrones que
nada irremisiblemente a la desaparición. Y cuando rijan el conocimiento de la arquitectura residencial,
ello ocurra puede que alguien se duela. Cuando sea cabe referir la existencia de un prototipo que se
tarde nos quedarán los recuerdos, las fotografías y repite con mayor o menor fidelidad y que es el de
los documentos como testimonio de formas de larga estructura centrada por un patio, con planta baja y
trayectoria. Todos ellos constituyen un soporte de alta, y un corral trasero. Es una reducción del mode-
desigual solidez, pues frente a la memoria frágil y lo romano de atrio y hortus. En los pueblos sobre-
la fotografía engañosa, es el documento el que abre vive este precedente clásico, con un ámbito situado
más puertas al conocimiento, aportando cuanta in- tras la crujía de fachada, en el que se disponen las
formación puede resultarnos de interés. Las fuentes habitaciones principales, y otro que puede estar re-
documentales están llenas de noticias sobre estas ar- lacionado con las tareas agrícolas, abriéndose a una
quitecturas, unas más explícitas que otras; pero todas calle trasera, con salida directa al campo. Edificios
dándonos las coordenadas sobre las que reconstruir multifuncionales que suelen estructurarse en altura
realidades pretéritas. Del tratamiento de esta hete- con una planta alta, sobrado o alpende, destinado al
rogénea información podemos reconstruir edificios almacenamiento de productos del campo2.
desaparecidos, formas de trabajo olvidadas e inclu-
so maneras de vivir también abandonadas. En las
páginas que siguen se ha hecho uso de un conjunto El modelo clásico
de documentos extraídos de los registros notariales,
como muestra de la validez de esta fuente. Sea por tratarse de un tipo al que se llegaría por
lógica acomodaticia o bien sea porque se perpetuó
el antecedente, lo cierto es que la estructura clásica
Aquellas arquitecturas… de patio/atrio y corral-jardín/hortus, se mantendrá
hasta nuestros tiempos, especialmente en las pobla-
La casuística de la arquitectura vernácula es tan ciones más ruralizadas. La versatilidad del mismo
compleja que se resiste a la taxonomía, pese a que favorecería su extensión. Pese al desafecto genera-
podemos separar tipos, en función de diversos pa- lizado de la sociedad actual, aún siguen en pie mu-
rámetros. De inmediato se plantea las formas que chos ejemplares en la provincia de Sevilla3.
generan la diversidad funcional, ya sea el uso habi-
tacional, como el productivo1. trabajos tan antiguos como el que coordinaba EIRAS ROEL,
A., La historia social de Galicia en sus fuentes de protocolos,
1. No obstante, no es este el lugar para elucubrar sobre Santiago, 1981.
las generalidades de esta arquitectura. Para ello me remito a 2.  Vid. RODRÍGUEZ BECERRA, S., Etnografía de la vi-
un texto que no tiene fecha de caducidad: FLORES, C., Arqui- vienda. El Aljarafe sevillano, Sevilla, 1973.
tectura popular española, t. I, Madrid, 1986, reimpr. Tampo- 3.  Sobre el arquetipo, valga como referencia: MANZANO,
co pretendo descubrir algo que ya es de sobras conocido, con R., “De la villa romana a la almunia islámica”, en HALCÓN,

25
Fernando Quiles

Casa del Arcediano de Reina, don


Francisco Levanto. Apeo de José
Domínguez (1674). AHPS. 12999: fol
1659r (47329)

En realidad, la casa sevillana es mucho más com- de la sala principal, para aislarla de la humedad del
pleja, sobre todo porque se ha ido adaptando a los suelo, y se construyó el zaquizamí para ocultar la
cambios de propiedad y a las inserciones urbanas. trabazón de viguería:
La pervivencia del modelo mudéjar hasta el siglo
XIX, de orgánica concreción, y su adaptación a las “y porque por ella se anegaua la cassa por la calle la
formas de uso barrocas, dio lugar a arquitecturas adi- hiçe despues sala prinípal de la cassa leuantandole la
tivas y aun laberínticas. Lo que trasluce en los docu- pared della de ladrillo Hasta las ventanas Hechando
maderas de Roble y castaño y se le hiço vn saquisami
mentos con la aparición de términos tan ilustrativos
y se solo de ladrillo Rapado leuantando la pieça vna
como los atajos: “dos atajos que tienen estas pie- bara de suelo”6.
zas las he de derribar pues este paraje ha de quedar
franco y desembarazado”4. Esta intervención viene La organización interior de esta arquitectura es
a mostrar que no es una situación aceptada por los relativamente inestable, por el hecho de que solía
propietarios, que en muchos casos deploran la com- moverse la tabiquería. Se utiliza con regularidad la
plejidad espacial de sus viviendas. Es un hecho que cítara, en alusión al tabique de medio ladrillo. Ade-
muchos de los grandes caserones que sobrevivieron más se utilizaban paredes de dos, uno y medio y un
al siglo de las reformas urbanas evidenciaban el ori- ladrillo.
gen medieval. Por ello eran tenían una distribución La perpetuación, en la construcción sevillana, de
compleja, fruto de la superposición de habitaciones los materiales tradicionales contribuye al estableci-
imbricadas mediante pasillos o “atajos”. Sin embar- miento de la continuidad. La cerámica sigue siendo
go, hemos leído algún pasaje que apunta al intento uno de los revestimientos más populares del barro-
de modernizar la vivienda. Como la indicación de co. El alicatado medieval se transmutó en el azu-
“hacer francesa” una cocina5. Sin embargo, en la lejo como una de las aportaciones decorativas más
propia documentación abundan las alusiones a los llamativas, constituyéndose en signo de la tradición
arcaísmos de estas arquitecturas. La pervivencia mudéjar. Utilizándose, sin solución de continuidad,
del vocablo zaquizamí, explica este espíritu aditi- hasta nuestros días7.
vo. Valga como ejemplo que, en las reformas que se
produjeron en 1650 en una casa adosada a la huerta
6.  AHPS, 547, fol. 143r; 1651. Baja de renta Fernando de
del convento de los dominicos, se levantó el suelo Céspedes, caballero de Santiago, en nombre de las Casas de la
Misericrodia, a favor del capitán Miguel de Sossa, que tiene por
F., HERRERA, F. J. y RECIO, Á., eds., Haciendas y Cortijos. vida casas Magdalena, junto y linde del mesón de San Pablo.
Historia y Arquitectura en Andalucía y América, Sevilla, 2002. 7.  AHPS, 12939. 1654-III. Sobre el tema: GESTOSO, J.,
4.  Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Sec. de Proto- Historia de los barros vidriados sevillano, Sevilla, 1903; PLE-
colos Notariales (en adelante AHPS), 547, fol. 143r; 1651. GUEZUELO, A., Azulejo sevillano, Sevilla, 1989.
5.  AHPS, 4436, fol. 1062; 1651. Casa del capitán Juan de Manuel de Torres, mercader, da c.p. a Hernando Vicente
Espinosa Ocampo, en la collación de Santa María la Mayor. de Balladares, caudalero de losa y azulejos, v. de Triana, como

—  26  —
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

Apeo de Antonio Fernández (1674).


AHPS. 13001: fol 1136rv
(47330, 47331)

Aun cuando se mantenga el esquema básico de Durante el siglo XVIII la arquitectura domés-
distribución de estas casas, hay elementos que cam- tica sevillana sufre cambios de carácter epidérmi-
bian al ritmo con que se suceden las modas en la co, de acuerdo a una nueva estética que anticipa
arquitectura culta. Sobre la fachada incidirá espe- la llegada del neoclásico. El más llamativo, por su
cialmente esta tiránica influencia. En los protocolos potencia física, es el balcón de base bulbosa, que
aparecen alusión directa a los elementos estructu- se puso de moda entre las casas modernas. Singu-
radores, como la cornisa, la imposta y el basamen- lar en Sevilla, como transferencia arquitectónica
to, que había de hacer el arquitecto en “las puertas de Cádiz, es la torre mirador que remata una casa
principales y postreras”8 Cabe referir dos momen- -ya del XIX- de la calle San José. Por lo que cono-
tos significativos en esta evolución, uno a media- cemos, es el único ejemplar que con esa indudable
dos del XVII y otro en la segunda mitad del siglo influencia hay en la ciudad. Es un testimonio más
siguiente. En la primera época se imponen ciertas del carácter de esta arquitectura, en el que la li-
modificaciones estilísticas. En la documentación bertad o el capricho impulsan la incorporación de
aparecen contratos de obras para alterar la totalidad elementos extraños.
del muro exterior de la casa. Uno de los cambios A la postre, la fachada se convertiría, en la ge-
vino dado por la habilitación de la cochera. Valga neralidad de estas viviendas, en un auténtico pa-
el caso del inquisidor don Juan de Federigui, que limpsesto, donde podríamos leer largas historias
pactó con el albañil Sebastián Pérez (1654) una re- de vida. Frente a quienes opinan que este muro de
forma integral de su vivienda. Entre otras operacio- cierre es hermético y establece la reserva y la in-
nes, estaba comtemplado el derribo de la fachada timidad de los moradores de la casa, al modo de
que abría hacia la plazoleta de la Rabeta9. Con esta los antecedentes musulmanes, hay que hacer valer
reforma se relacionan otras actuaciones, como la el carácter de membrana permeable que favorece
construcción de un colgadizo, posiblemente para la ósmosis entre los espacios interior y exterior.
resguardo de las bestias. Y es que la crujía principal de la casa constituyó
una pieza transitoria, que acogía tanto ámbitos de
la sociabilidad como semiprivados. El intercambio
lo favoreció primero el zaguán y luego un módulo
principal, de 100 ds., y Andrés Pérez, mr. albañil, y Blas Luis,
mr. botijero, como fiadores, se obligan a pagar en azulejos a habitacional autónomo, de creciente protagonismo,
diferentes precios para “el adorno de las cassas que yo labre la casa-puerta. Pero, además, el vuelco a la calle se
en la calle de bayona”, sra. Alonso de Alarcón, s. 23 mº 1652. produjo también, en muchas de las viviendas que
Cancela. 12-VIII. se ubicaban en las calles principales de la ciudad,
8.  AHPS, 12990, 884r.
9.  “E de deRibar la fachada q sale a la plazoletta la cant-
con la interpenetración de lo público y lo privado: la
tidad que fuere menester para hazer la puertta de la cochera”. instalación de locales comerciales y la construcción
AHPS, 12939, fol. 266; 1654. de galerías porticadas.

—  27  —
Fernando Quiles

Apeo de José Domínguez, de las


casas de Sebastián Martínez, en calle
Batihojas (1676). AHPS. 13004: fol
703-1rv (47332, 47333)

La casa-puerta comparte con el patio la función tablece la conexión de la crujía de fachada con el
organizadora del espacio de estas casas: patio, y, a través de lo que en algunos lugares recibe
el nombre de corriente, establece el nexo entre fa-
“Tienen su puertta de calle y por ella se entra a una chada principal y trasera, o lo que es lo mismo los
casa puertta empedrada que tiene de largo seis varas ámbitos principal y secundario de la vivienda.
y quarta i de ancho dos uaras y media y es doblada Las caballerizas se encuentran en las casas de
sobre uigas y alfargias y ladrillo por tabla y en lo alto
mayor porte. Este tránsito tiene una casa de la calle
tiene por cuuiertta la mitad de tejado y la mitad por
Azotea ay una caualleriza atajada con sus pesebreras
Manteros, que pertenecía a la cofradía de los bar-
y un entresuelo enzima ay un portal que tiene de largo beros, y tenía “casa puerta y paso de por medio y
cinco uaras y de ancho dos uaras y media solado de escalera de piedra y una sala ensima de la casa puer-
Reuocado y es doblado sobre plancha vigas y alfarjias ta y un aposento en ella que cae sobre otras casas
y ladrillo por tabla y enzima tejado por couertura y y dos aposentos encima de la sala y su asotea por
en este sitio esta una escalera de Alauñireria por do couertura”12.
suben a lo lato y deuaxo de la dha escalara ay una El corral que, en las poblaciones menores, se
pieza que sirue de cozina con su chimenea la qual asocia con las tareas agrícolas, en Sevilla se con-
tiene de largo dos uaras escassas y de ancho una uara virtió en espacio verde, si no ajardinado al menos
y ttres quartas y es doblada como lo demas y deste
arbolado. La documentación nos ofrece múltiples
porttal se entro a un patio solado de rreuocado // q
tiene de largo cinco… de pared a pared y de ancho imágenes de este elemento, como la casa que tenía
medido por medio desde el codo quattro varas y en la parroquia de San Bartolomé en el propio ba-
este pattio estan dos valcones y son doblados tejado rrio, en cuyo corral había palmas, granados y una
por couertura y ai un sumidero y un pozo ay una pieza higuera13.
que tiene de largo seis uaras y terzia y de ancho tres Desde el XVI, a inspiración de las grandes casas
uaras es doblada sobre vigas alfarjias ladrillo p tabla como la de Alcalá, se puso de moda el jardín con
y azotea por couertura ay otra pieza pequeña juntto a elementos de fábrica, como fuentes e incluso log-
esta que tiene de largo tres uaras y de ancho dos uaras gias. Todavía a mediados del XVII se alude en los
es doblada sobre uigas y alfargias ladrillo por tabla
documentos a la reinterpretación de la arquitectura
azotea por cobertura”10.
de jardines de la Casa de Pilatos en otras viviendas
de envergadura.
El suelo empedrado y el zaguán permiten
el engarce de ambos módulos articuladores, la casa
entre otras cosas “el enpedrado de el patio y cassa puerta”. AHPS,
puerta y el patio11. El zaguán es el elemento que es- 4443, s/fol.; 1654.
12. La cofradía de Santo Domingo, o de los barberos, esta-
10.  AHPS, 4443, s. fol., rexº 13; 1654. blecida en la iglesia de San Ildefonso, arrendó la casa a Francis-
11.  Juan Rodríguez Manzanilla, mr. Albañil, hace obras en las ca Díaz de Herrera. AHPS, 4436, fols. 923-930; 1651.
casas principales en la plazuela de Bustamante, comprendiendo, 13.  AHPS, 550, fol. 570; 1652.

—  28  —
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

Los altos de las casas podían organizarse por la referencia, en una carta de donación a la catedral,
áreas. Se doblaba la casa puerta y otras dependen- firmada en 1667 por Fernando Bejarano: se trata de
cias. La cocina se abre bajo la escalera, como re- una casa “con sus palacios e soberados y patin y
sultado del intento de aprovechar todas las varas de con dos tiendas que estan junto con ellas”19. Aun-
superficie disponibles. Lógicamente el patio pone que frente a estas piezas destacadas, seguirán abun-
también orden en las estancias superiores, que, en dando los espacios residuales, que cristalizarán en
las moradas principales, son tan abundantes como a plantas llenas de recovecos y de tránsitos forzados,
nivel de suelo. vicios que, lejos de eliminarse, se incrementarán en
En los años del barroco es un hecho que la azo- actuaciones puntuales.
tea gana espacio. Raras son las buhardas. En todo
caso, algún caso meramente anecdótico, como la
que desde 1651 remataba, en madera, las cubier- Corral de vecindad
tas de una casa cercana a la catedral14. En muchas
ocasiones se ha mantenido el sistema tradicional Es la pieza más representativa de la arquitectura
de cubiertas, con trabazón de redondos, en tijera. vernácula de este tiempo, aun cuando era de mo-
Cuando se brinda la oportunidad queda sustituido desta fábrica y se iba haciendo a retazos. No es raro
por un forjado plano15. En esta misma dirección se encontrar en la documentación alusiones a cambios
produce la sustitución de las caballerizas por coche- más o menos sustanciales en la distribución e inclu-
ras, como fruto de la popularización del carro du- so la estructuras de estos conjuntos edificados. En
rante el XVII.16 No obstante, los forjados seguirán el corral de los Mármoles, de la collación de San
decorándose, como desde fines de la edad media, Nicolás, se produjo a final de 1654 reformas de las
con ladrillo por tabla. maderas de algunos de los cuartos:

“que fueron tres puertas, ventanas grandes y un pos-


Casas principales tigo y puerta de en medio de tres puertas de salas el
techo de una sala y soberado y dos corredores y un
comedor de alfarje de cuadrado y los desbanes y otros
En la documentación hay un término que alude a
aderesso”20.
la vivienda de mayor empaque, la casa principal, en
coincidencia con la dignidad y categoría de la pro-
La dimensión del corral variaba. Unos po-
piedad. El portal solía distinguirse, en algún caso
dían tener 20 cuartos, como el de Lugo, que se en-
con los blasones de la familia propietaria. Sobre
contraba en Triana, frente a las almonas, en tanto
todo en el siglo XVIII, cuando se extendió el uso
que otros, como el del Conde, duplicaban e incluso
de estos emblemas por incremento de los apellidos
triplicaban esa capacidad de hospedamiento21. La
de rango. La amplitud de algunos portales viene
pervivencia de este último nos permite conocer a es-
justificada por servir de tránsito a las cuadras y ca-
cala real cómo se producía este modo de habitar22.
ballerizas. Pero también otro elemento propio de
las más importantes edificiaciones, el agua de pie
y el jardín17. También reputa a la vivienda la den-
Conventos
sidad de habitaciones o “palacios”. Este término se
mantendrá en el léxico de la arquitectura doméstica
Los mosaicos conventuales se formaron por in-
sevillana hasta bien avanzado el siglo XVII, como
corporación sucesiva de fincas legadas por benefac-
muestra la documentación18. Valga, como ejemplo,
tores de las comunidades religiosas o por compra de
14.  AHPS, 4436, fol. 1062; 1651. Obras en casa del capitán
Juan de Espinosa Ocampo, en Santa María la Mayor, de acuer- tiene de ancho dos baras y media es sençillo a un agua.” AHPS,
do con las indicaciones del maestro Sánchez Falconete. 550, fol. 570; 1652.
15.  “Ytt se gastaron en vn techo nuevo q le hice a la sala 19.  AHPS, 12978, fol. 428; 1667.
prinçipal de la cassa que estaua a lo antiguo, de tixera de made- 20.  Obras del carpintero de lo blanco Juan de Arazo. AHPS,
ra tosca”. AHPS, 547, 143r; 1651. 4444, fol. 637; 1654.
16.  AHPS, 547, 143vto; 1651. “Ytt gaste en Haér de la 21.  AHPS, 3708, fol. 31; 1664. Corral de vecinos de Lugo,
caualleriça antigua que tenia esta cassa vna cochera”. con 20 aposentos y una casa asesoria pequeña “como entramos
17. Como la que le Justino de Neve arrendó a Bartolomé de en el corral a mano dra con puerta a la calle y al dho corral”, en
Villavicencio, en Sta. Cruz, recién hechas. AHPS, 13014; 1679. la coll. de Sta Ana, frente a la almona.
18.  “Yten se midio vn palacio que esta en este açaguan a 22. Resulta clásico, pero insustituible: MORALES PA-
la mano derecha que tiene de largo çinco baras y dos terçias y DRÓN, F., Los corrales de vecinos de Sevilla, Sevilla, 1974.

—  29  —
Fernando Quiles

las mismas. En procesos que duraron décadas y aun Mesones, posadas y tabernas
centenas de años y que favorecieron en muchos casos
la supervivencia de las más antiguas formas de lo ver- Cercanos al corral de vecinos por el hecho de
náculo. En algunos de estos palimpsestos podemos habilitar un gran espacio común en torno al cual
encontrar celdas, patios y otras dependencias cons- se disponen todas las habitaciones. En la Sevilla
truidas de acuerdo a los parámetros de la arquitectura del siglo de oro abundaban estos espacios destina-
tradicional, constituyéndose, en muchos casos, en el dos al hospedaje y a la provisión de la turbamulta
último reducto de sistemas constructivos y modelos que abarrotaba las calles de Sevilla. Se disponían,
ya periclitados. Las fuentes abundan en referencias sobre todo, en las inmediaciones de la zona por-
a la construcción y remodelación de estos amplios tuaria, los alrededores de la catedral y a lo largo de
conjuntos edificatorios. Bien que las obras de menor las principales vías de la ciudad. En la calle Alhón-
entidad no dejan rastro escrito, aun cuando se aprecie diga, por la que se transitaba hacia la Macarena y
en la fábrica. Éstas, por lo general, se ajustan con los el camino a la Sierra Norte de Sevilla, abundaban
albañiles sin mediar contrato notarial23. estos establecimientos. Por algún tiempo la calle
Algunos ocupan manzanas enteras, habiendo adoptó el nombre “de los Mesones”, por la nota-
experimentado un crecimiento orgánico por agre- ble presencia de este tipo de edificios a lo largo
gación distintos fragmentos, con la consiguiente de la misma26. En ella se encontraba el mesón de
configuración irregular, aun cuando se produjeran Lope Ortiz y varias bodegas, con la cilla27, además
intervenciones de envergadura para dar unidad al del mesón del Rincón, situado entre el de las Dos
conjunto. Durante el siglo XVII, periodo signifi- Puertas y la Garceta, que fue apeado por el maestro
cativo en la vida de muchos de estos cenobios, se Esteban García:
produce un crecimiento generalizado, sobre todo
en el área habitacional, con agregación de nuevas “Lo primero midieron la delantera del dho meson que
celdas. La reducción en el precio de las dotes favo- tiene quatro Baras y vna terzia tiene vna rexa bentana
reció el incremento de las vocaciones. En 1676, el a la calle las puertas son de escalera entablada con lo
que les perteneze tener, entroze a la casa puerta tiene
convento de las Santas Justa y Rufina, obtiene por
treze varas y media de largo y quatro de ancho esta
permuta un nuevo solar para ampliación del número Doblada dos vezes el primero terzio esta cubierto de
de celdas24. azotea y el resto de tejado y la dha casa puertta carga
La vida del convento aparece registrada en las sobre quatro vigas de castaño alfaxia y tablas y en
fuentes, con abundantes alusiones al funcionamien- dho sitio y medida estan dos arcos de Albañileria y
to de la institución y al paso por ella de nuevos lo demas adelante carga sobre tres vigas de castaño
huéspedes y visitantes25. y por enmedio vna plancha que reziue las maderas
y sobre mano derecha en la dha casa puerta esta vna
escalera de caxa con su puertta para subir a lo alto y
Otros tipos constructivos los suelos estan enpedrados de ladrillo de canto y los
altos son de hormigon…”28
En la metrópoli, más que en los pueblos, la va-
La imagen que nos ofrece la documenta-
riedad edilicia fue muy grande, motivado por la am-
ción de una ciudad bulliciosa, atestada de estas
plitud de funciones. La fortaleza del sector de servi-
hospederías, se corresponde con la que da la li-
cios en la gran ciudad comercial generó una notable
teratura de la época. Había barrios donde se ado-
gama de espacios destinados al hospedamiento de
saban unas a otras, alineándose incluso en barre-
transeúntes o al aprovisionamiento del conjunto de
duelas y adarves. Caso como el de la calle Jimios,
la población.
donde la posada de la Reina estaba inmediata al
postigo de la Honda29. A propósito de tan explícita
23.  PÉREZ CANO, M. T., Patrimonio y Ciudad. el Sis- nomenclatura, habría que considerar la dimensión
tema de los Conventos de Clausura en el Centro Histórico de de algunas de estas fábricas, perdidas en las pro-
Sevilla, Sevilla, 1999.
24.  AHPS, 13004, fol. 741; 1676.
25.  A este respecto, merece la pena hojear algunos textos
que se ocupan de los sistemas de ocupación de estas arquitectu- 26.  Apeo de casa mesón en los Mesores: AHPS, 13014, fol.
ra, como el de SALAZAR SIMARRO, N., “Muebles y objetos 952; 1679.
en los espacios femeninos novohispanos”, Barroco Iberoame- 27.  AHPS, 12949, fol. 1139.
ricano. Territorio, Arte, Espacio y Sociedad, Sevilla, 2001, I, 28.  AHPS, 13011, fol. 240; 1678.
págs. 191-212. 29.  AHPS, 12939, fol. 608; 1654.

—  30  —
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

Apeo de propiedad del Cabildo eclesiástico,


firmado por José Domínguez. AHPS. 13005:
fol 305rv (47334, 47335)

fundidades de las manzanas, con más de un patio baras y media de largo y tres y media de ancho esta
distribuidor30. solado de ladrillo de reuocado y dentro ...(margen) de
la mano yzquierda esta la escalera de albañileria para
subir a loalto de aquei se salio y seenttro en el patttio
y del a un apozsento sobre mano derecha eque tiene
Arquitectura de la producción
seis baras de largo y tres baras y una terzia de ancho
esta sençillo sobre nuebe vigas y tablas el suelo de
En la ciudad también existieron numerosos centros ladrillo de reuocado saliosa a el dho pattio y se midio
productivos, con edificios de muy diversa índole y tiene dies y seis baras y una quarta de largo y doze
tipología, que se entremezclaban con las viviendas. baras y quartta de ancho el suelo enpedrado de ripios
Evidentemente, existían áreas urbanas acordes con y a la mano derecha tiene honze tiojes para la azei-
las condiciones de estas factorías. En las collaciones tuna y el zitio que ocupan las tiiojes por dos hazeras
de San Gil o San Bernardo, y casi siempre a extra- tiene veinte y seis baras y tres de ancho y estan diui-
muros, nos podemos encontrar todavía en el siglo didas con una citara cada una y pilares de albañileria
XVII, molinos aceiteros en pleno funcionamiento. y ençima puñaleslanes encima que todo arga sobre
Conocemos uno de ellos por el apeo realizado en planchas de mandera y estan cubiertas de texa y los
1680, sobre la “casa molino de moler aceite”, que suelos son tterrizos= y aun lado del dho pattio esta el
pozo con brocal de albañileria de aque se enttro por
se encontraba frente a la cruz del Saludador, junto
una forma de puertta a un corral que tiene siete baras
a la muralla, entre las puertas de la Macarena y de y media en quadro el suelo terrizo= de aqui se boluio
Córdoba: a el dho pattio y a la mano yzquierda estan otras dos
trojes segun y en la forma que las honze que quedan
“Lo primero midieron la delantera de esta cassa tiene refereidas tienen çinco baras en su citio= de aqui se
treinta y tres varas de largo y una benttana pequeña entro por unas puerttas con lo que les pertteneze tener
sin rreja y buelbe en esquadra sobre mano derecha el sitio donde esta la piedra para moler la azeituna=
y tiene por esta parte veinte y quatro baras y en la tiene ocho uaras y media en quadro y en medio esta la
esquina vna columna de marmol, las puertas son dha piedra sana buena y bien acondiçionada y todo lo
de escalera entablada con lo q les pertteneze tener demas que le pertteneze tener esta zençillo texado que
entrose por ellas a la cassa puertta que tiene çinco le cubre sobre trezeuigas y tablas de flandes el suelo
varas de largo y tres de ancho estadoblada texado que terrizo y tiene una madre que s un pino donde esta fixa
la cubre sobre siete vigas alfaxias y ladrillo porttabla la dha piedra y aun rrincon esta una chimenea y fogar
el suelo de ripios= de aqui se entro aun apossento q para la caldera= saliose a el dho pattio y del se enttro
esta en este çitio sobre mano derecha con sus puer- por unas puerttas de escalera enttablada a el almaçen
tas //vto con lo que les pertteneze tener tiene cinco y citio donde esta la biga para moler la azeituna tiene
veinte y tres baras de largo y cinco baras y tercia de
30. RECIO MORA, R., “Una aproximación a los mesones, ven- ancho esta sençillo texado que le cubre sobre veinte y
tas y posadas”, Boletín de arte, 12, Málaga, 1991, págs. 173-192. siete tijeras de castaño y abalcones y tablas de flandes

—  31  —
Fernando Quiles

el suelo terrizo y en este dho çitio estan dies y ocho Muchas calles sevillanas estaban configuradas
tinajas para echar azeite las onze grandes y las siete con casas de soportales. Especialmente significati-
mas pequeñas que todas haran mas de mill y quinien- vos fueron los soportales de la plaza de San Fran-
tas arrobas de bazija sanas y bien acondiçionadas y cisco, bajo los que abrían sus vidrieras los plateros.
la dha viga esta sana bien acondiçionada y de uso sin
La mayoría de estas casas que se disponían en la
faltarle cossa alguna y en este çitio ay una puerta que
acera opuesta al convento franciscano, eran de re-
sale a la calle // 7 y otra que sale a el dho çittio donde
esta la piedra.”31 ducidas dimensiones, de dos doblados y azotea, con
unos valiosos balcones desde los que se disfrutaban
los actos festivos celebrados en la plaza. Tenemos
Entre el campo y la ciudad la descripción de una de ellas, con el apeo de Pedro
Sánchez Falconete:
El encaje en la ciudad
“Midiose la delantera destas cassas que mira a la
plaça de San francisco que tubo de largo cinco baras y
Una afortunada figura, la de “formas que hacen media y dos y media de ancho que es la parte del por-
ciudad”, ilustra el carácter de este engarce urbano tal, esta doblado dos beses, azotea por cobertura sobre
de la casa32. El espíritu mudéjar seguirá condicio- nuebe bigas de castaño sintas y tallas, el suelo de rri-
nando esos modos, dando sentido a una trama ur- pios, carga este portal sobre un? pino y dos colunas de
bana tortuosa y laberíntica. Las fuentes describe marmol con sus guarniçiones y un pilar de albañería
este complejo tapiz urbano, con predios que se su- [sic] en la esquina y a la parte de la plaça tiene dos
perponen y espacios públicos amenazados por los balcones de fierro con sus ventanas; de aquí se entró
privados. Seguían siendo abundantes los adarves y en la tienda de estas cassas con sus tablas corrediças
con lo que le perteneze tener tubo de largo quatro
otras manifestaciones de los sistemas de ocupación
baras y tres y media de ancho esta doblada, azotea
medieval, como las algorfas o pasadizos elevados por cobertura sobre ocho bigas sintas y tablas la mitad
que cubrían tramos de calles33. de rrebocado y la otra mitad de rripios y junto a la
Mosaicos complejos con edificios de planta irre- puerta de la calle a el unblar esta la secreta; de aquí
gular. Soluciones a la ocupación de espacio comple- se entró mas adenttro a el rresto de esta cassa tubo de
jas, muchas veces por consolidación de provisiona- largo ocho baras y terzia y tres y media de ancho esta
lidades. Derivados muchas veces de la partición de doblado dos beses azotea por cobertura sobre quatro
fincas mayores. bigas alfajias y ladrillo por tabla y la quarta partte tres
Los documentos reflejan esta relación de la casa bigas sintas y tablas solado de rrebocado y en lugar
del pretil tiene otro corredor de fierro en el acotea.”35
con la calle, sobre todo en el aspecto lúdico-festivo.
El gusto de los sevillanos por asistir a los cortejos
y procesiones que discurrían por el viario, generó
Enclaves rurales
un importante negocio de alquileres de ventanas y
balcones de las casas dispuestas en esos itinerarios.
Si lamentamos la pérdida del patrimonio arqui-
Con ello se pone de manifiesto la interrelación que
tectónico urbano, al menos hemos de alegrarnos del
existe entre las esferas de lo privado y lo público34.
cambio de situación vivida por el rural. Una revi-
sión de conceptos y la proliferación de estudios,
31.  AHPS, 13015, fol. 1276; 1680.
32. ESPIAU, M., “Formas que hacen ciudad: notas con concienzudos trabajos de campo, están con-
sobre la arquitectura doméstica sevillana de la segunda tribuyendo al rescate de la arquitectura dispersa36.
mitad del setecientos”, Archivo Hispalense, 224, Sevilla, Extraer del olvido este patrimonio está siendo labor
1990, págs. 137-148.
33.  AHPS, 13005, fols. 963-4; 1676. En el apeo de una
de muchos, quienes cuentan habitualmente con el
casa situada por encima de la plazuela del mesón del moro, tal auspicio de instituciones que están tomando partida
como se entraba por la calle que iba al convento de los clérigos por la defensa de estos bienes patrimoniales37.
menores, la segunda a mano izquierda, se vio un sitio de 3 varas
de largo por 2 y media de ancho, que estaba limitado por un
arco sobre el que cargaba otra propiedad y que permitía el trán- fiestas prozeciones y regozijos que passaren por la dha calle de
sito a un callejón. CÓMEZ RAMOS, R., “Pasadizo o “Sabat”, Genoua”. AHPS, 12992, fol. 274.
un tema recurrente en la arquitectura andaluza”, Laboratorio de 35.  AHPS, 12945, fol. 728; 13-I-1656.
Arte, 1, Sevilla, 1988, págs. 13-28. 36. Interesante aportación la del repertorio Arquitectura
34.  Gregorio Pérez arrendó en febrero de 1672 una casa en vernácula y patrimonio, t. 31 de Demófilo. Revista de Cultura
la calle Génova a Juan Manuel de Gálvez, quedando estipulado Tradicional de Andalucía, Sevilla, 1999.
en el contrato firmado al efecto: “y es condizion que me queda 37. Tales como las Consejerías de Cultura y de Obras Públicas
reserbado el balcon principal de las dhas cassas para todas las y Transportes, con sendos proyectos sobre arquitectura vernácula.

—  32  —
Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

Frente a la urbana, la arquitectura rural se aco- Esta prolijidad se traslada también a las formas
modo en distintos ámbitos, bien enclavada en es- de cultivo, contribuyendo a hacer la historia rural.
pacios abiertos, bien inserta en medios edificados. En muchos casos permiten reconstruir el devenir de
La diferencia estriba en la dimensión y amplitud de los cultivos y descubrir cambios sustanciales. Con
tareas que se desarrollan en su seno y en muchas ello pueden explicarse la pervivencia de algunas
ocasiones en la disparidad estética. La dispersa al- formas arquitectónicas que no tienen correlación
canza mayores extensiones y por tanto admite más con los frutos que dan las tierras donde se asien-
tareas, la concentrada puede verse afectada por la tan. Con respecto a estas piezas también son muy
sucesión de modas que llegan desvaídas al campo. explícitos los documentos. En el pago de Benagila,
La conexión de la arquitectura rural con el medio término de Alcalá de Guadaira, había importantes
natural o antropizado es plena38. extensiones de terreno destinado al cultivo de la vid.
Alusiones a esta arquitectura abundan en las En 1650 hasta 80.000 cepas, de viña vieja y nueva,
fuentes documentales. Por lo general, las notaria- con 6.000 arrobas de vino y mil arrobas de vinagre,
les siguen siendo las más fértiles, al describir con almacenadas, como explicita un documento, en el
mayor o menor detalle los espacios de que se com- que también nos describe el caserío, que tenía
ponen estos conjuntos, ilustrando también los pro-
cesos de construcción y reforma. “casa hardin y guerta y noria con dos bodegas, la una
Edificios, hoy perdidos o afectados por profun- nueua con tres naues y su lagar y biga y la otra de dos
das reformas, pueden conocerse en su estado pri- navues en un cuerpo y con otra casa pequeña en que se
mitivo o en estadíos antiguos. La documentación recoxen la gente del canpo y su capilla con altar y Reta-
del XVII abunda en noticias sobre muchos de estos blos y ornamtos para desir misa y con todas las pipas
toneles y calderas y demás peltrechos que tiene”40.
centros productivos, habida cuenta la importancia
que tenían para la subsistencia de la población, y el
hecho de que en gran parte pertenecían a la iglesia
y a las élites sociales, quienes solían constatar los La propiedad y la construcción
encargos de obras y reformas.
Baste un ejemplo, el del cortijo “de pan sem- La peste de 1649 pudo haber sido el final de una
brar” de Gómez Cárdeña, en el término de Utrera, época, con la pervivencia de la tradición mudéjar,
que a mediados del XVII pertenecía a don Diego pese a los intentos de cambios orquestados por los
Sarmiento, gentilhombre de cámara y miembro del poderes locales desde principios del XVI. Todos los
Consejo de Guerra de S. M., que por interpuesto ad- indicios apuntan a que el caserío quedó muy per-
ministraba desde Madrid esta propiedad. En uno de judicado por la desaparición de sus habitantes. Las
los arrendamientos era descrito de este modo: noticias hablan del abandono de un largo número
de casas, con la consiguiente ruina. En semejante
“con casa granero, con naves divididas y con un col- coyuntura los hospitales acopiaron más propiedad
gadizo continuado y una cerca con una alacena y aún, así como la catedral y los conventos, institu-
venta con reja en el diho cuarto un aposento recamara ciones a las que pertenecieron el mayor número de
de habitacion y otra caseria donde esta la atahona inmuebles del caserío sevillano.
con su horno y un aposento a un lado que sirve de La conservación de estos bienes inmuebles
despensa con su caballeriza y pesebreras de toda la obligó al mantenimiento de técnicos alarifes que
testera de la dha casería y otra casa apartada de las
demaás que sirve de habitación de los gañanes y un
se ocupaban de las visitas de casas, tanto de alba-
granero a un lado y otra casa que sirve de cabballeriza ñilería y carpintería. Ocupaban estos cargos algu-
y otra pequña para la leña y apero de labor y a otro nos de los más importantes arquitectos sevillanos,
lado, junto a los aposentos nuevos y otras tres casas quienes en muchos casos desarrollaron su cursus
una de la asistencia del aperador // y otra para gallinas honorum, recorriendo las distintas maestrías ma-
y otra de la madera y una torre algo apartada de las yores de la ciudad, sostenidas por las instituciones.
dha casas con su palomar y tres pozos que el uno se José García, que ocuparía un importante espacio
llama la gema y otra la torre y otro barranco con sus
entre los oficiales públicos, firmó acuerdo de obra
tres pilas”39
con Cristóbal de Villalba, mercader de paños, por
el que se comprometía a “labrar en toda perfeçion
38.  AGUDO TORRICO, J., “Arquitectura tradicional y
patrimonio etnológico andaluz”, Demófilo. Revista de cultura
tradicional de Andalucía, 31, Sevilla, 1999, págs. 13-31. 40.  AHPS, 3679, fols. 635-6r. Heredad que vendía fra. Se-
39.  AHPS, 12931, fols. 397-402. Arrendado entonces a bastián de Castro, religioso carmelita, en nombre de Jerónimo
Rodrigo Carrera. Clavijo, a Tomás González.

—  33  —
Fernando Quiles

por mi persona y de oficiales peones del dho mi entonces se ­cobraban dicho impuesto conjuntamente
oficio con todos los jeneros de heramtas a él per- carpinteros y entalladores46.
tenecientes todas las paredes çitaras y cornizas y Para el gobierno de las arquitecturas públicas o
basamento que fuere menester de se haser”, en una la gestión de la construcción local se nombraban
casa de la calle del Cuerno, perteneciente al con- regularmente maestros alarifes de arquitectura y
vento de las Dueñas41. carpintería47.
Es inabarcable la información que aportan las Algunos documentos son explícitos sobre el
fuentes documentales relativas a los técnicos que modo de construir. En algún caso tenemos noticias
se ocuparon de hacer y reformar estas arquitectu- del modo de levantar los muros, con un sistema que
ras. Arquitectos, albañiles –alarifes, maestros de no conocíamos, haciéndolo en talud, con el primer
obra, etc-, canteros y pedreros, carpinteros –de cuerpo de dos ladrillos, uno y medio para el segun-
lo blanco, obra prima y de lo basto-, rejeros, vi- do y el mirador y remate de uno sólo:
drieros y cerrajeros, etc. Se trata de información
relativa al proceder de todos ellos en la construc- “La priª que la pared y fachada de la calle sea de dos
ción, cuestiones socio-laborales y circunstancias ladrillos de gruesso hasta las primeras Maderas y de
de vida42. ladrillo y mº hasta las segunda y el tercero cuerpo que
a de ser Mirador de vn ladrillo y toda la dha pared de
La albañilería seguía rigiéndose por los mismos
buenas mesclas”48.
principios bajomedievales. La pervivencia del gre-
mio mantenía vigentes las mismas estructuras, con
El tapial se usó hasta el siglo XIX. Sin embargo,
idénticos sistemas formativos y con iguales plazos
durante el XVII abundaron las reformas y construc-
y garantías que siglos atrás. Con un aprendiza-
ciones de nueva planta en ladrillo. Las grandes re-
je efectuado en condiciones similares a las que se
mesas adquiridas para obras de envergadura, gene-
daban entonces, un periodo intermedio de oficialía
ralmente en edificios públicos, aparecen reflejadas
y el maestro, como cima del escalafón. El aprendiz
en la documentación, mediante contratos firmados
prolongaba sus vínculos con el maestro en perio-
con fabricantes del material, en los que se efectúan
dos que podían llegar a los diez años, aunque eran
especificaciones relativas a la calidad de acabado,
más habituales los plazos más cortos43. No se co-
entre otros aspectos. En marzo de 1666 los maestros
rresponde con este estadío el del peón, que era un
de hacer ladrillo, Diego Castaño y Luis de Estrada,
auxiliar de obra que no estaba en proceso de forma-
se comprometieron con el mayordomo de la fábri-
ción. El oficial solía beneficiarse de la confianza del
ca de la iglesia parroquial de Castilblanco, a hacer
maestro, que dejaba en sus manos algunas tareas de
treinta mil ladrillos, con destino a la torre, tenían
responsabilidad.
que ser “buenos y bien cocidos, fabricados en gra-
El abanico de especialidades entre los carpinteros
vera del mes en el horno que está por bajo del pilar
dio lugar a ciertos conflictos internos, sobre todo ante
nuevo o en otro cualquiera de los tres que hay en
las polémicas suscitadas por los pleitos de alcabalas.
término del dho lugar”, debiendo entregarlos en una
Ensambladores y escultores pretendieron poner dis-
hornada durante todo el mes de mayo49.
tancias con los otros artesanos de la madera. Todavía
a mediados del XVII los ensambladores se asociaban
a los carpinteros, hasta el punto de se producía la en-
señanza conjunta. Abundan los ­contratos de aprendi- ensamblador, con Alonso de Colmenares, por 3 años. Testigo:
zajes de carpintero y ensamblador44, ensambaldor y Jeronimo Carballo, mr. ensamblador.
tallista, o carpintero de lo blanco y ­ensamblador45. Por 46.  AHPS, 543, fol. 752; 1650. Gaspar de Beas y Joseph
de la Oliva, mr. ensambaldores, diputados que el año pasado
49 fuimos para la cobranza de la alcabala de carpintero y en-
41.  AHPS, 12990, fol. 884; 25-IX-1671. talladores, otogan cp. a Juan Cesar Arpe y Nicolas Nonguerol
42.  Me remito a la síntesis de PLEGUEZUELO, A., Arqui- (sic), como albaceas de Andres Sanchez, tratante y contribu-
tectura y Construccion en Sevilla (1590-1630), Sevilla, 2000. yente en la renta y caucion de los dhis carpinteros y entalla-
43.  Como los seis años firmados por el padre de Juan Ruiz, dores de 350 rs.
de 14 años. AHPS, 12978, 1220; 1667. 47. Nombramiento que recaía en el año de la peste en dos
44.  AHPS, 540, fol. 410; 1649. Franco Martín Paredes, vº, carpinteros y un albañil: Diego Gómez y Juan González, por un
coll. Sta Catalina, pone a su hijo Mateo de Paredes, de 16 años, lado, y Tomé de Cadenas, por otro lado. AHPS, fol. 540; 1649.
como aprendiz de carpintero y ensamblador con Pedro Nieto, 48. Es el caso de las indicaciones que recibe el merca-
coll. S. Martín, por 4 años. 3-IX. Testigo: Francisco Terrón, mr. der Sebastián Martínez, que toma en arrendamiento una casa
pintor, en el Salvador. del cabildo catedralicio, en los Batihojas. AHPS, 13004, fols.
45.  AHPS, 540, fol. 444, 1649-IX-23; Josephe Daça, de 702-3; 1676.
Manzanilla y 21 años, aprende como carpintero de lo blanco y 49.  AHPS, 12975, fol. 713; 1666.

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Arquitecturas con pasado. Formas sin futuro

—  35  —
Fernando Quiles

Tras las inspecciones efectuadas por estos técnicos otro aposento en la azotea con su tejado y madera de
quedan algunos de los documentos más interesantes nuevo y solado y con sus atajos q lo çercan y puerta;
para el conocimiento de la arquitectura tradicional. y la pared prinçipal de la calle de la dha casa q era
Visitas y apeos constituyen el soporte básico para toda de tapias y se estaba hundiendo, la calso y metio
pilares de ladrillo nuevo, y hizo dos ventanas nue-
acercamiento a estas manifestaciones arquitectóni-
bas grandes con sus Rejas nuebas tanbien, y encalo
cas. Valga el ejemplo de la visita efectuada por Juan y despejo toda la pared de canteria y encalada; y en
de Segarra, a la sazón maestro mayor de las obras la pared que ba a la madalena puso vna Rexa grande
del hospital de la Misericordia, a una casa de Santa nueba baja; y al desenbarco de la escalera y alasala de
María la Mayor, que “estan hechas de nuevo”: la calle hizo puertas nuebas grandes y otras puertas
a la subida de la escalera de la azotea y echo puer-
“Primeramente todo el quarto de la cosina baja q tas y tablas nuebas a una alazena grande; y hizo las
esta a la mano yzquierda de la entrada del patio que puertas de la calle nuebas y lebanto los unbrales, y
abiendola visto y Reconoçido antes que se hizie- se hizo una poza nueba”, apreciado 15500 reales50.
ran las dhas obras q la dha cosina era çensilla y se
estaba undiendo y se saco la pared de sanjas por tener En este nivel de la arquitectura vernácula hay
vn sotanilla como tiene q se suele llenar de agua se que tener en cuenta la adopción de medidas regula-
aRuino y se hizo la dha pared de neubo y se lebanto doras de la construcción. No hay que despreciar la
algo el suelo del sotano en cantidad de una bara de
aportación del albañil en materia de diseño, incluso
alto y se enmadero de castaño y tablas de flandes, y
se solo la dha cosina de ladrillo de Rebocado y se en la arquitectura rural. Valga el caso de las casas y
hizo su chimenea y hogar; y se enmadero de nuevo bodegas que en Bormujos se encargó de reedificar
su techo; y entablado y solado de ladrillo Rebocado el maestro albañil sevillano Francisco Sánchez, de
por ensima; y se lebantaron las paredes y se hizo otra acuerdo con la planta hecha por él51.
cosina alta con su fogar y chimenea y asimismo se El diseño, más o menos elemental, rige la cons-
enmadero su techo de madera de castaño y tablas trucción urbana y aun la rural en muchos casos. La
nuebas ensintado; y enzima destad sdos cosinas se calidad del mismo es diversa. Suele ser muy des-
hizo otro aposento con la misma calidad de madera criptivo y poco preciso. Faltan las medidas y las re-
nuebas y suelos; y puso ventanas y puertas nuebas en
ferencias equilibradoras.
el dho aposento y tejo el tejado de canales y hiso un
corredor nuevo en el patio donde etaba descubierto Apenas una gota de agua en un mar de datos.
con sus maderas de castaño y tablas de pino y encin- Las escribanías públicas guardan aún innumerables
tada y le puso dos balcones y la tejo de canales; y las documentos con los que construir una historia de la
madera tanbien nuebas de castaño y tablas y se hiso arquitectura tradicional.

50.  AHPS, 549, fol. 311; 26-I-1651.


51.  AHPS, 12990, fol. 1048-1049, 20-X-1671.

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Arquitectura tradicional.
Arquitectura tradicional.Mercado y discursos
Mercado y discursos identitarios
identitarios

Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios*

Juan Agudo Torrico


Universidad de Sevilla. España∗∗

1
La arquitectura tradicional constituye un ejem- Hablar de arquitectura “popular” andaluza, ga-
plo paradigmático de lo que está ocurriendo con una llega, vasca, extremeña, mallorquina, etc. es remitir-
parte significativa de nuestro patrimonio etnológico. nos a unas imágenes muy concretas –más o menos
Por una parte, la referencia a la misma nos aparece- idealizadas y/o estereotipadas- de unas viviendas,
rá como una constante entre las señas de identidad caseríos, masías o cortijadas, paisajes urbanos, etc.
que representan a toda colectividad étnica. Hasta el con los que asociaremos a dichos pueblos y cul-
punto de que, significativamente, en las leyes au- turas. Y aún más, no es extraño que si, a su vez,
tonómicas sobre el patrimonio cultural/histórico queremos matizar la diversidad interna de dichas
promulgadas en España, a la hora de hablar de los colectividades étnicas o regionales, de nuevo la ar-
contenidos de los capítulos o títulos que las compo- quitectura nos aparezca como uno de los más des-
nen, las lógicas generalizaciones en alusión a dichos tacados “matices” a la hora de hablar de comarcas,
contenidos van a quebrarse, como después veremos, áreas culturales o incluso identificaciones locales.
para hacer referencia a las casuísticas específicas de Buen ejemplo de ello es Andalucía y la extraordi-
las arquitectura tradicionales o populares de los di- naria, y desconocida, variedad de arquitecturas que
ferente territorios. podemos encontrar en sus diferentes comarcas1.
Por otro lado, arquitectura monumental y tradi-
cional irán, al menos en teoría, siempre de la mano,
* Este texto ha seguido, en cierta manera, un proceso inverso creando unos paisajes culturales urbanos indisocia-
al de otros escritos con vocación, o al menos intención de que lo bles y definitorios de la personalidad de las diferen-
sean, de documentos de reflexión, yendo desde lo concreto a lo tes poblaciones: no se concibe el conjunto monu-
general. En su esencia, ha constituido la base de intervenciones
en foros de discusión-difusión comarcales (“Arquitectura tra-
mental de la Alhambra granadina sin el barrio del
dicional. De patrimonio modesto a patrimonio molesto”. XVIII Albaicín que la envuelve, los conjuntos históricos
Jornadas del patrimonio de la Sierra de Huelva. Diputación de Córdoba o Sevilla sin la referencia a sus numero-
de Huelva. Huelva. 2004. Págs. 27-57) o locales “Arquitectu- sos barrios “populares”, como son los de la judería,
ra tradicional. Patrimonio modesto e identidades. Pensando en
San Basilio, Santa Cruz, San Gil, Triana, etc.
Écija. Actas de las II jornadas de protección y conservación del
patrimonio histórico de Écija. “Patrimonio inmueble urbano y
rural, su epidermis y la Ley de Protección. Asociación amigos
de Écija. Córdoba. Pág. 67-93), en los que los contenidos del
mismo están adaptados con ejemplos extraídos de los territorios 1.  J. Agudo Torrico. “Espacios urbanos y arquitectura tra-
de referencia. Pero también lo considero un documento base de dicional.” Gabriel Cano (dir.) Gran Enciclopedia Andaluza del
reflexión sobre nuestra arquitectura tradicional andaluza, con siglo XXI. Conocer Andalucía. Vol. VII. Ed. Tartessos. Sevilla.
las problemáticas de indefinición y ambigüedad de las políticas 2001, Págs. 294-357; A. Gil Albarracín, A.: Arquitectu-
de valoración y conservación que le afectan. Y con esta función ra y tecnología popular en Almería. Griselda Bonet Girabet.
ha sido recuperado y reelaborado para este Congreso. Almería, 1992; M.A. Sorroche Cuerva. Poblamiento y
** Departamento de Antropología Social. Universidad de arquitectura tradicional en Granada. Patrimonio de las co-
Sevilla. Grupo para el estudio de las identidades socioculturales marcas de Guadix, Baza y Tierras de Huéscar. Universidad de
en Andalucía -GEISA- (S.E.J. 0149 del P.A.I.) Granada. Granada. 2004.

37
Juan Agudo Torrico

Aunque, aún en estos casos, no por ello quede “El patrimonio tradicional o vernáculo construido
garantizada la preservación de esta arquitectura tra- es la expresión fundamental de la identidad de una
dicional, tal y como ocurre con la peculiar situación comunidad, de sus relaciones con el territorio y, al
y polémica creada en torno a los corrales y patios de mismo tiempo, la expresión de la diversidad cul-
vecinos existentes en buena parte de las ciudades y tural del mundo” (Carta del Patrimonio Vernáculo
grandes poblaciones andaluzas2. construido. ICOMOS. México, 1999).
Y otro tanto podríamos decir de la arquitectura Pero al mismo tiempo, esta parte de nuestro pa-
rural que ha contribuido a perfilar los paisajes cultu- trimonio cultural es también un patrimonio en uso
rales de nuestros campos: no se conciben los montes en una situación de enorme riesgo. Su incuestiona-
vascos, gallegos o catalanes sin la imagen de los ca- ble capacidad de evocación no impide que en mu-
seríos o masías, ni los campos andaluces sin cortijos chos casos sea una arquitectura en fase de abandono
y haciendas. -espacios agroganaderos de cortijadas e incluso de
Son razones que han hecho, aún antes de que se las viviendas rurales urbanas, oficios y activida-
hablase de su valor patrimonial-identitario, que su des económicas en desuso- y, sobre todo, sometida
imagen nos aparezca vinculada desde muy remo- a una imparable ley de mercado, donde los viejos
to con las señas identitarias más primarias de todo argumentos de confrontación entre tradiciones ar-
colectivo por su relación entre cultura y territorio, caizantes y trasnochadas frente a unos cuestionables
entre cultura y organización social, entre cultura y discursos de modernidad, se activan en perjuicio de
recursos productivos. Un viejo texto de Torres Bal- esta arquitectura; sobre todo en lugares donde las
bás, ya enfatizaba esta circunstancia en 1934 cuan- sustitución de la misma se traduce en pingües bene-
do nos decía: “La arquitectura popular ... por ser ficios inmobiliarios.
utilitaria, local y adaptada al modo de vivir familiar, Los argumentos para ello van a ser muy varia-
constituye, uno de los signos más distintivos de la dos, dependiendo de la estrategia de los discursos
nacionalidad, una pura creación del medio. En sus político-economicistas más adecuados según que
obras no queda nada al capricho o al azar; edificán- contexto territorial. Cuando se trate de justificar su
dose con los recursos del país, según procedimien- destrucción, los argumentos irán desde su considera-
tos populares”3. En el mismo sentido, en uno de los ción de signo inequívoco de “atraso” y “ruralismo”,
documentos en los que se valora de forma explicita a aquellos otros especialmente negativos que lejos
y contundente el significado de esta arquitectura tra- de considerar esta arquitectura como el reflejo de un
dicional, llega a afirmarse su condición de expre- modo de vida adaptado a un determinado territorio y
sión identitaria “fundamental” de toda colectividad: experiencia histórica, la consideran como el reflejo
de la imposibilidad de cualquier otra elección crea-
tiva por razones de “pobreza” y/o “aislamiento”. En
2.  Su significación como parte de la “cultura popular” an-
daluza nadie parece cuestionarla. A su existencia se vincula un
otras ocasiones podemos asistir a una defensa inte-
determinado modo de vida urbana, unos rituales propios -cruces resada, incluso conservacionistas a ultranza de esta
de mayo-, cantes y bailes específicos -es frecuente su vincula- arquitectura, si en ello estriba su rentabilidad eco-
ción con el mundo del flamenco, dando como resultado incluso nómica como “consumo de tradición”. En tal caso,
la música y cante específico de las “corraleras” de Lebrija-, o
lo rural, aislado, adaptaciones ecológicas -véase el
caracterizado la imagen de barrios enteros, como el de Triana y
San Gil de la ciudad de Sevilla, o el de San Basilio de Córdoba. significativo ejemplo de la valoración actual de las
Sin embargo, ello no ha garantizado la apuesta para su reha- viviendas en cuevas- se transforma en una imagen
bilitación y conversión en viviendas dignas -tampoco hay que positiva de modos de vida integradores del pasado y
olvidar frente a la frecuente imagen idealizada del pasado que el presente, de la naturaleza y creaciones humanas,
fueron concebidos en gran medida como infraviviendas para el
proletariado urbano del momento- que garantizasen su preser- ofrecidos como alternativa, irónicamente, a unos
vación como parte del entramado urbano. Por el contrario, lejos modos de habitar en los que precisamente se ha
de la incuestionabilidad de este principio de preservación, su justificado y justifica la destrucción de esta misma
desaparición total ya se ha consumado en ciudades como Mála- posibilidad.
ga, y en otras como Córdoba o Sevilla su presencia tiene ya un
mero carácter testimonial -sin que se haya frenado este proceso
Ejemplos de ambas circunstancias son muy
de extinción-, enfrentada cualquier argumentación en defensa abundantes en Andalucía. El primero de los argu-
de dicha preservación a unas especulativas leyes de mercado mentos ha sido y es el dominante para justificar
fundamentadas en el predominio absoluto de su condición de la destrucción de buena parte de nuestros centros
propiedad privada y problemáticas de su rehabilitación.
urbanos y la práctica totalidad de los conjuntos ur-
3.  Torres Balbas, L. “La vivienda popular en Espa-
ña”. F. Carreras Candi, (dir.) Folklore y Costumbres de España, banos en las ciudades y poblaciones con un cierto
vol. III. Ed. Alberto Martín. Barcelona, 1934. Págs. 137-502. dinamismo económico y, sobre todo, en las áreas

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Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

costeras controladas por el monocultivo turístico de que están siendo adquiridas por forasteros (naciona-
sol y playa. Este proceso de destrucción, del que ni les e internacionales), con frecuencia como segundas
siquiera se ha salvado o salva la propia arquitectu- viviendas o para destinarlas al sector servicio (hos-
ra monumental salvo que tenga un carácter de ex- pedaje, restaurantes y bares, tiendas) lo que está su-
cepcional valor (quedando entonces erigida en “el” poniendo un extraordinario incremento de su precio
patrimonio histórico-artístico del lugar), práctica- que las hace inasequibles para los propios naturales
mente ya ha culminado en buena parte de las pobla- del lugar, y originando el desplazamiento de estos
ciones del litoral almeriense (con ejemplos de espe- habitantes hacia la periferia de sus mismos pueblos,
cial dramatismo como es la población de Mojácar), al mismo tiempo que se transforma radicalmente
malagueño (ejemplos paradigmáticos de Marbella o (bajo la apariencia de su inmutabilidad estética) la
Estepota), y granadino (ejemplos similares de Mo- estructura social y económica con nuevos modelos
tril o Almuñecar), extendiéndose en nuestros día a socioculturales que poco o nada tienen que ver con
áreas que quedaron relegadas del boom turístico de el hábitat tradicional del lugar. Buen ejemplo de ello
los años 70-80, pero que hoy se encuentran inmer- es lo que ocurre en las poblaciones de Ronda o de
sas en un fenómeno de similar expansión urbanísti- Vejer. En esta última, de forma paradigmática dada
ca especulativa que está afectando con extraordina- la estructura social tradicional de pequeños campe-
ria virulencia a las poblaciones de la costa gaditana sinos y jornaleros que la caracterizó, el desorbitado
(ejemplos de Zahara de los Atunes, Conil, Chipiona, precio que han alcanzado las viviendas en su bien
Sanlúcar de Barrameda, etc.) y onubense. Y hacia conservado casco histórico, está haciendo que sus
el interior de Andalucía, el proceso de crecimiento habitantes se estén desplazando hacia las nuevas
urbano en torno a las áreas metropolitanas de las barriadas periféricas que contrastan, con respecto a
grandes ciudades (Sevilla, Granada, Málaga, Cádiz) la antigua población paulatinamente ocupadas por
está provocando un fenómeno semejante que está restaurantes, tiendas y residentes forasteros (buena
afectando a comarcas enteras en un proceso difícil- parte de ellos extranjeros) por su condición anodina;
mente parable. e incluso cuestionable planificación urbanística, ca-
Por el contrario, en relación a la segunda de las lidad de las nuevas edificaciones, y servicios de que
circunstancias referidas de significativas políticas están dotadas pese a su “modernidad”.
de protección por el creciente valor de mercado que Ambos situaciones, su destrucción física sin más
puede llegar a tener esta arquitectura tradicional, o su conversión en “parques temáticos” concebidos
hacia el interior de Andalucía (Sierras de Aracena, únicamente para un consumo turístico, debiera obli-
de Cádiz o de Grazalema, Alpujarras y Valle del Le- garnos también a replantearnos su significado, y que
crín granadinas, etc.) el proceso es aparentemente su problemática no se limita a la cuestión simplista
diferente. En estas comarcas y poblaciones su valor de su conservación física o destrucción. No se trata
de mercado radica en su “ruralidad” y “autentici- sólo de preservar su estructura material (plazas, edi-
dad” como poblaciones bien conservadas. Este ficios, técnicas constructivas) sino también de poner
hecho está originando un doble proceso. Primero la en valor los modelos de hábitat, de estructuras para
reafirmación folclorista de un tipismo que responda la convivencia, que las originó y justifican sus pe-
a las expectativas de consumo de ocio-turismo tanto culiaridades y valores. Retomando el texto citado
de extranjeros como, crecientemente, de grandes de la Carta del Patrimonio Vernáculo construido, se
poblaciones urbanas más o menos alejadas; con la dice en ella “El Patrimonio Vernáculo no sólo obe-
consiguiente afirmación de este ruralismo expresa- dece a los elementos materiales, edificios, estruc-
do en la decoración machaconamente etnografista turas y espacios, sino también al modo en que es
(colgadura de viejos utensilios y objetos del pasado usado e interpretado por la comunidad, así como a
en las paredes de restaurantes, hoteles, etc.) y abuso las tradiciones y expresiones intangibles asociadas
de una estética decorativa igualmente ruralista en la al mismo”.
que, por ejemplo, se abusa de la madera y piedra Retomando de nuevo la cuestión acerca de las
vista carente de cualquier otra funcionalidad que paradojas con las que nos vamos a encontrar a la
nos sea la ornamental aplicada por igual a las nuevas hora de definir y valorar la arquitectura tradicional,
construcciones y a las frecuentemente cuestionables no debemos olvidar que la defensa de aquellos com-
“restauraciones” de viejos edificios. Y, en segundo ponentes de nuestro patrimonio cultural que meto-
lugar, como fenómeno relativamente nuevo y con un dológicamente incluimos dentro de la calificación
incremento considerable en fechas recientes, de la de etnológicos (de los que forma parte destacada
creciente demanda de estas viviendas tradicionales la arquitectura tradicional) tendrá una considerable

—  39  —
Juan Agudo Torrico

aceptación, en labores de difusión, inventarios, pu- En segundo lugar, dentro del propio imagina-
blicaciones, jornadas o congresos, etc. siempre que rio colectivo, existe una falta de consideración de
hablemos de música, gastronomía, rituales, o tradi- esta arquitectura como expresión de una historia y
ciones orales. Es decir, siempre que nos centremos modos de vida compartidos, específicos de un de-
en aspectos de nuestra cultura tradicional fáciles de terminado territorio. Actualmente nadie parece ya
incentivar en consonancia con los discursos forma- cuestionar el hecho de que los testimonios del “gran
listas acordes con la eclosión identitaria en vigor patrimonio” histórico, por su condición de evoca-
(desde lo local a lo étnico) y que o bien no entran ción del pasado, de testimonio de los grandes estilos
en conflicto directo con intereses de mercado en y de los periodos temporales con los que se rela-
cuanto a la obtención especulativa de beneficios a cionan, se conviertan por sí mismos en un valioso
corto plazo, o bien porque su conservación y pues- patrimonio colectivo a proteger: por el vinculo au-
ta en valor pueda suponer una rentabilización como tomático que hemos creado entre historia (pasado)
consumo de tradición (véase al efecto el creciente e identidad. Sin embargo, este mismo vínculo de
interés por las fiestas gastronómicas o exaltación evocación histórica, paradójicamente, se lo nega-
de las fiestas tradicionales) de acuerdo con la nueva mos a la arquitectura tradicional: no sólo se cuestio-
concepción de la cultura como mero “recurso” nará la relevancia de sus posibles valores estéticos
económico. (aunque sí se reconoce la existencia de peculiares
Sin embargo, cuando de lo que se trata es de estilos regionales o comarcales que caracterizan y
arquitectura tradicional, más que hablar de un “pa- diferencian las arquitecturazas tradicionales entre
trimonio modesto” en el sentido paternalista con el si), sino que el mismo criterio de antigüedad cente-
que se suele definir el patrimonio etnológico frente naria, aparentemente neutral por cuanto es un mero
al otro gran patrimonio culto, de lo que habría que factor cronológico, tampoco le será aplicado pese
hablar es de un “patrimonio molesto”. Algunas de a que viviendas, posadas, fuentes, acequias, etc. lo
las razones las hemos apuntado anteriormente, en cumplen sobradamente.
esa falsa lucha entre tradición y modernidad; pero Y cuando se la valora, con frecuencia primero
hay otras que debemos apuntar, como son: se “monumentaliza” aquella parte, o ejemplos, de
la arquitectura tradicional a proteger, procediendo
en no pocas ocasiones a aislarla del contexto del
Peculiaridad de las valoraciones colectivas en que forma parte, para que cumpla así los requisitos
las que se fundamentan las razones del origen preestablecidos del patrimonio históricos-artístico
y pervivencia de esta arquitectura tradicional, envuelto en los criterios de excepcionalidad, singu-
en cuanto a los conceptos de tiempo y uso, no laridad y escasez: ejemplo de las grandes haciendas
siempre a favor de su autoestima y consideración olivareras andaluzas, o de casas de vecinos que se
como patrimonio digno de ser preservado. valoran no tanto por su condición de construccio-
nes relacionados con unas determinadas tecnolo-
En primer lugar, nos vamos a encontrar con un gías, procesos productivos o modos de vida, o por
sentimiento de “propiedad” personal/familiar (ori- su significación en la dinámica de transformación
gen, vinculación afectiva, experiencias con las que sociocultural que han seguido, sino por la condi-
se relacionan las historias peculiares de cada casa ción palaciega del edificio original5, o por la calidad
tradicional) en la que no se cuestiona su plena dispo- arquitectónica del inmueble o parte del mismo. Lo
nibilidad de uso y destino; una disponibilidad que,
significativamente, es ya cuestionada abiertamente
protegidos por las leyes de patrimonio y las escasas contrapres-
en el caso del gran patrimonio monumental, donde taciones que reciben por ello (fiscales, ayudas económicas para
su significación, de evocación compartida, prima su sostenimiento, etc.) sigue siendo una de las cuestiones más
sobre este individualismo; lo que justifica que se recurrentes en el debate sobre el patrimonio arquitectónico.
acepte, e incluso se exija, desde la propia comuni- 5. Un ejemplo paradigmático de ello lo tendríamos en el
proceso que se ha seguido en la valoración y propuestas de me-
dad tanto estas restricciones en el uso y destino que didas de protección de la casa de vecinos sevillana del Palacio
pueden darle sus propietarios jurídicos, como que se del Pumarejo hasta su inclusión en el Catálogo General del Pa-
acepte que se destine a su conservación importantes trimonio Histórico de Andalucía. J. Hernández Ramírez. “La
recursos económicos colectivos4. construcción social del patrimonio: selección, catalogación e
iniciativas para su protección. El caso del Palacio del Pumare-
jo”. En V. Quintero y E. Hernández (coord.) Antropología y pa-
4.  Al menos en teoría. La descompensación entre las li- trimonio: investigación, documentación e intervención. Junta
mitaciones que se impone a los propietarios de los inmuebles de Andalucía. Granada. 2003. Págs. 84-95.

—  40  —
Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

tienen quienes los habitan y debieran ser los prime-


ros interesados en conservarlo. La razón más prima-
ria no sería otra que los elevados beneficios que se
obtienen con su destrucción debido al tamaño de los
solares que ocupan o ubicación de los mismos en el
entramado urbano. Pero no siempre es esta razón
económica la dominante, sobre todo si observamos
que esta destrucción afecta en mayor o menor medi-
da a todas las poblaciones, incluidas aquéllas donde
no existe presión urbanística dadas sus caracterís-
ticas demográficas o reducidas dimensiones de los
núcleos urbanos.
Suelo de vivienda jornalera pintado a imitación del Una destrucción que tampoco responde siempre
terrazo. Benamejí (Córdoba) a la imposibilidad (reducido tamaño, pobrezas de
materiales, escasa calidad arquitectónica) de readap-
tación de las viviendas a las condiciones de habita-
cual también contribuye a explicar que criterios de bilidad que debe tener toda vivienda. Su destrucción
“restauración” se seguirán sobre los mismos, respe- o transformación traumática va a responder a otras
tando poco más que lo que de “monumental” haya motivaciones. Con frecuencia no va a ser sino el re-
en el mismo. sultado de la enorme influencia ejercida sobre estas
Por último, los riesgos para la preservación de poblaciones de unas “modas” foráneas provenientes
esta parte de nuestro patrimonio proceden, igual- de unos centros de poder (económicos y culturales)
mente, de la desconsideración que sobre el mismo urbanos claramente descontextualizadoras, cuando
no tremendamente irrespetuosas con los modelos
culturales sobre los que se imponen.
Para sus moradores, estas expresiones culturales
autóctonas son sentidas en muchos aspectos como
sinónimo de ruralismo o primitivismo. No olvide-
mos que, antes y ahora, las viviendas son conce-
bidas como expresión de un determinado estatus
social. Ello contribuiría a explicarnos, por ejemplo,
que las viviendas andaluzas que más radicalmente
han sido transformadas en Andalucía, hayan sido las
casas de los jornaleros y pequeños propietarios. Los
primeros recursos obtenidos de la emigración o de
actividades laborales más productivas, se destinaran
a la transformación de la vivienda. Unas transfor-
maciones lógicas e inevitables en no pocos casos,
dadas las condiciones de infraviviendas que ocupa-
ban la clase jornalera. Pero también es frecuente,
sobre todo en viviendas de pequeños y medianos
propietarios, que se trate no tanto de una transfor-
mación radical de la estructura de la vivienda, como
de su aspecto formal, eliminando o sustituyendo
elementos que se consideraban testimonio de la po-
breza de sus moradores (puertas, solerías6, cierre de

6.  Por ejemplo, el terrazo, considerado ejemplo de moder-


nidad urbana, se va a imponer de forma drástica, eliminando
enchinados, losetas e incluso solerías hidráulicas. Los enchina-
dos que conformaban la franja central del pasillo, frecuentes en
buena parte de Andalucía, se eliminan por su incomodidad para
Enchinado tradicional. la limpieza y rusticidad, al haber sido concebidos para el paso de
Hinojosa del Duque (Córdoba) los animales desde la calle a los corrales interiores. Sin embargo,

—  41  —
Juan Agudo Torrico

vanos7); o remarcando el nuevo estatus de la vivien- Contradictorias acciones institucionales.


da con elementos de gran vistosidad hacia el exte- Acciones profundamente agresivas desde
rior: alicatado de azulejos de muy variados colores las propias instituciones locales:
y texturas en las fachadas8, sustitución de la viejas
cubiertas de teja, aumento, en ocasiones despropor- a) Sistemas de clasificación en los PGOU. Inde-
cionado, del tamaño de los vanos de ventanas y bal- finición de esta arquitectura y propuestas de protec-
cones, sustitución de zócalos, etc. ción exclusivamente “ambientalistas”: fachadismo.
En definitiva, por la misma circunstancia de ser Los planes de ordenación y/o de protección ur-
un patrimonio vivo, en uso, la labor de preservación bana no son meros instrumentos para la actuación,
del mismo no estaría tanto en acentuar unas medidas sino que con las clasificaciones que establecen están
coercitivas, por lo demás imposibles, como en im- también fijando valores sobre el entorno en el que
pulsar un cambio de valoración en los propios con- se interviene. Unas valoraciones que traspasan los
textos de acción local y entre los agentes sociales fines administrativos pretendidos, para convertirse
que conviven con (y en) él. Se trataría de que estas en referentes que influirán sobre la propia autoper-
construcciones pasen de ser consideras “viejas” a cepción que tienen de su propia arquitectura quie-
“antiguas” con el significativo cambio en la valo- nes conviven con ella y habitan en estas viviendas
ración simbólica que conlleva esta modificación se- tradicionales. No olvidemos, como nos demuestra
mántica; de potenciar modelos de intervención que la historia que el sentimiento colectivo en defensa
preserven la calidad de los espacios creados y su de los “edificios singulares”, no es una cuestión
adecuación a las nuevas condiciones de habitabili- innata, sino el resultado de un proceso de apren-
dad; y de revalorizarla desde los propios discursos dizaje y carga de significación histórico-artística-
institucionales, tanto académicos como de políticas simbólica de estas edificaciones monumentales.
de intervención. Hasta el s. XIX, y en ciertos aspectos hasta bien
entrado el XX, los “estilos” artísticos se valoraban
o rechazaban según criterios cambiantes de belleza/
esta función primaria generalmente se combinó con la ornamen- fealdad, o se estimaban/rechazaban por su vincula-
tal (sobre todo en las grandes casas donde conformaban elabora- ción expresa con determinados periodos históricos
dos dibujos geométricos con piedras de diferentes colores) y ac- de gloria/decadencia; y en razón de ello se valora-
tualmente, al tiempo que prácticamente han desaparecidos de las ba su conservación o se veía bien su desaparición o
viviendas más humildes, estamos asistiendo a su recuperación
como “suelos tradicionales” con fines ornamentales, cubriendo
transformación.
el piso de zaguanes, patios y pasillos, tanto de viviendas urbanas Con respecto a la arquitectura tradicional, falta
como del mundo rural. Y otro tanto ocurre con los hermosos por hacer unos discursos valorativos positivos si-
suelos de azulejería hidráulica de comienzos del s. XX que hoy milares; con las consiguientes labores de identifica-
se comienzan a valorar de nuevo por el elevado coste de estos
materiales y su reutilización como signo de prestigio.
ción y carga de significación colectiva, recurriendo
7.  Hasta los años setenta, las ventanas de muchas vivien- a idénticos mecanismos de difusión y protección
das jornaleras, contradiciendo la imagen omnipresente de la desde las instituciones de poder. Aún queda mucho
mitología folclorista de las rejas, se caracterizaron por la au- para que llegue el día en el que, al igual que ocurre
sencia de rejas, además de por sus pequeñas dimensiones (e
frente al qué hacer con una construcción palaciega,
incluso inexistencia). Una costumbre, compartida en este terri-
torio también con el sector de medianos propietarios agrícolas, la controversia sobre esta arquitectura tradicional
que aún es posible de encontrar con relativa frecuencia en las sea el cómo se interviene, rehabilita o restaura, pero
poblaciones de la comarca del Andévalo onubense, donde las no sobre la conveniencia o no de una permanencia
ventanas de la primera planta nos aparecen solo con cierres de que, en el caso de las construcciones monumentales,
madera y pequeños postigos, o bien, en las más grandes con
barandales de madera o forja.
ya nadie cuestiona.
8.  Actualmente, esta “costumbre” esta expresamente pro- Una problemática, en lo referente a la escasa
hibida en prácticamente todas las ordenanzas municipales por consideración que se le da, que se hace extensible
considerarlas de mal gusto y contrarias a los usos tradicionales en no pocos casos a los planes de protección de los
en el tratamiento de las fachadas. Sin embargo, su empleo fue
muy abundante en los años 70/80, justificadas a nivel popular
Conjuntos Históricos9. No deja de ser sorprenden-
tanto por esta vistosidad como por lo que suponía de ahorro
en el mantenimiento de las fachadas al no tener que encalarlas 9. Cuestión que, aunque someramente, he tratado en otros
periódicamente. Pero a nivel simbólico, en aquella costumbre artículos en relación con los casos de Aguilar de la Frontera
también habría que ver el deseo de demostrar la nueva situación (“Nuestra arquitectura tradicional. Un patrimonio que se pier-
social de sus moradores, empleando e incluso derrochando ma- de”, Anuario de Etnología 1998-1999. Junta de Andalucía. Se-
teriales, además de “modernos”, considerados hasta entonces villa. 2000. Págs. 257-266) y Écija (“Arquitectura tradicional.
costosos y por lo tanto vedados a las clases populares. Patrimonio modesto e identidades. Pensando en Écija”. Actas

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Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

las alturas, acabado de fachadas, y poco más. Con la


circunstancia añadida de que son medidas a aplicar
a las nuevas construcciones pero en las que poco o
nada se dice o hace en defensa de la arquitectura
tradicional existente. Es decir, están dirigidas a tra-
tar de mostrar una imagen benigna del pueblo con
unas intenciones más voluntaristas que efectivas
para que las nuevas construcciones procuren estar
en consonancia con la siempre indefinida “tipolo-
gía tradicional existente”. Y aún así, el paseo por
cualquiera de nuestros pueblos nos muestra como ni
siquiera estas mínimas medidas se suelen cumplir.
Cumbres de San Bartolomé (Huelva). Edificio de “Uso
polivalente” b) Paradoja en el hecho de que su protección y
puesta en valor haya dependido por completo de
unas políticas locales fuertemente permeables a inte-
te el tratamiento que recibe esta parte destacada de reses especulativos; en gran medida por haberse con-
nuestro patrimonio arquitectónico en dichos planes vertido la actividad constructiva y recalificación de
especiales de protección; lo que en la práctica se suelos en una de las principales fuentes de ingresos
materializa en un acelerado proceso de destrucción. de los ayuntamientos. Ello ha originado que en no
Una vez acotados, con las máximas medidas de pocas ocasiones, en el pasado y en el presente, más
protección e incluso con propuestas de recupera- que su protección se incite a su destrucción, bajos
ción, los edificios más singulares (iglesias, palacios, las justificaciones populistas de constituir fuente de
castillos), las clasificaciones que siguen no pueden ingresos para las arcas municipales y de trabajo para
ser, cuanto menos, más desconcertantes. Las deno- los obreros locales. Cuando no su desaparición es ci-
minaciones de “tipologías tradicionales” o “edificios tada como ejemplo de modernidad y modernización
de interés ambiental” son empleadas para abarca al del pueblo, sin que importe el tipo de arquitectura
conjunto de la arquitectura tradicional, sin que estas por la que se sustituye. Lo cual también contribuye
clasificaciones, en términos generales, vayan acom- a explicarnos porque en muchas poblaciones anda-
pañadas de propuestas de medidas de protección luzas las “casas de la cultura” o “edificios de usos
específicas, y aún menos, en la práctica, de inten- culturales múltiples”, costeados con fondos públicos
cionalidad de aplicación. Y cuando las hay, son pro- se caractericen precisamente por una “modernidad”
puestas de protección que se limitan en su inmensa absolutamente descontextualizada y descontextuali-
mayoría, a la fachada (“ambientalistas”) pero nada zadora del entorno en el que se insertan.
se dice de estructuras, suelos, patios, techumbres, Teniendo en cuenta en estos casos lo que implica
escaleras, etc. su condición de construcciones institucionales que
En poblaciones pequeñas o que no cuentan con se convertirán en ejemplos, en modelos, de referen-
cascos históricos relevantes, la situación se hace cia para el resto de la comunidad, con lo que ello im-
más preocupante. O no existen con frecuencia pla- plica: por una parte introducen una “modernidad ar-
nes de ordenación urbana o normas subsidiarias, quitectónica” en el pueblo que rompe drásticamente
o cuando los hay son generalmente incumplidos. con la arquitectura existente; una ruptura que es le-
Teniendo en cuenta, además, que dichos planes de gitimada desde el poder. Y por otra, a partir de estas
ordenación suelen ser copias reiterativas de unos intervenciones, cabe preguntarse hasta qué punto
modelos burocratizados que no parten del conoci- quedan legitimadas estas mismas instituciones lo-
miento concreto de las arquitecturas locales sobre cales para hacer cumplir al resto de la colectividad
los que han de aplicarse, por lo que las medidas que (siempre y cuando tengan la intención de hacerlo)
se plantean suelen partir de una escasa valoración y unas normas urbanísticas que previamente han sido
respeto a esta arquitectura tradicional, con propues- incumplidas, o se han creado modelos divergentes
tas muy simplistas, generalmente limitadas a regular con la finalidad o espíritu de las mismas, por las
propias instituciones encargadas de su aplicación.
de las II jornadas de protección y conservación del patrimonio
Un ejemplo paradigmático de ello sería el edifi-
histórico de Écija. “Patrimonio inmueble urbano y rural, su
epidermis y la Ley de Protección”. Asociación amigos de Écija. cio de la Oficina Municipal de Turismo y Congre-
Sevilla. 2005. Pág. 67-93 ) sos construido por el ayuntamiento cordobés en el

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Juan Agudo Torrico

corazón de la judería: un edificio de muros grises y todo del XIX y primera mitad del XX, fechas, estas
cristales ahumados de varias plantas, con una estéti- últimas, de las que datan la inmensa mayoría de la
ca y características arquitectónicas del todo vedadas arquitectura tradicional andaluza. Con el resultado
para cualquier vecino del entorno que quisiera hacer de unos conjuntos urbanos en los que han convivido
algo similar, dadas las especiales medidas urbanísti- las grandes casas palaciegas con otras más modes-
cas que en teoría protegen el Conjunto Histórico de tas; y las tipologías más autóctonas de cada territo-
la ciudad del que forma parte destacada este barrio. rio con estilos tan urbanos, burgueses, y difundidos
por grandes escuelas, como el modernismo, histori-
c) Desplazamiento del protagonismo de los vie- cismo, regionalismo, o eclecticismo.
jos alarifes, y aún de los propietarios de las vivien- Así pues, el sentimiento pesimista que hoy se
das, por una arquitectura institucional más interesa- tiene sobre el futuro de nuestra arquitectura tradi-
da por la “originalidad” de sus propuestas e incluso, cional lo es tanto por el acelerado proceso de de-
lo que es aún peor, por la aplicación empobrecida saparición al que estamos asistiendo, como por la
y estandarizada de unos modelos arquitectónicos nueva arquitectura por la que es sustituida; una ar-
anodinos. Sin preocuparse por tratar de integrar esta quitectura profundamente anodina y desarmónica,
nueva arquitectura en los contextos urbanos en los destructora de unos entornos urbanos que forman
que se inserta y que debiera contribuir a enriquecer. parte de nuestra cultura e identidad como pueblo.
Tal y como hemos indicado, hablar de arquitec-
d) Escaso apoyo institucional a programas de re- tura tradicional no es sólo hacerlo de sus manifes-
habilitación en los que, además, se planifiquen mo- taciones materiales, de edificios o urbanismo, sino,
delos respetuosos con la arquitectura autóctona. sobre todo, del modo de habitar que recrearon. Entra-
mados urbanos y construcciones no son únicamente
La desaparición de esta arquitectura tradicional la expresión formal de un modo de vida, sino que
no siempre responde a unos factores de imposibili- contribuyen a conformar estos modos de vida. Y en
dad de adaptación a unas condiciones de vida dig- este sentido, los entramados de las nuevas urbaniza-
nas para sus moradores. Máxime cuando la propia ciones y barriadas, el aislamiento que propician, la
pérdida de funcionalidad agroganadera de muchas carencia de espacios de interacción (plazas, urba-
de las viviendas del mundo rural ha hecho que se nizaciones cerradas), o la dificultad para que en las
pueda recuperar para usos habitacionales a veces nuevas “calles” de las urbanizaciones puedan surgir
más del 75% del espacio construido. lugares que surtan a sus habitantes de determinados
Por todo ello, con demasiada frecuencia su des- servicios y se conviertan a la vez en espacios de re-
trucción no es sino consecuencia de una dinámica ferencia y encuentro colectivos (bares, tiendas, ta-
de especulación (en todos los sentidos, incluida la lleres) no es una mera consecuencia imprevista del
presión para imponer unos muy concretos tipos de nuevo urbanismo. Por el contrario, responden a la
vivienda y maneras de habitar urbano-industriales en creciente implantación de un nuevo modo de habitar
consonancia con los intereses del mercado inmobilia- que tiende al aislamiento e individualismo, y a crear
rio), destrucción y sustitución de la arquitectura tra- dependencias consumistas muy claras, como es la
dicional por otros tipos de edificaciones escasamente supeditación al automóvil como medio de transpor-
respetuosos con los entornos en los que se levantan; te/comunicación, o la dependencia extrema de los
y sin que esta destrucción implique automáticamen- grandes centros comerciales y de ocio; generando
te que los viejos edificios y entramado urbano sean unos formas de vida radicalmente contrarias a los
sustituidos por construcciones de mayor calidad ar- modos de convivencia que potenciaron y explican
quitectónica, o que propicien una sustancial mejora nuestros barrios tradicionales.
en la calidad de vida de sus habitantes. Aunque, como muestra de persistencia del espí-
De este modo se rompe, irónicamente en un ritu de esta arquitectura tradicional, aún es posible
tiempo en el que tanto se exalta la imparable evo- encontrar diferencias significativas en los diseños
lución y dinámica cultural, con lo que ha sido una planimétricos e incluso resistencia de elementos es-
adaptación cultural centenaria, capaz de asimilar téticos locales (más aún donde se trata de reafirmar
las diferentes propuestas de cada momento históri- determinados discursos de identificación localistas/
co en un proceso armonioso (volumetría, técnicas regionalistas) entre la arquitectura de las poblacio-
constructivas, inserción de las experiencias locales nes rurales, en las que se sigue teniendo en cuenta
en los nuevos modelos) que supo integrar sin es- las necesidades y gustos de quienes mandan cons-
tridencias la arquitectura del siglo XVIII, y sobre truir la vivienda, e incluso intervienen directamente

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Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

en sus proceso constructivo, y la arquitectura urbana preguntas que tendríamos que hacernos estarían en
impuesta por diseños disciplinares en los que nada quién y dónde se ponen estos límites: ¿dónde están
tienen que ver quienes después van a habitarla. Así, los límites de lo “numeroso”? ¿Se aplica por igual
ubicación de cocinas (generalmente al fondo de la a todos los referentes culturales? ¿Existen demasia-
casa en las poblaciones rurales frente a la imposi- das obras de un mismo autor renombrado, castillos,
ción del modelo urbano que le da entrada directa- catedrales, templos o palacios?
mente desde la calle), la duplicidad de salones/salas Con un factor añadido. Si existe una arquitectura
en las casas de los pueblos, importancia que se asig- escasa es la tradicional, dado que mientras que las
na a las dependencias destinadas a la maquinaria/ construcciones vinculadas a los grandes estilos ar-
vehículos (desplazando la vivienda a la planta alta), quitectónicos (a veces con notable similitud en su
empleo de materiales locales como señas identita- planimetría o elementos ornamentales) las podemos
rias estéticas aun cuando hayan perdido su funcio- encontrar en muchos lugares diferentes y en un con-
nalidad arquitectónica más primaria (granito, lajas siderable número de ejemplos, la arquitectura tra-
de pizarra, tejas, etc.) nos indican la persistencia de dicional, como estilos diferenciados, no rebasa los
viejos usos y, tal vez, el desarrollo de nuevas tipolo- límites de las comarcas y pueblos en las que se crea,
gías de arquitecturas tradicionales. lo que la hace bastantes escasa: la arquitectura de la
Sierra de Aracena se limita a las pocas poblaciones
de esta comarca onubense, la arquitectura de pizarra
Razones para su desconsideración. de Los Filabres se circunscribe al entorno de esta
Tardío reconocimiento como patrimonio pequeña comarca almerienses, etc…
cultural de la arquitectura tradicional. El valor en sí de los elementos que conforman
este contexto “pintoresco”, es otra cosa; y desde su
El reconocimiento del valor y significado de esta consideración como meros accesorios, en sen­tido
arquitectura ha sido tardío, dentro de la dinámica escénico, a su interpre­tación como añadidos forma-
iniciada a mediados del s. XX que ha llevado a la les que pueden ser reelaborados al gusto de la esce-
definición y contenido globalizador del patrimonio na que se pretenda recrear, no hay nada más que un
cultural tal y como hoy lo entendemos. De hecho, paso. Lo que contribuye a explicar, con­firmando la
su valoración inicial (¿mantenida hasta hoy en cier- fuer­za de la continuidad de viejos hábitos, el sen-
to modo?) lo fue como contexto escenográfico para tido que se está dando a la “remodela­ción” de las
exaltar precisamente la grandeza de las construccio- plazas en los centros históricos; la reducción de la
nes monumentales o riquezas paisajísticas. idea de conservación-entor­no a la preservación de
En la tan alabada Carta de Atenas de 1931 que las fachadas; o el conservacionismo arqueologista
situaría las bases de buena parte de la filosofía to- de los centros históricos.
davía hoy imperantes sobre el tratamien­to que debe De este modo, lo típico y pintoresco se situaría
darse al patrimonio monumental arquitectónico en dentro de las singularidades regio­nalistas, con bas-
los procesos de restauración o conservación, tam- tante frecuencia imbuido de la imagen de “cultura
bién puede leerse que además de la necesaria puesta popular” que fuera de­fendida por los movimientos
en valor de estos monumentos, se recomienda que folkloristas de fines del s. XIX. Pero no existe un
sean “preservados incluso conjuntos y perspectivas plantea­miento de la cultura como globalidad y de la
particularmente pinto­rescas”, es decir, utilizando la necesidad de conocer y preservar un patrimo­nio et-
definición de la Real Academia Espa­ñola, de aque­ nológico como testimonio de la evolución histórica
llos “ paisajes, escenas, tipos, figuras y a cuan­to y modos de vida de un determi­nado colectivo.
puede presentar una imagen grata, peculiar y con En la Ley Española de 1933 para la Defensa, con-
cualidades pictóricas”. servación y acrecentamiento del patrimonio histó-
En la misma carta encontramos igualmente un rico-artístico nacional, deudora en algunos de sus
significativo precedente de la cuestionable imagen planteamientos de la anterior carta de Atenas, se
de abundancia/selección que sigue rigiendo a la llega leer en su Art. 3. º. “Compete a la Dirección
hora de “actuar” sobre esta arquitectura tradicional. General de Bellas Artes cuanto atañe a la defensa,
Se nos dice: “cuando se trate de construc­ciones re- conservación y acrecentamiento del patrimonio
petidas en numerosos ejemplares, se conservarán al- histórico‑artístico nacional. Para lo cual cuidará: de
gunos a título documental, derribándose los demás; la inclusión en el Catálogo de Monumentos históri-
en otros casos, podrá aislarse solamente la parte co‑artísticos de cuantos edificios lo merezcan, como
que constituya un valor real o un recuerdo...” Las asimismo de los conjuntos urbanos y de los parajes

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Juan Agudo Torrico

pintorescos que deban ser preservados de destruc- A nivel internacional, la consideración respecto al
ciones o reformas perjudiciales”; y más adelante, el valor de la arquitectura tradicional comenzará a cam-
art. 33. dice: “Todas las prescripciones referentes a biar en torno a los años 60. En 1964, la Carta de Ve-
los Monumentos histórico-artísticos son aplicables a necia recompone drásticamente la imagen que debe
los conjuntos urbanos y rústicos (calles, plazas, rin- te­nerse del patrimonio arquitectónico como manifes-
cones, barrios, murallas, fortalezas, ruinas), fuera de tación cultural. Nos dirá: “La noción de monumen-
las poblaciones que por su belleza, importancia mo- to comprende la creación arquitectónica aislada así
numental o recuerdos históricos, puedan declararse como también el sitio urba­no o rural que nos ofrece
incluidos en la categoría de rincón, plaza, calle, ba- el testimonio de una civilización particular, de una
rrio o conjunto histórico‑artístico. De las transgresio- fase repre­sentativa de la evolución o progreso, o de
nes serán responsables sus autores, subsidiariamente un suceso histórico. Se refiere no sólo a las grandes
los propietarios, y, en su defecto, las Corporaciones creaciones sino igualmente a las obras modestas que
municipales que no lo hayan impedido”. han adquirido con el tiempo un significado cultural”.
Por la misma fecha, el Reglamento de aplicación De este modo, la idea de una “noción global de
de la Ley del Tesoro Artístico de la Nación de 1936 la arquitectura como patrimo­nio” se va abrien­do
establece en su artículo 29 que “La Junta Superior camino; aunque sólo en las últimas décadas parece
del Tesoro Artístico procederá a formar una lista de que las gran­des declaraciones de prin­cipios están
ciudades, villas y pueblos cuyas agrupaciones urba- cam­biando hacia medidas más comprometidas ­en
nas total o parcialmente, tengan señalado interés ar- favor de la pre­serva­ción del patrimonio arquitectó-
tístico, histórico o pintoresco”. Unas valorizaciones nico tradicional.
aparentemente progresistas que establecen para esta En 197611, nos aparecerá la primara formulación,
arquitectura tradicional (o al menos a parte de ella) muy ambigua, de la UNESCO en defensa de los
las mismas medidas de protección aplicables a los “conjuntos tradicionales”. En la “Recomendación
monumentos histórico-artísticos. El problema surge relativa a la salvaguardia de los conjuntos históricos
en la inexistencia de unos fundamentos conceptua- o tradicional y su función en la vida contemporá-
les que la definan, lo que de hecho imposibilita unas nea”, fechada en Nairobi, se establece la siguiente
medidas precisas de protección, o la aplicación de la definición: “Se considera “conjunto histórico o tra-
misma sistemática que (siempre en teoría) se apli- dicional” todo grupo de construcciones y de espa-
caba a unos monumentos con los que se compara cios, inclusive los lugares arqueológicos y paleon-
contractivamente la arquitectura tradicional. El re- tológicos, que constituyan un asentamiento humano
sultado es la inexistencia de una política efectiva de tanto en medio urbano como en medio rural y cuya
protección, o de la voluntad de desarrollarla. cohesión y valor son reconocidos desde el punto
En 1953, en plena dictadura franquista, se dic- de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico,
taron unas peculiares disposiciones para la formali-
zación del Inventario del Tesoro Artístico Nacional, historia de España, incluidos relevantes monumentos arquitec-
en las que se aplica a la arquitectura no monumental tónicos en grandes poblaciones y ciudades. Y al mismo tiem-
la definición de folklórica, asimilándola sorpresiva- po se proclama la preocupación por la defensa de una cultura
popular (folclore) sustentadora de los valores ancestrales del
mente al valor de etnológico; así su art. 2º recoge:
alma colectiva del pueblo español en un momento crítico de
“El inventario del Tesoro Artístico comprenderá transformación de un mundo/vida rural en extinción (museos
cuantos inmuebles u objetos muebles de interés de artes y costumbres populares); aunque la razón primordial
artístico, arqueológico, histórico y etnológico o fo- no va a ser otra que la de ofertar la recreación/invención de
lklórico haya en España de antigüedad no menor de dicha cultura popular como una parte más de la oferta turística
ante la creciente importancia de este sector a partir de los años
un siglo”. Pero darle cualquier valor a este y otros sesenta (barrios y pueblos típicos).
documentos de similares pretensiones propagandís- 11. Con anterioridad, y ante la creciente amenaza del de-
ticas formulados en la época franquista, no dejaría sarrollismo económico que empieza a amenazar el patrimonio
de ser irónico si tenemos en cuenta la peculiaridad cultural europeo, ya en 1962, la UNESCO, en su Recomenda-
ción relativa a la protección de la belleza y del carácter de los
de este periodo de la historia de España en lo refe- lugares y paisajes (París), aconseja tomar medidas “en el con-
rente la defensa del patrimonio cultural10. trol de los trabajos y actividades que puedan causar daños a
los lugares y paisajes, y en particular de: a. La construcción de
10.  Por una parte se seguirá consintiendo el expolio de toda clase de edificios, públicos o privados. Los planes se con-
grande obras de arte, incluidos inmuebles, exportadas fuera cebirán de tal modo que se respeten ciertas exigencias estéticas
de España. Al mismo tiempo, en los años venideros, con el relativas al propio edificio, y deberán estar en armonía con el
desarrollismo de la década de los sesenta y setenta, se produce conjunto que se quiere proteger, evitando caer en una fácil imi-
uno de los momentos de mayor destrucción patrimonial de la tación de ciertas formas tradicionales y pintorescas”

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Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

histórico, estético o sociocultural. Entre esos “con- Posteriores encuentros europeos en Londres
juntos”, que son muy variados, pueden distinguirse (1989: Mesa Redonda sobre Patrimonio arquitec-
en especial: los lugares prehistóricos, las ciudades tónico. Nuevas técnicas para la documenta­ción) y
históricas, los antiguos barrios urbanos, las aldeas y Nantes, (1992: Coloquio europeo sobre Patrimonio
los caseríos, así como los conjuntos monumentales arquitectónico: métodos de inventario y documen­
homogéneos, quedando entendido que estos últimos tación en Europa.), aus­piciados desde el propio
deberán por lo común ser conservados cuidadosa- Consejo de Europa y a partir de las pro­puestas ex-
mente sin alteración” presadas en el Convenio anterior, van a ir tratando
Un año antes, en 1975, tras el año europeo dedi- de perfilar los métodos concretos de intervención,
cada a esta parte de nuestro patrimonio cultural, se así como la necesidad de superar gra­ves problemas
había firmado la Carta Euro­pea del Patrimonio Ar- metodológicos: necesidad de contar una “ficha míni-
quitectónico, haciendo hincapié precisamente en la ma” (presentada en el coloquio de Londres de 1989
rehabilitación de la arquitectura verná­cula. A partir y aprobada por el Comité de Ministros europeos en
de entonces las, las sucesivas propuestas institucio- 1995) que permita ho­mogeneizar e intercambiar la
nales han reiterado una y otra vez la necesidad de información sobre este tipo de patrimonio; necesi-
abordar el problema de qué hacer con un patrimonio dad de coordinar la labor de todas las instituciones,
que se pierde irremediablemente. tanto na­cionales como internacionales que están
En 1985, los Estados Miembros del Consejo de interviniendo sobre el patrimonio ar­quitectónico; y
Europa, firman en Granada el Convenio para la Sal- concepto integrador de las diferentes arquitecturas
vaguarda del Patrimonio Arquitectónico Europeo; como partes de un patrimonio común, aunque ello
un documento que, al menos en la formulación de presenta graves problemas científicos y metodoló-
intenciones, se sigue considerando marco de refe- gicos por las dimensiones considerables del corpus
rencia sobre la problemática de este abundante y a aprehender12. En definitiva, al menos desde me-
complejo patrimonio. La lectura detalla­da del texto diados de los años ochenta, desde diferentes insti-
es bastante inte­resante. Por una parte, volvemos a tuciones, nos aparecerán toda una serie de requeri-
encontrarnos una gran declaración de principios re- mientos sobre la necesidad de intervenir sobre este
conociendo su diversidad expresiva: “el patrimonio patrimonio arquitectónico, y que tienen un denomi-
arquitectónico cons­tituye una expresión irreempla- nador común: el sentimiento de urgencia ante las
zable de la riqueza y diversidad del patrimonio cul- situaciones de riesgo a las que está sometido.
tural de Europa, testimonio inestimable de nues­tro Paralelamente, otros documentos harán referen-
pasado y herencia común de todos los europeos”. cia indirecta a la arquitectura tradicional, dentro del
Pero por otra, nos encontraremos con las contra- término genérico de “rural” (1989. Consejo de Euro-
dicciones que conlleva las dificultad para aplicar a pa. Recomendación para la conservación y puesta en
la arquitectura vernácula las medidas de protección valor del patrimonio arquitectónico rural) o vincula-
al uso, e incluso para la definición del campo de ac- do al concepto más ambiguo de “sitios”, en contraste
tuación. Y volverá a aparecer la sospechosa gradua- siempre con los conjuntos histórico-artísticos.
ción, y progresiva indefinición de con­tenidos entre Hasta 1999 no aparecerá un documento progra-
“monumentos”, “conjuntos de edificios” y “luga- mático internacional en el que se aborde expresa-
res”; aunque las definiciones de cualquiera de estas mente la problemática del patrimonio arquitectó-
variables se harán en razón de su interés “histórico, nico vernáculo. Va a ser la Carta del Patrimonio
arqueológico, artístico, científico, social o técnico”. Vernáculo Construido, ratificado por la Asamblea
Por último en este documento se plantea abier- General del ICOMOS celebrada en Santo Domingo
tamente el doble modelo de intervención que ha (México).
de seguirse para la preservación del patrimonio La arquitectura vernáculas se reconocerá por:
arquitectónico: el ya clásico de buscar los fondos “… a) Un modo de construir, emanado de la propia
económicos necesarios para su restauración y con­ comunidad; b) Un reconocible carácter local o re-
servación, pero también, y creo que esto es espe- gional ligado al territorio; c) Coherencia de estilo,
cialmente importante en el caso de la arquitectura forma y apariencia, así como el uso de tipos arquitec-
tradicional, la necesidad de “sensibilizar al público tónicos tradicionalmente establecidos; d) Sabiduría
so­bre el valor de la conservación del patrimonio ar-
quitectónico como elemento de iden­tidad cultural,
12.  “Patrimoine architectural: méthodes d’inventaire et de
como fuente de inspiración y creatividad para las documentation en Europe”. Rev. Patrimoine culturel, n.28. Con-
generacio­nes presentes y futuras” seil de l’Europe. 1993.

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Juan Agudo Torrico

tradicional en el diseño y en la construcción, que es hábitat. Forma parte de un proceso continuo, que
trasmitida de manera informal; e) Una respuesta incluye cambios necesarios y una continua adapta-
directa a los requerimientos funcionales, sociales y ción como respuesta a los requerimientos sociales y
ambientales; f) La aplicación de sistemas, oficios y ambientales… El éxito en la apreciación y protec-
técnicas tradicionales de construcción”. ción del patrimonio vernáculo depende del sopor-
La justificación de este documento viene dada te de la comunidad, de la continuidad de uso y su
por la necesidad de llamar la atención sobre el grave mantenimiento”.
riesgo en que se encuentra la arquitectura vernácula
debido a la “homogeneización de la cultura y a la b) Vínculo que se establece entre arquitectura
globalización socioeconómica”. (patrimonio tangible) y modos de vida (patrimonio
Para protegerla han de ampliarse y aplicársele intangible) como realidades inseparables. “El patri-
los principios de Carta de Venecia; propuesta de un monio vernáculo no sólo obedece a los elementos
notable valor simbólico dado que con ello se ratifi- materiales, edificios, estructuras y espacios, sino
ca la elevación de rango de la antigua “arquitectura también al modo en que es usado e interpretado por
modesta”, desligada ya de su antiguo destino de ge- la comunidad, así como a las tradiciones y expresio-
nerar ambientes pintorescos o para resaltar a la otra nes intangibles asociadas al mismo”. En consecuen-
arquitectura culta. cia, defender este patrimonio es hacerlo de los modos
Entre las propuestas que se plantean para su con- de vida con los que se asocia: “gobiernos y autorida-
servación estarían: multidisciplinariedad en los tra- des deben reconocer el derecho de todas las comu-
bajos de investigación e intervención, respeto de las nidades a mantener su modo de vida tradicional y a
nuevas arquitecturas de los contextos tradicionales protegerlo a través de todos los medios posibles”.
preexistentes, respeto del paisaje cultural que con-
forman y del que forman parte, programas de difu- En definitiva, se trata de un breve documento
sión para darla a conocer y potenciar su valoración, de apenas tres folios que sincretiza magníficamen-
continuidad de las técnicas tradicionales de cons- te el significado y valores culturales (identidades,
trucción como bien patrimonial en sí mismas, etc. modos de vida, expresiones arquitectónicas) de una
Pero sobre todo va a llamarse la atención sobre: arquitectura que ha ido perdiendo la calificación
contrastiva (respecto a la gran arquitectura culta)
a) Reconocimiento de su condición dinámica. de “modesta”, para adquirir una identidad propia,
Tal y como ocurre con buena parte del patrimonio sustantiva, como arquitectura vernácula/tradicional.
etnológico cuyos valores se fundamentan en la tra- Con ello se reafirma igualmente el creciente valor
dición, y por lo tanto en su condición de patrimo- que se otorga al “patrimonio tradicional” del que
nio en uso, no siempre le pueden ser aplicables las forma parte la arquitectura tradicional: “El patri-
medidas de protección y conservación utilizadas monio tradicional ocupa un privilegiado lugar en
usualmente con el patrimonio histórico-artístico: en el afecto y cariño de todos los pueblos. Aparece
lo que tienen de intento de recrear una imagen más como un característico y atractivo resultado de la
o menos inmovilista que evoque el tiempo pasado sociedad. Se muestra aparentemente irregular y sin
en el que surgieron los testimonios seleccionados, embargo ordenado. Es utilitario y al mismo tiempo
tratándose incluso de recuperar su estado prístino, posee interés y belleza. Es un lugar de vida contem-
suprimiendo los añadidos de épocas posteriores. Por poránea y a su vez, una remembranza de la historia
el contrario, las medidas a utilizar con la arquitec- de la sociedad. Es tanto el trabajo del hombre como
tura vernácula tienen que partir del reconocimiento creación del tiempo”.
de su condición dinámica, aceptándose los cambios Con todo lo dicho, nada parece cuestionar ya el
habidos como un valor inherente a la misma: “Los reconocimiento del valor de esta arquitectura tradi-
cambios a lo largo del tiempo deben ser conside- cional como una parte significativa de nuestro patri-
rados como parte integrante del patrimonio verná- monio cultural.
culo. Por tanto, la vinculación de todas las partes El reconocimiento de la arquitectura tradicional
de un edificio a un solo periodo histórico no será en las Leyes del Patrimonio Histórico/Cultural en
normalmente el objetivo de los trabajos sobre ar- las diferentes autonomías del Estado Español
quitectura vernácula”. De hecho, el éxito en su Aunque este reconocimiento no significa una
preservación dependerá de esta continua readap- garantía de continuidad y aunar ambas cuestiones,
tación: “constituye el modo natural y tradicional la ratificación de su valor como testimonio desta-
en que las comunidades han producido su propio cado de las identidades colectivas y articular los

—  48  —
Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

mecanismos para su protección, estarán presentes notable explicitud y, en ocasiones, con ricos matices
en todas las legislaciones autonómicas sobre defen- explicativos.
sa y difusión del patrimonio histórico/cultural. Es lo que ocurre en la ley cantabra (1998), donde
En todas ellas va a resultar muy significativo no sólo se habla de proteger los bienes inmuebles
que entre las escasas referencias a los contenidos del patrimonio etnográfico formados por “todas
específicos de las grandes clasificaciones estableci- aquellas construcciones que se ajusten a patrones
das en su articulado (patrimonio mueble, inmueble, transmitidos por vía de la costumbre, y que dan vida
arqueológico, etnográfico, documental, etc.), las a formas y tipos propios de las distintas comar­cas de
alusiones a la arquitectura tradicional nos aparecerá Cantabria” (art. 96.), sino que también aparece una
como una constante. Con una doble apreciación: interesante apreciación en contra de la utilización
meramente formalista de la imagen vaciada de con-
a) Formará parte del denominado patrimonio tenido de esta arquitectura tradicional; así, en los
etnológico/etnográfico13. Conjuntos Históricos, “en las nuevas edificaciones
se prohibirán las actuaciones miméticas que falsi-
b) Los valores patrimoniales que la justifican fiquen los lenguajes arquitectónicos tradicionales”.
estarán relacionados con el término “tradición”14; (art. 63).
salvo en las leyes de Castilla la Mancha, Valencia En la Ley del Patrimonio Histórico de Castilla-
y Extremadura donde se adjetiva de “popular”, y en La Mancha (1990) se especifica la necesaria protec-
las leyes especificas sobre cultura tradicional y po- ción de los molinos de viento y las “manifestaciones
pular de Cataluña y Baleares donde se utilizan indis- de arquitectura popular, como silos, bombos, ventas
tintamente ambos adjetivos de tradicional/popular. y arquitectura negra, existentes en el territorio de
Castilla-la Mancha, con una antigüedad superior a
Bajo estos criterios, su importancia va a estar re- los cien años” (art. 23).
conocida en la totalidad de estas leyes, salvo, sorpre- En la aragonesa (1999) se cita dentro del pa-
sivamente, en la ley Vasca, donde no aparece ningu- trimonio etnográfico a proteger “los lugares, los
na referencia a la arquitectura tradicional/popular. inmuebles y las instalaciones uti­lizados consue-
La Ley del Patrimonio Histórico Nacional de tudinariamente en Aragón, cuyas carac­terísticas
1985 recoge expresamente dentro del Patrimonio arquitectónicas sean representativas de las for­mas
Etnográfico a aquellas “edificaciones e instalacio- tradicionales”; pero tal vez lo más significativo sea
nes cuyo modelo constitutivo sea expresión de co- la referencia a los pueblos deshabitados, tan dramá-
nocimientos adquiridos, arraigados y transmitidos ticamente numerosos en dicha comunidad, y que
consuetudinariamente y cuya factura se acomode, por esta Ley del Patrimonio Cultural pasan a ser
en su conjunto o parcialmente, a una clase, tipo o protegidos como testimonios culturales en sí mis-
forma arquitectónicos utilizados tradicionalmente mos: “los pueblos deshabitados constituyen parte de
por las comunidades o grupos humanos”.(Art. 47). nues­tras raíces culturales y de nuestros modos de
En algunos casos las referencias van a ser am- vida tra­dicionales. En los mismos se prohíbe la re-
biguas o escasas (Andalucía, Madrid, Valencia, tirada de mate­riales y la realización de obras sin au-
Galicia), pero la norma es que nos aparezcan con torización de la Comisión Provincial del Patrimonio
Cultural. Se impulsará el inventario de sus bienes y
13. La introducción del concepto de patrimonio etnográ- la recuperación paulatina de los mismos”.(Disposi-
fico, se cita como una aportación novedosa de la legislación ción adicional tercera. Pueblos deshabitados).
española desde la propia Ley estatal de 1985. Sin embargo, no Aunque donde este patrimonio arquitectónico va
debemos olvidar que, aún en la terminología cotidiana al uso,
esta parte de nuestro patrimonio cultural es con frecuencia ci- a alcanzar un mayor nivel de evocación y reconoci-
tado como “menor” o “modesto”; cuestión no meramente no- miento, va a ser en la Ley del Patrimonio Histórico
minalista, sino que, como venimos diciendo a lo largo de este de Canarias15 (1999). En ella, ya en el preámbulo nos
artículo, tiene claras consecuencias en la política activa de re- encontramos con este párrafo que habla por sí solo:
conocimiento y preservación, tanto a nivel de instituciones ad-
ministrativas como de simbología colectiva. J. Agudo Torrico
“Dentro de los templos, o en las casonas señoriales,
“Patrimonio etnológico. Problemática en torno a su definición
y objetivos”. Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio His- 15. La descripción de los contenidos de este patrimonio
tórico. nº. 18. 1997. pp. 97-118. etnográfico (considerada una relación “enunciativa y no limi-
14. En los textos referenciados en la nota anterior se trata tativa”) destaca por su minuciosidad y amplitud dentro del con-
de forma específica el papel que juega este concepto de tra- junto de leyes autonómica; reflejando la amplitud y diversidad
dición en la definición de los valores asociados al patrimonio de las variables culturales a tener en cuenta bajo este epígrafe
etnológico. del patrimonio etnográfico o etnológico.

—  49  —
Juan Agudo Torrico

el arte y la piedad popular fue acumulando un rico interna, y posibilidades y potencialidades de adap-
caudal de labrada orfebrería, retablos policromos, tación a nuevos usos y funciones. Por el contrario,
lienzos, tallas, muebles, pinturas murales. A su lado existe una muy preocupante tendencia a reproducir
han crecido pequeñas ermitas albeadas, casas de teja unos clichés esquematizados y estandarizadores de
y tea, balcones, celosías, patios de helechos y piedra, lo que debe ser la “auténtica” arquitectura tradi-
hornos y molinas, pajeros y alfares, donde el pueblo cional de los diferentes territorios que abarcan las
de Canarias ha laborado a través de los siglos todo actuales autonomías. Reproduciéndose así, nueva-
un tesoro que, como obra de todos, a todos pertenece mente, viejos planteamientos ideológicos por los
y que, como tal, por todos ha de ser conocido, disfru- que se trata de fundamentar un determinado modelo
tado y tutelado en beneficio de las futuras generacio- político-identitario sobre unívocas concepciones de
nes”. Seguidamente, al describir los contenidos de homogeneidad cultural, sean cualesquiera que sean
su patrimonio etnográfico, nos encontraremos con los rasgos seleccionados: música, arquitectura, len-
un amplio listado que nos da idea de la diversidad gua, etc.
y riqueza de la arquitectura tradicional canaria, así En el caso de Andalucía16, pese a la enorme ex-
como de la concepción globalizadora que se tiene tensión de su territorio, y diversidad de ecosistemas
de la misma incluyendo tanto a edificaciones como a y experiencias históricas vividas por sus diferentes
obras de infraestructura, o elementos aislados: com- territorios, sorprende la fuerza con la que se han
ponen esta arquitectura a proteger y valorar “cons- impuesto unos determinados tópicos (patios, enjal-
trucciones y conjuntos resultado del hábitat popular, begado, rejas y ventanas saledizas) que en muchos
tales como poblados de casas, haciendas, poblados casos hay que revisar, tanto en su difusión territo-
de cuevas, etc.; elementos arquitectónicos singu- rial, como en su dimensión temporal. Al igual que
lares, tales como portadas, tapias, almenados, chi- sigue siendo sospechosa la coincidencia que se
meneas, calvarios, cruces, pilares, caminos, piedras sigue manteniendo tanto a nivel de folletos divulga-
labradas, blasones, lápidas, etc.; y aquellos otros que tivos y/o turísticos, como en alguno de los escasos
por su funcionalidad histórica formen parte de la estudios aproximativos que se han hecho, con los
cultura popular ligada a la producción económica, tópicos impuestos desde los viajeros románticos del
tales como molinos, acueductos, aljibes, cantoneras, s. XIX: omnipresencia de los patios como rasgos
acequias, estanques, salinas, canteras, caleras, alfa- perdurables de viejas tradiciones romano-medite-
res, hornos, pajeros, eras, corrales, lagares, bodegas rráneas afianzadas en el periodo musulmán (cuando
y similares” (art. 73.2). en realidad su existencia, condición de espacio cen-
En consecuencia, un abierto reconocimiento de tralizador, etc. tiene mucho más que ver con clases
su significación simbólica expresado formalmente sociales que con modelos culturales compartidos); y
en la propia legislación. La cuestión es, no obstante, las grandes excepciones a las viviendas folcloristas
hasta qué punto este reconocimiento se corresponde de patios y rejas puestas tan de moda por los sai-
con la realidad de una intervención efectiva sobre netes de los hermanos Quintero, expresadas por la
un patrimonio que está desapareciendo a pasos enfatizada arquitectura alpujarreña (lo musulmán)
agigantados. y las viviendas en cuevas (lo gitano, con el Sacro-
monte granadino como paradigma).

Conclusiones
2. Cuestionamiento de los análisis
A modo de síntesis, y tomando como referencia formalistas con los que se han realizado
directa la situación actual de la arquitectura tradi- la mayor parte de sus estudios.
cional andaluza, creo que entre los problemas más
graves a los que actualmente se enfrenta la preser- Tanto su análisis como interpretación y pro-
vación de esta arquitectura, estarían: puestas de intervención no pueden realizarse desde
un enfoque meramente formalista, arquitectónico,
preocupado por establecer meras clasificaciones
1. Desconocimiento y estandarización de las
imágenes de esta arquitectura tradicional.
16.  AGUDO TORRICO, J. “Espacios urbanos y arquitec-
tura tradicional”. Gabriel Cano -dir.- Gran Enciclopedia Anda-
Falta de una investigación sistemática que ponga luza del siglo XXI. Conocer Andalucía. Vol. VII. Ed. Tartessos.
de manifiesto su riqueza de contenidos, diversidad Sevilla. 2001. Págs. 294-357.

—  50  —
Arquitectura tradicional. Mercado y discursos identitarios

tipológicas que incluso olvidan su riqueza de ma- casos, son auspiciadas desde las propias institucio-
tices: adaptaciones en función de clases sociales, nes públicas.
actividades productivas y valores estéticos. Lo cual El resultado tangible es la posición subordina-
puede contribuir a explicarnos los cuestionables cri- da, abiertamente desproporcionada, que mantiene
terios de intervención que se están siguiendo desde el patrimonio etnológico -en este caso la arquitec-
la actual disciplina arquitectónica, que se ha arroga- tura tradicional- respecto al otro gran patrimonio
do prácticamente en exclusiva el derecho no solo a histórico-monumental. El interés por el patrimonio
definir, valorar e intervenir sobre esta arquitectura y etnológico será siempre inversamente proporcionar
urbanismo tradicional, sino a imponer los modelos a la existencia o no de otros grandes testimonios
que han de sustituirla. del pasado que nos puedan servir para completar la
Cuando en realidad, se trataría, fundamental- imagen arquetipo del patrimonio como recurso; en-
mente, de preservar, adaptándolos a los nuevos tendido este concepto solo en clave económica pero
usos y funciones socioeconómicos, los valores que no siempre en relación con su significación para la
manifiestan dicha arquitectura: modos de habitar, colectividad. Así, cuando una población este rica-
peculiaridades tecnológicas y estéticas, calidad de mente representada por numerosas iglesias, palacios
los entornos urbanos resultantes de largos proce- y grandes museos de arte, el interés por las manifes-
sos históricos. De ahí que su estudio y valorización taciones de estos “otros” contenidos de nuestro pa-
haya de realizarse desde un enfoque multidiscipli- trimonio cultural será escaso, salvo que contri­buya
nar, en el que antropólogos, arquitectos, geógrafos, a “contextualizar” y “real­zar” el primero.
etc. aúnen esfuerzos y compartan conocimientos y Sólo cuando no exista tal patrimonio monumen-
miradas sobre un patrimonio especialmente sensible tal, o esté escasamente representado, el patrimonio
a los radicales procesos de transformación sociocul- etnológico se ensalzara como alternativa y para de-
turales a los que estamos asistiendo. mostrar que también dicho lugar de turno tiene “pa-
trimonio”; pero rara vez se les dará un trato parejo a
unos y otros tipos de testimonios culturales.
3. Mantenimiento de viejas cuestiones Un ejemplo bastante paradigmático nos puede ser-
de rango entre arquitectura monumental vir para mostrarnos lo que acabo de decir. En muchos
culta y arquitectura tradicional. pueblos andaluces que cuentan con un rico patrimo-
nio monumental, nos vamos a encontrar con azulejos
Entre la arquitectura “docta” y la “tradicional” de cuidada factura que nos indican la ubicación de sus
existe una peculiar inversión en los criterios de uso monumentos: templos, conventos, palacios, fuentes
y conservación. Dado que (al menos en teoría) nadie monumentales, castillos. Unos y otros están interco-
parece cuestionar la necesidad de preservar la ar- municados por líneas que se supone que representan
quitectura encuadrable dentro del patrimonio docto, unas calles a las que no siempre se les pone nombres.
sus nuevos usos y funciones son secundarios a par- Pero son calles vacías, entre uno y otro monumento
tir de esta premisa incuestionable de su necesaria no aparece nada: ni el nombre de los barrios, ni se
preservación. Por el contrario, ante los testimonios destaca alguna otra particularidad “no monumental”
de nuestra arquitectura tradicional, este orden se
invierte: primero nos preguntamos para qué puede
servir su preservación y dependiendo de sus usos
potenciales se tomará la decisión última de su pre-
servación o no. Unas decisiones que se tomarán, ge-
neralmente, en función de criterios de mercado y no
de otros factores de carácter histórico o identitario;
por lo que esta “conservación” se hará pensando no
tanto en la integridad y preservación de sus signifi-
cados, sino en las nuevas utilidades.
Todo lo cual contribuye a explicarnos el por-
qué la geografía peninsular está llena de verdade-
ras barbaridades, de ejemplos de “restauraciones”
o “rehabilitaciones” de esta arquitectura tradicional
convertida en pastiche de sí misma. Con la paradoja Oficina municipal de turismo y congresos en pleno barrio
de que muchas de estas intervenciones, en no pocos de la judería. Córdoba

—  51  —
Juan Agudo Torrico

de su entramado urbano, casas, fuentes, etc. Son en


realidad pueblos vacíos con monumentos.
En la ciudad de Ronda, con un extraordinario
patrimonio monumental, encontramos los consabi-
dos azulejos que acabamos de describir. Sin embar-
go, pese a contar con un igualmente extraordinario
casco urbano, con barriadas de fuerte personalidad,
y notables ejemplos de arquitectura tradicional,
nada de ello cubre los espacios intermonumentales.
Por el contrario, los pequeños pueblos que se
desparraman por la sierra rondeña que la circunda
no cuentan con semejante patrimonio monumental.
En tales casos su valor es su patrimonio etnológi-
co, ensalzado desde “siempre” por la belleza de sus
pequeños cascos urbanos y los parajes en los se in-
sertan. De este modo, en buena parte de estos pue-
blos, fundamentalmente los que bordean la carre- Azulejo resaltando la arquitectura monumental. Aguilar
de la Frontera (Córdoba)
tera nacional 341 (reseñada en los mapas como de
interés turístico o pintoresco) la norma es que nos
encontremos a la entrada dos azulejos: el primero
indica los parajes de interés; y el segundo lo luga- A partir de esta apreciación, acercarnos a su pro-
res destacados de la población. Pero en este caso el blemática es hacerlo a un mundo complejo. Incues-
azulejo va a estar marcado por numerosos puntitos, tionablemente no toda la arquitectura tradicional
reseñando las particularidades de su arquitectura puede ni debe conservarse (infraviviendas jorna-
tradicional -tejados, fachadas, casas-, molinos o al- leras, chozo y casillas de pastores, condiciones de
mazaras existentes, plazas, fuentes, etc. Y aún más, vida de corrales y casas de vecinos), pero también
cuando recorramos sus calles -Benalauría, Gaucín, hay que revisar el modo como se la sigue tratando
Genalguacil, …- azulejos también de cuidada fac- en el contexto de nuestro patrimonio cultural, entre
tura nos cuentan los rituales que se desarrollan en su evocación nostálgica y la realidad de su abando-
aquella plaza, la función y significado del molino no. Al igual que hay que replantear la idea de que
conservado, acontecimientos históricos vinculados una de las principales razones que dificulta cual-
al pueblo, costumbres y leyendas, la importancia quier medida de preservación, e incluso su percep-
que en otros tiempos tuvieron oficios ya desapare- ción colectiva como tal patrimonio, es precisamente
cidos, etc. etc. En estos casos, dado que faltan los su abundancia, cuando en realidad es un patrimonio
grandes monumentos, son los pueblos los que co- intrínsecamente escaso dada su fuerte vínculo terri-
bran vida como sujetos significativos. torial: la arquitectura alpujarreña “sólo” existe en
En definitiva, y para concluir, en palabras de un las Alpujarras, la arquitectura del maestrazgo “sólo”
arquitecto, la más profunda dificultad para la super- existe en esta comarca, etc. independientemente del
vivencia de esta arquitectura radica en “...el pro- mayor o menor número de pueblos que compongan
blemático entendimiento de que su condición no es cada comarca.
conservarla, sino recuperarla y reutilizarla global- Al mismo tiempo, retomando las palabras de
mente sin alterar la dialéctica unidad entre habita- las páginas iniciales, no se trataría tanto de conser-
ción y habitante, que no es sólo quien la habita, sino var únicamente sus elementos formales o estéticos,
también quien la hace, asumiendo como creadoras como de potenciar su capacidad de adaptación a los
las exigencias inevitables de reparación, modifica- cambios que se están produciendo, preservando el
ción y destrucción que ello lleva consigo. ….Con- modo de habitar como el principal bien patrimonial.
servar la arquitectura popular vacía o rellena sería un Pero este modo de habitar, cómo todo valor intangi-
triste destino, pero además sería, sin duda, el camino ble, ha de expresarse cotidianamente en unos con-
de su desaparición o, tal vez, tan sólo, un momento textos de tangibilidad: éstos serían nuestras vivien-
señalado en su necesaria destrucción creadora”.17 das, barrios, plazas y poblaciones. En definitiva,
los modos de vida que nos han caracterizado como
17.  J. R. Sierra Delgado “La arquitectura popular. Intro- culturas mediterráneas.
ducción a su análisis formal.” Los andaluces. Ed. Itsmo. Ma-
drid, 1980. pp. 359-379.

—  52  —
Más allá de identificación. Interpretar
la arquitectura vernácula

Pablo Diáñez Rubio


Universidad de Sevilla. España

Un punto de partida La arquitectura vernácula expresa la diversidad


(clima, materiales, diseños constructivos). Ahora, la
Lo vernáculo como modo de producción del arquitectura sostenible busca lo mismo; lograr bue-
hábitat, no sólo del acto edilicio: traza, espacio pú- nos equilibrios energéticos a base de reconocer las
blico y valores simbólicos. La lógica del aprovecha- variables de cada lugar para mediante el diseño ar-
miento de los recursos, de las prácticas constructivas quitectónico inteligente (en la vernácula es por vía
autóctonas. La arquitectura popular ó de respuesta de la tradición derivada de lentos procesos empíri-
al medio en ausencia de un proceso de pensamiento cos de ensayo y error) alcanzar una eficiencia que
especializado y con el mínimo consumo de energía. en la vernácula era por la falta de medios y ahora es
Cultura popular frente a cultura académica. Un modo por ideología medioambiental o sostenibilidad.
de producción que está por encima de los usos. Más
allá del reciclaje que hacen las prácticas del consu-
mo masivo y la industria del ocio, lo vernáculo, lo La ampliación del concepto
popular, los restos de la tradición están avaladas por
su papel de resistencia ante la homogeneización de El motivo de un texto como éste es ofrecer un
la mayor parte de las prácticas sociales derivadas de instrumento de trabajo para los profesionales que se
la globalización y de la sociedad de la información. mueven en el entorno de un referente patrimonial
¿Cómo afecta a la producción de la arquitectura , en frecuente, lo vernáculo. El término hace referencia
éste caso a la ya producida? a lo doméstico, a lo de aquí, pero por extensión se
vincula a la tradición, a la manufactura artesanal.
No obstante mas allá de disquisiciones, en el ámbi-
El estado de la cuestión to de la arquitectura, incluyendo en ella lo urbano,
por vernácula hay que entender aquella producción
El conocimiento de la arquitectura pretérita, en anónima que procede de un lugar concreto. Estamos
sentido amplio, debida a la forma de producción po- hablando de aquellas arquitecturas y espacios de la
pular siguiendo los principios de la tradición se pre- ciudad generados lentamente, por ensayo y error,
senta como una cuestión de reciclaje mas allá de su que han ido adecuando una respuesta al medio a tra-
propio valor documental. No se trata de extasiarse vés de la optimización de recursos y de técnicas.
en el arrobo de descubrir la sabiduría popular a la Mi propuesta se dedica al patrimonio material en
hora de organizar espacios y sistemas adaptados al el contexto de un Congreso que aborda la arquitec-
medio. Mas allá del valor documental que ofrecen tura popular (cultura material), la antropología del
las prácticas constructivas del hábitat como expre- habitat (cultura inmaterial), la historia (los datos
sión de mestizaje y de sabiduría en la adaptación al y documentos) y el patrimonio (valor cultural) en
medio y a los recursos, la cuestión está en extraer tanto que se tiene conciencia de que estamos ante un
aprendizaje. bien perecedero.

53
Pablo Diáñez Rubio

Precisiones Alternativas

En relación con la llamada arquitectura vernácu- La mayor parte de los procesos de trasformación
la, procede hacer las consideraciones siguientes: pueden resumirse sólo a los efectos de la didáctica,
Aquella producción que procede del campo de la en la secuencia identificación, caracterización, inter-
experiencia aplicada vinculada al saber tradi- pretación, teoría de intervención, proyecto de ejecu-
cional y, por tanto, ajena al conocimiento y a ción y obras ó trabajos de realización. Hasta elaborar
las prácticas académicas. los criterios de intervención el trabajo suele ser plu-
Engloba las tipologías de los trazados urbanos ridisciplinar y a partir de ahí ya será el especialista el
orgánicos y la arquitectura popular que al- que actúe ya sea restaurador, arquitecto, etc.
bergan, la arquitectura de la explotación agra- El motivo de la ponencia es detenerse en la in-
ria en su doble vertiente de hábitat rural y de terpretación. Aceptada la existencia de una produc-
arqueología industrial. ción local de origen popular y dotada de singulari-
La evolución social implica la obsolescencia de dad, vernácula, caben dos opciones: caer seducidos
los medios de producción y de los soportes por una mezcla de altruismo y nostalgia populista
materiales en que se sustenta. Desde el paisa- con la consiguiente llamada a los valores identita-
je hasta los utensilios, la realidad es dinámica rios ó proponer un camino de estudio riguroso ten-
y está transitando de una situación a otra. dente a la cientificidad en el que el método tiene un
A partir del s. XIX se desarrolla un movimiento papel dominante.
que podemos calificar de conciencia conser-
vacionista con un marco de intereses y estra-
tegias cambiantes en los dos siglos trascurri- De la interpretación al proyecto patrimonial
dos. De Ruskin / Viollet le Duc a la Carta de
Cracovia en un debate que en superficie se Situémonos ante un ejemplo de cultura material
presenta como conservación / restauración obsoleta de índole arquitectónica como puede ser la
pero que en el fondo hace referencia a la de- Casería Montoreña. Podemos realizar todos los traba-
terminación del valor y al contenido de la au- jos de identificación y caracterización pero a la hora
tenticidad en los materiales heredados. de interpretar un hecho arquitectónico es preciso
El valor patrimonial no es objetivo dado que saber qué es lo que se tiene entre las manos: espacios,
no es un a priori. Es un atributo establecido luces, fábricas,…porque no se trata de documentar y
desde posiciones que la mayor parte de las caracterizar (incluso por el método comparado como
veces no se hacen explícitas. Lampérez) y atribuir unos ciertos valores incipientes.
La interpretación supone posicionarse y argumentar
haciendo explícita la escala de referencias y aprecia-
Hipótesis ciones que sustentan ese estado de opinión.
Hemos pasado de lo que las cosas parecen, de los
Por lo expuesto, el proceso que aborda el Con- valores presuntos, a lo que las cosas son para quién
greso está formado por una cierta tesis que podría sustente la valoración. Un molino de viga y sus es-
formularse así: hay producciones de la cultura ma- pacios domésticos anexos sólo son candidatos a una
terial que en razón a su obsolescencia van desapa- determinación rigurosa de la trascendencia de su de-
reciendo dado que carecen de valores simbólicos ó saparición: hasta ahí la presunción de valor. Ahora
crematísticos. No obstante desde ciertos puntos de bien, en cada caso, un autor y/o equipo, asumirá la
vista, se le atribuyen valores que a juicio de sus men- responsabilidad de decir qué es valioso y porqué.
tores deberían garantizar su conservación. Aceptada Las estrategias y dispositivos que concretan el cómo
la tesis genérica de que la producción popular (en perdura, completan un proceso que observado en
general) y la muy localizada (vernácula, condición su globalidad se designa como proyecto patrimo-
de singularidad vinculada a lo concreto y singu- nial. En expresión del propio Congreso, estaríamos
lar del origen y el ámbito de producción) encierra refiriéndonos a la vida y muerte de la arquitectura
“valores” que no tienen que ver con la “excelencia (en éste caso vernácula) así como a las cuestiones
artística académica” , se hace necesario un método derivadas de su conservación y aprovechamiento.
(o protocolo) riguroso que permita discriminar un Creada ex profeso una situación patrimonial, pues
proceso que, como hasta el presente, en la mayor eso es interpretar, aparece un nuevo campo metodo-
parte de los casos es indiscriminado. lógico: el proyecto.

—  54  —
Más allá de identificación. Interpretar la arquitectura vernácula

La asunción de ese nuevo objeto arquitectónico reasignación de valores (mas allá de la apariencia
creado por la interpretación, se podrá ver qué es- y el pintoresquismo) desde posiciones particulares
trategias de trasformación, cuáles las nuevas fun- que den lugar a un nuevo objeto arquitectónico.
cionalidades compatibles, qué aspectos se van a El desarrollo coherente sigue a través del proceso
resaltar y cuáles a silenciar, etc. dialéctico que se genera entre ésta nueva realidad
y las estrategias y principios que deben regir la
trasformación (reciclaje) que le permitan pasar a
Tesis ser un bien de interés cultural en manos de la co-
munidad. Hay que profundizar un protocolo que
En resumen, mas allá de la identificación de en la actualidad, ante una situación de cultura ma-
los objetos susceptibles de patrimonializarse (ser terial vernácula, empieza por documentar, que a
usados y disfrutados por la comunidad en la me- continuación cataloga (etiqueta roja, verde o azul)
dida que son producto y reflejo de la misma) y y acaba banalizando con un uso posible o de opor-
para evitar el simple etiquetado actual, se recla- tunidad como tantos conventos que acaban como
ma un paso adelante deliberado y explícito como hoteles con encanto o haciendas para bodas y alo-
es el de una interpretación que comporte una jamientos rurales.

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Comunicaciones
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Los palacios y castillos campestres cacereños desde el siglo XVI como centro de la explotación agropecuaria de la dehesa...

Los palacios y castillos campestres cacereños desde el


siglo XVI como centro de la explotación agropecuaria de la
dehesa. Su repercusión en los cortijos de los siglos XIX y XX

Antonio Navareño Mateos


Universidad de Extremadura. Cáceres. España

En las dehesas de la demarcación jurisdiccional construcciones con las correspondientes instalacio-


de la ciudad de Cáceres hemos podido encontrar nes especializadas1.
un buen número de edificaciones de carácter mo-
numental, tanto torres y castillos medievales como
palacios renacentistas y barrocos, que poseían en Torres y casas fuertes medievales
principio finalidad defensiva o residencial y que
han sido siempre símbolo de la ostentación del Las construcciones más antiguas son algunas to-
poder económico y político que administraban en rres medievales, datadas en torno al siglo XV, que
el campo las más importantes familias aristocráticas servían para la vigilancia de las tierras y que además
cacereñas. Otra importantísima finalidad de estos se visualizaban como mojón o referencia física y
castillos y palacios campestres era, y sigue siéndolo simbólica del dominio del dueño sobre su territorio.
en muchos casos, la de servir de edificio central No se trataba de edificaciones castrenses para en-
de la explotación agropecuaria que se constituye en frentarse a un enemigo común, sino de construccio-
las dehesas donde se asientan. Desde el siglo XVII nes para aumentar la seguridad frente a bandoleros
estas casas están más directamente relacionadas con y ladrones de ganado y, sobre todo, para salvaguar-
las tareas agropecuarias, pero en ellas tampoco está darse del vecino, otro propietario igualmente ilus-
ausente el carácter monumental de la construcción tre y poderoso, que también era su rival en el casco
y su papel como símbolo del rango e influencia de urbano. En ese contexto de inestabilidad hay que
sus dueños. En esta comunicación haremos un reco- encuadrar la profusión de casas torreadas a finales
rrido por el amplio territorio del término municipal de la Edad Media en el casco urbano de Cáceres
de Cáceres, analizando de forma sucinta las carac- y en las dehesas de su jurisdicción, y eso es lo que
terísticas generales de los diversos grupos y tipos motivó la promulgación de una Cédula Real para la
de edificación que a lo largo del tiempo han tenido pacificación de la villa de Cáceres y su tierra, dada
relación con la actividad agrícola y ganadera: torres por Isabel la Católica en 1477, prohibiendo la cons-
y casas fuertes, castillos, palacios, cortijos y casas trucción de torres y el desmoche de las existentes en
de campo. la ciudad, así como el juramento y rendimiento de
El rasgo común en todos los casos es la dua- “pleito homenaje” de las ya construidas en el cam-
lidad entre su imagen señorial y la dedicación a po2. Pero como decimos, muchos de estos edificios
tareas rústica, pudiéndose ver el desempeño de
funciones representativas y residenciales a través 1. NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura residen-
de la configuración de grandes y refinados volúme- cial en las dehesas de la Tierra de Cáceres (Castillos, palacios
nes arquitectónicos, muchas veces concibiéndose y casas de campo). Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”
como auténticas mansiones urbanas, y al mismo de la Diputación Provincial de Cáceres, 1999.
2.  PELLICER Y TOVAR, J. de (Pedro de Ulloa): Memoria
tiempo su dedicación a la actividad agrícola y ga- de la calidad y servicios de la casa de don Álvaro Francisco
nadera, para lo cual también están dotadas estas de Ulloa Golfín y Chaves, Señor del mayorazgo del Castillejo.

59
Antonio Navareño Mateos

siglo XX se relacionan cuadras, gallineros, tinado,


trojes, corrales y zahurdas5, y así se mantiene hasta
la actualidad, que todavía está en servicio, aunque
ya algunas dependencias, sobre todo las residencia-
les, están semiabandonadas. También surge alre-
dedor de una primitiva torre medieval la casa de
Mayoralguillo de Vargas, de finales del XV, con
múltiples dependencias adosadas a lo largo de los
siglos posteriores y con otros edificios pecuarios al
lado, auque algunos de estos se hallan hoy abando-
nados. La vecina casa del Aire, sin embargo, toda-
vía está en activo, y en su casco principal se puede
Casa del Aire.
ver la casa fuerte de finales del XV, más los tina-
dos, vivienda de los guardas, e incluso un chozo de
horma. A este tipo de volumen compacto resultado
campestres, además de ser construidos para pro-
de múltiples adiciones pertenece también la casa de
teger y asegurar la propiedad, sirvieron enseguida
las Corchuelas, en la que aún persiste un volumi-
para el establecimiento de la casa o sede principal
noso cuerpo cuya cámara superior todavía conserva
de la explotación agropecuaria.
restos de su bóveda nervada gótica del siglo XV. Ya
La mayoría eran torres exentas, levantadas en el
se citaba como casa fuerte en el último cuarto de ese
siglo XV, como hemos dicho, casi todas ubicadas
siglo, siendo entonces propiedad de Alonso Golfín6,
en torno al río Salor, donde estaban las tierras con
uno de los personajes más influyentes de la ciudad
mejores pastos, y la sierra de San Pedro, monte alto
de Cáceres por entonces. A este bloque primitivo se
poblado de encina y alcornoque, con buena y abun-
han ido añadiendo distintos volúmenes en los siglos
dante caza. Algunas ya han desaparecido, como la
siguientes, algunos conservan su datación grabada
llamada casa fuerte o torre del Gaitán, en la Sie-
en los muros. A finales del siglo XVIII Simón Beni-
rra de San Pedro, ejemplo de establecimiento anti-
to Boxoyo elogia la fertilidad de sus tierras dicien-
guo del que sólo se conserva el nombre, siendo hoy
do que tenía“huerta, olivares, charcas con pesca,
una explotación pecuaria especializada en ganado
conejos y una hermosa arboleda de almendros y
bovino selecto. Sin embargo otras se conservan en
acebuche…”, además de un coto de caza mayor con
relativo buen estado pese a los múltiples añadidos
privilegio real7. En el libro de yerbas de 19098 figura
incorporados a lo largo de los siglos, convirtiéndose
la casa, con 34 habitaciones, con una buena dotación
en buenos cortijos y casas de campo, donde se funde
de dependencias de labor, entre las que se contaban:
su carácter palaciego con la actividad agrícola y ga-
un gran corral, tinado para 25 reses, cinco cuadras,
nadera. A este tipo pertenece la casa de Santiago
dos pajares grandes, una zahurda para 30 cerdos, la
de Bencáliz, asociada también a una villa romana
huerta de 4 fanegas con casa, cuadra y pajar, una
que se halla en sus inmediaciones3, lo que evidencia
cerca de olivar, otra cerca de encinas y pasto, pozo
su dedicación a tareas rústicas desde antiguo. To-
con agua abundante y noria, más dos estanques.
davía se conserva la torre de finales del siglo XV y
Otras torres han mantenido mejor su perfil pri-
la gran casa fuerte adosada, viéndose en una y otra
mitivo porque han recibido menos añadidos o no
muchas muestras heráldicas labradas en granito. A
han sido estos de carácter monumental, aunque tam-
mediados del siglo XVIII se registra en el Catastro
bién es visible su dedicación a tareas agropecuarias.
de Ensenada como una buena casa de campo, con
Ello reafirma esta idea de la que venimos hablando,
corral, caballeriza y pajar, más una casita para co-
la vinculación tradicional de construcciones cas-
rralada y un pajar para bueyes4, y a comienzos del
trenses campestres con la función económica de la
explotación. Así ocurre en la Torre de Juan de la
Madrid, 1675. Edición facsímil de la Diputación Provincial de
Badajoz, 1982, ff. 51/v y 52. Se conoce la obra como Memorial
de Ulloa, y así la citaremos nosotros en lo sucesivo. 5.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de Yerbas de Cáce-
3. CERRILLO, Enrique: “Excavaciónes en la villa romana res. Cáceres: El Noticiero, 1909, p. 270.
de Santiago de Bencáliz (Cáceres). Un asentamiento rural en la 6.  Memorial de Ulloa, f. 112/v.
vía romana de la Plata”. Noticiario Arqueológio Hispano, tomo 7.  BENITO BOXOYO, Simón: Historia de Cáceres y su
13. Madrid: Ministerio de Cultura, 1983, pp. 169-212. Patrona (manuscrito de 1794-99). Publicado en Cáceres: 1952,
4.  Archivo Municipal de Cáceres, Catastro de Ensenada, p. 139.
1753, tomo II, ff. 888/v y 893 y ss.. 8.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de Yerbas…, p. 273.

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Los palacios y castillos campestres cacereños desde el siglo XVI como centro de la explotación agropecuaria de la dehesa...

Peña o del Espadero, primitiva torre exenta, ahora de campo que se concebiría con las funciones pro-
con algunas construcciones modernas adosadas, ya pias de su uso campero y, simultáneamente, con los
citada como casa fuerte o torre del Espadero Viejo recursos defensivos que sugieren sus “cubos”. Esto
desde mediados del siglo XV9. En torno a la torre constituiría el cuerpo principal y más antiguo del
se configuran en la actualidad varios cercados en castillo que hoy podemos contemplar, el cual a lo
forma más o menos cuadrangular, con uso agrope- largo del siglo XVI se configuró como un volumen
cuario diverso y residencial de carácter doméstico. cerrado en torno a un patio central, en este caso no
El mismo tipo de torre exenta a la que se han aña- como patio de labor del tipo habitual en una casa
dido hasta época reciente diversas construcciones de campo sino como si se tratara de un auténtico
pecuarias es la Torre de los Mogollones, esta de palacio urbano, por lo que las dependencias agrope-
gran volumen, posiblemente construida por Diego cuarias se levantan en las proximidades del castillo
García de Ulloa “El Rico” antes de 148010. También pero no en el mismo inmueble, aunque en su interior
en la casa de las Cerveras se conservan volúmenes se ubica una espaciosa caballeriza. Al lado se puede
torreados, con matacanes y saeteras, asimismo de contemplar el castillo de la Arguijuela de Arriba,
finales de la Edad Media, en este caso con unas an- que es algo posterior y más voluminoso que el an-
tiestéticas naves modernas adosadas. terior, levantado en torno a la segunda década del
siglo XVI por el matrimonio Diego de Ovando de
Cáceres y Teresa Rol13. Aquí se reafirma el mode-
Castillos y palacios desde el siglo XVI lo de planta cuadrangular, como en el caso anterior,
pero ahora con un patio más espacioso y de carácter
Otro modelo arquitectónico que vemos en los más rústico, al cual se abren, en sus cuatro crujías,
campos de Cáceres lo constituyen algunos castillos diversas dependencias y almacenes de uso agroga-
y grandes casas de carácter palaciego que surgen a nadero, combinando el carácter residencial de rango
finales de la Edad Media y sobre todo durante el señorial con lo propio de su uso productivo y rural,
siglo XVI, pero que desde el principio aparecen es decir: palacio y al mismo tiempo centro de la ex-
asociados a la actividad productiva, aunando los plotación. En el exterior se fueron añadiendo cons-
conceptos castrense, representativo y de explota- trucciones que subrayan esta dualidad, desde talle-
ción agroganadera, siendo al mismo tiempo castillo, res, naves y almacenes, hasta una capilla para la que
palacio y cortijo. en la segunda mitad del siglo XVI se hizo un retablo
Uno de los más representativos, tanto por su de la mano de Luis de Morales, el cual se halla hoy
historia como por su fisonomía es el castillos de día disperso. En 1753 aparece recogido el castillo
la Arguijuela de Abajo. Sabemos de la Facultad con el nombre de Casa de Campo, y con él un buen
Real concedida por los Reyes Católicos en 1482 a número de construcciones rústicas, así como char-
Francisco de Ovando el Viejo para que pudiera ins- cas, cercas, huertas y olivares14.
tituir un mayorazgo en sus tierras de la Arguijuela, Entrado el siglo XVI el modelo de castillo-cor-
citando su “cortijo y sus cubos”, y la disposición tijo se sustituye por el palacio-cortijo, en el que se
de 1494 por la que se amplía la casa, mencionada aprecia la idea de la casa de recreo asociada directa
entonces como “cuarto de la dicha casa de bove- o indirectamente a funciones pecuarias y agrícolas.
das con su cortijo y sus cubos”11. En su testamento, Entre los ejemplares existentes pueden citarse va-
de 1498, se reitera lo mismo “… unas casas e casa rios casos significativos, como la casa de Carvajal-
que yo tengo he e tenido en el Arguijuela, termino Villalobos, construida a mediados del siglo XVI,
desta villa, la qual dicha casa e casas que es un aunque al lado, a escasamente 200 m, se encuentra
quarto de la dicha casa de boveda, con su cortijo el fuerte y antiguo castillo de Mayoralgo. Se subra-
e cubos…”12. Es decir, se trata de un cortijo o casa ya así que esta casa se edificó para que sirviera de
residencia y sede de los dueños de la dehesa del lla-
mado Heredamiento de la Torre de Mayoralgo, se-
9. NAVAREÑO MATEOS, Antonio Arquitectura residen-
cial…, pp. 137 y ss.
guramente siendo su promotor Francisco ­Villalobos
10.  Ibidem, pp. 142 y ss.
11.  MAYORALGO Y LODO, José Miguel de: La Casa de
Ovando (Estudio Histórico-Genealógico). Cáceres: Real Aca- 13.  Puede verse NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arqui-
demia de Extremadura, 1991, p. 400. tectura residencial…, pp. 123 y ss. y MAYORALGO Y LODO,
12.  GARCÍA OLIVA, María Dolores: Organización econó- José Miguel: La Casa de Ovando…, pp. 77 y ss.
mica y social del concejo de Cáceres y su tierra en la baja Edad 14.  Archivo Municipal de Cáceres, Catastro de Ensenada,
Media. Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”, 1990, p. 95. 1753, tomo III, ff. 1.283 y 1.283/v.

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Antonio Navareño Mateos

talaciones una plaza para correr toros y charcas con


peces17. Todavía a comienzos del siglo XX conta-
ba la propiedad con horno de pan, cochera, tinado,
tres cuadras, corral para picadero de caballos, local
para esquileo, zahurda, un estanque, una charca
para abrevadero de ganado, más la casa principal
con 52 habitaciones18. Hasta hace unos pocos años
se mantenía en plena explotación agraria y ganade-
ra, pero recientemente acaba de hacerse una obra de
rehabilitación para su posible dedicación hostelera.
También puede citarse como ejemplo de este mode-
Casa de Carvajal-Villalobos (Mayoralgo) lo la casa Hijada de Vaca, datable en torno al tercer
cuarto del siglo XVI, configurada al modo de los
palacios urbanos. A mediados del XVIII contaba la
Carvajal15, concibiéndose como un inmueble al casa con granero, pajar, corral, caballeriza y tinado
modo de los palacios urbanos de estas familias aris- para bueyes, y a comienzos del siglo XX, además de
tocráticas de Cáceres, con fachada de sillería, escu- la casa principal y una ermita, se relacionan: cuadra,
do heráldico de granito, capilla en una de las habita- cochera, tinado, dos pajares, quesera, corralada para
ciones, etc. Pero además cuenta con una entreplanta cerdos, casa de porqueros, un molino harinero, una
donde se ubica la troje, en la que se conserva su cerca de puro pasto y otra de forraje19. Otro ejem-
compartimentación para depósito y almacenamien- plo palaciego y señorial es la Casa de la Enjara-
to de los diferentes productos de la cosecha de la da, muy rica y confortable en su época, construida
hacienda, afianzando así el doble uso residencial y por iniciativa de Francisco de Carvajal y acabada en
productivo del edificio. Además, a lo largo del tiem- 1544. Seguramente de las mejores de Cáceres en su
po el entorno de la casa se ha ido configurando con época, lugar donde se alojó Felipe II a su paso hacia
el característico sistema de “muralla”, puesto que a Portugal. Aunque la casa tiene en su planta baja una
los lados se han levantado, aunque de forma asimé- gran caballeriza, se mantuvo más alejada de las acti-
trica, varios edificios agrícolas, almacenes de paja, vidades rústicas, y por eso se construyeron fuera de
gallineros, viviendas de operarios, etc., algunos de la misma, aunque a poca distancia, las edificaciones
ellos fechados en los años 1751, 1848, 1853, más de uso agrícola y pecuario.
el de 1866 que figura en la misma reja de la puer-
ta neomanierista, lo que permite datar la evolución
de este sistema de “muralla”. Posee características Cortijos de los siglos XVII y XVIII
similares la llamada Casa de los Arenales, en la de-
hesa del Arenal de García Golfín. También con un Las casas más importantes de este período in-
refinado edificio residencial, con escudos heráldicos corporan un modelo más definido de cortijo con
labrados en piedra con las armas de Golfín y Godoy, dedicación preferente a las actividades productivas
más una capilla con interesantes pinturas al frescos del campo, aunque también está presente la fun-
de carácter manierista, quizás de principio del siglo ción residencial. Estas construcciones suelen estar
XVII16. Pero como decimos, junto a este edificio organizadas en varias crujías en torno a un patio
principal de carácter señorial, se localizan en la ex- central, lo que contribuye a definir este modelo de
plotación otras muchas dependencias rústicas y pro- “muralla” que venimos comentando y que se pro-
ductivas, organizadas también en torno a sucesivos yecta hasta el siglo XX. Una de las más compleja
patios, de modo que hacia el exterior el conjunto se y significativa es la casa de Lagartera, gran casa
muestra como un complejo cerrado, casi herméti- de labor que se ha ido creando con la construc-
co, con diversos patios o plazas en el interior. De la ción progresiva de diversos elementos, sobre todo
pujanza de la explotación da cuenta Simón Benito
Boxoyo a finales del XVIII anotando entre sus ins- 17.  BENITO BOXOYO, Simón: Historia de Cáceres…,
p. 140.
18.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de Yerbas…,
15. NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura resi- pp. 20-21.
dencial…, pp. 197 y ss. 19.  Ver NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura re-
16. NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura resi- sidencial…, pp. 205 y ss, y VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro
dencial…, pp. 215 y ss. de Yerbas…, p. 77.

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Los palacios y castillos campestres cacereños desde el siglo XVI como centro de la explotación agropecuaria de la dehesa...

desde el siglo XVII y que estaba bien configurada


al menos a mediados del XVIII, pues en el Catas-
tro de Ensenada ya se registra una casa de campo
con dos pisos, patio, caballeriza, tinado y pajares20.
También aquí el conjunto primitivo se organiza en
torno a un patio central, cuadrangular, delimita-
do en todos sus flancos por diversos edificios, a
un lado la casa principal, y en los otros diversas
dependencias de labor, destacando varias naves
y tinados con interesantes arquerías y estructuras
arquitectónicas, en las que se da cabida todavía a
tinados, cuadras, pajares, laneras, nave de aperos y
otras instalaciones. A comienzos del siglo XX se- Casa de Arrogatos.
ñalaba Villegas en su citado Libro de Yerbas21 que
contaba con una casa principal de 34 habitaciones,
dos grandes corrales, tres tinados, pilas de lana, es- del siglo XVIII24. Al volumen de la casa principal
quiladero, cochera, cuadras, pajares, fragua, horno se añadieron las diversas construcciones de la ex-
de pan, graneros, palomar, gallinero, una huerta, plotación agrícola y ganadera, concluyéndose en
fuente, charca, etc. Incluso, todavía a mediados del época relativamente reciente, ya que durante el
siglo XX se reformó y amplió la casa, contando segundo tercio del siglo XX se completó su con-
desde entonces, con luz eléctrica, escuela, capilla y figuración de “muralla” con la construcción del
sacerdote, es decir, con la dotación de un auténtico flanco occidental. Así, se define el conjunto con un
poblado o aldea22. También la casa de La Calera espacioso patio en el centro, la casa principal en un
se organiza en torno al patio, donde se levantan las lado, en este caso con su fachada hacia el exterior
distintas edificaciones para los diferentes usos. En al ser un volumen construido con anterioridad, y
un lado el portón principal en un lienzos de muro las otras tres crujías abiertas al patio, dedicadas a
decorado con pináculos a modo de merlones re- las diferentes funciones: pajares, cobertizos, alma-
creando la imagen de una “muralla”; en otro flanco cenes, granero, horno y vivienda de operarios. Al-
la casa principal con la caballeriza al fondo y un fredo Villegas a comienzos del siglo XX cataloga
cercado detrás, más el volumen adosado de un gran el edificio principal como casa de recreo, con 33
horno de cocer pan; en el lado contrario la capilla habitaciones y oratorio, y además contabiliza va-
en cuya cabecera se alza una cúpula de media na- rios paseos con árboles, fuentes y charcas25, todo
ranja y se completa con el retablo barroco; al lado lo cual se conserva en la actualidad.
se ha añadido otra construcción usada como cua-
dra; y en el cuarto lado otra nave rústica. Aunque
cuenta con otras construcciones este es el núcleo Casas de campo de los siglos XIX Y XX
principal, el cual coincide muy bien con la des-
cripción que se hace a mediados del siglo XVIII En los cortijos y casas de campo de esta demar-
en el Catastro de Ensenada, donde se registra la cación territorial cacereña todavía persiste en el
existencia de la casa principal de dos pisos, patio, siglo XIX y comienzos del XX la tipología de estos
capilla para decir misa, horno para cocer pan, ca- palacios y castillos medievales y renacentistas que
balleriza y bodega23. También es significativa de hemos visto. En muchos casos vemos cómo se con-
esta etapa y modelo la casa de Arrogatos, edifi- figura el edificio en torno a un patio cuadrangular
cio de porte señorial, timbrado con el escudo de central, disponiéndose en sus cuatro lados, de forma
los Carvajal-Ulloa, construido en la segunda mitad simétrica y ordenada, las construcciones dedicadas
a la actividad agrícola y ganadera, así como la casa
principal. Se trata de una configuración cerrada que
20.  Archivo Municipal de Cáceres, Catastro de Ensenada,
1753, tomo III, ff. 1.162 y ss.
garantiza la seguridad de sus moradores, tanto per-
21.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de yerbas…, pp. sonas como animales, aunque en este caso no con
157 y 158.
22. NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura resi-
dencial…, pp. 231 y ss. 24. NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura resi-
23.  Archivo Municipal de Cáceres, Catastro de Ensenada, dencial…, pp. 247 y ss.
1753, tomo III, ff. 1.038 y ss. 25.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de Yerbas…, p.28.

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Antonio Navareño Mateos

fines políticos y estratégicos, como los castillos de sus propietarios al colocar en sus muros un escu-
tradicionales, sino como garantía de seguridad en do heráldico de granítico, datable a finales del siglo
evitación de robos de ganado y de otros desmanes XVI o comienzos del XVII, aunque al ser de acarreo
de carácter más doméstico. En muchos de los casos no tiene ninguna relación con la historia de la casa
concretos que citamos en la comunicación, además actual. El acceso al interior del patio se efectúa tam-
de evocarse el formato compacto, cerrado y encas- bién, como en el caso anterior, a través de un portón
tillado, también se conserva el nombre castrense, situado en el centro de la crujía posterior.
pues se conocen estas construcciones con el nombre Otro ejemplo interesante lo constituye el cortijo
genérico de “muralla”, como ya hemos visto en va- Castillejo de Guadiloba, aunque es una instalación
rios ejemplares anteriores, como Lagartera, La Ca- mucho más modesta y rústica. En uno de los flancos
lera, entre otras, y especialmente en Arrogatos, que se abre el portón con arco de medio punto rema-
además de ser cronológicamente el último ejemplo, tado con tres pináculos, a uno y otro lado sendas
se concluye la cuarta crujía de su “muralla” cua- crujías, una para la zona residencial y la otra para
drangular ya entrado el siglo XX. las instalaciones de servicio: tinado, cuadra y pajar;
Esta zona del noreste de Cáceres, en torno a los mientras que el cuarto flanco no existe, por lo que
ríos Tamuja, Almonte y Guadiloba y los Llanos de el patio se comunica directamente con el campo. Es
Cáceres, se caracteriza por ser un terreno llano, sin una construcción popular, en contra de lo que parece
arboleda, dedicado principalmente a la producción sugerir el calificativo de “Castillejo”. En todo caso,
de cereales y pastos, constituyendo un interesan- es bien evidente su carácter dominante, por ubicarse
te paisaje de Penillanura. Aquí son muy pocas las en lo alto de un cerro, y su pertenencia originaria a
construcciones de carácter señorial (la más desta- la aristocracia cacereña, pues en 1516 figura la de-
cada es la citada casa de Arrogatos), prevaleciendo hesa como propiedad de don Gonzalo de Ulloa y
la dedicación fundamentalmente agropecuaria y la Teresa de Ulloa, contando la explotación entonces
arquitectura popular de carácter rústico. No obstan- con diferentes casas, casares y molino26.
te existen algunos topónimos de apellidos ilustres o En estos campos, además del esquema de plan-
que recuerdan construcciones aristocráticas y seño- ta en forma cuadrangular cerrada, que aquí hemos
riales: Pizarro, Figueroa, Espadero, Castillejo, Pala- dicho que llaman “muralla”, se ven muchas cons-
cio, entre otras. trucciones rústicas que tienen organizada su planta
El tipo de “muralla” que sigue el esquema de en forma de “U”, es decir, un espacio rectangular
planta cuadrangular cerrada, con sendos volúmenes cerrado en tres de sus lados y abierto en el cuarto.
en torno a un patio central, se ve muy bien en algu- Este es el modelo de construcción dedicada como
nas construcciones de la zona, como en la finca de aprisco o tinado, el cual se configura con una nave
Las Hinojosas junto a la carretera de Santa Marta central, alargada, cortada en sus extremos por sen-
de Magasca, donde se levantó en 1918 una cons- das naves transversales, más cortas, configurando la
trucción en forma de “muralla” para potenciar la ex- típica forma de U, con sus brazos cortos. Los tres
plotación agrícola de la zona en régimen de aparce- tramos delimitan y sirven para ubicar el corral, al
ría. Al interior del conjunto se accede a través de un cual se abre una sucesión de vanos o arcadas a modo
portón y las cuatro crujías se compartimentan en 30 de grandes ventanas semicirculares, con recercos de
pequeñas casas adosadas que constan de una habita- ladrillo, que sirven de ventilación a la construcción.
ción, cocina y cuadra, unas con salida al patio cen- Aunque este esquema no contiene espacio para zona
tral y otras directamente al campo, según los casos. residencial al ser exclusivamente de uso pecuario,
En las proximidades puede verse otra “muralla”, en es interesante incluirlo en este estudio por su re-
este caso perteneciente a la dehesa Marimarco de lación con el prototipo de “muralla” que venimos
Arriba, construida también a partir de la segunda estudiando. El más monumental y complejo es el
década del siglo XX, dedicándose la crujía meri- de Espadero, quizás también el más antiguo, con
dional para alojamiento y vivienda de los dueños o pilares en el centro y superficie interior diáfana en
arrendatarios, a la cual se accede desde el exterior y su totalidad, mientras que los otros dedican la nave
por el patio. Las otras tres crujías se constituyen con central para el ganado, tabicando las laterales para su
varios tramos dedicados a graneros y almacenes, uso como almacenes y para otras funciones domés-
configurados por grandes arcos transversales, de la- ticas. También vemos dos ejemplares de este tipo en
drillo, sobre los que descansa el tejado de madera a
dos aguas. Pese a la construcción moderna de este 26.  GARCÍA OLIVA, María Dolores: Organización eco-
cortijo ha de destacarse el afán de ennoblecimiento nómica…, pp. 143.

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Los palacios y castillos campestres cacereños desde el siglo XVI como centro de la explotación agropecuaria de la dehesa...

la dehesa de Corchuelas de Guadiloba y Pizarro, incluso están separadas por un patio. A un lado la
bastante modernos, y en Carretota de Guadiloba, casa principal, precedida por un espacio ajardina-
todos los cuales deben corresponder al mismo plan do y flanqueada por el edificio de la iglesia-capilla
y modelo constructivo, pues ambas posesiones se neogótica y por otra construcción semidestruida, y
relacionan con la familia del Conde de Adanero. al otro lado, como hemos dicho, las dependencias de
A lo largo de la Sierra de San Pedro que se ex- labor, con varios volúmenes en torno a un patio. De
tiende en una línea al suroeste de Cáceres, la cons- la complejidad de la construcción da buena cuenta
trucción más representativa y que mejor define el el Libro de Yerbas de Villegas28, redactado en 1909,
modelo de cortijo con planimetría cerrada en “mu- pues dice que contaba entonces con una casa de 14
ralla” es el de Torre del Guijo, cuya casa princi- habitaciones, ermita, jardín, horno de pan cocer,
pal es de estética historicista y se levanta a finales cuatro corrales, dos tinados, cochera, dos cuadras,
del siglo XIX o comienzos del XX por el Conde dos pajares, corralada para cerdos, dos casas para
de Adanero27, constituyendo casi un prototipo del porqueros, varias cercas, un pozo, dos charcas, etc.
modelo de “muralla” que venimos comentando: la Hoy día la casa principal, capilla y jardín están aban-
casa residencial en un lado, con fachada principal donados mientras que las construcciones pecuarias
abierta al exterior y adornada con un jardín delante, mantienensu actividad. Caso contrario es el de la de-
más el gran patio de labor, rectangular, detrás, en hesa Malanda, situada a no mucha distancia, cuya
cuyos tres lados restantes se disponen sendas crujías casa principal ha sido recientemente restaurada,
donde se ubican las dependencias agropecuarias y usándose en la actualidad como casa de campo y de
domésticas del servicio. recreo, con jardín y demás instalaciones modernas,
Aquí se dan cita el lujo y refinamiento de la casa al mismo tiempo que siguen usándose las diferentes
señorial, con capilla, habitaciones espaciosas bien construcciones rústicas y de labor que completan la
decoradas y amuebladas, algunas con chimenea explotación, todas las cuales se abren a un espacioso
francesa, incluso un elegante cuarto de baño que to- patio como es costumbre en estos cortijos.
davía conserva un inodoro original de fabricación En esta zona, en plena sierra de San Pedro el
inglesa y agua corriente. Pero además, como deci- conjunto más espacioso y destacado es Covacha de
mos, las otras tres crujías que circundan la “mura- Castellanos, también con dos ámbitos bien diferen-
lla” albergan las instalaciones habituales de estas ciados organizados en torno a sendos patios, uno al
explotaciones: cuadras, tinados, almacenes, pajares, mediodía para la zona residencial donde se abren
cebaderos, viviendas de empleados, etc. En los años varios volúmenes en sus cuatro lados, algunos con
cincuenta del siglo XX vivían en la casa unas diez elementos constructivos y decorativos de carácter
familias, incluso hasta los años veinte contaba con historicista, así como la capilla neogótica en cuya
la presencia permanente de un capellán. El cortijo espadaña figura la fecha 1926, y el otro patio en el
de Valdelasyeguas, situado cerca de Aliseda, aun- lado septentrional, también con las distintas cons-
que más modesto también es un buen ejemplo en trucciones rústicas en sus cuatro flancos, desde las
el que se mantiene fielmente el tipo “muralla”, con viviendas de los empleados hasta las cuadras, tina-
cuatro crujías en torno al patio central, una de ellas dos, trojes, cocheras y demás servicios, algunas de
se define con el volumen principal que desempeña ellas sobre interesantes estructuras de arcos sobre
la función residencial, precedido por un jardín, con pilares de piedra y ladrillo.
dos pisos, aunque el superior tiene pequeñas ven- En suma, hemos podido ver un variado reperto-
tanas donde se mantiene las características de la rio de edificaciones rústicas en las que prevalece su
arquitectura popular, como en las construcciones función productiva y simultáneamente su carácter
rurales que ocupan las otras tres crujías del patio. señorial. Al mismo tiempo se puede apreciar la per-
En el interior de la sierra de San Pedro se levantan sistencia de modelos constructivos heredados de la
otras muchas construcciones y explotaciones rústi- tipología tradicional propia de castillos medievales
cas, por lo que sólo citaremos algunas de las más re- y de palacios o construcciones urbanas de los si-
presentativas, aunque no muestran con tanta nitidez glos XVI y siguientes. También se aprecia que pese
este esquema. Casa Blanca es una explotación en a su actividad fundamentalmente agropecuaria se
la que se diferencian bien las dos partes principales, mantiene al mismo tiempo su función residencial y
representativa.
27.  Al menos ya estaba construida en 1909, pues viene citada
en el Nuevo Libro de Yerbas de Alfredo Villegas. Ver NAVAREÑO 28.  VILLEGAS, Alfredo: Nuevo Libro de Yerbas…, pp.
MATEOS, Antonio: Arquitectura residencial…. , pp. 265 y ss. 73-74.

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São Paulo do século XIX: a arquitetura rural
e sua dimensão cultural-antropológica

Neide Marcondes de Faria e Manoel Lelo Bellotto


Universidade de São Paulo-USP, Brasil

É preciso acautelar um patrimônio que encerra e necessidades de natureza funcional e o partido


preciosas contribuições. arquitetônico com: sistemas de construção, época,
O presente estudo demonstra, na São Paulo do elementos constitutivos, elementos estruturais, ca-
século XIX, situações, características morfológicas racterísticas regionais e particularidades de estilo,
e aspectos adaptados engenhosamente aos condicio- comodulação e modenatura.
namentos espaciais, climáticos, culturais, econômi- Foram definidos os padrões tipológicos de cons-
cos e às influências de agrupamentos alienígenas. truções de trabalho e de moradas:
Um inventário operacional, feito a partir de estudos
sistematizados, pode servir para decisão e medidas
de adaptação, reconstrução, restauração e transfor- Moradas de tradição bandeirista
mação apropriada para garantir a continuidade cul-
tural da região. Preocupados com a displicência que São exemplares térreos, rurais, isolados, apre-
contribuiu para a destruição de parte significativa do sentando telhado, alguns de 2 águas e, outros, de 4
patrimônio histórico-cultural de São Paulo, os au- águas. A planta, quadrangular ou retangular, apre-
tores do presente estudo documentam e analisam o senta o agenciamento da zona de serviço na parte
programa e o partido arquitetônico de 23 exempla- posterior da morada. O alpendre posterior da casa
res da região rural centro-oeste paulista. Esta região bandeirista é transformado no ciclo canavieiro em
foi escolhida não só pelo conhecimento prévio da varanda, zona de estar, de comer e de trabalho. São
existência efetiva de exemplares arquitetônicos de moradas térreas, do início do século XIX, perten-
interesse histórico, como principalmente pela im- centes ao agricultor desejoso de possuir proprieda-
portância que tiveram estes sítios, durante o século des. É ainda aquele “autêntico caipira”, o paulista
XIX, na marcha para a conquista do interior pau- isolado que se satisfaz com pouco; o pouco que
lista. Paralelamente ao levantamento do material sabia, conservou por gerações. É herdeiro direto das
primário existente nestas históricas regiões, foram tradições arquitetônicas do período colonial como,
pesquisados documentos referentes ao material por exemplo, paredes estruturais e de vedação cons-
levantado. truídas com a técnica taipa-de-mão, também chama-
Foi realizado o levantamento fotográfico e cada da pau-a-pique e/ou sopapo; as telhas de capa-canal
exemplar foi registrado em desenhos, plantas e cor- estão sobre vigas de cabreúva, em armação de te-
tes, para posterior análise e interpretação. O estudo soura e o ripamento é de pau-de-coqueiro, chamado
da problemática de um edifício envolve três etapas: jiçara, muito em uso na região.
o edifício e seus documentos, a forma original e as Cabe uma referência específica sobre a técnica
transformações pelas quais tenha passado com a sua taipa-de-mão: tal estrutura é composta de esteios
significação no tempo e no espaço. Mesmo no estu- cravados no chão e ligados, entre si, por vigas ho-
do de uma obra da arquitetura rural, deve ser con- rizontais inferiores e vigas superiores, formando
siderado o programa, isto é, quais as finalidades um sistema rígido de sustentação do telhado. São

66
São Paulo do século XIX: a arquitetura rural e sua dimensão cultural-antropológica

fixados paus verticais eqüidistantes (os paus-a-pi-


que). Pelos lados de fora e dentro, são amarrados
cipós, criando-se assim um grande painel, uma
grande parede, transfurado, cujos vãos serão pre-
enchidos com barro, este misturado com capim ou
crina de animal. O barro é atirado, ao mesmo tempo,
pelo lado de dentro e pelo lado de fora, por pessoas
diferentes. A parede de taipa deve ser revestida por
uma argamassa, com a mesma terra da taipa, mistu-
rada com areia e esterco fresco de animal.
O material empregado, assim como o sistema
construtivo, tem sua origem intimamente relaciona-
da ao meio regional, sendo dependentes da mão-de- Morada de tradição bandeirista. Fazenda Santa Rosa,
obra local, os taipeiros. Os exemplares desse tipo Porto Feliz, Estado de São Paulo
não dispõem de soluções plásticas em seu perfil
arquitetônico; são propriedades típicas de tradi-
ção bandeirista, de paulistas que plantavam cultu- Nota-se a presença de elementos decorativos em
ra de subsistência e de restrita cultura canavieira. madeira nos parapeitos das escadas, nos escuros das
Algumas moradas apresentam a originalidade do janelas e nas bandeiras das portas.
lugar>capela, isto é, as pinturas das portas, do nicho,
assim como as do forro; tais pinturas desta zona de
culto, indicam pinturas produzidas por artistas da Sobrados do café
chamada Escola Ituana, vinculada à cidade de Itu,
expressão histórica do interior paulista. São sobrados construídos sobre terreno plano,
apresentando os dois pavimentos -térreo e supe-
rior- usáveis em toda extensão e o depósito térreo,
Moradas assobradadas não ocupado para moradia, com altura, em média, de
1,90m. A casa-grande era o centro de toda a direção
São moradas principais, de propriedade de gran- da fazenda. Ali residia o proprietário rural, com sua
de lavoura canavieira. Estão implantadas em assento família. O cafezal reuniu as classes sociais, os tipos
de meia encosta, com a fachada principal assobra- humanos e raciais; o fazendeiro transformou suas re-
dada e a face posterior –zona de serviço- diretamen- sidências rurais em centros de intensa vida social. Va-
te apoiada sobre a parte mais elevada do terreno. lorizou o espaço interno com requintado mobiliário,
O pavimento térreo acomodava escravos, animais, que continha porcelana francesa, recriando, assim,
e não eram utilizados pela família do proprietário. um esquema de vida urbana, com reuniões e festas.
Esta planta pode ser integrada no fenômeno “tor- Três períodos caracterizam a lavoura cafeeira
na-viagem”, mineiros que a partir do século XVIII paulista. O primeiro, quando o café entrou em ter-
deixaram as Minas Gerais, entraram pelo caminho ras de São Paulo e é determinado pela existência
inverso dos bandeirantes, invadiram o Vale do Pa- do elemento servil. O segundo é a reação contra o
raíba e, depois, as zonas do centro-oeste paulista desmoronamento do serviço escravocrata, repre-
– zonas produtoras de açúcar. Alguns exemplares sentado pelas correntes imigratórias. O terceiro, é
apresentam as mesmas características, nos elemen- aquele que se assinala com a diminuição do fluxo
tos constitutivos e estruturais do programa, daque- dos estrangeiros, com o aproveitamento do braço
les chamados de tradição bandeirista. Muitas vezes, nacional.
os esteios dos cunhais são de madeira, fixados no O partido arquitetônico escolhido pela sede da
chão, na chamada operação nabo, o que permite a fazenda de café, neste centro-oeste paulista, é uma
troca, apenas, da parte junto ao solo, quando dete- solução mestiça. As construções de trabalho para o
riorada. Outras moradas apresentam o tijolão como plantio, colheita, secagem e moagem da cana foram
principal material de construção, trabalho artístico adaptadas para casa de máquinas de recolhimento
nos pilares e friso decorativo na argamassa. e moagem do café, tulhas, celeiros e oficinas. Mui-
O material de construção e a mão-de-obra são tas vezes, uma adaptação da antiga senzala -mora-
oriundos da própria tradição regional e coerentes com dia dos escravos- acomodava o colono italiano. O
o clima tropical ameno, característica da região. colono exigiu a mudança no modo de morar; são

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Neide Marcondes de Faria e Manoel Lelo Bellotto

palácio em chão-de-terra. Toda esta complexa orna-


mentação ocorria em ambiente rural.
O terreiro atijolado, para a secagem do café, en-
contrava-se à frente do sobrado, instalado assim em
espaço diferenciado da zona agrícola.
Uma aguada, isto é, uma fonte, um rio, um lago,
estava sempre próximo do estabelecimento rural,
originalmente para o cultivo da cana e para o uso
doméstico; posteriormente remodelada para a nova
produção, isto é, a do café.

Sobrado do café. Fazenda Estrela, Laranjal Paulista, Casa tipo-urbano do fim do século XIX
Estado de São Paulo
Casa rural térrea, com porão, ainda correspon-
dente ao ciclo do café, destacando-se pela trans-
construídas então casas em alvenaria, que compu- posição dos elementos estruturais, constitutivos e
nham a colônia. plásticos, do partido das residências urbanas do fim
A reorganização e a herança da arquitetura dos do século XIX. O porão possuía altura de 60 a 70
engenhos revelam-se, também, na organização do cms. O tijolo, com argamassa, está presente nos es-
espaço interno, na parte superior, com salas sociais, teios e nas paredes estruturais e de vedação. Muitas
alcovas e quartos de dormir e a varanda-sala de re- vezes, as telhas estão ocultas por banda decorada
feições, na parte posterior da casa. A zona de serviço com frisos, que termina nas laterais em ornamentos
apresenta-se na parte posterior, agenciada em uma escultóricos, em forma de pináculos e vasos. Obser-
das extremidades. Toda a família morava no chama- va-se, no frontão em arco, a data da construção da
do piso superior –sobrado- piso suspenso do chão, morada.
criado com tábuas de forro, colocadas por cima das A planta é assimétrica, com três salas que se
vigas, criando um segundo pavimento. abrem para o alpendre; na ala esquerda, quartos e,
Os elementos estruturais apresentam baldrames, nos fundos, a zona de serviço e banheiros. No centro
esteios, paredes e colunas em material tijolão, com da casa nota-se a distribuição das alcovas e do escri-
argamassa de revestimento. As telhas, de capa-ca- tório. As primeiras venezianas, com réguas largas,
nal, eram cozidas na olaria da própria fazenda. As surgiram nos dormitórios; as portas de 2 folhas, com
soluções plásticas aparecem no elemento ferro. O almofada, receberam em suas bandeiras o vidro.
acabamento e a ornamentação dos detalhes eram O piso é em madeiramento macho-e-fêmea e o
para a fachada principal; muitas vezes, em estilo forro, em tabuado largo, acompanha a inclinação
neoclássico, elementos elaborados pelos mestres das águas do telhado. São notados ladrilhos de ci-
italianos, transferindo do palazzo para o chamado mento na cozinha e banheiros.
A fachada apresenta multiplicidade, com traba-
lho artístico em ferro no parapeito e colunas. Muitas
moradas já dispõem de energia elétrica e abasteci-
mento hídrico encanado. No seu interior, pinturas
originais e decorativas, naturezas mortas e paisagens
européias, estão abaixo do friso decorativo. Ressal-
te-se que esta produção artística, praticamente nega-
va a paisagem rural presente e externa. Destaca-se a
presença da artificialidade dos padrões arquitetôni-
cos urbanos, transferidos e adaptados às condições
locais, contrariando as tradições regionais. A adoção
generalizada dos padrões urbanos e toda a artificia-
lidade da sua organização, evidenciam o aburguesa-
mento e o ecletismo arquitetônico.
Casa tipo-urbano. Fazenda Palmeiras, Tietê, Estado de Os grandes proprietários desempenhavam fun-
São Paulo ções político-administrativas nas vilas e cidades

—  68  —
São Paulo do século XIX: a arquitetura rural e sua dimensão cultural-antropológica

próximas; as estradas de ferro permitiam transferên- cadastrais, desconhecimento, desinteresse e descon-


cias para os grandes centros urbanos. Conservavam fianças regionais.
as suas moradas rurais para temporadas, formando Um inventário operacional, feito a partir de es-
o binário urbano-rural. tudos sistematizados, pode servir para decisões e
Nota-se a contraposição do sistema e das formas medidas de adaptação, reconstrução, restauração e
arquitetônicas com a natureza e entorno. transformação, apropriadas para garantir a continui-
dade cultural da região.
Com base em estudos e análises já publicados por Muitos espaços rurais, com significação históri-
Neide Marcondes e nos índices descritivos acima co-estética, foram destruídos por escavadoras dos
referidos, foi possível proceder à interpretação dos especuladores ou urbanizadores. A consciência da
programas e dos núcleos das propriedades, da orga- perda de valiosas heranças, na maioria das vezes, só
nização do espaço externo, das construções secun- é despertada quando já está transformada em lotes,
dárias de trabalho, como colônias, casas d’água, es- que formarão conjuntos habitacionais, as garden
pigueiros e sequeiros, estes transpostos de Portugal, city ou os palace village.
e horreos, herdados da España. Trabalhos sobre o estudo do partido arquitetô-
As propriedades rurais do centro-oeste paulis- nico rural, do programa rural das propriedades, são
ta, em sua maioria, foram construídas por artesãos encarados de forma distinta no exterior e contam
e mestres-de-obras anônimos. No final do sécu- com procedimentos metodológicos sistematizados,
lo XIX, os mestres-de-obras estavam atuantes em análises de formas arquitetônicas das construções
toda a hierarquia econômica. Eram chamados para secundárias, como casas-d’água, espigueiros, se-
construção ou reforma de exemplares urbanos; sua queiros, horreos e pombais, assim como de elemen-
atuação, no entanto, ampliava-se para a dimensão tos das cozinhas, lareiras, chaminés e em outras for-
rural, sem que houvesse registro profissional e plan- mas rurais, que, no Brasil, ainda são consideradas
tas arquitetônicas previamente aprovadas. irrelevantes, porque não são monumentais.
Longe de denominar arquitetura espontânea, os As freqüentes atitudes de falta de entusiasmo
edifícios rurais refletem tradições antigas, adapta- diante dos estudos das construções não monumen-
das às condições regionais, introduzindo a categoria tais, mas com significação histórica e regional, refle-
da chamada arquitetura vernácula. Não é simples tem a herança das disciplinas acadêmicas da história
estabelecer a distinção entre arquiteto, engenhei- da arte e da arquitetura. Desde o Renascimento, a
ro, construtor e mestre das casas rurais, onde nem arquitetura formal tem se limitado a estudos dos
mesmo a autoria constitui preocupação em cons- edifícios com criadores/gênios individuais, capazes
truções deste tipo. O levantamento da literatura, a de plasmar suas concepções no papel, mediante a
respeito do assunto, evidencia a preocupação dos arte do desenho.
pesquisadores sobre a arquitetura denominada ver- O transcender a escala, no caso do objeto arqui-
nácula, anônima, por vezes espontânea, indígena, tetônico do contexto urbano ou rural, fixada às cate-
enfim, da chamada arquitetura sem arquiteto. Cabe gorias de análise, que permitam entender a resposta
destacar que tais construções derivam, na sua quase de um programa básico de necessidades e perceber
totalidade, do chamado próprio-risco-no-chão, isto a coerência do estudo das formas na problemática
é, sem planta prévia, desenhada. concreta de seu tempo e espaço, implica em uma
Uma das formas de desintegração, ou de perda de abordagem de estudo ainda não totalmente assimi-
identidade, ocorre pelo desconhecimento dos traços lada no Brasil.
específicos das expressões culturais. Muitas vezes, a Construção, conservação, destruição e recriação,
sacralização de períodos e estilos dá origem ao dis- movimento incessante da história, que se traduz no
tanciamento e desconhecimento da cultura rural. Os estudo do patrimônio rural, nos leva a duas instigan-
acervos que restaram, nem sempre recebem leitura tes reflexões:
e interpretação significativa; raramente, grupos so- o sentido do futuro no passado
ciais e político-administrativos se sensibilizam pelo o destino do passado no futuro.
trabalho acumulado no casario, na colônia, na pro-
gramação rural de determinada região. Encomendas É preciso acautelar um patrimônio que encerra
oficiais são feitas para estudos de edifícios públicos preciosas contribuições; povoados, edifícios coe-
e grandes monumentos; as condições de trabalho do rentes e harmoniosos, na maior parte, estão sendo
pesquisador são totalmente desconfortantes, com remodelados, sem nenhum critério e nenhuma
sérios problemas orçamentários, ausência de mapas sensibilidade.

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Neide Marcondes de Faria e Manoel Lelo Bellotto

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—  70  —
Arquitectura de la vivienda prehispánica y
colonial. Una perspectiva comparativa en el
área valliserrana del Noroeste argentino

Laura Quiroga
CONICET – Universidad de Buenos Aires. Argentina

Introducción planteada bajo una escala microsocial pero de largo


alcance temporal. Para esto se propone un análisis
Este trabajo plantea un estudio diacrónico de la comparativo en las modalidades de asentamiento y
vivienda prehispánica y colonial, destinado a docu- cultura material -entendidos como construcción de
mentar la transformación histórica de la arquitectura relaciones sociales-, entre el período prehispánico
vernácula en el Valle del Bolsón (Catamarca-Argen- tardío y el dominio colonial español en el Valle del
tina). El área de estudio considerada en este trabajo Bolsón con el fin de determinar y caracterizar su
se encuentra entre los 2300 y 2900 m de altitud en el posterior orientación productiva colonial, como un
Departamento Belén (Provincia de Catamarca-Argen- espacio ganadero articulado con redes mercantiles
tina). Sobre esta base, se busca diseñar una estrategia extraregionales, en términos de paisaje, asentamien-
adecuada para el tratamiento del objeto patrimonial to y relaciones sociales. Se propone reconstruir este
–la vivienda y su entorno– en términos de investiga- proceso a través de una metodología comparativa
ción y conservación planteadas ambas, como activi- que apela a diferentes fuentes de información: el re-
dades integradas. ¿Por qué la selección de la vivienda gistro arqueológico y los documentos escritos del
como discurso material de la narración histórica y pa- período colonial.
trimonial? ¿Qué pasado se narra a través del objeto
patrimonial seleccionado en este caso?
Proponemos como objetivo de este trabajo, do- La vivienda prehispánica en el oeste catamarqueño
cumentar el espacio agrícola prehispánico y el cam-
bio hacia un espacio ganadero colonial a partir de Antecedentes y perspectivas de análisis
los cambios observados en la vivienda y su entor-
no entendida como ámbito material de relaciones En los últimos años los estudios arqueológicos
sociales. Esto es describir el cambio de la cultura sobre sociedades prehispánicas tardías valliserranas
material en términos de cambio histórico. Por esto, (posteriores al 1000AD) han reservado un lugar re-
considero el estudio de las unidades residenciales levante al estudio de sus instalaciones. Los cambios
como un prisma a partir del cual dar cuenta de las observados en los asentamientos, en cuanto a sus
transformaciones generadas por el dominio colonial dimensiones, estructuración interna y regional son
en la región. interpretados como el reflejo de un crecimiento de-
Concebir el paisaje como una construcción so- mográfico, el desarrollo de una infraestructura agrí-
cial, significa asumir que el espacio no es resulta- cola de envergadura y la organización regional de
do o reflejo pasivo de relaciones sociales, sino que unidades políticas (Raffino 1988, Tarragó 1999).El
es posible establecer una analogía entre la produc- eje de estos análisis está en el registro de la forma
ción y reproducción de la sociedad y el espacio al arquitectónica como ámbito y contexto de rela-
mismo tiempo. El estudio de la vivienda en este ciones sociales, no sólo a través de la arquitectura
contexto, constituye una perspectiva de análisis monumental y los centros de la elite, sino también

71
Laura Quiroga

política y productiva del Estado, evidenciada en la


construcción de centros administrativos regionales
como el caso del asentamiento en Shincal (fase III).
Sempé describe para la región, un patrón de asen-
tamiento basado en instalaciones que evidencian
una producción agrícola intensiva observada en la
presencia de obras de riego, boca toma, estanques y
andenería (1999). Dado el interés comparativo para
nuestro trabajo, sobre esta información hemos ela-
borado el siguiente cuadro.
Hasta el momento los planos publicados para los
sitios Tardíos de áreas de referencia y cercanas al
valle del Bolsón como Hualfín, corresponden sola-
mente a los asentamientos de mayor envergadura de-
nominados pueblos aglomerados como Loma Negra
de Asampay, Corral Quemado, Pozo Verde de Hual-
fín y Eje de Hualfín (Raffino 1988)1. En este sentido,
no están disponibles relevamientos completos de las
aldeas mencionadas por la autora, sino rasgos parcia-
les como unidades de vivienda o estructuras produc-
tivas y de riego (Sempé 1999; Mafia, Sempe, Zubr-
zycki, Basualdo 2001). Para Sempé la extensión de
las estructuras productivas para la agricultura –3 a 5
Km.- en Las Manzas y Asampay representa una pro-
El Bolsón. Catamarca. Argentina ducción intensiva que superaría las demandas de la
población allí asentada. La producción del excedente
se orientaba –según la autora- hacia los asentamien-
en la residencia de las unidades domésticas (Baldi- tos ubicados en el área de Hualfín, marcando una
ni 2000, Nastri 1997, 2001, Raffino 1988, Tarrago relación de jerarquía y dominio entre ambas áreas.
1987, 1999). No hay evidencia cierta que sustente esta hipótesis,
La secuencia del valle Hualfín (Pcia de Catamar- sin embargo, la relevancia de la producción agríco-
ca) constituye una referencia cronológica y estilísti- la durante el período y la estrecha relación física y
ca generalizada a toda el área valliserrana. La “pro- material entre producción y residencia, demuestra la
bable secuencia” que allí se planteó para la cultura importancia de su análisis pormenorizado en casos
Belén, correlacionaba la variabilidad arquitectóni- específicos como el Valle del Bolsón.
ca de la vivienda prehispánica, con la variabilidad El sitio de La Angostura que presentamos en este tra-
estilística que presentaban los restos cerámicos. El bajo, se asemeja a la organización aldeana que Sempé
ordenamiento cronológico significaba también, una describe para el área cercana de Asampay (1999). Por
interpretación evolutiva del cambio cultural (Gon- esto se plantea que la experiencia del Valle del Bolsón
zález 1954). En efecto, las variaciones evidenciadas puede brindar información sobre el desarrollo y creci-
en las plantas arquitectónicas y estilos cerámicos miento de centros agregados de carácter residencial y
regionales, eran la expresión material de cambios productivo durante el tardío prehispánico.
culturales y de organización social que se conside-
raban coincidentes en sus ritmos de cambio. De tal
forma que las fases establecidas en la secuencia de Arqueología de la vivienda prehispánica en
la entidad Belén, expresaban cambios sociales inter- el Valle del Bolsón: El sitio arqueológico
nos que van desde los grupos familiares que vivían La Angostura SCaBe 5(6)
en casas-pozo comunales (fase I) hacia la confor-
mación de núcleos poblacionales de mayor enver- La prospección realizada en el sector meridio-
gadura que requerían la organización del trabajo nal del Valle del Bolsón mostró la presencia de dos
comunitario en función de autoridades locales (fase
II). Finalmente, la expansión incaica representaría la 1. Estos relevamientos fueron realizados durante los traba-
incorporación de la población local en la estructura jos de las Expediciones Muniz Barreto en 1924.

—  72  —
Arquitectura de la vivienda prehispánica y colonial. Una perspectiva comparativa en el área valliserrana del Noroeste argentino

Documentación de la vivienda prehispanica en


La Angostura SCaBe 5(6) La Angostura

conos aluviales2. Se trata de dos unidades geomor- y Korstanje 2004). Por último, un estudio de la ni-
fológicas delimitadas por quebradas muy profundas velación entre espacios ha demostrado la relación
que descienden hacia el pastizal ubicado en el fondo coincidente entre sectores de mayor desnivel, des-
de valle. El resultado de la prospección intensiva tinados a estructuras productivas y los sectores de
realizado sobre ambos conos, muestra que el sector mayor elevación reservados a unidades de residen-
de La Angostura presenta ocupaciones discontinuas cia (Quiroga 2004).
–identificadas como sectores- que hemos atribuido, La diversidad entre sectores construidos se ma-
a la ocupación post-formativa en virtud de la planta nifiesta en diversos aspectos sintetizados en el cua-
arquitectónica y cerámica superficial3. dro siguiente: la envergadura de los asentamientos
En cada sector se realizaron relevamientos plani- expresada en la superficie ocupada, el número total
métricos, arquitectónicos, recolección de materiales de recintos y la frecuencia de unidades de habita-
en superficie y excavaciones estratigráficas con el ción en el conjunto.
fin de determinar la historia ocupacional del sitio Una descripción cualitativa de la diversidad por
(Carrera 2004), la diversidad del diseño arquitectó- su parte, involucra la distribución de las viviendas,
nico (Quiroga 2004) y establecer la relación entre su relación con los espacios de producción y sus
áreas de residencia y producción agrícola (Quiroga características constructivas y morfológicas. Las
unidades de habitación se encuentran contiguas a
estructuras productivas, esto demuestra que la ar-
2.  Para una descripción exhaustiva de condiciones ambien- ticulación de áreas de producción y residencia al-
tales y rasgos geomorfológicos ver: Korstanje (2005).
3. El sitio La Angostura fue mencionado por primera vez
canzó un carácter de marcada agregación pero no
en 1924 durante los trabajos realizados por el Ingeniero ale- de segregación entre ambas categorías en tanto, no
mán Vladimiro Weisser a cargo de la VI expedición financia- se registran sectores destinados a la vivienda agru-
da por Muniz Barreto. Cabe señalar que en aquella ocasión pados entre sí separados de las áreas productivas
no se realizaron excavaciones ni relevamientos de las ruinas
(Quiroga y Korstanje 2005).
mencionadas.

—  73  —
Laura Quiroga

La observación de los rasgos constructivos y sobre documentación histórica en los archivos


morfológicos del conjunto permite una rápida dife- provinciales de Córdoba y Catamarca, Archivo
renciación de los recintos habitacionales que con- General de la Nación (Buenos Aires) y Archivo de
forman los restos arqueológicos de La Angostura. Indias (Sevilla, España) nos ha permitido estable-
Esto es, muro doble, vanos de acceso, pasillos in- cer que el actual Valle del Bolsón se corresponde
ternos de circulación, selección y canteo de piedras con el antiguo topónimo de Cotahau, hoy circuns-
para la elaboración de muros internos. crito a una pequeña laguna ubicada en el sector sur
Por su forma y segmentación interna se del valle.
establecieron diferentes clases de recintos habita- La efectiva ocupación colonial en el área se ini-
cionales. En el caso de La Angostura, las unidades cia con la finalización de las guerras calchaquíes en
residenciales están formadas por dos recintos vincu- 1667. El valle del Bolsón formo parte de una mer-
lados entre si por pasillos internos y vanos de circu- ced de tierras de grandes dimensiones, otorgada en
lación. Su distribución en el conjunto muestra que beneficio de Bartolomé de Castro en 1687 (Quiroga
la disposición de los sectores residenciales ha se- 1999, 2001, 2003). La mano de obra por su parte,
guido un criterio constante. La residencia enmarca provino de los repartos y desnaturalizaciones de in-
las áreas productivas dejando los sectores de mayor dios con que las autoridades coloniales retribuían, a
desnivel para este fin. En otras palabras, se orienta quienes por anticipado, financiaban los gastos de la
claramente hacia la imbricación, hacia la contigüi- guerra.
dad entre producción y residencia, esto es, hacia el Durante el siglo XVIII la gran propiedad se
control físico y material de los espacios de produc- fragmenta a través de diversas figuras jurídicas
ción (Quiroga2004). como dote, ventas y sucesiones. Esto dio lugar a
una estructuración de espacios productivos dis-
continuos mencionados como chacra y potrero.
Arqueología e historia del colonialismo en Las chacras eran residencia de propietarios, explo-
ámbitos rurales: La “colonización por las taciones agrícolas con tecnología de riego, ubica-
estancias”. Las tierras al norte de Belén das en el fondo de valle mientras que los potreros
se encontraban en alturas superiores a los 2000
El dominio colonial del Tucumán trajo consigo m generando así una forma particular de explo-
un nuevo ordenamiento del territorio basado en una tación vertical del espacio (Quiroga 2002, 2004).
red de asentamientos urbanos y en la consiguiente Las referencias constantes al ganado y los traba-
ruralización de las áreas circundantes (De Paula y jos vinculados a dicha actividad, muestran que
Gutiérrez 1999). La “colonización por las estancias” los potreros fueron ámbitos especializados en el
en el oeste catamarqueño (Larrouy 1921) constituye pastoreo, reflejando la mínima inversión de la ga-
un proceso regional de ruralización que ha tenido nadería extensiva colonial en las zonas de mayor
un tratamiento histórico (Brizuela del Moral 1988, altitud que tan sólo requerirían pasturas y agua. De
1990; Bazán 1986; Guzmán 1985, Sempé 1973, modo que los valles altos del oeste catamarqueño
1983) escasamente observado en la arqueología –denominados potreros- eran espacios productivos
histórica del noroeste argentino (Manasse, Noli y especializados en las invernadas del ganado y de
Arenas 2001, Haber 1999, Yacobaccio, Madero y esta forma constituyeron eslabones secundarios de
Reigadas 1993). las redes mercantiles de la gobernación y Chile. Al
Como caso de análisis el valle del Bolsón, cons- mismo tiempo, los potreros muestran que las pro-
tituye un aporte al problema de la formación de los piedades rurales al norte de Belén, conformaron
paisajes coloniales en la región desentrañando frag- espacios discontinuos y una forma de explotación
mentos de un pasado contenido tanto en los docu- de condiciones ecológicas verticales, según una ló-
mentos escritos como en las trazas materiales que gica de aprovechamiento colonial que involucraba
evidencian desde entonces al día de hoy, un marca- no solamente a la población nativa sino también
do carácter rural. a la sociedad hispano-criolla (Quiroga 2004). De
La distancia a los centros urbanos y adminis- modo que el Valle del Bolsón mencionado como
trativos, sumada al carácter rural de la ocupación potrero muestra -sobre bases documentales firmes-
determinaron que las fuentes documentales dispo- la dinámica histórica de la verticalidad, esto es sus
nibles para las tierras al norte de Belén –entre las cambios en el tiempo y los actores que intervie-
que se encuentra El Bolsón– resulten particular- nen, brindando así elementos para evaluar cambio
mente escasas. Sin embargo, el trabajo realizado y continuidad en la vida campesina.

—  74  —
Arquitectura de la vivienda prehispánica y colonial. Una perspectiva comparativa en el área valliserrana del Noroeste argentino

Documentación de la vivienda efecto, los propietarios no residían en los potreros


vernácula en El Bolsón sino en los poblados de la jurisdicción: Belén, Lon-
dres, San Fernando, Hualfin y Catamarca.
El estudio de la vivienda rural en el noroeste El censo de 1771 brinda una información poco
argentino se ha orientado hacia la descripción fun- precisa para conocer las características de la pobla-
cional, morfológica y constructiva de las unidades cion local, dado que el empadronamiento agrupa
bajo estudio (Combetto 1948, Sanz de Arechaga en un solo conjunto desde Hualfin hasta Laguna
1949 entre otros). En tal sentido, la vivienda cam- Blanca, región que comprende la Quebrada de Las
pesina ha sido caracterizada como vivienda natural, Cuevas y El Bolsón, sin discriminar sus lugares de
un contexto material para el que lamentablemente residencia.
no se reconoce otra explicación más que las res- Algunos testimonios contenidos en inventarios
tricciones ambientales y funcionales como factores muestran la complejidad de la vivienda en los asen-
restrictivos y responsables de su diseño final. La do- tamientos de Belén, San Fernando, Londres y Hual-
cumentación histórica de la arquitectura por su parte fin que combinaban entre otros recintos, espacios
-dadas las limitaciones documentales señaladas- se de cocina, vivienda, patios y sectores destinados a
ha volcado hacia iglesias y fincas como puntos de viñas y frutales regados por sistemas de acequias
referencia en grandes espacios rurales y objeto de En los casos analizados, no se registra ninguna refe-
tratamiento patrimonial (Gutiérrez y Viñuales 1979, rencia sobre alguna forma de inversión en disposi-
Silva 1979). tivos tecnológicos para la producción en el potrero.
Algunas referencias contenidas en descripciones Es significativa la ausencia de obras de infraestruc-
geográficas brindan aspectos significativos sobre el tura que sí se mencionan frecuentemente para las
origen de algunos de los poblados de la región. En chacras tales como molinos, atahonas, estanques o
1692 el vicario General del Obispado de Tucumán, canales de riego (Larrouy 1921, Mayo 1999). Las
ordenó a “los curas beneficiados de indios” una des- referencias a la vivienda en los potreros son inexis-
cripción de sus doctrinas, la distancia de sus pue- tentes, los inventarios solo mencionan una descrip-
blos y el estado de sus iglesias (Larrouy y Soria. ción exhaustiva de los ganados y escasamente algu-
1921: 213-214). Con respecto a las tierras al norte na referencia a los peones residentes. De modo que
de Belén, el Licenciado Bartolomé Reyes -cura de la investigación en el terreno es la única vía posible
Londres- sólo se refiere al paraje de Malfin seña- para el estudio de la vivienda en las áreas de anti-
lando que allí no había iglesia, construida recién en guos potreros como el Bolsón.
1770 por encargo de Doña María Medina, propie- Las prospecciones realizadas incluyen la geore-
taria de las tierras de Hualfín. Cabe señalar que no ferenciación de cada unidad, relevamiento fotográ-
existen referencias hacia el norte camino a la Puna. fico y arquitectónico. La instancia de ocupación a
Probablemente el sacerdote no recorriera aquellas la que denominé colonial-postcolonial está repre-
regiones distantes. sentada por un patrón arquitectónico recurrente
Una nueva descripción, de 1736 ya se refiere a integrado por uno o dos recintos de carácter re-
la estancia de San Fernando aunque allí no existía sidencial, cercanos a una estructura de mayor di-
una capilla (Larrouy y Soria 1921: 224), construida mensión que servía de corral y canales de riego
mucho después por su propietaria Cathalina Busta- que abastecen una agricultura de consumo fami-
mante según declara en 17894. Los oratorios y ca- liar. En este trabajo se presentan tres ejemplos que
pillas formaron parte del paisaje generado por las hemos relevado en el sector centro y sur del Valle
explotaciones rurales exhibidas como una forma de del Bolsón: Puesto Segovia, ubicado en el sector de
mejora o servicio del propietario costeando su cons- mayor altitud del sector de La Angostura, Pues-
trucción y mantenimiento. to Loreta Reyes en el fondo de Valle en el sector
Contamos con los nombres de los propietarios -o Bolsón y Puestos de Cura Quebrada, ubicados en
al menos las familias propietarias- pero no tenemos la quebrada de acceso que conducen a los pastiza-
la misma precisión para los trabajadores y residen- les de mayor altitud, en lugares con disponibilidad
tes en los potreros. ¿Quiénes habitaban los valles de agua permanente. En conjunto, representan una
altos? Si bien los ejemplos son escasos, los habi- clara discontinuidad con el asentamiento prehispá-
tantes de los potreros se mencionan en calidad de nico, evidenciando una modalidad de ocupación
arrendatarios o bien como ocupantes de hecho. En caracterizada por una marcada tendencia a la dis-
persión y desagregación de las unidades residen-
4.  Archivo Histórico de Catamarca EXP. 614 y 620. ciales, tendencia que no sufrió modificaciones a

—  75  —
Laura Quiroga

lo largo de toda la trayectoria histórica posterior, colonial una reorientación productiva, convirtién-
como lo demuestran los resultados del trabajo de dose en espacio ganadero vinculado a redes mer-
teledetección con fotos aéreas luego corroborado cantiles extraregionales.
en el terreno (Quiroga 1999). La experiencia del valle del Bolsón demues-
En ningún caso los sectores prehispánicos de La tra la importancia de integrar estudios históricos y
Angostura evidencian trazas de reocupación en tér- arqueológicos, así como la necesidad de abordar
minos de estructuras arquitectónicas ni elementos regiones poco frecuentadas por los investigadores
en superficie, mientras que en el caso de Cura Que- ante la escasez de fuentes o sitios arqueológicos de
brada el asentamiento actual, ha producido modifi- envergadura.
caciones y reutilizado algunos recintos de los que Consideramos que el mayor aporte que la in-
sólo se observan sus cimientos. vestigación sobre el pasado puede brindar a los ac-
De tal forma que se observa una notable redun- tuales pobladores del Valle del Bolsón, radica en la
dancia de las ocupaciones domésticas a lo largo del posibilidad de generar un estudio histórico de larga
tiempo, corroborada en nuestro caso, por la perma- duración en el que pueda considerarse la compleja
nencia de una misma familia en sus viviendas -dis- relación entre ambiente, tecnología y relaciones so-
persas en La Angostura- a lo largo de por lo menos, ciales. Frecuentemente las descripciones coloniales,
cuatro generaciones5. De esta forma, las viviendas los funcionarios republicanos y viajeros se referían
constituyen en sí mismas, verdaderos palimpses- al oeste catamarqueño como áreas yermas y despo-
tos que encierran contextos materiales de gran di- bladas, áreas de escaso desarrollo y posibilidades en
versidad temporal coexistentes en la vida cotidiana función de sus condiciones marcadas de aridez. En
campesina. En este sentido, el emplazamiento de las tal sentido, se atribuye a la “naturaleza” las condi-
viviendas -a diferencia de aspectos técnico-cons- ciones productivas y laborales del campo catamar-
tructivos y de los bienes muebles- representan ele- queño sin embargo, planteamos que la ganadería
mentos de mayor estabilidad a lo largo del tiempo. extensiva -como forma productiva dominante- no
Por este motivo el emplazamiento y distribución de es el resultado de condiciones climáticas limitantes
los espacios construidos conforman la evidencia de sino de la naturalización de una forma productiva
primera jerarquía que hemos observado, dado que instaurada a partir del dominio colonial en la región
un cambio en este aspecto, demuestra discontinui- que sacrificó la diversidad y complejidad de la agri-
dades en la configuración espacial y por lo tanto, en cultura prehispánica en función de las demandas co-
las estrategias de producción y reproducción social. loniales; convirtiendo antiguos paisajes productivos
agrícolas en espacios amplios de potrero y pastizal.
De esta forma se espera confrontar el estudio histó-
La vivienda rural: Documentación rico con una visiona fatalista del ambiente en la que
de un proceso histórico las condiciones históricas de ocupación se enmas-
caran bajo el argumento de condiciones ambientales
Con las evidencias consideradas puede afirmar- limitantes.
se que el asentamiento en el sector sur de Cotahua
sufrió un proceso de desagregación, desarticulando
la antigua forma del poblado agrícola precolonial Bibliografía
por viviendas dispersas asociadas a estructuras pro-
ductivas de menores dimensiones en sectores con BALDINI, Lidia: “Hacia un modelo de ocupación del
disponibilidad de agua y pasturas. Valle calchaquí central (Salta) durante los desarro-
En tal sentido, la integración de estudios basados llos regionales” Relaciones de la Sociedad Argenti-
na de Antropología, 2000, XXV, pp. 75-98.
en documentación escrita del período colonial, ha
BAZÁN, Armando. Historia de Catamarca. Colección:
permitido evaluar y demostrar las transformaciones
Historia de Nuestras Provincias 17. Buenos Aires.
que el dominio colonial genera sobre paisajes pro- Plus Ultra. 1996.
ductivos prehispánicos de carácter agrícola. El oeste BRIZUELA DEL MORAL, Felix. “La Merced de Fiam-
catamarqueño sufre durante los siglos de dominio balá y Tinogasta y los Mayorazgos de Don Juan
Gregorio Bazan de Pedraza y Tejeda. Catamarca.”.
5. Testimonio de Hugo Segovia, residente de La Angos- Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Cata-
tura. Su casa “es de cuanta”, de los tiempos de sus abuelos. marca. Año X. 1990-1991. Pág. 101-114.
Hemos registrado varios casos de abandono temporario y luego CARRERA, Lorena. “La Angostura: elaborando mapas
frente a alguna necesidad particular, las viviendas se reconstru-
de distribución artefactual”. VI Jornadas de Jóvenes
yen aprovechando los cimientos disponibles.

—  76  —
Arquitectura de la vivienda prehispánica y colonial. Una perspectiva comparativa en el área valliserrana del Noroeste argentino

Investigadores en Ciencias Antropológicas. INAPL. NASTRI, Javier: “Patrones de Asentamiento prehispáni-


2003. pp.31. cos tardíos en el sudoeste del valle de Santa María
COMBETTO, Roberto. “La Instalación humana”. [En] (Noroeste Argentino)”. [En] Relaciones de la Socie-
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1948, Tomo VIII, pp. 351-360. y las categorías del espacio aborigen del valle de Santa
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—  77  —
Arquitectura y sociedad: Haciendas y
hacendados en la Sevilla del siglo XVIII

Álvaro Recio Mir


Universidad de Sevilla. España

“Aún hoy, cada vez que nos encontramos ante los restos de un pasado arquitectónico –ya se trate de las
pirámides mayas de Uxmal o de las columnas hechas añicos de Selinonte– no podemos por menos que sen-
tirnos embargados por una vena irracional que nos hace exclamar: ¡qué bella es la arquitectura en ruinas!,
¡qué fascinantes son sus restos!”. Gillo Dorfles, Elogio de la inarmonía.

A los ejemplos apuntados por Dorfles nos gustaría En cualquier caso, estas pautas básicas no son
añadir en esta ocasión el de las haciendas sevillanas, suficientes para explicar su sorprendente desarro-
ya que precisamente ha sido su formidable capaci- llo arquitectónico, que sin duda alcanza el ápice de
dad de evocación la que nos ha llevado a redactar toda la edilicia de agro bético y que sólo es compa-
estas páginas. En efecto, la visita de cualquiera de rable con las denominadas caserías -también explo-
estos edificios es un viaje en el tiempo, un tiempo taciones aceiteras- del término cordobés de Monto-
ya remoto pero tan maravillosamente evocado que ro2. Es aquí precisamente donde debe aplicarse la
parece que va a cobrar de nuevo vida de un momen- referida metodología sociológica con la intención
to a otro. Por ello y pese a que actualmente muchos
de estos caseríos están abandonados, transformados hispalense, nº 54-55-56, págs. 9-27. Sevilla, 1952; RONQUILLO
y hasta humillados con saña, no nos resignarnos a PÉREZ, Ricardo: Las haciendas de olivar del Aljarafe Alto. Se-
dejar de evocar la vida que los construyó y les dio villa, Colegio oficial de arquitectos, 1981; Sevilla. Haciendas de
sentido. Quizá sea un planteamiento demasiado am- olivar. Milán, Franco María Ricci, 1991; AGUILAR, Mª Cruz:
Las haciendas. Arquitectura culta en el olivar de Sevilla. Sevilla,
bicioso, pero no nos cabe duda de que sólo un aná- Universidad de Sevilla, 1992; AGUILAR, Mª Cruz; SABATÉ,
lisis sociológico de esta arquitectura puede llevar a Isabel y RODRÍGUEZ-BECERRA, Salvador: Imágenes de una
su completa inteligencia. arquitectura rural: las haciendas de olivar en Sevilla. Sevilla,
A manera de apretadísimo preámbulo, cabría Fundación Luis Cernuda, 1992; SABATÉ DÍAZ, Isabel: Las ha-
recordar que las haciendas son los caseríos de las ciendas de olivar en la provincia de Sevilla. Sevilla, Diputación
provincial de Sevilla, 1992; FLORIDO TRUJILLO, Gema: Há-
explotaciones olivareras -nunca con carácter de mo- bitat rural y gran explotación en la depresión del Guadalquivir.
nocultivo- del entorno sevillano y cuya función bá- Sevilla, Dirección general de arquitectura y vivienda de la Junta
sica era la producción de aceite. Estuvieron asocia- de Andalucía, 1996; AGUILAR, Mª Cruz y PARIAS, María: Las
das a la mediana propiedad y a la nobleza local y a haciendas de olivar. Orígenes, usos, significados. Sevilla, Caja
rural del sur, 2001; AGUILAR, Mª Cruz; GAMERO, Mercedes
mercaderes enriquecidos en la carrera de Indias, los y PARIAS, María: Las haciendas de olivar de Dos Hermanas.
cuales las explotaron de forma directa. Pese que sus Sevilla, Ayuntamiento de Dos Hermanas, 2001; HALCÓN, Fáti-
orígenes cabe rastrearlos en la Reconquista cristiana ma; HERRERA, Francisco y RECIO, Álvaro (eds.): Haciendas y
del siglo XIII y aún antes, su superlativa definición cortijos. Historia y arquitectura en Andalucía y América. Sevilla,
Universidad de Sevilla, 2002 y AGUILAR, Mª Cruz; GAMERO,
material se produjo a lo largo del XVIII1.
Mercedes y PARIAS, María: Arquitectura y agricultura en las
haciendas de olivar de Dos Hermanas. Sevilla, Ayuntamiento de
1.  Por fortuna, la bibliografía de la hacienda es cada vez más Dos Hermanas-Fundación El Monte, 2004.
abundante. De ella destacaremos la siguiente: SANCHO COR- 2.  Sobre las caserías de Montoro remitimos a FLORIDO
BACHO, Antonio: “Haciendas y cortijos sevillanos”. Archivo TRUJILLO, Gema: Hábitat rural... op. cit. Págs. 235- 249.

78
Arquitectura y sociedad: Haciendas y hacendados en la Sevilla del siglo XVIII

de contestar las preguntas que surgen de inmedia- En este sentido, nos parece especialmente útil la
to: ¿existió en el entorno sevillano una verdadera abundante documentación aportada por la reciente
villeggiatura?; ¿hasta qué punto se convirtieron las monografía de Fernando Campese sobre los comu-
haciendas en símbolos de status?; ¿cuál era la rela- neros sevillanos. De los muchos ejemplos que ofre-
ción de estos edificios con las viviendas urbanas de ce, espigaremos sólo los más relevantes. Así, en pri-
sus propietarios?; ¿cómo convivían en una hacienda mer lugar, cabe referir el caso de Ignacio de Aguirre
señores y trabajadores? y, en una palabra, ¿por qué Zarasúa, que pasó a Perú en 1745 como paje del
son así las haciendas y no de otra manera? virrey Manso de Velasco. En América se dedicó al
Sin duda son demasiadas preguntas. No obstan- comercio, amasando una considerable fortuna. Al
te, en adelante intentaremos responder al menos a regresar a Sevilla en 1761, además de casarse con
alguna de ellas a través del estudio de sus propieta- la hija de un comerciante poco distinguido, ingresó
rios y del análisis de su tipología. En concreto, nos en la congregación de los vizcaínos y ocupó cargos
centraremos en dos cuestiones: por un lado, en las en el Consulado de Indias, convirtiéndose en uno
causas que llevaron a la compra y construcción de de los comerciantes más activos, tanto profesional
haciendas y, por otro, a analizar sus usos y a compa- como socialmente, de la época. Al amparo de las
rarlas con las viviendas urbanas. medidas liberalizadoras de Carlos III, destacó como
tratante de aceite y de trigo y acumuló un amplio
patrimonio inmobiliario formado por casas y explo-
La fascinación por la tierra: taciones agrícolas, entre las que destacó la hacienda
nuevos y viejos hacendados de Nuestra Señora de Belén, más conocida como La
Negrilla, recientemente destruida, y otra hacienda
Si hubiéramos de partir de una realidad incues- en Carmona, con la que configuró un mayorazgo5.
tionable a este respecto, no sería otra que la absoluta Pensamos que esta última cabe identificarla con
fascinación que sobre el hombre ha producido siem- la hacienda de Aguirre, cuyo caserío es sin duda
pre la tierra, bien por su tenencia o por su carencia, uno de los más interesantes del término de Carmo-
por la voluntad de perpetuarse en su propiedad o na, a pesar de encontrarse en la actualidad en ruinas
por la de llegar a conseguirla. Es éste un asunto que y de no haber sido nunca referido en los listados
sobrepasa el marco que nos hemos planteado, pero de haciendas hasta ahora publicados. Se trata de un
que no debemos olvidar, ya que ha impregnado toda edificio de geométrica configuración, levantado de
nuestra cultura y aún lo sigue haciendo3. nueva planta y de una sola vez a partir de un proyec-
Ya hemos apuntado que la hacienda -a diferen- to arquitectónico, que a todas luces sigue el modelo
cia de los cortijos, vinculados a la alta nobleza y a establecido en la hacienda de Córdoba, también en
las instituciones eclesiásticas- estuvo básicamente Carmona y que es el máximo paradigma de lo que
en manos de la pequeña nobleza local y de merca- hemos denominado hacienda clásica6.
deres enriquecidos en la epopeya americana, y en No resulta fácil saber qué supuso esta hacienda
su mayoría foráneos4. Hasta qué punto se sintieron para la familia Aguirre, pero todo nos hace suponer
estos últimos atraídos por la compra y construcción que sería su principal instrumento de respaldo social.
de haciendas es una cuestión esencial para contestar Ellos, a pesar de sus modestos orígenes, lograron
las preguntas antes formuladas. mediante el comercio alcanzar una enorme fortuna y
un papel destacado en la sociedad sevillana. El lujo
3.  A este respecto creemos que no por casualidad el Géne-
sis señala que Dios creó al hombre “del polvo de la tierra”. De
igual forma, tampoco es gratuito que la vieja liturgia católica 5.  Sobre los Aguirre véase CAMPESE GALLEGO, Fer-
señalase a cada fiel el Miércoles de Ceniza, como única certeza nando J.: Los comuneros sevillanos del siglo XVIII. Estudio
absoluta repetida maquinalmente, “pulvis eris et pulvis reverte- social, prosopográfico y genealógico. Sevilla, Fabiola de publi-
ris”. Véase RECIO MIR, Álvaro: “El marco agrícola de Cór- caciones hispalense, 2004. Págs. 93-96.
doba: paisaje, historia y arquitectura”, en Cortijos, haciendas 6.  Aguirre, igual que Córdoba, es una hacienda inédita, de
y lagares. Arquitectura de las grandes explotaciones agrícolas la que hemos hecho una breve referencia en “Evolución y defi-
en Andalucía. Provincia de Córdoba. En prensa. nición tipológica de las haciendas de Carmona (Sevilla): el mo-
4.  Véanse al respecto, además de la bibliografía de la nota delo clásico y el modelo industrial”. Laboratorio de arte, nº 17,
1, GAMERO ROJAS, Mercedes: “La burguesía comercial y el págs. 255-280. Sevilla, 2005. Pág. 269. La identificación del
mercado de la tierra en Sevilla en el siglo XVIII. Una intro- edificio, que agradecemos a don Adrián de Rojas Maestre, no es
ducción al estudio”, en GARCÍA-BAQUERO GONZÁLEZ, precisamente fácil, ya que la cartografía 1:10.000 la denomina
Antonio (ed.): La burguesía de negocios en la Andalucía de “Los Guirris”, el mismo nombre que se le da en el entorno, una
la Ilustración. 2 vols. Cádiz, Diputación provincial de Cádiz, evidente degeneración de “Aguirre” o, más en concreto, de “Los
1991. Vol. 2º, págs. 181-194. Aguirre”, en clara referencia al apellido de sus propietarios.

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Álvaro Recio Mir

rodeó su existencia, ya que las fuentes referidas alu- por completo su interior, su portada es toda una de-
den a la suntuosidad de sus muebles, vajillas o telas, claración de intenciones, tanto social como arquitec-
a los doce criados que les servían y a sus tres coches. tónica. En efecto, aunque sabemos que cuando Urru-
Quizá en todo ello cabría ver un cierto carácter de chi compró la explotación ya contaba con caserío, es
“nuevo rico”, ya que, por ejemplo, los inventarios posible que interviniese sobre él y nada nos extraña-
de bienes de los Aguirre no recogen la existencia de ría que dispusiese, como ocurre en tantas haciendas,
ni un solo libro entre sus propiedades. En cualquier su escudo presidiendo su longilínea portada8.
caso, estamos seguros de que su éxito económico y Otra prueba del respaldo social que proporcio-
social debió ser refrendado por la propiedad de la naba la propiedad de una hacienda es el caso de
tierra y su transmisión de generación en generación. Rafael Gómez Rodríguez del Pedroso, que para
El hecho de que su hacienda de Carmona fuera co- demostrar su forma de vida nobiliaria alegó, entre
nocida por el apellido de la familia, Aguirre, suponía otras cosas, su plantío de olivares, “género de in-
la encarnación misma de su linaje. A este último res- dustria utilísima al Estado”. Hacía referencia con
pecto nos parece muy significativo que los herederos ello a la hacienda del Rosario, a las afueras de Se-
de don Ignacio se desprendieron muy pronto de la villa, cuya fachada se convierte una vez más en una
hacienda La Negrilla y mantuviesen la de Aguirre. elocuente declaración de intenciones. Sin duda se
Otro ejemplo significativo fue el de Domingo trata de la más suntuosa portada de todas las ha-
Antonio de Urruchi Echaurren, alavés pero desde ciendas sevillanas y la relativa modestia del resto
muy joven en Sevilla, en la que se dedicó al comer- de su caserío indica hasta qué punto esta arquitectu-
cio, pasando luego a América. Pero lo que ahora nos ra tuvo un marcado sentido representativo y emble-
interesa es que en 1760 solicitó una provisión en la mático. Ahora bien, nada es comprable al caso de
Chancillería de Valladolid para reivindicar su hidal- Juan Soret García. Hijo de un ¡zapatero! que apare-
guía, casi a la vez -sólo un año después- que com- ce en Sevilla en 1780 como mercader de seda y de
praba la hacienda Cañada Honda en Carmona. La tan fulgurante carrera que en 1805 adquiere las ha-
adquirió al teniente general Pedro Stuart y Portugal, ciendas de Quitapesares, San Antonio de Miramón
con caserío, molino, huerta y una superficie de trein- y Galvín, repartidas entre los términos de Umbrete,
ta hectáreas. Nada nos extrañaría que tal adquisi- Bollullos de la Mitación y Espartinas9.
ción hubiera sido realizada para poner de manifiesto A estos ejemplos aún podríamos sumar otros
su condición nobiliaria, que él ostentaba gracias al que prueban sobradamente que los comerciantes
privilegio de hidalguía universal de Álava. A buen del siglo XVIII dedicaron gran parte de sus exce-
seguro que la propiedad de Cañada Honda le per- dentes económicos a la compra de tierras. Ello les
mitiría entrar en contacto con otros nobles locales daba, además de beneficios en el marco del ciclo
vecinos suyos, como los Briones, que contaban por económico expansivo de la segunda mitad del
entonces con las haciendas Los Graneros y Fuente siglo, un considerable prestigio social y el siempre
de la Cierva; con los Caro, dueños de La Buzona y ansiado reconocimiento nobiliario. Éste se lograba,
Adavaque o los Lasso de la Vega, que entonces te- una vez asentado el interesado en un término mu-
nían Vistahermosa. Incluso la propiedad de Cañada nicipal, al ser recibido como hidalgo en su ayun-
Honda pudo permitirle codearse con diversos títulos tamiento y se consolidaba adquiriendo un cargo
de Castilla, como el duque de Veragua, propietario municipal. Por último, la transmisión de tal con-
en ese momento de El Corzo; el marqués de Saltillo, dición la aseguraba la fundación de un mayorazgo,
dueño de la hacienda homónima o el marqués del en el que solía ser pieza clave la vinculación de una
Valle, propietario de Rosal Bajo7. ­hacienda, con frecuencia conocida por el apellido
El caserío de Cañada Honda es uno de los más de sus propietarios10.
elegantes ejemplos de la arquitectura agrícola de
Carmona. Encapsulado por una tapia que oculta casi
8. El escudo con el que hoy cuenta esta portada, no obstan-
te, no es ni el del apellido Urruchi ni Echaurren. Tampoco pare-
7.  Sobre Urruchi véase CAMPESE GALLEGO, Fernando ce responder a los de su anterior propietario, Stuart de Portugal.
J.: Los comuneros sevillanos... op. cit. Págs. 317-320 y sobre Véase al respecto GARCÍA CARRAFFA, Alberto y Arturo:
su ilustre vecindario GAMERO ROJAS, Mercedes: “La expan- Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana. 88
sión del olivar en la Carmona moderna. La pugna entre intere- vols. Madrid, Antonio Marzo, 1919-1993. Ad vocem.
ses aceiteros y ganaderos”, en GONZÁLEZ JIMÉNEZ, Manuel 9. CAMPESE GALLEGO, Fernando J.: Los comuneros
(ed.): Carmona en la Edad Moderna. Actas del III congreso sevillanos... op. cit. Págs. 181-185 y 299-303 respectivamente.
de historia de Carmona. Carmona, Universidad de Sevilla- 10.  Véanse AGUILAR, Mª Cruz; GAMERO, Mercedes y
Ayuntamiento de Carmona-Junta de Andalucía. Págs. 48-50. PARIAS, María: Arquitectura y agricultura... op. cit. Pág. 235

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Arquitectura y sociedad: Haciendas y hacendados en la Sevilla del siglo XVIII

Ahora bien, no fueron estos mercaderes enrique- Aunque en otra ocasión analizaremos en detalle
cidos los únicos que en el siglo XVIII adquirieron el importante documento que traemos a colación, no
la propiedad de haciendas. Las más llamativas com- queremos dejar de apuntar en este momento algu-
pras las llevó a efecto un personaje excepcional, que nas ideas que vienen al caso y que se deducen del
en modo alguno requería de la tierra como respaldo mismo. En primer lugar, hay que insistir en la ubica-
social, por la sencilla razón de lo tenía en grado su- ción de las explotaciones, en el entorno de Sevilla,
perlativo. Nos referimos a don Fernando de Silva y con la excepción de las haciendas de Écija y La La-
Álvarez de Toledo, XII duque de Alba. Militar, po- guna en Baeza. No sabemos si el duque compró más
lítico, académico e ilustrado, fue uno de los perso- “bienes negros” en otros puntos de España, pero de
najes más influyentes de la España de Fernando VI no ser así resulta llamativo que su práctica totalidad
y de Carlos III. Instó a la expulsión de la Compañía estuviesen en las inmediaciones de Sevilla. Por otro
de Jesús de España desde el Consejo extraordina- lado, es del máximo interés la asociación que se hace
rio que decidió tan polémica medida y aún luego de haciendas y cortijos, como ocurre, entre otros, en
presionó en Roma para que se produjera, como a la los significativos casos de La Pizana y El Algarbejo.
postre ocurrió, la disolución universal de la orden. En la actualidad, los caseríos de estas explotaciones
Se da la circunstancia de que el duque fue, a la vez, responden fundamentalmente a la tipología edilicia
uno de los grandes beneficiados de la expulsión ya del cortijo. Ahora bien, ello no es óbice, como a
que compró algunas de las mejores y mayores fincas todas luces indica nuestra fuente, para que las ex-
de la Compañía y que al igual que todos sus bie- plotaciones, especialmente las grandes, procuraran
nes fueron nacionalizados y luego subastados. En su diversificación productiva, por lo que no es de
efecto, contamos con la relación de las fincas que extrañar que La Pizana tenga molino aceitero. En
Alba adquirió, de las cuales todas menos dos esta- este sentido ya se ha apuntado que las haciendas en
ban en el entorno sevillano. Eran la hacienda San modo alguno eran monocultivos olivareros, pero lo
Ambrosio de Tarazona en La Rinconada; la hacien- que en esta ocasión nos encontramos no son otros
da y el cortijo La Pizana, en Gerena; las haciendas cultivos complementarios para el abastecimiento y
y los cortijos El Algarbejo y Los Ángeles Viejos en subsistencia del personal de la propia finca, sino una
Utrera; la hacienda San Ignacio de Miraflores en La combinación que a todas luces buscaba una mayor
Rinconada; la hacienda Miraflores en Sevilla; la ha- rentabilidad económica.
cienda San Francisco Javier de los Ángeles en Alca- Precisamente esta rentabilidad debió de ser la
lá de Guadaíra; la hacienda Los Ángeles en Alcalá causa que llevó al duque de Alba a la adquisición de
de Guadaíra; la hacienda y el cortijo San Javier de estas fincas. En efecto, don Fernando, lejos de res-
la Montera en Utrera; la hacienda de Écija y la ha- ponder al manido tópico de gran propietario absentis-
cienda La Laguna en Baeza11. ta, fue un vanguardista agricultor que quiso convertir
Resulta imposible analizar estas explotaciones sus explotaciones en emporios productivos, en los
en tan breves páginas, siendo incluso complejo su que no faltó una innegable vocación fabril. Sin duda,
mera identificación en algunos casos. Así, en la ac- el más representativo ejemplo de ello fue la construc-
tualidad podemos reconocer Tarazona en La Rin- ción del monumental molino de San Fernando a las
conada, que se encuentra lamentablente arruinada; afueras de la localidad de El Carpio (Córdoba)13.
La Pizana en Gerena, aún propiedad de la Casa de
Alba; El Algarbejo en Alcalá de Guadaíra; Miraflo- Miraflores a “La hacienda de Miraflores y la huerta de la Al-
res en Sevilla; Los Ángeles también en Alcalá de barrana: dos antiguas propiedades agrícolas dentro del parque
Guadaíra y La Laguna en Baeza12. Miraflores de Sevilla” en VALOR PIECHOTTA, Magdalena y
ROMERO MORAGAS, Carlos (eds.): Sevilla extramuros: la
huella de la historia en el sector oriental de la ciudad. Sevilla,
y ss. y CAMPESE GALLEGO, Fernando J.: Los comuneros Ayuntamiento de Sevilla-Universidad de Sevilla, 1998. Págs.
sevillanos... op. cit. Págs. 59 y 60. 149-194; sobre Los Ángeles a RECIO MIR, Álvaro: “De la
11.  Archivo de la Casa Ducal de Alba, Madrid, legajo Compañía de Jesús al XII Duque de Alba: la hacienda Los Án-
339-1, “Notas de las haciendas que el duque compró a Su Ma- geles de Alcalá de Guadaíra (Sevilla)”, en prensa y, por último,
jestad en Sevilla y Jaén”. sobre La Laguna, de impresionante caserío, diremos que es en
12.  Sobre Tarazona remitimos a AGUILAR, Mª Cruz: Las la actualidad museo del olivo y del aceite de oliva.
haciendas... op. cit. Pág. 166; sobre La Pizana a FEDUCHI, 13.  Sobre este importante molino, aún propiedad de la Casa
Luis: Itinerarios de arquitectura popular española. Vol. 4º, Los de Alba, remitimos a OLMEDO GRANADOS, Fernando: “Re-
pueblos blancos. Barcelona, Blume, 1978. Pág. 272; sobre El seña del molino de San Fernando de El Carpio (Córdoba)”, en
Algarbejo a RECIO MIR, Álvaro: “Notas sobre el cortijo del HALCÓN, Fátima; HERRERA, Francisco J. y RECIO, Álvaro
Algarbejo de Alcalá de Guadaíra y el retablo de su capilla”. (eds.): Haciendas y cortijos... op. cit. Págs. 151-160. Otro ejem-
Laboratorio de arte, nº 14, págs. 87-107. Sevilla, 2001; sobre plo del carácter pionero de la Casa de Alba en la explotación de

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Álvaro Recio Mir

La referida rentabilidad económica debió estar haciendas tanto rurales como urbanas. Además, pen-
sin duda en relación con los postulados fisiocráticos samos que la realidad constructiva del Antiguo Ré-
de los ilustrados, los cuales además consideraban gimen en modo alguno distinguió los edificios por
que la agricultura era el principal sector económico su localización urbana o rural, sino por su función.
y el mayor generador de riqueza14. En este sentido ya hemos indicado que la hacien-
Ahora bien, la voluntad mercantil de las adquisi- da sumó una serie de variadas funciones, entre las
ciones sevillanas del duque de Alba no impidió que que destacó sobremanera la producción de aceite,
los caseríos de sus nuevas fincas fueran de inmedia- llevada a cabo en la almazara. La preeminencia de
to timbrados con su linajudo escudo, representado tal producción la demuestra que la referida almazara
en azulejos que presiden sus portadas, en ocasiones no es sólo el elemento esencial e identificativo de la
acompañados por los símbolos y los santos de la hacienda, sino que es la pieza más importante de su
Compañía de Jesús. Se da la llamativa circunstancia caserío, por lo cual no compartimos la habitual de-
de que unos azulejos heráldicos idénticos, sólo que nominación de “hacienda de olivar” que se le da, ya
de mayor tamaño, presiden la portada del palacio de que además de la referida variedad de cultivos propia
las Dueñas, la residencia hispalense de don Fernan- de esta explotación, en su caserío lo que prima es,
do, también por él remodelada. mucho más que el olivar, la producción de aceite16.
También en esto último, además de ese carác- Ahora bien, junto a esta pieza industrial, en la
ter fisiocrático aludido, cabría quizás rastrear una hacienda hay otras muchas dependencias, que ca-
cierta emulación por parte del duque de Alba, ya bría agruparlas en residenciales y ganaderas. De
que no debemos olvidar que a la vez que él llevaba esta manera, hay que señalar que tras la almazara,
a cabo sus numerosas adquisiciones sevillanas, el en las haciendas el elemento más significativo es el
rey Carlos III disponía en Aranjuez dos interesantes señorío o residencia del propietario. Salvo contadas
ensayos agronómicos, el Real Cortijo de San Isidro excepciones, las residencias señoriales son una serie
fundado en 1766 y Campo Flamenco en 177515. de habitaciones, rematadas por un alto mirador y co-
nectadas habitualmente con la capilla. Junto a ello
es frecuente encontrar la vivienda de los caseros,
Los caseríos de las haciendas: su relación apenas una o dos estancias; las casillas para los re-
con la arquitectura urbana y sus usos cogedores, sólo una habitación, y en ocasiones para
otros trabajadores, como el maestro molinero. Por
La referida relación entre los caseríos rústicos último, hay que referir las dependencias ganaderas,
del duque de Alba y su residencia sevillana nos que por lo general son cuadras, ya que fueron equi-
lleva a un nuevo ámbito de análisis, el del estudio nos los animales más utilizados en las fincas oliva-
comparado entre la arquitectura agrícola y la urba- reras, y que ocupan la parte inferior de una crujía, en
na. Resulta frecuente en la clasificación tipológica cuyo piso superior suele existir un pajar y granero.
de los edificios la disociación de los rurales de los Ello diferencia las haciendas de los cortijos, en los
urbanos. También en esto la opulenta realidad de
las haciendas resulta paradigmática, al quebrar por
16. La almazara ocupa al menos una crujía del patio en
completo tan dogmática separación, ya que existen
torno al cual se organizan estos edificios y se articula usual-
mente mediante tres naves paralelas separadas por líneas lon-
sus propiedades agrícolas -en este caso en relación a la famosa gitudinales de arcos. Las dos primeras naves servían para el
sucesora de don Fernando, doña María del Pilar Teresa Caye- almacenamiento de la aceituna en lo que se denominan trojes,
tana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba- es apenas unos tabiques y que producían la compartimentación de
analizado en HERRERA GARCÍA, Antonio: “Una muestra de las referidas naves. También en estas primeras naves se dispo-
las preocupaciones “ilustradas” de la Duquesa de Alba en la nía el molino de rulos que se instalaba en un arco de mayor
administración de sus tierras sevillanas (1798)”en L’ouvrier, luz que los restantes. Por último, la aceituna molida pasaba a
l’Espagne, la Bourgogne et la vie provinciale: parcours d’un la prensa, que se encontraba en la tercera nave, ocupada en su
historien. Mélanges offerts à Pierre Ponsot. Madrid, Casa de mayoría por una enorme viga encastrada en la torre de con-
Velázquez, 1994. Págs. 205-213. trapeso. Por lo general en esta última nave también estaba la
14.  Véase SARRAILH, Jean: La España ilustrada de la bodega, configurada por una serie de tinajas enterradas, en las
segunda mitad del siglo XVIII. México, Fondo de Cultura Eco- que se guardaba el aceite tras haber sido decantado y separa-
nómica, 1957. Pág. 544 y ss. do del alpechín. El proceso de producción del aceite, esencial
15.  Acerca de este interesante asunto remitimos a AN- para entender la configuración de la almazara y aún de toda la
GUIANO DE MIGUEL, Aida: “Explotaciones agrícolas de hacienda, es detalladamente explicado en PEQUEÑO, Diego:
Carlos III en Aranjuez: trazados urbanísticos y tipos arquitec- Nociones acerca de la elaboración del aceite de oliva. Jaén, El
tónicos”, en IV Jornadas de Arte. El arte en tiempos de Carlos Olivo, 2000 (Madrid, 1879) y en ARAMBARRI, Andrés: La
III. Madrid, Alpuerto, 1989. Págs. 51-59. oleicultura antigua. Madrid, Editorial agrícola española, 1992.

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Arquitectura y sociedad: Haciendas y hacendados en la Sevilla del siglo XVIII

que se empleaban para el arado bueyes, los cuales se ha denominado casa unifamiliar o popular mayor y,
estabulaban en otras dependencias muchos mayores por último, la casa de vecinos o colectiva19.
y a menudo exentas llamadas tinados o tinaos17. Ca- Independientemente de sus discutibles denomina-
bría hacer referencia también a la presencia porcina ciones, resulta evidente que son las referidas casas-
en las haciendas, pero al ubicarse las zahurdas sepa- palacios y las unifamiliares las que cabe relacionar
radamente del núcleo edificatorio no lo condiciona- con las haciendas. Es de destacar, en primer lugar,
ron. En cualquier caso, fueron muchas las funciones que eran precisamente los propietarios de éstas los
que hubo que articular en un mismo edificio, en el que vivían en casas-palacios, como ocurrió en el
que dependiendo de su ubicación en el campo o en caso de Carmona con, entre otros, los Lasso de la
la ciudad hubo alguna diferencia. Así, en las urba- Vega, Briones o Caro. Sus residencias urbanas no
nas es lógicamente menos habitual la presencia de responden a una formulación tan definida y acaba-
capilla e igualmente se reducen los espacios desti- da como la de la hacienda. Condicionadas por una
nados a los trabajadores ya que no hacía falta que estructura urbana de tradición islámica y con las li-
viviesen en el caserío. mitaciones espaciales propias de las ciudades, estas
La articulación de diferentes funciones, aperos, grandes casas se articulan en torno a un patio princi-
bestias y personas tiene orígenes remotos que cabría pal y otros espacios menores, bien patios, bien jardi-
retrotraer a las villas romanas. No obstante, todo in- nes, bien corrales. No suelen responder a proyectos
dica que su definición más acabada se produjo en el arquitectónicos ni unitarios ni levantados de una sola
siglo XVIII, momento en el que en el entorno se- vez. Por el contrario, se trata de construcciones que
villano alcanzó también gran desarrollo la vivien- en muchos casos incluyen estructuras medievales y
da urbana, por lo que pensamos que cabe plantear renacentistas, una y otra vez remozadas, como ocu-
la comparación entre ambas. No obstante, la casa rrió tras el terremoto de Lisboa, momento en el que
sevillana, a pesar de lo mucho que se ha divagado numerosas viviendas adquirieron su actual aspecto
sobre ella, no ha sido hasta ahora estudiada con la barroco, bajo el cual son aún legibles atávicos sus-
profundidad que requiere o quizás habría que decir tratos mudéjares. En cualquier caso, sobre estas caó-
requería, ya que el sistemático y pavoroso proceso ticas estructuras sobresalen ciertos hitos representati-
de destrucción que sobre la misma se lleva a cabo vos, como portadas linajudamente blasonadas y con
desde hace medio siglo ha ocasionado que en nues- grandes balcones y, en menor medida, miradores.
tros días su estudio deba ser realizado ya, más que A las pautas básicas referidas, en las que se ven ya
desde la historia del arte, desde la arqueología18. similitudes y diferencias con las haciendas, hay que
Por fortuna, otras localidades del entorno sevillano añadir ciertas dependencias que no hacen más que
no han corrido tan aciaga suerte. En tal sentido es agudizar estas relaciones. Así, lógicamente en las
paradigmático el caso de Carmona, que conserva su casas de Carmona primaba su función residencial,
caserío prácticamente intacto. Se trata en este caso pero contaban con una fuerte componente agríco-
de un caserío de tradición mudéjar, levantado a lo la, no sólo por tener sistemáticamente dependencias
largo de los siglos de la Edad Moderna y en gran me- como cuadras, graneros, pajares y lugares de alma-
dida renovado tras el terremoto de Lisboa de 1755. cenamiento, sino también dependencias de produc-
Además, recientemente han aparecido diversos es- ción –como huertas– e incluso de transformación,
tudios que dan una primera aproximación general a
tan interesante asunto. Así, se han establecidos di- 19.  Véanse GALERA NAVARRO, Ventura; RIVERA
versos tipos, encabezados por la casa-palacio, deno- BLANCAS, Rafael y ROMÁN RODRÍGUEZ, Juan Manuel:
minación de imprecisos perfiles pero arraigada en el “Tipología de la casa moderna en Carmona”, en GONZÁLEZ
JIMÉNEZ, Manuel (ed.): Carmona en la Edad Moderna...
entorno sevillano, y cuyo ejemplo más acabado es op. cit. Págs. 397-416 y ANGLADA CURADO, Rocío: “La
la casa de los Rueda. A este tipo le siguen el que se arquitectura doméstica tradicional de Carmona. Aproxima-
ción arqueológica a la tipología de la casa”. Carel, nº 3, págs.
1035-1104. Carmona, 2005. Sobre la referida casa de los Rueda
17.  Sobre los cortijos véase OLMEDO GRANADOS, Fer- recomendamos HERRERA GARCÍA, Francisco J. y QUILES
nando: “Los cortijos”, en Arquitectura vernácula. Vol. III de GARCÍA, Fernando: “Nuevos datos sobre la vida y la obra de
Proyecto Andalucía, dirigido por Salvador Rodríguez Becerra. Leonardo de Figueroa”. Archivo español de arte, nº 259.260,
Sevilla, Publicaciones comunitarias, 2002. Págs. 189-240. págs. 335-349. Madrid, 1992. Para cualquier estudio sobre la
18. En cualquier caso, siempre será imprescindible CO- arquitectura en Carmona es esencial HERRERA GARCÍA,
LLANTES DE TERÁN DELORME, Francisco y GÓMEZ ES- Francisco J.; QUILES GARCÍA, Fernando y SAUCEDO PRA-
TERN, Luis: Arquitectura civil sevillana. Sevilla, Ayuntamien- DAS, Consuelo: Carmona barroca. Panorama artístico de los
to de Sevilla-Castillejo, 1999, convertido, además de en fuente siglos XVII y XVIII. Sevilla, Fundación El Monte-Ayuntamien-
esencial, en crónica de una lamentable muerte anunciada. to de Carmona, 1997.

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Álvaro Recio Mir

hasta constituir lo que se ha denominado una “casa su uso. A pesar de ello, creemos que no podemos
de labranza” dentro de la vivienda20. partir de la automática identificación que en ocasio-
Es más, aún se ha hecho referencia a un tipo es- nes se ha hecho de la hacienda con lo que de ma-
pecífico de vivienda, denominada “casas de labor” nera genérica se ha denominado villa. La hacienda,
y en el que las dependencias agrícolas alcanzan un y ello no debe ser olvidado, es fundamentalmente
gran protagonismo. Se han definido como casas de el caserío de una explotación agrícola destinado a
medianos propietarios, caracterizadas por un menor transformar la aceituna en aceite, mientras que en la
desarrollo constructivo de las casas-palacios y en su villa es básica su componente residencial y lúdica,
mayoría dedicas a funciones agrícolas debido a que su carácter de evasión urbana y la evocación utópica
los cortijos o haciendas de sus propiedades no eran de arcádico mundo pastoril24.
lo suficientemente grandes como para que resultara ¿Cabe rastrear algo de esto último en las hacien-
rentables en ellos la construcción de un caserío21. das del entorno sevillano? Acerca de esta villeggia-
Como ya indicamos, carece de sentido por tanto tura hay que remitir al estudio de la villa suburbana
establecer una línea divisoria entre la arquitectura ur- realizado por Vicente Lleó en el marco del huma-
bana y la rural, ya que la existencia de una sutil gra- nismo hispalense del siglo XVI. Ahora bien, estas
dación de casos impide en puridad saber dónde ter- villas eran, más que haciendas, huertas del entorno
mina lo agrícola y dónde empieza lo ciudadano. Sin inmediato de Sevilla que sólo excepcionalmente se
ninguna duda la estrechísima relación entre el campo vieron interpretadas y usadas como auténticas vi-
y la ciudad, tan característica del Antiguo Régimen, llas, que cabría enlazar tanto con la tradición clásica
fue la que ocasionó toda esta galería de posibilidades. como con la musulmana25.
No hemos de olvidar, además, que fueron los mismos Ahora bien, hay datos que apuntan a que las
arquitectos los que levantaron unas y otras22. haciendas excepcionalmente sí fueron usadas a la
Ahora bien, la hacienda no sólo tuvo un destino manera de las villas. En este sentido resulta signifi-
meramente utilitario, como tampoco la casa en sus cativo el caso de las fiestas que el poeta Juan de Ar-
diversas modalidades, y por ello no debemos aso- guijo ofreció a la marquesa de Denia en su hacienda
ciarla únicamente a su funcionalidad agrícola. Re- Tablantes de Espartinas con motivo de su visita a
sulta evidente que su arquitectura en la mayoría de la Sevilla en 1599. También se celebraron entonces
ocasiones tenía un importante componente de repre- grandes fiestas en la cercana hacienda Benazuza de
sentatividad social. Es bien conocido a este respecto Sanlúcar la Mayor26.
cómo ya en el siglo XVI Serlio en el libro VII de su Es más, la propia arquitectura de las haciendas
De architectura proponía toda una gama de casas de pone en evidencia como su carácter residencial al-
campo en función de la posición social de sus pro- canzó un papel esencial y, sobre todo, su suntuosa
pietarios23. Lo que ya no resulta tan claro es si ello decoración permite establecer esporádicas compa-
quedó reducido a su mera materialidad o si la ha- raciones con las villas italianas. En este sentido hay
cienda también recibió lo que podríamos denominar que decir que a veces los señoríos sobrepasaron su
un “uso representativo”. En otras palabras, ¿sirvie- habitual ubicación en parte o en toda una crujía del
ron las haciendas a la manera de las villas clásicas? patio, para configurarse como una entidad mayor
No es ésta una cuestión fácil de responder ya que y autónoma, casi como un edificio dentro de otro,
contamos con pocas referencias y descripciones de al disponerse, a su vez, en torno a un patio. A este

20.  GALERA NAVARRO, Ventura; RIVERA BLANCAS, 24. En este sentido son esenciales, entre otros muchos,
Rafael y ROMÁN RODRÍGUEZ, Juan Manuel: “Tipología de BENTMANN, Reinhard y MÜLLER, Michael: La villa como
la casa...” op. cit. Pág. 400. arquitectura del poder. Barcelona, Barral, 1975 y, para el caso
21.  ANGLADA CURADO, Rocío: “La arquitectura do- español, MORÁN TURINA, J. Miguel y CHECA CREMA-
méstica tradicional de Carmona...” op. cit. Págs. 1077-1079. DES, Fernando: Las casas del rey. Casas de campo, cazaderos
22. Esta identidad de autoría se demuestra, por ejemplo, y jardines. Siglos XVI y XVII. Madrid, El Viso, 1986.
en el arquitecto Juan Navarro, que trabajó para el duque de Al- 25. LLEÓ CAÑAL. Vicente: Nueva Roma. Mitología y hu-
calá tanto en su sevillana Casa de Pilatos como en su hacienda manismo en el Renacimiento sevillano. Sevilla, Abc, 2004 (Sevilla,
nazarena de Quintos. Véase HERRERA, Francisco y QUILES, 1979). Pág. 94 y ss. Sobre la tradición musulmana recomendamos
Fernando: “La hacienda y su historia”, en Sevilla. Haciendas de MANZANO MARTOS, Rafael: “De la villa romana a la almunia
olivar... op. cit. Pág. 148 y ss. islámica”, en HALCÓN, Fátima; HERRERA, Francisco y RECIO,
23.  Véase Todas las obras de arquitectura y perspectiva Álvaro (eds.): Haciendas y cortijos... op. cit. Págs. 15-36.
de Sebastián Serlio de Bolonia. 2 vols. Edición de Fausto Díaz 26. TENORIO Y CERERO, Nicolás: Noticias de las fiestas
Padilla. Oviedo, Colegio oficial de aparejadores y arquitectos en honor de la marquesa de Denia hechas en la ciudad de Sevi-
técnicos de Asturias, 1986. lla en el año de 1599. Sevilla, Imprenta C. de Torres, 1896.

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Arquitectura y sociedad: Haciendas y hacendados en la Sevilla del siglo XVIII

respecto cabría referir el señorío de la aludida Bena- cisión meditada no lo sabemos, pero todo hace su-
zuza, que responde a las pautas de las casas-palacios poner que la hacienda contaría con las comodidades
sevillanas del siglo XVI. Más significativos aún por mínimas como para llevar a cabo con la solemnidad
su cronología, primera mitad del siglo XVIII, son el requerida la bienvenida del nuevo arzobispo30.
de la hacienda Mateo Pablo en Alcalá de Guadaíra Quizás más significativas fueron las visitas rea-
y el de Ibarburu en Dos Hermanas. Ahora bien, no les giradas a Mateo Pablo en el siglo XVIII, aún
se trató solo de una cuestión de dimensiones cons- recordadas por azulejos realizados por Gestoso a
tructivas sino, sobre todo, suntuaria, a partir de una principios del siglo XX. El primero de ellos recuer-
decoración que prueba un afán que va más allá de da que el 6 de octubre de 1726, coincidiendo con el
lo meramente utilitario. En este caso resultan esen- denominado Lustro Real en el que la corte de Felipe
ciales los paramentos recubiertos de frescos, que V residió en Sevilla, visitaron la hacienda el prínci-
no sólo se encuentran en muchas capillas sino en pe de Asturias, así como los infantes don Carlos y
algunos señoríos, como en los de Torrequemada en don Felipe, “dedicándose al exercicio de caça”31.
Gelves y La Soledad en Alcalá de Guadaíra. Carecemos de datos suficientes acerca de este
Una descripción que muestra la relativa suntuo- asunto digno de estudio, pero es muy posible que las
sidad de estos señoríos es la realizada en 1735 de la haciendas fueran utilizadas de forma más o menos
hacienda Torre de las Arcas en Bollullos de la Mi- generalizadas como cotos de caza, de manera que ha-
tación: “sobre la izquierda está la casa de vivienda bría que añadir ésta a sus diversas funciones ya refe-
con tránsito para entrar en ella y tres corredores, ridas. Así, al menos parece que ocurrió en la hacienda
columnas y arcos, salas principales y diferentes di- La Corchuela, tradicional cazadero de lobos32.
visiones que separan otras y el cuadro donde está En cualquier caso, no creemos que ello sea su-
el jardín y sus cercas, cocina baxa, lavadero, corral ficiente para incluir las haciendas entre las varieda-
y sus cercas y todo doblado y la escalera princi- des de las villas. Como ya hemos indicado, se trata
pal que da paso a los cuartos y corredores con sus de edificios que fueron ideados fundamentalmente
arcos y columnas y barandas de fierro. Y toda la asociados a las explotaciones agrícolas en las que se
dicha casa está solada de ladrillo raspado y con levantaban, lo que no fue óbice para que apuntaran
sus puertas y ventanas”. También sabemos, por un en ocasiones un cierto carácter lúdico. Este uso lo su-
inventario de 1714 que el edificio contaba con vein- ponemos paralelo al respaldo social que la propiedad
tiocho lienzos “de dos varas de alto, maltratados, de las mismas produjo en los hacendados, asunto del
de diferentes señores reyes, reinas y príncipes”27. que nos hemos ocupado con anterioridad. Ahora bien,
No obstante, son escasísimas las referencias con sólo desde época recientísima, apenas finales del siglo
las que contamos que prueben un uso más allá del XIX y principios del XX, pueden hacerse referencias
agrícola de las haciendas. Un caso significativo en algo más numerosas a un uso recreativo de estos edi-
el marco cronológico que en esta ocasión tratamos ficios, precisamente cuando fueron perdieron su tradi-
podría ser el uso que hizo de la referida Tablantes cional utilidad agrícola. No obstante, incluso entonces
como residencia el arzobispo don Francisco de Solís ello siguió siendo la excepción y no la regla.
Folch de Cardona cuando ardió el cercano palacio
arzobispal de Umbrete en 176228. Poco después fue
30.  Otras referencias al uso de diversas haciendas por parte
de nuevo utilizado por otro prelado, en concreto por de los arzobispos de Sevilla las dan los Anales de Justino Matu-
don Francisco Javier Delgado y Venegas el 20 de te y de José Velázquez y Sánchez. De ellas destacamos en esta
mayo de 1776. Este arzobispo viajaba a Sevilla para ocasión que el cardenal-infante don Luis de Borbón se retirase el
tomar posesión de su Sede, pero afectado en el viaje 2 de septiembre de 1800 a la hacienda de Fuensanta para evitar
la epidemia de fiebre amarilla que padecía entonces la ciudad.
de fiebres tercianas se detuvo en Tablantes, donde Véase VELÁZQUEZ Y SÁNCHEZ, José: Anales de Sevilla de
fue cumplimentado por el cabildo sevillano29. Si se 1800 a 1850. Sevilla, Ayuntamiento de Sevilla, 1994. Pág. 10
trató de un acto producto de la necesidad o de un de- 31.  De igual manera otro azulejo relata que el 11 de marzo
de 1756 el rey Fernando VI concedió al propietario de Mateo
Pablo, el marqués de Torre Nueva -nombre con el que también
27.  HERRERA GARCÍA, Antonio: Torre Arcas. Biografía es conocida la explotación-, “facultad para poner cadenas en la
de un latifundio sevillano. Córdoba, Monte de piedad y caja de hacienda de su nombre por memoria de haver honrado con su
ahorros de Córdoba, 1989. Págs. 71 y 72. vista su magestad y altezas reales”. A ello aún habría que añadir
28.  AMORES MARTÍNEZ, Francisco: “Los antiguos jar- un tercer azulejo que recuerda que el 30 de octubre de 1968
dines del palacio arzobispal de Umbrete”. Laboratorio de arte, “honró con su visita esta hacienda Su Alteza Real el Príncipe
nº 17, págs. 327-341. Sevilla, 2005. En concreto 330 y 331. Don Juan Carlos de Borbón y Borbón”, hoy Juan Carlos I.
29.  MORGADO, José Alonso: Prelados sevillanos. Sevi- 32.  AGUILAR, Mª Cruz; GAMERO, Mercedes y PARIAS,
lla, 1906. Págs. 682-699. María: Arquitectura y agricultura... op. cit. Pág. 204.

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La arquitectura vernácula como laboratorio
de experimentación y vía de modernización
para la arquitectura moderna

Mónica Vázquez Astorga


Universidad de Zaragoza. España

En las siguientes líneas analizaremos la impor- de casticismo o tradicionalismo, nacionalismo o


tancia que la enseñanza de la arquitectura popular regionalismo.
tuvo en la formación de los arquitectos que cursaron Este regionalismo arquitectónico que, como in-
estudios en las Escuelas Superiores de Arquitectura dica Pedro Navascués Palacio, cuenta con claros
de Madrid y Barcelona durante la década de los años antecedentes literarios, lingüísticos, ideológicos y
veinte y treinta del siglo pasado y, especialmente, en políticos en el siglo XIX2, tomó impulso en Espa-
la primera citada. Por ello, en primer lugar, hablare- ña con Vicente Lampérez y Romea (1861-1923) y
mos brevemente del panorama arquitectónico, de la Luis María Cabello y Lapiedra (1861-1936), parti-
enseñanza de la Arquitectura y del plan de reforma darios de diversos tipos de arquitectura basados en
de la misma para pasar después a valorar sus carac- las tradiciones de cada región. Sus opiniones y labor
terísticas e impronta en los arquitectos de la época. crítica difundida a través de numerosos artículos y
conferencias tuvieron una gran trascendencia. De
hecho, en la célebre conferencia pronunciada por
Panorama arquitectónico existente en España Vicente Lampérez en el I Salón de Arquitectura el
en los primeros treinta años del siglo XX: 19 de junio de 1911 sobre el “tradicionalismo” y el
dialéctica entre tradición y renovación “exotismo” de la arquitectura española contempo-
ránea3, este autor señalaba que la tendencia domi-
Los primeros veinticinco años del siglo XX nante en el panorama arquitectónico era la imitación
están presididos por los “estilos nacionales”, que de lo extranjero, desdeñando lo de casa, y proponía
contaron con practicantes de la talla de Leonardo una “adaptación” de los estilos nacionales, es decir,
Rucabado, Aníbal González o Antonio Palacios. una modificación de los principios tradicionales
La obsesión de aquellos años era la de definir una para hacerlos aptos a la vida actual. Sólo cuando “a
tradición propia, una cultura arquitectónica espe- fuerza de adaptaciones se hayan modificado los es-
cífica1. En estos momentos se constata un dominio tilos tradicionales, el estilo nuevo y nacional habrá
de las formas tradicionales de los estilos históri- surgido”4. Este escrito pone de manifiesto la fuerza
cos o de los estilos regionales que podría ser un
modo de reacción nacionalista, de rotunda afirma- 2. NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: “Regionalismo y ar-
ción ante los desastres políticos y militares de la quitectura en España (1900-1930)”. A&V. Monografías de Ar-
España del 98. El panorama arquitectónico se de- quitectura y Vivienda. Madrid: 1985 (3), p. 28.
3. El I Salón Nacional de Arquitectura fue organizado por
bate en torno a la discusión de lo que pudiera ser la Sociedad Central de Arquitectos de Madrid y por la Sociedad
la “arquitectura nacional” inspirada en principios Española de Amigos del Arte. Fue inaugurado en mayo de 1911
y se celebró en el Pabellón Municipal de Exposiciones del Re-
tiro de Madrid.
1.  DIÉGUEZ PATAO, Sofía: La Generación del 25. Pri- 4. LAMPÉREZ Y ROMEA, Vicente: “La arquitectura es-
mera arquitectura moderna en Madrid. Madrid: Cuadernos pañola contemporánea. Tradicionalismos y exotismos”. Arqui-
Arte Cátedra, 1997, p. 15. tectura y Construcción. Barcelona: julio de 1911, pp. 194-199.

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La arquitectura vernácula como laboratorio de experimentación y vía de modernización para la arquitectura moderna

que alcanzó en aquellos años la tendencia a consti- verdadero fondo de la cuestión. Su actividad cons-
tuir un genuino “arte español” que pudiera oponerse tructiva se debatió entre el eclecticismo y la ruptura,
al “extranjerismo”. y se desenvolvió entre el academicismo de principios
Los máximos representantes de la corriente re- de siglo y el racionalismo ortodoxo de los años trein-
gionalista del primer tercio de siglo XX fueron Leo- ta, representado por el “G.A.T.E.P.A.C.” (Grupo de
nardo Rucabado (1876-1918) y Aníbal González Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la
(1875-1929), quienes encabezan lo que debiéramos Arquitectura Contemporánea).
llamar escuela montañesa y sevillana respectivamen- La actividad constructiva de este grupo madri-
te. En concreto, el ingeniero industrial y arquitecto leño y del “G.A.T.E.P.A.C.” y, en general, toda la
santanderino Leonardo Rucabado, considerado por arquitectura española, se vio interrumpida por la
el arquitecto Leopoldo Torres Balbás como el “ini- Guerra Civil.
ciador y el apóstol del regionalismo arquitectónico
montañés”5, defendió sus teorías en muchos escritos,
llegando en alguno de ellos a afirmar que “el respeto a La enseñanza de la Arquitectura
la tradición es la base de la personalidad nacional”6.
En el seno del regionalismo se produjo el movi- En este apartado analizaremos la importancia de
miento de revalorización de la arquitectura popular la enseñanza de la “Historia de la Arquitectura” en
que, hasta la década de los años treinta, tuvo más los arquitectos que se formaron en las dos Escuelas
trascendencia historiográfica que arquitectónica. en los años veinte y treinta del siglo pasado, y el
Como veremos en el apartado dedicado a la enseñan- planteamiento de reforma del plan de enseñanza vi-
za de la Arquitectura, algunos arquitectos, entre ellos gente en las mismas.
Fernando García Mercadal, intentaron otorgar un Un tema frecuente de discusiones escolares fue
nuevo estatuto al problema del tradicionalismo en la el de la utilidad del estudio de la “Historia de la
arquitectura contemporánea, a través, principalmen- Arquitectura” en la formación de los arquitectos. A
te, de una serie de estudios sobre las construcciones este respecto, el arquitecto y profesor Leopoldo To-
populares. A su vez, en el marco de los historicismos rres Balbás (1880-1960) opinaba:
ocupó un lugar de preferencia el mudéjar.
La fecha de 1925 se considera habitualmente “El arquitecto no tiene más remedio que echar mano
como punto de inflexión a partir de la cual comienzan de un cierto número de formas y disposiciones para
a manifestarse las nuevas ideas. El inicio de un mo- crear sus obras, puesto que es imposible inventarlas
sacándolas de la nada […]. Si el arquitecto desconoce
vimiento progresista, como constata Sofía Diéguez,
la tradición, si ignora la historia de su arte, fatalmente
vendrá de la mano de un grupo de arquitectos que ob- tomará las formas para sus creaciones de los edifi-
tuvieron su titulación en la Escuela de Madrid, entre cios que contempla a su alrededor, y de aquellos otros
1918 y 1923, y que fueron englobados por Carlos que, por la fotografía o el dibujo, lleguen a sus manos.
Flores bajo la denominada “Generación de 1925”. Es decir, que inevitablemente se inspirará en la tra-
Entre ellos destacamos a Carlos Arniches Moltó, dición; pero en una tradición híbrida, de segunda o
Agustín Aguirre, Rafael Bergamín Gutiérrez, Luis tercera mano. La historia de la arquitectura le ofre-
Blanco Soler, Martín Domínguez, Casto Fernández- cerá, en cambio, un caudal de formas depuradas por
Shaw, Fernando García Mercadal, Luis Lacasa Na- obra de una lenta selección […]. Cuanta más historia
varro, Manuel Sánchez Arcas y Miguel de los Santos arquitectónica se enseñe en nuestras escuelas, menos
plagios de edificios antiguos se verán en las calles de
Nicolás7. Esta generación eminentemente madrileña
nuestras ciudades. Compenetrémonos íntimamente
asimiló las nuevas corrientes arquitectónicas de una con las obras de los grandes arquitectos del pasado, no
manera intuitiva y formal, sin llegar muchas veces al para copiarlos y emplear idénticas formas y disposi-
ciones que las que ellos emplearon, sino para conocer
sus “recursos técnicos” y “sus medios de expresión”,
5. TORRES BALBÁS, Leopoldo: “Arquitectura española para ver cómo resolvieron algunos de estos proble-
contemporánea. La última obra de Leonardo Rucabado”. Arqui- mas de la arquitectura, muchos de los cuales son per-
tectura. Madrid: mayo de 1920, pp. 132-139.
manentes, eternos. Aprovechemos la experiencia de
6. LAMPÉREZ Y ROMEA, Vicente: “Leonardo Rucabado”.
Arquitectura. Madrid: diciembre de 1918, p. 220. En este artículo
nuestros antecesores, moviéndonos libremente dentro
se incluyen también algunos fragmentos de la ponencia que Leo- de la tradición […]”8.
nardo Rucabado y Aníbal González presentaron en el VI Congre-
so Nacional de Arquitectos, en 1914, sobre el tema “Orientaciones
para el resurgimiento de una arquitectura nacional”. 8. TORRES BALBÁS, Leopoldo: “La enseñanza de la ar-
7.  DIÉGUEZ PATAO, Sofía: Op. cit., p. 23. quitectura”. Arquitectura. Madrid: febrero de 1923, pp. 36-38.

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Mónica Vázquez Astorga

En el pensamiento de Torres Balbás, como bien conclusiones aprobadas por este Congreso es inte-
pone de manifiesto este texto, junto a su talante re- resante citar las siguientes:
novador, del que hizo honor en numerosas ocasio-
nes, convive el fuerte apego a una tradición y a un “1º Se revisará el plan, métodos de instrucción y pro-
pasado; que a su vez es reflejo de la compleja situa- gramas. Las enseñanzas orales y teóricas quedarán
ción del momento que pugna entre la tradición y la reducidas a su mínima expresión, y dejarán de ser un
conjunto de cuestiones cerradas y dificultades resuel-
modernidad y de la falta de orientación en la que se
tas; 2º Se estimulará la labor del escolar excitando el
movían los futuros arquitectos. interés, la espontaneidad, apetito intelectual y ansias
Por otra parte, en estos años un tema a debate de perfeccionamiento; 3º Se intensificarán los viajes
fue el de la reforma de la enseñanza de la Arqui- de estudio y pensiones, fomentando la acción de los
tectura. Y, en este contexto, destaca la figura del mismos, para que los alumnos estudien y amen el
arquitecto Teodoro de Anasagasti (1880-1938, patrimonio artístico nacional. Se conocerá también el
catedrático de la Escuela Superior de Arquitectu- arte de otros países […]; y 3º Se dará preferencia en el
ra de Madrid)9 quien, formado como Torres Bal- Dibujo al diseño, modelado y policromía. Lo mismo
bás en las ideas regeneracionistas de la Institución que a los croquis, apuntes, esquemas y monteas. Los
Libre de Enseñanza, se preocupó por la reforma modelados serán anímicos, tomados del natural, de
monumentos, etc.., en lo posible. Se suprimirán las
de la enseñanza de la Arquitectura (tema a deba-
copias de lámina y fotográfica, y a aquellos se pos-
te desde finales de la década de los diez) y, sobre pondrán los modelados de yeso […]”11.
todo, del plan de 1914, vigente en aquellos años.
En concreto, Teodoro de Anasagasti criticó, en una Sin embargo, esta crítica que Anasagasti hizo de
ponencia presentada al Ministerio de Instrucción la enseñanza fue considerada injusta por muchos
Pública por la Sociedad Central de Arquitectos de que querían preservar las estructuras heredadas del
Madrid en junio de 1918, el Real Decreto vigente siglo anterior, aunque también fue compartida por
de 1914 y propuso el ideario de un plan moderno otros profesores de la Escuela de Madrid como es
de enseñanza profesional en el que reivindicaba, el caso de Antonio Flórez Urdapilleta, Leopoldo
principalmente, una enseñanza más práctica e in- Torres Balbás y César Cort. Esta crítica revelaba la
tegral. Esta misma preocupación le llevó a escribir falta de entendimiento de la Arquitectura y su pro-
un “libro de propaganda y de combate”, tal como él fesión y con ello de su enseñanza y práctica. El plan
mismo lo definía, titulado Enseñanza de la Arqui- de 1914 estuvo vigente hasta el año 1933 cuando un
tectura (Madrid, 1923), en el que arremetía contra nuevo plan de estudios de la carrera de arquitecto
los que defendían lo indefendible y elogiaba como traspasó la guerra llegando hasta 1957.
modelo a seguir la enseñanza de las Escuelas de Ar-
quitectura de Munich y Viena, fundamentada ésta
en procedimientos lógicos y sencillos, en progra- La arquitectura popular como aprendizaje
mas reducidos que comprendían muchas horas de
ejercicios gráficos, la toma de abundantes apuntes, Como ya hemos señalado anteriormente, en estos
láminas o fotografías, la traza de perspectivas y la años se produce una revalorización de lo popular (en
modelación de maquettes10. Muchas de estas ideas el seno del regionalismo) y, en especial, de la arqui-
habían sido ya expuestas por el arquitecto vasco tectura popular, tal como lo ponen de manifiesto las
en la ponencia presentada con el título “Enseñanza numerosas conferencias dictadas sobre la misma o
profesional, laboratorios, viajes, pensiones de es- los escritos fundamentados en su estudio. Así, el pro-
tudio” en el IX Congreso Nacional de Arquitectos pio Anasagasti, en su discurso de ingreso en la Real
celebrado en Barcelona, en abril de 1922. Entre las Academia de Bellas Artes de San Fernando leído, el
día 24 de marzo de 1929, con el tema Arquitectura
9. En este contexto, cabe citar el catálogo de la exposición
Popular, reivindicaba el estudio de esta arquitectura,
dedicada a este arquitecto. Véase AA. VV.: Anasagasti. Obra
completa. Madrid: Centro de Publicaciones. Secretaría General en todas sus múltiples y variadas manifestaciones,
Técnica. Ministerio de Fomento, 2003. y mencionaba, entre sus características, la simplici-
10.  ANASAGASTI, Teodoro de: Enseñanza de la Arqui- dad, la modestia, la adaptación al medio en el que se
tectura. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra (S.A.). Artes Gráfi- ubica, la racionalidad en el empleo de los elementos
cas, 1923, pp. 10-24.
Muchas de las ideas recogidas en este libro fueron ya pu- y el hecho de que es una obra colectiva y anónima al
blicadas en ANASAGASTI, Teodoro de: “Notas de viaje: Así
se enseña en Munich y Viena”. Arquitectura y Construcción.
Barcelona: octubre de 1914, pp. 222-234. 11.  ANASAGASTI, Teodoro de: Op. cit., 1923, pp. 296-298.

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La arquitectura vernácula como laboratorio de experimentación y vía de modernización para la arquitectura moderna

mismo tiempo12. Igualmente, algo antes Torres Bal- estas salidas prácticas, como indicaba Anasagasti,
bás abría, a partir de septiembre de 1919, una sec- el alumno aprendía a descubrir la “verdad” por sí
ción titulada “Rincones inéditos de la antigua arqui- mismo y el arte de dibujar:
tectura española” en la revista Arquitectura (Órgano
de la Sociedad Central de Arquitectos), en la que re- “[…] Con la práctica de los apuntes y esquemas se
producía (mediante fotografías, grabados y dibujos) adelanta, como en ningún otro, en el arte de dibujar,
algunos de los edificios contemplados en sus viajes y la mano del artista adquiere con ellos la máxima
seguridad y soltura, llegando a imprimir a los trazos
-muchos de ellos poco conocidos o en peligro de de-
una gracia y arte singulares. También enseñan a fijar
saparición- e incluía un breve comentario sobre los en unos trazos la esencia y carácter. A los arquitectos
mismos. Y en la misma línea, cabe decir que Vicente interesa, más que conservar completos los álbumes de
Lampérez y Romea impartía, en abril de 1922, una dibujos, arrancar sus hojas o bien dibujar en papeles
serie de conferencias en el Ateneo de Madrid sobre sueltos, que se llevan en una carpetita”15.
“Arquitectura rústica y popular”13.
Estos mismos autores trasladaron este interés por Asimismo, en estos viajes se obtenían numero-
la arquitectura popular a las aulas académicas. La sas fotografías, datos históricos y un diario de im-
iniciativa de reforma de la enseñanza de la Arquitec- presiones. De este modo, Madrid y otras ciudades
tura favorecía el descubrimiento de la arquitectura españolas se convirtieron en escuelas alternativas a
popular, puesto que abogaba por el acercamiento del la situada en la calle de Los Estudios.
alumno a la práctica, por su participación directa y Este acercamiento a la arquitectura enraizada en
por la puesta en marcha de expediciones artísticas su ambiente y poseedora de un valor de índole arte-
que facilitasen su contacto con la realidad; permitien- sano tenía como fundamento principal el incorporar
do de este modo al alumno desarrollar su espíritu de a la vivienda moderna los aspectos más funcionales
iniciativa, su capacidad de observación y su facultad de la construcción vernácula, que permitiesen hacer
creadora. En este contexto, destaca nuevamente la salir a la arquitectura española del estado de deca-
labor renovadora emprendida por Teodoro de Ana- dencia en el que se encontraba en esos momentos.
sagasti y Leopoldo Torres Balbás, quienes defendie- De hecho, estas lecciones, impartidas principalmen-
ron un nuevo método para la enseñanza en el que se te por Torres Balbás y Anasagasti, fueron asumi-
había de anteponer el saber ser al saber hacer cosas. das por los arquitectos de la generación de 1925,
Estos profesores de la Escuela de Madrid recurrieron que hallaron en la arquitectura popular una serie de
a nuevos medios de instrucción, entre los que se en- conceptos que sintonizaban con los nuevos plan-
contraban la organización de excursiones de estudio teamientos defendidos por la vanguardia16. En esta
por distintas regiones de nuestra geografía -que se “arquitectura sin arquitectos” veían unos ejemplos
centraban especialmente en el análisis de la arquitec- de lógica constructiva, sencillez y funcionalidad
tura popular-, y la visita a edificios en construcción que podían aplicarse a la resolución de la vivienda
como la efectuada en 1929 por los alumnos de quin- contemporánea. Así, estos arquitectos a lo largo de
to curso a las obras del nuevo Hospicio Provincial, la década de los años veinte se refirieron a su valor
situado en el término de Fuencarral (Madrid)14. Con como vía de modernización porque, aunque renega-
ban del eclecticismo, deseaban recoger todo aquello
12.  Discurso de D. Teodoro de Anasagasti con título Ar- que había de positivo en la tradición. De este modo,
quitectura Popular leído ante la Real Academia de Bellas Artes García Mercadal y Rivas Eulate (siguiendo el ma-
de San Fernando, y contestación del Excmo. Sr. D. Marceliano gisterio de Torres Balbás y Anasagasti) realizaron
Santa María, el día 25 de marzo de 1929. Madrid: Tipografía
de la “Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos”, 1929, pp.
un álbum con dibujos de una serie de viviendas de
14-16 y 21. Castilla, Aragón, Asturias, País Vasco, Navarra y
13. LAMPÉREZ Y ROMEA, Vicente: “Conferencias en el Extremadura, que fue presentando en la Exposición
Ateneo”. Boletín de la Sociedad Central de Arquitectos. Ma- Nacional de Bellas Artes celebrada en el Palacio
drid: 15 de abril de 1922, pp. 3-4; y LAMPÉREZ Y ROMEA,
Vicente: “En el Ateneo: Arquitectura rústica popular”. Boletín
de la Sociedad Central de Arquitectos. Madrid: 30 de abril de 15.  ANASAGASTI, Teodoro de: Op. cit., pp. 213-218.
1922, p. 3. 16. El magisterio ejercido por ambos profesores entre los
14.  Esta edificio fue construido entre los años 1926-1931 arquitectos más jóvenes fue importante, siendo para ellos una
por los arquitectos provinciales Francisco Fort Coghen, Victo- de las preocupaciones dominantes el encontrar mediaciones
riano Ortíz Fernández y Baltasar Hernández Briz (Véase Bole- entre la historia y la modernidad. El magisterio de Torres Bal-
tín de la Sociedad Central de Arquitectos. Madrid: 30 de mayo bás se vio interrumpido en 1923, cuando accede al cargo de
de 1922, p. 7). En 1932 fue entregado oficialmente a la Diputa- arquitecto conservador de La Alhambra, aunque años después
ción Provincial de Madrid. volvió a desempeñar este magisterio.

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Mónica Vázquez Astorga

de Cristal en 192217. Más tarde, en 1930, Fernando Pedro Muguruza. En concreto, cuando el arquitec-
García Mercadal glosaba todos sus conocimientos to zaragozano José Borobio estudió en la Escuela
sobre esta arquitectura en un libro titulado La casa Superior de Arquitectura de Madrid (1923-1931)
popular en España, que presenta un recorrido por la estaba todavía latente el interés por este tipo de ar-
arquitectura vernácula de nuestro país y, en especial, quitectura y participó igualmente en las excursiones
por una de sus manifestaciones como es la vivien- artísticas realizadas bajo el magisterio de profesores
da18. Asimismo, realizó numerosos estudios sobre como Teodoro de Anasagasti.
la arquitectura mediterránea, concluyendo que era José Borobio hizo seis álbumes con apuntes de
una sola, de gran homogeneidad, y que para él esta arquitectura que constituyen un verdadero diario
arquitectura tenía una sorprendente semejanza con de las impresiones recogidas durante sus recorridos
los más nuevos descubrimientos nórdicos de J. J. P. por distintas localidades madrileñas, aragonesas,
Oud o de Bruno Taut19. navarras, burgalesas y cántabras entre los años 1928
La valoración de esta arquitectura pervivirá e y 193621. La mayoría de los apuntes tienen como te-
incluso se intensificará en los años treinta con los mática la arquitectura popular y plasman, de manera
arquitectos del “G.A.T.E.P.A.C.” que no sólo rei- abreviada, sin concretar detalles y desde puntos de
vindicaron la arquitectura vernácula, en su vertiente vista en diagonal, las formas sobrias y funcionales
mediterránea fundamentalmente, como una de las de las viviendas vernáculas con una simplificación
vías de modernización de la arquitectura española, y depuración que pudiera sugerir después solucio-
sino que también pusieron el acento en las raíces nes que trasladar a la nueva arquitectura. A estos
mediterráneas de la arquitectura moderna. apuntes cabe sumar una rica colección de fotogra-
Para cerrar este apartado, es interesante decir fías realizadas igualmente por este arquitecto.
que, junto a estos arquitectos que sentían la necesi- La mayor parte de estos apuntes fueron tomados
dad de reivindicar el valor implícito de esta arquitec- durante las expediciones promovidas por la Escuela
tura, se desarrolló también una corriente dentro de de Arquitectura. De hecho, el segundo de sus álbu-
la fotografía que trató de captar la esencia de cada mes fue realizado durante la excursión efectuada,
región sobre el papel y de manera gráfica. Ligados a del 23 de octubre al 3 de noviembre de 1930, por
un cierto costumbrismo, supieron retratar de manera los alumnos del sexto año de la Escuela Superior de
artística la vida cotidiana. Concretamente, hacemos Arquitectura de Madrid, por el Bajo Aragón, bajo la
referencia al “Pictorialismo” que contó, entre otros dirección de su profesor Teodoro de Anasagasti. De
artistas, con José Ortiz-Echagüe como uno de sus hecho, así lo constata una fotografía conservada en
máximos representantes20. el archivo familiar (Pilar Borobio) que fue obtenida
en Teruel el 30 de octubre de 1930 y en la que apa-
recen representados de izquierda a derecha y de pie
Apuntes de arquitectura popular los alumnos Luis García de la Rasilla, Emilio Qui-
roga, José Borobio, Juan Izaguirre, Enrique Chapa,
En esta línea de valoración de la arquitectura po- Pedro Bidagor y Francisco Prieto-Moreno; senta-
pular cabría situar también los álbumes de apuntes dos (de izquierda a derecha) se encuentran Emilio
de arquitectura realizados por varios arquitectos de Apráiz, el profesor Teodoro de Anasagasti, el direc-
la época como José Borobio, Juan de Izaguirre o tor del diario de Teruel El Mañana, y, por último,
los alumnos Rafael Barrios y Fernando Gallego. En
17. Torres Balbás escribió un texto en la revista Arquitectu- este contexto, cabe decir que Emilio Apráiz años
ra, en el que glosó el álbum de dibujos de los arquitectos García
Mercadal y Rivas Eulate. Véase TORRES BALBÁS, Leopoldo:
“Arquitectura española contemporánea: Glosas a un álbum de 21.  Sobre estos seis álbumes de apuntes, véase VÁZQUEZ
dibujos”. Arquitectura. Madrid: agosto de 1922, pp. 338-348. ASTORGA, Mónica: “Una primera aproximación a José Boro-
18.  GARCÍA MERCADAL, Fernando: La casa popular bio Ojeda (1907-1984): La arquitectura popular en sus álbumes
en España. Madrid: Espasa-Calpe, S.A., 1930. de dibujos”. Artigrama. Zaragoza: Departamento de Historia
19.  GARCÍA MERCADAL, Fernando: “Arquitectura me- del Arte, 1999, pp. 353-389.
diterránea”. Arquitectura. Madrid: mayo de 1926, pp. 192-197. Cabe citar también las publicaciones sobre arquitectura
20. LATORRE IZQUIERDO, J.: “Fotografía del 98”. Arte popular debidas a Luis Feduchi. Véase FEDUCHI, Luis: Itine-
e identidades culturales. Actas del XII Congreso del CEHA. rarios de arquitectura popular española 1-La meseta septen-
Universidad de Oviedo, 1998, pp. 281-292. Citado por ÁVILA trional. Barcelona: Blume, 1974 (1º ed.); Itinerarios de arqui-
MACÍAS, Mª Ángeles: “Fuentes documentales para el análisis tectura popular española. 2-La orla cantábrica, la España del
de la arquitectura popular: la fotografía y el dibujo”. NORBA- hórreo. Barcelona: Editorial Blume, 1975 (1ª ed.); e Itinerarios
ARTE. Extremadura: Departamento de Historia del Arte de la de arquitectura popular española. 3-Los antiguos reinos de las
Universidad de Extremadura, 1999, p. 276. cuatro barras. Barcelona: Editorial Blume, 1976 (1ª ed.).

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La arquitectura vernácula como laboratorio de experimentación y vía de modernización para la arquitectura moderna

Calle de Albarracín (Teruel), Vista de Aragüés del Puerto (Huesca),


por José Borobio, 1932. por José Borobio, 1934.

después recordaba este viaje por Aragón y comenta- habitual en planta baja, primer piso y falsa; una
ba que Anasagasti era un “hombre bueno y profesor calle de Frías (Burgos, fechado en 1934) en la que
modelo” y que con este viaje “entre todos se habían se disponen una serie de casas que constan de tres
traído casi todo Aragón en unos papeles”22. plantas, destacando en las superiores las solanas
Entre los muchos apuntes realizados por José con antepechos de madera, que denotan la influen-
Borobio es interesante destacar el que capta unas cia de la casona montañesa. Se aprecia también la
casas de Albarracín (Teruel, fechado en 1932), que techumbre de parhilera y los tejados de teja curva;
destacan por la irregularidad de sus volúmenes, por y una casa de Salas de los Infantes (Burgos, datado
la sobriedad de sus muros, principalmente de mam- en 1934) que se alza como dos volúmenes cúbicos,
postería de piedra posteriormente encalada, única- de diferente altura. Se ofrece la fachada principal y
mente alterada por las labores en herrería y carpin- lateral de estos dos bloques que están separados por
tería, por la techumbre de teja árabe asentada sobre un muro de medianería y que comparten un balcón
armazones de cañizo sobre los que se dispone un y una puerta de acceso. Esta vivienda llega a alcan-
lecho realizado a base de arcilla o de barro y paja. zar cuatro pisos en altura: en la planta baja destaca
Este apunte plasma la esencia de Albarracín con sus la ventana rectangular dispuesta en sentido horizon-
callejuelas de abolengo moruno serpenteando por el tal y en la primera planta se abre un extenso balcón
reducido casco urbano y sus pintorescas casas; una corrido, con antepecho de hierro decorado con flo-
vivienda de Aragüés del Puerto (Huesca, datado en ridos maceteros, y, por último, el volumen más alto
1934) edificada en piedra, labrada en mampuestos está coronado por un espléndido mirador, labrado
que se disponen en el muro de forma irregular, y en madera y cerrado con cristales, que recorre la fa-
madera que se reserva para la estructura del teja- chada lateral del edificio.
do, con trazado de planta rectangular y distribución Muchos de estos dibujos fueron publicados en el
periódico decenal de arquitectura ANTA (fundado en
22.  APRÁIZ, Emilio: “Un arquitecto vasco olvidado. Teo-
enero de 1932 por Teodoro de Anasagasti) que edi-
doro de Anasagasti y Algán”. Nueva Forma. Madrid: 1973, nº taba apuntes de arquitectura y litografías, algunos
90-91, p. 46. de ellos debidos a la mano del propio Anasagasti.

—  91  —
Mónica Vázquez Astorga

de lo que le aportó su formación universitaria en


Madrid. Así, por una parte, los muchos apuntes
hechos a mano alzada de edificios y los detalles
de éstos, con plantas y vistas frontales y laterales,
conforman una práctica habitual exigida a los es-
tudiantes de Arquitectura, que les adiestraba en el
dibujo y, que a la vez, les permitía familiarizarse
con los distintos estilos de la arquitectura del pa-
sado. En todo este aprendizaje bien asimilado se
fundamentarán los proyectos realizados por José
Borobio en estas fechas (como colaborador) y en
los años siguientes en el Estudio de Arquitectu-
ra Borobio dirigido por su hermano Regino, tal
como se constata, por ejemplo, en la “vivienda
para Pedro Hernández Luna” (paseo de Ruiseño-
res, nº 20, Zaragoza, proyecto fechado en agosto
de 1931), que en la actualidad se halla transforma-
da y convertida en la clínica de “Nuestra Señora
del Pilar”.
Tras esta breve exposición de los dibujos de
José Borobio dedicados a la vivienda vernácula,
queda bien constatado que estos apuntes poseen
un enorme interés histórico-artístico y patrimonial
debido a que muchas de las viviendas dibujadas
han sufrido cambios respecto a sus formas de uso
Vista de una calle de Frías (Burgos),
y costumbres e incluso, en algunos casos, han de-
por José Borobio, 1934.
saparecido por completo. Asimismo, son intere-
santes documentos gráficos para el conocimiento y
En conclusión cabe decir que estos apuntes valoración de nuestro patrimonio arquitectónico y
de José Borobio (como los de otros muchos ar- cultural; patrimonio que debería perdurar para uso
quitectos) constituyen un testimonio valiosísimo y disfrute de todos.

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La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII:
Consideraciones sobre su valor, diseño y
construcción según las fuentes documentales

Francisco Ollero
Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

Pretendemos a través de estas líneas desarrollar los informes elaborados por maestros de obras
una aproximación al análisis de la casa sevillana en nombrados al efecto, se consideraba que el número
el siglo XVIII desde las fuentes documentales de de casas arruinadas por el movimiento sísmico as-
esa época; con ello analizaremos algunos aspectos cendía hasta 333, mientras que precisaban reparos
relacionados con el número, régimen de tenencia y un amplio número de viviendas, unas 4.9492. Algu-
valor del caserío sevillano de esa centuria; sobre la nos años más tarde, ya en el declinar del siglo, otro
tipología de la vivienda, y algunos de sus elemen- documento sevillano, emitido por la Sociedad Pa-
tos y espacios; sobre la idea y el diseño de la casa, triótica, eleva hasta las 12.092 el número de casas
y sobre sus técnicas de construcción y materiales, del municipio3, un aumento no excesivamente acu-
todo ello bajo la especificidad sugerida por la men- sado, fruto de la expansión demográfica de la urbe
ción explícita que de tales cuestiones se realiza en y de la tendencia a la urbanización de los espacios
la documentación consultada. Estas fuentes arrojan extramuros de la ciudad.
una luz imprescindible sobre una arquitectura que Precisamente el estado del caserío de la ciudad
determinaba la función residencial de la urbe como se convirtió en una de las preocupaciones importan-
capital del Antiguo Reino y que configuraba, junto tes sobre la imagen de Sevilla de la segunda mitad
a otros tipos de edificaciones, la morfología propia del siglo. Pese al ingente proceso de reconstrucción
de la capital. que se desencadenó tras el movimiento sísmico de
1755, sería tal suceso natural condicionante de la
quejas de los sevillanos al respecto. Ya Guichot cal-
Consideraciones cuantitativas culará en la centuria siguiente el daño producido por
sobre el caserío en la ciudad el terremoto en la ciudad en la ruina de una sexta
parte del conjunto de su caserío; lo cierto es que el
Para mediados del siglo, el Catastro de Ensena- amigo de Olavide y colaborador en el cabildo secu-
da nos informa de la existencia en la ciudad de unas lar, Francisco de las Peñas, se queja en 1767 del es-
10.900 casas habitables, a las que había que sumar tado de abandono del caserío, y promueve entre los
otras 112 consideradas como inhábiles, y unos 500 métodos para solventar su ruina el abaratamiento
solares1. Esta proporción entre casas en buen es- de los alquileres y la transformación de los tributos
tado, necesitadas de obras y superficies yermas se
altera con el terremoto de Lisboa que sacudió la
ciudad en noviembre de 1755; en esa fecha, y según 2.  Se leyó en acuerdo del cabildo de 16 de diciembre de
1755. AHMS. Sec. XVI. Varios Antiguos. 499.2. Estado que
manifiesta el en que quedaron las casas y edificios desta Ciu-
1. En 1755, según las Respuestas Generales al Catastro dad con el terremoto experimentado el día primero de Noviem-
de Ensenada. Transcripción en La Sevilla de las Luces, con las bre, y Personas que en él perecieron
respuestas y estados generales del Catastro de Ensenada, Se- 3.  “Sevilla en 1791”, en AGUILAR PIÑAL, Francisco: Temas
villa: Ayuntamiento, Tabapress, 1991, p. 202. sevillanos. Primera Serie. Sevilla, universidad, 1992, pp. 207-230.

93
Francisco Ollero

perpetuos en redimibles4, es decir, la posibilidad de


conseguir que la tenencia de fincas en la ciudad pu-
diera ser considerado un negocio para propietarios y
un estímulo de los inversores. Y es que, como seña-
lara Aguilar Piñal aludiendo a razones expuestas por
capitulares de la época5, la escasa capacidad econó-
mica de los moradores explicaba la ruina del case-
río, a lo que se unía el hecho de que la mayor parte
de las fincas pertenecian a instituciones seculares o
religiosas que se conformaban con el cobro de los
arriendos y cargas, y no se preocupaban en exceso
por mantener en perfecto estado sus inmuebles.
Junto al terremoto y la indolencia de los propie-
tarios, la morfología del caserío estaba marcada por
la existencia de espacios abandonados no urbaniza-
dos en el interior de la ciudad, y una tendencia a
la extensión de las nuevas casas hacia las afueras
extramuros, cerca de los arrabales y barrios ya ini-
ciados en la Edad Moderna, como el caso del Ba-
ratillo tras la Puerta del Arenal. La desaparición de
las casas arruinadas y de los solares se auspiciaba
con una legislación que prohibiera de manera termi-
nante la construcción extramuros sin haber agotado
los espacios interiores de la ciudad. Se obligó por el
Supremo Consejo de Castilla a la edificación de los
solares en el plazo de un año6, y en esta dinámica
de deseos y normas cabe situar las intervenciones 1754. Bartolomé Martínez de Aponte. Diseño de un solar
sobre el barrio de la Laguna, entre otros intentos de al sitio de la Calería. (Archivo Histórico Provincial de
ordenar las superficies aún libres de la ciudad. Sevilla. Sección Protocolos. Of. 1. 1761. Fol. 866.)

puertas y ventanas, se hacían saltar sus fuentes y se


Formas de tenencia bebía sus aguas, y se arrojaban piedras en sus pozos7.
Junto a la propiedad de las viviendas, morasen o
La mayor parte de las casas de la ciudad de Se- no en ellas sus propietarios, la forma más común de
villa concentraban su propiedad en un número li- disfrute de las casas sevillanas en el XVIII era a tra-
mitado de instituciones religiosas y seculares y de vés de los arrendamientos, pagados a meses, sobre
la aristocracia sevillana. Esta concentración de los un tiempo anual determinado, siendo el más común
inmuebles condicionaba como hemos aludido el es- el de un año; más raramente existían arrrendamien-
tado del caserío de la ciudad, tanto por las dificulta- tos vitalicios, por una o incluso dos vidas, siendo
des del mantenimiento de sus numerosas fincas por esta práctica más usual a comienzos del siglo. Una
parte de cada organismo o particular, como por la opción era otorgar a tributo perpetuo la casa a favor
diferencia cualitativa de tratamiento de los bienes de un morador que tenía el uso del edificio, obli-
ante la distancia entre propiedad y ocupación. gándose generalmente a mejoras del inmueble y al
El reconocimiento de la propiedad era culminado pago de una cantidad anual; con ello se garantizaba
legalmente con una serie de actos de posesión, rela- el mantenimiento de la fábrica de una propiedad en
cionados con los aprehensión del espacio y su abaste- los casos en que ésta se encontrase degradada8.
cimiento: servidores de la justicia tomaban de la mano
del propietario y lo hacían entrar en la casa y visitar 7.  Por ejemplo, Archivo del Senado. 0206-03.5. Se descri-
sus cuartos y pisos altos y bajos; se abrían y cerraban ben diversas tomas de posesión de una casa en la calle Pajaritos,
del mayorazgo fundado por Isabel de Valladolid y que recibe a
4.  AHMS. Sec. X. Segunda escribanía. 108. 1767-1768. 29 mediados del siglo XIX el marqués de la Granja.
de mayo de 1767. 8.  Por ejemplo, el maestro de obras del arzobispado de
5.  La Sevilla de Olavide. Sevilla, Ayuntamiento, 1995, p. 39 Sevilla Pedro de Silva aconseja entregar a tributo perpetuo el
6. Ibidem. llamado Corral de los Gitanos en la calle Caballeros, propiedad

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La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII: Consideraciones sobre su valor, diseño y construcción según las fuentes documentales

1763. Agustín de la Espada. Casa en la calle 1771. Antonio de Flores.


Valderrama. (F. OLLERO: Noticias... Solar en la calle Real de San Marcos.
Op. Cit, lámina XIII) (Lám. XIV.)

El valor de las casas Precisamente estas dos variables eran las defi-
nidas a través de los aprecios, apeos y deslindes de
En 1751, el maestro de obras que escribe el Tra- las casas, documentos indispensables para el cono-
tado segundo de aprecios de casas y solares yer- cimiento de las viviendas en la ciudad. Mientras
mos… establece para Sevilla una distinción en el el aprecio se vinculaba a la definición del estado y
precio de las casas basado en la centralidad de la valor del inmueble, el apeo suponía también la des-
parcela -según estuviera ubicada en una collación cripción de la fábrica y las medidas de su superficie.
céntrica o en barrio más periférico-, y en la cerca- Los realizaban los maestros de obras nombrados por
nía, ya en la propia escala de las collaciones, a las los propietarios, particulares o instituciones, o las
parroquias de las mismas. Junto a estos aspectos re- partes interesadas, siendo nombrados judicialmente
lativos al “mercado” de la parcela en el contexto de en caso de discrepancia. Acudían a la vez el maestro
la ciudad, establecía otras dos variables, relaciona- de obras de albañilería y el maestro carpintero de
das con indicadores “internos” de las viviendas: las lo blanco, encargado de evaluar el estado y precio
cargas que en forma de arrendamientos o tributos, de las maderas utilizadas en las estructuras de los
pesaban sobre las casas, y el estado de cada cons- edificios, aunque, de acuerdo con la competencia
trucción y sus materiales9. de ambos oficios en el campo de la arquitectura, y
aprovechando los cambios auspiciados por la Ilus-
tración en la práctica de la Corte, pretendieran los
de la Iglesia de Santa Ana, por encontrarse muy deteriorado y albañiles el ejercicio único de tal práctica10.
con necesidad de importantes reformas. Aprecio 4 de mayo de
1773. APNS. Of. 23. 1775-1777. 12 sept, 1777.
9. Cfr. OLLERO LOBATO, Francisco: “La condición so- y Sociedad. Actas del III Congreso Internacional del Barroco
cial y la formación intelectual de los maestros de obras del Ba- Iberoamericano. Sevilla: Giralda, 2001. Volúmen I, pp. 163-174.
rroco: el gremio de albañilería de Sevilla a mediados del siglo 10.  Así lo expresan los maestros mayores de obras de Se-
XVIII”, en Barroco Iberoamericano. Territorio, Arte, Espacio villa, consultados por el síndico de Puerto de Santa María en

—  95  —
Francisco Ollero

Los aprecios constituían así no sólo una fuen-


te de ingresos para los miembros de estos dos gre-
mios, sino también el reconocimiento público de su
función como únicos inteligentes en las cuestiones
propias de la construcción. Los maestros de obras
de la ciudad ejercían como peritos claculando la ta-
sación de las casas, cálculo cuyo resultado se ex-
presaba generalmente en el llamado valor de venta
real, donde se definía el precio del inmueble, al cual
debían descontarse el pago de cargas o tributos que
pesasen sobre el mismo y las reparaciones que se
consideraban imprescindibles para mantener la ha-
bitabilidad de la vivienda. Generalmente se expre-
saba también el valor de la casa indicado en renta
anual, resultado de dividir su valor por un período
habitual de 30 años.
La valoración de los edificios tomaba en consi-
deración la antigüedad de la fábrica construida. En
este sentido, los maestros distinguían entre obras de
construcción reciente, las de primera vida, de vida
mediada, o aquellas asociadas a problemas de ruina
o inhábiles para su ocupación, denominadas como de
última vida. Finalmente, los solares eran tasados con-
forme a un valor homogénero de la vara cuadrada11.
1779. Francisco Escacena y Francisco Tirado. Casa en
calle de San Isidoro. (AHPS. Protocolos. Of. 10. 1779.
Tipologías Libro 1. Fol. 1463.)

Ciñéndonos al campo semántico definido por la


documentación notarial del XVIII, el término casa Sevilla, -Medina Sidonia, Medinaceli… etc, y otras
se emplea para hacer referencia a cualquier edificio de menores dimensiones pero igualmente asociadas
con capacidad parcial y total para servir de morada a linajes reconocidos en la ciudad; pero también
a los habitantes de la ciudad. Dentro del género de la como casas principales se entendía a un grupo de
arquitectura civil, se denomina incluso como casa a edificios de significación arquitectónica relevante,
los hospicios y hospitales; incluso en la arquitectura aunque de menores proporciones. Aunque la tasa-
religiosa, el término casa grande servía para la de- ción de sus aprecios varía enormemente, para el pe-
finición de los conventos principales de las órdenes ríodo entre 1760-1780 el precio de tales viviendas
religiosas; dentro de los límites de la arquitectura parece encontrarse por encima de los 70.000 reales
doméstica, aparecen vocablos complementarios que en la ciudad de Sevilla; en la parte contraria de la es-
especifican diversas categorías de las viviendas. cala se cita en la documentación otro grupo bastante
Según las dimensiones, la documentación iden- heterogéneo, definido como casas pequeñas o más
tifica en la escala más alta a las llamadas casas comúnmente humildes, de precios muy distintos.
principales; la expresión comprende tanto lo que En relación con las unidades familiares que la
conocemos como casas-palacio, con que se hace re- habitan, se distinguen entre casas unifamiliares y
ferencia a las grandes mansiones históricas de los aquellas denominadas de vecindad o corrales de ve-
linajes aristocráticos residentes o con vivienda en cinos; otra división será la existente entre las casas
y asesorías, definición vinculada a la separación
relación con la práctica común de los aprecios en la ciudad. Cfr. independiente de una parte menor de la casa, con
F. OLLERO, Noticias de Arquitectura (1760-1780). Sevilla: entrada propia, y valoradas en los aprecios con tasa-
Guadalquivir, 1994, p. 400. 1780-IV-28 ciones separadas.
11.  2,5 reales en los años setenta del siglo. Así aparece en
Un conjunto diverso de tipos se reconocen por
el aprecio que hace el maestro Francisco Romero de un solar en
la calle del Arrayán, de 459 varas cuadradas, que valora en 1148 su relación con la producción artesanal o comer-
reales de venta real. OLLERO, op. cit, p. 359. 1777-II-7. cial. En algunos de estos ejemplos la dedicación

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La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII: Consideraciones sobre su valor, diseño y construcción según las fuentes documentales

profesional se desarrolla en el total de la casa, pero accedía por un tránsito hacia los cuartos. Los muros
lo habitual es que sólo una parte de la vivienda se re- exteriores eran de tapia y rafa y las demás divisio-
servara para ello, simultaneándose con su uso como nes citarones15.
vivienda. Aparecen casas “de cocer” loza, o también Sobre los corrales de vecinos se alude a la pre-
llamadas del arte del barro, con horno y oficinas sencia de ámbitos concentrados en uno o varios
para labrar según el oficio, especialmente abundan- volúmenes habitacionales destacados, junto a otros
tes en el arrabal de Triana. También existen casas anejos, de uso común, dispuestos separadamente a
con horno para el ladrillo. Otras profesiones tercia- aquellos, según un tipo conocido de esta categoría
rias de sus propietarios o arrendatarios explican la de la arquitectura doméstica. Así ocurría en el corral
existencia de casas de horno para pan, de casas bo- junto a la Cruz del Rodeo que derriba el maestro de
ticas, casas almacén de comerciantes, casas tenería, obras Pedro Meléndez en 1741, y que reconstruye
casas con tienda, o casas con caballería y género, con ocho aposentos, además de cocina, lavadero,
y se identifica también con ese nombre a tabernas, azotea y otras oficinas16.
mesones, fondas y posadas, éstas últimas en número En la documentación sobre casas con horno
de 60 en la ciudad, según se inventarían en 181012. para la cerámica suele ser explícita la referencia
Relacionadas con la explotación agrícola apare- a horno y oficinas para labrar la loza; distinguién-
cen dentro de la propia ciudad, casas lagares o casas dose en ocasiones entre obrador, almácen y horno;
con huerta, como las que pertenecieran al escultor las casas horno para cocer pan, ofrecían, junto a
Duque Cornejo en la calle Beatos, con crujía de fa- los cuartos de vivienda, otros destinados a los hor-
chada en dos plantas y plantío de árboles frutales13; nos, atahonas y amasijos; es el caso de la construida
la presencia de tales edificaciones ofrecen una vi- en 1748 por Joaquín de Herrera para el comerciante
sión ya lejana, de una ciudad aún relacionada con su Nicolás de León, configurada como una casa patio
agro próximo, donde existían 16 molinos harineros con crujía principal a la calle, con los cuartos de
en la urbe y su término, once de ellos de los propios habitación en el piso principal, y los destinados al
de Sevilla, y cinco de ellos de la iglesia, así como 21 oficio en los ángulos y abiertos al patio, además de
molinos de aceite ubicados en el término y casco de poseer el edificio caballeriza y corral17.
la ciudad14. El testimonio más amplio sobre los espacios, sus
Si resulta complejo establecer una relación entre usos y distribución de la arquitectura doméstica nos
la existencia de tipos arquitectónicos y el destino lo ofrecen las casas-palacios y casas principales;
del inmueble; más clara parece en la documentación sus fábricas, en donde perviven materiales, estruc-
la mención a la existencia de espacios destinados a turas y organizaciones de los espacios procedentes
un uso específico, vinculados a la clasificación de la de la baja Edad Media, son objeto de reformas en el
arquitectura doméstica antes mencionada. XVIII, donde se pretende mejorar sus condiciones
En cualquier caso, la casa-huerta parece rela- de habitabilidad o adecuar su lenguaje arquitectóni-
cionarse con un esquema de casa dispuesta en una co a una estética más cercana al clasicismo. Sin pe-
única crujía rectangular, como hemos señalado en el netrar en aspectos relativos a la evolución histórica
caso de la que fuese propiedad de Duque Cornejo, de sus tipos, nos ceñiremos a recoger las menciones
o la existente en una huerta en Triana, que recons- documentales relacionadas con la disposición de es-
truye el albañil Pedro Macías en 1748; la vivienda pacios y cuartos en las casas sevillanas de la época.
se componía sobre una superficie de 32 varas de Se constata la enorme proporción de la superfi-
longitud y 9 de latitud. El fin de la construcción, cie de las parcelas destinada a espacios abiertos o no
relacionada con las tareas agrícolas, explica la pre- habitables, como patios, jardines, corrales y patios
sencia de un cuarto del capataz, cuarto de mozos, de de luces. Se habla de patio de soles de verano, pati-
herramientas, almacén y caballerizas, única habita- nillo de haciendas o de cocinas. También de jardín,
ción que ocupaba todo el ancho de la crujía. Otra de corral, o de corrales donde se disponen lavaderos
estancia era definida como vivienda principal. Ca-
ballerizas y cocina tenían acceso independiente al 15.  FERNÁNDEZ CACHO, Yolanda: Fuentes para la
exterior, mientras hacia la parte central de la casa se Historia del arte andaluz: Noticias de arquitectura en el ar-
chivo de Protocolos Notariales de Sevilla (1741-1760). Sevilla:
Tesis de Licenciatura inédita, realizada bajo la dirección del
12.  MORENO ALONSO, Manuel: Sevilla napoleónica. profesor Jesús M. Palomero Páramo. Universidad de Sevilla,
Sevilla: Alfar, pp. 236-237. 1988, p. 305 y lámina X
13.  OLLERO, Noticias… Op. cit, 376-377, 1763-IX-12. 16.  FERNÁNDEZ: Fuentes... Op. Cit., pp. 349-350.
14.  Según las Respuestas del Catastro… pp. 200-201 17.  FERNÁNDEZ: Fuentes... Op. Cit., pp. 197-199.

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Francisco Ollero

y coladero18. El más representativo es el patio prin- de la Pajería, con alicatado de azulejo vidriado, cu-
cipal, rodeado de galerías, usualmente abiertas al bierta con una carroza de yeso adornado con tallas,
mismo con arcos, en todos sus frentes o en algunos o la de la casa del Conde de la villa de Santa Ana,
de sus ángulos. La relación en eje de estos espacios con desembarcos hacia corredores en arcos sobre
abiertos será clave para la regularización del tipo; columnas23; y que se distinguen de aquellas ­subidas
baste aquí señalar que la documentación señala la ubicadas en áreas de servicios, que son llamadas
tendencia a la conexión de los patios principales con falsas, de material, o de caracol. En las operaciones
la puerta de acceso en el frente de fachada, como de reforma, se sustituyen las de caracol por otras de
señala el arquitecto Pedro de Silva cuando aprecia yesería24, o se rematan por colgadizo y tejado25.
la reforma de la casa del Conde de la Villa de Santa En cuanto a los espacios de habitación, se utiliza
Ana en 1774, donde “Se rompió un arco que diese una denominación genérica de salas para muchas de
unos de la puerta de en medio al patio.”19 Junto a las divisiones de las crujías, de acuerdo con la escasa
las galerías en el piso bajo, son zonas de tránsito finalidad funcional de los espacios en esta arquitectu-
comunes los corredores, como los que se disponen ra26. Si se hace referencia a una distribución sucesiva
sobre las galerías de arcos en el piso principal alre- de cuartos, se alude a la existencia en una crujía de al-
dedor de los patios; también conducen en las plantas cobas y comedores, y ocasionalmente a una división
altas a las cocinas, y son espacios de paso hacia los tripartita de salas, recámaras y gabinetes. A comien-
miradores y azoteas. zos del siglo XIX se introduce en la documentación
Respecto a los espacios de servicio de las casas la división de las habitaciones por departamentos,
principales, se aprecia una tendencia a disponer las según el influjo francés, y se hace referencia a cuar-
cocinas, -bajas y altas en muchas casas principales- tos específicos como escritorios y chineros27.
en una zona definida, sucesivas en altura, en torno a Los salones de estrado, pieza representativa de la
patios de luces y comunicadas mediante escaleras se- casa, se disponen en la crujía principal de calle de la
cundarias. Suelen estar dotadas de un pozo, y se cita vivienda; en el piso alto se disponen parte destacada
en ocasiones la presencia aneja de albercas para la de la crujía de calle, en ocasiones centrada sobre su
colada y lavaderos20. En las obras que se emprenden portada de acceso; en alguna ocasión, como en el
en 1757 en el palacio del Duque se alude a la exis- palacio de los Medina-Sidonia, se subdivide con la
tencia de cocinas bajas, con fogón y chimenea21. existencia de antesalas. En estas salas se sitúan las
Espacios característicos para atender las necesi- chimeneas, documentadas las llamadas francesas
dades de las casas de linaje o principales son los en algunas casas de morada o principales. En cuan-
apeaderos, que se denominan en la documentación to a los dormitorios, éstos abren hacia el cuerpo de
como zaguán; es éste un lugar hacia donde abren fachada hacia la calle, o los situados en en cuerpos
caballerizas y cocheras, en las casas donde ya no se interiores de la casa hacia el jardín. Los techos de
integra el antiguo elemento del patio picadero que estas habitaciones se cubren con armaduras de ma-
había caracterizado a las grandes casas sevillanas de dera cuando éstas son destacadas; en caso de que los
siglos anteriores. En otras casas aparecen también forjados sean modestos, y al menos desde mediados
accesos directos desde la calle hacia la propia co- del XVIII, se detecta la tendencia a construir falsos
chera; éstos accesos en ocasiones quedan ubicados, techos que ocultan los los forjados de madera; en
en aquellas parcelas cuya extensión y situación lo 1757 en el palacio del Duque de Medina-Sidonia, se
permiten, en una crujía independiente de la del cuer- hacen a cuatro piezas del edificio “sus cielos razos
po de calle, mayoritariamente en la que hace testero para quitar de las vistas lo tosco de las maderas y
del edificio y que abre frente a una vía secundaria.
Asociados a estos espacios están las habitaciones de
los mozos y pajares22. La escalera principal de estos 23.  Según aprecio de Francisco Tirado y José Álvarez en
edificios suelen disponerse desde los patios princi- 1778. OLLERO: Noticias..., p. 472 y 431, respectivamente.
pales; en la documentación se mencionan escaleras 24.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 40.
25.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 93. Aprecio de 1741 de
de cajas, de dos o tres idas, a veces de “obra primo- una casa en calle Azafrán por Diego Antonio Díaz.
rosa” como la de la casa de los Maestre en la calle 26.  Por ejemplo, en una de las casas del arquitecto Pedro
de Silva en 1774 se indica en su aprecio la existencia de una
18.  OLLERO: Noticias... Op. Cit., p. 440. crujía con una sala, y en otra, la la de la calle, de una sala y
19.  OLLERO: Noticias..., p. 431. alcoba, sin otras precisiones. Noticias..., p. 432.
20.  OLLERO: Noticias..., p. 472. 27. Tratamos también estos aspectos en “Arquitectura do-
21.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 393. méstica en Sevilla durante la segunda mitad del siglo XVIII”.
22.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., 393 y 524 Atrio, 10/11 (2005), pp. 113-123.

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La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII: Consideraciones sobre su valor, diseño y construcción según las fuentes documentales

ser de ladrillo por tabla” 28. Un camino intermedio residuales de la trama urbana, como las callejuelas
es recorrer las vigas con bovedillas, operación usual y adarves, incorporadas a las construcciones domés-
en la segunda mitad del siglo. ticas, como ocurrió en la casa de los Rodríguez del
La capacidad de ostentación de la vivienda se de- Campo, o la casa Keyser31. La privatización de tales
muestra especialmente en alzados y fachada. Cuan- vías y la incorporación de la superficie resultante en
do no se opera sobre nueva planta, se regulariza su las parcelas, así como la rectificación de los frentes
composición, como en el caso del Palacio de los du- de las nuevas casas se convertían en acciones con
ques de Medina-Sidonia, donde se construyeron con repercusiones urbanísticas, pues suponían un mo-
tal fin en 1754 ocho pares de ventanas y se reparó su desto pero continuado medio de rectificar la sinuosa
balcón principal29. Se cita en varias ocasiones el uso trama urbana de la ciudad. Tales acciones preludia-
de vanos resguardados con guardapolvos, utilizados ban en la Edad Moderna, y a una menor escala, las
habitualmente en su exorno. La fachada de los edi- alineaciones potenciadas por el ayuntamiento en el
ficios componen el paramento externo de la crujía siglo XIX.
de fachada o cuerpo de calle, volúmen más desta- Conocemos poco sobre los aspectos específicos
cado del edificio, que amplia en altura su desarrollo del acuerdo entre propietario y maestro de obras para
mediante los castillejos y miradores, espacios bási- la edificación de nuevas casas. Indudablemente de
camente representativos, aunque también utilizados este acuerdo inicial surgían las características más im-
como graneros o palomeras, que alzan parcialmente portantes de la arquitectura de las nuevas viviendas;
una última planta de la vivienda, y que sirven de pero tal contrato no llegaba a escriturarse, de modo
tránsito hacia las azoteas. Al exterior, usualmente que las noticias procedentes de los pasos administra-
rematan la organización compositiva de las facha- tivos sobre la creación de la casa son posteriores, co-
das de forma autónoma, con una sucesión de arcos rrespondientes al acto de la dación de medidas o a la
en donde se insertan vanos o ojos, dispuestos ge- licencia de obras municipal. Cuando la intervención
neralmente según un número explícito que indican de los maestros de obras se efectuaba para reformar
los aprecios y condiciones de obra. La presencia de viviendas ya existentes, lo habitual era la presencia de
volúmenes diversos en la altura de las edificaciones unas condiciones escritas como fórmula de contrato,
explican la existencia de estos cubiertas mixtas de muy explícitas en cuanto a la localización y caracte-
azoteas y tejados de cuartos y miradores que carac- rísticas técnicas de las tareas de construcción.
terizó la vista de pájaro de la ciudad. En cuanto al uso de referencias gráficas, debió
de ser frecuente el uso de alzados que servían de
guía para la construcción de los edificios, comen-
Idea y proyecto tario gráfico muy comprensible para acercarse a las
aspiraciones de los clientes, y que debían seguirlas
El acto fundamental para la construcción de normas sobre edificaciones que proponía el cabil-
la casa lo constituía el acto de dar las medidas, al do; la recurrencia de este tipo de levantamiento ex-
que concurría un caballero diputado del cabildo, el plicaría que en época ilustrada se convirtiera en un
maestro mayor de obras del municipio, los alcaldes medio de control de la arquitectura doméstica por
alarifes del gremio de albañilería y el maestro encar- parte del ayuntamiento, debiendo pasar por la apro-
gado de hacer las obras30. Junto a la vigilancia del bación del maestro mayor de obras de la ciudad32;
diseño arquitectónico resultante para que se confor- además, ­respondería a la cultura artística de una ciu-
marse con las normas de ordenanzas, se pretendía dad donde existía sin duda una tradición importante
con ello el mantenimiento del beneficio del común, en la composición de fachadas, paramentos, gale-
pues los cargos del gremio se encargaban de verifi- rías o patios durante el XVII, como manifiesta la
car que no se ocupase terreno perteneciente al públi- colección de dibujos arquitectónicos posiblemente
co, y se proyectaran los nuevos frentes de fachada realizados por Miguel de Zumárraga, o el conjunto
de las casas conforme a un perfil rectilíneo; el mu- de dibujos conservados en el Archivo arzobispal de
nicipio auspiciaba también la privatización de vías Sevilla33. Sin embargo, la documentación notarial

28.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 393. 31.  Vid. Nota 27.


29.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., pp. 202-203. 32.  Visto por el ayuntamiento en 1779, se decide la revi-
30.  Véase al respecto OLLERO, Francisco: “La Ilustración sión de los alzados por el maestro de obras municipal; existen
en Sevilla: tradición y novedad en la arquitectura del XVIII” tales diseños en el archivo municipal desde 1789.
en Actas del IX Congreso Español de Historia del Arte. León: 33.  SANCHO CORBACHO, Antonio: Dibujos arquitectó-
Universidad, 1994. Tomo II, pp. 115-126 nicos del siglo XVII. Sevilla: Ayuntamiento, 1983; FERNÁNDEZ

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Francisco Ollero

1779. Francisco Escacena y Francisco


Tirado. Casa en calle de San Isidoro.
(AHPS. Protocolos. Of. 10. 1779. Libro
1. Fol. 1464.)

descubre más bien la existencia como representa- en las zanjas tongas de esta mezcla pisándolas bien,
ción gráfica de plantas que, anejas a apeos y apre- y administrándole el agua con abundancia” 35.
cios, sirven para explicar las áreas, realizados me- Los materiales de las fábricas más citados son
diante un dibujo mediocre, tendente a convertirse el tapial y el ladrillo, relacionado éste primero con
en esquemas que delimitan superficiales parciales, viviendas más modestas o áreas secundarias. Se
y que suelen describir solares o viviendas de ca- constata una tendencia en las obras de reforma a
rácter muy modesto. Junto a estos ejemplos, en las la sustitución de las paredes de material por otras
condiciones de obras y reformas de la arquitectura construidas ya en ladrillo36. Separaciones clasifi-
civil sevillana se alude a la existencia de planos que cadas según muros, paredes, tabiques y citaras; y
sirven de apoyo a las tareas de construcción. Así, en enunciadas en ocasiones conforme a su grosor,
el contrato para labrar una casa-horno por parte del como las paredes y cercas de ladrillo y medio o dos
maestro de obras Joaquín de Herrera en 1748, se in- ladrillos37.
dica que “las paredes y pedassos de pared que son En cuanto a las solerías, las de los patios de
a mi cargo labrar constan de un diceño que para el servicios solían ser de guijarros enconchados con
modo que an de quedar dichas casas e echo” 34. mezcla, como la del patio de una casa-horno, pre-
sentes también en los corrales y los accesos por la
casa-puerta38, así como en los zaguanes de las casas
Técnicas de construcción y materiales principales, donde también se utiliza el empedrado;
las salas más representativas se solan con ladrillo de
La documentación revela algunos aspectos rela- junto, aquel que no presenta junta visible entre las
tivos a las técnicas y prácticas de la construcción de piezas39. La misma manera de disponerse el ladrillo
las casas. Los cimientos de las casas eran forma- sobre el mortero se utiliza para los patios ­principales
dos con la creación de zanjas, donde se disponían y corredores40. Algunos patios de esas viviendas se
tongas de cascotes y tierra de calidad. El sistema
era similar al utilizado también en la arquitectura 35.  Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Justicia.
eclesiástica, según declara al respecto el maestro de Ordinario. Leg. 3127. 5 de abril de 1796. Fols. 85-89. 87r.
36.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., pp. 40-42.
obras sevillano Manuel Nuñez, pues para esas obras
37.  OLLERO: Noticias..., p. 83. Construcción de una cerca
“deverán ser de mezcla que llaman de hormigón, la en el lavadero de la Cruz del Campo, por Antonio Camargo.
cual consiste en los descombros o panzas de los de- 38.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., pp. 199 y 449, respectivamente.
rribos, ligadas estas con cal, echándole la suficien- 39.  Sobre su definición, FERNÁNDEZ NARANJO, Juan
te hasta que aparesca de color plateado, y echando Antonio: “Restauración de una portada en fábrica de ladrillo cor-
tado o de junto. Portada principal de San Juan Bautista. Las Ca-
bezas de San Juan (Sevilla)” en Actas del Segundo Congreso Na-
MARTÍN, M. Mercedes: Dibujos sevillanos de arquitectura de la cional de Historia de la Construcción. A Coruña, 22-24 octubre
primera mitad del siglo XVII. Sevilla: Universidad, 2003. 1998. Instituto Juan de Herrera y otros, 1998. Págs. 151-158.
34.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 199. 40.  OLLERO: Noticias..., p. 421.

—  100  —
La vivienda en la Sevilla del siglo XVIII: Consideraciones sobre su valor, diseño y construcción según las fuentes documentales

cubren con suelo de ladrillo, olambrillas y adornos Por lo que respecta a los tejados, la intervención
cerámicos, como el de la casa de los Maestre en la más común era la de recorrerlos o cambiar la anti-
calle de la Pajería41. El ladrillo de entrejunto, con gua teja morisca por canal y redoblón, componiendo
menor número de ladrillos en el lecho de mezcla, en los tejados las secciones cóncavas y convexas de
se utiliza para el resto de las divisiones interiores canal y cobija47. Las piezas podían sellarse a lomo
menos representativas, o incluso para los segundos cerrado con un mortero de cal y arena, mediante
cuerpos de las viviendas; el llamado de revocado se una mezcla “terciada a tres y dos”; y sólo en ocasio-
emplea para suelos de azoteas y miradores42; por úl- nes extraordinarias se adornaban con vidriados.
timo, en esta clasificación según calidades, aparece El desarrollo de las tareas de construcción impli-
el ladrillo tosco, que recubre el suelo de patinillos y caba la presencia de un conjunto de materiales ca-
áreas secundarias. racterísticos. Para las obras se portan ladrillos raspa-
En relación a las cubiertas, forjados y armadu- dos, para raspar y cargas de polvo de ladrillo, junto a
ras cubren de madera las estancias e interiores de cal, cargas de yeso, tierra y arena para las mezclas48.
las viviendas. En las operaciones más comunes de Los ladrillos, comprados a los caudaleros, po-
reforma, se recorren armaduras y tejados, introdu- dían ser “bastos y toscos, raspados, y de cornisa y
ciendo nuevas vigas o situando planchas de madera de alixares”49; en las obras de arquitectura domés-
en las zonas dañadas. Las condiciones citan las di- tica servía, como hemos visto, de material favorito
mensiones de la sección de las nuevas piezas, como en las solerías y paredes; en cuanto a la cal, la más
las vigas de seis y ocho pulgadas, muy utilizadas famosa era la de Morón, siendo las medidas utiliza-
sobre para las cargas en el piso bajo, junto a otra das de este material el cahiz y la fanega. El yeso era
maderas cuyo tamaño se reducía en el principal43. más barato, diferenciándose entre el de calidad y el
En las casas sevillanas, tenía especial consideración yeso llamado basto. La arena era suministrada por
el uso en las madera de castaño y pino de Flandes; las márgenes del río Guadalquivir, y se transportaba
esta última se especificaba en las condiciones de desde sus orillas en carretadas; la cerámica era
obras como material del portaje en las casas, fue- utilizada en los alisares, adornos de patios o pilas,
ran puertas clavadizas o de tableros. En cuanto al cajas de escaleras y guardahuellas.
pino de Segura, su empleo se prefería al de la tierra, En cuanto a las mezclas de la construcción, el
según indicaba el maestro Ambrosio de Figueroa arquitecto Manuel Nuñez precisaba en relación a la
para la reforma de la iglesia parroquial de Camas44. arquitectura religiosa sevillana la necesidad de que
El uso de madera de Flandes o de Segura aseguraba fuesen de tres a dos, “que quiere decir, que a dos
los corredores altos y bajos, mientras los entresue- espuertas de cal se le echarán tres de tierra de los
los se componían también con castaño. Las áreas derribos, y a cada tres mezcladuras una espuerta
secundarias o con menos responsabilidad sustentan- de arena con dos de cal. Cuyo compuesto es de sufi-
te se cubrían con pino de la tierra45. Los corredores ciente calidad y muy general aprobación aún en las
de casas principales podían disponerse, como en el obras del rey” 50; en efecto, esta proporción aparece
caso del palacio de los Duques de Medina-Sidonia, generalmente en las condiciones de construcción,
con vigas de seis y ocho, con cuartones de cuatro y introduciendo alguna precisión al respecto, como
cinco entablados con hojas de madera de Flandes, en solerías, tejados, donde “se han de terciar a una
así como con soleras de madera de Flandes o Segura de cal y otra de tierra, y cadas tres mesclas duras
y sus alfagías46. dos de cal y una de tierra” excepto en las azoteas
“...que serán dos de cal y una de arena”51.
41.  OLLERO: Noticias... p. 471.
42. Las casas del arquitecto Pedro de Silva en la calle En-
ladrillada, tenía, según aprecio de 1774, “solerías de mirador y 47. Una vara cuadrada de teja vale en 1773 unos 10 reales,
quarto de azotea de rebocado, las del segundo cuerpo de entre- según indicaba el maestro Antonio de Figueroa en su visita a la
junto y el primero todas en junto” (Noticias..., p. 432.) iglesia de Camas del 25 de octubre de 1773. Vid. Nota 44.
43. Cinco y seis pulgadas, en la casa horno levantada por 48.  FERNÁNDEZ: Fuentes... , p. 141
Herrera en 1754. FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 198. 49. Los que se adquieren en una obra de la iglesia de Palo-
44.  Visita a la iglesia de Camas del 25 de octubre de 1773. mares en memoria fechada a 9 de noviembre de 1778. Transcrita
Cfr. ANTEQUERA LUENGO, Juan José: Noticias y documen- en PINEDA NOVO, Daniel: La villa de Palomares entre el Alja-
tos para la historia de Camas (hasta finales del XIX). Camas: rafe y la Ribera. Sevilla: Ayuntamiento de Coria del Río, p. 158
Sevilla Tartessos, 1981, p. 98. 50.  Vid. Nota 35.
45.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 199. 51.  Según la obligación de construir unas casas en la plaza
46.  FERNÁNDEZ: Fuentes..., obras en el palacio de 1757, de la Contratación que emite el maestro Francisco Jiménez Bo-
p. 392. nilla en 1753. FERNÁNDEZ: Fuentes..., p. 238.

—  101  —
Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales
de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

Luis J. Gordo Peláez


Universidad Complutense. Madrid. España

«Para evitar molestias y assegurar la provisión del trigo, es congruentíssimo remedio el de los pósitos y alholíes
públicos, que aunque en estos Reynos se usan de pocos años a esta parte, son muy antiguos en el mundo».1
Jerónimo Castillo de Bovadilla

1
Con estas palabras, Castillo de Bovadilla re- precedentes en el mundo musulmán, se convirtieron
flejaba en su texto, a finales del siglo XVI, la pre- desde el siglo XVI en unos equipamientos comple-
ocupación constante y recurrente de los concejos mentarios de aquellos en las tareas y funciones a
municipales de garantizar el abastecimiento de las desempeñar3. A comienzos de la siguiente centuria,
poblaciones castellanas, en especial en cuanto a Covarrubias matizaba, en su Tesoro de la lengva
la provisión del trigo. Su anterior oficio como co-
rregidor de la Corona, en las ciudades de Badajoz, por tantos siglos en la Península Ibérica. Sobre el origen de los
Soria y Guadalajara, le permitía ahora teorizar sobre pósitos, sus precedentes históricos y evolución véanse las obras
una problemática que él había conocido de primera de ELIES Y RUBERT, Antonio: Discurso sobre el origen, an-
mano. Los alholíes o pósitos, cuyos antiguos oríge- tigüedad y progresos de los pósitos o graneros públicos de los
pueblos. Cervera: Imp. de la Universidad, 1787; GUARDIOLA
nes están estrechamente vinculados a las inquietu- Y SÁEZ, Lorenzo: Manual del gobierno y administración de
des innatas del hombre por garantizar su sustento, los Pósitos del Reyno. Madrid: Imprenta Real, 1802; GRACIA
han cumplido desde tiempos ancestrales, aun con CANTALAPIEDRA, José: Tratado histórico-legal de la institu-
diferentes denominaciones a lo largo de los siglos, ción de los pósitos en España. Madrid: Imprenta de Campuzano
Hermanos, 1881; ABELLA Y BLAVE, Fermín: Manual de pósi-
la labor primordial de facilitar el abastecimiento de tos. Madrid, 1893; GARCÍA ISIDRO, Mauricio: Historia de los
las poblaciones a través de uno de sus principales pósitos españoles. Madrid: Imprenta Helénica, 1929; DELGA-
alimentos, el trigo2. Por su parte, las alhóndigas, con DO, Juan Bautista: Los pósitos agrícolas. Madrid: Instituto de
Administración Local, 1947; ROCA ROCA, Eduardo: Los pó-
sitos municipales. Madrid: Municipalia, 1965; LÓPEZ YEPES,
1. CASTILLO DE BOVADILLA, Jerónimo: Política para José: «Notas sobre el origen y la evolución histórica de los pó-
Corregidores y señores de vasallos, en tiempo de paz, y de gue- sitos». [En] Ahorro. Madrid: Confederación Española de Cajas
rra. Y para juezes eclesiasticos y seglares y de Sacas, Aduanas, de Ahorro, (52) 1969, pp. 21-29; TOVAR MARTÍN, Virginia: El
y de Residencias, y sus Oficiales: y para Regidores, y Aboga- Real Pósito de la Villa de Madrid. Historia de su construcción
dos, y del valor de los Corregimientos, y Gobiernos Realengos, durante los siglos XVII y XVIII. Madrid: Cámara de Comercio
y de las Ordenes. Amberes: Juan Bautista Verdussen,1704 (1ª e Industria, 1982, pp. 13-14; PÉREZ GARZÓN, Francisco: Los
ed. Madrid, 1597; ed. facs. Madrid: Instituto de Estudios de pósitos. Historia de una institución agraria. El caso de Medina
Administración Local, 1978), t. II, lib. III, cap. III, p. 24. de Rioseco. [Medina de Rioseco]: Ayuntamiento, 1999.
2.  Ibidem, p. 24. Castillo de Bovadilla habla de la existencia 3.  Véanse los siguientes trabajos: TORRES BALBÁS,
de construcciones similares ya en el Antiguo Egipto. El vocablo Leopoldo: «Las alhóndigas hispanomusulmanas y el Corral del
pósito, procedente del latín positus, y la presencia de ciertas dis- Carbón de Granada». [En] Obra dispersa, I: «Al-Andalus. Cró-
posiciones referentes al almacenaje de granos, procedentes de nica de la España Musulmana», 3. Madrid: Instituto de España,
la legislación romana, dan cuenta de los antecedentes de esta 1982, pp. 220-266; PEREIRA IGLESIAS, J. L: «La alhóndiga
institución. No obstante, en los reinos hispánicos, los pósitos cacereña en el siglo XVI». [En] Norba: revista de arte, geogra-
o alholíes, término éste de origen árabe, están estrechamente fía e historia, Cáceres: Universidad de Extremadura (II) 1981,
vinculados, al igual que las alhóndigas, a esta cultura presente pp. 206-207; CARMONA RODRÍGUEZ, Josefina: La alhóndi-

102
Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

castellana, la diferencia entre ambos equipamientos del pan, asequibles para la población. De esta forma,
que, sin embargo, no impidió una cierta asimilación en 1491, establecían la imposición de vender el trigo
entre ellos en numerosas poblaciones de la geogra- en las alhóndigas, o en la plaza pública o lugar asig-
fía castellana durante la Edad Moderna4. Mientras nado por el concejo para aquellas ciudades que aún
el alholí o pósito funciona, exclusivamente, como no contaran con ella; y en 1502, ordenaban la regu-
«granero publico do[n]de se recoge el trigo y la lación del precio del trigo, aplicando una tasa que
ceuada»; la alhóndiga «es la casa diputada para que evitaba los precios abusivos6.
los forasteros que viene[n] de la comarca a vender Sin duda, el revulsivo más importante que de-
trigo a la ciudad, lo metan alli», pero además «tam- terminó la implantación generalizada de este tipo
bien sinifica la que es para otras mercaderias», por de construcciones por todo el reino se manifiesta en
lo que esta última acogió, en numerosos casos, las los problemas de carestía, e incluso hambrunas, que
funciones y dependencias de aquél, como espacio vivieron las ciudades castellanas desde el siglo XIV,
destinado al almacenaje del grano del concejo, ade- algo que hubo de acrecentarse durante las centurias
más de servir como lugar de venta del trigo y de siguientes debido, entre otras razones, al auge de-
otros productos destinados al mercado5. Ello expli- mográfico que experimentó Castilla, agilizándose
ca que a menudo, durante la Edad Moderna, ambas así la creación de estas dependencias municipales
instituciones, diferentes en teoría, compartieran in- a través de las cuales los concejos regulaban el co-
distintamente un mismo edificio en la práctica. mercio y el abastecimiento de trigo, especialmente
En 1480, las Cortes de Toledo, convocadas por en épocas de escasez7: «[...] el dicho señor corregi-
los Reyes Católicos, marcaron un punto de inflexión dor dixo que ya los dichos señores rregidores saben
en la política de equipamientos municipales dentro la dificultad que ay en la provision hordinaria de
de la Corona de Castilla, gracias a las leyes que fue- pan en pan cozido de la dicha çiudad, de la qual a
ron promulgadas al respecto, entre las cuales que- el le paresçe que proçede de no aver en la çiudad
daba incluida la obligatoriedad de construir casas pan de deposyto para el socorro de las nesçesida-
de cabildo o ayuntamiento en aquellas ciudades que des que se ofresçen y ocurren en los ornos por los
aún no disponían de ellas. En ese contexto de obras y meses de mayo y junyo [...]» por lo que se conside-
reformas urbanas de las poblaciones castellanas de la ra entonces que «sería cosa muy loable y de gran
Edad Moderna, y respondiendo a unas necesidades beneficio para esta rrepública tratar y dar horden
funcionales básicas, quedaba comprendida también
la construcción de edificios adecuados para la pro- 6.  Véase IBARRA Y RODRIGUEZ, Eduardo: El problema
visión del pan, abastos y mantenimientos esenciales cerealista en España durante el reinado de los Reyes Católicos
para los ciudadanos, preocupación constantemente (1475-1516). Madrid: CSIC, 1944, pp. 55; y 89-102.
presente en los ordenamientos y disposiciones le- 7.  Años de malas cosechas repercutían muy negativamente
en el equilibrio del mercado de cereales, y la abundancia de los
gislativas de los municipios. Los Reyes Católicos mismos y sus precios se resentían, víctimas de los regatones o
mantuvieron, durante su reinado, una política legis- especuladores, con el consiguiente perjuicio para la población.
lativa continua encaminada a mejorar y garantizar el Desde comienzos del siglo XVI los concejos municipales de-
abastecimiento de las ciudades, mediante su organi- bieron hacer frente a la escasez de granos, cada vez más intensa,
y a agudas crisis cerealistas en las que, además de los problemas
zación, vigilancia y control, estipulando los lugares
de causa natural, también influyeron el aumento de demanda
adecuados para la venta de cereales, así como mos- debido al crecimiento de la población, el agotamiento de las tie-
trando un enorme interés por mantener los precios rras, y motivos políticos y económicos. (Véanse ANES, Gonza-
lo: Las crisis agrarias en la España Moderna. Madrid: Taurus,
1970; DOMÍNGUEZ ORTÍZ, Antonio: El Antiguo Régimen:
ga malagueña: arquitectura y urbanismo. Málaga: Diputación Los Reyes Católicos y los Austrias. Madrid: Alianza Editorial,
Provincial, 1997. 1974, pp. 154-156; BRAUDEL, Fernand: El Mediterráneo y el
4. COBARRUVIAS OROZCO, Sebastián: Tesoro de la mundo mediterráneo en la época de Felipe II. México: Fondo
lengva castellana. Madrid: Imprenta de Luis Sanchez, 1611, de Cultura Económica, 1980, t. I, p. 765; GARCÍA CANO, Isa-
fols. 47v.-48r. bel: «Abastecimiento de trigo y problemas político-sociales. El
5.  Lámperez y Romea definió los pósitos como «los grane- pósito de Córdoba en la época de Felipe II». [En] Axerquia,
ros públicos para asegurar la provisión de los pueblos, regular Córdoba: Diputación Provincial (14) 1985, pp. 215-217; CAS-
los precios y librar a los labradores de la usura, mientras que, TRO, Concepción de: El pan de Madrid. El abasto de las ciu-
para él, la alhóndiga no fue, en su origen, más que una casa de dades españolas del Antiguo Régimen. Madrid: Alianza, 1987).
contratación de trigo; pero se hizo costumbre convertirlo en Las ordenanzas municipales insistían, como en la ciudad de
depósito de esa y otras semillas, de vino, de sal y de toda clase Toledo, en reafirmar el papel esencial que debían desempeñar
de mercancías». (LAMPÉREZ Y ROMEA, Vicente: La arqui- los concejos para evitar tales situaciones. (Ordenanzas para el
tectura civil española desde el siglo I hasta el XVIII. Madrid: régimen y gobierno de la muy noble, muy leal e imperial ciudad
Saturnino Calleja, 1922, t. II, pp. 204-205 y 224). de Toledo. Toledo: Imp. José de Cea, 1858, p. 28).

—  103  —
Luis J. Gordo Peláez

como se hiziese alguna buena consignaçion de pan y ­Torrelaguna, entre otras muchas poblaciones, pu-
para syenpre jamas con buenas hordenanças para dieron contar con estas construcciones municipales
su aumento y perpetua conservaçion estubiese con- a partir de 1512, 1513 y 1514, respectivamente11. A
signado y depositado para el dicho socorro y be- lo largo del siglo XVI se mantuvo al alza la cons-
nefiçio [...]»8 Son varios los ejemplos conocidos de trucción de este tipo de equipamientos municipales,
primeros pósitos, fundados como tal, a lo largo de que las Cortes de Valladolid recomendaron, en 1555,
la segunda mitad del siglo XV, la mayoría gracias a establecer en las principales ciudades del reino, en
benefactores privados, y cuyos orígenes se ha coin- las que se asistía, además, a un rápido crecimiento
cidido en vincular estrechamente con una práctica de la población12.
de asistencia pía a los más necesitados9.
Tradicionalmente se ha considerado esencial, en del trigo en Alcalá», Actas del IV Encuentro de Historiadores
del Valle del Henares, (Alcalá de Henares, noviembre 1994).
este proceso de implantación de los pósitos, la labor
[Alcalá de Henares]: Instituto de Estudios Complutenses, 1994,
fundacional del cardenal Cisneros, a la sazón regen- pp. 173-193).
te de Castilla y verdadero impulsor y continuador 11. El pósito de Torrelaguna conserva una inscripción de
de las medidas adoptadas por los Reyes Católicos entonces:
en relación con el abastecimiento público de las ESTA CASA Y GRANEROS EDIFICO EL ILUSTRI-
SIMO Y REVERENDISIMO SEÑOR DON FRAI FRAN.
ciudades10. Gracias a él, Toledo, Alcalá de ­Henares XIMEZ DE CISNS. CARDENAL DE ESPAÑA ARÇOBISPO
DE TOLEDO Y GOUERNADOR DESTOS REINOS E NA-
8.  Archivo Municipal de Guadalajara, Libro de Acuerdos, TURAL DESTA VILLA EL CUAL DEXO EN ELLA VM FA-
30 noviembre 1546, cit. por MEJÍA ALONSO, Ángel: Pan, NEGAS DE TRIGO EN DEPOSITO PARA SIEMPRE PARA
trigo y dinero. El pósito de Guadalajara (1547-1753). Guada- EL TIEMPO DE NECESIDAD DE POBRES Y VIUDAS. EN
lajara: Ayuntamiento, 2002, p. 475. EL AÑO DE MDXV AÑOS.
9. El pósito de la Puebla de Nuestra Señora de Guadalupe Las ordenanzas de Toledo reflejan cual era la función prin-
fue fundado entre 1456 y 1462; y el de Jaén en 1494, gracias cipal de esta institución en la ciudad y las necesidades que el
a las donaciones del conde de Ureña. En Plasencia, la ciudad cardenal Cisneros pretendía solventar con su fundación, algo
contó, durante el siglo XVI, con dos pósitos, uno creado por la que puede hacerse extensible al resto de poblaciones de la geo-
ciudad, y otro de donación particular, aunque también destina- grafía castellana: «sostener a los pobres en el tiempo de las
do a abastecer a la población. (TORO, Luis de: Descripción de necesidades que ocurren para las carestias. E para que el pan
la ciudad y obispado de Plasencia. Plasencia, 1573 (ed. Plasen- que se viniesse a vender se sostuviesse en bueno e justo precio,
cia, 1961), p. 39). En Villarrobledo, a lo largo de los siglos XVI e no se encareciesse por falta de los temporales». (Ordenanzas
y XVII, se llegaron a construir tres pósitos en la ciudad, dife- para el régimen..., pp. 27-28). Otros miembros del clero siguie-
rentes en cuanto a su fundación y administración. (CAVALLE- ron este ejemplo del cardenal Cisneros fundando pósitos pú-
RÍA Y PORTILLO, Francisco: Historia de la muy noble, y leal blicos a los que hicieron grandes donaciones, como en el caso
villa de Villa-Robledo. Madrid: Viuda de Manuel Fernández, de Betanzos (MARTÍNEZ SANTISO, Manuel: Historia de la
1751, (ed. facs. Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses, ciudad de Betanzos. La Coruña: Diputación Provincial, 1892
1987), pp. 35-36.). Un caso excepcional lo constituye el Reino (ed. facs. La Coruña, 1987); o en Burgo de Osma, de donde
de Navarra, donde los equipamientos y edificios municipales también fuera obispo, Francisco Tello de Sandoval, quien fundó
destinados al almacenaje del grano, que cumplían funciones una «alhóndiga de pan» en la segunda mitad del siglo XVI.
análogas a las de los pósitos, eran conocidos como vínculos. (FERNÁNDEZ, Fray Alonso: Historia y Anales de la civdad
(SOLA AYAPE, Carlos: Abasto de pan y política alimentaria y obispado de Plasencia. Madrid: Iuan Gonçales, 1627 (ed.
en Pamplona (siglos XVI-XX). Navarra: Universidad Pública Cáceres: Departamento Provincial de Seminarios de F.E.T. y
de Navarra, 2001). J.O.N.S., 1953, pp. 417-418). Posteriormente, durante el siglo
10.  «Viendo que muchas veces la empobrecida plebe de XVIII, el cardenal Belluga sería otro de los grandes impulsores,
Toledo se veía agobiada por la escasez de los víveres y que, por proveniente del estamento eclesiástico, de este tipo de construc-
la iniquidad de los arrendadores públicos, unos pocos almace- ciones, llegando a fundar treinta y dos pósitos en la provincia de
naban todo el trigo, trató con el gobernador de la ciudad para Murcia. (GARCÍA ISIDRO, Mauricio: op. cit., p. 14).
que, al estilo romano, se dispusieran en Toledo unos graneros 12.  «Otrosí, porque por estar el trigo en poder de personas
públicos. [...] Con tal remedio, se socorre a los necesitados en ricas quando viene haver alguna falta de pan se encarece dema-
años de mala cosecha, no sólo en Toledo, sino también en Al- siadamente, y los pobres padescen mucha necesidad. Lo qual
calá, en Tordelaguna y en Cisneros, donde, por liberalidad de se podria muy bien remediar si en cada lugar oviesse deposito
Jiménez, perduran intactos los graneros.» (GÓMEZ DE CAS- ordinario de trigo, porque desta manera comprarse bia el dicho
TRO, Alvar: De Rebus Gestis a Francisco Ximenio Cisnerio, trigo quando valiesse barato, y quando uviesse carestia de pan
Archiepiscopo Toletano, Compluti: apud Andream de Angulo, podria se dar el dicho trigo de los dichos depositos a personas
1569 (ed. Madrid: Fundación Universitaria Española, 1984, pobres e a los precios que oviesse costado, sacadas las cos-
pp. 352-353), y véase también ARANDA QUINTANILLA Y tas que en ello oviessen hecho. Suplicamos a V. M. Mande que
MENDOZA, Pedro de: Archetypo de virtudes, espejo de prela- en cada lugar destos reynos haga e aya deposito ordinario de
dos el venerable padre y sieruo de Dios F. Francisco Ximenez trigo para el dicho effecto [...]» (Cortes de los antiguos reinos
de Cisneros ... Palermo: Nicolás Bua, 1653, cap. XXIII, p. de León y de Castilla. Madrid: Real Academia de la Historia,
112). Sobre Cisneros y el pósito de Alcalá de Henares véase: 1903, t. V, pet. CXXVII, p. 700). En 1558 se habla ya de la
GONZÁLEZ NAVARRO, Rafael: «La asistencia social en el existencia de más de doce mil pósitos en la Península. (PANDO
arzobispado de Toledo en el siglo XVI: Cisneros y el pósito Y VALLE, J: Los pósitos. Apuntes acerca de su historia, de su

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Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

Los concejos se convirtieron en los gestores de los concejos y cabildos municipales querían ejer-
estos organismos y custodios de sus importantes fon- cer sobre el abastecimiento de la población, con el
dos. De hecho, los pósitos llegaron a ser uno de los fin de regular sus precios y calidades, pero también
principales bienes de propios de los que dispusieron con el objetivo de obtener beneficios a través de
los cabildos municipales, al cumplir también ciertas las sisas que se imponían a los productos que se
funciones de crédito agrícola, debido a los préstamos vendían en los mercados y en los establecimientos
que concedían a los campesinos13. No es extraño, por comerciales, obligaba a legislar al respecto, plas-
tanto, que su administración estuviera perfectamen- mando en las ordenanzas ciertas disposiciones que
te regulada, ya desde su fundación, y que los escri- impidieran las transacciones comerciales en los
banos del concejo recogiesen en sus actas tanto los extramuros y arrabales de las ciudades, fuera del
diversos movimientos de grano como los depósitos control de los oficiales concejiles, puesto que perju-
monetarios que eran custodiados en un arca de tres dicaba el abastecimiento de las alhóndigas y demás
llaves, siempre presente en estos edificios14. edificios municipales15. Entre las muchas ordenan-
El reinado de Felipe II marcó, tras los Reyes Ca- zas que llegaron a imprimirse cabe mencionar las
tólicos, un nuevo desarrollo en la historia de estos de la Alhóndiga de Sevilla, recogidas entre 1478 y
equipamientos municipales. Como sucediera en otros 1492, a las que siguieron las publicadas en otras
tantos ámbitos de su política legislativa, el monarca poblaciones castellanas como Jaén, Madrid, Toledo
consolidó y regularizó por fin, en todo el reino, la o Alcalá de Henares16. En algunas ocasiones, a la
situación administrativa y jurídica de los pósitos, que hora de legislar y establecer ciertas disposiciones
hasta entonces habían tenido un carácter muy parti- y ordenanzas que regulasen el funcionamiento de
cular, dependientes, en gran medida, de las corres- pósitos y alhóndigas, las ciudades castellanas se-
pondientes ordenanzas emanadas de los municipios. guirán otros modelos anteriores existentes en nú-
Dichas ordenanzas de pósitos, establecidas en cleos de población destacados. Un ejemplo intere-
el momento de cada fundación, recogían las dife- sante lo constituye Valladolid. En 1528, ante una
rentes leyes por las que se regía el funcionamiento precaria situación debido a la escasez de grano para
y administración de estos edificios. El control que alimentar a la población, el concejo decide urgen-
temente adecuar y remodelar las antiguas Casas
Consistoriales de la villa en la Plaza de Santa María
importancia... . Madrid: M. Romero, impresor, 1880, p. 13). como alhóndiga de la ciudad y, al mismo tiempo,
Al margen de estas afirmaciones, de dudosa credibilidad, sí se
puede hablar de un auge en la construcción de este tipo de equi- consideran necesario disponer de una normativa
pamientos públicos. En torno a 1504 fue fundado el pósito de adecuada para su funcionamiento, enviando a un
Madrid, en 1513 el de Burgos, en 1540 el de Palencia, en 1547 mensajero a la ciudad de Toledo «para que se traya
el de Guadalajara, y en 1558 el de Oviedo. las hordenanças que tienen [...] çerca del alhondi-
13.  Del pósito de Sigüenza se conserva tan sólo su portada,
formada por dos cuerpos, donde destaca una inscripción situada
ga del trigo», y de ellas las autoridades ­concejiles
sobre el vano de acceso al edificio, y que está en relación con los
fondos monetarios que este equipamiento podía proporcionar
a las arcas municipales, y los subsiguientes beneficios que ello 15.  «Otrosí, que ningunas ni algunas personas no sean
conllevaba para la ciudad: OMNE SOLVM PRO PATRIA EST. osados de salir a los caminos ni a las calles a comprar el pan
14.  «Mandamos, que en cada lugar haya una arca de tres que viene a se vender al Alhóndiga desta Ciudad, salvo que lo
llaves diferentes, en la parte más cómoda y segura que al Ayun- dexen entrar en la dicha Alhóndiga y allí lo compren por la
tamiento le pareciere, en la qual se meta todo el dinero que tu- orden susodicha, porque el Alhóndiga siempre esté abastada
viere el pósito, y hubiere procedido y procediere del pan de él; de pan y no aya causa de subir a demasiados precios, so pena
y la una llave tenga la Justicia, y la otra un Regidor, y la otra que qualquiera que lo comprare en los dichos caminos y calles
un Depositario, que para ello serán nombrados en el tal tiempo el dicho pan, que pague la dicha pena de los dichos trecientos
que se eligieren los Oficiales del Concejo; y que en la dicha maravedís, y se repartan como dicho es». (Ordenanzas de la
arca no se pueda meter ni sacar dinero ninguno; sin que todos muy noble, famosa y muy leal ciudad de Jaén, guarda y de-
tres estén presentes, y el Escribano de Ayuntamiento, que dé fe fendimiento de los reinos de Castilla. Granada: Universidad de
dello, y lo siente en un libro, que estará en la dicha arca, fir- Granada, Ayuntamiento de Jaén, 1993, p. 300). A menudo, la
mando todas las partidas que se metieren o sacaren [...]» (Real pena que implicaba infringir estas normativas y regulaciones
Pragmática de 15 mayo 1584, en FERNÁNDEZ HIDALGO, obligaba a los infractores a ceder parte de los beneficios para
María del Carmen y GARCÍA RUIPÉREZ, Mariano: Los pósi- «obras públicas desta uilla», algo que fue muy frecuente en
tos municipales y su documentación. Madrid: Anabad, 1989, p. la redacción de estos textos, y que favorecía el buen manteni-
83). Fue habitual que las ordenanzas de los municipios hicieran miento de los equipamientos y edificios municipales a los que,
referencia a esta custodia, bajo tres llaves, o bien de un arca, lo de esta forma, se concedía cierto presupuesto para su sostén.
más corriente, o bien del edificio completo. (MARTÍN OJEDA, (CERVERA VERA, Luis: La Villa de Lerma en el siglo XVI y
Marina: Ordenanzas del Concejo de Écija (1465-1600). Sevi- sus ordenanzas de 1595. Burgos: [s. n.], 1976, p. 98).
lla: Ayuntamiento de Écija, 1990, p. 377). 16. IBARRA Y RODRIGUEZ, Eduardo: op. cit., pp. 52-53.

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Luis J. Gordo Peláez

de Valladolid deciden tomar para su uso lo más real quedaron diversas funciones y atribuciones en
conveniente o necesario17. el ámbito municipal, entre ellas, el abastecimiento,
La Real Pragmática de 1584, sancionada por Fe- embellecimiento y desarrollo de las ciudades21.
lipe II, ofrecía así una base legal precisa y unita- Muchas de estas competencias, que en materia
ria para fomentar la construcción de estos edificios de urbanismo y equipamientos municipales corres-
en aquellas poblaciones que aún no contasen con pondían a los corregidores castellanos, siguieron
ella. Se consolidaba así el abastecimiento público considerándose prioritarias durante toda la Edad
de las ciudades como la obligación prioritaria de Moderna. De hecho, a finales del siglo XVIII, Guar-
sus gobernantes18. Aún así, esta pragmática real no diola y Sáez, siguiendo el trabajo de Castillo de Bo-
hacía más que plasmar por escrito una práctica ya vadilla, volverá a hacer hincapié en la misma idea,
recurrente en los municipios castellanos desde fi- insistiendo nuevamente en cual debía ser, para el
nales del siglo XV, acrecentada durante el reinado
de Felipe II19. Un siglo antes, en 1480, los Reyes otros mantenimientos, a razonables precios y que las calles y
Católicos sancionaron numerosas leyes encamina- carreras e carnecerías estén limpias, y las salidas del lugar
das a reformar las instituciones municipales y for- estén assimismo limpias y desocupadas [...]. Otrosí, se informe,
talecer la presencia de la Corona en las mismas, lo si hay casa de Concejo y carcel, qual convenga, e prisiones; e
si no las hoviere, den orden cómo se haga» (Capítulos para co-
que también se materializó a través de la imposición rregidores y jueces de residencia, cit. por GONZÁLEZ ALON-
generalizada en las poblaciones castellanas de la fi- SO, Benjamín: El corregidor castellano (1348-1808). Madrid:
gura del corregidor20. A cargo de este representante Instituto de Estudios Administrativos, 1970, cap. XVII, p. 303).
Un siglo y medio más tarde, la nueva recopilación de los Ca-
pítulos para Corregidores, incidirá ya más específicamente en
17.  Archivo Municipal de Valladolid, Libros de Actas, V, las obligaciones de estos representantes reales respecto a los
7-IX-1528, fols. 129r.-129v., cit. por FERNÁNDEZ GONZÁ- pósitos: «Ha de cuidar con particular atención de los Pósitos,
LEZ, María del Rosario: Edificios municipales de la ciudad de su conservación, y aumento, conforme a la Ley del Reino, que
Valladolid de 1500 a 1561. Valladolid: Publicaciones de la Uni- en razón de ello habla, sin permitir que los efectos se gasten en
versidad, 1985, p. 114. A su vez, las ordenanzas de Valladolid otros usos, ni en otra forma, que lo que dispone la dicha ley, y
y las de Burgos sirvieron de modelo para las establecidas en tome cada año cuentas a los Mayordomos, y personas, a cuyo
Palencia con motivo de la fundación del pósito de la ciudad cargo estuvieren, y cobre con efecto los alcances, que resulta-
en 1540. (DEL VALLE PÉREZ, Francisco: «El pósito palen- ren de las dichas cuentas, sin embargo de apelación, y reintegre
tino. Fundación, ordenanzas y actividades en el primer siglo el caudal de los dichos Pósitos, poniendo para este efecto por
(1540-1636) ». [En] Institución «Tello Téllez de Meneses». Pa- cabeza de las cuentas para el cargo de la dotación, y caudal,
lencia: Diputación Provincial (16) 1956, pp. 3-38). de que se componen desde su fundación, con toda distinción, y
18.  «Y esta dicha nuestra ley y pragmática se ha de guar- claridad, [...]» (Ibidem, p. 319).
dar en todas las ciudades y villas y lugares destos Reynos donde 21.  «Que mayor bien puede el Corregidor hazer al pueblo,
hubiere pósitos de pan, ansí Realengos como de Señoríos, Or- ni en que puede ganar más honra, que en reparar el muro que
denes, Abadengos y de Behetrías: con que en los lugares donde se cae? con el qual se han defender de sus enemigos [...], alçar
hubiere algunas ordenanzas de pósitos por Nos confirmadas, la puente que se quebró, por do han de passar seguros del pe-
que fueren en alguna cosa contrarias a lo que aquí va ordena- ligro de las aguas; hazer calçada en el pueblo, o en el camino,
do, los tales lugares platiquen y confieran en sus Ayuntamien- con que se escusen los atolladeros, y aya limpieza; hazer, o
tos lo que converná, y les será útil y provechoso guardar; y lo alçar la casa del juzgado público con sumtuosidad, según Vi-
que ansí platicaren y confirieren, lo envien a nuestro Consejo, truvio, para que en aquel lugar mejor se oyan y despachen los
para que en él visto, se provea lo que más convenga; y en el negocios: y la casa de la justicia junta con él, y con la cárcel
entretanto hayan de guardar y guarden lo contenido en esta y ayuntamiento y plaça; porque no es bien que el Corregidor
nuestra ley». (Real Pragmática de 1584, cit. por FERNÁNDEZ more sino en el palacio público; porque no deve tomar ni ocu-
HIDALGO, María del Carmen y GARCÍA RUIPÉREZ, Maria- par las casas de los súbditos, ni según Platón ni Aristóteles,
no: op. cit., p. 88). bivir apartado de la cárcel, y audiencias, y de la plaça: que
19.  Fue cuantiosa la cantidad de municipios de Castilla mayor utilidad que reparar los conductos de las fuentes, y las
que, ante la precariedad o inexistencia de pósitos para asegurar albercas, y las acequias que riegan las heredades, las corrien-
la provisión de sus poblaciones por las malas cosechas, solici- tes de los ríos, desaguar los campos cenagosos, para que se
taron al monarca la libre disposición de sus rentas concejiles puedan cultivar, y los caminos reales para que se puedan andar,
con las que solventar estas carencias. El Concejo de Atienza, los puertos, las cárceles, las alhóndigas, y los otros alholies de
en Guadalajara, fue uno de los muchos que recibió la concesión pan del pósito, las casas de Cabildo, las carnicerías, las pes-
real en 1578, algunos años antes de la Pragmática de 1584. (Ar- caderías, las panaderías; hazer quitar los saledizos, que son
chivo Municipal de Atienza, libro de actas concejiles, 13 junio cubiertas de ladrones, y afean la ciudad; aclarar algunos pas-
1578, cit. por LAYNA SERRANO, Francisco: Historia de la sos de los montes y selvas peligrosos para los pasajeros; [...]
Villa de Atienza. Madrid: CSIC., 1945, p. 570). Que mayor utilidad que ensanchar, si es posible, las calles, y
20. Los Capítulos para Corregidores, sancionados por los las plaças, según la grandeza y riqueza de la ciudad, y acabar
Reyes Católicos en 1500, recogen cuales debían ser algunos y reparar todos los otros edificios comunes que se hizieron, o
de los cometidos de estos funcionarios regios en relación con començaron con gastos y expensas de los propios del concejo, o
los equipamientos, infraestructuras y abastecimiento público: del común de ciudad y tierra, [...]» (CASTILLO DE BOVADI-
«[...] que la tierra sea bien bastecida de carne y pescados, y LLA, Jerónimo: op. cit., t. II, lib. III, cap. V, pp. 75-76).

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Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

­Corregidor perfecto, una de sus principales obliga- para intentar paliar aquellas carencias y, desde fina-
ciones: «el cuidado de los abastos públicos». Pan, les del siglo XV, se erigieron en obras fundamenta-
carne, vino, pescado y otros alimentos eran esen- les dentro de los programas de equipamiento públi-
ciales para la manutención de la población y «para co puestos en marcha por los municipios castellanos
asegurar el Corregidor esta abundancia y evitar la durante la Edad Moderna. En este sentido, las regio-
falta de comestibles en su pueblo, hallará en nues- nes meridionales de la Península, debido a su mayor
tras leyes y regnícolas los mas oportunos medios, producción cerealista, concentraron el número más
siendo uno de ellos el importantísimo uso, buen go- elevado de pósitos o alholíes24.
bierno y manejo de los Pósitos, como que el pan es El primer inconveniente al que debieron hacer
el principal sustento del hombre, y su abundancia frente los cabildos municipales fue la inexistencia
suple la falta de los demas».22 de edificios adecuados para almacenar enormes
El aprovisionamiento de trigo en el reino de Cas- cantidades de trigo, y que además reuniesen una
tilla estaba estrechamente vinculado, ya desde tiem- serie de condicionantes que garantizaran la per-
pos de los Reyes Católicos, a la situación agrícola de fecta conservación del grano allí acumulado. De
sus diferentes regiones, lo cual también repercutió hecho, generalmente, la fundación de un pósito no
en la mayor o menor proliferación de la construc- iba asociada a la construcción de un edificio propio
ción de pósitos y alhóndigas por la geografía caste- de nueva planta y, a menudo, transcurrieron varios
llana. De esta forma, las regiones de la meseta caste- años e incluso décadas antes de ser erigido25. En
llana y Andalucía fueron generalmente exportadoras 1504, los Reyes Católicos fundaron una alhóndiga
de cereales, mientras que Galicia, Asturias y demás en Cáceres, y ante la carencia de un edificio munici-
territorios de la cornisa cantábrica fueron siempre pal propio, el concejo hubo de alquilar y adaptar una
deficitarios en trigo, y debieron ser constantemente casa para tal fin que, sin embargo, tiempo después
abastecidos, lo cual se puede poner en relación con resultaría inadecuada por su limitada capacidad y
la mayor o menor presencia de este tipo de construc- sus problemas de humedad, que afectaban la buena
ciones23. No obstante, la situación era preocupante conservación del cereal26. Como sucediera también
en todo el reino y, ante tales condicionantes, los pó-
sitos y alhóndigas fueron una más de las medidas 24. En el norte, con menor densidad de este tipo de equi-
que los concejos fueron adoptando progresivamente pamientos municipales, se vivían situaciones como la de Mon-
doñedo, en Galicia, donde no existía ningún organismo público
encargado de esta actividad y además carecían de pósito en la
22.  GUARDIOLA Y SÁEZ, Lorenzo: El Corregidor per- población. De hecho, en 1575, el concejo se dirigía a Felipe
fecto. Madrid: Imprenta Real, 1796 (ed. facs. Madrid: Ministe- II afirmando que la ciudad «no tenía pósito de pan [...] para
rio para las Administraciones Públicas, 1986), pp. 84-85. en tiempo de necesidades». Llegado el caso, los responsables
23.  Jerez de la Frontera, por ejemplo, abastecía no sólo, municipales debían afrontar las carestía de cereal mediante la
a poblaciones gallegas, sino también a algunas de su entorno: compra inmediata del mismo o bien en Castilla, o bien del que
«La necesidad de pan del año pasado había pasado a este; no llegaba a los puertos gallegos. (Archivo Histórico del Reino
había sido buena la cosecha, y no se espera mejor para el si- de Galicia, Vecinos, 15635/68, cit. por SAAVEDRA, Pegerto:
guiente. Fue nuestra ciudad en estos años el remedio de las más Economía, política y sociedad en Galicia: la provincia de Mon-
distantes. Repartió este año [de 1564] más de 300.000 fanegas doñedo, 1480-1830. Madrid: Xunta, 1985, p. 283).
de trigo a las Canarias y Galicia, sin las que las más cercadas 25.  El edificio del pósito de Murcia no fue levantado hasta
sacábanle cada día». (RALLÓN, Fray Esteban: Historia de la 1577, en la plaza de San Francisco, tal y como recoge la ins-
ciudad de Xerez de la Frontera y de los Reyes que la domina- cripción de su fachada, a pesar de que desde 1556 habían sido
ron desde su primera fundación. Cádiz: Universidad de Cádiz, ya aprobadas las ordenanzas, y funcionaba en la ciudad dicho
Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, 1999, pp. 156-157). Por equipamiento municipal. (CHACÓN JIMÉNEZ, Francisco:
su parte, Asturias era una de las regiones más sometidas a las Murcia en la centuria del Quinientos. Murcia: Universidad de
inclemencias del tiempo, con grandes dificultades para propor- Murcia, 1979, pp. 112-113).
cionar pan a su población: En los años de mil quinientos setenta 26.  «Hagáis por ahora alquilar una casa que sea conve-
y tres, setenta y quatro, setenta y cinco y setenta y seis, huvo los niente para alhóndiga, en la cual vos mandamos que a costa de
mayores quatro años de hambre que jamas en el Principado los propios hagáis comprar el trigo que más se pueda comprar,
de Asturias se vio. [...] en tanto que con la esterilidad grande de manera que a lo menos haya en ella sobrado el trigo que
de estos quatro años que vinieron uno en pos de otro vinieron fuere menester para la provisión de esa dicha villa y su tierra dos
tan grandes hambres, que vino a valer la anega de trigo que meses al año». (Archivo Municipal de Cáceres, Alhóndiga sobre
traian de Castilla y de Franica a treynta y quarenta reales y granos, Expedientes (siglo XVI), cit. por PEREIRA IGLESIAS,
venderse el pan cocido por rede y con limitacion en esta ciudad José Luis: Cáceres y su tierra en el siglo XVI. Economía y socie-
[de Oviedo]. (AVILÉS, Tirso de: Armas y linajes de Asturias dad. Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”, 1990, p. 142).
y Antigüedades del Principado. 1586, Biblioteca Nacional de Véase también: Archivo Municipal de Cáceres, Documento 372,
Madrid, ms. 18123 (1ª ed. Oviedo: [s. n.], 1956. (reed. Ovie- 16-VIII-1504, fols. 6r.-6v.; Archivo Municipal de Cáceres, Li-
do, 1991), p. 308). Véase también IBARRA Y RODRÍGUEZ, bros de Acuerdos de 1543 a 1551, fols. 173v. y 326v., cit. por
Eduardo: op. cit., pp. 15-20. PEREIRA IGLESIAS, José Luis: op. cit. (1981), p. 208.

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Luis J. Gordo Peláez

con la construcción de Casas Consistoriales, las trucción de un nuevo edificio consistorial en 1557,
poblaciones castellanas a menudo no dispusieron se decidió entonces que en la misma obra quedaran
en un primer momento de edificios municipales de instaladas también la lonja, la cárcel y las paneras
nueva planta, construidos expresamente para alma- del pósito, situadas estas últimas en la parte inferior
cenar importantes cantidades de trigo y otros cerea- del edificio30.
les; por lo que fue frecuente que los concejos arren- Ciertas actividades comerciales vinculadas con
dasen casas y edificios particulares para tal fin, con estos edificios de abastecimiento, como la venta de
el consiguiente perjuicio que ello provocaba en las pan, era costumbre desarrollarlas en las plazas de
cuentas de las arcas municipales ya que, a menudo, mercado y sus soportales. Sin embargo, aquella si-
se veían obligados a pagar alquileres abusivos27. tuación distaba mucho de ser ordenada y demandaba
La ubicación de estos equipamientos munici- una vigilancia y organización escrupulosa por parte
pales en la trama urbana de las ciudades no estuvo de las autoridades municipales de forma que, como
nunca predeterminada, sino que más bien dependió, afirmaba Castillo de Bovadilla, «para que aya buen
en gran medida, de su incidencia en la política eco- recaudo, orden y concierto en la provisión y venta
nómica y social de las poblaciones castellanas, y de de los mantenimientos, deve proveer el Corregidor,
una funcionalidad y práctica constructiva coheren- como cada género dellos tenga de por si su lugar y
tes. Entendidas como reguladoras del cereal alma- puesto señalado para venderse, es a saber el trigo y
cenado, pero también como entidades de préstamo, cevada en la alhóndiga, o en alguna plaça, el pan
las alhóndigas y pósitos se convirtieron en una sus- cozido en otra; la carne, la caça, el pescado, el aze-
tanciosa fuente de riqueza para los concejos mu- yte, las candelas, la fruta, y la verdura en sus par-
nicipales, a los que proveían de fondos necesarios tes y puestos con distinción, de manera que no se
para financiar la actuación en diversos campos del embarace ni mezcle lo uno con lo otro».31 Pósitos,
urbanismo de las ciudades. Ese control, por tanto,
que los cabildos municipales debían ejercer sobre el VIANA, Emilio: Laguardia en el siglo XVI. Vitoria: Diputación
Foral de Álava, 1959, p. 115).
caudal económico procedente de uno de sus bienes
30.  Desde 1509, y antes de levantar las nuevas Casas Con-
de propios, determinó que con frecuencia esta ins- sistoriales, la ciudad había adquirido otras casas que fueron uti-
titución fuera albergada en dependencias municipa- lizadas para el concejo y el pósito: «mas dieron e pagaron a
les próximas o directamente lindantes con las Casas Juan Lozano vecino de la ciudad de Murcia seis mil maravedís
Consistoriales donde se reunían los miembros del por unas casas que compraron para el concejo para ajustar un
alhorin y una camara de concejo e carcel para todo lo necesa-
concejo, encargados de regir y administrar los pósi- rio que el concejo a de menester» (Archivo Municipal, Libro de
tos y alhóndigas28. En algunos casos, incluso, ambas propios más antiguo, cit. por GUARDIOLA TOMÁS, Lorenzo:
instituciones, de abastecimiento y de reunión de los Historia de Jumilla. Murcia: Bodegas Cooperativa San Isidro,
miembros del concejo, compartían un mismo in- 1976, pp. 120-121). Situación similar a la de Jumilla, se dio
en Sigüenza hasta la construcción de un edificio propio para
mueble. Este es el caso de la alhóndiga de Bilbao el pósito: «Da en datta y se le pasa en quenta ciento reales,
que, en un primer momento, estuvo situada en los los mismos que pago a Juan López de Rodrigo, mayordomo
bajos de las viejas Casas Consistoriales, ubicadas de propios de esta ciudad, a quien les paga el dicho Pósito en
éstas junto a la iglesia de San Antón29. Por su parte, cada un año, por el granero y cámara que se da para el pan
cocido en las casas del Consistorio». (Archivo Municipal de
en Jumilla, cuando el concejo emprendió la cons-
Sigüenza, leg. núm. 115-1, 1572, cit. por MANSILLA PÉREZ,
Isabel: «Pósitos reales y píos pertenecientes a la subdelegación
27. Esta situación ocurrió en Cuenca donde, debido a estos de Sigüenza: estudio de su pósito real». Actas del I Encuentro
problemas, el concejo decidió finalmente construir un pósito de Historiadores del Valle del Henares, (Guadalajara, noviem-
para el almacenamiento del grano a partir de 1568. (ROKISKI bre 1988). Alcalá de Henares: Institución de Estudios Complu-
LÁZARO, María Luz: Arquitectura del siglo XVI en Cuenca. tenses, 1988, p. 449).
Cuenca: Diputación Provincial, 1985, t. I, p. 348). 31. CASTILLO DE BOVADILLA, Jerónimo: op. cit., t. II,
28.  En Coria, el edificio de la alhóndiga estaba situado en lib. III, cap. IV, pp. 55-56. Luis de Peraza hace una descripción
la calle de Santiago, que procedía de la plaza mayor, frente a de como se organizaba el abastecimiento en las diferentes pla-
la iglesia homónima, y su construcción compartía muros con zas de la ciudad hispalense: «Tengan compañía a las calles,
el antiguo edificio consistorial, ya desaparecido. (NAVAREÑO las plazas desta real cibdad de Sevilla, cuia multitud es tan
MATEOS, Antonio: Arquitectura y urbanismo de Coria: siglos grande, que apenas se podrá contar; [...] las de la real cibdad
XVI-XIX. Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”, 1982, p. de Sevilla son sin duda munchas más, por que munchas veces
150). he contado más de ochenta plazas grandes y pequeñas, donde
29.  BASAS, Manuel: Breve historia de la Alhóndiga Mu- todas cosas de comer se suelen vender en muncha abundan-
nicipal de Bilbao. Bilbao: [s. n.], 1970, p. 7. En Laguardia, el cia. [...] Hay otra plaza que dicen de S. Francisco, [...] Está
recién construido edificio consistorial de la plaza mayor, junto en medio della la Imperial Casa de Cavildo, [...] Antiguamen-
a las murallas de la ciudad y la Puerta Nueva o de las Carnice- te se vendió en esta plaza pan y carne y pescado y hortaliza,
rías, acogió también, desde 1575, el pósito del trigo. (ENCISO pero viendo que era más decente estar desocupada la más real

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Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

a­ lhóndigas, casas de panadería, carnicerías o redes de En algunos casos, llegaron a conformarse como
pescado fueron apareciendo en la trama urbana de las plazas mayores, y fue habitual también, durante el
ciudades castellanas, convirtiéndose en obras prefe- siglo XVI, la construcción de los edificios consisto-
rentes dentro de los programas edilicios municipales, riales en un emplazamiento urbano próximo a ellas
esenciales para diferenciar y controlar eficazmente las o en su mismo recinto, de forma que los responsa-
diversas actividades en relación con los abastos32. bles municipales podían ejercer un seguimiento más
Estas plazas de mercado, a menudo, habían sur- directo de las labores de abastecimiento allí presen-
gido como espacios urbanos abiertos e irregulares en tes, evitando así situaciones de fraude34. En Toro, la
su trazado, en los arrabales de las poblaciones, junto plaza mayor quedó configurada a mediados del siglo
a alguna puerta de las murallas. Plazas que, con el XVI, y en ella se establecieron las carnicerías, rehe-
crecimiento de las ciudades, quedarían absorbidas chas en 1522, las Casas Consistoriales, construidas
e incorporadas en la morfología urbana durante la entre 1554 y 1556, y la alhóndiga, existente también
Edad Moderna, albergándose en ellas asiduamente desde mediados de siglo y ampliada en 1571, creán-
los equipamientos municipales de abastecimiento33. dose así un centro de distribución y abastecimiento
muy representativo de la ciudad35.
Por otro lado, la funcionalidad fue un factor de-
plaza que havía en Sevilla, mandáronla estar toda vacía como
agora está. [...] Luego está la Plaza de S. Salvador donde están
terminante para el emplazamiento de estas cons-
los cordoneros y cereros o candeleros. En esta plaza venden trucciones que, en ocasiones, se ubicaron junto a
a su tiempo melones de diversas simientos, y continuamente las murallas de las ciudades donde se levantaron,
hortaliza. Otra plaza es la que dicen de Abajo, donde están las aprovechando en su edificación los gruesos muros
panaderas de Sevilla en su poyo; están en otro frontero desde
los panaderos que traen las mui blancas y mui sabrosas ros-
de piedra existentes que cumplían eficazmente la
cas de Utrera y hogazas de Alcalá, y de Gandúl y Marchenilla. función de contrarrestar los fuertes empujes que,
Véndese en esta plaza todo el año peros, y camuesas, cermeñas sobre las paredes, ejercían las enormes cantidades
y peras; todas frutas secas. Así mismo, a su tiempo, cerezas de grano almacenadas en estos edificios36. Además,
comunes y guindas y mui gruesas cerezas roales, higos verdes y
brevas; finalmente, todo género de frutas que suelen dar apetito
y sabor. Está pasada una calle, la Plaza de Arriba, donde se del pescado y del matadero, la reforma de las carnicerías, o el
vende toda la hortaliza, y junto la Plaza de Santo Isidro, donde establecimiento de una Casa de Panadería en dicha plaza del
venden el pescado marisco que no venden por peso. Junto está Arrabal. (Véase CASTILLO OREJA, Miguel Ángel: Madrid
la Plaza del Alfalfa, [...] Agora se venden mui gordos pavos, en la política urbanística de Felipe II: el Memorial de obras de
capones, gallinas, perdices, conejos y todo género de aves que la Villa (Ca. 1566). Madrid: Ayuntamiento de Madrid, 1999).
más adelante se dirá. Junto a esta está la plaza donde están las 34.  «La plaza mayor donde es ordinario concurso de los
carnecerías y las freideras». (PERAZA, Luis de: Historia de tratantes, mercaderes y vecinos, muy capaz, ancha y alegre, a
Sevilla, Década III, ms. original siglo XVI, (ed. Sevilla: [s. n.], un lado de ella están las Casas del Cabildo nuevamente la-
1979), pp. 103-105). bradas, que daban lustre y autoridad a la ciudad; junto con
32. La venta del pan en la plaza fue algo muy corriente el Cabildo están la casa de los Corregidores, la alhóndiga y
en las ciudades castellanas y la construcción de panaderías no cárcel pública. En la acera de en frente están los oficios de
sólo está en relación con la higiene y la obligación de garanti- escribanos, algunas tiendas de mercería y confitería y otros
zar el abastecimiento de las poblaciones, sino también con la oficios. Dejo aparte el tratar de la calle Nueva, que era todo
idea de disponer de emplazamientos adecuados que pudieran el grueso del trato de todas mercaderías, sin otras particulari-
ser controlados y vigilados en todo lo relacionado con este co- dades y cosas notables como es en la Aduana Real». (ABREU,
mercio, especialmente el peso, el precio y la calidad del pan que Pedro de: Historia del saqueo de Cádiz por los ingleses en
se vendía. Además de evitar engaños y su venta fraudulenta en 1596. Cádiz: Universidad de Cádiz, 1996, p. 149).
casas particulares y sin controles, se favorecía la creación de 35.  Véase Archivo Municipal de Zamora, Cuentas de pro-
un lugar adecuado, protegido de las inclemencias del tiempo y pios, fols. 216, 256, 259, 322; y Archivo Histórico de Protoco-
mejor organizado que la disposición de las panaderas y panade- los de Zamora, Sign. 3005, fols. 955-956, cit. por NAVARRO
ros en la plaza. Éste fue el caso de León, donde la construcción TALEGÓN, José: Catálogo monumental de Toro y su alfoz. Za-
de la Casa de la Panadería, en 1588, se debió a las malas con- mora: Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 1980, p. 35
diciones en que se desarrollaba esta actividad comercial en la 36. La alhóndiga de Cáceres estaba situada, a mediados del
ciudad. (Véase RIVERA BLANCO, José Javier: Arquitectura siglo XVI y aún durante la centuria siguiente, en el sitio de
de la segunda mitad del siglo XVI en León. León: Diputación las Peñuelas, de espaldas a las murallas. (LOZANO BARTO-
Provincial, 1982, p. 227). LOZZI, María del Mar: El desarrollo urbanístico de Cáceres
33. En Madrid, a lo largo del siglo XVI, se plantearon (siglos XVI-XIX). Cáceres: Universidad de Extremadura, 1980,
una serie de reformas para regularizar y sistematizar la antigua pp. 98-99). En Guadalajara, los graneros del pósito se constru-
plaza del Arrabal, donde se había ido concentrando la activi- yeron, a partir de 1571, en la torre Quemada, y aprovechando
dad comercial de la ciudad ya desde el reinado de Carlos V. El los huecos de las puertas del Mercado y de Bejanque en las
Memorial de obras de la villa, redactado en tiempos de Felipe murallas de la ciudad. (MEJÍA ASENSIO, Ángel: op. cit., pp.
II, hacia 1566, proponía diversas medidas para mejorar, entre 158-159). Y, en Segovia, la alhóndiga también fue levantada a
otros aspectos, el servicio de abastecimiento de la ciudad me- comienzos del siglo XVI, en tiempos de los Reyes Católicos,
diante la construcción de una alhóndiga, el traslado de la casa junto a la muralla y la casa de Aguilar, no lejos del Postigo de

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Luis J. Gordo Peláez

esta ubicación permitía que estos edificios estuvie- Cerrada, primitivo espacio junto a la muralla, fue
ran próximos a las vías de comunicación y acceso a el lugar escogido para levantar una nueva alhóndi-
las ciudades, por donde entraba el cereal procedente ga y pósito del pan en la ciudad, sustituyendo a un
del campo. antiguo edificio destinado a tal fin, que el concejo
En Burgos, tras la terrible peste que afectó a la tenía arrendado y que no cumplía con los requisitos
ciudad en 1565, el concejo comprobó la insuficien- exigibles de conservación del trigo, sin problemas
cia de su alhóndiga municipal para asegurar el su- de humedad y elevado del suelo41.
ministro de trigo a la población, a la vez que consi- La solidez que debían presentar estos edificios
deró también imprescindible trasladar el edificio por determinó para su construcción, en algunos casos,
su ubicación, que resultaba dañina para el grano37. no sólo el aprovechamiento de recias estructuras
Esto muestra como la orientación de estas construc- como las murallas, sino también el empleo de resis-
ciones resultaba también otro factor determinante, e tentes muros que soportaran la elevada presión del
incluso se consideraba que los corregidores debían grano que se cobijaba en su interior. Esto determinó
visitar los alholíes y graneros públicos, entre otras también la concepción arquitectónica y distribución
razones, «para ver el edificio dellos, si se llueven, o interior de estos edificios, que estaban formados
están mal seguros, o si las ventanas son chicas, y al siempre por una serie de grandes y sencillas cámaras
cierço, como conviene que sean, o si tienen otro de- o trojes, con diversas variantes en función de su or-
fecto alguno, o si el trigo passa de tres años, que es ganización en planta y alzado. Fueron muy frecuen-
el tiempo que en las troxes se conserva sin gorgojo tes los edificios que tan sólo presentaban un piso en
y en los silos con paja se conserva siete año».38 altura, de planta rectangular, y su interior queda-
La concepción arquitectónica de estos edificios ba formado, generalmente, por dos o más grandes
estuvo, en todo momento, determinada por la fina- naves, separadas por arquerías de medio punto sobre
lidad y funcionalidad de este tipo de construcciones. pilares o columnas, por lo general cubiertas con for-
Para ello, tal y como afirmaba Castillo de Bovadila, jados o armaduras de madera al interior, y de dos
no sólo la orientación del edificio era esencial, sino aguas al exterior para evitar la entrada de lluvia. En
que además exteriormente su arquitectura respondía Arévalo, al construir la alhóndiga entre 1534 y 1537,
a la necesidad de garantizar la conservación del ce-
real almacenado, de forma que, entre otros aspectos,
se consideraba más favorable la presencia de vanos 1571. (MEJÍA ASENSIO, Ángel: op. cit., pp. 157-158). Fue
también frecuente el empleo de ladrillo y madera en el suelo
pequeños, que favoreciesen un mínimo de ventila- para evitar los citados problemas, algo que se desprende de las
ción, pero sin llegar a deteriorar el grano, y, en cual- declaraciones de los visitadores de la Orden de Calatrava, en
quier caso, intentando evitar la humedad del suelo, 1721, pero referidas a una descripción del interior del pósito
que resultaba extremadamente perjudicial39. En este real de Torralba de Calatrava, en Ciudad Real, obra del siglo
XVI: «Visitaron el dicho pósito que esta en la plaza publica
sentido, a menudo se recurría a la construcción de contiguo al atrio de la Yglesia parroquial de ella por una parte
dos suelos, elevado uno respecto al otro, de forma y por otra con las casas consistoriales del ayuntamiento y tiene
que el cereal quedará protegido de la tan temida hu- su entrada por la sala capitular vaxa de el, a la mano izquierda
medad40. En Écija, por ejemplo, la plaza de Puerta y su puerta es nueva y tiene tres llaves y ai un granero vaxo en-
luzido en yesso sus paredes y en la que cae a dicho atrio ai una
ventana mediana nueva con una rrexa de yerro para zerrarla
San Martín. (RUIZ HERNANDO, J. Antonio: Historia del Ur- y que este segura y dicho granero vaxo esta fundado en sota-
banismo en la ciudad de Segovia del siglo XII al XIX. Madrid: no y enlosado con ladrillo de buena disposizion y de maderas
Diputación Provincial, 1982, t. I, p. 128). buenas y fuertes. Visitose el granero alto que cae enzima del
37.  «Estaba edificada al abrego que era el que danaba el antexedente y su escalera es de yesso y ladrillo de buen fabrica
pan y no al cierzo que lo conservaba». (Archivo Municipal de y estta a mano izquierda como se entra en dicho granero vaxo y
Burgos, Actas, 1569, fol. 109. Provisión real demandando infor- las paredes del alto estan enluzidas de yesso y el suelo enlosado
mación para la construcción de una nueva Alhóndiga, cit. por de ladrillo y las maderas del cubierto son fuertes y seguras y
IBÁÑEZ PÉREZ, Alberto C.: Arquitectura civil del siglo XVI en estan con ripias buenas». (Archivo Municipal de Torralba, leg.
Burgos. Burgos: Caja de Ahorros Municipal, 1977, p. 228). 225, fols. 8v.-9v., cit. por MANSILLA PÉREZ, Isabel: «Pósitos
38. CASTILLO DE BOVADILLA, Jerónimo: op. cit., t. II, en la villa de Torralba de Calatrava». [En] Cuadernos de Estu-
lib. III, cap. III, p. 29. dios Manchegos. Ciudad Real: CSIC (18) 1988, p. 361).
39. Un ejemplo de estos planteamientos lo representa el 41. El nuevo pósito, construido en los años treinta del siglo
pósito de Campo de Criptana, en Ciudad Real, formado por XVI y con mayor cabida para el trigo, disponía ya de cámaras
una sencilla construcción de piedra de mampostería y sillar, de altas que permitían su almacenamiento en condiciones ade-
recios muros y con algunas pequeñas ventanas superiores que cuadas. (YAGUEZ BOZA, M. C., «Espacios económicos en
cumplían dichas funciones de ventilación. Écija. Datos para su estudio». Actas del III Congreso de His-
40. Ésta fue la forma de proceder durante la construcción toria: Écija en la Edad Media y Renacimiento, (Sevilla, 1991).
de uno de los graneros del pósito de Guadalajara a partir de Sevilla: Universidad de Sevilla, 1993, pp. 403-411).

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Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

se recurrió a este modelo de sencilla construcción de con bóvedas de cañón, dispuestas de forma perpen-
planta rectangular, formada por dos grandes naves dicular a la fachada, independientes entre sí, y sobre
separadas por arcos de ladrillo42. No obstante, aún ellas, en los pisos superiores, se abrían largas naves
siendo muy reiterado, no fue éste el único tipo ar- con sencillas cubiertas de madera. En la población
quitectónico y, en todo caso, su utilización frecuente albaceteña de Chinchilla, el alholí o pósito, reali-
radicaba en su funcionalidad, determinante siempre zado en piedra de sillería y levantado a finales de
en la ejecución de este tipo de obras. los años cuarenta del siglo XVI, está formado por
En otras ocasiones, también se optó por levantar dos plantas, en las cuales el piso inferior presenta un
construcciones de dos o más plantas, donde o bien cerramiento de bóvedas de cañón, mientras la parte
se mantuvo este modelo, como en el caso de Burgos, alta fue cubierta a dos aguas sobre pilares44.
o se planteó la disposición de salas abovedadas en el La convivencia, y a veces asimilación, de ambos
cuerpo inferior, situando el cereal en los pisos altos, equipamientos –pósito y alhóndiga– en un mismo
separado así de la humedad del terreno y permitien- edificio, en muchas poblaciones de Castilla durante
do con estas estructuras distribuir los empujes que, el siglo XVI, determina que no se pueda hablar de
sobre las paredes, ejercía el enorme peso de cereal unas características arquitectónicas específicas para
allí alojado43. En los casos en los que se recurrió cada una de ellas. De hecho, alhóndigas como la de
al abovedamiento, los edificios –por lo general, de Arévalo responden a un modelo de edificio que po-
planta rectangular– solían presentar grandes naves dríamos considerar más propio de las funciones de
los pósitos. De igual forma podemos comprobar que
se dio la situación inversa, ya que el pósito de Priego
42. CERVERA VERA, Luis: Arévalo (Ávila). Desarrollo
urbano y monumental hasta mediados del siglo XVI. Madrid:
de Córdoba debió organizarse, al interior, en torno
Editorial Alpuerto, 1992, pp. 332-335. En el exterior de esta a un patio central cuadrado o rectangular, al que se
obra, elevada con gruesos muros de mampostería y ladrillo, se abrirían las diversas galerías y naves para el alma-
abrieron pequeñas ventanas para la ventilación del grano, y una cenamiento, siguiendo así un tipo de arquitectura y
sencilla portada de arco de medio punto adovelado, coronado
distribución del espacio, común en las alhóndigas
por la decoración heráldica de la villa.
43.  Francisco de Torres realizó una descripción del pósi- musulmanas, tomado como modelo durante el siglo
to de Baeza donde expone, a la perfección, una de las formas XVI en este tipo de construcciones. La alhóndiga de
de concebir este tipo de construcciones: «Sobre la muralla que Málaga, originalmente musulmana y que tras la Re-
corre desde la Torre los Altares a la Iglesia de la Vniversidad conquista también pasó a cobijar las dependencias
están fabricados los graneros de la çiudad, como la dicha Igle-
sia es el Pósito edifiçio sumptuosíssimo en lo material y mucho del pósito, respondía a este tipo de diseño, y cuan-
más en lo formal, por encerrarse en él todos los años de la do fue reedificada durante el siglo XVII conservó
villa de Bailén solamente, tres mil fanegas de trigo, que tiene su estructura islámica originaria45. Son muchos los
obligación a pagar vna quantidad de tierras que Baeza le dio
con esta carga, fuera de este granero se ençierra el de los pro-
pios de la çiudad, que no es pequeña quantidad, los trojes son 44.  GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, Luis Guillermo et
espaciosíssimas, fuertes y hermosas; la puerta principal tiene alii: Arquitectura de la provincia de Albacete (Estudio Histó-
dos entradas por donde suben las cabalgaduras por cuesteçi- rico-Artístico). Toledo: [Junta de Castilla-La Mancha], 1999, p.
llas para descargar el grano en los trojes, que por estar en 279. El pósito de Ronda, que albergaba las dependencias de la
alto, goça el granero de los aires y no de la corrupción que le alhóndiga en un edificio de dos pisos, fue también concebido
podía causar la humedad del suelo bajo, cargan las trojes sobre con salas abovedadas en su planta baja, en este caso alineadas
fuertes bóbedas, las piezas que les corresponden por lo bajo, en perpendicular a la fachada, y dos pisos superiores con arcos
siruen de caballerizas, quando ai en la çiudad alojamiento de sobre pilares. (MIRÓ, Aurora: Ronda. Arquitectura y urbanis-
soldados de a caballo; algunas se comunican a la Alhóndiga, mo. Málaga: Confederación Española de Cajas de Ahorro, 1986,
que le cae más vajo; el lienço todo del granero está lleno de p. 126). Algo que también se planteó en el de La Iruela, en Jaén.
carretas, ya de las Arinas Reales, ya de la ciudad, y con las Por el contrario, la cubrición y distribución del espacio de las
puertas y uentanas de las caballerizas pareçe bien». (TORRES, salas del pósito de Alhama de Granada se resolvió de forma si-
Francisco de: Historia de Baeza del P. ..., Ms. original 1677, milar en sus dos plantas y semisótano. Construido en la primera
(ed. Baeza: Ayuntamiento, 1999), pp. 99-100). Muchas veces mitad del siglo XVI en la plaza mayor, donde también se levan-
la doble función de estos edificios implicó que el cuerpo bajo taron la cárcel real y las Casas Consistoriales, está formado por
fuera utilizado para las dependencias de la alhóndiga (como en dos grandes naves en el interior, separadas por una arquería cen-
Loja), o del concejo (como en Zufre); mientras los almacenes tral de medio punto. (GILA MEDINA, Lázaro: Alhama de Gra-
del pósito quedaban ubicados en la parte alta del edificio. En nada. Patrimonio artístico y urbano. Granada: Ayuntamiento de
Zufre y Moclín se recurre, además, a situar el acceso al cuer- Granada, 2003, p. 110). La alhóndiga de Burgos, de dos pisos
po superior independiente del piso bajo. (Véase GIL PÉREZ, y concluida en 1514, también estaba organizada en base a una
María Dolores et alii: Pósitos, cillas y tercias de Andalucía: serie de naves separadas por pilares y con cubiertas de techum-
catálogo de antiguas edificaciones para almacenamiento de bre plana. (IBÁÑEZ PÉREZ, Alberto C.: op. cit., pp. 224-228).
granos. Sevilla: Dirección General de Arquitectura y Vivienda, 45.  CARMONA RODRÍGUEZ, Josefina: op. cit., pp. 19-39;
1991, pp. 270-271 y 310-312). y AGUILAR GARCÍA, María Dolores: Málaga: (1487-1550).

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Luis J. Gordo Peláez

e­ jemplos de poblaciones cuyas equipamientos pú- de estas construcciones. Aunque no podemos hablar
blicos, destinados al abastecimiento y provisión de de un modelo arquitectónico definido, fue muy fre-
trigo, compartieron en un mismo edificio las funcio- cuente la apertura de los vanos de las portadas por
nes de pósito y alhóndiga46; pero también se proyec- medio de un sencillo arco de medio punto adove-
taron, en otras urbes, construcciones independien- lado49. A menudo, también se enmarcó dicho vano
tes, como en las poblaciones de Loja y Baeza47. por medio de un alfiz, sobre el cual fue recurrente
Con el fin de preservar el cereal, estos edificios, siempre la incorporación de una decoración de tipo
exteriormente, respondían a volúmenes cerrados, heráldico, que incluía las armas reales, al tratarse en
donde fue muy común el empleo de la piedra, tanto en origen de edificios de fundación regia; los escudos
mampostería como en sillar, con tan sólo algunas pe- de la ciudad, puesto que los miembros del concejo
queñas ventanas que facilitaban la ventilación, como eran los administradores y regidores de estas obras
ya veíamos en Campo de Criptana, donde sobresalían en la práctica y, por último, normalmente se añadie-
las portadas como lo más singular48. En ellas, donde ron también las armas del corregidor, representante
es habitual el empleo de cantería, se concentrará el real en el municipio, y a la postre impulsor de estos
carácter más representativo del edificio, mostrando, edificios bajo cuyo mandato se habían erigido50.
mediante inscripciones y programas decorativos y Partiendo de este modelo se dieron numerosas
emblemáticos, significaciones concretas en relación variantes, donde se fueron incorporando mayores
con la ciudad, el poder municipal y la funcionalidad aspectos decorativos y arquitectónicos llegando
a ejemplos muy ornamentales y vinculados a los
lenguajes renacentistas del momento, ilustrando
Arquitectura y ciudad. Málaga: Diputación Provincial, 1998, pp.
163-164. La alhóndiga, y al mismo tiempo pósito, de Sevilla
así las palabras de Castillo de Bovadilla cuando, al
respondía también a este tipo de modelo. referirse al ornato e imagen de la ciudad, afirma-
46. Esta situación se dio, no sólo en Málaga o Priego de ba que «conviene que los edificios de las ciudades
Córdoba, también en Toledo, Granada, Sevilla, Valladolid o sean hermosos y autorizados, pues que el ornato y
Cáceres, entre otras muchas poblaciones. En Granada, la alhón-
hermosura de las casas, y de los edificios públicos
diga de granos, desaparecida a comienzos del pasado siglo y
donde también tenía asiento el pósito municipal, fue construida y particulares, es adorno e interesse de la ciudad»,
en la primera mitad del siglo XVI, siendo ampliada posterior- además, de que «en ninguna cosa, en tiempo de paz,
mente. Estaba organizada en torno a un patio central porticado, se gasta la hazienda pública más loablemente, que
y en el interior del edificio quedaban distribuidas las cámaras o en los edificios comunes»51. Este planteamiento po-
graneros para guardar el cereal municipal, aunque sin un plan
preconcebido, ya que la obra fue creciendo en función de las demos observarlo en la portada de la alhóndiga de
necesidades, ampliándose con nuevas estancias. En la ciudad Burgos, ornamentada con una decoración vegetal en
también funcionó la alhóndiga Zayda, situada junto a la Puerta el alfiz, la rosca del arco y sus enjutas, junto con
Real y ya perdida, destinada a la venta de otras mercancías y, al una decoración figurativa en tondos, además de he-
igual que la de granos, en torno a un patio fueron organizándo-
se el resto de dependencias, aunque sin responder a un diseño
raldos acompañando el escudo real. En Alcaraz, la
de planta ordenada. (LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Tradición y casa del alhori de esta ciudad, tal y como refleja
clasicismo en la Granada del siglo XVI: Arquitectura civil y una inscripción en su fachada, muestra un tipo de
urbanismo. Granada: Diputación, 1987, pp. 533-536). portada más elaborada, formada por un medio punto
47. La alhóndiga de Loja, durante gran parte del siglo XVI,
con arquivoltas, flanqueado por columnas corintias
contó con inmueble propio, pero finalmente sería trasladada
desde la plaza mayor a la plaza nueva, que ejercía de centro mer- sobre pedestales, coronado por un entablamento con
cantil de la ciudad, e incorporada en la obra del nuevo pósito que
empezó a levantarse en 1571. (GALERA MENDOZA, Ester:
Loja, urbanismo y obras públicas. Desde la conquista al siglo 49.  En Ourense, el edificio de la alhóndiga y pósito, cons-
XVIII. Granada: Universidad de Granada, 1997, pp. 97-106). truido en 1581, fue realizado en mampostería, destacando en su
48.  Este tipo de edificio también se ejecutó en Medina de exterior el acceso, formado por una portada de arco de medio
Rioseco, donde los miembros del concejo acordaron «que se hi- punto. (GALLEGO DOMÍNGUEZ, Olga: A cidade de Ouren-
ziese vna panera do se recoxiese el pan quando la villa quisiere se. Unha visión a través dos séculos. Ourense: Museo Arqueo-
hazer alhondiga dello para el proveymiento de la villa y de los lóxico Provincial, 2001, p. 146). Del mismo modo, los pósitos
pobres, y acordaron que se hiziese en el corro junto a la zerca, de Segovia y Alhama de Granada, o las alhóndigas de Arévalo,
cabe la puerta nueva». Las obras de este pósito y alhóndiga se San Clemente, y Zamora, siguieron este tipo de portada.
iniciaron en 1547, con la construcción de un sencillo edificio 50. Las portadas de alhóndigas y pósitos, distantes geo-
en piedra, formado por un zaguán y una gran nave rectangular, gráficamente, como Zamora o Campo de Criptana, responden
abierta al exterior con unos estrechos vanos, y una sencilla por- a esta concepción, si bien en este último caso, flanqueando al
tada donde también se esculpió la fecha de 1616, año en que se escudo real, se añadieron los de la Orden de Santiago, bajo cuya
decide ampliar la obra con una segunda panera. (Archivo Mu- jurisdicción quedaba dicho pósito.
nicipal de Medina de Rioseco, Libro de acuerdos, 22 octubre 51. CASTILLO DE BOVADILLA, Jerónimo: op. cit., t. II,
1546, cit. por PÉREZ GARZÓN, Francisco: op. cit., p. 170). lib. III, cap. V, pp. 77-78.

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Pósitos, alhóndigas y alholíes: Edificios municipales de abastecimiento en Castilla durante el siglo XVI

las armas de la ciudad, y sobre él la portada remata En otras ocasiones, como ya veíamos en el pósito de
con el escudo imperial de Carlos V, todo ello salpi- Sigüenza, se añadieron ciertas leyendas que hacían
cado por una minuciosa y profusa decoración a base referencia al carácter esencial de estas construccio-
de grutescos y candelieri52. En cualquier caso, entre nes, como fuente de riqueza y prosperidad de los
las obras conservadas, destaca la portada del pósito municipios55.
de Jaén, único vestigio que nos ha llegado de dicho No obstante, estas obras no siempre siguieron
edificio y que enfatiza, por medio de una refinada estos parámetros en la organización de sus facha-
decoración alegórica, el tema agrícola y la función das, influyendo en ciertas ocasiones su ubicación
primordial de este edificio municipal53. dentro de la trama urbana de las ciudades, de forma
Junto con la heráldica no faltó, habitualmente, la que algunos edificios fueron concebidos, en su ex-
decoración epigráfica, donde se recogía, en breves terior, con soportales, e incluso también arquerías
líneas, el año de ejecución de la obra, el nombre del superiores abiertas a espacios públicos56. El pósito
monarca reinante, y del corregidor de la ciudad54. de Priego de Córdoba, iniciado en 1572, presenta-
ba una fachada de dos cuerpos, con soportales en la
52.  Véanse IBÁÑEZ PÉREZ, Alberto C.: op. cit., pp. planta inferior y galerías de arcos de medio punto
224-227; y GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, Luis Guillermo et sobre columnas en la planta alta. Esta organización
alii: op. cit., pp. 247-249. En el pósito de Baeza, los emblemas re-
gios, de la ciudad y del corregidor, quedaban enmarcados por una
de la fachada, abierta al exterior, está en relación
inscripción y un entablamento quebrado sostenido por pequeñas con su ubicación, en la Plaza de Palenque, destinada
columnas. (CRUZ CABRERA, José Policarpo: Patrimonio ar- al mercado, de forma que los soportales debieron
quitectónico y urbano en Baeza (siglos XVI-XVII): aristocracia ser también utilizados para actividades comercia-
y conmemoración pública. Granada: Universidad de Granada,
1999, p. 191). Por su parte, en San Clemente, el arco de medio
les. Dicha plaza, concebida también como espacio
punto de la portada está flanqueado por pilastras sobre plintos, y
sobre un friso superior se desarrolla un segundo cuerpo rectangu- t. II, lib. III, cap. V, pp. 84-85). Fue éste un debate muy de
lar, enmarcado también por pilastras, en este caso acanaladas, y actualidad en el siglo XVI, como demuestran las encontradas
cobijando en su interior tan sólo el escudo real. discusiones que provocó la colocación de las armas del corregi-
53.  Se trata de dos figuras femeninas en altorrelieve situa- dor Juan de Chaves en el nuevo edificio de la alhóndiga y pósito
das a ambos lados del escudo imperial, en un segundo cuerpo de Logroño, concluido en 1585. (Cfr. ÁLVAREZ CLAVIJO, Mª
de la portada sobre el vano de acceso. Una de ellas sostiene un Teresa: Logroño en el siglo XVI: Arquitectura y urbanismo. Lo-
ramo de cereales y las armas de la ciudad, y la otra un cesto groño: Instituto de Estudios Riojanos, 2003, t. II, p.139).
de pan y el escudo del corregidor del momento. (LÁZARO 55. El pósito de Aracena, en Huelva, tiene una inscripción
DAMAS, María Soledad: «Aproximación a la arquitectura pla- en el friso de su portada que dice: VERITAS DE TERRA ORTA
teresca en Jaén. Francisco del Castillo, el Viejo, y la portada EST ET IUSTITIA DE CELO PROXPEXIT AÑO D 1563. Y,
del Pósito». [En] Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. en Alcalá de Henares, su pósito tenía en el dintel las siguientes
Jaén: Diputación Provincial, (119) 1984, pp. 132-136). palabras: AETHERE SEU LARGUS, SEU PARCUS DECI-
54. En Zamora decía: REINANDO LA CATÓLICA MA- DAT IMBER, LARGA EST COMPLUTI TEMPUS IN OMNE
GESTAD DE FELIPE II SE HIZO ESTA ALHONDIGA PARA CERES. (GIL PÉREZ, María Dolores et alii: op. cit., p. 286; y
PAN POR ACUERDO DE LA CIUDAD, SIENDO CORRE- GONZÁLEZ NAVARRO, Rafael: op. cit., pp. 174 y 192).
GIDOR D. PEDRO RUIZ DE ALARCON Y SOTOMAYOR. 56.  De la lectura de las condiciones con que se a de hacer
AÑO DE 1575. (PIÑUELA XIMÉNEZ, Antonio: Descripción la obra de la casa del posito de Mérida, fechadas a 10 de abril
histórica de la ciudad de Zamora, su Provincia y Obispado. Za- de 1543, parece intuirse que en su fachada se proyectaba crear
mora: Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo», un pórtico, delante de la portada: «ase de hacer una portada de
1987 (ms. de fines siglo XIX), pp. 5 y 16). Sobre la convenien- canteria que tenga siete pies de ancho y de la hechura confor-
cia o no de esculpir en los edificios las armas de los corregido- me a las de la carniceria con sus puertas descalera de buena
res y referencias a ellos también argumentó Castillo de Bovadi- madera de pino que lleven seis barras en cada una de las puer-
lla sus opiniones: «En lo qual digo que el que a su costa haze la tas y la clavazon y cerrojo y un candado conforme a las de las
Iglesia, o otro edificio público, o algún gran aumento, o reparo carniceria con sus argollas y tejuelos, anse de hacer cuatro
en él, no ay duda sino que puede poner en él sus armas de con- arcos que tangan a catorce pies de ueco an de ser los pies de-
sentimiento del ayuntamiento, en lo que toca al pueblo, porque rechos de canteria labrada hasta donde comienzan las vueltas
las armas denotan señorío: y en tal caso el que rae, o quita las de grueso de los pies y de alli arriba an de ser las vueltas de la-
tales armas puede ser castigado según alvedrío del Juez: [...] drillo y medio al mismo grueso a de ser labrada en ladrillo con
pero si el edificio es hecho a costa de la república no se pueden cal y arena un zesto de cal y otro de arena an de ser las vueltas
poner armas en él. Y para lo que haze a nuestro propósito, digo de los dichos arcos labrados de canteria y an de ser los arcos
que muchos Corregidores inconsideradamente ponen su nom- de la obra travesados en cada lugar». (Archivo Histórico de
bre y armas en las dichas obras, sin poner el nombre y armas Mérida, leg. 4, carpeta 12, cit. por BALLESTEROS DÍEZ, J. A:
del Rey que entonces reyna: lo qual no pueden hazer, sino es El pósito de Mérida en los siglos XVI y XVII. Badajoz: UNED,
poniéndolo debaxo dellas:[...] y lo que se acostumbra poner es 1986, pp. 27 y 109). El nuevo pósito de Loja, donde también
las armas Reales: y si quisieren poner título podrá dezir desta se incorporaría la alhóndiga, fue concebido en el diseño de su
manera: Reynando la Magestad del Rey (poniendo el nombre fachada de dos plantas, con un corredor con arcos abierto a la
del que reynare) y siendo Corregidor fulano, se hizo esta obra plaza Nueva o del mercado, que ejercía de centro mercantil de
tal año». (CASTILLO DE BOVADILLA, Jerónimo: op. cit., la ciudad. (GALERA MENDOZA, Ester: op. cit., pp. 97-106).

—  113  —
Luis J. Gordo Peláez

­ unicipal y festivo, determinó muy probablemente


m aunque si podemos hablar de una serie de dependen-
la apertura de galerías superiores destinadas al con- cias o espacios concretos que si estuvieron siempre
cejo municipal que podría así presenciar los actos presentes en estas construcciones, como las trojes
que allí se celebraban57. En Baeza, además del pósi- o grandes naves para el grano, o los patios, que en
to, la ciudad también erigió un edificio propio para las alhóndigas fueron un elemento esencial distri-
la alhóndiga, levantado en la plaza del Mercado, buidor del espacio interior del edificio, en torno al
verdadero centro comercial y festivo de la urbe, uti- que quedaban organizadas dichas cámaras de alma-
lizado por el municipio como “balcón de la ciudad” cenamiento. En cualquier caso, la indiscutible tras-
hasta la construcción de uno nuevo en el siglo XVIII cendencia de estas obras, siempre relegadas a un se-
desde el cual asistir y presidir las celebraciones que gundo plano en la historiografía artística, no radica
allí se desarrollaban. Ello pudo influir también en sólo en su interés arquitectónico y estético notable,
la concepción de la fachada, abierta a la plaza por sino en su excepcional importancia como vestigio
medio de soportales y galerías58. singular de un tipo de arquitectura municipal que en
En resumen, consideramos que no se puede esta- su día fuera necesaria para la renovación y transfor-
blecer un modelo concreto y definido en cuanto a la mación, experimentadas en las ciudades castellanas
tipología arquitectónica de los pósitos y ­alhóndigas, del siglo XVI59.

59.  Alonso de Morgado nos deja una original descripción


de la que fuera alhóndiga de Sevilla, una de las más grandes
del reino, casi pequeña urbe dentro de la ciudad: «Para en lo
tocante a la provisio[n] del pan, tiene en la collacion de Sancta
Catherina vnas casas principales, que de su nombre tomo el
suyo la Calle del Alhoddiga [sic], con[n] sus patios, y sus alho-
lies, y muy grandes salas altas y baxas capazes de todo el trigo,
harina, cevada, y de qualesquiera otras semillas, que en ella
tambien se encierran por via de Posito, para la provision desta
gran ciudad, con vna excelencia, que yo no he oydo de otra
casa semeja[n]te de todo el Reyno. Que es, tener juridico[n]
de por si, de sus puertas a dentro con horca, y cuchillo, carcel,
57.  «Se acordo y mando que se haga una obra y que se y prisiones para los transgressores de sus divinas ordenanças,
haga un quarto a esta parte que sale hazia el Palenque alto la que los Reyes Catholicos ordenaron a cerca del buen govierno
delantera que cale a dichos corredores alto y baxo con los mar- del pan del Posito. [...] Tambien es cosa notable desta Alhondi-
moles que fueren neçesarios de la cantera de Jorque Questa ga, tener vna capilla con su retablo, altar, ornamentos, y todo
sitio de Bernave porque son muy galanos y de mucho provecho. lo necessario en vnos corredores, que descubren todo el patio
Y de mas desto se acordo que los huecos y baxo del dicho posito principal, donde se dize missa todos los dias, que no son do-
se haga de boveda muy bien adereçada y en ella se haga una mingos y fiestas de guardar, para que alli la oygan todos los
bodega de azeite y se hinche de sus tinaxas» (Archivo Munici- presentes». (MORGADO, Alonso de: Historia de Sevilla en la
pal de Priego, Leg. 3. Actas Capitulares de 1572. Acuerdo de 6 qval se contienen svs antigvedades, grandezas y cosas memo-
de febrero, cit. por MORENO MENDOZA, Arsenio: Francisco rables en ella acontecidas desde su fundación hasta nuestros
del Castillo y la arquitectura manierista andaluza. Jaén: Aso- tiempos. Sevilla: Andrea Pescioni y Iuan de Leon, 1587 (ed.
ciación “Pablo de Olavide”, 1984, p. 165). facs. Sevilla: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos
58. CRUZ CABRERA, José Policarpo: op. cit., p. 192. Técnicos, 1981), fols. 51r-51v.).

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La tradición en el discurso arquitectónico de los templos del ámbito rural gallego

La tradición en el discurso arquitectónico de


los templos del ámbito rural gallego1

Dolores Villaverde Solar


Universidad de A Coruña. España

Introducción esquema coherente existe una tipología común: las


iglesias de los tres ayuntamientos presentan plantas
1
Es evidente que en el mundo rural es dónde se poco complicadas dominando las de nave única y ca-
mantienen o conservan los únicos ejemplos de arqui- pilla mayor rectangular o cuadrada y las de nave única
tectura tradicional, a pesar de que paulatinamente van con capillas laterales consiguiendo una cruz latina.
desapareciendo por los cambios, nuevas necesidades
y nuevos hábitos que hacen que se modifique el esti-
lo de vida modificando también las edificaciones. Análisis de edificios
Al hablar de arquitectura rural es necesario ha-
blar del templo parroquial, que es el edificio princi- Ayuntamiento de Boqueixón
pal de la parroquia. El particular paisaje de la zona
o su emplazamiento hacen que se adopte un tipo de Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Codeso
iglesia definido y reconocible a lo largo de todos los
pueblos y aldeas gallegas, donde se repite un modelo Su planta es de salón, con una única nave de
de templo muy uniforme con un esquema sencillo. 18,65 metros de largo por 6,45 de ancho cubierta
por una bóveda de cañón apoyada sobre pilastras.
Para ilustrar la comunicación seleccioné las pa-
Unida al muro del presbiterio, se añadió la sacristía
rroquias de tres yuntamientos2 (Boqueixón, Vedra y
de 6,5 metros de ancho por 3,85 de largo. El reciente
Touro) cercanos geográficamente a la capital, San-
enlucido que cubre las paredes impide conocer la
tiago, que se encuentran en su área de influencia y
estructura de los muros, salvo la pared Oeste (de la
expansión. Tras su análisis se ve su evolución, las
fachada) que se construye con aparejo irregular, y,
semejanzas y diferencias y permite dar una visión
los perfectos sillares de los arcos fajones y pilastras
de cómo fue el desarrollo arquitectónico y artístico que sostienen la bóveda de cañón de madera que
en la zona. cubre toda la nave. Como es habitual, en el muro de
Gracias a la documentación es posible analizar la fachada se levanta la tribuna, sobre la puerta prin-
cómo fueron evolucionando estos edificios. Aun- cipal de la iglesia. Al presbiterio se añadió la sacris-
que puede parecer aparentemente que carecen de un tía, a la que se accede por una puerta que se localiza
en una de las calles laterales del retablo mayor.
1. Esta comunicación pretende unir dos temas: la arquitec-
tura popular y la historia del arte analizando un tipo de edifica- Exteriormente, se cubre con un tejado a dos
ción particular que tiene un desarrollo y evolución concretos. aguas, tanto el templo como la sacristía, esta última
2. Los tres ayuntamientos son únicamnete una muestra de levantada a una altura inferior. Al igual que en su
este tipo de edificación que se repite por todas las parroquias
interior, el enlucido oculta los muros, salvo en la fa-
rurales de Galicia. (VILLAVERDE SOLAR, Mª Dolores: Pa-
trimonio artístico del arciprestazgo de Ribadulla. Coruña: Edi- chada construída con perfectos y lisos sillares, que
nosa, 2000). se organiza según el habitual esquema pentagonal,

115
Dolores Villaverde Solar

con una sencilla puerta de entrada sobre la que se mayor, a la que se accede a través del arco triunfal
colocó un hornacina semicircular para albergar la está cubierta con una bóveda de cañón. Al muro de
imagen de la santa titular, encima la pequeña venta- cabecera se añade la estrecha sacristía de 4,85 me-
na circular, como remate un frontón triangular, sobre tros de largo x 1,72 de ancho.
cuyo vértice se colocó la espadaña de un cuerpo con Recientes reformas cubrieron de cemento y cal
tres pilares que sirven de apoyo a los arcos de medio los muros del templo impidiendo conocer su estruc-
punto peraltados que sostienen las campanas, coro- tura, a excepción del arco triunfal formado por gran-
nado todo por tres agujas o pirámides, en cada uno des y regulares sillares. En el muro oeste se encuen-
de los extremos y en la parte central, esta última tra la tribuna levantada sobre la puerta principal. La
sobre una curiosa arcada. cubrición de la nave, conserva la estructura original
En su larga historia, este templo pasó por nume- de madera a tres aguas. En la pared opuesta, unida
rosas reconstrucciones, ya en un auto de visita de al presbiterio que se cubre con una bóveda de cañón
los años centrales del siglo XVIII se habla de que de “perfecta” cantería, encontramos la sacristía a la
“la yglesia está indecente y amenazando ruina”. A que se accede por la puerta que coincide con una de
finales de ese mismo siglo una tempestad derriba el las calles laterales del retablo. Existen dos puertas
campanario siendo necesario hacer uno nuevo con de acceso al templo, la principal en el muro de la
tan mala suerte, que pocos años después, 1812, una fachada y una lateral en el muro norte.
nueva tormenta derriba su “techo enteramente, y La cubierta exterior es un tejado a dos aguas, tanto
arruina sus paredes con que se rompió la campana, nave como presbiterio y sacristía, estos últimos de
destrucción de ymágenes….”3 haciéndose necesaria inferior altura. Al igual que en el interior el reciente
una total reconstrucción. enlucido esconde la estructura de los muros, única-
A partir de 1849 se lleva a cabo una nueva re- mente quedan a la vista los sillares de las esquinas.
construcción que da lugar al aspecto actual, entre En el muro oeste se encuentra la fachada que repite
1850 - 54 Fernández de la Torre es el encargado de una vez más el clásico esquema pentagonal, en ella
alzar el coro y la sacristía y se traen las piedras para se superponen la sencilla puerta de entrada, una pe-
la nueva espadaña4, durante esa misma década se queña ventana cuadrada y la espadaña cuadrangular
pisa la iglesia y recomponen el artesonado, se hace de un cuerpo con dos arcos de medio punto peral-
el muro del atrio en 1853, y la espadaña se coloca tados utilizados como sostén de las campanas y un
en 18575. La obra se continuará hasta 1881 año de remate de composición piramidal con tres pináculos,
la inauguración del nuevo templo. el superior coronado con una bola.
El nuevo templo se proyecta siguiendo las pau- Ya en una visita de 1748 se hace mención al es-
tas del estilo historicista de esas fechas. La fachada tado indecente en que se encuentra el templo con la
es la parte que mejor refleja el clasicismo decimo- “capª mor por losar, y las paredes de ella expuestas
nónico, depurado hasta el límite, con muros rectos y a qe lo riguroso del tpº las heche en brebe al sue-
lisos desnudos de órdenes, repitiendo el estilo de la lo…”6 Las reformas necesarias no se llevan a cabo
iglesia compostelana de San Benito del Campo. y casi un siglo después, 1841, se solicitan las nece-
Pero las transformaciones se observan también sarias obras por “hallarse en un estado de comple-
en el interior con muros desnudos de decoración ta ruina…la fachada se halla en el aire,… la única
destacando únicamente las pilastras de orden tosca- campana que tiene rompida se bambolea considera-
no que sirven de sostén a la bóveda de la nave y el blemente la espadaña que la sostiene..”7 A partir de
sencillo entablamento que recorre toda la nave. este momento se realizan poco a poco los necesarios
reparos, así en 1850 se realiza el nuevo artesonado,
un año después se levanta la tribuna y entre 1856 y
San Pedro de Donas 57 se pica la espadaña.
A pesar de recientes arreglos obligados por el
Presenta planta rectangular, una nave de 14,25 paso del tiempo que iría arruinando los materiales
metros de largo x 6,95 de ancho que se cubre con (de ahí que se observe una bóveda y arco triunfal con
una techumbre de madera a tres aguas. La capilla sillares recientes que imitan la anterior estructura),

3.  Archivo Parroquial de Codeso. Libro de Fábrica: 1780-1868. 6.  Archivo Histórico Diocesano de Santiago. Fondo
Fol.66 rº. General. Serie Visitas. Legajo 1268. Fol.33 rº y vº.
4.  A.P.Libro de Fábrica 1780-1868. Fols. l00 rº y 106 rº. 7.  Archivo Histórico Diocesano de Santiago. Fondo Gene-
5.  A.P.Libro de Fábrica 1780-1868. Fol. 144 vº. ral.Serie Arreglo de templos. Legajo 1258 s/n

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La tradición en el discurso arquitectónico de los templos del ámbito rural gallego1

en la capilla mayor se conservan los muros de la como sus muros exteriores incluyendo la fachada y
anterior estructura barroca. Mientras, el exterior espadaña, responden a criterios historicistas que mo-
mantiene vigentes rasgos de estas obras que se lle- dificaron la fábrica primitiva hasta llegar a las formas
van a cabo a mitad del siglo XIX, siguiendo pautas sobrias y simplificadas que se ven actualmente.
historicistas, con muros desnudos y lisos, luciendo
la sencillez habitual decimonónica junto a un tipo
de espadaña habitual esos años, con un solo cuerpo Iglesia parroquial de Santa Marina de Gastrar
y remate piramidal.
Una vez más es la planta de salón la elegida
para su edificación, un rectángulo de 6,10 metros de
Iglesia parroquial de Santa Marina de Sucira ancho x 15,40 metros de longitud. Un arco triunfal
apoyado sobre pilastras separa la nave de la capilla
Como suele ser habitual se elige planta de salón, mayor que se cubre con una bóveda de cañón, la
un rectángulo de 13, 35 metros de largo x 5,7 de nave actualmente presenta cubierta adintelada.
ancho. Se cubre con madera a tres aguas, salvo la Los muros interiores quedan escondidos bajo las
capilla mayor. A ella se accede a través de un arco capas de cal, salvo las pilastras que sostienen el arco
triunfal de medio punto apoyado sobre pilastras, y triunfal y los seis pilares (tres a cada lado) de base
se cubre con bóveda de cañón. cuadrangular, realizados con sillares regulares. Como
El enlucido cubre los muros interiores del tem- es habitual, en el muro Oeste se levanta la tribuna,
plo. El techo conserva la madera del artesonado ori- mientras en el extremo opuesto se añadió la sacristía.
ginal .En el muro de fachada, se levanta la tribuna A pesar del mal estado de conservación en el que
mientras en el lado opuesto se halla la capilla mayor se encuentra, las cales de nuevo impiden conocer la
cubierta con una bóveda de cañón. La sacristía de estructura de los muros exteriores. La fachada sigue
2,06 x 4,5 metros se adosó al presbiterio. el habitual esquema pentagonal. En el centro de la
En su exterior, la cubrición es un tejado a dos aguas. misma se superponen la puerta de entrada sobre la
Los muros se esconden bajo capas de cal, pero la mam- que se abre una pequeña ventana semicircular, sobre
postería de su estructura se insinúa debido al deficien- esta, un frontón triangular y coronando el conjun-
te estado del enlucido. La fachada repite el esquema to, la espadaña de dos cuerpos, el primero con dos
pentagonal, en su eje central se superponen la puerta arcos de medio punto peraltados entre pilares que
principal de entrada, una pequeña ventana semicircu- albergan las campanas y el segundo de composición
lar y la espadaña cuadrangular, de un solo cuerpo con triangular con un arco peraltado en su centro y tres
dos arcos de medio punto peraltados que sostienen las pináculos en cada uno de los vértices.
campanas y remate piramidal con tres pináculos. Las primeras noticias que existen sobre esta igle-
Son escasa las noticias conservadas en los archi- sia parroquial afectan a la hechura de la espadaña en
vos acerca de esta iglesia parroquial de la que en 173310. Será a partir de 1825 cuando las reformas y
una visita de 1748 se dice que “está hecha una cava- reconstrucciones se multipliquen en el templo, este
llería llena de goteras negras, las paredes y el altar año ante el estado de ruina en que se hallaba es nece-
y los santos carcomidos…” “Se manda que se reco- sario levantar de nuevo la pared sur desde el coro11,
nozca y asegure la pared del lado de la Epístola”8. Juan Roibal y Domingo Busto serán los encarga-
Será un siglo después sin embargo cuando se llevan dos de llevar a cabo la obra. Tras esto, es ­necesario
a cabo los reparos de “urgentísimos y de primera
necesidad” en 18419 y el año 1853 levantan la nueva
sacristía, alzan seis cuartas las paredes del presbite- 10.  Mas da por descargo este mayordomo quarenta y ocho
rio, su armazón y artesonado. rs que pagó a Fco Fontenla Martín de Allende pª ayuda de sa-
El templo existente en época barroca, ve alterada tisfacer a estos dos oficiales treynta y un ducados y un r en que
su estructura con las reformas de los años centrales del se concertó la echura de la espadana pª colocar la campana ….
Archivo Parroquial de Gastrar. Libro Cofradía de San Roque,
siglo XIX motivadas ante el estado de abandono en que 1720-1851. Fol. 30 vº
se hallaba. Tanto el interior, capilla mayor y sacristía 11.  … Juan Picallo, maestro cantero y Basilio Rey, carpin-
tero, quienes desps de haver reconocido las ruinas de la yglesia
predicha dijeron ser preciso levantar de nuevo la pared que dice
8.  Archivo Histórico Diocesano de Santiago. Fondo Gene- al sur desde el coro hasta el esquinal del fondo pr estar enteram-
ral. Serie Visitas. Legajo 1268 s/n. te desquiziada, y …. Consignar tambien vigas, tijeras, y artesado
9.  Archivo Parroquial de Sucira.Libro de fábrica: 1779-1858. nuevo para cuia remonta serían necesarios unos dos mill rrs …
Fol 27 rº. A.P.Libro de fábrica 1807-1878. Fols 22 rº y vº, 23 rº y vº.

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Dolores Villaverde Solar

b­ aldosar el templo, en 1830, y otros reparos que Los muros construidos con un aparejo de peque-
afectan al atrio, bautisterio, y piso de sacristía. ños e irregulares sillares, presenta en la fachada la
Una nueva reforma se lleva a cabo pocas déca- parte más interesante con el tradicional esquema pen-
das después, en 1859: Ensanchan el arco y suben la tagonal, en el que se superponen siguiendo el eje cen-
pared del coro y sacristía; dan llano a la bóveda y el tral, la puerta de entrada, una pequeña ventana cua-
resto de las paredes12. La nueva espadaña es de 1861 drada y la espadaña de un solo cuerpo con dos arcos
aunque se rematará en 1877. Otra obra de importan- de medio punto peraltados donde están las campanas
cia se realiza entre 1889- 91, entre otros arreglos se y un curioso remate piramidal con cinco pináculos.
ensancha el atrio, se levantan las escaleras y arco Las primeras noticias recogidas en los libros pa-
del coro, piso, artesonado...13 rroquiales de esta parroquia se fechan en la segunda
Durante el primer cuarto del siglo XX las refor- mitad del siglo XVIII, con esas fechas del último
mas de menor importancia se continúan, entre ellas barroco se corresponden la fachada y espadaña que
la reparación de la bóveda del coro en 1923. todavía conserva el templo. El interior conserva el
Las primeras noticias documentadas sobre el arco triunfal de acceso a la capilla mayor obra del
edificio datan de la década de los treinta del siglo primer cuarto del siglo XIX, mientras el púlpito es
XVIII con la colocación de la espadaña que eviden- ya de fechas recientes (1919).
cia que se concluiría así la edificación de la iglesia. Durante el último tercio del siglo XVIII la facha-
La arquitectura que se contempla actualmente es da y espadaña sufrieron varias reformas. En 1771 es
fruto de las remodelaciones diversas llevadas a cabo necesario hacer de nuevo el tejado, fachada, puerta
durante el siglo XIX, que transforman por completo principal y espadaña debido a “la disgracia…de aver
el templo, desde el coro, arco triunfal, bóveda del caído una o dos zentellas, en la espadaña… y en la
presbiterio a paredes y espadaña, (cuyo remate es de fachada y puerta pral.”14 Durante la visita del año
fechas muy recientes debido a su destrucción tras un 1777 se manda reparar el campanario tras esa tem-
temporal). La fachada muestra igualmente rasgos pestad pues aún no se llevó a cabo la reforma15. Será
historicistas, al levantarse lisa, sin órdenes, con un entre 1778- 1780 cuando Ignacio González, Mateo
clásico frontón triangular con la sencillez habitual López y Domingo Antonio González se encarguen
de la arquitectura decimonónica. de reconstruir la fachada y espadaña que arruinara
una tempestad16. Llegado el siglo XIX se continúa
con el remate de la espadaña.
Iglesia parroquial de San Lorenzo de Pousada Entre el año 1849-1857 el interior del presbiterio
sufre las obras de mayor envergadura que afectan al
De nuevo se utiliza la planta de salón, un rectángulo piso, artesonado y en ese mismo momento se hace
de 15,2 metros de largo x 5,65 de ancho que presenta “una división en el presbiterio”17.
una cubierta de madera a tres aguas .Unida a la cabe- En esta iglesia parroquial se puede hablar de
cera del templo se encuentra la sacristía de 4,35 x 3,55 yuxtaposición de estilos: mientras el exterior man-
metros a la que se accede por una puerta que coincide tiene características barrocas, el interior sigue pau-
con una de las calles laterales del retablo mayor. tas historicistas, consecuencia de las sucesivas y
Los muros del templo están revestidos de cemen- habituales reformas sufridas durante los dos últimos
to y cal salvo el arco triunfal de acceso al presbiterio, siglos en todos los templos.
de medio punto, formado por grandes sillares per-
fectamente labrados. Tanto nave como capilla mayor
se cubren con una techumbre de madera a tres aguas. Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Vigo
La tribuna se levanta en el muro de la fachada, (sobre
la puerta de entrada), con una pequeña ventana cua- Planta de salón, su única nave mide 14,5 metros
drada que se abre a su altura. En el muro opuesto, se de largo x 5,45 de ancho .En el lado norte se abre
adosó la sacristía cuya puerta de acceso coincide con una capilla de 4,5 x 5,4 a la que se añade la sacristía
una de las calles laterales del retablo mayor. de 4,10 x 4,65 metros. Como cubrición se empleó la
La cubierta exterior es un tejado a dos aguas, tanto
nave como presbiterio y sacristía, diferenciándose 14.  Archivo parroquial de Pousada.Libro de cuentas de fá-
cada una de esas partes por la disminución de altura. brica: 1769-1859. Fol 21 rº.
15.  A.P.Libro de cuentas de fábrica: 1769-1859. Fol. 32 rº
16.  A.P.Libro de cuentas de fábrica: 1769-1859. Fol. 35 vº.
12.  A.P.Libro de fábrica 1807-1878. Fols 109 vº y 110 rº. 17.  A.P.Libro de cuentas de fábrica: 1769-1859. Fol. 184
13.  A.P. Libro de fábrica 1877-1960. Fols. 19 y 20 rº y vº, 21 rº. vº, 185 rº y vº.

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La tradición en el discurso arquitectónico de los templos del ámbito rural gallego1

bóveda de cañón en nave y presbiterio siendo una y arreglos en la iglesia junto con la nueva sacristía
bóveda de arista la utilizada para cubrir la capilla y en ese momento también se cubren los muros ori-
lateral. Se abren dos puertas: la principal en la fa- ginales según un lenguaje arquitectónico, propio del
chada y una lateral que da acceso a la sacristía. momento historicista, que promueve la simplicidad
Las sucesivas capas de cal ocultan los muros del y desornamentación.
templo a excepción de los sillares que forman los
dos arcos de medio punto que dan acceso a la capilla
mayor y lateral. Iglesia parroquial del Divino Salvador de Ledesma
A través de una puerta abierta en uno de los la-
terales del presbiterio se accede a la sacristía, mien- La planta es un rectángulo de una sola nave de
tras la tribuna se levantó en el extremo opuesto del 18,6 metros de largo y 6 metros de ancho. Se cubre
edificio, sobre la puerta de entrada. con madera a tres aguas excepto la cabecera, cubier-
Al igual que en el interior, los muros exteriores ta con una bóveda de cañón apoyada sobre pilastras.
quedan ocultos por el enlucido que predomina en A la cabecera se añadió la sacristía de 6,15 metros
todo el edificio. Como ocurre habitualmente, la fa- de largo x 3,5 de ancho.
chada es la parte más interesante del edificio, orga- Todos los muros de esta iglesia son de cantería
nizada siguiendo el típico esquema pentagonal. A la con una estructura “perfecta”, consecuencia de una
sencilla puerta adintelada se superpone una pequeña de las últimas reparaciones del templo. La nave se
ventana que ilumina nave y completando el edificio, cubre con madera a tres aguas, mientras la cabecera
una espadaña de dos cuerpos, el primero de ellos está cubierta con una bóveda de cañón. Adosada a
cuadrangular, con dos machones que actúan como esta parte se encuentra la sacristía, a la que accede-
soporte de los arcos peraltados donde se cobijan las mos por una puerta lateral. En el muro opuesto a la
campanas. Una cornisa volada sirve de apoyo al re- cabecera se levantó la tribuna. Todos los muros del
mate semicircular con numerosos pináculos de bola. templo están perfectamente caleados a excepción de
Son muy escasas las noticias documentales apa- la fachada construida con grandes sillares.
recidas en los libros parroquiales, todas ellas del úl- Esta fachada rompe el esquema clásico penta-
timo tercio del siglo XIX y primera mitad del XX. gonal pues el remate triangular presenta tres lados,
La primera referencia es de 1866, cuando se echa el reflejo de la cubierta a tres aguas. La parte central
nuevo piso de la iglesia, la construcción de la sacris- sirve de apoyo a la espadaña cuadrangular de un
tía es obra de 1884, recomposición del techo ya en solo cuerpo con dos arcos de medio punto peralta-
1908. A estas notas hay que añadir pequeños datos dos entre machones en los que se colocan las cam-
que indirectamente señalan la existencia de un tem- panas. Como remate, tres pináculos, el central mon-
plo parroquial a mitad del siglo XVIII: “El rótulo tado sobre un cilindro.
que dice Olaia a las ps. de la patrona, se borre y Durante la visita realizada a la parroquia en 1748
ponga Sta. Eulalia. Se reconozca pr. dro. la fachada se ve la necesidad de realizar obras en el templo
y paredes del cuerpo de la Ygla. Y se haga de nuevo parroquial ya que “es mui corta, está amenazando
lo necesario con un nicho pª la pila en la esquina ruina y en sitio húmedo…”19 Tras las necesarias
de la Trebª al lado de la Epístola, procurando sea la diligencias, se comienza la reforma en 1752, obra
obra con segurd. y qe. pª ella acuden las cofras”18. que realizan los canteros Domingo González y Gre-
Aunque no consta documentalmente, los esca- gorio Rodríguez. La obra se continúa hasta finales
sos detalles de los fondos de Visitas indican que el del siglo con la construcción de la capilla mayor,
templo parroquial estaba ya construido a mitad del sacristía y la reedificación de la tribuna20.
siglo XVIII, la capilla lateral (con su retablo) y fa- Fueron numerosas las reformas y “composicio-
chada con un tipo de espadaña que anima la sencilla nes” que sufrió esta iglesia durante el pasado siglo,
arquitectura son encuadrables en este momento die- pero conserva la estructura de los muros derivados
ciochesco. En fechas más recientes se llevan a cabo de la reforma antes mencionada que se inicia en
las “habituales” reformas y reconstrucciones que 1752 hasta finales del siglo, tanto su cuerpo y capilla
sufren la mayoría de los templos parroquiales du- mayor como la fachada, que posiblemente se realizó
rante el siglo XIX y alteran la fábrica primitiva, du-
rante este momento se proyectan diversas reformas
19.  A.H.D.Santiago. Fondo General. Serie Visitas. Leg.
1268 s/n.
18.  A.Histórico Diocesano de Santiago. Fondo General. 20. Libro de fábrica: 1719-1860. Fols. 54 rº y vº, 63 vº, 98
Serie Visitas.Leg. 1268 s/n. rº, 105 vº y 106 rº.

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Dolores Villaverde Solar

en los mismos años y en la que apreciamos como cuarto del pasado siglo, tras nuevas reformas que
motivos decorativos pináculos rematados en bola y afectan al techo, puerta principal, tribuna22 .
un cilindro coronando la espadaña, su elemento más Como consecuencia de todas las reformas lleva-
original, que recuerda a los levantados por Simón das a cabo a lo largo del XVIII y las más recien-
Rodríguez en la fachada del convento compostelano tes del segundo cuarto del XIX, el templo presenta
de Sta. Clara, una de las obras más representativas mezcla de estilos, mientras el interior conserva la
del artista, con tres cilindros sobre enormes bloques estructura barroca en presbiterio y naves, la senci-
de piedra. lla fachada, nos remite al historicismo clasicista del
XIX, desnuda de decoración.

Ayuntamiento de Touro
Ayuntamiento de Vedra
Iglesia parroquial de Santa María de Bendaña
Iglesia parroquial de San Cristóbal de Merín
Se repite una vez más el tipo de planta rectangu-
lar de una sola nave de 14 metros de largo x 4,8 de Como vemos en prácticamente todos los tem-
ancho. Se cubre todo el templo con una bóveda de plos de esta zona, presenta planta de salón, formada
cañón apoyada sobre pilastras. La sacristía de 3 me- por una sola nave rectangular (17,45 x 4,5 metros).
tros de ancho por 4 de largo se añadió a la izquierda Adosada al muro sur hay una capilla lateral rectan-
de la cabecera. gular (4 x 3,5 metros) y adosada al presbiterio en el
El enlucido de las paredes esconde la estructura muro norte, la sacristía de 5,10 x 3,40 metros.
de los muros de los que, únicamente vemos los si- La capilla mayor se cubre con una bóveda de
llares de corte regular que forman las pilastras. En arista mientras una bóveda de cañón cubre la capilla
el muro de la fachada se levantó presbiterio del tem- lateral. La nave usa como cubrición madera a tres
plo se cubren con una sencilla bóveda de cañón que aguas. Los muros de la nave se encuentran receba-
se apoya sobre pilastras la tribuna, en él y sobre la dos y caleados cubiertos por madera a tres aguas .En
puerta se abrió una pequeña ventana circular. En el el último tramo de la nave se levanta la tribuna de
lado opuesto del templo, adosada a la cabecera, se madera. En el muro sur de la nave se abre la capilla
construyó la sacristía a la que se accede por una de lateral de piezas de cantería.
las puertas laterales. El presbiterio presenta los muros cubiertos de
Los muros de esta iglesia parroquial, se constru- cales mientras la bóveda de arista que la cubre pre-
yen de mampostería, que queda a la vista en el muro senta aparejo de cantería. El arco triunfal se apoya
norte y en los muros exteriores de la cabecera. Úni- en dos pilastras adosadas al muro.
camente se utilizan grandes sillares en los puntos El edificio se cubre con tejados a dos aguas. Los
estructurales. muros de la sacristía presentan aparejo irregular
La fachada, con un tradicional esquema pen- mientras el resto del edificio se construye con silla-
tagonal, presenta en la parte central, su puerta de res de corte regular que reflejan las diferentes etapas
entrada, sobre ella la ventana circular y coronando constructivas.
el templo, una espadaña de un solo cuerpo con dos La fachada presenta el repetido esquema penta-
arcos de medio punto peraltados entre machones gonal superponiendo en su eje central, una sencilla
para colocar las campanas, como remate, tres eleva- puerta adintelada de entrada, una ventana cuadrangu-
dos pináculos. lar y la espadaña de un cuerpo que se levanta sobre
De las obras llevadas a cabo durante el siglo las dos volutas que forman los remates superiores
XVIII en el templo destacan la realizada en 1712 del pentágono. Conformada por un cuerpo de tres
que trae como consecuencia el alargar el arco del machones con dos arcos de medio punto entre ellos
presbiterio, y la de 1716 momento de hacer de nuevo para la colación de las campanas En la base de los
la fachada y el campanario21. machones se aprecian placas en relieve. El cuerpo se
Actualmente se conserva esta estructura salvo el corona por un remate triangular formado de nuevo
campanario que fue sustituído por la espadaña que por dos alerones culminada por tres pináculos.
se ve hoy, realizada posiblemente durante el ­segundo

22. Libro de la Cofradía de la Visitación: 1675-1836. Fols.


21.  Libro de fábrica: 1691-1829. Fols.20 rº y 25 rº. 149 vº, 150 rº y vº, 154 vº, 155 rº.

—  120  —
La tradición en el discurso arquitectónico de los templos del ámbito rural gallego1

La primera noticia acerca de este edificio apa- son de mampostería y se utilizan sillares más regula-
rece en los muros de la capilla lateral: “Fundó esta res para la fachada que es la parte más interesante del
capilla el L.D. Antonio de Andrade y Silba rector de edificio .Presenta el tradicional y repetido esquema
este beneficio y de San Mamede ano de 1694”. pentagonal, en el eje vertical que pasa por el centro
Las únicas noticias acerca de la parroquia que se superponen la puerta principal adintelada y una
constan documentalmente van de los años 1825 a ventana rectangular, flanqueadas por dos pares de
1917. Entre las obras destacables en esas fechas se pilastras lisas adosadas. Sobre ellas un frontón trian-
encuentra la espadaña en 1825, se llevan a cabo al- gular y la espadaña que se asienta sobre un alto ba-
gunos reparos necesarios en el cuerpo de la iglesia23, samento. Se compone de tres machones y dos arcos
entre 1875 -79 se levanta la sacristía24 . de medio punto entre ellos para las campanas, con
La parte más antigua de la iglesia actual es la ca- un remate piramidal coronado por tres pináculos.
pilla lateral, obra de los años finales del XVII, con No existen noticias documentales sobre la iglesia
esa misma época barroca coincide la bóveda de arista de Sarandón hasta la reedificación de la iglesia en
que cubre la capilla mayor y los muros de la nave. 1856 de la que se conserva en el archivo parroquial
Con el paso del tiempo son necesarios sucesi- un expediente con las condiciones. La obra se ajus-
vos reparos, siendo lo más destacable la obra que ta al maestro cantero Felipe Viñas. Deberá alargar
se lleva a cabo durante el siglo pasado: se da más la iglesia “de diez y nuebe varas y cuarta a veinte
altura a la nave, se levanta la sacristía y construyen y tres varas y media” y construir la fachada con la
la espadaña, que responden a las características de espadaña “en hiladas rectas de sillares de cantería
la arquitectura historicista del XIX aunque la espa- perfectamente labrada” construyendo las paredes
daña trata de seguir modelos barrocos registrando laterales “de buena mampostería del mismo grueso,
placas y volutas en su decoración. altura y línea de las viejas”25. La reedificación del
templo se completa en 1859 con la sacristía.
El edificio fue realizado en las décadas centrales
Iglesia parroquial de San Miguel de Sarandón del siglo XIX. Se encarga el proyecto a Felipe Viñas
que realiza el templo siguiendo las pautas que dicta
La iglesia está formada por una capilla mayor el historicismo clasicista. Consigue que la sobriedad
cuadrangular, y una nave rectangular .En el primer que caracteriza al estilo vigente en esas fechas afec-
tramo de los muros sur y norte se adosaron sendas te a toda la fábrica pero es sobre todo a través de la
capillas laterales rectangulares. Adosada al muro fachada desprovista de decoración, a excepción de
norte de la capilla mayor y capilla norte, se encuen- las lisas pilastras adosadas y el frontón, donde se
tra la sacristía de 4,25 x 3,6 metros. advierten los trazos que distinguen a las creaciones
La capilla mayor se cubre con una bóveda de del clasicismo decimonónico.
cañón al igual que las dos capillas laterales, mien-
tras como cubrición de la nave se utiliza la madera a
dos aguas. Iglesia parroquial de San Pedro de Sarandón
La estructura pétrea de las paredes interiores se
encuentra oculta bajo las capas de cal. La comunica- Presenta nave única (17 metros de largo x 6,5
ción entre nave y presbiterio se hace a través de un de ancho) y cabecera cuadrangular. Al presbiterio
arco triunfal de gran sencillez, solamente se obser- se adosó la sacristía de 4,40 x 4,10 metros. La nave
van las piezas de cantería que forman la bóveda de se cubre con madera a tres aguas reservando una
cañón que cubre la capilla mayor. Las pequeñas capi- bóveda de cañón en el tramo correspondiente a la
llas laterales muestran, al igual que ocurre en el resto capilla mayor.
del edificio, la constitución de sus muros oculta, a En el presbiterio se observa la perfecta estructu-
excepción de los sillares que componen las bóvedas ra de las piezas de cantería que lo forman. La comu-
de cañón que las cubren. En el muro de la fachada, nicación entre nave y capilla mayor se hace a través
del que pueden apreciarse las piezas de cantería, se de un arco triunfal apoyado sobre dos machones con
levanta la tribuna sobre la puerta de entrada. sus fustes cajeados .Los muros de la nave sin em-
Como cubrición exterior se utiliza un tejado a bargo presentan un aparejo mucho más irregular. En
doble vertiente. Las paredes de nave y presbiterio el muro oeste sobre la puerta de entrada se levanta
la tribuna con balaustrada de madera.
23. Libro de fábrica: 1851-1933. Fol.11 vº.
24.  Libro de fábrica: 1851-1933.Fol 39 rº y vº. 25. Expediente de la obra de la iglesia parroquial: 1856.

—  121  —
Dolores Villaverde Solar

La cubrición exterior es un tejado a dos aguas En conjunto podemos hablar de un ejemplar ba-
.Presenta sus paredes de cantería con un corte muy rroco, que presenta la típica estructura de los tem-
regular. En el muro norte se abre una puerta travie- plos del siglo XVIII: Nave única y presbiterio cua-
sa y una pequeña ventana. La fachada, de cante- drangular con tejado a dos aguas .Se mantienen los
ría como el resto del edificio, presenta un esquema muros de la nave existentes en 1748 mientras en la
pentagonal; en el eje imaginario que pasa por el capilla mayor se observa la reconstrucción efectua-
vértice superior se superponen la puerta adintela- da tras los mandatos siendo la parte que dinamiza el
da de entrada, una ventana y la espadaña apoyada interior del templo con las pilastras cajeadas y mol-
sobre una cornisa. Conforman su único cuerpo tres duras del entablamento. La espadaña se encuadra en
machones con dos arcos de medio punto peraltados el estilo historicista del siglo XIX.
para las campanas. Se corona de manera triangular
culminada por pináculos de bola en cada uno de sus
tres extremos. Conclusiones
Son escasísimas las noticias documentales acer-
ca de este templo parroquial. Unicamente contamos Tras el análisis y catalogación de los templo se
con los datos que deja la visita pastoral realizada llega a una serie de conclusiones: Hay casos cuya fá-
a la parroquia en 1748: “Por qto hemos personal- brica o total reconstrucción está documentada en un
mte visitado esta ygla y reconocido qe las paredes momento concreto pero en la mayor parte de edifi-
así de la capª mor como del cuerpo della se hallan cios se yuxtaponen estilos debido a las alteraciones y
malas y amenazando ruina...mandamos qe este cura reformas que se suceden con el paso de los años que,
acuda dentro de dos meses a hacérselo presente y sin embargo intentan mantener la tipología habitual
representárselo y de lo qe resultare nos dará notª pª de estas edificaciones adecuándolas a las necesida-
disponer lo convente en qto al cuerpo de dha ygla a des que van surgiendo con el tiempo.
fin de qe la casa y templo de Dios Nrº Sor estté con En general cabe destacar que los muros interio-
dezª. ...Y no haciéndose la ygla racharla por afuera res carecen de decoración, son paredes realizadas
y por adentro, darle cal de paleta y blanco...”26 en mampostería casi siempre cubiertos por cal; los
Este estado de ruina se pone de manifiesto tam- tejados son a dos aguas con teja y armazón de made-
bién en las visitas realizadas en 1748 por Ferro Ca- ra. La parte más interesante desde el punto de vista
aveiro a la iglesia parroquial “En este cavildo se bio artístico es la fachada, que sigue siempre un esque-
la visita de la capilla maior de sn Pedro de Sarandón ma pentagonal superponiendo en el eje vertical la
que hizo Lucas Caaveiro y se acordó se fixen sedu- puerta principal, una ventana que ilumina el interior
las pª quien quisiere hazer los reparos”27. y la espadaña, dominando en todas la austeridad de-
En Enero de 1749 se fijan las cédulas para los corativa y el orden. El tipo de espadaña se repite a
reparos necesarios “dela capilla maior de dha ygla lo largo de toda la geografía, consta de un cuerpo
parroquial de sarandón de que el cavildo es patro- rectangular formado por dos o tres machones entre
no” fijando el coste de la obra en mil ciento treinta los que se abren vanos para colocar las campanas,
y seis reales28. coronados por pináculos.

26.  A.H.D. S. Fondo General. Serie Visitas. Leg. 1268. F.


68 rº.
27.  GARCÍA OTERO, E.: Obras financiadas por la ca-
tedral de Santiago entre 1725-1750. Aportación documental.
Tesis de licenciatura inédita dirigida por el prof. López Váz-
quez. Santiago.1998. Pp. 166-167.
28.  GARCÍA OTERO, E.: Obras finaciadas. Op. Cit. P. 171.

—  122  —
Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la percepción de sus pobladores

Definición del paisaje de la parroquia rural La


Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir
de la percepción de sus pobladores1

Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía


Universidad de los Andes, Mérida. Venezuela

Introducción natural-construido- comunitario-productivo, que ca-


racteriza a las áreas rurales y ,por lo tanto, la posi-
1
Al sumarse en las áreas rurales un conjunto de bilidad de una intervención certera debido a que su
edificaciones con valores arquitectónicos tradicio- alteración continua conlleva a un desmembramiento
nales y espacios públicos en los cuales se desenvuel- espacial-cultural-productivo de un lugar único. El
ve la cotidianidad de sus habitantes, se suele formar objetivo general propuesto se enmarca en definir el
un paisaje que tiende a poseer morfológicamente paisaje, a partir de la percepción de sus pobladores
características físicas particulares que son esen- y posteriormente generar criterios que permitan la
cialmente expresiones resultantes de una simbiosis acción sobre éste.
entre lo que el medio natural propone, el medio so-
cial dispone, el productivo permite y el construido
expresa. Esta unidad de valores, al separarse, genera Marco teórico referencial
una transformación del paisaje rural que conduce a
la pérdida de calidad de donde se habita. Esta trans- Algunos conceptos sobre los asentamientos rurales,
formación espacial carente de unidad, se encuentra el paisaje y la imagen percibidos por sus pobladores
en diversos asentamientos rurales existentes en Ve-
nezuela, algunos de los cuales no han sido tocados Los Asentamientos rurales, no se deben definir
por el desarrollo, a pesar de haber sido considerados con parámetros asociados a densidades, poligonales,
o a relaciones con actividades productivas, como se
como parte de planes políticos e intereses varios. El
suele hacer desde décadas atrás en Venezuela. Un
resultado de tales intervenciones lo que ha propicia-
ejemplo de este tipo de definición la ofrece OCEI Nº
do es decaimiento en la identidad y calidad de vida
428 en su Censo Nacional del año 90, al decir:
del lugar, hasta el punto de no ser reconocidos ni
individualizados en su particularidad espacial, cul- Área Urbana y Rural: Para la definición de las áreas se
tural, territorial, productiva y arquitectónica. adoptó el criterio demográfico cuantitativo basado en
El planteamiento de esta problemática surge la agrupación de las localidades o centros poblados de
como una necesidad derivada de la inexistencia en acuerdo a su tamaño poblacional…El área urbana com-
prende la localidad o centros poblados con una pobla-
este país de herramientas, que permitan, a quienes
ción de 2500 y más habitantes y lo rural las de menos
van a realizar algún trabajo físico-espacial en áreas de 2500 hab; incluyendo poblaciones diseminadas
rurales, conocer los factores determinantes de una
identidad tangible que es expresada con elemen- Los asentamientos rurales se generan, están allí.
tos propios identificados con el paisaje del espacio La suma de particularidades es la que permite definir
su ruralidad: modos de vida, costumbres y tradicio-
1.  Financiamiento otorgado para esta investigación por el
nes, la simbiosis con lo natural, la combinación de
Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico.

123
Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía

dispersión y concentración en las formas de asenta- obtener la información interior de comprensión pro-
miento, la continuidad espacial de las edificaciones funda de identidad de un paisaje que poseen. Y así,
–principalmente viviendas– las características artesa- a través de métodos de investigación-acción, se in-
nales de la construcción aunadas con la asimilación volucran directamente a las personas, entendiendo e
de nuevas tecnologías, las relaciones de producción y interviniendo el entorno a partir de estos y sus pro-
el intercambio primordial con el entorno natural en el yecciones espaciales.
que se producen (sea para la agricultura, la minería o Joseph Muntoñola (1996), hace referencia que
el turismo), para la obtención de sus ingresos. la cultura cambia totalmente al transformarse los
Imagen es la representación de un lugar que aprendizajes, generados por los cambios del am-
cada individuo posee en su interior y está cargada biente, que implican la evolución del espacio men-
de significados. Esta imagen debe ser captada por tal del individuo y como consecuencia, la afectación
quienes van a intervenir de cualquier manera tangi- sobre el espacio. En el mismo orden de ideas, Amos
ble para crear Paisaje, este a su vez debe definirse Rapoport (1974), plantea una Bidireccionalidad
como aspecto del lugar que resulta del intercambio entre Entorno y Hombre. Refiere a que el Hom-
constante de las personas, los edificios, la historia y bre diseña su entorno y le da normas según nume-
costumbres como expresión de un contexto socio- rosas fuerzas y factores (naturales, socioculturales,
cultural, manifestándose en el Paisaje Cultural; el económica, política etc) cuya comprensión es esen-
clima y la naturaleza como parte de un contexto cial para entender la organización del espacio. Este
geográfico, con expresión en el Paisaje Natural; los entorno a su vez influye en la conducta del hombre
servicios y las actividades productivas como parte aunque no la determine
del contexto económico. Todos ellos son parte sus-
tancial de este espacio rural y se expresa en un sen-
timiento colectivo que lo individualiza y define. Mapas cognitivos e interacción simbólica

Estos métodos de investigación, Mapas Cogniti-


Estudios realizados sobre el espacio vos e Interacción Simbólica, se basan en el contac-
físico y su interacción con el hombre to con el individuo y con el colectivo para detectar
su relación tanto con el medio ambiente, como con
Disciplinas como la antropología, el urbanismo, los otros miembros del grupo social, y así extraer
la psicología y la geografía, en la búsqueda de la los contenidos intrínsecos. En una síntesis de los
relación entre paisaje/hombre, se han encargado de conceptos manejados por Downs y Stea (1973) se
realizar el estudio del espacio físico de un área de- puede decir que el Mapa Cognitivo
terminada, relacionándolo con el comportamiento
de los individuos y su cultura. posibilita a la gente adquirir, codificar, almacenar,
recordar y manipular la información sobre la natu-
Estos estudios no se han dado en los paradigmas
raleza de su entorno. Esta información se refiere a
convencionales de las profesiones sino en tendencias los atributos y localizaciones relativas de la gente y
e inquietudes que han llevado a algunos de sus repre- los objetos del entorno, y es un componente esencial
sentantes a vincular estos dos aspectos de una mane- en los procesos adaptativos y de toma de decisiones
ra “dialógica” y no “monológica”. A continuación se espaciales (www.ub.es).
plantea una breve visión, investigaciones y conceptos
que desde principios del siglo XX se han estado mane- Mientras que El Interaccionismo Simbólico
jando en la relación HOMBRE- ESPACIO FÍSICO: tiene como unidad de estudio la interacción e in-
Antropólogos como Edward Hall, Claude Levi tercambio comunicacional entre individuo y grupo
Strauss, Jean Duvignaud y Maurice Godelier, establecen analizando la vida cotidiana y la importancia de
relaciones de hombre- entorno como síntesis de impre- significados sociales que las personas asignan al
siones sensoriales donde el espacio es más que referen- mundo que les rodea.
cia para datos físicos sino también es recurso necesario
para entender los significados de la vida colectiva.
Además, disciplinas como urbanismo ambiental La intervención del paisaje rural en Venezuela
y la psicología ambiental reconocen que el medio
ambiente afecta en el comportamiento pero no se En el área rural venezolana existe una discon-
es conciente de su influencia, por esto, buscan un tinuidad o fragmentación de su paisaje debido a la
contacto directo con el habitante y colectivo, para incorporación de elementos que le son ajenos y que

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Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la percepción de sus pobladores

son propios de áreas urbanas, como son algunos diseño, sin considerar los demás aspectos que defi-
tipos de viviendas o de edificaciones comunitarias nen la visión integral del espacio rural, entre otros,
e institucionales, insertas de manera indiferenciada. la opinión y captación de la percepción de la ima-
Por ejemplo, existen las viviendas conocidas como gen de la comunidad. De este modo se presentan
“viviendas rurales de Malariología” que son el pro- situaciones en las cuales los resultados de un Plan
ducto de las políticas de saneamiento del Ministe- Especial no guardan correspondencia con las parti-
rio de Sanidad y Asistencia Social en los años ’50, cularidades del lugar sobre el que se está actuando.
a través del Servicio de Vivienda Rural, viviendas Ante esta realidad, surge la necesidad de plan-
que fueron distribuidas en forma indiscriminada tearse el tema de lo rural bajo una óptica particular
por todo el país sin importar las particularidades del y no general, considerando los distintos factores y
lugar, creando una estandarización de la vivienda, actores que definen y dan forma a este territorio; ver
a la vez que una alta contribución en la repetición y captar su esencia y su imagen de tal manera que se
morfológica de lo construido en lo natural. puedan establecer los criterios de intervención más
También las escuelas rurales respondieron a esta idóneos para mantener su identidad en el paisaje.
estrategia de generalización y se convirtieron en
galpones que servían para encerrar a los niños sin
tomar en consideración las condiciones climáticas El lugar de estudio
del lugar, ni brindarles la oportunidad de desarrollar
sus propias habilidades ni siquiera, las vinculadas La Parroquia La Toma, está ubicada en el Mu-
con su cotidianeidad, como es el caso de sus activi- nicipio Rangel al noroeste del estado Mérida-Vene-
dades diarias productivas. El mismo señalamiento zuela y al margen derecho del río Chama. Dentro
es válido para las instalaciones deportivas y médico de esta Parroquia el sector de estudio seleccionado
asistenciales, respuestas que son iguales tanto para comprende desde parte de la carretera Trasandina
un barrio urbano como para una zona agrícola. Con- en La Toma Baja hacia el norte de la Parroquia.
sideración aparte merecen los espacios públicos y Este sector de estudio fue escogido por poseer
lugares de reunión, los cuales simplemente no exis- las siguientes características: La Toma Baja caracte-
ten en las áreas rurales. rísticas de índole urbana; La Toma Alta es una zona
Toda esta semblanza, identifica la acción de un transicional que da paso a “características espacia-
Estado que no reconoce la particularidad de los lu- les rurales”. Continúan Los Apios y a partir de este
gares geográficos ni sus habitantes, contribuyendo sector hasta Mesita Redonda comienza una zona
con ello a la pérdida de identidad y a la falta de ima- de dispersión de viviendas donde lo natural tiene
gen que le sea propia a los mismos, a pesar de la preponderancia.
existencia de una serie de valores intangibles que La diferencia de características espaciales de los
identifican a cada lugar. sectores permite tener una población que, tendrá
Sin embargo, el Ministerio de Infraestructura (an- percepciones distintas del sector de estudio, depen-
tiguamente Ministerio de Desarrollo Urbano), quien diendo del lugar donde vivan.
tiene la facultad y responsabilidad del ordenamien-
to urbano, suele implementar cierto tipo de planes
conjuntamente con las Alcaldías, para intervenir la
imagen de los pequeños centros poblados. Estos son
los Planes Especiales, que se definen como:

Instrumento jurídico de planificación dirigido a la


ordenación, creación, defensa y mejoramiento de la
ciudad o de algún sector particular de la misma, tales
como: áreas de Conservación Histórica, Monumen-
tal, Arquitectónica y /o Ambiental; Zonas de Interés
Turístico Paisajístico; Asentamientos no controla-
dos; otras áreas con condiciones específicas; centros
de ciudades (MINDUR,1994, p.6).

Aunque la esencia de los Planes Especiales es


adaptable metodológicamente a un área rural, su
contenido sólo es una respuesta al aspecto físico del La Toma Baja y la Carretera Trasandina (Troncal 007)

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Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía

¿Cómo se llevó a cabo el estudio planteado?

Para la recolección de datos se trabajó utilizando


la observación no participante; las técnicas de medi-
das reactivas como: cuestionarios que están basados
en el interaccionismo simbólico y mapas cognitivos;
y las entrevistas estructuradas y no estructuradas con
apoyo de material fotográfico. Se permaneció en la
comunidad por algunos días consecutivos (tomando
un día del fin de semana en el cual cambian las labo-
res), donde se podía interaccionar con las activida-
des cotidianas, conocer y sentir la debilidad a nivel
de servicios públicos y poder observar la dinámica
de ciertos sectores y grupos dependiendo las horas.
Se conformaron 5 tipos de instrumentos para los
siguientes grupos: adultos, niños, ancianos, aleda-
ños y turistas. Estos estaban basados en similitud de
preguntas que al obtener las respuestas permitieran
el cruce de información.
La intención del instrumento era obtener infor-
mación sobre los siguientes componentes:
Natural: El medio ambiente natural, es el conte-
nedor de las dinámicas que los pobladores adoptan;
luego, el entorno es definido por estas actividades. Las actividades productivas y la cordialidad de su gente
Es una interdependencia entre la Naturaleza como son vistas como parte del paisaje.
espacio primario que marca la singularidad y el hom-
bre que lo habita. El entorno natural está presente, el
hombre se sitúa y empieza a establecer la relación de deportivas, tradiciones propias de la zona; Partici-
captación de los recursos que tiene a su alcance. Para pación en actividades; Lugares de interés; Organiza-
este componente se realizaban preguntas relaciona- ciones existentes; Gastronomía del lugar;Artefactos
das con las variables: Valores espaciales existentes; usados en sus labores cotidianas;Construcciones
Aprovechamiento del entorno para realizar activida- vernáculas y su participación en llevarlas a cabo;
des; Relación medio natural y comportamiento. Relación con otros miembros de la comunidad; Ma-
Entono Socio-cultural-construido: La cultura, nera de llevar a cabo construcciones de la zona
según Herrero (2002), tiene una gran capacidad de Necesidades del Entorno: Los habitantes de
adaptabilidad y es un sistema integrado donde cada un lugar poseen necesidades y los espacios que se
pieza depende y se desarrolla por otra. Para Herrero, generan dependen en ciertas ocasiones de estas. Si
la cultura está compuesta por conocimientos, arte- existen problemas con el almacenamiento del agua
factos y comportamientos. En este sentido, y rela- para riego, no sería extraño ver la figura cilíndrica
cionándolo con el paisaje que existe en un área rural, del tanque australiano. Otro ejemplo, son los silos
la cultura es patrón esencial en cuanto esta formada que nacen de la necesidad de depósito de los granos
por tradiciones que demuestran costumbres y crean cosechados y que forma un elemento visual del pai-
espacios para ser vividos. saje de los llanos venezolanos.
Los bailes, la gastronomía, la religiosidad, la ar- Son estos ejemplos los que permiten señalar que
quitectura y los medios de producción condicionan para la definición del paisaje desde la percepción del
lugares y dan características a un entorno. El arado usuario, es importante el reconocimiento de las ne-
es un “artefacto” o herramienta que tradicionalmen- cesidades que puedan poseer la población. En el ins-
te sigue siendo usado en las áreas rurales. Las pro- trumento las interrogantes estaban basadas en las si-
cesiones de los santos hacen que las vías cambien guientes variables: Problemáticas y soluciones que se
de significado cuando en ellas se concentran los ha- han dado; Espacios públicos; Economía de la zona.
bitantes para rezar. Aspectos Visuales Perceptuales: Los hombres
Las preguntas planteadas estaban vinculadas en su quehacer diario arman mapas de sus lugares
con las siguientes variables: Actividades culturales, imaginarios y estos al coincidir en función en varios

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Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la percepción de sus pobladores

hombres pasa a ser del colectivo. Ellos poseen imáge- relacionan con actividades cotidianas como jardine-
nes de sus espacios e igualmente les imprimen sus ras- ría, enseñanza ambiental a los niños y caminatas.
gos. De esta manera es determinante para la definición Entorno Socio Cultural Construido: En el
del paisaje rural, la detección de estos espacios de con- Sector de estudio de la Parroquia La Toma, los habi-
vivencia colectiva, que difieren de las áreas urbanas. tantes expresan la siguiente definición de su entorno
En este componente se estudiaron las siguientes sociocultural:
variables: Reconocimiento de lugares; Valoración Tanto para las personas externas al poblado como
de casas de la zona; Identificación con construccio- para sus pobladores el valor del trato de los habitan-
nes de diferentes tipos; Significados de lugares; Lu- tes para con los demás es una constante cargada de
gares y rutas más usados significados de lo que ellos pueden ofrecer.
Con respectos a las tradiciones, los más ancianos
Definidos los componentes y variables a estudiar, manifiestan que estas se han perdido por la inmer-
los instrumentos se plantearon según los grupos a los sión de nuevas tecnologías (constructivas, de pro-
cuales se les iba a aplicar. El instrumento aplicado a cesamiento de alimentos entre otras) que desplazan
niños, adultos, turistas y aledaños fue un cuestiona- el trabajo duro que implica lo tradicional. Las tradi-
rio con preguntas abiertas basadas en captar la cog- ciones que se han mantenido están relacionadas con
nición y percepción integral que se tenía del paisaje. necesidades como la gastronomía con la arepa de
A los ancianos se les realizó una entrevista estructu- trigo y la producción con la siembra y el arado. Una
rada con ciertas preguntas del cuestionario de adulto tradición que no responde a una necesidad esencial
y otras preguntas dirigidas pensando en su edad. sino al hecho de participación social y celebración
En la metodología cualitativa la recolección de es la festividad de las fiestas de San Judas Tadeo
los datos va en paralelo con el análisis. Es un pro- en Octubre. Estas tradiciones se mantienen por dos
ceso mental donde el investigador reflexiona cons- vías según los adultos: en las mujeres las enseñan-
tantemente mientras recoge los datos. Técnicamente zas se transmiten a sus hijos y en los hombres por
para el análisis se utilizaron métodos cuantitativos incluir a sus hijos en la práctica de la agricultura
y cualitativos. Como por ejemplo la utilización de: cuando son adolescentes. En ambos grupos la parti-
la triangulación de datos, comparación y reflexión cipación en las actividades religiosas es una manera
personal, el análisis de contenido y de frecuencia. de transmitir las tradiciones
Necesidades del Entorno: A continuación, lo
que los pobladores de La Toma han percibido sobre
Resultado sus necesidades: Para los pobladores las necesida-
des están relacionadas con la cotidianeidad, expre-
Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma sando algunos que se vive feliz y que no necesitan
a partir de la percepción de sus pobladores nada para elevar su satisfacción. Para los turistas el
lugar está bien como se encuentra.
Entendiendo el paisaje, como resultado de la rea- La necesidad de La Toma es percibida con re-
lidad de intercambio entre los hombres y el medio querimientos de nuevas viviendas, lugares de re-
ambiente donde se desenvuelven y que es, un gene- creación y mejoramiento de servicios públicos e
rador de imágenes posteriores en quienes lo habitan, infraestructura principalmente la vía.
se afirma que la definición del paisaje del sector de Proponen actividades relacionadas con el turis-
estudio, esta dada directamente del medio percibido mo y a la de atención a demás personas. Las mujeres
o imagen generada por sus habitantes, luego de un tienden a actividades que le permitan quedarse en
proceso de percepción del paisaje que les rodea. casa (restaurant, artesanía, educativas) y los hom-
Entorno Natural: Es la naturaleza una cons- bres a actividades que lo vinculen más a su medio
tante reconocida por todo los grupos etareos donde natural (arriero, guía turístico, enseñar agricultura)
particularmente sus montañas y el clima son los ele- Aspectos Visuales Perceptuales: En La Toma
mentos definitorios. Esta naturaleza les brinda sen- sus habitantes poseen la siguiente imagen de ellos:
saciones de tranquilidad y belleza, haciendo sentir “Bien bonita, como un paraíso tranquilo y próspero,
bien a quienes habitan el lugar. Están claros que el con su hermoso paisaje, y la cordialidad de la gente
medio natural es la materia prima y productivamente de acá para los visitantes para que se sientan como
lo aprovechan para la agricultura que es la actividad si estuvieran en casa.”
predominante de la zona. Los hombres mantienen Para los pobladores, mientras se alejan más de
una relación de producción mientras las mujeres la la concentración de las viviendas, valoran más el

—  127  —
Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía

entorno natural. Al estar inmersos en la zona con En primer lugar, es necesario destacar lo siguiente:
características urbanas sus puntos de referencia se —— Existencia de variables intrínsecas en el ob-
trasladan a lo construido. servador que inciden sobre su percepción del
Las construcciones varían según la distancia que se paisaje.
establece con el eje trasandino. Mientras más se alejan Estas variables son: Edad, género y procedencia.
mayor es la presencia de las viviendas tradicionales. —— El paisaje posee componentes propios que
En las viviendas tradicionales andinas se nombran determinan y se involucran en su percepción
los espacios sociales y la palabra grande para su des- por parte del observador. Tales componentes
cripción. En la vivienda moderna prevalece el adjeti- para su sistematización, se han agrupado en
vo pequeña y nombran los números de habitaciones. 3 ítems: el entorno natural, el social-físico
Mientras para los ancianos y adultos la identificación -construido y las necesidades del entorno. Un
de ellos esta relacionada con la vivienda de malario- cuarto ítem son los aspectos visuales percep-
logia de los años 50, para los niños la casa tradicional tuales, que asocian los sentidos del observa-
andina es la que los representa evocando momentos dor con los componentes propios del paisaje.
de juegos, paraduras, velorios y fiestas. Todos los
grupos relacionan a La Toma con la vivienda tradi- La Imagen obtenida por parte de cada observa-
cional andina como elemento identificatorio y por dor del paisaje en cuestión resultará de la interac-
esto manifiestan la importancia de su conservación. ción entre las variables intrínsecas del observador y
Los lugares de interés son las zonas naturales las propias del paisaje.
continuando con la casa comunal y posadas. Tomando en cuenta esta conclusión, a continua-
Los niños para la identificación de los lugares ción (ver tabla en página siguiente) se presentan
utilizan su memoria visual, los adultos y turistas organizadamente los aspectos resultantes que per-
se apoyan en elementos característicos del entor- miten definir el paisaje en áreas rurales:
no natural y construido y los aledaños expresan
sus conocimientos en base a lugares transitados y
recuerdos. Aproximación a criterios de acción
La definición del paisaje obtenida por la percep- integral para la intervención del
ción de los pobladores de la Toma, permite inferir paisaje en la parroquia La Toma
que en esta comunidad existen elementos perma-
nentes, los cuales están referidos a: En el sector de estudio antes de toda interven-
—— Entorno natural como determinante de sus ción se deben fortalecer las relaciones a nivel de or-
modos de vidas ganización y participación comunitaria, por ser una
—— Viviendas tradicionales como elementos de de las debilidades de esta población. De resto, la
memoria colectiva Toma es una comunidad con muchísimo potencial,
—— Agricultura como vínculo con la tierra y la digna de un Desarrollo Rural Sostenible por poseer
cohesión social
—— Fechas religiosas como generadoras conti-
nuas de participación social
—— Valoración del individuo como parte esencial
del paisaje.
—— Complementariedad entre sexos:

La definición del paisaje a partir de la percepción


de sus pobladores como una herramienta
para ser aplicada a otras áreas rurales

Luego de estudiar la manera en que los habitan-


tes de La Toma logran definir su paisaje, se con-
sidera de gran utilidad presentar una herramienta
que sintetice aspectos que permitan ser tomados en Para los habitantes de La Toma, la conservación de la
cuenta para futuras investigaciones del paisaje en el vivienda tradicional andina es importante por el
área rural. legado cultural.

—  128  —
Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la percepción de sus pobladores

ASPECTOS ÚTILES PARA DEFINIR EL PAISAJE EN LAS ÁREAS RURALES


Cuadro Guía
Componente Variables Generales Aspectos Resultantes.
• Características físicas del paisaje natural
Valores espaciales
• Comportamiento del clima
ENTORNO • Comportamiento conservacionista
NATURAL Relación medio natural y • Adecuación de construcciones
comportamiento • Incidencia en la selección de actividades productivas 1∗/2∗3∗
• Sensaciones transmitidas
• Calidad de relaciones entre pobladores.
Relaciones personales
• Valoración de las relaciones humanas hacia los foráneos.
• Presencia de asociaciones
Organización y
• Asociaciones activas
participación
• Constancia en la participación
Gastronomía:
• Coincidencia con el plato típico de la zona
• Conocimiento de preparación del plato típico *
• Artefactos usados:
• Uso de artefactos tradicionales en actividades productivas
ENTORNO Tradiciones:
SOCIO- • Coincidencias con fechas religiosas
Tradiciones de la zona
CULTURAL- • Manifestaciones relacionadas periodos de siembra y cosecha
CONSTRUIDO • Tradiciones convertidas en actividades cotidianas
Mantenimiento de tradiciones*/***:
• Asistencia a actividades religiosas
• Facilidad de ejecución
• Transmisión de enseñanzas por medio de actividades productivas
• Comunicación oral
• Conocimiento de técnicas y materiales
Construcciones • Relación tipo de vivienda/vía principal
• Relación ubicación de vivienda/ valoración del entorno**
• Relacionados con el entorno natural
Lugares de interés
• Relacionados con espacios públicos y privados.
Humanas • Participación y organización
• Aceptación de lo existente
• Presencia de equipamientos
Servicios
• Presencia de infraestructura y servicios públicos
NECESIDA-
• Relación servicios solicitados / distancia del centro poblado*
DES DEL
Productivas • Presencia de equipamientos e infraestructura para la producción
ENTORNO
Resolución de problemas • Organización comunitaria frente a emergencias
• Transformación de materia prima
Nuevas actividades* • Aprovechamiento del entorno
• Atención a los demás.
• Valoración de la permanencia de las viviendas tradicionales
• Identificación con elementos construidos exógenos al lugar
• Diversidad en el proceso de identificación de lugares***
Relacionado con cons- • Utilización del factor tiempo como referencia espacial
trucciones o elementos • Utilización de pendientes del terreno o puntos cardinales para referencias
físicos construidos espaciales
ASPECTO • Adjudicación de nombre de personas a lugares.
VISUAL- • Señalización de equipamientos de uso constante como hitos del lugar.
PERCEPTUAL • Asociación de sendas con recorridos cotidianos
• Descripciones a terceros relacionados con: sensaciones, gente, entorno
natural y productivo.
• Relación inversa entre la distancia y la satisfacción por servicios.
Atractivos naturales
• Preferencias sobre los lugares de permanencia*/***.
• Límites subjetivos relacionados con:
Bordes naturales, equipamiento y presencia de vías principales.
* Género como influencia ** Procedencia como influencia *** Edad como influencia

—  129  —
Samantha Márquez de Landaeta, Maritza Rangel, Nory Pereira, Nelly Mejía

las ganas en sus habitantes de transformaciones para materiales constructivos y técnicas utilizadas,
su bienestar que no alteren la esencia de su comu- forma e imagen según tradición y memoria)
nidad, pero no poseen el ahínco ni conocimientos pueden ser tomados y reinterpretados (como
suficientes para comenzar los cambios. lo hizo el Maestro Carlos R. Villanueva, en
Así la sostenibilidad de la intervención del pai- sus obras urbanas) para generar una arquitec-
saje dependerá de: tura rural que mantenga el imaginario de la
1. La integración de la población del lugar en colectividad
las funciones de desarrollo de la espacialidad. 6. Estimular la necesidad de educar íntegra-
Se poseen datos sobre la percepción de los lu- mente a cada miembro de la comunidad,
gares de la zona y esto debe servir como base para motivarlo a la valoración de su contex-
para cualquier transformación del espacio to socio-cultural, ambiental y económico. La
construido. Igualmente se debe mantener la idea es que los habitantes se involucren en
configuración espacial y morfológica irregu- el diseño, construcción y mantenimiento del
lar para no romper con características propias paisaje. Aquel que vea reflejadas sus ideas en
del sector. la construcción de ese espacio, luchara por
2. Captar como técnico desde un primer mo- mantenerlo.
mento el lugar, sus costumbres, arraigo, eco- 7. Ser íntegro como técnico y vincularse con
nomía e integrarlos a las variables de diseño. la visión de otros profesionales (sociólogos,
Así, se pueden plantear escuelas artesanales historiadores, epidemiólogos, botánicos, pla-
gastronómicas, donde se retomen platos del nificadores, gerentes, etc)., para así entender
páramo y donde se dicten clases a quienes vi- la complejidad del hombre y su entorno
siten el poblado. También realizar intercam-
bios de niños, jóvenes y ancianos donde estos
últimos cuenten a sus generaciones los cam- Conclusiones
bios que han ocurrido y las tradiciones que se
han perdido Partiendo de algo como la búsqueda de la defi-
3. Concebir la visión del paisaje como un “capi- nición del paisaje se pueden lograr propuestas que
tal”, relacionado con el fomento de activida- orienten a un desarrollo rural integral que tome en
des no agrícolas cuenta los aspectos necesarios para que la comuni-
4. El crecimiento de La Toma, manifestado dad logre estar identificada con este. Es importante
como un hecho por los habitantes conduce a recordar nuevamente, el entendimiento de la ma-
la protección del ambiente y a valorarlo como nifestación del paisaje rural como una integralidad
un medio de enseñanza abierta, en la conser- que combina los resultados de la interacción de la
vación y manejo efectivo de las áreas verdes Naturaleza-Cultura-Espacios Construidos- Econo-
y de las zonas de conservación ecológicas mía y que cualquier movimiento en estas variables
donde los espacios naturales deben ser tra- lo transforma inmediatamente. Por esto cualquier
tados particularmente bajo las medidas que acción debe ser formulada bajo una óptica de soste-
dicten autoridades ambientales y otros acto- niblidad, donde el producto sea un desarrollo rural ,
res con influencia en la zona. armónico al lugar donde se realiza.
5. El uso de la arquitectura tradicional rural
como una herramienta para transmitir cultu-
ra y la historia del lugar, ya que ésta lleva Bibliografía
toda una secuencia histórica y maneja todo
un lenguaje popular, que no puede ni debe CASTRO AGUIRRE,C.( 1999, febrero 1). “Mapas Cog-
olvidarse. La tradición debe ser entendida nitivos. ¿Qué son y como explorarlos?”. Scripta
como patrimonio colectivo, regulador del Nova. Revista electrónica. (33). http://www.ub.es/
geocrit/sn.33.htm
patrimonio cultural donde cada región debe
HERRERO, José. (2002). Qué es Cultura?. http://www.
recuperar lo que su pasado ofrece. Se debe
sil.org/capacitar/antro/cultura.pdf
ahondar en el estudio de la vivienda cons- LYNCH, Kevin. : La imagen de la ciudad (3ª ed.). Barce-
truida artesanalmente en la zona, porque es lona, España: Gustavo Gili, 1998.
el espacio construido que trasciende en el MINISTERIO DEL DESARROLLO URBANO. Sínte-
tiempo, y sus valores (adecuación al con- sis del Plan Especial Llano del Hato. Estado Mé-
texto natural, espacio integrado a la función, rida. 1992

—  130  —
Definición del paisaje de la parroquia rural La Toma, del Estado Mérida en Venezuela, a partir de la percepción de sus pobladores

MINISTERIO DEL DESARROLLO URBANO. Direc- RAPOPORT, Amos: Aspectos de la calidad del entor-
trices y criterios para la elaboración de Planes Es- no. Barcelona, España: Publicaciones del Cole-
peciales. 1994 gio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Balea-
MINISTERIO DE DESARROLLO URBANO. Plan de res, 1974
conservación y tutela del patrimonio arquitectóni- RAPOPORT, Amos. Aspectos humanos de la forma ur-
co, cultural y del paisaje del Páramo de Mucuchies. bana. España: Gustavo Gili. 1978
La Toma.(s/f) www.galeon.hispavista.com/pcazau.html . Interacción
MUNTOÑOLA, Joseph.: “Arquitectura dialogica y psi- Simbólica.
cología ambiental”.[En] Revista Polis Cientifica: El L’ estructura del paisatge circummediterrani: Concepto
lugar, la arquitectura y el urbanismo,1996,pp.95-99. Socioecológico del paisaje. http:// www.erf.es/cas/
OFICINA CENTRAL DE ESTADÍSTICA E INFOR- fconcepte/e212a.html.
MÁTICA. Censo Nacional. Caracas: Autor, 1990. Información sobre mapas cognitivos y Downs y Stea.
PALOMO, Pedro S.: La planificación verde en las ciuda- http:// www.ub.es/dppss/psicamb/2322.htm. Visita-
des. Barcelona, España: Gustavo Gili, 2003 do: 2003, diciembre.

—  131  —
O resgate do ofício da cantaria em Ouro
Preto através das fontes orais

Deise Simões Rodrigues, Valdei Lopes de Araujo, Carlos Alberto Pereira


Universidade Federal de Ouro Preto, Minas Gerais. Brasil

A cidade do ouro e das pedras num desenhado inusitado, misto de paisagem natu-
ral e de materialidade. O conjunto arquitetônico da
cidade - pontes, chafarizes, igrejas, casarões – foi
É que o ouro se esconde na montanha, e é a monta- erguido por diversificados métodos de construção.
nha que fixa o homem. No princípio, as técnicas utilizavam-se de materiais
Sylvio de Vasconcellos rudimentares como argila, terra molhada e madeira,
era o caso das estruturas de pau-a-pique e da taipa
Todos os sonhos barrocos deslizando pela pedra.
de pilão2. Porém, a região, famosa pelas esculturas
Cecília Meireles
em pedra sabão da lavra do mestre Aleijadinho, op-
tará, em definitivo, pelo emprego da pedra lapidar
A cidade de Ouro Preto, outrora Vila Rica, foi
para erguer suas obras arquitetônicas, através da al-
erguida no século XVIII, dada a descoberta do ouro
venaria e, principalmente, da cantaria (Bazin: 1956,
na região que logo passaria a se denominar Minas
p.54-60).
Gerais1. Logo, fruto da colonização portuguesa
Dada a adequação dos sistemas construtivos,
no Brasil, a vila aurífera terá suas feições urbanas
a técnica da cantaria, introduzida entre os anos de
adaptadas ao relevo e às condições locais (Mello:
1735 e 1738, foi largamente empregada nas obras
1985, p.67). Destaca-se ainda pela originalidade da
da colonial Vila Rica. O ofício do canteiro consistia
arquitetura conhecida por apresentar um dos maio-
em beneficiar, aparelhar e lavrar a pedra em formas
res conjuntos de obras do barroco no mundo.
geométricas para ser aplicada em construções como
A ocupação seguia o curso do ouro, fato que as-
parte estrutural ou ornamental e, muitas vezes, as
sinala para um peculiar aspecto notado por Mello
duas funções eram satisfeitas na mesma obra (Vil-
(1985, p.70): a formação espontânea dos aglome-
lela: 2003, p.1). A cantaria em Ouro Preto ficaria
rados na região. As aglomerações, denominadas
marcada pelo uso diferencial da pedra regional de-
arraiais, situavam-se na acidentada topografia das
nominada Itacolomito – quartzito retirado da Serra
áreas ricas em depósitos auríferos e tinham como
do Itacolomi.
ponto comum um caminho como eixo demarca-
dor. Rebelde, o povoado crecía livre das amarras
2.  A modalidade de construção chamada de pau-a-pique
do gosto e tradição portuguesa repetida no Brasil consiste em criar um suporte de estacas de madeira, adequa-
colonial através das Ordenações Reais (regras para do para reter a terra molhada, amassada e secada. A armação
construções e urbanizações). É assim que Ouro compunha-se de estacas verticais reforçadas na base, cravadas
Preto foi emoldurada nas ladeiras da cidade. Suas na terra (esteio), e de barras horizontais de madeira, das quais
a mais baixa chama-se baldrame e a mais alta, que servia de
construções se amontoam, se interpenetram, multi-
trave, viga; entre estas barras horizontais eram fixadas varetas
plicam-se para o alto e para o fundo, o que resulta (pau-a-pique) sobre as quais se apoiava o suporte. Enquanto a
taipa de pilão consiste em amassar a terra, ou, de preferência, a
1.  Atualmente, Ouro Preto é um Município do Estado de argila, humedecida com água ou água e cal dentro de moldes ou
Minas Gerais, na região sudeste do Brasil. caixas compridas (Bazin: 1956, p. 55-56).

132
O resgate do ofício da cantaria em Ouro Preto através das fontes orais

Vista da coluna do Museu da


Inconfidência com a Igreja de Santa
Efigênia ao fundo.

Atravessados dois séculos é possível admirar- Em reconhecimento ao valor artístico, cultural e


mos hoje das praças e ruas pavimentadas em pedra histórico a UNESCO consagrou Ouro Preto com o tí-
ou das enrijecidas pontes, o belíssimo trabalho em tulo de Patrimônio Mundial da Humanidade em 1980.
quartzito Itacolomito nas janelas, portadas, car-
rancas, bacias, cruzes, mesclado à genialidade dos
ornatos e esculturas de pedrasabão de Aleijadinho, Morte e renascimento de um ofício
enfim, encantarmo-nos com toda monumentalidade
de Ouro Preto, cidade de pedras. Nos fins dos oitocentos os artesãos canteiros na
ausência de demanda pelo ofício perderam sua fun-
ção na cidade e a cantaria torna-se uma técnica cons-
trutiva obsoleta a partir do século XIX (Cavalcanti
Apud Villela: 2003, p.1). No entanto, os efeitos da
perda dessa prática foram sentidos no terceiro decê-
nio do século passado. Através de uma política pre-
servacionista, levada a cabo pelo antigo Serviço de
Proteção Histórico e Artístico Nacional (SPHAN),
que incluía o inventariamento, tombamento e res-
tauro do conjunto de monumentos do barroco mi-
neiro (Rubino, 1996, p. 97-105), constatou-se a ne-
cessidade da cantaria como técnica de restauro. Não
é difícil entender essa percepção, visto que grande
parte do patrimônio edificado em Ouro Preto possui
algum tipo de rocha lapidar na sua composição.
Desde então, a cidade viu-se obrigada a contar
com profissionais do ofício de cantaria oriundos
de outras regiões do estado de Minas Gerais e até
mesmo do Brasil para restaurar os monumentos. A
reforma do Museu da Inconfidência3 em 1939, para

3. Neste trabalho foram utilizadas as entrevistas realiza-


das com mestre Juca para um projeto aprovado pelo progra-
ma de iniciação científica (Pibic/Cnpq) intitulado “O resgate
do ofício de cantaria na memória de mestre Juca”. Este projeto
Escada de cantaria do Museu da Ciência e Técnica da vem sendo desenvolvido pelos autores dentro da Universidade
Escola de Minas. Federal de Ouro Preto. As entrevistas somam sete fitas de 60

—  133  —
Deise Simões Rodrigues, Valdei Lopes de Araujo, Carlos Alberto Pereira

trabalho manual. Para Benjamin (1986, p.203-206),


quem narra evita explicar, conseqüentemente o epi-
sódio narrado permite a interpretação da história. A
narração seria uma forma artesanal de comunica-
ção. A analogia percebida por Benjamin aplica-se
aqui diante da busca de uma interpretação da rein-
venção do ofício de cantaria em Ouro Preto que faz
de mestre Juca um artesão-narrador.
O método de pesquisa adequado para análise de
nossa questão é o intitulado como história oral. Essa
metodologia consiste na busca dos relatos de atores
e sujeitos de processos históricosociais. Segundo
Paul Thompson (1998, p. 303), a narrativa da histó-
ria de uma única vida, em casos importantes, pode
ser utilizada para transmitir a história de toda uma
Mestre Juca trabalhando na rocha quartzítica na oficina
de cantaria. classe ou uma comunidade, ou transformar-se num
fio condutor ao redor do qual se reconstrua uma
série extremamente complexa de eventos. Ecléa
citar um exemplo, trouxe canteiros espanhóis e por- Bosi (1998: p. 474), num importante trabalho sobre
tugueses, evento que denunciava a extinção do ofi- os velhos de São Paulo, conclui que “a recordação é
cio em Minas Gerais. tão viva, tão presente, que se transforma no desejo
Somente em 1980, José Raimundo Pereira, mes- de repetir o gesto e ensinar a arte a quem escuta”.
tre Juca, numa iniciativa pioneira, resgata ou rein- Ainda Bosi (1998, p.60) aponta que no estudo das
venta o saber/fazer da cantaria. Na época, o mestre lembranças das pessoas idosas é possível verificar
de obras foi encarregado de restaurar a cruz de can- uma história social bem desenvolvida. Logo, a cria-
taria da Ponte do Pilar. A partir daí, encontrou, a ção do depoimento de mestre Juca4 torna-se o meio
sua maneira, o aperfeiçoamento da técnica, já tendo mais crível para analisar a reinvenção do ofício de
trabalhado em inúmeros monumentos da cidade e cantaria. Através das fontes orais será possível pe-
proximidades. Atua hoje, aos 82 anos, como o úl- netrar na trajetória de vida de mestre Juca e compar-
timo mestre canteiro a dominar o ofício em Minas tilhar o testemunho da sua experiência.
Gerais, fato que nos inspirou a levantar o problema Recorremos, então, à metodologia da história
do resgate/reinvenção da cantaria através dos rela- oral, entendida como sendo aquela que possibilita ao
tos de história de vida desse mestre da cantaria. historiador a criação de fontes. Esse “método-fonte-
técnica” conforme definido por Verena Alberti (2004,
p.18), através de critérios rigorosos5 realiza entre-
O artesão-narrador: história de vistas com indivíduos que podem contribuir com a
vida e fonte documental construção de uma documentação oral capaz de nos
oferecer interpretações qualitativas de abordagens
históricas. Cabe salientar a importância da constru-
... uma vida é inseparavelmente o conjunto dos acon- ção dessa fonte, o testemunho oral é uma maneira de
tecimentos de uma garantir ao futuro a transmissão do passado.
existência individual concebida como uma história e
Neste sentido, Paul Thompson (1998, p.302),
o relato dessa história.
diz ser a vida individual o veículo concreto da
Pierre Bourdieu

... pois toda história de nossa vida faz parte da


4. É importante salientar que da mesma forma depoimen-
­história em geral. tos de testemunhas-chave do objeto de estudo também devem
Halbwachs ser preparados, porém nesse artigo nos concentramos nas entre-
vistas do mestre canteiro.
Walter Benjamin num estudo sobre Leskov lem- 5.  O rigor metodológico do historiador é determinado pela
bra que este atribui a arte de narrar equivalência ao pesquisa exaustiva do objeto de estudo; o preparo técnico com
gravadores e fitas de qualidade; o local acessível e propício para
as sessões; a elaboração de roteiros e, finalmente, as transcri-
minutos, todas devidamente transcritas conforme as indicações ções. Para uma completa exposição de como efetuar pesquisas
metodológicas encontradas no trabalho de Alberti (2004). com a metodologia de história oral, ver (Alberti, 2004).

—  134  —
O resgate do ofício da cantaria em Ouro Preto através das fontes orais

experiência histórica, o indivíduo que lembra pode, Ouro Preto preservada em seu aspecto físico,
portanto, construir uma parte da história. Finalmen- permite àqueles do presente viverem sobre suas
te, as entrevistas de história de vida e temáticas re- ruas, becos, igrejas do século XVIII. A continuidade
alizadas com mestre Juca se transformam em fon- da cidade de outrora se estende aos hábitos de seus
tes orais ricas em informações sobre as técnicas; os habitantes, que podem vir a se assemelhar aos de
empregos; os materiais; as ferramentas do ofício de gerações passadas.
cantaria e ampliam a possibilidade de compreender Para Halbwachs (2004) isso se refere à memória
a recuperação dessa técnica perdida desde o século coletiva pertencente aos grupos da cidade. Mestre
XIX em Minas Gerais6. Juca, além de fazer parte do grupo urbano de Ouro
Preto, faria parte também de um grupo de traba-
lhadores – pedreiros, ferreiros e outros, no qual
Memória e espaço: a reinvenção os pensamentos perpetuam-se no tempo através
do ofício de cantaria da memória. É assim que as lembranças de siste-
mas construtivos tradicionais são relatadas por ele
com tamanha familiaridade como neste trecho em
Toda memória coletiva tem por suporte um grupo que explica as casas antigas construídas em pau-
limitado no espaço e no tempo. a-pique e tabique, nas quais trabalhava ainda na
Halbwachs infância:

... estou vivendo, enquanto eu estou mexendo com Porque era o seguinte, fazia os quatro cantos e punha
isso, eu estou vivendo. as peças de madeira e ali você amarrava as ripas
Mestre Juca com cipó. Era diferente. Parede de pau-a-pique. Eles
usavam uma peça nesse sistema eram as ripas, eram
Como observado antes, a cidade de Ouro Preto assim, as varinhas que eles amarravam. Tem o tal de
não mais possuía artesãos canteiros aparentemente tabique que é uma tábua, tem as esteiras, que eles
desde fins do século XIX. E foi somente na déca- usam, a esteira eles jogam um bocado de massa de
da de 80, do século passado que vimos ressurgir o um lado e de outro e faz a parede...
ofício desse grupo de pedreiros através de mestre
Juca. Já este desenvolveu a técnica, aparentemente Ainda ele poderia relembrar o passado daqueles
sozinho ou como ele mesmo costuma dizer: - “Eu e canteiros setecentistas encontrando uma maneira
Deus”. Não houve transmissão do saber, quer fosse própria de recuperar o ofício perdido. Pois, a cidade
dos parentes próximos ou de algum outro mestre lhe proporcionou se não a mesma, uma aproximada
canteiro. atmosfera, em que aqueles canteiros praticaram seu
Se partirmos da teoria de Halbwachs (2004) trabalho.
sobre a memória, onde o autor fala da relação de Dos relatos aparecem indícios que a cantaria
nossas lembranças com os grupos e os lugares, é apesar de obsoleta como técnica construtiva poderia
possível identificar em mestre Juca uma memória estar viva no meio material de mestre Juca. O ofício
do ofício apreendida a partir de sua experiência de não era praticado na sua totalidade, mas sobrevivia
pedreiro e de sua vivência na cidade repleta de mo- de forma latente nas marcas das rochas das jazi-
numentos de cantaria. das, nas ferramentas dos pedreiros, nas casas e até
O passado deixa seus traços na expressão dos mesmo nos caminhos de pedra. Esse meio material,
rostos, no aspecto dos lugares, e mesmo nos modos guardião de memória, exerce poder sobre os gru-
de pensar e de sentir, inconscientemente conserva- pos que habitam seu quadro espacial. Nosso entorno
dos e reproduzidos por determinadas pessoas de material leva ao mesmo tempo nossa marca e a dos
uma dada sociedade (Halbwachs: 2004, p.72). outros (Halbwachs: 2004, p.137).
Cabe aqui mais uma vez recorrermos a Halbwa-
chs (2004, p.83), para quem as lembranças de um
6. Neste trabalho foram utilizadas as entrevistas realiza-
grupo só se constituem memória para um indivíduo
das com mestre Juca para um projeto aprovado pelo progra- quando se relacionam com o passado do mesmo.
ma de iniciação científica (Pibic/Cnpq) intitulado “O resgate Dessa maneira, é tão importante conhecermos o
do ofício de cantaria na memória de mestre Juca”. Este projeto trajeto de vida de mestre Juca onde se encontra a
vem sendo desenvolvido pelos autores dentro da Universidade
relação das experiências deste indivíduo com o fato
Federal de Ouro Preto. As entrevistas somam sete fitas de 60
minutos, todas devidamente transcritas conforme as indicações dele ter através da memória de um ofício, oculta em
metodológicas encontradas no trabalho de Alberti (2004). um quadro espacial, ter reinventado a cantaria.

—  135  —
Deise Simões Rodrigues, Valdei Lopes de Araujo, Carlos Alberto Pereira

Isso implica em dizer que existe um liame entre por 30, peças de madeira antiga, tiramos todas e foi
mestre Juca e o universo que compunha o grupo de trocado todo o assoalho. Houve uma reforma grande.
canteiros no passado. Somente um membro desse
grupo poderia decifrar o ofício de cantaria, indeci- O mestre ainda recorda a vinda dos canteiros
frável para outros indivíduos. O fato de que o ar- portugueses e espanhóis. E com certa ironia, diz que
tesão passou grande parte de sua vida na profissão naquele momento sem imaginar que se tornaria um
de pedreiro, atuando nos monumentos da cidade deles, pouca atenção deu àquele ofício. É certo que
histórica, poderia explicar, entre outros fatores, sua nesta ocasião mestre Juca, somente com 16 anos,
capacidade de ter recuperado o ofício tradicional. ocupava-se em ser servente de pedreiro, realizando
funções que em pouco lembrariam a sofisticada téc-
nica de lavrar o quartzito.
O mestre Juca através dos depoimentos Durante a juventude esteve trabalhando em pe-
dreiras de quartzito, inclusive na Serra do Itacolomi,
A vida como lembrança do trabalho da onde vieram a maioria das rochas que compõe
José Raimundo Pereira, mestre Juca, nasceu em as obras de cantaria na cidade. Lá retirava pedras7,
Ouro Preto no ano de 1923, foi o segundo de uma exercitando uma das etapas do mestre canteiro: a
família de cinco filhos. Sua mãe era dona-de-casa e escolha da rocha e o desmonte.
seu pai criador de tropas, o que caracteriza a origem Na época em que estava no Parque Metalúrgico
simples do mestre. Ele e a família passaram boa surge outro fator interessante, cita que ferreiros e
parte da vida no Morro São Sebastião, um dos pri- pedreiros trabalhavam lado a lado. Esses ferreiros,
meiros locais habitados durante a ocupação da vila instalados em oficinas, eram responsáveis pela con-
no período colonial, bairro antigo que abriga uma fecção das ferramentas manuais dos pedreiros. Seu
comunidade envolvida com o passado minerador o Juca narra que ali pôde conhecer instrumentos de
qual permitiu o desenvolvimento arquitetônico e a cantaria, os quais apropriados, suponhamos, na oca-
ocupação da cidade. sião, em outros trabalhos.
Diante da pouca possibilidade de estudo, come- Outros períodos de sua trajetória profissional são
çou a trabalhar com 11 anos de idade. A partir daí, igualmente lembrados com naturalidade. Porém, es-
percorreu uma longa trajetória, aonde se transfor- pontaneamente, nunca relacionou nenhuma de suas
mou em pedreiro, exímio mestre de obras até se tor- profissões com a reinvenção do ofício, apesar da rela-
nar o mestre canteiro. ção ficar implícita em vários momentos de sua fala.
Sua narrativa cristalizada apresenta um relato li-
near, um discurso construído cronologicamente na
memória do ator, privilegiando o tempo do trabalho. A reinvenção do ofício
Sobre sua história de vida, mestre Juca apreendeu e
selecionou algumas recordações, e assim, nos narra
com riqueza de detalhes os lugares onde esteve Essa idéia de mexer com pedra começou quando eu
atuando. fui emprestado da Universidade para o patrimônio8.
Um senhor de idade chamado Antônio é que traba-
Dentre os fatos narrados, um particularmente,
lhava no Patrimônio nesta época. Ele não queria ter
nos chama a atenção por nos remeter a reinvenção dificuldade e falou comigo: - “oh Juca, a gente faz
da cantaria. Mestre Juca, em 1939, esteve presente só um fingimento aqui que está bom”. Eu falei: -
na Reforma do Museu da Inconfidência. Na época eu não gosto de fingimento. Esses antigos fizeram
o prédio funcionava ainda como cadeia, exercendo essas coisas que a gente fica de boca aberta, olhando
a mesma função a qual havia sido destinado no pro- como é que puderam fazer esses trabalhos. O senhor
pósito de sua criação. O monumento, localizado na pensa bem, levantar esses mundos de pedra, e tudo
Praça Tiradentes, é um exemplar da arquitetura co- era braçal. Não tinha uma máquina, nada disso. E
lonial mineira e possui em sua estrutura e ornamen-
tos pedras de cantaria. Durante a reforma, segundo 7. Em 1942 são retiradas da Serra do Itacolomi pedras,
seu relato, houve grandes intervenções: no caso blocos de itacolomito, para o Panteão da Inconfi-
dência, que se encontra no atual Museu da Inconfidência em
Tudo foi modificado, arrancaram aquelas duas Ouro Preto.
grades, uma por dentro outra por fora, tiramos as de 8.  A instituição denominada por mestre Juca como Patri-
dentro e carregamos para fora. Ia transformar em mônio era o antigo SPHAN - Serviço de Proteção Histórico e
Artístico Nacional – e hoje atual IPHAN – Instituto de Proteção
Museu. Aqueles barrotes, cada um de 12 metros, 30
Histórico e Artístico Nacional.

—  136  —
O resgate do ofício da cantaria em Ouro Preto através das fontes orais

agora nós que podemos fazer alguma coisa, vamos A prática do ofício em inúmeras restaurações
fazer de cimento? dentro de Ouro Preto e suas proximidades, teriam
levado o mestre ao domínio da técnica. Segundo
O episódio da reinvenção do ofício de cantaria ele, é preciso conhecer a região onde há reservas de
nos foi contado acima por mestre Juca. Em 1980, quartzito; identificar a pedra conforme as suas ca-
o Patrimônio encarrega o então, mestre de obras a racterísticas físicas, “existem pedras moles e pedras
restaurar a cruz de cantaria da Ponte do Pilar, a qual duras”, o que se dá conforme a cor e a localização
havia sido destruída acidentalmente. Na recusa de delas e, além disso, executar a técnica do talhe, ou
utilizar a mistura de pó do quartzito e cimento co- seja, mesclar o manuseio de ferramentas apropria-
locado em forma, procedimento que ele denomina das e o fazer artístico.
fingimento, o pedreiro transforma-se em artesão. Foi assim que o saber/fazer da cantaria ganhou
Tudo parece ter sido realmente reinventado atra- com mestre Juca um caminho, pelo qual o mestre
vés da memória. Quando preguntamos sobre o sur- canteiro, habilidoso desenhista, rabisca croquis, es-
gimento das ferramentas, mestre Juca diz que como colhe a rocha, realiza o desmonte e em sua oficina
havia visto uma maceta, por exemplo, foi possível as mãos dão formas harmônicas aos blocos de pe-
desenhá-la para um ferreiro confeccionar a ferra- dras com o talhe perfeito, finalizado na junção da
menta. Para retirar as pedras de quartzito na jazida o obra arquitetônica.
mesmo procedimento da lembrança está presente:

... o sistema antigo, de abrir essas pedras, eu conheço... O afeto à cidade: o discurso sobre
A gente fazia uma caixa de 40 em 40 cm, uma chapa passado e o patrimônio
de um lado e de outro e punha uma cunha, ali você
bate...Cunha é uma talhadeira... lá na Serra você vê
muita pedra. E lá tem muita pedra marcada e para Você pensa bem, se é uma cidade mundial ela não é
abrir. Furava o buraco, punha essas chapas e depois só do Brasil, ela é do mundo!
partia com uma marreta... Mestre Juca

O saber de mestre Juca não foi adquirido em A reinvenção do ofício para mestre Juca parece ter
manuais de cantaria. Neste trecho transparece para sido a maneira que ele encontrou de defender a sua
nós que o conhecimento viria de lugares. São pe- cidade contra as agressões que há tempos ela vem so-
dras marcadas na jazida, são ferramentas do tempo frendo. Ouro Preto ganhou em seu discurso um valor
do trabalho no museu, são os sistemas construtivos inestimável. O próprio artesão nos aponta em sua fala
guardados nas obras, enfim, é uma memória oculta irregularidades no centro histórico: há casas, no perí-
no espaço e decifrada no fazer de um novo ofício. metro tombado, com fachadas destoantes do modelo

Carranca do chafariz da Oficina


de Cantaria UFOP (mestre Juca)

—  137  —
Deise Simões Rodrigues, Valdei Lopes de Araujo, Carlos Alberto Pereira

de época colonial; construções modernas em meio às Logo, nosso mestre canteiro em defesa da cida-
obras antigas; monumentos danificados e mal con- de reinventou o ofício a partir dos cuadros sociais
servados. Além disso, questiona a capacidade políti- da memória, dada sua intensa experiência com os
co-administrativa de alguns membros de órgãos pú- monumentos preservados e por fazer parte de um
blicos responsáveis pela preservação do patrimônio. grupo urbano. Reinventar o ofício significava cuidar
Neste momento, o tom apaixonado de sua narrativa do lugar que lhe pertence, a maneira encontrada por
ficou marcado pela insatisfação e tristeza pelo desca- ele de resistir as agressões à sua cidade e, ao mesmo
so dado à cidade como bem da humanidade. tempo, manter viva sua própria memória.
Hoje, mestre Juca, ocupa-se em transmitir o
ofício de cantaria a comunidade de Ouro Preto.
Assim, a tradição pode ser passada repetindo como Referências bibliográficas
outrora qualquer ofício era perpetuado. Na oficina
a obra do mestre assemelha-se com os desenhos ALBERTI, Verena. História oral, a experiência do
barrocos das carracas; pinhas; chafarizes; portadas CPDOC. Rio de Janeiro: FGV, 1990.
de Ouro Preto. Nas peças nostálgicas a memória de ——. Manual de história oral. 2ª ed. Rio de Janeiro: FG,
2004.
uma arte a qual o canteiro parece não querer que
BAZIN, Germain. A arquitetura religiosa barroca no
esqueçam.
Brasil. Rio de Janeiro: Record, 1956.
BENJAMIN, Walter. O Narrador. Considerações sobre a
obra de Nikolai Leskov. In: Magia e técnica, arte e
Conclusão política. São Paulo: Brasiliense, 1986, pp. 197-221.
BOURDIEU, Pierre. A ilusão biográfica. In: FERREIRA,
Este texto trouxe parte da história de vida de M.; AMADO, J. Usos e abusos da história oral. Rio
um senhor de origem simples que reinventou o de Janeiro: FGV, 1998.
saber/fazer da cantaria. Aqui se discutiu a influên- HALBWACHS, Maurice. A Memória Coletiva. São
cia do poder material como guardião de memória. Paulo: Vértice, Ed. Revista dos Tribunais, 1990.
MELLO, Suzy de. In: Arquitetura no Brasil: sistemas
A cidade preservada possui em seus espaços traços
construtivos. Barroco. São Paulo, 1979.
do passado, decifráveis àqueles que nela vivem e RUFINO, Silvana. <<O mapa do Brasil passado>>. [IN]
constroem sua história vivida (Halbwachs). Assim, Revista do Patrimônio Histórico e Artístico Nacio-
a preservação das cidades antigas estaria além da nal. São Paulo, nº 24, pp. 97-105, 1996.
manutenção de uma memória histórica identifica- THOMPSON, Paul. A voz do passado: história oral. Rio
da no passado, seria também responsável por uma de Janeiro: Paz e Terra, 1998.
memória coletiva, compreendida no presente por VILLELA, Clarisse Martins. Critérios para seleção de
estar, intrinsecamente, ligada à história vivida dos rochas na restauração da cantaria. Ouro Preto-MG,
grupos. Dissertação (Mestrado em Engenharia de Materiais
da UFOP), Escola de Minas/UFOP, 2003.

—  138  —
Documentación de arquitectura vernacular. El caso
de la arquitectura de tierra en el norte del Perú

Antonio Benavides y Víctor Pimentel


Universidad de Montreal. Canadá

Diversas experiencias en diferentes contextos se de la Cultura Moche (0-700 d.C.) hasta la transición
han desarrollado en años recientes con el objetivo y posterior desarrollo de la arquitectura Chimu (750
común de documentar gráficamente muestras singu- d. C. - 1500 d. C.) materializada en la construcción
lares de Arquitectura Vernacular. de grandes urbes de barro, como Chan Chan. Sin em-
Las primeras publicaciones de carácter gene- bargo, la tradición arquitectónica de construir grandes
ral sobre Arquitectura Vernacular, se apoyaban en edificios públicos (ya sea palacios de la elite o tem-
abundante documentación fotográfica y de manera plos) se perdió totalmente hacia el siglo XIV.
fragmentaria en plantas y secciones esquemáticas Durante el siglo XVI, la tradición de construir
de los edificios estudiados (Rudofski 1964, Oliver con adobe continuo en los pueblos “reducidos”. In-
1969, 1975, 1987). Trabajos posteriores, que abor- cluso, en ese mismo siglo, se utilizó el adobe para la
dan el tema caracterizando la arquitectura de países construcción de las primeras iglesias de estas reduc-
como España (Flores 1973) y en Latinoamérica, ciones, las cuales contrastaban dramáticamente en
México (Prieto 1978,1982, López Morales 1987) forma y proporción con la arquitectura tradicional
mantienen esta carencia de documentación grafica de esta región.
exacta. Documentar la arquitectura de áreas espe-
A fines del siglo XIX, el arqueólogo alemán
cificas, ha sido y es una tarea urgente, que puede
Heinrich Brüning encuentra vigente el patrón de
significar un avance en la conservación de dichas
“pueblos de indios” en la Costa Norte. Registra
construcciones como patrimonio de los pueblos.
fotográficamente los aspectos más relevantes de la
Ciertas áreas en el mundo muestran continuidad
vida de esta etnia, en diversos valles, desde Moche
en la Arquitectura del pasado y presente, la Costa
Norte del Perú, en Sudamérica, es uno de estos casos. hasta el norte de Lambayeque.
Los valles del área, son escenarios vivos donde es Las imágenes de Brüning constituyen un docu-
posible encontrar viviendas de tierra con caracterís- mento invalorable para conocer el estado de su ar-
ticas formales que revelan la supervivencia de una quitectura y tecnología constructiva, en el periodo
tradición arquitectónica de origen milenario. Esta comprendido entre 1885 y 1920, un momento en
tradición sin embargo corre el riesgo de desaparecer el que se producen profundos y decisivos cambios
por amenazas como la alteración del medio ambien- culturales que afectaran notablemente su identidad
te natural, la perdida de autenticidad histórica y la como pueblo, y que terminaran con la desaparición
perdida progresiva de la significación cultural. de su lengua nativa, el Muchik.
Brüning no sólo retrata las viviendas de los pue-
blos indígenas, mostrando características particu-
La documentación fotográfica de lares de la configuración espacial o el perfil de las
arquitectura de tierra en el siglo XIX calles, sino que registra también la vivienda indí-
gena rural. A través de las imágenes de exteriores
La continuidad de la construcción con tierra en esta e interiores, la vivienda aparece como una estruc-
región es evidente desde los modelos de arquitectura tura cerrada, de planta cuadrangular, que presenta,

139
Antonio Benavides y Víctor Pimentel

En 1995 registramos una variada tipología de


vanos, que incluye vanos triangulares en un grupo
de viviendas en Macabi, un pequeño pueblo ubica-
do en el valle de Chicama.
Son ocho viviendas construidas entre finales de
la década del 60 y 1992 .Resaltan por la presencia
de estos singulares elementos que sólo pueden ser
comparados en proporción y forma con los vanos
mostrados en la cerámica Moche. Los vanos se en-
cuentran ubicados en la parte central o alta del muro
frontal. Sirven para la iluminación y ventilación
natural de espacios de habitación frecuentemente
cerrados que tienen sólo una abertura de acceso.
en algunos casos, poyos adosados a la cara interior De acuerdo a su composición formal es posible cla-
de las paredes. Los materiales utilizados en la cons- sificarlos en 4 grupos: Vanos triangulares, Vanos
trucción son adobe y quincha1. cuadrangulares, Vanos rectangulares y Vanos com-
En el patrón de distribución indígena cumple un puestos, que combinan las tres figuras anteriores.
rol fundamental la ramada, un espacio cubierto, ad- Las proporciones y formas de los vanos se consi-
yacente y complementario a la vivienda, donde se guen por las dimensiones del material, en este caso
realizan actividades tradicionales e interrelaciones adobes rectangulares de 40x 25x 9 cm. Las abertu-
grupales. En algunas fotografías de Brüning, es el es- ras están formadas por espacios dejados entre las
cenario para las labores de tejedoras e hilanderas. hiladas de adobes colocados en posición vertical,
Una cobertura soportada por horcones protege la horizontal o inclinados, conforme la pared esta sien-
ramada en el caso de las construcciones de quincha. do construida. En algunos casos los vanos presentan
Pilares cuadrangulares son los que cumplen esta dinteles de madera y en otros, son adobes unidos
función cuando la construcción es de adobe. Pisos con mortero de barro los que soportan las cargas de
y cubiertas no varían de acuerdo al sistema cons- las hiladas superiores.
tructivo. Tanto en la vivienda como en la ramada, Aunque, el patrón tradicional de distribución en
los pisos son de tierra apisonada. Las cubiertas tie- la vivienda de esta zona, ha sufrido alteraciones de-
nen inclinaciones variables y están conformadas por bido al anexamiento de nuevas partes y la perdida
una estructura de troncos de árboles nativos, usados de otras hasta 1995, los materiales y técnicas tradi-
como vigas y viguetas. Sobre el entramado se colo- cionales continúan utilizándose tanto para los pisos
can esterillas de totora y, finalmente, se recubre el como para las cubiertas ligeramente inclinadas.
conjunto con una torta de barro. Después del Fenómeno del Niño de 1998, mu-
chas viviendas del pueblo se inundaron. En junio de
1999, sólo quedaban 3 casas del grupo fotografiado.
Vanos triangulares en la vivienda de adobe En el lugar de las viviendas desaparecidas, ahora
existen módulos de ladrillo y madera que trastocan
El vano triangular es parte del corpus de imáge- totalmente la imagen original del pueblo.
nes de la Arquitectura de la Costa Norte. Hay mues-
tras de ello en las representaciones de arquitectura
de la cerámica Moche2. Antecedentes del registro
En Septiembre de 1888, Brüning fotografió una
vivienda en el pueblo de Querocotillo3. Su objetivo El caso peruano no es aislado, en un contexto
fue registrar, precisamente, los vanos como elemen- general, es claro que actualmente la Arquitectura
to singular de la vivienda, ya que sólo desde la pers- Vernacular se encuentra amenazada, las construc-
pectiva de la toma es posible observar completa la ciones vernáculas son extremadamente vulnerables
secuencia de 13 pequeños vanos triangulares. y enfrentan serios problemas de obsolescencia,
equilibrio interno e integración debido al acelerado
proceso de homogeneización económico, cultural y
1. Técnica nativa de construcción con tierra que utiliza
arquitectónico en todo el mundo.
caña brava (Gynerium Sagitatum).
2.  Benavides (1997) La Carta del Patrimonio Vernáculo Construido
3. Radatz 1990: 129 propuesta por el Comité Internacional de Arquitectura

—  140  —
Documentación de arquitectura vernacular. El caso de la arquitectura de tierra en el norte del Perú

Vernacular del ICOMOS, aprobada en 1999 como


ampliación a la Carta de Venecia, establece los prin-
cipios para el cuidado y protección de la Arquitectu-
ra Vernacular. Incluida en esta propuesta figura una
de las principales líneas de acción: la Documenta-
ción como antecedente para la preservación de este
patrimonio.
El proceso de representación de arquitectura de
tierra exige una adecuada metodología de registro
por la irregularidad de las formas. Sólo la represen-
tación exacta de los planos del edificio y de los sitios
puede permitir mostrar con fidelidad el estado de la
arquitectura en un tiempo determinado, respetando
su origen y estética.
Efectuar un corte temporal en el periodo de vida
de las construcciones para fijar, la arquitectura y la
técnica, a su vez, puede permitir establecer compa-
raciones con estructuras contemporáneas ubicadas
en áreas cercanas o similares, con modelos o estruc- muros interiores. El vano –ubicado en habitaciones-
turas antiguas en la misma área y en el futuro ser en este caso era utilitario, se utilizaba como horna-
documento de consulta para evaluar su proceso de cina, como depositario de objetos.
constancia y cambio. Se realizaron secciones constructivas tanto de
En el otoño de 1999 se realizo el primer registro la teatina como del muro con dos vanos, en ambos
de Arquitectura Vernacular en Macabí, por estudian- casos para detallar la tipologia de cubierta, las di-
tes del Taller V de la Facultad de Arquitectura de la mensiones del adobe y de los vanos triangulares.
Universidad Privada del Norte. El trabajo de campo Puesto que las plantas y elevaciones tenían un
incluyo mediciones, croquis de campo sin escala y lenguaje técnico, no todas las personas podían en-
bocetos dibujados a lápiz para representar detalles tenderlas, en especial los pobladores del lugar. Al
constructivos y materiales. Posteriormente se trasla- mismo tiempo, los dibujos carecían de la imagen
do toda esta información a planos finales e isometrías real, irregular y gastada que adquieren las construc-
en los que se utilizo programas de dibujo por compu- ciones de tierra con el paso del tiempo.
tadora, básicamente por la posibilidad de almacenar
los dibujos y efectuar diversas impresiones.
Este registro se extendió también a los valles Registro en el valle de Chicama
de Virú y Jequetepeque. En Virú, las viviendas son
construidas con un tipo de adobe cuyas medidas va- En Octubre de 1999, Markku Mattila y Aäro So-
rían desde 45-60 cm. de largo, 30-35 cm. de ancho derlund presentaron en el XII Congreso Mundial de
y 7.5-10 cm. de espesor.Destaca como una caracte- ICOMOS, en México, los resultados de su traba-
rística particular de la vivienda rural de esta zona, jo de documentación de arquitectura vernacular de
las teatinas utilizadas para ventilar e iluminar cier- madera en Finlandia, Rusia y Japón.
tos espacios interiores. La teatina, es una abertura Su método de trabajo, original del siglo XIX, no
en el techo, sin embargo, en una vivienda de Viru admite errores ya que sólo una cartulina es necesa-
se presenta una variante de este modelo. Se trata de ria para grabar el dibujo final. Mattila afirma que
una teatina corrida que cubre un corredor de circula- ninguna información debe ser trapasada de un papel
ción. Esta compuesta por una hilera de adobes colo- a otro. Todos los dibujos a lápiz son ejecutados en
cados en diagonal que permiten formar las abertu- el lugar, sólo las líneas necesarias son dibujadas y
ras. Sobre ellos se ha colocado horizontalmente otra la longitud y forma de cada línea dibujada ha sido
hilera de adobes, que sostienen la cubierta formada cuidadosamente medida. No se borra, no hay notas
por vigas de Caña de Guayaquil, viguetas de caña separadas y no se vuelve a dibujar. Minas 4H son
brava, esterilla de totora y torta de barro. utilizadas en la cartulina.
En Mazanca (Valle de Jequetepeque), se en- Posteriormente los dibujos a lápiz serán entinta-
contraron viviendas con vanos triangulares, con la dos .Después de pasar a tinta se agregan las textu-
particularidad de que una de ellas los presentaba en ras y sombreados. El dibujo final debe mostrar los

—  141  —
Antonio Benavides y Víctor Pimentel

correctos materiales y dar al observador una ilusión


de 3 dimensiones.
Los dibujos que acompañan el texto son resulta-
do de un registro desarrollado entre enero y febrero
del 2000 por estudiantes de la Facultad de Arquitec-
tura de la Universidad Privada del Norte de Trujillo
(Perú) en Macabí y Quemazón, dos caseríos distan-
tes entre si, del valle de Chicama .En este trabajo se
aplico la metodología de documentación desarrolla-
da en la Universidad Tecnológica de Helsinki.
Macabí, ubicado en la zona baja del Valle, está
conformado por una agrupación lineal de viviendas
dispuestas a lo largo de un sector de la carretera
que comunica Paijan con Puerto Malabrigo. El área
se encuentra rodeada por extensas plantaciones de
caña de azúcar y terrenos de cultivo.
El caserio de Quemazón, se ubica en una zona
más alta, entre el río Chicama y las primeras estriba-
ciones andinas. Las viviendas se encuentran disper-
sas en los terrenos de cultivo, o junto a los caminos colocadas sobre ellas, en Quemazón, los ángulos de
de acceso. inclinación son mayores debido a la frecuencia de
En Macabí el objetivo fue realizar los planos deta- lluvias.
llados de las dos únicas viviendas con vanos triangu-
lares que permanecen en uso después del fenómeno
del Niño de 1998 que destruyó muchas viviendas en Conclusiones
la zona. En Quemazón se encontraron cinco vivien-
das con vanos triangulares, esparcidas en diversos En el camino hemos encontrado un adecuado
sectores, se realizaron dibujos en tres de ellas. equilibrio en la representación de las construccio-
Es necesario anotar que todas las viviendas con- nes vernaculares de tierra. Una característica común
tenian elementos compositivos propios de la Ar- que constituye una particularidad de la arquitectura
quitectura Vernacular de la Costa Norte. En una de de la Costa Norte aparece a lo largo del proceso de
las habitaciones de la vivienda de la familia Pastor medición y al dibujar las plantas: el irregular tra-
existe un vano de acceso muy peculiar - libre com- zado de los muros, en la mayoría de los casos los
posición del constructor - que conduce a un corre- ángulos de encuentro no son ortogonales.
dor, las dimensiones de la abertura varían a 40 cm. En los dibujos de las elevaciones y cortes se eli-
del piso, disminuyendo en la parte inferior. gió después de algunas pruebas la técnica del punti-
Un poyo en forma de “U” y otro corrido ,ubica- llado para fijar la textura de las hiladas de adobe de
dos en espacios interiores y adosados al muro poste- los muros, casi siempre sin enlucido. Por otra parte,
rior destacan en la vivienda de la familia Gutiérrez , las escalas de valor del puntillado en los pisos co-
además de tres pequeñas hornacinas cuadrangulares rresponden a la diferencia de textura existente entre
para depositar objetos y sobretodo la utilización de los pisos de tierra apisonada de espacios colectivos
tapial como material de construcción de la vivienda y habitaciones.
lo cual es actualmente poco frecuente en la Costa. Pero también los efectos irreversibles de diver-
En la vivienda de la familia Chinguel aparecen dos sos cambios son mostrados con mayor claridad,
pilares de adobe que definen una “ramada” y puer- nótese la presencia caso de módulos de viviendas
tas hechas de caña brava pegada, en los vanos de y letrinas que son construidas utilizando materiales
acceso interiores. totalmente distintos a los tradicionales como parte
Aunque el vano triangular permitió seleccionar de la imposición de modelos y patrones de vivien-
un grupo de viviendas la imagen de la arquitec- da “social” dictados desde y para centros urbanos y
tura de ambos lugares presenta variaciones en las aplicados a contextos rurales y periféricos.
cubiertas. A diferencia de las viviendas de Maca- Quizá uno de los mayores aportes del trabajo de
bí, cuyas cubiertas ligeramente inclinadas son ape- documentación sea el despertar entre los poblado-
nas perceptibles o se ocultan por hiladas de adobe res el aprecio por la arquitectura que habitan y por

—  142  —
Documentación de arquitectura vernacular. El caso de la arquitectura de tierra en el norte del Perú

los materiales y técnicas con las que ellos mismos Piedra, México: Instituto Michoacano de Cultura,
la han construido. Sólo si ellos consideran que vale 1999, pp. 133-144.
la pena salvar las construcciones estas sobrevivirán. BENAVIDES, Antonio: “Arquitectura Vernacular del
Valle de Chicama: Macabi y Quemazón” . [En]
La memoria no es la tierra sino la manera de tra-
Arkinka nº 54, Lima, 2000, pp. 82-93.
bajarla .No existirá continuidad en la Arquitectura BRUNING, Heinrich: Estudios Monográficos del De-
Vernacular sin preservar ese saber, sin que efecti- partamento de Lambayeque. Chiclayo: Edicion Fac-
vamente se asegure el proceso de transmisión de similar de la Sociedad de Investigación de la Cien-
tecnología a las nuevas generaciones, porque final- cia, Cultura y Arte Norteño, 1988.
mente, también, sólo ellos como herederos de esta ICOMOS: Carta del Patrimonio Vernáculo Construido.
México: Comité Internacional de Arquitectura Ver-
tradición pueden perpetuarla.
nacular, 1999.
MATTILA, Markku; SODERLUND Aäro: Documenta-
tion of Vernacular Architecture. México: Comité In-
Bibliografía ternacional de Arquitectura Vernacular, 1999.
RADDATZ, Corina: Documentos fotográficos del Norte del
BENAVIDES, Antonio: “Modelos y Estructuras Sagra- Peru de Hans Heinrich Brüning (1848-1928). Hambur-
das en la Arquitectura Moche”. [En] Arkinka nº 21, go: Hamburgisches Museum für Völkerkunde, 1990.
Lima, 1997, pp. 102-112. SCHAEDEL, Richard: La etnografía Muchik en las foto-
BENAVIDES, Antonio: “Arquitectura Tradicional de grafías de H. Brüning 1886-1925. Lima: Ediciones
Tierra en el Norte del Perú”. [En] Madera, Tierra, COFIDE, 1988.

—  143  —
Encala tu Patrimonio. Un Estudio Etnológico
de las Caleras de la Sierra

Paz Canillas Rey y Loreto Martínez Otero


Antropológica, S. Coop. And. Sevilla. España

Ubicada en la ladera de la Sierra de Montegil, con cada una de las fases de producción de cal que
más conocida como la Sierra de Esparteros, Morón en ellas se desarrolla.
de la Frontera (Sevilla), se encuentran Las Caleras El extenso y variado uso de la cal ha convertido
de la Sierra. Es unos de los pocos poblados caleros a ésta en un referente identitario de Andalucía, dado
con actividad de la provincia de Sevilla, y de sus que lo blanco se ha identificado, desde las obras de
canteras se extrae desde el S.XV la piedra para pro- los viajeros románticos, con los pueblos de Andalu-
ducir la conocida “Cal de Morón”. cía, creando un estereotipo que se mantiene aún en
Las Caleras de la Sierra conforman un entrama- la actualidad (Agudo: 1999). No obstante, esta ge-
do cultural asociado a la producción de cal, en el neralización no es extrapolable a todos los pueblos
cual se distingue una diversidad de espacios relacio- andaluces, ya que cada uno de ellos ha adaptado sus
nados con cada etapa del proceso, y una tipología construcciones a los materiales que ofrecía el entor-
arquitectónica que caracteriza tanto a los inmuebles no inmediato. En este caso, la abundancia de este
productivos como a los habitacionales. A diferencia material, la cal, en Morón de la Frontera, convierte
de otros núcleos caleros, ha mantenido su vigen- a la misma en el elemento principal y fundamental
cia productiva -aún a pesar de haber pervivido en empleado para la construcción y encalado de su ar-
un contexto de progresiva industrialización- debi- quitectura tradicional. De este modo, no sólo se ha
do a la capacidad de adaptación de estos pequeños convertido en un referente de la propia localidad,
productores a los cambios tecnológicos, lo cual ha que ha propiciado que la Cal de Morón sea cono-
contribuido también a la riqueza tipológica de sus cida y reconocida más allá de sus límites territo-
hornos. riales, sino también en un símbolo identitario para
Los hornos representan la manifestación funda- los propios caleros, ya que en torno a esta actividad
mental del proceso de producción tradicional de cal, tradicional se ha configurado una cultura de la cal,
constituyendo el referente y la prueba material de que a su vez ha conformado una cosmovisión local
una forma de vida específica y una cultura del traba- traducida en unas maneras de pensar, sentir y actuar
jo singular, y que en la actualidad están en proceso específicas.
de desaparición debido al abandono paulatino de la
actividad. Son un testimonio histórico de una forma
de producción artesanal que se ha transmitido gene- Introducción.
racionalmente desde el siglo XIX sin interrupción
hasta la actualidad, y que recoge el testigo cultural Situado a unos 5,5 kilómetros de Morón de la
de los hornos romanos y musulmanes. Frontera, en dirección a Montellano, al pie de la la-
El proceso productivo exige un soporte cons- dera norte de la Sierra de Esparteros o Montegil y
tructivo específico, y aquí reside el principal valor próximo al río Guadaíra, el Complejo de Las Cale-
arquitectónico de estos edificios: la adecuación ras de la Sierra aglutina una serie de unidades ca-
constructiva y funcional entre sus distintas partes tastrales discontinuas aunque cercanas, propiedades

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Encala tu Patrimonio. Un Estudio Etnológico de las Caleras de la Sierra

de producción de cal se repite el proceso de llena-


do de piedras caliza, cocción, apagado del horno,
enfriamiento y extracción de la cal viva producida
(Robador: 1999, 38). Esto implica la existencia de
tiempos muertos en el proceso de producción.
Los hornos de producción continua son aquellos
en los que el proceso de producción de cal es inin-
terrumpido. Surgen de la evolución de los hornos
tradicionales, por la incorporación de avances técni-
cos. En ellos el proceso pasa a estar totalmente me-
canizado, aumentando la producción de cal, lo cual
permite a los nuevos caleros satisfacer una mayor
demanda e insertarse con éxito en la lógica indus-
Vista de la cantera de los caleros.
trial y económica actual.
Se establece una segunda clasificación que hace
referencia a sus características formales y constructi-
que comprenden estructuras de producción, almace- vas. Así, distinguimos las siguientes categorías: hor-
namiento y también otras de carácter residencial. nos aislados, hornos que comparten meseta, hornos
El Complejo Calero está formado por: que comparten pecho y meseta y hornos inacaba-
—— Una cantera, de la que se extraía la materia dos. Asimismo, en función de su ubicación, distin-
prima: piedra caliza. guimos entre hornos en ladera y hornos en llano.
—— Un poblado anexo, cuyos habitantes traba- A su vez, se ha llevado a cabo una subdivisión de
jaban como caleros o en tareas secundarias los hornos intermitentes atendiendo a su adaptación
asociadas a la producción de cal, como las a la mecanización, que tuvo lugar desde mediados
actividades extractivas y de recolección de del siglo XX. De este modo, diferenciamos entre
madera y leña. hornos pre-mecanizados, donde tanto la construc-
—— Veinticinco hornos, destinados originalmente ción del horno como el proceso de producción son
a la elaboración tradicional de cal. enteramente manuales, y hornos adaptados a la me-
—— Espacios de trabajo asociados al proceso de canización en los que la introducción de maquinaria
producción, empleados para el almacenaje de ha modificado el proceso de producción. La mecani-
la leña y de la piedra, y los destinados al apa- zación no sólo introdujo cambios en la producción,
gado de la cal o polveros. como se ha observado en el campo, sino que además
—— Espacios de relación entre los distintos in- afectó a la propia arquitectura del horno.
muebles que conforman el bien, como los ca-
minos de acceso a la cantera que ascienden a
la Sierra desde el poblado. Partes del Horno

Vaso de cocción1
Tipología o clasificación de los Comparte las funciones de caldera, o espacio dónde
hornos y las viviendas se acumula el material de combustión, y de espacio de
carga de la piedra caliza que se va a transformar.
Hornos La construcción de las paredes del vaso se inicia
a partir de un plano circular, habitualmente excava-
La clasificación de los hornos se ha establecido do 1½ ó 2 metros por debajo de la cota del terreno
en base a tres criterios: en función del proceso pro- circundante. Se ejecutan con mampostería de piedra
ductivo, en función de las características formales o caliza, a base de grandes piedras unidas con barro,
constructivas, así como en función de su ubicación. conformando un volumen troncocónico o cilíndrico
En una primera clasificación y atendiendo al pro- de dimensiones2 variables.
ceso de producción, los hornos de cal se dividen en
hornos de producción discontinua o intermitente y 1. El vaso de cocción esta formado por otros elementos que
de producción continua (Arredondo: 1963, 12). aquí no se describen: pantallón, puerta terriza, puerta del horno,
el caballo y el poyo.
La mayor parte de los hornos del Complejo son 2.  Según las fuentes documentales consultadas y los datos
de producción intermitente, es decir, en cada ciclo obtenidos en el trabajo de campo, las dimensiones de los hornos

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Paz Canillas Rey y Loreto Martínez Otero

Las viviendas que conforman el poblado, de uso


exclusivamente doméstico, se construyen para grupos
familiares y se habitan de forma permanente. Son vi-
viendas entre medianeras, de mayores dimensiones,
donde aumenta el número de estancias o cuartos aun-
que la organización funcional sigue siendo la misma.
No existe, por tanto, una única tipología de vi-
vienda calera, sino más bien un conjunto de carac-
terísticas funcionales, constructivas y materiales
comunes a todos ellas:
Constan de una sola planta de poca altura.
La organización funcional es similar en todas ellas:
Se accede por la estancia principal, de mayores
Panorámica de las Caleras de la Sierra
dimensiones, o sala donde se ubica la chime-
nea, que hace las funciones de cocina y desde
la que se accede al resto de las estancias.
Pecho Poseen corrales a sus espaldas y cuadras conti-
Es el pasillo o galería de acceso al vaso que nor- guas a la vivienda con portales y/o pesebres.
malmente salva, con la pendiente del suelo, una di- Empleo de materiales, técnicas y sistemas construc-
ferencia de cota entre el exterior del edificio y el tivos locales:
pantallón del horno de entre 1 metro y 1 ½, Estructura de muros de carga, paralelos a las
Se formaliza mediante la construcción de sus pa- fachadas longitudinales y pilastras en el eje
redes laterales y su cubierta, manteniendo el frontal central de la crujía, de mampostería de piedra
abierto. Las paredes originales son de mampostería caliza tomados con barro o mortero de cal y
de piedra caliza ligadas con barro, alcanzando espe- posteriormente encalados para protegerlos de
sores de 50 centímetros. En los hornos construidos a la humedad.
partir de los años 50 del siglo pasado se introducen Cubiertas inclinadas, habitualmente a dos aguas,
nuevos materiales en la fábrica, como el ladrillo. de teja árabe tomada con yeso, con estruc-
tura de par e hilera, con rollizos de madera
Meseta3 de eucalipto o varas de pita, empotradas en
En los hornos no ubicados en ladera, la meseta se los muros de carga y apoyadas en la viga que
construye de forma artificial, modificando la topogra- hace de cumbrera. Ésta descarga sobre los pi-
fía original mediante la acumulación de tierra hasta lares centrales. El plano del faldón está for-
formar una especie de túmulo. En los ubicados en la- mado por cañas tomadas con yeso y tierra,
dera se aprovecha la topografía original que configura atadas con cuerdas entre sí y a las vigas. Estas
la meseta, y sólo se construyen las paredes frontales, cubiertas se encalaban interiormente.
de fábrica de mampostería de piedra caliza, que son Los suelos interiores y los de los patios se pavi-
los muros de contención del terreno, y se habilitan los mentaban con empedrados, que hoy práctica-
caminos de acceso a la plataforma superior. mente han desaparecido.
Carpinterías de madera y cerrajería simple en
Viviendas hierro.
Las primeras casillas construidas junto a los hor- Cuando aparecen los forjados de piso se constru-
nos representaban una estructura edificatoria más yen del mismo modo que las cubiertas, con
del proceso productivo. Constaban de dos estancias un entramado de cañas, yeso y tierra sobre
y se utilizaban tanto como vivienda del calero como rollizos de madera. El acabado superior del
de lugar de almacenaje de herramientas, e incluso piso es una capa compactada de más espesor
para cobijo de animales. de yeso y tierra.

oscilan entre los 6 y 7 metros de diámetro y alcanzan alturas de


hasta 8 metros. Datos históricos y etnológicos:
3.  Desde la plataforma de coronación de la meseta se reali-
za la segunda fase de carga del horno y la extracción de la cal,
desde la boca superior del vaso. Por ello, para hacer accesible la La calidad de la piedra caliza de la Sierra de
meseta, se construyen unos terraplenes a modo de caminos. Montegil, así como su ubicación estratégica entre la

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Encala tu Patrimonio. Un Estudio Etnológico de las Caleras de la Sierra

campiña y la Sierra Sur sevillana, propició una con- espaciar la carga de la caldera y proporcionaba más
centración de hornos de cal que convirtió a Morón llama a la cochura, a diferencia de la vareta que
en un centro aprovisionador de materiales de cons- obligaba al calero a introducir el combustible de
trucción para la comarca, y posteriormente para las forma continuada, ya que ésta ardía rápidamente.
provincias limítrofes como Cádiz y Huelva. Por tanto, el olivo era y es el combustible más
El mayor auge de la actividad tuvo lugar a me- utilizado, ya que produce poca ceniza y carbón (fa-
diados del siglo XIX, fruto de dos hechos históricos voreciendo el llenado y vaciado de la caldera del
de gran relevancia para la localidad: por una parte, horno), al mismo tiempo que proporciona más grasa
el paso de la Sierra de Montegil de manos públicas a la cal, consiguiendo que esta se adhiera más a la
a privadas mediante subasta pública (García: 1982, pared a la hora de encalar.
91); y por otra, el desarrollo ferroviario que tuvo Cuando no era posible adquirir leña de olivo se
lugar con la creación del ramal Morón-Utrera, que recurría a la de encina (chaparro), eucalipto o cha-
coincide con los inicios de la formación del poblado mizo, si bien éstas no resultaban tan apropiadas
de las Caleras de la Sierra, convirtiéndose en uno de porque proporcionaban mucho calor y tardaban en
los principales núcleos rurales de Morón. quemarse, llenando el horno de ceniza y de carbón,
Desde el siglo XV se tiene constancia de los pri- obstaculizando además la introducción de leña. Sin
meros caleros en Morón de la Frontera, si bien de- embargo, en las últimas décadas del siglo XX, se ha
bemos retrotraer la producción y uso de la cal a la constatado la utilización de materiales tales como
época romana o incluso anterior a la misma (Roba- neumáticos, bidones de plástico o palés de madera,
dor: 1999, 40), generalizándose durante el período y, en el caso concreto de los nuevos hornos indus-
musulmán, según se desprende de los propios infor- triales, también de carbón.
mantes que los denominan morunos. La leña se iba amontonando en haces, atándose
Anteriormente a la creación del asentamiento, los con varetas unidas entre sí, para su transporte y pos-
caleros se desplazaban diariamente a las caleras desde terior almacenamiento en hacinas. Se transportaba
otros puntos de población cercanos, como Morón o en borricos, con tres o cuatro haces de leña en cada
los cortijos próximos. Asimismo, se ha constatado uno, que iban colocados sobre la tabla y se llevaban
que el asentamiento se formó en un antiguo punto hasta las inmediaciones del horno donde eran alma-
de descanso de la Cañada Real de Jerez, al pie de la cenados. Esta tarea se prolongaba durante 20 ó 30
sierra, lo cual incidió en su distribución lineal e irre- días, según la leña que hubiera, llegándose a recoger
gular, con una estructura urbana poco cohesionada. entre 200 y 220 toneladas.
Durante la década de los 50 se introduce en el
Complejo Calero el uso de camiones, que facilitó
Proceso de producción de la cal el trabajo de la recogida de leña, y se dejaron de
emplear los animales, hasta que en los años ochenta
Abastecimiento de materias primas se empieza a comprar la leña ya cortada y preparada
El proceso de producción comienza con el apro- para utilizarla como combustible.
visionamiento de los materiales necesarios para la La piedra
cocción: la piedra caliza como material de transfor- La piedra caliza constituye la materia prima
mación, y la leña como combustible, ambas extraí- esencial tanto para la producción de cal como para
das del entorno. la construcción de los hornos y de las viviendas.
La leña Hasta los años 90 se extraía de la denominada
La leña se adquiría generalmente intercambián- Cantera de los Caleros, situada en la ladera norte
dola por cal para encalar los cortijos próximos, a de la Sierra de Esparteros y próxima al poblado. Sus
donde los caleros se desplazaban en la época de la propietarios, la familia Siles, mantenían un contrato
limpia de los olivos, cuando las tareas en el horno verbal con los caleros por el cual éstos debían ex-
eran menores. traer sólo la cantidad de piedra estrictamente nece-
Durante ésta se recogía la vareta, pequeñas ramas saria para la producción de cal, pagando por ello una
que crecen en la base del olivo que constituyen la pequeña renta. Un calero dice: “esa cantera… me pa-
leña más apropiada para la cocción. También se uti- rece que somos nosotros más dueños que el dueño”.
lizaba el ramón (ramas de olivo) procedente de la Esto significa que la renta establecida por parte del
poda y, cuando se arrancaban los olivos que se des- dueño era más bien simbólica, y lo único que estaba
echaban, los caleros eran avisados para su recogida. estipulado era que sólo se extrajera la cantidad de
Esta era la denominada leña gorda, que permitía piedra caliza que se necesitara para las hornadas.

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Paz Canillas Rey y Loreto Martínez Otero

De este modo, cada calero trabajaba el trozo de toda la piedra caliza que se va a cocer, permitiendo
cantera que le correspondía, extrayendo el material que no se caiga. Una vez formada, se coloca sobre
mediante el proceso de barrenado, llevado a cabo ella la piedra de mediano tamaño (matacanes y ri-
por ellos mismos. pios), que se cocerá casi con el vapor que se va co-
La piedra más adecuada para la obtención de lando por los intersticios o huecos que queden entre
una cal de buena calidad es aquella que presenta las piedras de la bóveda. Para esta labor, el calero se
una textura lisa y un color blanco, siendo no sólo introduce dentro del horno y va depositando la leña,
la que se trabaja con mayor facilidad, puesto que se que le servirá también de andamio a medida que la
parte por donde el calero quiere, sino también la que va levantando, obligándole a salir por la parte su-
mejor cuece. Se extraía de las capas más profundas perior cuando ha finalizado el trabajo. Finalmente,
de la cantera, quedando en las más superficiales la el calero depositará los chinos o pequeñas piedras
piedra mala o tostá, más rica en magnesio y de peor sobrantes encima de la bóveda.
calidad para la cocción. Existía también la denomi- Una vez alcanzado el nivel del suelo de la me-
nada piedra saltona, que es la piedra caliza que al seta, se inicia la construcción del colmo, que es la
darle el calor estalla, se desgrana y, por lo tanto, si parte visible del horno. Está formado con piedra
se introduce en el horno se corre el riesgo de que se pequeña, muy bien alineada, siguiendo la forma
desmorone la bóveda su bóveda. circular del vaso, dejando una serie de huecos de-
La clasificación que los caleros hacen de las pie- nominados caños o troneras, con una doble fun-
dras no se hace en función de su cualidad, sino por ción: por una parte, sirven como respiraderos (sa-
su tamaño y su disposición en el horno. lidas de gases) y, por otra, sirven para saber si la
piedra está ya cocida. El colmo es recubierto de
Preparación del horno para su cocción barro, formando una capa de unos veinte o treinta
Una vez que el calero tenía almacenadas cerca centímetros de espesor, y es abrazado en todo su
del horno las materias primas necesarias, se dispo- perímetro con unos cables de acero para evitar su
nía a su preparación. caída con la dilatación de la piedra. Asimismo, este
El proceso comienza preparando las paredes del recubrimiento lo aísla térmicamente para garanti-
vaso, que son recubiertas con una mezcla de barro y zar la cocción de las piedras que se encuentran en
piedra caliza de unos 40 a 50 centímetros de grosor, su interior, además de proteger el horno de las in-
denominada caterfa. Ésta permite una mejor coc- clemencias del tiempo. Finalmente, y en la actua-
ción de la piedra, ya que funciona a modo de ais- lidad, la cabeza del colmo es recubierta con cal de
lante, además de impedir que el fuego y el calor se obra o regá, con el objetivo de que cuando éste se
coman el vaso. derrumbe la cal se mantenga blanca y no adquiera
La amplia experiencia hace que el calero no sólo el color parduzco del barro.
escoja la piedra más idónea para la construcción del Cuando el horno está ya cargado y recubierto,
poyo y de la bóveda, sino que también guía su colo- sólo falta montar la pareílla, que consta de un muro
cación estratégica dentro del horno para su cocción. hecho de piedra y barro (actualmente, también de
Ayudado con el porro, parte la piedra en distintos ta- cemento) en la parte superior del horno, justo en la
maños según las necesidades, siendo las primeras que pared de la meseta donde se sitúa la boca. A partir
se colocan las que forman el poyo o poyete. Éste está de este muro fijo se va elaborando un círculo alre-
formado únicamente por “piedra seca”, es decir, sin dedor del colmo con chapas y vigas de madera, que
ningún tipo de material que las una, disponiéndolas tienen como función resguardar del aire a los caños,
de modo circular y siguiendo las paredes del vaso. que impediría que el fuego se repartiera por todo
Primero se ponen piedras muy pequeñas, del tamaño el horno. La pareílla se sitúa a un metro o metro y
de un puño y, a medida que se va ascendiendo, se uti- medio del colmo con el fin de dejar suficiente espa-
lizan piedras de mayor tamaño. El poyo constituye un cio para que trabaje el calero.
elemento estructural del horno que, por su ubicación, La boca del horno se tapa con una pared de barro
el fuego no alcanza, ya que éste tiende a ir hacia arri- y piedra, denominada pantallón, dejando tres hue-
ba. Por tanto, no es destruido, si bien el calor lo des- cos: la puerta del horno, a través de la cual se intro-
gasta, teniendo que repararlo tras varias hornadas. duce la leña durante la cocción; la puerta terriza,
A partir del poyo se forma la bóveda, ligeramente situada a ras del suelo, por donde entra el aire al
ovoidal, inclinándose su estructura a medida que se interior para su ventilación, además de servir para
va cerrando. Para ello se emplea la piedra más gran- extraer las cenizas que se van acumulando; y el ca-
de (armaera), ya que será la que aguante el peso de ballo, una tobera que va desde la boca (o también

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Encala tu Patrimonio. Un Estudio Etnológico de las Caleras de la Sierra

desde la meseta en algunos hornos) al centro de la Cuando la piedra está cocida y limpia, los caños
caldera para que el aire pueda llegar hasta ésta. se van tapando paulatinamente con piedra y barro.
El pantallón es conservado en los hornos manua- Posteriormente se abren los hombros del colmo (el
les, cargando y descargando el horno por su parte su- filo existente alrededor de la cabeza) para que, ha-
perior, mientras que con la mecanización se tira y se ciendo la función de tiro, se calcinen también las
reconstruye con cada hornada, ya que al finalizar cada piedras situadas en esa parte del horno.
cocción se rompe para poder sacar la cal con la pala. Una vez finalizada la cochura, se procede al en-
friamiento del horno, que puede durar una semana
La hornada dependiendo de las dimensiones del mismo. Para
No hay una fecha predeterminada para el encen- ello, se cierran todos los huecos con el fin de que no
dido del horno, dependiendo esto de varios factores entre el aire, que estropea la cal cocida, además de
tales como la meteorología fundamentalmente, o in- cuidarla del sol y del agua mediante una techumbre
cluso la disponibilidad de mano de obra para llevar ubicada en la parte superior del vaso.
a cabo la hornada. En el caso de los hornos mecanizados (a partir
Una vez que se ha tomado la decisión de iniciar de los años cincuenta del siglo XX), el tiempo de
la hornada tiene lugar el encendido del horno, que espera se reduce considerablemente pues, a diferen-
se produce en el centro de la caldera del mismo. El cia de los manuales, la piedra se puede extraer sin el
tiempo total de la cocción será de unos quince o uso de las manos.
veinte días dependiendo del tipo de horno, de sus
dimensiones, del combustible y de la meteorología. Vaciado del horno y distribución de la cal
La cocción no tiene interrupciones y se produce La extracción de cal comienza con la apertura de
durante todo el día y la noche, ya que es necesario la clave, el centro del colmo, que se va presionan-
ir introduciendo combustible continuamente, por do para que vaya descendiendo de los 2,5 metros a
lo cual los caleros deben ir turnándose cada cierto menos de la mitad (1 metro, más o menos), ya que
tiempo (unas cuatro horas). No obstante, según uno aquél se ha quedado hueco. Al llegar a la altura de
de los caleros: “el horno cargado tiene leña desde la bóveda se hace necesario el uso de una barra para
las siete hasta las diez u once del día siguiente”. El romperla ya que las piedras que la forman, al recibir
horno debe alcanzar una temperatura elevada para las llamas directamente, se han fundido, soldándose
conseguir una buena calcinación de la piedra (unos entre ellas.
mil grados o más), y se empleará prácticamente la Antiguamente, se sacaba por la parte supe-
misma cantidad de leña que de piedra durante todo rior del horno, donde estaba situado un carrillo
el proceso. (aprovechado posteriormente para la utilización
El calero utiliza horquillas para introducir con- del winche) y las espuertas con las que se subía
tinuamente las haces de leña, puesto que el calor la cal. Simultáneamente se iba pesando con la
en la boca del horno es elevado y no sería posible romana, situada también en la parte superior del
hacerlo con las manos. Cuando no se está introdu- vaso y colgada en unos palos en forma de por-
ciendo leña, el calero coloca una chapa de metal en tería. Existía también una hoja de pita que los
el pantallón de forma que no pase el aire, y una vez caleros colocaban cercana a la pesa, y en ella
consumida la leña se vuelve a quitar la chapa para iban marcando (pinchándola con la punta afilada
meter más. de la misma) cada espuerta extraída, que debía
A los cinco o seis días es cuando el horno llega a pesar 5 arrobas.
su temperatura máxima, y las piedras de cal comien- Se acababa de extraer la cal recogiendo las
zan a fundirse unas con otras. Durante la cochura últimas piedras calcinadas por la boca del horno
los caños permanecen abiertos para que “tiren” (abriendo un hueco con las dimensiones sufi-
(para permitir la entrada de aire y favorecer la com- cientes para que entrase el calero), dado que por
bustión), y a los diez o quince días éstos empiezan su escasa cantidad se hacía imposible hacerlo
a “dar la cara”, es decir, a través de ellos se aprecia desde arriba.
el color de la “yema del huevo” o del “oro fundido”, En los hornos mecanizados, sin embargo, se re-
indicando que la piedra está ya prácticamente coci- tira la totalidad de cal por la boca inferior, rompién-
da. En este momento, el horno expulsa mucho más dose el pantallón (pared de entrada del combustible
fuego del que puede salir por los caños, escapando y ventilación) y accediendo al interior del horno con
por tanto a través de la boca e imprimiendo a los la pala mecánica, siendo innecesario retirarla por su
arcos del pecho su característico color negro. parte superior.

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Paz Canillas Rey y Loreto Martínez Otero

Para el almacenamiento de la cal, se usaban los Bibliografía


propios hornos, es decir, se iba sacando según la de-
manda, si bien en épocas más recientes se han cons- AGUDO TORRICO, Juan: «Arquitectura tradicional y
truido algunas naves donde depositar la cal, sirvien- patrimonio etnológico andaluz». [En] Demófilo. Re-
do también para su envasado en bolsas de plástico. vista de Cultura Tradicional de Andalucía. Sevilla:
Fundación Machado, 1999, nº 31, pp.13-31.
Tanto antes, cuando el horno ejercía las veces de
AMAYA CORCHUELO, Santiago: Lo que es de muchos
almacén, como ahora, que permanece escaso tiem- no es de nadie: estudio antropológico sobre una
po lleno, se coloca una techumbre a dos aguas de propiedad colectiva de Extremadura. Badajoz: Di-
materiales diversos como madera, chapa metálica putación Provincial, 1999.
y otros, en su parte superior, para que la cal no se ARREDONDO Y VERDÚ, Francisco: Cales. Madrid:
estropee con el aire o la lluvia. Consejo superior de Investigaciones Científicas. Pa-
El apagado de la cal se realiza de dos modos, tronato Juan de la Cierva. Instituto Eduardo Torroja
según su utilización posterior. El de la cal de obra, de la Construcción y el Cemento, 1963.
tiene lugar en los denominados polveros, espacios FERNÁNDEZ DE PAZ, Esther: «La documentación
y protección de las artesanías como actuaciones
próximos al horno donde el calero escarría (esparce)
sobre el patrimonio etnográfico». [En] Patrimonio
las piedras de cal para enfriarlas y las apaga regán-
Etnológico. Nuevas perspectivas en el estudio. Se-
dolas con agua. El de la destinada para blanquear, villa: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico,
por su parte, tenía lugar antiguamente en grandes Fundación Machado, 1999. Serie Cuadernos, X,
tinajas de barro con boca ancha, que fueron susti- pp. 170-191.
tuidas por bidones de metal. Es una labor peligrosa GARATE ROJAS, Ignacio: Artes de la Cal. Madrid: Ins-
debido a la gran cantidad de vapor que emana, fruto tituto Español de Arquitectura. MRRP. Universidad
de la reacción exotérmica. de Alcalá, 2002.
Si bien tradicionalmente la cal era vendida di- ROBADOR GONZÁLEZ, Mª D., Cal y Arquitectura,
rectamente en forma de terrones (a granel) y en es- Tesis Doctoral, E.T.S.A.S, 1999, Sevilla.
VV. AA.: Guía práctica de la cal y el estuco. Valencia:
puertas, en la actualidad el tipo de demanda obliga a
Editorial de los Oficios, 1998.
su distribución en bolsas, más fáciles de transportar, VV. AA.: «Revista Aparejadores». Sevilla: Colegio Ofi-
y con un tipo de cal bastante fina, de ahí el uso de cial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Se-
molinos y cribas para lograr dicha textura. villa, nº 49.

—  150  —
Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano

Ana Servigna
Syracuse University. New York. USA

Introducción éstas investigaciones Miguel Acosta Saigne (1955,


1959) ofrece una descripción sistemática de las vi-
Las viviendas típicas de la Laguna de Sinamaica viendas en los estados Mérida, Trujillo y Barinas,
(Estado Zulia- Venezuela) constituyen en términos y de las poblaciones de Barlovento, Macapo, Pa-
estilísticos, ejemplo emblemático de la arquitectura raguaná y Margarita, ésta descripción cubre tanto
amerindia venezolana. Estas viviendas construidas aspectos técnicos, materiales como estilísticos.
sobre el agua conservan hoy en día muchas de las Entre las décadas de los 60s a los 80s, se acrecen-
características mencionadas en los relatos de los taron los estudios antropológicos que describían las
primeros cronistas y, a pesar de los innumerables formas de asentamiento y viviendas tradicionales, al
avances técnicos, ellas conservan en su forma, dis- respecto contamos con los trabajos de Barandiaran,
tribución, disposición y técnica constructivas, valo- Wilbert, Dumont, Lizarralde y Beckerman, Zerries,
res que han pervivido a través del tiempo. En este Fuentes, Thomas, Smole, Coppens, y Eguillor (Gas-
ensayo se describe el proceso de construcción de un parini 1986).
palafito Añún para ilustrar las formas y dimensiones Respecto a la vivienda Añún, hay que señalar
sociales que los mismos representan. particularmente a Alfredo Jahn, Johannes Wilbert,
Los primeros trabajos que hacen referencia a las Walter Dupoy, Erika Wagner y Mario Sanoja quie-
viviendas tradicionales venezolanas se remontan nes ofrecen descripciones detalladas del habitat de
a las narraciones de los tiempos de Colón y a las esta comunidad.
descripciones que los distintos misioneros y cronis- Las casas son generalmente pequeñas y se com-
tas llevaron a cabo en éstas tierras. Entrado el siglo ponen de una choza que sirve de vivienda y otra
XIX fueron varios los naturalistas que recorrieron contigua, abierta en que se tiene la cocina. Los prin-
los territorios venezolanos, entre ellos cabe notar a cipales horcones de estas dos chozas se hallan en-
Humboldt, en 1800, Codazzi en 1837, Schomburgk clavados en el fondo del lago, más o menos ochenta
en 1838-39, Spruce en 1852, Crevaux y Cchaffan- centímetros o un metro debajo del nivel del agua
jon en 1882 y 1884. De todos ellos, vale mencionar (Jahn, 1927:207).
en particular, la descripción de Michelena y Rojas La comunidad Añún han vivido en esas aguas
en 1855 de las viviendas palafíticas de los Warao desde antes de la llegada de los españoles a tierras
(Gasparini 1986). venezolanas. Como lo relata la historia, fueron éstos
Ya para finales del siglo XIX y principios del XX los pobladores que Américo Vespuccio encontró en
se encuentran trabajos sobre las etnias venezolanas su primera exploración de las márgenes del Lago de
realizados por los precursores de la “etnohistoria” Maracaibo y al ver las viviendas construidas sobre
en el país, que haciendo sus investigaciones etnoló- el agua, el navegante nombró esta tierras Venezuela
gicas, arqueológicas, lingüísticas y antropométricas o Pequeña Venecia. Hoy día, sobre las aguas de la
elaboraron descripciones bastante completas de las Laguna se levantan cerca de una quinientas casas
comunidades amerindias venezolanas. Entre todas y aunque el proceso constructivo de las mismas

151
Ana Servigna

es sencillo, éste requiere de paciencia y cuidado y los meses de enero a septiembre del año 2000. En
ha sido un arte heredado de generación en genera- principio, el trabajo se inició con un grupo de cinco
ción. En la construcción de las casas se combinan jóvenes3 promotores de MOCUPA4 más un grupo
materiales y técnicas tradicionales y modernas, sin de estudiantes de educación media quienes estaban
embargo, las viviendas conservan características a cargo de elaborar un censo en la Laguna con el
inherentes y propias de la cultura Añún. En años soporte de Corpozulia y UNICEF. El inventario del
recientes el Instituto de Patrimonio Cultural de censo fue revisado exhaustivamente con los jóve-
Venezuela1 incluyó la Laguna de Sinamaica en su nes, quienes elaboraron en manuscrito un listado de
lista de iconos patrimoniales2 y es mi propósito en todas las casas visitadas con los nombres de sus res-
este ensayo ilustrar los elementos que hacen de esta pectivos propietarios. Un primer producto de este
arquitectura un documento histórico y técnico que censo fue un listado trascrito en una base de datos
contiene elementos de identidad regional y que lo señalando el número de registro de las viviendas de
hace parte del patrimonio nacional. acuerdo a la planilla del censo, el nombre del pro-
pietario y el sector de ubicación.
Paralelamente al censo se elaboró un mapa-cro-
Contexto quis de la laguna en donde con la experiencia de los
jóvenes, de Magali Silva y Luis Nava, se dibujó una
La Laguna de Sinamaica está ubicada en el Mu- geografía aproximada de la laguna y sus viviendas.
nicipio Páez al norte del Estado Zulia (Venezuela), Aparte de los mapas de 1974 elaborados por la Di-
y aproximadamente a una hora y quince minutos del rección de Cartografía Nacional a escala 1:100.000,
centro de Maracaibo capital del Estado Zulia. De en donde sólo es posible apreciar la localización en
acuerdo al censo elaborado en febrero del 2000, un general de la laguna, no se dispone de una cartogra-
total de 3481 habitantes distribuidos en 512 casas fía en detalle de esta zona. Planimara, oficina que se
ocupan esa zona. La Laguna está dividida en 15 secto- encargó de elaborar el último y más reciente levan-
res reconocidos por la comunidad, de los cuales des- tamiento de la planicie de Maracaibo, cuenta con
tacan dos, El Barro y La Boquita, por concentrar casi una serie de ortofotomapas5 a escala 1:50.000 que
un 60% de las viviendas e igual porcentaje de pobla- cubren la zona de interés pero, el acceso a los mis-
ción. En la descripción de Wilbert (1983) se destacan mos es altamente restringido y a afines de este tra-
éstos dos sectores entre los cuatro principales y de la bajo solo pudimos obtener una fotocopia en papel
misma fuente podemos citar que según el censo de ordinario a escala 1:25.000 del sector más céntri-
1958 llevado a cabo por la División de Malariología co. También fue posible sobrevolar la zona en heli-
de Maracaibo, existían unas 260 casas alrededor de la cóptero a través de un recorrido programado por el
laguna, las cuales albergaban un total de 1348 indivi- IPC-Zulia, en donde se hicieron tomas fotográficas
duos mientras que según un censo de 1891 El Barro junto con un video. Todo este material e insumos,
tenía 71 casas y Boca del caño 60 (Wilbert 1983). permitió que dibujáramos un croquis digitalizado en
Autocad en donde se ubicaron las 512 unidades de
viviendas, en un plano a escala 1:10.000 y otro a
Recolección de datos escala 1:5.000.
Este mapa y el proceso que llevó su elaboración
Los resultados presentados en este ensayo se sirvió para adentrarnos mejor en la comunidad, ya
basan en el trabajo de campo llevado a cabo entre que implicó muchas conversaciones espontáneas,
sobre la base de un plano ‘espacial’ y ‘representa-
1. El Instituto de Patrimonio Cultural es una dependencia ción de la Laguna y sus casas’. Estas conversaciones
del Estado venezolano adscrita al Ministerio de la Secretaría de fueron luego conducidas sobre la base de preguntas
la Presidencia de la República y cuyo objeto según el artículo 8 semi-estructuradas respecto al hábitat, la laguna y
de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural es: las viviendas. Los recorridos y visitas entre los ha-
“la identificación, preservación, rehabilitación, defensa, salva-
guarda y consolidación de las obras, conjuntos y lugares a que
bitantes, nos suministraron valiosa información, en
se refieren los artículos 2 y 6 de la mencionada ley”. la tarea de dibujar este mapa.
2.  A fines de este ensayo entenderemos patrimonio según
lo especifica la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio
Cultural de Venezuela (1993) en donde se incluye elementos 3.  Marilú Conrado, Félix y Zaida Guerra, María Medina,
no solo de valor artístico-formal sino también aquellos que son Keila Nava y Yusmari Paz.
documento histórico y técnico que recoge formas y dimensio- 4.  Movimiento Cultural Paraujano.
nes sociales. 5.  Serie de fotografías satelitales.

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Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano

Tanto el trabajo del censo como el mismo mapa- densificación se hace más baja a medida que nos
croquis ayudó a engrosar el cuaderno de notas, con alejamos del centro poblado hacia los tres puntos
frases sueltas, notas sobre las conversaciones y bos- de entrada/salida de la Laguna, por el norte la vía al
quejos gráficos del hábitat y las casas. Las estadías Arroyo, por el sur, hacia El Trompo y por el oeste
y trabajo de campo, implicaron involucrase con la hacia Carrasquero.
comunidad, en sus labores cotidianas, preparar co- Las viviendas se ubican por lo general sobre
mida, tejer esteras, jalar en cayuco, celebrar el día el agua, o bien, parte en tierra y otra en agua, di-
de la Virgen del Carmen y de San Bartolomé, hacer rectamente al cauce del río o de algún caño, en-
visitas familiares, etc. En donde la observación di- contrándose puntos de concentración de familias
recta y participante sirvió para obtener mucha de la en donde se cierran virtualmente los límites del
información registrada. sub-sector correspondiente a la misma, por ejem-
Hay que destacar que aparte del trabajo con los plo a que los Silva y los Puche, –en El Barro– o
jóvenes de MOCUPA, y de las conversaciones con los Vilchez –en El Junquito– formando el conjun-
Magali Silva y Luis Nava, (quienes son dos perso- to de casas especies de pequeñas lagunas en torno
najes que desempeñan un trabajo comunitario im- a alguno de los caños.
portante y reconocido en la comunidad), también Es relativo afirmar que hay viviendas sobre la
contamos con las conversaciones de los ‘abuelos’ tierra, si bien es cierto que muchas de ellas tienen
(ancianos de la comunidad) que asistían regular- sus horcones directamente afincados en terrenos
mente al comedor de MOCUPA, en especial las de que han sido ganados al agua, hay períodos en el
Josefita Medina. También hay que destacar las en- año que debido a las abundantes lluvias todas las
trevistas con algunos de los constructores de palafi- casas quedan sobre el agua. Sin embargo, podría-
tos, quienes viven de la pesca pero que desempeñan mos decir que de acuerdo a su ubicación hay casas
también en ese primer oficio. asentadas sobre el agua, otras sobre agua y tierra
En el proceso de análisis se seleccionaron seis y algunas sólo sobre tierra, aunque es poco usual
familias6 más sus unidades de viviendas, incluyen- que en esta última condición estén asentadas direc-
do las de los parientes ubicados en torno a éstas para tamente sobre el terreno sin tener la previsión de
aproximarnos así, a las representaciones espaciales levantarlas sobre pilotes.
de los Añún. En cuanto a la orientación, por lo general se pre-
fiere aprovechar los vientos que soplan del noreste
y evitar en lo posible el sol, por ello se abren las
Características formales, puertas y ventanas en la primera dirección y se cie-
funcionales y espaciales rran en la opuesta, sin embargo, estas aberturas son
pequeñas para protegerse de los vientos “burreros”
Como ya se mencionó, sobre las aguas de la La- -esos que traen lluvia y que causan daños.
guna se levantan cerca de una quinientas casas, las La selección de un sitio para levantar una nueva
cuales se reparten en sectores, dos de ellos concen- vivienda esta signada por varios factores, pero por
tran el sesenta por ciento de la población, son éstos lo general se procura la proximidad a la familia en
El Barro y La Boquita. Haciendo un recorrido en lan- el sentido de la línea materna. También se toma en
cha, para quien va por primera vez, el desorden pare- cuenta el cauce del río y la calidad del terreno.
ciera ser la regla reinante, pero es la apreciación de
quien se adentra sólo como observador distante, ya “Cuando yo me haga mi otro ranchito, me voy a ir de
que hay un orden preciso y regular en la disposición donde estoy, ...allí es muy siposo...” (Extracto de las
de las viviendas. Las casas se agrupan en su mayoría conversaciones con Zayda Guerra).
por núcleos de familias, aunque se puedan encontrar
viviendas aisladas con un solo grupo familiar. Aunque no hay una propiedad jurídica sobre el
Si observamos el croquis de la Laguna, podemos terreno, hay quienes venden las parcelas que han po-
apreciar un centro altamente densificado, en una dido cegar y que de cierto modo son de su propiedad,
zona bastante sedimentada y de baja corriente, esa y si bien es posible construir teóricamente donde se
quiera, hay ciertos lugares que requieren del con-
sentimiento de los vecinos para ser ocupados.
6. Los nombres de los informantes son reales y se han
mantenido así con el permiso de cada uno de ellos. Todos los
textos insertos se han tomado directamente de las notas obteni-
“...To’ esto de aquí era agua... nosotros lo fuimos relle-
das durante el trabajo de campo. nando... por lo menos allí, uno le pide permiso a la

—  153  —
Ana Servigna

señora,... que voy hacer un rancho ahí en el costao’.... esto garantiza que el horcón quede bien asentado y
y si ella acepta se hace... pero hay unos que venden el firme por debajo del agua.
pea’cito ... aunque también se lo puede hacer (refirién- Las dimensiones de las viviendas varían de
dose al rancho) por ahí, por donde no hay vecinos,... acuerdo al funcionamiento y distribución de la
por ejemplo por ahí por el colegio viejo...” (Extracto
misma, en los casos en donde se hace una sola pieza
de las conversaciones con Manuel Silva).
sin ningún ambiente diferenciado; ésta puede tener
un largo de once varas y un ancho de 7 varas, es
Cuando las casas están sobre tierra, o tienen al-
decir en total cuarenta metros cuadrados aproxima-
guna porción de la misma, las personas utilizan éstas
damente. Esto no incluye los espacios dedicados al
para construir enramadas o sencillamente sembrar
fogón y al baño. De este módulo básico se hacen
árboles de sombra y plantas ornamentales, éstas úl-
ampliaciones a medida que se agregan espacios di-
timas se colocan también en pequeños espacios que
ferenciados; dormitorios, sala, comedor y cocina,
se construyen en los exteriores de algunas casas.
que han surgido como adaptaciones de las vivien-
Hay quienes crían cerdos y algunas gallinas para el
das que se construyen en Maracaibo y otros centros
consumo propio, esto como resultado del cambio
urbanos cercanos.
en la dinámica económica y de la degradación del
La entrada principal suele estar ubicada en el
ecosistema. Se pueden identificar también terrenos
centro de la fachada determinando una circulación
alrededor de la laguna dedicados a la cría de ganado
lineal en torno a la que se disponen los ambientes.
vacuno y a la siembra de coco.
Las puertas interiores y las ventanas conservan por
Formalmente predominan los volúmenes de
lo general una simetría.
planta rectangular con cubiertas de una, dos o cua-
Al módulo principal que constituye la vivienda
tro aguas, aunque se pueden identificar ocasionales le acompañan otros volúmenes que se relacionan
construcciones de planta circular, pero que corres- por “exclusión” con el primero, en esta relación es
ponde por lo general a piezas anexas a la vivienda común que el baño este más distante que el fogón.
que funcionan como enramadas o bohíos. Los volúmenes se relacionan por toque de aristas o
La altura máxima de paredes no supera por lo caras, como en el caso de las terrazas adosadas a la
general los dos metros, llegando a ser muchas veces vivienda o los porches y enramadas, aquí la tensión
menos de eso. En las mismas predomina el lleno es menor, pero nunca llegan a darse relaciones de “in-
sobre el vacío, pero hay siempre una sensación de clusión”. Las casas de las familias con mayores re-
permeabilidad en todos los planos, sugerida ge- cursos económicos, tienen espacios bien diferencia-
neralmente por los materiales que se utilizan para dos y pueden llegar a los ochenta metros cuadrados.
cerrarlos. A menos que las paredes sean de bloque Funcionalmente en las casas donde hay un solo
y frisadas, en todos los demás casos, bien cuando ambiente, este se utiliza como dormitorio común,
se usan tablones, varillón o esteras para cerrar, la mientras que el fogón sirve de espacio de reunión
sensación de permeabilidad es predominante permi- de la familia. Este lugar resulta de especial valor en
tiendo una virtual relación interior /exterior. la comunidad. Cuando se reúnen viviendas de va-
Las dimensiones de la casa Añún parten de la rias familias que comparten nexos de parentesco,
medida de una vara, el equivalente a la distancia este fogón puede ser común a todas las familias y
desde el extremo de la mano de un brazo extendido se ubica en la casa de la figura femenina principal,
formando un ángulo de 90° con el cuerpo, hasta el (la abuela, la madre o la tía). El fogón como tal, está
hombro opuesto. Una casa de once varas de largo elevado sobre el piso, la estructura se hace de ma-
equivale a un poco más de ocho metros, esa es una dera y en el se coloca la leña para cocinar. En esta
medida que se repite con frecuencia en la longitud de pieza el techo generalmente es de enea, es muy ex-
las casas, mientras que la proporción en ancho es de traño encontrar otro tipo de cubierta, y las paredes
media vez el largo. Con esa unidad se cortan todas siempre son bastante permeables, lo que favorece la
las piezas que van a ser utilizadas en la estructura de ventilación y la salida del humo, ya que no cuenta
base, piso, paredes y techo, al igual que las aberturas con un sistema propio para estos fines.
de puertas y ventanas. Las primeras suelen no exce- Se puede decir que el fogón funciona como
der los dos metros de alto, unas dos varas y media. punto de “intersección” entre las viviendas de una
Los horcones que van a servir de apoyo sobre misma familia. Los utensilios de cocina se acomo-
el agua, suelen enterrarse un aproximado de media dan en estructuras que cuelgan de las paredes y es
vez la altura de una persona, en este caso es de unos usual aprovechar el espacio disponible en el techo
ochenta centímetros a un metro aproximadamente, colocando tablones de madera de un extremo a otro,

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Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano

como repisas altas en donde se colocan enseres. Una vez que se ha seleccionado el lugar de
Muchas viviendas cuentan con cocinas que funcio- acuerdo a los criterios que se mencionaron, hay que
nan con bombonas de gas y se combina los trabajos disponer los materiales para la estructura de apoyo,
entre ambas, pero por lo general las mujeres mayo- ésta puede ser de madera o de concreto, ambas tie-
res conservan la costumbre de cocinar en fogón y nen sus respectivas variantes.
reconocen del mismo las virtudes del sabor que le Si es de madera la misma hay que cortarla en men-
otorgan a los alimentos. Pero algunas de las muje- guante (fase lunar) de lo contrario, no importa el tipo
res jóvenes prefieren las cocinas de gas, por resul- de madera que sea, la misma no durara ni la mitad
tar más cómodas, sin embargo algunas desean tener del tiempo correspondiente. La explicación que los
ambas posibilidades. informantes dan del por qué deben cortarse en esa
fase lunar, está relacionada con el hecho de que los
“... Yo quisiera hacer aquí una explanada para poder troncos de los árboles están cargados de menos savia
construir un ranchito de enea para poner el fogón...” y por ello se hacen más duros y resistentes.
(Extracto de las conversaciones con Johana Nava) Una vez que se corta la madera hay que remo-
jarla por lo menos por un mes de modo que este
En este espacio se cocinan los alimentos, es do- lista para ser trabajada. Una vez hecho esto, hay que
minio femenino, se comparte entre mujeres de la hincar los pilares o burros, para ello se utiliza una
misma familia, y es centro de reunión de todos, allí herramienta llamada pullón que sirve para perforar
se hace vida social, es el centro que sugiere el calor en la tierra. Todos los pilares deben hundirse por lo
y seguridad del vientre materno. menos un metro en la tierra y someterse a un peso
El baño es una pieza independiente que se aísla para hincarlos bien y a nivel, garantizando que todos
del entorno inmediato de la casa, es preferible que queden a la misma altura.
esté sobre el agua, de modo que las descargas sean Luego toda la estructura hay que dejarla por un
arrastradas por el río, el piso es de varillón para poder tiempo para que se asiente bien en el terreno, si los
facilitar la higiene. Algunas casa tienen letrina, ex- pilares son de madera, hay que tener la precaución
cusado o retrete, pero en todos los casos las aguas de cubrir las cabezas que quedan expuestas al sol
servidas y desechos orgánicos, que se generan en la con unos paños que impidan su exposición directa,
cocina o el baño, se depositan directamente a la La- esto es con el fin de evitar que se saje la madera.
guna, al igual que la mayoría de los desechos sóli- Trascurrido el tiempo prudencial, que dependerá
dos (potes, latas, papeles, etc.), estos representan un de la calidad del terreno en que se esté trabajando,
buen porcentaje de la contaminación de las aguas,
se procede a levantar la estructura de piso, paredes y
pero este es un tema delicado de abordar, porque si
techos. Primero hay que colocar los tirantes de piso,
bien la degradación ambiental es consecuencia de
que son las piezas de apoyo horizontal que unen a
los mismos habitantes, hay que reconocer los daños
los pilares entre sí y sirven de base para la estructura
ocasionados por la tala indiscriminada en las már-
de las paredes. Luego las paredes llevan las soleras
genes de los ríos que alimentan a la Laguna y del
o pie de amigo, lo primeros son los apoyos verti-
dragado del Lago de Maracaibo.
cales que se prolongan desde el agua hasta arriba
De los utensilios y equipamientos de la casa hay
con la estructura de techo, y los segundos son los
que destacar las esteras fabricadas con enea, las cua-
mismos apoyos cuando arrancan sólo desde el piso,
les se hace a la medida del cuerpo, de modo que una
éstos se colocan equidistantes y sirven como sopor-
vez que se extiende sobre el piso puedan ser utiliza-
tes principales para los tirantes del techo.
das para dormir sobre ellas. Las distancias interiores
En las esquinas se colocan unos apoyos trans-
entre las paredes y los apoyos del techo están dis-
versales en ángulo de cuarenta y cinco grados con
puestas de modo de facilitar el colgar las hamacas y
los pilares de las mismas, estos transversales son los
utilizar los entretechos como área de depósito.
aguantes, también se llaman así las piezas verticales
En cuanto al sistema constructivo de un palafito,
que van desde el tirante superior hasta los pares del
el mismo es un proceso sencillo pero que requiere
techo. Toda la estructura se une entre sí con clavos o
de paciencia y cuidado, y es un arte heredado de
pernos, estos últimos son más seguros y duraderos.
generación en generación,
Por último se colocan los pares del techo, de
“...A mí me enseño “el maestro aquí” (refiriéndose a acuerdo a la inclinación que se le dé al mismo, sobre
un señor de edad avanzada que se dedica a la cons- ellos se colocan transversalmente los varillones de
trucción).... y a él le enseñaron los viejos de antes....” mangle que van a servir para extender la cubierta,
(Extracto de las conversaciones con Rafael Silva). bien sea de enea, u otro material.

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Ana Servigna

El piso de la casa, se puede hacer con varillones, heredados a través generaciones, y esos conocimien-
con tablones de madera o inclusive con una delgada tos sin duda se han ido enriquecido. No es extraño
capa de mezcla a base de cemento con un acabado encontrar pilares o pisos fabricados con cemento o
requemado al natural. Las paredes se pueden cerrar paredes de bloques, pero siempre los materiales se
con listones de mangle o rolitas, con enea o listones combinan estratégicamente con los propios del lugar.
de madera. Por lo general las viviendas resultan ser Los planteamientos de la distribución de los es-
permeables a la brisa, pero siempre protegidas de pacios también se han visto afectadas por los mo-
los insectos. delos traídos de los centros urbanos. Un ejemplo
Una vez que esta armada la estructura se dispo- es el caso de combinar la cocina “occidental” con
nen las pacas de enea que servirán primero para cu- el fogón tradicional, en esta combinación la coci-
brir el techo y luego las paredes. Este es un proceso na generalmente se deja independiente del espacio
aparentemente sencillo, pero que requiere de destre- destinado a dormitorios y baño, y no ha perdido su
za en el tejido, de modo que el mismo quede bien rol de centro familiar. Hay distintas variaciones en
sujetado a la estructura y a la vez bien estrecho para la distribución de los ambientes pero se conserva en
hacerlo impermeable a la lluvia. principio lo que hemos descrito.
Las pacas de enea se remojan ligeramente en el La casa Añún esta pensada y construida en re-
agua y se comienza a techar de abajo hacia arriba, lación con los cuerpos de sus habitantes y con el
formando capas que se solapan una sobre la otra, las cuerpo de la Laguna. La casa Añún nace sobre el
tiras de enea se entre tejen con las varillas de man- elemento acuoso intermedio entre el fuego y el aire
gle, se jalan para garantizar que queden bien exten- por un lado, y la tierra por el otro, mediador entre
didas y se dejan descansar sobre la capa anterior. la vida y la muerte, tanto la casa como el agua son
La enea debe ser de la más flexible, y nunca de la capaces de acunar como lo hace la madre, de arru-
que llaman “jupana” que es muy seca y se deteriora llar a los Añún invitándolos al viaje imaginario de
rápidamente. sus sueños, al sueño que revela la cultura. La casa
La cumbrera se teje formando un canal invertido Añún es la Laguna, que es cuerpo, que es origen,
que facilite la caída del agua. Un techo de enea tiene vida y muerte. Es el alma que llega del cielo y al
una vida útil de cerca de cinco años. cielo sube para caer sobre la tierra siempre eterna
Las viviendas de bloques se hacen con un siste- (Lurker, 1992). La Laguna es cuerpo de agua y de
ma de vigas y columnas y si bien es cierto que su vida y las casas se levantan sobre ese cuerpo en re-
durabilidad es mayor, también es cierto que su costo lación directa con los propios Añún.
triplica el de la construcción a base de madera. Tenemos el discurso muy elocuente de una joven
Añún, que nos relata sus anhelos de esa casa ideal:
“...Ella le puso pilotes cuando eran baratos...pero
ahora cada pilote cuesta once mil bolívares...pura obra “...A mi me encanta tener una enramada encima del
de mano... vos tenéis que poner el material... pero con agua, es más fresco es más limpio, es más cómodo
botoncillo se pueden hacer y si se dañan se refuer- ....y lo que me encanta de la laguna es la noche con la
zan... en madera sale en tres mil... en los otros hay luna llena y la marea llena... me, encanta, me encanta,
que poner el cemento, la cabilla, el granzón... viene
me encanta,.. en mi caso no?...nosotros estamos acos-
saliendo como por veinticinco, con madera te sale en
tumbraos aquí to’ to’ el tiempo...en casa cuando vivia-
tres y te dura como unos siete años...” (Extracto de las
nos aquí porque allá no es igual...yo todas las noches
conversaciones con El Chivo- anónimo).
me sentaba en la plancha’ con los pies guindando.. y
me sentía la brisa que fuiu, fuiu... un frío bien rico!!!
A pesar de la influencia y de los intercambios que Marilú.. y el viento sirba, el viento sirba, verdad? Y la
dentro de la comunidad se han dado con el entor- luna clarita que se ve to’ el paisaje.... como sí,... y la
no inmediato, el sistema constructivo que se sigue marea llena, eso es precioso, la Laguna me gusta así...”
utilizando es el que se ha descrito, si bien algunos (Extracto de las conversaciones con Keyla Nava).
preferirían tener sus casas construidas con materia-
les menos perecederos, hay que reconocer que éstos Si bien son estos los sueños de ese soñador que
no son fáciles de adecuar al entorno, las principales huyendo de la sociedad quiere hacer del mundo su
razones son económicas, igual hay que considerar único compañero (Bachelard 1993b), éste texto re-
las dificultades de transporte de ciertos materiales e vela inevitablemente parte de los valores oníricos
incluso la adaptabilidad al medio. relacionados con el lenguaje de ésta comunidad.
Estas viviendas conservan en su forma, distri- Aunque la joven no sea la comunidad Añún comple-
bución, disposición y técnica, valores que han sido ta, su palabra conserva la poesía propia del lenguaje

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Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano

de su raza. Las palabras que aplica a las cosas las en la laguna, nosotros estuviéramos perdidos, no
poetiza, las desarrolla espiritualmente en un sen- estuviéramos en el mundo. El cuerpo de la laguna
tido que no puede separarse de las tradiciones de se lo entregó a nosotros, ese cuerpo habla y dice
su comunidad (Bachelard, 1993b:204). Por lo que quédense conmigo, cuando las necesite el señor se
su palabra hecha poema lleva la semilla que viene van y quedan los retoños, dice el cuerpo desde el
del fondo social de su lengua. Y como la poesía no bajito que está en el fondo. El cuerpo vive del agua,
es sólo formas y palabras sino que requiere de una yo vivo en el agua con la arena, el cuerpo es de agua
materia que pueda simbolizarla, el cuerpo Añún, y de arena, de ella y de nosotros también. El cuerpo
simbolizado en el agua y en la laguna, encuentra su es de arena y agua es el cuerpo que dio el señor para
vinculación con la materia representada en la casa. alimentarnos nosotros todos los españoles, guajiros,
indios todos esos. Por eso dicen que el cuerpo es la
laguna, dijo el señor. (Fernández, 1999:78).
A modo de conclusión Por el agua misma se orientan los Añún, “pa’lla
abajo” del río viven quienes están retirados del cen-
La arquitectura es “expresión”, no en el sentido tro, que es la zona más densamente poblada. Es allí
estricto de la lingüística, pero sí en un sentido sim- donde se asientan el mayor número de personas,
bólico. Si bien, no cuenta con el tipo de semiosis donde nacen y crecen más viviendas, donde desde
articulada que caracteriza al lenguaje natural o los antaño vivían los Añún. Y mientras “pa’bajo” están
lenguajes artificiales diseñados sobre sistemas bina- los más alejados, “pa’rriba” viven los que casi
rios, un edificio, puede aludir analogías respecto a sí salen de la Laguna, aquellos que están por vía la-
mismo, en forma metafórica e incluso de acuerdo a custre hacia el Arroyo, “ya eso no es la Laguna es
determinados conjuntos de signos arquitectónicos. pa’lla pa’rriba”. Es el cauce y la corriente de los
Esa semanticidad de los edificios, en ciertas oca- ríos la que determina los que están arriba o abajo,
siones, puede ser intencional y consciente por parte y de acuerdo a esas aguas se orientan las casas. La
del arquitecto, aunque no lo sea la mayoría de las forma de las viviendas es predominantemente rec-
veces. De allí que no siempre se pueda hacer una tangular, y el sentido más largo es el que suele servir
clara distinción entre los aspectos denotativos y de “frente” de la casa, y ese a su vez está orientado
connotativos, que en ocasiones se unen en una edi- hacia el cauce del río o caño más próximo a la vi-
ficación. La idea en todo caso, es conocer lo que vienda, y por el cual se coloca la entrada principal.
determinada arquitectura significa dentro de un con- Por eso una de las informantes nos explicaba que
texto y encontrar los significados percibidos y com- su nueva casa la habían construido “atravesada”:
partidos por un grupo respecto a ésta.
Las formas construidas no se pueden interpre- “La casa mía esta atravesa’ , en mi casita la puerta
estaba pal’ frente, pal río, ahora no!!! quedó atra-
tar una por una, sino dentro de un contexto social e
vesa’...” (Extracto de las conversaciones con María
histórico y como producciones culturales. El objeto Caldera, 2000).
no es la arquitectura en sí misma sino su interpre-
tación dentro de un contexto determinado, definido El frente es el agua, el río, lo público, la puerta
por una serie de reglas de acuerdo a una convención principal, mientras que el fondo es tierra en ocasio-
social, que en definitiva hacen posible comunicar y nes, es lo intimo, es el fogón. El agua misma es lími-
representar un significado, interpretado dentro del te y frontera, donde el agua se hace tierra, por allí se
contexto de la cultura que le dio origen. sale de la Laguna y se siente la inmediata necesidad
En nuestro caso podemos destacar la profunda de volver “al lugar de lo propio”.
significación que para los Añún de la Laguna de Si-
namaica tiene el agua y el mangle. En sus constan- “Cuando salgo de la laguna yo no sé qué es lo que
tes conversaciones el agua se convierte en madre siento, pero me falta el aire... cuando regreso.... mi papá
de donde surge todo ser viviente, y la amenaza de dice que uno lo que recupera es el aliento....” (Extracto
muerte de los Añún esta vinculada con la amenaza de las conversaciones con Johana Nava, 2000).
de muerte de la Laguna. El agua y la Laguna sim-
bolizan la fecundidad y la posibilidad de poder de El aliento es la vida, y cuando se está fuera de
reproducción, y es que la vida misma necesita del la laguna se pierde ésta. Es como el alma que se
agua y en cierto sentido del agua procede. extravía cuando se sueña pero que luego regresa
“Por el cuerpo de la laguna estamos aquí, si la al cuerpo; y por el alma y el cuerpo, por el aliento
laguna no nos hubiera dado cuerpo no estuviéramos y el agua, se tiene vida. Para los Añún cuando se

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Ana Servigna

atraviesan los límites de lo que no es propio hay un Esa misma joven nos advertía de que alguna vez
sentido de vacío que deja sin aliento. debíamos pasearnos entre los mangles en una noche
Ese espejo de agua que es la Laguna permite a de luna llena. Quizá para sentir ese mismo encanto,
los Añún verse en ella y por ella reconocerse como y es que quién puede evitar el encanto del viento, de
individuos y como comunidad particular, gracias al la luna, de la marea, sentado en la plancha’ de una
hábitat que ocupan. El vivir en la Laguna otorga un casa Añún?
distanciamiento y diferencia de aquellos que viven El agua elemento asociado al origen Añún, al
en tierra, se asume esta condición como valor de un igual que en otras culturas, está vinculado con la
estar geográfico diferente, es el hábitat propio ins- vida, con el vientre materno, con la composición fí-
trumento para definir la identidad y el ser Añún. sica del propio cuerpo e incluso con la imagen que
Por otro lado las casas también están vinculadas se hace de él, a través del agua que es espejo donde
con el árbol de mangle representativo del ecosiste- el hombre se refleja. Y no es sólo la imagen externa
ma lagunar. El mangle según el relato recopilado por sino incluso interna: “...la visión interna del hombre
Quintero (1998) representa el origen de los Añún. se asemeja a una inmersión en las aguas del sub-
De aquel primer tallo sembrado por Apañakai en las consciente. Sólo cuando nos encontramos nosotros
aguas de la Laguna, surgió el tronco y la copa que mismos, nos sentimos tan a gusto como pez en el
protegió a los Añún. Es posible hacer un paralelismo agua” (Lurker, 1992:283).
entre las casas palafíticas y el mangle, pero más que Por otro lado la luna llena, redonda, como el boce-
vistas como unidad hay que verlas en su conjunto. to previo del árbol, es la figura que centraliza la vida
El manglar como ecosistema, alberga un conjunto custodiada por todas partes, la de la cúpula, la del
diferenciado de árboles que sirven cada uno para un cielo, como “el grito redondo del ser redondo, que re-
fin distinto, de acuerdo a la calidad de sus maderas. dondea en cúpula el cielo. Y en el paisaje redondeado
En ese ecosistema, por entre las aguas viven innu- todo parece descansar.” (Bachelard, 1993:277).
merables especies que le dan vida a esos árboles. En Y bajo la copa redonda del árbol habitan los
la medida que van creciendo, se van extendiendo Añún, “todos hicieron lo que el árbol se fueron a la
y propagando por el entorno inmediato. Los tallos playa y allí se quedaron...” (Quintero, 1998) como
que caen perpendicularmente sobre el agua hasta el tallo que lanzó Apañakai y que se hizo árbol y
el fondo, se fijan allí, crecen ganándole terreno a ofreció cobijo del viento del norte bajo su copa. El
la laguna y haciendo que ésta cada vez se estreche árbol se hizo casa y morada, hundiendo sus raíces
más. En sus tupidas copas viven otro tanto número en el agua, creciendo y multiplicándose, protegien-
de especies, es un ecosistema dinámico y creciente. do a los Añún, quienes hicieron lo mismo que él,
Un palafito es como un mangle, que junto con y ambos han vivido allí en la Laguna, “como eter-
los demás palafitos que crecen a su alrededor, igual nos”. Las viviendas palafíticas Añún forman parte
afinca sus raíces sobre las aguas y por debajo de de la cultura propia –cultura autónoma + cultura
ellas. Para luego multiplicarse en torno al tronco apropiada (Bonfill, 1989) a partir de la cual los
central, al tronco materno. Añún definen su identidad colectiva y su modo de
Los palafitos levantan sus copas dando sombra estar geográfico y son sin duda parte de la memoria
y cobijo a quienes los habitan. Unas copas son de social de los venezolanos.
materiales más resistentes, otras de unos menos pe-
recederos, unos con sus troncos más firmes y otros
mucho más transitorios. Bibliografía
Y sus habitantes encuentran en sus raíces, en su
agua, la fuente de vida que cada vez se hace menor. ACOSTA SAIGNES, Miguel: “La vivienda rural en Ve-
El mangle como estas casas pertenecen a esa Lagu- nezuela”. [En] Revista El Farol Caracas: No. 158,
na y a los Añún, a ese universo. 1955.
El lugar de vida de los Añún es el agua, de ella ACOSTA SAIGNES, Miguel: “La vivienda rural en Pa-
han nacido y a partir de ella establecen su mundo de raguaná y Margarita”. [En] Archivos venezolanos
significados y conocimientos. Se reconocen como del folklore. Caracas: No. 6 pp. 35-50, 1959.
BACHELARD, Gastón: El aire y los sueños. México
parte de ese hábitat y ligados a los elementos natu-
D.F.:Fondo de Cultura Económica, 1986.
rales que lo constituyen, forma parte de sus vidas e BACHELARD, Gastón: La poética del espacio. Santa Fé
historias, de los relatos de Josefita, de las noches de de Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1993.
luna llena, de una joven que sueña y encuentra que BACHELARD, Gastón: El agua y los sueños. Santa Fé
no hay nada mejor que vivir en la Laguna: de Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1993b.

—  158  —
Un palafito Añún: Pieza del patrimonio venezolano

BONFIL B., Guillermo: “La teoría del control cultural en IPC: Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultu-
el estudio de los problemas étnicos”. [En] Arisana ral. [En] Gaceta Oficial No. 4.623, Extraordinario
Caracas: No. 10, p. 5-36, 1989. de fecha 03 de septiembre de 1993. Instituto del Pa-
FERNÁNDEZ, Alí: “La relación cuerpo-enfermedad en trimonio Cultural, Caracas, 1993.
los pobladores Añú de la Laguna de Sinamaica”. LURKER, Manfred: El mensaje de los símbolos.
Trabajo presentado para optar al título de Magíster Mitos, culturas y religiones. Barcelona: Editorial
Scientiarum en Antropología mención Antropología Herder, 1992.
Social y Cultural. Facultad de Ciencias. Universi- QUINTERO WEIR, José: Cuentos de los hombres de
dad del Zulia. Venezuela, 1999. agua. Maracaibo: Ediciones del V Centenario de la
GASPARINI, G. Y MARGOLIES, Luis: Arquitectura Batalla del Lago de Maracaibo, 1998.
Popular en Venezuela. Caracas: Ernesto Armitano WILBERT, Johannes: Los aborígenes de Venezuela.
editor. Primera edición, 1986. Volumen II. Etnología contemporánea. Cara-
JAHN, Alfredo: Los Aborígenes del Occidente de Venezue- cas: Fundación La Salle de Ciencias Naturales.
la, su historia, etnografía y afinidades lingüísticas. Instituto Caribe de Antropología y Sociología,
Caracas: Litografía y Tipografía del Comercio, 1927. 1983.

—  159  —
Diseño de mejoras en arquitectura
vernácula del árido sanjuanino

Carina Carestia, Irene Blasco Lucas


Universidad de San Juan. Argentina

Introducción llega a estos poblados de áreas rurales desérticas


de San Juan, el acceso a los cambios culturales que
El paisaje de los poblados de zonas rurales ári- ofrece el progreso. Se presentan al autoconstructor
das también es producto de la acción antrópica del una oferta indiscriminada de imágenes y de “otros
ser humano. “…Se ha escrito que la arquitectura materiales”, que permiten “disponer” de nuevos
vernácula no es naturaleza, no es parte del paisaje recursos formales para mejorar y transformar la vi-
natural: por el contrario, conforma un paisaje tan vienda, pero esto como resultado de investigaciones
rigurosamente artificial como lo es el de ciudad. No de arquitectura vernácula popular que la consideran
sólo ocurre así con lo estrictamente arquitectónico: única opción del arte para pobres o primitivos. La
un campo arado no es más parte de la naturaleza reflexión sobre la pérdida de los valores patrimo-
que una calle asfaltada, ni tampoco menos…”1 niales del paisaje rural por la puesta en marcha de
“La intención” de los constructores de ambos los mecanismos de globalización cultural, como
sitios, sin embargo, obedece sin duda a diferentes consecuencia de la inevitable y necesaria influencia
formas de pensar, pero la actividad de todos ellos que traen consigo la incorporación de “mejoras”
pretende la transformación del medio natural para en la arquitectura vernácula de estas comunida-
hacerlo más productivo, más habitable, más signifi- des, es motivo de este escrito y fundamento de un
cativo, de mayor valor. ejemplo, como estrategia y método para intervenir,
Es claro interpretar que los pobladores rurales no planteando aportes desde el diseño, como propuesta
hicieron más que sacar el mayor partido posible de de “puesta en valor” de sus producciones vernácu-
los recursos naturales disponibles, intentando res- las, abordando cambios respetuosos de sus valores
ponder a las condiciones de su contexto y buscando, culturales.
a través de la sabiduría popular, maximizar la cali-
dad y el confort de las personas. Para ello intervinie-
ron en las formas del paisaje. El reconocimiento de Análisis previos y reconocimiento del problema
esta vieja interacción entre el hombre y la naturale-
za como elemento articulador de cualquier transfor- Arquitectura vernácula, arquitectura popular,
mación del paisaje, será la base sobre la cual se juz- arquitectura tradicional..., son distintas formas de
gará “lo apropiado” de los posibles aportes que se denominar al testimonio material de lo construido
puedan ofrecer institucionalmente. Desde diferen- para mostrarnos arquitecturas vinculadas a un lugar,
tes medios gubernamentales, y no gubernamentales, a un pueblo y a una tradición..., el reconocimiento
del valor patrimonial se aboca fundamentalmente a
la identificación de un objeto patrimonial, dificulto-
1. ESPINAR MORENO Antonio Luís y LÓPEZ OSORIO samente entendido como vivienda rural, y menos tal
José Manuel: Transformaciones recientes en la Arquitectura, el
Urbanismo y el Paisaje en la Comarca de La Alpujarra. Uni-
vez entendida la puesta en valor de la misma desde
versidad de Granada. aspectos inmateriales como apropiación, pertenencia

160
Diseño de mejoras en arquitectura vernácula del árido sanjuanino

o representación, etc.., cuya valoración desde el mé- que resuelven un hábitat de subsistencia. Con míni-
todo es difícil y no muy practicada. mo acceso a elementos de desarrollo por el progre-
Los valores de las construcciones del árido rural sivo incremento de sus niveles de pobreza y agra-
sanjuanino, manifiestos en los poblados con una im- vado por el difícil contexto de su existencia (falta
plantación en el territorio especialmente dispersa, de agua, clima riguroso, etc.), sufren una paulatina
agrupaciones de viviendas mixturadas con otras fun- pérdida en condiciones de habitabilidad de sus vi-
ciones vinculadas a lo económico, por ejemplo: aco- viendas, como también problemas de salubridad en
pio, huerta, corrales, etc., marcan la forma de apro- las mismas.
piación del paisaje y definen las cualidades de esta El deterioro de las construcciones producto de vi-
arquitectura, y en lo particular la disposición, distri- cios en la tecnología, escasez de mantenimiento por
bución y fundamentalmente el uso de los espacios desconocimiento o falta de recursos; deficiencias en
de la vivienda y nos acerca a entender las realidades ventilaciones, iluminación, confort, de los espacios
y anhelos que estos representan. Es la arquitectura producto de la falta de un “proyecto” constructivo,
de lo disponible, la que utiliza en su ejecución, ma- la inexistencia de funcionalidad o ausencia de los
teriales de construcción primarios, extraídos directa- servicios sanitarios, son solo algunos de los proble-
mente del lugar y que sufren muy pocas transforma- mas, sobre los cuales se pretende introducir mejoras
ciones en su puesta en obra. Esta definición nos sitúa que reviertan el grado de postergación en que se en-
frente a construcciones con un alto sentido utilitario; cuentran una importante cantidad de familias.
edificios sinceros, ya que muestran el sistema cons- En este marco, el presente trabajo realiza un
tructivo, donde los materiales utilizados y la imper- aporte al tema del saneamiento, con la puesta en
fección de su factura marcan el carácter y definen la valor de los diseños vernáculos relacionados con la
forma. El modo en que esta imagen” signa la dife- eliminación de residuos sólidos y líquidos, a través
rencia entre lo propio, reconocido y vivenciado; y lo de sistemas de economía y re-uso.
ajeno, observado desde lejos, y solo algunas veces
apropiado, es el problema.
El hecho planteado solo puede ser abordado Fundamento de la propuesta
desde dos caminos, uno desde lo disciplinar el estu-
dio y puesta en valor de los modos de vivir y hacer El manejo de los residuos y desechos producto
de estos grupos humanos-, y otro desde la indispen- de la vida diaria provoca problemas relacionados
sable participación de los actores de esta realidad, con el ambiente (contaminación de suelo, agua,
los pobladores, en la definición de la necesidad, el aire) y conlleva al deterioro de las condiciones de
planteo del proyecto de solución y la delineación salubridad en vastos territorios. La falta de agua es
del camino y el modo. un factor esencial a tener en cuenta ya que restringe
La definición por parte de los pobladores de an- las posibilidades de canalizaciones y/o tratamiento
helos y problemas, y su juicio activo sobre modos comunal de los efluentes, agravado por la dispersión
propuestos de solución, acercan a través de la par- de las viviendas que hace inviable tales soluciones
ticipación, la posibilidad de la aceptación, y funda- apropiadas para poblaciones suburbanas o urbanas.
mentalmente la apropiación. El trabajo investigati- El modo de resolver el problema de la elimina-
vo sobre la valoración que los pobladores realizan ción de residuos sólidos y líquidos en estos poblados,
de su hábitat, sus problemas y expectativas se lleva dista por mucho de la efectividad y el saneamiento;
a cabo a través de una encuesta semi-estructurada, provocando contaminación de suelos y poniendo en
entrevistas personales, fotografías y dibujos de las riesgo a las personas. Se utiliza en todos los casos
viviendas y su entorno. Esta información se vuelca un sistema de caída y depósito denominado “letri-
a una Base de Datos, mediante la cual se procesa y na común”, que es el sistema de saneamiento más
analiza sistemáticamente. común en el mundo. Está basado en el depósito y al-
macenaje indefinido del desecho, no separa lo líquido
de lo sólido, suele ser muy barato y no usa agua, pero
Diseño de mejoras posee grandes desventajas como la contaminación de
suelos y mantos acuíferos, malos olores y prolifera-
Los pobladores de zonas rurales áridas sanjua- ción de insectos. Motivos por los que su construc-
ninas, han desarrollado modos constructivos que ción se realiza lejos de las viviendas. La saturación
rescatan prácticas ancestrales sencillas, basadas en del depósito exige mudar la letrina periódicamente,
el uso de elementos que el medio les brinda, con las además, cuando llueve se rebalsan los efluentes. La

—  161  —
Carina Carestia, Irene Blasco Lucas

Para mejorar estas condiciones es necesario dar


soluciones que no usen agua; no contaminen; sean
baratas; puedan realizarse por auto-construcción;
sean higiénicas; no dependan de servicios centra-
lizados; y en lo posible, generen recursos (abono
fertilizante).

La propuesta

Lo popular, es aquí, aquello que el poblador au-


tóctono decide incorporar a su vivienda, acotando
lo actuado a su limitada capacidad económica e
introduciendo dotes de imaginación que dignifican
la intervención y certifican su procedencia. Se está
frente a una arquitectura sin arquitectos, no estereo-
típica, que encuentra en la diversidad de soluciones
la respuesta al problema, en la única posibilidad, la
de su realidad.
Desde esta perspectiva se podrá entender la re-
cuperación de las técnicas y materiales radicionales
como uno de los valores culturales intrínsecos a los
modos de vida del poblador, pero no por sus cualida-
des estéticas y/o su pertinencia a la función, sino como
elementos simbólicos cargados de valor cultural.
La intervención en lo construido propicia la uti-
lización de los materiales autóctonos y los sistemas
Saneamiento: Letrina en uso constructivos originales, en los que sutilmente se in-
troducen cambios que mejoren su caducidad, utili-
dad, etc. La propuesta no propicia reconstrucciones
solución constructiva es de alto grado de precariedad miméticas, cuando no hay preexistencias determi-
y demuestra su carácter transitorio. La mayoría en- nadas, sino solo costumbre en los modos de hacer,
cierra un espacio con ramada, o material en desuso procurando realizar una integración, de forma que
(tableros de madera, palos, chapas, etc.). la calidad no dependa del deseo de identificar la ar-
Solo en algunos casos un basamento de aproxi- quitectura, sino de su capacidad de transformarse
madamente un metro de adobe, sin fundación al- para conseguir mejores condiciones de uso, siempre
guna y luego quincha o ramada; el techo altamen- aprovechando las cualidades bioclimáticas de la ar-
te improvisado, si lo tiene. El cierre del espacio, quitectura tradicional y estableciendo una relación
mayormente lateral cumple la única función de dar sensiblemente ecológica con el entorno natural.
cierta privacidad. Se propone específicamente una modificación
Generalmente no se usa taza, o se improvisa un en el sistema, para resolver con más efectividad,
sentadero que no separa los desechos líquidos de só- el problema de la eliminación de residuos sólidos
lidos, el cual contribuye a producir olores desagrada- y líquidos, de manera saneada, con la eliminación
bles y proliferación de insectos. No se realiza man- de los inconvenientes sobre contaminación que
tenimiento alguno y existen escasas posibilidades de acarrean los sistemas actualmente en uso. El nuevo
higiene. En el inconsciente colectivo es un espacio sistema se describe como “letrina solar seca”, y
segregado, lo más lejos posible del espacio de la vida plantea una letrina de pozo, mejorada a partir de la
cotidiana, distante entre 10 a 20 metros de la vivien- desviación de los residuos líquidos, separándolos de
da. En su modo de vida, la función de defecar u orinar los sólidos a través de una taza especial y la intro-
no forma parte de la vivienda. La experiencia genera- ducción de un factor climático, la insolación, para
cional les indica que se debe resolver independiente acelerar la deshidratación de los desechos. Contra-
y aislada –certeza del inconciente– para salvaguarda puesta a la concepción popular este sistema trans-
de la salubridad del espacio de la vivienda. forma al desecho humano en un recurso, de manera

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Diseño de mejoras en arquitectura vernácula del árido sanjuanino

que tratado, pueda constituirse en un producto útil, • Mantener bajo el volumen, desviando la orina
para el autoconsumo o la comercialización. y sin agregado de agua.
Las características fundamentales del sanea- • Evitar la dispersión mientras es contaminan-
miento ecológico propuesto son: la prevención de te, con un cuidadoso almacenado.
la contaminación y las enfermedades derivadas de • Generar condiciones para la eliminación de
la falta de higiene en los sistemas de eliminación agentes contaminantes, deshidratación, expo-
en uso, el considerar al desecho como recurso y no sición solar, alta temperatura y cambio de pH
como desperdicio, lo que plantea posibles caminos con agregado de material preparado.
de desarrollo local y sobre todo, el planteo de un • Manejar el material solo después de estabili-
método de proyecto e implantación participativo, zado, pasado el tiempo suficiente de compos-
que asegure la apropiación popular. taje para garantizar un material seguro.

Se considera el desecho como recurso que es


El sistema posible de reciclar trasformándolo en fertilizante,
este principio es natural y el beneficio es que regre-
El sistema se constituye en barrera contra la di- san los nutrientes al suelo a la vez que previene la
fusión de enfermedades causadas por agentes da- contaminación del mismo. Los nutrientes recupera-
ñinos (patógenos) que se encuentran en el desecho dos de la excreta humana en un nuevo producto, el
humano, especialmente en el sólido, ya que la orina humus, puede usarse para mejorar la producción en
es estéril. Los métodos secos, principalmente los horticultura y agricultura de jardines caseros y gran-
basados en la deshidratación parecen ser los más jas y/o puede usarse para restaurar ecológicamente
convenientes para transformar la excreta humana en tierras no cultivables para crear parques y espacios
material inocuo. Existen diferentes agentes conta- verdes (forestación, forrajeras, ornamentales).
minantes, tales como bacterias, virus, protozoarios, La mayor parte de los nutrientes del desecho hu-
lombrices; que pueden resultar inmediatamente in- mano se encuentran en la orina, es importante des-
fecciosos o necesitar un cierto período para serlo. tacar que además existen en estado ideal para ser
La diseminación de estos contaminantes puede re- aprovechados por las plantas (el nitrógeno en forma
ducirse o evitarse, con una barrera primaria que im- de urea, el fósforo como superfosfato, y el potasio
pida que se mueva, y/o una barrera secundaria para como ion), pero su proporción se compara a la de
eliminarlo. El sistema plantea una barrera primaria los fertilizantes industriales, con mas bajas concen-
efectiva, la que acompañada del higienizado com- traciones de metales pesados que estos.
pleta un margen de seguridad suficiente. La problemática consiste en almacenarla evitan-
La tradicional solución de “apartar el desecho” do olores producto de la evaporación del nitrógeno
no conlleva al saneamiento del ambiente ya que no que se convierte en amoníaco en el aire, situación
asegura la trasformación del carácter contaminante que debe controlarse si el recipiente de recolección
del desecho (contaminación de capas freáticas, del es de ventilación limitada.
suelo, de cursos de agua, etc.). La orina puede usarse como fertilizante en el
Gran cantidad de organismos contaminantes producto casero o recolectarse a nivel comunitario
mueren al ser expulsados al ambiente, pero algu- para su uso agrícola. Si se aplica a suelo abierto no
nos son capaces de durar un tiempo y causar una es necesario diluirla, si se aplica en plantaciones se
enfermedad (salmonella, parásitos). Ciertas carac- debe diluir para que las plantas no se quemen (pro-
terísticas ambientales aceleran o retrasan el proceso porción uno en dos a uno en cinco en agua).
de muerte. Basado en ello, el sistema “solar seco” Mientras no se decida el uso de la orina, se puede
recrea condiciones ambientales que estimulan la infiltrar en una cama de grava enterrada situación
muerte de tales agentes contaminantes por un lado, que no perjudica en manera alguna al terreno.
con incremento de temperatura, luz solar, y pH, y
por otro, disminución de humedad y de nutrientes.
Los métodos secos para procesar heces y des- Antecedentes
truir patógenos son más eficientes que los húmedos,
entre ellos la deshidratación que plantea la letrina La letrina de pozo seco, o “sanitario seco” es
solar seca. El sistema propone un proceso de cuatro un sistema usado en muchos países del mundo con
etapas para convertir la excreta en un material segu- resultados diversos, basados no en lo apropiado del
ro, tanto para su manejo, como para su reciclaje. sistema sino en el cuidadoso mantenimiento y tareas

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Carina Carestia, Irene Blasco Lucas

que conlleva2. En Vietnam es denominado sanitario (plásticos, fibra de vidrio, asbesto cemento, etc.),
seco con dos cámaras, en América Central y Méxi- también son utilizadas en el mundo4.
co, sanitario seco con doble cámara y en México
se puede mencionar un ejemplo particular donde el
Arq. Cesar Añorve (empresario de Cuernavaca) lo Particularidades
promueve con el nombre de “Sanitario Ecológico
Seco”, sistema tomado como referencia para nuestra El modelo adoptado es de saneamiento ecológi-
propuesta. Este empresario tiene un emprendimien- co y consiste en una unidad de “letrina mejorada”
to donde produce tazas separadoras para la venta, cuya construcción se prevé en un centro comuni-
además vende los moldes para su fabricación. En tario con salón de usos múltiples y espacios para
México y en América Central este sistema se aplica el desarrollo de actividades solidarias como rope-
también en situaciones urbanas, por ejemplo, Her- ro comunal, cursos de formación, producciones en
mosa Provincia en El Salvador. pequeña escala, reuniones sociales, etc. Se plantea
Otro ejemplo es el Sanitario seco “WM-Ekolo- el sistema de “letrina solar seca” como solución
gen” de Suecia, bien probado y de alta calidad para materializada del modelo, que incorpora el uso mí-
instalarse dentro del cuarto sanitario de una casa nimo de materiales y tecnologías ajenas; y resuelve
moderna, para zonas urbanas o rurales y tanto pri- una imagen con alternativas en su envolvente. Se
vadas como institucionales3. pretende la participación del auto-constructor y el
El Tecpan es un sanitario de una cámara con ca- uso de tecnologías vernáculas, siempre con mejoras
lentador solar que se usa en El Salvador. Es un dise- referidas a salubridad y durabilidad. La letrina tiene
ño que introduce el calentador solar en el sanitario dos cámaras, con volumen para el uso de una familia
seco de una sola cámara, a la vez tiene la opción de tipo de 5 personas por 6 meses (su uso como centro
un “removedor”, y está en experimentación desde comunitario es esporádico y se pretende su apropia-
1994. El sanitario con doble cámara y calentadores ción para un posterior uso familiar), elevadas sobre
solares en el Ecuador, no plantea la separación de el nivel de terreno y con un colector solar en su parte
orina porque se ubica en zonas de clima extrema- exterior. Cada cámara se usa alternadamente duran-
damente seco. Es difícil resumir la gran cantidad de te seis meses con una taza separadora que conduce
antecedentes que dieron origen a esta propuesta pero los desechos líquidos para su almacenaje a un bidón
en el mundo se construyen numerosos tipos de “le- con ventilación controlada o a un lecho de grava
trinas” que usan el sistema de pozo seco y algunas para su infiltración (a elección) y permite almacenar
que introducen el factor solar. Cabe destacar que el los desechos sólidos en la cámara. Estas poseen un
sistema planteado recicla las soluciones existentes y contrapiso con pendiente que conduce los desechos
probadas “adaptándolas” a las condiciones del sitio por su propio peso y con la ayuda de un revolvedor
y características de la gente, sus modos, sus costum- manual (opcional) hacia una zona de “invernade-
bres, su idiosincrasia, pretendiendo un “aporte” que ro”, donde a través del colector solar se eleva la
les sirva, y que las represente. temperatura. El modelo ventila independientemente
La importancia de que la imagen sea mimética cada cámara por un tubo elevado. La remoción del
con el entorno en el que se inserta es clara en la compost se realiza a través de una boca de acceso
solución constructiva que aborda tecnologías pre- (con tapa) situada en la parte superior del muro de
existentes en la arquitectura del lugar, fundamental- la cámara que da al interior de la letrina. La tapa
mente en la vivienda. Ejemplos en Baja California y posterior (colector extraíble) permita el acceso a las
en Noblezas, Toledo así lo fundamentan. cámaras para su vaciado cada seis meses.
Otras soluciones con la imagen del “progreso”, El espacio interior de la letrina está limitado por
que abordan la tecnología de los nuevos materiales una envolvente que se puede resolver ya sea con
tecnologías usadas en el lugar, específicamente en
la arquitectura de vivienda, o con la introducción de
2.  WINBLOD, Uno; ESREY, Steven; GOUGH, Jean; RA-
PAPORT, Dave; SAWYER, Ron; SIMPSON-HÉBERT, Mai-
tecnologías apropiadas, como se explica más ade-
ling; VARGAS, Jorge: “Saneamiento Ecológico”. Traducción: lante. Se propone la instalación de un mingitorio
Carlos SANDOVAL y Lauro MEDINA ORTEGA. Editorial (opcional) con almacenaje independiente de igua-
Friedrich Ebert Stiftung Verlag. Primera edición en español, les características que el antes descrito. Se ventila
México, 1999.
3.  ASOCIACIÓN PERMACULTURA Aldehuela: “Sanita-
rio Seco. Al agua lo que es del agua, al suelo lo que es del 4. Imágenes Pág. Internet. Sanitarios Portátiles Ecológicos
suelo” [En] REHABITAR Nº 6, Noblezas, Toledo, 2002. Secos IEPSA.

—  164  —
Diseño de mejoras en arquitectura vernácula del árido sanjuanino

Planta y Corte de propuesta de letrina solar seca

el espacio interior por abertura al exterior (ventana) específico del modelo propuesto, y sistemas cons-
ubicada en el cardinal más apropiado según la zona tructivos de tecnologías apropiadas, entre otros.
y vientos predominantes. La figura adjunta muestra las láminas y maquetas
Es posible el reciclado del desecho sólido es- confeccionadas para propiciar el proceso participa-
tabilizado y del desecho líquido acopiado, como tivo de diseño del centro comunitario, en el cual la
fertilizante en el cultivo de forrajeras, ornamenta- letrina solar seca y el sistema constructivo propues-
les y forestación. Incluye todo el sistema un modo to, juegan un rol principal. Una nueva experiencia
de uso muy cuidadoso, con el que se compromete en la reunión que se tuvo a tal fin con los pobla-
su eficacia, tales como las tareas específicas rela- dores de Balde de Leyes. Al respecto, cabe aclarar
cionadas al agregado de material secante o estabi- que existen experiencias concretas realizadas en el
lizante (ceniza, limo, tierra con cal, aserrín) pre- Ecuador por equipos interdisciplinarios formados
parado en una proporción de 2 : 3 (estabilizante : por investigadores y empleados gubernamentales en
tierra), y a la remoción del desecho para su mejor el marco de programas de saneamiento ambiental5.
distribución. La tecnología apropiada propuesta para el sis-
tema constructivo surge como resultado de inves-
tigaciones previas desarrolladas conjuntamente con
El procedimiento otro equipo del IRPHa, y es la relativa a la mampos-
tería de suelo-cemento armada y losetas de doble
En la búsqueda de trabajar con la participación curvatura de hormigón liviano6. En ella se rescatan
de la comunidad, se lleva a cabo un proceso de di-
seño participativo del conjunto y de cada uno de los 5.  ARAGUNDY, Jenny; ZAPATA, Xavier: Experiencias
ambientes que compondría el centro comunitario de la Introducción del Concepto de Saneamiento Ecológico en
Ecuador. Quito, Ecuador, 2002, pp. 8-11.
(incluyendo la letrina), en el marco de la re-educa-
6.  ALBARRACÍN, Osvaldo; BLASCO LUCAS, Irene:
ción de los pobladores sobre aspectos de saneamien- Suelo-Cemento: Mejoramiento de Técnicas para la Autocons-
to ambiental y prácticas que lo comprometen; uso trucción en Areas Rurales Arido-Sísmicas. Actas Digitales del

—  165  —
Carina Carestia, Irene Blasco Lucas

Láminas educativas y maquetas elaboradas para propiciar el proceso participativo de diseño y construcción

prácticas habituales en la zona para la construcción UNSJ) en la comunidad “Balde de Leyes”, con
con adobe, y se simplifican procesos para dotar de el objeto de aportar disciplinarmente, mejoras al
cualidades sismorresistentes a las construcciones medio árido que caracteriza el lugar, y a las condi-
locales. En la propuesta, la envolvente de la letrina ciones de vida de la gente. El énfasis está puesto en
se resuelve con esta tecnología, al igual que la del la interacción con los pobladores durante todas las
resto del centro comunitario, aunque puede ser rea- etapas del proceso (ideación, diseño, construcción,
lizada con otras más autóctonas, mejoradas. uso), creando una comunicación dialógica que enri-
quece la propuesta y permite asimilar las mejoras.
Las fases de construcción y posterior uso de la sala
Conclusiones y todos los espacios que la complementan -tal como
la letrina solar seca- requieren que la comunidad se
La investigación aborda un proyecto real sobre organice con compromiso y solidaridad. Para ello,
saneamiento ecológico en el medio rural, que se se deben respetar los modos de actuar y relacionarse
desarrolla desde lo institucional (IRPHa-FAUD- entre vecinos, sin intervenir. La proyección de una
visión como ésta “inspirada” en los propios modos
de lo vernáculo, prevé un campo muy amplio de
Primer Simposio de la Vivienda de Hoy, editadas por la Uni-
versidad Tecnológica de Mendoza, Argentina, octubre de 2001,
aplicación y abre una brecha no muy ensayada, en
trabajo 3.2, 9 páginas. especial en las zonas rurales de San Juan, que puede

—  166  —
Diseño de mejoras en arquitectura vernácula del árido sanjuanino

hacerse extensiva a otros lugares. Solo la claridad Ecológico en Ecuador”. Quito, Ecuador, 2002, pp.
de una visión que otorgue valor a las arquitecturas 8-11.
vernáculas concretas –hasta hoy raramente de inte- ASOCIACIÓN PERMACULTURA Aldehuela: “Sanita-
rio Seco. Al agua lo que es del agua, al suelo lo que
rés por su complejo fondo social, religioso o cos-
es del suelo” [En] REHABITAR Nº 6, Noblezas,
mológico- puede filtrar de todas las posibles solu-
Toledo, 2002.
ciones, la “apropiada”, es decir, la que socialmente BLASCO LUCAS Irene, ALBARRACÍN Osvaldo, HI-
será aceptada e incorporada por los pobladores del DALGO Elena, DUBÓS Alejandra, MERINO
árido rural. Teóricos como Lewis Henry Morgan y Norma, PEREYRA Arturo, FLORES Mario: “Cons-
Emile Durkheim han defendido la idea de que la trucción de salón comunitario en suelo-cemento”.
“forma construida” y el comportamiento humano Actas del Primer Seminario-Exposición de la Tierra
se influyen mutualmente y que la arquitectura hace Cruda en la Construcción del Hábitat. Facultad de
visible tal relación. Esta reflexión nos invita a “no Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacio-
nal de Tucumán, 2002, pp. 32-52. Argentina.
condicionar la vida de los pobladores con formas
BLASCO LUCAS Irene, PONTORIERO Domingo: “Or-
extrañas a su entender, a modificar sus modos de ganizational issues on PV-pilot project”. Renewa-
transformar el medio natural por lo mismo mas ble Energy Journal, Elsevier Science and Pergamon.
apropiado y sustentable que las culturas de la mo- Proceedings of the World Renewable Energy Con-
dernidad”. Imitar el hacer del poblador autóctono gress IV, Denver, EEUU, 1996, Vol. I; pp. 485-488.
en esencia, respetar su arquitectura como un “obje- ESPINAR MORENO Antonio Luís y LÓPEZ OSORIO
to de complejo valor”, aportar conocimiento espe- José Manuel: “Transformaciones Recientes en la
cífico y definir conjuntamente el objetivo y el modo, Arquitectura, el Urbanismo y el Paisaje en la Co-
marca de La Alpujarra”. Universidad de Granada.
es la conclusión que guía la propuesta específica.
PASTOR Gabriela, ABRAHAM Elena, TORRES Laura,
MONTAÑA Elma, TORRES Eduardo: “La tierra
cruda y la construcción del hábitat en el desierto
Referencias del noroeste mendocino: estrategias del desarrollo
sustentable”. Memoria del III SIACOT. Seminario
ALBARRACÍN, Osvaldo; BLASCO LUCAS, Irene: Iberoamericano de Construcción con Tierra. PRO-
“Suelo-Cemento: Mejoramiento de Técnicas para TERRA, CRIATIC-FAU-UTN, Universidad Nacio-
la Autoconstrucción en Areas Rurales Arido-Sís- nal de Tucumán, 2004.
micas”. Actas Digitales del Primer Simposio de la WINBLOD, Uno; ESREY, Steven; GOUGH, Jean; RA-
Vivienda de Hoy, editadas por la Universidad Tec- PAPORT, Dave; SAWYER, Ron; SIMPSON-HÉ-
nológica de Mendoza, Argentina, octubre de 2001, BERT, Mailing; VARGAS, Jorge: “Saneamien-
trabajo 3.2, 9 páginas. to Ecológico”. Traducción: Carlos SANDOVAL y
ARAGUNDY, Jenny; ZAPATA, Xavier: “Experiencias Lauro MEDINA ORTEGA. Editorial Ebert Stiftung
de la Introducción del Concepto de Saneamiento Verlag. Primera edición en español, México, 1999.

—  167  —
Minas Gerais no limiar da modernizaçâo: o eclectismo
vernacular em três cidades de origem colonial

Adalgisa Arantes Campos


Universidade Federal de Minas Gerais. Brasil

Introdução Pedro II (1831- 1889) manifestou-se como mece-


nas e protetor da Escola Imperial de Belas Artes,
Enfocamos a morada das classes médias e subal- instalada em 1826, após percalços conjunturais e de
ternas, em um momento preciso do crescimento da natureza política3. Portanto, em relação ao período
urbe e da renovação de construções já existentes, colonial, bastante fundamentado no mecenato do
ou seja, entre o último quartel do oitocentos, oca- clero regular (ordens primeiras e segundas), clero
sião do advento da abolição da escravidão (1888) diocesano, irmandades leigas e ordens terceiras, e
e da Proclamação da República Brasileira (1889), pelas obras encomendadas pelo Senado da Câma-
ao primeiro quartel do século XX, que assinala a ra, os tempos mudavam. Tinha-se agora no país um
participação do Brasil na Primeira Guerra Mundial mecenato propriamente laico.
e sua definição como país de industrialização inci-
piente e de vocação agro-exportadora. Nesse recorte
temporal, convencionado culturalmente como Belle A arquitetura Pós-neoclassicismo
Epoque, ocorre, grosso modo, uma retomada inter-
na do dinamismo econômico através da indústria A arquitetura neoclássica não atingiu a segunda
alimentícia, têxtil, atividade agropecuária e aquelas metade do oitocentos brasileiro. Os acervos foto-
voltadas para o abastecimento regional, estimuladas gráficos do período em questão constituem a única
pelo do surto ferroviário que passa a interligar vá- fonte que nos dá a dimensão do “facies dessas urbes
rias localidades brasileiras1. durante o Império4” tendo em vista as inúmeras su-
No Rio de Janeiro, capital brasileira, ocorria no perposições e demolição em massa de quarteirões
mesmo período modificações arquitetônicas e artís- inteiros realizadas no Oitocentos e no novecentos.
ticas introduzidas com a Chegada da Família Real Na fotografia coeva encontramos o gosto Eclético
nela estabelecida, desde 1808, em razão da invasão em conjuntos homogêneos extensos, bem como,
napoleônica de Lisboa e, posteriormente, pela vinda com alguma diferenciação em monumentos iso-
oficial da Missão Artística Francesa, liderada por Jo- lados em diversas localidades do país, a partir de
aquim Lebreton (1816) da qual participara Grandje-
an de Montigny, arquiteto que teve carreira longeva,
formando inúmeras gerações de estudiosos2. Dom de Roma e de Florença” (p. 392 Mário Barata). Sobre as ge-
rações formadas pelo arquiteto neoclásssico Cf. DE LOS RIOS
FILHO, Adolfo Morales. Grandjean de Montigny. Rio de Ja-
1.  DURAND, José C. Arte, privilégio e distinção: artes neiro: Empresa a noite, 1941.
plásticas, arquitetura e classe dirigente no Brasil- 1855/1985. 3.  SCHWARCZ, Lilia M. As barbas do Imperador- D. Pedro
São Paulo: Perspectiva, 1989. p. 3-88. II, um monarca nos trópicos. São Paulo: Cia. das Letras, 1998.
2.  Grandjean de Montigny (1776 1850): recebeu suges- 4.  BARATA, Mário. Anotações sobre as artes plásticas em
tões diretas dos arquitetos Delannou, Percier e Fontaine. Ur- Minas Gerais no século XIX. In: III Seminário Sobre a Cultura
banista e paisagista “Nunca perdeu a austeridade formal que Mineira – Séc. XIX. Belo Horizonte: Conselho Estadual de Cul-
soubera captar no classicismo de sua juventude e nos exemplos tura, 1982, p.161-164.

168
Minas Gerais no limiar da modernizaçâo: o eclectismo vernacular em três cidades de origem colonial

alertando sobre a importância do arquiteto, pro-


fissional em ascensão, que doravante aconselharia
sobre a forma correta de usufruir das tecnologias,
materiais construtivos e estilos em moda9.
Belo Horizonte, capital do estado de Minas Ge-
rais, foi planejada conforme a racionalidade moder-
na, com projeto do engenheiro Aarão Reis, em 1896,
portanto o seu conjunto arquitetônico não se confi-
gura como Neoclássico, e sim como Eclético10.
Dentro do gosto Eclético percebe-se a versão
ortodoxa, presente principalmente nos monumen-
tos oficiais ou nos edifícios de maior nobreza e uma
versão despretensiosa que se transforma em verda-
São João Del rei, modernização às margens do Rio deiro vernáculo até meados do próprio século XX e
Lenheiro registrada pelo fotógrafo André Belo.  que não contrasta substancialmente com a tradição
colonial de se construir e que de certo modo tinha
eficiência econômica e sensibilização estética.
18605. Essa concepção foi adotada oficialmente
Tal qual no século XIX internacional, no Brasil
através de reformas urbanas realizadas nas prin-
destaca-se uma série de manifestações e dentre elas
cipais cidades brasileiras como, por exemplo, a
estão os diversos neos, isto é, as retomadas de esti-
abertura da avenida Paulista6 feita em São Paulo,
los históricos: vilas florentinas, palácios paladianos,
a partir de 1891 e da Avenida Central (atualmente
soluções maneiristas, moçárabes, palácios assírios,
Rio Branco) na capital Rio de Janeiro, em 1925.7
egípcios, bem como o neogótico, muito empregado
No Norte do Brasil, a cidade de Belém, sob a eu-
em templos católicos e nos gabinetes de Real Lei-
foria da extração econômica da borracha, apresenta
tura dos principais centros brasileiros, comumente
sobrecarga nos ornatos e uso do ferro fundido com
denominados de neomanuelinos.
intenção decorativa nos imponentes monumentos,
Nesse período marcado pela industrialização, sa-
período em que as técnicas artesanais foram revi-
turação dos terrenos vagos e expansão urbana das ci-
talizadas e conjugadas com os aperfeiçoamentos
dades brasileiras, além da coexistência dos diversos
técnicos do mundo industrializado8.
neos, merece relevo a ornamentação do Art nouveau
A partir de pressões externas e internas o abran-
baseada em motivos do mundo orgânico vegetal-mi-
gente projeto de civilização, modernização e hi-
neral, preferência por ritmos das curvas e suas varian-
gienizador da sociedade brasileira requeriam outra
tes (serpentinata), formas irregulares e assimétricas,
concepção de espaço urbano e arquitetônico. Para
o uso de estruturas de ferro vedadas com vidro, que
divulgação em massa desses novos valores perió-
pode vir assimilada ao neogótico, ao eclético e até
dicos ilustrados da capital do país desempenharam
mesmo às fachadas planas das edificações coloniais.
uma função didática, instruindo as populações sobre
as os estilos artísticos do passado e as recorrências
em voga, as novidades na arquitetura, decoração
A especificidade mineira

5. CF. FERREZ, Gilberto. A fotografia no Brasil: Segundo Sylvio Vasconcelos, renomado estudio-
1840-1900. Rio de Janeiro: Funarte, 1985; Cadernos de foto- so da arquitetura mineira “em Minas Gerais pratica-
grafia brasileira - São Paulo, 450 anos. São Paulo: Instituto
Moreira Salles. Número 2, jan de 2004; Ouro Preto em Luíz mente não houve o século XIX”, pois neste estado da
Fontana. Org. e texto de Alexandre Alvarez de S. Martins e
Sueli Damasceno. Belo Horizonte: Mazza Edições, 1988. 9. Revista Fon-fon, Kosmos etc. Cf. RICCI, Cláudia Thu-
6. LEMOS, Carlos. Paisagem arquitetônica. In: Cadernos ller. Imagens e crônicas da arquitetura nas revistas ilustradas.
de fotografia brasileira.... P. 334 -359. In: Anais do XXIII Colóquio do Comitê Brasileira de História
7.  O engenheiro Francisco Pereira Passos realizou grandes da Arte. Rio de Janeiro, 2004. P. 141 a 150.
obras no RJ saneando-a com a colaboração do médico Oswaldo 10.  Dele conserva-se nos dias atuais a praça da Liberdade,
Cruz o que suscitou muitos gastos públicos e críticas dos seto- com o Palácio do Governador e secretarias de governo, muitos
res conservadores. prédios datados inclusive da década de 1920; bem como trechos
8.  Destaca-se o Mercado Municipal de Belém (estado do de quadras e monumentos isolados geralmente situados dentro
Pará), o Theatro de Manaus (estado do Amazonas) e na região da importante Avenida do Contorno. Cf. SALGUEIRO, Helia-
Nordeste, o Theatro de José de Alencar em Fortaleza, capital do na Angotti. Engenheiro Aarão Reis: o progresso como missão.
estado do Ceará. Belo Horizonte: Fundação João Pinheiro, 1997.

—  169  —
Adalgisa Arantes Campos

federação houve a passagem da arquitetura colonial grosso volume ilustrado que compõe a obra Minas
para o gosto eclético, sem ter a mediação do Neoclás- Gerais em 192516observamos uma miscelânea de
sico. A mesma opinião é compartilhada por seu dis- gosto que dominou as construções em geral, bem
cípulo, o arquiteto Ivo Porto de Menezes: “O aspecto como a perseverança da platibanda no frontispício,
das ruas das cidades mineiras permanece inalterado, ainda que atrofiadas e bastante modestas. Em mui-
como no século precedente (XIX), quebrando aqui e tos casos, mas, sobretudo, nos urbanos de origem
ali por uma ou outra fachada de platibanda”.11 colonial, encontramos uma solução medianeira, que
Minas Gerais se manteve isolada, excetuando a não foi abordada no exaustivo estudo sobre a arqui-
Zona da Mata que, por abastecer a Corte situada no tetura eclética de Nestor Goulart Reis Filho17, isto é,
Rio de Janeiro12, teve sustentação material para ab- uma versão que renova a fachada, mantém o sistema
sorver as novidades já propagadas no Rio de Janeiro, de parcelamento tradicional do lote, a volumetria
em Salvador (Bahia) e em São Paulo. Tais estados do colonial e que não modifica substancialmente o
prosperavam, sobretudo, em razão da economia ca- partido arquitetônico e nem mesmo o sistema cons-
caueira, cafeeira e da industrialização em ascensão. trutivo. A essa modalidade batizamos com o termo
Há que se considerar no casario mais homogê- “ecletismo de fachada”. Trata-se de uma adaptação
neo e modesto da capital belo-horizontina a conser- muito encontrada nas três cidades enfocadas, tanto
vação de aspectos da tradição colonial através da naquelas zonas mais saturadas como também em
disposição do lote profundo e exíguo, das constru- área dotada de lotes vagos.
ções feitas “em correnteza” “formando seqüências
contínuas de unidades adjacentes”13 dotadas do
telhado dividido em duas águas e elementos deco- A Imperial Cidade de Ouro Preto18,
rativos concentrado no frontispício em detrimento São João del Rei e Sabará
das outras fachadas, geralmente singelas e rústicas,
segundo o costume divulgado pelos mestres de obra O assentamento urbano desenvolveu-se origi-
portugueses. Essa tendência é explicada mais em nalmente ao longo do Ribeirão do Tripuí, configu-
função da economia dos recursos do que propria- rando-se como  núcleo urbano longilíneo de origem
mente pelo gosto do morador14. Esta concepção de colonial. Em 1825  recebeu o título de Imperial Ci-
se morar foi adequada aos moradores da nova ca- dade de Ouro Preto, conservado até 1897, ocasião
pital, boa parte deles composta de funcionários pú- da transferência da Capital para Belo Horizonte.
blicos oriundos da antiga capital ouropretana, nesse Foi transformada em “monumento nacional” em
momento de transição que além de incorporar novi- 1933, sob atuação destacada dos modernistas que
dades à residência, também procede às mesclas com identificaram no passado a aclimatação cultural dos
os valores tradicionais15. modelos europeus e de recriações regionais, experi-
Analisando as diversas localidades mineiras, não ência esta  considerada imprescindível à construção
só as de origem colonial, como também as decorren- da  brasilidade.  Em 1937 houve a criação do Ser-
tes de atividades do próprio oitocentos, através do viço do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional
(SPHAN), que se empenhou no inventário, pesqui-
sa, proteção e  conservação de acervos significati-
11.  MENEZES, Ivo Porto. Arquitetura no século XIX IN: III
Seminário Sobre a Cultura Mineira – Séc. XIX. Belo Horizonte: vos do ponto de vista histórico e estético. O artis-
Conselho Estadual de Cultura, 1982, p. 131-147, cit. P. 1134. ta modernista foi inimigo declarado do Ecletismo,
12.  O Neoclássico teria atingido a Zona da Mata e do Sul sobretudo o mineiro, considerando-o um bolo de
de Minas, nas proximidades do Vale do Paraíba em cidades noiva, um manto de mau gosto em face da austeri-
como Barbacena, Juiz de Fora cf. BARATA, op. Cit. P. 162.
13.  BITTENCOURT, Maria das Mercês V. Urbanização dade e despojamento da arquitetura colonial. Essa
Colonial: estudo de um modelo de espaço urbano em Sabará In: leitura equivocada e com danos irreversíveis já era
Revista Barroco. 12 (1982/3) p. 243-255
14.  “toda a arquitetura que se fez em Belo Horizonte, entre
1897 e 1930 caracterizou-se pelo seguinte: construção junto à 16.  SILVEIRA, Vítor. Minas Gerais em 1925. Bello Hori-
rua com platibanda; jardins, quando existentes, laterais; extensos zonte: Imprensa Official, 1926.
pomares aos fundos; plantas organizadas em duas partes (visitas 17.  Op. Cit.
e íntima), com as funções domésticas polarizadas pela copa; pa- 18.  Povoada em fins do seiscentos por paulistas, nordestinos
vimento quase sempre único, embora elevado do solo por porões e portugueses (lavradores, artífices, mineradores, pequenos ne-
de ventilação ou de uso precário”. (Vasconcellos, Sylvio). gociantes etc.) que formaram inicialmente os arraiais do Morro
15. Cf. o belo estudo de MENEZES, Ivo P. Ensaio histó- de São Sebastião, do Ouro Podre, do Padre Faria, do Antônio
rico-documental de fase inicial da arquitetura residencial em Dias,  do Passa Dez, do Caquende e do Ouro Preto. Devido à
Belo Horizonte. Grupo Geraldo Lemos Filho, 1997. expansão demográfica e  urbana foi elevada a vila em 1711.

—  170  —
Minas Gerais no limiar da modernizaçâo: o eclectismo vernacular em três cidades de origem colonial

embora com sistema construtivo, materiais e a ra-


cionalidade próprios de  nossa época22. Em Saba-
rá, o único conjunto com tombamento federal, isto
é, aquele da Rua Dom Pedro II apresenta alguns
monumentos nobres e originais. Contudo, há pelo
menos uma dezena de edificações construídas nas
últimas décadas, só que à moda antiga.
Já no próprio oitocentos as fachadas ouropreta-
nas, sanjoanenses e de Sabará assimilaram ligeiras
adaptações como o emprego de grades de ferro nos
guarda corpos das varandas23, lambrequins de ma-
deira recortada, pilastras estriadas em gesso, cima-
lhinhas encimando os vãos, guilhotinas e bandeiras
São João del Rei, casario eclético. de vidro, calhas externas e cimalhas de massa, pisos
em ladrilho hidráulico, cimento ou cerâmico. É a
época da implantação da ferrovia e dos trabalhos
manifestada pela ocasião da expedição dos moder- de s artesãos fachadistas italianos e portugueses.
nistas a Minas Gerais, feita em 192419. Como novidades aparecem as peças sanitárias (vaso
Estudos mais recentes tendem a realçar a di- e bidê), banheiras, azulejos e os fogões de ferro, o
versidade arquitetônica do  casario ouropretano20, forro com vazados que possibilitam a ventilação.
a saber, a  eclética ortodoxa (escola de Farmácia e De maneira esparsa em Ouro Preto e em Sabará,
Estação Ferroviária), a eclética vernacular, o neoco- mas de um modo bastante difundido às margens do
lonial retomado no primeiro quartel do século XX, Rio Lenheiro em São João del Rei, aparecem mo-
a  declaradamente moderna, ou seja, o casario do radias nobres com jardins laterais ou até fronteiros,
bairro Saramenha, onde existe a Alcan Alumínios. dotados de canteiros geometricamente ordenados,
Existe também a construção feita à moda an- grutas, repuxos, quiosques, amplas escadarias cur-
tiga, sob orientação da política de preservação do vas e mármore, separação clara entre parte íntima
SPHAN, denominada pejorativamente de “estilo (quartos e cozinhas) e social (sala de visitas)24.
patrimônio”21 que veio se transformando em  hábito, Mormente persistiram as alterações dos frontis-
pícios em detrimento da dos interiores devido aos
19.  Não faltam exemplos em que o SPHAN eliminou defi-
nitivamente a platibanda de monumentos feitos no oitocentos e
primeiro quartel do novecentos, colocando no lugar dela o bei- 22.  Há corrente contrária  ao “estilo patrimônio” por consi-
ral encachorrado ou a cimalha na tentativa de “compatibilizar” derá-lo  artificial,   enganador em relação ao leitor comum, ver-
essa edificação com o entorno de feição colonial. dadeiro  impedimento para o direito a  uma arquitetura  sincro-
20.  SALGUEIRO, Heliana Angotti. Ouro Preto: dos gestos nizada com  as necessidades atuais e cotidianas da população. 
de transformação do “colonial” aos de construção de um “anti- Segundo esta visão, justamente por não se encarar de forma
go moderno”. In: Anais do Museu Paulista: História e Cultura positiva e criativa  os conflitos, Ouro Preto estaria se transfor-
Material - v.4. São Paulo, 1993. Pág 125 a 164. mando mais em  cenário do que em realidade pulsante. A idéia
21.  Muitas obras são fruídas pelo leitor despreparado como de conservação e sua particularização histórica não são tranqüi-
um autêntico colonial, mas na verdade resulta de  intervenções las, pois faltam as condições materiais e simbólicas para que as
feitas pelo ou sob orientação do SPHAN que atua, desde 1937 elites políticas e intelectuais – e, sobretudo, o povo-  possam
no sentido de se  evitar disparates e preservar a paisagem  ur- encontrar nela um significado partilhável.
bana. Surpreendentemente, tais imitações  não se encontram 23.  “alguns desenhos de grades encontradas em Minas
apenas no centro histórico, mas em bairros recentes como o da Gerais evidenciam diferenças nas características compositi-
Vila Aparecida, Vila São José e Jardim Alvorada.  O modo de vas, quando as comparamos com as grades baianas. Conforme
parcelar e ocupar o terreno se modificaram. Contudo, as casas vimos, os losangos, as elipses ou as ogivas são utilizadas na
rotineiramente carecem de recuo,  de jardins e de quintais. São sua forma mais pura nas mineiras...” cf. ASSIS, Dilberto de. O
construções com grande taxa de ocupação, agravada, segundo gradil de ferro em Salvador no século XIX. In: Anais do XXIII
a arquiteta Lia Motta, pela expansão demográfica,  crescimento Colóquio do Comitê Brasileira de História da Arte. Rio de Ja-
acelerado e desordenado verificado após 1950, como conse- neiro, 2004. Pág 169 a 178. Cit. p. 173.
qüência do “ciclo do alumínio”. A política do SPHAN defen- 24.  Sobre a expansão de São João del Rei no primeiro
de  os seguintes critérios: volumes e proporções tradicionais quartel do século XX cf. GONÇALVES, Denise & Alii. Cidade
(máximo de dois pavimentos), telhas de barro tipo canal, beirais e representação: as imagens urbanas do fotógrafo André Belo
e  enquadramento das aberturas em madeira, janelas em  guil- como estruturadoras de um novo imaginário para São João del
hotina com caixilhos, cores claras nas alvenarias   e escuras no Rei do início do século XX. In: Anais do XXIII Colóquio do
óleo das madeiras. Décadas e décadas construindo consoante Comitê Brasileira de História da Arte. Rio de Janeiro, 2004.
este modelo acabou por gerar   vernáculos. Pág 159 a 167.

—  171  —
Adalgisa Arantes Campos

Estudo sobre fachadas de São João Del Rei em que se vê o apreço pelo uso da platibanda no Lardo da Cruz (Fonte:
Arquivo do SPHAN, Belo Horizonte)

costumes arraigados, isto é, fachadas novas em modo de morar do homem simples e para a neces-
plantas tradicionais. sidade se conservar casarios e exemplares isolado.
No núcleo antigo os lotes continuaram exíguos Contamos com a colaboração de dois bolsistas, a
e profundos, a edificação faceada à rua, enquanto saber: Júlio Caetano (bolsa FAPEMIG) e Afrânio
na área em expansão urbana apareciam casas com Biscardi (bolsa CNPq).
um recuo de três metros de distância, dotadas de um
porão é ventilado.
Bibliografia complementar

Conclusão LEMOS, Carlos. No Brasil, a coexistência do Maneirismo


e do Barroco até o advento do Neoclássico Histórico.
Esta pesquisa encontra-se em andamento e seus In: Barroco. Belo Horizonte, 15 (1990/2): 251-256.
resultados vêm sendo utilizados nos cursos de gra- REIS FILHO, Nestor Goulart. Notas sobre o Urbanismo
duação para sensibilizar alunos (dos cursos de His- Barroco no Brasil. In: Barroco. Belo Horizonte: 15
tória, Turismo, Belas Artes, Comunicação) para o (1990/2): 229-236.

—  172  —
Arquitectura del puerto de Ilo (Perú): cubiertas de
artesa y entramados revestidos con chapa metálica

Rosa Bustamante Montoro


Universidad Politécnica de Madrid. España

Evolución histórica del puerto un extremo de la ciudad pues el terminal marítimo


situado hacia el sur (a la derecha en el plano) impi-
La provincia de Ilo se encuentra situada en el sur dió su crecimiento hacia esta parte. Aparte de ser un
de Perú, al oeste del Departamento de Moquegua puerto pesquero y comercial, es también un puerto
entre las coordenadas 17º 38’15’’ de latitud sur y 71º minero por ser un lugar de salida del cobre que se
21’39’’ y 71 22’ de longitud oeste. En 1540 durante explota en las minas de esta región.
el Virreinato Español, la caleta de Ilo fue incluida
en la extensa encomienda otorgada a Lucas Martí-
nez Begazo. El valle estaba dedicado al cultivo de El sistema constructivo
olivos con molinos de aceite para la exportación,
mientras que el único muelle se encontraba en el Está influido claramente por la arquitectura civil
pueblo situado en la margen derecha del río Osmore del valle de Moquegua, dedicado a la producción
que desemboca en el Pacífico1. En 1630 tenía 200 de vino, que se caracteriza por los gruesos muros
habitantes, y la población se incrementó lentamen- de adobe, cubiertas con torteados de barro y caña,
te, pues en 1940 era de 1656 habitantes2. apoyadas sobre cerchas en forma de artesa, con has-
Durante la República nació como distrito y en tiales o “mojinetes” truncados, con lucernarios que
1826 figuraba como puerto menor. El maremoto de sobresalen en el tejado o bien ventanas altas en los
1868 provocó la destrucción del puerto y que el pue- hastiales, para favorecer la ventilación que alcanza
blo se trasladara a la margen izquierda, consolidán- en verano temperaturas alrededor de 36º C.
dose a partir del antiguo muelle. En una primera fase Pero el sistema constructivo que más se ha usado
la ciudad creció linealmente hacia el norte en base a en la costa peruana, es la “quincha”3, un entramado
quince manzanas rectangulares (fig. adjunta, plano de madera cuyos huecos se rellenan con cañas ente-
del casco histórico, zona 1), que es el núcleo original, ras colocadas verticalmente, sobre las que se aplica
y que contiene las edificaciones, calles y plazas más el barro a ambos lados, para levantar muros que son
representativas. Posteriormente el ensanche hacia usados indistintamente en cerramientos y tabiques.
el este en manzanas cuadradas (zonas 2 y 3) llegó Es usual que la planta baja fuera de adobes y la pri-
hasta la línea férrea, quedando el centro histórico en mera planta de quincha.
La madera era de lastre y procedía de las em-
barcaciones que regresaban cargadas de guano, vino
1.  Frezier, Amadée: Relation du voyage de la mer du Sud
aux côtes du Chili, du Peróu et du Bresil, Amsterdam 1718. y demás productos que se explotaban en esta parte
Plano de la Rada de Ilo en 1712 en donde dibuja un molino de del Pacífico, por lo que el patrimonio construido en
aceite en planta y alzado y describe la antigua ciudad: fondeade-
ro, parroquia, ensenada donde desembarcan las chalupas, caleta
de guano, tumbas de indios, y riachuelo de Ylo. Relata además 3.  Monjo, Juan, Tratado de Rehabilitación, tomo 3, Las
que la villa está casi toda abastecida y poblada por franceses. construcciones de tierra. Evolución, tipología. Patología y téc-
2. Concejo Provincial de Ilo, Plan de Desarrollo, octubre 1989. nicas de intervención, p 97, Madrid1998.

173
Rosa Bustamante Montoro

Centro histórico de
Ilo. La mayoría de
las edificaficaciones
a conservar que se
senañalan en el plano se
encuentran en el área 1

madera fue numeroso. Existen también ejemplos de El centro histórico


cerramientos con entablados a la intemperie, tablas
solapadas colocadas horizontalmente, y cubierta El estudio del patrimonio histórico realizado en
con tejas de madera4. 19905 inventarió 42 edificaciones, conjuntos y es-
Sin embargo, la diferencia sustancial con la tí- tructuras, y determinó la conservación de 18 edi-
pica arquitectura moqueguana, es que en Ilo, una ficaciones6, que se clasificaron en dos tipos: con
chapa de fino acanalado reviste los muros de quin- cubiertas de artesa o “mojinetes truncados”, y con
cha. Manteniendo de esta forma los materiales tra- cubiertas horizontales o inclinadas, por ser más re-
dicionales e introduciendo un revestimiento que presentativa la caracterización por el tipo de cubier-
aporta las ventajas de impedir el crecimiento de or- ta. El inventario posibilitó fechar las cubiertas de
ganismos, el ingreso de aves y roedores, ocultar las artesa, que se construyeron hasta 19487.
fisuras, y proteger del agua, aunque ésta haya sido la Sin embargo, se han demolido varias de estas edi-
principal causa de su deterioro (Casa Gambetta). ficaciones representativas y de otras que ilustran la
Su uso es común en edificaciones de otras ciuda- historia del puerto. Inclusive dos inmuebles catalo-
des de la costa peruana, y americana, aunque la dife- gados, un conjunto de casas con cubiertas de artesa
rencia radica en que no todos los entramados son de
quincha, y la cubierta de artesa es típica de esta área.
5.  Bustamante, Rosa: Estudio Catastro e Inventario Mo-
Tiene la ventaja de pintarse de forma similar a las em- numental del Centro Histórico de Ilo, tomo 1 Historia, tomo 2
barcaciones, diferenciando los colores para la chapa, Planos, tomo 3 Fichas de inventario, Municipalidad Provincial
verde, azul o rosa, y blanco o marrón para puertas y de Ilo, Instituto Nacional de Cultura Departamental Arequipa,
ventanas. Normalmente en muros se usan dos plan- Perú, 1990.
6.  Las edificaciones que se recomendaba conservar son: 1
chas solapadas en altura por cada planta, clavadas
Casa Valdivia, 2 Casa Koctong, 3 Conjunto Zepita (demolido),
al entramado, con el acanalado en sentido vertical, 4 Ministerio del Interior, 5 Casa Chu Manrique (calle Grau 220
aunque la iglesia de San Jerónimo construida hacia c/v calle Zepita), 6 Casa Becerra, 7 Casa Segovia (calle Ayacu-
1871, está revestida con planchas colocadas con el cho 227), 8 Casa Malatesta (demolida), 9 Casa Vásquez, 10 Bo-
acanalado horizontal, de color rojo, y de color blanco degas del muelle, 11 Casa Grande, 12 Iglesia de San Jerónimo,
13 Casa Jiménez de la Flor, 14 Casa Karletty, 15 Bodega Gib-
para la madera de la torre, puertas y ventanas. son Díaz, 16 Casa Gambetta, 17 Casa Hermandad del Señor de
los Milagros, 18 Faenas Portuarias, 19 Glorieta y muelle fiscal.
7. Casa de Eloy Pérez, situada en calle Zepita 502 c/v a calle
4. Casa de la calle Moquegua, 150-154. Ayacucho. Dos “mojinetes truncados” perpendiculares entre sí.

—  174  —
Arquitectura del puerto de Ilo (Perú): cubiertas de artesa y entramados revestidos con chapa metálica

situadas en la calle Zepita, con una puerta y una ven- Las casas con cubiertas de artesa
tana en cada fachada; y el conjunto de viviendas de la
familia Malatesta, que tenía un porche hacia la calle Son más conocidas como de “mojinetes trun-
y un pasaje que llegaba al mar, y que conducía a 17 cados” y responden a las condiciones climáticas y
pequeños apartamentos, separados en dos bloques, geográficas del sitio8. Son de una sola planta, de
uno con apartamentos de tres habitaciones, y el otro, forma similar a la de la casa rural, con habitaciones
de dos habitaciones, cada uno de ellos con un patio rectangulares, pasillos angostos y patio en la parte
en la parte posterior. Perteneció a la Sociedad Ghersi posterior. Ejemplos de éstas son las casas del Minis-
& Garibaldi que vendió la propiedad a la sociedad terio del Interior y de la familia Valdivia, situadas en
comercial Malatesta y Hnos. en 1910. esquina y en la misma calle9.
Por otro lado, aunque se haya reemplazado el
torteado de barro, en estas casas se han mantenido
Tipos de edificaciones las cerchas y el entablado sobre el que se apoya la
cubierta metálica, para formar la artesa conservando
Además de las casas con cubierta de artesa, en el una identidad morfológica con el patrimonio de la
centro histórico se distinguen otros tipos arquitec- provincia. En los entramados se necesitan un par ti-
tónicos y constructivos, como las casas con porche, rantes para arriostrar los muros, más no en las cons-
las casas con balcón, y las bodegas. trucciones de adobe.

La casa con porche

Es un tipo característico de la casa rancho de la


costa peruana. Se caracteriza por ser de una sola
planta, con porche paralelo a la acera, y habitacio-
nes con cubiertas de quincha o de chapa metálica,
que pueden ser: inclinadas a dos vertientes, de mo-
jinetes truncados y horizontales, éstas últimas con
lucernarios cubiertos con tejadillos inclinados.

La casa con balcón

La casa urbana propiamente dicha no tiene por-


Casa con cubiertas de chapa metálica y torteado de barro
che, pero sí un balcón en la planta alta, en un frente o
en dos, si se encuentra situada en esquina. De adobe
y quincha, como la casa de Ladislao Vásquez, rico
El conjunto más importante es la casa Gambetta,
productor de aceitunas, situada en las esquina de las
construida a fines del XIX, por el número de cubier-
calles Ayacucho y Abtao.
tas de artesa, ocho hacia un porche en el lado norte,
Pero existen otras casas construidas en madera,
y una más hacia el sur, con un balcón con vuelta
como el edificio de dos plantas, locales en planta
hacia la plaza Mariscal Nieto, destinada a viviendas
baja y viviendas en planta alta, de la familia Jimé-
y locales. Allí funcionó una oficina de correos y una
nez de la Flor. Construida en 1897 es una típica
escuela pública de educación inicial. Se encuentra
construcción de puerto, con los cerramientos ín-
en mal estado de conservación como se aprecia en la
tegramente revestidos con chapa metálica, cuyos
figura adjunta y su restauración permitiría recuperar
balcones no sobresalen del borde de la cornisa de
madera que separa las plantas. La importancia de 8.  Viñuales, Graciela-Gutiérrez, Ramón: Arquitectura en
su conservación como de otros inmuebles cataloga- Moquegua, “y mientras los mojinetes aseguran una buena cá-
dos es ambiental, en este caso, porque la fachada da mara de aire frente a los rigores del calor, las quinchas o robus-
a tres calles, además de estar situada al costado de tas paredes de sillar y bóveda intentan mitigar el efecto de los
sismos”, publicado en Documentos de Arquitectura Nacional y
otra casa de madera con balcón y también revestida
Americana, Nº 4, Resisencia, Argentina 1977.
de chapa, hacia la calle Abtao, una de las calles pro- 9.  Situadas respectivamente en la calle Zepita 602-612 c/v a
tegidas desde 1987. calle Pichincha, y en la calle Callao 700 c/v a calle Pichincha.

—  175  —
Rosa Bustamante Montoro

mayor desarrollo industrial. Por otro lado, tampoco


existía en el mercado una oferta de chapa de ondu-
lado fino de 1 pulgada (2,5 cm) que venía del exte-
rior, razón por la que se distinguen fácilmente los
parcheados con chapa de acanalada más grueso.
Principalmente la imposibilidad de construir en
planta alta, ha incidido en la desaparición de las cu-
biertas en forma de artesa, y desde 1990 en que se
inventariaron 49, han desaparecido 9 de ellas, que re-
presenta un 18%, con el riesgo de acelerarse su pér-
dida por la falta de ayudas para su conservación.

Rehabilitación del patrimonio histórico


Fachada norte, porche y mojinetes, del conjunto Gambetta
El estudio mencionado anteriormente proponía
su revitalización, sin que en ningún caso, se despla-
uno de los ejemplos más representativos de un sis- zara a la vivienda del centro histórico, pues era noto-
tema constructivo desaparecido. rio el apoyo municipal a los nuevos asentamientos.
También se aportaba la propuesta de restauración de
Las bodegas los edificios seleccionados, la rehabilitación de estruc-
turas históricas como el muelle y la glorieta construidos
Las actividades portuarias demandaron la cons- en madera, el plantado de árboles, y la peatonalización
trucción de almacenes, siendo representativas las de algunas calles y plazas10. Para la conservación del
bodegas situadas cerca del antiguo muelle de pro- patrimonio se definían cuatro grados de protección:
piedad de inmigrantes italianos, como la bodega —— Protección directa o grado de protección 1:
grande, nave con cubierta de chapa ondulada sobre no demolibles (19 inmuebles);
cercha “española” de madera, con pares y pendolón —— Protección de referencia o grado de protec-
unidos por bridas, tornapuntas y tirante; con “piso ción 2: por tener cubiertas de artesa (11 in-
alto y escritorio” y balcón, de propiedad de Manuel muebles) y por la importancia paisajística
Gambetta, quien al fallecer en 1896 deja la propie- que aportan los mojinetes;
dad a sus doce hijos. Y la bodega chica, otra nave, —— Grado de protección 3: conservación parcial
de propiedad de Pablo Malatesta, situada en frente con posibilidades de crecimiento vertical;
de ésta, en la plazuela del muelle o plaza Grau. —— Grado de protección 4: por tener menor valor
arquitectónico.

La patología constructiva
Conclusiones
La principal causa de la patología de estas edifica-
ciones radica en que no han recibido mantenimiento Este sistema constructivo forma parte de la his-
periódico, produciéndose una situación de abandono toria de la construcción con tierra, en particular de
por parte de sus propietarios y del Ayuntamiento. Por los entramados o bahareques. Por otro lado, los re-
ejemplo, los torteados deteriorados dejan ver la caña vestimientos de chapa metálica han prevenido di-
de las cubiertas, los entramados se ha fisurado en la versas lesiones que habrían atentado a su conserva-
unión entre el relleno de barro y la madera de los ción, y han contribuido a identificar la arquitectura
pies derechos, travesaños y tornapuntas, y la chapa de la ciudad portuaria de Ilo, en clara diferencia con
se ha corroído hasta perderse totalmente por hume- la arquitectura moqueguana.
dades por filtración a causa de aleros deteriorados, o Finalmente, la historia de la arquitectura históri-
accidentales, por falta de zócalos. ca del puerto de Ilo está relacionada con la historia
La principal dificultad para su mantenimiento es de la inmigración en el Perú, en particular italiana,
que el sistema constructivo que integraba la albañi- que se dedicó al comercio en esta región del país.
lería de tierra y la carpintería de armar, dejó de usar-
10. Estudio citado, Cap. IV, propuesta de preservación del
se, consolidándose en las últimas décadas la cons- centro histórico para los próximos diez años, que sin lugar a
trucción con ladrillos y bloques de hormigón, por su dudas no fueron suficientes, 1990.

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La vivienda vernácula en Venezuela. La riqueza de sus
manifestaciones y el ingenio en su construcción.

Nory Pereira Colls, Nelly Mejía, Samantha Márquez


Universidad de Los Andes. Mérida. Venezuela

Introducción cósmicos que regulan el universo; es el inicio de


toda acción humana representada por el hombre en
El hogar es el sitio más importante en la vida del su morada.
ser humano, es el centro de su existencia, y su sig- Y es en la vivienda, como forma cognitiva, donde
nificado conlleva valores culturales, sociales, afec- el hombre expresa todos los valores que definen su
tivos y conductuales que expresan las necesidades verdadera fisonomía: su concepción de la vida, de
del hombre de tener seguridad, confort, bienestar, lo trascendente y lo perdurable. La vivienda supo-
apego, identidad, privacidad y posibilidad de estre- ne esencialmente cobijo y hogar -morada- el lugar
char nexos sociales. E. Wisenfeld (2001). El cobijo, donde un grupo de personas se reúnen para convivir
surge como necesidad básica y primaria de protec- y compartir, para satisfacer sus necesidades bási-
ción ante los fenómenos naturales. La manera como cas, para relacionarse; esta es su razón fundamental.
el hombre representa y expresa esta condición en Pero la vivienda es también el objeto a través del
sus espacios y en la forma de apropiarse de ellos la cual se representa un comportamiento, se marca un
determinan el tiempo y el lugar. tiempo y se simbolizan creencias; y esto se expresa
El tiempo, porque en la medida que el hombre en la forma y en el espacio.
amplía su horizonte y su conocimiento tecnológico, También el lugar brinda al hombre la posibilidad
en esa misma medida va adquiriendo rasgos y cos- de satisfacer sus necesidades básicas de alimento
tumbres que van marcando la expresión del lugar y comunicación; y es el lugar el que le ofrece los
donde mora. Son la tradición y el tiempo los ele- elementos que le permiten representar su hábitat y
mentos que permiten la invención, la aculturación su modo de vida, integrándose al ecosistema local,
y la difusión de nuevas manifestaciones que definen haciendo uso de los recursos que le proporciona la
las diversas expresiones del hombre, su espacio vital naturaleza y asimilando todas las condiciones fa-
y sus costumbres, determinando una forma que es la vorables de su propia geografía, al menos esta es
misma que marca el tiempo; y hay muchos tiempos la condición esencial de la arquitectura vernácula,
en la tradición. lo que no supone negar la incorporación de otros
Y el lugar es tiempo en espacio, según palabras elementos en un libre juego que demuestra su libre
de Hegel “Una unión del espacio y el tiempo, en la albedrío, que es otra condición natural del hombre.
que el espacio se concreta en un ahora al mismo De manera que son las formas, el uso de los ma-
tiempo que el tiempo se concreta en un aquí” Mun- teriales de la zona, la manera de apropiarse del es-
tañola (1974: 24). Sólo el tiempo y el lugar bastan pacio circundante y de establecer vínculos que van
para entender cómo el hombre se inserta dentro de más allá del cobijo, lo que determina la característi-
un espacio que lo hace suyo, lo entiende y lo modi- ca fundamental de la arquitectura de cada región. Su
fica, señalando el tiempo que le corresponde vivir expresión formal se rige por patrones atávicos que
y representar. Es la visión sincrética y la asunción son el resultado del mestizaje de formas y técnicas
de las leyes naturales que asume los principios constructivas propias y ajenas. A esta arquitectura

177
Nory Pereira Colls, Nelly Mejía, Samantha Márquez

es la que llamamos vernácula, que es una expresión “Pasó Alonso de Ojeda la Costa abajo, saltando
formal cargada de símbolos y metalenguajes, pero muchas veces en tierra, contratando diversas veces,
también es una respuesta funcional para satisfacer hasta que llegaron a un Puerto, a donde vieron un
una necesidad vital: el cobijo Pueblo sobre el Agua, fundado como en Venecia, a
donde havía veinte y seis Casas grandes, de hechura
Esta descripción quedó claramente definida en la
de campana, puestas sobre postes, con Puentes leva-
Carta Internacional del Patrimonio Vernáculo Cons- dizas, por donde andaban de una Casa a otra. Los
truido, desarrollado por el Consejo Internacional de indios, en viendo los Navíos, tuvieron gran miedo,
Monumentos y Sitios (ICOMOS), luego de varias alzaron sus Puentes, y se recogieron en sus Casas.” (
reuniones realizadas a partir de 1984, donde se defi- Antonio de Herrera., 1948: 95)
ne a la arquitectura vernácula como “el conjunto de
estructuras físicas que emanan de la implantación En otras regiones del país se observaban técnicas
de una comunidad en su territorio y que responden de construcción similar a las utilizadas en otras cul-
a su identidad cultural y social”. Posteriormente, en turas, como los chibchas e inca, caracterizadas por el
la reunión realizada en México en el año 1993, se uso de materiales de la zona: tierra, piedras y paja.
establecen una serie de consideraciones en torno a
su permanencia que son precisamente las constan- “En extremo sencillas eran las habitaciones de los
tes que marcan y distinguen a la arquitectura ver- indios, construíanlas de palos, barro, cañas, paja y
bejucos, les daban forma cónica y muros en círculo
nácula de otras manifestaciones arquitectónicas,
como los Armas, o hacíanlas cuadradas con techos
como: su integración al ecosistema al utilizar ma- piramidales como los indígenas de los Andes venezo-
teriales biodegradables, su dependencia exclusiva lanos...el suelo de las habitaciones lo formaba tierra
de la economía local o regional, y ser el producto apisonada...Las casas las situaban los indígenas unas
del conocimiento heredado por la tradición, siendo al lado de las otras, dejando en el centro una plaza
su ejecución, la técnica, el resultado volumétrico, cuadrada o triangular...” (Julio C. Salas, 1971: 63)
el color y las relaciones espaciales, los principales
elementos que permiten su reconocimiento como Al analizar estas descripciones se puede obser-
individuos y como comunidad (G. Zárate,1999) var que la vivienda está respondiendo a la idea ori-
ginal de cobijo, a dar respuesta simple a una nece-
sidad del hombre de protegerse. Y esta protección
La forma supone aceptación de lo que la naturaleza impone
para mantener el equilibrio, es por ello que el hom-
Al leer las descripciones de los conquistadores bre recurre a los materiales que la zona le brinda, a
al llegar a territorio americano, podremos darnos organizarse según un modo de vida y un lugar. Sin
cuenta de esta riqueza de expresiones de las diver- embargo, existen diferencias en la configuración y
sas etnias que habitaban nuestro territorio y que dan representación de sus espacios que si bien están vin-
cuenta de las diferencias tipológicas en función del culados con el lugar, los materiales y técnicas cons-
lugar en el que se ubicaban. Por ejemplo, Cristóbal tructivas, denotan la existencia de otros elementos
Colón, en su tercer viaje (1498) cuando descubrió las que devienen de su idiosincrasia y de sus creencias
costas de Venezuela, hizo la siguiente descripción: mágico- religiosa, que imponen unas formas que los
caracterizan e individualizan.
“dicen que luego que llegaron las barcas a tierra
que vinieron dos personas principales .....y los lleva- “…la representación sensible, el recuerdo, la persis-
ron a una casa muy grande, hecha a dos aguas, y tencia de las imágenes que cada contemplación intro-
no redonda, como tienda de campo, como son estas duce en la conciencia, donde son ordenadas en cate-
otras, y allí tenían muchas sillas....” (J. Dantin Cere- gorías generales y donde se establecen entre ellas,
ceda., 1964: 40-41) por la fuerza de la imaginación, unas relaciones y
una unidad tales que a partir de entonces la realidad
exterior asume una existencia interior y espiritual,
Colón se estaba refiriendo a las viviendas de los mientras que lo espiritual, por su parte, asume en la
indios de la costa oriental, en la península de Paria, representación una forma exterior y llega a la con-
cercana al delta del Orinoco, cuyas edificaciones se ciencia en forma de existencias particulares y yuxta-
hacían con troncos de palma y techo de paja. puestas” (G. Hegel, 1981: 18)
Igualmente, es interesante leer la descripción que
Américo Vespucio hizo sobre las viviendas palafíti- Ahora bien, esta representación del hombre y
cas de la costa occidental, en el lago de Maracaibo: del mundo lo que denota es la ambigüedad del ser

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La vivienda vernácula en Venezuela. La riqueza de sus manifestaciones y el ingenio en su construcción.

que se mueve entre la necesidad de resguardarse cuando llegan visitas; está cerrada en general por el
y protegerse de todo aquello que pueda significar lado de la vía (camino, calle o sendero), de modo que
transgredir su territorio e invadir su privacidad, y la se debe dar la vuelta a la casa y entrar por el lado
necesidad de comunicarse y establecer su relación del patio trasero. Antes de que llegue un extraño allí
generalmente ya ha sido anunciado por los perros de
con el mundo exterior.
la casa y por los niños mayores. En el caso de que un
Esta ambigüedad está representada en diversos niño pequeño esté en ese momento en el patio lo meten
componentes de la vivienda: el muro, la ventana, rápidamente dentro de la casa. ” (1981:249)
la puerta, que además de cumplir con una función
utilitaria específica: comunicación, iluminación, En este elemento se encierra la esencia de la
ventilación, protección, etc. son también las claves vida, y a través de él se expresa la forma como sus
para establecer su relación con otros significados y habitantes la asumen: sus miedos (la protección),
vínculos que denotan una existencia interior mar- sus necesidades básicas (iluminación, ventilación),
cada por otros valores, como: identidad, represen- su cultura (identidad y memoria).
tación, creencias. Es en la expresión formal de los En tanto que en las zonas cálidas el muro se trans-
componentes y en el simbolismo de sus espacios y muta y se convierte en el gran aliado de la socializa-
estructuras donde se percibe esta ambigüedad. ción, es el eje conector, no el elemento que separa;
Así, vemos que en las zonas frías el muro es el
es el elemento que se perfora para generar espacios
gran protector, es cerrado, volcado al interior de la
hacia fuera, (la calle, el mar) para la contemplación,
vivienda, estableciendo los límites claros entre el
y hacia adentro, (el patio) para la socialización. Esto
“adentro” y el “afuera”, entre lo privado y lo públi-
explica la presencia de los corredores anteriores y
co. El “adentro” es la familia, es la intimidad, es lo
posteriores, así como su amplitud, generando una
oculto y es la protección; el “afuera” son los ami-
zona de sombra que refresca el ambiente interior.
gos, el trabajo, los negocios, los extraños, los malos
Estos corredores, desde el punto de vista formal, ge-
aires. Y entre ambos espacios está el muro que lo
neran un pórtico que otorga riqueza arquitectónica
delimita y los protege.
Si bien se puede asociar la presencia o no de a la fachada, además de brindar una imagen muy
pequeñas aberturas en los muros a las condiciones característica de sobriedad, belleza y equilibrio, en
adversas del clima y a la necesidad de conservar el el caso de las viviendas en zonas templadas. Sobre
calor generado por el fuego de la cocina, o el calor estos corredores convergen todas las puertas y ven-
biológico que se desprende de la reunión de sus habi- tanas, o, en pocos casos, sólo se abren los vanos de-
tantes, existe una razón más importante relacionada bido a las condiciones climáticas. Y este es el otro
con el rol separador del muro y el valor asignado a factor que define la riqueza formal, el factor climáti-
la intimidad de la familia, al establecer los límites de co, asociada a los materiales de construcción y a las
su espacio privado, «adentro» y el espacio público, técnicas constructivas utilizadas
«afuera». Esta consideración también se encuentra en Por otra parte, las puertas y las ventanas son el
los trabajos de G. Luengo, quien señala al respecto: elemento de transición entre estos espacios, son los
que tamizan la luz e impiden la entrada, pero tam-
En la vivienda rural aislada tradicional, no son sola- bién son los elementos que significan la conexión de
mente razones relacionadas con el control térmico un mundo interior que esconde una intimidad, una
las que determinan la disminución del tamaño de las familia, una vida y unas costumbres y un mundo ex-
aberturas. Esta reducción, el llevarla a su mínima terior que supone incertidumbre, peligro, “lo otro”
expresión, está asociada también al muro como
y “los otros”.
barrera, como el elemento protector ante los múlti-
ples agentes exteriores hostiles, reales o imaginarios, Es en estos elementos donde se vuelca todo el
que pueblan los fríos y desolados páramos andinos. libre albedrío a través de las formas y los colores,
(1993: 50) siendo éste el que mejor representa la idiosincrasia
y cultura de una sociedad, que encierra una gran in-
También se plantea una explicación como me- ventiva para resolver problemas funcionales a bajo
dida preventiva contra ciertas enfermedades, por costo. Así por ejemplo es relevante la disposición
ejemplo, lo que supone la protección de los niños de las ventanas hacia los corredores “siempre hacia
contra el “mal de ojo”, como lo describe J. Clarac delante, hacia allá” que significa hacia los espacios
abiertos, y la existencia de aberturas en las paredes
“La disposición que tiene generalmente la casa andina laterales para resolver los problemas de ventilación;
típica facilita la necesidad de esconder a los niños por lo general, son bloques huecos que permiten la

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Nory Pereira Colls, Nelly Mejía, Samantha Márquez

pensamiento se traduce en la construcción de su hábi-


tat y en la lugarización de sus creencias, como lo ma-
nifiesta E. Wagner al definir los espacios sagrados:

…el escenario de prácticas religiosas como lo ates-


tigua el hallazgo de objetos ceremoniales en cuevas
y abrigos rocosos elevados, llamados localmente por
los campesinos santuarios.... Parte de este ajuar,
vinculado a la vida sobrenatural, probablemente
fue depositado también allí por los aborígenes de la
tierra fría para venerar elementos de la naturaleza
como los picos nevados, las lagunas, glaciales, el sol
y la luna. (1987: 12).
El bahareque como expresión de una tradición
constructiva. Dibujo Carla Pereira. Los habitantes de algunas regiones creen que la
naturaleza tiene poderes en alguna de sus manifes-
taciones, como en los animales, piedras, lagunas,
entrada de aire, logrando así el control de la tempe-
aires, plantas, etc. Todos estos seres se entremezclan
ratura en el interior de la vivienda. En zonas muy
en historias que forman su religión. De las piedras
calientes estas aberturas se observan en la fachada
se cree que son inmortales, ya que están sembradas
principal y en las laterales donde, además de cum-
en la tierra, que se alimentan de ésta y mientras cre-
plir su función de control térmico, ofrecen una ri-
cen le retribuyen la energía recibida; esta energía
queza formal en su ritmo y composición.
crece a medida que envejecen aumentando sus po-
Los vanos se convierten en el principal elemento
deres, razón por la cual es a éstas, a las más viejas,
decorativo, por cuanto en ellos el habitante mani-
a las que se les rinde culto. Estas manifestaciones
fiesta su libre manejo de los colores y expresiones
figurativas, acentuando el carácter de las fachadas también se preservan en su cosmogonía, siendo el
principales. Dibujos que siguen un orden geométri- aspecto más destacable su respeto y temor a la na-
co, o que son abstracción de figuras ornamentales, a turaleza, motivo por el cual no habitan o cultivan en
veces acentuados con marcos en relieve. las cumbres de las montañas y piden permiso para
El color también es un elemento utilizado libre- invadir temporalmente su territorio.
mente, combinando diversas tonalidades y contras- En algunas regiones las piedras sagradas más
tes. A veces es el mismo color de la tierra con la que importantes reciben nombres de personas, como por
frisan las paredes de bahareque. Incluso, cuando se ejemplo Don Airao y Doña Rosa (marido y mujer),
utilizan láminas de zinc para los cerramientos, estos con poder de mandar las lluvias, hacer aparecer y
son pintados en formas diversas, sin discreción. Este desaparecer personas, animales y objetos; además,
efecto se observa particularmente en las edificacio- se supone que aun existe una gran concentración de
nes de clima cálido. energía y por ello a los espíritus o arcos se les dan
El sistema constructivo también se convierte en ofrendas como alimentos, flores, miche y chimó.
el gran aliado de la forma porque ofrece texturas En la forma de ocupación del territorio se obser-
diversas que emergen de la variedad de materiales va una estructura de localización en función de los
utilizados: piedras, tierra, palos de madera, bambú, lazos familiares, siendo la figura de la madre el ele-
alambre, papel y cualquier otro material vegetal que mento aglutinante: el símbolo de la fertilidad. Esta
pueda servir para construir el muro; y que al dejar- afirmación deriva también de las condiciones que
los en su expresión natural ofrece una riqueza for- señalan las madres para la localización de las vi-
mal como ornamento. viendas de los hijos y los vecinos “cerca pero no al
lado”, “a la distancia que están ahora”, “cerca pero
no enfrente”, “cerca de la mía”, como una necesidad
Simbología y forma de definir su territorialidad.

También se observa en estas culturas que los he-


chos naturales tienen tanta iniciativa como los he- El arte de construir
chos sociales, por lo que es esencial mantener un
equilibrio natural-ecológico, y una posesión feliz y Los sistemas constructivos están determinados
tranquila de la tierra; y la mejor manifestación de este por los aspectos ambientales y culturales, siendo los

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La vivienda vernácula en Venezuela. La riqueza de sus manifestaciones y el ingenio en su construcción.

materiales del lugar los protagonistas de modelos de debía satisfacer; así, se puede señalar que en algu-
gran racionalidad que forman parte del acervo cul- nas regiones (particularmente en las de montaña)
tural del país. En general, la tecnología que ha sido el empleo de la piedra es obligante no sólo por el
utilizada en la arquitectura vernácula venezolana es carácter pedregoso del suelo, y de su disponibilidad
la que se basa en el uso de materiales que la naturale- inmediata, sino también por sus propiedades térmi-
za prodiga, como la tierra, la piedra y la madera. Los cas, ya que al estar expuesta al sol durante el día, se
sistemas constructivos que derivan de su uso son el calienta y conserva en el interior de la vivienda una
bahareque, la tapia y el adobe. El bahareque es el sis- atmósfera cálida que se prolonga durante la noche.
tema constructivo autóctono que se utilizó – y aún se «Además, la piedra como material de construcción
utiliza a pesar del bloque de concreto - en la mayoría le confiere a la vivienda una eterna duración en el
de las construcciones de todo el país; las variantes tiempo.» (Tradición oral).
que existen están en función del lugar y de los mate- El bahareque es un sistema constructivo muy sen-
riales que se localizan en cada una de las regiones, y cillo que está compuesto por una armazón de horco-
su expresión física es el resultado de un racionalidad nes verticales hincados en el suelo colocándoles pie-
constructiva muy simple marcada por su carácter uti- dras para compactar la fundación, entrelazados con
litario para resolver una necesidad de cobijo. cañas recubiertas a manera de embutido de barro,
Pero, y aquí es donde se generan las diferencias, este material también se utiliza para el empañeta-
el objeto edificado responde a un modo particular do final de las paredes, utilizando la tierra del sitio
de asumir la vida que forma parte del sincretismo y que puede mezclarse o no con fibras vegetales. Para
visión cosmogónica del habitante de estas tierras; y armar la estructura también son utilizados materia-
en este sentido deja de ser meramente constructivo les vegetales, como el bejuco, la hoja de la palma,
y utilitario, para convertirse en el elemento de co- el cuero de los animales, o cualquier material fuerte
municación cultural por excelencia. flexible y duradero que permita amarrar la cumbrera,
La tapia y el adobe son las tecnologías construc- los horcones, las varas y los manojos de paja, son los
tivas que fueron el resultado de la hibridación mul- que permiten armar la estructura. Con las nuevas tec-
tiétnica, que fueron aprehendidos y asumidos como nologías estos materiales progresivamente han sido
parte del acervo cultural y que generaron respuestas sustituidos por la soga, el alambre, el clavo, que es lo
arquitectónicas que han marcado nuestro territorio e más fácil de localizar y menos costoso. Pero lo más
identificado regiones, particularmente de las zonas importante de ello es que el principio constructivo
frías. Estos sistemas tienen como principal compo- prevalece y la precariedad de la solución también
nente la tierra y su uso ha permitido identificar un sis- Este esquema se repite en el relleno, para el cual
tema constructivo con una región (Los Andes), con se utilizan diversos materiales vegetales como cañas,
un modo de vida marcado por creencias mágicos- bambú, carruzos, ramas, tablas o cualquier tipo de
religiosas y por una expresión formal que los indivi- palo delgado que proporcione el medio, o materia-
dualiza y aísla, a pesar de la fuerza del lazo familiar. les que igualmente se localizan en la zona pero que
Es evidente que el uso de los materiales de imponen otra condición a la construcción, como es
construcción estaba supeditado a lo que la propia la piedra y su propiedad térmica, que en zonas frías
naturaleza podía proveer y a las necesidades que permite la liberación del calor del día en la noche.

Vista del amarre de los componentes de la horconadura, estructura principal del sistema. (Fotos Carla Pereira, Nelly
Mejía, y Nory Pereira)

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Nory Pereira Colls, Nelly Mejía, Samantha Márquez

familiar, la vinculación con la madre y la natura-


leza, el libre albedrío en la representación de sus
espacios, la inventiva y la creatividad en el mane-
jo de las tecnologías y materiales constructivos, y,
por encima de todo, la simplicidad como rasgo que
identifica su cultura.
En síntesis, la arquitectura vernácula mues-
tra el paso de la historia, porque ella misma cuen-
ta su historia, la construye; y es en el ámbito rural
donde permanece con mayor rigor las característi-
cas que la definen y que se reconoce en la vivienda,
porque allí habita el hombre y es el hombre quien
la modifica o la hace perdurable en el tiempo; su
El color, a través del cual emerge toda la fantasía del persistencia se convierte en su fluir, en el signo de
hombre. Foto Carla Pereira. su vida cotidiana. Lo urbano o lo rural son sólo re-
ferencia a lugares y tiempos y a la manera como el
hombre lo asume; no hay nada más.
En el recubrimiento es donde emerge toda la fanta-
sía del habitante de la casa porque además de cumplir
con su función estructural y de enlucido del muro, se Bibliografía
convierte en el gran lienzo sobre el cual se vuelcan
las formas y colores que le son propias a cada indi- Acosta Saignes, Miguel. Estudios de etnología antigua
viduo. Bien sea porque los materiales ofrecen tantos de Venezuela, Caracas, Venezuela: Ediciones de la
matices y configuraciones en su relieve que en su Biblioteca Central, U.C.V. 1961.
conjunto forman una composición armoniosa, la cual Beroes, Aurelio. “La construcción de bahareque; memo-
rias y estudios sobre asuntos técnicos nacionales”,
se deja a la vista en toda su magnitud, o bien porque
en Revista Técnica del Ministerio de Obras Públi-
en él se vuelca toda la riqueza figurativa que encie-
cas. Caracas, Venezuela, año 2, Nº 19. 1912.
rra el género humano, sin inhibiciones, sin pudor, sin Briceño León, Roberto. La casa enferma. Caracas, Vene-
rigor; pero con una simplicidad que esconde toda su zuela: Fondo Editorial Acta Científica Venezolana
complejidad y autonomía como individuo. Consorcio de Ediciones Carriles C.A. 1990.
Esta simpleza de su configuración y construc- Clarac, Jacqueline. Dioses en el exilio, Caracas, Vene-
ción en modo alguno denota carestía de significa- zuela: Fundarte. 1981.
dos; al contrario, en la simplicidad no hay nada pre- Clarac, Jacqueline. La cultura campesina en los Andes
constituido, nada inmóvil, todo se vuelve equilibrio, Venezolanos. Mérida, Venezuela: Consejo de Desa-
medición, relaciones proporcionales, organización rrollo Científico y Humanístico. Colección Mariano
Picón Salas. 1976.
vital y transparencia misteriosa, tal como señala V.
Febres Cordero, Tulio. Décadas de la historia de Mérida.
Gregotti:
Bogotá: Editorial Antares Ltda. Tomo I. 1960.
Gasparini, Graciano. Arquitectura popular en Venezuela.
“... la simplicidad de un edificio tiene que ver con el Caracas, Venezuela: Armitano Editores C.A. 1986.
silencio: es la constitución de una pausa en el tumulto Gasparini, Graciano y Louise, Mangolies. Arquitectura
del lenguaje, precisa la eliminación de sentido entre
de tierra cruda en Venezuela. Caracas, Venezuela:
los signos, aparece como la fijación orgullosa de una
Armitano Editores C.A. 1998.
infinita serie de vacilaciones, pruebas, cancelacio-
Gregotti, Vittorio. Desde el interior de la arquitectura.
nes, experiencias: es la reescritura de lo que siempre
Barcelona: Ediciones Península. 1993.
supimos. El proyecto simple destruye toda neurosis
G.W.F. Hegel. La arquitectura. Barcelona: editorial Kai-
del porvenir, restituye el pasado, no ya una supervi-
ros. 1981.
vencia, que es la forma hipócrita del olvido, sino una
Luengo, Gerardo. Arquitectura tradicional de alto pára-
nueva vida, que es la forma noble de la memoria”.
mo venezolano, Mérida, venezuela: Universidad de
(1993: 96)
Los Andes, Consejo de Publicaciones. 1993.
Llambí, Luis. Rosa y Epifanio. Una historia de los pá-
Y aquí es donde prevalece la esencia de la ar- ramos bravos. Mérida, Venezuela (mimeografiado)
quitectura, que mantiene inalterable los rasgos que 2003.
la tradición ha conservado: la división del espacio Muntañola, joseph. 1974. La arquitectura como lugar.
por género, la cocina como el centro del núcleo Barcelona, España: Editorial Gustavo Gili

—  182  —
La vivienda vernácula en Venezuela. La riqueza de sus manifestaciones y el ingenio en su construcción.

Patetta, Leonardo. Historia de la arquitectura. Antología Venezuela: Consejo de Desarrollo Científico y Huma-
crítica. Madrid, España: Edit. Hermann Blume. 1984. nístico, Universidad Central de Venezuela. 1990.
Pereira, Nory. Generalidad y particularidad del fenóme- Torres Zárate, Gerardo. Vivienda y cultura. Patrimonio
no urbano. Mucuchíes: un caso concreto. Mérida, vernáculo, en “Esencia y Espacio” Nº 9, Revista de
Venezuela: Consejo de Publicaciones Universidad la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura.
de Los Andes. 1996. Unidad Tecamachalco. México1999..
Pereira, Nory y otros. Atlas de la Vivienda rural en los Wagner, Erika. Arqueología de los andes venezolanos,
andes venezolanos, Mérida, Venezuela, (mimeogra- en “Actual” N°14, Revista de la Dirección Gene-
fiado) 2004. ral de Cultura de la Universidad de Los Andes,
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la organización del espacio en Venezuela. Caracas, manidades y Educación, UCV. 2001.

—  183  —
Elementos mudéjares en la arquitectura
vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha

Juan Fernando Bontempo


Universidad de Guadalajara. México

En este artículo presento un avance de investigación por una cadena de pequeños conos volcánicos, junto
del proyecto sobre Historia de arquitectura y asenta- a los volcanes más altos de México, montañas bos-
mientos p’urhépechas. En él procuro responder algunas cosas, pequeños valles y cuencas lacustres. Tanto
preguntas del universo de enigmas que plantea una pe- mexicas como p’urhepechas eligieron estas cuencas
culiar arquitectura doméstica vernácula de la que poco para su asiento, debido a la diversidad de recursos
sabemos: la casa que construyen los p’urhepechas naturales prevalecientes en ellas, como resultado de
de Michoacán, llamada troje o k’umanchikua en una combinación de altitud (2,000-2,500 m ), una
su lengua1. Una peculiaridad radica en el empleo ex- topografía arrugada, humedad y clima frío-templa-
clusivo de madera como material de construcción y en do con lluvias estacionales.
lo complejo de su técnica constructiva. Por ser la región Los descendientes de los originarios p’urhepechas
michoacana zona boscosa, no sorprende el empleo de permanecen en asentamientos al noroeste del actual
madera, pero sí la solución adoptada, tipológicamente de estado (o provincia, como se le llama en España) de
las más complejas. Michoacán, con menor extensión territorial que en
El artículo tiene tres partes: en la primera hablo 1520, cuando el auge de su reino prehispánico. La
someramente de la región y describo el troje; a con- región, ahora llamada tanto Sierra como Meseta, se
tinuación planteo el problema de su origen, y final- localiza en la zona boscosa montañosa (Sierra), con
mente presento la posible influencia mudéjar en él, colinas y pequeños valles (Meseta) y las cuencas
para responder a las preguntas de quién transmite tal de lagos: como Pátzcuaro con sus islas y Zirahuen,
influencia, cómo y en qué elementos. ambos circundados por montañas. La mayoría de
sus 200 pequeñas poblaciones (prom. 2,000 hab.)
son agrícolas y complementan su economía con la
Michoacán y los p’urhepechas artesanía. Sin embargo, debido a la deforestación
por siglos y a la falta de reforestación en las zonas
Tras derrotar a los mexicas, los conquistadores boscosas de tenencia comunal, la madera, el mate-
españoles se enfrentaron a los p’urhepechas, for- rial de construcción de que está hecho el troje se
jadores de otro imperio en ciernes, cuyo dominio ha ido alejando cada vez más de las poblaciones.
territorial en la parte occidental de Mesoamérica Aunado a la desforestación, un creciente deterioro
contuvo la expansión mexica. Estuvieron asentados ecológico del entorno natural, amenaza la antigua
al poniente de la zona geografica denominada Eje economía campesina autosuficiente, con especiali-
Neovolcánico Transversal2, el cual está conformado zación artesanal por comunidad. Desde mediados

1.  A este grupo étnico y a su idioma se les ha llamado taras-


co, término que rechazan por lo que no lo empleo. el Pico de Orizaba, al centro al Popocatepetl e Ixtlaccihuatl
2.  De las cordilleras que limitan al país al oriente y al po- y al poniente el Nevado de Colima; atraviesa los estados de
niente en el paralelo 19º norte se desprende la zona volcánica. Veracruz, Puebla, Tlaxcala, México, DF, Michoacán, Jalisco y
El Eje atraviesa el país casi en línea recta y tiene al oriente Colima.

184
Elementos mudéjares en la arquitectura vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha

del siglo pasado tal situación se ha agravado por la


expulsión de familias jóvenes que emigran a Esta-
dos Unidos.

El troje como habitación y como construcción

En el troje p’urhepecha se integran las funciones


de habitar y almacenar, solucionadas en la trilogía
espacial: de portal-cuarto-tapanco. El portal, es un
reducido espacio de usos múltiples, público y social
donde se cuelgan diversos objetos y productos; es “la
sala de la casa, ahí se recibe a las visitas, se cose por
las tardes, se talla alguna madera y se desgrana maíz,
y también sirve de lugar de descanso.”3 Se entra al
centro del cuarto, que es un espacio privado familiar,
sin subdivisiones, ni ventanas, usado para dormir en
cama o petates (esteras, se dice en España), y para
guardar bienes personales, cajas y canastos o colgán-
dolos de muros y techo. A uno de los muros se fijan
imágenes devotas y retratos, para ubicar un pequeño
altar doméstico formado por una mesita con “velado-
ras a los santos en memoria de algún familiar,”4 cuyo
retrato cuelga del muro. Cuando alguien fallece ahí
se le vela y se le reza el novenario. Por el portal se
accede al tapanco, que es el almacén de mazorcas de
maíz, gramínea básica de la autosuficiencia campesi-
na, que es consumido gradualmente hasta la siguiente
cosecha anual. Además de uno o varios trojes, la casa
campesina incluye separadamente una cocina y una
letrina; sin embargo, lo reducido del espacio cons-
truido del troje ha desconcertado a varios investiga-
dores, quienes han llegado a conclusiones equivoca-
das como decir que para el troje “el término casa es
un eufemismo ya que algunos miembros de la familia
pueden pasarse días sin entrar a la estructura”5. Creo
tal confusión radica en que no han tomado en cuenta
el modo de vida del campesino, quien realiza todas
sus labores al aire libre; tampoco consideran el clima
Troje en Pátzcuaro (Foto de JFB).
benigno, que incluso permite, en ciertas estaciones,
no dormir al interior6.
En cuanto a los aspectos constructivos, el troje lo que le da un aspecto de ligereza, acentuada por la
es una construcción despegada del nivel de suelo, gran inclinación del techo a cuatro aguas. La dimen-
sión aproximada de la planta rectangular es de 4 x
3. Rocío Próspero, comunicación personal 2005. 5 metros, según la altura del árbol empleado, y está
4. Ibid.
construida exclusivamente con madera de pino con
5.  BEALS, Ralph L., CARRASCO, Pedro y MCCORCK-
LE, Thomas: Houses and House use of the Sierra Tarascan. escuadría de vigas y tablones. Estos últimos son de
Washington D.C.: Smithsonian Institution, Institute of Social 2.5” de espesor x 15” de ancho y se usan en dos lon-
Anthropology, Publication 4, 1944, p. 28. Traducciones de JFB. gitudes: unos más cortos para la tarima, el tapanco y
6.  Debe tenerse en cuenta que el paralelo 19º, al que co- muros, otros para el muro largo7.
rresponde el Eje Neovolcánico, se localiza al sur del Trópico
de Cáncer y que éste, en el continente africano coincide con el
desierto de Sahara; México se salva de las condiciones desérti- 7.  De un árbol salen 3 o 4 tablones del grueso señalado,
cas gracias a la topografía. por lo que para la construcción de los cuatro muros se requieren

—  185  —
Juan Fernando Bontempo

El piso (tarima)8 se apoya sobre un marco perime- que los documentos aportan datos insuficientes y
tral de vigas (planchas) que se desplanta sobre nueve poco confiables y que las descripciones, si existen,
bases de madera o piedra. Al borde del piso (tarima), suelen no ser rigurosas. Los documentos por lo ge-
en un lado largo y en los dos cortos, se desplantan neral hablan poco de arquitectura, y de hacerlo se
los tablones para formar tres muros en U; el cuarto refieren más a la monumental, que a la doméstica.
muro se remete un metro del borde, dejando un espa- Además, en Latino América casi no hay estudios de
cio libre para el portal por donde está el acceso. Los la arquitectura indígena. En relación con el proble-
muros del cuarto están conformados por tablones co- ma que me ocupa, aunque existen evidencias falta
locados de canto y ensamblados en las esquinas; al resolver ¿cómo rastrear su historia?
ensamblar el sexto y último tablón, se remata con la En la región p’urhepecha existen dos modelos
viga que recibirá a los tablones del tapanco. de casa habitación con diferencias importantes entre
El tapanco se apoya además sobre una viga (arco ellos: el troje de madera ya descrito y otra casa cons-
del portal), que a su vez descansa sobre dos postes, truida con muros de adobe. Este caso podría afinar
a los tercios del claro. En las vigas (planchas) se la propuesta de Rapoport10 de que clima, materiales
apoya la armadura que sostiene el techo de cuatro de construcción y tecnología constructiva son facto-
aguas, que se recubrirá con tejamanil. El eje del ca- res que influyen en la arquitectura vernácula, mien-
ballete es paralelo al portal. tras que los factores socioculturales la determinan,
La modulación de elementos y el sistema de en- pues entre los p’urhepechas, a pesar de compartir
samblaje permiten que el troje sea desmontado y factores socioeconómicos, clima y tecnología son
transportado a otra parte de la propiedad. El troje es dos las soluciones de habitación.
“una casa para el resto de la vida, heredable, trans- Al describir al troje como construcción, me re-
portable, impermeable y agradable.”9 Es notable el ferí a muros de tablones horizontales de madera,
caso de San Juan Parangaricútiro, refundado en un tecnología conocida como block-bau11 de la que
nuevo sitio, con todos sus trojes, cuando nació en existe suficiente información sobre su desarrollo en
sus inmediaciones el volcán Parícutin en 1942, cuya Europa central, región con la que no existió mayor
lava sepultó a la población original. contacto cultural después de la conquista españo-
la12. Es un hecho que la exportación de soluciones
arquitectónicas vernáculas junto con su tecnología,
Interpretaciones sobre el origen del troje
10. RAPOPORT, Amos: House Form and Culture. Engle-
Algunos componentes del troje, entre los que wood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1969.
destacan los muros de tablones, requieren de so- 11. La propuesta de tipología de tecnología de muros de
luciones tecnológicas tan desarrolladas y comple- madera de KNIFFEN, Alfred y GLASSIE, Henry: “Building in
wood in the Eastern United States: a time place perspective”.
jas, que se duda que los p’urhepechas antes a la [En] UPTON, Dell y VLACH, John Michael, editors: Common
conquista hayan podido poseerlas. Generalmente Places: Readings in American Vernacular Architecture. Athens
se hacen conjeturas, sin probarlas, acerca de la in- & London: University of Georgia Press, 1986, pp. 165-68, se-
fluencia extranjera en dichos componentes. Aunque ñala grados de complejidad tecnológica: la menor empleando
la arquitectura vernácula no está exenta de influen- marcos de madera que sujetan la madera del muro dispuesta en
vertical y con mayor dificultad dispuesta horizontalmente. La
cias de otras culturas con las que tenga contacto, es dificultad estructural se incrementa cuando, es el muro el que
deseable poder probar la existencia de intercambios carga con madera yuxtapuesta horizontalmente, sin marcos.
y cómo se dan éstos. Es lo que intento hacer aquí. En este caso, la estabilidad del muro está en las esquinas. Los
Enfrenta diversos problemas quien quiera docu- autores registran acuciosamente los diferentes ensambles em-
pleados que clasifican como, “true timber-cornering” y “false
mentar formas de arquitectura vernácula. Algunos timber-cornering.” Aunque su análisis tipológico es completo,
son la destrucción y desaparición de evidencias, el sus conclusiones son parciales por considerar al muro como ele-
mento aislado y no integrado al criterio estructural del techo.
12.  Algunos estudios que tratan del posible origen del
unos 8 árboles, y para la tarima y tapanco otros 8 (R. Próspero, troje, proponen esta improbable referencia. Debe tenerse en
comunicación personal). cuenta que si no se explica cómo se da la difusión entre formas
8.  De aquí en adelante aparecen en cursivas y entre parén- de arquitectura que emplean una tecnología semejante, es pura
tesis los términos en castellano local. especulación. Lo malo, es que varios otros autores han repetido
9.  Así me lo describe Rocío Próspero. Además de la defo- tal especulación. El estudio de Beals et al.(op. cit.), es citado
restación, el incendio intencional de trojes ha causado en oca- por varios otros autores, como WEST, Robert C.: Cultural Geo-
siones que ya no se vuelvan a construir. Así, durante el periodo graphy of the Modern Tarascan Area. Washington D.C.: Smith-
revolucionario de 1910 fueron varias las poblaciones con trojes sonian Institution, Institute of Social Anthropology, Publication
incendiadas por el caudillo Inés Chávez. 7, 1948, p. 27.

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Elementos mudéjares en la arquitectura vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha

Casas prehispánicas representadas en la Lámina XVII de La Relación de Michoacán.

existió en la conquista de América, pero sólo se de información ya que hasta ahora sólo se conoce
puede exportar lo que se poseé y la península ibéri- una sobre los p’urhepechas: la “Relación de las
ca no poseía la tecnología mencionada, por no estar ceremonias y ritos y población y gobierno de los
en la región boscosa centro europea. Y si esto no indios de la provincia de Michoacán,”13 conocida
fuera razón suficiente para dudar del posible origen como Relación de Michoacán y recopilada por el
peninsular del troje, queda descartada esa influencia franciscano Jerónimo de Alcalá en 1541, para don
al no existir ninguna referencia de que los españoles Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva Es-
hayan habitado en los trojes de Michoacán, como sí paña. No es ésta una fuente p’urhepecha sino sobre
está documentado que lo hicieron en casas construi- los p’urhepechas y, como su nombre lo indica, entre
das de adobe. los intereses del cronista no estuvo la arquitectu-
Ante las anteriores interpretaciones existe la con- ra, quizá por ser más sencillo y ameno narrar otros
traparte: una corriente indigenista considera al troje acontecimientos que describir arquitectura. Sin em-
como arquitectura autóctona. Esta interpretación se bargo, tuvo el cronista el buen tino de apoyarse con
fundamenta en tres factores: la existencia de una láminas ilustradas por manos nativas, en las que
identidad entre troje y cultura p’urhepecha, el que aparecen dibujos de arquitectura doméstica.
la solución arquitectónica refleja un modo de vida El primer trabajo etnohistórico sobre el troje
campesino, y la abundancia forestal de la región. apoyado en esta Relación de Michoacán y en otros
Sin embargo, es improbable que los p’urhepechas documentos coloniales, concluyó que “las casas
prehispánicos dispusieran de la técnica para labrar prehispánicas eran de adobe con techos de palma de
tablones de troncos de árbol de las dimensiones de cuatro aguas,”14 y que el troje era importado. El geó-
los que presenta el troje, pues sus herramientas más grafo West, usando las mismas fuentes, pensaba que
duras eran de obsidiana y cobre. El dominio español el troje debió importarse entre 1580 y 1780. La pri-
sobre la población p’urhepecha, llamado “Encuen- mera fecha corresponde a las Relaciones geográfi-
tro”, más bien enfrentó a una sociedad europea del cas que mencionan que todas las casas son de adobe
fin del medioevo, con sociedades americanas del fin
de la edad de los metales, en lo que a arquitectura y
tecnología constructiva se trata. 13.  Relación de las ceremonias y ritos y población y go-
bierno de los indios de la provincia de Michoacán. (Transcrip-
Los pocos trabajos realizados con el fin de ana- ción de TUDELA, José). Morelia: Balsal Editores, S. A., 1977.
lizar su origen se enfrentaron a las escasas fuentes 14.  Beals et al., op. cit., p. 36.

—  187  —
Juan Fernando Bontempo

con techos de palma a cuatro aguas, y la segunda en convertirlos al cristianismo. Para comunicarse
fecha corresponde al informe inédito del visitador con ellos aprendieron sus idiomas, interés que de-
Calderón que menciona “jacales de vigas horizon- clinaría en siglos posteriores, estableciendo con la
tales cubiertas de tajamanil (sic) en Turícuaro [. . .] población p’urhepecha la comunicación necesaria
cuatro trojes de madera de Pino, bien construidas y para el intercambio de ideas, lo que significó un
conservadas en Nocutzepo [. . .] y chozas (o casas enriquecimiento mutuo, aunque el fin principal era
de madera)” en otros pueblos15. adoctrinar17.
Existen en los trabajos revisados dos premisas La difusión de principios religiosos y del ritual
falsas, a mi juicio, que se asumen como ciertas: que cristiano requirió de construir nuevos espacios ar-
la arquitectura es sujeto de exportación, y que puede quitectónicos, pues los espacios abiertos, aptos al ri-
difundirse entre la población nativa. West concluye tual religioso p’urhepecha, no reunían las condicio-
que los conquistadores exportan su arquitectura de nes requeridas por el cristianismo. Esto constituyó
madera y la transmiten en dos siglos. Esto es falso, una tarea desmesurada, que se enfrentó condiciones
por lo ya dicho de que España no es parte de la re- muy adversas, pero que fue posible gracias a contar
gión de arquitectura lígnea. Es cuestionable basarse con la mano de obra nativa. El éxito en la empresa
en datos endebles para inferir que el troje fue impor- constructora está fuera de discusión y desde luego
tado y cuándo sucedió esto. Es mucho más lo que existió un intercambio fructífero de conocimiento
se sabe sobre difusión desde que West escribió y se tecnológico por una parte y, por otra, del conoci-
conoce ahora el bien estudiado caso de los indios miento sobre materiales locales, en particular de la
de Norteamérica, que nunca llegaron a vivir en la madera de los bosques.
arquitectura de troncos de madera introducida por Los templos construidos en Michoacán duran-
los colonos europeos. te el siglo XVI, sin importar su jerarquía, tuvieron
En consecuencia, la difusión de la arquitectu- techos18 inclinados de dos aguas, empleando un
ra no deja de ser conjetura mientras no se planteé sistema de alfardas que apoyan su extremo en un
quién trasmite, qué y cómo, porque la arquitectu- caballete soportado por los muros hastiales. Es éste
ra es un fenómeno más complejo, que un caballo o un criterio estructural exportado desde la penínsu-
una oveja que alguien lleva consigo. Por ello, deben la ibérica, basado en la armadura llamada de par
considerarse los factores fundamentales de la arqui- e hilera, aunque más sencillo19. En estos templos
tectura vernácula que Paul Oliver ha definido bien: michoacanos la armadura quedó oculta por una
“La arquitectura comprende la habitación y otras tablazón, mal llamada artesón, y en otros casos
construcciones de la gente. En relación con el con- por un almisate, que sin duda son de procedencia
texto natural y los recursos naturales, generalmen- mudéjar20.
te construida por el propietario o la comunidad, Entendemos por mudéjar la fusión de elementos
empleando tecnologías tradicionales”16. Aquí en- islámicos con elementos cristianos. Al llegar a la
fatizo lo que considero primordial para el caso del Nueva España este mudéjar se adaptó a necesidades
troje: el empleo de tecnología tradicional y la per- coloniales, de tipo religioso principalemente. En la
tenencia a un grupo social, aspectos que son poco arquitectura religiosa de Michoacán se encuentra in-
considerados generalmente por los estudiosos. fluencia mudéjar en la tendencia a enmarcar, con uno
o más alfices, el arco de ingreso, ventanas de coro
y a veces toda la fachada, así como a ornamentar
La transmisión de la tecnología
constructiva: ¿quién pudo transmitirla?
17.  Para el caso de Michoacán, los franciscanos Maturino
Los únicos posibles transmisores de tecnología Gilberti y Juan B. de Lagunas compilaron sendos diccionarios y
constructiva susceptible de ser aprovechada por los gramáticas del tarasco en 1559 y 1571 respectivamente.
p’urhepechas en su habitación, tuvieron que haber 18. Existe por lo general un empleo ambiguo del término
cubierta como sinónimo de techo, pero en este trabajo se refiere
sido los religiosos, debido a que tuvieron un estre- al almisate o a la tablazón que impide ver la armadura de los
cho contacto con la población nativa por su interés templos o capillas.
19. La correspondencia entre los términos locales y los
15.  West, op. cit. p. 30. Parte de su cita está en castellano. mudéjares es: hilera corresponde al caballete, estribos al arras-
16.  OLIVER, Paul: “Introduction.” [En] OLIVER, Paul, tre y tirante a la gualdra con cuña.
Editor. Encyclopaedia of Vernacular Architecture of the World. 20. Existen varios estudios al respecto (p. e. ÁLVAREZ,
Cambridge: Cambridge University Press, 1997, Vol. I, p. xxiii. Gloria: Los artesones michoacanos: los cielos historiados en
Mi subrayado. tablas pintadas. Morelia: Gobierno del Estado, 2000).

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Elementos mudéjares en la arquitectura vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha

estos marcos con conchas y ­foliaciones diversas21. nativa24. Sólo predicando la caridad cristiana con el
Los techos y cubiertas de los templos responden a ejemplo, como hicieron los franciscanos, se logró
las tipologías del mudejar22, con armaduras de lima que los sobrevivientes de las epidemias reconocie-
y de par y nudillo y alfarjes en abundancia. ran la calidad humana de quienes los habían cuida-
Aunque el proceso de construcción de tantos do. Esa prueba de caridad cristiana ayudó a vencer
templos permitió el intercambio de conocimiento la oposición de los p’urhepechas a congregarse.
entre frailes, sacerdotes y p’urhepechas, esto no ne- A los cronistas les debieron parecer tan humildes
cesariamente significa que tal conocimiento haya los hospitales que rara vez los mencionaron como
influido en su habitación. obra religiosa, sin embargo en Michoacán el obispo
Vasco de Quiroga se apoyó en los hospitales para
organizar el territorio al vincularlos con las parro-
¿Cómo pudo darse el intercambio quias. Por su parte los franciscanos, desde que incur-
de conocimiento constructivo? sionaron en Michoacán apoyaron el proyecto hospi-
talario, que Fray Juan de San Miguel se encargó de
Propongo que fue en el Hospital (uatajpera, en dinamizar, procurando que los conventos estableci-
p’urhepecha), institución exportada por los penin- dos incorporaran un hospital y los nuevos lo consi-
sulares, donde se dio una intensa interacción cultu- deraran. Con esto la organización del clero secular
ral entre religiosos europeos y p’urhepechas. y el regular abarcó todo el territorio michoacano,
Se ha enfatizado demasiado la idea de que el hos- con el resultado de que todos los pueblos, barrios
pital fue portador del ideal utópico humanista que y conventos tuvieron hospitales, con habitaciones
marca el fin de la Edad Media, y que su principal para enfermos y peregrinos25; contaban con bienes
promotor fue Don Vasco de Quiroga, Oidor y pri- propios, que les permitían mantener el hospital y
mer Obispo de Michoacán. Si bien Michoacán fue celebrar las fiestas de la virgen, pues la capilla esta-
asiento de uno de los llamados hospital-pueblo del ba siempre dedicada a la Inmaculada Concepción.26
obispo, los frailes franciscanos primero, los agusti- Así, aparte de tener las funciones hospitalarias eu-
nos después se dedicaron a la construcción de mu- ropeas de cuidar al enfermo, hospedar al viandante
chos otros hospitales23, inspirados en el cristianismo y albergar al anciano, los hospitales michoacanos
medieval y basados en la caridad hacia el prójimo, desarrollaron peculiaridades propias, pues todos tu-
más para ofrecer un consuelo espiritual y salvar el vieron, además, un departamento para los semane-
alma, que para recuperar la salud. ros y otro para el ayuntamiento p’urhepecha.
En Michoacán, los religiosos se enfrentaron a Los semaneros y el ayuntamiento p’urhepecha
una región montañosa con asentamientos dispersos, fueron dentro del hospital el vínculo entre la vida
cuya dispersión se vio agravada por el flagelo de civil y religiosa de los p’urhepechas. Los semane-
la conquista. En esas condiciones llevar a cabo la ros, organizados como cofradías, se encargaban de
tarea de conversión significó un reto mayúsculo. La atender a los enfermos y a los servicios del hospital
idea hospitalaria pudo llevarse a cabo por dos cir- y de la capilla. Durante la semana que ahí residían
cunstancias relacionadas entre sí: la necesidad que llevaban además de una vida de servicio, y una vida
tuvieron los oficiales y religiosos de congregar a la de oración y estudio de la religión. Por su parte el
gente, y las epidemias que diezmaban a la población ayuntamiento p’urhepecha gobernaba al hospital,
eligiendo anualmente a sus administradores: prioste,
21.  HERNANDEZ FRANYUTI, Regina: Análisis de ejem-
plos comparativos entre la arquitectura mudéjar de Toledo y
Michoacán. Tesis de Licenciatura en Historia. México: UNAM,
inédita, 1979, p. 84. 24. Las epidemias iniciaron tras la caída del imperio mexi-
22. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Arquitectura Mudejar: del ca. Muriel (op. cit. Vol. I, pp. 307-317), hace un pormenorizado
sincretismo medieval a las alternativas hispanoamericanas. recuento de ellas. Los mexicas, a diferencia de los p’urhepechas
Madrid: Manuales Arte Cátedra, 2000, p. 456. tuvieron asentamientos densamente poblados, lo que sin duda
23.  Muriel diferencía en su apelativo los dos proyectos de agravó el contagio.
hospitalidad emprendidos por Quiroga para distinguirlos entre 25.  Muriel, op. cit. Vol. I, pp. 70, 92, 93.
sí. Llama al primero Hospital Real de Santa Fe, compuesto por 26.  “En todos los Hospitales tienen una bien adornada igle-
el de la ciudad México y el del lago de Pátzcuaro en Michoacán; sia, en la cual todos los Sábados y festividades de María Santí-
y Hospitales de la Concepción al segundo proyecto, del que sima Nuestra Señora, se celebra con notable devoción el sagra-
existieron decenas en las diversas comunidades michoacanas. do Sacrificio de la Misa, a que acude con notable afecto todo el
MURIEL Josefina: Hospitales de la Nueva España: fundacio- pueblo.” ESCOBAR Y LLAMAS, Fray Mathias de: Americana
nes de los siglos XVII y XVIII. 2 Vols. México: Universidad Thebaida: crónica de la provincia agustiniana de Michoacán.
Nacional Autónoma, 1990, Vol. I, pp. 67-69. Morelia: Balsal Editores, 1970, p.117.

—  189  —
Juan Fernando Bontempo

quengue, mayordomo, y fiscal27. Como resultado de sus hospitales y han defendido por siglos los bienes
este vínculo entre vida civil y religiosa, los hospita- materiales comunales del patrimonio hospitalario32,
les se convirtieron en el centro de la vida cotidiana situación que prevalece hasta hoy en muchas comu-
de las poblaciones, en cuya capilla se oficiaba misa nidades p’urhepechas.
cada sábado, para celebrar el término de un grupo La información existente respecto al intercambio
de semaneros y el inicio de otro28. cultural que se dio en los hospitales, me permite su-
Los hospitales fueron también lugares donde se poner que no sólo se limitó a los ámbitos de religión
trascendió fronteras de identidad. Por ejemplo, muy y salud, sino también al de la construcción. Es muy
pronto los curanderos p’urhepechas adquirieron in- factible que la tarea constructiva haya recaído en los
fluencia en los aspectos de salud, emplearon hierbas p’urhepechas; incluso a veces se documentó que,
que conocían y técnicas para sanar, como el temas- por su pobreza, los hospitales no podían repararse,
cal, todo lo cual significó que se curaban entre sí29. ya que los gastos corrían por cuenta de la gente33.
En el ámbito religioso fue aumentando la presencia Parece que la política de construcción de hospitales
nativa, ya que quien tenía preparación religiosa30 se fue procesal y tras su inicio de manera provisional,
encargaba de catequizar a los niños y así fueron des- alcanza ya para mediados del siglo XVI el contar
plazando poco a poco a los españoles en las misas con capilla y demás departamentos34. Aunque la
sabatinas de la capilla. Las distintas funciones de labor constructiva no terminaba allí, pues de resultar
los hospitales adquirieron paulatinamente un carác- daños por temblores35 debían repararse y al hacerlo
ter p’urhepecha, hasta que, con el tiempo, acabaron se introdujeron pequeños cambios y alteraciones.
los indios por considerarlo como propio. Todos estos procesos de construcción, recons-
Se puede ver la transformación en suelo michoa- trucción, reparación y alteración que se dieron en
cano del hospital europeo, que para principios del diversas poblaciones con hospitales, promovieron
siglo XVII, se había hecho p’urhepecha, cumplien- la difusión de variadas técnicas entre las que des-
do el cometido religioso original de ser el centro taca la mudéjar. En las capillas, el elemento más
de la vida del pueblo. A lo largo del siglo XVII los apreciado por carpinteros y pintores p’urhepechas
nuevos intereses de la Corona española se vieron fueron las tablazones, que algunos llaman arteso-
reflejados en el hospital, cuando los párrocos fue- nes, y los almisates en ocasiones fechados y/o fir-
ron relegando de sus obligaciones a los frailes. Así mados por p’urhepechas36. Se cuenta con datos su-
quedó señalado en la investigación encargada por ficientes para plantear que en cientos de hospitales
el virrey Revillagigedo en 1790, misma que encon- se dio una interacción sociocultural que permitió y
tró que en Michoacán los “párrocos han convertido propició la apropiación de elementos, que empírica-
los hospitales en instituciones de servidumbre. Los mente dejaron de ser ajenos para los p’urhepechas,
indios sus mujeres y sus hijos estaban como escla- por lo que fue posible incorporarlos a su habitación.
vizados en ellos.”31 Es decir, la interacción que existió en los hospitales
Aunque la explotación p’urhepecha no fue gene- permitió incorporar cambios paulatinos a las técni-
ralizada, el cambio sí trastocó muchos aspectos, pero cas tradicionales de construcción empleadas en la
también provocó que los p’urhepechas defendieran habitación37.
los hospitales. A diferencia de lo ocurrido en el siglo
XVI, en esta ocasión no toleraron la destrucción de 32.  Muriel, op. cit. Vol I, p. 114.
33.  BRAVO UGARTE, José: Inspección Ocular en Mi-
choacán, México: Editorial Jus, 1960, p. 65.
27.  Muriel, op. cit. Vol I, p. 92. 34.  GREENHILL, Sharon E.: The Hospitals of Michoa-
28.  Muriel, op. cit. Vol I, p. 73. can. Architectural extensions to the sixteenth centrury religious
29.  “En estos hospitales, eran como digo, curados todos spaces of Mexico. Tesis de Maestría en Arquitectura. Austin:
los enfermos de los pueblos, en los cuales había unos inteli- The University of Texas, 1996.
gentes arbolarios, que sólo con simples yerbas aplicadas a las 35.  Michoacán está localizado en zona sísmica, con fre-
dolencias, hacían mayores curas que Esculapio [. . .] Sus baños cuentes temblores, a veces muy destructores. La estabilidad
son singulares; para éstos tenían en los hospitales hechos Te- estructural demostrada por el troje en sismos representa otra
mascales, que ellos llaman, que son unos pequeños hornos, que de sus ventajas.
tomados con debida proporción, causan admirables efectos a la 36.  SIGAUT, Nelly: “El cielo de colores.” [En] PAREDES
salud.” Escobar y Llamas, op. cit. , p.117. MARTINEZ Carlos, Editor. Arquitectura y espacio social en
30. El heredero del Caltzontzi o rey de los p’urhepechas, poblaciones purépechas de la época colonial. Morelia: Univer-
Huitziméngari , cristianizado como Don Antonio, fue de los pri- sidad Michoacana, Universidad Keio, CIESAS, 1998, p. 293.
meros en estudiar en el convento agustino de Tiripetío, Escobar 37.  Según las características de la arquitectura vernácula
y Llamas, op. cit., p 123. propuestas por Oliver mencionadas antes, que sea “construida
31.  Muriel, op. cit. Vol I, p. 113. por la comunidad o el propietario con técnicas tradicionales.” Sin

—  190  —
Elementos mudéjares en la arquitectura vernácula de Michoacán: el troje p’urhepecha

¿Qué elementos pudieron


trasmitirse?¿Son mudéjares?

Una vez resuelta la cuestión de quién difunde


y cómo, me resta intentar responder ¿cuáles de los
componentes del troje pudieron trasmitirse? La idea
de relacionar identidad p’urhepecha con troje y hos-
pital surge de observar que en la actualidad algunos
hospitales tienen entre sus componentes un troje, y
en muchos de aquellos que no los tienen, se afirma
que los tuvieron.
Pocas y a mi entender vagas y poco rigurosas,
son las investigaciones que existen sobre la arqui-
tectura de los hospitales38. En consecuencia, falta
saber, entre otros aspectos, si compartieron un es-
quema general39 que pudiera probar la existencia de
los departamentos para semaneros y Ayuntamiento
p’urhepecha, según afirma Juan José Moreno, bió-
grafo dieciochesco de don Vasco de Quiroga40, y si
alguno de estos era un troje.
El que en los hospitales que tienen trojes no sean
de los reconstruidos41 me permite suponer que el vin-
culo entre ambos edificios data de hace mucho tiem-
po. Sin embargo, se carece de información histórica
confiable acerca del troje y su función en los hospita-
les. Existe el dato, sin comprobar, de que algunos tro-
jes fueron la habitación de los semaneros que de ser Columna labrada contemporánea en Yunuén (Foto de JFB)
cierto aclararía algunas incógnitas sobre su origen.
No podemos negar la belleza de la arquitectu-
ra vernácula, a pesar de que exista la premisa de buscar la presencia de artesones en el troje, que sin
que no persigue ese fin; por lo mismo, no debemos duda son una ingeniosa búsqueda estética que nin-
guna arquitectura vernácula puede pretender. Más
bien encuentro posible referencia mudéjar en la es-
embargo, tradición “no debe interpretarse simplemente como el
tructura del techo y en el portal, aunque ambos son
legado estático del pasado, sino como un modelo de dinámica
reinterpretación del presente.” ALSAYYAD, Nezar: “Preface.” elementos estructurales, en el portal la influencia es
[En] Dwellings, Settlements and Tradition. BOURDIER, Jean- decorativa.
Paul y ALSAYYAD, Nezar Editores. Lanham, Ml.: University La columna (pilar) de madera, puede ser redon-
Press of America, 1989, p. 3. da o cuadrada; en las cuadradas transformadas en
38.  ARTIGAS Juan B.: Pueblos-Hospitales y Guataperas
de Michoacán: la realización arquitectónica de Vasco de Qui- octangulares42, se pudo elegir la solución bajo la
roga y Fray Juan de San Miguel. México: UNAM, 2001; influencia mudéjar. Logran transformar el cuadra-
CESAR VILLA, Ma. Guadalupe. y GUTIERREZ EQUI- do en octágono al rebajar los cantos vivos de las
HUA Ángel: “Espacio y Territorialidad en una institución co- aristas hasta obtener otra cara más delgada. Las
munal: los hospitales de Nurio, Pomacuarán Aranza, Sevina, y
Turícuaro, Siglo XVII.” [En] PAREDES MARTINEZ Carlos,
columnas (pilares) son los elementos en que se en-
Editor. Arquitectura y espacio social en poblaciones purépe- cuentra mayor variedad de decoración y se puede
chas de la época colonial. Morelia: Universidad Michoacana, señalar que las más antiguas y originales respetan el
Universidad Keio, CIESAS, 1998, pp. 317-18. criterio estructural en cuanto a proporción, dimen-
39. César Villa y Gutiérrez Equihua, op cit., pp. 317-18,
sión y forma. Mientras que las columnas (pilares),
afirman que sí, en base a cuatro de los cinco casos que estudian.
40. Citado en Muriel, op. cit., Vol. I, p. 170. con base y corona reducidos de fuste ancho y las
41. La loable labor de reconstrucción carece de rigor, el
conjunto de los pocos trabajos tiene un 42. La lacería de los artesones mudéjares se rige, como se-
forzado esquema de pequeño convento alrededor de un ñaló Fray Andrés de San Miguel, por el lazo de ocho. El tratado
patio, que no es convincente. Actualmente hay un programa de de este Carmelita formado en México, asi como la carpinteria
reconstrucción enfocado ha reconstruir los artesones de las ca- de lo blanco fueron investigados por BAEZ MACIAS, Eduar-
pillas y templos. do: México: UNAM 1969.

—  191  —
Juan Fernando Bontempo

profusamente labradas que aparentan filigranas son Mencioné al describir el troje como construcción
de factura más reciente. que la armadura que sostiene al techo se apoya en
Además de las columnas (pilares) talladas del las vigas (planchas) del tapanco. Ahora describo
portal, encontramos zapatas talladas.43. El criterio ge- dicha armadura considerándola como mudéjar. El
neral es modificar la escuadría de los cantos de la concepto estructural se asemeja al de lima simple,
zapata con curvas. La solución particular de la, o las pero al tener el troje claros pequeños no requiere de
curvas, puede variar, pero a la solución más usual los elementos que eliminan el coceo de la armadura
se le nombra pecho de paloma. La talla es indepen- de lima empleada en claros mayores, como templos
diente a la función de la zapata, y en muchos tem- y capillas45. En cada esquina del tapanco sobre los
plos y capillas se encuentra zapatas talladas, junto estribos46 (planchas) se disponen las limas, (tijeras)
con otros elementos mudéjares. y en los lados largos se disponen los pares unidos
En otros casos también la viga (solera) se talla, en la hilera; y en los cortos las péndolas unidas a las
por lo general también para suavizar los cantos limas; los nudillos rigidizan la armadura (morillos
vivos de la escuadría, pero a algunas se les tallan y tijeras), hecha de madera de pinabete, por ser más
muescas perpendiculares, más o menos elaboradas ligera y durable.
en ambas caras. No se puede afirmar, por ahora, si En el artículo he tratado de ir más allá de la
existe una pauta de muescas, ni si sea de influencia conjetura para relacionar dos aspectos con los que
mudejar. los p’uhrepechas actualmente se identifican: los
Donde tambien encuentro relación de los tem- hospitales y el troje, para plantear como hipótesis
plos y capillas con la habitación p’urhepecha es en que el troje ha tenido un proceso de apropiación
la puerta del cuarto del troje. Las puertas por lo ge- plenamente integrado a la cultura p’uhre semejan-
neral se componen de 8 tableros, los cuales tienen te a aquel operado con la transformación del hos-
tallas, igual que el marco de la puerta; generalmente pital europeo. Se tienen más datos que permiten
los motivos son florales. Esta solución se encuentra mostrar el proceso sincrético-cultural en los hos-
en las puertas de capillas de hospitales y templos, pitales que en el troje. Sin embargo, he presenta-
desde luego que dichas puertas son más altas y an- do como avance de investigación quién y cómo
chas y los motivos de las tallas son religiosos, y de pudo difundir cierta influencia mudéjar, de la que
más calidad. los p’urhepechas emplearon algunos elementos en
Hay que señalar que la casa de adobe de los el troje, como son la armadura del techo y cierta
p’urhepecha comparte las expresiones decorativas decoración.
en portal y puerta del cuarto, antes enunciadas. En
cambio, en lo que se refiere a la armadura del techo,
las soluciones difieren, quizá porque el troje tiene Agradecimientos
cuatro aguas y la otra habitación dos aguas. Es ésta
una diferencia importante en varios aspectos, sólo Agradezco la invitación de la Universidad Pablo
señalo la ventaja que representa el techo de cuatro Olavide hecha a través de Fernando Quiles; la
aguas en la solución de muros de carga con tablo- ayuda y entusiasmo de Rocío Próspero, historia-
nes, cuya estabilidad depende de la unión en las dora y cantante p’urhepecha; la habilidad de Juan
esquinas. La solución estructural de la armadura Francisco Guzmán para digitalizar imágenes y la
del techo de cuatro aguas depende precisamente de paciencia de Mari-José Amerlinck al revisar y co-
dicha estabilidad en los muros44. rregir el trabajo.

43. Esta es la pieza de madera horizontal dispuesta entre


el poste y la viga; su función es reducir el esfuerzo cortante del
poste en la viga, además de ayudar a reducir el claro de la viga
por salvar. Esta función no la tiene en el portal doméstico, pero
en los templos permite que aunque la dimensión del claro no
cambie, el claro en que la viga no tiene apoyos sea menor.
44. Los términos aquí empleados para describir los elemen-
tos estructurales y sus funciones son los propuestos en la tipolo- 45. Los elementos que eliminan el coceo en la armadura de
gía establecida en el II Simposio Internacional de Mudejarismo, lima simple son los tirantes y el cuadral.
celebrado en 1982 en Teruel. (HENARES, I. y LÓPEZ RAN- 46.  La influencia de elementos mudéjares no incluyó los
GEL, R. Editores: “Apéndice.” [En] Mudejar Iberoamericano: nombres, que se designan con términos locales. Para compa-
una expresión cultural de dos mundos. Granada: Universidad rarlos, pongo los nombres de la tecnología mudéjar en cursivas
de Granada p. 327-334, 1993. negritas.

—  192  —
Modos de construir, modos de alimentar e
conviver: As casas de farinha do Brasil

Maria Angélica da Silva, Melissa Mota Alcides


Universidade Federal de Alagoas. Brasil

O Contexto pode ser usada quando se trata de qualificar cer-


tas situações freqüentes no campo da arquitetura.
O nordeste do Brasil constitui-se em uma das Por exemplo, quando a utilização de materiais e
mais antigas regiões ocupadas pelos europeus no técnicas permitem a obra arquitetônica mimetizar-
contexto da expansão ultramarina. Nos séculos XVI se, com baixo custo financeiro, ao que se apresenta
e XVII, devido à extração do pau-brasil e ao culti- como atualizado ou interessante. Assim, pequenas
vo da cana de açúcar, nesta região concentrou-se o fachadas residenciais são reformadas para asseme-
interesse europeu, seja dos portugueses ou dos fran- lharem-se a novas edificações. Capelas são cons-
ceses e holandeses, em busca da exploração econô- truídas como igrejas de menor porte e na falta do
mica das novas terras. Marcas de ocupações rurais material mais nobre como a pedra ou o azulejo,
e urbanas desse tempo chegam aos dias de hoje, al- utiliza-se na decoração de seus detalhes, da velha
gumas delas sob a proteção das leis de preservação técnica do embrechamento.
patrimonial, outras simplesmente pela manutenção Porém, ainda dentro da prática vernacular, exis-
do uso. Dentre essas últimas, encontra-se um vasto te uma produção que aparentemente mantém-se fiel
conjunto de objetos arquitetônicos e inúmeros bens a um modelo que vence os séculos impassível aos
imateriais que permanecem ativos e, talvez por essa modismos e que se faz legítima por sua fidelidade às
aderência prática ao quotidiano, coloca-se aparen- demandas de uso, sem a busca da mencionada sin-
temente desnecessária para as instituições e para os tonia com a novidade. Neste conjunto encontram-se
aparelhos legislativos o seu tombamento. as casas de farinha, objeto de análise deste texto.
Por se manterem colados ao mundo do ver- Estas casas, espalhadas por expressiva parte do
náculo, na maior parte das vezes, estas heranças norte e nordeste do Brasil, mas também presente em
acoplam-se com justeza aos limites sociais que de- outras regiões asseguram a permanência de um pa-
finem as classes de menor poder aquisitivo. Den- trimônio de cunho produtivo, mas também com for-
tro deste conjunto há uma série de procederes que tes impactos na vida comunitária que fazem delas
podem ser abrigados dentro da expressão “solução um objeto de estudo interessante quando o objetivo
de pobreza”.1 Segundo o autor desta expressão, ela é analisar o patrimônio vernáculo e sua inserção na
contemporaneidade.
1.  Devo esta expressão a Dirceu Lindoso, no seu estudo
sobre a cultura alagoana.:“Alguns dos nossos monumentos
mostram que os artistas alagoanos ou que aqui viviam tiveram
de dar solução alagoana ao seu trabalho, fazendo de nossas fra- A mandioca
quezas, virtude. É o caso da torre lateral da igreja do Rosário,
em Maceió, cujo azul se origina de uma solução de pobreza – ao Os europeus chegados ao Brasil defrontaram-se
invés de pastilhas ou azulejas, aquele azul provém de cacos de com uma natureza outra. Uma nova paisagem, uma
pratos artisticamente dispostos. Uma cultura de ‘bricolage’de
solução magnífica”LINDOSO, Dirceu A., Uma cultura em
vastidão de terras pouco habitadas, que levaram in-
questão: a alagoana, Maceió: EDUFAL, 1981,p4 . clusive, ao surgimento de uma mitologia acerca das

193
Maria Angélica da Silva, Melissa Mota Alcides

enfrentada foi a alimentação. Em certa altura, se fez


necessário provar a refeição do indígena, aprender
com ele as formas de plantio e os códigos e procede-
res para a conversão do fruto da terra em alimento.
Dentre as inúmeras experiências alimentícias testa-
das pelos europeus, destacam-se as que envolvem o
consumo da mandioca.
Nos relatos de viajantes do Brasil dos séculos
XVI e XVII é possível encontrar, dentre os fatos que
despertaram o interesse dos europeus chegados na
Nova Terra, a constante menção à mandioca. 3 Ela
surge como o principal alimento dos povos nativos,
inclusive por possibilitar a itinerância, tão cara às tri-
bos Tupi Guarani. A mandioca é uma raiz de casca
rugosa de cor marrom, polpa branca e talos frágeis
que chega a alcançar até 13 quilos. Na parte externa
da raiz há uma casca rugosa e sob esta  existe uma
outra película, mais resistente. Por fim aparece  o
miolo, que na realidade é a parte comestível. No cen-
tro do miolo há uma fibra dura que lembra o pavio de
uma vela. A planta é um arbusto que chega a alcançar
2,5 metros de altura, com folhas e flores verdes.

“A base principal da agricultura tupi nas baixadas era


Manihot utilissima Müll. Arg. Em: Köhler’s Medizinal- a mandioca. O milho, rico em proteínas, que poderia
Pflanzen in naturgetreuen Abbildungen mit kurz impor-lhes maior dependência da agricultura mas que
erläuterndem Texte: Atlas zur Pharmacopoea germanica, teria também demandado mais nutrientes dos solos da
by Köhler, Franz Eugen (1883 - 1914)  Volume 3 of 3, floresta, era empregado apenas como matéria prima
1887. Do site http://www.illustratedgarden.org/mobot/ alternativa no preparo de uma bebida fermentada que
rarebooks, em 20 de julho de 2005. apreciavam muito” 4

Além disto, a mandioca propiciava a possibili-


suas qualidades edênicas.2 A população indígena que dade de armazenamento oculto no solo. Eram es-
habitava o litoral – os Tupi Guaranis – pontuavam o toques para os tempos de guerra, mas também para
território com marcas discretas dentro da vastidão, a confraternização, quando uma aldeia servia como
constituídas das ocupações residenciais – as tabas – as anfitriã às outras vizinhas 5.
ocupações de cultivo – denominadas pelo português, Estudos de fundo mais científico acerca da botâ-
roça – e pelas trilhas, ou seja, insinuações na topo- nica e dos usos alimentares das plantas da Nova Terra
grafia, geralmente no sentido da curva de nível, que
serviam para unir os lugares habitados. Estes lugares
tinham uma vida curta – 4 a 5 anos mas as vezes che- 3.  A obra de Pinto de Aguiar registra o comentário sobre
gando a 10, quanto então a tribo se movia em busca de a mandioca encontrado nos mais expressivos relatos acerca do
um outro sítio favorável à moradia e ao plantio. Brasil colônia nos séculos XVI a XIX, destacando-se os dos
jesuítas como o padre Manoel da Nóbrega, José de Anchieta
Sem deparar com vilas ou cidades, os europeus escrevendo a Inácio de Loyola, de portugueses que se estabele-
tiveram que constituir a rede urbana e dedicar-se a ceram por certo tempo no Brasil como Gabriel Soares de Souza,
observar aquela população com o fito da catequese, Pero de Magalhães de Gândavo, o padre Fernão Cardim, reitor
mas também buscando o aprendizado de como so- do Colégio Jesuíta da Bahia, Frei Vicente do Salvador e outros.
Além disto serão encontrados registros nos relatos dos holande-
breviver nos trópicos. Uma questão importante a ser ses que estiveram no Brasil no século XVII e a seguir, inúmeros
nos séculos XIX quando abre-se a oportunidade da visita oficial
2. Esta idéia é respaldada em um grande número de evi- de estrangeiros ao Brasil. AGUIAR, Pinto de. Mandioca – pão
dências levantadas nos relatos de viajantes e nos registros ico- do Brasil. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1982.
nográficos remanescentes daquela época. Sobre este tema, ver 4.  DEAN, Warren. A ferro e fogo – a história e a devas-
HOLANDA. Sérgio Buarque, Visão do Paraíso – os motivos tação da mata atlântica brasileira. São Paulo: Companhia das
edênicos no descobrimento e colonização do Brasil. São Paulo: Letras, 2002:48.
Companhia Editora Nacional, 1969. 5. Idem, ibidem,p. 49.

—  194  —
Modos de construir, modos de alimentar e conviver: As casas de farinha do Brasil

Preparo da farinha de mandioca. Guilherme Piso, Historia Natural do Brasil Ilustrada, 1948, p. 62.

apenas ocorrerão no século XVII, quando surge a um sucolácteo, do qual fica muito entumecida, depois
obra de Frei Cristóvão de Lisboa (1583-1652) es- que arrebentam os grelos, nascidos entre-nós e do
crita, presumivelmente, entre 1624 e 1627,6 onde caule”.8
encontra-se estampada uma esplêndida vista da
planta. Mas seu conhecimento amplia-se apenas Quanto ao preparo e uso na alimentação:
com a vinda dos holandeses ao Brasil. Os natura-
listas Guilherme Piso e George Marcgraf, respon- “Arrancadas da terra, as raízes mal duram o espaço
de três dias, mesmo bem guardadas em celeiro. Lim-
sáveis pela descrição textual e iconográfica de cerca
pas e despojadas da casca tenuíssima que as envolve,
de 350 espécies florais, realizam também o estudo levam-se a um moinho de mão, cuja figura daremos
da planta. Piso a descreve como sendo natural do a seguir, movido por dois homens, e são moídas por
Brasil apresentando-a a partir de seu nome indíge- umas pontas de ferro, recebendo um cocho a fari-
na Mandihoca,segundo ele sendo também conhe- nha das raízes trituradas. (...) As raspas em seguida
cida por Hiucca pelos habitantes da Angola e das se lançam num largar ou prelo que, com sua grande
“outras Índias”. O autor descreve o tipo de solo que pressão, lhes expreme o líquido supérfluo e nocivo,
a mandioca necessita para se desenvolver como tornando-se secas e sem nenhuma umidade. Depois
sendo em “terra pouco glebosa ou irrigada, e antes se coam numa peneira chamada Urupeba, e são logo
lançadas num recipiente, alguidar de barro ou cobre,
seca, árida e montanhosa e acumulada em montícu-
posto ao fogo e agitado um pouco até cozerem. Semi-
los, como os das toupeiras”, 7 afirmando ainda que cozidas e ainda moles, são comestíveis e se chamam
nasce indistintamente em qualquer região do Brasil. Farinha relada, isto é, farinha cozida não dessecada.
Quanto à sua aparência diz: O mais restante e que se quer guardar misturam, em
fogo mais ou menos intenso, à vontade, e secam bem.
“... apresentam folhas elegantes, expandindo-se em Pois, essa farinha, quanto mais seca e cozida, tanto
forma de estrela. O caule recto, nodoso, raro exce- mais durável é.” 9
dente à estatura de um homem. A grossura varia con-
forme a fecundidade do solo e a tempérie do clima. E em um desenho à margem de um mapa seiscen-
Produz uma flor pequena e a semente semelhante a
tista, surge o que possivelmente seja a mais antiga
do rícino americano, mas truncada. O mais podemos
representação do processo de cultivo e da mandioca.
conhecer pela figura da própria planta. Produz um
fruto subterrâneo, a saber a raiz comestível chamada Trata-se de uma cena onde podemos observar todo o
Mandihoca, não diferente da cenoura, que contém processo da lida da mandioca a partir do cultivo até
o preparo do alimento na casa de farinha.
6.  PEIXOTO, Ariane Luna & ESCUDEIRO, Alexandra. Portanto, nas primeiras descrições escritas ou
Pachira aquatica (Bombacaceae) na obra “História dos Ani- iconográficas, já se destaca o seu uso na forma de
mais e Árvores do Maranhão” de Frei Cristóvão de Lisboa. In.:
Revista Rodriguesia, n. 53, p. 123-130, 2002: 123.
7.  PISO, Guilherme. Historia Natural do Brasil Ilustrada. 8. Idem, ibidem, p. 61.
São Paulo: Companhia Editora Nacional, 1948, p. 61. 9. Idem, Ibidem, p. 61.

—  195  —
Maria Angélica da Silva, Melissa Mota Alcides

farinha. Desta maneira a utilização da raiz amplia- feitas de barro, de madeira, de casco de animal ou
va-se enormemente, pois sua durabilidade passa a de casca de fruta o ralo, de cascas de ostras- não só
se estender por vários meses além de facilitar seu davam as cunhãs recorte ou formas graciosas , como
carregamento durante as longas jornadas que eram animavam-nas de desenhos pintados a cor: ‘mille
petites gentillesses’, diz Lery”. 13
comuns naqueles tempos de guerra e de conquista.
Os povos nativos terão um acervo de várias len-
Todos estes equipamentos e utensílios mencio-
das para explicar o surgimento da mandioca, sempre
nados por Gilberto Freyre, são encontrados em uma
relacionada ao sacrifício de um membro da tribo para
casa de farinha tradicional. Pois esta casa, de uma
prover os outros de alimento farto e nutritivo e cura-
certa forma, revela-se uma cozinha coletiva que,
dor de doenças. A sua cor alva é destacada e relacio-
além da produção da farinha, envolve a sua trans-
nada às lágrimas ou ao empenho dedicado ao cultivo
formação em variados quitutes. Embora hoje larga-
do pequeno pé, necessário para que a planta se desen-
mente industrializada, a produção de farinha, ainda
volvesse, atingindo a altura de um homem. A crença
ocorre nessas casas, situadas nas cidades de interior,
em suas possibilidades antiescorbúticas deram mais
no entorno das capitais e na zona rural.
um motivo aos europeus para adotá-la mais efusiva-
Da casa de farinha é indissociável os ritos comu-
mente na alimentação contra as pestes do mar. 10
nitários que acompanham as atividades de sua pro-
Estudos atuais revelam que a matriz da man-
dução. A cantoria, as conversas e casos permanecem
dioca, era nativa da Amazônia. Foi necessário abrir
atrelados ao seu fabrico até os dias de hoje, bem como
uma clareira na floresta para que ela deixasse a
a socialização das tarefas e dos produtos resultantes.
forma de cipó e tornasse um arbusto. Hoje são con-
hecidas cerca de 98 espécies, tidas como válidas,
de várias cores e formas, portando vários arranjos
A casa de farinha
de micronutrientes11. Denominada “farinha de pau”
pelos europeus, quando apresentada na sua versão
Casa: “morada de casas, edifício em que vive huma
mais grossa, considerada “o pão dos pobres” ainda família com seus móveis e alfaias amparada das injú-
hoje, no Brasil continua sendo mais importante rias do tempo”. Dicionário Bluteau, 1712.
que o milho e nas regiões norte e nordeste é a mais
constante presença na refeição, estando presente no O termo “casa” era empregado como aposento,
prato da manhã, da tarde e da noite. Sua importância como local de realização de uma tarefa. Por isto, pode
é tão grande e tão expressiva na plantação de cunho nomear o lugar do fabrico da farinha14. Não é pos-
familiar que pode ser tomada como o significado do sível afirmar que os indígenas construíram “casas”
termo “roça” ou “roçado”, que significa a área de ou abrigos para a produção da farinha, mas não seria
cultivo como um todo12. difícil que estes abrigos ocorressem visto as formas
Segundo Gilberto Freyre, o indígena fabricava que tomam até os dias de hoje: frágeis construções
por suas próprias mãos, todos os utensílios envol- realizadas com barro, palha e esteios de madeira.
vidos na preparação e na guarda da comida. Muitos A casa de farinha tradicional constitui-se em uma
deles serão incorporados à cozinha colonial e se- edificação normalmente realizada sem vedações la-
guirão sendo utilizados com o passar do tempo. terais, coberta de palha, deixando evidentes os equi-
pamentos de produção. A rotina do fabrico envolve
“Ainda hoje o vasilhame de qualquer casa brasileira várias etapas. A mandioca é descascada e a seguir
do norte ou do centro do Brasil contém numerosas
triturada, girando-se uma roda atrelada a um tipo de
peças de origem ou feitio puramente indígena. A
nenhuma cozinha que se preze de verdadeiramente ralador denominado caititu. A seguir é colocada em
brasileira, falta a urupema ou o pilão, o alguidar ou o uma prensa, transformando-se em uma massa fina.
pote de água. A algumas dessas vasilhas domésticas, A prensa é uma estrutura feita de paus grossos, onde
se coloca a massa envolta em sacos ou folhas de
10.  HOLANDA, Op. Cit, ,p.270. palmeira ou cesto denominado tipiti. Sob a pressão,
11.  Dentro das 98 especies de Manihot, tidas como válidas, dela é extraído um líquido, a manipuera. Depois de
Manihot esculenta é a única cultivada, pelas suas raízes ricas em espremida, a farinha passa por uma urupema, sendo
carboidratos. São poucas as espécies que foram até agora utiliza-
das em programas de melhoramento. (Do site: http://www.gene-
conserve.pro.br/reprints22.htm, acessado em julho de 2005) 13.  FREYRE, Gilberto,Casa Grande e Senzala, São Paulo:
12.  HEREDIA, Beatriz Maira Alásia de, A morada da vida Global Editora, 2005: 190.
– trabalho familiar de pequenos produtores do Nordeste do 14.  Sobre este termo, ver MARX, Murillo, Cidade no Bra-
Brasil.Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1979:126. sil: em que termos?”. São Paulo, Studio Nobel, 1999:122-128.

—  196  —
Modos de construir, modos de alimentar e conviver: As casas de farinha do Brasil

A casa de farinha e a discussão


sobre o vernáculo

Quando se discute a manutenção da arquitetura


vernácula, da qual, no Brasil, a casa de farinha é um
exemplo, entra em pauta a sobrevivência de um mo-
delo de vida que pressupõe práticas comunitárias,
um certo tipo de proceder artesanal, uma relação
fenomenológica com o entorno e com o próprio
edifício.
O trato com o mundo da experiência, da não
regularização do quotidiano, do espaço aberto ao
imprevisto, o favorecimento do lúdico, o trabalho
Casa de Farinha. Ubatuba/ Eldorado, São Paulo. Do
site: http://www.pick-upau.com.br/nacao/casa_farinha/ submetido ao ritmo da natureza e aos ciclos cósmi-
casa_farinha.htm#01 cos. Lembra-se Bachelard e seu discurso do ente-
souramento do quotidiano através do acúmulo de
memórias.
amassada e peneirada. A farinha então é secada em O patrimônio da casa de farinha não está no re-
um forno circular, e a seguir está pronta para ser quinte de sua edificação, mas na sobriedade da sua
utilizada. Neste mesmo forno são preparados beijus arquitetura, na sua estrita finalidade aos moldes fun-
e outros tipos de iguarias realizadas com a farinha. cionais, que lhe trazem certa proporção, equilíbrio
Hoje, mesmo as casas de farinha cobertas de e simetria não pela busca da afinidade aos clássicos
palha, muitas vezes já se utilizam dos recursos da ou aos moldes greco-romanos, mas pelo repertório
energia elétrica para poupar os braços de homens e formal ligado à essencialidade dos materiais e téc-
mulheres que manipulavam as rodas, os caitius, e nicas empregadas. Assim os esteios estarão sempre
outros equipamentos próprios das casas de farinha. a uma distância modulada, bem como as peças do
Contudo, muitas ainda combinam este conforto com telhado e a distribuição dos equipamentos. O pé-di-
a manutenção das práticas de sociabilidade, mas reito será o necessário para abrigar as dimensões do
continuam como locais onde se reforçam os laços corpo do homem nordestino e a gestualidade em-
da convivência: ainda se ouve a cantoria, o trabal- pregada no fabrico da farinha. As regras de higiene
ho associativo, a reunião e a cooperação dos grupos e limpeza seguem subordinadas ao que a tradição
familiares. Todos os membros da família participam implementou, exigindo a presença do entorno na-
da farinhada, ou seja, a fabricação da farinha, inclu- tural, com seus cursos d’água e vegetação. Neste
sive as crianças, 15 sentido, também constitui-se em uma “solução de
Na paisagem, a casa de farinha destaca-se por pobreza”. Algo supostamente à margem do pro-
seu amplo telhado, de águas bastante pronunciadas ceder moderno e da lógica erudita da produção do
visto a difícil condição de escoamento provida pela espaço.
palha. Por vezes possui paredes de taipa. Esta forma Se a princípio a concepção da casa de farinha
de construir um abrigo – que re-edita a casa arquetí- está completamente afastada do método tradicional
pica vitruviana – trata-se de uma versão simplificada de trabalho do profissional arquiteto, se aprofunda-
adotada para a construção da oca (habitação indíge- mos um pouco mais o entendimento da sua prática,
na) e outras estruturas que servem como abrigo para podemos rever este ponto de vista. Se recordamos
execução das tarefas do quotidiano. Essa é a mesma que para Le Corbusier e para a geração modernis-
estrutura, sempre em madeira e palha, que surge em ta, a arquitetura salienta a ordem, a possibilidade
versão mais reduzida para servir de abrigo para a da construção para todos, a geometria, a sabedoria
canoa à beira rio, para a lavagem de utensílios den- encontrada nas máquinas, a casa de farinha não se
tro dos cursos d’água e às vezes como apoio para a afasta muito deste discurso. Apenas a sua lógica de
realização de certas tarefas domésticas, cobrindo o emocionar não se faz pela individualidade da so-
fogão de barro e a estrutura utlizada para a secagem lução mas pelo apreço da tradição, que traz a marca
de utensílios e alimentos no preparo da alimentação da repetição continuada no tempo.
(giraus).
“Toda manifestação humana necessita de um certo
15.  Sobre este tema, ver HEREDIA, Op. Cit. quantum de interesse, e isso sobretudo no domínio

—  197  —
Maria Angélica da Silva, Melissa Mota Alcides

estético; esse interesse é de ordem sensorial e de Acredita-se que uma das alternativas para a
ordem intelectual.”16 sua manutenção é prover a sobrevivência dos seus
exemplares remanescentes, onde é possível encon-
Voltando no tempo e lembrando o contexto co- trar este tipo de vida fenomenológica em vigor,
lonial, uma condição climática e uma cosmologia sejam eles os “labirintos topológicos dos grandes
fez com que o europeu se deparasse com uma prá- casarões rurais” ou simplesmente pequenas casas
tica entre os nativos que quase não interceptava o de farinha. Como um centro reabastecedor, como
corpo e as estruturas arquitetônicas, do meio. Arris- uma exemplaridade, lembrando que este atributo
cando um pensamento anacrônico, pode-se sugerir que o olhar estrangeiro observa nele, não pode ter
que a integração interior /exterior proclamada pela como conseqüência o congelamento daquele recorte
arquitetura moderna já se encontra estabelecida em vernacular e a ele próprio deve caber a alternativa
um lugar da terra onde as intempéries e os grandes de existência ou desaparecimento.
cataclismas da natureza usualmente não se fazem Certamente a manutenção da casa de farinha está
presentes. Portanto a casa de farinha encontra-se até ligada à sobrevivência da agricultura de subsistên-
os dias de hoje, modernamente aberta ao exterior, cia, à prática das roças, a um contato amortecido
fundida na paisagem vegetal. com o mundo urbano. Assim a sua sobrevivência
Na atualidade o discurso construtivo da casa depende de um círculo protetor bem mais extenso
de farinha distancia-se da maioria expressiva das do que a própria edificação. Estes mesmos pressu-
“casas” dos brasileiros, destinada aos edifícios ver- postos valem para a casa, para o abrigo da canoa,
ticalizados, conjuntos habitacionais ou pequenos para a coberta para lavagem de roupa e vasilhas
cômodos em favelas, onde a experiência do habitar dentro do rio, para o palhoça que é construída para
está reservada a ser classificada como massifica- as festas da colheita no tempo das comemorações
dora. Esta outra perspectiva faz com que manifes- juninas.
tações vernáculas como é o caso da casa de farinha Qualquer leitura da arquitetura vernácular, mo-
sejam, por vezes desprezadas pela precariedade ou, ve-nos para o mundo rural ou da pequena cidade,
por outro lado, valorizadas ao extremo por sua ínti- da feira, da estrutura de vizinhança, a casa coberta
ma aderência ao mundo da percepção e do sensorial. por um telhado generoso, como os são os da casa de
Nela vigora uma lógica também diferente da fave- farinha. Mas é a casa não fenomenológica 18 a que
la. Esta, mais moderna, faz-se no ritmo do tempo, e construímos no cotidiano. Como inserir o seu con-
veloz, está sempre se alterando, através da bricola- trário, a casa da experiência, nas cidades mantendo
ge, do fragmento que se acumula e transforma, das vivo os resquícios do mundo ainda regido pela ex-
divisões de espaço que se subdividem cada vez mais. periência vernácula e pelos vínculos com o lugar? A
As casas de farinha são exemplo de uma lógica ime- boa vizinhança entre estas duas casas, é uma meta a
morial e mais constante, absolutamente fenomeno- perseguir. Sem nostalgia em busca de novos rumos
lógica.. A Carta do Patrimônio Vernáculo Cons- para a relação entre homem, saber e natureza.
truído ratificada em outubro de 1999, já salienta a
relação de afetividade que este tipo de arquitetura
evoca. Voltando à questão fenomenológica, A casa de farinha e o tempo

“O desafio que o fenomenólogo nos coloca, porém, é “...ninguém em nossa casa há de cruzar os braços
precisamente outro: como recuperar a complexidade quando existe a terra para lavrar, ninguém em nossa
da experiência; como recriar os labirintos topológicos casa há de cruzar os braços quando existe a parede
dos grandes casarões rurais em vivendas e apartamen- para erguer, ninguém ainda em nossa casa há de cru-
tos com cem metros quadrados apenas; como organi- zar os braços quando existe o irmão para socorrer,
zar uma pele entreaberta, provedora de intensidade, caprichoso como uma criança, não se deve contudo
em fachadas com superfícies e técnicas limitadas e retrair-se no trato do tempo, bastando que sejamos
em lugares sem qualidade alguma; como relacionar o humildes e dóceis diante de sua vontade, abstendo-
palácio em que Picasso desfrutava de longas, praze- nos de agir quando ele exigir de nós a contemplação,
rosas e produtivas férias, com tantas periferias depri- e só agirmos quando ele exigir de nós a ação, que
mentes e [em] sem quaisquer atributos.”17 o tempo sabe ser bom, o tempo é largo, o tempo é

16. LE CORBUSIER, Por uma arquitetura, São Paulo:


Perspectiva, 1981:97. 18. Esta é a leitura que Abalos apresenta em seu livro, onde
17. ÁBALOS, Inãki, “A boa-vida; visita guiada às casas são arquitetadas sete casas a partir de conceitos próprios do sé-
da modernidade”, Barcelona, Gustavo Gili, 2003: 108. culo XX.. Ver ÁBALOS, Op. Cit.

—  198  —
Modos de construir, modos de alimentar e conviver: As casas de farinha do Brasil

generoso, o tempo é farto, é sempre abundante em o lazer dos que se adensam nas metrópoles. Sabe-
suas entregas (...) em tudo ele nos atende, mas as se do aspecto caricatural desta prática da busca do
dores da nossa vontade só chegarão ao santo alívio exótico e da valorização do que se coloca à margem
seguindo esta lei inexorável (...) na doçura da velhice
do dito “progresso”. Em busca da diversificação das
está a sabedoria, e, nesta mesa, na cadeira vazia da
outra cabeceira, está o exemplo: é na memória do avô
vivências e do argumento a favor da biodiversida-
que dormem nossas raízes...” de das práticas humanas, os resquícios do vernácu-
Raduan Nassar, Lavoura Arcaica19 lo podem ser entendidos como pequenas lições de
uma outra sabedoria. A menção “pequeno” é utiliza-
Uma realidade que se globaliza e que coloca um da aqui entendendo que é próprio desta prática ver-
outro parcelamento de tempo e espaço, deve atender nacular uma certa escala, que se afigura diminuta
ao ser humano na escala dos milhões, como é o caso frente ao que se manipula no mundo da globalidade.
das metrópoles, das quais o Brasil contribui na lista dos Silenciosa e reveladora, a imagem da casa de
maiores conglomerados humanos com a cidade de São farinha, retida no passar dos séculos, não autoral,
Paulo. Mas neste Brasil também ocorrem, até mesmo rústica, imprescindível da convivência “útil” com
no coração de São Paulo, a experiência vernácula. a paisagem sobrevive, mantendo vivo o gesto mais
Surpreendentemente, em algumas ocasiões espe- simples de construir o abrigo. Valendo-se dos ingre-
cíficas, estes mundos convivem. E, na distância, as dientes da terra, prepara uma arquitetura produzida
regiões onde o vernáculo se mostra mais expressivo, por pedaços da natureza, na sua concepção e forma-
hoje, são tomadas como rotas para o turismo e pra to plenamente vegetal.

19. NASSAR, Raduan, Lavoura arcaica, São Paulo, Com-


panhia das Letras, 1997,p.58-60.

—  199  —
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina

I. Blasco Lucas, G. Re, L. Vega, M. Fábrega, N. Merino, E. Hidalgo, R. Rosés, L. Simón

Irene Blasco Lucas , Guillermina Re, Liliana Vega, Mabel Fábrega, Norma Merino, Elena Hidalgo,
1

Rodolfo Rosés, Laura Simón


Universidad Nacional de San Juan. Argentina

Introducción térmica, agua, comunicaciones, imágenes, fichas, y


temas varios.
Una característica casi constante de políticas gu- En el presente trabajo se muestran resultados
bernamentales es el exceso de tecnicismo en des- de las consultas efectuadas en la BD para la ca-
medro de aquellos aspectos humanos relacionados racterización de los asentamientos espontáneos
con los destinatarios de las mismas. En el medio relevados, tanto desde sus aspectos físicos como
rural esto resulta aún más crítico que en casos sociales. Se enfatiza el estudio de la percepción
suburbanos. que los habitantes tienen de problemas y oportu-
Invertir esfuerzo intelectual para crear un pro- nidades, al igual que las valoraciones y significa-
cedimiento que permita a la vez ordenar, georefe- dos que atribuyen a cada componente de su vida
renciar, almacenar y procesar estadísticamente in- cotidiana. Se fortalece de este modo un abordaje
formación sobre los modos de vida de pobladores más humanista de la problemática del hábitat rural
del árido sanjuanino, resulta de especial interés en general y de zona árida en particular, lo cual
para realizar una contribución concreta que permi- mejorará los resultados de aquellas políticas espe-
ta paliar la tendencia tecnicista antes mencionada. cíficas que lo adopten.
El medio adecuado para soportar un procedimiento El análisis que se realiza permite una maduración
como el deseado, es la conformación de una Base de conceptualizaciones sobre la dinámica de los es-
de Datos (BD), pues facilita numerosos análisis me- pacios que conforman cada asentamiento, desde una
diante consultas predeterminadas, además de cons- visión más próxima a la de los habitantes del lugar.
tituirse en un archivo dinámico de la totalidad de Sólo partiendo del respeto de costumbres y saberes
datos recopilados. locales, se podrá lograr que exista una apropiación
La estructura de la BD contiene diecisiete tablas de nuevos conocimientos y tecnologías que permi-
interrelacionadas, que abarcan temas tales como: tan mejorar las difíciles condiciones de vida en el
localización, datos GPS, arraigo, familia, vivienda, sector rural que se estudia.
entorno, eventos comunitarios, ocupaciones colec- El rol que juega la solidaridad en actividades
tivas, educación, salud, energía eléctrica, energía comunitarias, como base para aprendizaje de me-
jores prácticas técnicas y sociales, debe ser rescata-
do no sólo en su aspecto humanitario sino también
1.  Directora de los proyectos FONCYT-ANPCYT PICT físico, iniciando las políticas con la construcción
13-13059, y CICITCA-UNSJ PIC 21/A383 en el marco de los
cuales se realizan las presentes investigaciones. Instituto Re- de salas comunitarias que aporten un lugar para el
gional de Planeamiento y Hábitat de la Facultad de Arquitectura fortalecimiento de la convivencia cívica, que sea
Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de San Juan la semilla de organización para la construcción de
(IRPHa-FAUD-UNSJ). Av. Ignacio de La Roza y Meglioli, Ri- un hábitat superador, con las llamadas tecnologías
vadavia, 5400 San Juan, Argentina. Tel: +54(0)264 423 2395
Int. 349. Fax: +54(0)264 423 5397. E-mail: iblasco@farqui.
apropiadas, que incorporan mejoras rescatando lo
unsj.edu.ar Web: http://www.irpha.com.ar autóctono.

200
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina

Universo de análisis un potencial para la explotación de los denomina-


dos “Turismo Ecológico” y “Turismo Aventura”.
La realidad de los grandes contrastes está pre- La problemática relacionada con las pequeñas co-
sente en todo el mundo, del cual no se excluye la munidades rurales de zonas árido-sísmicas surge
amplia región del árido latinoamericano, donde se del análisis de sus necesidades primarias, detecta-
hace más notable el grado de postergación en que das en experiencias previas propias y realizadas por
han quedado sumidos los habitantes del desierto. otros grupos de investigación que se ocupan de la
Estudiar sistemáticamente sus necesidades y elabo- temática.
rar respuestas que contribuyan a mejorar sus condi- La Fig. 1 muestra un relevamiento efectuado por
ciones de vida es una deuda de la sociedad, dentro la MSc.-Arq. Irene Blasco Lucas con los datos dis-
de la cual, distintas disciplinas pueden realizar una ponibles en la Dirección de Recursos Energéticos
importante contribución para saldarla. Prácticamen- de la Provincia de San Juan (en color rojo) super-
te la franja del territorio nacional localizada a lo puesto en la imagen satelital del Atlas Socioeconó-
largo de su costado Oeste, es la que se caracteriza mico Digital de la Provincia de San Juan elaborado
por diferentes grados de aridez y resulta coincidente por el Instituto de Fotogrametría de la UNSJ, que
con la región de mayor riesgo sísmico. La norma también contiene localidades representadas en color
INPRES CIRSOC N° 103 establece una zonifica- amarillo y las rutas y huellas en rojo. En mayor ta-
ción sísmica para la República Argentina dividién- maño se pueden ver los Departamentos de 25 de
dola a ésta en cinco zonas identificadas por números Mayo, Caucete y parte de Valle Fertil, en los que
que van de 0, de muy reducida peligrosidad sísmica, se han realizado relevamientos detallados. La Fig. 6
a 4, de muy elevada peligrosidad. El área de estudio representa los puntos y huellas (trazo discontinuo)
queda comprendida en zonas de alto riesgo (2 y 3). relevados con localizador satelital (GPS) por la Ar-
La clasificación bioambiental correspondiente a las quitecta antes mencionada, en un sector del Depar-
zonas sísmicas 2 y 3, según Norma IRAM 11604 tamento de 25 de Mayo.
abarca las zonas II y III. Ambas poseen una elevada
irradiancia y heliofanía solar a lo largo de todo el
año, las III y IV acusan grandes amplitudes térmi-
cas diarias y estacionales, largo período estival con
temperaturas extremas e inviernos cortos pero muy
rigurosos, lluvias torrenciales en verano con pro-
blemas aluvionales. La zona V presenta un clima
moderado en verano, siendo el invierno más largo
y frío que en las anteriores. La zona VI es de alta
montaña, muy fría durante todo el año. Sólo algunas
localidades cuentan con un recurso eólico factible
de ser aprovechado para producción de energía me-
cánica o eléctrica.
Las pequeñas comunidades rurales, objeto del
estudio, están localizadas en pleno desierto o en
pequeños oasis intermontanos y se caracterizan por
basarse en economías de subsistencia, cuyas activi-
dades productivas se relacionan principalmente con
la ganadería extensiva (mayoritariamente ganado
caprino), las artesanías autóctonas (en barro, lanas,
cuero y alimentos) y ocasionalmente con la agricul-
tura, en los pocos casos que logran resolver el abas-
tecimiento de agua. Su tamaño varía entre 6 y 100
habitantes y sus viviendas generalmente se encuen- Fig. 1. Localización de “puestos” en la Provincia de San
tran dispersas, en terrenos fiscales o con títulos no Juan y Departamentos donde se trabajará
saneados, de precaria accesibilidad vehicular, y con
escaso o nulo equipamiento comunitario (Escuela,
capilla, puesto sanitario, etc.). Muchas de ellas están
situadas cercanas a circuitos turísticos y presentan

—  201  —
I. Blasco Lucas, G. Re, L. Vega, M. Fábrega, N. Merino, E. Hidalgo, R. Rosés, L. Simón

Estructura de la base de datos estructurada, cuyas preguntas se plantearon en con-


georeferenciada (BDG) versaciones informales mantenidas en entrevistas
personales, agrupadas en campos que conforman
Se utiliza un Sistema de Información Georefe- cada página del libro en MS-Excel de la BDG. Por
renciada SIG para vincular los datos de encuestas y otro, se realizaron relevamientos in-situ, consistentes
relevamientos (datos Alfanuméricos) con los datos en lecturas de GPS para obtener la localización de
disponibles en el Atlas Socioeconómico Digital de puntos y huellas en mapas, fotografías y dibujos de
la Provincia de San Juan elaborado por el Institu- las viviendas y su entorno. El criterio de codificación
to de Fotogrametría de la UNSJ (datos Gráficos o aplicado para poder establecer relaciones entre la in-
Geográficos en formato Shape de ArcInfo). Esta formación de los distintos campos o tablas, consis-
herramienta permite determinar factores depen- tió en formar un número de 8 dígitos, en el cual los
dientes de las características geográficas de los dos primeros lugares correspondían a la lectura del
asentamientos bajo estudio a la vez que relacionar GPS, y los seis siguientes al día, mes y año en que fue
información relevante tanto de los factores sociales hecha dicha lectura.
como de los aspectos físicos condicionados por las En la Tabla 1 (página siguiente) se sintetizan los
ubicaciones geográficas de los puestos. Como soft- valores absolutos y relativos de familias encues-
ware de base se utiliza el conocido AutoCAD MAP, tadas en relación al total de familias que habitan
que posee facilidades de personalización median- cada lugar y la zona en su conjunto. Se realizaron
te el uso del lenguaje AutoLISP, por lo cual se le encuestas a 71 familias, correspondiendo 25 al De-
agregan funcionalidades que automatizan algunas partamento de Valle Fértil (con 157 hab.), 18 al De-
de las tareas que se realizan en este trabajo, tales partamento de Caucete (con 89 hab.) y 28 al Depar-
como las consultas. tamento 25 de Mayo (con 154 hab.), sumando un
En AutoCAD MAP los Datos Gráficos están total de 400 habitantes. Se completó el relevamiento
contenidos en el dibujo propiamente dicho y los en 36 puestos, comprendidos por los 28 puestos del
Datos Alfanuméricos se implementan de distintas Departamento 25 de Mayo y 8 puestos del Departa-
formas, estos pueden ser internos o externos, según mento de Caucete. Para el resto de asentamientos se
estén contenidos en el mismo dibujo o en una base llevaron a cabo relevamientos parciales.
de datos. Esta última modalidad es la que se adopta,
pues permite gran flexibilidad para realizar cambios
u actualizaciones. La BDG está relacionada al dibu- Caracterización social de los asentamientos
jo mediante vínculos entre las entidades representa-
das en el dibujo y los registros contenidos en la base Las Figs. 2 y 3 muestran respectivamente los gru-
de datos alfanumérica, la misma se realiza en tablas pos etáreos de habitantes y por tiempo de residencia
MS-Excel que se importan en MS Access. en la zona, y las frecuencias de familias por núme-
ro de miembros en relación a las edades promedio,
mínimas y máximas correspondientes. El promedio
Instrumentos de relevamiento de información general de número de miembros por familia ascien-
de a 5,63, y si se lo pondera proporcionalmente a la
Se utilizaron dos instrumentos para relevar la in- cantidad de familias en cada grupo de igual número
formación. Por un lado se aplicó una encuesta semi- de miembros, varía levemente a 5,65, supera en algo

Fig. 2. Grupos etáreos de habitantes y por tiempo de residencia en la zona

—  202  —
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina

Porcentaje de encuestadas
Total de Familias Relevamientos
Departa- respecto al total de familias
Lugar
mento
Encuestadas Existentes no Encuestadas de la zona del lugar GPS Fotos Dibujos

Caucete Las Chacras 8 16 8 21.05 50.00 8 8 0


Caucete Laguna Seca 2 11 9 5.26 18.18 8 8 2
Caucete Balde de Leyes 8 11 3 21.05 72.73 11 11 11
Caucete Total 18 38 20 47.37 47.37 27 27 13
25 de Mayo Punta del Agua 7 10 3 19.44 70.00 7 7 7
25 de Mayo Camarico 14 15 1 38.89 93.33 14 14 14
25 de Mayo El Refugio 4 5 1 11.11 80.00 4 4 4
25 de Mayo Ramblón 3 6 3 8.33 50.00 3 3 3
25 de Mayo Total 28 36 8 77.78 77.78 28 28 28
Valle Fértil Sierra Elizondo 13 13 0 50.00 100.00 0 13 0
Valle Fértil Sierra Riveros 12 13 1 46.15 92.31 0 12 0
Valle Fértil Total 25 26 1 96.15 96.15 0 25 0

Tabla 1. Total de Familias encuestadas y relevamientos efectuados

más que un miembro al índice de zonas suburbanas de encuestados. Del 53 % que respondió a la pre-
de la ciudad de San Juan es 4,2. gunta, el 56% o es analfabeto (23%) o ha cursado 2
Ninguna familia es propietaria de la tierra, aun- o 3 grados de la primaria (33%) y sólo el 14% la ha
que más del 66% de la muestra reside en la zona completado. La distribución escolar de la población
desde hace 20 años o más, con lo cual tendrían de- infanto-juvenil se muestra en el gráfico de la dere-
recho a la posesión veinteñal si el gobierno garanti- cha. La mayoría asiste a las escuelas de la zona. En la
zara un procedimiento para sanear títulos. Fig. 5 se ordena el listado de las 12 tareas cotidianas
Muy preocupante son los niveles de educación de mayor frecuencia, según sean consideradas prin-
que la Fig. 4 representa en valores relativos al total cipales (Tarea1, Tarea 2) o secundarias (Tarea 3). En

Fig. 3. Frecuencias de familias por número de miembros y edades promedio, mínimas y máximas

—  203  —
I. Blasco Lucas, G. Re, L. Vega, M. Fábrega, N. Merino, E. Hidalgo, R. Rosés, L. Simón

Fig. 4. Frecuencias relativas de niveles de educación general y primaria

los adultos, aparecen en primer lugar las propias de y les insume 1 día al 39% de las familias y 2 ó 3
la ganadería, seguidas por las agrícolas (de tipo fa- días al 28%.
miliar) y las artesanales con fines comerciales. Las
tareas domésticas y el estudio se sitúan en el segun-
do y tercer lugar de mayor frecuencia. Caracterización física de los asentamientos
Sólo el 40% de la población adulta, que a su vez
representa aproximadamente el 50% del total, se La caracterización física de los asentamientos se
dedica a tareas artesanales. De ellas, el 40% realiza realiza fundamentalmente a través del análisis de las
tejidos al telar, tales como jergones, mantas, alfor- viviendas de los puesteros. Las tipologías de vivien-
jas, ponchos, etc., el 34% trenza y trabaja el cuero da más utilizadas son la compacta, la lineal y la “en
haciendo lazos, bozales, maneos, etc., y el 13% pro- L”, cuyos muros son generalmente construidos en
duce comestibles, principalmente charqui, quesos piedra o adobe, y los techos en rollizos de algarro-
de vaca o cabra y pan casero. bo, caña, nylon y barro o paja, dependiendo de la
La mayoría (54%) se traslada mediante anima- zona de localización. El 75% de las viviendas tienen
les (mulas, burros o caballos), el 20% en ómnibus menos de 30 años, estando la mayoría en condicio-
de larga distancia, un 17% posee vehículo propio nes precarias.
(aunque en muy malas condiciones) y un 3% pide En la Fig. 6 se muestran las combinaciones más
prestado vehículos ajenos. El 7% no respondió la frecuentes de los ambientes cocina y comedor entre
pregunta. El aprovisionamiento de alimentos no sí y el resto de los espacios de la vivienda. La mayo-
perecederos se realiza generalmente 1 vez al mes, ría de las viviendas cuentan con ambientes separados

Fig. 5. Listado ordenado de las 12 tareas cotidianas de mayor frecuencia

—  204  —
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina

Fig. 6. Frecuencias de combinación de ambientes en las viviendas

para la cocina y el comedor, galería semi-cerrada, les condiciona el período de duración del mismo,
dos o tres dormitorios y letrina. Cuando no poseen y afecta su economía. Algunas fincas aledañas del
dormitorio es porque utilizan la galería para esa Plan de Diferimientos Impositivos abastecen con
función, además el 63% de las familias encuestadas agua de pozo de buena calidad a los puesteros más
duerme en la galería durante el verano. cercanos, buscando de este modo disminuir los se-
Las actividades ganaderas en mayor grado y las rios inconvenientes que les ocasionan tanto a ellos
agrícolas en menor grado, condicionan las caracte- como a todo el medio ambiente del lugar.
rísticas del entorno de la vivienda. Se han estudia-
do las frecuencias relativas de los tipos de animales
que componen el ganado del conjunto de puesteros, Percepción de los pobladores
como también el total que cultiva huertas familiares,
fomentadas por el Programa Pro-Huerta del Instituto Es importante destacar que todos los encuesta-
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Por dos declararon estar satisfechos de vivir en el lugar,
este motivo, el 47% de las viviendas y el 65% de por el tranquilo modo de vida que lo caracteriza y
los entornos mediatos cuentan con cercos de palos, porque “les gustan el campo y los animales”. Sin
piedras o cañas. Para el manejo de la basura, cabe embargo, desean también mejorar sustancialmente
aclarar que un 41% de las familias declara que la muchas de sus precarias condiciones de subsisten-
quema, y un 24% que la tira al campo, mientras que cia. Hasta el momento se han descrito en función
un 35% no respondió la pregunta. de valores estadísticos los aspectos sociales y físi-
Un elemento de vital importancia para cada pues- cos que caracterizan la muestra, pero esto no tendría
to es el manejo del agua. Generalmente las familias sentido si no se considera la percepción que los po-
cuentan con más de un tipo de fuente de aprovisio- bladores tienen de sus problemas y de las posibles
namiento. La mayoría de las que tienen agua de río o soluciones a los mismos. Se atisba su escala de va-
vertientes se ubican en Las Chacras y las Sierras de lores y significados en las Figs. 7 y 8, ordenados de
Elizondo y Riveros. El resto corresponden a la zona mayor (en el inferior de cada gráfico), a menor (en
del secano, donde los pozos (de entre 10 y 12 m de la parte superior de cada gráfico).
profundidad) proveen agua de muy baja calidad, y Los problemas que ellos detectan en primer
el bombeo PV (Fotovoltaico) abastece escasamente orden están relacionados en forma directa con la
a una localidad (Balde de Leyes) de 11 familias. Las más elemental subsistencia y por ende con lo pro-
represas y aguadas son embalses naturales de agua ductivo. Recién a partir del sexto lugar comienzan a
de lluvia que abrevan al ganado durante 2 o 4 meses plantearse algunas cuestiones que hacen a su bien-
del año (Febrero a Junio) dependiendo de su tamaño estar personal, encontrándose la necesidad de mejor
y tipo de suelo. El Municipio aprovisiona los pues- vivienda en el lugar número 14. Los números adju-
tos mediante camiones y les cobra el costo de com- dicados a los problemas, refieren a su carácter prin-
bustible (cada camión transporta 8000 litros). La cipal (1 y 2) o secundario (3 y 4).
mayoría de las familias cuentan con escasa capaci- Al hablar de soluciones posibles, entran a
dad de almacenamiento del valioso líquido, lo cual jugar sus expectativas, las cuales han sido también

—  205  —
I. Blasco Lucas, G. Re, L. Vega, M. Fábrega, N. Merino, E. Hidalgo, R. Rosés, L. Simón

Fig. 7. Frecuencias en la percepción de problemas por los puesteros

jerarquizadas según su importancia de 1 a 4, y se han con la productividad, llegando a ser considerado un


ordenado de mayor a menor frecuencia. En esta va- lugar mejor para reunirse, en el orden 12.
loración no existe una correspondencia directa con
la percepción de problemas, pues se mezclan ahora
los anhelos personales. Los 25 casos que aparecen Solidaridad y comunidad
deseando tener electricidad en primer lugar son los
puesteros de las Sierras de Elizondo y Riveros, más Lograr fortalecer el hábitat colectivo, entendi-
varios de Las Chacras, que no padecen el problema do como aquel que se materializa espacialmente en
de la falta de agua. Tener una mejor vivienda se ubica una sala comunitaria, implica dar respuesta a reque-
entonces en el segundo lugar para aquellos que viven rimientos mínimos de convivencia y organización
en el secano. Luego aparecen temas relacionados cívica, que en definitiva brindarán un soporte para

Fig. 8. Expectativas de soluciones de mayor frecuencia

—  206  —
Hábitat rural autóctono en zona árida argentina

socializar la aplicación y transmisión de enseñanzas de la materialidad de su habitar, estando ambos es-


propias y externas, recuperando saberes, recursos trechamente relacionados.
y capacidades locales. Comunidades como las es- Aunque se ha mostrado parcialmente el análisis
tudiadas, sólo pueden llegar a sentir nuevas cons- estadístico general efectuado con los datos recolec-
trucciones como bienes propios si participan activa- tados, se aclara que la BD permite extraer consultas
mente en la toma de decisiones y en la generación específicas de cada puesto o de temas particulares
de proyectos consensuados cuya escala y carácter se de un conjunto de ellos.
adecue a sus capacidades de auto- valoración, auto- La herramienta propuesta sirve para realizar aná-
construcción y auto-gestión. lisis de diagnóstico y pronóstico, es versátil y po-
En el análisis realizado se ha comprobado que tente, y constituye una eficaz ayuda en el abordaje
los numerosos planes gubernamentales de ayuda so- metódico y ordenado de la problemática del hábitat
cial para brindar empleo temporal, como los “Jefes rural, conformando una parte importante en la pri-
y Jefas de hogar” que se han adjudicado en la zona, mera etapa del mismo y el marco propicio para en-
atentan contra los ya débiles lazos solidarios natu- cuadrar las características culturales y patrimoniales
rales creando inequidades y discordia entre los ha- de los puesteros sanjuaninos.
bitantes que gozan de sus beneficios y aquellos que También se han desarrollado trabajos con resul-
no, a la vez que acostumbran a los habitantes a vivir tados parciales de los relevamientos in-situ efec-
de dádivas sociales y llegan a olvidar valiosas prác- tuados, en los cuales se profundizan determinadas
ticas ancestrales. temáticas, como las referidas a los aspectos estruc-
Esto debe ser tenido muy en cuenta al momento turales y sanitarios de la muestra.
de implementar políticas de promoción de mejoras
para el hábitat en zonas rurales muy deprimidas,
pues los criterios de ayuda a aplicar no pueden de Referencias
ningún modo ser los mismos que aquellos que se
utilizan para zonas suburbanas, sino que por el con- PASTOR Gabriela, ABRAHAM Elena, TORRES Laura,
trario, deben tender a fortalecer la solidaridad y los MONTAÑA Elma, TORRES Eduardo: “La tierra
sentimientos comunitarios en la búsqueda de lograr cruda y la construcción del hábitat en el desierto del
beneficios comunes sólidos en el largo plazo. noroeste mendocino: estrategias del desarrollo sus-
tentable”. Memoria del III SIACOT. Seminario Ibe-
roamericano de Construcción con Tierra. PROTER-
RA, CRIATIC-FAU-UTN, Universidad Nacional de
Conclusiones Tucumán, 2004.
BLASCO LUCAS Irene, PONTORIERO Domingo:
Aun cuando la muestra seleccionada para reali- “Organizational issues on PV-pilot project”. Re-
zar el estudio es relativamente pequeña y está loca- newable Energy Journal, Elsevier Science and Per-
lizada en un territorio no demasiado extenso, la va- gamon. Proceedings of the World Renewable Ener-
riedad de lugares que abarca pone en evidencia las gy Congress IV, Denver, EEUU, 1996, Vol. I; pp.
diferencias que existen en los aspectos físicos, so- 485-488.
ciales y técnicos de los puestos, marcando la nece- BLASCO LUCAS Irene, ALBARRACÍN Osvaldo, HI-
DALGO Elena, DUBÓS Alejandra, MERINO
sidad de prever distintas soluciones para cada zona,
Norma, PEREYRA Arturo, FLORES Mario: “Cons-
que respeten la naturaleza física y humana, con sus trucción de salón comunitario en suelo-cemento”.
respectivas idiosincrasias y formas de expresión. Actas del Primer Seminario-Exposición de la Tierra
Por otro lado, la metodología y los instrumentos Cruda en la Construcción del Hábitat. Facultad de
desarrollados para llevar a cabo el estudio sistemático Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacio-
de asentamientos espontáneos del árido sanjuanino, nal de Tucumán, 2002, pp. 32-52. Argentina.
demuestran a través de los resultados obtenidos su po-
tencial e interés al momento de implementar políticas Nota: La implementación de la Base de Datos Geo-
de promoción para el hábitat rural en zonas áridas. referenciada y el análisis estadístico de la informa-
Los aspectos culturales se tienen en cuenta a par- ción de la misma es de exclusiva autoría de la Prof.
tir tanto de las percepciones de los pobladores, como MSc.-Arq. Irene Alicia Blasco Lucas.

—  207  —
El palafito como hábitat milenario persistente y
reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

Francisco Mustieles Granell / Carmela Gilarranz Runge

Francisco Mustieles Granell* y Carmela Gilarranz Runge**


*Profesor Departamento de Diseño Arquitectónico, Facultad de Arquitectura y Diseño
**Arquitecta-Consultora NOMADAS,
Universidad de Zulia. Venezuela

Introducción Esta descripción refería a los poblados palafíti-


cos del Golfo de Venezuela, y con seguridad, más
Los estudios arqueológicos realizados en la cuen- precisamente los poblados existentes en las bahías
ca del lago evidencian la presencia de pobladores de Urubá y de El Tablazo. Esas comunidades de
palafíticos desde fechas anteriores a la era cristiana pueblos de agua persisten hoy día –probablemente
(Wagner, 1980). Las crónicas de los conquistadores no en la misma localización–, pero además ha surgi-
y colonizadores europeos evidencian su importante do una treintena de aldeas palafíticas desperdigadas
presencia al momento de su llegada al nuevo conti- en la cuenca del río Limón, que alimenta al golfo, y
nente, hace ya cinco siglos. La llegada de los euro- en el borde del Lago de Maracaibo o de Coquivacoa
peos al territorio de la actual Venezuela se produce (aprox.14.000km2).
en el tercer viaje de Cristóbal Colón iniciado el 30 de Ahora bien, la descripción que se pudiera hacer
mayo de 1498. El recorrido de la costa venezolana es hoy difiere obviamente de la contenida en la carta
completado por las expediciones de los años siguien- de Vespucio, pero no sólo esas comunidades han
tes, especialmente las de Alonso de Ojeda y Rodrigo perdurado, sino que también otras han aparecido a
de Bastidas. La expedición de Ojeda zarpa entre el 18 lo largo de la historia, incluso en el siglo XX, esto
y 20 de mayo de 1499; en ella iba Américo Vespucio es, no sólo es un modelo de hábitat persistente his-
y el cartógrafo Juan de la Cosa. El 9 de agosto entra tóricamente en ciertas localidades sino también re-
en el Golfo de Venezuela, al cual llamaron de Coqui- producible en otras.
vacoa, según lengua indígena. Con el descubrimiento En esta ponencia, basada en dos estudios en los
del saco o lago (hoy denominado de Maracaibo), y cuales participaron los autores, realizados para la
el arribo de los navegantes a la Barra de Maracaibo, Corporación de Desarrollo del Zulia (Corpozulia) y
comienza la historia del origen del nombre de “Vene- para el Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI)
zuela” (Instituto del Patrimonio Cultural, 2001). a través de la consultora NOMADAS, se abordan
En una carta fechada del 18 de julio de 1500, envia- las características actuales del paisaje cultural pa-
da por Américo Vespucio a Lorenzo di Pier Francesco lafítico que lo han hecho persistir, reproducirse, e
di Medici, titulada Las cuatro navegaciones, impresa incluso trasladarse. Para ello se han analizado e in-
en latín, por Martin Waldseemuller (1507), refiriendo ventariado 8 sitios urbanos en el sur del lago, 3 en
a ese viaje precisaba: “encontramos una grandísima el este del lago, y 14 en la cuenca y desembocadura
población que tenía sus casas construidas en el mar del río Limón, al norte del Lago de Maracaibo.
como Venecia... eran cerca de 44 casas grandes, en
forma de cabañas, asentadas sobre palos muy gruesos
y teniendo sus puertas o entradas de las casas a modo Precisiones metodológicas
de puentes levadizos, y de una casa se podía ir a todas,
pues los puentes levadizos se tendían de casa en casa” En esta ponencia se abordan aquellas característi-
(Instituto del Patrimonio Cultural, 2001). cas tangibles del paisaje cultural que han favorecido

208
El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

la persistencia histórica de los pueblos de agua o característicos de las regiones litorales en el


pueblos palafíticos, y su reproducibilidad en el te- trópico. La zona lagunar y cenagal ocupa un
rritorio. No se abordarán los aspectos sociológicos área de transición entre la tierra y el mar, y
y antropológicos. está sometida al influjo el influjo de mareas
La noción de paisaje cultural pretende integrar que penetran a través de los caños, ayudando a
las determinantes y valores ambientales y sociales mantener el flujo y alimentación del estuario.
vinculados a la creación y preservación en el tiempo —— Al sur, los pueblos se ubican muy cercanos al
del patrimonio representado por los poblados pala- Lago de Maracaibo, pero siempre separados
fíticos. El patrimonio involucra el hecho cultural en por barreras naturales, para protegerse de las co-
sí mismo, pero también a las condiciones materiales rrientes lacustres dominantes del norte y del no-
y procesos socioculturales que le hicieron posible y reste; se sitúan en lagunas abiertas y ensenadas.
permiten su reconocimiento y vigencia (Romero, P., En esta subregión también crece el manglar.
NOMADAS 2004, 200b). —— este, los pueblos de agua se ubican directa-
Se entiende por características tangibles del pai- mente sobre las aguas del Lago de Maracai-
saje y del patrimonio cultural la naturaleza física de bo no viéndose afectados por las corrientes
los sitios urbanos y de las edificaciones, esto es, los dominantes en él, por lo que no requieren de
bienes inmuebles “en sus escalas de centros pobla- barreras naturales o artificiales de protección.
dos, conjuntos o espacios públicos, y el patrimonio Estos pueblos poseen una parte en agua y otra
edilicio correspondiente a tipologías y arquitecturas en tierra; se trata de comunidades más “urba-
relevantes por su valor individual o de conjunto, nas”, en las cuales, generalmente, el manglar
este ultimo también reconocido como valor coral” de origen ha desaparecido.
(Romero, P. NOMADAS 2004, 200b).
No se abordarán en esta ponencia los bienes
muebles. Los casos analizados en el estudio que so- Modelos de hábitat palafítico
porta esta ponencia son:
Norte del Lago de Maracaibo –cuenca del río El análisis de los asentamientos palafíticos de la
Limón–: El Arroyo, Las Parcelas, Boca del Caño, Caño región del Lago de Maracaibo ha permitido identifi-
Morita, El Barro, El Javal, El Junquito, La Boquita, La car tres modelos de asentamiento que corresponde a
Ponchera, Nazareth, Nuevo Mundo, Puerto Cuervito, cuerpos sociales diferenciados:
Sinamaica y Zapara. Sur del lago: Punta Concha, La —— El modelo disociado disperso: en él habitan
Boyera, Boca del Catatumbo, Punta de Agua Muerta, mayoritariamente miembros de la etnia añún
El Muerto, Congo Mirador, Ologá y San Isidro. Este o añú, descendientes de aquellos avistados
del lago: Ceuta, San Timoteo y Tomoporo. por Américo Vespucio y Juan de la Cosa;
Por persistencia del hábitat palafítico se entiende el —— El modelo disociado compacto: en él habitan
mantenimiento de la interacción entre el medio natural grupos mestizos no indígenas, tanto de vene-
y el hombre sobre la forma de comunidades palafíti- zolanos como algunos colombianos, proce-
cas, esto es comunidades que habitan sobre el agua. dentes de pueblos de la región;
—— El modelo asociado compacto: como en el
modelo anterior, en él habitan grupos mesti-
Hábitat palafítico zos no indígenas, tanto de venezolanos como
algunos colombianos, procedentes de pueblos
Por hábitat palafítico se considera el medio geo- de la región.
gráfico, modo de organización y forma de asen-
tamiento de comunidades o individuos habitando Se entiende por modelo disociado aquel integra-
sobre cuerpos de agua, en viviendas sobre platafor- do por unidades de vivienda o de equipamientos no
mas de madera u otro material, soportadas por postes conectados entre sí peatonalmente; este modelo es
de madera –horcones- u otros. En el caso de los pue- disperso, si dichas unidades conforman agrupacio-
blos de agua de la región del Lago de Maracaibo, se nes distanciadas relativamente –centenares de me-
distinguen principalmente tres medios geográficos: tros- en el medio geográfico; es compacto, si dichas
—— Al norte, los pueblos se ubican en lagunas, unidades aparecen próximas entre sí –menos de
ciénagas, caños y desembocadura del río 10m-. Se entiende por modelo asociado aquel in-
Limón, protegidos siempre de las corrientes; tegrado por unidades de vivienda o de equipamien-
en estos cuerpos de agua crece el manglar, tos que sí están conectados entre sí peatonalmente;

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Francisco Mustieles Granell / Carmela Gilarranz Runge

pareciera obvio pues que, por definición, no existen de Sinamaica: Las Parcelas, Boca del Caño, Caño
modelos asociados dispersos sino compactos. Morita, El Barro, El Javal, El Junquito, La Boqui-
Socio-económica, jurídica y físicamente, todas ta, La Ponchera, Nuevo Mundo, Puerto Cuervito y
las comunidades palafíticas tanto del norte, este y Sinamaica.
sur del lago de Maracaibo presentan ciertas caracte- Los grupos sociales que allí habitan están sosteni-
rísticas comunes, que pudieran resumirse: dos en alianzas étnicas e “interculturales personales
—— “Altos niveles de analfabetismo, aún a pesar entre wayúu, algunos pocos añún, un fuerte número
de las campañas de alfabetización reciente- de paraujanos (una identidad de agua pero criolla
mente implementadas en sus respectivos lu- que se hace ver como étnica y similar a la añún)
gares por el gobierno nacional a través de sus y criollos zulianos. La naturaleza de las identida-
misiones. Conviven en un ambiente de haci- des es fundamentalmente familiar, lo que permite
namiento, puesto que sus viviendas son redu- la convivencia de la diversidad en el orden laboral,
cidas y su familia extensa, a lo que se suman ceremonial y doméstico” (Castro, D., NOMADAS
los enlaces conyugales a temprana edad. En 2004, 200b).
su mayoría los hombres son pescadores y las La organización de estos pueblos de agua ase-
mujeres artesanas, o comercian con el pes- meja un archipiélago: núcleos de vivienda en flor
cado. Carecen de servicio de gas doméstico, –“núcleo matrilocal y pétalos uxorilocales de las
por lo que cocinan con leña, en sus fogones hijas” (Castro, D., NOMADAS 2004, 200b)-, en un
tradicionales. La basura rodea a casi todas las espacio colectivo lagunar, integrado por varias co-
viviendas, aunque sólo algunos la queman. munidades. Estas comunidades se asientan sobre el
Cuentan con sólo algunos programas sociales agua, sobre zonas inundables de relieve natural o de
del gobierno nacional” (Romero, P., NOMA- relieve artificial, resultado de la creación de recintos
DAS 2004, 200b). con cortezas de cocos o madera y el consiguiente
—— Son grupos socio-económicos que viven en relleno con tierra, permitiendo el cultivo principal-
condiciones de extrema pobreza. mente de cocoteros.
—— No disponen de sistemas de recolección de Este modelo se esparce abiertamente sobre todo
aguas fecales, siendo éstas vertidas directa- el sistema lagunar conformando núcleos más o
mente, sin tratamiento alguno, al cuerpo de menos distanciados vinculados acuáticamente, por
agua. Disponen de electricidad, pero no per- lo que cada núcleo dispone de al menos una barca o
manentemente durante todo el día y durante un cayuco, para desplazarse entre las comunidades,
todos los días del año; algunos sistemas están dirigirse hacia los equipamientos escolares, religio-
conectados a la red eléctrica existente en tie- sos, etc., y para proveerse de material de construc-
rra firme, y otros disponen de redes autóno- ción –mangle y enea– para la reparación y amplia-
mas a partir de pequeñas plantas de genera- ción de los palafitos tradicionales o endógenos.
ción eléctrica a partir de combustible fósil. El bajo poblamiento de la Laguna de Sinamaica
—— Por ley todos los cuerpos de agua naturales ha permitido que el ecosistema no se resienta signi-
pertenecen al Estado venezolano, en conse- ficativamente por estas prácticas sanitarias, mientras
cuencia no existe la propiedad privada sobre los caños de alimentación del sistema permanezcan
el agua, y no existen en consecuencia parce- abiertos, favoreciendo la circulación y renovación
las; los habitantes son propietarios tan sólo de las aguas, pero éste no es siempre el caso.
de la edificación; la propiedad y uso del nivel
del mar y submarino es pues socializado.
—— Todos los pueblos de agua son productos del Modelo disociado compacto
hacer popular tanto al nivel de sus viviendas
como al nivel de la planificación del mismo Este modelo se encuentra localizado tanto en las
pueblo, producto de acuerdos decididos comunidades de pueblos de agua del sur del Lago de
comunitariamente. Maracaibo (Punta Concha, La Boyera, Boca del Ca-
tatumbo, Punta de Agua Muerta, El Muerto, Congo
Mirador, Ologá y San Isidro), como en el norte (El
Modelo disociado disperso Arroyo, Nazareth, Zapara).
Los grupos sociales que allí habitan son socio-
Este modelo se encuentra localizado casi ex- cultural y antropológicamente heterogéneos, pro-
clusivamente en las comunidades de la Laguna ducto del mestizaje étnico, tanto de nacionales

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El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

venezolanos como de algunos colombianos, proce- ausencia de recolección de basura y de aguas feca-
dentes de pueblos de la región. Estos pueblos del sur les, y porque la localización de estos asentamientos,
del Lago de Maracaibo han surgido en el transcurso en cuerpos de agua vinculados estrechamente a las
del siglo XX. corrientes del Lago de Maracaibo, favorece la cir-
La organización de estos pueblos de agua refiere culación y renovación de las aguas; la flora y fauna
una cierta alineación en su esquema más simple –caso existente reestablecen hasta ahora un frágil equili-
de los pueblos menos poblados- y en líneas paralelas brio del ecosistema.
o tramadas –caso de los pueblos más poblados. Los equipamientos escolares, asistenciales, reli-
Estas comunidades se asientan en todos los giosos y culturales se ubican en general en los po-
casos sobre el agua de lagunas abiertas y ensena- blados más cercanos en tierra, salvo en el caso del
das, protegidas por barreras naturales de las aguas pueblo de Congo Mirador que posee escuela básica,
más agitadas del Lago de Maracaibo aupadas por dispensario, iglesia e incluso una plaza palafítica en
la dirección de vientos desfavorable para la implan- honor a Simón Bolívar.
tación palafítica sin protección. La erosión de estas La electricidad es provista por pequeñas plantas
barreras naturales por los efectos del embate de las de generación que les han sido donadas a las propias
aguas del lago ha provocado a lo largo del tiempo comunidades –generalmente por Petróleos de Vene-
la “mudanza” de poblados enteros: los palafitos se zuela- y ellas se encargan de mantener a través del
desmantelan, salvo los horcones ahincados en el pago de unas cuotas mensuales de todos los miem-
agua, y se desplazan hacia zonas protegidas barreras bros de la comunidad; el servicio no es permanente
más sólidas que décadas después pueden ser fragi- al día; la planta se activa pronto en la mañana, a
lizadas nuevamente por la acción erosiva y exijan mediodía y al anochecer.
un nuevo desplazamiento; es así como comunidades
de aguas como Las Doncellas y Lagunetas tuvieron
que ser trasladadas y permitieron la fundación del Modelo asociado
poblado de San Isidro en los años 90. Estas Ersilias
de agua (Calvino, 1990:90) generan en su evolución Este modelo se encuentra localizado en las comu-
sus propias ruinas: “...los habitantes se marchan; las nidades de pueblos de agua del este del Lago de Ma-
casas se desmontan; quedan sólo los hilos y los so- racaibo: Ceuta, San Timoteo y Tomoporo. Son los
portes de los hilos”, en este caso los horcones. pueblos más “urbanos”, pues se disponen alineados
La fragilidad natural persistente en los pueblos del a “calles palafíticas”. Los menos poblados presentan
oeste del lago, los convierte frecuentemente en pue- una organización lineal ligeramente ramificada; en
blos efímeros, nómadas del lago, y por ello no llegan los más grandes aparece una trama irregular.
a recibir equipamientos de importancia, ni alcanzan Los grupos sociales que allí habitan también son
una urbanidad más desarrollada. Estos pueblos no socio-cultural y antropológicamente heterogéneos,
son duales como los son en general los pueblos del producto del mestizaje étnico, tanto de nacionales
este, esto es, donde coexisten el pueblo de agua con venezolanos como de algunos colombianos, proce-
el pueblo de tierra. Precisamente, el más viejo del dentes de pueblos de la región. Estos pueblos vivos
oeste, Congo Mirador, dada su menor fragilidad geo- del este del Lago de Maracaibo datan en algunos
gráfica, es el más poblado y el más equipado. casos del siglo XIX.
Este desplazamiento de las estructuras físicas Estos pueblos se organizan a lo largo de calles,
puede en ciertos casos estar alejando a los pueblos aceras o maromas de tablas (±1m de ancho) parale-
de áreas de zonas de pesca más favorables, que fue- las a la costa y vinculadas a ésta a través de otra que
ron en principio la razón primordial de su ubicación; los conecta con la vía principal del pueblo en tie-
es por ello que han surgido estructuras palafíticas rra, esto es, son pueblos generalmente duales tierra-
desprovistas de cerramientos laterales, pero sí con agua. En la medida que el pueblo de agua crece, la
cubierta, que fungen como base o plataformas es- estructura pasa de ser en “árbol” a “semi-retículo”.
tacionales para la pesca en áreas más pobladas; los El crecimiento de estos pueblos se lleva a cabo
pescadores se desplazan a dichas bases, por cierto en paralelo a la costa, pero hasta un cierto umbral de
número de días, pescan y salan el pescado, volvien- distancia de la conexión principal con tierra firme;
do a sus casas días después. de esta manera surgen segundas y terceras hileras
El bajo número de habitantes –1200hab en el caso paralelas a la costa, conectadas a las primeras con
más poblado, Congo Mirador- ha permitido que el nuevas aceras palafíticas. Estos pueblos se encuen-
ecosistema no se resienta significativamente por la tran directamente en el lago, sin barreras naturales

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Francisco Mustieles Granell / Carmela Gilarranz Runge

Ceuta de Agua y Pueblo Viejo. Fuente: Gasparini et Margolies (1986)

de protección, dada la favorable dirección de los las terrazas al frente de las casas son de madera de
vientos para su implantación, pero sin embargo no pino, lo cual sugiere la posibilidad de que fuesen
se alejan tanto de la costa, pues están más expuestos adquiridos o recibidos en donación, de las compa-
a las corrientes. ñías petroleras que siempre traían sus maquinarias
Los equipamientos escolares, asistenciales, reli- en grandes cajones o en gruesas bases protectivas de
giosos y culturales se ubican en general en el propio tablones” (Gasparini et Margolies, 1986:283).
lago, palafíticamente. La electricidad es provista Incluso algunos pueblos de agua, como Pueblo
desde tierra y existe alumbrado público sobre las ca- Viejo, desaparecieron por la proximidad a las zonas
lles principales; existe servicio de recolección de la productivas, pues sus pobladores pasaron a incor-
basura en tierra, por lo que los habitantes deben des- porarse directa o indirectamente a dicha actividad
plazarse hasta ella para depositar; no poseen sistema extractiva, con lo cual abandonaron la pesca y per-
alguno para la recolección de las aguas fecales, por dieron todo interés a permanecer sobre el agua.
lo que éstas son vertidas directamente al lago.
Siendo pueblos de tamaño poblacional relati-
vamente reducido –1400 habitantes en el caso más Modelos de hábitat palafítico:
poblado, Ceuta-, el ecosistema no se ha resentido persistencia y reproducibilidad
significativamente por estas prácticas sanitarias;
al ubicarse directamente en el lago las corrientes El análisis de los asentamientos palafíticos de la
se encargan de dispersar y diluir los componentes región del Lago de Maracaibo ha permitido identifi-
fecales, y la fauna y flora lacustres completan el car tres modelos de asentamiento que se correspon-
equilibrio. den a cuerpos sociales diferenciados y a ecosiste-
Algunos pueblos de agua de la costa este del mas diversos. La persistencia centenaria de los tres
Lago de Maracaibo, como el pueblo de aguas de modelos y su reproducibilidad en el espacio, tanto
Lagunillas, desaparecido por un incendio en 1939, en entornos próximos como lejanos, no está exen-
poseían una historia que se remontaba a varios si- ta de amenazas principalmente económicas y am-
glos de existencia (Wagner, 1980). A lo largo del bientales, pero también existen oportunidades que
siglo XX, y con el descubrimiento y explotación de pueden favorecer su permanencia en el tiempo y su
petróleo en esa costa, varios de esos pueblos, los reproducibilidad.
más cercanos a la producción petrolera, han visto
transformar no sólo su actividad productiva sino
también han incorporado desde materiales de cons- Sobre la base económica
trucción hasta prácticas constructivas propias de las
empresas petroleras responsables de la explotación Algunos pueblos de agua han desaparecido en
petrolera. “Muchas de las casas tienen influencia pleno siglo XX; el inicio de la actividad petrolera en
formal de claro origen antillano, lo cual podría ex- el este del Lago de Maracaibo en los años veinte del
plicar también el origen de los grupos humanos emi- siglo pasado, afectó directamente a los pueblos de
grantes... Hemos observado que muchos tablones de agua próximos a las áreas de explotación, alterando

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El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

radicalmente su base económica, pasando la acti- poblacional significativo de las grandes ciudades
vidad pesquera a un segundo plano económico; así ubicadas en la cuenca del lago, aproximadamente
desaparecieron entre otros Lagunillas, que si bien se 3 millones de habitantes, con el consecuente verti-
incendió en 1939, ya no se reconstruyó en el lago en do de aguas grises y fecales al lago sin tratamiento
tierra, aunque palafíticamente, pero ya sus poblado- alguno; derrames petroleros derivados de la extrac-
res estaban relacionados con las actividades petro- ción y distribución petrolera en pleno lago; tala y
leras. La combustión de ese poblado palafítico tuvo siembra de las cabeceras de los sistemas montaño-
como causa la presencia de petróleo en las aguas sos de la cuenca, lo que reduce el flujo de agua y la
sobre las que se asentaba. Pueblo Viejo, cerca de incorporación de pesticidas a las aguas del lago.
Bachaquero, otra área de extracción petrolera, fue Todos estos factores y su nefasta sinergia han
poco a poco abandonado y sus gentes se desplaza- conllevado a la aparición de una vasta región anóxi-
ron a tierra, próximos a la nueva actividad económi- ca en el centro del lago de más de 40km de diámetro,
ca. En consecuencia, el cambio de la actividad eco- donde la flora y fauna han consecuentemente desa-
nómica de base puede atentar contra la persistencia parecido; conviene mencionar que en la parte central
y la reproducibilidad del modelo palafítico. el ancho del lago es de aproximadamente 110km.
En algunos casos, como en la Laguna de Sina-
maica, ha habido cambios de actividad menos radi-
cales que en el caso de las comunidades próximas a Sobre las comunidades y su demografía
la actividad petrolera: se ha desarrollado el cultivo
de cocoteros y la actividad turística; la relegación Siendo los poblados pequeños, las comunidades
de la actividad pesquera a un segundo plano no ha han entretejido a lo largo del tiempo una fuerte cohe-
afectado mayormente la persistencia y la reprodu- sión social entre todos sus miembros. Cada poblado se
cibilidad vegetativa del modelo disociado disperso, ha constituido en asociación de vecinos velando por
si bien ha impactado la vivienda como unidad pro- los intereses de la comunidad, reclamando a los pode-
ductiva, pues se construyen rellenos en la laguna res locales y nacionales el mejoramiento de su hábitat.
para la siembra de cocoteros directamente ligados Los sitios de implantación de estos poblados son
al palafito y en muchos casos, se reconstruye el pa- vastos, quizá el de menor dimensión corresponde al
lafito sobre el propio relleno, alterándose en algunos sistema lagunar del Gran Eneal-Sinamaica y la de-
casos la materialización tradicional de los mismos. manda para residenciarse en los mismos correspon-
El mantenimiento de la base económica centrada de a aquella propia del crecimiento vegetativo de la
en la pesquería o de actividades de cultivo de pe- población, por lo que el bio-hábitat no se encuentra
queña escala, o el desarrollo de actividades turísti- preponderantemente amenazado por ellos sino por
cas sostenibles, en las que el habitante reciba direc- los factores externos ambientales y económicos
tamente los beneficios de esa actividad, es un factor antes citados.
clave para la persistencia y la reproducibilidad de La escala de los mismos y la fuerte cohesión so-
cualquiera de los tres modelos de hábitat palafítico. cial existente entre sus medios constituye una forta-
leza importante para su permanencia.

Sobre el bio-hábitat
Sobre la estructura urbana
Precisamente el mantenimiento de la actividad
económica primigenia –la pesca– como elemento Los tres modelos de hábitat palafíticos se asientan
básico para la persistencia y reproducibilidad de sobre propiedad pública, sin parcelario alguno; las
los modelos palafíticos depende estrechamente del decisiones sobre nuevos miembros de la comunidad
mantenimiento del bio-hábitat en la región del Lago y su ubicación en el poblado se deciden en reunio-
de Maracaibo, y en los últimos veinte años, ese bio- nes comunitarias, sin embargo cabe acotar que en su
hábitat ha sido afectado severamente por varios fac- mayoría son personas ligadas familiarmente a algún
tores, sobre todo en los pueblos palafíticos situados miembro de la comunidad. Los tres modelos básicos
en el Lago de Maracaibo –no incluyen los pueblos de asentamiento -disociado disperso, disociado com-
del norte de la región-: salinización del lago por el pacto y asociado-, son abiertos y sin prácticamente
incremento en la actividad de dragado del estrecho limitaciones al crecimiento tanto por estar implanta-
del lago para permitir la entrada de cargueros petro- dos en cuerpos de agua relativamente vastos, como
leros cada vez de mayor envergadura; incremento por presentar crecimientos poblacionales bajos.

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Francisco Mustieles Granell / Carmela Gilarranz Runge

Tipos básicos de palafitos del añú, pero cuya tecnología constructiva ha sido
apropiada también por familias wayúu. Este palafito
El análisis de los asentamientos palafíticos de la tan sólo existe en el sistema lagunar de Sinamaica.
región del Lago de Maracaibo ha permitido identi- Este tipo básico de palafito constituye un ejem-
ficar hasta tres tipos básicos de vivienda palafítica, plo excelente de sostenibilidad y adaptación bio-
que no siempre está en estrecha relación con el cuer- climática. En efecto, los materiales existen en el
po étnico-social que lo habita; estos tipos refieren la sistema lagunar y han existido allí desde tiempos
tecnología constructiva utilizada, su procedencia y inmemorables. Con tan sólo tres materiales básicos
quién decide; obviamente existen muchas variantes se construyen los palafitos endógenos: los pilotines
derivadas de estos tipos temáticos básicos: u horcones, la plataforma y la estructura utilizan
—— El palafito endógeno: construido mayoritaria- preferentemente la madera del mangle rojo (Rhizo-
mente por miembros de la etnia añún o añú, phora mangle); para la cubierta se emplea la enea
e incluso wayúu, descendientes de aquellos (Typha latifolia), y la estera usada en los cerramien-
indígenas avistados por Américo Vespucio y tos verticales y en el piso del palafito se utiliza la
Juan de la Cosa; el proceso constructivo es majagua (Sagittaria lancifolia); se pueden observar
ancestral y los materiales utilizados son bá- cerramientos laterales también en enea; las uniones
sicamente los mismos del palafito primigenio de estos componentes se hacen con amarres en ma-
pre-colombino; jagua, como originalmente, aunque ya los clavos y
—— El palafito exógeno popular: construido tanto tornillos están presentes.
por comunidades indígenas como no indíge- Estos palafitos son generalmente pequeños –7 x
nas; como materiales de construcción em- 4 m– y constan generalmente de tres espacios bien
plean mayormente materiales de desecho de diferenciados: uno que sirve de vivienda; otro, con-
construcciones o de la sociedad de consumo tiguo y abierto que sirve de cocina; y finalmente
de los poblados existentes en la zona; otro, ligeramente separado de los anteriores, que
—— El palafito exógeno oficial: en general no es funciona de sanitario.
concebido para ser implantado en un modelo Bio-climáticamente, el palafito endógeno es per-
de hábitat palafítico preciso, y en consecuen- meable al viento en todos sus componentes; es una
cia no tiene un destinatario social particular, vivienda filtro de poca masa térmica.
esto es, se trata de un palafito genérico en la
mayoría de los casos.
Palafito exógeno popular

Palafito endógeno Es una solución arquitectónica que existe en


todos los pueblos de agua de la región del Lago
Es una representación arquitectónica ancestral de Maracaibo, con ciertas variaciones: los palafi-
basada en la realidad e intuición de los antepasados tos en el este del lago presentan en muchos casos

Palafito endógeno. Fuente: NOMADAS (2004a).

—  214  —
El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

Palafito exógeno popular. Fuente: NOMADAS (2004a, 2004b).

influencias de la arquitectura caribeña, mientras que de concreto deja de filtrar; las tablas y los conglo-
los del norte y del oeste esta influencia desaparece, merados de las paredes tan sólo ventilan por sus es-
adquiriendo una fisonomía que recuerda las vivien- casas juntas y la cubierta en zinc o fibrocemento es
das precarias de las rancherías urbanas. Este tipo impermeable; además, con este tipo de cubierta la
básico de palafito es un buen ejemplo de sosteni- vivienda adquiere masa térmica. Es por ello que sur-
bilidad pues reutiliza los desechos industriales de gen terrazas abiertas en alguno de sus bordes, para
las ciudades y pueblos próximos, aunque incorpora poder “salir” de la vivienda.
frecuentemente el no tan sostenible cemento; son
viviendas que acuerdan a los desechos de la socie-
dad de consumo una segunda oportunidad: los pi- Palafito exógeno oficial
lotes son de madera o de concreto; la plataforma y
la estructura utilizan preferentemente la madera del En los últimos 25 años distintas instancias gu-
mangle rojo o de otro tipo de madera de desecho; la bernamentales locales, regionales, nacionales e in-
cubierta reutiliza láminas de zinc; y los cerramien- ternacionales (UNICEF) han ofrecido espasmódi-
tos verticales reutilizan tablas o aglomerados de camente soluciones palafíticas, las cuales pueden
madera; los clavos y tornillos son los elementos de resumirse prácticamente en dos tipos de propuesta:
unión de sus componentes; estos componentes son —— Palafito genérico: este tipo de palafito es ajeno
transportados por tierra o por agua. a todo modelo de hábitat palafítico, esto es, se
Estos palafitos son igualmente pequeños –7 x 4 supone apto para cualquiera de ellos; lleva im-
m-. Éste, al igual que el palafito endógeno, se posa plícita una concepción permanente del medio
sobre las aguas encima de una estructura que em- físico, desconsiderando el régimen dinámico
plea pilotes de mangle o concreto hincado; sobre el donde los palafitos se implantan: los pilotes,
piso de mangle frecuentemente se vacía una delgada la plataforma y la estructura son de concreto;
losa de cemento, y las cubiertas son mayormente de la cubierta es en láminas de zinc o de fibroce-
zinc o de fibrocemento. Las paredes ya no son de mento, amarradas a la estructura con anclajes
esteras de enea sino que incluyen varas de mangle o metálicos; los cerramientos verticales son de
tablas de madera que permiten introducir el esmalte mampostería de bloque de cemento.
de color como elemento plástico en fachadas. Este tipo de palafito constituye un mal ejem-
Estos palafitos también constan generalmente de plo de sostenibilidad, ajeno a la singularidad
tres espacios bien diferenciados: dormitorios y sala, de cada hábitat y de cada comunidad, y ade-
la vivienda propiamente dicha; la cocina, contigua a más siendo bio-climáticamente inadecuado;
la vivienda y un sanitario alejado. Igualmente en este del palafito filtro se ha pasado al palafito cli-
tipo de palafito aparecen barandas y terrazas abiertas máticamente hermético, sin ventilación plena
en las fachadas principales formando porches. a través de sus componentes, poseyendo todos
Bio-climáticamente, el palafito exógeno popu- sus materiales una alta masa térmica.
lar ya no responde como el endógeno, pues no es —— Palafito exo-endógeno: hacia finales de los años
tan permeable al viento en todo sus componentes: 80, Corpozulia, un ente regional dependiente
la plataforma cuando son recubiertas por una losa del gobierno nacional, proyectó y construyó

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Francisco Mustieles Granell / Carmela Gilarranz Runge

en la Laguna de Sinamaica un conjunto de pa- —— El mantenimiento de la actividad económica


lafitos que combinaba materiales exógenos al pesquera, o el desarrollo de otras in situ (tu-
lugar con materiales endógenos: los pilotes de rismo, cultivo de cocoteros), las cuales debie-
concreto; la plataforma y la estructura en man- ran ser potenciadas para permitir salir a sus
gle; la cubierta es en enea pero sobre láminas pobladores de la extendida pobreza;
de fibrocemento anclados a la estructura con —— La persistencia del bio-hábitat que permite
clavos y tornillos; y los cerramientos verticales precisamente la actividad pesquera; sin em-
son de enea con armazón en mangle. bargo, en las últimas décadas el deterioro
Este tipo de palafito constituye un ejemplo de del mismo es notorio, por lo que se requiere
sostenibilidad mejor que el palafito genérico urgentemente de una política ambiental para
pero peor que el palafito endógeno; habiendo todas las cuencas que alimentan el Lago de
sido proyectado exclusivamente para esa la- Maracaibo y el sistema lagunar del norte,
guna, consideró los materiales locales, pero y de programas y proyectos para ejecutar a
en el caso de la enea en el techo, ésta aparece corto y mediano plazo.
por razones esteticistas localistas más que en
su papel de cerramiento transpirante, al estar Al nivel micro, esto es, al nivel de las unidades pa-
posado sobre láminas de fibrocemento. lafíticas, la persistencia y reproducibilidad se deben
sobre todo a la experiencia de sus pobladores:
—— Ya sea la experiencia milenaria heredada por
Tipos básicos de palafitos: las etnias del sistema lagunar del norte en
persistencia y reproducibilidad perfecta simbiosis con el medio natural, aun-
que ya penetrada por otras influencias mes-
Los tipos básicos de palafitos analizados, sin tizas y de las propias etnias urbanas menos
tener el propósito de ser exhaustivos, resumen el apropiadas;
espectro de los existentes en esos tres modelos de —— O ya sea, por la experiencia adquirida por
hábitat. Del análisis de esos tres tipos básicos se los pobladores mestizos primordialmente del
desprende como debilidad en la evolución recien- este y del oeste, que hacen del desecho de las
te, que cada nueva generación es en general menos sociedades urbanas la materia prima de sus
sostenible y menos adaptada climáticamente que la viviendas palafíticas; ahora bien estas comu-
anterior: ninguna supera en esos aspectos a la gene- nidades no gozan de la experiencia milenaria
ración endógena, directamente heredera del palafito de las comunidades del norte en medios na-
milenario primigenio. turales de manglares, y en consecuencia des-
Adicionalmente, la tendencia hacia la “solidifi- conocen la tecnología del mangle, de la enea
cación” constructiva de ciertos palafitos exógenos y de la majagua, por lo que los materiales
oficiales –tanto genérico como exo-endógeno– no industriales “importados” de las zonas urba-
es sensible al régimen dinámico de un medio físico nas con los cuales construyen sus palafitos no
como el del oeste del lago. Los desplazamientos de son los más apropiados; estas comunidades
esos poblados por el dinamismo natural, y asumido no cuentan con apoyo alguno en materia de
como tal por sus pobladores, requiere de palafitos asistencia técnica para desarrollar tecnolo-
desmontables para minimizar las pérdidas de ma- gías alternativas que permitan la adaptación
terial, y ligeros para facilitar su transportación. Los de esos materiales industriales urbanos a
tipos oficiales planteados hasta ahora no satisfacen otros medios, o para aprender la tecnología
esa condición. milenaria del norte.

Además del fortalecimiento de sus actividades


Conclusiones: medio natural, modelos de económicas, la intervención oficial debiera propen-
asentamiento y palafitos, características der a fortalecer los estudios y ejecución de propuestas
persistentes y reproducibles de palafitos, tecnologías y materiales de sustitución
tan sostenibles y tan bien adaptados climáticamen-
La persistencia y reproducibilidad del hábitat pa- te como los de origen; estos debieran de considerar
lafítico en los distintos modelos y medios aquí ana- las particularidades de cada hábitat palafítico al cual
lizados se apoya principalmente sobre dos aspectos vayan dirigidos: ni son los mismos medios natura-
fundamentales a nivel macro: les, ni las mismas comunidades, ni se ubican en un

—  216  —
El palafito como hábitat milenario persistente y reproducible: modelos palafíticos en el Lago de Maracaibo

único modelo urbano, y en consecuencia deben ser INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL: “El pa-
sensibles a esas particularidades. Probablemente lafito tradicional”. Proyecto inventario del Patrimo-
para hábitat palafíticos como los del oeste del lago, nio Cultural: registro de tecnologías constructivas
habrá que desarrollar tecnologías basadas más en lo de viviendas y otras estructuras indígenas, (Maracai-
bo, 2001) [Copia papel de ficha técnica], pp.1–17.
efímero renovable y desplazable que en lo perma-
GASPARINI, Graziano; MARGOLIES, Luise: Arquitec-
nente e inmóvil, así como el desarrollo de redes de tura popular de Venezuela. Caracas: Fundación Eu-
infraestructuras divisibles, autónomas y movibles. genio Mendoza, 1986.
La sostenibilidad y la concepción bioclimática NOMADAS: “Desarrollo turístico Cuenca del Lago de
de las edificaciones es en buena medida la prolon- Maracaibo: Pueblos de Agua del Norte Sub-región
gación de conceptos transmitidos por generaciones Guajira”. Diagnóstico Desarrollo turístico de la
de individuos no arquitectos, basándose en un cono- Cuenca del Lago de Maracaibo, (Maracaibo, No-
cimiento intuitivo del medio y el clima, aquilatado viembre 2004) [CD-ROM] Corporación Zuliana de
por la experiencia. Es posible aprender mucho de la Desarrollo, 2004a, pp.1–174.
arquitectura vernácula especialmente de los concep- NOMADAS: “Desarrollo turístico Cuenca del Lago de Ma-
racaibo: Pueblos de Agua del Sur”. Diagnóstico Desa-
tos de sostenibilidad e integración a las condiciones
rrollo turístico de la Cuenca del Lago de Maracaibo,
del sitio que le son inherentes, y lamentablemente
(Maracaibo, Noviembre 2004) [CD-ROM] Corpora-
las propuestas oficiales lo olvidan frecuentemente. ción Zuliana de Desarrollo, 2004b, pp.1–107.
WAGNER, Erika: Los pobladores palafíticos de la Cuen-
ca de Maracaibo. Venezuela: Cuadernos Lagoven,
Referencias 1980.
WEIDMANN, Karl; DORRONSORO Gorka; GASPA-
CALVINO, Italo: Las ciudades invisibles. Ediciones Si- RINI Paolo: Visiones del Zulia. Oscar Todtmann
ruela, 1990. Editores, Caracas, Venezuela. 2000.

—  217  —
Vivienda tradicional de la Cañada (Zopoco, Mich.)

Héctor Javier González Licón


Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. México

Introducción tenemos en cuenta, que uno de los problemas bási-


cos de la arquitectura y el principal de la construc-
El objetivo de este estudio es analizar de manera ción es el de delimitar, cerrar, dividir y cubrir un
sistemática la arquitectura tradicional de la Cíene- espacio, donde el hombre desarrollará las diferentes
ga de Zacapu, en el Estado de Michoacán, México, funciones que le permitirán satisfacer sus necesida-
para conocer su desempeño bioclimático, las carac- des, podremos precisar que una de las formas más
terísticas constructivas, los materiales, y saber en que adecuadas de describir lo vernáculo esta en términos
grado se ha adecuado al medio ambiente. Para lograr de proceso; como se diseña y como se construye.1
lo anterior y realizar las mediciones de temperaturas y De manera general se acepta que la arquitectura
humedad relativa, se procedió a escoger una vivienda tradicional o vernácula es el mejor esquema de vi-
en la población de Zopoco que reuniera las caracterís- vienda para el clima de la región Purhépecha, y dentro
ticas tradicionales de la zona de acuerdo al esquema de los argumentos para afirmar lo anterior se maneja
considerado como unidad básica, es decir aquel que la altura de las casa, el pórtico que es un elemento
conserva la distribución espacial de: cuarto, pórtico, distintivo de la vivienda de la región, el tapanco, para
tapanco; y que por sus materiales responda al esque- otros es el patio y el cual propicia un microclima,
ma de la vivienda tradicional: cimientos de piedra, otros consideran los materiales utilizados como el
muros de adobe y cubierta de teja de barro. adobe y la teja; sin embargo no existen estudios en la
En la parte cuantitativa del análisis se presentan zona para comprobar si efectivamente son estas ca-
los datos del monitoreo del comportamiento térmico racterísticas o hay variables o aspectos específicos de
de la vivienda, así como resultados y conclusiones estas viviendas que son los que aportan una adecua-
de esta evaluación. ción al medio ambiente. La otra posibilidad es que la
Cuando hablamos de la vivienda tradicional se vivienda vernácula tenga el mismo comportamiento
hace referencia a la vivienda vernácula, a las formas o similar a otra vivienda construida con materiales in-
de construcción que pueden encontrarse en la zona dustrializados como el tabique, o block de concreto.
rural producto de una cultura que responde al en-
torno que le rodea con propuestas particulares que
se adecuan al medio ambiente, por lo general nos Antecedentes.
referimos a lo típico de una región o país. Algunas
de las características principales de la arquitectura Para el caso de estudio se consideró la población
vernácula son su adecuación al medio físico donde de San Pedro Zopoco que pertenece al municipio
se enclava, las características de los espacios que
se conforman y el empleo de materiales autóctonos
que conjuntamente con los aspectos socioculturales, 1.  Pascual Menéndez, Juan Manuel, Ponencia, La Vivienda
Vernácula Rural en Cuba, 1er Asamblea y 1er seminario taller
las tecnologías y la construcción se convierten en sobre vivienda rural, Cuernavaca, Morelos, del 20 -23 de sep-
factores modificantes de la arquitectura. Si además tiembre de 1999.

218
Vivienda tradicional de la Cañada (Zopoco, Mich.)

Figura 1 Dentro del esquema


básico de la vivienda purhépecha
se encuentra la crujía, la cual
es un espacio polifuncional que
alberga múltiples actividades, la
pervivencia del esquema de la
vivienda tradicional denotan que
esta se construyo aprovechando
lo que su entorno natural le
ofrecía, dando origen a la singular
vivienda tradicional de la región
Purhépecha.

de Chilchota, y se encuentra ubicada, en las coor- 6.80 °C El mes con menor precipitación pluvial es
denadas 19° 50’23” de latitud norte y 102°04’33” febrero con 5.90mm , y el más lluvioso es agosto
de longitud oeste, con una altitud de 1820 msnm., el con 237.2mm. La precipitación anual es de 935.2
valle del río Duero, mejor conocido como la Cañada mm. Por lo que se considera un clima templado con
de los Once Pueblos, es un pequeño valle que corre lluvias en verano, por otro lado la oscilación de tem-
de oriente a poniente en el borde norte de la meseta peratura media del mes más mas frío que correspon-
purhépecha, el valle tiene una extensión de 12 km. de a enero es de 16.05°C, y mayo el mas cálido es
de largo y 2 km. de ancho, en el extremo más alto de 17,7° C.
se ubica la población de Carapan, cuya altura es de
1940 msnm y en el extremo más bajo, se encuentra
el poblado de Chilchota, con 1780 msnm.2 Zopo- Tipología de la vivienda zona de la Cañada
co se encuentra dentro de la Cañada, y se asienta
sobre un pequeño llano, el esquema general de or- Como en los demás pueblos de la región Purhé-
ganización corresponde a calles ortogonales y con pecha, las congregaciones fueron un fenómeno que
una modulación de las manzanas de forma regular, marcó el cambio de la vida urbana y arquitectónica
la vegetación es bosque mixto con especies de pino de los pueblos de la Cañada, en cuanto a la organi-
y encino, la tenencia de la tierra es el minifundio, zación territorial se refiere. Hacia finales del siglo
que se distingue por lo pequeño de las superficies de XVI, las políticas de congregaciones de indios de
riego y de temporal trabajadas.3 la Corona española provocaron la reagrupación de
Clima. Según la clasificación climática de las poblaciones ubicadas en los cerros, a la ribera
Köppen modificada por E. García, el clima de la Ca- del río, y para principios del siglo XVII, todos los
ñada es CW templado con lluvias en verano, y del pueblos de la cañada se encontraban ubicados en los
tipo Ganges, g; es decir la temperatura más alta se lugares que ocupan actualmente.5
presenta antes del solsticio de verano, casi siempre La arquitectura de la zona debió estar integrada
en el mes de mayo.4 La temperatura máxima pro- por mínimas unidades habitables, para la segunda
medio mensual tiene lugar en el mes de mayo y es mitad del siglo XVII la arquitectura doméstica pre-
de 28.08 °C, y la mínima en el mes de enero con sentaba la inclusión de nuevos espacios y la adop-
ción del espacio cerrado, la tradición indígena fue
2. Censo INEGI 2000 palpable en el patrón del programa arquitectónico,
3. Ramírez, Luís Alfonso, La Cañada de los Once Pueblos, una unidad se componía de espacios mínimos pri-
en Herrejón Peredo, Carlos, Coord., Estudios Michoacanos II, vados y espacios para almacenar los granos, esta
Colegio de Michoacán- Gobierno del Estado de Michoacán,
1986, pp. 120-135
4.  Vargas Tentory, Filiberto, Atlas Geográfico del Estado 5.  A:G:N: Ramo Congregaciones, tomo I s/f., en Ramírez,
de Michoacán, Mich., Edit. EDDISA, 2003 p.55. Luís Alfonso, Op cit,, pag. 121

—  219  —
Héctor Javier González Licón

plurifuncionalidad es la que caracterizaba a las


construcciones de los indígenas en general, en que
un solo espacio podía ser aprovechado para diversas
funciones.
Dentro del esquema básico de la vivienda pur-
hépecha se encuentra la crujía, la cual es un espacio
polifuncional que alberga múltiples actividades, la
pervivencia del esquema de la vivienda tradicional
denotan que esta se construyo aprovechando lo que
su entorno natural le ofrecía, dando origen a la sin-
gular vivienda tradicional de la región Purhépecha.
La arquitectura por lo tanto consistía en módulos
aislados de construcciones de un solo nivel y con un
mínimo de unidades habitacionales, con un mayor
predominio de espacios abiertos para las activida-
des propias de las poblaciones rurales dedicadas a
los trabajos del campo. En la Cañada el sistema de
edificaciones que se distingue está compuesto de
volúmenes rectangulares, cubiertos con techos de
vertientes inclinadas, cuyos paramentos delimitan
el sistema de calles y espacios abiertos públicos,
predominando el macizo sobre el vano. En algunas
de las poblaciones que constituyen la zona, aún se
observa que la tipología constructiva presenta una
gran uniformidad por conservar los materiales, vo-
lumetría y sistemas distributivos de las edificacio-
nes en la lotificación, sin embargo alteraciones en la
volumetría del conjunto motivadas por los cambios Figura 2. El esquema muestra la disposición de la
de los techos inclinados por losas planas son cada vivienda sobre el paramento y los diferentes espacios
vez más frecuentes, otro aspecto que se aprecia es alrededor del patio.
que conforme la vivienda se aleja del núcleo central
se torna dispersa y vinculada a actividades rurales. forma agraria de vivir, acosados por la estridencia
Los espacios libres privados son amplios y están comercial moderna”6.
constituidos por patios y corrales. Con respecto al sistema constructivo la vivien-
da tradicional, ésta se construye con cimientos de
piedra y muros de adobe, y se cubre con estructu-
La vivienda tradicional de la Cañada ras de madera con cubiertas de teja de barro, ya es
frecuente el uso de lámina de cartón metálica o de
La comunidad Purhépecha siempre ha procura- asbesto cemento, los pisos son de tierra, o firmes de
do satisfacer sus requerimientos de vivienda con el concreto. Dentro de las construcciones adicionales,
mayor apego a sus tradiciones ancestrales, acorde se encuentran las destinadas a complementar las la-
al medio ambiente y a sus recursos naturales. En bores tanto del campo como de la casa, ubicadas en
los pueblos de la región purhépecha con una urba- el exterior, alrededor del patio, el cual es evidente en
nización incipiente encontramos casas con espacios todos los casos analizados, y en el cual se realizan
bien definidos en las que con frecuencia se distri- actividades secundarias como las de lavado, mante-
buyen las habitaciones alrededor de un patio, con nimiento de herramientas para labores de cultivo y
el rápido desarrollo de las vías de comunicación, el emplazamiento en algunos casos de la cocina de
esta región se dinamizó y entro en proceso de trans- humo, el tejaban para el guardado de herramientas o
formación que pone a la vivienda y sus usuarios
en la contradicción de modernidad y tradición. La
6.  Gutiérrez Yañez, Heladio Rafael, Ponencia. La casa de
vivienda de la zona tiende hacia “una modernidad
Yecapixtla, una imagen en movimiento, 1er Asamblea y 1er se-
empírica mientras sus usuarios viven su tradicional minario taller sobre vivienda rural, Cuernavaca, Morelos, del
20 -23 de septiembre de 1999

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Vivienda tradicional de la Cañada (Zopoco, Mich.)

para el trabajo artesanal, además del pequeño huerto 1. El techo de teja despide el agua y protege el
y la fosa séptica. La vivienda tradicional presenta adobe en la estación de lluvias.
de manera recurrente los siguientes espacios que se 2. El techo de teja protege el adobe del sol di-
han ido adaptando con el transcurso del tiempo. recto, reduciendo la acumulación del calor y,
El zaguán, que es el espacio de transición entre en consecuencia, el calentamiento de la casa.
el exterior y el interior, el cual se conecta directa- 3. El espacio hueco del tapanco proporciona un
mente con el pórtico o el patio. aislamiento adicional durante los días caluro-
La crujía que sirve como dormitorio, es un espa- sos, mientras la capacidad térmica del adobe
cio cerrado generalmente sin ventanas y que comu- defiende de las temperaturas diurnas.
nica con el pórtico. 4. El adobe conserva el calor durante las noches
El pórtico o corredor siempre asociado a la crujía frías y el tapanco y cubierta le ayuda a rete-
siendo el espacio de transición entre la unidad bási- nerlo por más tiempo al reducir la pérdida de
ca, el patio o el zaguán. calor al frío de la noche.
El patio como elemento del dintorno que funcio-
na como distribuidor de la vivienda.
Dentro de las características de la vivienda de la El monitoreo
Cañada podemos destacar:
Las mediciones se realizan con los datalogers,
A. Ubicación de la unidad doméstica. también denominados HOBOS. Un instrumento
Paralela o perpendicular al paramento de la calle electrónico capaz de medir temperatura, humedad
relativa e intensidad luminosa. La información se
B. Acceso recaba por medio del software que permite decodi-
Por medio de un zaguán perpendicular al para- ficar la información.
mento y directo al portal o directa al patio.

C. Patio Monitoreo de temperaturas y humedad


Cerrado relativa para determinar el comportamiento
térmico de la vivienda típica
D. Delimitación del predio.
Por medio de barda de adobe. La vivienda es un sistema termodinámico que
esta definido de la siguiente manera: Existe un volu-
E: Materiales: men de aire en el interior del cual nos interesa saber
cimientos muros cubierta sus condiciones de temperatura y humedad, ya que
el grado de comodidad de los usuarios de la vivien-
Piedra x
da dependerá de estas condiciones. El volumen está
Adobe x delimitado por una envolvente que es la que esta in-
Teja de barro x teractuando con el medio ambiente, al estar en con-
tacto con el exterior existirá un intercambio de ener-
gía calorífica entre el medio ambiente y el interior
El pórtico o corredor, al igual que el tapanco de la habitación, la dirección de este flujo dependerá
funciona como un dispositivo térmico ya que actúa de la diferencia de temperaturas entre el volumen de
como un elemento de protección de los muros inte- control y el medio exterior, siempre yendo de mayor
riores de la crujía, retardando la transmisión de calor a menor temperatura7.
hacia el interior del área habitacional. Al provocar un La zona de confort es aquella dentro de la cual
área sombreada entre el patio y las crujías, se gene- el cuerpo humano no realiza ningún esfuerzo en sus
ra un espacio que sirve como separador entre el sol sistemas circulatorio y de secreción de sudor para
y la sombra, por su parte el tapanco en la vivienda adaptarse al medio, esfuerzo que lógicamente le
tradicional purhépecha, es un espacio, de baja utili- resta energías para realizar otras actividades y que
zación, que térmicamente actúa como aislante entre
la vivienda y el exterior. El confort térmico en estos
espacios no esta asegurado, lo cual no importa ya 7.  Ochoa, José, et al, Análisis bioclimático de la arquitec-
tura vernácula en Ocotepec Morelos, en Memorias I Encuentro
que su función es de almacén, y en donde la doble
Nacional de Diseño y Medio Ambiente, Universidad de Coli-
cubierta del tapanco tiene cuatro consecuencias. ma, CFE, Colima, 1990, pp.122-127.

—  221  —
Héctor Javier González Licón

Figura 3. Corte esquemático que


muestra en la parte superior el
tapanco, el cual se utiliza para el
guardado de granos, en la parte
inferior izquierda se muestra el
corredor y a la derecha el espacio que
corresponde a la crujía que se utiliza
como dormitorio.

le produce incomodidad. Para determinar los reque- A continuación se muestran los datos de las tem-
rimientos necesarios para definir la zona de confort, peraturas promedio del interior de la vivienda, así
denominada generalmente temperatura neutra, re- como la temperatura neutra y los limites de la zona
presenta un punto en la escala térmica, por lo cual de confort durante los meses de enero y mayo res-
es más conveniente hablar de un rango de tempera- pectivamente, mientras que el higropreferendum es
tura en la cual el individuo expresa satisfacción (tér- de 50% en cualquier época del año, con una toleran-
mica) con el ambiente. El rango de confort térmico cia de +/-30%
o zona de confort ha sido definido por Auliciems, La información de los datos de campo corres-
como: ponden al monitoreo de la temperatura y humedad
relativa del interior y exterior de la vivienda, reca-
Tn  =  17.6+0.31(tma) bando los datos de temperaturas y H.R. cada hora
Tn  = Temperatura Neutra durante el período de un año.
Zc  = Tn(+)(-)2.5ºC Lo anterior nos permitió elaborar una serie de
tma  = Temperatura media anual gráficas que muestran el desempeño y grado de ade-
Zc  =   Zona de confort cuación de la vivienda al medio ambiente, durante
los diferentes períodos del año.
Dentro de la investigación se recabó la informa- De acuerdo a las temperaturas históricas que
ción de los datos históricos de temperatura, hume- abarcan del año 1980 a 1999, para la zona de la Ca-
dad relativa, y precipitación pluvial de 1984 a 2003 ñada la temperatura neutra del mes de mayo, que
reportados de la estación metereológica de la Comi- corresponde al mes más cálido se determinó en
sión Nacional del Agua, localizada a una latitud de 23.4ºC con una temperatura inferior de confort de
19° 47´ 03”, longitud de 101º 46´ 03” y una altitud 19.9°C y una temperatura superior de confort de
de 2050 msnm, la información recabada nos permite 26.9 º C y para el mes más frío que corresponde a
determinar la temperatura neutra, así como los datos enero, la temperatura neutra es de 22.05º C con una
de las temperaturas inferior y superior de confort de temperatura inferior de confort de 19.50° C y una
acuerdo a la fórmula de Auliciems. temperatura superior de 24.55° C.

P Temperatura interior promedio mensual ENERO P TN TN+ TN- TE


TN Temperatura neutra. 14.51 22.0 24.5 19.5 13.4
TN+ Temperatura superior de confort
TN- Temperatura inferior de confort MAYO P TN TN+ TN- TE
TE Temperatura exterior promedio mensual 22..0 23.4 25.8 20.8 20.3

—  222  —
Vivienda tradicional de la Cañada (Zopoco, Mich.)

Resultados arroja las temperaturas más altas, en la Gráfica 1 se


muestra los datos de la temperatura media y confort
De los resultados del monitoreo en la población según hora y mes, en las que se distingue los dife-
de Zopoco, se muestran a continuación las tablas y rentes rangos te temperatura al interior de la vivien-
figuras que muestran el desempeño bioclimático de da de adobe.
la vivienda durante los meses del año y datos es- La gráfica 2 destaca las temperaturas mensuales,
pecíficos que corresponden a enero que representa según hora y mes, así como la zona de confort re-
al mes con las temperaturas más bajas y mayo que presentada por la franja horizontal.

Gráfica 1 se aprecian los diferentes grados de temperatura durante los meses del año, y en la parte inferior las diferentes
horas del día.

Gráfica 2 Se presenta la variación de temperatura horaria mensual en la vivienda de adobe, y en la cual muestra los meses
del año en que la misma se encuentra dentro de la zona de confort, la cual se determina dentro de las líneas horizontales
que marcan marcan 26°C y 18°c respectivamente.

—  223  —
Héctor Javier González Licón

Las temperaturas registradas en la vivienda durante Conclusiones


el mes de enero son de 14.5°C debajo de la temperatu-
ra inferior de confort que es de 18.2°C de acuerdo a la Los datos recabados en la población de Zopoco
formula de Auliciems 1981, y corregida por Givoni8. nos permiten en primera instancia afirmar que el
Con respecto al grado de humedad los registros comportamiento térmico de la vivienda tradicional
de H.R. humedad relativa monitoreados tanto en el durante el mes de enero que corresponde al mes más
mes de enero como en mayo se encuentran dentro frío, la temperatura interior de la vivienda se encuen-
de los parámetros es decir >20%, y <80%. Con lo tra debajo de la temperatura de confort, y durante el
anterior queda de manifiesto que la vivienda tradi- mes mas calido la temperaturas queda comprendida
cional construida de adobe dentro de la región de dentro de los rangos inferior y superior de confort.
la Cañada, presenta una mejor adecuación al medio
ambiente durante el mes mas calido al mes de enero.,
que se registra como el mes más frío

Gráfica 3 Se muestran las temperaturas exterior e interior de la vivienda durante el mes de enero, así como la zona de
confort, y se aprecia que la temperatura interior se mantiene abajom del límite de confort durante todo el mes.

Gráfica 4 Se muestran las temperaturas exterior e interior de la vivienda durante el mes de mayo, así como la zona de
confort, y se aprecia que la temperatura interior se mantiene dentro del límite de confort durante todo el mes.

8.  Givoni, Baruch, Comfort diagrams and design guildeli-


nes for hot climates, en Memoria I Encuentro Nacional de Di-
seño y Medio Ambiente, Universidad de Colima 12,13,14 de
septiembre de 1990, p.19-26

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Goiás, ejemplo exitoso de la arquitectura
vernácula brasileña

Percival Tirapeli
Instituto de Artes de la Universidad Estatal Paulista - UNESP. Brasil

La arquitectura vernácula de la ciudad de Goiás pero sin embargo aún poseía una arquitectura ver-
es un ejemplo que se ha mantenido como Patrimo- nácula, construida en barro. A esta arquitectura se
nio de la Humanidad desde el inicio del siglo XVIII le ha conocido hasta hoy como arquitectura bandei-
hasta nuestros días. La ciudad fue fundada por los rantista. Todavía a finales del siglo XIX, su aspecto
bandeirantes paulistas en 1726, procedentes de las con casas en pau-a-pique (paredes hechas con listo-
minas de oro de Minas Gerais y que llegaron a la nes entrecruzados y barro) era el mismo. Las prime-
Meseta Central de Brasil, en donde ya en el siglo ras fotografías de São Paulo, realizadas por Augusto
XX, se construyó la nueva capital del país, Brasília. Militão y que datan de 1862, muestran una capital
Los portugueses llegaron a Brasil en el año 1500, paulista colonial, con un aspecto bastante semejante
y 54 años más tarde se fundaba la ciudad de São al de la actual capital goiana. Sin embargo, en la
Paulo do Piratininga, por iniciativa de los jesuitas y metrópoli de São Paulo de hoy, poco queda de aque-
bandeirantes. De ahí partieron en busca de las minas llas construcciones –cuatro ejemplos de casas de las
de oro y de los indios a los que esclavizar, ocupan- haciendas de Butantã, Caxingui, Tatuapé y Jabaqua-
do de esta manera parte del territorio más allá de lo ra, y el Refugio de Luz. Ruinas de tapias del antiguo
establecido en el Tratado de Tordesillas (firmado en colegio jesuita, en el centro, y, hacia el oeste, en la
1494 y que dividía las tierras suramericanas entre cima del Jaraguá. Todavía en la zona central, encon-
España y Portugal). tramos gran parte del conjunto franciscano de 1647,
La conquista de las tierras brasileñas más leja- además de las tapias emparedadas como en la casa
nas, tierras interminables de la Meseta, de vegeta- de la Marquesa de Santos, la favorita del Emperador
ción variada y con una marcada planicie, muestra D. Pedro I.
vestigios humanos cuyo origen se remonta a 36 mil Por todo esto, no es ninguna osadía compararle
años de antigüedad. En los siglos XVI y XVII, habi- la humilde capital paulista de finales del siglo XIX
taron aquellas tierras jesuitas, sertanistas baianos y a la actual ciudad de Goiás. La antigua capital goia-
paraenses que llegaban desde la hoz del Amazonas y na se conserva totalmente, mientras que la paulista
se adentraban por el río Araguaia en busca de la La- se presenta como un ejemplo del desarrollo que ha
guna Dorada, llamada Paraupava por los indígenas. acabado asolando los testimonios de una historia pa-
Aquella localidad mítica en donde se decía que había sada, vulnerable y frágil como las casas de estructura
oro en abundancia, situada en el centro del país. de madera y listones atados con enredaderas y barro.
En la misma época en la que los bandeirantes Los paulistas acabaron perdiendo la ciudad construi-
paulistas descubrieron oro en la sierra Dorada y en da en pau-a-pique por los desbravadores portugue-
donde fundaron Vila Boa de Goiás, en homenaje a ses, llamados bandeirantes. Poco queda de la ciudad
su fundador Bartolomeu Bueno da Silva, cuyo mote de ladrillo construida más tarde por los inmigrantes
era el Anhanguera, la pequeña ciudad de São Paulo italianos a principios del siglo XX. Además, los edi-
do Piratininga, de donde los sertanistas habían sa- ficios eclécticos y modernos de los años 30 dan paso
lido, contaba ya con casi 200 años de antigüedad, a los inteligentes edificios postmodernos.

225
Percival Tirapeli

ejemplo, fuera de la costa. Estas estructuras, en que


las paredes se forman con sucesivas capas de barro
apisonado, se distinguen de las de albañilería de
piedra, por los contornos menos definidos y preci-
sos y por su aspecto machacado… es una solución
peculiar a las construcciones de tierra machacada,
aunque también era empleada en las de albañilería
de piedra, cuando el encuadramiento de los vanos
no podía ser de mampostería”.
La implantación de la ciudad de São Paulo se-
guía la línea de pensamiento de la conquista del
Ciudad de Goiás, 1803 interior, utilizando los caminos indígenas por ríos
Dibujo de Joaquim Cardoso Xavier. y montañas. La instalación de órdenes religiosas
en los poblados se permitió en el siglo XVI, pero
se prohibiría más tarde, en el siglo XVIII. Murilo
Otro destino le esperaba a Goiás. Fue capital Marx opina de esta manera sobre la implantación de
estatal hasta 1937, momento en que se construyó la primera ciudad en la planicie paulista:
Goiânia, la nueva capital. Otros ejemplos se dan
en Brasil, como la preservación de Ouro Preto, una “Vale la pena considerar la situación pionera y privi-
verdadera joya barroca del periodo minero, que per- legiada de São Paulo de Piratininga en el límite del
teneció a Minas Gerais hasta finales del siglo XIX; campo y de la altiplanicie, su peculiar localización,
Olinda, que ha dejado de ser la principal ciudad de su tejido urbano delimitado, sobretodo, por sus casas
Pernambuco, incluso en el siglo XVII; parte del religiosas. Su colegio, su monasterio y sus conven-
tos antecedieron, paulatinamente y como punto de
centro histórico de Salvador de Bahia, el ejemplo
referencia, a las capillas filiales y a la propia matriz;
del Pelourinho en la antigua capital de la colonia.
se anticiparon a la villa colonial, a la ciudad y a la
Al igual que São Paulo, menos suerte ha tenido la metrópoli contemporánea, cuyo núcleo en transfor-
ciudad de Rio de Janeiro, capital colonial, imperial mación permanente continúan marcando.
y republicana, que ha conservado pocos ejemplos Hay ciertos trazos interesantes en el tramo sur de
de su arquitectura colonial e imperial. la entonces incipiente red urbana brasileña, ahora ocu-
La comparación entre las dos capitales, São pada por parte del estado de São Paulo. Las órdenes
Paulo colonial y la ciudad de Goiás, a través de religiosas se encontraban en la costa y la altiplanicie.
fotografías, se debe aquí al hecho de que la difu- Fue importante para la arquitectura, y quizás para el
sión de la técnica constructiva paulista se conoció urbanismo, la dicotomía entre los núcleos litorales y
en todo Brasil como una huella de la constitución los de la sierra en la antigua capitanía de San Vicente.
del camino de los bandeirantes. La muralla de Serra Las casas religiosas formaban parte de los asenta-
mientos humanos más variados, principalmente en lo
do Mar, con la frondosa Mata Atlântica, dificultó la
que se refiere a su finalidad, lo que otorga aún más
conquista del interior, sin embargo, los bandeirantes
prestigio a los análisis comparativos. En los alrededo-
ocuparon el área interior de Brasil, instalándose en res de la ciudad paulista, las clausuras se distribuían
sabanas, verdaderas islas de la región de la altiplani- de forma armoniosa, y, actualmente, todas ellas o sus
cie, partiendo desde la misma ciudad de São Paulo. vestigios urbanísticos, van camino de integrarse en un
Aprovecharon los ecosistemas de la Mata Atlântica mismo y enorme campo urbano en avasalladora for-
y de las sabanas de la planicie. En sus orillas se fun- mación” (Marx, Murilo, 2002, p. 20).
daron áreas coloniales aprovechando el cauce de los
ríos que se adentraban en el país, bien conocidos por Las construcciones paulistas definitivas eran de
los indígenas, como el río Tietê, por donde nave- tapia de mortero o de piedra y cal, según las necesi-
gaban hasta los claros de los bosques, ya en Goiás, dades y preferencias de los recursos con los que se
saliendo a los manantiales del río Tocantins. contaba. Ambas técnicas eran empleadas de forma
A lo largo de los caminos de la planicie se han simultánea. Estas técnicas difundidas por todo el in-
encontrado hasta la actualidad testimonios arquitec- terior brasileño son, sin duda, soluciones seculares
tónicos hechos en barro. Según Lúcio Costa, arqui- de los colonizadores ibéricos, que a lo largo de los
tecto que proyectó Brasília: “Allí donde había buen siglos se fueron adaptando a las técnicas construc-
barro, y fuese difícil la obtención de piedra y cal, se tivas mediterráneas, árabes y posteriormente indí-
recurría a la tapia de mortero. En São Paulo, por genas en las Américas, con la utilización de mano

—  226  —
Goiás, ejemplo exitoso de la arquitectura vernácula brasileña

de obra esclava negra. La proximidad de las tierras de los lugares establecidos. Las primeras barracas,
paulistas con las de la Corona Española, e incluso mezcla de cabañas indígenas que utilizaban madera,
la unión de los dos reinos en los años de 1580 a más duradera, y cubiertas de paja, muchas veces son
1640, aportaron mucho en materia de intercambio ejemplos rehechos. Las pequeñas casas alineadas
de técnicas constructivas en aquellos parajes, ac- hacia la calle con terrazas profundas, que dan a las
tualmente húmedos o secos, con escasez de piedra o aguas del río Vermelho de dónde se extrajo el oro,
cal y abundancia de madera y arcilla. En la altipla- aún muestran vestigios visibles, presentando una
nicie peruana la realidad era otra, con construccio- arquitectura vernácula sorprendentemente presente.
nes hechas de piedras que se aprovechaban de las Se añadieron soluciones propias, de acuerdo con los
construcciones incas, como el ejemplo de la ciudad materiales disponibles, y urbanísticas, como la de-
de Cuzco, o de origen volcánico, como en Arequi- limitación de las plazas en forma triangular. En un
pa. No hay que olvidar, que parafraseando la carta sentido más amplio, se trataría de intenciones polí-
de Pero Vaz de Caminha al rey en el momento del ticas de ocupación de la región central de Brasil. El
Descubrimiento, en Brasil -también en términos ar- resultado es una ciudad extremadamente agradable
quitectónicos- todo estaba por hacer, situación que, y llena de vida, de gran calidad humana y autentici-
como es natural, se mantuvo durante bastante tiem- dad estética.
po. En el momento de la fundación de Salvador, la
capital colonial de Bahia, en 1549, el rey D. João III
recomendaba que el entonces gobernador general Centro Histórico de la ciudad de Goiás:
Tomé de Sousa construyese una muralla de piedra y arquitectura vernácula preservada
cal. Si esto no fuera posible, se construiría en barro.
En el mismo documento, se propone que solamente La ciudad de Goiás es el testimonio vivo de la
se construya una empalizada de madera para la de- ocupación y la colonización de las tierras de Brasil
fensa de Salvador. central en los siglos XVII y XIX. La trama urbana
La conquista española se había fundamentado es un ejemplo del desarrollo orgánico de una ciudad
en la explotación de las minas de oro y plata, an- que vive de la minería, adaptada a las condiciones del
teriormente explotadas por los incas. Las ciudades lugar ribereño en las faldas de la montaña. Aunque
eran implantadas en los caminos del trasvase y ex- modesta, la arquitectura, ya sea pública o civil, con-
plotación de la riqueza existente. Dominando una forma un conjunto armonioso, gracias al uso cohe-
región, las ciudades tenían forma definitiva con las rente de materiales autóctonos y técnicas vernáculas.
construcciones en piedra alrededor de la Plaza de Se trata de un excepcional testimonio del modo
Armas. Ya en la Cuenca del Plata, en la región de en que exploradores y fundadores de ciudades por-
las Misiones Jesuíticas, con las que los paulistas tuguesas y brasileñas, separadas de los principales
tuvieron contacto, la situación era diferente: tenían centros urbanos, adaptaron modelos portugueses, ar-
que adaptar a los indígenas de cultura nómada a la quitectónicos y urbanos a las difíciles condiciones de
nueva realidad de las ciudades con las calles rectilí- la región tropical, tomando prestadas de las culturas
neas de las reducciones. nativas, las técnicas del uso de materiales locales.
Es importante señalar que la civilización por- Goiás es talvez el último ejemplo de la ocupa-
tuguesa no estaba interesada en la construcción de ción bandeirantista de Brasil central llevada a cabo
grandes ciudades en determinadas regiones. Que- en los siglos XVIII y XIX, y el hecho de estar se-
rían encontrar las minas de metales y, en consonan- parada geográficamente de otros centros como las
cia con el pensamiento de conquista territorial, utili- ciudades históricas de Minas Gerais, la hizo mante-
zaron el sistema de construcción de un gran número nerse única.
de pequeñas ciudades coloniales que ampliarían el Se trata de un grupo de construcciones, consti-
territorio portugués. Muchas de esas localidades so- tuido básicamente por una arquitectura austera ca-
brevivieron, como Pirenópolis, Luziânia, Niquelân- racterizada por el uso de técnicas vernáculas -de
dia; otras casi desaparecieron, como Ferreiro, muy adobe, tapia y pau-a-pique- que se han mantenido a
cerca de la ciudad de Goiás. lo largo de los tiempos, dando a la ciudad una armo-
Buscar en estas villas y ciudades los primeros nía particular de edificaciones de pavimento único,
vestigios de aquellos momentos de la implantación a excepción de la Casa de la Cámara y la Cárcel.
de los límites de las venas auríferas era tarea difí- No obstante, no solo el urbanismo y la arquitec-
cil, pero no imposible, pues aún podemos encontrar tura vernácula constituyen la importancia de esta
piedras amontonadas que forman líneas divisorias ciudad, Patrimonio de la Humanidad. La geógrafa

—  227  —
Percival Tirapeli

principalmente paulistas, en territorio goiano, que


culminarían con el hallazgo y la apropiación de
las minas de oro de los indios goiases; y Bartolo-
meu Bueno da Silva fundó en 1726, el Arraial de
Sant’Anna. El arraial nació a lo largo del curso del
Rio Vermelho, donde se encontraba el oro. Poco a
poco se amplió por el camino que venía desde São
Paulo rumbo a la villa de Cuiabá, en Mato Grosso.
El río divide la población y las construcciones man-
tienen igualmente las sinuosidades naturales del río
y del camino. Como ya ocurriera en Ouro Preto y
otras villas de garimpo, las primeras construcciones
eran muy precarias, cubiertas de paja y posterior-
Vista general de la ciudad de Goiás.
mente construidas con pau-a-pique y tejas.
Algunas décadas después de su fundación en
1726, el gobernador Luís da Cunha Menezes (1778
norteamericana Roberta Marx Delson plantea que a 1783) llevó a cabo la alineación de las calles y es-
la conquista del interior brasileño formó parte de un tableció el primer plan de ordenación urbana y ar-
intento de “ingeniería social” que controlaría la dis- bolado. Se trataba de un intento de crear una nueva
tribución de las tierras, los hallazgos de las minas de sociedad en el interior y para esto recurría a reglas
oro y la implantación del orden y la ley en aquellas generales de uniformidad en donde las casas no se
tierras amenazadas por los intereses españoles. destacasen y todo el mundo se sintiese al mismo
La implantación de las nuevas villas coincidía nivel, sin importar su etnia o raza. Incluso con raí-
muchas veces con lugares de comunidades indí- ces arquitectónicas europeas de los bandeirantes ya
genas o puntos abandonados por los bandeirantes. adaptadas a los territorios interiores paulistas, que
Los nuevos pobladores se adaptaban rápidamente a se extendían desde la Cuenca del Plata hasta Bahia,
los métodos indígenas o vernáculos para las nuevas los habitantes indígenas mezclados con los blancos,
construcciones. La estudiosa señala que en la región incorporaban las técnicas constructivas. A aquellas
amazónica, a menudo se utilizaban las divisiones, fórmulas aplicadas a todo el mundo se podría decir
en lugar de paredes, y las casas no tenían buhardi- que es una creación vernácula y única. Además de
llas. Al mismo tiempo, tenían tejados muy altos, en estas consideraciones, se puede pensar incluso en un
un intento de crear una mayor circulación del aire intento sincero de formar una sociedad puramente
como en las malocas indígenas, cosa que no ocurría brasileña en los territorios conquistados del interior.
en las casas rurales portuguesas. Continúa diciendo Con el agotamiento del oro, a finales del siglo
la geógrafa norteamericana que: a idéia portuguesa XVIII, Vila Boa vio reducida su población y nece-
era criar uma nova sociedade camponesa no inte- sitó reorientar sus actividades económicas hacia el
rior, no sertão, onde moravam os habitantes em co- sector agropecuario. Sin embargo, el gran cambio,
munidades lineares, e uniformes, e onde nenhuma del que ya se venía hablando hacía mucho tiempo,
casa (ou família) se destacara. E essas regras eram fue la transferencia de la capital estatal a Goiânia,
aplicadas a toda gente, não importando sua etnici- en los años 30 y 40 en el siglo XX. En cierta forma,
dade ou raça. Havia comunidades só para a gente fue esa decisión la que hizo que se mantuviese la
indígena, certo, mas também havia comunidades singular y exclusiva arquitectura colonial de la ciu-
onde os indígenas moravam com a gente branca dad de Goiás.
ou miscigenada. Claro que a inspiração, as raízes
arquitetônicas daquelas comunidades eram euro-
péias. Ao mesmo tempo, visto a incorporação da Vila Boa de Goiás: urbanismo y vida
técnica indígena, e com a aplicação da “fórmula”
a toda gente, podemos falar de uma criação com- La pequeña villa nació de las instalaciones de los
pletamente única. ranchos en las primeras tierras sembradas junto al
En el caso de la Altiplanicie Central en Goiás, puente del Rosário donde se encuentra actualmente
la conquista se produjo a partir de pequeños nú- la casa de Cora Coralina. Los bloques urbanos se de-
cleos que formaron un rosario de pequeñas villas. finieron por los patios que rodeaban el río y alrededor
Así, se intensificaron las embestidas bandeirantes, de las iglesias del Rosário y de Santana, en la margen

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Goiás, ejemplo exitoso de la arquitectura vernácula brasileña

izquierda del río. En 1735 el conde D’Alva fue el en-


cargado de instalar la comarca de Vila Boa de Goiás
con orientaciones expresas, en carta regia de 1736,
para que se estableciese una villa en las minas de
Goiás y que allí se transfiriese la población en el mo-
mento en que estuviesen demarcadas las áreas de sus
principales edificios e instalada la picota.
Paulo Beltran, en Cidade de Goiás Patrimônio
da Humanidade, describe así la génesis de la Ciu-
dad de Goiás:

“à vista da genealogia histórica das antigas capitais


brasileiras é o mais perfeito exemplar hoje existente
de uma linhagem, de uma morfologia urbana e cul-
tural que vem escapando às classificações: cidade Calle del Carmen - Goiás 1736.
antiga dos sertões do Cerrado. Simples, heterogênea.
Simples, heterogênea, intimista, despojada. Mimé-
Así fueron los primeros días de aquella pequeña
tica, como a savana envolvente. … Erguem as casas,
a capela, por sobre a cascalheira já despojada das población. En 1736 D. Luis Mascarenhas asume el
folhetas finíssimas, às vezes do granete dourado…. gobierno de la nueva provincia de Goiás y propo-
Sempre houve dúvidas quanto ao primeiro arraial ne instalar la capital en la población de Santana. Se
montado em torno a um ou outro destes garimpos, o sigue la línea de pensamiento de la expansión cul-
que é irrelevante em verdade, pois todos tiveram suas tural lusa de ofrecer las condiciones de vida en un
provisórias rancharias de palha mais ou menos con- lugar con calles anchas y rectilíneas con uniformes
comitantes –tornados arraisis ou mais populosos–, y homogéneas fachadas. Incluso cuando las instruc-
em função da densidade das lavras vizinhas. Além ciones tardaban en ser ejecutadas, pues solamente
disso, o que em verdade diferencia a crava decisão de
en 1770, Luís da Cunha Menezes (gobernador entre
permanência do acampamento de palha é a capela…
1778 y 1783) ordenó una nueva alineación de las
A decisão de permanecer nas minas decrescentes leva
a substituir a palhoça garimpeira pela casinhola de calles “para que fuese para el bien de las personas”
pau-a-pique, tapada com barro vagabundo escavado y este sistema era practicado en Europa. Quedan
ali mesmo, esteiada com cernes curtos. Da mata resi- claros los objetivos portugueses en el sentido de or-
dual sobrante nos terrenos da mineração, não não denar, no sólo un único sistema urbano a ejemplo de
existem árvores mais altas das beiras dos córregos los españoles, sino una planificación que posibilita-
e tão só paus linheiros nas capoeiras….E há uma se por encima de todo una conducta civil decente.
razão maior para o minerador não ter melhor mora- Cambiaron los tiempos, pero las nuevas capitales,
dia: porque deslocar o escravo útil da lavra para Goiânia y también Brasília, no nacieron de un siste-
fazer-lhe um palácio de barro?...O primeiro grande ma rígido de trazado hipodámico –cuadrado– sino,
teste construtivo, baseado na mesologia e aptidões
bien al contrario, con curvas y transversales a pesar
dos materiais do Cerrado, muito provavelmente foi a
Matriz de Santana da recém-criada Vila Boa de Goiás. de que sus terrenos eran más planos que los de la
Baseada em planta estrangeira –e de vãos impossí- antigua capital.
veis para os singelos materias construtivos da savana Las primeras calles surgen como contrapartida
brasileira, e erguida por artífices caros e incultos– a a los barrizales de la minería, con calles, casas y
Matriz de Goiás, sede de bispado, ruirá três vezes ao capillas precarias. Después de la ocupación espon-
longo de dois séculos. Será o paradigma dos limites tánea, se continuó con la estructuración organizada
da arquitetura do cerrado, carente de boas pedras de desde la implantación de la iglesia de Santana a un
cantaria, carente de madeiras retas e leves –a não lado del río y de la iglesia del Rosário en el lado
ser a moreira escassa os ipes e as aroiras das Matas opuesto, ambas en suave elevación. Alrededor de
Grossas– carente de mestres de obras, dos quais os
la iglesia matriz se instalaron los hombres blancos
melhores se ocupam com as complexidades das ins-
talações nas novas sociedades de mineradores… Mas más afortunados y en la plaza del Rosário, los ne-
o arraial crescia. Os ranchos de palha substituem- gros, mestizos y los más pobres. De esta manera, la
se por pequeninas casas de barro telhadas, como se trama urbana viene determina por tres calles que se-
as vê, residuais, nos desenhos de Burchell em 1828. rían la continuación de las carreteras que unen São
Tomava forma a Capital dos Goiases (BELTRAN, Paulo con Cuiabá, extendiéndose desde la plaza de
2002, pp.38-40) la iglesia y cruzando el puente desde la iglesia del

—  229  —
Percival Tirapeli

Rosário. En la plaza formada por las confluencias perspectiva de las ya existentes, proponiendo refor-
de las calles Candaúba y Nova, en las que habitaba mas y reconstrucciones (Coelho, 2001, p. 183).
la población constituida en su mayoría por negros También se debe destacar la Plaza del Mercado
libertos y mestizos, las casas son de apariencia muy por su posición sobre la elevación, rodeada por la
simple, encaladas de blanco y con colores más in- Casa del Obispo y la Iglesia de San Francisco de
tensos en los encuadres de los huecos. De ese lado Paula, ambas sobre partes de unas rocas en la curva
del río encontramos las iglesias de la Abadía y del del Rio Vermelho. Constituye un escenario urba-
Carmo, posicionadas en la alineación de las calles; nístico sin par y simbólico y aprovechado para las
se destaca especialmente la iglesia de Santa Bárba- ceremonias religiosas de Semana Santa, cuando se
ra en la colina, en donde existen calles arboladas realiza la procesión del Fogaréu. El mercado pre-
y escalinatas para llegar a la construcción. La con- senta una disposición longitudinal que lo lleva hasta
figuración triangular ayuda a destacar el templo y las márgenes del río, que por el hecho de estar obs-
apunta hacia la calle de los Mercadores en dirección truido en aquel lugar por las construcciones en su
al puente que lleva a la plaza de la iglesia matriz. margen, produjo una violenta inundación que causó
Las plazas de la iglesia de Santana y del palacio grandes daños en la ciudad en el momento en que
del Gobierno aparecen unidas, quedando al fondo recibía su título de la UNESCO, en diciembre de
la iglesia de la Boa Morte. La inmensa plaza de la 2001. Un año después, gracias al empeño puesto
Fuente de la Boa Morte alberga el poder civil, con por la comunidad, por ciudadanos ilustres y por el
la Casa de la Cámara y Cárcel, ésta última con un ICOMOS, la ciudad retomó el aspecto que le había
bajo índice de ocupación durante décadas, mien- hecho digna de tal distinción.
tras que alrededor de las iglesias la concentración
aumentaba. Varios edificios privados se adaptaron
para desempeñar funciones públicas durante varios Arquitectura vernácula
gobiernos, todavía bajo el mando paulista. Marcos
Noronha construyó entre otros edificios, la Casa de La arquitectura residencial implantada en la ciu-
Fundição en 1750, y el Palacio que llevaría su nom- dad es, por lo general, de casas de planta baja, sien-
bre (Conde dos Arcos), en 1751. do raras las de dos plantas, con fachadas sin mucha
Después de 1770, tres gobernadores estuvieron variedad, sumando un total de 485 inmuebles en la
al frente de la ciudad, siendo el último de ellos, João zona de conservación. En el interior, las habitaciones
Manoel Melo, que construyó el actual edificio de se organizan a lo largo de pasillos laterales o longi-
la Casa de la Cámara y Cárcel, lo que exigió una tudinales centrales. Los amplios patios de las casas
mayor inversión en mano de obra y tecnología... hacen posible que las estancias sean de mayores di-
Con el nuevo gobernador, Manoel de Melo, se mensiones, pero por lo general las de la parte frontal
construyeron la Casa de Cámara y Cárcel y la igle- son las destinadas a la convivencia, las del medio a
sia de São Francisco de Paula. Algunas décadas más zonas de intimidad y las del fondo para el servicio.
tarde, el gobernador Luís da Cunha Menezes imple- Las fachadas se perfilan sin separación entre ellas
menta importantes marcos, introduciendo el arbola- con una linealidad rara en las ciudades coloniales.
do de la villa, la alineación de calles y estableciendo Las anchas calles con pavimento de piedra, a veces
el primer plan de ordenación urbana que delineó ceden su lugar a calles menores o incluso a callejo-
la estructura mantenida hasta hoy. Los principales nes sin salida, que sirven de fondo a los patios de las
monumentos religiosos fueron erigidos a finales del casas. Desde el punto de vista de la ocupación del
siglo XVIII: las iglesias del Carmo en 1786, de la espacio urbano, estos callejones son la negación del
Abadía en 1790 y de la Lapa cuatro años después. espacio público y una solución creativa para la crea-
Todos poseen una gran singularidad, destacando la ción de un espacio particular, consecuencia de la
posición privilegiada de la iglesia de la Boa Morte, ocupación del suelo y de las actividades cotidianas.
que se puede ver casi en su totalidad, lo que le da una Los edificios públicos y religiosos quedan dis-
gran solemnidad. Para el gobernador, la regularidad puestos en las tres plazas principales. La más an-
de las calles sería la base para la regularidad del tigua quizás, la del Rosário, presenta una densa
comportamiento de los habitantes. En su entusias- volumetría de edificios habitacionales en la que
mo por la proyección de futuro, incluso con el des- destaca su iglesia neogótica. Pasando por el puente
encanto debido a la progresión de las minas de oro al lado del cual se encuentra la casa de la poetisa
ya agotadas, el gobernador previó un crecimiento de Cora Coralina, la calle se convierte en un embudo y
la ciudad, delimitando nuevas calles y mejorando la se amplía, permitiendo la contemplación de la otra

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Goiás, ejemplo exitoso de la arquitectura vernácula brasileña

margen del río Vermelho. Pasando por la Cruz de del XX Batallón de Infantería de 1747, alojamiento
Anhanguera, la calle Derecha se amplía y el grupo militar, rehabilitado para viviendas alquiladas, que
de casas se muestra más elaborado hasta llegar a la constituye el edificio oficial goiano más antiguo. La
Plaza de la Iglesia Matriz, también con forma trian- Fuente, en el lado izquierdo de la plaza, se abastecía
gular e irregular, que alberga además de la catedral del agua del arroyo Chapéu de Padre. Dispuesto en
en uno de sus lados, el palacio del Conde dos Arcos cuatro cuerpos, con caños externos para los anima-
y, más arriba, la iglesia de la Boa Morte, ambos edi- les, debe su belleza a los engalanamientos rococó de
ficios ya en la Plaza del Palacio. Por todas partes los muros y del frontón. En la parte alta, a la derecha,
se aprecian las modificaciones y adaptaciones por la Casa de la Cámara y Cárcel, cuyo proyecto siguió
las que pasaron los edificios, empezando por la in- el trazado lisboeta, es el edificio de mayor monu-
mensa masa arquitectónica de la catedral que lleva mentalidad de la antigua capital y alberga el Museu
la marca, en un color más claro, de la configuración das Bandeiras. La gran fachada manierista aparece
de la antigua iglesia construida por Manoel Antunes serena, destacando la composición central con puer-
Fonseca en 1743. El palacio del Conde dos Arcos, ta, dos ventanas y el torreón con una campana. Los
antigua sede del gobierno y actual museo, es una laterales son simétricos con tres ventanas con guar-
adaptación de cuatro residencias con diversas téc- da-cuerpo de balaustre torneado en el piso superior y
nicas constructivas desde la taipa-de-pilão hasta la en el inferior, y ventanas enrejadas de las calabozos
terracota. Una serie de compartimientos se suceden de los prisioneros (Coelho, 2001, pp. 27-43).
mezclando el ala administrativa, social y privada,
presentando al fondo un inmenso balcón y jardín.
En el pavimento encontramos un tablado corrido, Conclusiones
losas de piedra e incluso ladrillos de terracota, lla-
mados mezanela. La fachada neoclásica evidencia El hecho de poder participar en este prestigioso
las últimas reformas al gusto imperial, que oculta congreso y de mostrar las imágenes de la ciudad de
los tejados coloniales con una platibanda. Goiás como ejemplo bien sucedido de conservación
En la plaza, la iglesia de la Irmandade dos Homens de la arquitectura vernácula tiene muchos puntos
Pardos con culto a Nossa Senhora da Boa Morte, al- positivos. En primer lugar, el hecho de poner como
berga el Museo de Arte Religioso con obras del im- ejemplo una ciudad colonial limítrofe entre tierras
portante escultor Veiga Valle, ya en el siglo XVIII. portuguesas y españolas, ciudad ésta que nació de una
Su fachada está muy elaborada y presenta un frontón desobediencia a las determinaciones papales, pero que
al gusto barroco, con volutas truncadas y pináculos, aquí, vivida por aquellos desbravadores, se alteraron
conteniendo en el centro líneas rococó más gracio- las reglas frente a los ideales de conquistas territoria-
sas. Se terminó de construir en 1779. Sin torres, las les; convivencias entre diversas razas de los pueblos
campanas se alojan en un campanario externo hecho ibéricos acostumbrados a las condiciones de domi-
de lentiscos cubiertos con teja de canal, como hacían nantes y dominados y supervivencia en condiciones
los bandeirantes paulistas. En el interior la sorpresa adversas geológicas y climáticas que posibilitaron la
la encontramos en su planta octogonal irregular, a formulación de medios de vida, abrigo y amistad.
ejemplo de las iglesias del Outeiro da Glória en Rio En aquella nueva realidad social de encuentros
de Janeiro, de la Luz de São Paulo y del Pilar de culturales, aquellos pueblos pudieron construir un
Taubaté en suelo paulista. La iglesia del Carmo, en patrimonio considerado un hecho que se acerca a las
la calle homónima, es más compleja y bien elabora- epopeyas. Podrían ser solamente fotografías amari-
da en su interior. La planta es un octógono regular, llentas de un tiempo y espacios perdidos, como ocu-
los arcos que sostienen el coro son trilobulados y una rrieron en la capital paulista, no fuesen estas pequeñas
sucesión de salas rodea el edificio. casas que se escoran en la historia de los supervivien-
Desde la iglesia de la Boa Morte se bifurcan las tes, analfabetos sin el culto a la autoría y afectos a
calles del Horto y de la Fundição, siendo esta última los estándares técnicos. Lejos de una estética que se
la que conduce a la plaza de la Fuente, lugar que al- transformase en calidad, la funcionalidad es la que
bergaba la pequeña capilla de la Boa Morte. Uno de llama primero a la puerta de esta arquitectura predes-
los vértices de la inmensa plaza es donde destacan La tinada a la desaparición, seducida por el progreso.
Fuente de Cauda da Boa Morte, de 1778, y la Casa Goiás continúa siendo tranquila, donde la vida
de la Cámara y Cárcel, de 1771. En las calles latera- corre junto a un tiempo silencioso en los pequeños
les el grupo de casas aparece de forma discreta y es- espacios de vida y en los jardines de las casas que
condido por los árboles, dejando entrever el Cuartel se entrelazan, dispensando a veces la propia calle

—  231  —
Percival Tirapeli

como vía de acceso. En este lugar donde los pueblos DELSON, Roberta Marx Novas Vilas para o Brasil-Co-
ibéricos buscaron la Laguna Dorada, los silvícolas lônia. Planejamento Espacial e Social no sec XVIII.
ya vivían hace miles de años, las sabanas, la plani- Roberta Marx Delson. Brasília: Edições Alva, Ciord,
cie, ya sea en el corazón de Brasil, en la Altiplanicie 1979. (Dep de Geografia Universidade de Syracuse,
NY, 1979)
Central, donde se implantó nuestra capital Brasília
FERREIRA, Tito Livio. A nacionalidade lusobrasileira,
que constituyó el segundo momento de población rreira, O Estado de São Paulo, pg 82, 18/1/1970.
de aquellas tierras interminables. MADEIRA, Fernando e SAAD, Salma Waress et alli. Pro-
posta de Inscrição da Cidade de Goiás na Lista do Pa-
trimônio da Humanidade. Goiânia: IPHAN e Fundação
Bibliografía Cultural Pedro Ludovico Teixeira, UNESCO, 1999.
MURILLO, Marx. Urbanismo – Timbres na Boca do Ser-
BERTRAN, Paulo e FACHINI, Rui. Cidade de Goiás. tão. In Igrejas Paulistas – Barroco e Rococó, autor
Patrimônio da Humanidade. Origens. Brasília e São Percival TIRAPELI. São Paulo:Editora da Unesp/
Paulo: Verano e Takano, 2002. Imprensa Oficial do Estado de São Paulo, 2003.
COELHO, Neiva Gustavo. Guia dos Bens Imóveis Tom- SAMPAIO, Suzanna do Amaral Cruz. Proposal for the
bados em Goiás. Volume I , Vila Boa. Goiânia: Tril- Inscription of the City of Goiás on the World Heri-
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COELHO, Neiva Gustavo. O Espaço Urbano na Vila FERREIRA, Tito Livio. A nacionalidade lusobrasileira.
Boa. Goiânia: Editora da Universidade Catóica de Jornal O Estado de São Paulo, pg 82, 18/1/1970.
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tístico Nacional. 60 anos. A Revista.Rio de Janeiro: Apoyo – Fundación para el Desarrollo de la UNESP. Instituto
IPHAN, Ministério da Educação e Cultura, 1997. de Artes de la Universidad Estatal Paulista - UNESP.

—  232  —
Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de
Autoconstrucción sostenible en Situación de
Borde Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile

Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda


ETSA. Universidad Politécnica de Catalunya. Barcelona. España

Introducción y presentación del contexto “colgando sus viviendas de las montañas”, flotando
en el borde mar, como primer límite de zonificación
Contrariamente a lo que como lógica se entien- arquitectónica de propia autoconstrucción, empla-
de1, la construcción en madera en América del Sur, zamiento espontáneo, con un crecimiento limitado
ha estado ligada a la construcción precaria, sin nin- por la geografía y donde la arquitectura2 surge de las
gún tipo de parámetros que den cuenta del período necesidades cotidianas.
útil de las construcciones, y que así permita con- Dentro de la presentación del análisis, Caleta
cientemente prolongar su existencia con métodos Tortel se enmarca y se introduce en el estudio desde
como el reciclaje o bien reutilización de piezas, así su forma macro, geográfica y urbanísticamente,
como la protección de los elementos estructurales. hasta dilucidar un orden social de subsistencia que
Sin duda la madera ha estado ligada a la existencia va directamente asociado a la sostenibilidad de uso
del hombre desde sus inicios, ya que le provee de uno y des-uso del recurso maderero.
de los elementos fundamentales, el fuego, símbolo Chile se encuentra situado en el hemisferio sur,
de superioridad entre los clanes prehistóricos; y es distinguiéndose fácilmente en el mapa de América
así como su uso ha estado asociado a las tareas bási- del Sur por su inusual geografía. La longitud del país
cas del ser humano, como calefacción y construcción tomada desde la frontera con Perú, hasta el polo an-
de refugios. Considerando esto en el Sur de Chile, la tártico es de más de 8000 Km. y la longitud de Chile
madera ha estado magníficamente destinada a un de- continental supera los 4300 km. Los límites son al
sarrollo de arquitecturas simbólicas y de adaptación norte con Perú, al este se separa de Bolivia y Argen-
al clima, provocando toda una evolución cultural tina por uno de los mayores accidentes geográficos
en torno a este material, y donde particularmente se del mundo la Cordillera de los Andes, al sur queda
tiene conciencia de un uso sostenido en el tiempo. acotado por la Antártica, y al oeste por el océano Pa-
El presente estado del conocimiento expone la cífico. Tiene una superficie de 756.627 km2 y sobe-
singular y vernácula arquitectura de un poblado en ranía sobre el territorio antártico en una extensión de
la Patagonia de Chile, que se desarrolló en la des- 1.250.000 km2, entre los 53º y 90º de longitud oeste.
embocadura del río Baker, prisionero de los hielos y En relación a su geografía, debido a movimien-
de la adversidad; su vinculación y sobre vivencia al tos tectónicos ocurridos en el Pleistoceno y a fines
crudo clima se desarrolla a través de la explotación del Terciario Superior que originaron las variadas
del Ciprés de las Guaitecas, una madera de extraor- formas que posee el país, emerge la Cordillera de
dinaria firmeza, que le permite al hombre asentarse la Costa y la Cordillera de los Andes, quedando
una depresión intermedia entre ambas cordilleras,
elementos característicos del relieve longitudinal.
1.  Debido a la gran cantidad de recurso renovable disponi-
ble, y que podría ser autosustentable, a través de un adecuado
plan de manejo forestal y de manufactura de extracción, pro- 2.  Se entiende arquitectura vernácula como el diálogo
ducción y construcción. hombre-material-entorno (Vásquez 2004).

233
Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda

Por cambios importantes en el nivel de los océa- el núcleo familiar hasta la gran ciudad. Las primeras
nos y de los movimientos de las masas continenta- unidades que se formaron eran del tipo patriarcal,
les, se registraron avances y retrocesos sucesivos de el clan, donde los hombres se unían para compartir
aguas marinas lo que originó la formación de terra- un refugio elemental contra los peores agentes ex-
zas litorales que se presentan entre la Cordillera de teriores: el sol, el viento, las precipitaciones, el frío,
la Costa y el Litoral., posteriormente en el Cuater- los animales feroces, etc. Estos refugios eran nor-
nario las glaciaciones dieron origen al desmembra- malmente espacios únicos sin compartimentación,
do relieve que Chile posee al sur. donde se realizaban todo tipo de actividades.
Chile posee en la Patagonia un invaluable capital En estructuras sociales más evolucionadas se
natural que se encuentra en la zona austral del país, comienza a diversificar el espacio comunal por fun-
puede y debe, ser la base de un futuro sostenible. ciones, y se distinguen niveles de agrupación y de
Se entenderá como Patagonia chilena aquella protección, según la rentabilidad práctica de los sis-
región geográfica comprendida entre los 43º y 38º, temas individuales o colectivos” (Serra et al, 1995).
hasta los 56o de latitud sur, que incluye la región de Universalmente la arquitectura vernácula es re-
Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, la re- conocida como la respuesta de una “comunidad”4
gión de Magallanes y la Antártica chilena. A su vez el al medio ambiente cultural, físico y económico,
país está dividido en 12 regiones, más la región Me- constituyéndose como asentamiento en constante
tropolitana, donde se encuentra Santiago de Chile ca- evolución, con una arquitectura que maximiza los
pital del país, Caleta Tortel se ubica en la XI región. recursos existentes, haciéndolos propios, sin seguir
una tipología determinada, sino desarrollando y ad-
quiriendo un lenguaje arquitectónico particular y
Habitar en la extensión borde-mar cultural, en un sentido originario de creación artísti-
ca de formas, volúmenes y trabajo de los materiales
“Una domesticación paulatina de los espacios, en al definir un espacio, tanto individual como comu-
este caso del medio acuático que da origen a la habi- nitario, creando así estructuras urbanas a mayor o
tabilidad, el descubrimiento de un horizonte móvil, menor escala y organizaciones sociales con un rol
que convive con el horizonte de suelo y cielo”3 definido (Kahn,1979).
Las temporalidades existentes en una geografía Generalidades de sus características:
de bordes insulares, corresponden a un ciclo natu- • Mano de obra local
ral de las mareas, que llevan en sí todo el proceso • Técnicas artesanales, con aportaciones foráneas,
cotidiano de habitar estos bordes tanto continenta- que logran adaptar con su experiencia al medio,
les como insulares, pero sin duda que es un tiempo y que logran así conformar un lenguaje cons-
ajeno al de los valles interiores del territorio, anali- tructivo particular, capacidad de adaptación.
zado en cuestión. • Conocimientos basados en la experiencia, en
aplicaciones in situ, con mejoras en las técni-
cas de acuerdo a las necesidades imperantes.
Arquitectura vernácula. Caracterización general • Capacidad de adaptación al paisaje, lo que no
significa mimetismo, sino responder a las ca-
Definición empírica racterísticas medioambientales5 y garantizar
Vernáculo: del latín vernaculus. un confort ambiental mínimo6.
“Dicho especialmente del idioma o lengua: do-
méstico, nativo, de nuestra casa o país.” (Fuente: 4. Entendiendo como comunidad, el conjunto en que uno o
varios grupos a través de un valor como la sensibilidad al medio
Real Academia de la Lengua Española). ambiente han sido capaces de transformarlo en su beneficio sin
Desde la más remota antigüedad, los seres hu- hacer un deterioro de él, si no una comunión.
manos se han agrupado, en forma más o menos es- 5. En su actuación sobre el mundo exterior, el ser huma-
table, generalmente por razones de supervivencia, y no siempre ha encontrado diversas soluciones para un mismo
problema y no se ha visto abocado a una única opción. De esta
se han creado así distintos niveles de cooperación y
forma se pueden plantear diferentes visiones en el tratamien-
de utilización de espacios comunes, que van desde to o relación de la arquitectura con el medio natural, desde la
independencia máxima (rechazo al medio y creación artificial
de condiciones interiores), hasta la máxima relación (aprove-
3.  Al encontrar sin duda el habitante una nueva proporción chamiento de las buenas condiciones y protección de las malas,
de equilibrio entre el agua y la tierra en un estado intermedio como en la arquitectura popular. (Serra. et al, 1995)
entre lo sólido y lo líquido que queda en medio de la levedad 6. Los parámetros ambientales de confort son manifesta-
territorial desconocida. ciones energéticas, que expresan las características físicas y

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Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de Autoconstrucción sostenible en Situación de Borde Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile

La madera ha sido utilizada como base de la


construcción a lo largo de la historia, desde la mate-
ria prima que a través de diversas transformaciones
se convierte en subproductos derivados de ésta, así
como en acabados y herramientas tanto decorativas
como de trabajo, la nobleza del material que puede
ser utilizado en su forma más pura hasta la mas ela-
borada, proporcionan una flexibilidad de uso que
potencia la cantidad de aplicaciones posibles, así
como las grandes ventajas ambientales que ofrece.
La madera, como elemento constitutivo de estas
arquitecturas particulares, propone un desarrollo Caleta TorteL.
dinámico, donde su base articulada es un recurso
natural renovable. Sus particularidades de vulne-
rabilidad, frente a las condiciones ambientales son de obtener el máximo de beneficios con el mínimo
motivos para construir comportamientos de identi- de recursos; ya que directamente de esta situación
dad con un oficio y vocación arquitectónica donde depende su subsistencia y el de las generaciones
se identifican modos de vida poco convencionales, futuras, es por eso que se hace la distinción en este
es así como la madera, que en la clasificación de caso ya que se inserta en ámbito de investigación,
material vernáculo es capaz de constituirse en iden- en que tanto el desarrollo social, histórico, econó-
tidad de estos peculiares asentamientos (cultura de mico y maderero son el resultado de un origen que
la madera). tiene como fin la coexistencia, a través del medio
La escala local referida, se enfoca directamente natural y la optimización de sus aplicaciones, para
en la “humanización del espacio y genera una habi- garantizar una prolongada vida útil a todo el sis-
tabilidad sostenida en el tiempo”, al encontrarse los tema que se sustenta por lo que podría parecer
orígenes del oficio directamente ligados a una malla un “ecosistema” entre lo construido natural y lo
de interacción social, cultural y religiosa de desarro- construido artificial.
llo de una cultura que geográficamente se encuen- La comuna de Caleta Tortel se encuentra en la
tra aislada del continente hasta, modificándose esta XI región de Aysén, entre los 73º y 76º de longi-
condición en los últimos dos años. tud oeste y los 47o y 49o de latitud sur, entre los
Campos de Hielo Norte y Sur, con una superficie
de 21.347 km2, 470 Km. al sur de Coyhaique, la
Desarrollo capital regional. Conformadora junto a otras dos
comunas de la Provincia del Capitán Prat y una de
Caleta Tortel. Caracterización general las cuatro que se encuentra en el litoral de Aysén;
sus límites son las comunas de Puerto Aysén, Co-
Poseedor de un tiempo distinto, no medido por charane, Villa O’Higgins y la XII región, es aquí,
el reloj, sino por el ciclo natural de la marea, que en Tortel donde desemboca el río mas caudaloso
todavía hoy regula la vida de los poblados, el mer- de Chile, “El Baker”, y se encuentra el Golfo de
cado, la salida de las lanchas y la actividad que se Penas, valles, fiordos, estuarios, geografía insular
desarrolla en los embarcaderos, el ciclo mayor de de borde que se desmembra y crea un nuevo ho-
las estaciones, el largo invierno y el buen tiem- rizonte al proponer una distancia del suelo móvil
po, calendario que rige la pesca, el trabajo en los (borde agua).
aserraderos y en los bosques (Montecinos, 2000).
Es posible anticipar que el desarrollo de tipolo-
gías constructivas, asociadas a este asentamien- Clima
to puedan permitir analizar a toda una sociedad
desde el punto de vista sostenible, donde se trata Influenciado por el frente polar, con característi-
cas marítimas y de continentalidad, la presencia de
ambientales de un espacio habitable, independientemente del grandes lagos configura importantes microclimas.
uso del espacio y de sus ocupantes. Estos parámetros pueden
La cantidad de agua caída oscila entre los 3500 y
ser específicos de cada uno de los sentidos (térmico, acústicos o
visuales), y ello permitirá que en muchos casos, se puedan cal- 4000 mm al año. Vientos predominantes son del
cular, con unidades físicas ya conocidas. (Serra. et al, 1995). Noroeste con influencia del frente polar.

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Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda

Gráfica de T medias
Ancha, Sector Base y los sectores (Univer-
sidad de los Lagos, Ilustre Municipalidad de
máx mín Tortel, 2000)
Anuales 8 6 2. Población migratoria: población de carácter
colonizadora que habita por temporadas el
Invierno 8 -7
centro poblado, por razones del tipo laboral,
Verano 16 14 familiar académicas o por presentar una con-
dición de permanencia de propiedad en dos o
Cuadro 1. Temperaturas medias Caleta Tortel más localidades.
3. Población flotante: esta conformada por tu-
ristas que visitan la localidad estacionalmen-
Geomorfología te, variando de 350 personas en el año 1995 a
1300 personas en el año 2003.(Fuente: Insti-
Caracterizado por la presencia de fiordos y cana- tuto Nacional de Estadísticas).
les que conforman una gran cantidad de islas y pe-
nínsulas, siendo estas la prolongación de la Cordi-
llera de la Costa, encontrando dos tipos de suelos: Vías de acceso
• Territorio Insular.
• Sector Cordillera Patagónica, en este último Vía marítima: travesía de 2 hrs 30 min en embar-
se encuentra Caleta Tortel, rodeado por escar- cación por las caudalosas aguas del Río Baker.
pados suelos de un cordón montañoso, cuya Vía terrestre: A través de la Carretera Austral,
pendiente es de aproximadamente 70º. que es un camino de penetración que acercó Caleta
Tortel en el año 2003 al continente.
Vías de Comunicación: en el centro poblado a
Vegetación través de embarcaciones y pasarelas de Ciprés de
las Guaitecas.
La comuna de Tortel se ubica en la región con El desarrollo histórico de Caleta Tortel presenta
mayor reserva forestal del país, donde predominan una cultura de navegantes madereros, cuya condi-
bosques siempre verdes y caducifolios, un valioso ción de aislamiento en una bahía ha generado di-
recurso natural que proporciona servicios de regula- versos sistemas de transporte independientes y ha
ción del clima, protección del suelo, de la biodiver- definido el rol de centro de servicios de la localidad
sidad y del ciclo hidrológico. (Universidad de Los Lagos, Ilustre Municipalidad
de Tortel, 2000).

Sistemas de población en el centro poblado


Generalidades históricas
Para entender el desglose aquí proporcionado
se deberá explicar que Caleta Tortel se divide en 4 Antes de precisar los puntos siguientes, es ne-
sectores denominados: El Junquillo y Playa Ancha, cesario decir que hasta el siglo XVII, Kawaskar,
Sector Base y los Sectores Rincón Alto y Bajo, cuya Alacalufes o Chonques, habitaron desde el Golfo
estructuración urbana se explicará mas adelante. de Penas hasta el Cabo Brecknock, incluyendo los
Se presentan tres tipos de permanencia en el centro canales que penetran al continente, como también
poblado, que permiten definir la potencial demanda el Estrecho de Magallanes. En este proceso de evo-
de ocupación de suelo y la orientación del desarro- lución histórico-fundacional, se pueden identificar
llo de actividades de la población: tres situaciones:
1. Población permanente: población que se
caracteriza por ser colonos o descendientes
directos de ellos, que se encuentra habitan- Etapa de descubrimiento: 1898-1940
do Caleta Tortel de manera constante por ra-
zones de tipo familiar, laboral o por sentido Las primeras exploraciones fueron realizadas
de propiedad. El número de esta población por Hans Steffen a fines del siglo XIX, con el fin
alcanza 310 hab., que alcanza al 87% distri- de informar sobre la configuración de la costa en
buidos en los sectores El Junquillo y Playa la región andina de la Patagonia. Esto dio paso al

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Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de Autoconstrucción sostenible en Situación de Borde Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile

descubrimiento del Río Baker (1898), que repre- comunal con la región, para potenciar el desarrollo
sentó una poderosa vía fluvial de 400 a 500 mts de productivo de la zona, a nivel pesquero, turístico y
ancho, importante por su desembocadura en el mar, forestal. Para ello se está facilitando el acceso al ca-
con una corriente pesada y uniforme, su lecho limpio mino mediante una senda de penetración ejecutada
y la temperatura del agua poco inferior a la del aire. por el Cuerpo Militar del Trabajo, finalizada el 19
Gracias al descubrimiento de esta vía fluvial, de enero del 2003, perteneciente al Camino Longi-
durante la primera mitad del siglo XX, en la des- tudinal Austral, para unir y dar soberanía a zonas
embocadura del Baker, se instalaron dos socieda- tan aisladas como Villa O’Higgins, donde finaliza la
des maderero-ganaderas: La Sociedad Explotadora carretera Austral hoy en día.
del Baker (1902-1908), y la Sociedad Estancias y Tortel es declarada Monumento Nacional el 25
Posadas Hobs y Cía. (1914-1940), en el sector de- de mayo 2001, y queda por este motivo sometida a
nominado Bajo Piragua, ubicado en las escarpadas las leyes y regulaciones del Consejo de Monumen-
laderas de las inmediaciones de la desembocadura tos Nacionales de Chile (Consejo de Monumentos
del Baker, debido a su ubicación estratégica dentro Nacionales, 2001).
de la zona de la cordillera patagónica, que por la
carencia de caminos potenciaron el lugar como un
punto reencuentro de la producción que se realizaba Análisis morfológico y urbano
en toda la cuenca del río Baker, con la línea de nave-
gación a Punta Arenas. (Universidad de Los Lagos, Caleta Tortel se encuentra en una condición
Ilustre Municipalidad de Tortel, 2000). de FRAGILIDAD tanto del sistema sociocultural,
económico-productivo, y del medio natural y cons-
truido; ¿la principal razón? “su condición de ISLA”,
Etapa de colonización y transición: 1940-1980 que durante mucho tiempo la mantuvo aislada del
resto del territorio nacional y que provocó un desa-
Durante la década del 40, la población originaria rrollo particular y muchas veces precario por esta
de los territorios cercanos a la zona de los ventisque- condición de aislamiento” (Universidad de Los
ros, ubicados en el litoral de los Campos de Hielo Lagos, Ilustre Municipalidad de Tortel, 2002).
Norte y Sur, fueron penetrando esta región deshabi-
tada y de complicada accesibilidad, guiándose entre
canales del sector insular y las montañas del territo- Morfología
rio continental, así poblaron lentamente el valle del
litoral Sur de la desembocadura del río Baker. La geografía en torno a un cerro de laderas pro-
Paralelamente, la necesidad de comunicación a nunciadas y a la presencia del mar interior, ha de-
lo largo del centro poblado se hizo necesaria y el sis- limitado un orden irregular en el emplazamiento
tema de transporte marítimo por medio del bote, se de las construcciones, no existiendo manzanas que
transformó necesariamente a huellas en suelo firme, delimiten los cuatro sectores importantes de Caleta
dentro de la cual aparece una evolución que identifi- Tortel: “El Junquillo, Playa Ancha, Sector Base y
ca al territorio: la necesidad de transitar sobre malli- Sector Rincón”, los límites son determinados por
nes y pantanos, genera sendas por medio de palos o la existencia de quebradas naturales, por lo que el
estacones de ciprés cortados a hacha, denominados tamaño y la densidad de cada sector están directa-
envaralados. mente relacionados por la capacidad de ocupación
Esta tipología de sendas fue evolucionando en del suelo que otorga el territorio.
cuanto a distancias y diseños para llegar durante Los asentamientos reconocidos son una clara
la década de los 70 a lo que hoy se conoce como respuesta a como el hombre ha podido hacer de al-
pasarelas. gunos sectores lugares habitables logrando confor-
mar dentro de todo una unidad urbana reconocible
y accesible desde el punto de vista de la escala hu-
Etapa de inicio de la consolidación del mana “la huella y el bote”, principales unidades de
centro de servicios: 1980 a la fecha medida aplicables y reconocibles en toda la estruc-
turación del poblado. Arquitectura de borde-mar y
Dentro de este proceso de evolución del centro arquitectura marítima.
poblado, impulsado por el gobierno democrático, Pragmáticamente se reconocen cuatro sectores
nace en 1999 la necesidad de integrar el territorio en el centro poblado:

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Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda

1. En el extremo oeste de la longitudinal costera Situación de envaralados y pasarelas de madera


el sector Junquillo-Playa Ancha presenta po-
tenciales paisajísticos por la existencia de tres Caleta Tortel, se establece en un terreno escabro-
frentes: la playa, el Delta del Río Baker y la so, que no presenta las condiciones de suelo nece-
extensión hacia los fiordos y canales, ante los sarias para ser habitado. Fuertes pendientes, inexis-
cuales se reconoce un uso de suelo de carác- tencia de planicies, mallines y terreno rocoso casi
ter residencial. sin capa vegetal, impiden la existencia de lugares
2. En el centro de esta longitudinal se reconoce en que se interactúe con el terreno mismo. Debido
un núcleo principal de carácter administrativo a esto, se levantan espontáneamente edificaciones
y de servicios, identificado como sector Base, sobre pilotes (estilo palafitos), plataformas y vías de
que se caracteriza por estar equidistante a los circulación aisladas del terreno denominadas enva-
sectores que conforman los extremos de esta ralados. La razón por la cual se insiste en instalar
extensión. la localidad en esta zona, radica en su posición geo-
3. En el extremo Este, se encuentra el sector gráfica estratégica: la desembocadura del río Baker.
Rincón Bajo, que por su condición de bahía y A través de estos envaralados, cuya evolución
la existencia de muelles y atracaderos, otorga lleva hasta las actuales pasarelas, y su localización
condiciones de resguardo para las embarcacio- en el paisaje, es posible observar una estrategia con-
nes, se reconoce un uso de suelo residencial. sistente en la construcción de líneas continuas de
4. La zona Norte se conforma de dos sectores: circulación sobre un territorio accidentado, es decir,
el Rincón Alto y el sector Aserradero, ambos se crea una continuidad peatonal frente a la discon-
comunicados por una pasarela transversal tinuidad geográfica del territorio. Así, se presenta un
que se desprende de la longitudinal. El Rin- nuevo suelo artificial, que por medio de pilotes se
cón Alto posee un equipamiento de salud y apoya sutilmente, estableciendo una distancia sobre
educación, sobre un terreno de pendiente la superficie, y mantiene casi intocado el terreno
poco pronunciada, el sector Aserradero se natural. Estas pasarelas tienen una gran influencia
encuentra bordeado por el Río Baker, en él en lo social, como elemento conglomerador, puesto
existe equipamiento turístico y su futuro po- que generan interacción y un conjunto de relaciones
tencial desarrollo. entre la población usuaria que transita al interior del
poblado, sobre ellas se han ido generando instala-
Al recorrer planimétricamente la forma urbana ciones tanto habitacionales como de equipamiento
de la ciudad se descubre la trama principal y sus ra- urbano, y justamente en ellas radica la particulari-
males secundarios, los que estructuran una red vial dad que presenta la localidad, que la ha llevado a
de uso exclusivo peatonal por lo tanto es de primer constituirse como “Zona Típica”.
orden en esta arquitectura de borde mar “la escala Dentro de la estructura de comunicación de las
del hombre, dada por la huella humana” y los ámbi- pasarelas es posible distinguir las que van sobre te-
tos de movimiento del ser que habita las pasarelas. rreno y sobre el agua, así como los tipos de funda-
• Escala humana, la huella, presente en las ciones que se utilizan para anclarlas al terreno.
pasarelas. Observando el desarrollo evolutivo del sistema
• Escala marítima, el bote, presente en los muelles. tanto de pasarelas como de envaralados, se adquiere
• Escala vertical, viviendas, situación de abal- una visión totalitaria de los elementos conforma-
conamiento de las pasarelas. dores de estas estructuras peatonales, y de cómo
• Escala comunitaria, el poblado en sí. de una manera precaria de autoconstrucción se ha

Pasarela de Ciprés en Rincón Bajo (Galle, 2000

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Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de Autoconstrucción sostenible en Situación de Borde Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile

marchado hacia una “tecnificación” de aserrade-


ro con las piezas, lo que sin duda genera un mejor
aprovechamiento del material.
Lo particular del sistema radica en la extracción
del Ciprés que sigue siendo “artesanal”, y quizás
es lo que mantiene el equilibrio del ecosistema, ya
que se sigue explotando del mismo modo que hace
15 años, generalmente árboles muertos, ya que su
contenido de humedad es menor por lo tanto es una
madera más liviana, y esta extracción o recolección
se desarrolla por medio de “tiraduras” (que consiste
en llevar las estacas de Ciprés al hombro) y luego
en una balsa construida con los mismos postes na-
vegar hasta el destino de acopio, que generalmente
coincide con el patio del clan familiar que se de-
dica al trabajo de la madera o bien a los nuevos
aserraderos.

Estudio de la posible normativa de Pasarela sobre terreno irregular, fundación sobre terreno
adecuación de elementos de madera natural (Galle, 2000)

Asumiendo su carácter de Zona Típica se ha tra-


tado de normar las alturas con respecto A las ma-
reas, ya que quedan parcialmente Inutilizadas en el
invierno, especificando alturas mínimas y estructura
necesaria para soportar vientos y nieve. Respecto a
la construcción de la madera de ciprés, el poblador
de la zona, en general no ocupa impermeabilizante,
solo aplica “carbonileo” en la base de los rollizos
que van a servir de fundación para la obra, estarán
enterrados en el suelo o sumergidos en el agua, el
uso del material sin aditivos, sin impregnantes ge-
nera una vida útil mas corta al estar sometido al
medio ambiente, pero como beneficio no produce
residuos contaminantes.
La presencia humana en la escala del poblado es
determinante para este equilibrio.

Factores de riesgo

Al considerar la madera en su estado primitivo,


es decir la utilizada tanto en las pasarelas como en
las viviendas, que no poseen normativa que regule
Envaralado borde mar, fundación sobre agua (Galle, 2000)
la protección o determine un tiempo para reciclar
y reutilizar el material para aumentar el tiempo de
vida de las estructuras, es la pudrición la que sin
duda genera una mayor evidencia física y visual al evitaría proponiendo un altura de seguridad, con el
dañar las estructuras. consiguiente impacto que provocaría en las estruc-
El daño provocado ocurre en la zona crítica de turas ya existentes, a su vez estudiar la protección
subida y bajada de la marea, donde el nivel del con resinas naturales, además de tener en cuenta la
mar cubre las pasarelas casi por completo, esto se adecuada compactación del terreno natural.

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Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda

El Ciprés y su madera. Es necesario observar que la especie es pertene-


Generalidades de aplicación ciente al bosque nativo, y su propiedades mecánicas
tanto a la tracción como compresión (Instituto Na-
El ciprés se distribuye entre los 39º y los 54º de la- cional de Normalización, 1992) varían de acuerdo
titud sur. Se desarrolla preferentemente en zonas bajas, al grado de humedad de la madera, para los presen-
pantanosas y muy húmedas, crece en alturas menores tes datos se considera madera húmeda en situación
a los 1000 mts sobre el nivel del mar, forma bosques de extremo sur donde en el ambiente existe un 18%
mezclándose con alerces, coigües, ñirres y lengas. de humedad experimental y un 16% teórico, sólo el
El tronco de estos árboles es muy semejante al primero se acerca a la realidad existente (CORFO-
alerce, pudiendo alcanzar alturas de hasta 40 mts y Fontec, 2003).
diámetros de hasta 1mt árbol de madera muy apre-
ciada y tronco desprovisto de ramas en su parte
baja, la madera tiene un olor característico persis- Observaciones del estudio preliminar
tente, con cierta similitud a la vainilla, y es de un
color homogéneo, café pálido con tinte amarillento. Al tener Caleta Tortel un rol definido claramente
Tiene una durabilidad natural superior a los 15 años hasta el año 2003, es posible reconocerlo como “un
en usos exteriores, como elemento interior sin con- poblado aislado”, de arquitectura popular de sobre-
tacto con el suelo orgánico su duración es mucho vivencia al clima y de adaptación al medio natural
mayor, frente al ataque específico de hongos se le a través del aprovechamiento de los recursos, se ge-
clasifica como moderadamente resistente. Es una neró una manera de auto construir los espacios coti-
madera fácil de trabajar, se pinta se encola y barniza dianos y enlaces que permitían tener al poblado una
sin dificultad, posee hojas escuaniformes dispuestas comunicación vertical a través de las horizontales
en cuatro planos a lo largo de las ramitas y un ma- de las pasarelas dentro de la zona “urbana”.
croesporófilo con un largo apéndice dorsal. Los métodos de construcción artesanales así
como la extracción casi primitiva es lo que ha man-
tenido el recurso en orden y a la vez esto ha refores-
Características macroscópicas y tado después de la quema por parte de los colonos
mecánicas de la madera de Ciprés para abrirse camino en la “selva virgen”.
El “aislamiento” provoco dos situaciones distin-
• Madera de color amarillo ocre, albura de tas que se pueden evaluar desde varias perspectivas,
color blanco amarillento, y el duramen de social-económica, turística y arquitectónica:
color pardo rosado, pudiendo pasar a pardo
rojizo con la luz.
• Madera olorosa Precariedad
• Dureza media
• Grano fino regular Sin duda los habitantes se encontraban desprote-
• Fibra recta gidos frente al aislamiento de los meses de invierno
• Albura y duramen diferenciable sin poder salir a navegar, por lo que social y económi-
• Anillos de crecimiento ligeramente marcados camente se originaba un círculo de falta de recursos,
• Peso específico: 0,5 g/cm3 lo que se hace evidente hasta los días de hoy, tanto
• Usos: tejuelas, embarcaciones, postes, cer- en las construcciones de viviendas (falta de servicios
cos, viviendas, pasarelas. urbanos básicos), así como en el ingreso per capita.

Flexión Compresión Tracción Dureza Cizalle


T max paral
Peso esp Mod. Elast. normal T max Tangencial Radial Normal Tangencial Radial
Tensión Tensión Tensión de Tensión de
rotura máx carga máx rotura rotura
kg/m3 kg/m2 kg/m2 kg/m2 kg/m2 kg/m2 kg/m2 kg/m2 kg/m2
435 422 223 75 32 28 255 67 61

Cuadro 2. Propiedades mecánicas del Ciprés (Instituto Nacional de Normalización, 1992)

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Arquitectura Vernácula en Maderas Nativas de Autoconstrucción sostenible en Situación de Borde Mar: Caleta Tortel, Patagonia de Chile

Se hace necesario “domesticar el espacio para ha- Conclusiones


cerlo habitable”, se introduce un sistema de autocons-
trucción que cubre las necesidades básicas dentro del Como resultado de la presente investigación que
poblado, aquí se inicia la particularidad del sistema de estudia el carácter de arquitectura vernácula en ma-
articulación urbana, una arquitectura popular abierta dera, en una conformación urbana, que estructura y
a los cambios propuestos por las necesidades. sostiene a una sociedad y origina un espacio habita-
El recurso más cercano, la madera, la posibilidad ble se resalta lo siguiente:
de construir y de sostenerse económicamente por El valor patrimonial dentro de la autoconstruc-
medio del Ciprés de las Guaitecas, es lo que hace ción de espacios habitables, y el valor de indentidad
que la sociedad se articule en torno a este recurso. adquirido por el poblado de Caleta Tortel, potencia
El descubrimiento de esta particularidad ya en sin duda la toma de conciencia de la particularidad
a década de los 80 provoca un interés turístico que del sistema de envaralados y pasarelas y crea incen-
comienza a provocar un impacto positivo sobre el tivos para la mantención y readecuación de las es-
centro poblado. tructuras existentes, además se debe agregar que el
Ciprés posee una duración frente a las condiciones
climáticas extremas, por lo que no se tiene concien-
Identidad cia de su deterioro a corto plazo.
Es necesario preservar y orientar el crecimiento
Como resultado de la evolución que particula- urbano, así como mejorar y crear normativas en las
riza a esta localidad, es que se crea la base de una viviendas, para que exista una “correspondencia de
“cultura propia”, que se retro alimenta de sus pro- valores” entre el espacio interior y el exterior, caren-
pios descubrimientos y soluciones para mantener te en el centro urbano a lo largo de toda su historia.
la vida en este “lugar” aislado geográficamente, es Se podrá potenciar así mismo el desarrollo con
la construcción de un espacio con memoria por los las vocaciones de cada sector de los cuatro que na-
propios habitantes el que propone el surgimiento de turalmente quedan divididos, para no crear polos de
la identidad de Caleta Tortel. expansión sin posibilidad de mejora en cuanto a ins-
Arquitectónicamente presenta una solución a la talaciones, ni la concentración de servicios fuera del
habitabilidad extrema, socialmente provoca que los desarrollo urbano natural que se ha dado y radica en
habitantes se sientan particularizados por su modo el sector base.
de habitar la geografía, los conceptos de económico Teniendo esto en cuenta, reordenar el espacio
y turístico se enlazan para mejorar la calidad de vida urbano en el sector alto con la llegada del camino,
con la Declaratoria de Zona Típica de Caleta Tortel, estableciendo áreas exclusivas para el automóvil,
que sin duda da a conocer el poblado al ámbito na- dando prioridad a la escala humana y separando así
cional e internacional. ambos espacios, donde cada uno podría prestar la
Como consecuencia de la llegada del camino servicialidad que le corresponde, estableciendo una
longitudinal Austral a la Caleta, la zona alta (Rin- zona intermedia de intercambio.
cón alto), ha sufrido una metamorfosis al cambiar la Finalmente cabe señalar la importancia de la te-
plusvalía de los terrenos y por ende se han iniciado nacidad humana para asentarse en territorios difíci-
obras de concentración de servicios en ese sector, les para habitar, y encontrar y trabajar los medios
desviando la particularidad del embarcadero y de disponibles para estructurar una sociedad que se
las pasarelas de borde mar, constituyendo otro polo retroalimenta de sus propios logros constituyendo
de desarrollo que no corresponde al natural seguido identidad, particularidad en un mundo homogenei-
históricamente al mantenerse el poblado aislado. zado y en este caso descubriendo la naturaleza de la
En muchos casos las arquitecturas vernáculas madera para sostener la vida humana.
se corresponden con la necesidad imperiosa de dar Caleta Tortel es un poblado asentado en pendien-
habitabilidad con el mínimo de recursos, si bien Ca- te, donde su forma urbana se estructura por palafi-
leta Tortel históricamente tiene en su haber un de- tos, donde el espacio intermedio entre el interior y
sarrollo de poco más de 50 años, es un ejemplo de el exterior es de intercambio cotidiano y recorrible
arquitectura vernácula que aún le queda por evolu- en sus dimensiones, es el ejemplo de la propia au-
cionar, de aquí el presente análisis expone algunas toconstrucción artesanal del espacio habitable, que
conclusiones que orientan este crecimiento a futu- trasciende a través de las continuas travesías por
ro, procurando potenciar lo que ya existe como hito agua del que fuera escenario el Baker, lo recóndito,
dentro de la cultura de las pasarelas de madera. lo inaccesible y la imperiosa necesidad que tiene el

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Virginia Vásquez - Jaume Avellaneda

habitante de construir su espacio entre montañas y GUERRA., Juan. Habitar el desierto, Tesis Doctoral
mar, es lo que conforma la memoria maderera de 2001, Departamento de Construcciones Arquitec-
Caleta Tortel. tónicas I, Escuela Técnica Superior de Arquitectura
de Barcelona, Universidad Politécnica de Catalun-
Cabe preguntarse si con la llegada del camino se
ya. Barcelona España.
desarticulará el borde mar de las pasarelas. HARTMANN S., Peter. De Tortel a La Moneda, un largo
¿Es necesario que lo vernáculo tienda a desapa- camino. En: Revista de Urbanismo, Nº 4, Santiago
recer cuando recibe aportes foráneos? de Chile, publicación electrónica editada por el De-
¿De que manera se pueden sintetizar estos nue- partamento de Urbanismo, F.A.U. de la Universidad
vos parámetros, sin que desconcierten a los auto- de Chile, julio 2001.
constructores de arquitecturas populares? ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE TORTEL. Situación
de la vivienda y servicios básicos en a comuna de
Tortel. Texto Zona Típica. 2001
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—  242  —
Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada

José Manuel Almansa Moreno


Universidad Pablo de Olavide, Sevilla. España

Siempre que se trata del estudio de la arquitectu- y techumbres de hojas de palma2; sin embargo, a
ra colonial en Hispanoamérica, resaltan con fuerza pesar de no ofrecer perdurabilidad ni seguridad,
los ejemplos de México y del Perú. Si la mayoría estos simples bohíos fueron de gran utilidad durante
de los historiadores se centran en la arquitectura co- los primeros años de la fundación de las ciudades.
lonial mexicana y peruana, se debe especialmente Hernán Cortés fundó la ciudad de México sobre
a la cantidad y calidad de los ejemplos levantados la antigua Tenochtitlán, mientras que Cuzco fue
durante tres siglos de dominación española. fundado en 1534 por Francisco Pizarro sobre la an-
A esto hay que unir la gran importancia que te- tigua ciudad de Qosqo. Sin embargo, los conquis-
nían las culturas azteca e inca a la llegada de los es- tadores del territorio colombino no encontraron
pañoles a América. La abundancia de riquezas, así ningún asentamiento que presentara condiciones
como el gran desarrollo técnico y cultural de estos que permitieran el desarrollo de la una nueva pobla-
imperios prehispánicos, hizo que centros como Te- ción basada en un núcleo urbano preexistente. Ge-
nochtitlan y Teotihuacán (en México) o Cuzco (en neralmente, las fundaciones de Nueva Granada se
el Perú) concentraran los mayores núcleos de inmi- llevaron a cabo en zonas pobladas por indios, pero
grantes europeos. La arquitectura que los españo- sin tomar de éstos ningún elemento para su futuro
les trataron de implantar en estos centros encontró crecimiento. Cuando se decidía fundar una ciudad,
mejores obreros y conocedores de la técnica cons- se tenía en cuenta las comodidades de situarse en un
tructiva, que en regiones aisladas y reducidas (en lugar ya poblado, y no por las ventajas que podría
donde la actividad constructora se limitó a sencillas ofrecer un centro ya poblado.
y frágiles construcciones de madera). Aunque el número de poblaciones fundadas en
Tal y como apunta Jorge Rueda, «no deja de ser Nueva Granada fuera igual o superior que las del
curioso que en todo el territorio de lo que se llamó Virreinato del Perú, las características y condicio-
Virreinato de Nueva Granada no prosperara ni un nes de su arquitectura fueron muy diferentes. Por
solo grupo en este campo. Culturas como la Quim- razones económicas, la Corona Española prodigará
baya o la Calima, que alcanzaron tal desconcertante más los Virreinatos de México y del Perú, dejando
desarrollo en el trabajo de los metales, desconocie- relevadas otras importantes regiones.
ron, o por lo menos no han dejado rastros que permi- El área que ocupan las actuales repúblicas de
tan afirmar lo contrario, el uso de la piedra en forma Colombia, Ecuador y Venezuela abarca cuatro gran-
elaborada en la construcción de sus viviendas»1. des paisajes geográficos: Colombia y Venezuela
Las técnicas constructivas de los aborígenes
eran ínfimas, limitándose a entramados de cañas 2. La técnica constructiva del bahareque, que consistía en
una armazón de cañas recubiertas con fibras vegetales y barro,
fue de gran importancia para el desarrollo de la actividad edi-
1. RUEDA, J. «Las primeras fundaciones». [En] Historia licia en la Nueva Granada. Técnica existente desde períodos
del arte colombiano. Vol. 3. Bogotá: Salvat Editores Colombia- prehispánicos, tuvo gran importancia durante la colonia perdu-
na, S.A., 1975, p. 701. rándose su uso incluso hoy en día.

243
José Manuel Almansa Moreno

comparten los Andes septentrionales y los llanos La casa neogranadina, ya sea la construida en los
del Orinoco; Ecuador ocupa el extremo norte de climas cálidos de la costa o en los menos benignos
los Andes centrales y comparte con Colombia una de la cordillera, va a distinguirse siempre por una
amplia porción de la depresión del río Amazonas, serie de características que le son comunes, siendo
de selvas lluviosas tropicales. Gracias a su situación la principal la existencia de una visual quebrada o
tropical, los países no están sujetos a estaciones, directriz quebrada, que obliga siempre a desviar
siendo su temporada anual de lluvias de octubre a la vista y el trayecto al encontrarse con sucesivos
mayo. La diferencia climática se define por la dife- obstáculos que obligan a la búsqueda de una nueva
rente altura de los Andes, estableciéndose hasta cua- sensación espacial. Los espacios se suceden uno
tro pisos térmicos: tierra caliente (desde el nivel del tras otro, estrechamente vinculados a esa directriz,
mar hasta los 1000 metros de altitud, con temperatu- pero sin dejar entrever un orden rigurosamente
ra media de 28ºC a 38ºC), tierra templada (entre los preestablecido7.
1000 y 2000 metros, con temperaturas entre 20ºC y Podemos afirmar que la tónica predominante
25ºC), tierra fría (entre los 2000 y los 3000 metros, en las primeras viviendas del siglo XVI es la de su
con temperaturas entre los 20ºC y los 12ºC)y el pá- gran sencillez y austeridad. Ello se debe a que la
ramo (por encima de los 3000 metros de altitud)3. preocupación inicial de los nuevos pobladores era
Estas favorables condiciones climáticas hicieron encontrar protección adecuada, construyendo para
de la zona andina el hábitat preferido por indígenas ello simples recintos con empalizadas a manera de
y españoles por igual. Ya a finales del siglo XVI, los fortificación8. Alberto Corradine señala que estas
colonos españoles habían ocupado los valles y alti- obras defensivas se alejaban, y con creces, de las ca-
planos andinos, y las planicies caribeñas. Por el con- pitulaciones suscritas con los monarcas, puesto que
trario, los llanos del Orinoco y Meta las selvas del se trataban de simples corrales formados por estacas
Amazonas, menos densamente poblados de indíge- de madera y no fortalezas dotadas de cimientos de
nas, no fueron objeto de colonización europea, pero piedra y muros de tapias9.
sí centros de misiones de jesuitas, franciscanos obser- Será en Cartagena de Indias cuando se proceda a
vantes y capuchinos, entre los siglos XVI y XVII4. la ocupación de las viviendas abandonadas por los
Según Silvia Arango5, se puede afirmar que en la indígenas del cacique Calamarí, omitiendo la rea-
Nueva Granada se dio más una “edilicia” que una lización de elementos defensivos. Tras la posterior
arquitectura propiamente dicha porque la mayoría reordenación ejecutada por Badillo se realizaron
de las construcciones estuvieron destinadas a usos nuevas viviendas, siguiendo los modelos construc-
religiosos y vivienda, siendo patrones muy senci- tivos indígenas. Muchas de estas viviendas fueron
llos, tipologías básicas que se establecieron desde la destruidas por repetidos incendios, como el de
Conquista y que se repitieron a ritmo lento en unas 1552, «habiendo de pasar muchos años antes de que
tierras que eran tan periféricas para el Imperio Espa- se hicieran casas con materiales nobles»10.
ñol como para el nuevo continente.
Como nos comenta Jaime Rueda6, «la casa co-
lonial, independientemente de la fecha en que fue Arquitectura doméstica en Cartagena de Indias
construida, es casi siempre una feliz adaptación del
modelo peninsular a las condiciones locales. Este Una vez superada las dificultades de los prime-
modelo, en líneas generales, es siempre el mismo: ros años, en los que la ciudad debía estar formada
un esquema básicamente introvertido, muy cerrado por una serie de chozas de bahareque, y como con-
hacia el exterior y que concentra toda la atención en secuencia del auge de su puerto, se levantaron edi-
un espacio abierto central: el patio». ficaciones importantes y gran número de casas para
albergar a la creciente población.
Aunque en la ciudad abundan diversos tipos de
3.  SALCEDO SALCEDO, J. «Panorama histórico-cultural casas, en líneas generales las viviendas de Cartagena
de la Nueva Granada». [En] VV.AA. (Coord: R. Gutiérrez).
Barroco Iberoamericano. De los Andes a las Pampas. Milán:
Lunwerg, 1997, p. 181. 7. Ibidem, p. 887.
4. Ibidem, p. 181. 8.  MARTÍNEZ, C. Apuntes sobre el urbanismo en el Nuevo
5.  ARANGO, S. Historia de la arquitectura colombiana. Reino de Granada. Bogotá: Banco de la República, 1967, pp.6-14
Bogotá: Universidad de Colombia, 1989, p. 39. 9. CORRADINE, A. Historia de la arquitectura colombia-
6. RUEDA, J. «La casa colonial». [En] Historia del arte na. Bogotá: Escala, 1989, p. 68.
colombiano. Vol. 3. Bogotá: Salvat Editores Colombiana, S.A., 10.  MARCO DORTA, E. Cartagena de Indias, puerto y
1975, p. 884. plaza fuerte. Cartagena: Alfonso Amadó, 1960.

—  244  —
Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada

se pueden agrupar en dos modelos: las de una sola


planta, características del arrabal de Getsemaní, del
barrio de San Diego y otras zonas extramuros, y las
grandes casas de dos y tres pisos, residencias de fami-
lias acaudaladas y situadas en la zona intramuros.
La casa de un piso se caracteriza casi siempre
por tener la puerta de acceso a un lado de las fa-
chadas, generalmente enmarcada por pilastras y en-
tablamentos. Las ventanas, dispuestas lateralmente,
sobresalen del plano de la fachada y se apoyan sobre
basas a modo de repisas que llegan hasta el suelo,
cerrándose con rejas y rematándose con un tejadillo.
Tras atravesar el zaguán llegamos al vestíbulo, al
que da acceso directo a la sala principal. El resto
de las habitaciones se desarrollan en los costados,
alrededor del patio, siendo frecuente la existencia
de un traspatio al fondo de la vivienda.
Por su parte, las casas de la zona intramuros so-
lían constar de dos pisos principales y un entresue-
lo, destinándose la planta baja a usos comerciales y
depósito, mientras que las superiores se disponían
las habitaciones. A través del zaguán se llega a un
vestíbulo abierto sobre el patio, en donde arranca la
escalera de tipo claustral, dispuesta en ángulo. Al Cartagena de India.
igual que en las casas más modestas, era frecuente la
existencia de un traspatio en donde se localizaban las
habitaciones de la servidumbre y las caballerizas. Al estratigráfica de sus muros no se inició hasta la dé-
patio, con arquerías en dos o tres de sus costados dan cada de los 90. Desde entonces múltiples pinturas
todas las dependencias del primer piso; el salón y las han aparecido, convirtiéndose en una verdadera re-
habitaciones principales se asoman hacia la calle, en velación tanto por su temática como por sus particu-
donde se abren balcones corridos. En otros costados lares técnicas artísticas12.
del patio, y siempre detrás de una galería, se ubi- En palabras de Vallín, «pinturas en frisos, con
can el resto de habitaciones del piso alto, de menor leones, micos y otros animales, diseños florales, ca-
importancia. Sobre las cubiertas es frecuente encon- racoles y personajes diversos, forman múltiples con-
trar miradores orientados al mar, a manera de torres. juntos de motivos que decoran la arquitectura domés-
Asimismo, debido a la escasez de agua potable, se tica colonial de la ciudad, mostrando una temática,
construyeron numerosos aljibes bajo el patio. una concepción y una ejecución que difieren de otras
En ambos casos presentaban muros de piedra y regiones de Colombia. En Cartagena predominaron
ladrillo, usándose en contados casos el mármol traí- los dibujos a carboncillo y las pinturas monocromas
do de Europa para la construcción de las baldosas11. con una especial manejo de los tonos sepias y, hasta
Sus pisos se apoyan en vigas de madera que sobre- el siglo XVIII, se continuaron utilizando los pañe-
salen a manera de canes para soportar los balcones y tes de cal. En el interior del país, por el contrario,
las galerías. Las cubiertas, realizadas con teja, des- se da preferencia a las policromías y los pañetes de
cansan sobre armaduras de par y nudillo. cal fueron reemplazados por los de arcilla, de menor
Pese a que en los últimos años se han restaura- calidad y con mayor riego de deterioro»13.
do un numeroso número de casonas, la exploración Son muchas las casas de Cartagena de Indias en
donde se han encontrado restos pictóricos. Muchas de
11. No debemos olvidar que en Cartagena no había mate-
rial de ninguna clase: la piedra se encontraba a kilómetros de 12.  VALLIN, R; FALCHETTI, A M. «La exploración de
distancia y las maderas debieron trasladarse de los bosques del la pintura mural. Una estratigrafía vertical». Boletín del Museo
interior; el ladrillo y los materiales de tipo cerámico se fabri- del Oro, nº. 28, julio-septiembre 1990, Bogotá.
caron en Mompox, a orillas del río Magdalena, a más de 200 13.  VALLÍN, R. Imágenes bajo cal y pañete. La pintura
kilómetros de la costa. Todo esto da muestras de la riqueza de mural de la colonia en Colombia. Santa Fe de Bogotá: El Sello
los habitantes de la ciudad portuaria. Editorial / Museo de Arte Moderno de Bogotá, 1998, p. 186.

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José Manuel Almansa Moreno

ellas reciben su actual nombre derivado de la familia familiares, así como las experiencias previas del pro-
que la ocupa o de la decoración mural descubierta. pietario y las derivadas del nuevo orden adquirido
Destacaremos la Casa de los Barcos, antigua casona en el Nuevo Mundo. También se podrían señalar la
del siglo XVII en cuyos muros se han encontrado hasta dificultad para obtener algunos materiales de cons-
36 embarcaciones de diverso tipo (galeones, carabelas trucción, el número de trabajadores y su experiencia
y galeras), que salpican cada uno de los rincones de la laboral, así como las condiciones dadas en el loteo
vivienda. Todo parece indicar que fueron realizados del terreno16. La capacidad económica se reflejará de
durante varias épocas, y por varios artistas. forma clara en los materiales y acabados: columnas
labradas en piedra, portadas realizadas por maestros
canteros, techumbres con maderas labradas…
Arquitectura doméstica en Tunja Toda esta arquitectura se muestra de una manera
muy discreta, consistente en muros lisos sin moldu-
Como ya se ha dicho en otras ocasiones, las ras que enmarquen vanos o separen un cuerpo de
primeras construcciones realizadas por los alarifes otro. La cubierta presenta una estructura de madera,
españoles siguieron las tradicionales formas cons- recubierta con teja de barro, presentando un alero
tructivas empleadas en la Península. Si bien en las (en el altiplano) o cornisa (en tierra cálida).
casas cartageneras se hacía palpable la influencia Si el exterior de las edificaciones acusa una ex-
andaluza, en las zonas del altiplano se hace presente trema sencillez, será en las portadas en donde se
un marcado acento castellano14. Poco a poco estos concentre todo el interés decorativo. Autores como
modelos se irán ajustando a las nuevas condiciones Marco Dorta17 o Ulises Rojas18 señalan un sistema
locales del territorio colombiano, de un modo lento ornamental renacentista, incorporado a formas cons-
pero progresivo. Cada ciudad constituye un caso es- tructivas bajomedievales, como así lo confirman la
pecífico, sujeta a su propio ritmo de crecimiento y Casa del Fundador o la Casa de la familia Holguín
evolución de su economía. (actual Club Boyacá).
Significativo en el ámbito de la arquitectura do- Un elemento que debe citarse y que distingue
méstica es el caso de Tunja, especialmente por el a las portadas tunjanas es la abundante presencia
hecho de haberse conservado la arquitectura origi- ornamental de escudos heráldicos, siendo la ciu-
nal así como mucha de la documentación referida a dad más blasonada del Nuevo Reino de Granada19.
ella. Prueba de ello es un plano de la ciudad de Tunja La amplia presencia de hidalgos se justifica por el
elaborado en 1623 con motivo de la división de la hecho de que la pequeña ciudad fue ocasionalmente
ciudad en dos parroquias, apareciendo los nombres el centro de del gobierno neogranadino, por cuanto
de los propietarios sobre las respectivas viviendas. su fundador y vecino, don Gonzalo Suárez Rendón,
Don Gonzalo Suárez Rendón, fundador de Tunja, ejerció dos veces el cargo de Capitán General del
a su llegada al altiplano cundiboyacense acompaña- Reino a causa de las prolongadas ausencias de Jimé-
do por sus hombres se encontró con la necesidad de nez de Quesada y de Hernán Pérez.
construir una ciudad, edificando cada uno su pro- En palabras del cronista Fernández de Piedrahita,
pia vivienda en el lote que le había sido adjudicado. «se avecinaron (en Tunja) muchos caballeros de los
Para ello contaban con una gran cantidad de mano más ilustres que entraron en el Reino con Quesada,
de obra procedente de los indígenas encomendados, Federmán y Belalcázar, juzgando que aquella nueva
así como el deseo de confirmar su status social fren- ciudad había de ir tanto en crecimiento que fuese el
te a sus vecinos acorde a sus méritos militares. emporio del Nuevo Reino; y vista la facilidad con
Los nuevos habitantes se obligaban por ley a man- que la tierra ofrecía materias para edificios, malcon-
tener casa habitada en la ciudad, así como obtener de tentos de las casas que hallaron y en que habitaban
los indígenas el máximo de trabajo en el cuidado de
animales y de la explotación agraria. Como señala 16. Ibidem, p. 71.
Corradine, esta nueva condición de intermediarios 17.  MARCO DORTA, E. La arquitectura del Renacimien-
to en Tunja. Madrid: Gráficas Yagües, 1942, pp. 30-40.
de la fuerza de trabajo y de su comercialización se 18. ROJAS, U. Escudos de armas e inscripciones antiguas
tradujo fácilmente en una condición específica para de la Ciudad de Tunja. Bogotá: Cooperativa Nacional de Artes
el diseño de la vivienda15. Como elementos conver- Gráficas, 1939.
gentes de este diseño están los gustos, las tradiciones 19. Comentar que la mayoría de las viviendas de Santa Fe
de Bogotá no están blasonadas, presentando tan solo los escudos
reales o el de la ciudad en unos pocos edificios. Para más infor-
14. RUEDA, J. «La casa colonial…», p. 894. mación, ver ORTEGA RICAURTE, Daniel. Cosas de Santa Fe
15. CORRADINE, A. Historia de la arquitectura…, p. 71. de Bogotá. Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 1959.

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Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada

desde el principio de la fundación, lo dieron a nue- La utilización de dos pisos posibilita la estrati-
vas fábricas tan costosas y tan bien labradas que son ficación de las actividades. Así, en el primer piso
de las mejores de las Indias, y con aquella vanidad se desarrollarían todas aquellas derivadas con el
que obliga a los hombres a eternizar su fama en la empleo de bestias y cargas, como es el patio, los
posterioridad, sembraron las portadas de costosos depósitos, las despensas… así como el alojamien-
escudos de Armas, de que al presente se ven muchos to de la servidumbre. Por su parte, el segundo piso
de las ilustres familias que las habitan»20. tendría un carácter más familiar, destinado a acoger
Las casas tunjanas siguen esquemas netamente cas- las alcobas, las cámaras y recámaras, y el salón. La
tellanos, estando distribuidas en torno a un patio central escalera adquiere un lugar importante, articulando
y claustrado solamente en dos o tres de sus frentes, con dos niveles básicos de la vivienda y convirtiéndose
arcos en las galerías bajas y dinteles en las superiores. casi en un elemento de ostentación.
En uno de sus ángulos se suele disponer la escalera. Al igual que en las viviendas de un solo piso, no
Podemos encontrar dos modalidades constructivas: es posible señalar una manifiesta intención de bus-
car la simetría en su fachada, a excepción de la Casa
1. Casa de un piso: situada por norma general en del Fundador.
la periferia de la ciudad, en calles secundarias. La A pesar de que la pequeña población no tuviera
edificación se levanta sobre el lado del lote que da a un ambiente general humanístico, sus habitantes sí
la calle (equivalente a unas 25 varas, es decir, algo presumían de habitar en una ciudad culta, motivo
más de 20 metros), dejando al interior un área libre por el cual no fue extraño representar en sus muros
bastante amplia. y techos asuntos propios del Renacimiento europeo,
Su diseño, caracterizado por la falta de simetría, siguiendo una costumbre casi privativa de la socie-
se conformará por tres áreas básicas: una gran sala o dad poseedora de grandes palacios.
salón -según las condiciones económicas del propie- Hemos de tener en cuenta que en la ciudad de
tario-, una o dos alcobas o recámaras para dormir, y Tunja residían algunos humanistas con amplios co-
finalmente un espacio adicional para uso múltiple nocimientos del mundo clásico y de su mitología,
(generalmente como depósito de alimentos, herra- muy queridos entre la gente culta de la época, lle-
mientas, leña…). Estas áreas se pueden complemen- gando a formar lo que se ha definido como “el Areó-
tar con la presencia de una pequeña cocina. Símbolo pago tunjano”22. Destacado miembro era el cronista
de confort será la presencia de un abastecimiento de Juan de Castellanos, autor de Las Elegías de Varo-
agua dentro de la vivienda. nes Ilustres de Indias, y en cuya prolija biblioteca se
Comentar que la entrada de acceso alcanzó en llevaban a cabo veladas literarias.
ocasiones grandes proporciones, como consecuen- Aunque seguramente se decoraron numerosas
cia de la necesidad de dar paso a las bestias de carga estancias tunjanas23, hoy tan sólo se conservan tres
y cabalgadura dentro de la vivienda, con un marcado conjuntos decorativos de gran interés:
carácter de ostentación. Esto conlleva que se desarro- —— la Casa del Escribano Juan de Vargas.
llen cuartos para los animales y sus mercancías, ubi- —— la Casa de don Juan de Castellanos.
cados cerca de las habitaciones de almacenaje -que —— la Casa del Fundador don Gonzalo Suárez
progresivamente adquirirán mayor importancia-. Rendón.
Será frecuente el uso de una galería en la parte
interior de la vivienda, volcada al patio (también es Los ciclos pictóricos de estas “techumbres sim-
patente en las viviendas de dos plantas). bólicas”, como las denomina Vallín, hablan de la
decorativa afición pompeyana de la Tunja de la
2. Casa de dos pisos: desde las primeras descrip- primera mitad del siglo XVII y de la persistencia
ciones de la Ciudad de Tunja realizadas en 1610 se de algunos programas medievales sobre las formas
hacen patente la presencia de numerosas viviendas nuevas. En ambos sentidos, son ejemplos que restan
altas. Situadas en la Plaza Mayor o sobre las calles
que salen de ellas, Corradine apunta a que eran pro- 22.  ARISTIZÁBAL, L. H. «La Tunja de Inés de Hinojosa
piedad de de los encomenderos21. y de Juan de Castellanos». Boletín Cultural y Bibliográfico, nº
13, vol. XXIV. Bogotá: Banco de la República, 1987.
23.  Como refiere Rodolfo Vallín, frente al actual despacho pa-
20.  FERNÁNDEZ DE PIEDRAHITA, L. Historia gene- rroquial de Tunja está ubicada una casa en la cual existe también
ral de las conquistas del Nuevo Reyno de Granada. Amberes: una techumbre totalmente policromada y oculta por un techo plano
1688, p. 225. y encalado. La pintura, aparentemente, es de muy buena factura.
21. CORRADINE, A. Historia de la arquitectura…, p. 72. [Vid.] VALLÍN, R. Imágenes bajo cal y pañete…, p. 89-91.

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José Manuel Almansa Moreno

de algo que debió ser relativamente común en el Sabemos que la vivienda fue adaptada tras la
concepto artístico aportado por los españoles en el muerte del capitán Suárez Rendón, en el momento
albor de Nueva Granada24. en que su viuda doña Mencía de Figueroa contrae
segundas nupcias con don Juan Núñez de la Cerda
(en 1583)28. Sería en este momento cuando se reali-
La Casa del Fundador Gonzalo Suárez Rendón cen las pinturas de su sala principal, puesto que en
ellas falta la heráldica del capitán, apareciendo en
Sabemos que el fundador de Tunja, don Gonzalo su lugar la heráldica del nuevo matrimonio.
Suárez Rendón25, inició la construcción de su casa
hacia 1539-1540, fecha en la que se le donaron dos
solares cercanos a la iglesia. En opinión de García La Casa del Escribano Juan de Vargas
Zamudio26, para 1562 la construcción debiera estar
muy avanzada, ya que en ella se alojaban a notables Según Juan Flórez de Ocariz29, por aquel enton-
compañeros y soldados de la conquista; la mayoría ces existían dos personas llamadas Juan de Vargas
de los historiadores opinan que la vivienda no esta- en Tunja: uno de mayor rango social (y al que erró-
ría concluida hasta 1580, coincidiendo esta última neamente se conocía como el dueño de la casa) y
fecha con el gran ímpetu constructor que se dio en otro descendiente de hidalgos, que tras un largo pe-
Tunja en las últimas décadas del siglo XVI. Ello se regrinaje ejerció como Escribano del Rey, Público y
debe al interés demostrado por la Real Audiencia de Cabildo de la Ciudad de Tunja desde 1592 hasta
de trasladar su sede de Santa Fe a Tunja, en cuanto 1614 (verdadero dueño de la vivienda)30.
ésta última mostraba una mayor pujanza y calidad La vivienda del escribano don Juan de Vargas está
urbana que la ciudad señalada por el Rey. situada muy cerca de la plaza mayor de Tunja, siendo
La casa se dispone sobre la plaza principal, en la una construcción de finales del siglo XVI31. Su exte-
misma manzana en donde se levantó la iglesia mayor. rior, muy sobrio, contrasta con la riqueza del interior;
Es una elegante casona de dos pisos. El patio está es obra de la intervención efectuada en el inmueble
claustrado en dos de sus lados, presentando en la plan- con motivo de su rehabilitación, conformándose con
ta baja una arcada de medio punto enmarcada por alfi- elementos tomados de otras viviendas del lugar.
ces sobre columnas toscanas, mientras que en la planta El edificio presenta dos plantas. El patio presenta
superior se disponen arquitrabes de madera y zapatas en su planta baja arcos de medio punto ligeramente
sobre columnas toscanas con fuste corto y estriado. peraltados, sobre columnas monolíticas, decoradas
No se conoce ningún dato concreto sobre su con bolas de tradición gótica alternadas con rosetas
construcción. Posiblemente la portada y su patio en los cimacios que sustituyen a los capiteles. En la
sean del último cuarto del siglo XVI27. Curiosamen- galería superior se reemplazan los arcos por un sis-
te, esta casa no tenía blasón en su portada, como tema adintelado: la columna descansa sobre plintos
tampoco existe escudo de armas en la capilla y altar decorados con estrías verticales, mientras que los
que mandó construir en la iglesia mayor de Tunja. capiteles vegetales reciben las zapatas que sostienen
el dintel de madera.
Tiene cubierta a dos aguas, con el sistema de par
24.  RUEDA, J.; GIL TOVAR, F. «Reflejos del siglo XVI».
[En] Historia del arte colombiano. Vol. 3. Bogotá: Salvat Edi- y nudillo; a nivel de los aleros el espacio se frag-
tores Colombiana, S.A., 1975, p. 795. menta de modo muy interesante gracias a los tirantes
25.  Don Gonzalo Suárez Rendón († 1579), nacido en Má- que lo atraviesan. El entramado de la cubierta, casi
laga, era hijo de Rodrigo Suárez Rendón y de Isabel Jiménez siempre a la vista en las viviendas neogranadinas,
Suárez. Hacia 1529 partió a las Indias con don Pedro Fernández
de Lugo, Gobernador de Santa Marta. El conquistador se dis- aparece cubierto aquí por un curioso artesonado.
tinguió por su brío, fuerza moral y paciencia en las diferentes
expediciones que emprendió en el Nuevo Reino de Granada. 28.  SEBASTIÁN, S. El barroco iberoamericano. Mensaje
Tras el retorno de Gonzalo Jiménez de Quesada a España, le iconográfico. Madrid: Encuentro, 1990, p. 25.
tocó a Suárez Rendón fundar dos ciudades en las provincias del 29.  FLOREZ DE OCÁRIZ, J. Genealogías del Nuevo
Norte, estableciéndose en la región del Zaque. Vid. GARCÍA Reino de Granada. Libro II. Madrid: 1676, pp. 246-249.
SAMUDIO, Nicolás. |Crónica del muy magnífico capitán don 30.  Juan de Vargas desempeñaría este puesto desde 1585
Gonzalo Suárez Rendón. Bogotá: Editorial ABC, 1952. hasta su muerte en 1620. A partir de esta fecha lo sucederá su
26.  GARCÍA ZAMUDIO, N. «La Casa del Fundador de hijo don Alonso de Vargas y posteriormente, en 1649, su nieto
Tunja». Revista de América, nº 13. Bogotá, enero 1946, p. 151. don Juan Delgado de Vargas y Matajudíos, quien fuera también
27.  SEBASTIÁN, S. «Los frescos de la Casa del Fundador encomendero.
de Tunja». Archivo Español de Arte, nº 150, vol. XXXXVIII. 31. En el tercer volumen de las Elegías de Juan de Caste-
Madrid: 1965, p. 115. llanos, escrito hacia 1588, se menciona esta casa.

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Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada

La escalera se dispone en un costado del patio,


oculto bajo un elegante arco carpanel. Una vez en el
segundo piso, accedemos a las habitaciones del Es-
cribano, decoradas con un interesante programa ico-
nográfico. No en vano, las pinturas de la Casa del Es-
cribano han sido juzgadas como un caso excepcional
en las historia del arte colonial. Su temática se puede
considerar como exótica, tanto en la Nueva Granada
como en el resto de Hispanoamérica, especialmente
por el hecho que la motivación iconográfica estuviera
orientada hacia la concepción tradicional de la espiri-
tualidad cristiana. Sea quien fuera, el anónimo pintor
introdujo en este ámbito gran cantidad de motivos ale-
góricos y mitológicos, de claro sabor renacentista. Casa del Escribano, Tunja.
La morada del Escribano estuvo durante muchos
años a merced del más completo abandono y ruina,
e incluso amenazada de derribo por el propio muni- cuyo grabado inspiró la cartela del almizate; de Ho-
cipio, que tenía la intención de aprovechar el solar landa, Leonard Thiry, inventor de los modelos para
para construir allí algunas dependencias oficiales. los grutescos de los dioses, quien los pintó en Fran-
Gracias a la labor del maestro Luis Alberto Acuña cia, y los compuso en el famoso estilo de la Escuela
y de varios historiadores de la ciudad, el edificio se de Fontainebleau inspirado en los diseños de Mi-
salvó y fue declarado Monumento Nacional, proce- guel Ángel, Giulio Romano y Parmegiano, y entre-
diéndose a su restauración. Desde 1953 la casa fun- nado por Rosso Florentino, artistas italianos todos;
ciona como Museo Histórico de la Ciudad. de España el doble sentido religioso y caballeresco,
Desde su descubrimiento, estas pinturas han que colocó al lado de los nombres de Jesús, María
sido tema de estudio de numerosos investigado- y José, el gran escudo hidalgo del propietario de la
res. Será Martín Soria32 el primer investigador de- casa. Algún detalle se copió de un grabado del fran-
dicado a analizar e investigar estas pinturas; a su cés Marc Duval. Para indicar el alcance mundial de
labor investigadora se sumarán con posterioridad los frescos diremos que el rinoceronte era, en este
Santiago Sebastián33, Luis Alberto Acuña34, Erwin caso que veremos, oriundo de la India Oriental y los
Palm35 y Rodolfo Vallín36. elefantes de África»37.
Según Martín Soria, las pinturas de la Casa del En cuanto a las fechas de realización de las pin-
Escribano «proceden de la más honda tradición turas, estas deben haberse producido entre 1585
europea que abarca en este caso a Grecia y Roma (fecha de establecimiento del Escribano en Tunja) y
antiguas, Portugal, Alemania, Flandes, Holanda, 1607 (año de la muerte del sacerdote Juan de Caste-
Francia, Italia y España. De Grecia los dioses re- llanos, considerado como el artífice ideográfico de
presentados: Júpiter, Minerva y Diana; de Roma el las pinturas, como después comprobaremos). Mar-
estilo pompeyano; de Portugal el rinoceronte, re- tín Soria establece la fecha de realización de las pin-
galo del rey Manuel I; de Alemania el grabado en turas en torno a 1590, dos años después de haberse
madera de Durero de este animal; de Flandes, Iones finalizado la vivienda. Desconocemos quien fue el
van der Straet, Ioannes Collaert y Philippus Galle, autor de las pinturas el cual, sin duda, se inspiró en
quienes inventaron, grabaron y publicaron, respec- grabados europeos.
tivamente, la lámina que sirvió de modelo para los
elefantes; de Flandes, también Vredeman de Vries,
La Casa de don Juan de Castellanos
32.  SORIA, M. La pintura del siglo XVI en Sudamérica.
Buenos Aires: 1956. Para finalizar este breve repaso por la arquitectu-
33.  SEBASTIÁN, S. El barroco iberoamericano… ra tunjana, nos detenemos en la casa del Beneficia-
34.  ACUÑA, L. A. «Los extraños paquidermos tunjanos». do de la Catedral, don Juan de Castellanos.
Hojas de Cultura Popular Colombiana, nº 22, octubre 1952.
Situada a una cuadra de la plaza principal, sobre
35.  PALM, E. «Dürer’s Ganda and a XVI Century Apo-
theosis of Hercules at Tunja». Gazzette des Beaux Arts. París: la calle Real, la vivienda es un modesto edificio de
Noviembre, 1956, pp. 70-71.
36.  VALLÍN, R. Imágenes bajo cal… 37.  SORIA, M. Op. Cit, p. 17

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José Manuel Almansa Moreno

una sola planta, decorado con una portada adinte- y de bulto, y ­también pinturas en todas ellas»39. Po-
lada en cuya clave encontramos un emblema ale- siblemente el uso de la pintura se limitase al exterior
górico. Al igual que en los dos casos anteriores, lo de las casas; sin embargo, es importante el detalle
más reseñable es el conjunto pictórico que se loca- de la importancia que se le da al color en las culturas
liza en la techumbre, con un programa iconográfico prehispánicas, que se continuará durante el período
tridentino. colonial.
Sabemos que la casa había pertenecido a Domin- Al pie de los dos grandes montes que señorean la
go de Aguirre, uno de los fundadores de la ciudad ciudad de Santa Fe de Bogotá, el cerro Monserrate
quien, a su muerte, donó la vivienda a la capellanía y Guadalupe, se fue estructurando durante el siglo
de la catedral siendo ocupada por sucesivos cléri- XVII una población activa y repartida en cuatro ba-
gos38. Castellanos viviría en esta vivienda desde rrios de españoles y dos poblados de indios. Cuatro
1564 hasta 1607, es decir, el tiempo en que ejerció plazas y cinco puentes sobre los ríos San Agustín y
el cargo de Beneficiado. Según Vallín, entre los ca- San Francisco unían los distintos barrios configura-
pellanes que después la habitarían se encontraría el dos en torno a las parroquias y a los conventos40.
mentor ideográfico de la decoración de las vivien- La casa colonial bogotana, tal y como lo ates-
das, afirmación que compartimos. tigua los numerosos ejemplos conservados en el
Las pinturas fueron realizadas después de la barrio de La Candelaria, suele presentar uno o dos
muerte del Beneficiado Castellanos, durante una de pisos, con fachadas continuas y aleros sobre la calle
las reformas realizadas en la mitad del siglo XVII para proteger de la lluvia a los transeúntes. Caracte-
por alguno de los clérigos. Los únicos datos que te- rísticas de esta arquitectura doméstica era el uso de
nemos es que el mural está firmado por un tal Otero, gruesos muros de adobe, columnas o pies derechos,
y tiene la fecha de 1636, tal y como se puede ver en balcones en madera, las rejas arrodilladas y la cu-
la jaldeta oeste. bierta con teja de barro.
En cuanto su distribución general, tras atravesar
el portón se daba paso al zaguán, un corredor am-
Arquitectura doméstica en Santa Fe de Bogotá plio que terminaba en el contraportón. Era frecuente
que las viviendas tuvieran hasta dos patios, bordea-
Las descripciones que cronistas y conquistado- dos por un corredor y que distribuían el resto de las
res como Fernández de Piedrahita, fray Pedro de habitaciones.
Aguado o Gonzalo Jiménez de Quesada hacen de Alrededor del primer patio, centrado frecuente-
las tribus chibchas, especialmente de la región de mente con una pila central, se disponían las habi-
Bacatá, hablan de una arquitectura con un cierto taciones principales, siendo un frecuentado lugar
orden y técnica. Sin embargo, esta arquitectura no de reunión. Por su parte, era en el segundo patio en
influenció en nada en posteriores desarrollos arqui- se desarrollaban las labores domésticas y en donde
tectónicos y urbanos por lo perecedero y frágil de se encontraban los dormitorios de la servidumbre.
los materiales empleados. Como complemento, suele existir un solar anejo
No se limitaron los chibchas a levantar cons- que funciona como huerto o jardín.
trucciones domésticas, sino que eran abundantes los La mayoría de las viviendas de La Candelaria se
templos-santuarios por la región, muestra de su gran decoraron con pinturas murales. Sin duda, la Casa
religiosidad. Templos como los de Sugamuxi (actual del Marqués de San Jorge destaca por sus alegres
Sogamoso, en el departamento de Boyacá) asom- expresiones, «de vivos colores, con pájaros, flores y
braron a los conquistadores por su grandiosidad. frutos, que conforman un panorama de tierra calien-
En la mayoría de estas construcciones ya era te, el cual contrasta con la idea que se llevaban los
frecuente el uso de la pintura como elemento de- viajeros acerca de Santa Fe de Bogotá, vista como
corativo, tradición que se continuará con posterio- una ciudad fría y gris»41.
ridad. Así lo confirma la descripción de Quesada:
«Las maneras de sus casas y edificios, aunque son 39.  JIMENEZ DE QUESADA, Gonzalo. [En] RUEDA,
de madera y cubiertas de heno, son de la más ex- Jorge. «Las primeras fundaciones». [En] Historia del arte co-
traña hechura y labor que se ha visto (…); tienen lombiano. Vol. 3. Bogotá: Salvat Editores Colombiana, S.A.,
grandes patios, las casas de muy grandes molduras 1975, p. 706.
40.  BERNALES BALLESTEROS, J. Historia del Arte
Iberoamericano. Siglos XVI a XVIII. Madrid: Editorial Alham-
bra, 1987, p. 185.
38.  ARISTIZABAL, L. H. Op. Cit. 41.  VALLÍN, R. Imágenes bajo cal…, p. 171.

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Arquitectura doméstica en el Nuevo Reino de Granada

Casa del Marqués de San Jorge,


Bogotá (patio).

Otras regiones con el clima andaluz, cumpliendo sus funciones de


recreación visual y pulmón de la vivienda42.
Arquitectura doméstica en Santa Fe de Antioquia En la Casa del Cabildo se conservan escasos restos
de pintura mural, ubicados en el primer piso. Posible-
El aislamiento en que se ha mantenido la antigua mente sean obra de 1797, fecha en la que se produce
capital de Antioquia, entre las cordilleras central la rehabilitación del edificio y se crea su fachada43.
y occidental, ha contribuido a que las condiciones
imperantes durante la época colonial y sus consi-
guientes reflejos en el desarrollo urbanístico y ar- Arquitectura doméstica en Popayán
quitectónico se hayan mantenido casi intactos. Esa
desvinculación es la causa de ese carácter eminen- El legado de la arquitectura civil en la zona occi-
temente popular de su arquitectura. dental de Colombia es, sin duda, de los más intere-
Ubicada a 79 kilómetros de Medellín, la villa de santes y muestra importantes variantes con el resto
Santa Fe conserva aún hoy en día su traza urbana re- del territorio, especialmente en cuanto a elementos
ticular colonial. Fundada por el ubetense Jorge Ro- constructivos y decorativos. Si en Tunja, Cartagena
bledo en 1546, fue capital y sede de la diócesis de y Santa Fe era frecuente el uso de la piedra y de la
Antioquia hasta que en 1826 se crea la nueva capital madera, en zonas como Guacarí, Buga y Cartago
paisa en la Villa de la Candelaria (actual Medellín), apreciaremos ingeniosas maneras de trabajar el la-
lo que marcó su total decadencia y abandono. drillo, combinando formas, materiales y colores.
En su perfecto trazado reticular encontramos Lamentablemente los terremotos (especialmente
viviendas marcadas por una arquitectura de fuer- el acaecido en Popayán en el año 1983) han destrui-
te carácter local. Son viviendas concebidas con do numerosos ejemplos murales de las construc-
una libertad total, dentro de las limitaciones de ciones domésticas levantadas en el Departamento
técnicas y materiales que impone el mencionado del Cauca. Hoy en día tan solo se conservan unos
aislamiento. Es de resaltar la existencia de algu- pocos fragmentos de diseños decorativos de los
nas portadas inspiradas en tratados de arquitectu- siglos XVIII y XIX, como lo ejemplifica la Casa
ra europeos. Museo Negret.
En las casas antioqueñas, continuando todos los
esquemas de la vivienda neogranadina (zaguán, di-
42. RUEDA, J. «La casa colonial…», p. 887.
rectrices quebradas, articulación de espacios…), es 43.  Archivo General de la Nación. Mapas y Planos. Leg. 12,
en donde verdaderamente se encuentran las solucio- fol. 230. “Mejoras materiales”, 1797. [En] ARBELÁEZ CAMA-
nes relativas al patio, especialmente por la similitud CHO, C,; SEBASTIÁN, S. «La arquitectura colonial…», p. 89.

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José Manuel Almansa Moreno

Ubicada en la tradicional calle del Cacho, es una turístico, estimulando la dinámica social y la reno-
edificación de 1781 construida al estilo de las casas vación económica.
sevillanas. Inicialmente fue residencia de Ricardo
Vejarano y su esposa Bárbara Segura Caldas, pasan-
do después a propiedad de su yerno Hilarión Ríos y Arquitectura doméstica en Pamplona
Rafael Vejarano. Ésta última la vendió en 1930 al
general Rafael Negret Vivas, quien se estableció en La ciudad de Nueva Pamplona del Valle del Es-
ella con toda su familia. píritu Santo fue fundada por don Pedro de Ursúa y
don Ortún Velasco de Velásquez el día 1 de noviem-
bre de 1549. De los 136 solares en que se dividió la
Arquitectura doméstica en Mompox ciudad, sin duda los más codiciados fueron los que
circundaban la Plaza Mayor y que se dieron a los
Las casas de Mompox responden al esquema an- principales fundadores. Estas casas fueron construi-
daluz, donde los espacios se agrupan alrededor de un das en los años siguientes a la fundación de la ciu-
patio central. Un rasgo muy característico es la dupli- dad, cuando ésta tuvo verdadero auge con el descu-
cación del salón principal mediante un módulo estruc- brimiento de las minas de sus alrededores. Todo en
tural añadido, que permite diversificar la funcionalidad ellas revela la modalidad arquitectónica y artesanal
de los espacios interiores. En las fachadas sobresalen de finales del siglo XVI.
las ventanas de rejas de hierro con gran calidad artísti- Uno de estos solares es el que quedaba en la es-
ca, complementadas por las repisas o “panzas” sobre quina nordeste de la plaza, bien encuadrado y mejor
las que se asientan los tejadillos que las cubren, todos situado, y donde se construyó una casa muy seme-
con gran variedad de formas y adornos. jante a la del Escribano Juan de Vargas en Tunja: la
Las casas más notables en Mompox son, en pri- Casa de las Marías. Es una típica construcción co-
mer lugar, la Casa Baja, que se destaca por su portada lonial, en donde destaca su portada de piedra, afín a
barroca única en la ciudad; la Casa de La Marquesa, los modelos del gótico isabelino: un arco escarzado
situada en la Albarrada, y la de La Concepción, con flanqueado por pilastras jónicas, con decoración de
sus soportales o cubiertas que proveen sombra a los molduras y escudos heráldicos en las enjutas.
caminantes; la Casa de la Familia Germán-Ribón, La mansión parece haber sido albergue de comu-
donde está la sede de la Academia de Historia de nidades religiosas, según los símbolos pintados al
Mompox y la Biblioteca Pública, y la Casa del Te templo, descubiertos en los muros en el proceso de
Deum, donde actualmente funciona un lujoso hotel. los trabajos de restauración. Con el tiempo, la man-
Sin embargo, en todos los rincones, plazas y sión pasó a propiedad de las distinguidas damas doña
calles de Mompox es posible encontrar muestras María Mendoza y su sobrina doña María Engracia
arquitectónicas de impresionante calidad y belle- Pérez, motivo por el cual recibe su popular nom-
za, que hacen del centro histórico de la ciudad un bre. Durante la Independencia la casa sirvió como
verdadero remanso de otros tiempos. La ciudad ha hospedaje al libertador Bolívar. Fue restaurada entre
seguido creciendo, para lo cual se han adaptado tie- 1989 y 1990 funcionando en la actualidad como
rras circundantes, pero los habitantes de Mompox Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar44.
son muy conscientes de que sus hitos arquitectóni- Durante la restauración del inmueble aparecie-
cos del pasado son el mejor legado que pueden dejar ron restos de pinturas realizadas en temple. Hasta la
a sus descendientes, y aquello que hace a la ciudad fecha es el primer y único ejemplo de pintura mural
única en el mundo. doméstica en Pamplona, de ahí la importancia de
El primer tercio del siglo XIX fue testigo del pe- este descubrimiento.
riodo de decadencia del pueblo, debido al cambio En parte, muchos de los motivos empleados son
de curso del río Magdalena, que disminuyó el tráfi- similares a los encontrados a otras viviendas do-
co fluvial hacia Mompox y estimuló el nacimiento mésticas como, por ejemplo, la Casa del Marqués
de puertos alternos. de San Jorge en Bogotá.
El aislamiento económico continuó durante el
siglo XX, ocasionando, paradójicamente, la preser-
vación total del patrimonio arquitectónico, hecho
44.  DUQUE GOMEZ, L. Rescate del Patrimonio Arqui-
que lo elevó en 1995 a la categoría de Patrimonio de
tectónico de Colombia. Bogotá: Fundación para la conserva-
la Humanidad. Este galardón, convirtió a Mompox ción y restauración del patrimonio cultural colombiano. Banco
en una atracción importante como centro cultural y de la República, 1991, pp. 150-152.

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Formas y usos de la vivienda tradicional en el centro de la región de Murcia

Formas y usos de la vivienda tradicional


en el centro de la región de Murcia1

Francisca del Baño Martínez


Universidad de Murcia. España

Introducción edificaciones en varias de las localidades del ámbi-


to regional.3
La vivienda tradicional murciana, en su conjun- Para una primera aproximación a los diversos
to, no ha sido objeto de interés específico de nin- tipos de viviendas que se encuentran presentes en la
guno de los estudios sobre la arquitectura en esta región murciana, se puede acudir a los trabajos que
región que se encuentran publicados hasta el mo-
mento. De este modo, a diferencia de algunos tra- 3. Entre las aportaciones de diverso carácter al estudio de
bajos de investigación llevados a cabo en otras de- la vivienda popular en la región cabe destacar algunos estudios
como: CERDÁN FUENTES, Pedro: Breve ensayo sobre la Ar-
limitaciones geográficas2, carecemos de un estudio quitectura Regional Murciana y conservación de su estilo en la
riguroso y sistemático que, con carácter general, edificación moderna. Murcia, 1949; BALLESTER NICOLÁS,
trate sobre las construcciones domésticas en esta J.: Estampas de la Murcia de ayer. Murcia, 1977; FLORES
ARROYUELO, Francisco José: El ocaso de la vida tradicio-
parte del país, y en el que se profundice en el aná- nal. Murcia: Academia de Alfonso X el Sabio, 1987; HERVÁS
lisis detallado de sus principales tipologías, en su AVILES, José María y SEGOVIA MONTOYA, Alfonso: Ar-
funcionalidad espacial, así como en sus invariantes quitectura y Color en Murcia. Murcia, 1989. Centrándose ya
en la arquitectura del siglo XIX de la ciudad de Murcia y su
formales y elementos más característicos. Pero ello municipio NICOLÁS GÓMEZ, Dora: “La casa de habitación
no quiere decir que no se haya abordado, en abso- en Murcia en la segunda mitad del siglo XIX: el arquitecto José
luto, el tema de la configuración arquitectónica de Ramón Berenguer” [en] Imafronte. Murcia, Universidad, nº 6-7,
1990-1991, pp. 93-111; Id.: La morada de los vivos y la morada
la vivienda en Murcia y de sus distintos usos, ya de los muertos: Arquitectura Doméstica y Funeraria del siglo
que contamos con publicaciones que suponen una XIX en Murcia. Murcia, Universidad, 1994; Id.: Arquitectura
aproximación, en distinta medida, a esta materia y y arquitectos del siglo XIX en Murcia. Murcia, Universidad,
1993. Entre otros estudios de carácter local que cabría señalar,
con las aportaciones de diversos estudiosos, sobre
están los de MAS, Julio: “Introducción al estudio de la casa
todo en lo que se refiere al análisis de este tipo de popular del campo de Cartagena”. AA. VV.: Artes y costumbres
populares de la región de Murcia, 1973, p. 41 y ss. SEGADO
BRAVO, Pedro: “Don Juan de Guevara y su Casa-Palacio de
1. Esta comunicación ha podido ser realizada, en gran Lorca (Murcia), un prototipo de mentalidad barroca en el su-
parte, gracias a la financiación de la Fundación Séneca, Cen- reste español”. Actas del I Congreso Internacional do Barroco,
tro de Coordinación de la Investigación con sede en Murcia, a Porto, Universidad, 1991, Vol. II, pp. 419-449; Id.: Arquitectu-
través de la concesión de una beca de Formación de Personal ra y retablística en Lorca durante los siglos XVII y XVIII. Tesis
Investigador. doctoral dirigida por Dr. Francisco Javier de la Plaza Santiago.
2.  Algunos ejemplos de ello son los estudios de CARO Murcia, 1987, 3 v.; RÓDENAS CAÑADA, José María: Guía
BAROJA, Julio: La casa en Navarra. Pamplona: Caja de Aho- de Arquitectura de Mula. Murcia: Colegio Oficial de Arquitec-
rros de Pamplona, 1982, 4 vols.; DARIAS PRÍNCIPE, Alberto: tos, 1991; BAÑO MARTÍNEZ, Francisca del: “Aproximación
Arquitectura doméstica canaria. Santa Cruz de Tenerife, 1985; a la Arquitectura Doméstica en Pliego” [en] Imafronte. Murcia,
GRIERA GRANJA. A.: La casa catalana. Barcelona, Poligraf, Universidad, nº 16, 2002-2004, pp. 53-69; RAMALLO ASEN-
1974; MARTÍNEZ DE PISÓN, E.: Casas de Segovia. Madrid, SIO, Germán: “Caravaca de la Cruz. Un museo vivo de arqui-
Ministerio de Educación y Ciencia, 1974; TIRADO, J.: Vivien- tectura doméstica” en AA. VV.: La ciudad en lo alto. Catálogo
da popular y marginal en Sevilla. Sevilla, 1979. de la Exposición., Caravaca de la Cruz, 2003, pp. 235-245.

253
Francisca del Baño Martínez

han emprendido el estudio de estas construcciones en gran desarrollo en este territorio. Como puedan ser, por
el panorama nacional. Así, frente a García Mercadal4 ejemplo, la “casa torre”8, las grandes construcciones
que únicamente alude a la barraca5, Carlos Flores6, es- vinculadas a las explotaciones agrícolas del campo,
tablece, siguiendo a Manuel Jorge Aragoneses7, dos las pequeñas casas de labradores, las viviendas que,
tipos fundamentales en la arquitectura popular murcia- presentes en varias localidades, se encuentran total o
na: la casa de formas cúbicas, que está estrechamente parcialmente excavadas en la roca, así como, entre
relacionada con los modelos almerienses, extendién- otras, se podrían añadir las distintas variantes de casas
dose tanto por la huerta como por las zonas litorales, de disposición rectangular o cuadrada atendiendo a su
configuración interna, ya sea a base de crujías parale-
y la ya mencionada barraca, localizada exclusivamen-
las a la fachada o perpendiculares a ésta.
te en las áreas huertanas. Flores señala además que,
Ante la imposibilidad de hacer mención, en esta
junto a estos dos tipos básicos se pueden encontrar
breve comunicación, a la totalidad de las variantes
otros ejemplos de construcciones populares, aunque
de las viviendas tradicionales que se encuentran
no se ocupa de ellos por considerarlos menos caracte- presentes en las poblaciones del interior de la Re-
rísticos de este territorio, indicando que se aproximan gión de Murcia, debido que se superarían con creces
a los modelos manchegos o valencianos. los límites marcados para ello de antemano, se ha
Si se atiende al tipo de vivienda tradicional que procedido a realizar una selección de las edificacio-
resulta más habitual en el interior de la región, se nes que presentan unas tipologías definidas o unos
advierte que existe un claro predominio de esos ciertos valores arquitectónicos que resultan más ha-
otros ejemplos de construcciones que señalaba Flo- bituales en la zona. Para esto que se ha escogido,
res, dado que se diferencian claramente de la ba- principalmente, un núcleo poblacional al que poder
rraca y de la casa de formas cúbicas, adaptándose tomar como referencia, aunque también se atienda a
mejor que éstas a la geografía y a las condiciones otras localidades y territorios. Dicho lugar es el que
climatológicas de la zona. Es por esta razón por la ocupa el mismo centro geográfico de la región. Se
que el desarrollo de estos modelos arquitectónicos trata, pues, del pueblo de Pliego.
debió de ser mucho mayor que el de los dos tipos de La mencionada población se ha seleccionado
viviendas que se han considerado tradicionalmente por varias razones, entre las que se puede señalar,
como representativos en Murcia, y por la que se ad- además de su referida ubicación (lo que resulta ade-
vierte la necesidad de proceder a una revisión de los cuado para los fines del estudio), el hecho de que
tipos establecidos. Pues para su clasificación, pare- en su pequeño núcleo,9 se hallan concentrados los
ce que una vez más, se consideró al conjunto de la entornos geográficos que resultan determinantes a
región murciana únicamente por dos de sus partes, la hora de identificar los caracteres que definen a las
el litoral y la huerta, olvidando el vasto territorio del construcciones populares del interior de la región.
interior, en el que domina el cultivo de secano. Estos son fundamentalmente el campo, la huerta o
De ese modo, esa primera ordenación y división la cercanía a la montaña.
por tipologías que se ofrece en las obras generales, en Se trata además de una de las zonas en las que se
un estudio más específico sobre el tema, se podría ver ha experimentado un menor crecimiento económi-
considerablemente incrementada con la incorporación co y demográfico de la Comunidad Autónoma, algo
de otros tipos de viviendas tradicionales que adquieren que tiene que ver con su reducido término, con el
éxodo rural y con las deficientes vías de comunica-
4.  GARCÍA MERCADAL, Fernando: Arquitecturas regiona- ción con las que ha contado hasta los últimos años.10
les españolas. Madrid, Dirección General de Cultura, 1984, p. 38. Algo que ha permitido que se hayan mantenido nu-
5. La barraca ha sido el tipo de vivienda que tradicional-
mente se ha considerado más característico de Murcia y que por merosos ejemplos de construcciones tradicionales
tanto ha sido objeto de interés de algunos estudios como los de sin sufrir considerables alteraciones.
BALLESTER, Mariano: “La barraca en la huerta de Murcia”,
Artes y costumbres populares en la región de Murcia. Murcia,
Ed. Mediterráneo, 1983, pp. 33-38; MARÍN BALDO, J., La 8.  Este tipo de vivienda muestra una clara influencia de la
barraca, cuadros de costumbres murcianas, Murcia, 1879. arquitectura italiana, fundamentalmente de la figura de Palla-
6.  FLORES LÓPEZ, Carlos: Arquitectura popular espa- dio. Véase HERVÁS AVILES, José María y SEGOVIA MON-
ñola. Vol. IV. Madrid: Aguilar, 1976, pp. 282 y ss. TOYA, Alfonso: Arquitectura y Color... Op. cit., p. 68.
7.  Aragoneses distingue tres tipos de vivienda en Murcia, 9. La extensión territorial de este municipio es realmente
la barraca, la casa cuadrada con terrado y la de lomera con tejas. reducida, no alcanzando los 30 Km².
Véase JORGE ARAGONESES, Manuel: El mueble popular de 10. Este hecho ya ha sido señalado por CHACÓN JIMÉ-
Murcia (1866-1933). Murcia: Real Academia de Alfonso X el NEZ, Francisco: Vida agraria y cultura material en Pliego.
Sabio, 1982. p. 31. Ayuntamiento de Pliego, 1995, p 18.

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Formas y usos de la vivienda tradicional en el centro de la región de Murcia

Inmueble conocido como“Casa Grande”, en


Pliego (Murcia).

Pero estas condiciones están cambiando en los bibliotecas, salas para exposiciones, etc. Se pueden
últimos años, dándose unas más favorables condi- señalar algunos ejemplos de ello en la “Casa Pintada”
ciones económicas y de vida para sus habitantes, de Mula11, que recientemente ha pasado a constituir la
lo que, unido al gran interés que ha despertado esta sede de la Fundación Cristóbal Gabarrón, o la “Casa
zona para nuevos pobladores, ha provocado un fuer- Jaspe” de Cehegín, que sirve de Casa Consistorial.
te incremento constructivo que está poniendo en pe-
ligro la conservación de los valores arquitectónicos
tradicionales. Pero este gran auge edificador no solo Tipos de viviendas
afecta a las viviendas de los núcleos urbanos, sino
también a las de los campos y huertas, dado que mu- La casa tradicional en los núcleos urbanos
chas de ellas parecen estar destinadas a desaparecer
ante la proliferación de varias urbanizaciones que El tipo de casa tradicional más frecuente en
los núcleos urbanos de la zona, es aquélla de pro-
verán la luz muy próximamente.
porciones más o menos rectangulares, estructurada
De este modo y como consecuencia lógica de las
normalmente a base de dos o tres crujías paralelas a
nuevas necesidades, en las viviendas tradicionales,
la fachada. En la mayoría de los casos, suele constar
durante los últimos años se han ido eliminando y
de dos plantas y sus dimensiones varían en función
transformando algunas de sus partes más caracterís- de las posibilidades económicas de la familia. Su
ticas, como las cuadras, estancias superiores desti- fachada mide, generalmente, alrededor de unos seis
nadas al almacenamiento de alimentos, porquerizas, metros de anchura, y su profundidad puede ser el
etc., dado que actualmente carecen de utilidad. doble o, en ocasiones, incluso el triple de esta medi-
En otros casos, esa alteración de la disposición ori- da. En la parte trasera de la vivienda habitualmente
ginal en las viviendas, se ha debido a su adaptación se encuentra un patio, que podía servir tanto de pe-
a nuevos fines, como puede ocurrir en el caso de la queño huerto familiar como de zona para la crian-
“Casa Grande”, a la que se pretende trasladar el Ayun- za de animales. En cambio, no es tan frecuente la
tamiento. El mencionado inmueble probablemente presencia de un patio interior en el centro del edifi-
constituye el ejemplo más significativo de la arqui- cio, pues son relativamente pocas las viviendas que
tectura doméstica en esta localidad, pero su estructura cuentan con él. Este tipo de patio se asocia más a la
característica de una vivienda del siglo XVIII, que se arquitectura señorial que a las casas populares.
mantenía casi intacta, se está viendo considerablemen- En la planta baja se encontraba un zaguán, a tra-
te modificada para lograr adaptarla a las necesidades de vés del cual se efectuaba la entrada a la vivienda y
un edificio institucional. De este modo se continúa con
una tendencia, más o menos generalizada, por la que 11.  Sobre este destacado ejemplo de la arquitectura domés-
determinadas viviendas que sobresalen en su entor- tica muleña, véase: HERVÁS AVILÉS, José María y SEGO-
VIA MONTOYA, Alfonso: Restauración de la Casa Pintada.
no, son actualmente utilizadas para otros fines, como Mula, Ayuntamiento, 2000.

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Francisca del Baño Martínez

se accedía a otras estancias, como la cocina. En ella etc. Este tipo de industrias ocupan la planta baja de
se hallaba el hogar y constituía el lugar en el que se las edificaciones, y sobre ellas, la primera planta, se
desarrollaba la mayor parte de la vida doméstica, ya destinaba a vivienda de los propietarios o, muy rara-
que se podría decir que servía también de comedor, mente, de los trabajadores (ya que éstos solían vivir
de sala de estar y de recibidor. Allí, frente al fuego, en pequeñas edificaciones que se podían adosar, o
tenían lugar muchas actividades, no solo por parte no, a los edificios principales).
de las mujeres, sino también de los hombres, quie- En algunos territorios del interior de la región
nes solían reunirse allí, por ejemplo, para realizar o murciana, aún existen algunas viviendas que se en-
reparar el utillaje necesario para las labores agríco- cuentran excavadas total o parcialmente en las la-
las, algo que se solía hacer durante las noches. deras de las montañas y en los desniveles del terre-
También en la planta baja, concretamente en su no. Estas viviendas, constituyen en algunos casos
parte posterior, se encontraban también diversas auténticas cuevas, mientras que otras presentan
zonas destinadas a la crianza de animales o a su es- una especie de tipología mixta, dado que tan sólo
tabulación, como las cuadras, las caballerizas (en su cuentan sus algunas estancias que han sido profun-
caso), etc., así como, en la zona delantera se podían dizadas o ahuecadas en la ladera, estando el resto
hallar los dormitorios. Éstos se solían ubicar en la de la vivienda (generalmente la parte delantera con
primera planta en las viviendas de las familias más la fachada) construido a la manera tradicional. Para
acomodadas, pero en el caso de las viviendas más hu- la realización de estas viviendas se aprovechan las
mildes, esta planta alta (conocida con distintas deno- cualidades de un terreno que permitía ser excavado
minaciones, como las de “cámaras”, el “altillo”, o la fácilmente, manteniendo tras ello su consistencia.
“falsa”, en función de donde nos encontremos) no era En algunas poblaciones estas viviendas son cono-
habitable y únicamente estaba destinada al almacena- cidas popularmente como “casones” o también como
miento de alimentos, del utillaje agrícola, o a pajar. “cuevas”. En ellas, la distribución de los espacios es
Muchas de las viviendas tradicionales de esta muy sencilla, contando generalmente con un espacio
zona no parecen responder a un plan regulariza- central que sirve de zona de comunicación con el resto
do previamente, sino que suelen estar compuestas de los ámbitos. Algunas de las estancias carecen de
por una serie de espacios funcionales que se han ventilación directa con el exterior, por lo que reciben
ido añadiendo a un núcleo central, obedeciendo a la luz y el aire proveniente de otros espacios a través
las necesidades de los propietarios; lo que ha dado de ventanas interiores. En el techo se advierten directa-
lugar a la configuración de unas plantas de estructu- mente las cualidades de la cavidad, así como las huellas
ra geométrica muy compleja. de la extracción del material, pétreo o de otro tipo, que
Pero la irregularidad que se puede advertir en la dis- ha llevado a cabo el hombre para configurar estas mo-
posición en planta de las viviendas, no se debe sólo a radas. Esto se debe a que no se suele recubrir esta zona
esta práctica que podríamos señalar como aglutinado- con otros materiales, buscando favorecer así la transpi-
ra de espacios, sino que también puede estar originada, ración y evitar problemas de humedades. En cambio,
en cambio, por la segregación de algunos de ellos. De si es frecuente que sus paredes se revistan con otros
este modo se proseguía con una costumbre que resul- elementos o se refuercen con pilares y muros, para ga-
taba muy frecuente en la época, como era la de la do- rantizar la consistencia y la estabilidad de la vivienda.
nación o venta de ciertas habitaciones o partes de la Pero no todas las cuevas constituían auténticas
vivienda para uso de los descendientes que se unían viviendas, sino que algunas de ellas eran utilizadas
en matrimonio, de otros familiares, de algún vecino, para otros fines, generalmente relacionados con las
etc. Esta cesión o enajenación de los espacios puede actividades agropecuarias de los habitantes.
quedar reflejada tanto en la planta del inmueble como El tipo de casa conocida como almeriense12,
en su alzado, pues no resulta nada extraño encontrar de formas cúbicas y cubierta plana, que se exten-
casas contiguas que carecen de claras delimitaciones dió por el litoral de la región, no resulta habitual en
verticales que las separen, contando con estancias de los territorios del interior murciano, dado que no se
propietarios distintos que se insertan unas sobre otras adapta bien a sus condiciones climatológicas, fun-
(algo que es mucho más frecuente en las que origina- damentalmente a la posibilidad de precipitaciones
riamente pertenecían a una misma familia). en forma de nieve.
Existen algunos ejemplos de viviendas que se
encuentran estrechamente vinculadas a edificios
12.  Sobre las cualidades y características de este tipo de vi-
destinados a la transformación de los productos agrí- vienda véase FLORES LÓPEZ, Carlos: Arquitectura popular...
colas, tales como las bodegas, almazaras, molinos, Op. cit., p. 178 y ss.

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Formas y usos de la vivienda tradicional en el centro de la región de Murcia

Edificio de bodega y viviendas


conocido como “Rosique”, en el
término de Mula.

La casa tradicional en el campo y la huerta su disposición suele ser más apaisada. En la mayoría
de los ejemplos, se coloca la puerta en el centro y una
En las grandes extensiones de cultivos de secano, ventana en cada uno de sus lados, aunque no resul-
se suelen encontrar complejos constructivos entre ta infrecuente encontrar construcciones en las que la
los que domina claramente la vivienda del señor puerta se ladea hacia una de las esquinas.
propietario de los terrenos. En torno a ella se pue- El resto de las construcciones que se distribuyen
den hallar agrupadas o adosadas, las viviendas de alrededor de las viviendas son de extremada sen-
los trabajadores y otras construcciones secundarias cillez, dominando las amplias superficies rectas de
como almacenes para guardar aperos, corrales para los muros, apenas quedan horadadas por pequeños
el ganado, palomares, gallineros, etc. Al encontrarse vanos, que adquieren una particular forma triangu-
en el campo y no tener que adaptarse a un trazado lar en el caso de los palomares. Entre todas estas
urbano, pueden ocupar amplias superficies de terre- edificaciones, frecuentemente sobresale un volumen
no y configurar complejos de forma irregular, aun- singular, el horno, que en la mayoría de los casos
que en muchos de los casos, todas estas construc- muestra una característica forma semiesférica, o,
ciones se disponen ordenadamente conformando un a lo sumo, ligeramente apuntada. Los hornos sue-
cuadrilátero aproximado. len estar construidos con mampostería cohesionada
Las características de estas viviendas no difieren con mortero de cal, o también, su seno se puede le-
mucho de las que se encuentran en las poblaciones, vantar utilizando adobes o ladrillos con una mez-
pero sus dimensiones suelen ser considerablemente cla de barro y paja, apoyándose sobre base firme de
mayores. Estas casas presentan una serie de constan- mampostería.
tes, como son sus plantas más o menos rectangula- En los amplios territorios de los campos de se-
res, la situación de la puerta principal en uno de los cano pueden surgir también algunos ejemplos de
lados mayores y el hecho de que ésta, por lo general, viviendas, que al igual que en los núcleos urbanos,
queda orientada al mediodía, es decir, al sur. pueden aparecer vinculadas a algún tipo de indus-
La casa del señor aparece claramente diferencia- tria. Esto ocurre por ejemplo en una construcción
da del resto de las construcciones por su mayor en- que se encuentra en el término de Mula, en la finca
vergadura y por la organización de sus vanos. Estos conocida como “Rosique”, en la que su planta baja,
suelen ser de grandes dimensiones, de forma rec- de grandes dimensiones, constituía una bodega,
tangular dispuesta verticalmente (en el primer piso mientras que sobre ella se encuentra una vivienda
se trata de balcones en la mayoría de las ocasiones), perteneciente a los propietarios de la explotación
y se distribuyen ordenadamente por la fachada, con vitivinícola.
una colocación prácticamente simétrica. Su construcción se llevó a cabo a principios del
En las viviendas de los trabajadores, en cambio, siglo XX, pero en ella se emplearon materiales y
las ventanas son menos numerosas y su tamaño es técnicas tradicionales, como se puede advertir en
mucho menor. Generalmente, la forma de éstas tam- la composición de sus muros, en los que domina
bién es rectangular, pero a diferencia de las del señor, la mampostería. La característica forma de esta

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Francisca del Baño Martínez

Casa de labrador de gran sencillez, situada en una


gran finca de Bullas.

edificación, que recuerda ligeramente a la de las ba- cuyos lados se sitúan una pequeña cocina con hogar
sílicas paleocristianas, se debe a su doble naturaleza y un dormitorio, o una cuadra que se encuentra en la
de lugar de “recreo”13 y bodega, a cuyos lados se parte posterior.
adosan las viviendas de los trabajadores. Si las modestas casas de labradores aparecen vin-
Otro tipo de casas más humildes las constitu- culadas a los vastos campos de secano, existe otro
yen las conocidas como casas de labradores, de tipo de vivienda, también de extremada sencillez,
las que quedan algunos ejemplos en este entorno. que surge junto a los cultivos de regadío, se trata de
Eran construcciones extremadamente sencillas, que la archiconocida barraca.
se hallaban esparcidas por las vastas extensiones La presencia de la barraca en los territorios del
de los campos de secano y alejadas de los núcleos interior de la actual región murciana, fue mucho
poblacionales. Generalmente eran utilizadas por los menos destacada que en la Vega del Segura, donde
labradores o los braceros cuando se encontraban adquirió una gran relevancia y un notable protago-
arando los campos, así como durante las épocas de nismo. En estas tierras del interior, podía aparecer
siembra o de cosecha, labores que les ocupaban du- de forma más esporádica, junto a las huertas, como
rante varias jornadas. Mientras tanto, se alojaban en vivienda de los jornaleros o arrendatarios de estas
estas sencillas construcciones, dada la lejanía de sus propiedades, aunque también fueron utilizadas
viviendas habituales y la precariedad de los medios como almacenes o establos.14
de transporte con los que contaban. La barraca presentaba una planta rectangular y
La gran mayoría constaba de única una planta, estaba construida con materiales muy pobres, como
con cubierta de una sola vertiente y pequeños vanos barro, cañas, esparto y ramas de árboles, fundamen-
de iluminación y ventilación. Los ejemplos más talmente frutales. Su cubierta, a dos aguas, estaba
sencillos se organizaban prácticamente en un único dotada de una fuerte pendiente para que el agua de
espacio, en el que estaban dispuestos la chimenea la lluvia resbalase con mayor facilidad sobre su re-
y los catres para el descanso, junto a los animales vestimiento a base de elementos vegetales, general-
que participaban en las labores agrícolas, tirando mente de sisca o albardín.15 En su interior, la división
de los carros y arados, a los que se reservaba una de espacios era muy simple, constando únicamente
zona al fondo de este ámbito. Otras presentan una de dos o tres ámbitos que quedaban diferenciados
mayor distinción de los espacios y techumbres con
doble vertiente. Aunque nunca llegan a abandonar 14. Este tipo de construcciones fue propio también en te-
rritorios del Reino de Valencia, véase ECHARRI IRIBARREN,
su gran simplicidad y sobriedad, se diferencian en
Víctor: Invariantes Formales de la Arquitectura Tradicional
ellas distintas partes, como una zona de entrada, a de la Vega Baja del Segura. Alicante, Diputación Provincial,
2001, pp. 25 y ss.; ARAZO, Mª Ángeles y JARQUE, Francesc:
13.  Así se hizo constar en una inscripción que domina Arquitectura Popular Valenciana. Valencia, Diputación Provin-
entre los balcones de su fachada: “ROSIQUE. Recreo del Sa- cial, 1995, pp. 13 y ss.
cramento. Bodega y almacenes edificados en el año 1919 por 15.  Su proceso de construcción y sus variantes aparecen
José María López y López, (a.[lias] ) Patillas, a expensas de D. resumidas en FLORES LÓPEZ, Carlos: Arquitectura popular...
Franc. Jesús Carreño Góngora.” Op. cit., p. 286 y ss.

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Formas y usos de la vivienda tradicional en el centro de la región de Murcia

a partir de ligeros tabiques, que podían estar reali- planta cuadrada, con un cuerpo central destacado en
zados a base de cañas. También, era frecuente que altura, bajo el que, generalmente, se aloja la escale-
se separasen los dormitorios a través de cortinas o ra, y del que ésta recibe luz.
sábanas colgadas. Pero esta división por la que se
pretendía ante todo separar las zonas en las que se
dormía de ese otro espacio único que servía de coci- Influencia de la arquitectura culta
na, comedor, sala de estar y lugar en el que realizar
distintas labores, no estaba presente en todas las ba- Algunas viviendas populares del interior de la
rracas, pues las más sencillas contaban únicamente Región de Murcia, constituyen ejemplos construc-
con una estancia más o menos amplia. tivos en los que se pueden advertir esquemas com-
Dada la naturaleza perecedera de los productos positivos y modelos que proceden de la arquitec-
cultivados en la huerta, no era habitual que las barra- tura culta, a pesar de estar realizados por maestros
cas contasen con amplios espacios destinados al al- locales y con el empleo de técnicas tradicionales.
macenaje de estos frutos. Algunas de ellas, contaban Dichas edificaciones constituyen auténticas mues-
con una zona superior, que se realizaba normalmente tras de la clara influencia ejercida por determinados
sobre la alcoba, aprovechando el espacio existente tipos arquitectónicos, ajenos a los que se empleaban
hasta la altura de la cubierta, y en la que se podían habitualmente en estos territorios, pero que fueron
guardar, por ejemplo, algunas herramientas y los uten- adoptados por los maestros constructores tradicio-
silios necesarios para la cría del gusano de seda16. nales ante las ventajas y cualidades que estos edifi-
La humildad de los elementos que se empleaban cios ofrecían, o también, como un signo de novedad
en la construcción de las barracas, hacía que se tra- o modernidad.
tase de unas viviendas muy efímeras, de las que no Un ejemplo de ello lo constituyen las conocidas
quedan testimonios materiales en la actualidad. En como “casas-torre”, viviendas señoriales, de cier-
cambio, si se conservan algunas construcciones en ta estirpe palladiana18, que adquirieron un gran de-
las zonas de huerta, realizadas con materiales menos sarrollo en las huertas levantinas a partir del siglo
perecederos, (como son la piedra, la cal o la teja, XVIII. Sus características torres centrales y sus
aunque también se emplee barro, madera o esparto) plantas cuadradas, que en muchas de ellas genera-
y en cuya composición, se puede advertir un cierto ban cuatro fachadas en las que los vanos se dispo-
influjo de las características formas de las barracas. nían simétricamente, dejaron huella en los maestros
Esto se hace evidente en su planta rectangular, en su locales, quienes llegaron a reproducirlas a menor
distribución interna o en la fuerte pendiente que pre- escala, en construcciones mucho más sencillas, que
sentan sus tejados, que pueden ser de doble vertiente se podían encontrar tanto en las huertas, como en
o, también, de una sola, por emplear materiales más los núcleos urbanos.
sólidos y resistentes a las inclemencias del tiempo. Asimismo, de puede advertir la impronta marca-
La villa constituye una muestra característica de da por la construcción de destacados inmuebles per-
construcción, asociada principalmente a la pequeña tenecientes a distinguidas familias. Un ejemplo de
nobleza y a la burguesía, y de la que en esta zona se ello es la influencia ejercida por la grandiosa casa de
conservan numerosos ejemplos pertenecientes a los los propietarios de la finca “El Carrascalejo” sobre
siglos XIX y principios del XX. Se trata de un edifi- otras construcciones del entorno de Bullas.
cio suburbano concebido para el descanso y disfrute
de su propietario, aunque también podía ser el centro
de una empresa agrícola.17 Suele tratarse de un edi- Principales características
ficio exento, por lo que sus cuatro lados cobran una
importancia prácticamente similar, a pesar de que Para completar este breve acercamiento a la
quede destacada la fachada en la que se encuentra arquitectura vernácula del interior de la región de
la entrada principal. Muchas de las villas se asocian Murcia, se va a atender también a la identificación
al tipo de vivienda conocido como “casa-torre”, de de una serie de invariantes formales y de las carac-
terísticas más significativas que se encuentran pre-
16.  Ibidem. sentes en estas construcciones.
17.  Sobre la importancia de la villa y los cambios que ésta
ha sufrido desde la Antigüedad, existe un interesante estudio:
ACKERMAN, James S.: La villa. Forma e ideología de las 18.  Sobre este tipo de vivienda, véase HERVÁS AVILES,
casas de campo. Madrid, Akal, 1997 (1ª Ed. Washington, Na- José María y SEGOVIA MONTOYA, Alfonso: Arquitectura y
tional Gallery of Art, 1990). Color... Op. cit., p. 68 y ss.

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Francisca del Baño Martínez

En primer lugar, se puede señalar que la vivien- encontrar habitualmente algunos de forma cuadra-
da popular tradicional de esta demarcación geográ- da, o incluso circular, aunque entre los de perfiles
fica, se caracteriza, en general, por su sencillez y curvos, sobresalen por su número, los de disposi-
humildad. Al exterior ofrece un aspecto de bloque ción ovalada. En relación con los vanos, se puede
compacto en el que domina una tendencia al de- advertir que, en las construcciones más humildes,
sarrollo horizontal. Consta generalmente de una o no aparece un elemento que tiene una destacada
dos plantas (resultan menos frecuentes las de tres presencia en el ámbito de la arquitectura señorial,
o más) en las que se distribuyen las estancias desti- este es el balcón.
nadas a vivienda propiamente dicha, y otras que se Así como en las viviendas vinculadas a la no-
encuentran en relación con el trabajo. Ambas zonas bleza siempre se encuentran claramente diferencia-
pueden aparecer claramente diferenciadas, al des- das, por su tamaño, ubicación y características, las
tinar toda una planta, la primera, exclusivamente a puertas de acceso de los propietarios y las del ser-
la residencia, con dormitorios, salones, etc. Aunque vicio doméstico. En las construcciones populares,
esta división puede resultar menos evidente en las se puede diferenciar, a lo sumo, la puerta para la
viviendas más humildes, en las que es frecuente la entrada de personas, de la de los animales. Aunque
coexistencia, en una misma planta, de espacios para tampoco era nada extraño el que las viviendas con-
la vida y para el trabajo de sus moradores. tasen con una única zona de acceso común.
En la parte superior de la vivienda, con pequeñas En el interior de las viviendas, las distintas estan-
aberturas al exterior, se encuentran las zonas desti- cias solían ser espacios muy simples, de lisos muros
nadas al almacenamiento de alimentos y de produc- enlucidos y techumbres de cielos rasos o, también,
tos agrícolas, así como el palomar y el pajar. Estos de vigas y bovedillas. Dominan las superficies rectas
espacios se encuentran en relación con un sistema y los accesos adintelados, aunque es muy frecuen-
de vida en el que la producción agrícola era de ca- te que las comunicaciones entre espacios separados
rácter familiar y se dirigía principalmente a garanti- por muros de carga, se efectúen a través de un arco.
zar el autoabastecimiento, no a la comercialización Se suelen horadar con arcos, los muros estructurales
(que por tanto resultaba muy escasa e incluso nula). de las construcciones de varias alturas, sobre todo
Por ello, las viviendas debían de contar con zonas en las plantas inferiores, pues, como es sabido, el
habilitadas para el almacenamiento del grano, los arco soporta mejor las cargas que el dintel. Por esta
productos de la matanza, el vino, el aceite, etc. misma razón, también se encuentran frecuentemen-
La distribución de los vanos en la fachada no te dinteles adovelados por medio de ladrillos.
siempre obedece a criterios de regularidad y sime- La decoración en las fachadas de las viviendas
tría, sino que suele responder a necesidades funcio- suele ser muy sencilla y en algunos casos, incluso,
nales. Es muy frecuente encontrar viviendas que inexistente. Viene dada generalmente por la utiliza-
presentan un acceso único en el centro de la fachada ción del color, con el que se remarcan los vanos y
y dos ventanas a los lados, así como un único vano las esquinas, o se subraya la división en alturas del
de iluminación en la planta superior, que se encuen- edificio. También se pueden formar o resaltar con
tra situado sobre la puerta. En otras casas, esa dis- él sencillos motivos geométricos. La alternancia de
posición tripartita de los vanos en la zona inferior distintos materiales, produce asimismo destacados
de la vivienda, coincide en la primera planta con la efectos decorativos. Así, se solía alternar el ladrillo,
presencia de balcones y en la segunda con vanos de que enmarcaba los vanos y los ángulos del edificio,
menor tamaño (en correspondencia con su organiza- con las cajas de mampostería, pero con un resultado
ción funcional). En algunos casos más excepciona- distinto al que vemos en la actualidad, pues éstas
les, como en las viviendas de las familias más aco- siempre iban revocadas. El ladrillo se utiliza tam-
modadas, aparece en la zona superior una galería de bién con esta misma intención decorativa, ya en el
arquillos o vanos de peculiares formas mixtilíneas. siglo XX, cubriendo la fachada en su totalidad.19 Fi-
El formato más frecuente de vano, es el rectan- nalmente, otro de los sistemas más empleados a los
gular, que puede ir dispuesto de modo vertical o que se recurría para ornamentar las fachadas de las
apaisado. En algunas ocasiones su parte superior se viviendas, era la incorporación de azulejería, como
encuentra ligeramente arqueada. También se pueden se puede apreciar en numerosos ejemplos.

19.  Así se puede ver, por ejemplo, en el edificio del “Molino


de Juan Perico”, en Pliego, o, en la “Casa de Zapata” en Mula.

—  260  —
Arquitectura señorial en Carmona

Fátima Halcón
Universidad de Sevilla. España

La limpia y blanca ciudad de Carmona, como recorrer su complejo trazado urbano, cerrado y her-
afirmó Antonio Ponz en su Manual para viajeros mético, como si de una medina se tratase.
por Andalucia1 al visitarla con motivo del viaje que El epicentro de la ciudad antigua se halla en la
realizó por esta región en el año 1845, mantiene su Plaza de Arriba, verdadero centro neurálgico de la
intacta pulcritud intramuros dándole a sus edificios identidad histórica y social de Carmona. En torno
una apariencia encalada y volumétrica reduciendo a ella se divide el espacio, desde la conquista de la
sus tensiones a un simple sistema binario de som- ciudad, en barrios o collaciones presididas por las
bra-luz que se contrastan y realzan mutuamente advocaciones de las distintas iglesias que actúan
dentro del complejo trama urbano. como verdaderos nudos de la trama urbana. Tras
Dentro de la riqueza y variedad de ciudades que la conquista, se construyeron las iglesias de Santa
componen la feraz campiña de la provincia de Se- María, Santiago, San Blas, San Felipe, San Salvador
villa, Carmona, tiene unos matices identificativos y San Bartolomé que junto a la de San Pedro, edifi-
y diferenciadores que se hallan por encima de la cada extramuros, constituyeron las siete divisiones
homogeneidad de otras ciudades. En primer lugar, administrativas modernas.2 La ciudad fue constru-
emerge como una ciudad fortaleza montada sobre yéndose a lo largo del siglo XVI, asumiendo y cris-
el farallón de los Alcores en medio de la llanu- tianizando el trazado islámico ocupando los solares
ra desde donde se puede contemplar, por su lado baldíos pero sin la intención de darle a su planta una
este, con toda su grandeza e infinitud, la Vega. Esa regularización acorde con las nuevas normas rena-
posición privilegiada le ha llevado a ganarse, a lo centistas. Ese proceso continuó durante la siguiente
largo de su historia, una justa fama de inexpugna- centuria con algunas intervenciones puntuales como
ble que, según la tradición, sólo la traición la hizo fue la formalización de algunas abiertas: la plazuela
rendirse. delantera a las iglesias de Santa María y de San Blas
La pronunciada elevación del terreno sobre la y la Travesía (antiguo cardo romano) ante el con-
que está construida se ve reforzada por la vertica- vento de Santa Clara. La plazuela de Santa María se
lidad de la pared rocosa y por los lienzos de mura- configuró con su actual fisonomía al construirse en
lla que, todavía hoy, pueden admirarse y adivinarse el siglo XVII el convento de las agustinas recoletas
en gran parte de su contorno. Muralla que se abre descalzas de la Santísima Trinidad y al remodelarse
para enmarcar las admirables puertas que sirven las antiguas Casas Capitulares, hoy conocida como
de entrada a la ciudad antigua, dos de las cuales se casa de los Aguilar, mientras que la Travesía de Santa
conservan en la actualidad: la puerta de Sevilla y Clara se regularizó al construirse el compás y el mi-
la puerta de Córdoba. La muralla imbuirá a la ciu- rador del convento. La plazuela de San Blas puedo
dad de una apariencia árabe que se incrementa al abrirse al remodelarse el espacio colindante con la

1.  FORD, Richard, Manual para viajeros por Andalucía y 2.  GARCÍA RODRÍGUEZ, Antonio, “Evolución urbana”
lectores en casa…..Madrid, 1980 (reed.) pg. 301 en Carmona. Ciudad y Monumentos, Carmona, 1993, pp. 30-56

261
Fátima Halcón

iglesia del mismo nombre mediante unas obras que de la iglesia mayor de Santa María y, fuera de las
se realizaron en las casas del marqués del Saltillo. murallas, el convento de la Concepción. Esta carac-
Junto a las iglesias, los conventos constituyen otro terística es apreciable, asimismo, en la construcción
de los núcleos edilicios que integran la trama urbanís- de mansiones señoriales integradas en un sinfín de
tica y que podemos considerarlos como verdaderas pequeñas calles sin un especio abierto que sirva de
“pequeñas ciudades dentro de la ciudad”. Imponen- perspectiva de sus grandes portadas y muros encala-
tes edificios que se han ido construyendo mediante dos. Ese trazado laberíntico invita a estar en el inte-
anexiones de casas y tierras desde el Repartimiento rior de las casas y no en la calle la cual se convierte
y cuyo espacio ocupó, en muchos casos, más de una en un “mero pasadizo claustral que sólo sirve para
cuadra del entramado urbano. La tipología de estos llevar de un sitio a otro”. 4
edificios obedece a su propia finalidad religiosa. Arti- Dentro de la ciudad intramuros, la arquitectu-
culados en torno a un patio central de doble altura en ra señorial ocupa, asimismo, un importante papel
cuyas crujías se distribuyen la iglesia, las salas y cel- junto a los edificios de carácter religioso. Dadas las
das, contaban, además, con algunos patios menores y características de este estudio no pretendemos hacer
una pequeña huerta o jardín. De su arquitectura exter- una tipología de la arquitectura doméstica sino ofre-
na sólo podemos destacar sus altos muros encalados, cer algunas noticias de la arquitectura señorial que
su iglesia y, salvo el convento de Santa Clara, una sirven de fundamento a otro estudio posterior más
sencilla puerta que da acceso al compás. Las prime- amplio.5 Las iglesias constituirán la obligada refe-
ras fundaciones monásticas fueron las franciscanas rencia a la hora de levantar las casas solariegas de
clarisas establecidas en el convento de Santa Clara las principales familias carmonenses algunas de las
y las dominicas en el convento de Madre de Dios las cuales las identificamos hoy gracias a los escudos
cuales edificaron en la segunda mitad del siglo XVI que ostentan en sus fachadas. Así podemos admirar
otro convento, el de Santa Catalina de Siena, actual la casa de los Briones en el barrio de San Felipe, la
plaza de abastos. A ellas se les añadiría la edificación casa de los Lasso en el de Santa María, la casa que
del convento de agustinas recoletas descalzas llama- ostenta el escudo de los Córdoba (conocida como
do de la Santísima Trinidad, los carmelitas descalzos casa del marqués del Saltillo) en el barrio de San
de San José y los jesuitas de San Teodomiro, muchos Blas, la casa de los Caro en el de San Bartolomé,
de los cuales aún se conservan. todas ellas con portadas barrocas. Sin embargo, en
Una de las características más destacadas del te- el siglo XVI existieron ejemplos de fachadas civi-
jido urbano de Carmona es la carencia de plazas. Si les monumentales como la casa de Ruy Gutiérrez
los edificios religiosos son los encargados de regir de Hinestrosa de la que sólo se conserva el dintel,
la trama urbana de la ciudad no existen por delante situado en una casa moderna frente al convento de
de los mismos, como ocurre en la mayor parte de Santa Clara y retrato de Juan Martín Tamariz que la
las ciudades andaluzas, una plaza o espacio abierto presidía.6 Existieron otras como las de Gonzalo de
delantero que sirva de marco para admirar sus im- Andino que las donó al convento de Madre de Dios
ponentes fachadas. Esta carencia de plazas se debe por lo que las monjas quintuplicaron con ello el es-
tanto a la dependencia del trazado islámico como pacio de su convento en 1536; las de Diego Farfán
al desarrollo urbano que ha tenido la ciudad con situadas en la calle de la Orden (hoy Sta. María de
el paso del tiempo aunque tenemos constancia de Gracia), las casas principales de Antonio Barba de
que al menos en el caso de algunos conventos exis- la Vega situadas en la collación de San Bartolomé,
tió una plazuela por delante. Tanto el convento de las de Sancho Caro en la collación de Santa María
Santa Clara como la Compañía de Jesús estaban si- heredadas de su madre según testamento fechado
tuados en unas plazas que llevaban su mismo nom- en 1556 o las de María Gómez de Castroverde.7
bre.3 Lo mismo ocurre con el aludido convento de
las agustinas recoletas descalzas situado en la plaza
4. CALVO LAULA, Antonio y FERNÁNDEZ LACOM-
BA, Juan, “Carmona: motor de sensaciones” en Carmona. Ciu-
3.  AMC. Catastro del marqués de la Ensenada, libro 998, dad y Monumentos, Carmona, 1993, pp. I-XXVI
fol. 893 y ss. El Catastro referido nos informa que Gonzalo Ta- 5. En la actualidad estamos trabajando sobre la arquitectu-
mariz y Echevarría, marqués del Valle de la Reina tenía una ra señorial en Carmona con el fin de ofrecer una catalogación
casa en la plazuela de la Compañía de Jesús de diecinueve varas de la misma.
de frente y veintitrés de fondo cuyo arriendo ascendía a 900 6.  GARCÍA RODRÍGUEZ, Antonio, op.cit., pg. 40
reales. Asimismo tenía otra casa solariega en la plazuela del 7.  Archivo Lasso de la Vega. Legajo 3/2. Patrimonio.
convento de Santa Clara de quince varas de frente y veintidós Transmisiones de dominio. Todas las casas mencionadas co-
de fondo que no producía renta. rresponden a esta referencia.

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Arquitectura señorial en Carmona

Fachada casa de los Lasso.

De ninguna de ellas existe descripción salvo de la exterior se establece a través de un único y amplio
perteneciente a María Gómez de Castroverde que la hueco, el de la puerta, que no franquea abiertamente
vendió el 12 de marzo de 1551 por veinte mil ma- la entrada al interponerse un zaguán o un apeadero.
ravedíes al jurado Guillén Cansino y son descritas Resulta, por tanto, una entrada acodada que preser-
como “unas casas mias con sus palacios y portada va el patio principal hacia el interior cuyas trazas
y puertas y estancias y soberados altos y bajos y determinan las crujías y cuyo espacio se venía a
patios y pozo y pila….” Esta casa se hallaba en la considerar como la estancia principal de la casa. Al
collación de Santa María lindando por una parte con valor del patio como arquitectura interior y cerrada
las casas de Juan Cansino, hijo del jurado mencio- se le añade su capacidad de ordenar y relacionar las
nado, por otra con la casa de Juana López, vecina de diferentes partes del edificio. Así, en torno al patio
Sevilla y por delante con “la calle que está a las es- se disponen una serie de habitaciones de planta rec-
paldas de las casas de Miguel Aragonés, hijo de Luís tangular o cuadrada utilizados para diversos fines
Cansino”.8 De todo ello deducimos la existencia en (salón, comedor, cámaras y cocina) y la escalera
el siglo XVI de un número significativo de grandes principal. Este esquema se repite en la planta alta
casas denominadas en las referencias de la época donde en algunos casos se incluía un pequeño ora-
como palacios pertenecientes a las familias anti- torio. Estas dependencias que podríamos denominar
guas y poderosas de la ciudad muchas de las cuales “el señorío” contrasta en muchas de las casas prin-
ostentaron, además, cargos políticos a lo largo del cipales de Carmona con la parte trasera que dedica
tiempo y fueron propietarias de grandes extensiones a “casa de labranza”. La descripción mencionada
de tierra calma y olivar en las cercanías.9 de la casa de María Gómez de Castroverde nos in-
La inexistencia, en la actualidad, de casas princi- forma de la existencia de una casa de labranza en
pales cuya portada responda a modelos quinientistas su parte trasera donde existían “soberados altos y
y la falta de referencias documentales no es óbice bajos”, espacio que se empleaba para guardar paja
para deducir, por las que han conservado un núcleo o como cuadra. Este hecho debió de ser una prácti-
originario -ampliadas y reformadas-, que se trataría ca habitual pues tenemos otro ejemplo en el núcleo
de un modelo de casa introvertida, de una casa que originario de la casa de los Briones, situada en la
vivía hacia el interior respondiendo en su planta a antigua calle del Palomar, donde se aprecia una casa
un modelo de casa patio como muchas de las exis- de labranza en el llamado hoy “patio mudéjar” con
tentes en Sevilla. Un modelo cuya relación con el la existencia de unos “soberaos” altos y bajos y en
el lateral una estancia dedicada a cuadra para los
8.  Archivo Lasso de la Vega. Legajo 3/2. Patrimonio. caballos.
Transmisiones de dominio. Este tipo de casa que existió en Carmona en el
9.  Ver GONZÁLEZ JIMENEZ, Manuel, El Concejo de siglo XVI se correspondería al segundo grupo de
Carmona a fines de la Edad Media, Sevilla, 1973; del mismo la tipología doméstica que dio Joaquín Hazañas y
autor “Aportaciones al estudio de los señoríos andaluces: el caso
de Carmona” en Homenaje al Profesor Carriazo, Tomo III, Se-
La Rúa en el discurso que pronunció en el Centro
villa, 1973 de Estudios Históricos Sevillanos en 1928 titulado

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Fátima Halcón

Apeadero casa marqués del saltillo.

Algunas consideraciones sobre la casa sevillana.10 través de sucesivos propietarios solares o casas co-
En este estudio, el autor divide las viviendas en lindantes que se incorporaron al núcleo original. En
cinco grupos reservando el primero para los pala- algunos casos, el largo proceso de edificación de las
cios reales y grandes casas de próceres o magna- casas motivó distintos cambios de estilos artísticos
tes (en el caso sevillano incluye los Reales Alcá- con respecto a su origen. Así la casa del marqués
zares, Casa de Pilatos, palacio de Dueñas, casa de de la Algaba, situada frente a la iglesia de Omnium
los Ponce de León) mientras que el segundo grupo Sanctorum de Sevilla, al primitivo palacio gótico-
correspondería a casas menos suntuosas y extensas mudéjar edificado en la segunda mitad del siglo XV
propias de caballeros y comerciantes enriquecidos del que se conserva su portada, se transformó entre
(casa de los Payba, Arguijo o Mañara). El tercero a 1516 y 1526 en palacio renacentista al construírsele
familias de clase media, el cuarto a corrales de veci- un patio de doble arcada que apoyaba en columnas
nos y el quinto a las casas-tienda de las Alcaicerías. de mármol procedentes de Génova, finalizándose
La referencia al segundo grupo se relaciona con las las obras en 1565.13 Caso similar al que vemos en
casas existentes en Carmona con ciertas diferencias. la arquitectura señorial carmonense cuyo cambio de
Los ejemplos que Hazaña menciona para este grupo estilo artístico se corresponde a las distintas amplia-
están construidos partiendo de cimientos con un ciones a las que se ha visto sometido el edificio.
proyecto previo mientras que las carmonenses han Otra diferencia que observamos entre la arquitec-
sido el resultado de un lento proceso de ampliacio- tura señorial de Sevilla y Carmona en el siglo XVI
nes con el aprovechamiento de estructuras y patios es la existencia, en el caso sevillano, de grandes por-
anteriores a los que se les ha ido añadiendo distintas tadas de importación italiana, como es el caso de la
dependencias con el paso de los años. El caso simi- citada casa de Pilatos, la de don Miguel de Mañara,14
lar que encontramos en Sevilla respondiendo a ese la desaparecida de don Hernando Colón o la de
modelo y salvando las diferencias en cuanto a im- los Payba (hoy Casa de la Marquesa de Lebrija)15,
portancia edilicia y decorativa lo constituyen la casa
de Pilatos11 y al palacio de Dueñas12, edificios que
13.  MEDIANERO HERNÁNDEZ, José María, “Un plano
se fueron ampliando con el paso del tiempo hasta inédito del palacio sevillano de los marqueses de la Algaba” en
consolidar la estructura que podemos admirar hoy. Laboratorio de Arte, nº 4, Sevilla, 1991; OLIVER, Alberto y
Ninguna de las dos tuvieron un proyecto original y PLEGUEZUELO, Alfonso, El palacio de los marqueses de la
su organización espacial en plantas y alzados fue el Algaba. Informe histórico-artístico, Sevilla, 1995 (en prensa)
14.  PALOMERO PÁRAMO, Jesús, “Antonio Maria Apri-
resultado de un largo proceso aditivo al añadírsele a
le de Carona y la marmolería de la casa de Don Juan de Al-
mansa en Sevilla” en Presencia italiana en Andalucía. Siglos
10.  HAZAÑAS Y LA RÚA, Joaquín, La casa sevillana, XIV-XVII, Sevilla, 1989; AA.VV., Casa-palacio de Miguel de
Sevilla. El discurso está recogido en un libro que publicó poste- Mañara, Sevilla, 1993
riormente donde hace un análisis más exhaustivo del tema. 15. LLEÓ CAÑAL, Vicente, La casa sevillana de la con-
11. LLEÓ CAÑAL, Vicente, La Casa de Pilatos, Sevilla, 1998 desa de Lebrija y el coleccionismo romántico , Sevilla, 1994;
12.  FLACÓN MÁRQUEZ, Teodoro, El Palacio de las Due- “La casa museo de la condesa de Lebrija” en Museo Palacio de
ñas y las casas-palacio sevillanas del siglo XVI, Sevilla, 2003 la condesa de Lebrija, Madrid, 2002

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Arquitectura señorial en Carmona

p­ ortadas que estuvieron promovidas por la nobleza se dedicó el cuarenta y seis por ciento de la tierra
y realizadas por artistas italianos ­repercutiendo su carmonense.20
influencia durante largo tiempo. Siguen el esquema Gran parte de los propietarios de mansiones se-
de arco de triunfo, inspirado en la arquitectura roma- ñoriales de Carmona eran familias antiguas de la
na, flanqueado por pilastras o columnas y adornado, ciudad que desde sus orígenes habían mantenido su
en algunos casos, por grandes escudos y panoplias. vivienda en este lugar y su fortuna se debía, ma-
Este nuevo sentido de la facialidad proporcionado yoritariamente, a las propiedades de tierra, calma
por la portada se veía amplificado al existir grandes y olivar, en su término municipal. Muchos de ellos
espacios delanteros que permitían su visualización y tuvieron, además, casas en Sevilla pero conservaron
perspectiva. sus propiedades rústicas y civiles como es el caso
La carencia de portadas que respondan a una de Miguel Lasso de la Vega y Barba, dueño de va-
estética del siglo XVI en Carmona desapareció en rias haciendas de olivar quién en 1703 trasladó su
las dos siguientes centurias puesto que fue enton- domicilio a la collación de San Vicente de Sevilla
ces cuando se construyeron y formalizaron grandes consiguiendo la vecindad en esta ciudad el 6 de fe-
fachadas en las principales mansiones de la ciudad. brero de 1713.21 Esta práctica debió ser habitual,
A pesar de las graves consecuencias que trajo la epi- pues según afirma Josefina Cruz, entre los treinta
demia de peste de 1649 durante la cual el cabildo nombres registrados como terratenientes del térmi-
debatió la oportunidad de permitir o prohibir la es- no sólo tres de ellos eran vecinos de Carmona en
tancia en la ciudad de vecinos de Sevilla que tuvie- el siglo XVIII.22 Este hecho no fue óbice para que
sen heredades en el término municipal,16 Carmona remodelasen sus casas en la ciudad aprovechando
recuperó su esplendor, entre otros motivos, gracias estructuras antiguas y levantándoles fachadas acor-
al incremento del comercio de aceite. Como es sa- de con la estética barroca.
bido, el comercio del aceite alcanzó gran relevancia El cambio de estética de las fachadas señoriales
en el área sevillana a partir de la conquista cristiana de Carmona se debió, en buena parte, a la llegada del
tanto por la política de la Corona como por la ini- arquitecto Leonardo de Figueroa a la ciudad, docu-
ciativa privada y ese comercio se extendió hacia el mentada en el año 1687. A él se debe la reforma total
Mediterráneo y hacia la Europa atlántica.17 La aper- de una de las casas más singulares, la que perteneció
tura del mercado americano incrementó las expec- a don Fernando de Rueda y Mendoza enclavada en
tativas creadas en torno a esta mercancía y según la uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad,
Relación de Aduanas de Sevilla de 1618, con datos frente a la fachada principal de la iglesia de Santa
referentes a 1604, el aceite constituía el primer pro- María.23 La singularidad de la casa se debe tanto al
ducto exportado de la región. Esta tendencia no cambio estilístico de la portada como a la interven-
cesó de aumentar a lo largo del siglo XVII a la que ción de un afamado arquitecto sevillano en tierras
cabe añadir las del jabón realizado con los desechos carmonenses pues hasta el momento no se conocen
del aceite.18 Gran parte del abastecimiento de la ciu- datos de otros maestros que hayan intervenido en
dad de Sevilla provenía de las tierras cultivadas en la construcción de este tipo de mansiones. La pla-
Carmona tanto de olivar como de grano,19 consti- nimetría de la casa responde al modelo tradicional
tuyendo el aceite el cultivo predominante pues a él sevillano de arquitectura doméstica señorial: gran
patio central cuadrangular en cuyas crujías se distri-
buyen las distintas dependencias habitables, en dos
16. NÚÑEZ ROLDÁN, Francisco, “Carmona y la peste de plantas. En un ángulo del patio se halla la soberbia
1649” en Carmona en la Edad Moderna, Carmona, 2003, pgs. 55-72 escalera de dos tiros unidos en un rellano ­rectangular
17.  GONZÁLEZ, Julio, Repartimiento de Sevilla, vol. I,
Sevilla, 1951; OTTE, Enrique, “El comercio exterior andaluz
a fines de la Edad Media” en Actas del II Coloquio de Historia 20.  CRUZ VILLALÓN, Josefina, Propiedad y uso de la
Medieval Andaluza, Sevilla, 1982, pgs. 194-240; GONZÁLEZ tierra en la Baja Andalucía. Carmona, siglos XVIII-XX, Sevi-
JIMÉNEZ, Manuel, “La Baja Andalucía en vísperas del Des- lla, 1980, pg. 120
cubrimiento” en VII Jornadas de Estudios Canarias-América 21.  HALCÓN, Fátima, “Algunas noticias sobre la hacien-
antes del Descubrimiento: La expansión europea, Santa Cruz da de Palma Gallarda” en Laboratorio de Arte, nº 12, Sevilla,
de Tenerife, 1985, pgs. 109-149. GARCÍA-BAQUERO GON- 1999, pgs. 213-225
ZÁLEZ, Antonio, Andalucía y la carrera de Indias, Sevilla, 22.  CRUZ VILLALÓN, Josefina, op. cit., pg. 96
18.  GARCÍA FUENTES, Lutgardo, El comercio español 23.  HERRERA, Francisco y QUILES, Fernando, “Nuevos
con América, 1650-1700, Sevilla, 1980, pgs. 246-249 datos sobre la vida y obra de Leonardo de Figueroa” en Archi-
19.  GAMERO ROJAS, Mercedes, “la expansión del olivar vo Español de Arte, nº 259-260, Madrid, 1992, pgs. 335-349.
en Carmona. La pugna de intereses aceiteros y ganaderos” en RIVAS CARMONA, Jesús, Leonardo de Figueroa: una nueva
Carmona en la Edad Moderna, Carmona, 2003, pg. 29 visión de un viejo maestro, Sevilla, 1994, pgs. 62-63

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Fátima Halcón

y cubierta por bóveda vaída. Siguiendo el modelo de portada como el interior de la casa está influenciada
casa introvertida, herencia de la arquitectura mudé- por el conjunto de diseños arquitectónicos realizado
jar, el patio está dispuesto en ángulo recto con res- entre 1662 y 1663 por el arquitecto “D. Z.” al que
pecto a la puerta principal, modelo que siguió la ar- se ha identificado con Diego de Zúñiga.26 La colec-
quitectura señorial carmonense hasta el siglo XIX. A ción de diseños provenía del extinguido convento
la izquierda de la puerta principal se sitúa el apeade- de Santa Catalina de Carmona y tuvo una gran re-
ro y las caballerizas cuyas cubiertas apoyan sobre un percusión entre los arquitectos sevillanos aunque su
doble juego de arcos sustentados en columnas que difusión debió ser restringida, sin embargo, tanto el
distribuyen el espacio en dos mitades longitudinales modelo de las columnas con su entablamento como
iguales, ambas con pesebres adosados a los muros. la utilización de la cornisa curva de esta casa apare-
Del interior destacamos el patio cuya relación con el cen en los dibujos por lo que resulta probable que
patio del Hospital de los Venerables de Sevilla, obra Figueroa lo conociese.
del mismo arquitecto, es notoria con la salvedad de Se ha relacionado con esta casa la portada de la
sus dimensiones más reducidas y del mayor sentido antigua casa Consistorial de Carmona, hoy conocida
ornamental al introducir en las enjutas de los arcos como la casa de los Aguilar. El antiguo Consistorio,
unas composiciones configurando “ces” y pequeñas situado en la calle Martín López nº 19, permane-
volutas. El tipo de ornamentación del patio repercu- ció en este lugar hasta su traslado al convento de la
tirá en la posterior arquitectura señorial de Carmona Compañía de Jesús adquiriéndola, entonces, la fa-
como también lo hará la portada atribuida, asimis- milia de los Aguilar a la que le debe popularmente el
mo, a Figueroa aunque la documentación no haya nombre. A mediados del siglo XX, el edificio pasó
arrojado ningún dato sobre ella.24 por diferentes manos y usos albergando las sedes de
Una de las características principales de la arqui- los sindicatos, asociaciones locales, Cámara Agra-
tectura doméstica señorial es el tratamiento que se ria, etc.. quedando su estructura original muy trans-
le da a la fachada. Considerada como la proyección formada y deteriorada hasta que la adquirieron los
exterior del propietario, las fachadas en el ámbito se- actuales propietarios en los años 1982-1983. La casa
villano presentan una estilística de amplio espectro conserva parte de la estructura y decoración antigua
que responde a distintos factores: la idea de un arqui- entre la que podemos destacar el magnífico salón
tecto, la imposición de un propietario, los materiales situado en la planta superior cubierto por un sober-
utilizados y el estilo que se le quiera imprimir a la bio artesonado de forma octogonal, apoyado sobre
obra.25 La portada de la casa de los Rueda contiene en trompas, subdividido su intradós en ocho gajos de-
sí misma todos los factores para resultar una obra sin- corados con casetones hexagonales y romboidales
gular y modélica. Responde a un esquema clásico, se adornados con rosetas, macollas y bustos de reyes
trata de una portada-balcón con una puerta adintelada cuya dependencia serliana es evidente.
enmarcada por columnas pareadas sobre pedestales El edificio presenta la planimetría tradicional de
sobre la que apoya un balcón adintelada flanqueado, las casas carmonenses de esta época al situar el patio
asimismo, por dobles columnas y remate semicircu- acodado con respecto a la puerta principal. Al ser en
lar entre cornisas donde luce el escudo de los Rueda. origen una casa de uso público no tiene caballerizas
El elemento barroco de esta portada se aprecia en el en uno de los lados del zaguán sino que directamen-
juego de volúmenes conseguido mediante el ade- te de éste se accede al patio cuadrangular, porticado
lantamiento de la parte central de la misma y en el en tres de sus lados y organizado en dos niveles de
retranqueo de las columnas, experimentada con ante- altura. La planta inferior del patio se compone de
rioridad esta forma arquitectónica por Pedro Sánchez tres arcos de medio punto peraltados apoyados sobre
Falconete en la portada de la sacristía del Sagrario de columnas toscanas y enmarcados por alfices que van
la Catedral de Sevilla. La sobriedad ornamental se ve rematados por un entablamento de triglifos y meto-
enriquecida mediante unos broches de hojas carnosas pas. La planta superior se articula mediante cuatro
de dependencia canesca situados sobre la puerta y en alzados iguales decorados con tres arcos ciegos sobre
el soporte y remate del balcón. Tanto el modelo de la columnas toscanas con traspilastras almohadilladas
que enmarcan balcones adintelados. De esta planta
24.  HERRERA, Francisco, SAUCEDO, Consuelo y QUI-
LES, Fernando, Carmona Barroca. Panorama artístico de los 26.  SANCHO CORBACHO, Antonio, Dibujos arquitectó-
siglos XVII y XVIII, Sevilla, 1997 nicos del siglo XVII. Una colección inédita de 1663, Sevilla,
25.  OLIVA ALONSO, Diego, “De arquitectura doméstica 1947 (reed. 1983); BAENA GALLÉ, José María, “Dibujos ar-
sevillana en el siglo XVI” en Homenaje al Pr. D.r Hernández quitectónicos del siglo XVII. Una propuesta de atribución” en
Díaz, Sevilla, 1982, pg. 231- 242 Archivo Hispalense, nº222, Sevilla, 1990, pgs. 185-189

—  266  —
Arquitectura señorial en Carmona

se destaca la decoración geométrica compuesta a primera casa solariega estuvo en Lora del Río, en la
base de círculos colocados sobre los balcones y re- calle de la Orden, lugar de asentamiento de Diego
matados por una cornisa de ménsulas. La estructura García de Quintanilla en el siglo XV. Desde Lora
y ornato de este patio presenta unos rasgos formales pasaron a Carmona donde se tienen noticias de su
clásicos muy distintos a la portada del edificio. presencia desde el siglo XVII emparentando con las
Como se ha mencionado se ha relacionado la familias más relevantes de la ciudad: Caro, Briones,
portada de la casa con la de la casa de los Rueda, Tamariz y Lasso de la Vega. Con esta última familia
atribuida a Leonardo de Figueroa. En este caso, se entroncan desde el siglo XVIII aunque la casa pasó
utiliza de nuevo el esquema de dos vanos adinte- a los Lasso de la Vega en la segunda mitad del siglo
lados superpuestos los cuales van enmarcados por XIX a través del matrimonio de Miguel Lasso de la
molduras elevadas sobre el dintel dando lugar en Vega y Quintanilla, vizconde de Dos Fuentes y mar-
los ángulos a orejetas y el ornato del escudo, hoy qués de las Torres de la Presa, con María de Quin-
desaparecido. Asimismo, repite la curvatura de la tanilla y Caro, por compra del primero a su familia
cornisa aunque en ésta introduce pequeños mútilos política. La familia Quintanilla aportará cuantiosos
y la combinación de la piedra y el ladrillo avitolado bienes al marquesado pues tenían numerosos oliva-
para obtener un efecto polícromo como se utilizó en res entre los que destaca la hacienda de La Plata, la
la fachada de la iglesia del Salvador de Sevilla o las de La Celada, la del Saladillo, la de Buena Espe-
pilastras de ladrillo visto presentes en el Hospital ranza además de pinares y bienes inmuebles en la
de los Venerables de Sevilla, patio del convento de ciudad de Carmona31.
la Merced, etc.27 Se desconoce el autor de esta obra La casa es el resultado de numerosas ampliacio-
pero sin embargo sabemos que en 1697 se realiza- nes debido a la absorción de parcelas medianeras
ron obras en la casa, fecha ésta que aparece inscri- aunque su núcleo originario se ha fechado en el
ta en el dintel de la puerta principal del edificio.28 siglo XVI.32 Carece, por lo tanto de un trazado uni-
En el documento que hace referencia a las obras tario, aunque se observa una planimetría más clari-
sólo figura como fiador el maestro albañil Diego de ficada en la entrada y en las crujías que circundan
Santa María y del autor conocemos que era vecino el patio principal del inmueble. Se han conservado,
de Carmona en esa fecha. Figueroa permaneció en asimismo, parte de la estructura y los patios de las
Carmona entre 1687 y 1691 trabajando en la casa casas que ocupaban las parcelas objeto de la amplia-
de los Rueda aunque debió seguir vinculado a la ción por lo que la parte trasera de la casa presenta
ciudad puesto que su segunda esposa era natural un recorrido compacto y confuso con numerosos
de la misma29 y se le encargó un proyecto para la espacios a cielo abierto. Se accede a su interior a
iglesia de la Compañía de Jesús (San Teodomiro) través de un espacioso zaguán rectangular, que en
en 1700.30 A pesar de las concordancias existentes origen debió ser de mayor proporción porque parte
entre la portada de la casa de los Rueda y la de los de él está ocupado hoy por otras dependencias, que
Aguilar, el proyecto y ejecución de esta última pa- da paso a las caballerizas, situadas a su izquierda, de
rece más tosca que su modelo precedente por lo que un solo tramo y con los pesebres adosados al muro.
me inclino a pensar que la impronta de la portada de El patio principal porticado en sus cuatro lados
esta casa sirvió de cabeza de serie para las portadas está acodado con respecto a la entrada principal.
de otras mansiones carmonenses que debieron ser Se configura mediante columnas toscanas sobre las
ejecutadas por maestros locales. que apoyan arcos de medio punto en la planta baja
Dentro de la influencia de la casa de los Rueda mientras que en la segunda tiene ventanales adinte-
se halla también la casa de los Quintanilla, conocida lados entre pilastras cajeadas. Su esquema coincide
hoy como el palacio del marqués de las Torres de la con el de la casa de los Rueda a diferencia que en
Presa, atribuida a Matías de Figueroa. La casa per- ésta los motivos vegetales de las enjutas de los arcos
teneció a la familia Quintanilla como lo demuestra se han sustituido por sencillos pinjantes. Asimismo,
el escudo que ostenta en su fachada; familia cuya
31.  Archivo Lasso de la Vega. Legajo 3/5.
27.  SANCHO CORBACHO, Antonio, op. cit., pg. 316 32.  ANGLADA CURADO, Rocío, “La arquitectura do-
28.  MARÍN FIDALGO, Ana, “La portada del antiguo méstica tradicional de Carmona” en Carmona. Revista de Estu-
Ayuntamiento de Carmona: obra inédita de Leonardo de Figue- dios Locales, Año III, nº 3, Carmona 2005, pg. 1075; GALERA
roa” en Revista de Historia y Teoría de la Arquitectura, nº 0, NAVARRO, Ventura, RIVERA BLANCAS, Rafael, ROMÁN
Sevilla, 1998, pgs. 150-161 RODRÍGUEZ, Juan Manuel, “Tipología de la casa moderna en
29. RIVAS CARMONA, Jesús, op. cit., pg. 62-63 Carmona” en Carmona en la Edad Moderna, Carmona, 2003,
30.  SANCHO CORBACHO, Antonio, op. cit., pgs. 83-85 pgs. 397-416

—  267  —
Fátima Halcón

las cornisas presentan un juego de masas a través de imóscapo diferenciado y retropilastras almohadillas
salientes que coinciden con la clave de las ventanas que empleó Ambrosio en algunas de sus obras como
y las pilastras lo que da mayor vitalidad y dinamis- en la portada de la iglesia de San Juan Bautista de
mo a la composición. El lado oeste del patio está Las Cabezas de San Juan.
ocupado por la escalera que puede considerarse, Perteneciente, asimismo, a la familia Lasso de
junto a la de la casa de los Lasso de la Vega, las de la Vega es la casa situada en la plazuela del mismo
mayor monumentalidad de la ciudad. Desarrollada nombre, en la collación de Santa María. Actualmen-
en dos tramos con un amplio rellano intermedio está te, es de las pocas casas que presenta una perspec-
construida en piedra dura de color verde veteado. tiva debido al ensanche delantero que hicieron en
En el segundo tramo presenta una balaustrada de la el primer tercio del siglo XX sus propietarios en-
misma piedra combinada con otra de color blanco. tonces, Pedro de Solís Desmaisieres y Gracia Lasso
El hueco está cubierto mediante una gran bóveda de la Vega y Quintanilla. La plazuela resultante se
esquifada adornada con el escudo familiar pintado debió al derribo de unas pequeñas casas, asimismo
sobre el muro. de su propiedad, que estaban situadas enfrente de la
Lo más sobresaliente de la casa es su larga fa- casa principal. Presenta unos rasgos morfológicos
chada lateral y su portada. La portada guarda rela- fechables en la segunda mitad del siglo XVII aun-
ción con la de la mencionada casa de los Rueda y que su origen es anterior. Destaca el patio rectan-
se ha atribuido a Ambrosio de Figueroa.33 Presenta gular, de grandes proporciones, situado en ángulo
columnas pareadas con retropilastras almohadillas recto con respecto a la entrada principal. Se configu-
sobre pedestales en el primer cuerpo rematado por ra mediante doble galería de cuatro arcos de medio
un sobrio escudo de los Quintanilla y un balcón punto sobre columnas toscanas en tres de sus lados
flanqueado por los mismos soportes en el segundo. mientras que el cuarto reserva su parte superior para
La escasez decorativa se anima en éste mediante terraza. En una de sus crujías se sitúa la monumen-
una moldura elevada a modo de cortinaje, grandes tal escalera cubierta por bóveda sobre trompas y
volutas a lo lados y fustes estriados multidirec- adornado sus escalones con azulejos sevillanos. En
cionalmente. La sobriedad de la portada contras- la parte trasera de la casa existe un pequeño jardín
ta con la larga fachada lateral, construida con un al que se accede a través de una elegante logia abier-
zócalo de sillarejo y alzado de tapial, configurada ta, única existente en la ciudad. Junto a la entrada
mediante dos cuerpos superpuestos con una serie se haya el apeadero y las caballerizas, al igual que
de ventanas que presentan una rica ornamentación otros modelos de mansiones carmonenses, situadas
diferenciada que recuerda, en algunas, la lacería éstas a la izquierda del mismo y divididas por una
islámica. medianera de arcos de medio punto.
Aunque no está documentada la autoría de Am- Destaca de la casa su portada realizada en piedra
brosio de Figueroa sabemos que la casa está fecha- mediante unas grandes pilastras almohadilladas a la
da en el dintel de la puerta en el año 1755, año en rústica que rematan en pináculos piramidales y bola
que el arquitecto estuvo en Carmona para recono- sobre las que descansa un balcón con frontis circu-
cer junto al maestro alarife de Sevilla, Francisco de lar y remate similar. El escudo de armas de la fami-
Escacena, la iglesia de San Bartolomé que se había lia (cuyo cuartel principal es de la familia Briones)
visto afectada por un terremoto.34 Este hecho y que ostenta sobre el dintel, asimismo almohadillado, de
desde el año 1741, en que el arquitecto realiza dis- la puerta. Tanto el patio como la portada guardan
tintos labores en la parroquia de San Bartolomé de una estrecha relación con los diseños arquitectóni-
la Torre, no se le conocen trabajos de envergadura cos, citados con anterioridad, debido al arquitecto
podrían avalar su intervención en el proyecto y eje- “D. Z.”. La portada, en concreto, parece sacada del
cución de la casa. Además de esta coincidencia, la dibujo nº 29 de esta colección, publicada por San-
atribución se fundamenta en la semejanza del patio cho Corbacho, cuyo modelo puede verse, asimismo,
con el de la citada casa de los Rueda, obra de su en la portada del compás del convento de San Cle-
padre Leonardo de Figueroa quién le pudo servir de mente de Sevilla. Otra fuente a tener en cuenta es la
modelo, y en la utilización de columnas lisas con del tratadista italiano Serlio cuyos cánones parecen
influir en el desconocido autor de esta portada. Las
distintas obras de adaptación de esta casa para con-
33.  HERRERA, Francisco y QUILES, Fernando, op. cit.,
vertirla en hotel dificultan el análisis de la misma
pgs. 203-204
34.  ARENILLAS, Juan Antonio, Ambrosio de Figueroa, aunque es perceptible que gran parte de la fábrica es
Sevilla, 1993, pg. 83 de la fecha de la portada y el patio.

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Arquitectura señorial en Carmona

La familia Lasso de la Vega fue propietaria de flanqueada por pilastras de ladrillo avitolado sobre
gran cantidad de casas en la ciudad pero, sin duda, la que descansa un balcón.
la que alcanzó mayor relevancia fue la situada en la No queremos terminar este parcial estudio sin
calle de la Orden (hoy Sta. María de Gracia nº 2) por aludir dos casas: la conocida como la de los Brio-
estar vinculada al mayorazgo desde el siglo XVII. nes y la conocida por la casa del marqués del Sal-
La casa perteneció a las religiosas del convento de tillo. La casa de los Briones es un interesante edi-
la Concepción quienes la heredaron en 1539 de D. ficio que conserva intacta gran parte de la antigua
Diego Farfán.35 A través de distintas operaciones de construcción mudéjar. De este periodo conserva un
compra y de testamentarias pasó a manos de una de semisótano practicable con un antiguo lavadero,
las familias más importantes de Carmona, los Barba. galerías cubiertas y un patio trasero que constituía
Un miembro de ella, Antonio de la Vega Barba, en la casa de labranza del edificio. Sobre estos oríge-
su testamento, realizado el 29 de octubre de 1621 nes se construyó en el siglo XVIII una mansión so-
ante el escribano Alonso del Barrio, la vinculó a los lariega en torno a un patio de arcos de ladrillo visto
bienes de su mayorazgo junto al cortijo Matasanos, de medio punto sobre columnas de mármol en dos
situado en la Vega, que había comprado a los frailes de sus lados que remata en cornisa con mútilos en
del convento de Portaceli.36 Por vía matrimonial, el la parte inferior, mientras que la superior presenta
mayorazgo de los Barba se unió a la familia Lasso en los cuatro lados una sucesión de balcones en-
de la Vega en el siglo XVII y en ella ha permane- marcados por un alfiz. En torno al patio se sitúan
cido a lo largo del tiempo, como se puede apreciar las distintas dependencias entre las que destaca un
en las distintas transmisiones de dominio, hasta el oratorio situado en la planta inferior además de un
siglo XX37 que se vendió a una comunidad religiosa. salón de verano, comedor, cocina y dormitorios.
Debido a la utilidad que ha tenido en los últimos En la planta superior las habitaciones conservan
años, el trazado de la casa se ha visto reformado una interesante y completa decoración isabelina
para atender a las nuevas necesidades de la propie- realizada en el siglo XIX. La escalera, encajona-
dad de forma que lo que constituiría el apeadero de da y sin bóveda, se adorna con bella azulejería del
la casa se ha convertido en entrada cubierta, la parte siglo XVIII.
derecha del zaguán se ha convertido en iglesia y las La cocina de la planta alta sirve de comunicación
habitaciones en torno a patio central en despachos y con la casa de labor situada en un plano superior al
salas de reunión. Conserva un hermoso patio porti- señorío debido al desnivel del terreno de esta parte
cado del siglo XVII en la planta baja mientras que de la ciudad. La casa de labor, comunicada directa-
en la alta aparecen balcones. La escalera principal, mente a la calle a través de un portalón, presenta un
situada a la izquierda del mismo, se cubre con una bello patio mudéjar, rectangular y empedrado, con
bóveda esquifada y en los laterales del muro una una sucesión de arcos a ambos lados que descansan
pintura que representan los escudos de los Lasso de sobre gruesas pilastras de ladrillo las cuales se rema-
la Vega (adición posterior realizada en el siglo XIX tan en una pequeña pilastra que llega al alfiz con una
por el matrimonio formado por Andrés Lasso de la disposición semejante a la que se haya en la galería
Vega y Quintanilla, conde de Casa Galindo, y Blan- exterior del convento de Tentudía de Calera de León.
ca Fernández de Córdoba, marquesa de Cubas). La En el lado izquierdo se sitúan unas pesebreras para
mayor parte de la fábrica del edificio –patio, crujías el ganado así como la entrada a la cuadra de planta
y fachada- es del siglo XVII aunque su origen se rectangular dividida por arcos de medio que distribu-
remonta al siglo XVI. La portada, muy distorsiona- yen el espacio en dos mitades longitudinales con una
da en la actualidad, presenta una puerta adintalada pesebrera adosada al muro izquierdo, similar a la de
la casa de los Lasso de la Vega. La comunicación al
35.  Archivo Lasso de la Vega, Legajo 3/1. Patrimonio. señorío se hace a través de triple arcada, asimismo de
Transmisiones de Dominio ladrillo, enmarcada por un alfiz. En el piso superior
36.  Archivo Lasso de la Vega. Legajo 3/2. Patrimonio. de la casa de labranza existen distintas dependencias
Transmisiones de Dominio
37.  Archivo Lasso de la Vega. Caja 5. Sección 3ª. En las
que debieron ser aprovechadas como graneros.
particiones de bienes de D. Miguel Lasso de la Vega y Madaria- Destacable en esta mansión es, asimismo, la
ga y de Dª Mª del Carmen Quintanilla y Melgarejo, marqueses portada. Presenta una puerta adintelada, flanqueada
de las Torres de la Presa y condes de Casa Galindo realizadas por pilastras de ladrillo y rematada por una pequeña
el 9 de enero de 1868 ante el notario Adolfo Rodríguez de Pa-
cornisa con mútilos. Sobre ella apoya el balcón con
lacios se menciona entre los bienes vinculados al mayorazgo
una casa en el calle de la Orden o plazuela de Santa María nº 1 tejaroz enmarcado por pilastras con remates pirami-
valorada en 91.250 reales. dales. Encima de la puerta se sitúa el escudo de la

—  269  —
Fátima Halcón

él, posiblemente, el promotor de la edificación de la


mansión y de ahí que el escudo que aparece en su
portada sea el de los Córdoba y no el del marqués.
La casa se halla actualmente muy reformada debido
a la última y deficiente remodelación que se le ha
realizado por lo que resulta difícil hacer un análisis
de la misma. En las excavaciones arqueológicas que
se realizaron con motivo de la reforma se hallaron
restos de origen fenicio en los muros así como cerá-
mica orientalizante entre la que destaca unos píthoi
decorados con grifos representados de perfil y otros
con decoraciones florales realizadas en franjas de
colores.40 Del siglo XVIII, conserva el apeadero al
Fachada casa marqués del Saltillo. que se accedía a través de doble arco apoyado sobre
columnas toscanas. En ángulo recto con respecto
a la puerta conserva el patio con doble galería de
familia Briones. Por encima del tejado se haya un arcos en tres de sus lados con columnas toscanas de
torreón mirador con dos arcos de medio punto en- mármol que son de la época de la construcción del
marcados por un alfiz semejante a los miradores de edificio. En torno al patio se hallan, actualmente,
los cortijos que están en la campiña. Tanto el patio distintas dependencias dedicadas a casa de vecinos.
como la portada presenta unos rasgos morfológicos La casa conserva otro patio con arcos sobre colum-
fechables en la primera mitad del siglo XVIII y co- nas que, en la actualidad, se halla en el interior de
rresponden a las obras que se llevaron a cabo en el una pequeña tienda situada junto a la puerta de ac-
edificio para adaptar del antiguo inmueble a las nue- ceso. La portada adintelada presenta el escudo de
vas necesidades de los propietarios. los Córdoba sobre el dintel y está enmarcada por
Con respecto a la casa del marqués del Saltillo, pilastras con una cornisa partida sobre la que des-
las obras realizadas en los últimos años para con- cansa un balcón flanqueado, a su vez, por pilastras
vertirla en pisos han distorsionado gravemente su con remates piramidales. Tipología de fachada muy
antigua configuración aunque conserva parte de la repetida en la arquitectura doméstica señorial de la
antigua. La casa se halla en el barrio de San Blas, ciudad como también se puede apreciar en la casa
lindando con la iglesia de la misma advocación y de los Villa, en la aludida de los Briones, en la casa
ocupaba prácticamente una manzana.38 La deno- del Ave María o en la de los Lasso de la Vega.
minación de esta casa se presta a cierta confusión En consecuencia, podemos afirmar que la arqui-
debido al escudo que ostenta en su fachada que no tectura señorial de Carmona se definió, en cuanto a
es la del marqués del Saltillo sino el escudo de la su distribución y fachada, en los años finales del siglo
familia Córdoba. Como es conocido este marque- XVII siendo la casa de los Rueda la que marcaría las
sado se le otorgó a D. Martín Rodríguez de la Milla características estéticas y formales cuya impronta
y Tamariz, Regidor de Carmona, el 9 de octubre de llegaría hasta el siglo XIX. La influencia mudéjar
1712 sobre la villa de la ciudad de Saltillo (Méxi- estará presente en la conformación del patio acoda-
co). A través del Catastro del marqués de la Ense- do con respecto a la portada principal delimitándose
nada conocemos que en el momento de realizarse ésta a una portada sobre la que descansa un balcón,
dicho catastro, el marquesado del Saltillo lo ostenta generalmente, adornado con el escudo de armas de
Diego Pedro de la Milla y Fernández de Córdoba, la familia. Esta tipología se mantendrá hasta el siglo
segundo marqués del Saltillo.39 Al morir sin suce- XIX en el que las nuevas modas imperantes propon-
sión tanto él como su hermano, el marquesado pasó drán un tipo de fachada diferente con una portada
a un sobrino carnal Juan Luis Fernández de Córdo- de menor envergadura con el patio visible desde la
ba y de la Milla, cuarto marqués del Saltillo, siendo calle y numerosos vanos para balcones.

38.  BELÉN, M., ANGLADA, R., ESCACENA, J. L., JI-


MÉNEZ, A., LINEROS, R., RODRÍGUEZ, I., Arqueología en
Carmona (Sevilla). Excavaciones en la casa-palacio del mar-
qués del Saltillo, Sevilla, 1997, pgs. 143-172 40.  BELÉN, M., ANGLADA, R., ESCACENA, J. L., JI-
39.  AMC. Catastro del marqués de la Ensenada. Libro MÉNEZ, A., LINEROS, R., RODRÍGUEZ, I., op. cit., pg. 150
997, fol. 610 y ss.

—  270  —
Ermitas, capillas y oratorios privados en los
cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una
arquitectura vernácula para conservar

José Maldonado Escribano


Universidad de Extremadura. España

En las dehesas de la Baja Extremadura encon- Aunque el origen de estas capillas suele ser para-
tramos grandes explotaciones rurales con enorme lelo al de la propia residencia, en algunos casos en-
calidad histórica, artística y antropológica. A pesar contramos que la casa de campo surge cercana a una
de su importancia no ha sido realizado hasta el mo- ermita preexistente, una vez que su terreno pasa a
mento un estudio de conjunto con el que se potencie distintas manos por causas diversas. Este caso puede
su valor y se dé a conocer este relevante patrimonio ejemplificarse en Candalija (Castuera) en cuya finca
de la provincia de Badajoz1. existe desde la etapa medieval una ermita dedicada
Nos referiremos en este trabajo a cortijos, pala- desde finales del siglo XIX a San José pero que ori-
cetes y casas de campo donde se mezclan los aspec- ginalmente se llamó Santiago de Candalija2.
tos residenciales, el ocio y el disfrute del entorno Algunos elementos de tradición medieval con-
rural con los propios del trabajo en la dehesa rela- servados en este espacio de culto son, además del
cionados con la agricultura o la ganadería. En cier- cuerpo central a modo de torre, pequeñas ventanas
tas ocasiones todo ello se une extraordinariamente a abocinadas, potentes contrafuertes realizados con
otras ideas propias de la representación nobiliaria, sillares en cada uno de sus ángulos y la portada prin-
por lo que encontramos verdaderos palacetes rústi- cipal, en granito y ligeramente apuntada. Se encuen-
cos, o desarrollan numerosas dependencias (escue- tra en buen estado de conservación.
las, hornos, palomares, plazas de tientas, lagares…) Esta misma idea de cortijo levantado en torno a
que nos llevan a considerar a estos complejos seme- una edificación preexistente lo encontramos en Cu-
jantes a una ciudad en pequeño. billana (Mérida), junto al monasterio visigodo de
Pero de manera especial en esta ocasión, además Cauliana3, o el Cortijo Vidrio Norte muy cerca del
de las funciones ya señaladas, nos centraremos en convento franciscano de Loriana y que tendremos
los espacios destinados al culto religioso. Esto es, ocasión de explicar más adelante.
ermitas, capillas y oratorios privados construidos en Entre los ejemplos más antiguos, por otro lado,
tales cortijos en los que se desarrolla el fervor ­piadoso debemos recordar algunos de los que estuvieron aso-
de las gentes que allí viven con las celebraciones ciados al conocido Monasterio de Guadalupe: casas
festivas propias del calendario cristiano. de labor utilizadas por éste para su abastecimiento y el
recreo de sus monjes. Así, la Casa de La Vega (Villar
1.  Actualmente estamos desarrollando la tesis doctoral que
lleva por título Arquitectura residencial en las dehesas de Extrema-
dura, dirigida por el profesor Dr. D. Antonio Navareño Mateos. 2.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: Arquitectura
Como decimos, este es un tema prácticamente inédito en en las dehesas de La Serena (Badajoz). Badajoz: Diputación
nuestra región a excepción de los trabajos de dicho profesor Provincial de Badajoz, 2005, pp. 125-140.
referidos principalmente al término municipal de Cáceres. Vid. 3.  Sobre este edificio, vid. NAVARRO DEL CASTILLO,
NAVAREÑO MATEOS, Antonio: Arquitectura residencial en Vicente: “El Monasterio visigótico de Cauliana, hoy ermita de
las dehesas de a tierra de Cáceres (Castillos, palacios y casas Santa María de Cubillana”. [En] Revista de Estudios Extreme-
de campo). Cáceres: Institución Cultural “El Brocense”, Dipu- ños. Badajoz: Diputación Provincial de Badajoz, 1964, nº 3,
tación Provincial de Cáceres, 1999. pp. 513-531.

271
José Maldonado Escribano

de Rena) donde existe una importante capilla dedica- La primera de ellas, supone un conjunto arqui-
da a Santa María y numerosos elementos religiosos tectónico ubicado en un sitio dominante, con amplia
como cruces de camino, o el Cortijo de San Isidro visibilidad desde donde su propietario controlaba la
(Navalvillar de Pela), que data de 1535 y cuyo espacio antigua Real Dehesa de la Serena, de la que llegó a
de culto desapareció lamentablemente al ser adquiri- ser el más poderoso terrateniente gracias a las com-
do en el siglo XIX por el Marqués de Gorbea. pras que hizo una vez que esta fue enajenada por Fe-
Por otro lado, un núcleo bastante interesante re- lipe V en 17445. Está situada en la finca denominada
sulta el término municipal de Oliva de Mérida. En Quintovaca, entre los ríos Guadiana y su afluente
él destacamos dos ejemplos: el Cortijo de La Osa Zújar, de ahí que en algún momento haya sido de-
y el Caserío de La Garza. nominada “Casa Entrerríos”6. Data de 1781 y, por
El primero de ellos supone una edificación bastan- su parte, Pascual Madoz la describe de la siguiente
te sencilla distribuida en torno a un gran patio central manera a mediados del siglo XIX:
desde el que se accede a las distintas dependencias
tanto agropecuarias como residenciales. Cerca de “Caserío y dehesa, en la provincia de Badajoz, par-
la vivienda principal, aunque ligeramente separada tido judicial de Villanueva de la Serena, término de
de ella se ubica una capilla, que bien pudiera haber La Coronada. Situado entre los dos ríos Guadiana
y Sújar. Comprende la dehesa muchos millares de
sido construida con anterioridad a lo demás debido
pasto y labor, con una casa de muchas comodidades
a los restos pétreos que se conservan en su fachada para recreo; otra, de labor; otra, para los guardas y
así como diseminados por el suelo cercano a ella. Lo ganaderos que disfrutan sus pastos y arbolado; y una
más interesante de esta construcción, además de la capilla, para celebrar los días festivos. Es propiedad
torre semicircular que se sitúa en una de las esqui- del señor marqués de Perales”7.
nas, quizás sea la magnífica bóveda de medio cañón
con lunetos decorada profusamente con motivos ba- Su estructura sigue una planta bastante alargada
rrocos. Al exterior no aporta importantes detalles, y rectangular y está organizada mediante la existen-
salvo la torre antes citada, ya que la portada principal cia de varios patios interiores. En un principio eran
fue destruida una vez que comenzó a utilizarse como cuatro los patios en torno a los cuales se sitúaban
granero y almacén, abriéndose un vano mayor con el las distintas dependencias. Pero actualmente sólo se
objetivo de colocar una puerta metálica y olvidando conservan tres, ya que la zona que se localizaba en
los restos de la original tirados frente a ella. la parte oriental ha sido recientemente demolida.
Por su parte, el Caserío de La Garza, fechado en
1774, se compone, entre otras cosas, de una buena casa
principal con portada en mármol grisáceo a la que se (Badajoz) y su repercusión en la arquitectura de sus dehesas”.
accede desde el patio tras atravesar un gran arco deco- Congreso Internacional 550 Feria de San Miguel, Zafra (Ba-
dajoz), 2004.
rado con pilastras cajeadas y remate de estilo barroco. Para ampliar sobre la trashumancia, vid. RODRÍGUEZ
En uno de los ángulos del complejo se encuentra la PASCUAL, Manuel: La trashumancia. Cultura, cañadas y via-
capilla privada de la que destaca su fachada al Este, jes. León: Edilesa, 2001.
donde se ubica su entrada principal desde el exte- 5.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Un ejem-
plo de arquitectura señorial en dehesa extremeña: el cortijo del
rior. Esta presenta un sencillo vano adintelado cuyo
Marqués de Perales”. Actas del I Congreso Ibérico de Casas So-
paramento se ornamenta con sendas columnas jóni- lariegas, (Vigo-Ponte de Lima, 13-16 de noviembre de 2002).
cas adosadas al muro sobre las que se alzan impostas Vigo: Asociación Amigos de los Pazos, 2004, pp. 157-168.
clasicistas y un frontón curvo rematado con una cruz 6. Con este nombre aparece por ejemplo en el “Plano ge-
y en cuyo tímpano aparece el anagrama de la Virgen neral de la Real Dehesa de Serena, jurisdicción y territorio
del Orden Militar de Alcántara, en que se comprenden varias
María. Actualmente se trabaja en su recuperación. Encomiendas del mismo orden, diferentes propiedades de Par-
En la comarca de La Serena, por otro lado, encon- ticulares y otras de Reales privilegios en virtud de suprema
tramos buenos ejemplos levantados a finales del siglo enagenación, como asimismo los propios y terceras partes
XVIII. Nos referimos a la Casa del Marqués de Pe- adjudicadas al lavoreo y pastos de cada una de las 18 villas
y 2 Aldeas de su total población, concluido en Villanueva, su
rales (La Coronada) y la Casa Grande del Bercial capital, en 24 de Marzo del año de 1796” (SERVICIO GEO-
(Monterrubio de la Serena), ambas mandadas cons- GRÁFICO DEL EJÉRCITO. Cartoteca histórica. Provincia de
truir por dicho marqués y asociadas a la trashumancia Badajoz. Planos parciales. Nº 110).
del ganado a través de importantes cañadas reales4. 7.  MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico – Histórico
– estadístico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid:
1845. Puede verse la edición para Extremadura: Diccionario
4.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Estudio his- histórico – geográfico de Extremadura. Cáceres: 1953. Tomo
tórico-antropológico de la trashumancia ganadera en La Serena IV, Voz “Perales (Caserío de)”, p. 37.

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Ermitas, capillas y oratorios privados en los cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una arquitectura vernácula para conservar

Las habitaciones más destacadas están en el lugar A mediados del siglo XVIII esta propiedad fue
central del caserío, donde se encuentra la gran vivienda comprada a la Corona por el Marqués de Perales,
de los dueños. A esta se accede por la portada principal título que había sido otorgado en 1727 a Doña An-
de la fachada, encima de la cual se puede apreciar un tonia de Velasco y Moreda. Ésta se casó con Ventu-
dintel cuya epigrafía nos habla del propietario y fecha ra Pinedo y Rodríguez de Ubierna, a quien Felipe
de construcción. Ambos lados de dicha puerta se de- V dio el título de Conde de Villanueva de Perales
coran en su exterior con sendos bancos de piedra y a como agradecimiento a sus trabajos en la Real Ar-
través de ella se llega a un patio con arquerías cubiertas mada. Como ya sabemos, a partir de 1744, una vez
atravesando, igualmente, un zaguán de entrada. que el monarca comenzó a enajenar la Real Dehesa,
Al lado de lo anterior está la capilla, de planta Perales se fue haciendo de importantes fincas entre
cuadrada y a la que se accede desde el exterior por las que se encontraba ésta del Bercial. De tal ma-
una gran portada de granito, que se encuentra actual- nera, ya en el Catastro de Ensenada, elaborado en
mente anulada. Los propietarios, en cambio, tienen la década de los años cincuenta del mismo siglo, se
acceso a ella a través del zaguán principal por un dice que “en la dicha Dehesa del Bercial propia de
lateral de tal oratorio. En la fachada exterior de éste el Conde de Villanueva ai una Casa de éste en que
encontramos el escudo de armas de los Marqueses se recojen los Guardas de dicha Dehesa y demás
de Perales del Río esculpido en piedra, encima de dependencias de su Amo”10.
un óculo abocinado que cumple la función de ilumi- En 1798 el geógrafo Tomás López, al escribir
nar el interior. Dentro está el altar situado sobre tres sobre el municipio de Monterrubio de la Serena
gradas y decorado con un retablo policromado y do- dice que “linda a levante y a norte con los montes
rado, con tres calles y remate semicircular y donde Bercial en la Real Dehesa de Serena, de la compra
preside una escultura que representa al Buen Pastor, del Marqués de Perales, en que tiene una casa de
iconografía propia de estos lugares de culto. campo para sus criados”11.
La capilla está cubierta con una cúpula de media Por su parte, Pascual Madoz, nos informa de que
naranja sobre pechinas rematada con una linterna de la “Dehesa de los Besciales” tiene “10000 fanegas
lenguaje clasicista. El mismo estilo se utiliza en la con mucho arbolado de encinas; se halla al norte de
espadaña que está en la parte alta de la fachada ex- la villa y está destinada a pastos, excepto aquellas
terna, la cual está rematada con pequeños pináculos que son de labor; en ella hay una casa con mucha
y la cruz de la Orden de Alcántara. extensión y tan sólida que parece una fortaleza”12.
La Casa Grande del Bercial, por su parte, es El edificio tiene una planta cuadrada organizada
una gran construcción donde se mezclan los aspec- en torno a un patio central desde el que se accede a
tos residenciales con otros referidos a las labores las distintas estancias. En la parte trasera están ado-
agroganaderas, a pesar de que en ella sobresalen sadas algunas dependencias para guardar los aperos
las dependencias domésticas y de vivienda, consti- de labranza distribuidas igualmente alrededor de un
tuyéndose de esta forma en un verdadero conjunto segundo patio, que pudo servir para albergar al ga-
dedicado al disfrute de la bonita dehesa del Bercial nado durante algún tiempo.
al mismo tiempo que estuvo muy vinculado, como La casa propiamente dicha posee un solo piso a
ya hemos apuntado, a la trashumancia de la cabaña pesar de que en la parte superior se ubicó un segun-
ganadera de dicho marqués8. do dedicado al almacén del grano. A este doblado
Las primeras noticias que tenemos de esta finca o desván se sube mediante una escalera ubicada en
datan de finales del siglo XV, cuando el llamado en- uno de los rincones del patio.
tonces “Berceal” pertenecía a la Orden de Alcántara En la fachada principal, orientada al Sur, se abre
y se localizaba en el término de Benquerencia de la la gran portada por la que se accede a la vivienda.
Serena9.

10.  ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. Dirección


8.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Cortijos y General de Rentas (1ª Remesa). Respuestas Generales al Ca-
casas de campo en la Real Dehesa del Bercial (Monterrubio de tastro de Ensenada. Libro 144, Monterrubio de la Serena, ff.
la Serena, Badajoz)”. Actas de los XXXII Coloquios Históricos 246r y vº.
de Extremadura, (Trujillo (Cáceres), 22 al 28 de septiembre de 11. LÓPEZ, Tomás: Estremadura. Año de 1798. Mérida:
2003). Trujillo: C.I.T. de Trujillo, 2004, pp. 351-364. Asamblea de Extremadura, 1991, edición y recopilación de Gon-
9. TORRES Y TAPIA, Frey Alonso de: Crónica de la zalo BARRIENTOS ALFAGEME. Voz “Villanueva de la Serena
Orden de Alcántara. Edición Facsímil de la Princeps de 1763. (Extremadura). Partido de Villa Nueba de la Serena”, p. 473.
Mérida (Badajoz): Asamblea de Extremadura, 1999. Vid. Tomo 12.  MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico – históri-
II, f. 528. Año de 1487. co… Opus cit., Tomo III, voz “Monterrubio (Villa de)”, p. 382.

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José Maldonado Escribano

Está realiza en granito con pilastras de orden clásico En una zona distinta, aunque cercana a la comar-
a ambos lados y dintel sobre el que probablemente ca de La Serena, localizamos la Casa de La China,
alguna vez se pensó grabar algún tipo de inscripción dentro del término municipal de Guareña. Se sitúa
al modo del que hemos visto en la Casa de Pera- en una amplia llanura, cerca de las vegas desarro-
les de La Coronada. Encima de éste se encuentra lladas en los márgenes del río Guadiana. Ubicación
el escudo del Marqués propietario del inmueble en- privilegiada con impresionantes vistas que llevó a
nobleciéndose su imagen mediante la construcción que en ciertos conflictos, como la famosa Batalla de
de un frontón que sobresale de la fachada. Este es- Medellín o en la propia Guerra Civil, fuera utilizada
cudo es exactamente igual que el reutilizado en la esta casa de campo como cuartel general.
Casa de Siete Toriles en Los Terrines (Esparragosa La organización de la Casa de La China se
de Lares), así como el del complejo estudiado en la basa, como otras tantas, en la presencia de varios
finca coronela de Quintovaca. patios interiores en torno a los cuales se disponen
Desde la portada principal se accede al patio las distintas dependencias.
atravesando un hermoso zaguán que se cubre con En la actualidad, debido a la división del conjunto
una bóveda de medio cañón con doble tramo de lu- en varias partes según los propietarios que la poseen,
netos decorada con pinturas al fresco. presenta una conservación irregular. Así, lo que fue
Y desde el zaguán se entra a la amplia capilla la vivienda principal, situada en la parte central, está
dedicada a San Isidro, donde en la actualidad se ce- abandonada mientras que se ha acondicionado la
lebra una romería bastante concurrida por parte de zona de los graneros para residencia temporal.
los labradores de Helechal. La capilla posee planta La capilla se encuentra exactamente entre la vi-
rectangular dividida en dos espacios, estos son, el vienda y la parte agropecuaria y se tiene acceso a
cuerpo de la nave y la capilla mayor. ella desde el exterior además de otra entrada desti-
La nave se cubre con dos tramos de bóveda de nada a los propios dueños dispuesta desde el inte-
medio cañón con lunetos, mientras que la parte de rior. La portada de acceso principal está realizada
la capilla mayor presenta bóveda de crucería. Los con sillares de granito, con pilastras de orden clá-
nervios de esta última arrancan de ménsulas loca- sico sobre la que se apoya un arco carpanel cuya
lizadas a mitad de pared, están realizados en piedra clave está decorada con una cruz grabada en su cen-
y se cruzan en una clave decorada con sogueado y tro. Su interior se conserva bastante mal debido a
motivos florales. que dejó de utilizarse para el culto hace tiempo y
Desde la cabecera se accede a través de una pe- actualmente sirve de almacén. No obstante aún pue-
queña puerta al espacio utilizado como sacristía, una den verse las bóvedas del coro situado a los pies de
estancia construida aprovechando parte del hueco la misma, de finales del siglo XVIII o comienzos
de la escalera que permite subir a los graneros, que del XIX, de medio cañón rebajado con lunetos, así
ya señalamos en su momento. En cuanto a los vanos como las pilas destinadas para el agua bendita rea-
abiertos en sus muros sólo se presentan dos ubica- lizadas igualmente en granito con forma de venera.
dos en el lado Sur, estando abocinados y sin desta- La cúpula principal en parte se ha perdido, al igual
car de los demás en cuanto a la disposición general que el arte mueble que existiera en su interior.
ya que en su estética son iguales a sus semejantes. Por otro lado, aunque ya ha desaparecido, que-
El interior de la capilla es bastante sobrio y sen- remos recordar el magnífico ejemplo situado en la
cillo en cuanto a su decoración. Aunque no se con- Dehesa del Bodegón, en Puebla de Alcocer. Nos
serva ningún retablo antiguo, no descartamos que se estamos refiriendo al Palacio de Buengrado, man-
dispusiera alguno en el lugar donde actualmente se dado construir por el Duque de Osuna a comienzos
venera una escultura de San Isidro con el ángel, de del XVII y que actualmente se encuentra cubierto
factura reciente. por las aguas del Guadiana debido a la construcción
Por último, sólo comentar que quizás de toda la del cercano pantano de Orellana. A pesar de ello, co-
Casa Grande del Bercial destaque el patio que or- nocemos importante documentación que lo describe
ganiza la vivienda y que nos lleva a remontarnos a y que utilizaremos en trabajos próximos sobre este
la disposición de las antiguas villas romanas. Dicho tema13. Entre otros, Madoz se fija en el buen oratorio
patio está formado por cuatro crujías cubiertas con va- que tenía diciendo lo siguiente sobre la explotación:
rios tramos de bóveda de arista que apoyan en gruesos
pilares. De esta manera, se abren tres arcos de medio
13. Un avance de esta pudieran ser los siguientes lega-
punto en cada una de las crujías en cuyas enjutas se jos conservados en el ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL
localizan los caños que vierten el agua al interior. (SECCIÓN NOBLEZA):

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Ermitas, capillas y oratorios privados en los cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una arquitectura vernácula para conservar

“Granja, en la provincia de Badajoz, partido judicial existencia de varios patios interiores. Aún se con-
y término de la Puebla de Alcocer. Situada a 2 leguas servan de él algunas dependencias como la tahona
y media al este de la villa y margen izquierda del Gua- o el guadarnés, mientras que la vivienda principal y
diana. La componen un palacio, en el que habitan 6 su capilla se conservan en muy buen estado. Esta úl-
guardas de los montes y dehesas que le son anejos,
tima, elemento que ahora más nos interesa, orienta
y un caserío que sirve para dar pan a los ganaderos
trashumantes, que disfrutan las yerbas de invierno de su fachada principal hacia el Sur, al igual que el área
aquellas posesiones; en el palacio hay un oratorio residencial que se desarrolla a su izquierda.
en donde se celebra misa desde primero de octubre La capilla presenta una portada adintelada reali-
hasta el día del Santísimo Corpus-Christi. Este pala- zada con bloques de granito encima de la cual se ha
cio, con todas las fincas que le rodean a uno y otro dispuesto un panel de azulejería conde se represen-
lado del río, pertenecen al señor duque de Osuna.”14 ta la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Esta
entrada queda precedida por un amplio pórtico de
Por su parte, el término de Mérida es muy rico planta cuadrada cuyas esquinas se refuerzan igual-
en cuanto al desarrollo de buenas casas de campo y mente con sillares graníticos, cerrándose este en la
cortijos, algunos de ellos asociados a villas romanas parte superior con un tejado a tres aguas que presen-
como Las Tiendas15, a elementos de época paleo- ta una decoración de ladrillos colocados con las pun-
cristiana como Casa Herrera16, o visigoda como tas salientes. Pero quizás el elemento más visual sea
el ya conocido Cortijo de Cubillana, así como el la espadaña construida en lo alto de la fachada de la
Cortijo Vidrio Norte, ubicado muy cerca del arrui- capilla, rematada con frontón triangular sobre el que
nado Convento de Loriana y que también citamos se colocaron tres pináculos de estilo barroco. Como
anteriormente. Pasamos a continuación a analizar ya dijimos, su conservación es bastante buena y aún
algunos de ellos. sigue utilizándose para actos de culto familiar.
El Cortijo de Las Tiendas es un edificio levan- En cuanto al Cortijo Vidrio Norte, ubicado en
tado en el siglo XVIII en la dehesa del mismo nom- la Dehesa de Loriana, decir que se trata de un ejem-
bre donde se localizaron unos excelentes mosaicos plo localizado en las propiedades de dicho antiguo
pertenecientes a la villa romana del Hinojal y que convento, de la orden franciscana y arruinado a
actualmente pueden verse en el Museo Nacional comienzos del siglo XIX en la Guerra de la Inde-
de Arte Romano de Mérida. El cortijo propiamente pendencia17. En la actualidad se conservan de éste
dicho es un conjunto de grandes dimensiones cuyos algunas partes como la iglesia cuyas bóvedas están
espacios se organizan horizontalmente siguien- para venirse abajo y el magnífico claustro de dos
do una planta rectangular distribuida gracias a la pisos donde se utilizaron columnas de orden jónico.
El cortijo se sitúa bastante cerca de estos restos reli-
giosos y debió ser construido una vez que la función
OSUNA, C.400: (Entre otros documentos) Escritura de
arrendamiento de varios aprovechamientos de la dehesa del
inicial de la finca comenzó a transformarse pudién-
Bodegón. Tasaciones de obras (Siglo XVII). dose utilizar parte de edificaciones anteriores.
OSUNA, C.402, D.2: (Entre otros documentos) Merced del ofi- Vidrio Norte tiene una planta cuadrada distribui-
cio de guarda de a caballo de las dehesas de Bodegón y Rincones da en torno a un patio central. Su fachada principal,
hecho por el duque. Inventarios de papeles tocantes a la Puebla de
que mira al Convento de Loriana, es bastante sencilla
Alcocer y de las alhajas del palacio de Buengrado en 1670.
OSUNA, C.3484, D.1: Descripción y deslinde general de y muy elegante recordando algunos ejemplos rena-
las dehesas y montes del Condado de Belalcázar y Puebla de centistas sobre todo por la portada principal, con arco
Alcocer, propiedad del Duque de Béjar (1709-1720) de medio punto de amplias dovelas bien talladas. A
OSUNA, C.3629, D.2: Ordenanzas que se quieren pedir
aprobación en el consejo para las cinco dehesas del Duque de
Béjar: Bodegones, Rincones, Landre, Zijara y Estena (1721) 17.  Sobre la historia de Loriana, así como su tratamiento
OSUNA, C.3486, D.10: Decreto del Duque de Béjar sobre como despoblado dependiente de Badajoz, pueden verse, entre
la custodia y conservación de los montes y casas de los guardas otros, los siguientes documentos:
y de las casas del Duque (1727) ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. Dirección Gene-
14.  MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico – históri- ral de Rentas (1ª Remesa). Respuestas Generales al Catastro
co… Opus cit., Tomo I, voz “Buengrado (Granja de)”, p. 372. de Ensenada. Libro 143, Dehesa villa despoblada de Loriana,
15.  Vid. ÁLVAREZ MARTÍNEZ, José María: “La villa ff. 241r -248r (1754)
romana del Hinojal en la dehesa de las Tiendas”. [En] NAH. SOLANO DE FIGUEROA Y ALTAMIRANO, Juan: His-
Mérida: 1976. Arq. 4, pp. 433-488. toria eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz. Badajoz:
16.  Vid. CABALLERO ZOREDA, Luis: La Basílica pa- Centro de Estudios Extremeños, Imprenta del Hospicio Provin-
leocristiana de Casa Herrera en las cercanías de Mérida (Ba- cial, 1929. El documento original, fechado en 1654, se conserva
dajoz). Madrid: Dirección General del Patrimonio Artístico y en el ARCHIVO DE LA CATEDRAL DE BADAJOZ. Primera
Cultural, 1976. parte, I, pp. 239-240.

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José Maldonado Escribano

cada lado de ésta se abren tres vanos en la parte baja éste y se puede entrar a ella atravesando el mismo
y uno en la planta superior, todos ellos cerrados con o desde el exterior. Es una vivienda de tres pisos,
buena rejería que le da al edificio un aire de ostenta- con portada principal realizada en cantería con arco
ción señorial. Muy regular es la disposición del sis- de medio punto y dos vanos a cada lado en la parte
tema de chimeneas en cada una de las esquinas, zona baja, mientras que los dos pisos superiores poseen
que queda reforzada con grandes contrafuertes en cinco dispuestos regularmente.
diagonal. Delante de la vivienda se abre un espacio a Tres alturas posee también la capilla localizada a
modo de terraza que pudo servir de jardín. su izquierda, con portada adintelada construida con
A la capilla se accede desde el lateral del con- el mismo material que la anterior sobre la que se
junto y su fachada presenta una portada con arco sitúa un amplio óculo y un balcón central con baran-
de medio punto en la parte baja, con una moldura dilla y arco escarzano. Toda su fachada queda reco-
doble que decora su frontispicio. Encima, ocupando rrida por un arco de medio punto de orden gigante
el centro de la fachada, aparece una sencilla cruz y se remata con espadaña y pináculos a los lados, al
debajo de la cual se pueden apreciar restos del lugar igual que veíamos en la Encomienda del Moro.
donde pudo existir algún escudo o elemento deco- Avanzando en la cronología nos situaremos
rativo. El remate es de forma triangular partida en ahora en una de las etapas más florecientes en cuan-
su centro por la espadaña cubierta con tejadillo a to a la construcción de palacetes y cortijos en las
cuatro aguas sobre el que se dispone una veleta. Su dehesas de la Baja Extremadura, esta es, finales del
estado de conservación, al igual que la de Las Tien- siglo XIX y primeros años del XX. A pesar de que
das, es bastante bueno. sus edificaciones principales se realizan siguiendo
Otro ejemplo en Mérida es la casa conocida estilos variados, principalmente historicistas, las ca-
como la Encomienda del Moro, ubicada cerca de pillas y oratorios se levantan prácticamente en su
la Dehesa de Cornalvo. Entre otras cosas destacan totalidad bajo los principios neogóticos. Es un estilo
de esta explotación una torre de base cuadrada que que se pone muy de moda en tales años reservado
puede tratarse del elemento más antiguo, la vivien- principalmente para los lugares de culto de tales
da principal cuya fachada principal está orientada al casas de campo.
Este y la gran capilla que se sitúa al lado de ésta, con Uno de estos ejemplos es el de Las Pollatas,
tejado a dos aguas y fachada en la que se abre una un gran palacio ubicado en un pequeño monte del
portada con arco de medio punto y se remata con término municipal de Palomas y lamentablemente
espadaña central y sendos pináculos a cada lado. abandonado. El dominio sobre el paisaje es perfec-
Por último, señalamos uno de los mejores ejem- to y su diseño hasta el último detalle hace de él un
plos que conocemos de la Baja Extremadura, este es, edificio muy destacado en cuanto a la historia del
Campomanes, cerca de la presa romana de Cornal- arte extremeño en estas fechas. Pero, a pesar de su
vo y en perfecto uso hoy día18. Se trata de un enor- importancia, no ha sido aún estudiado.
me complejo mandado construir por el Conde de Es una construcción muy exótica, de estética
Campomanes en la segunda mitad del siglo XVIII, medievalizante, donde se mezclan varios elementos
cuyo escudo campea en la impresionante portada propios de aquel estilo como garitas en lo alto de las
de estilo neoclásico a través de la cual se accede al esquinas, almenas que recorren todo el alero, ven-
patio. La casa principal se encuentra al otro lado de tanas geminadas, alfices y todo un conjunto de ma-
ravillosas gárgolas monstruosas. En su interior aún
18.  Pendientes de desarrollar en nuestra tesis doctoral toda se conservan paneles de azulejería donde aparecen
la documentación que conocemos sobre este caserío, avanza- escenas de caballeros en lucha, pájaros o escenas de
mos ahora lo siguiente recogido en el ARCHIVO DEL CONDE
DE CAMPOMANES: cacerías, así como también sobresale la chimenea
Leg. 68-64. Regulación del costo que tendrá la casa de la- colocada tras atravesar el zaguán, encima de la cual
branza que se ha de hacer en el Coto de Campomanes, con se abre un gran óvalo en el suelo del piso de la pri-
separación del gasto de materiales para que se pueda arreglar, mera planta existiendo así una comunicación visual
con inclusión y expulsión de manos. La relación minuciosa de
gastos que conllevará el levantamiento de la casa de labranza.
entre ambas y mayor luz cenital en la parte baja.
Trujillanos, 19 de mayo de 1773. Lo más curioso de esta gran mansión es que en la
Leg. 68-65. Instrucciones de cómo se ha de hacer la casa de la década de los años treinta del siglo XX fue transfor-
dehesa del Coto de Campomanes. Mérida, 13 de mayo de 1773. mado su uso para convertirla en Sanatorio del Patro-
Leg. 69-60. Cuenta que presenta Manuel Pablo Blanco a
nato Antituberculoso, cuyas obras fueron dirigidas
D. Pedro Rodríguez Campomanes como celador del Coto, de
los caudales recibidos como de lo gastado en las obras realiza- por Luis Morcillo. También conocemos que en los
das en el Coto. Trujillanos, 2 de octubre de 1779. jardines trabajó Juan Nogré.

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Ermitas, capillas y oratorios privados en los cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una arquitectura vernácula para conservar

Su capilla, cuya fachada se encuentra en una pilastras adosadas al modo clásico así como venta-
de las crujías del patio principal, es de grandes di- nas de medio punto potenciando esta forma con otra
mensiones y gran calidad artística. Tiene una planta moldura doble idéntica sobre su trasdós. La cornisa,
rectangular con cabecera semicircular que sobresa- por su parte, sobresale en todo el edificio y es sujeta-
le del muro lateral de la explotación. Al exterior se da decorativamente por ménsulas que recuerdan los
presenta con dos cuerpos en altura, situándose en la modillones de rollo islámicos. La rejería es de muy
parte alta un sistema de ventanas con arcos de medio buena calidad, con repertorio vegetal y geométrico,
punto que la recorren en su totalidad y se cubren con donde aparecen los escudos de la familia nobiliaria
hermosas vidrieras. Al igual que la vivienda, el re- que lo mandó realizar. Estos elementos heráldicos
mate se encuentra almenado, elemento que, junto a también pueden verse en las grandes almenas de las
la disposición de la cabecera, conectan máximamen- esquinas de la fachada principal, situándose en una
te este espacio con antiguas capillas medievales. de ellas una veleta decorada con los puntos cardina-
La fachada de este lugar de culto, en cambio, les y en la que puede leerse la fecha 1908.
mezcla el estilo marcado anteriormente con el pro- Su capilla se ubica en la pare trasera del con-
pio de la época del Renacimiento. De esta manera, junto, accediéndose desde el exterior gracias a un
se unen las almenas y los pequeños torreones de las pequeño vano con arco de medio punto, existiendo
esquinas con una portada clásica con arco de medio otra entrada privada desde el interior. Su aspecto ex-
punto de clave saliente y una espadaña rematada con terno es bastante sobrio ya que no se decoran prác-
un frontón triangular cuyo tímpano queda decorado ticamente sus fachadas. En este sentido sólo destaca
igualmente por dicha figura geométrica de menor una sencilla ventana ojival en su plana cabecera y
tamaño. De la fachada queda recordar el óculo cir- otra de medio punto dispuesta para dar luz al inte-
cular situado en el centro de la misma y la cruz de rior desde su fachada lateral, ambas cubiertas con
forja que se alza en lo más alto. vidrieras de colores donde se representan distintos
El interior de la capilla se divide en tres tramos santos. Lo más curioso es la existencia de un arco
cubiertos con bóveda de crucería. En la parte baja se ojival en la esquina a modo de hornacina que puede
abren hornacinas en los muros que pudieron estar de- verse desde las dos fachadas exteriores donde pro-
coradas con buenas piezas de arte mueble. En cambio, bablemente existió alguna imagen religiosa. Por úl-
en la parte superior se aprecia, como ya hemos apun- timo, decir que se cubre a dos aguas y la cabecera
tado, un conjunto de vidrieras coloreadas siguiendo está rematada, al igual que el resto del palacete, por
un repertorio geométrico y elementos naturales. almenas, aunque son éstas más toscas, y una cruz
En cuanto al retablo localizado en la cabecera sobre el Sagrado Corazón que sirve igualmente de
está compuesto por tres calles y dos cuerpos con veleta en esta parte dedicada al culto.
predela, abriéndose en el más alto hornacinas con De semejante calidad artística es Cantalgallo,
arcos ojivales trilobulados en el intradós donde se en la localidad de Llerena, una gran explotación a la
dispone la Virgen María, pisando al dragón, con el que no falta de nada, mandada construir por D. Fer-
Niño en brazos en la calle central. Está rematado con nando Zambrano de Alday19 y que en la actualidad
pináculos, agujas y elementos flamígeros que hacen continúa utilizándose perfectamente. Cumple todos
de él un ejemplo prototípico del estilo neogótico. los requisitos de un cortijo con múltiples funciones
Muy parecido y quizás del mismo arquitecto es tanto residenciales, agropecuarias, de ocio y recreo,
el cercano Palacio de La Zapatera, en Oliva de religiosas, todo ello mezclado con talleres, carpinte-
Mérida, mandado construir en la primera década del ría, palomar, plaza de tientas, esquileo, caballerizas,
siglo XX por el Conde de la Oliva. Se trata de otro molino de aceite, lanera, casas de labor…
palacete cuya fachada se asemeja bastante al ejem- La hacienda principal posee enorme calidad ar-
plo de Las Pollatas, al igual que en el diseño de tística. Se dispone en la zona más alta del conjunto
ciertos elementos. Se configura su exterior principal y en su fachada se mezclan diversos elementos de
mediante un torreón central con garitas en lo alto de carácter historicista así como otros que siguen el
sus esquinas y almenado al igual que todo el alero mismo estilo sevillano que se puso tan de moda a
restante. El repertorio de vanos es bastante extenso comienzos del siglo XX en Extremadura y que fue
encontrándonos desde arcos deprimidos rectilíneos,
trilobulados, ojivales o geminados de medio punto. 19.  Sobre ella conocemos bastantes documentos, entre los
que recordamos el siguiente: ARCHIVO HISTÓRICO PRO-
Todos ellos, recordando la época medieval, se con-
VINCIAL DE BADAJOZ. Sección Hacienda. Libro 2928. Re-
trastan en la parte superior del torreón con uno gistro fiscal de edificios y solares de Llerena (1926). Tomo VI.
adintelado que se decora con un frontón triangular y Hojas 1285-1305. Hacienda de Cantalgallo, en el extrarradio.

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José Maldonado Escribano

utilizado en bastantes edificios urbanos de algunas decorada con pórticos y elementos de estilo neoclási-
ciudades de esta comunidad. En su parte central co a la que no se debe entrar por peligro de derrumbe
puede apreciarse, por ejemplo, un balcón mirador y otras dependencias agropecuarias y de viviendas
típico de la etapa decimonónica, que alterna en la menores utilizadas para diferentes usos, así como un
parte superior con un alero neobarroco y una porta- jardín descuidado con componentes de cierto valor.
da adintelada en la parte baja realizada en ladrillo, De comienzos del siglo XX es la capilla de esti-
al igual que la mayoría de los vanos. A ambos lados lo neogótico. Su fachada principal se decora con un
de ese cuerpo central se disponen otros dos a modo doble arco ojival sobre pilastras enmarcado por dos
de torres, ocupando el de su izquierda una de las elementos a modo de contrafuertes rematados por pi-
capillas de la explotación. náculos. En el centro de la misma se abre un rosetón
Dicha capilla, aunque ya no se utiliza ya que su con vidrieras semejante a otro ubicado en la fachada
espacio interno ha sido transformado para albergar posterior, así como para la portada se utiliza arco co-
estancias domésticas, presenta una fachada en la que nopial. Se remata con un frontón triangular en el que
se desarrollan buenos paneles de azulejería enmar- apoya una cruz trebolada, mientras que en la parte
cados con molduras de ladrillo, un óculo circular trasera se presenta la espadaña con campana. En el
con vidriera en el centro sobre el que se dispone una muro lateral se localizan tres ventanas apuntadas por
imagen del Jesucristo Nazareno, cubierta ésta por un las que penetra la luz al interior, al que no se puede
frontón triangular partido en la parte inferior. La zona acceder debido a que se han caído las bóvedas. No
más alta queda coronada por una espadaña donde se obstante sabemos que se realizó un retablo dedicado
recuerdan las formas serlianas, con paneles de azu- a la Virgen de Guadalupe donde se colocó el escu-
lejería, mismo material utilizado en los florones que do de sus primeros propietarios, estos son, D. Pedro
la rematan así como en la decoración de hiladas de Morales Arce y Dª Pilar Escribano de Romaní.
tejas utilizadas para cubrir todo el edificio. Por otro lado, más ejemplos de capillas neogóticas
Pero quizás el espacio de culto más importante los encontramos en los cortijos de Morante de San
de Cantalgallo sea la denominada Iglesia de Nues- José o Torralba de Arriba. El primero de ellos se
tra Señora de las Mercedes, fechada, según el letrero encuentra en La Roca de la Sierra, cuya construcción
dispuesto en su fachada principal, en 1902. A pesar inicial se fecha a finales del siglo XIX. Mientras que
de ello consideramos que en dicho año lo que debió el elemento religioso que ahora nos interesa, como
practicarse sería una reforma, siendo bastante anterior se dice en su fachada, “CON EL AYUDA DE DIOS,
su origen. Posee ésta una planta rectangular y cabece- EL TRABAJO Y LOS PRODUCTOS DE LA FINCA,
ra poligonal, pórtico delantero y sacristía adosada al SE CONSTRUYÓ ESTA CAPILLA EN EL AÑO DE
lado oriental. Exteriormente sus muros quedan refor- MCMXVI”, en estilo neogótico. Su interior se parece
zados mediante un sistema perimetral de contrafuer- a la de Torralba de Arriba, que la encontramos en
tes, siendo lo más llamativo la enorme espadaña cons- la localidad de Magacela, cuyo promotor debió ser
truida en la fachada principal que alberga tres cuerpos D. Pedro Nogales, Vizconde de Montesinos, en los
para campanas cubierta por tejas vidriadas blancas y primeros años de la pasada centuria21.
azules. La portada de entrada a dicha iglesia se trata La fachada principal de Torralba de Arriba se
de un sencillo vano de medio punto enmarcado con acerca a un modelo que encontramos en palacios re-
alfiz. En su interior se aprecia una bóveda vaída en el nacentistas españoles e iberoamericanos y que con-
cuerpo principal y otra de arista para la nave. La ca- siste en una galería abierta en el centro de la misma
becera se decora con un retablo de estilo neobarroco que queda flanqueada por dos machones laterales.
en cuya calle principal se presenta una escultura de En su composición se juega con los colores y tex-
la imagen titular anteriormente mencionada. Distintos turas de los materiales utilizándose el granito para
elementos de interés son otro retablo neogótico situa- la base sobre la que se apoya toda la construcción y
do en el lado de la Epístola y un púlpito con enorme que sirve para nivelar los cimientos sobre el terre-
sabor popular a los pies del templo. no, así como para las partes laterales y la escalera
Otro ejemplo de estas mismas fechas es Mesas central. En cambio, en la zona propia de la entrada
Altas, localizada en un pequeño monte con amplia se emplea el ladrillo tanto en el muro como en las
visibilidad dentro del término municipal de Acede-
ra20. Este complejo está compuesto por una casona
El ejemplo de Mesas Altas (Acedera, Badajoz)”. Cáceres: Re-
vista Norba-Arte, nº XXIV, en prensa.
20.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Conserva- 21.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: Arquitectura
ción del patrimonio arquitectónico de las dehesas extremeñas. en las dehesas de La Serena (Badajoz). Opus cit., pp. 181-202.

—  278  —
Ermitas, capillas y oratorios privados en los cortijos de la baja Extremadura. Ejemplos de una arquitectura vernácula para conservar

bóvedas de arista de la galería. Para las ventanas y representan a Cristo como Buen Pastor, el Sagrado
vanos del piso alto se alternan los materiales con la Corazón o la Virgen María23. O la capilla del Corti-
finalidad de conseguir contrastes en toda la fachada. jo de Bótoa (Alburquerque), muy cerca de la ermi-
A los lados de la portada principal se sitúan sendos ta con el mismo nombre del término municipal de
paneles de azulejería referidos a San Antonio y la Badajoz y que perteneció a D. Lisardo Sánchez, la
Virgen con el Niño en brazos, a modo de protectores de la casi arruinada Casa de la Pared (Quintana de
de la vivienda tal y como sucede en otros cortijos de la Serena)24 o la pequeña ermita construida junto al
la comarca de La Serena. Cortijo de Piñuela (Mérida) en los años cincuenta
En 1935 se construyó su capilla, a saber por la del pasado siglo y en plena utilidad hoy día.
inscripción en numeración romana que se grabó en el Como hemos ido viendo y analizando, distintos
umbral de la entrada a la misma. Posee una planta rec- ejemplos referidos a grandes explotaciones localiza-
tangular que queda dividida en dos espacios. En pri- das en la Baja Extremadura en las que, junto a otras
mer lugar, un pórtico o antesala al que se accede desde funciones, se desarrolla igualmente el culto religioso.
el patio mediante una gran puerta con arco de medio La conservación de estos cortijos y casas de
punto cerrado con verja de hierro o saliendo por el campo en su conjunto es desigual y se ha señalado
lado más occidental de la casa, ya que este oratorio en su momento qué esta sucediendo con cada uno de
está situado en el ángulo existente entre el patio y la ellos, diferenciado aquellos que ya han desaparecido
vivienda. Y en segundo lugar, la capilla propiamente u otros que se encuentran casi arruinados o abando-
dicha a la que se entra desde el pórtico atravesando nados. No obstante, la gran mayoría de los desarro-
una portada de gusto neogótico formada por arco oji- llados en este trabajo, hoy día siguen en uso a pesar
val en cuya clave destaca el escudo de los Nogales- de que ya no se utilizan algunas de sus dependencias
Orellana. La puerta que cierra este vano es una pieza debido a los cambios producidos en cuanto a la orga-
en madera de nogal, igualmente de estilo neogótico. nización socioeconómica de los mismos.
En su interior reconocemos objetos de arte mue- Como decimos, cambios sociales y transforma-
ble que siguen el estilo de la puerta de entrada, ciones económicas derivadas de la forma de traba-
como los bancos y la lámpara. En el muro del lado jo en el campo y de la desaparición de la jerarquía
del Evangelio se abren dos vanos con arcos ojiva- tan marcada que se desarrolló históricamente, lo que
les y la techumbre es plana de gusto neomudéjar, tiene como consecuencia que cada vez viva menos
realizada mediante casetones que imitan los ejem- gente en ellos, a excepción de las temporadas que sus
plos en madera. El retablo-altar está compuesto por dueños disfrutan. En la actualidad poca gente está
mármoles blancos y grisáceos y queda presidido por dispuesta a vivir trabajando en estos lugares aleja-
una escultura exenta de la Virgen con el Niño. Otras dos de la sociedad y los núcleos urbanos, por lo que
imágenes que se guardan en este espacio se refieren desde hace años estamos asistiendo a la migración
a San Pedro o a la Virgen de Fátima, situada ésta de bastantes familias a pueblos cercanos con condi-
sobre peana al lado de la Epístola. ciones más prósperas. De esta manera, poco a poco
En la fachada de la capilla que da al patio se se produce su despoblación y, como consecuencia, la
observa una decoración pintada que pretende su- desaparición de las típicas funciones que ya conoce-
gerir columnas clásicas, al igual que sucede en la mos, entre las que se encuentra el culto religioso.
del cercano Cortijo de la Jarilla de Arriba, loca- A pesar de todo, algunos propietarios comienzan
lizado frente al poblado de Gargáligas (término de a ver salidas para mantener estos grandes conjun-
Don Benito)22. Se remata con una espadaña de arco tos, transformando los medios de producción y su-
apuntado y pináculos a sendos lados situada en la mándose a una moda muy actual, esta es, el turismo
parte de la cabecera. rural de calidad25.
Para terminar sólo citaremos algunos ejemplos
más, como el oratorio privado que se localiza en
una de las habitaciones interiores de la bien con- 23.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Vivir en el
campo extremeño. La casona de Los Valverdes”.Trujillo: Actas
servada Casona de Los Valverdes (Villanueva de de los XXXIII Coloquios Históricos de Extremadura, 2005.
la Serena), con esculturas de bulto redondo que 24.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: Arquitectura
en las dehesas de La Serena (Badajoz). Opus cit., pp. 231-242.
25.  Vid. MALDONADO ESCRIBANO, José: “Rehabi-
22. Esta similitud entre ambos conjuntos se entiende de- litación de la arquitectura rural en la Baja Extremadura. Una
bido a que los dos pertenecen a la familia Nogales y fueron apuesta por el turismo de calidad”. [En] Piedras con raíces.
realizados en fechas próximas. De esta manera creemos que Cáceres: Asociación por la Arquitectura Rural Tradicional de
pudieron trabajar en ellos los mismos artistas. Extremadura, nº9, primavera 2005, pp. 37-41.

—  279  —
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura
de la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara

Antonio Miguel Trallero Sanz, Ana Marín Palma y Enrique Fernández Tapia
Escuela de Arquitectura Técnica de Guadalajara. Universidad de Alcalá. España

El estudio de lo que se denomina “Construcción permanecieran durante mucho tiempo prácticamente


Tradicional”, “Arquitectura Tradicional” u otras aislados, ha hecho que se dieran y que se mantuvie-
formas parecidas, la mayoría de las veces ha sido ran unas características constructivas diferenciadoras
abordado desde un punto de vista histórico, cultu- de las de otras zonas. Solamente en los últimos años,
ral o incluso folklórico, pero pocas veces lo ha sido con la mejora en las vías de comunicación y la faci-
desde un punto de vista constructivo. Esto ha lleva- lidad del transporte, a lo que habría que añadir otras
do a analizarlo meramente como una pervivencia de causas como la falta de sensibilidad y la falta de ayu-
formas anteriores de vida pero sin llegar a analizar das suficientes, se han producido en ellos una serie de
las causas que lo originaron. nuevas actuaciones que han ido alterando en mayor
Las construcciones tradicionales tienen un valor o menor medida estos conjuntos, últimamente, sin
documental que nos expresan de manera clara las re- embargo, está cambiando esta tendencia gracias a la
laciones del hombre con el medio, pues hay que tener colaboración entre las distintas administraciones im-
presente que los sistemas constructivos dependen no plicadas, a la presencia de marcos urbanísticos ade-
sólo del periodo histórico en el que se desarrollan, y cuados y a una mayor valoración de lo tradicional.
consecuentemente de las innovaciones tecnológicas A pesar de lo interesante del tema, éste no está
del momento, sino además, de la zona geográfica en excesivamente estudiado a pesar de haber sido el ob-
que se sitúan, con sus materiales, clima, tradiciones, jeto de una tesis doctoral por el Arquitecto D. Luís
etc., por lo tanto nos encontramos en la obligación Maldonado Ramos, una monografía de Matallana,
de conservarlas pero no solamente como un mero uno de los muchos y pequeños pueblos de la zona,
objeto de museo, sino que siempre que sea posible escrita por los también arquitectos D. Tomás Nieto
es preciso volverlas a poner en valor. Taberné y D. Miguel Ángel Embid, un trabajo de in-
Una de las tipologías constructivas más intere- vestigación realizado en la Escuela de Arquitectura
santes de la provincia de Guadalajara o incluso de Técnica de Guadalajara realizado por Joaquín Arro-
España, es la desarrollada en una comarca de aproxi- yo San José y dirigido por Antonio Miguel Trallero
madamente 1500 Km2 situada en la sierra Noroeste Sanz, y recientemente otro trabajo de investigación
al pie del Pico Ocejón. publicado con el nombre de Arquitectura Negra de
Esta zona, además de por su riqueza paisajística Guadalajara en el que además de la arquitectura de
o folklórica, se caracteriza por la existencia de una la zona, se incluía su ámbito natural, su etnografía y
serie de pueblos construidos básicamente con piza- su folclore, realizado por un grupo de investigado-
rras o cuarcitas y pizarras, que le confiere un aspec- res entre los que se encuentra Antonio Miguel Tra-
to exterior muy característico que ha originado el llero Sanz
nombre con el que se les conoce normalmente. Lo que se conoce como ARQUITECTURA
La situación geográfica de estos pueblos, donde NEGRA es una tipología constructiva tradicional
unas condiciones climáticas extremas y unas muy caracterizada por el empleo de la Pizarra como ma-
difíciles vías de comunicación determinaron que terial de construcción básico. Dentro de este modelo

280
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura de la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara

las especies más abundantes de la comarca. La cu-


bierta se realiza con grandes lajas de pizarra colocada
sobre una ripia irregular que apoya sobre los pares de
madera, formando grandes faldones de los que so-
bresalen únicamente las chimeneas formadas por la
superposición horizontal de lajas de pizarra en forma
troncocónica. Es característica también la forma de
resolver “a tijera” los encuentros entre los distintos
faldones de cubierta, cumbreras y limatesas. Interior-
mente los suelos se dejaban directamente de tierra o
bien se solaban también con pizarra.
El aspecto exterior es de volúmenes muy com-
pactos en los que destaca las superficies de cubierta
Campillo de Ranas.
sobre las de los muros exteriores.
Los tipos de construcciones básicamente son
dos, los destinados a un uso residencial y los desti-
existen dos zonas con características propias que las nados a un uso agropecuario.
hacen en parte diferentes. Las viviendas, en la zona occidental del Ocejón
En primer lugar podemos señalar la “Cara Oc- suelen ser de una planta, donde se encuentran todas
cidental del Pico Ocejón”, donde se encuentran las estancias vivideras e incluso en muchas ocasio-
localidades como Campillo de Ranas, Campillejo, nes los espacios destinados a los animales, más un
El Espinar, Roblelacasa, Robleluengo, La Vereda, “sobrado” bajo cubierta, para almacenar el grano.
Matallana o Majaelrayo. Un segundo núcleo sería el En la zona oriental son frecuentes las casas de dos
determinado por la “Cara Oriental del Pico Ocejón” plantas, en las que la segunda es en la que se en-
y el resto del macizo de Ayllón en la provincia de cuentran las habitaciones de dormir, existiendo en
Guadalajara, con localidades como Valverde de los ellas también el “sobrado” bajo cubierta.
Arroyos, Palancares, Umbralejo, La Huerce, Zar- Las construcciones agropecuarias, o “casillos”,
zuela de Galve, Semillas o Prádena de Atienza. tienen unas características constructivas similares a
En la primera zona, la cara occidental del Oce- las viviendas pero suelen ser más sencillas y de una
jón, se emplea la pizarra de forma exclusiva tanto única planta. Estas se encuentran adosadas a las vi-
en muros como en cubierta. En la segunda, la cara viendas o formando núcleos diferenciados.
oriental del Ocejón, se emplea la cuarcita mezclada Exteriormente a las viviendas o a los Casillos
con pizarra en la realización de los muros, y la piza- suele haber unos patios cerrados por medio de ta-
rra como material de cubierta. pias de mampostería construidas de igual forma que
El resto de los materiales de construcción emplea- los muros de las edificaciones.
dos son la madera, principalmente el roble, y el barro. El resto de las edificaciones lo forman las cons-
Constructivamente estas edificaciones son de gran trucciones con uso específico y comunitario como
simplicidad. Se caracterizan por el empleo de estruc- es, aparte de la Iglesia y el Ayuntamiento, la fragua,
turas de muros de carga realizados con pizarra o cuar- el horno o el lavadero.
cita y pizarra, según la zona, recibida con barro, que La forma de agrupación de las edificaciones viene
sirve también para revestirlos interiormente. En estos determinada por la topografía del lugar, formando
muros se abren al exterior solamente unos pequeños núcleos de manzanas más o menos pequeñas.
huecos, para responder estrictamente a las necesida- Las características propias de la arquitectura de
des de iluminación y ventilación de las dependencias estas dos subzonas las podemos señalar de la si-
interiores, fundamentalmente orientados al sur. Estos guiente manera
huecos en el área de la “Arquitectura de pizarra” se
remarcan con elementos de madera, mientras que en
la zona de la “Arquitectura de cuarcita” no se suelen Arquitectura de pizarra
enmarcar cerrándose superiormente mediante dinte-
les de madera o de piedra. El resto de la estructura Urbanismo
está formada por pies derechos que apoyan en el te-
rreno mediante basas de piedra, carreras y pares de Normalmente estos núcleos se encuentran situados
madera fundamentalmente de roble por ser una de en terrenos con ligera pendiente, al pie del pico Ocejón.

—  281  —
Antonio Miguel Trallero Sanz, Ana Marín Palma y Enrique Fernández Tapia

Las fincas se presentan agrupadas formando gran- una basa de piedra que evita que estos entren en con-
des manzanas, las construcciones en ellas existentes tacto con la humedad del terreno. Las vigas y pares
son de gran o mediano tamaño y se destinan tanto que tienen que apoyar en los muros de carga no lo
a viviendas como a usos pecuarios quedando entre hacen directamente sino mediante el empleo de otro
ellas los espacios de los corrales o aquellos otros elemento de madera a manera de durmiente.
que proceden de la ruina de alguna construcción.
Hay un núcleo principal, donde se encuentra la Cubiertas
Iglesia, el Ayuntamiento, así como la mayoría de La estructura de las cubiertas se resuelve me-
las demás construcciones, y otro núcleo secundario, diante pares de madera apoyados en los muros de
normalmente situado alrededor de las eras, donde se carga y vigas de madera, sobre los que se coloca la
sitúan los típicos “casillos”. ripia formada por cortezas tablas y palos y sobre ella
Estas poblaciones suelen contar con pavimenta- las lajas de pizarra asentada con barro. Estas piezas
ción de hormigón en sus principales calles, alum- de pizarra son planas, de cantos redondeados y de
brado público, suministro de energía eléctrica, abas- menor sección que las empleadas en los muros.
tecimiento de agua, red de alcantarillado y servicio
telefónico. En la actualidad y como consecuencia Carpintería.
de la mejora de las comunicaciones, ha habido ac- La carpintería empleada esta realizada con ma-
tuaciones de reforma y nuevas construcciones en la dera de roble y encina principalmente.
renovación del caserío para uso de sus escasos ha-
bitantes o para usarlas como segunda residencia, lo
que ha ocasionado su alteración por el uso de nue- Sistemas de construcción
vas tipologías edificatorias y distintos materiales de
construcción de los utilizados tradicionalmente. El sistema constructivo normalmente emplea-
do es el definido por el empleo de muros de carga
perimetrales con una función además de estructu-
Tipologías edificatorias ral, de cerramiento, completado mediante un siste-
ma de muros interiores y pies derechos y vigas de
La tipología edificatoria tradicional viene deter- madera.
minada por el empleo de los materiales de construc-
ción tradicionales en la zona, es decir, la piedra, la
madera y el barro, en estructuras de muros de carga Proporciones
y vigas y pies derechos de madera, con cubiertas
normalmente realizadas con pizarra. Las edificaciones del núcleo principal destinado
fundamentalmente a vivienda suelen tener una única
planta aunque no faltan los ejemplos de dos plantas.
Materiales

Muros La vivienda
Los muros están construidos con mampostería de
pizarra, dispuesta horizontalmente, recibida con barro Las viviendas suele ser de una planta que se
que también se emplea en el relleno de las juntas y destina a vivienda propiamente dicha y granero o
para enlucidos. Las piezas de pizarra empleadas para almacén, normalmente situado en el espacio bajo
la construcción de los muros es la de mayor sección, cubierta. Junto a ella aparece una construcción auxi-
es decir la que no puede exfoliarse en lajas finas. liar destinada a cuadra, aunque existen casos en los
que estos se encuentran dentro de la propia vivien-
Vigas y Pilares da, junto a la cocina.
Las vigas y pilares de madera se resuelven me-
diante rollizos únicamente descortezados o ligera-
mente escuadrados de madera de roble. Los nudos Muros
consisten en el simple apoyo de las distintas piezas
que en él se encuentran, o mediante el uso de hor- Los muros son de mampostería realizados con
quillas o grandes clavos de forja. Los pies derechos piezas extraídas del terreno prácticamente sin
apoyan en el terreno mediante la interposición de trabajarlas

—  282  —
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura de la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara

Materiales Ventanas
Pizarra. A veces se intercala alguna pieza de Son de pequeñas dimensiones y presentan dinte-
cuarzo lechoso, utilizado como motivo decorativo. les o recercado completo de madera. La carpintería
es de madera de roble y encina y pueden llevar sen-
Técnica de colocación cillas rejas de forja.
Recibidos con barro
Porches
Proporción vanos/muro Son de muy pequeño tamaño por lo que más
Los huecos existentes son muy pequeños y nor- que considerarlos como tales, son simplemente
malmente orientados al sur. El de mayores proporcio- pequeños tejadillos que sirven para proteger la
nes es la puerta, para permitir el paso del ganado. Los puerta de entrada. Se resuelven como las cubier-
dinteles normalmente son de madera y muchas venta- tas, es decir, lajas de pizarra asentada con barro
nas están totalmente recercadas de piezas de madera. sobre la ripia, todo ello sobre una estructura de
madera de roble.

Cubierta
Distribución interior
Materiales
Pizarra Como ya se ha indicado, suelen ser de una plan-
ta, que se distribuye a partir del zaguán y donde se
Técnica de colocación encuentra la cocina, con chimenea y los dormitorios.
La pizarra va asentada con barro sobre la ripia., Sobre esta planta suele estar el “sobrao” destinado
enlazándose en las cumbreras y limas a almacén de grano. Para el solado se suele emplear
pizarra en lajas de grandes dimensiones.
Número de aguas o vertientes Adosada a la vivienda se encuentra el establo
Fundamentalmente son cubiertas a dos aguas
con faldones de gran tamaño que a veces se pro-
longan cubriendo las dependencias anejas, surgien- Patio
do en muchas ocasiones un tercer agua de pequeño
tamaño, perpendicular al caballete. Algunas viviendas van precedidas de patios de
pequeño tamaño, rodeados de cercas de mamposte-
Inclinación ría similares a los muros de las viviendas.
La pendiente empleada en los faldones es de
aproximadamente del treinta al cuarenta por ciento.
Horno
Caballete
Los caballetes se presentan tanto paralelos como Alguna casa cuenta con Horno de Pan con forma
perpendiculares a fachada. semiesférica.

Chimenea
Se conservan algunos ejemplos de chimeneas Elementos urbanos destacables
realizadas con estructura de madera revestida por
lajas de madera colocadas horizontalmente forman- Conjunto de viviendas
do un tronco de pirámide. A pesar de encontrarse estas localidades alteradas
por las nuevas actuaciones, todavía se conservan en
ellas un número importante de construcciones sin
Elementos de fachada alterar y en aceptable estado de conservación.

Puerta Los “tinaos” o “casillos”


Es el hueco de mayor dimensión y sirve tanto Estas construcciones, desde el punto de vista
como elemento de paso como de ventilación. Supe- constructivo, no presenta diferencias substanciales
riormente se cierra mediante dintel de madera. Pre- con las viviendas, no obstante, cuentan con caracte-
senta carpintería de madera de roble. rísticas propias que las diferencian de éstas

—  283  —
Antonio Miguel Trallero Sanz, Ana Marín Palma y Enrique Fernández Tapia

Iglesia están también las edificaciones de uso dotacional


Suele ser la edificación más importante de la lo- y terciario. La segunda zona, se destina a un uso
calidad. Presenta características que la diferencian agropecuario.
de la arquitectura tradicional de la localidad por su
carácter de edificación “monumental”.
Tipologías edificatorias
Horno
Los hornos comunitarios suelen son otro de los La tipología edificatoria tradicional viene deter-
elementos destacables en estos núcleos, con una o minada por el empleo de los materiales de construc-
dos bocas y forma semiesférica que se manifiesta o ción tradicionales en la zona, es decir, la piedra, la
no al exterior. madera y el barro, en estructuras de muros de carga
y vigas y pies derechos de madera, con cubiertas
Lavadero normalmente realizadas con pizarra. Algunas cons-
De características constructivas similares al resto trucciones presentan cubiertas mixtas de pizarra y
de las edificaciones pero dejando un frente abierto. teja cerámica curva, bien por reparaciones de las
cubiertas primitivas o bien como técnica original
que forman parte de la construcción tradicional de
Objetivos básicos de recuperación. Prioridades la localidad.
Las construcciones destinadas a usos agropecua-
Dotación de un marco urbanístico adecuado. rios se encuentran intercaladas con las destinadas
Facilitación de ayudas que permitan y hagan a usos residenciales, sin configurar ningún núcleo
competitivo el empleo de los materiales tradiciona- diferenciado, o agrupadas formando un núcleo
les frente a los foráneos. diferente.
Actuaciones puntuales como sustitución de cu-
biertas, eliminación de chapados exteriores, modi-
ficación de huecos, tratamientos de medianerías en Materiales
algún nuevo edificio, etc...
Muros
Los muros están construidos con mampostería
Elementos que distorsionan o estropean de cuarcita, gneis y cuarzo recibida con barro que
notablemente el conjunto también se emplea en el relleno de las juntas. En
muchas construcciones las esquinas se resuelven
Las nuevas edificaciones realizadas sin tener en con piezas de mayor tamaño a manera de sillares o
cuenta el entorno sillarejo.
Las obras de reforma acometida en edificaciones
existentes especialmente las sustituciones de cu- Vigas y Pilares
biertas por otras con otros materiales. Las vigas y pilares de madera se resuelven me-
diante rollizos únicamente descortezados o lige-
ramente escuadrados. Los nudos consisten en el
Arquitectura de cuarcita simple apoyo de las distintas piezas que en él se
encuentran, o mediante el uso de horquillas o gran-
Urbanismo des clavos de forja. Los pies derechos apoyan en
el terreno mediante la interposición de una basa de
Estas poblaciones se ubican normalmente a piedra que evita que estos entren en contacto con la
media ladera, lo que determina que sus edificacio- humedad del terreno. Las vigas y pares que tienen
nes se vayan adaptando a la pendiente de la misma que apoyar en los muros de carga no lo hacen direc-
y se presenten agrupadas en pequeñas manzanas, tamente sino mediante el empleo de otro elemento
dejando entre ellas pequeñas callejuelas. de madera a manera de durmiente.
Se suele distinguir en ellas dos núcleos clara-
mente diferenciados aunque unidos entre sí. El Cubiertas
primero y principal es el destinado principalmente La estructura de las cubiertas se resuelven me-
a un uso residencial combinado en ocasiones con diante pares de madera apoyados en los muros de
otros usos de carácter agropecuario. En esta zona carga y vigas de madera, sobre los que se coloca

—  284  —
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura de la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara

la ripia formada por cortezas tablas y palos y sobre Técnica de colocación


ella las lajas de madera asentada con barro. La pizarra va asentada con barro sobre la ripia.

Carpintería Número de aguas o vertientes


La carpintería empleada esta realizada con madera Fundamentalmente son cubiertas a dos aguas,
de roble y encina principalmente. surgiendo en alguna ocasión un tercer agua de pe-
queño tamaño, perpendicular al caballete.

Sistemas de construcción Inclinación


La pendiente empleada en los faldones es de
El sistema constructivo normalmente empleado aproximadamente el cuarenta por ciento.
es el definido por el empleo de muros de carga pe-
rimetrales con una función además de estructural, Caballete
de cerramiento, completado mediante un sistema de Normalmente paralelo a fachada.
muros interiores y pies derechos y vigas de madera.
Chimenea
Se conserva algún ejemplo de chimenea reali-
Proporciones zada con estructura de madera revestida por lajas
de madera colocadas horizontalmente formando un
Las edificaciones suelen tener dos plantas aunque tronco de pirámide.
no faltan los ejemplos de una única. Sobre la segun-
da planta, o sobre la planta única, suele existir otra
planta, bajo cubierta, o “sobrao”. Las construcciones Elementos de fachada
destinadas al ganado tienen una única planta.
Puerta
Es el hueco de mayor proporciones (aproxima-
La vivienda damente 1,80x1,00) y sirve tanto como elemento de
paso como de ventilación. Superiormente se cierra
Muros mediante dintel de piedra o de madera. Presenta car-
pintería de madera de roble o encina.
Los muros son de mampostería realizados con pie-
zas extraídas del terreno prácticamente sin trabajarlas, Ventanas
con excepción de las esquinas y dinteles de huecos que Son de pequeñas o medianas dimensiones y pre-
es normal resolverlos con piezas especiales de piedra sentan dinteles de madera o de piedra. La carpinte-
ría es de madera de roble y encina y pueden llevar
Materiales sencillas rejas de forja.
Cuarcita, gneis, y cuarzo blanco.

Técnica de colocación
Recibidos con barro

Proporción vanos/muro
Los huecos existentes son muy pequeños y nor-
malmente orientados al sur. El de mayores propor-
ciones es la puerta. Los dinteles normalmente son
de madera y muchas ventanas están totalmente re-
cercadas de piezas de madera.

Cubierta

Materiales
Pizarra Chimenea de lajas de pizarra.

—  285  —
Antonio Miguel Trallero Sanz, Ana Marín Palma y Enrique Fernández Tapia

Balcones Los tinados


Existen ejemplos de balcones de pequeño vuelo
realizado por medio de planchas de piedra, con car- Estas construcciones, desde el punto de vista
pintería de forja. superiormente se cierran con din- constructivo, no presenta diferencias substanciales
teles de piedra o madera. con las viviendas, no obstante, cuentan con caracte-
rísticas propias que las diferencian de éstas.
Porches
Existen ejemplos de pequeños porches exterio-
res cubiertos abiertos al frente o semicerrados para Muros
utilizarlos como almacén de leña. En el porche,
cuando existe, se sitúa en él la puerta de acceso Los muros son de mampostería realizados con
piezas extraídas del terreno prácticamente sin
trabajarlas
Distribución interior
Materiales
En la planta baja se sitúa la cuadra y el almacén de Cuarcita, gneis, y cuarzo blanco
los útiles del campo y en la planta primera la vivien-
da propiamente dicha. El “sobrao” o tercera planta Técnica de colocación
se utiliza como almacén de grano o alimentos. Recibidos con barro
En las viviendas de una única planta, esta de des-
tina tanto como a cuadra como a vivienda propia- Proporción vanos/muro
mente dicha. Suelen tener también “sobrao” con el Los huecos existentes son menores en número y
destino indicado. de menores dimensiones que los de las viviendas.
Los dinteles normalmente son de madera o piedra.

Patio
Cubierta
Algunas viviendas van precedidas de patios de
pequeño tamaño rodeados de cercas de mamposte- Materiales
ría similares a los muros de las viviendas. Pizarra

Técnica de colocación
Horno La pizarra va asentada con barro sobre la ripia.

Alguna casa cuenta con Horno de Pan con forma Número de aguas o vertientes
semiesférica, que cuando se manifiesta al exterior, Fundamentalmente son cubiertas a dos aguas,
se cubre también con lajas de pizarra surgiendo en muchas ocasiones un tercer agua de
pequeño tamaño, perpendicular al caballete.

Inclinación
La pendiente empleada en los faldones es de
aproximadamente el cuarenta por ciento.

Caballete
Normalmente paralelo a fachada.

Elementos de fachada

Puerta
Es el hueco de mayor proporciones aun-
que menor que en las viviendas y sirve tanto
Horno manifestado al exterior. como elemento de paso como de ventilación.

—  286  —
Pizarra, madera y barro. Materiales para la arquitectura de la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara

Superiormente se cierra mediante dintel de ma- Elementos urbanos destacables


dera o piedra. Presenta carpintería de madera de
roble o encina. Conjunto de tinados
Suelen conservar las características originales aun-
Ventanas que normalmente se encuentran en estado ruinoso.
Son de pequeñas dimensiones y presentan dinte-
les de madera o piedra. La carpintería es de madera Iglesia
de roble y encina. Suele ser la edificación más importante de la lo-
calidad. Presenta características que la diferencian
Porches de la arquitectura tradicional de la localidad por su
Existen ejemplos de pequeños porches exterio- carácter de edificación “monumental”.
res cubiertos abiertos al frente o semicerrados para
utilizarlos como almacén de leña. En el porche,
cuando existe, se situa la puerta de acceso Objetivos básicos de recuperación. Prioridades

Dotación de un marco urbanístico adecuado.


Distribución interior Facilitación de ayudas que permitan y hagan
competitivo el empleo de los materiales tradiciona-
Estas edificaciones presentan un espacio único les frente a los foráneos.
determinado por el muro de carga perimetral, en Actuaciones puntuales de mejora en nuevas
el que únicamente aparece el pilar o los pilares actuaciones
de madera necesarios en función de la dimensión
de éste.
Elementos que distorsionan o estropean
notablemente el conjunto
Patio
Las nuevas edificaciones realizadas sin tener en
Estas edificaciones pueden ir precedidas de cuenta el entorno.
pequeños recintos exteriores rodeados de cer- Las sustituciones de cubiertas por otras con otros
cas de mampostería similares a los muros de las materiales, como cerámicos y fundamentalmente
viviendas. las tejas de hormigón aunque éste sea negro.

—  287  —
Casillas de campo en Daimiel: Tradición y contemporaneidad

J. Ángel Hidalgo Arellano


Universidad Cardenal Herrera- Ceu. Valencia. España

En noviembre de 2003 se convoca un “Concur- suelo rústico del Plan de Ordenación Municipal de
so de proyecto tipo para “Casilla de Campo” en Daimiel”1.
Suelo Rústico de Daimiel”. Los arquitectos de la Por lo que se desprende de las bases, se espe-
provincia son convocados a través de una iniciati- ra del proyecto ganador capacidad de generar una
va del Ayuntamiento de Daimiel (Ciudad Real) en nueva tipología que se adapte a los usos actuales y
colaboración con la Excma. Diputación de Ciudad a las nuevas técnicas de construcción y que tenga
Real y la Delegación de Ciudad Real del Colegio suficiente flexibilidad para permitir la variación y el
Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha. En crecimiento. Puesto que en las bases del concurso
enero de 2004, el jurado otorga el primer premio se añade un anexo con la descripción de las casillas
al equipo de arquitectos compuesto por José Anto- tradicionales y que la iniciativa parte por una proble-
nio Ramos Abengózar e Ignacio Vicens y Hualde, mática detectada (la desfiguración del paisaje, o su
por su propuesta “CASAblanca”. El objetivo del preservación), las expectativas se centran en un edi-
siguiente escrito es realizar un análisis del proyecto ficio capaz de proteger y generar paisaje, enraizado
premiado. en la tradición autóctona. Todo ello, por supuesto, a
costes muy bajos y con fácil mantenimiento.
La tradicional “casilla” de campo
El Concurso “La casilla de campo tradicional en el municipio
de Daimiel constaba de una dependencia para ape-
El Ayuntamiento de Daimiel ha detectado una ros y animales y otra más pequeña como estancia,
cierta degradación del paisaje provocada, en mu- con un porche lateral formando una construcción a
chos casos, por las edificaciones de nueva planta en un agua o a dos si es más amplia, en cuyo caso podía
suelo rústico. La legislación vigente permite edificar tener una segunda habitación”2.
construcciones auxiliares en las zonas de cultivo, Esta descripción sumaria de la “casilla” de
ligadas al uso agrícola. Lo que la Administración campo se incluye en las Bases del Concurso con el
pretende con el presente concurso es proporcionar claro objetivo de ser tenido en cuenta por las pro-
a todo aquél que se disponga a edificar, un proyec- puestas presentadas.
to tipo que garantice la funcionalidad actual (“más La tipología de “casilla” (también llamada
polivalente” que en el pasado) y la continuidad con “quintería)3 nace de la necesidad de permanecer
la tradición sin renunciar a la contemporaneidad. Se varios días en las tierras de laboreo relativamente
escogerá el trabajo “que mejor logre compaginar la
solución arquitectónica y la innovación tipológica 1.  Bases del Concurso. Noviembre de 2003.
y tecnológica con aspectos funcionales, construc- 2.  Anexo 1. Bases del Concurso. Noviembre de 2003.
tivos, de mantenimiento y económicos para definir 3.  Dependiendo de la zona de la Mancha, la quintería se
identifica con la “casilla” o se refiere a un conjunto edificado
y facilitar la construcción de la tradicional “Casi- más complejo. Aquí para simplificar las ideas, hablaré indistin-
lla de Campo” en el marco de la modificación del tamente de una u otra.

288
Casillas de campo en Daimiel: Tradición y contemporaneidad

lejanas a los núcleos de población. Para los gañanes Por otra parte, el concepto de vivienda adquiere
constituía un trabajo penoso y una pérdida de tiempo en la quintería su expresión más primitiva y esen-
el desplazamiento diario a fincas que se encontraban cial. La forma de vida es entendida como subsisten-
a dos, tres o más horas de distancia. Se trasladaban, cia. La vivienda es concebida como refugio. Todas
pues, a las quinterías y allí pasaban varios días hasta las funciones están reducidas al mínimo. En el in-
que el trabajo en aquel lugar era concluido: terior, tanto los labradores como las bestias, reali-
“[La necesidad] obligaba a construir unas insta- zan las actividades imprescindibles: comer, dormir,
laciones más o menos provisionales, para albergar guarecerse. El mobiliario queda reducido a un can-
a los gañanes y a las bestias de labor. Así surgieron dil, el material de cocina más elemental (sartén de
las casillas o quinterías; salpicando de rectangulares trébedes), utensilios para la lumbre y serijos o ban-
manchas blancas los fértiles campos manchegos”4. quetas para sentarse. Dos poyos de obra que sirven
La distribución es constante dentro de la tipolo- de mesa, cama y posibles asientos a los gañanes y
gía. Se repite hasta la saciedad con patente exactitud un pesebre con un pequeño pajar en un rincón.
y con contadas modificaciones. Dado que la tipología tiene unas constantes tan
“El interior de la quintería se define básicamente marcadas en su función (distribución interior) y en
por dos habitáculos: su construcción, la solución formal es siempre la
- Una cuadra para los animales de tiro, con una misma: volumen encalado con cubierta a dos aguas.
serie de pesebres, ora adosados a la pared ora exen- Sobre un hastial, la chimenea; la puerta, centrada,
tos, perpendiculares al eje de la casa, y hechos de delimitando dos ámbitos. Incluso en los huecos,
obra, sobre los que sobresalen unas estacas en las que sorprende la invariablidad del modelo:
se cuelgan los arreos de las mulas tras desuncirlas.
- Una cocina que a la vez es dormitorio, y que “El único vano de ciertas dimensiones que tiene la
nunca está separada de la cuadra por tapia, muro o quintería es la puerta de entrada, o a lo sumo, alguna
tabique alguno. Este habitáculo “sirve de lugar de ventana, ambas orientadas casi siempre al sur. Otra
abertura, de reducidas dimensiones, es el tragaluz,
reunión al acabar las labores; no tiene realmente más
situado en la parte más alta del testero, en el centro del
ventilación y luz que la de la puerta (…) el fuego es remate triangular que mira al este. Debido a la penum-
bajo, elevándose del suelo tan sólo un palmo; sobre bra y al ambiente de casi total oscuridad que hay en el
él, amplia campana a unos dos metros de altura; a interior de la quintería, por la ausencia de vanos (y si
ambos lados de la campana hay unos huecos en la la puerta permanece cerrada), la única entrada de luz
pared que se llaman vasares, y es donde los gañanes natural se produce por el tragaluz. Además, este se abre
colocan sus aperos, sacos y albarcas. A los lados del intencionadamente a oriente, al sol saliente, ya que las
hogar están los poyos enjalbegados (…) que cubier- primeras luces tras la salida del sol serán las que anun-
tos con pieles de oveja le sirven para dormir. Como cien a los gañanes el inicio de una nueva jornada”7.
asiento movible tienen los serijos…”5
La naturaleza “provisional” de estas “casillas” se Las variaciones que podemos señalar dentro de
manifiesta en la economía de medios tecnológicos y la constante del modelo, es el color de la puerta, el
conceptuales utilizados en su construcción. añadido de porche, la posición de algún hueco suple-
Por una parte, la tecnología se reduce a las técni- mentario en el muro. Cuando los añadidos son múlti-
cas más sencillas usadas en el lugar: ples, pasamos ya a una tipología más compleja como
sería el caserío, la casa de labranza o el cortijo8.
“Las quinterías se levantan siempre utilizando
los materiales del entorno. Se alza un zócalo de mam-
postería de planta rectangular y sobre él cuatro muros La tradicional CASAblanca9.
de tapial, que se cierran con un tejado a dos aguas
cubierto de tejas curvas”6. “Debe ser blanca para seguir nutriendo de destellos
el campo, algo históricamente establecido…”10

4.  FISAC SERNA, Miguel: “Arquitectura popular man- 7.  JEREZ GARCÍA, Óscar. Op cit.
chega”. [En] Cuadernos de Estudios Manchegos. Ciudad Real: 8. En algunos lugares llamada “quintería”. Ver nota 3.
Instituto de Estudios Manchegos, 1985, núm. 16. 9.  Hablaré a partir de ahora de la CASAblanca, cuando me
5.  JEREZ GARCÍA, Óscar. Op cit. refiera a la propuesta concreta de los arquitectos José Antonio
6.  JEREZ GARCÍA, Óscar: Arquitectura popular manche- Ramos Abengózar e Ignacio Vicens y Hualde, presentada al
ga. Las Tablas de Daimiel y su entorno. Ciudad Real: Bibliote- concurso bajo dicho lema.
ca de Autores Manchegos, 2004. 10.  Memoria del Concurso.

—  289  —
J. Ángel Hidalgo Arellano

Con esta primera decisión formal el proyecto se


acerca de manera radical a la lectura paisajística tra-
dicional de la “casilla”. En el paisaje terroso, rico
en matices tostados, el contrapunto viene dado por
el verde (un verde austero, pardo) de la vegetación
(una vegetación sobria, vetusta) y por el blanco de
la cal. Sobre el terreno natural, la mano del hombre
(cultivo y arquitectura). No obstante, el enjalbegado
puede ser sustituido por “pinturas o recubrimientos
continuos tecnológicamente avanzados”.
La luz en el clima mediterráneo es sólida, vio-
lenta. En las quinterías, debido a unos huecos con-
Maqueta de la CASAblanca.
tados y precisos, se conseguía una luz contrastada.
Las perforaciones en el muro de la nueva casa se
inscriben en esta tradición, en dimensiones, número y un porche que modifica las condiciones ambienta-
y posición. les de una manera efectiva y sugerente. Se confía a
Color y huecos. El blanco supone una valoración la chimenea el sistema de calefacción en invierno.
del carácter rotundo de la luz. Así pues, se busca Por último, es evidente que las tipologías tra-
deliberadamente que sea ésta la que construya el dicionales eran repetidas hasta la saciedad. Dentro
variado cromatismo que va del blanco al negro, pa- de esta lógica, pues, la CASAblanca tiene que ser
sando por un amplio abanico de grises. capaz de proliferar. Sin embargo, no se pretende una
El espíritu de la construcción tradicional: senci- multiplicación infinita, repetida, clónica, ya que, a
llo, racional, utilitario, autóctono11 se mantiene aun- pesar de la fidelidad al tipo, en la construcción tra-
que con una clara —y entiendo que inevitable12— dicional no existe ninguna “casilla” idéntica a otra.
apuesta por la modernidad. Se opta por materiales Se necesita, por tanto un “sistema generativo
económicos, de sencilla puesta en obra y de míni- claro” que permita la fidelidad a “las características
mo mantenimiento. Por otra parte conceptos como fundamentales de la propuesta”, a la vez que una di-
lo “autóctono” se ven modificados por una cultura versidad “que resonará a cierta arbitrariedad típica
más global en la que el muro cerámico (por poner popular”13.
un ejemplo) es patrimonio común tanto de un man- Dice Carlos Flores14 que en la arquitectura po-
chego como de un catalán o un asturiano. pular “no existen innovaciones gratuitas, todas res-
La elemental volumetría de la casilla de siempre ponden a algo”. El sistema por lo tanto basará su
se interpreta y se propone una envolvente clara, de variabilidad en las necesidades del usuario. Será la
fácil lectura. El referente no sólo subyace en el color apropiación del usuario de su vivienda y el creci-
y la claridad, sino que son reconocibles, incluso, miento los que creen la diversidad.
elementos como la chimenea o el porche, de capital Se crea un módulo central capaz de generar una
importancia en la concreción de la “nueva quinte- imagen distintiva. El módulo tiene unos elementos
ría”. Se adopta también así una postura de clara con- esenciales fijos (chimenea, lucernario, bancada de
tinuidad en la adaptación al medio ambiente. Los cocina, baño y banco). La variación relativa de éstos
rigores del verano se siguen combatiendo con una genera tres posibilidades de módulo central. Junto
envolvente continua con escasos huecos profundos con dicho módulo se constituye una unidad básica
formada por módulo central, porche y estancia adi-
11. Estas son algunas de las características que determina cional. La posición de estas piezas y la posibilidad
Carlos Flores en la construcción de la arquitectura popular en de añadir hasta dos estancias más genera una com-
su obra Arquitectura popular española. Madrid: Aguilar, 1973. binatoria de elementos muy amplia. Estas “infinitas
Óscar Jerez hace un resumen en las páginas 19 y 20 de la obra maneras de crecer” y la adaptación de la vivienda
citada más arriba.
12.  Además de que en las Bases del Concurso se insinúa la a cada entorno concreto demuestran una capacidad
innovación tecnológica, me parece que cualquier posible éxito real y atractiva de generar paisaje.
en la proliferación del nuevo modelo de casilla pasa por recono-
cer las ventajas y la operatividad de los sistemas constructivos
actuales (¿quién hará el adobe hoy? ¿es más económico una
pared de tapial o de muro cerámico? ¿qué ofrece un manteni-
miento más sencillo la cal o un revestimiento continuo de últi- 13.  Memoria del concurso
ma generación?...) 14.  Ver nota 11.

—  290  —
Casillas de campo en Daimiel: Tradición y contemporaneidad

La contemporánea CASAblanca

LXXI
Da doble luz a tu verso,
para leído de frente
y al sesgo.15

En el apartado anterior he hecho una descripción


de la propuesta de nueva casilla de campo intentando
justificar su adaptación, su continuidad y coherencia Sección constructiva de la vivienda. Se observa la sucesión
con los principios de la arquitectura popular16. de estancias: porche, espacio central, habitación aneja.
Intentaré ahora reflexionar sobre su carácter
contemporáneo.
La innovación tecnológica no deja de pertene- Que la nueva vivienda se presente como un elemen-
cer al ámbito de la contemporaneidad. A medida to generador de paisaje es ajeno a la mentalidad
que se ha ido describiendo la vivienda, he ido ha- popular19.
blando de las nuevas técnicas constructivas, de la Podemos decir, en definitiva, que lo que
lectura actualizada de la chimenea y el porche, de hace contemporánea a la nueva casilla (además de
un sistema “inventado” de generación y crecimien- todo lo que hemos considerado ya) es su capacidad
to. No he hablado de la actualización de usos, pero de dialogar con la cultura a través de conceptos ar-
salta a la vista —y así lo contemplan las bases del quitectónicos propios de la arquitectura actual.
concurso17— que las nuevas casillas no son (a pesar
de que así se construyen al amparo de la ley) en la En la CASAblanca hay una clara voluntad de
mayoría de los casos edificios auxiliares al laboreo trabajar y suscitar emociones a través del espacio.
de las tierras. Se contempla la posibilidad de alma- Mientras que la arquitectura popular tiene una lectu-
cenamiento de aperos, pero los medios de transporte ra claramente volumétrica, la casilla propuesta (sin
y la forma de vida actuales no imponen la necesidad renunciar a un volumen atractivo, legible, potente)
de pasar la noche en el campo. está proyectada desde el trabajo y la valoración del
Sin embargo, todas estas “modernizaciones” de espacio. El protagonista de la vivienda no es el vo-
la tipología están dentro de la lógica de la arquitec- lumen (en todo caso éste sería el protagonista de
tura popular, en la que predomina el sentido utilita- una visión lejana, paisajística) sino el vacío creado
rio y es siempre reflejo de la vida de un lugar. en el módulo central, aprovechando la geometría
De entrada se dan algunas contradicciones patentes. del prisma troncopiramidal, y que se enfatiza con
La arquitectura popular es marcadamente rural. el lucernario cenital (que no se puede justificar en
La nueva vivienda, a pesar de su ubicación, es re- términos de utilidad y necesidad).
flejo de un estilo de vida que valora el descanso, el La pretendida arbitrariedad del volumen (den-
ocio y el recreo. tro de sus múltiples posibilidades) responde bien
Mientras que la arquitectura popular careció al concepto de azar, impensable para la Academia,
siempre de estilo arquitectónico definido, la nueva pero básico en el arte conceptual20. El azar asociado
casilla tiene un lenguaje arquitectónico reconocible a un mecanismo con reglas determinadas es también
y heredero de la tradición moderna. un campo de estudio de la ciencia contemporánea21
El enraizamiento de la arquitectura popular en su que se aleja de las normas deterministas de la cien-
entorno venía determinado más por cuestiones cul- cia clásica.
turales (etnológicas) que por cuestiones formales18.
lugar… Como señala Carlos Flores (op. cit.), la arquitectura po-
pular “se despreocupa de efectos plásticos y visuales”, e incluso
15.  MACHADO, Antonio: “Proverbios y cantares” [En] llega a afirmar que las construcciones tienen “planteamientos
Poesías Completas. Madrid: Espasa Calpe, 1998. sencillos e ingenuos que provocan fallos estéticos.”
16. También es evidente la adaptación a los requerimientos que 19. Es lugar común que el concepto de paisaje es una he-
el Ayuntamiento de Daimiel proponía en las Bases del Concurso. rencia del romanticismo, que nosotros tenemos gustosamente
17.  “En los últimos tiempos se ha ido adaptando a las nece- asumida. No es casual que la modernidad tenga su germen en
sidades de vivienda de temporada para su uso durante los perío- la cultura romántica.
dos de actividad agrícola, de manera más polivalente”. 20.  Pensemos en Duchamp o en Pollock, por ejemplo.
18. La necesidad, el estilo de vida, los materiales al alcan- 21.  Se puede pensar por ejemplo en la teoría de la geome-
ce, el conocimiento de una determinada manera de construir del tría fractal.

—  291  —
J. Ángel Hidalgo Arellano

son hechas para siempre, su finalidad es, entre otras,


intemporal”23.

Dejando aparte que las construcciones populares


se hicieran para sobrevivir generaciones y genera-
ciones, con una conciencia clara del cuidado y el
mantenimiento y sin pensar en su posible desapa-
rición, se percibe en ellas una cualidad intemporal.
No en su finalidad (probablemente ya caduca) sino
en su aparecer.

En torno, forma a forma,


Los objetos diarios
Aparecen. Y son
Prodigios, y no mágicos.24

La naturalidad con la que se presentan las cons-


trucciones tradicionales es tan aplastante y tan di-
recta… que podemos percibir lo mágico. Esa eter-
nidad del momento que se presenta inocentemente.
Como bien sabía Guillén, el instante está conec-
tado con lo eterno: la madera, la piedra, la tierra…

Y ágil, humildemente,
La materia apercibe
El impacto de la edificación en el paisaje. Fotomontaje. Gracia de Aparición:
Eso es cal, esto es mimbre25.
Sin embargo, existe una contemporaneidad más
CASAblanca se nos presenta inmediata, sin in-
radical aún.
termediarios. Directa y natural, sin estilo, se mani-
Si buscamos el término “contemporáneo” en el
fiesta en su esencia: materia y aire. Y luz.
diccionario de la RAE encontramos tres acepciones:
La luz se pasea por los planos oblicuos tallando
Existente en el mismo tiempo que otra persona
con multitud de grises el volumen. Entra tímida-
o cosa.
mente a través de las ventanas abocinadas, eco de
Relativo al tiempo o época en que se vive.
muros profundos. Se cuela de manera certera por el
Perteneciente a la Edad Contemporánea.
lucernario de cubierta. Se mantiene expectante fren-
te al porche.
La primera acepción es relativa a algo. No es un
La luz habla del “tiempo o época en que se vive”.
término absoluto. No aporta luces a la vivienda ob-
Construye el tiempo en cada instante, actualmente.
jeto de nuestro estudio22.
La luz devuelve la vivienda a un tiempo ancestral.
La tercera acepción es una obviedad. Si acepta-
La hace antigua y moderna. Y contemporánea.
mos que estamos en la Edad Contemporánea, CA-
(Tan contemporánea como la arquitectura popular.)
SAblanca es contemporánea.
La segunda acepción no me parece tan inocente.
Nos introduce en un momento puntual, el momento
presente, y por lo tanto, frágil y efímero. Siempre
actual, y en constante variación.
Escribe Sánchez López: 23.  SÁNCHEZ LÓPEZ, L.: El bombo tomellosero: espacio
y tiempo en el paisaje. Tomelloso: Posada de los Portales, 1998.
“El arte popular, y más en concreto la arquitectura 24.  GUILLÉN, Jorge: “Salvación de la Primavera” [En]
popular, es ante todo intemporal, sus construcciones Cántico. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1950. (Extraí-
do de la antología: GUILLÉN, Jorge: Mientras el aire es nues-
tro. Madrid: Cátedra, 1994).
25.  GUILLÉN, Jorge: “Más allá” [En] Cántico. Buenos Aires:
22.  Según esto, lo máximo que podríamos decir es que CASA- Editorial Sudamericana, 1950. (Extraído de la antología: GUI-
blanca es contemporánea al Seat Ibiza o a “Operación Triunfo”. LLÉN, Jorge: Mientras el aire es nuestro. Madrid: Cátedra, 1994).

—  292  —
José Luis Fernández del Amo: arquitectura anónima de autor

J. Ángel Hidalgo Arellano


Universidad Cardenal Herrera- Ceu. Valencia. España

He recorrido las tierras de España y aprendí en sus rincones lo que una arquitectura anónima me enseñaba.
No tomé con el lápiz apuntes de toda esa escenografía que tanto se ha prodigado en la anécdota de lo popular.
Se me llenaban los ojos con eso que el hombre hace para sí, con la sabiduría de su necesidad amparada por la
tradición del lugar. De sorpresa adiviné la medida y la función de los espacios que edificó para cobijar su vida y
su trabajo y cómo presentía con respeto los entornos para la convivencia. Así nacían, así se hicieron los pueblos
que yo admiraba y de los que aprendí la ley oculta de su ordenación espontánea.
En todo estaba la suprema lección de lo esencial, de lo primario, de lo producido por inmediata generación
de la existencia con el imperativo de una realidad instintiva gozada en la creación del espacio para uso propio.
Con la prodigiosa intuición del arte alumbrado en el ejercicio de las manos, reclamado por la misma necesi-
dad que lo crea. Con la precisa euritmia de lo concebido con la estricta limitación del sujeto al que sirve.1

1
Como es bien sabido en arquitectura, los años que El resumen que hace de su trabajo estremece. Es-
siguieron a la Guerra Civil española vinieron marca- clarece las claves de lectura de su obra. “Después de
dos por dos tareas básicas: reconstruir y colonizar. una arquitectura conceptual aprendida en la Escuela”2
La arquitectura de posguerra, en múltiples oca- viene el paseo por pueblos anónimos. Función, me-
siones, basó su identidad en la mímesis de la tradi- dida, espacios de relación… necesidad satisfecha por
ción. La arquitectura representativa en El Escorial. la tradición y su forma de hacer… valores aprendidos
La arquitectura popular en el pintoresquismo. La en los rincones de la geografía de todo un país que
referencia imperial por una parte y el mito del cam- cuida celosamente de su entorno vital.
pesino bucólico que vive en armonía con su entorno Se imponía la construcción de pueblos enteros.
por la otra. Un programa marcadamente rural, en un entorno
rural, con unas posibilidades muy limitadas de pre-
supuesto y tecnología.
Los pueblos Fernández del Amo esquiva la tentación de lo pin-
toresco destilando la arquitectura popular: …la sabi-
La labor de Fernández del Amo como arquitecto duría de su necesidad amparada por la tradición del
al servicio del Instituto Nacional de Colonización lugar… los espacios que edificó para cobijar su vida
no necesita presentación. Y recobra una vigencia y su trabajo… los entornos para la convivencia…
asombrosa cuando se introduce el debate de la ar-
quitectura vernácula en nuestros días. 2.  FERNÁNDEZ DEL AMO, José Luís: “Defensa de la
arquitectura anónima”. Conferencia pronunciada en la Funda-
ción de los Nobles Oficios y de las Bellas Artes. Chinchón. 18
1.  FERNÁNDEZ DEL AMO, José Luís: “Del hacer de de Noviembre 1989. [Extraído de FERNÁNDEZ DEL AMO,
unos pueblos de colonización”. [En] Arquitectura. Madrid, José Luís: Palabra y Obra. Escritos reunidos. Madrid: Colegio
1974, núm. 192. Oficial de Arquitectos de Madrid. 1995.]

293
J. Ángel Hidalgo Arellano

Nos tranquiliza la visión integral que tiene de la


arquitectura. Podríamos decir que la forma es se-
cundaria. Antes están las necesidades del hombre.
Función y Vida. Esto es lo que descubre el arquitec-
to en su mirada. ¿Es la arquitectura popular funcio-
nalista? ¿O es la mirada que de ella hace Fernández
del Amo? ¿Existe una arquitectura más integrada
en los ritmos vitales del hombre que la que se ha
construido durante siglos? ¿Cómo ha configurado el
hombre sus espacios de relación? ¿No han crecido
al unísono espacio y sociedad?
Una vez superada la zancadilla de la imitación,
los nuevos pueblos encajaban perfectamente con el
programa de la arquitectura tradicional. Las funcio-
nes de los nuevos moradores serían las propias de
una sociedad agraria. Los constructores locales le-
vantarían los pueblos con las técnicas y los materia-
les de siempre. Quedaba pendiente la organización
Méntrida (Toledo). Imagen extraída de: FLORES,
de los pueblos y la formalización de las construccio-
Carlos: Arquitectura popular española.
nes. Aquí es donde entra en juego el arquitecto.

huecos, pretendidamente popular, explota al máxi-


La mirada mo los conceptos de asimetría, equilibrio de maci-
zo y hueco. Se trabaja el material como portador de
Observemos la primera imagen3. ¿Qué vemos expresión.
en ella? ¿Una fachada blanqueada, de tapial con Aquí radica la adecuación de los Poblados de
verdugadas de ladrillo, o una composición, un cua- Fernández del Amo. Adecuación a la tradición y a la
dro? ¿Hablamos de ladrillo, cal, tejas? ¿O de luces y función. Y adecuación a la cultura de vanguardia. El
sombras, relieves y rugosidades? ¿Materiales o geo- resultado: unas casas de los años 50, hechas en los
metría? Que Carlos Flores tuviera una comprensión años 50 con las técnicas disponibles en esos años
más que somera de la arquitectura tradicional espa- 50 y la cultura arquitectónica de los años 50. Ar-
ñola está demostrado. Que su mirada fuera externa quitectura culta y popular. Tradicional y moderna.
a la lógica de la arquitectura popular lo demuestra Con una modernidad no deslumbrada por el discur-
esta fotografía4. so “pseudofuncionalista” ni “tecnológico”…
Informalismo y Neoplasticismo están en la foto-
grafía. Composición y textura. Que el mismo Lucio
Muñoz —por poner un ejemplo— colaborara con La esencia
Fernández del Amo en algunas de sus obras no es
casualidad5. Integrada con la lógica popular de la No son ya los tiempos de Fernández del Amo.
arquitectura está la capacidad creativa de elementos Cincuenta años del siglo XX nos separan. Y son
plenamente contemporáneos. Con tapial y mampos- muchos. No se construyen ya poblados de coloni-
tería ordinaria se hacen fachadas y edificios: com- zación. Ni España vive en autarquía ni los artesa-
posiciones y esculturas. La ordenación arbitraria6 de nos han sobrevivido. Programa y Técnicas son muy
otras. No hay lugar para plantearse cómo hacer hoy
3.  Méntrida (Toledo). Imagen extraída de: FLORES, Car- pueblos, cómo colonizar… Sí que es actual revisar
los: Arquitectura popular española. (Volumen 3: La Arquitectu- nuestra actitud con lo vernáculo.
ra popular en la Meseta Norte. La Arquitectura popular en los
sistemas central e iberico. La Arquitectura popular en la Me-
Extraer la esencia de la arquitectura popular es
seta Sur y en Extremadura). Madrid: Editorial Aguilar. 1973. hoy más que nunca necesario para poder dialogar
Imagen 545, página 408. con ella. Se tachan de pintorescas muchas creacio-
4.  Y muchas otras. nes de arquitectura por utilizar formas de arquitec-
5. El propio Fernández del Amo fue director del Museo de
tura historicista (en lenguaje clásico o popular). Sin
Arte Contemporáneo de Madrid desde su fundación en 1952.
6.  Arbitraria desde el punto de vista académico, coherente duda alguna, dentro del espíritu de la arquitectura
desde el punto de vista funcional. popular no ha estado nunca presente la preocupación

—  294  —
José Luis Fernández del Amo: arquitectura anónima de autor

por la forma “per se”. Por lo tanto, nada más inco-


herente que intentar copiar las formas de la propia
arquitectura popular.
El mérito de Fernández del Amo está en extraer
de la arquitectura tradicional las técnicas, la rela-
ción con el paisaje natural, la escala de los espacios,
la discreta representatividad de la arquitectura do-
méstica… La forma la define en diálogo con el arte
contemporáneo. Con la lógica propia del creador7.
Dentro de la lógica de la arquitectura popular8, sería
hoy pintoresco9 el uso de técnicas ya superadas, ne-
gando una evolución natural dentro de la historia de
la construcción y obviando las evidentes ventajas
que los materiales actuales tienen generalmente10
frente a los tradicionales. Evidentemente, no es lo
mismo conservar, ampliar o construir de cero.
Cuando Guillén escribe:

Por aquella pared,


50 años después. Vegaviana (Cáceres). Julio de 2005.
Bajo un sol que derrama,
Dora y sombrea claros
Caldeados, la calma Vegaviana
Soleada varía.
Sonreído va el sol
Con emoción paseé este verano por las calles de
Por la pared. ¡Gozosa Vegaviana12. Comprobé con sorpresa lo bien que
Materia en relación!11 envejece13. Allí están las encinas, testigos de lo que
fueron encinares hoy desaparecidos con el roturado
No está haciendo otra cosa que fascinarse ante de la tierra. Volúmenes blancos, huecos profundos,
una materia, bien podía ser popular, y haciéndo- texturas precisas... todo a una escala grata, de pue-
la actual. Esa materia en relación (pared + sol) es blo. Muy poco ha crecido, y siempre “extramuros”.
capaz de generar la actualidad gozosa. Y esta es la La configuración de espacios públicos es tal y como
lógica que el arquitecto debe captar y plasmar en se estrenó. ¿Y la vida? Gentes del siglo XXI pa-
sus propuestas. sean por sus calles, aparcan sus coches y tienden
la ropa delante de casa. Desconocemos el futuro de
7. La arquitectura popular no está hecha desde la lógica del estos pueblos. Con cierta duda al respecto, escribía
creador, sino desde la lógica de la necesidad, del que la vive. el propio Fernández del Amo: “... defendeos de la
Otra cosa es el resultado que esta necesidad ofrece, más cuando tentación de abandonar vuestra tierra... habré de
se enriquece con el paso del tiempo. El “arquitecto” popular (el deciros que está en vuestras manos extender, com-
usuario) nunca ha tenido unas preocupaciones formales claras,
pero un arquitecto tiene que proponer una forma concreta. Ni la
pletar, corregir, lo que habéis encontrado...”14. La
puede copiar de resultados a los que se ha llegado con otra ló- subsistencia y el estilo de vida tienen la palabra,
gica, ni puede suponer un resultado generado automáticamente aunque la actitud de lo que se nos presta tiene que
porque carece de agentes que generen esta espontaneidad. Ne- ser de cuidado y mejora: “¿Por qué ese desánimo
cesita de sistemas de creación, y nada más lógico que dar forma
para su conservación, para el mantenimiento de sus
en diálogo con los que se ocupan de crearla, los artistas.
8.  El constructor popular siempre ha levantado sus edifica- dignidad? ¿Por qué no se rehabilitó a su tiempo,
ciones con lo que tenía a mano, siempre en orden a satisfacer de
forma óptima sus necesidades.
9.  Según el Diccionario de la RAE (acepción 3): estrafala- 12.  Vegaviana (Cáceres, 1954) es probablemente el pueblo
rio, chocante. (Y podemos añadir que carente de sentido prácti- más celebrado de la obra de Fernández del Amo.
co, caro, incómodo...) 13.  O lo mal, según se mire. Cuando una cosa está sustan-
10.  Sobre todo cuando hablamos de un patrimonio de cons- cialmente igual que hace 50 años, quiere decir que no envejece.
trucciones hechas con pocos recursos. Envejece mal, por lo tanto. En las fotos de 1958 se ven vacas
11.  GUILLÉN, Jorge: “Más allá” [En] Cántico. Buenos por las calles. En julio de 2005 encontré todavía mulas.
Aires: Editorial Sudamericana, 1950. (Extraído de la antología: 14.  Fragmentos del Pregón de las fiestas patronales de Ve-
GUILLÉN, Jorge: Mientras el aire es nuestro. Madrid: Cátedra, gaviana, pronunciado por José Luís Fernández del Amo el 12
1994). de mayo de 1990.

—  295  —
J. Ángel Hidalgo Arellano

para unas necesidades actuales? ¿Qué día se dejó


de pintar sus maderas? ¿Qué día se dejó de rete-
jar? ¿Qué día no se repuso lo que estaba gastado?
¿Por qué no se añadió lo que hubiese mejorado su
habitabilidad con el respeto, con el amor propio por
mantener el propio estilo?”15

Vida y tradición (arquitectura popular) formaron


al arquitecto. El arquitecto concibió y dio paso al
hombre. Su vida tiene la palabra.

La vida tiene la palabra. Vegaviana (Cáceres). Julio de 2005.

15.  Ver nota 2.

—  296  —
Conventos de clausura: las otras arquitecturas

Mª. Teresa Pérez Cano, Eduardo Mosquera Adell


Universidad de Sevilla. España1

1
La arquitectura de los conventos de clausura ha de todo tipo: arquitectónicos, históricos, artísticos...
llegado hasta nuestros días como una gran desco- como si estos mismos elementos de caracterización
nocida, o lo que es más peligroso, se piensa que se patrimonial no se produjesen en su interior, en otros
conoce aunque en realidad, en la mayoría de los ámbitos, incluso con mayor intensidad.
casos, solo se valora una mínima parte de lo que La arquitectura conventual se mueve entre lo
sus inmuebles representan: fundamentalmente sus monumental y lo doméstico. De esta simbiosis surge
iglesias, en ocasiones los frentes de las galerías una arquitectura característica, donde cada parte,
claustrales y casi siempre no mucho más, cuando no sea de matriz preeminente y asimilada como culta
se aprecian de forma fragmentaria elementos con- o bien sea modesta, de base vernácula, convive con
vencionalmente tenidos como cultos, por ejemplo el resto, tiene sentido. Y todo ello en función de la
espadañas, portadas, escaleras... realidad superior que representa la clausura en su
En efecto, son mayoritarios los casos que cono- más compleja dimensión arquitectónica.
cemos en este sentido y vamos a comentar algunas Este contraste tiene que ver con lo que estos or-
cuestiones al respecto relativas a la cuestión de la ganismos representan. De un lado las imposiciones
enorme riqueza conventual de la ciudad de Sevilla, derivadas de la propia Regla de Vida y el simbo-
pero fácilmente extrapolables a tantas experiencias lismo asociado a muchos de sus espacios: iglesia,
de órbitas culturales vinculables (Andalucía, Por- sala capitular, refectorio, etc. De otro, el carácter de
tugal, América Latina...). En particular, esta valo- microciudad –un edificio que opera como si fuese
ración parcial se produce con especial insistencia una ciudad, analógicamente con la idea agustiniana
en los conventos de religiosos (iglesia conventual de Civitas Dei- propiciado por el hecho mismo de la
de San Pablo, San Buenaventura, La Anunciación, clausura, o lo que supone pasar toda una vida y de
y un largo etcétera). La razón más común es que forma voluntaria aislados del mundo (fuga mundi).
tradicionalmente, cuando el convento se desamor- Por eso, el convento, en sus espacios de clausura,
tiza, una gran parte de sus estructuras se pierden. se nos presenta en cuanto a su contacto con el exte-
Incluso en conventos actuales, que han llegado rior como algo opaco, incluso antiurbano. Sus facha-
hasta nosotros con un alto grado de integridad ti- das son cerradas, casi sin huecos y cuando estos apa-
pológica y espacial, cuando se han producido mer- recen están trazados bien altos, alejados de la vista
mas en su perímetro, se han efectuado sacrificando del transeúnte, y son a menudo protegidos con la ca-
huertas, estancias o patios considerados como ele- racterística reja de cuadradillos, a veces con amena-
mentos menores, preservando siempre el espacio zadoras púas. Las puertas dan paso a los compases,
más propiamente sacro. Este ámbito, más conocido, espacios intermedios que nos conducen a la verda-
también es el más reconocido, pues se piensa que dera puerta del convento, la hermética Puerta Reglar
aglutina el mayor número de valores patrimoniales y nos permiten en cambio la más accesible entrada
a la iglesia. A veces, y sobre todo en los conventos
1.  Grupo de Investigación del P. A. I. nº HUM-700. más modernos, cuando la ciudad históricamente está

297
Mª. Teresa Pérez Cano, Eduardo Mosquera Adell

más densificada, y por ende más protegida, encon- sacerdote y sus acólitos-, locutorios de dentro –co-
tramos la puerta de la iglesia –y el propio espacio munidad– y de fuera –para la familia, amigos, visi-
eclesial- dando directamente a la calle. tas... Son los mismos espacios, pero que se cualifi-
De cara a la ciudad, también aparecen fachadas, can de forma diferente al estar dentro o fuera de la
que siendo conventuales, son menos cerradas, y que clausura conventual y ser usados por la comunidad
nos remiten en la mayoría de los casos a la imagen o por los otros.
cotidiana de una vivienda más de la ciudad históri- También existen otros espacios dobles, que se
ca. Pertenecen a esas otras partes del convento más repiten en planta baja –más fresca y húmeda- y alta
públicas, como son las hospederías (Santa Rosalía), –más cálida y seca- y que llamaríamos de uso dual,
las casas de guardas (porteros, mandaderos) y ca- invierno –verano. Al igual que ocurre en muchas
pellanes (San Clemente), etc. Que también forman casas tradicionales andaluzas, el convento se adapta
parte de la conventualidad, aunque no sean clausura a los cambios de estaciones en aquellos usos más
propiamente dicha, pero de ahí su imagen plena- habituales: coros alto y bajo, dormitorios de invier-
mente urbana. no y de verano, salas de recreación, salas de labor,
Que el convento se nos muestre opaco al especta- enfermerías y demás estancias dobles, que son señas
dor, no quiere decir que en su interior también lo sea de identidad de la más pura domesticidad de vida y
para la comunidad. Muy por el contrario, las verda- costumbres. Son testimonio de una cultura material
deras fachadas del convento están normalmente en especialmente pródiga en la relación entre la cons-
el interior, dando a la clausura. Aquí es donde esta trucción del espacio arquitectónico, su funcionali-
arquitectura presenta el mayor grado de urbanidad dad y las formas rituales de vida que han decantado
exhibiendo frentes y fachadas muy expresivos, con órdenes y comunidades.
galerías, algorfas, altanas y solanas, ricas en arque- El patio en el convento tiene varios cometidos,
rías, cierros, ventanas o balcones que plantean una cumpliendo misiones de carácter simbólico y fun-
rica conexión entre el interior edificado y los espa- cional. En la mayoría de los casos sirven para per-
cios abiertos. meabilizar la trama, organizar recorridos y distribuir
Además, el convento está lleno de calles, paseos, espacios, además de presentarse con una arquitectura
pasillos, pasadizos, plazas, patios jardines, huer- propia. El claustro principal aglutina los elementos
tas... Algunas callecillas verdaderamente han sido más característicos de la vida conventual: coro (igle-
capturadas del callejero de la ciudad, como ocurre sia), sala capitular, refectorio, acceso (escaleras) a
en San Leandro (calle Viva) o Santa Paula, y otras dormitorios. Pero también existen, dependiendo de
entendidas como realidad porque así son vividas, y la casuística del edificio y de la forma de la parcela,
se han producido imitando procedimientos urbanos prolijas organizaciones basadas en patios menores de
externos a la clausura. El callejón de San Cristóbal uso propio, a veces monográfico, como el patio del
en el monasterio de San Clemente, calle de la Enfer- lavadero (Santa Inés), patio de la cocina (San José)...
mería en el de Santa Paula, avenida de la Esperanza pero también como espacios previos -o ante espa-
en el convento de Santa Ana, son ejemplos de esto cios- de otros más importantes o específicos: patio
que venimos exponiendo. del coro o antecoro (Santa María de Jesús), patio del
Existen, como vemos, diferentes lenguajes de refectorio o anterefectorio (Santa Ana)...
urbanidad, de escala y relación, para una misma Finalmente, encontraríamos las huertas y jar-
estructura edificatoria. Podríamos resumir la urba- dines como espacios de trabajo y de recreo al aire
nidad en varios rasgos. Abierta: aquella presente libre, que participan activamente en este organismo
en espacios donde se mezcla clausura con clausura. vivo que es el convento. Resulta doloroso compro-
Cotidiana: cuando estamos ante la parte del con- bar como -no pocas veces- estos espacios “vacíos”
vento (espacios de no clausura) en contacto con el son los primeros en sacrificarse, o son los más pro-
exterior. Finalmente, cerrada: clausura propiamen- picios a colmatarse con arquitecturas de ajena o
te dicha respecto al exterior, lo que nos remite a la dañosa entidad. La escasa valoración del vacío en
gran complejidad que se entraña tras sus puertas. relación con el lleno, parece evidenciar un extraño
Lo privado y lo público se mezcla en estos edi- concepto de lo arquitectónico, como si fuese posi-
ficios, en la esencia misma del propio programa ble una cosa sin la otra. La fuerza de lo construido
arquitectónico, generando una diversidad que los en lo conventual, se percibe desde la transición de
singulariza: coros –espacio para la comunidad– con sus patios, huertas y jardines. La capacidad de apre-
iglesias –espacio para los feligreses–, sacristías in- ciar lo uno, depende en gran medida del valor que le
teriores –para la comunidad- y exteriores –para el demos a lo otro. Las proporciones de llenos y vacíos

—  298  —
Conventos de clausura: las otras arquitecturas

nos hablan de otros sentidos de lo doméstico, que recintos propios del trabajo, como bibliotecas o in-
hunden sus raíces en arraigadas tradiciones y sen- cluso más específicos: encuadernación, tintorerías,
sibilidades, donde lo urbano y lo rural a menudo se obradores de dulces, que nos terminan de explicar
entremezclan en el interior monacal. De nuevo, el como funciona un convento.
contraste se nos presenta como una de las constan- Incluso los espacios para la muerte, el cementerio
tes de la arquitectura conventual. en sí mismo (Socorro), la sala de profundis (Santa
El convento es un organismo que ha permane- Clara), o simples enterramientos bajo el claustro
cido sin cambios conceptuales desde la conforma- (Espíritu Santo), la iglesia (San Clemente), etc. nos
ción del tipo arquitectónico urbano, hasta nuestros muestran distintos modos, distintas culturas sobre la
días. El paso del dormitorio de sala continua común misma morada final.
a celdas individuales, allá por el siglo XV, con el Los conventos representan un enorme acervo de
pontífice Martín V, fue uno de los más importantes y experiencias sobre un especialísimo modelo de convi-
ha servido para la adaptación, ya en época reciente, vencia entre arquitecturas, que probablemente repre-
de nuevos usos compatibles con las clausuras en los sente su principal lección y valor patrimonial. Por un
viejos dormitorios comunes (San Clemente y Santa lado conviven arquitecturas de base culta, de autor o
Inés como receptores de espacios para usos cultu- tendencia artística, comprometidas con códigos for-
rales) además de facilitar la aparición de conventos males de épocas precisas y fabricadas con materiales
de menor tamaño (por ejemplo conventos de ramas propios de lo áulico, lo monumental, pero están llama-
descalzas como los de las carmelitas). das a mantener un diálogo y una existencia comparti-
El último paso en esta evolución lo situamos en da con otras arquitecturas conformadas mediante ele-
el cambio de la posición del coro, al subir de los mentos sobrios, humildes, anónimos en su gestación,
pies a la cabecera de la iglesia. Cuando físicamen- y herederos de saberes tradicionales de base popular,
te es posible se adapta (Santa Ana) o se proyecta sin tiempo, pero enormemente ricas y sorprendentes
(Santa Rosalía, La Visitación). Pero cuando no es por sus calidades espaciales, por su necesario prota-
factible, se coloca un altar auxiliar junto a la reja gonismo en el devenir funcional de los conventos, por
del coro bajo. Esto supone una toma de poder de la ser decisivos espejos de su cultura vital.
comunidad de religiosas de la gran iglesia heredada, Como epílogo señalar que “el paso del tiempo,
monumental, para hacerla más suya, en un acto de las nuevas formas de entender la vida... aíslan y se-
domesticidad cotidiana. ñalan como obsoletas estructuras espaciales de alto
Algo de esto ya pasaba en el convento a otros ni- valor patrimonial. Nuestra labor como investigado-
veles. Frente a la gran iglesia conocida y pública, el res está en contribuir a que ello no suceda”.
complejo monacal está lleno de pequeñas capillas,
retablos o altares, incluso de aire mobiliar -como
hornacinas, vitrinas y fanales-, de carácter íntimo, Bibliografía básica
para el disfrute devocional privado de la comuni-
dad. Algunas advocaciones son más frecuentes en BRAUNFELS, Wolfgang: Historia de la arquitectura
estos casos, como la del Nacimiento (Santa Clara) y monacal en Occidente. Barcelona: Barral, 1974.
otras más personales como la de Santa Teresa (San HERNÁNDEZ LEÓN, Elodia: Guía de conventos. Clau-
suras en la provincia de Sevilla. Sevilla: Diputación
José del Carmen), la de Fátima (El Socorro), o San
de Sevilla, 1996.
Onofre (Santa Rosalía), y así un copioso etcétera.
PÉREZ CANO, María Teresa; MOSQUERA ADELL,
Esta toponimia singular da nombre y persona- Eduardo: Introducción de nuevos usos en las clau-
liza patios, escaleras y otras estancias donde prima suras. Estudio de la viabilidad (informe). Sevilla:
la presencia de lo sacro frente a lo profano. Pero Consejería de Cultura, 1988. 3 vols.
el convento es vida diaria, y es trabajo además de PÉREZ CANO, María Teresa; MOSQUERA ADELL,
oración desde San Benito. Por eso, junto a espacios Eduardo: Arquitectura en los conventos de Sevilla.
representativos y solemnes, como la sala capitular, Una introducción patrimonial a las clausuras. Sevi-
o la sala de ordenación, en la mayoría de los casos lla: Consejería de Cultura, 1991.
ligados con escaleras domésticas o monumentales, PÉREZ CANO, María Teresa: Patrimonio y ciudad: El
sistema de los conventos de clausura en el centro
que responden a una dinámica superior que envuel-
histórico de Sevilla. Sevilla: Fundación FOCUS-
ve a todo el convento, encontramos espacios de uso Abengoa; Universidad de Sevilla, 1999 (2ª ed.),
cotidiano: cocinas, lavaderos, tendederos, salas de 1996 (1ª ed.).
recreación, ricos en soluciones formales y cons- PÉREZ CANO, María Teresa; MOSQUERA ADELL,
tructivas de raíz vernácula. Pero también se dan en Eduardo: “Sentido urbano y desarrollo tipológico

—  299  —
Mª. Teresa Pérez Cano, Eduardo Mosquera Adell

en los monasterios y conventos de Sevilla”, en AA. arqueológica. Sevilla: Universidad de Sevilla; Funda-
VV.: Base de datos de intervenciones en edificios ción El Monte, 1997.
declarados Bien de Interés Cultural (CD-ROM). TABALES, Miguel Ángel; POZO, Florentino; OLIVA,
Sevilla: FIDAS y otros, 2003. Diego: El Cuartel del Carmen de Sevilla. Análi-
PÉREZ DEL PRADO, Mercedes: La iglesia mínima. El sis Arqueológico. Sevilla: Consejería de Cultu-
espacio en los templos de las clausuras conventua- ra, 2002.
les sevillanas. Sevilla. Diputación de Sevilla, 2000. VALDIVIESO, Enrique; MORALES, Alfredo J.: Sevilla
TABALES RODRÍGUEZ, Miguel Ángel y otros: El oculta. Monasterios y conventos de clausura. Sevi-
Real Monasterio de San Clemente. Una propuesta lla: Guadalquivir, 1980.

—  300  —
Aproximación al patrimonio arquitectónico
tradicional de la comarca de Los Pedroches
a través de la vivienda de Dos Torres.

Francisco Manuel Carmona Carmona


Grupo intecbic -HUM-428 del P. A. I-. Universidad de Córdoba. España

Estado de la cuestión que ha sido escogido para esta aproximación a la


arquitectura tradicional de su comarca por poseer un
El patrimonio arquitectónico del Valle de Los caserío urbano de alto valor patrimonial merecedor
Pedroches ha adolecido del conveniente y necesa- de la declaración de Bien de Interés Cultural, con la
rio estudio que analice con profundidad los distintos categoría de Conjunto Histórico.
elementos que lo conforman. En concreto, la arqui- Entendemos que los factores que determinan en
tectura doméstica tradicional de esta comarca cor- mayor o menor grado la arquitectura tradicional en
dobesa se ha visto relegada a un segundo o tercer un ámbito rural vienen dados por las características
plano al no responder a la imagen preconcebida y geográficas y geológicas del lugar, el tipo de activi-
errónea de determinados autores, quienes atribuye- dad económica desarrollada en la zona, así como la
ron para todo el vasto territorio andaluz el tipo de herencia cultural e histórica de cada pueblo, por lo que
casas blanqueadas con rejas y patios rebosantes de se establece una armonía entre el hombre y el medio
color vegetal, lo que provocó polarizar y generalizar geográfico que le rodea. Bajo estos preceptos se com-
la imagen tópica y en nada cierta de esta pretendida prueba cómo Los Pedroches es, si cabe, la comarca
‘arquitectura andaluza’. No ha sido hasta hace tres cordobesa con una realidad física más claramente
décadas cuando esta denominación ha ido cediendo definida por el medio natural donde se enmarca. La
el paso a otras que se acercan más a la delimitación dehesa ha supuesto el modelo de aprovechamiento
comarcal que a un infundado regionalismo. Gracias integral de los recursos y se ha erigido como el ele-
a las aportaciones de Flores, Feduchi y Caro Baroja mento definidor de su paisaje. La explotación de los
se fueron despojando los apelativos estándares con recursos que el medio pone a disposición del hombre
los que se quiso generalizar la arquitectura tradicio- ha propiciado un proceso de antropización que ha
nal de toda la región andaluza. Pese a todo, han sido dado como resultado unos poblamientos conforma-
pocos y sucintos los estudios que se han ocupado dos históricamente sobre la base de la gran propiedad
concretamente de la arquitectura doméstica tradi- y un hábitat concentrado muy ligado al territorio por
cional cordobesa y, por lo general, se han acercado la explotación agroganadera y minera. Por su parte,
a ella de manera tangencial y por medio de refe- y a menor escala, Dos Torres es hoy el resultado de
rencias aparecidas en publicaciones de muy diver- una evolución compleja, que desde antiguo se viene
sa índole. Es menos alentador el panorama que se configurando por los sedimentos culturales que se
ofrece para el caso de Los Pedroches, pues en estos han desarrollado en su marco geográfico y el deve-
opúsculos se adopta la misma norma de generali- nir histórico, elementos éstos que nos han permitido
zar las características constructivas para todos los conocer cuáles son los modelos y las tipologías de
municipios de la comarca, siendo entendida como la arquitectura doméstica tradicional que desde esta
una tipología inmóvil que abarca a todas sus loca- localidad se aporta al Patrimonio Histórico andaluz.
lidades. Dos Torres es uno de los diecisiete munici- Conocido todo ello, será objeto de esta aproxi-
pios pertenecientes a la comarca de Los Pedroches, mación el conocer los materiales empleados, las

301
Francisco Manuel Carmona Carmona

técnicas de construcción y la finalidad de las dis- tres crujías a las que sigue el portal. Lo habitual es
tintas estructuras desarrolladas en la vivienda tradi- que la casa abriera a su parte trasera mediando un
cional de Dos Torres, lo que nos permitirá vincular portal, éste se ha incorporado a la casa constituyen-
la edificación doméstica tradicional a un sistema do hoy la dependencia diurna, dado que se ha dotado
socioeconómico del que resulten las diferentes tipo- de ventanas y puerta de mayores dimensiones lo que
logías y la evolución de éstas a los cambios aconte- facilita la iluminación y ventilación de la estancia. El
cidos en los modos de vida de sus moradores. portal además de convertirse en estar-comedor puede
contener la cocina su cercanía a la cocina de diario
que se sitúa, por lo general, fuera de la casa. El baño
Invariantes Tipológicas es un elemento que se ha incorporado recientemente
al interior de la casa, por lo que carece de definición
La práctica totalidad de las edificaciones en Dos estructural. Este espacio ha requerido el sacrificio de
Torres están marcadas por su componente horizontal, una habitación o parte de ella, en algún caso, la coci-
con una clara tendencia de ocupar más en superficie na ha sido sustituida por el baño debido a la facilidad
que en altura. Son arquitecturas del tipo casa bloque de ventilación gracias a la campana de chimenea.
con patio cerrado entre medianeras, en hábitat con- El hecho de levantar los muros de carga para-
centrado por aglomeración primaria, cuya finalidad lelos a la línea de fachada, cuando existen más de
es el uso doméstico unifamiliar. Están formadas por dos crujías, hace que las crujías centrales queden
planta rectangular y simétrica a partir de un corredor ciegas con los consiguientes problemas de ventila-
o pasillo, practicable de ordinario para personas y ani- ción e iluminación. Estas crujías, por lo tanto abren
males, que comunica fachada con un patio o corral en únicamente al corredor central o pasillo distribuidor
la parte trasera. A sendos lados de este corredor, si es a cuyos sendos lados se disponen las estancias. El
casa entera, o a uno solo en el caso de ‘media casa’ único espacio que podríamos considerar diáfano en
se distribuyen las dependencias. En altura compren- la planta baja de la casa es el corredor central, al
de una planta y cámara, o, dos plantas que abren a la que se dota de anchura suficiente para que, en ori-
fachada mientras que no se completa la construcción gen, pudieran pasar las bestias que ayudan en las ta-
de la planta superior, dejando el resto diáfano con una reas agrícolas. Este hecho ha provocado se proceda
aplicación de cámara o sobrado. Cada casa constituye a empedrar tal espacio, denominándose ‘vereda’ al
un módulo completo de entidad total, bien definida espacio de piedras creado desde la entrada princi-
morfológica y espacialmente, independiente de las pal hasta la salida trasera al patio o corral. Este ele-
demás -aunque existan elementos de común aprove- mento se ha ido enriqueciendo con el tiempo dando
chamiento como los ‘medios pozos’ o tapias media- lugar a verdaderos mosaicos en pequeñas piedras de
neras- e integrada con otros módulos formando agru- naturaleza y colores diversos.
paciones o manzanas mediante parcelas alargadas. La cocina hogar carece de cubierta ocupando su
Constructivamente las edificaciones se resuel- lugar un amplio cuello de campana en forma piramidal
ven desde los cimientos a escasa profundidad con que desemboca en la chimenea exterior. En invierno
muros y pilares maestros de tapial con fajas de silla- el hogar actúa como método de calefacción de la casa,
rejo y ladrillo unidos con argamasa de cal y barro. gracias a que es un espacio abierto al pasillo y desde
Muros medianeros con fábrica de ladrillo o sillarejo éste se reparte al resto de la casa. En el lado opuesto,
careado unidos con mortero. En las casas que for- al otro lado del pasillo, se dispone el ‘chinero’ que
man esquina, el sillar de granito es de buena labra y cumple la triple función de servir de expositor al ajuar
su disposición homogénea, dejándose a la vista. En doméstico, mueble despensa y puerta de acceso a las
la vivienda tradicional de Dos Torres predomina la habitaciones que corresponden a esa crujía.
horizontalidad sobre la verticalidad en las propor- Se cubren las estancias de la planta baja con bó-
ciones exteriores de fachada. General uso de enmar- vedas de arista y, en raras veces, con lunetos, que
cado de vanos con piezas de granito de buena este- suelen ocupar las estancias más luminosas, corredor
reotomía. Uso de la portada como recurso plástico central y estancias con vanos a la calle; cuando no,
para las pretensiones de nobles e hidalgos, donde la cubrición es a base de entramado de madera, bien
instalaban blasones, escudos en piedra y dinteles con vigas escuadradas o rollos de sección circular
con decoración gótica flamígera, recurso éste que se sobre los que se disponen listones bien trabajados.
toma en nuevas construcciones. A la planta alta se la denomina ‘cámara’, des-
La planta baja de la vivienda tradicional cubre tinada al almacenamiento de grano en recercados
todo el programa de vivienda, contando con dos o denominados ‘trojes’ y los aperos de trabajo. Es un

—  302  —
Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la vivienda de Dos Torres.

espacio generalmente diáfano, cubierto con arma- Materiales y técnicas constructivas


dura de madera a par y nudillo o parhilera sobre el
que se dispone de un entramado vegetal o tablas de El estudio de la tierra, piedra, cal, arena, yeso, ma-
madera donde apoyan las tejas sujetas con argamasa dera, caña y metal son considerados materiales funda-
de cal y arena. Lo habitual en aquellas casas con es- mentales en la construcción de vivienda y a los que el
tancias vivideras en planta alta, estas no exceden de maestro alarife de Dos Torres debía estar familiariza-
la mitad del espacio, dejando el resto con función de do. Por su parte, las técnicas de construcción vienen
cámara. Siempre abren sus vanos a la fachada sien- siendo establecidas tradicionalmente en cuatro fases,
do éstos en forma de balcón no muy sobresaliente o, estructuradas según corresponden los distintos traba-
generalmente, con ventanas. jos y complejidades: fundar, levantar, solar y cubrir.
En el corral, destinado eminentemente a usos Las tierras, distinguimos tres clases principa-
agrícolas y ganaderos, aparecen edificaciones com- les: tierra propiamente dicha, arcilla y arena. En
plementarias sin integrar con la zona de residencia. Dos Torres la tierra ha sido empleada tradicional-
Si bien, de un tiempo a esta parte se están adosando mente en solados terrizos apisonados en viviendas
a la casa cocinas y cuartos de baño, al carecer la donde se disponían de escasos recursos1. De forma
vivienda tradicional de estas instalaciones. Aunque más generalizada se ha utilizado como relleno sobre
pueda llamársele a este espacio patio, no hay nin- las bovedillas, que enrasada facilita la formación
gún elemento que pueda asimilársele, a excepción del solado de la cámara. Por su parte la tierra con
del pozo, sino corrales y cuadras traseras con una componente más arcilloso ha sido profusamente re-
finalidad eminentemente productiva. Suelen apare- querida para la realización de muros de tapial en la
cer entre la casa y estas instalaciones secundarias separación entre pilares, en la formación de tapias
pequeños huertos que se enriquecen con los estiér- medianeras o cercas de corrales, generalmente como
coles animales y el agua del pozo. Raramente la par- sistema de fábrica mixta utilizada en el realzado del
cela dispone de acceso secundario. muro en mampuesto. Se culminan estas tapias con
La ornamentación en el exterior de la casa radica en un pequeño remate a dos aguas en ladrillo o teja que
la disposición de los elementos constructivos o estruc- proteja de la acción del agua a la estructura.
turales con un afán decorativo o mecanismo distintivo La arena utilizada en la casa tradicional de Dos
—blasones, portadas, dinteles—, o aplicando sobre Torres proviene generalmente de los arroyos, donde
los elementos y estructuras decoración —esculpiendo al mezclarla con cal permite el mortero con el que,
la piedra, pintando paredes, labrando la madera—; y dependiendo de la calidad y proporción empleada
en el interior se utilizan otros elementos que ayudan a en la mezcla, unir las piedras para la formación de
enaltecerla. Además de la tradicional vereda, que pasa muros, revocar exteriormente o enlucir las paredes
de considerarse como elemento práctico para adquirir interiores. Las fuentes directas consultadas nos se-
la consideración decorativa, encontramos otros que la ñalan la arena de camino como la más idónea para
cotidianidad unida al paso del tiempo han adquirido la realización de empedrados, dado que es la que se
un componente estético. Es el caso de la instalación acerca más al estado de polvo, permite la fácil traba-
frente a la cocina-hogar de un ‘chinero’ o expositor zón con las pequeñas piedras desbastadas y evita las
del ajuar, que otras veces sirve como manifestador de florescencias debidas a la humedad que proviene del
imágenes religiosas, e incluso permite el acceso a las suelo. Como variante de las aplicaciones de la tierra
habitaciones interiores. Suele realizarse con labores de no hemos podido constatar, ni en el trabajo de campo
ebanistería en aquellas casas de grandes y medianos ni de la encuesta con maestros albañiles, el uso ge-
propietarios, mientras que no son tan elaborados en neralizado del adobe como material constructivo en
las demás. Otro elemento que ha tornado su función las viviendas de Dos Torres, aunque sí conocemos su
original por la de constituirse en elemento ornamental empleo en otras localidades de la comarca.
es la cantarera o repisa donde se situaban las cantaras El ladrillo lo encontramos profusamente emplea-
de agua potable, generalmente se disponían en aquella do en la arquitectura tradicional de Dos Torres. Pre-
zona de la casa más fría, y hoy meros expositores de domina el uso del tipo macizo, como material esen-
estos útiles. No obstante, el componente decorativo cial en la realización de techos de bóvedas de arista
que más llama la atención es el de la pintura mural. dispuestos de canto y a sardinel; en la realización de
Hemos localizado viviendas cuyas paredes y techos
se recubren con pinturas murales cercanas a la esté-
1. Esta información se desprende de fuentes directas y re-
tica modernista, a base de figuras de tipo vegetal y/o futada por la bibliografía consultada, si bien no se ha podido
geométrica, que incluso llegan a firmarse y datarse. constatar este extremo en nuestra investigación de campo.

—  303  —
Francisco Manuel Carmona Carmona

escaleras, que sostienen los empujes un medio arco Gracias al uso del material pétreo de la zona
elíptico que apoya en los primeros escalones en pie- podemos decir que la arquitectura se inserta en el
dra y la estructura del suelo del primer nivel; en el paisaje, por lo que en Dos Torres el uso del sillar
tabicado interior y en la realización de trojes en las de granito es generalizado, en tanto que constituye
cámaras o doblados; en toda la estructura de chime- una seña de identidad de su arquitectura tradicional.
neas, incluida su parte externa; en muros medianeros, Aparece en la formación de muros y pilares realiza-
que permiten mayor homogeneidad en el acabado; dos con la técnica del mampuesto con sillarejos de
en los vanos, sobre todo para rematar puertas y ven- granito, más o menos irregulares, que se traban junto
tanas definiendo su abertura; y al exterior, en las for- a ladrillos y ripios cerámicos con mortero de barro y
mas ornamentales de cornisas, a modo de ‘picos de cal, en construcciones secundarias en el corral van a
gorrión’; de ladrillo son también los arcos de carga la vista, mientras que al exterior se cubre su fábrica3.
sobre los que descansan los techos abovedados o con Los portales dispuestos en la trasera de la zona habi-
entramado de madera. Complementariamente, el la- table de la casa soportaban en muchas ocasiones su
drillo se alterna con la piedra de granito en diversas techumbre gracias a columnas monolíticas, que en la
estructuras, como muros y pilares, donde cumple la mayoría de los casos estudiados los han incorporado
doble función de homogeneizar la disposición de la como estancia vividera. También se usa como piedra
mampostería en muros y pilares de carga, así como labrada, limitándose en este caso al recercado de los
dar consistencia y regularidad a los mismos. vanos en ángulo recto mediante piezas monolíticas
Las tejas son curvas, del tipo árabe, e inexcusable que constituyen los dinteles, jambas y umbrales. Los
su disposición en las cubiertas de las viviendas. Son dinteles han sido objeto de labra en muchas vivien-
«fabricadas en los abundantes tejares o alfarerías das, configurando un verdadero repertorio pétreo de
que siempre existieron en la comarca»2, dotándole estilos artísticos reflejados en este elemento por lo
de un característico color rojizo a esta estructura y, que se reconoce en su decoración el origen de la vi-
por extensión, a la vista aérea de la localidad. Las vienda en el tiempo, cuando menos se labra la fecha
tejas fabricadas en Los Pedroches son de dos tipos: de creación reconociéndose por la decoración el
las realizadas a torno, de mayores dimensiones y origen de la misma. Es de destacar las dimensiones
algo más irregulares; o bien, las realizadas mediante que pueden llegar a alcanzar en algunos casos los
molde de chapa, más homogéneas y pequeñas. Las monolitos pétreos que corresponden al dintel, con-
primeras son propias para conformar el caballete; siderando que en buena parte de las casas la puerta
mientras que la utilización de las segundas está más principal de acceso tenía además la función de servir
generalizada, encontrándose tanto en las cubiertas de acceso a las caballerías hacia la parte trasera de la
como en los remates de tapias y chimeneas. casa donde se sitúan las cuadras y corrales.
Las losas de barro cocido a poca temperatura son En las jambas se busca cierta asimilación con
habitualmente de forma cuadrangular dispuestas en elementos sustentantes exentos, proporcionando a
damero o formando losanges. El aspecto que otorga las jambas de unas molduras que simulan apoyarse
la naturaleza del material hace que en muchos casos sobre basas o podios. En otros casos, cuando sendas
las losas se pinten, cuando van dispuestas en estan- jambas no son monolíticas se cuida que el despiece y
cias vivideras, dotando de brillo al pavimento y cu- disposición de sillares sea simétrico y diferenciando
briendo su humilde origen. Esta acción de pintura las piezas con el enjalbegado de la llaga. Del mismo
suele extenderse a escasos centímetros de la pared, modo se colocan sillares de buena labra en las por-
simulando un rodapié inexistente. En la cámara o tadas que ocupan toda la altura de la vivienda con
doblado, las losas de barro se dejan vistas y ape- intención de destacar simbólicamente el acceso a
nas van unidas por una lechada de barro crudo. Está una vivienda de abolengo que generalmente conlle-
muy difundido el uso de losetas hidráulicas con va- va la instalación de un blasón; al igual que también
riedad de colores y motivos decorativos formando poseen buena estereotomía los sillares ubicados en
figuras geométricas y florales, dispuestas en todas las esquinas de aquellas casas con doble fachada.
las dependencias habitables de la casa. Se constata Los mármoles son prácticamente desconocidos
una tendencia a la sustitución de estas losetas tradi- en la arquitectura tradicional de la localidad, tan sólo
cionales por baldosas de tipo terrazo, gres e incluso
barro cocido de factura industrial.
3.  Hemos podido comprobar la tendencia de eliminar de
fachadas o elementos sustentantes su revoco, dejando al descu-
2.  M. Moreno Valero: La vida tradicional en Los Pedro- bierto los materiales con la clara intención de reencuentro con
ches. Córdoba, 2001. pág. 199. una pretendida imagen de antigüedad.

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Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la vivienda de Dos Torres.

Ejemplo de utilización del sillar de


granito en esquinas y portada de una
vivienda de Dos Torres.

se ve solventada su ausencia con piedras filonianas funcionales urbanas que establecen fractura con la
extraídas en las cuencas de los ríos y arroyos por arquitectura tradicional de nuestros pueblos, siendo
la descomposición del granito: cuarzo, feldespato y sustituida en gran parte por productos sintéticos de
mica. Su destino está en la formación de mosaicos origen industrial. El yeso, por su lado, es muy utili-
pétreos dispuestos a lo largo del corredor central o zado en la construcción por su rápido fraguado, lo
pasillo distribuidor de la casa. Su creación se justifica que facilita la formación de tabiques y construcción
en la necesidad de paso de las bestias por el centro de de bóvedas. También es requerido en el enlucido
la vivienda con destino a sus cuadras, y por extensión de paredes y techos para ocultar la naturaleza de
denominado popularmente como ‘vereda’. Sea cual la misma y sus irregularidades. Gracias al yeso se
fuere la naturaleza del piso, terrizo o embaldosado, crean molduras con las que decorar los arcos del pa-
éste sufriría el incesante paso de herradura, por lo que sillo distribuidor de la casa y formar los habitáculos
en origen es de suponer se dispusieran cantos rodados del chinero o vasar.
de mediano tamaño, que con el tiempo han ido tor- La madera es utilizada en Dos Torres para cons-
nando hacia formas más sutiles con pequeñas piedras truir armaduras, entramados, revestimientos, marcos
picadas o desbastadas de estas piedras filonianas que y cierres de puertas y ventanas, cierres de vitrinas,
ofrecen las tonalidades del rojo gracias a los efectos chineros o vasares, etc. Se constata en la tratadística
del óxido de hierro sobre los cuarzos, amarillos por la constructiva que «la madera mejor para los edificios
propia oxidación del cuarzo, o el negro propio de la es la de encina porque es más dura, resiste más peso
turmalina4. Existen veredas muy elaboradas, tanto en que las otras y se conserva más tiempo en el agua,
decoración como en formas, lo que indica se encuen- en donde adquiere tanta dureza que casi no se puede
tran en viviendas donde el paso de caballerías no era trabajar con la herramienta ordinaria...»5. La gran
habitual, que poseen un acceso secundario a las cua- ­dehesa de encinas que ocupa todo el derredor de la
dras o porque la actividad económica no lo requiriera localidad de Dos Torres ha servido de abastecedora
y, por ende, el uso de caballerías. de este tipo de material lignario a la gran mayoría de
La cal ha sido durante siglos utilizada en arqui- las viviendas, donde se conservan troncos de enci-
tectura como el medio más adecuado para morteros, na enteros, apenas desbastada su corteza, y que bien
blanqueos, enlucidos, estucos y adornos. Lamen- sirve de tirante entre pilares, bien como caballete que
tamos en nuestros días la disminución de su uso soporta los rollizos inclinados que forman la arma-
como conglomerante en morteros y en el revoco de dura del tejado, bien como umbral para sostener el
la fachada rural, debido a la adopción de prácticas muro sobre el abocinamiento interior de los vanos.

4. Cfr. con E. Márquez Triguero: Mosaicos Populares 5.  F.J. León Tello y M.V. Sanz Sanz: Estética y Teoría de
del Valle de Los Pedroches (Córdoba). Torrecampo, PRASA, la arquitectura en los tratados españoles del siglo XVIII. Madrid,
1995. pág. 13-15. C.S.I.C.: Colección Textos Universitarios, núm. 22, 1994. p. 687

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Francisco Manuel Carmona Carmona

La armadura se completa con rollizos de álamo vivienda tradicional hemos de aludir primeramente
o pino, también denominados ‘aguilones’6, sobre al maestro albañil o alarife, dado que su formación
los cuales se disponen perpendicularmente varas no-docta está fuertemente anclada en la «observa-
de madroño o jara llamados ‘tiguillos’, que en caso ción directa de la realidad y en la consideración de-
de sustituirse por caña toma el nombre de ‘cañizo’. tenida de los hechos reales que concurren en cada
Sobre ellas se aloja una tongada de mortero sobre el problema»7, precisamente donde reside su virtud.
que se alojan las tejas. Los forjados de entreplantas La cimentación es el primer trabajo realizado
se realizan mediante entramados de vigas escuadra- por el alarife en toda edificación tras la localización
das o circulares conocidos como ‘rollizos’ y sobre y preparación de los materiales. Consiste en excavar
ellos listones de madera bien trabajados y colocados el terreno mediante zanjas hasta encontrar la roca
perpendicularmente. Se localizan por lo general en madre batolítica que se halla entre 50 cm. y 1 m.
la primera crujía de la casa, aunque existen salve- de profundidad, más o menos alterada por capas de
dades, indistintamente cubren las estancias laterales granitos descompuestos. La cimentación es a base
y el pasillo distribuidor, pero es fácil adivinar que de zanjas corridas paralelas y transversales a la fa-
se trata del área representativa de la casa, donde se chada, siendo su anchura8 y longitud de la zanja es
ubican las estancias más cuidadas. de igual proporción que los muros o paredes maes-
Tradicionalmente el desarrollo de la técnica ha tras sobre los que descansa toda la obra.
hecho posible un incremento en el empleo del hierro El levantamiento de muros y pilares comprome-
en la edificación; suponiendo una verdadera revo- te al artífice al conocimiento de las técnicas de uso
lución estética su aplicación sistemática en el siglo de todos y cada uno de los materiales, así como tam-
XIX. Desde la Edad Moderna se documenta en Dos bién de los resultados y efectos de la combinación
Torres una importante actividad en hierro y forja, de varios de ellos, pues sobre ellos reside la estabili-
dotando de aquellos elementos de índole comple- dad y consistencia de la edificación. En Dos Torres
mentaria a la edificación tales como clavos, cerrojos, el levantamiento de los muros de carga van siempre
bisagras, barandas, rejas y, en algunos casos, aunque paralelos a la fachada, realizándose con técnica de
resulte dificultosa su localización, grapas y tirantas mampostería careada unida con mortero de tierra y
que ayudan a contrarrestar los efectos de los empujes cal al que se añade ripios y despojos de cantería;
de la cubierta y el peso ejercido sobre el entramado siendo ésta la técnica empleada en las viviendas de
por el cereal almacenado en la cámara. En términos mayores dimensiones y prestancia, mientras que en-
generales, el trabajo de forja en Dos Torres se evi- contramos muros de carga de tapial alternado con
dencia más claramente en las rejas, encontrando pro- fajas de ladrillo y piedra de grano del lugar en casas
fusión de tipos de este elemento en hierro dulce, que de origen más humilde. El grueso del muro y pilares
corresponde en gran medida a la tradición mantenida oscila entre los 60 y 90 cm., mientras que el grosor
en el trabajo de la forja de esta localidad. Se ha de de las paredes medianeras se reduce a la mitad. Los
resaltar el grado de utilización que este elemento ha pilares son la continuación en altura de los muros
tenido en la vivienda tradicional de la localidad, no de carga o machones de la planta baja, con función
siendo fácil encontrar un solo vano que, aunque su de sostener la cubrición, a base de sillarejos de labra
cierre sea un simple tragaluz, no disponga de reja, regular alternados con ladrillos. Los pilares embuti-
sea cual sea su forma o dimensión. Contrasta la sim- dos en las paredes medianeras muestran una levísi-
pleza empleada en algunas ventanas de dimensiones ma forma troncopiramidal completándose la pared
considerables respecto la profusión decorativa que con ladrillo sentado a soga. Si la vivienda forma es-
se aplica a rejas que cubren pequeños ventanucos. quina a la calle los pilares arrancan desde el nivel de
cota de fachada, suelen ser de buena estereotomía
respetándose a la vista su color natural. Otros muros
Técnicas y Estructuras que igualmente conforman la vivienda tradicional

Respecto a las técnicas de uso de los materia- 7.  C. Flores: «El arquitecto popular y el arquitecto profe-
les y realización de los elementos que componen la sional», Arquitectura, Revista del Colegio Oficial de Arquitec-
tos de Madrid, núm. 192. Madrid, 1974. pág. 17.
8.  Por lo general los muros exteriores y paralelos a la línea
6. La tradición consideraba como elemento conformador de fachada suelen tener una anchura de entre 60 y 90 cm., depen-
de las dimensiones de la vivienda el número de aguilones que diendo del grado de carga que reciban, mientras que los muros
ésta debía contar, siendo la separación entre ellos de una vara que forman las crujías interiores y laterales, coincidentes con
de distancia, aproximadamente 84 cm. las medianeras, sus dimensiones son sensiblemente menores.

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Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la vivienda de Dos Torres.

de la localidad son los dispuestos exteriormente, en el acontecer diario de los moradores. Es así,
cuya estructura y técnica varía dependiendo de la fi- hasta el punto que las caballerías atraviesan la casa,
nalidad. Existen muros medianeros entre propieda- ante la ausencia de otro acceso; si en las cuadras y
des realizados con trabajo de mampostería en seco patio el pavimento es a base de piedras irregulares
y con recrecidos en tapial; otros son de mampostería y la calle posee un pavimento adoquinado, la casa
unida con argamasa de cal y arena para dependen- actúa como continuación interior del camino desde
cias secundarias como cuadras, zahúrdas o pajares. el lugar de labor a la cuadra por una estructura pé-
Los arcos se realizan a partir de la línea de impos- trea denominada vereda, si bien en la casa se cuida
ta de los pilares o machones que conforman la estruc- este aspecto reduciendo el tamaño y naturaleza de la
tura interna de la vivienda a base de ladrillo, aunque piedra e incorporando cierto afán estético, aunque
existen ejemplos realizados con dovelaje en granito, también encontramos veredas realizadas con bal-
que igualmente participan de la estructura de la vi- dosas más rudimentarias, pero por lo general estos
vienda. Los arcos se abren paralela y perpendicular- mosaicos pétreos están realizados a base de piedras
mente a la línea de fachada en las crujías centrales filonianas que dotan de brillo y color al corredor de
y en eje a la puerta de acceso principal. Estos arcos la casa. La vereda en Dos Torres se trata de un mo-
alcanzan una considerable luz para permitir el acce- saico pétreo formado por piedras; unas, producto de
so a las caballerías por el cuerpo central de la casa. la escoria de la fundición del plomo, extraídas de
La razón de su uso estriba, además de la necesidad las cercanas minas de plata abandonadas, que por
de abrir grandes espacios para la función antedicha, su alto contenido en plomo se refundieron dando
también como medida de contrarresto de fuerzas que lugar a duras piedras vítreas negras; otras, producto
recaen sobre los machones o pilares centrales por el de desbastar rocas con alto componente cuarzoso
peso producido desde la cámara9 y la armadura del obtenidas en los cauces fluviales. La técnica cons-
tejado. Es poco usual que existan arcos con función tructiva, según fuentes directas suministradas por
de carga dispuesto perpendicularmente a la línea de alarifes consultados, consiste en dejar sin enlosar
fachada; si los hay se sitúan en la segunda crujía, que aquella zona del corredor que se vaya a empedrar.
es allí donde reside mayor presión vertical. En este espacio se dispone un lecho de tierra poco
Los suelos. Se ha generalizado en Dos Torres que arcillosa, generalmente tierra de camino que evita
cualquier reforma acometida en la vivienda, sea del la absorción de humedad del suelo y por ende de las
alcance que sea, vaya aparejada la sustitución total posibles florescencias, sobre las que se disponen las
o parcial del pavimento. La sustitución del terrizo piedras que van a formar el dibujo. Si el dibujo es
o la renovación de la solería en favor de materiales vegetal, lo común es delimitar el espacio indican-
que, supuestamente, adecentan y dotan de más co- do con un hilo longitudinalmente el centro, a cuyos
modidad a la casa han provocado la pérdida de un lados se va disponiendo una fila de piedras, y trans-
elemento definitorio en las invariantes tipológicas versalmente para facilitar la repetición del detalle
de la localidad como es la ‘vereda’, de marcada rai- decorativo de acuerdo con un módulo establecido.
gambre extremeña y serrana del ­occidente andaluz10. Las decoraciones geométricas se realizan mediante
La casa no ha sido hasta hace relativamente poco el rellenado de un molde con las piedras elegidas
tiempo lugar eminentemente de habitación; tanto en para ello y completando con otro color el resto que
el entorno rural como urbano, la casa es entendida sirve de fondo. Una vez dispuestas todas las piedras
como un conjunto donde se estructuran vivienda, se completan las oquedades con más tierra, proce-
patios, pozos, corrales, cuadras, zahúrdas, huertos, diéndose a continuación a compactar unas con otras
etc., y donde el componente animal actúa imbricado con la ayuda de un ‘pisón’. Sea cual fuere el motivo
decorativo escogido el empedrado debe contar con
9. No debemos olvidar que la función última de estas de- un pequeño peralte en el centro, cuya finalidad es
pendencias es el almacenaje del cereal contenido en los trojes, actuar como contrarresto de los pesos -similar a la
así como depósito de todo aquel material cuyo uso no fuera acción sustentante del arco-, lo que con el paso rei-
continuado, como aperos de labranza, enseres, etc.
10. Cfr. J.M. Medianero Hernández: Empedrados deco-
terado llega a conseguirse un aspecto prácticamente
rativos de la Sierra de Aracena. Huelva, Diputación Provin- plano, donde todas las piedras han conseguido un
cial, 1997; A. González Rodríguez: «El hábitat en la Baja engarce perfecto y difícil de sustraer. A diferencia
Extremadura. Núcleos y construcciones», en Arquitectura Po- de la técnica utilizada en el norte de Huelva y sur
pular en España (Madrid, 1 al 5 diciembre de 1987). Madrid,
de Badajoz, cuyo lecho de asiento es argamasa de
C.S.I.C., 1990. pp. 121-125; y J.C. Rubio Masa: Arquitectu-
ra popular de Extremadura. Colección Cuadernos Populares, cal, arena y agua, en Dos Torres se realiza en seco
núm. 8. Mérida, 1985. garantizando su durabilidad el buen hacer que con

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Francisco Manuel Carmona Carmona

el pisón se haga sobre el pavimento y el peralte


dejado desde un principio. La anchura de la vere-
da no excede el tercio de anchura del corredor que
comunica la puerta principal con la trasera, aunque
suele tener una ramificación hacia una de las crujías
centrales que desemboca en el hogar. Se conser-
van veredas monocromas en cuarcita o feldespato,
mientras que las veredas con intención decorativa
son las más numerosas empleando el cromatismo
que ofrece la utilización de diversa naturaleza de
piedras. Las piedras que constituyen el dibujo son
oscuras que destacan del fondo de piedra blanca o
amarillenta, consiguiéndose verdadero virtuosismo
los motivos de estilo modernista. Las decoraciones
vegetales se forman a partir de una guía central a
base de escoria mineral, repitiendo una plantilla a
base de hojas almendradas, y en otros desarrollos
más barrocos de éstas. Los motivos geométricos se
reducen a losanges, círculos y festoneados, aunque
pueden encontrarse composiciones mixtas con de-
coración vegetal.
Otro elemento definidor de la tipología domés-
tica tradicional en Dos Torres es la variedad de
cubiertas con las que se realiza el cerramiento de Ejemplo de mosaico pétreo o vereda a base de piedras
las estancias en planta baja, obedeciendo claramen- filonianas, obtenidas como escoria de la fundición de
te a causas de índole climática. Existen dos tipos plata y plomo, y de desbastar piedras con alto contenido
principalmente: mediante bóvedas de arista11 y de cuarzoso.
entramado de madera sobre vigas escuadradas o ro-
llizos que sostiene una tablazón. Abunda el uso de
bóvedas, utilizándose para cubrir indistintamente y dotándole de mayor consistencia, para una vez
tanto habitaciones como pasillo distribuidor central. fraguada la estructura proceder al relleno con tierra
En aquellas estancias de planta rectangular suele de la cavidad resultante hasta enrasar con la línea de
alternar con lunetos, dando lugar a techos de gran pavimento de la cámara.
barroquismo. La técnica de ejecución se basa en el Por su parte, para los entramados de madera de-
levantamiento de la techumbre desde los rincones termina su tipo el lugar donde vayan ubicados. El en-
formados por pilares y entrearcos sin necesidad de tramado sobre vigas escuadradas con buena factura
cimbras, disponiendo ladrillos de canto unidos con y con trabajos de ebanistería se localizan en el pasi-
yeso bien fraguado y cerrando sucesivamente el llo distribuidor y las estancias principales, si bien se
hueco hasta agotarlo completamente con una clave pueden encontrar entramados de este tipo en estan-
en forma de cruz12. Seguidamente se procede al aca- cias interiores en viviendas de grandes propietarios.
El entramado a base de rollizos de madera es más
bado mediante el enlucido con yeso de esta fábrica
común y utilizado indistintamente en la gran mayo-
ría de las viviendas, aunque el deseo de ocultar su
11.  J.C. Rubio Masa señala el uso de la bóveda de arista pobre naturaleza ha llevado a ocultarlos con cielos
como tradición histórica originada en la romanización y depu-
ración técnica durante el califato en la península. Arquitectura
rasos de yeso. Tanto unos como otros sostienen listo-
popular de Extremadura…, pág. 6; encontrando reflejos de esta nes de madera de regular tamaño, que dependiendo
técnica en comarcas andaluzas y extremeñas. Vid. J. Agudo To- de la naturaleza de la vivienda y del lugar donde se
rrico: «Vivienda Tradicional…, pág. 73-75. y M. Fortea Luna: localicen serán de mejor o peor acabado. Sobre ellos
«Arquitectura Popular en la Baja Extremadura», en Arquitectura
se dispone una tongada de argamasa a base de cal y
Popular Extremeña. Actas de las I y II Jornadas en Defensa de la
Arquitectura Popular Extremeña. Badajoz, 1981. pp. 65-67. arena fina que sirve de sujeción del embaldosado de
12. Está en peligro de perderse, dado que de los maestros
albañiles consultados tan sólo uno asegura poder comprome-
terse a la realización de bóveda sin cimbras. Por otro lado, la haciendo que las intervenciones y remodelaciones sacrifiquen
necesidad de recuperar altura en las estancias vivideras está estos elementos de la casa.

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Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la vivienda de Dos Torres.

la cámara, generalmente en barro. El portal trasero La Fachada. Merece mención aparte dado que el
se cubre con rollos que soportan cañizo, suponiendo desarrollo decorativo adquirido desde antiguo se ha
la continuación del tejado de la vivienda. mantenido relativamente poco alterado. Los elemen-
La cocina-hogar se ubica en la segunda o tercera tos que contribuyen al establecimiento de modelos de
crujía, careciendo de cubierta. Este espacio lo ocupa fachada en Dos Torres se centran en diversos aspec-
una gran campana cuyo desarrollo en altura es un tos: fachadas relativamente anchas y de poca altura,
cono oblicuo elaborado en ladrillo unido con yeso. homogeneidad de alturas en línea de fachadas de la
La chimenea acaba traspasando la cámara hasta so- calle, utilización de grandes piezas de granito para el
bresalir al exterior con una forma troncopiramidal, recercado de los vanos, sillares de buena labra a la
con o sin cubrición vista, protagonismo de los escudos y dinteles labra-
Las escaleras de acceso al nivel superior suelen dos, disposición triangular de los vanos, utilización
situarse en la segunda o tercera crujía de la vivien- de rejas en las ventanas y postigos en una de las hojas
da. Se disponen en la segunda crujía en las casas de de la puerta, utilización de la bicromía para diferen-
grandes propietarios dotándolas de doble desarrollo ciar las alturas, paramento enlucido y enjalbegado,
a partir de un primer tramo y que bifurca el acceso, cornisas y aleros decoradas, utilización de teja curva
bien a las estancias del segundo piso, bien al espacio árabe en cubiertas a dos aguas, chimenea troncopira-
trasero de éstas destinado a cámara. Las escaleras midal adosada en un extremo lateral de la cubierta.
dispuestas en la tercera crujía se limitan a un solo La fachada de la vivienda tradicional de Dos Torres
tiro. Generalmente las primeras gradas son de una refleja su composición en planta baja con encamara-
pieza en piedra de grano, y el resto se sostiene por do superior. La escasa altura que la cámara alcanza
su peso sobre medio arco elíptico realizado en ladri- en la línea de fachada hace que ésta sea relativamente
llo y yeso o sobre el muro de tapial que separa estas más ancha que alta, si bien en algunas casas linajudas
estancias. Sean del tipo que sean, no son escaleras se construye con vivienda alta y baja. Ahora bien, en
cómodas, los pasos son altos y estrechos y su anchu- esta segunda planta, por lo general se hacen vivide-
ra no supera los 90 cm. ras estancias que en altura correspondan a la primera
La armadura de cubrición que sostiene el tejado crujía, abriendo sus vanos en la fachada y quedando
es por lo común de parhilera o par y nudillo, aun- diáfano el resto con utilidad propia de cámara. Siendo
que cuando la casa hace esquina dispone de faldón la generalidad en Dos Torres el tipo de casa de una
triangular que apoya oblicuamente sobre el pilar que planta con encamarado superior, se consigue con ello
sostiene la hilera. Tanto en un tipo como en otro, es una homogeneidad de alturas en línea de fachada de
necesario recrecer los pilares o muros de carga hasta la calle, sólo quebrada por los escalonamientos pro-
la altura que se desea esté el vértice de la cubierta. ducidos para la adaptación que la vivienda sobre el
Este vértice lo sostiene el caballete, que suele ser un nivel. El deseo de incorporación en un ámbito rural
gran tronco de encina apenas desbastado y solven- de formas más propias de la arquitectura urbana y con
tando sus irregularidades con calzas que enrasan la una finalidad de ruptura con una monótona uniformi-
línea de caballete sobre las que apoyan los pares de dad de la línea de fachadas, provoca lamentables atro-
rollizos de pino o álamo, también llamados ‘agui- pellos en el ritmo compositivo que la línea de fachada
lones’, cuya separación ronda una vara de distan- ha mantenido durante lustros. El vano de entrada a la
cia, aprox. 80 cm. Los pares o aguilones descansan vivienda es considerablemente ancho, lo que permi-
sobre los muros de carga o durmientes, bien a nivel tía el acceso de animales con destino a las cuadras
del pavimento, bien recrecidos respecto de éste. Si dispuestas al fondo de la parcela. El carácter noble
es mucha la altura del caballete, se suele afianzar la que tradicionalmente se ha dotado a la piedra viene
estructura mediante unos tirantes en material ligna- reflejándose en las viviendas más humildes al preten-
rio, también de encina pero de menor grosor. Sobre der disimular mediante el enmarcado de los vanos en
la armadura se dispone de un entramado de ramas color ceniza, cuando el arquitrabe es sólo un grueso
y varas de madroño, castaño, pino o jara denomi- tronco de encina. El color en las fachadas de Dos To-
nados ‘tiguillos’; pero lo más utilizado es el cañizo rres se caracteriza por la bicromía del blanco que pro-
o las tablas unidas con soga. Sobre este entramado porciona el enjalbegado con cal del paramento con el
se colocaba una capa de matas de jara o enhiesta gris ceniciento granítico de zócalos y recercado de los
que sirve de aislante térmico y amortiguador para vanos, la fábrica de sillares en portadas y esquinas, así
las tejas. Éstas van sobre un lecho de barro y yeso como los numerosos blasones dispuestos en las casas
formando canalones que vierten a la calle y trasera con abolengo. En algunas casas se continúa diferen-
de la casa. ciando las plantas mediante la utilización del color,

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Francisco Manuel Carmona Carmona

mientras la planta baja se encala, y dejándose en la Optamos, por tanto, por una clasificación tipo-
tonalidad del enlucido o respetando una antigua apli- lógica que atienda eminentemente a consideracio-
cación de color. Existen viviendas en cuyas fachadas nes estructurales y espacio ocupado. De esta forma
se abren pequeños expositores, a modo de retablos, contemplaremos las pequeñas casas de dos crujías
hornacinas o marcos, como manifestación artística de y dentro de éstas las «medias casas» con tan sólo
la religiosidad popular. Éstas se suelen disponer en un dos cuerpos, las medias casas de tres crujías y tres
lugar destacado de la fachada; bien sobre la puerta de cuerpos y las grandes casas que superan en número
acceso, bien en una esquina de la casa para facilitar su de tres crujías y cuerpos e indistintamente habilitan
visión en la confluencia de dos calles. parte de la cámara como zonas vivideras.
Pequeñas casas. Se disponen este tipo de casas
en un reducido espacio para desarrollar todo el pro-
Tipologías grama de habitación. Por lo general constan de dos
crujías con dos cuerpos —sistema 2×2— sirviendo
La práctica totalidad de la bibliografía utilizada un cuerpo tanto de estancia como de pasillo hacia la
considera la vivienda como reflejo de la actividad trasera donde se dispone el corral. La cocina hogar
económica en ella desarrollada y fruto de la jerarqui- se suele disponer en el primer cuerpo, careciendo
zación social. Ello les basta para conformar desde ahí no obstante de iluminación y ventilación, lo que se
el tipo de casa doméstica tradicional. Considerando suele solventar mediante la incorporación de posti-
que en las últimas décadas la diversificación profe- go en la puerta. Cuando existe vano es a través de
sional, la facilidad de movilidad espacial, la mejora un minúsculo hueco horadado en la pared que no
de las comunicaciones, el incremento de los niveles se suele rematar al exterior. La cubierta se realiza
educacionales recibidos por una amplia mayoría de indistintamente mediante bóvedas de crucería o con
la población rural, así como sustanciales cambios en entramado de madera, predominando en este último
los hábitos de uso de la casa, nos obliga a recapacitar caso el uso de rollizos. Este tipo de vivienda ha te-
sobre la necesidad de aplicar la tipología a compo- nido como propietarios a familias de braceros o pe-
nentes económicos y sociales. Habida cuenta que en gujaleros que hace innecesario el uso de cámara y,
Dos Torres se está produciendo un resurgimiento eco- cuando existe es muy reducida con acceso mediante
nómico desde hace dos décadas, se ha experimentado escaleras de mano o angostas escaleras practicadas
un cambio de utilidad de la arquitectura doméstica junto al muro de carga. Se caracterizan las peque-
tradicional que ha tornado a un uso eminentemente ñas casa por la ausencia de elementos decorativos
habitacional, dado que se ha procedido al traslado en piedra, si bien se trata de emular en sus vanos
de animales a cuadras y corrales realizados en los mediante la aplicación de pintura en la pieza que
cercanos campos y huertas parceladas. Del mismo actúa como dintel, generalmente de madera y rara-
modo, el aumento de nivel adquisitivo y el reflejo mente de ladrillo. La fachada denota la constante
que la casa mantiene de épocas de penuria provocan aplicación de cal para ocultar la humilde naturaleza
un desprecio a la vivienda con carácter tradicional en del paramento, hecho que lo dota de una innegable
pos de nuevos ideales estéticos y modas que afectan riqueza plástica con la creación de onduladas rugo-
indistintamente a cualquier edificio; esto hace olvidar sidades y claroscuros. Contrasta en esta tipología
la consideración tenida hasta ahora de la edificación, lo reducido de la vivienda respecto al gran espacio
de qué linajuda familia corresponde el blasón coloca- destinado a corral. Su justificación radica en la ne-
do en su fachada o en qué grado participa una casa en cesidad de autoabastecimiento mediante la cría de
la armonía compositiva en la línea de fachada. Hoy animales de corral y el cultivo del huerto.
son problemas comunes que acechan a cualquier casa Medias casas. Se llama así a la vivienda que dis-
debido al acercamiento económico y social del grue- pone de dos o tres crujías donde se desarrollan úni-
so de la población. Esta dinámica hace que encon- camente dos cuerpos, sirviendo uno como pasillo
tremos reducidas familias que ocupan grandes casas, distribuidor. Por lo general la media casa no tiene
a veces personas mayores que viven solas; en otros por qué ser propia de clases sociales poco privile-
casos familias que ocupan casas de medianas dimen- giadas, puede ocurrir que en la propiedad comparti-
siones pero que los hijos viven durante la semana en da de una casa mediana o gran casa, ante la subroga-
los lugares donde cursan sus estudios o trabajan. La ción de una parte de la propiedad dé como resultado
confluencia de éstos y otros motivos hacen inviable la partición de la parcela. Si la parte subrogada aco-
la actual clasificación de la casa atendiendo a crite- mete una profunda rehabilitación respetando muros
rios eminentemente económicos. y pilares, resultará una vivienda de tres crujías con

—  310  —
Aproximación al patrimonio arquitectónico tradicional de la comarca de Los Pedroches a través de la vivienda de Dos Torres.

dos cuerpos. Otras veces esta denominación resulta decorativos en su disposición son la nota común
de la exigua anchura de la parcela entre mediane- de este tipo respecto el resto. Suelen ocupar este
ras, dando únicamente la posibilidad de estructurar tipo de casa grandes parcelas, originándose por lo
la vivienda en tres crujías con dos únicos cuerpos común frentes de fachada muy anchos, lo que per-
—sistema 2×3—, correspondiendo uno de ellos al mite definir su estructura de acuerdo con un esque-
corredor o pasillo, que queda adosado a una media- ma que cuenta con tres crujías que abarcan tres o
nera de la parcela, ubicándose las dependencias a cuatro cuerpos -sistema 3×3 ó 3×4-. Si bien esto,
un solo lado del mismo. Pueden incluso disponer de la norma habitual en todo tipo de edificación es in-
cuatro crujías, por lo que suplen con mayor fondo corporar el portal a la zona habitable de la casa, con
la carencia de amplitud, hecho este que redunda idéntico uso y utilidad que los ya mencionados para
en una menor iluminación natural de la vivienda, otros tipos; por lo que pueden llegar a desarrollar un
algo que se subsana con la incorporación de postigo sistema 4×4. A esta estructura podemos incluso in-
en las puertas. En la segunda crujía se dispone la corporar un corredor lateral que comunique el corral
cocina hogar, que cubre una amplia campana que trasero con la calle, ante la imposibilidad de contar
sobresale al exterior en una chimenea. Frente a la con un acceso trasero. Ello daría como resultado
cocina se dispone un chinero que finge el paso a una una amplísima cámara, que por lo general en este
estancia contigua mediante unas puertas que abren tipo de viviendas suelen disponer de doble planta
un mueble despensa, el resto del mueble se com- habitable. En la cámara se disponen amplios sec-
pleta con estanterías que sirven de expositor. Es el tores con suelo enrasado y con alzado de tabiques
esfuerzo por dar prestancia a la casa y una figurada hasta una altura de 50 cm. aproximadamente llama-
anchura que no posee. El porticado que abre al co- dos ‘trojes’ cuya función es la de contener el cereal
rral o patio se ha incorporado generalmente como recolectado en la heredad. Cuentan estas casas en el
estancia vividera, ubicando allí el aseo, la cocina interior con idénticos elementos decorativos que el
de diario y el resto como sala comedor. La pintura resto de tipos, si bien son más abundantes y se cui-
mural y la vereda son los únicos recursos decorati- dan más los detalles tanto en la vereda, en el chinero
vos del interior. o vasar, en escaleras e incluso en pinturas murales.
Casas medianas. Este es el tipo de vivienda más En el exterior el elemento que destaca sobre el resto
generalizado en Dos Torres. La casa se distribuye es la utilización de blasones que distinguen la casa
mediante tres crujías con distintas dependencias a por su linajudo origen. Estos se muestran sobre las
ambos lados del corredor -sistema 3×3-. La construc- portadas y enmarcados por las fábricas de sillares
ción de los elementos no varía del resto de las edifi- bien trabajados que enaltecen la fachada. Los vanos
caciones ya vistas, si bien se cuidan más los aspec- continúan recercándose con bloques paralelepípe-
tos de calidad del acabado y decoración que puedan dos bien trabajados, a los que se adosan rejas con
aplicarse a elementos estructurales. La cocina-hogar abundantes detalles decorativos propios de la forja
se ubica en la crujía central, gracias a lo cual se man- o aplicados, como flores de cuatro y cinco pétalos.
tiene caldeada la vivienda; esto en parte continúa de-
sarrollándose, si bien la actividad culinaria se ha des- Para concluir, hemos de evidenciar que del aná-
plazado bien a una cocina de diario creada ex profeso lisis pormenorizado de todos y cada uno de los ele-
en el patio o corral o bien tras el reacondicionamiento mentos que confluyen en la arquitectura doméstica
del portal, convertido ahora en una crujía más de la tradicional de Dos Torres evidencian un incuestio-
zona habitable. El reflejo más característico de una nable valor patrimonial, sin duda conseguido gracias
vivienda de medianas dimensiones es el empleo de a la capacidad ejecutoria de sus maestros alarifes
decoración en su fachada, cuidando los acabados en locales y al respeto que los vecinos de Dos Torres
extremo, definiendo y delimitando tanto aleros como han mostrado hasta ahora para con el mantenimien-
cornisas y su paramento homogéneamente dispuesto. to de esta arquitectura. Pese a todo, las actuaciones
El cuidado en la labra de la piedra que recercan los sobre la vivienda tradicional que se desarrollan ac-
vanos y su disposición dejada a la vista también re- tualmente en la localidad son sumamente agresivas
sulta evidente, si acaso la portada puede ir decorada y en poco acordes con los materiales, técnicas y es-
con una moldura a modo de alfíz. tructuras tradicionales aquí definidas, pues se está
Grandes casas. No difieren en esencia la téc- perdiendo entre la población local el referente de
nica constructiva de las grandes casas del resto de que los hilos conductores del desarrollo rural van
las edificaciones. Si acaso el tratamiento dado al hoy por el reencuentro con lo espontáneo, con lo ca-
acabado de los materiales y la búsqueda de efectos racterístico y con lo desconocido para el visitante.

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Sevilla a caballo del 1600. Experimentaciones
con los tipos vernáculos

Alfonso del Pozo y Barajas


ETSA. Universidad de Sevilla. España

Hace tiempo emprendimos la investigación de Comenzaremos por analizar la parte norte del
una selección de tejidos homogéneos sevillanos arrabal, la más antigua. Las dimensiones de la par-
de particular importancia: los ocho arrabales que cela-tipo no dejan aquí lugar a dudas sobre cuál fue
orlan su casco histórico. En el curso de aquel es- su destino edilicio: su tipología de habitación ori-
tudio dedujimos que, salvo excepciones tempra- ginal fue la gótica1. A esta convicción acompaña,
nas, aquéllos arrabales eran, a pesar de su forma sin embargo, una cierta perplejidad ante el escaso
aparentemente orgánica, planificados. Conclusión número de parcelas que han llegado hasta nosotros.
de no poco interés, pues coadyuva a deshacer un Esta parvedad de lotes supérstites podría incluso
apriorismo ampliamente generalizado que atribuye cuestionar la validez de la hipótesis de tejido de que
a estos tejidos, seguramente por asimilación a los partimos, por lo que exige una reflexión previa al
asentamientos marginales que surgen en las perife- estudio tipológico en sí. Hecha ésta, y obviada aquí
rias de nuestras ciudades actuales, una formación por mor de la brevedad2, comprobamos que de los
espontánea. De hecho podemos afirmar que estos cuarenta y nueve lotes iniciales se han desvanecido
elementos urbanos extramuros estuvieron a la van- sin causa aparente once; un número que no basta
guardia del crecimiento edilicio de Sevilla desde para poner en crisis el modelo de crecimiento pro-
el Quinientos hasta la invasión generalizada de las puesto. Pero por otro lado, al compararlos con los
afueras en el XIX, mientras que en el interior de diez y siete lotes supérstites, constatamos que casi
la urbe, colmatado, sólo podían darse procesos de un 40% de la implantación gótica tipificada ya no
transformación. existe. Un porcentaje tan alto de fracasos no puede
No pretendemos ofrecer en este breve texto una atribuirse al azar; tampoco a situaciones singulares
síntesis de aquella indagación, pero sí desvelar al- en el contexto catastral, pues ya las detrajimos en la
gunos procesos tipomorfológicos –la instalación reflexión previa citada.
y el cambio de los tipos vernáculos residenciales- Deberemos buscar la causa en el propio tejido,
que se dieron en el arrabal que mejor conocemos: y más concretamente en aquéllos de sus elementos
Los Humeros. Así, la fig. 1ª representa el catastro
del arrabal en un momento cercano a la mitad del 1. ROSSI, A.: “Caratteri urbani delle città venete”, en AA.
seiscientos: observamos en primer lugar su extraña VV.: La città di Padova. Saggio di analisi urbana, Officina,
anisotropía, producto de dos fases fundacionales se- Roma, 1970, 450 squ. Más precisa la denominación de Cani-
paradas varias décadas. Al norte abunda un tipo de ggia: tipo a schiera, que la describe a través de una cualidad
geométrica y no como un producto cultural lineal. De hecho,
parcela de fachada estrecha, en tanto que al sur, y por ejemplo, el tipo casa-corte es tan gótico como el tipo casa
levemente girados, aparecen lotes de anchura doble a schiera, siendo sin embargo absolutamente independientes
que los anteriores. Enigmática planta, de la que entre sí (CANIGGIA, G.: Strutture dello spazio antropico.
en lo que sigue desentrañaremos los aspectos más Studi e note, Alinea, Florencia, s/f [1975].
2.  POZO Y BARAJAS, A. del: Arrabales de Sevilla,
relacionados con los objetivos científicos de esta morfogénesis y transformación. El arrabal de Los Humeros,
publicación. FOCUS, COPT, Universidad, Sevilla, 1996, 154-155.

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Sevilla a caballo del 1600. Experimentaciones con los tipos vernáculos

da lugar a que el desarrollo pueda repetirse inde-


finidamente, sin otro límite que la linde trasera de
la parcela. La tercera fase es una nueva extensión
horizontal, truncada por el fondo del solar. Puede
edificarse una sola crujía pues la segunda, aun si
cupiera, no podría ventilar. El nuevo patio es en
su concepción similar al primero; su posición al-
terna es resultado de una transformación necesa-
ria y posterior (fase 3). En efecto, el tipo admite
sobreelevaciones sucesivas con la consiguiente
ganancia de superficie construida. Ello propicia el
cambio del uso unifamiliar al plurifamiliar. En el
ejemplo que nos ocupa se obtienen seis viviendas,
dos por planta, una interior. La transformación se
consigue trasladando la escalera a la cuarta crujía
(planta tipo). Con este esquema resulta más conve-
niente para la distribución de las viviendas traseras
fig. 1 el que su patio alterne su posición con respecto al
primero. El incremento de habitación obtenido al
final del proceso es de un 600%.
en que se manifiestan los cambios: la tipología de El lote tipo de Los Humeros era en principio
habitación y el soporte catastral. La relación tipo/ tan apto como el de La Macarena para acoger el
parcela presenta, en el caso de Los Humeros, una módulo primario de dos crujías. La pequeñez del
carencia congénita: el corto fondo de las parcelas patio trasero no suponía un problema porque no
penaliza las posibilidades de crecimiento interno de estaba destinado, como el de aquél, a un uso agrí-
las viviendas. cola sino urbano. La implantación inicial era, pues,
Explicaremos esto mejor con un ejemplo ex- viable a los ojos del planificador. Fue más tarde
traído del arrabal de La Macarena, donde algunas cuando, ya en manos de propietarios individuales,
parcelas góticas persisten precisamente por su las parcelas mostraron su incapacidad para asumir
mayor fondo, que les permitió asumir desarrollos crecimientos espontáneos: su área se agotaba con
de la tipología originaria sin llegar al colapso y con la construcción de una única crujía de fondo. Aun
él, a la agregación. Así, sea el lote nº 31 de la calle con sobreelevaciones es evidente que el lote no
Don Fadrique. La primera fase de su ocupación podría albergar programas complejos. Las agrega-
consistiría en la edificación de dos crujías para- ciones fueron, con el tiempo, menudeando, trans-
lelas a fachada. Por su latitud el acceso debe ser formando el caserío según unas pautas que luego
lateral; de otro modo surgirían a sus lados estan- describiremos.
cias demasiado estrechas. De existir en esta fase un De vuelta a la cuestión de la tipología primige-
piso elevado la escalera sería también lateral, en nia, hemos de advertir que el módulo de doble cru-
continuidad con el acceso. El fondo libre quedaría jía es hipotético, sin posible sanción porque no se
como huerta. Éste debió ser el modelo tipológico ha conservado ningún lote en ese presunto estado
inicial (fase 1). En la segunda fase se produce una original. No obstante la falta de viviendas-testigo
extensión horizontal, obtenida por duplicación del la hipótesis es razonable pues la conformación ini-
módulo original: se edifican dos crujías separadas cial en doble crujía es un invariante de las viviendas
de las anteriores por un patio, lateral y opuesto al góticas tipificadas. Caniggia ha propuesto para el
acceso para permitir el paso sin necesidad de atra- caso de Florencia, fundado en un respetable acervo
vesarlo (fase 2). El patio posee un doble carácter: documental, dos alternativas de distribución de este
es por un lado “calle interior” que asemeja la ter- tipo unifamiliar original, según incorpore o no local
cera crujía a la de fachada; por el otro respeta las (bottega)3. Los Humeros debieron contar mayori-
luces de que gozaba la segunda crujía al relevar tariamente con viviendas provistas de local por su
en ese rol a la huerta, evidenciando así la analo-
gía entre esta crujía y la cuarta. Con el patio se
3. CANIGGIA, G.: “Formazionee crescita di Firenze roma-
consigue, pues, reproducir las condiciones topoló- na”, en MAFFEI, G. L.: La casa fiorentina nella storia della città.
gicas del modelo original en su extensión, lo que Dalle origine all ottocento, Marsilio, Venecia, 1990, 193 squ.

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Alfonso del Pozo y Barajas

carácter de arrabal, tejido urbano especializado en


usos mixtos, de residencia y oficio.4
Analizaremos ahora la parte sur del arrabal. Su
parcela-tipo, de latitud dupla de la gótica, no estaba
tan constreñida por sus dimensiones como aquélla,
por lo que resultaría razonable esperar un número
mayor de lotes supérstites. Pronóstico erróneo, sin
embargo, pues de los treinta y cinco lotes iniciales
sólo han persistido once. Como en la parte norte
de Los Humeros, estas pérdidas hallan explicación
a través de un análisis topológico que no tiene ca-
bida aquí, por su carácter secundario con respec-
to al discurso principal5. De hecho esta parcela es
versátil, capaz por su tamaño y proporciones de
asumir varias tipologías de habitación: tan es así
que la rebusca de información en los archivos nos
ha proporcionado una cosecha variopinta, con casi fig. 2
tantos tipos edilicios como parcelas. Excluyendo
las soluciones de esquina, obtenemos que en los
siete lotes inalterados de los que poseemos datos son de dos pisos salvo la nº 4, de uno solo. Como
se alojan nada menos que seis soluciones de ocu- sabemos, el aumento de altura en el tejido residen-
pación distintas. Nos centraremos en las vivien- cial desde el piso único a inicial a los dos se gene-
das más antiguas, entre las que quizá se hallen las ralizó en Sevilla entre los siglos XVII y XVIII7;
tipologías primigenias. Una casa doméstica, una el paso a los tres pisos comenzó a producirse en
casa patio y otras dos híbridas constituyen nuestro el XVIII para alcanzar un gran auge a finales del
magro inventario de edificios residenciales vetus- ochocientos. Dados los grandes periodos de solape
tos, a primera vista insuficiente para deducir los entre ambas etapas8, no podemos estimar la altura
tipos matrices. Arracimados además en torno a la de la edificación como un instrumento preciso de
calle Bajeles y no dispersos por el asentamiento, datación. En el caso de Los Humeros sí nos abre, al
reducen aún más su valor como muestras estadís- menos, la posibilidad de que las casas que venimos
ticas. En la figura adjunta los representamos en el examinando fueran construidas tempranamente.
seno del catastro original componiendo la visión En sus fachadas reconocemos, además, hábitos
más apurada que podemos alcanzar del pasado de compositivos y usos constructivos adscribibles al
esta parte del arrabal. La casa nº 4 fue demolida tipo de casa con patio en su forma previa a la co-
en 19616, y los demás edificios, deshabitados y ce- dificación burguesa decimonónica9. Tales serían
rrados, no nos son accesibles, por lo que el cono- el obvio desinterés por las simetrías globales, la
cimiento de sus interiores se limita al que aporten predilección por las portadas resaltadas o la liga-
los planos. Pero los alzados se han conservado y, zón portada/balcón; los aleros, la breve altura de
aunque con modificaciones nos servirán, junto con
un viejo levantamiento del de la nº 196, para abor-
dar una primera aproximación a la edad del case- 7.  PÉREZ ESCOLANO, V.: “Entre el rigor y la retórica: casa y
río. Así, sean las cuatro casas del conjunto. Todas ciudad en la Sevilla moderna”, Archivo Hispalense 196, 1981, 72.
8.  GONZÁLEZ CORDÓN, A.: Vivienda y ciudad. Sevilla
1849-1929, Ayuntamiento, Sevilla,1985, 96, Figs. 181 A 184,
4.  “En la mayor parte de las ciudades de España hay barrio muestra reunidos cuatro ejemplos de proyectos de casas presen-
separado fuera del recinto interior de la ciudad, llamado arra- tados al Ayuntamiento entre 1870 y 1889, dos de los cuáles tie-
bal, donde viven los vecinos que tienen oficios que no deben nen dos plantas; las otras tres. Curiosamente, tres tiene la más
estar dentro de él, de que resulta una gran providencia, pues si antigua y dos la más reciente. Sólo parte de la ciudad respetaba,
sucede algún incendio, en donde no hay palacios de príncipes, al parecer la voluntad del Cabildo, de obligado cumplimiento
ni mucha abundancia de templos, como dentro de la ciudad, desde 1828 de “que por punto general todas las casas que deban
ni casas grandes de particulares …” (ARDEMANS, T.: Or- levantarse de nuevo en los sitios que se estimen centrales de
denanzas de Madrid y otras diferentes que se practican en las esta heróica capital, sean de tres cuerpos a lo menos, para el
ciudades de Toledo y Sevilla, 1ª ed., Madrid, 1720. Cito por la mejor aspecto público” (1828/mayo/19, acuerdo del Cabildo;
edición de José Doblado, Madrid, 1798, 135). NÚÑEZ CASTAÍN, J.: 1985, Inés., cap. 3, epígr. 3.4.1).
5.  POZO, A. del: Arrabales … cit., 1996, 159. 9.  GONZÁLEZ CORDÓN, A.: Vivienda y ciudad… cit.,
6.  A.A.M.S., O. de P., Exp. 1947/155, anejo de 1961. 1985, 95 y 98 para la descripción del tipo en el XIX.

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Sevilla a caballo del 1600. Experimentaciones con los tipos vernáculos

de techos y umbrales o la utilización de rejerías qué facilidad podría la primera devenir en la segun-
de forja10. Otros rasgos también presentes como el da, tomando como base tanto la crujía de fachada
pretil de la casa nº 3 o los recercados de la nº 6 son -invariante que ambas comparten- como las media-
en mi opinión adiciones, tentativas de aggiorna- neras laterales y de fondo que, ortogonales, confor-
mento que no logran ocultar la antigua factura de marían un patio regular de modo natural. González
las casas. Estas reflexiones sitúan el origen de los Cordón propone el paso de uno a otro tipo como
edificios en una franja temporal de límites incier- un acto de invención, una formulación intelectual
tos, a caballo entre el final del seiscientos y los al- específicamente burguesa desarrollada a partir de
bores del XIX. Un intervalo que es posible acortar la mitad del XIX sobre los suelos liberados por la
mediante otras estrategias de datación11. desamortización13. Su argumentación es válida para
Revisemos ahora sus plantas, comenzando por explicar la concreción de la casa patio decimonóni-
la más primitiva. Sobre el lote nº 4 de Bajeles se ca, línea evolutiva del tipo que ahora lo define por
alzó, hasta hace cuarenta años, el último ejemplar antonomasia14. Las casas de Bajeles 3 y 4 –dos de
de casa doméstica que albergara el arrabal. La apli- las muchas, quizá, dispersas por el aún mal cono-
cación estricta de una normativa municipal empeci- cido caserío sevillano- contextualizan, en cambio,
nada en la rectificación de alineaciones determinó, el caso burgués como una dialectización de clase15,
como en tantos otros casos, su ruina y demolición. resituando el proceso de codificación de la casa
El tipo de casa doméstica es el único residencial patio en una etapa histórica anterior y reproponién-
sevillano que cuenta con un estudio en profundi- dolo como resultado de un cúmulo de aportaciones
dad. J. R. Sierra en su tesis doctoral individualizó individuales y anónimas, entre las que ocuparían
esta tipología, atribuyéndole como invariantes un un lugar significativo los crecimientos domésticos
alzado casual -con sus huecos dispuestos según las sobre lotes de contornos ortogonales. En este sen-
necesidades del interior, sin afán compositivo- y la tido, los arrabales de génesis planificada como el
erección inicial de una única crujía paralela a fa- de Los Humeros habrían sido laboratorios idóneos
chada. La ocupación del interior, progresiva y es- para la creación del tipo.
pontánea, se efectúa en una sucesión invertebrada El asentamiento también propició otras innova-
de patinillos y cobertizos apoyados en las media- ciones tipológicas, como la que se conserva en Ba-
neras12. La casa de Los Humeros se adapta a esta jeles 10. Al cotejar un levantamiento esquemático
descripción tanto en su alzado como en su planta, de esta casa, realizado en 1928, con las líneas del
aunque a esta última el contorno rectangular del plano fotogramétrico de la Gerencia Municipal de
lote le preste un cierto aire ordenado, equívoco que Urbanismo, comprobamos que el rigor geométrico
la sección se encarga de deshacer. En el lote nº 3 del primero, propio en principio de una reforma
tenemos un ejemplo –también único en el arrabal- del XIX, era en realidad un recurso de simplifi-
de casa patio. La forma y situación atípicas de la cación del dibujante. El levantamiento corregido
escalera –de una zanca y en el patio- parecen fruto muestra grandes similitudes con el de la casa do-
de una reforma posterior. La comunicación entre la méstica que analizábamos antes, diferenciándose
planta alta y la azotea nos da la pista de la escalera únicamente en la sustitución de la crujía de facha-
original, de dos zancas y encajada en un mínima da por un módulo doble. Del mismo modo, la casa
crujía paredaña con la de fachada. Las diferencias de Bajeles 6 se aproxima mucho al tipo de casa
entre la casa doméstica anterior y ésta son obvias;
radican en el entendimiento en la segunda del patio 13.  GONZÁLEZ CORDÓN, A.: Vivienda y ciudad … cit.,
como espacio nuclear de la vivienda, concitador de 1985, 95 squ.
14.  V. al respecto, además de GONZÁLEZ CORDÓN,
los cuerpos edificados que lo perimetrarán. Pero el A.: Vivienda y ciudad … cit., BARRIONUEVO FERRER, A.
origen común de ambos tipos es innegable: com- y TORRES MARTÍNEZ, F.: “Sevilla: algunas consideraciones
parando las plantas de ambas casas se advierte con sobre la ciudad y la casa”, 2c Construcción de la Ciudad 11. En
torno a la casa sevillana, Barcelona, jun. 1978, 10 squ. para la
definición del tipo decimonónico.
10. Consúltese en general, para estos temas, COLLANTES 15.  Vocablo no recogido en el D.R.A.E., traducción directa
DE TERÁN, F. y GÓMEZ ESTERN, L.: Arquitectura civil se- del italiano dialettizzazione, empleado por Caniggia para ex-
villana, 2ª ed., Ayuntamiento, Sevilla,1984 (1976). presar las diversificaciones locales de un proceso tipológico ge-
11.  POZO Y BARAJAS, A. del: Arrabales… cit., 1996, neral (CANIGGIA, G.: “Lettura delle preesistenze antiche nei
166-174. tessuti urbani medioevali”, en AA. VV.: Convegno Internazio-
12.  SIERRA DELGADO, J. R.: Introducción al análisis nale sui metodi di studio della città antica,1973, Atti, Cisalpino
formal de la arquitectura doméstica popular en Sevilla, tesis La Goliardica, Milán, 1974; ahora en CANIGGIA, G.: Strutture
doct. inéd., 1980, s/p. ... cit., s/f [1975], 68).

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Alfonso del Pozo y Barajas

podían disponer dos crujías en fachada, mutación


relacionada con las casas góticas del norte del asen-
tamiento y ajustada al largo del lote, cuya máxima
rentabilidad espacial se obtiene segmentándolo en
cuatro crujías.
Reparemos, finalmente en el corral de Baje-
les 11. Esta sustitución, ajena al estrato tipológico
fundacional del arrabal, nos servirá para poner de
manifiesto la dificultad con que su programa encaja
en el sitio. Aunque Arévalo -su autor- logró, preci-
samente al enfrentarse a los problemas de espacio,
un proyecto modélico, ello no hace sino evidenciar
lo próximo que está su solar al umbral crítico de
tamaño para soportar esta opción tipológica.
Una casa doméstica, otra patio y dos híbridas
forman, pues, muestra revista de edificios residen-
ciales vestigiales, recuento completado con una
ausencia: la de los corrales de vecinos, sin em-
bargo al parecer vivienda colectiva por excelen-
cia en Sevilla del XVI al XIX17. Ausencia unida
a la inadecuación del tipo a la parcela; presencias
ajustadas dimensionalmente a esa misma parcela.
Ningún indicio hay, por otro lado, de seriación en
las plantas analizadas: los grosores de las bandas
edificadas iniciales, sus anchos de crujía, las me-
fig. 3
didas y emplazamientos de los patios, todos los
parámetros cuya coincidencia apuntaría hacia un
patio, distinguiéndose de él por la adopción de origen común, son dispares. En el arrabal sólo el
una doble crujía en fachada. Sólo la colocación del loteo es planificado; las edificaciones son, por el
patio aparta, pues, a estas casas de los tipos canóni- contrario, espontáneas.
cos, en los cuáles patio y calle están separados por Hasta aquí lo que sabemos sobre la tipomorfolo-
un único cuerpo edificado. Tal invariante se deriva gía de la implantación original, de la que cabe hacer
de la conceptuación del alzado como muro ciego, aún una reflexión final. Nos referimos al arcaísmo
hendido exclusivamente para el ingreso. Una he- que supone, a finales del XVI, adoptar como parcela
rencia hispano-musulmana que entraba en crisis en base una de ascendencia gótica. Este anacronismo
la Sevilla del XVI, para dar paso a un nuevo tipo no es privativo de Los Humeros sino que se da en
de fachada abierta: otros arrabales sevillanos, y debe hacernos recon-
Todos los vecinos de Sevilla labran ya sus casas siderar el ámbito temporal del tipo gótico, acotado
a la calle, lo qual da mucho lustre a la ciudad. Por- hasta ahora entre los siglos XI y XIV. Probablemen-
que en tiempos passados todo el edificar era dentro te su explicación resida en la singularidad del de-
del cuerpo de las casas, sin de lo exterior, según que sarrollo civil, económico y demográfico de Sevilla,
hallaron a Sevilla de tiempo de Moros. Mas ya en que la separa completamente de las ciudades cen-
este hazen… ventanaje con rejas y gelosias de mil troeuropeas donde se generó la edilicia gótica. Ciu-
maneras, que salen a la calle…16 dades que en el XV y el XVI ya no crecían mientras
En la ciudad intramuros tal cambio sería, en ge- Sevilla lo hacía desmedidamente, acudiendo en su
neral, más estilístico que tipológico al darse las más expansión a un repertorio tipológico relicto.
de las veces en inmuebles reutilizados pero aquí, en No sabemos, por otro lado, qué movió a los
el joven arrabal, cabían revisiones más profundas: planificadores a desestimar el lote gótico en favor
con el nuevo aporte de luz desde la calle las casas del duplo cuando se retomó la urbanización de Los
Humeros. Pero sí está claro que el cambio conllevó
16.  MORGADO, A. de: Historia de Sevilla, en la qual se
contienen sus antigüedades, grandezas y cosas memorables... 17.  GONZÁLEZ CORDÓN, A.: Vivienda y ciudad ... cit.,
1587; reed. facsim., C. O. A. A. T., Sevilla, 1981, 143. 1985, 92 squ.

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Sevilla a caballo del 1600. Experimentaciones con los tipos vernáculos

fig. 4

una rica floración de tipos de habitación, en abierto transculturación, verdaderamente osmótico, que su-
contraste con la uniformidad anterior. frieron los conquistadores de Isbiliya y sus descen-
Nosotros, que percibimos un aura distinta, me- dientes al habitarla y que les hizo olvidar, si bien no
diterránea e islámica, en ese lote duplo queremos completamente, el mundo gótico del que procedían
ver en aquella decisión, sintetizada, la intrahistoria y sus usos edilicios para sumergirse, aunque tampo-
tipológica de Sevilla. El extraordinario proceso de co por entero, en la razón urbana islámica.

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Arquitectura vernácula en Lora del Río (Sevilla)

María Pulido Montesinos


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla, España

Para responder a las dudas fundamentales que se Las diferentes tipologías de estas construcciones
puedan plantear a todo aquel ajeno al estudio de la son el reflejo de la estructuración social, de los usos
arquitectura tradicional o vernácula, ¿qué es y cómo y costumbres de los diversos grupos que las han
surge?, es necesario recurrir a un experto en la mate- creado, mantenido y reelaborado, atendiendo a las
ria como el profesor Agudo Torrico, que afirma, que necesidades de los tiempos. Buscar su origen es una
toda arquitectura tradicional surge de dos premisas labor ardua, sobre todo en el vasto territorio anda-
básicas: adaptación ecológica a los recursos y con- luz, que ha estado sometido a lo largo de la historia
dicionantes medioambientales, y a una precisa tra- a múltiples contactos culturales, conquistas y repo-
dición histórico-cultural. Como resultado, entre los blaciones que indiscutiblemente han dejado huella
rasgos que caracterizan a dicha arquitectura, están en la fisonomía de nuestras ciudades y pueblos,
no sólo la creación de unos determinados modelos además de ir tejiendo la trama urbana, en la que
arquitectónicos y el empleo recurrente de ciertos estas construcciones quedan insertas. Es arriesgado
materiales o elementos constructivos, sino su capa- afirmar que el origen se encuentra en la tradición
cidad para crear e insertarse en una larga tradición musulmana, cosa que no haría más que fomentar
cultural capaz de dotar de continuidad a la propia los tópicos folcloristas del Romanticismo, y habría
evolución de esta arquitectura.1 que tener presente como ya hemos manifestado en
Atendiendo a dicha afirmación debemos, tener párrafos anteriores que unas de las características
presente que estas manifestaciones arquitectóni- fundamentales de este tipo de construcciones es que
cas, no pueden ser entendidas, ni estudiadas, como son producto de una evolución.
entes aislados, puesto que existe una vinculación al La mayoría de los ejemplos más antiguos que
territorio y a los procesos históricos que son los que se conservan datan del siglo XVIII, mimetizándose
la definen. con los procedentes de las centurias posteriores.
No existe un modelo único de arquitectura “típi- Íntimamente relacionado con la arquitectura, está
ca” andaluza, puesto que son mayores las diferen- la estructuración social y económica de las diferen-
cias que los rasgos compartidos. Podemos extrapo- tes sociedades que la crean y no podía ser menos el
lar esta afirmación a una escala menor, como es el caso que nos atañe. Cuando hablamos de la socie-
caso de la provincia de Sevilla, dónde la arquitec- dad andaluza del siglo XVIII, nos referimos a una
tura se desarrollará de forma diferente atendiendo a sociedad fuertemente polarizada, en la que prima
las tres grandes unidades geomorfológicas (sierra, el sector agroganadero y en la que las tierras y el
campiña y vega). poder se concentran en manos de la oligarquía, que
so impone a una mayoría social jornalera. Y como
es obvio, esto tendrá su reflejo en la arquitectura.
1.  AGUDO TORRICO, Juan. “Arquitectura doméstica tra- En medio de estos dos grupos, se hallan los peque-
dicional andaluza. Diversidad y riqueza”. Arquitectura Domés-
tica Tradicional en Andalucía. Sevilla, Consejería de Cultura
ños y medianos propietarios, en cuyos inmuebles se
de la Junta de Andalucía, 2002. pág. 7. conjugan a la perfección funcionalidad, simetría y

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Arquitectura vernácula en Lora del Río (Sevilla)

belleza, mezclando lo mejor de las casas propias de Casas señoriales


la nobleza o ricos hacendados y de las humildes vi-
viendas de los jornaleros. De este juego de contras- Gracias a su marcado carácter monumental, se
tes surgirán los que comúnmente se han considera- han conservado diversos ejemplares, que nos apor-
do los rasgos más significativos de la arquitectura tan abundante información al respecto.
andaluza, que adquiere la importancia que se la ha La mayoría responden a las siguientes
negado al grupo social. características:
—— Ocupan grandes parcelas.
—— Fachadas de dos plantas y en ocasiones un
Arquitectura vernácula: El caso de Lora del Río tercer cuerpo o torreón
—— Portada de carácter monumental, que suele
Lora del Río está situada al noreste de la capital incluir la puerta principal y un balcón encima
hispalense, alzándose en la encrucijada de los que con de ésta.
anterioridad hemos considerado las tres grandes uni- —— Además del patio principal, al que se accede
dades geomorfológicas de la provincia de Sevilla. desde el zaguán, existen otros patios destina-
En su término municipal podemos hallar ejem- dos a cuadras o a almacén de aperos.
plos arquitectónicos de toda índole: casas señoriales —— En el patio principal, en torno al cual se arti-
que conviven con las viviendas más humildes de los cula el resto de habitaciones, suelen encon-
braceros, inmuebles de la burguesía, haciendas e in- trarse arquerías en sus cuatro lados y habi-
cluso arquitectura industrial (molinos). tualmente en sus dos plantas.
La mayor parte de las edificaciones que se con-
servan datan del siglo XVIII, concretamente de la La riqueza de la ornamentación empleada
segunda mitad del mismo. Ya que es en este periodo en la fachada, en el zaguán, en la escalera y el patio
cuando las villas y poblaciones de segundo orden principal son los elementos que dan a la vivienda el
experimentan un aumento demográfico, gracias a la carácter palaciego.
bonanza económica y a la política llevada a cabo A este esquema responden la casa de los Leones,
por los Borbones para reactivar las rentas locales, en lamentable estado de conservación y la casa de
que tendrá su reflejo en la proliferación de edifica- los Montalbo. En el primer ejemplo, de 1765, la fa-
ciones tanto de tipo civil (Ayuntamiento) como de chada es de ladrillo, a excepción de la portada. Aun
tipo privado. se conserva la decoración de esgrafiado que simula
No será hasta este mismo momento en el que se un aparejo almohadillado. Lo más sobresaliente de
comience a atisbar una renovación del esquema de la fachada principal, compuesta por dos cuerpos y
las viviendas, que se venia repitiendo, sin apenas un mirador, es la portada de piedra, enmarcada por
modificaciones desde el siglo XVI.2 Se sustituirá pilastras jónicas sobre basamento bulboso y coro-
entonces el apeadero por el zaguán que da acceso al nado por un dintel, en medio del cual se sitúa una
patio, habitualmente de planta cuadrada y en torno pequeña ménsula, con decoración de rocalla y mas-
al cual se articulan las estancias de la casa. carón, que se prolonga sobre el friso convexo.
El afán renovador borbónico se extenderá a las En cuanto a su alterado interior se refiere, se ac-
obras publicas (empedrado de las calles), siendo en la cede por medio de un apeadero cubierto, de gran-
centuria posterior cuando alcance mayor relevancia des dimensiones, que da paso a su derecha al patio
contribuyendo a la transformación del medio urbano. principal.3
Por constituir la arquitectura doméstica la pieza El segundo ejemplo de arquitectura señorial lo-
básica del tejido urbano, y dada su abundancia y el reña es la que se conoce actualmente como la Casa
grado de heterogeneidad que poseen, es difícil esta- de La Virgen (Casa de los Montalbo). De fachada
blecer un método para clasificarla. Así que lo más mucho más sobria que la anterior, anunciando el
clarificador será hacerlo atendiendo a las clases so- gusto neoclásico, es de lardillo avitolado y descan-
ciales que en su momento la habitaron. sa sobre un basamento de piedra labrada. Queda
dividida en cuatro calles, por unas impresionantes
pilastras y a su vez en dos cuerpos de fachada. Lo
más destacable de la misma es la portada de már-
2.  FERNÁNDEZ MARTÍN, Mª.Mercedes. Arquitectura
mol, compuesta por sendas columnas pareadas de
Civil del S. XVIII en Lora del Río. Biblioteca de Temas Lo-
reños, Agrupación cultural “Amigos de Lora”, Lora del Río,
1998, págs. 9-10. 3.  Idem, pág. 60-63.

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María Pulido Montesinos

orden toscano, que descansan sobre podio. Tras un El tipo predominante de edificación, es la vi-
amplio friso quebrado vuela la cornisa que sirve de vienda unifamiliar entre medianeras, en parcelas de
apoyo al balcón. En el centro del dintel se encuentra fachadas que oscilan entre los 7 y 10 metros y de
el escudo familiar. fondo comprendido entre 30 y 40 metros.5 Antes de
El interior de la vivienda, viene a repetir el es- pasar a describir cómo es la disposición interior en
quema que ya hemos mencionado. Se accede al este tipo de viviendas cabría resaltar uno de los ele-
patio principal mediante un amplio zaguán, quedan mentos más característicos de las arquitecturas ver-
separados por una bellísima cancela de hierro. Éste náculas: el material, que se extrae del entorno más
es cuadrado y de dos plantas, destacando en él las próximo a la zona. En la zona de la campiña y del
dos galerías de arcos mixtilíneos que descansan valle del Guadalquivir predomina el tapial, emplea-
sobre columnas toscanas.4 do con profusión en las viviendas de los sectores
más desfavorecidos, especialmente utilizados en
muros secundarios.
Casas populares El ladrillo se emplea para múltiples funciones:
muros, tabiques interiores, para formar vanos de
Estas edificaciones que constituyen el grueso del ventanas y puertas, y a pesar de ser un material re-
entramado urbano, especialmente en el centro his- lativamente costoso, se utilizará bastante en las vi-
tórico de las diferentes poblaciones. Es muy posible viendas más humildes, como material de refuerzo.
que las más modestas perpetúen la esencia formal Las losas comúnmente son de materiales bastos
de modelos anteriores al siglo XVI, que no han y de forma cuadrangular. Es también muy común
llegado hasta nosotros. Éstas estarían ubicadas en que, en el pasillo que une la entrada con el corral,
las calles y manzanas que presentan parcelación y el centro fuese de enchinado para el paso de los ani-
trazado irregular, puesto que, no será hasta el siglo males y bordeado de este tipo de losas. Otro de los
XVIII, cuando se establezca el loteo de parcelas re- elementos diferenciadores de este tipo de arquitec-
gular y el trazado del viario de forma ortogonal. turas y extensible a la mayor parte de Andalucía es
Al igual que en el primer
ejemplo hemos de consi-
derar que este tipo de edi-
ficaciones, aunque menos
conocidas, puestos que han
estado sometidas a lo largo
de los años a la dinámica de
las reformas, tanto externas
como internas, poseen una
serie de características co-
munes. Lo más destacable
en esta tipología de inmue-
bles es el contexto en el que
se enmarcan. No podemos
obviar, que se trata de un
núcleo poblacional vincula-
do eminentemente a las ac-
tividades agrícolas. Hecho,
este ultimo, que quedará pa-
tente en la arquitectura, en
la que se conjuga a la per-
fección el utilitarismo y la
funcionalidad.

5. LERDO DE TEJADA PERÉZ DE AYALA, José Mª.”El


4.  FERNÁNDEZ MARTÍN, Mª.Mercedes. Arquitectura Civil Conjunto Histórico de Lora del Río. Bases para el Catálogo
del S. XVIII en Lora del Río. Biblioteca de Temas Loreños. Agru- (1994)”, Revistas de Estudios Locales, núm. 7. Lora del Río,
pación cultural “Amigos de Lora”, Lora del Río,1998. pp. 64-67. 1996. págs 26-28.

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Arquitectura vernácula en Lora del Río (Sevilla)

viviendas más humildes una y las de medianos


propietarios tres. Es en la primera, a partir de
un pasillo lateral, donde se ubica el o los dor-
mitorios y en la segunda donde se encuentra el
comedor y la cocina que antecede al patio.

Es necesario saber que en las viviendas de


este tipo, no existe una jerarquía de espacios, debido
a que cualquiera de ellos puede destinarse a diferen-
tes funciones. Por ejemplo, a un mismo espacio se
le puede llamar “sala y alcoba”, ya que el mismo
habitáculo puede desempeñar ambas funciones.
Al final de la casa, y antecedida por una cocina
de medianas proporciones donde se ubica el hogar,
se encuentra el patio/corral, en el cual se pueden en-
contrar las cuadras, el baño (letrina), la pila o lebri-
llo y el pozo.
En resumen: Se trata de construcciones con fa-
chadas sin ornamentación que poseen dos plantas,
la baja de uso residencial y con habitaciones poli-
funcionales, al final de la cual se encuentra el patio
o corral. Y una segunda planta, denominada “sobe-
rao”, utilizada para almacenar.
Es muy difícil encontrar, en el caso de Lora Del
Río, inmuebles que perpetúen este esquema y que
la teja de la cubierta, que habitualmente es a dos hayan respetado la fisonomía externa e incluso el
aguas (en la provincia de Sevilla en particular y en tamaño ya que se agregan parcelas, alterando el tra-
el occidente de la región, en general). zado del parcelario original. Podemos destacar el si-
La cal, material empleado como revestimiento tuado en la calle Roda Arriba, en el nº 95. Pertenece
de parámetros exteriores e interiores y que enmas- a la familia Cuevas desde hace más de 150 años,
cara la pobreza de los materiales empleados en las en este largo periodo ha permanecido casi intacta a
viviendas más humildes, además de esta función nivel exterior e interior. El inmueble mide 250 m2,
meramente estética también cumple funciones de de los cuales sólo 55 están edificados. Su distribu-
limpieza e higiene. ción es la siguiente:
En cuanto a la disposición interior: —— Pequeña entrada en la que se ubican dos
—— Son viviendas de dos plantas, coincidiendo la habitaciones.
segunda con el “soberao”, “sobrao” o también —— Divide esta pequeña estancia de la cocina un
denominado “doblao”, espacio que se reser- arco de medio punto.
va para el almacenamiento, tanto de utillaje —— Junto a la cocina se encuentra la puerta que
como de víveres. Éste perderá a lo largo del da al patio/corral, en el que a posteriori se ha
S. XIX, su función originaria, pasando a tener edificado un pequeño cuarto de aseo ya que el
uso residencial. Esta segunda planta suele de inmueble carecía de el.
ser de escasa altura y su única comunicación —— El patio, que ha perdido el pozo con el que
con el exterior es una pequeña ventana. contaba hasta el último cuarto del siglo pasa-
—— De fachadas simples: puerta y una o dos pe- do, y también su función original
queñas ventanas con enrejado muy simple. —— Contigua a la cocina se encuentra una estre-
—— La planta baja se organiza generalmente en cha y angosta escalera que da al “soberao”,
dos crujías, dependiendo su número del poder éste se divide en dos estancias diferenciadas
adquisitivo del propietario, llegando a tener las por la altitud de los techos.

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Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)

Paulo Quitério
IPPAR – Instituto Português do Património Arquitectónico. Portugal

“O território de um povo não é um simples dom da natureza, senão uma porção de espaço mar-
cado pela sequência das gerações que, no decurso do tempo, sofreu os embates das mais variadas
influências. Uma combinação original e fecunda de dois elementos: Território e Civilização.”

ORLANDO RIBEIRO

As manifestações culturais não surgem do nada, Nos últimos anos podemos observar que existe
para inovarmos e construirmos um futuro melhor, uma maior sensibilização para tudo o que está re-
necessitamos de compreender o passado. Este tra- lacionado com a herança cultural. A defesa e a re-
balho tem esse objectivo, conhecer as arquitecturas vitalização deste legado, assim como a sua moder-
ou vivências da região do Algarve. Apesar de não nização, constituem objectivos que de modo algum
se dar demasiada importância, em termos académi- são contraditórios. Na realidade nenhum povo pode
cos, a este tipo de arquitectura, depois deste traba- assegurar o seu futuro sem relegar o seu passado,
lho espero que a relação entre as arquitecturas tenha mas também é certo que é perfeitamente possível
mudado. conjugar o respeito e a manutenção dos valores tra-
Não se pretende despertar a nostalgia fácil sobre dicionais com a incorporação dos elementos mais
um tema pitoresco e fotogénico; mas chamar a aten- valiosos das novas correntes culturais. É por este
ção do público, dos profissionais, assim como dos motivo que é importante a realização deste trabalho,
promotores e agentes que intervêm na área da cons- que serve para valorizar as construções populares.
trução para os trunfos e potencialidades da arquitec- Talvez daqui a umas décadas este trabalho seja um
tura popular. testemunho sem provas.
A modernização, através da industrialização, re-
tirou a memória do lugar e por sua vez também o O homem como ser cultural, aborda os variados
lugar foi capaz de apagar a memória. Agora o que elementos culturais, desde os usos, costumes, cren-
define a tecnologia construtiva é o que nos chega ças, tradições, técnicas…, inclusive da sua arquitec-
pela estrada, não o que existe no local de constru- tura, por este motivo e de uma forma geral, apesar
ção. Sendo assim, a construção do espaço de habi- das variadas definições de arquitectura dadas por
tat, é a materialização e expressão de uma organi- teóricos e arquitectos, pode-se definir a arquitectura
zação económica e social. A evolução das formas como a arte de projectar e construir edifícios ou espa-
arquitectónicas, demonstra de uma forma imediata, ços para o uso do homem, sendo considerada «arte»
as transformações e evoluções na vida familiar. É desde que contenha uma preocupação estética.
por este motivo que é imprescindível a antropologia Por outro lado a arquitectura apresenta certas
aplicada ao local em estudo. O local onde se come, peculiaridades que a diferenciam das demais artes.
dorme, ou trabalha é sempre fruto da relação dos Uma delas é a preponderância dos aspectos mate-
diferentes membros da casa, que variam de geração riais e técnicos.
para geração, assim como a tipologia da habitação A técnica construtiva é a parte da arquitectura
reflecte as formas de organização familiar. que se ocupa da correcta utilização dos materiais

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Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)

em função das suas qualidades e da sua natureza, de propriamente tecnicistas.”1. Normalmente as produ-
modo que cumpram satisfatoriamente as condições ções desta arquitectura correspondem ao conceito
de solidez, atitude e beleza. A técnica construtiva corrente de abrigos2.
de uma sociedade depende, entre outras coisas, do Por sua vez a arquitectura popular ao se tratar
nível tecnológico que essa sociedade possui e das de uma arquitectura pré-industrial, tanto nas técni-
necessidades que se pretendam cobrir em cada caso cas como nas ferramentas e materiais, as soluções
e que são, obviamente, variáveis segundo as épocas surgem de dentro para fora, dando predomínio às
e as culturas. razões funcionais;
O aspecto funcional é outra das características Como características da arquitectura popular3
diferenciadoras da arquitectura. Que uma arquitec- podemos assinalar:
tura deve servir para aquilo que foi criada é eviden- —— O protagonismo dos materiais e das técnicas
te e será precisamente este aspecto funcional o que construtivas próprias, evocando sempre a
originará as múltiplas tipologias de edifícios segun- tradição histórica e cultural da zona. A pre-
do a sua finalidade. Neste caso, o espaço é o ele- sença de um problema complexo resolve-se
mento que verdadeiramente caracteriza o fenómeno mediante a solução encadeada numa série de
arquitectónico. problemas simples;
Apesar disso, continua a existir um paradoxo ao —— A participação directa do usuário no projec-
comprovarmos que, apesar da sua funcionalidade, to e na realização, estabelece entre ambos
a linguagem da arquitectura parece ser desconhe- (obra-usuário) uma certa ‘relação afectiva’ de
cida. A maior dificuldade está nas suas formas não incidência positiva no resultado final;
figurativas, na sua abstracção. A arquitectura possui —— A utilização de um repertório formal de uma
um sentido comunicativo, onde se misturam facto- grande simplicidade, com algumas referên-
res referenciais de todo o tipo: religiosos, políticos, cias pontuais às linguagens cultas. Tem-se
populares, históricos, etc. em conta a projecção exterior da habitação:
Portanto a arquitectura é a arte de desenhar e portais, telheiros, terraços, galerias, bancos,
construir edifícios, em que prevalecem os elementos poços, paredes, etc.
materiais e técnicos e os valores funcionais como
características diferenciadoras, e que possuem uma A arquitectura popular, assim como a denomi-
linguagem formal abstracta susceptível de ser inter- nada estilística, pode existir no habitat rural e no
pretada e com leituras divergentes. urbano, apesar da arquitectura popular ser deter-
minada por um carácter rural. Podemos encontrar
Evidentemente, nem todas as arquitecturas são neste meio algumas das suas raízes mais profun-
iguais, basicamente porque nem todas pretendem das, mas até épocas muito recentes, o carácter pre-
responder aos mesmos objectivos. De uma forma dominante, incluso na cidade, era o rural. A cidade,
muito simplificada distingue-se entre a arquitectura como meio absoluto é totalmente urbano, supõe,
histórica ou estilística, arquitectura popular ou tra- em termos gerais, uma criação exclusiva dos nos-
dicional e arquitectura comum ou vulgar. sos tempos.
Definir a arquitectura popular é extremamente Podemos concluir que a arquitectura popular,
difícil. Podemos estabelecer uma distinção entre a funciona como um reflexo da sociedade, onde “…ler
arquitectura vernácula, que chamaremos popular, e interpretar a arquitectura vernácula, é ler e inter-
e a arquitectura primitiva. As diferenças básicas pretar o território e a comunidade. Entender estes
entre ambas derivam, por uma parte, do diferente propósitos, é entender o seu carácter espontâneo e
grau de complexidade técnica, e por outra, da exis-
tência ou não de alusões à arquitectura histórica ou 1.  OLIVEIRA, Ernesto Veja de / GALHANO, Fernando
estilística. / PEREIRA, Benjamin: Construções Primitivas em Portugal.
A arquitectura primitiva engloba as “…formas Lisboa: Publicações Dom Quixote, 3ª edição, 1994, p.7.
2.  Distinguimos os abrigos e construções primitivas como:
mais simples, morfologicamente elementares e as construções sumárias de habitações temporárias ou mesmo
cronologicamente primárias da construção… que ocasional, em certos casos móveis, não se podendo falar de sis-
aproveitam fundamentalmente os materiais lo- temas ou estilos com características regionais e as segundas são
cais tais como eles se encontram na natureza, ou edificações fixas para habitação ou utilização permanente ou
normal, obedecendo a sistemas de construção bem definidos
quanto muito, com qualquer ligeiro afeiçoamento,
com nítida diferenciação tipológica ou regional.
segundo sistemas ou processos mais ou menos ela- 3. Carlos Flores, elaborou um conjunto de princípios (28),
borados, mas de tipo arcaico e alheios a conceitos que se verificam nesta arquitectura.

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Paulo Quitério

indígena, primitivo, anónimo e rural, desprovido de Posteriormente, surgiram outras obras, tais como
pretensões de ordem teórica. em 1969, Construções Primitivas em Portugal9,
Em suma, esta arquitectura simboliza uma relação assim como a Arquitectura Tradicional Portugue-
trilógica de nível conceptual, composta de três pólos sa10 publicada em 1992, como resultado de uma di-
de referência, o Homem, o Sítio e os Materiais…”4 versidade de textos dispersos por várias revistas.
Nos últimos tempos surgiram novas publicações,
Em Portugal, a problemática da arquitectura po- obras documentando o nosso património arquitectó-
pular, surge depois da segunda guerra mundial5, nico11, assim como o interesse académico para este
mas é em 1949 que se pensa pela primeira vez na tipo de arquitectura, nomeadamente através da rea-
urgente necessidade de um inquérito à arquitectura lização de Teses de Mestrado12, assim como de Reu-
Regional Portuguesa, mas só seis anos depois é que niões e Congressos13 temáticos.
surgem as verbas para o início dos trabalhos.
É nesta época, que um conjunto de factores favo- 9.  OLIVEIRA, Ernesto Veja de / GALHANO, Fernando
recem esta arquitectura, a referir: / PEREIRA, Benjamin: Construções Primitivas em Portugal.
—— Partem os primeiros emigrantes para França e Lisboa: Centro de Estudos de Etnologia / Instituto de Alta Cul-
posteriormente para a Alemanha; tura, 1ª edição, 1969
10.  OLIVEIRA, Ernesto Veja de / GALHANO: Arquitec-
—— Ganha força o processo de industrialização ge- tura Tradicional Portuguesa. Lisboa: Publicações Dom Quixo-
rado pela exploração de mão-de-obra barata; te, 1992.
—— O turismo europeu começa a descobrir os en- 11. Resumo das últimas publicações:
cantos virgens do Algarve. PINHEIRO, Nuno Santos: Uma reflexão sobre arquitectura
em terra crua. Lisboa: ed. do Autor, 1991. PINHEIRO, Nuno
Santos: A arquitectura regional e as técnicas tradicionais da
Todos estes factores, são favorecidos pela situa- construção em terra ao Sul do Tejo, Lisboa: ed. do Autor, 1991.
ção de atraso e de pobreza em que o país se encon- PINTO, Fernando Rocha: “Arquitectura tradicional de terra no
trava. Repentinamente os rendimentos de uma parte Alentejo”, em Arquitecturas de terra - Trunfos e potencialida-
des, Materiais e tecnologia, Lógica do restauro, Actualidade e
da população portuguesa aumentam, dando-lhe a
futuro, Conimbriga: ed. Comissão de Coordenação da Região
possibilidade (ou ilusão) de afastar o peso da misé- Centro - Alliance Françeise de Coimbra - Museu Monográfi-
ria ancestral. A partir dai, o euforismo da mudança co de Conimbriga, 1992, pp.35-38. PINHEIRO, Nuno Santos:
e do progresso, numa lógica individualista e desor- Terra - Material milenário de construção, Lisboa: ed. do Autor,
denada, varre o território português com o objectivo 1993. BASTOS, Cristina: Os Montes do Nordeste Algarvio,
col. Portugal e o Mundo Português. Lisboa: Edições Cosmos,
de apagar as marcas de um passado. Hoje apenas 1993. PINHEIRO, Nuno Santos: Tectos de salão na ilha de
subsistem elementos avulsos que sobreviveram fisi- Porto Santo, em Actas del Segundo Congreso Nacional de His-
camente à derrocada do mundo que os produziu. toria de la Construcción. Madrid: Instituto Juan de Herrera /
Atentos a esta evolução, em 1959 é publicado CEHOPU / CECEX, 1998. TEIXEIRA, Gabriela de Barbosa /
BELÉM, Margarida da Cunha: Diálogos de edificação - estudo
o artigo Arquitectura6, que poderá ser considerado de técnicas tradicionais de construção, Porto: CRAT - Centro
como o primeiro artigo estruturado sobre a arquitec- Regional de Artes Tradicionais, 1998. MESTRE, Victor: Arqui-
tura popular portuguesa, mas é com os levantamen- tectura Popular da Madeira. Lisboa: Argumentum, 2002
tos realizados por equipas de jovens arquitectos, nos 12. Resumo das Teses de Mestrado realizadas:
finais dos anos cinquentas7 e posterior publicação SILVA, Júlio Andrade dos Santos: A arquitectura popular
alentejana: Cal e Mármore - símbolos da cultura alentejana,
em 1961 da obra Arquitectura Popular em Portu- Tese de Mestrado em Sociologia Aprofundada e Realidade
gal8, que se dá o primeiro passo para a descoberta da Portuguesa. Lisboa: Departamento de Sociologia da Facul-
arquitectura de caris popular. dade de Ciências Sociais e Humanas, Universidade Nova de
Lisboa, 1993.
MOTTA, Maria Manuel Banza Ramos: Construções rurais
4.  DIOGO, Manuel: “A arquitectura popular, valor e tra- em alvenaria de terra crua no Baixo Alentejo, Tese de Mestra-
dição”, em Comunicação apresentada no Congresso Internacional do em Construção. Lisboa: Instituto Superior Técnico – Uni-
de Arquitectura Popular. Porto: Universidade Lusíada, 1998, p.18. versidade Técnica de Lisboa, 1997.
5. É desta época os primeiros estudos e publicações, nomea- CORREIA, João Alberto: Montes e povoados no Sudeste
damente de Jorge Dias (antropologia cultural), J. Leite de Vas- Alentejano: Monsaraz, Tese de Mestrado em Reabilitação da
concelos (etnografia) e Orlando Ribeiro (geografia regional). Arquitectura e Núcleos Urbanos. Lisboa: Faculdade de Arqui-
6. Ernesto Veja de Oliveira e Fernando Galhano – Arqui- tectura – Universidade Técnica de Lisboa, 1998.
tectura artigo publicado na Arte Popular em Portugal, 1º volu- 13. Na década de noventa podemos destacar a 7ª Conferên-
me, 1959, Lisboa cia sobre o Estudo e Conservação da Arquitectura de Terra -
7. Inquérito à Arquitectura Regional Portuguesa, decorreu TERRA93, organizado pela DGMN (Silves), assim como em
de 1955 a 1960. 1998 o Congresso de Arquitectura Popular, organizado pela
8.  AA.VV: Arquitectura Popular em Portugal. Lisboa: ed. Universidade Lusíada (Porto). Já no novo milénio, em 2004,
Sindicato Nacional dos Arquitectos, 1961. realizou-se o Encontro sobre a Arquitectura de Terra (Lisboa).

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Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)

identidade própria, fruto dos factores geográficos e


históricos, que definem a sua particularidade.
Em termos geográficos, o conjunto das serras de
Monchique (Foia, 902 metros, e Picota, 774 metros)
e do Caldeirão (578 metros) que normalmente é de-
nomina por Serra16, forma uma imponente barreira
natural que o separa dos peneplanos do Alentejo e
o defende dos ventos dos quadrantes Norte e Noro-
este. É cortado pelos rios Guadiana (que o separa
da Andaluzia) Vascão, Arade, Asseca, e outros, que
não passam de braços de mar, caso do sapal de Cas-
tro-Marim, Ria Formosa e Ria de Alvor, etc. Todo
voltado ao Sul o Algarve recebe directamente a in-
Em relação à região do Algarve, muito pouco fluência próxima do mar Mediterrâneo e do Norte
foi publicado, a Arquitectura Popular em Portugal de África.
dedica-lhe uma zona (6), um capítulo bastante com- Segundo o conceito de alguns autores17, o Algar-
pleto. Posteriormente é de referir o papel de Edu- ve divide-se em três faixas: a Serra, o Barrocal e
ardo Horta Correia14, que nas últimas décadas tem a Beira-Mar. Para Silva Lopes o Barrocal é «uma
lutado em prol da preservação do património arqui- faixa de duas a três léguas de pedra calcária, alguma
tectónico algarvio. siliciosa, e terra forte, negra e barrenta, com eleva-
No domínio da investigação, é de referir, nos anos ção para a serra», por este motivo os autores geográ-
90, a criação da licenciatura em Património Cultural ficos contemporâneos, substituíram a designação de
na Universidade do Algarve, assim como é a minha Barrocal pela de Algarve Calcário.
tese de mestrado que se refere às Arquitecturas de Por sua vez Medeiros Gouveia (1938), sintetiza,
Terra15, dando especial atenção à região do Algarve. afirmando que o Algarve é uma região complexa,
constituída por 3 sub-regiões tão características que,
O Algarve é a região mais meridional de Por- se não fora uma pulverização excessiva do territó-
tugal, situada na área que Orlando Ribeiro refere rio; se poderiam considerar como pequenas regiões
como Portugal Mediterrâneo, sendo também o único autónomas: o Alto Algarve, o Algarve Calcário e o
‘anfiteatro’ voltado para sul. A maior parte dos con- Baixo Algarve.
celhos do Algarve são banhados pelo Oceano ou
então os seus vales e caminhos conduzem para a Em termos arquitectónicos, nas últimas déca-
terra baixa que funciona como ponto de atracção da das a região do Algarve assistiu a um progressivo
população. abandono dos hábitos tradicionais no meio rural.
O Algarve é um retalho do território português Os novos materiais (betão armado) e a nova eco-
que não se confunde com a terra andaluza próxima, nomia (turismo) incidiram directamente no desapa-
nem com a província alentejana contígua, nem se recimento da arquitectura popular. Estas novidades
assemelha à nesga do continente africano fronteiro. geraram novos espaços e novas condições de habi-
É uma região bem definida, um compartimento com tabilidade, distintas dos antepassados. Povoações
feições características. O mar, a planície, a monta- inteiras mudaram devido à substituição destas an-
nha, o céu sempre azul, o ar sempre transparente cestrais formas de ocupação. Gerou-se a necessida-
e limpo criaram este quadro geográfico, de uma de de adaptar a habitação aos novos usos, como tal
beleza própria, sem analogias. Esta região tem uma torna-se imprescindível a promoção do futuro desta
arquitectura.
A zona em estudo (Algarve) por sua vez subdi-
14. CORREIA, José Horta: “A Arquitectura do Algarve vide-se em Litoral, Barrocal e Serra. A cada sub-
como Expressão privilegiada da sua Especificidade Cultural”,
em AA.VV. O Algarve - Na perspectiva da Antropologia Eco-
região corresponde uma forma de gerir o espaço,
lógica. Lisboa: Instituto Nacional de Investigação Cientifica, sempre adaptado ao tipo de exploração agrícola.
1989. Este artigo é bem esclarecedor do estado da arquitectura
popular no Algarve.
15. QUITÉRIO, Paulo Casimiro Azinheira: Arquitecturas 16.  A Serra do Algarve corre quase todo o Algarve (do qual
de Terra, Tese de Mestrado em Reabilitação da Arquitectura e recebe o nome), fazendo a divisão do Alentejo. Principia próxi-
Núcleos Urbanos. Lisboa: Faculdade de Arquitectura – Univer- mo de Castro Marim e acaba no Oceano, junto a Aljezur.
sidade Técnica de Lisboa, 2001. 17.  Desde Silva Lopes (1841) até Lautensach (1932-1937).

—  325  —
Paulo Quitério

A casa popular é um dos aspectos mais signifi- No Algarve Calcário, continua a predominar a
cativos e relevantes da humanização da paisagem, construção em pedra, neste caso em calcário, é nesta
em que, na sua grande diversidade de tipos, afloram, zona que se encontram as habitações mais caracte-
com particular evidência, numerosos condicionalis- rísticas do Algarve, em termos formais. Sob o cui-
mos fundamentais – geográficos, económicos, so- dado reboco das casas escrupulosamente branque-
ciais, históricos e culturais – das respectivas áreas e adas, apenas as molduras de pedra das portas e das
dos grupos humanos que a constroem e habitam. janelas indicam o emprego do calcário no resto da
Por sua vez, o homem sempre utilizou os ma- construção. De um modo geral, a pedra usa-se como
teriais que tinha à mão para elaborar o seu abrigo, material de preferência em todos os lugares onde
traduzindo-se a sua diferenciação regional, relacio- abunda, consoante os afloramentos que a fornecem:
nada com a utilização dos materiais locais – origem neste caso o calcário predomina.
dos sistemas tradicionais – neste caso socorreu-se No Baixo Algarve predomina uma mistura de
da terra e da pedra (calcária ou xistosa). materiais, dependendo da disponibilidade dos mate-
Em termos construtivos o Algarve beneficia de riais do local. Nesta Zona encontramos muitos ves-
algumas particularidades, é aqui que predomina a tígios da utilização da terra, aqui a taipa concorre
construção em terra, principalmente em taipa. Mas com a pedra.
esta afirmação não é totalmente verdadeira, uma vez De uma forma geral, arquitectura de terra exis-
que o Algarve utiliza parcialmente a terra, existindo te em abundância na zona meridional do Algarve,
algumas zonas onde predomina o xisto e o calcário. sendo a divisão definida pela linha que passa por
A pedra calcária é utilizada na zona denominada por Boliqueime, Paderne, Alte, até à serra do Mú ou do
Barrocal (entre o Litoral e a Serra), enquanto que o Malhão, neste ponto faz a ligação com o Alente-
xisto é utilizado na Serra, predominado a alvenaria jo. Concluindo, toda a faixa litoral do Alentejo e
de pedra solta. do Algarve beneficia da arquitectura de terra. Este
Por sua vez a terra é utilizada em todas as zonas. tipo de construção prolonga-se pelo Algarve, sendo
É muito frequente encontramos em plena Serra, disso exemplo a vila de Aljezur, ou de Marmelete,
onde predomina o xisto, construções completas ou que apesar de ser um lugar isolado, devidos à sua
parciais em taipa e o seu interior em adobe. localização nos contrafortes da Serra de Monchi-
No Alto Algarve (Serra) com os primeiros con- que mantém a mesma tipologia, podendo em alguns
trafortes da Serra Algarvia cessa geralmente o uso casos apresentar só uma água19, adaptando a incli-
da taipa: muros, paredes, fornos, cabanas redondas nação do seu enorme telhado, ao declive do terreno.
usadas como arrecadação ou curral, empregam a Quando o terreno é mais plano, então predominam
pedra solta, muita vez sem reboco ou caiação. as duas águas.
Para esta utilização contribuem principalmente Em termos de acabamentos, outra particulari-
dois factores: a abundância do material e a influên- dade que podemos observar é no litoral predomina
cia de um núcleo arcaico de construções de pedra, o reboco caiado de branco, na zona da serra, a cal
representado por um dos seus elementos primitivos somente é utilizada nas zonas mais importantes da
e mais gerais no Mediterrâneo – a casa redonda18. habitação, predominando as cores naturais das pe-
Rara no Sul de Portugal, conserva-se aqui, certa- dras usadas. Outro pormenor importante e muito
mente como resíduo de uma área mais extensa, se- característico do barrocal é a platibanda (rica-
gregada no ambiente serrano. Limitado por condi- mente decorada), assim como a existência de uma
ções naturais e pela tradição, esta zona não utiliza a chaminé.
terra como material de construção, mas em alguns Apesar do Algarve se manter fechado em relação
casos, pontualmente, encontramos construções em a Portugal, devido aos factores geográficos referidos
xisto que utilizam algumas paredes internas em anteriormente, mantendo-se por sua vez em profun-
adobe. O mesmo acontece no Maciço eruptivo de do contacto com toda a zona mediterrânea que ser-
Monchique, onde é utilizado um tipo de granito – viu de veículo para a civilização, ao unir a Europa, à
foiatite - para a construção. Ásia e África, e que actualmente está separado entre

18.  Ver: OLIVEIRA, Ernesto Veja de / GALHANO, Fer- 19.  Orlando Ribeiro atribui esta tipologia construtiva - ha-
nando / PEREIRA, Benjamin: Construções Primitivas em Por- bitação de forma rectangular, com uma água - ao povo berbere,
tugal. Lisboa: Publicações Dom Quixote, 3ª edição, 1994. Esta afirmando que foram provavelmente montanheses do Rife, vin-
obra retrata as construções primitivas em Portugal, dando es- dos com as invasões muçulmanas, que, encontrando aqui um
pecial relevo às construções de forma redonda que existem na ambiente semelhante ao dos seus lugares de origem, difundiram
Serra do Caldeirão/Tavira. um tipo de casa que lhes era familiar.

—  326  —
Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)

o Catolicismo, o Cristianismo ortodoxo e o Islão, associados, que funcionam como extensões da


religiões e ideias debaixo das quais se reconhecem vida quotidiana, por exemplo: muros, pocilgas, pa-
formas de vida em larga parte comuns. lheiros, galinheiros, poços, cruzeiros, entre muitos
É por este motivo que a cidade de Mazagão, outros.
praça do Norte de África lembra muito mais o Sul
de Portugal que o Norte. Os locais da Andaluzia O actual concelho de Albufeira, beneficia de um
frequentemente evocam contactos com o Magrebe, vasto conjunto de construções que nos podem sinte-
em termos arquitectónicos ou de vivências, assim tizar a arquitectura de terra no Algarve.
como a zona antiga de Olhão20, arquitectura popu- Em tempos a zona de Albufeira foi visitada
lar em contexto urbano, semelhante a uma Medina por Fenícios e Gregos. Da época romana deriva o
muçulmana. seu nome, ‘Baltum’ que se transforma em para Al-
Foi este intercâmbio de vivências entre mouros, Buhera…” e depois em Albufeira.
cristãos e judeus que floresceu esta identidade. É Da observação realizada no concelho de Albufei-
frequente encontrarmos ainda no Sul as designações ra, identificamos um conjunto de tipologias formais
de Judiaria e de Mouraria, vestígios de antigos bair- que utilizam a terra como material de construção.
ros próprios, de uma vida de intimidade. Antes de especificar estes tipos devo estabelecer al-
Esta evolução implicou a definição de várias ti- gumas generalidades:
pologias de habitação: a casa dispersa (no litoral), —— Em termos de materiais, de uma forma geral,
a casa junto das vias de comunicação (no barrocal) os pavimentos das habitações são ladrilhados,
e a casas concentradas, vulgo “montes” (na serra). apesar de existirem algumas habitações mais
Além da habitação, sempre existiram elementos pobres que tinham o seu pavimento apenas
em terra batida;
—— A cobertura na zona em estudo é sempre em
20.  Ver: ALEGRIA, José Alberto: “Arquitectura tradicio- telha, apesar de como sabemos existirem
nal: Marrocos e Algarve - formas e ambientes” em Anais do
Município de Faro, Faro: ed. Câmara Municipal de Faro, 1986,
noutros locais do Algarve, principalmente no
pp.241-268. Este artigo faz a comparação entre a arquitectura Algarve Calcário e na zona de Olhão ou Fu-
tradicional de Marrocos e do Algarve. zeta, onde a cobertura é plana, em açoteia;

—  327  —
Paulo Quitério

—— O telhado na maioria das vezes é de duas vez que é semelhante à primeira tipologia que abor-
águas, com um revestimento interno de cani- damos, mas sim na maneira como a habitação está
ço ou de madeira; tratada. A tipologia, denominada 125, está intima-
mente ligada às grandes vias de comunicação. Ela
A primeira tipologia que encontramos, e que pro- extravasa os limites do concelho, existindo durante
lifera por todo o concelho, é a habitação de um piso, a Estrada Nacional 125, desde Porches até Boliquei-
com planta rectangular, apresentando normalmente me, assim como na estrada que liga Algoz a Albu-
duas águas. feira, passando por Ferreiras. Nota-se uma evolução
Quando a construção tem apenas uma água, a ha- económica em relação as tipologias anteriores, aqui
bitação tem a zona dos animais colocados ao lado. já existe disponibilidade para decorar a habitação,
No caso de ser em duas águas, a zona dos animais é utilizar outras formas, principalmente a platibanda
colocada na parte posterior da habitação. Esta tipo- e uma chaminé muito elaborada, os elementos mais
logia é semelhante à que já referimos anteriormente representativos da arquitectura algarvia, quer rural,
e que existia na zona da Serra. A chaminé não tem quer urbana: chaminé e platibanda. Em virtude de
muita importância nesta tipologia. Em muitos casos se encontrar junto das vias de comunicação, houve
observamos também os elementos da arquitectura também alguma facilidade em utilizar cantarias de
alentejana, principalmente os gigantes. De uma ma- calcário para o guarnecimento dos vãos, enquanto
neira geral esta tipologia tem caiação em todas as as outras tipologias apenas utilizavam elementos de
faces. Apesar de existirem alguns exemplares que madeira.
mantêm a taipa em estado natural, portanto sem Com estas tipologias tentamos caracterizar as for-
caiação, ou então apenas aplicam a cal nas fachadas mas de construir com terra no Algarve. Nesta peque-
a sul e a oeste, ou em torno dos vãos, desta variante na área (concelho de Albufeira), podemos encontrar
existem alguns exemplares na zona do Vale da Ri- uma síntese bem elucidativa da diversidade constru-
beira de Espiche. tiva, no entanto a terra é utilizada em mais locais.
Normalmente esta tipologia também chamada
de ‘monte’ caracteriza-se pela articulação de vários Os testemunhos que observamos neste trabalho,
elementos que se fundem num conjunto unitário, são a prova de que o Algarve beneficia de uma iden-
constituindo, com a paisagem envolvente, um uni- tidade própria na construção popular.
verso arquitectónico, económica e ecologicamente O ‘saber’ português da construção, acabou por
coerente. A maioria dos nossos «montes» oferecem percorrer grande parte do planeta, em virtude da
uma idêntica tipologia desde, pelo menos, o século expansão portuguesa. Não é por acaso que no Bra-
XVI. Esta tipologia estava associada a uma agricul- sil, onde a construção de terra foi introduzida pelos
tura de sequeiro, onde predominavam a amendoeira portugueses, é hoje um vasto repositório das for-
e a alfarrobeira. mas de construir por cá então utilizadas. Em Goa, a
Nos locais onde existia alguma água, onde se tor- técnica construtiva da taipa tem o nome de taip, ou
nava possível a agricultura de regadio, a tipologia é em Ceilão, o actual Sri-Lanka, parte da terminolo-
ligeiramente diferente. Nas proximidades existem gia da construção de terra tem raiz portuguesa, por
sempre dispositivos de recolha e armazenamento exemplo, taipa chama-se ‘tappa’ e fundações diz-se
de água, principalmente noras ou poços e tanques. ‘Kabok’.
No Barranco, próximo do Vale da Parra, existe uma Se todo este saber foi exportado, porque motivo
tipologia interessante, uma vez que estas habitações não o soubemos manter?
desenvolvem-se em dois pisos, com escada interior. Nos últimos 30 anos tem-se assistido a uma sis-
O pavimento do segundo piso é realizado em tabu- temática destruição dos seus mais interessantes tes-
ado, no exterior não é utilizada a caiação. Esta tipo- temunhos. Não foi apenas o grande surto turístico
logia tem a sua génese na adaptação da construção o único responsável pela situação. A destruição do
ao terreno que é bastante inclinado. património arquitectónico algarvio tem raízes mais
Por fim, temos a tipologia mais típica do Algarve fundas que se inscrevem na industrialização dos
que utiliza a terra, principalmente a taipa, uma vez processos construtivos, deixou-se de construir em
que em todas as tipologias que falamos anterior- alvenaria de pedra, taipa ou adobe para se construir
mente, em termos de materiais, utilizam a taipa para com em tijolo industrial, por exemplo.
as paredes exteriores e para a parede de cumeada e Por este motivo é urgente que os algarvios se
as restantes são em adobe, nesta tipologia é seme- debrucem sobre aquilo que os diferencia, marca,
lhante. A grande diferença não está na forma, uma assinala e identifica, tomando consciência dessa

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Arquitecturas ou vivências de un espaço (Algarve-Portugal)

identidade e procurando investigar os valores que a Toda esta arquitectura vernácula está ameaçada de-
determinam e manifestam. vido à adulteração de espaços e utilização de materiais
Do estudo da Arquitectura popular, podem e inadequados, por este motivo é de extrema importân-
devem extrair-se lições de coerência, de seriedade, cia a promoção desta arquitectura, aproximando os
de economia, de engenho, de funcionamento, de be- cidadãos do património cultural e das suas técnicas,
leza… que em muito podem contribuir para a for- tendo como referência o desenvolvimento integrado
mação dum arquitecto dos nossos dias. e sustentável, que actualmente está a surgir.

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Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola

Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la


dinámica urbanística y la capitalización agrícola*

Santiago Amaya Corchuelo


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla, España∗∗

Acercamiento En cuanto a los trabajos que se han realizado


sobre esta particular tipología de arquitectura, estos
El acelerado proceso de transformación econó- han sido muy parciales, fundamentalmente desde
mica y social de los últimos decenios, con manifes- la óptica del patrimonio histórico, considerándolos
taciones como un crecimiento urbanístico desorde- como inmuebles relevantes culturalmente por incor-
nado en los núcleos de población, o la innovación en porar elementos formales correspondientes a deter-
las explotaciones agrarias, ha afectado a las infraes- minados estilos artísticos. Sin embargo, su comple-
tructuras de una agricultura periclitada como son las jidad y significación cultural radica en vincular la
tradicionales haciendas de olivar en el contexto de obra arquitectónica con el complejo agrario en el
la provincia de Sevilla. A pesar de ello, dicho proce- cual se inserta y, por lo tanto, el que en mayor medi-
so no ha hecho desaparecer totalmente las manifes- da permite integrar “la casa” en su contexto econó-
taciones de las formas de vida que se dieron en estas mico, social y laboral.
explotaciones. De este modo se conservan escasas De este modo, en las líneas que siguen realiza-
haciendas que reflejan con claridad una tipología de remos en primer lugar, una visión global sobre los
arquitectura tradicional donde se desarrollaron estas elementos que conforman una hacienda, sus espa-
formas de vida que hemos mencionado. cios habitacionales, laborales, de almacén, etc., in-
Tengamos en cuenta que históricamente las ha- sertándolos en el agroecosistema al que pertenece:
ciendas como inmueble, constituyen una parte de las una gran explotación olivarera con una tipología
explotaciones olivareras de considerables extensio- de inmueble que dispone tanto de elementos des-
nes. Estas construcciones se encuentran ubicadas en tacados a nivel artístico y monumental, como una
los núcleos urbanos, pero sobre todo en las propias serie de espacios funcionales relacionados con las
explotaciones agropecuarias olivareras. A la hora de labores que históricamente se han llevada a cabo en
abordar un leve análisis de las mismas, y de la proble- este sistema de explotación. También, y en segundo
mática a la que están sometidas a principios del siglo lugar, analizaremos brevemente la situación actual
XXI, es necesario contemplar este marco de doble de las haciendas en la provincia de Sevilla, fruto del
dimensión, el urbano y el agrario o suelo rústico. trabajo llevado a cabo en esta área en las comarcas
donde mayor representación y singularidad tienen.
* Este trabajo recoge parte de los resultados que se obtu-
vieron del encargo que la Consejería de Cultura realizó a San-
tiago Amaya Corchuelo como antropólogo y a Teresa del Valle
Gallardo como historiadora del arte. El documento consistió en La conformación histórica de
una “Documentación para la inscripción en el Catálogo General las haciendas de olivar
del Patrimonio Histórico Andaluz de las haciendas de olivar de
la provincia de Sevilla.” En él se han aplicado los elementos Las haciendas de olivar constituyen uno de los
conceptuales y teóricos del Grupo de investigación Perses (PAI,
SEJ-418) y del Proyecto I+D (SEJO2004-01372/SOCI).
principales reflejos de un proceso de apropiación del
**  Miembro del Grupo de investigación Perses (PAI, SEJ-418). medio físico por los pobladores que lo han ocupado

330
Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola

durante estos últimos 2.000 años fundamentalmen- según la cual la tercera parte de los cargamentos de
te. Para comprender este proceso histórico y llegar todos los navíos con destino a América debía estar
a entender la situación actual de estos bienes cul- compuesta por productos agrarios, la progresiva de-
turales, vamos a realizar un escueto análisis, aun- manda de aceite para la exportación y el importante
que global, tanto del territorio y sus peculiaridades, consumo que de él hacían las numerosas almonas
como del agroecosistema de olivar en el que se lo- locales en la fabricación de jabón, provocó en poco
calizan las haciendas de olivar. tiempo una fuerte subida en los precios que muy
De esta manera, las haciendas de olivar destacan pronto colocó al producto entre los más rentables
por su importancia como modelo de explotación del momento (Florido, 1996).
agrícola que tiene una continuidad histórica desde En esta coyuntura el cultivo del olivo se convir-
los romanos y las villas, pasando por las alquerías y tió en un magnífico negocio y, como cabía esperar
posteriormente configurándose como las haciendas ante tan poderoso estímulo, las explotaciones res-
contemporáneas. Además, en las haciendas vemos pondieron aumentando su producción, para lo cual
muchos de los rasgos clarificadores del modo en se valieron de dos mecanismos fundamentales: la
que durante siglos se han entendido en la zona la ampliación y la especialización. Por su parte, la
organización agraria, la actividad laboral y las rela- especialización productiva individualizó en buena
ciones sociales características de las enormes explo- medida un cultivo que hasta entonces había compar-
taciones y grandes terratenientes en todo el ámbito tido espacio con el cereal, asentándolo (al igual que
de las campiñas béticas. ocurrió con el viñedo) en las zonas agrícolas más
Una mínima e imprescindible visión diacrónica adecuadas y geográficamente mejor conectadas con
sobre las haciendas nos remite al menos al periodo el puerto sevillano. De esta manera, el Aljarafe y la
moderno de nuestra historia1. Dentro del proceso orla que circunda a la capital conocieron un impor-
de expansión del olivar que se va desarrollando de tante aumento de los plantíos. Los primeros agentes
manera continuada, hay dos hitos fundamentales: el interesados en dicho proceso de crecimiento agrario
primero, la apertura del mercado americano tras el fueron los componentes de la tradicional nobleza te-
descubrimiento americano, y el segundo, el “boom” rrateniente y de la aristocracia.
olivarero iniciado a mediados del siglo XVIII y acen- Como sucede en cualquier tipología de arquitec-
tuado en el XIX y los primeros decenios del XX. tura, sus aspectos formales y artísticos son fruto del
La importancia del aceite en el negocio sevillano contexto que los genera. En este sentido las hacien-
con América dentro del singular contexto económi- das de olivar son construcciones donde coexisten la
co, social y cultural de la metrópolis andaluza del arquitectura popular de formas sencillas y la culta
siglo XVI y la posterior evolución que estas rela- con elementos mas elaborados de una forma integra-
ciones comerciales y la ciudad misma experimen- da; es un compendio de arquitectura rural tradicional
tan, serán factores decisivos para poder explicar y burguesa en la que se aúnan elementos utilitarios
el nacimiento y la expansión de la tipología de las y populares, otros más simbólicos y emblemáticos
haciendas de olivar dentro de la arquitectura rural. y otros que provienen de unos usos y necesidades
La principal causa de expansión de los tradicionales más urbanos. El valor de esta arquitectura radica,
molinos y caserías de olivar, así como de la readap- por tanto, en la armonía del conjunto que determina
tación funcional de numerosos cortijos hasta enton- esta tipología constructiva. Un ejemplo de lo que
ces cerealistas, se deberá buscar en la espectacular decimos puede ser el hecho de que a pesar de que
demanda aceitera surgida desde mediados del siglo en las haciendas se manifiesta la influencia de dife-
XVIII e incrementada durante el XIX hasta extre- rentes estilos artísticos como el mudéjar, o gustos
mos nunca antes conocidos, y en la subsiguiente im- renacentistas, es el barroco el estilo arquitectónico
plantación del monocultivo olivarero en numerosas más frecuente en las haciendas. Esto de debe a que
comarcas de la Baja Andalucía. buena parte de las que existen se remodelaron en el
A medida que avanza el siglo XVI, monopoliza- S. XVIII y otras fueron construidas en esta época.
do en Sevilla el comercio con Indias, expresamen- En cuanto a la tendencia contemporánea en torno
te prohibida la plantación de olivos y viñas en las a las haciendas de olivar se basa en la transforma-
colonias, y establecida la regla del “tercio de frutos”, ción o restauración de las preexistentes de acuerdo
a los usos y funciones actuales. El cambio de las
bases económicas de nuestra sociedad, la generali-
1.  Señalemos que después del cultivo cerealista, el olivar
ha sido el siguiente aprovechamiento en importancia en las tie- zación de la economía de mercado, la mecanización
rras de la Depresión del Guadalquivir. y capitalización del mundo agrícola, han trastocado

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Santiago Amaya Corchuelo

no tanto la vocación productiva de las fincas, como


las formas de vida, lo cual ha incidido directamen-
te en los mismos inmuebles como veremos. Por un
lado hemos encontrado que muchos de estos bie-
nes están derruidos y otros transformados en meras
residencias o refuncionalizados hacia el sector ter-
ciario. De esta manera, tal como señalara Atienza
(1996: 87–88) ya hace casi una década, el resultado
último de esta situación de progresiva y creciente
decadencia ha sido que, de las más de trescientas
haciendas catalogadas en los alrededores de Sevilla,
en los últimos treinta años han sido derribadas unas
doscientas; del centenar restante, más de un terció Imagen aérea de la hacienda La Platera. En ella se ve la
se hallan irremisiblemente dañadas, otro tercio ha estructura de una hacienda.
sufrido transformaciones morfológicos de todo tipo
y tan sólo el tercio restante se encuentra en un esta-
do de conservación aceptable. basada en observaciones, ensayos y conocimientos
que han logrado un producto elaborado y, sobre
todo, funcional. Es una arquitectura enraizada en su
La hacienda de olivar como tipología espacio, que define el territorio agrario donde surgen
arquitectónica: formas y funciones como monolitos de alto valor estético en sus planas
cuencas visuales. Así caracterizada la hacienda de
Como ya hemos dicho antes la singularidad y el olivar como arquitectura tradicional, con la polise-
significado culturales de las haciendas de olivar re- mia cultural que encierra, adolece aun de un análisis
side en el conjunto que forman las tierras de olivar multidisciplinar, puesto que la bibliografía al res-
y el inmueble, el caserío de la explotación agrope- pecto contienen análisis sesgados desde el punto de
cuaria. En un sentido estricto se ha venido denomi- vista arquitectónico e histórico-artístico2. Si bien son
nando “hacienda” solamente a la parte construida relativamente abundantes las descripciones formales
de este conjunto, al inmueble. Este hecho solo sería de los elementos y estilos artísticos de las haciendas,
aceptable para los casos de las haciendas situadas existen contadas aportaciones sobre las personas
en ámbitos urbanos, puesto que ya no disponen de que las habitaban, que las usaban, sin contar aque-
terreno de cultivo. Por supuesto estos inmuebles llas partes del inmueble destinados y pensados para
insertos en la trama urbana de su correspondiente la vida de los obreros, la estancia de los animales y
núcleo deben ser tenidos en cuenta a la hora de ana- aperos, e incluso a veces los espacios productivos
lizar la situación actual de estos bienes en nuestro que se pasan prácticamente por alto, y ni hablar de
intento de definirlas como una tipología específica las relaciones sociales de producción.
de arquitectura tradicional. En cuanto a los aspectos formales y materiales
de esta tipología tradicional de inmueble, hay que
señalar que en las haciendas se superponen elemen-
Las haciendas como tipología de tos del medio urbano (portadas, torres, espadañas),
arquitectura tradicional en Andalucía materiales utilizados en edificios singulares de Se-
villa (piedra arenisca, mármol), así como elemen-
Consideramos adecuada la denominación de ar- tos de acarreo (columnas de mármol y capiteles
quitectura tradicional para las haciendas de olivar,
teniendo en cuenta que cada uno de estos inmuebles 2.  A este vacío ha venido a contribuir en los últimos años
es un elemento ecléctico, fruto de la amalgama de el ingente trabajo de la Consejería de Obras Públicas, que bajo
la denominación de Cortijos, Haciendas y Lagares en Andalu-
elementos característicos de la arquitectura rural, cía, nos muestra, con publicaciones de cada provincia, lo más
popular y funcional, junto a otros propios de la ar- representativo de cada una en este tipo de inmuebles. De nuevo
quitectura con un carácter señorial y de reconocidos las deficiencias sobre la riqueza social y las vivencias de todo
estilos artísticos como el barroco. tipo en estos bienes, nos debe hacer pensar hasta dónde es con-
veniente continuar con esta línea o, por el contrario, cambiarla
Caracteriza a la arquitectura tradicional, como en
cuanto antes incluyendo aportaciones, matices, y en definitiva,
este caso, la transmisión generacional de los elemen- riqueza y significado cultural mediante la incorporación de
tos formales resultado de una larga y lenta evolución equipos multidisciplinares para estos trabajos.

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Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola

procedentes de derribos). El ladrillo se utiliza de mulos y a veces yuntas de bueyes. El número de


forma paralelepipédica, macizo y tosco. La teja se estos especialistas, igual que ocurre con el resto de
usa como elemento de cubrición casi exclusivo. La labores, dependía de las dimensiones de la explo-
pieza cerámica se utiliza con fines decorativos si- tación. De este modo podían congregarse hasta la
tuándose preferentemente en las portadas, las puer- treintena en algunas fincas, ocupando la gañanía
tas de los molinos, la capilla y en las torres (Aguilar, durante dos o tres semanas. Ellos mismos se encar-
1993). Por tanto, los materiales más frecuentes son: gaban de la bina o segundo arado, una vez que había
tierra, cal, piedra, arcilla y madera. Los muros y las pasado la primavera cuando la producción herbácea
torres del molino se hacían con tierra prensada. La había finalizado.
arcilla transformada en ladrillos sirvió para la cons- Entre las labores más destacadas a lo largo de
trucción de paredes y tejas para las cubiertas bajo cada ciclo también estaban el injerto de los olivos,
las que se colocaban vigas de madera. Para recu- la poda o el desvaretar el olivar, fases en la que se
brir este material se utilizó la azulejería y yesería reunían los trabajadores en las haciendas durante las
como elementos decorativos en las zonas arquitec- semanas correspondientes. Finalmente es de desta-
tónicamente destacadas. La cal es un elemento tanto car el periodo de recolección, un periodo doble: en
constructivo como decorativo, como cimentador de septiembre se recoge la aceituna de verdeo, cuyo
mortero y para encalar el caserío. Finalmente las téc- volumen ha ido aumentando progresivamente en los
nicas ornamentales empleadas consisten sobre todo últimos cincuenta años, y desde finales de noviem-
en el uso de arco y columna, el empleo frecuente del bre que se recoge la destinada a aceite de oliva. La
apilastrado y molduras para enmarcar los vanos. La tarea que mayor número de jornaleros reunía y reúne
piedra labrada aparece en pocas ocasiones, a veces hoy, es la recogida de estas aceitunas. Durante un par
en escudos nobiliarios relacionados con el señorío. de meses familias enteras en distintas cuadrillas ejer-
Sin embargo, como dijimos antes, para caracte- cían de vareadores, apañadores y muleros que trasla-
rizar adecuadamente este tipo de arquitectura debe- daban la carga que apañaban cada día al molino.
mos traspasar la dedicación de los investigadores Esta cantidad de gente formaba la ciudad a pe-
por los aspectos meramente formales y fijarnos en queña escala que simulaba la hacienda, y todas las
los elementos ecológicos culturales específicos de familias allí reunidas con la jerarquía laboral que se
las haciendas de olivar. Para ello nos detendremos daba, formaba ese microcosmos social que en algu-
brevemente en las relaciones sociales que se gene- nos casos llegaban a tener incluso escuela y maes-
ran en estos inmuebles, así como en el manejo y la tro como la excepcionalmente mantenida hacienda
evolución del agroecosistema de olivar, la vocación Mateo Pablo. Tengamos en cuenta que además de
productiva principal de estas explotaciones, como los temporeros y jornaleros eventuales, las haciendas
hemos dicho antes. disponían de un número de personal fijo que incluía
En primer lugar destaquemos que la hacienda a especialistas como herreros, carreteros, molineros,
como tipología de arquitectura tradicional, sobresale etc., y sus correspondientes familias, con lo que pode-
por su complejidad funcional y constructiva dentro mos hacernos una idea clara de la forma de vida que
de la arquitectura tradicional rural andaluza, de la ar- se desarrollaba en el interior de estos inmuebles3.
quitectura ligada a modelos socioeconómicos (agro- Esta forma de vida y esta forma de explotación
ganaderos) de la zona; en este caso del cultivo de del agroecosistema de olivar ha cambiado y la vo-
olivar y producción de aceite de oliva. En segundo cación productiva de las tierras de las haciendas se
término estamos ante bienes, inmuebles, sometidos ha transformado tendiendo a la diversificación y es-
a la transformación de sus usos y de sus espacios de pecialización. Pero el hecho es que con este tipo de
acuerdo a las necesidades que van surgiendo. Es, por datos nos acercan a la forma de vida característica de
tanto, una arquitectura dinámica y cambiante. estos latifundios, las relaciones sociales (laborales,
En cuanto al ciclo agrícola tradicional en el oli- familiares, vecinales, etc.), componentes inmateria-
var, imprescindible para entender globalmente este les íntimamente relacionados con la materialidad y
conjunto arquitectónico, daba comienzo tras finali- formas de estos inmuebles, y a la postre, elementos
zar de recoger la cosecha. Antes de que los olivos
floreen ya en abril, se procedía al alzado del terreno 3. Los trabajos de transformación de la aceituna y el al-
o primer arado del año, la primera fase del labo- macenaje del aceite eran labores productivas que se llevaban
reo del olivar. Para esta tarea concurrían en la finca a cabo en las haciendas y que no hemos creído conveniente
desarrollar en el apartado del ciclo agrícola de este agroecosis-
los encargados de arar el terreno, los cuales cada tema de olivar. Pero pensemos en la cantidad de personas que
uno solía encargarse de sus animales, generalmente congregaban.

—  333  —
Santiago Amaya Corchuelo

que globalmente definen esta tipología de arquitec-


tura tradicional. Este entramado cultural hoy se en-
cuentra desposeído del factor humano, puesto que la
mayor parte de las haciendas casi se han despobla-
do, habiendo perdido así buena parte de su riqueza
cultural que residía en las actividades y saberes que
se desarrollaban en su seno, así como las relaciones
sociales entre sus miembros.

Finalmente debemos fijarnos en otra variable


definitoria de esta tipología, su edificación en el te-
rritorio que ocupa. La hacienda tiende a situarse en
puntos elevados de la finca, pero, sobre todo, en las
proximidades de un manantial o un arroyo para cu- Cocina de la gañanía en la hacienda La Buzona.
brir las importantes necesidades de agua planteadas
por las instalaciones aceiteras, a las que también se
hace frente mediante la construcción de albercas y Podríamos decir que la hacienda responde a tres
aljibes. En la mayoría de las explotaciones se accede tipos de necesidades. Primero era cabecera de una
por un camino que lleva hasta la casa, flanqueado importante explotación agraria olivarera en la que
este por palmeras, pinos, eucaliptos o cualquier otra también solían darse otros aprovechamientos com-
especie de gran porte, bien visible por encima de las plementarios (vitícolas, cerealistas y ganaderos), de
copas del olivar. Y algo parecido ocurre con la edifi- tal manera que precisaba de un amplio número de
cación misma, la cual, por lo general oculta tras los espacios de uso agrario en los cuales acomodar a
olivos, alza con fuerza sus torres, convirtiéndolas en los animales (cuadras, tinahones, caballerizas, etc.),
puntos de referencia fácilmente divisables en la dis- almacenar productos y útiles de labranza (pajares,
tancia, hitos visuales en la penillanura o la campiña. graneros, cuartos para los aperos: cocheras, etc.) y
donde dar aposento al personal laboral (viviendas de
caseros y capataces, gañanías, etc.). Por otra parte,
Estructuración del edificio, distribución era un centro de producción agroindustrial donde
espacial y elementos formales destacados tras la recolección de la aceituna tenían lugar su
molturación y prensado para la obtención del aceite,
El ordenamiento espacial y funcional de la edi- los distintos procesos para la completa elaboración
ficación de las haciendas se organiza alrededor de de los caldos y su almacenaje hasta el momento de
uno o varios patios, respondiendo a modelos tradi- la venta, de ahí la existencia de molinos, prensas de
cionales de la arquitectura civil característica del viga, aclaradores, bodegas, etc., así como, cuando
sur peninsular. El número de patios depende de la también asumían la fabricación vinícola, de laga-
extensión del caserío y de la complejidad de las fun- res, prensas y bodegas de vino. Y, al mismo tiempo,
ciones que en él se realizan, siendo el esquema más servía como residencia secundaria para la poderosa
característico el que se organiza alrededor de dos y encumbrada clase social que ostentaba su propie-
patios, el del señorío y el de labor (Sabaté, 1992). dad, por lo que debía contar con una vivienda, el
A pesar de esta abstracción o modelo, no hemos en- señorío, acorde con el status de sus ocupantes (Flo-
contrado en nuestro trabajo haciendas que respon- rido, 1996:249).
dan a este canon tipológico unívoco, sino que las Esa multiplicidad funcional y la existencia de los
variables sobre este modelo son una constante. correspondientes espacios dedicados a cada activi-
En las haciendas debemos distinguir una organi- dad, diferenciados pero complementarios entre sí e
zación espacial precisa de acuerdo a las funciones de integrados dentro de una misma unidad constructi-
sus distintas áreas. Son tres unidades con funciones va, constituyen una base fundamental sobre la que
diferentes y complementarias las que determinan definir a esta tipología de arquitectura4.
estructuralmente la tipología de las haciendas: la
almazara o industria de transformación de la aceitu- 4. Las haciendas, al conjugar en el mismo espacio la trans-
formación y comercialización de los productos obtenidos cuen-
na en aceite y su almacenamiento, las dependencias
ta con instalaciones específicas, que en el cortijo son innece-
destinadas a labores agrícolas y las específicamente sarias. Sin embargo, las relaciones sociales de producción y la
dedicadas a la función residencial. jerarquía social entre estos dos ámbitos (insertos a su vez en el

—  334  —
Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola

Tanto la arquitectura de las haciendas como la


vida que tenía lugar en ella se caracterizaba por la
jerarquización de espacios y de las relaciones so-
ciales entre los distintos estratos. La taxativa sepa-
ración entre la zona de señorío y la de gañanía es
la manifestación más destacada de esta jerarquía
entre propietarios y trabajadores, la prueba material
más patente de las relaciones sociales de produc-
ción entre ambos. El espacio, por tanto, en función
de los distintos usos y funciones que recogen estas
construcciones, jerarquizaba mediante su estructura
formal y también por sus usos las relaciones que en
ellos tenían lugar5. La principal manifestación de la
jerarquía social que se daba lugar en las haciendas, Procesión y romería en la hacienda Torrijos.
era el control que se establecía por parte del dueño.
Al ser un recinto cerrado y con miradores que cons-
tituyen las torres, el propietario ejercía un control como las gañanías para el personal eventual. Por
externo e interno de las labores productivas. Este su parte, el patio de señorío, presidido por la vi-
control que podemos considerar directo, se comple- vienda principal, es el que marca claramente la
mentaba con el que ejercía indirectamente a través diferencia tanto con el patio anterior como con
de los trabajadores de una posición intermedia como otros espacios que se pueden dar en la hacienda.
capataces, manijeros, etc. En él se suele situar la almazara, espacio produc-
tivo por excelencia, y la capilla, principal espa-
cio religioso.
La estructura del edificio y distribución espacial —— Las cuadras y caballerizas suelen presentar mayor
sencillez formal, disponiéndose en naves estre-
El esquema habitual responde a una planta bastan- chas y largas con los pesebres adosados a uno
te regular, que tiende a ser de forma cuadrada o rec- de los muros laterales y, a veces, como también
tangular. Las dependencias de la hacienda se dispo- puede ocurrir con los tinados, abiertas al patio
nen en torno a uno o varios patios cerrados en los que de labor a través de una galería porticada. Otras
“simbólicamente, y al igual que en una plaza urbana, piezas dedicadas a los animales son zahúrdas,
hay una ordenación jerarquizada” (Agudo, 1984:136) gallineros, palomares, etc., con una menor im-
de las edificaciones, las cuales, sin seguir un esquema portancia productiva y arquitectónica, aunque
de distribución rígido, ocuparán una u otra posición eran áreas muy importantes dentro del sistema
según cual sea su función económica y social. Los es- de vida que formaba la hacienda en sí.
pacios más comunes en las haciendas son estos: —— Los espacios de almacenaje, por su parte, entre
—— El patio, eje de distribución a partir del cual los que la mayor importancia corresponde a gra-
se organizan las distintas estancias del edificio, neros y pajares, se suelen ubicar sobre las depen-
al tiempo que desempeña una importantísima dencias ganaderas, bien ocupando todo el piso
función auxiliar al acoger todas aquellas tareas superior, bien aprovechando el hueco que queda
para las que no existe un lugar específico dentro entre éstas y el entramado de la cubierta, y tie-
de la casa. Hay que distinguir entre patio de labor nen acceso por escaleras. Por último, la zona de
y el patio de señorío. En el patio de labor, siem- uso agrícola de la casa se completa con diversos
pre de amplias dimensiones, se localizan todas elementos (talleres de carpintería y herrería, hor-
las dependencias de uso agrícola y ganadero, así nos, corrales, aljibes, etc.)
—— Las almazaras responden en su inmensa mayoría
al esquema conocido de molino de rulos y pren-
mismo contexto sociopolítico) agrícolas y tipologías arquitec-
tónicas, la hacienda y el cortijo, han sido muy semejantes a lo sa de viga, con sus correspondientes elementos
largo de la historia contemporánea. auxiliares (trojes, caldera, bomba, tinajas de de-
5. Esta disección espacial y funcional no menoscaba la cantación, bodegas, etc.), siendo las caracterís-
idea de conjunto que el inmueble de cada hacienda proyectaba ticas constructivas de las piezas principales las
de cara al exterior, de microcosmos o incluso de traslación de
la imagen de una ciudad a pequeña escala en cada uno de estos que determinan de forma más directa la estructu-
inmuebles. ra de toda la obra.

—  335  —
Santiago Amaya Corchuelo

del Patrimonio Histórico Andaluz de las haciendas


seleccionadas, procedimiento en curso actualmente.
Ante la dificultad de abordar la provincia completa,
se optó por el estudio de las comarcas más repre-
sentativas respecto a las haciendas. De ese modo la
distribución comarcal de los bienes inventariados
corresponde a las comarcas del Aljarafe, La Cam-
piña y la Sierra Sur. En total fueron 130 haciendas
correspondientes a 21 municipios6.
De las 130 haciendas inventariadas para este
trabajo, los resultados7 más destacados en cuento a
su estado y uso actuales, así como los principales
cambios que afectan a estos bienes, son estos: 20
Antigua escuela de la hacienda Mateo Pablo. Buena haciendas se encuentran con distintos niveles de de-
muestra de la pequeña ciudad que constituían algunas gradación, todas ellas abandonadas y algunas con
haciendas escasos restos de su estructura; 2 estaban en pro-
cesos de restauración; 67 han sufrido transforma-
ciones de diferente naturaleza: 5 se han convertido
—— Entre los espacios de habitación característicos en urbanizaciones, 3 son meras residencias; 2 sólo
de la hacienda, está la cocina, que en unas oca- mantienen la torre mirador, 1 es una fábrica de acei-
siones se identifica nominalmente con la gañanía te, 3 salones para celebraciones, 3 hoteles rurales, 2
en cuanto que lugar de estancia común para los restaurantes, 3 dependencias municipales, 2 naves,
trabajadores. Tiene una gran campana para la 2 club de campo, y 1 escuela hípica. El resto, una
chimenea, poyos laterales y estacas para colgar treintena, continúan siendo explotaciones agrope-
los enseres. También es constante en estos gran- cuarias fundamentalmente8.
des conjuntos la presencia de viviendas para el Una resumidísima lectura de esta situación nos
capataz y el casero. permite afirmar que en cuanto a la treintena que
—— La capilla para atender las obligaciones religiosas continúan constituyendo importantes explotacio-
de una numerosa población de estos conjuntos, nes agropecuarias, observamos que los sistemas
pueden ser desde pequeños oratorios habilitados tecnológicos relacionados con sus tradicionales
dentro del señorío y destinados a un uso estric- producciones sufren transformaciones en la medi-
tamente privado, hasta de mayores proporciones da que cambian los sistemas productivos, cambios
y relevancia arquitectónica y que se localicen en que lógicamente, se reflejan en las tipologías de las
sitios de fácil acceso.
—— Una serie de elementos que tienen un valor em-
6. Concretamente los municipios de Carmona, Bormujos,
blemático y de prestigio, siendo el más acabado Bollullos de la Mitación, Espartinas, Gines, Mairena del Alcor,
producto del manifiesto afán de notoriedad que el Castilleja de Guzmán, Valencina de la Concepción, Castilleja
hacendado persigue con la construcción de estas de la Cuesta, Tomares, Gelves, Mairena del Aljarafe, Almen-
obras. Se trata de las portadas, las torres y las es- silla, Sanlúcar la Mayor, San Juan de Aznalfarache, Arahal,
Morón de la Frontera, Lebrija, Los Palacios, Dos Hermanas y
padañas, elementos formales y estructurales de San José de la Rinconada.
esta tipología de arquitectura que se encuentran 7. El mero análisis de los datos, ejercicio muy interesante
prácticamente en todas las haciendas de olivar. y revelador, supondría ya de por sí un trabajo para el que aquí
no se dan las circunstancias, por lo que solo expondremos algu-
nos resultados sin entrar a fondo en sus significados. De hecho
nuestra idea primera fue tratar la tipología de haciendas de oli-
Cambios, amenazas y posibilidades en var de la provincia de Sevilla y relacionarla con otra tipología,
torno a las haciendas: la casuística actual la de las haciendas del centro de México, de las cuáles tuvimos
oportunidad de llevar a cabo un trabajo sobre las mismas.
8. Un análisis detallado nos permitiría observar casos tan
Como dijimos al principio, este trabajo parte
interesantes como el que se da en Valencina de la Concepción.
del inventario de haciendas realizado en la provin- En relación con las haciendas de olivar Tilly y Torrijos, encon-
cia de Sevilla de cara a la protección legal de los tramos una manifestación de religiosidad popular en la que tra-
inmuebles mejor conservados y característicos de dicionalmente cada segundo domingo de Octubre los vecinos
esta tipología constructiva. Dicho inventario persi- trasladan a la Virgen de la Estrella desde el centro del pueblo
hasta las tierras de la hacienda Torrijos para ofrendar con la
gue la posterior inscripción en el Catálogo General presencia de la Virgen al Cristo, conocido como de Torrijos.

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Las Haciendas de Olivar: bienes culturales entre la dinámica urbanística y la capitalización agrícola

haciendas, principalmente en las zonas productivas De cualquier manera creemos que es primordial,
de los inmuebles9. En otras explotaciones olivareras en le caso de las haciendas incluidas en la trama ur-
la intensificación se ha reflejado en la implantación bana o en los aledaños de la población, que estos in-
de variedades de olivos de mayor rendimiento y con muebles, aun sin sus funciones, se vayan integrando
otros sistemas y manejo. También se ha producido adecuadamente en los núcleos urbanos, siempre con
el arranque de cierto número de olivares y la tierra el tratamiento que estos bienes culturales de enorme
calma se dedica a cultivos demandados por los mer- relevancia requieren. Del mismo modo, parece de
cados, como girasol, algodón o árboles frutales, lo obligada inclusión en cualquier Plan General de Or-
cual repercute en la modificación estructural de los denación Urbana, la protección de cada una de estas
inmuebles al albergar otras funciones. haciendas del término municipal que se trate, y eso
¿Qué está ocurriendo con las haciendas que sí, tanto del ámbito rústico como del urbano.
ya no responden a los usos agropecuarios?, ¿cómo
les afecta este hecho a su tipología constructiva y a
su significado cultural como conjunto arquitectóni- Bibliografía
co dentro de una explotación olivarera? . Aquí radi-
ca el gran tema de estudio y la asignatura pendiente AGUDO TORRICO, Juan: Arquitectura popular en la
por parte de los investigadores. Según nuestro análi- provincia de Sevilla. Tomo IV. Sevilla, 1984.
sis, este representativo modelo de arquitectura tradi- AGUILAR GARCÍA, María del Carmen: Las Hacien-
das. Arquitectura culta en el olivar de Sevilla. Sevi-
cional del valle del Guadalquivir, ha perdido buena
lla, Secretariado de publicaciones de la Universidad
parte de su significado cultural al desproveerse de
de Sevilla, 1992.
su contexto, el de la gran explotación agrícola. De —— “Arquitectura popular extra-urbana en la baja An-
este modo encontramos desde meras torres en algu- dalucía: Las Haciendas de Olivar“, en Imágenes de
nas urbanizaciones periurbanas que recuerdan a la una arquitectura Rural: Las Haciendas de Olivar
que un día fue una hacienda, pasando por inmuebles en Sevilla. VVAA. Edit. Fundación Cernuda y Di-
completos, haciendas refuncionalizadas en pos de putación de Sevilla. 1993. Pág. 12 – 13.
atender ciertas demandas del sector servicios (desde FLORIDO TRUJILLO, Gema: El cortijo andaluz. Conse-
salones para celebraciones, hasta lujosos hoteles jería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1989.
rurales), hasta las que han sido absorbidas por la —— Hábitat rural y gran explotación en la depresión
del Guadalquivir. Consejería de Obras Públicas y
vorágine constructiva y forman parte ahora de los
Transportes. Sevilla, 1996.
cascos urbanos10. En definitiva, elementos materia- RODRIGUEZ BECERRA, Salvador: Etnografía de la
les de escasa representación cultural de lo que han vivienda: El Aljarafe de Sevilla. Universidad de Se-
sido históricamente las haciendas de olivar. Si bien villa, 1973
pueden conservar ciertos elementos formales de su RONQUILLO PEREZ, Rosario: Las Haciendas de Oli-
estructura, adolecen por completo del contexto so- var del Aljarafe alto. Sevilla, 1981.
cial y productivo que hemos descrito, y por tanto, —— Arquitectura autóctona de la comarca del Aljarafe.
el carácter de conjunto y la amalgama de elementos Colegio de arquitectos. 1985.
que dotaban de significados a esta tipología ya no se SABATE DIAZ, Isabel: La haciendas de olivar de la provin-
cia de Sevilla. Sevilla, Diputación provincial, 1992.
dan en dichos restos materiales.

9.  Hemos encontrado casos en que la nave de viga del anti-


guo molino de empiedro, una vez desmontada la viga, dio paso
a las nuevas prensas hidráulicas, nuevos sistemas de decanta-
ción y vasijas metálicas de gran tonelaje para almacenar el acei-
te. Cuando la transformación de la aceituna en aceite dejó de
ser rentable, estos espacios pasaron a refuncionalizarse como
almacenes y naves para albergar a la nueva maquinaria agrícola
de las explotaciones.
10. En algunos casos las haciendas de olivar se construye-
ron dentro de estos cascos urbanos, incluso en otros, los núcleos
surgieron en torno a las haciendas.

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La masía: Una mirada retrospectiva
hacia la contemporaneidad

Joan Curós Vilà


Universidad Politécnica de Cataluña. Barcelona

La masía es el edificio más representativo en el caracterizan por disponer de un cuerpo central con
ámbito de la arquitectura rural catalana. Está des- más altura respeto a los dos laterales con lo cual el
tinado al uso de vivienda y sobretodo en tiempos volumen más alto dispone de dos vertientes que des-
pretéritos parte de ella estaba destinada a la esta- aguan hacia los faldones de menor altura los cuales
bulación de los animales. Es una arquitectura muy desaguan hacia las fachadas laterales.
pragmática funcionalmente, fue construida por los Las masías con torre están anexadas a una torre
propios propietarios, fruto del buen gusto innato de- con la cual comparten las dependencias interio-
rivado de la vinculación con la naturaleza, pero sin res de ambos volúmenes. Las masías coloniales
disponer de ninguna formación técnica. se distinguen por sus acabados y ornamentaciones
La masía se halla rodeada de otras edificaciones exteriores de estilo palladiano. Son edificios de di-
complementarias de uso agrícola y ganadero que mensiones notables donde predomina la simetría.
conjuntamente con las extensiones de cultivo, cons- El último tipo, las masías de viña, se conforman en
tituyen el mas. un conjunto construido, formado por la masía y los
Existen distintos tipos de masías desde su mor- edificios complementarios, los cuales configuran un
fología exterior lo cual conduce a la obtención de patio central.
una idiosincrasia diversa. Los elementos más sig- El mayor porcentaje de ellas se halla en la zona
nificativos a la hora de adquirir un aspecto tipológi- noreste de Cataluña, área donde la producción agrí-
co u otro deriva de su composición volumétrica, es cola es más intensa y rendible, en caracterizarse por
decir de la disposición de las vertientes de cubierta, ser áreas de más planeidad y de lluvias más abun-
los acabados y composición de la fachada principal dantes que en otros lugares del territorio. El tipo de
o anexión de algún elemento arquitectónico como masía más frecuente es la masía mediana o comuna,
una torre. Existen siete tipos distintos según clasifi- éste tipo conjuntamente con las masías pequeñas o
cación caracterizada por los factores mencionados, de alta montaña y las masías grandes o casas pairales
esta división es la siguiente: masías pequeñas o de se concentran en mayor expansión en la zona noreste
alta montaña, masías medianas o comunas, masías de Cataluña, área donde inicialmente se implantó el
grandes o casas pairales, masías con torre, masías mas. Los tipos restantes, las masías con torre, las ma-
basilicales, masías de viña y masías coloniales. sías basilicales y las masías coloniales se distribuyen
Los tres primeros tipos y las masías basilicales a lo largo de la zona del litoral y las masías de viña se
se distinguen por la disposición de las vertientes de concentran en al área del Penedes. Las comarcas con
cubierta. Las masías de alta montaña las vertientes más expansión de masías son las concentradas en las
desaguan hacia las fachadas principal y posterior, demarcaciones de Barcelona y Gerona.
las masías comunas hacia las fachadas laterales, Los edificios complementarios tienen un as-
todas ellas con dos vertientes de cubierta. Las ma- pecto más secundario y algunos de ellos se hallan
sías grandes o casas pairales disponen de cuatro muy próximos a la masía por la razón de compartir
vertientes de cubierta y las masías basilicales se usos de carácter agrícola y/o ganadero como son los

338
La masía: Una mirada retrospectiva hacia la contemporaneidad

porches. Algunos otros se encuentran vinculados orientado a norte y en comunicación con la sala está
con el mas, pero contrariamente están emplazados la zona de servicios (cocina y baño o comuna tal y
en lugares lejanos a la masía, son un ejemplo las como se le llamaba).
bordas de los Pirineos leridanos, las barracas de ori- En planta baja el espacio equivalente al de la sala
gen valenciano del sur de Cataluña, los masets del es el vestíbulo de entrada y los laterales están las
Camp de Tarragona o las barracas de viña de las co- cuadras de los animales.
marcas de Tarragona y Lérida entre otros. El sistema constructivo y estructural se carac-
La grandaria de las masías estaba vinculada a teriza por una gran simplicidad y elementalidad a la
la productividad de los cultivos. El mayor número vez. Los materiales básicos son dos, la piedra y la
de masías de aspecto notorio se halla en zonas de madera, la piedra para los cerramientos y la madera
tierras fértiles. para la estructura. Los gruesos de los muros son de un
Su integración con el paisaje es muy acusada, espesor considerable, con lo cual adquieren una nota-
dado el uso de materiales como la piedra y la made- ble inercia térmica que proporciona una barrera para
ra del propio contexto. el paso de la temperatura tanto interior-exterior como
El acceso principal generalmente tiene su fin viceversa. Su aspecto varía en función de la zona geo-
de manera frontal o lateral en la fachada principal, lógica en que se halla el edificio. Las longitudes de
es decir la fachada de mayor carácter del edificio, la estructura oscilan entre 4 y 6 m., son las alturas
la que dispone de mejor orientación y mayoritaria- más frecuentes de los árboles de los alrededores. Las
mente dispone la entrada principal del edificio. jácenas suelen alcanzar una longitud máxima de 6 m.
La toponímia de las masías responde toda ella mientras que los cambios oscilan entre 4 y 5 m.
a una racionalidad y ninguna es fruto del azar. Una El poder adquisitivo o clase social del propietario
parte importante de ella deriva del lugar de empla- también está presente en el sistema constructivo y es-
zamiento de la masía como el Pujol, la Codina, refi- tructural. Un ejemplo en el cual queda reflejado, está
riéndose a puntos más elevados de la colina o monte, en los sistemas constructivos que configuraban la se-
e incluso referentes a zonas de bosque o a especies paración entre plantas. Cuando se disponía de más re-
de árboles concretos como el Bosc, el Roure, etc. cursos los forjados separaban completamente ambas
Las masías se han constituido mediante creci- plantas, con bóvedas o con revoltón de ladrillo, hecho
mientos sucesivos por etapas a lo largo de la his- adverso cuando se disponía de menos recursos econó-
toria. Una época, la cual fue muy esplendorosa micos que los forjados eran más simples constituidos
agrícolamente y que conllevó a realizar ampliacio- a través de un tablazón compuesto por planchas de
nes, fue durante el siglo XVIII. Estas ampliaciones madera, con lo cual no quedaban uniones perfectas
consistieron en la construcción de nuevos edificios entre ambas. La construcción en bóvedas prohibía el
complementarios a la masía o bien añadiendo al edi- paso de los malos olores de los animales, hecho ad-
ficio original nuevos volúmenes, como por ejemplo verso en los forjados de planchas de madera en que se
cuerpos de galerías. Por ejemplo el convertir un edi- filtraban por las uniones de entre los maderos.
ficio de dos crujís a tres crujís o construir el nuevo Las soluciones estructurales más imaginativas se
esquema de tres crujís o de estructura clásica según desarrollaban en la cubierta, con elementos comple-
menciona el arquitecto Danés i Torras en su estudio tamente de madera como las cerchas o armaduras
de la masía, éste último esquema estructural surgió de cubierta, para que salvaguardasen sus respectivas
a partir del siglo XV. inclinaciones.
La organización interior de las masías no varía Los voladizos de la cubierta es otro elemento
su esquema esencial aunque se trate de distintos tipos que simboliza el carácter arquitectónico del edifi-
arquitectónicos según su morfología exterior, salvo cio, en función de si está constituido por la simple
en algunas diferencias. La mayoría de masías dis- continuidad de los cambios, o bien está formado
ponen de tres plantas, una planta baja antiguamente por ladrillos planos cerámicos o la combinación de
destinada a albergar a los animales, la planta primera éstos con tejas árabes. Frecuentemente cuanto más
como vivienda y la planta segunda o buhardilla des- ornamentado tiene el voladizo más poder adquisiti-
tinada a almacén para guardar parte de las cosechas. vo disponía el propietario del edificio.
El esquema organizativo general de la vivien- El revoque como material de acabado de los ce-
da suele basarse en un gran espacio al centro de la rramientos tiene la función de proteger al muro de
masía conocido por sala el cual está limitado por los agentes atmosféricos y a la vez ocultar la piedra.
la fachada principal y a ambos laterales están las Era un material considerado de más nobleza que la
habitaciones y justo la zona posterior, generalmente piedra, utilizado en edificios de relevante aspecto

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Joan Curós Vilà

Forjado de bóveda en planta baja

arquitectónico o en edificios implantados en lugares tiene que porqué resistirse a un mimetismo obligado
de escasez de piedra con lo cual se necesitaba prote- en el caso de nuevas ampliaciones.
ger al muro de los agentes climáticos. En conclusión a nivel legislativo se debería:
Las técnicas constructivas de los edificios com- evitar la especulación en zonas rurales y naturales,
plementarios del mas es muy variante, éstas se ha- compatibilizar el paisaje natural con el rural e in-
llan en función de los materiales predominantes en centivar la presencia de neorurales en poblaciones
cada lugar donde está ubicada la construcción, bien que tienden o son deshabitadas.
sea en alta montaña, en zonas deltaicas u otras. A nivel productivo se debería prescindir de la
Este análisis y adquisición de conocimiento pre- producción, proteger al agricultor y al ganadero
vio en la masía es necesario para poder realizar a como a un jardinero del paisaje, subvencionar la
posteriori una correcta intervención. Muchas ma- agricultura y ganadería ecológica, especialmente a
sías han pasado a ser la arquitectura de la indiferen- la ganadería de montaña para proteger los prados,
cia, por su falta de atención, en ser derruidas debido incentivar productos en denominación de origen,
a cambios de calificaciones del suelo rural, creci- favorecer el uso del turismo rural. Todos estos fac-
miento periférico de ciudades, creación de nuevas tores aumentarían la autoestima de la gente joven y
urbanizaciones o polígonos industriales… ayudarían a potenciar el futuro de la masía actual y
Muchas masías una vez intervenidas pasan a ad- ser un referente arquitectónico a no olvidar.
quirir un aspecto muy folklórico, con lo cual se desvir-
túa en un porcentaje importante esta arquitectura que
tan vinculada y harmonizada se encuentra en el paisa- Bibliografía
je. No existen unas pautas de intervención a seguir,
sino que cada edificio requiere ser analizado con dete- BARGALLÓ, Eva: Les més belles cases pairals i masies
nimiento y cautela para aplicar la mejor solución. Eso de Catalunya. Barcelona, 1988.
BONET, Lluís: Les masies del Maresme. Barcelona, 1982.
conlleva a recuperar lo máximo posible del edificio,
BORBONET, Anna: La masia. Barcelona, 1996.
pero que a la vez la masía admite una lectura racional CAMPS, Joaquim de: La masia catalana: història, ar-
de cada época que ha recibido una intervención y no quitectura, sociología. Barcelona, 1976.

—  340  —
La masía: Una mirada retrospectiva hacia la contemporaneidad

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Viejos y nuevos usos de la arquitectura
industrial vernácula. Patrimonialización y
turismo en Santa Ana la Real (Huelva)

Javier Hernández Ramírez


Universidad de Sevilla. España

La activación patrimonial de un oficio perdido Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche (Huel-
va), donde la crisis de la producción artesanal de cal
La arquitectura industrial vernácula constituye viva (óxido de calcio, CaO) y de morteros a finales de
una valiosa herencia del pasado que resalta la tradi- los sesenta del siglo XX supuso el abandono de los
ción laboral y la singularidad histórica de determi- hornos y el olvido de los saberes que los artesanos ca-
nadas poblaciones. Sin embargo, ante el acelerado leros habían transmitido de generación en generación
proceso de transformación vivido en nuestra socie- durante siglos. Como resultado de la desaparición del
dad, muchos de los testimonios de la pasada activi- oficio, en pocos años los hornos quedaron en un la-
dad industrial aparecen como estructuras obsoletas mentable estado y muchos de ellos fueron transfor-
condenadas a su desaparición, al ser considerados mados en pequeños almacenes, cobertizos y cuadras,
por muchos como residuos desechables por su pér- para lo que se ejecutaron reformas que desnaturaliza-
dida de funcionalidad y obstáculos al desarrollo de ban la estructura original y, a veces, la ocultaban to-
otras actividades económicas. Esta generalizada talmente. Estas intervenciones no encontraron obje-
visión desarrollista se ha traducido en el abandono ción alguna entre la población y sus autoridades por
y desaparición de las factorías, que constituyen la cuanto no existía conciencia del valor patrimonial de
huella material de la actividad, y en el olvido de los los hornos, los cuales incluso eran desechados por
conocimientos técnicos acumulados históricamente encarnar las huellas de una dura actividad y de un
por trabajadores y artesanos. pasado reciente colmado de penalidades y carencias
Afortunadamente, en las últimas décadas se asis- que no merecía la pena recordarse.
te al despegue de una conciencia patrimonialista que En este estado de cosas, las instalaciones y la
se materializa en organizaciones civiles, las cuales propia memoria de la actividad se encontraban se-
demandan a las entidades públicas la recuperación riamente amenazadas hasta que en 1999 una entidad
de la memoria histórica y la puesta en valor de los local patrimonialista, la Asociación Cultural Valle
testimonios materiales e inmateriales considera- de Santa Ana, impulsó el proceso de patrimoniali-
dos más significativos de localidades concretas. La zación de los hornos de cal por considerarlos depo-
atracción por el pasado que impulsa al movimien- sitarios de una actividad laboral que singularizaba
to patrimonialista es un fenómeno contemporáneo al municipio en su entorno comarcal. La iniciativa
muy extendido socialmente, que se manifiesta a tra- ha desencadenado dos dinámicas concretas que son
vés de la patrimonialización selectiva de bienes que interdependientes y que han supuesto un cambio ra-
se perciben amenazados y a los que se atribuye el dical de tendencia: de un lado, el reconocimiento
carácter de símbolos de la historia colectiva y de la institucional por parte de la Junta de Andalucía de
identidad local (Hernández, J. 2003). los bienes y su inscripción en el Catálogo General
El fenómeno anteriormente esbozado se está del Patrimonio Histórico de Andalucía; y de otro,
viviendo muy intensamente en Santa Ana la Real, la revalorización social de este patrimonio en la lo-
pequeña localidad de 494 habitantes situada en el calidad, el cual ya no se concibe como una rémora

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Viejos y nuevos usos de la arquitectura industrial vernácula. Patrimonialización y turismo en Santa Ana la Real (Huelva)

del pasado, sino como un símbolo vecinal que con- gran calidad (Adam, J-P, 1996). De la eficacia de
tribuye a reforzar la autoestima e identidad local y este conglomerado dieron fe reconocidos autores
a proyectar su futuro1. Este doble reconocimiento clásicos como Catón que, hacia 160 A.C., en su tra-
(institucional y popular) se está traduciendo en un tado sobre la agricultura describió de forma deta-
cambio del significado de los bienes, los cuales llada la construcción de un horno y la cocción de
pasan a ser valorados socialmente como un recurso la cal; y Vitruvio, quien desarrolló ampliamente en
para el futuro frente a su anterior concepción que sus Diez Libros de Arquitectura las recetas para ela-
los relegaba a inútiles testimonios del pasado. borar morteros. Llama la atención que, en términos
En las siguientes páginas se describirán los vie- generales, los métodos de producción expuestos por
jos usos de esta arquitectura industrial vernácula, es estos escritores de la Antigüedad coinciden con los
decir, las características tipológicas de las instala- practicados por los caleros santaneros, lo que vincu-
ciones y los procesos de trabajo, así como los nue- la a este municipio con una larga tradición artesana.
vos usos que surgen tras el reconocimiento de los También es interesante comprobar que los hornos
hornos como patrimonio local. La conclusión a la de cal de la localidad son singulares instalaciones
que se llega tras analizar el caso específico es que serranas cuya semejanza con otras estructuras loca-
la protección del patrimonio industrial, lejos de ser lizadas por todo el Mediterráneo es admirable. La
una onerosa carga para las arcas públicas, represen- producción de cal en Santa Ana es, por tanto, here-
ta una oportunidad para la dinamización económica dera y exponente singular de esta longeva tradición
local, así como una vía para recuperar la memoria mediterránea.
histórica y robustecer el sentimiento local entre los Aunque los orígenes de la actividad en el muni-
vecinos de hoy y de las futuras generaciones. cipio no son claros, pues las fuentes bibliográficas
son escasas y tardías, algunos datos indirectos, tales
como el empleo de morteros de cal en la arquitec-
Tiempo de hornadas tura tradicional y en la propia iglesia parroquial que
data de 1755, hacen presuponer que los inicios de
La elaboración de cal viva y morteros en Santa la actividad se remonten al menos al siglo XVIII.
Ana la Real suponía la aplicación de una serie de Tan longeva tradición sitúa a la actividad calera en
técnicas artesanales que entroncaban con una tradi- una sociedad tradicional cuya existencia se apoyaba
ción milenaria extendida por todo el arco medite- en la extracción y transformación de los recursos
rráneo. Desde sus orígenes en tiempos remotos, se naturales presentes en su entorno. En este modo
transmitieron por toda esta amplia área cultural los de vida campesino, el medio ambiente circundante
conocimientos de un oficio, cuyas técnicas esencia- constituía la principal fuente de abastecimiento de
les han continuado sin grandes modificaciones hasta energía, alimentos y materias primas indispensable
principios de los años sesenta del siglo XX en los para asegurar la continuidad de la comunidad. La
que prácticamente desaparece ante la generaliza- propia actividad dependía también de recursos au-
ción del uso del cemento. tóctonos (carbonato cálcico, leña y matorral), fun-
La técnica de cocción de la roca caliza tiene sus cionando como una singular adaptación sostenible
orígenes en el Neolítico y durante la Antigüedad la a las condiciones ambientales del entorno, ya que
cal era muy utilizada para la fabricación de estucos, contribuía a la regeneración del monte, al desarrollo
revoques pintados y enlucidos de cisternas, espe- de actividades agropecuarias y forestales, reducien-
cialmente en Grecia. No obstante, fueron los roma- do considerablemente el riesgo de incendios. Ade-
nos los que a finales del Siglo III a. C. emplearon más, la elaboración de cal viva y argamasa contri-
de forma sistemática los hornos para producir cal buyó decisivamente a dibujar en la arquitectura de
viva que, posteriormente, era apagada con agua y toda la comarca un estilo particular, conformando
mezclada con arena, consiguiendo así morteros de un ecosistema urbano singular que hoy calificamos
como vernáculo, ya que el uso generalizado de este
1. El autor ha realizado el informe para la inscripción de
conglomerado en las viviendas impuso por toda la
los hornos de cal en el Catálogo General del Patrimonio Histó- zona técnicas constructivas similares.
rico de Andalucía, así como un estudio encargado por la Dele- El despegue de la minería en la provincia de
gación Provincial de Cultura de Huelva en el que se proponen Huelva en la década de los cuarenta del siglo XX
una serie de medidas para la puesta en valor del patrimonio
supuso una transformación de la actividad calera, la
industrial santanero, entre las que destacan la restauración de
algunas instalaciones y la creación de un itinerario cultural de- cual pasó de ser una base económica residual a una
nominado “la Ruta de la Cal”. fuente de ingresos fundamental de amplios sectores

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Javier Hernández Ramírez

de la población santanera. La demanda de cal viva de los mismos como bienes culturales y el proyecto
se incrementó espectacularmente para la ejecución de patrimonialización impulsado por la Asociación
de instalaciones y poblados mineros, alcanzándose Cultural Valle de Santa Ana está suponiendo un
niveles productivos desconocidos hasta entonces paulatino cambio de mentalidad en la sociedad san-
y modificando radicalmente el sistema producti- tanera, que comienza a contemplarlos como huellas
vo (innovaciones tecnológicas, comercialización, de la historia local y símbolos colectivos.
transporte, comunicaciones, etc.) hacia formas pu-
ramente capitalistas. Gracias a este despegue, du-
rante dos décadas la cal mitigó la pobreza en el pue- Etnografía de la actividad calera.
blo, convirtiéndose en uno de sus principales rasgos
definitorios en la comarca y en toda la provincia. Tipología de los hornos
Los humos expelidos por los hornos, el estruendo
de las voladuras, el sonido repetitivo de marras y Los hornos de cal se dividen en dos grandes
barrenas en las pedreras, el ir y venir de los burros tipos: artesanales e industriales. Los primeros se ca-
con sus cargas de leña, el olor de las ollas en torno a racterizan por un sistema de producción basado en
los hornos, la entrada y salida de camiones cargados el trabajo manual y en técnicas heredadas de la tra-
de cal viva…, todo, en suma, estaba presidido por dición; y los industriales por su capacidad para pro-
un ambiente de actividad que marcaba el ritmo coti- ducir cal viva de forma continua y masiva. Los arte-
diano y la imagen de este pueblo calero. sanales a su vez se subdividen en hornos de cepas o
No obstante, el auge fue efímero. En veinte años, de llama corta y hornos de llama larga; por su parte,
la producción declinó rápidamente y a fines de los los industriales pueden ser verticales, horizontales
sesenta pocos hornos estaban en funcionamiento en o rotatorios y de corrientes paralelas (Martín Sisí,
el pueblo. Tres factores fundamentales explican esta M et al, 1998). En el siguiente cuadro se muestra
crisis terminal: en primer lugar, la crisis generali-
zada de la minería en toda la provincia; en segun-
do lugar, la irrupción del cemento industrial como
aglomerante más económico y menos laborioso en
su ejecución que la argamasa; y, por último, el man-
tenimiento de un tipo de horno artesanal incapaz de
competir con otros industriales más eficientes que
se iban instalando en otras localidades.
Esta combinación de factores negativos se tra-
dujo a lo largo de los setenta en la desaparición
fulminante de una actividad tradicional anclada en
la historia local. Las biografías de los caleros reco-
gidas durante la investigación muestran el drama
personal de muchos de ellos que asistieron al fin
de su oficio, sin encontrar actividades económicas
alternativas que pudieran suplirlo. La consecuencia
fue el éxodo de la mayoría, que se vieron obligados
a abandonar el pueblo emigrando en las décadas de
los sesenta y setenta a Cataluña y Europa occiden-
tal sobre todo.
Hoy los retornados no miran con nostalgia aque-
llos años de hornadas. Aunque son conscientes de
que la actividad trajo una relativa prosperidad al
pueblo y una imagen que los identificaba en con-
traste con otras localidades más centradas en el sec-
tor primario, sólo recuerdan los duros días de tra-
bajo extrayendo piedra, recogiendo leña, montando
y caldeando los hornos por unas pocas pesetas que
apenas alcanzaban para cubrir las necesidades más
inmediatas. Sin embargo, la declaración institucional Horno de Santiago.

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Viejos y nuevos usos de la arquitectura industrial vernácula. Patrimonialización y turismo en Santa Ana la Real (Huelva)

exponentes, de los que sólo algunos se encuentran


en aceptable estado, pero la falta de uso supone un
importante riesgo para su conservación. Aunque va-
rían en sus dimensiones, las características estructu-
rales son semejantes. Todos son construcciones de
planta circular, cuya estructura adquiere la forma de
una torre troncocónica truncada y hueca en su inte-
rior, respondiendo casi miméticamente a un modelo
tradicional que tiene su origen en la Antigüedad clá-
sica, como prueba la obra de Catón.
Estas factorías son instalaciones permanentes
construidas con mampuestos de piedra refractaria
muy resistentes a las altas temperaturas. Su estruc-
tura es poco compleja, pues consta de unos pocos
componentes básicos. El exterior lo forman tres par-
tes básicas: una abertura a nivel del suelo, llamada
localmente tasquí, desde la que se introducían los
materiales que se iban a cocer; un hueco (bordo) si-
tuado en la parte superior, que posteriormente era
cubierto con piedra caliza; y, por último, dos con-
trafuertes exteriores, llamados brazos del horno,
que aseguraban la estabilidad de la instalación. El
interior se dividía también en tres elementos funda-
mentales: en la parte inferior se situaba la caldera,
donde se introducía el combustible que cocería a la
piedra; encima la cámara de caldeo, alrededor de la
Tasquí (Horno de Pepe). cual el calero componía una estructura de piedra ca-
liza formando una estancia abovedada; y bajo tierra
la clasificación de los distintos tipos de hornos de el fogón, que comunicaba con el exterior mediante
producción de cal viva. un conducto subterráneo que garantizaba la ventila-
En Santa Ana la Real ha predominado el empleo ción y una adecuada combustión.
del tipo de llama larga y marginalmente el horno Estas instalaciones tradicionales se localizan en
de cepas, del que sólo existen las ruinas de una ins- pleno espacio serrano coexistiendo con la vegeta-
talación; por ello, centraremos la atención en los ción autóctona (encinas, alcornoques, castaños, que-
primeros. A diferencia de los hornos industriales, jigos y matorral mediterráneo), las fincas de ganado
el sistema de producción de los de llama larga era porcino, lievas, eras, molinos, caminos empedrados
discontinuo y su capacidad productiva muy infe- y casas de labor, conformando un conjunto singu-
rior. Mientras que los industriales alcanzan entre lar en la comarca: un paisaje cultural muy atractivo
seiscientas y mil toneladas de cal viva por jornada donde se integran armónicamente las actividades
de trabajo, los de llama larga de Santa Ana la Real antrópicas con el medio natural.
apenas superaban las treinta toneladas por hornada,
y cada una de estas exigía varios días de trabajo. No
obstante, el impacto medioambiental de estos últi- La cultura del trabajo hornera
mos era mínimo, pues sólo empleaban leña como
combustible, lo que favorecía la regeneración del La actividad calera comprendía una serie de ta-
monte, frente al alto impacto de los industriales, los reas específicas que se desarrollaban a lo largo de
cuales se alimentan con gas natural, fuel oil, carbón todo el ciclo anual. Son ocho las fases del proceso
coque o petrocoque molidos. productivo: recolección y transporte del combusti-
Los hornos de llama larga son así denominados ble; extracción, troceado y transporte de la caliza;
porque el combustible utilizado debe ser de peque- preparación del horno; carga de la piedra; calcina-
ñas dimensiones y muy seco para producir un calor ción; apagado; y elaboración de morteros de cal.
intenso de llamas copiosas (Adam, J-P, 1996). En el Este conjunto de saberes acumulados durante siglos
término municipal encontramos quince destacados constituía una rica cultura del trabajo.

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Javier Hernández Ramírez

Aunque no contamos aquí con espacio suficien- En ocasiones, los hornos se han transformado en pe-
te para la descripción pormenorizada de todas las queños almacenes, cobertizos y cuadras, para lo que
fases, cabría señalar que cada una de ellas exigía se han ejecutado pavimentos, improvisado chapas
unos saberes técnicos específicos, lo que convertía metálicas, añadido puertas e incluso adosado nue-
al calero en un verdadero especialista con amplios y vas dependencias que desnaturalizan la estructura
diversos conocimientos. En primer lugar, era un ex- original y, a veces, la ocultan totalmente.
perto conocedor del medio natural, pues sabía bien Si continúa dicho estado de desidia y abandono,
donde abundaba la leña y las tareas de desbroce del estos bienes inmuebles industriales de valor etno-
monte, de carga y de transporte del combustible. Al gráfico corren el riesgo de desaparición fulminante.
mismo tiempo, contaba con conocimientos geoló- Y esto tiene importantes consecuencias culturales,
gicos para localizar las canteras (pedreras), y do- pues la extinción definitiva de los hornos marcaría
minaba las técnicas aplicadas por los canteros para un último jalón en la historia de este oficio tradicio-
extraer la mejor piedra caliza. Era también un al- nal, que se materializaría en la pérdida de la memo-
bañil cualificado pues, en las operaciones de carga, ria y de una de las señas de identidad más relevantes
debía construir una falsa bóveda de piedra caliza en de Santa Ana la Real. La iniciativa patrimonializa-
el interior del horno, lo que suponía una labor de dora emprendida por la Asociación Cultural Valle
mampostería muy especializada pues, sin usar nin- de Santa Ana y el reconocimiento institucional
gún tipo de conglomerado, debía calzar y apuntalar (Ayuntamiento y Junta de Andalucía) suponen unos
las piedras dejando una cavidad interior bajo la cual primeros pasos positivos que pueden resultar en
se situaban la caldera y el fogón. El oficio exigía, vano si no se acometen con celeridad trabajos de
además, capacitación para controlar el proceso de restauración y un efectivo mantenimiento posterior.
calcinación de la piedra, así como habilidades para De forma paralela, corre la misma suerte la me-
aplicar las técnicas de apagado y elaboración de moria de los conocimientos técnicos, a pesar de
morteros. Todo este conjunto de saberes y de com- haber constituido un oficio tan característico de esta
petencias técnicas se transmitía generacionalmente comunidad serrana. Los viejos caleros atesoran un
por tradición oral. saber acumulado que, por la desaparición del tra-
La abundancia de caleros y de personal auxiliar bajo, no se ha transmitido a las siguientes genera-
dedicado a la actividad dotó al municipio de una ciones. Los jóvenes del pueblo desconocen el oficio
impronta particular que se apreciaba en un tipo de ante la generalización del cemento, al tiempo que
relaciones y prácticas sociales peculiares que es- van adoptando un estilo de vida urbano centrado en
taban modeladas por el trabajo hornero, las cuales otras actividades. Los rápidos cambios se traducen
diferenciaban al municipio de un entorno comarcal en una especie de amnesia colectiva, pues las prácti-
centrado en actividades agropecuarias. cas culturales y las actividades tradicionales no sólo
son desconocidas, sino incluso poco valoradas por
las nuevas generaciones. La consecuencia de todo
Un Patrimonio Etnológico en peligro ello es que la memoria de este oficio puede pasar al
olvido con los últimos caleros: auténticos Tesoros
Como resultado de la desaparición del oficio, los Humanos Vivos, pues son los herederos sin descen-
hornos de cal se encuentran mayoritariamente en dencia de unos conocimientos que están en trance
un lamentable estado de abandono. La propia esta- de desaparición2.
bilidad de algunos está seriamente amenazada: en La dinámica generada por el proceso de patrimo-
unos se aprecia el desprendimiento de mampuestos nialización puede frenar la tendencia al olvido y el
de los muros interiores, que pueden observarse en deterioro de las instalaciones, siempre y cuando se
el suelo de la caldera; en otros, las grietas presentes
en la fachada son signos de una evidente ruina; y 2. La UNESCO ha acuñado la noción de Tesoros Huma-
casi todos carecen de elementos sustentantes, tales nos Vivos para referirse a los “individuos que poseen en sumo
grado las habilidades y técnicas necesarias para producir deter-
como las vigas de la entrada. En su mayoría, las ins- minados elementos de la vida cultural de un pueblo y mantener
talaciones aparecen cubiertas de matorral y vegeta- la existencia de su patrimonio cultural material… En conse-
ción serrana, hasta el punto de que el acceso a los cuencia, la preservación de estos bienes culturales intangibles
mismos es, a veces, impracticable; a menudo, junto implica la preservación y transmisión de las destrezas y las
técnicas necesarias para realizarlos. Esto sólo puede llevarse
al matorral, se han depositado basuras, electrodo-
a cabo otorgando un reconocimiento especial a quienes poseen
mésticos en desuso y desperdicios que se acumulan estas destrezas y técnicas en grado máximo” (http://portal.
paulatinamente, ya que nadie se ocupa de retirarlos. unesco.org/culture/es).

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Viejos y nuevos usos de la arquitectura industrial vernácula. Patrimonialización y turismo en Santa Ana la Real (Huelva)

lleve a efecto una acción de tutela pública que ase- relacionen al patrimonio industrial con el desarrollo
gure la preservación de la memoria histórica y los del turismo rural.
saberes de este tradicional oficio, así como la con- El proceso que se está viviendo en Santa Ana la
servación de los testimonios tangibles y la difusión Real ilustra y confirma el carácter construido que
de la actividad, haciendo uso de las nuevas técnicas tiene todo patrimonio y subraya, una vez más, que
de interpretación y exposición. los elementos definidos como patrimonio no tienen
un valor en sí mismo, sino que son determinados
sectores sociales (expertos, técnicos, entidades so-
Del olvido al patrimonio. ciales, etc.) los que en momentos históricos concre-
tos activan su valor, transformándolos en bienes que
El significado colectivo de los hornos ha evolu- simbolizan una determinada idea o concepto (iden-
cionado desde que funcionaban como instalaciones tidad, historia, tradición, belleza…). Este nuevo
productivas a la actualidad. Mientras estuvieron valor simbólico atribuido a la actividad hornera y
en producción fueron considerados medios con un asumido crecientemente por la población es el que
evidente valor de uso; posteriormente, con la crisis transforma las huellas materiales y la memoria del
de la actividad, pasaron a ser estructuras anacróni- oficio en Patrimonio Cultural.
cas a las que no se concedía ningún valor o un uso Activado el valor patrimonial de la actividad, la
marginal como contenedores; en el momento pre- lectura de la historia reciente sufre un proceso de re-
sente, iniciado el proceso de patrimonialización, los elaboración. Los hornos son los restos de unas acti-
hornos se están transformado en símbolos locales vidades desaparecidas, pero que forman parte de un
del pasado con una clara proyección de futuro, por- pasado muy reciente presente en la memoria de mu-
que están adquiriendo un nuevo valor de uso como chos de los vecinos, especialmente de los mayores.
elementos idóneos para promover el desarrollo del Pero, hasta hace pocos años, este pasado cercano
turismo rural. En definitiva, de sector fundamental era percibido como un tiempo de carencias y penali-
de la economía local, la actividad comienza a con- dades, por lo que, de acuerdo con esta interpretación
vertirse en un símbolo representativo tras varias dé- de la historia, la ruina de los hornos y la pérdida del
cadas de olvido. oficio no producían ninguna conmoción en la loca-
El caso ilustra una de las paradojas y uno de lidad, hasta el extremo de que eran los propios pro-
los aspectos más significativos de nuestro tiempo: tagonistas de la historia, esto es los caleros, los que
la práctica consistente en atribuir nuevos valores y renegaban de su memoria. Hoy la interpretación de
usos a objetos materiales y a actividades proceden- la historia ha cambiado pues, una vez transformada
tes del pasado que fueron creados para funciones la actividad en patrimonio cultural, se resaltan los
diferentes. Al transformar a los hornos y al oficio años de hornadas, se ensalzan a los caleros como
calero en patrimonio cultural asistimos al cambio de hombres esforzados que encarnan el carácter lucha-
su significado como símbolos colectivos y al de su dor atribuido a todos los santaneros y se destaca que
uso como instrumentos para la atracción de turistas la actividad ha singularizado históricamente al mu-
y la dinamización económica. Pero esta evolución nicipio en su entorno comarcal. En consecuencia,
del significado y de los usos no es casual, sino que se promueve la restauración de los hornos, porque
responde a un proceso de selección promovido por las instalaciones son interpretadas como elementos
sectores concretos de la sociedad local que persiguen simbólicos que conectan el pasado con el presente y
elevar la actividad hornera a la categoría de patri- dan sentido de continuidad histórica a la población,
monio cultural, lo que supone una positiva contribu- así como la recuperación de la memoria del oficio,
ción al conocimiento de la historia local, así como porque éste representa un marcador de la identidad
al reforzamiento de la identificación colectiva del y la diferencia.
vecindario con su municipio. Este cambio semánti-
co es, por consiguiente, una acción promovida por
sujetos reflexivos de la localidad, organizados en la El patrimonio del futuro. Nuevos usos,
Asociación Cultural Valle de Santa Ana, que persi- nuevas oportunidades.
gue el desarrollo de una conciencia colectiva local
para así poder demandar a las administraciones la Lejos de constituir una carga a los presupuestos
restauración de las instalaciones, la recuperación de públicos, el patrimonio institucional y socialmente
la cultura del trabajo calera y la implementación de reconocido puede convertirse en un instrumento de
nuevos proyectos de dinamización económica que dinamización socioeconómica de primer orden. Ello

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exige, no obstante, la aplicación de un programa que sirva para conducir a turistas y residentes a los
de protección integral que active patrimonialmente emplazamientos concretos de los hornos, y por exten-
al oficio calero para transformarlo en un relevante sión al término municipal. Esta “ruta de la cal” con-
símbolo de la identificación del vecindario con su tribuiría a poner en valor de forma integral los demás
pueblo y, simultáneamente, promueva acciones con- elementos que componen el patrimonio de la locali-
cretas orientadas a su rentabilización social y econó- dad, así como a la recuperación y mejora de las vías
mica. La reapropiación colectiva de los hornos, de pecuarias, muros y tapiales, porteras, lievas, casas de
su memoria y de su uso, puede contribuir así tanto a labor y todo el entorno natural de Santa Ana la Real.
reforzar la autoestima local como a convencer al ve- Además de estos usos divulgativos del patrimo-
cindario de las potencialidades reales que posee este nio en relación con el turismo, que convierten a los
patrimonio. En esta línea, el proyecto de protección hornos en instalaciones museísticas en las que se re-
integral tendría que dotar de nuevos usos económi- construye la memoria, existen otras iniciativas com-
cos, sociales y simbólicos a estos bienes del pasado plementarias que supondrían no sólo la restauración
que sirvan para proyectar el futuro de la localidad. de las instalaciones, sino su puesta en funcionamien-
Son muchas las posibilidades de dinamización to para la producción de cal viva de cara a la rehabili-
que nacen con el reconocimiento social e institu- tación de edificios concretos de acuerdo con los tipos
cional de los hornos y el oficio calero. La actividad arquitectónicos tradicionales. Esta recuperación de
económica que mejor puede contribuir a rentabili- la función productiva de la actividad también se vin-
zar el valor patrimonial es el turismo rural, el cual cula directamente con el desarrollo del turismo rural,
se ha convertido en los últimos años en un pujante ya que uno de los atractivos turísticos fundamentales
sector en todo el Parque Natural de la Sierra de Ara- de la sierra es la arquitectura tradicional, la cual res-
cena y Picos de Aroche. No obstante, en contraste ponde a patrones constructivos similares en toda la
con otros municipios vecinos, en Santa Ana la Real comarca. Como se ha indicado, la argamasa o mor-
no se explotan suficientemente sus potencialidades, tero de cal producido en Santa Ana ha contribuido
a pesar de disponer de elementos muy sugestivos históricamente a la conformación de la arquitectura
para los turistas que visitan la sierra atraídos por la serrana, lo que puede apreciarse en las edificaciones
naturaleza, la historia y el patrimonio. más antiguas de los núcleos de población, las iglesias
El municipio cuenta con recursos turísticos que y las obras públicas, así como en las casas de labor
comparte con la mayoría de los pueblos de la sierra, y en algunas infraestructuras tradicionales asociadas
a saber: un armónico conjunto urbano y un entor- a sistemas de riego tradicionales, tales como lievas,
no rural mediterráneo de gran interés ambiental y partidores o albercas, y en los muros o cercados de
antrópico. Además de ello, en el término municipal las veredas y caminos. Sin embargo, la arquitectura
encontramos la mayor concentración de hornos de tradicional es cada día más excepcional al imponerse
cal de toda la comarca, lo que representa una clara nuevas técnicas y materiales que modifican los sis-
particularidad local. Esta singularidad es una opor- temas constructivos vernáculos, lo que asemeja el
tunidad para promover una oferta turística diferen- caserío tradicional a tipos homogéneos cada día más
ciada en el entorno del Parque Natural, que actúe extendidos. La rehabilitación y puesta en funciona-
como un incentivo añadido para atraer visitantes, lo miento de algunos hornos de cal podría contribuir a
que a su vez puede desencadenar una espiral de ac- la restauración del patrimonio arquitectónico serra-
tividades dinamizadoras de la economía local. no. Esta operación supondría la mejora y recupera-
Una iniciativa interesante podría ser la aplicación ción del paisaje urbano, al tiempo que promovería la
de un programa de difusión del patrimonio que mues- formación de jóvenes gracias a la creación de escue-
tre y explique en un centro de interpretación local y en las taller o casas de oficios en el municipio.
los propios hornos el legado cultural que representa De ponerse en práctica, este conjunto de actua-
esta actividad. Se trataría de hacer inteligible este pa- ciones y otras iniciativas similares contribuirían a
trimonio a los vecinos y a los turistas, haciendo uso transformar el patrimonio industrial y etnológico
de técnicas de comunicación (recursos visuales y sen- hornero en un patrimonio vivo: un recurso dina-
soriales) que faciliten el conocimiento de la historia mizador de la actividad económica y social que,
de la actividad, sus valores culturales, y despierten la además, fomentaría en la población local el cono-
conciencia de la importancia de su protección para cimiento y la valoración de un pasado que entron-
beneficio de toda la sociedad (Martín, M. et al 1996). ca con el presente. Se conseguiría así activar este
De modo complementario al centro de interpretación, patrimonio, más que como vestigio histórico, como
podría diseñarse un itinerario por las veredas rurales memoria viva del pasado.

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Viejos y nuevos usos de la arquitectura industrial vernácula. Patrimonialización y turismo en Santa Ana la Real (Huelva)

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—  349  —
La arquitectura doméstica tradicional en Carmona

Rocío Anglada Curado


Arqueóloga Municipal de Carmona. Sevilla. España

El caserío tradicional de Carmona presenta un tanto daño han hecho a las fisonomías tradicionales
alto nivel de conservación, debido a razones de de otras ciudades andaluzas.
índole diversa, pero fundamentalmente a los es- En Carmona, la intervención dentro de murallas
casos recursos económicos de amplias capas de es hoy en día casi toda de rehabilitación y, en un
la población, que se vieron obligadas a reparar y porcentaje significativo, proyectada con criterios
transformar sus viviendas al no poder hacer frente bastante aceptables. Ello no quiere decir que las
a una construcción de nueva planta. Este hecho, tipologías tradicionales se mantengan inmutables,
sumado a la existencia de invariantes en la forma pues las exigencias de la vida actual se traducen en
de construir, de concebir el espacio y en el uso la necesidad de efectuar algunas transformaciones
de materiales, aconseja, a la hora de abordar un encaminadas a adecuar el espacio a nuevos usos y
estudio sobre la cuestión, el establecimiento de un costumbres. Pero también es cierto que este tipo de
solo límite temporal, el más moderno, para ana- arquitectura, que repite modelos espaciales, técnicas
lizar estas construcciones, dejando a futuras in- de construcción y léxicos ornamentales sin apenas
vestigaciones la fijación y datación precisa de las variaciones a través de los años, de alguna manera
distintas etapas. está renovando su actualidad y su validez, aunque,
De la arquitectura doméstica se puede decir que lógicamente, desde la sustitución o modificación de
es el elemento predominante, al menos numérica- los códigos culturales que condicionan su percep-
mente, del Patrimonio Histórico de una localidad. ción y su uso. Así, la conservación de una techum-
Generador de identidades colectivas, no por ser el bre de madera, que antes era una manifestación de
Patrimonio más cercano a la población ha conjurado la pobreza y atraso de los moradores de una vivien-
sus riesgos y sus amenazas. En el ámbito rural, la da, hoy es tenida como un signo de modernidad, de
vida doméstica se ha fundido tradicionalmente con sensibilidad e, incluso, de confort.
determinadas actividades productivas; la ruptura de Se ha observado que en la arquitectura domés-
ciertas dinámicas económicas como consecuencia tica de Carmona se dan una serie de recurrencias
de la mecanización de la agricultura a partir de los o invariantes que, en cierta medida, homogeneizan
años 50 puede suponer la pérdida de vigencia de al- los tipos, aún siendo significativamente distantes
gunos modelos habitacionales y su entrada en cri- en cuanto a cronología. Estas invariantes afectan a
sis. Afortunadamente, la aceleración de los ritmos muchos aspectos, desde las técnicas de construcción
constructivos de la última década ha encontrado una y los materiales empleados más usualmente, a los
Carmona ya relativamente madura desde el punto de modelos planimétricos –vigentes incluso hoy en
vista patrimonial y, aunque tal vez no se haya con- día- los lenguajes ornamentales, las volumetrías o
servado todo lo que se debiera, ni de la manera más las concepciones espaciales. Con base en análisis de
correcta en todos los casos, tampoco se han produ- arqueología paramental se ha comprobado que una
cido fenómenos como la profusión de azulejerías en parte importantísima del caserío –tanto de la ciudad
fachada o las balaustradas de piedras sintéticas que intramuros como de los arrabales- es más antiguo de

350
La arquitectura doméstica tradicional en Carmona

lo que a primera vista pudiera parecer. Muchas de las que se ha dado en llamar “arqueología paramental”
casas revisadas tienen su origen en los siglos XVI y o “arqueología de la arquitectura”, hace uso de los
XVII, y se han ido reformando y manteniendo hasta mismos principios teórico-metodológicos que se
llegar a la actualidad en plena vitalidad; en varias, aplican en las excavaciones bajo rasante. Estos prin-
algún muro superviviente retrotrae ese origen unos cipios, enunciados en los 70 por E.C. Harris1, son
cuantos años más, tal vez hasta época islámica. hoy considerados como la fórmula más rigurosa de
obtención de un registro arqueológico. Lógicamen-
te, la teorización sobre las estratigrafías murarias
La Arqueología y la Arquitectura es una prolongación, o más exactamente, una pro-
yección de los principios fijados en relación con la
Sorprendentemente, la relación entre ambos ám- estratigrafía arqueológica en general. Caballero Zo-
bitos de trabajo no se ha explicitado de forma franca reda (CABALLERO 1996:60) expone una adapta-
hasta que el método arqueológico se ha empezado a ción a las estructuras emergentes de las Leyes de la
emplear en las estructuras emergentes. Esta situa- Estratigrafía enunciadas por Harris (HARRIS 1989:
ción paradójica, puesto que los arqueólogos siempre 54), incluyendo nuevas proposiciones.
han estudiado la arquitectura, estuviera bajo tierra o
por encima de esta, se empieza a transformar hace
unos años, advirtiéndose la necesidad de equipos La casa tradicional de Carmona
multidisciplinares formados por arqueólogos, arqui-
tectos etc. para intervenir en el Patrimonio Histórico Los tipos
construido. El convencimiento de esta necesidad, no
extensible aún a las edificaciones carentes de singu- La combinación de factores morfológicos,
laridad, parte de la consideración de la construcción constructivo-estructurales y de distribución y es-
antigua o histórica como un documento, es decir, de pecialización de los espacios internos asociados a
su valoración conjunta e inseparable como elemen- la lectura sociológica de los inmuebles permite el
to arquitectónico y como documento histórico. establecimiento de una primera clasificación resi-
Como se ha mencionado más arriba, estos estu- dencial por tipos. En esta sistematización predomi-
dios paramentales se han venido limitando a edifi- na la información de naturaleza socioeconómica y
cios monumentales en los que se suele actuar con funcional, categorías por otra parte indisociables,
presupuestos económicos que permiten la interven- pues, en definitiva, responden a unas determinadas
ción arqueológica y en los que esta es preceptiva estructuras sociales y de producción.
por normativa o por decisión de la administración. El tamaño de las viviendas es el indicador más
Hasta ahora las cautelas que implican un recono- elemental para establecer la primera clasificación de
cimiento de las estructuras emergentes no han al- las formas residenciales. Aunque los planteamien-
canzado a las viviendas, o edificaciones en general, tos arquitectónicos beban de las mismas fuentes -si
que no presenten singularidades manifiestas. Esta bien, expresados a escalas distintas- hay diferencias
situación parece que quedará corregida en Carmona obvias, por ejemplo, entre una casa-palacio y una
a partir del recién presentado Plan Especial de Pro- casa de vecinos.
tección, que cataloga y cautela con intervenciones En el casco histórico de Carmona están catalo-
arqueológicas emergentes un considerable número gadas una veintena de casas-palacio. Todas ellas
de viviendas de las que habitualmente se califican se localizan en el interior de murallas, en las calles
como populares. más selectas, y todas se levantan sobre parcelas que
El estudio arqueológico de la arquitectura tiene siempre sobrepasan los 500 m2 de superficie, pudien-
particulares ventajas si se compara con el examen do alcanzar incluso los 2000. Adoptan un esquema
posible desde otros enfoques disciplinares, como planimétrico basado en un juego equivalente de rela-
desde la misma arquitectura -análisis espacial y es- ciones entre las partes, es decir fundamentado en un
tructural- o desde la historia del arte –análisis esti- patrón modelo, pero usado con mayor o menor liber-
lístico y formal-, ámbitos académicos que, por otra tad y complejidad según el caso. Cuentan con grane-
parte, se han interesado más por la obra singular que ros de importantes dimensiones y otras instalaciones
por las manifestaciones populares. La Arqueología para almacenaje o relacionadas con la producción
no sólo aporta una visión procesual e histórica, sino
sobre todo, y ahí radica su eficacia, proporciona un 1.  HARRIS, Edward C. 1989: Principios de estratigrafía
método. El estudio de las estructuras emergentes, lo arqueológica, Ed. Crítica, Barcelona.

—  351  —
Rocío Anglada Curado

agrícola, como bodegas o corrales, sin faltar amplias


caballerizas a las que conduce el apeadero que nace
en el mismo zaguán. La generosa disponibilidad de
espacio permite el uso alternativo de planta baja y
planta alta como “casa de verano” y “casa de invier-
no” y la segregación entre la zona señorial y de ser-
vicio. Jerarquizan las fachadas y hacen uso de cos-
tosos materiales de importación y grandilocuentes
composiciones de portadas con las que significar la
preponderante posición social de sus propietarios.
Los medianos propietarios, mayetes en Carmo-
na, habitan las casas de labor. De menores dimen-
siones y calidades inferiores que las casas-palacio,
desarrollan también ampliamente los espacios desti-
nados a las funciones agrícolas: corrales, almacenes
para los aperos y graneros. Estos últimos se ubican
casi siempre en planta alta, los soberaos, pues la
limitación de espacio impide, por ejemplo, el uso
estacional de las estancias. Aunque los mayetes han
vivido preferentemente dentro de murallas, estas
casas de labor también se pueden encontrar en la
zona de expansión exterior.
No demasiado numerosas en origen debieron ser
las casas unifamiliares, pues las capas más humil- Patio de vecinos mudéjar. Barrio de San Felipe.
des de la población han habitado tradicionalmente
viviendas colectivas. La casa unifamiliar presenta
una gran variabilidad morfológica y de dimensiones Modelos de plantas
y se distribuye por toda Carmona sin exclusiones
zonales. Aunque hoy no sería posible asociar a sus Independientemente de la posición económica
ocupantes con una situación social y económica y social del propietario, del tamaño y de la calidad
concreta, en origen pudieron responder a las formas de los materiales, en Carmona se verifica la presen-
de vida de las clases medias y medias altas: artesa- cia de varios patrones planimétricos recurrentes. La
nos, comerciantes, profesionales, etc. distribución espacial de cada uno de los modelos en
La vivienda colectiva o casa de vecinos apare- la ciudad no es casual, sino que responde a la evo-
ce tanto en los viejos barrios intramuros como en los lución de la urbanística carmonense, fundamental-
arrabales históricos, integrando el grueso del patrimo- mente desde los inicios de la Edad Moderna.
nio edificado carmonense. Este conjunto de vivien- La casa de patio central es la que con más fi-
das es la manifestación arquitectónica que realmente delidad identifica la arquitectura tradicional de Car-
podría calificarse de popular, pues en sus orígenes mona. Este patrón distribuye una serie de crujías
y evoluciones particulares hay buenas dosis de au- alargadas en torno a un patio central, que se con-
toconstrucción y, en consecuencia, total ausencia de figura como el elemento fundamental de estructu-
autorías individuales. Presenta una gran variedad en ración de todo el edificio, registrando las estancias
tamaño, en planta, volumetría e incluso en léxico, y que lo rodean. Estas crujías perimetrales son a veces
comparte con todas las arquitecturas populares su dobles, en uno o alguno de los lados. El patio puede
versatilidad para adaptarse a lo local, su búsqueda de presentar uno o más frentes porticados, tanto en
esquemas sencillos y eficaces que se repiten conti- planta baja como alta, y dispone siempre de pozo.
nuamente, su reticencia al cambio y a las modas, su En los inmuebles de mayor tamaño, el patio puede
austeridad, su perdurabilidad intergeneracional y su estar perforado por un aljibe que recoge las aguas
adaptación ecológica. Adoptando esquemas de plan- pluviales. A este patio no se suele acceder directa-
ta y de organización espacial muy distintos, tiene en mente desde el zaguán, ya que éste se dispone sobre
común la existencia de elementos y espacios compar- un eje acodado para preservar la intimidad de los es-
tidos por los distintos grupos familiares: patios y/o pacios interiores, impidiendo la vista desde la calle.
corrales, cocina, pozo, lavadero y aseos. Esta solución, de clara raíz islámica, se pierde en las

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La arquitectura doméstica tradicional en Carmona

casas unifamiliares del siglo XIX, que permiten la


contemplación del patio a través de una cancela. La
presencia de este gran patio central no es incompa-
tible con la existencia de corrales traseros, espacios
de funcionalidad totalmente diferentes.
La casa-pasillo o fondo de alforja se construye
siempre sobre parcelas mucho más estrechas y alar-
gadas. Se trata de una planta doméstica distinta, que
articula la vivienda mediante un corredor o pasillo
que, registrando todas las estancias, conduce hasta
los corrales traseros, muchas veces hipertrofiados.
El pasillo, que nace en el mismo zaguán, se marca
a veces con un pavimento distinto y más resistente,
de ladrillo a sardinel o canto rodado, y suele alternar
tramos cubiertos con otros sin techar. Las estancias
se ubican en el interior de crujías consecutivas que,
con frecuencia, intercalan pequeños patios.
Una variante sin pasillo formalizado hace suce-
der una crujía tras otra, alternando con pequeños
patios de luces que proporcionan iluminación y
ventilación.
Un patrón mucho menos definido es el que se
ha denominado casa de agregación o de adición.
Presenta una tipología que se adscribe a un modelo Ejemplo de casa-pasillo o casa de corredor.
de planta impreciso, en parte por ser poco habitual
en la zona extramuros de Carmona e inexistente
por completo en la ciudad amurallada. Este modelo número de viviendas. Además de rasgos comunes,
agrupa en torno a espacios comunes –patios y corra- invariantes de la arquitectura carmonense, la hibri-
les- una serie de cuerpos independientes y exentos, dación de modelos es habitual y se da a distintos ni-
que comparten además fachada y entrada. Se trata veles, desde el más simple lenguaje formal hasta la
de una versión distinta del corral de vecinos, en el mixtificación de los planteamientos planimétricos.
que cada unidad familiar dispone de una edificación
dentro de un complejo común, y en el que las distin-
tas piezas no están orgánicamente enlazadas. Fábricas, técnicas de construcción,
Por último, la casa mirador se levanta sobre una estructuras y materiales
parcela muy pequeña, de tan escaso fondo que, a
veces, sólo permite construir una crujía. La exigüidad La construcción tradicional de Carmona funda-
del espacio se compensa con la altura, ya que puede menta su tectónica en los muros de carga. Suelen
tener hasta cuatro plantas en vez de las dos que ca- tener un ancho de 65 a 70 centímetros, es decir,
racterizan a los otros modelos. En los pisos altos se unos 2 ½ pies de la vara castellana, aunque algu-
abren balcones asomados a la calle. Este tipo sólo se nos superan estas medidas. Sin duda, el material
localiza en la Plaza de Arriba, centro administrativo predominante es el tapial, siendo mucho más abun-
de la Carmona bajomedieval y moderna y escenario dante que el ladrillo, la piedra y la mampostería.
de espectáculos teatrales y taurinos, para cuyo dis- Se construye en cajones de longitud variable, pero
frute estaban concebidas estas edificaciones. que suelen tener una altura de unos 85 centímetros
Todos estos tipos comparten una serie de carac- (aproximadamente una vara). Entre cajón y cajón, la
terísticas, sobre todo la formalización en alzado, separación se marca mediante un encintado de cal,
que son las que procuran cierta homogeneidad fi- una verdugada simple, doble o triple de ladrillos; el
sonómica en la ciudad. El desarrollo en planta baja empleo de un elemento u otro es un indicador cro-
y soberao o planta alta, el tratamiento de la fachada nológico importante teniendo en cuenta que éste es
como una tapia encalada, sin apenas huecos, y las un material que se usó profusamente en Carmona
portadillas adinteladas, sin más adornos que una hasta hace unos 40 años. Albañiles aún en activo
moldura, son particulares compartidos por gran empezaron su vida laboral pisando tapial.

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Rocío Anglada Curado

La falta de resistencia del tapial, que en oca- con arcos de rosca adintelada, con riñón de mayor o
siones era simplemente tierra mejorada con cal, se menor anchura. En escasísimas ocasiones presentan
resuelve con cadenas de ladrillos, zócalos de mam- ornamentaciones que vayan más allá de discretas
postería o cualquier otra combinación con materia- molduras. Caso aparte constituyen las casas pala-
les más fuertes, dando forma de esta manera a los cios, que tienen en fachada y portada la oportunidad
aparejos más comunes. de indicar la alcurnia y preeminencia de sus mo-
No faltan tampoco los aparejos de piedra, aunque radores. Así, ofrecen teatrales composiciones, casi
hay que ir a buscarlos sobre todo a las casas-palacio siempre barrocas o neoclásicas, en las que el escudo
y son, con ello, poco numerosos. Emplean sillares familiar ocupa un lugar señalado.
o sillarejos de alcor –la abundante caliza local- de Los vanos, tanto de puertas como de ventanas,
los que muchos no deben proceder directamente de se resuelven constructivamente mediante dinte-
cantera sin haber pasado antes por alguna construc- les de viga las más de las veces. Pero es también
ción romana. muy común el empleo de arcos, ya que al efecto
Los forjados, de madera hasta finales del siglo ornamental se le suman sus ventajas tectónicas. En
XIX, usan con más frecuencia las vigas de rollizo fachada no suelen utilizarse, salvo en las entradas
que las escuadrías. Tanto unas como otras pueden de carruajes, cuya amplia luz está más segura con
estar reforzadas con jaldetas, siendo la tablazón más su empleo; las ventanas que se asoman a la calle
frecuente de madera que de ladrillo. Los alfarjes de- rara vez se abren bajo un arco, aunque algún caso
corados se encuentran más en la arquitectura con- hay, sobre todo en los ventanucos que ventilan los
ventual que en la doméstica. soberaos. En el interior de la vivienda los arcos sí
Con cierta frecuencia aparecen estancias cubier- son habituales. El de medio punto es seguramente el
tas con bóvedas, de cañón o de arista, resueltas con tipo más numeroso, pero también los hay rebajados,
ladrillo por tabla, equivalentes a las encamonadas carpaneles, escarzanos, conopiales, de herradura y
que ocultan los artesonados de las iglesias. Corres- túmidos y todos ellos pueden aparecer enmarcados
ponden, por tanto, a reformas barrocas de casas más por un alfiz. El uso de la cal es en Carmona pre-
antiguas. A partir del XIX se usa también el forjado dominante con respecto a otras formas de revesti-
de vigueta de hierro con bovedillas. miento. Los procesos de rehabilitación de viviendas
La armadura más común es de pares y tirantes, suponen la aparición de esgrafiados ocultos bajo las
reforzada con nudillos. Casi todos los palos se usan pieles de cal superpuestas.
sin desbastar, aprovechándose incluso los troncos Hay una serie de aspectos “menores”, o consi-
más irregulares. Con frecuencia se pintan con cal derados menores, que son marginados sistemática-
coloreada de añil o verde claro. mente de los estudios sobre vivienda tradicional.
Algunas casas burguesas y casas-palacio cubren Pero para establecer los procesos de cambio que
sus plantas altas con armaduras más trabajadas, en van generando los distintos modelos es necesario un
las que no sólo la trama de madera es más compleja, importante y voluminoso esfuerzo de compilación
sino que las piezas pueden presentar decoración. tipológica. Por ello se inventaría el mayor número
El tejado tradicional es inclinado, generalmente posible de componentes, desde los pavimentos a las
a dos aguas, aunque puede variar el número de ver- piezas de cerrajería.
tientes. Se cubre de teja morisca y los aleros presen- Las solerías más tradicionales son las de barro
tan un escaso vuelo desde el frente de fachada. La dispuesto a la palma, que sirven igual para pavimen-
azotea, casi en todos los casos transitable, se defien- tar un patio o un salón, y aparecen tanto en una casa
de del vacío mediante una albardilla y es fórmula de jornaleros como en las viviendas aristocráticas.
constructiva que se usa, no de forma generalizada, a El canto rodado o el ladrillo a sardinel se encuentran
partir de la segunda mitad del XIX. en los apeaderos y en los patios y corrales que no
Las fachadas carmonenses no transformadas se tienen suelo terrizo. Materiales más costosos, como
caracterizan por un tratamiento casi de tapia, con el mármol, restringen su uso a las grandes casas no-
escasos y pequeños huecos y uso generalizado de bles y burguesas y sólo a partir del XIX se extien-
la cal, que se aplica con periodicidad anual. Suelen den fuera de las estancias más significadas. Desde
tener una sola entrada de acceso peatonal y, en algu- finales de ese siglo, la losa hidráulica –más asequi-
nos casos, el antiguo paso de carruajes. ble– se usa copiosamente, sobre todo en viviendas
Las portadas repiten incansablemente el mismo burguesas.
modelo, con variaciones de escala y, en menor medi- La rejería más corriente es la que se denomi-
da, de decoración. Se trata de huecos arquitrabados, na coloquialmente “de cuadradillo”, común a toda

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La arquitectura doméstica tradicional en Carmona

la arquitectura coetánea andaluza y española. Se La observación del plano catastral urbano de Car-
dispone mediante una serie de vástagos verticales mona permite comprobar cómo en todo el interior
machihembrados con otros horizontales. A veces se amurallado la parcela media es ancha, de forma ten-
tuercen los vástagos para obtener formas decorati- dente a cuadrada y con amplio desarrollo de facha-
vas simples, o se remachan con flores recortadas en das. Sin embargo, las parcelas adosadas a murallas
la forja. Generalmente, las rejas decoradas son más o situadas en las áreas próximas a éstas son notable-
antiguas que las que presentan el simple entramado mente más estrechas y alargadas, con cortas facha-
vertical-horizontal. A partir de los años 40 del XIX, das, forma que coincide con el modelo común de
se utilizan varas planas, que se ensamblan entre sí toda el área de expansión de los arrabales históricos.
mediante ataduras de hierro, formando complejísi- En este tipo de parcela es imposible encajar el pa-
mos y característicos dibujos geométricos. La reno- trón planimétrico de la casa de patio central. Hay, por
vación de las técnicas de fundido y tratamiento del tanto, dos zonas distintas con dos tipos distintos de
hierro difunde un nuevo tipo desde finales del XIX, vivienda, si se obvian la “casa de agregación” y “casa
consistente en varas de hierro dulce decoradas con mirador” por su escasa representatividad porcentual.
macollas fabricadas a molde. La consolidación del parcelario intramuros se pro-
duce paulatinamente desde la fundación de la ciudad,
en torno al 800 a.C., hasta hoy, pero con un punto
Conclusiones de inflexión importante en época altoimperial roma-
na, cuando se ocupa prácticamente toda la superfi-
El examen efectuado hasta hoy en el caserío cie de la ciudad amurallada. Es probable que entre
carmonense desde una perspectiva arqueológica ha las épocas islámica y bajomedieval no haya grandes
permitido llegar a dos sugestivas conclusiones: la diferencias ni en el parcelario ni, en general, en el
primera es que una parte importante del caserío tra- urbanismo, de manera que la ciudad moderna debe
dicional de la ciudad se construye en el siglo XVI; heredar unas hechuras urbanas muy consolidadas.
la segunda, que el modelo de concepción espacial La gran expansión extramuros parece que se pro-
de la vivienda de tradición islámica –convertido duce a partir del XVI, lo que no quiere decir que no
casi en un estereotipo– no es el único que se reco- existieran suburbios medievales. El grabado de Van
noce como patrón doméstico. den Wyngaerde, de 1567, muestra perfectamente el

Parcelario de Carmona con el área de expansión del XVI en adelante.

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Rocío Anglada Curado

desarrollo del arrabal de San Pedro hacia ponien- en otros ámbitos más elitistas (cine, literatura etc.),
te. Aparecen claramente delineadas las calles Sevi- coincidente con la planta de patio central, no es en
lla, Enmedio y San Francisco y todo el caserío de absoluto el más extendido, particular que también
la margen occidental de la calle Carpinteros hasta se verifica en Carmona.
llegar a Santa Ana. No sucede así con la zona de la La planta más numerosa en Carmona es la que
calle Real, que está aún despoblada en el dibujo. se ha denominado fondo de alforja o casa-pasillo.
La muralla pierde su función defensiva con la Este modelo es el patrón más común en muchos
generalización de la artillería desde principios del municipios de las provincias de Sevilla y Huelva,
XVI. Es entonces cuando pueden ocuparse los anti- pertenecientes a comarcas muy diferentes socieco-
guos espacios de respeto con fines domésticos y lo nómica y geográficamente. Calificar este tipo como
hacen con el tipo de planta que se ha denominado castellano es quizás algo aventurado; pero la con-
más arriba de fondo de alforja, tipo que es preci- sulta realizada a través de medios distintos –inter-
samente el más numeroso en las zonas de arrabal. net, bibliografía, visita– permite comprobar que en
La homogeneidad en la forma y dimensiones de las muchas poblaciones, sobre todo castellano-manche-
parcelas de ambos sectores invita a pensar en un pro- gas, la vivienda adopta este esquema, lógicamente
ceso metódico y planificado de urbanización, que se con variantes comarcales y locales. Sin embargo, la
manifiesta también en el entramado de calles de los vivienda tradicional cántabra, vasca y leonesa adop-
barrios extramuros, de tendencia marcadamente re- ta otras fórmulas espaciales distintas, lo que impide
ticular, si se compara con el viario del interior de la hablar de un linaje cristiano genérico.
cerca. Las manzanas formadas por las calles Bravo, La adopción de un modelo probablemente caste-
Olivar, Barrionuevo, Sastre, Montánchez..., por una llano no impide en Carmona hablar de mudéjar do-
parte, y Mármoles, Vidal, Concepción etc., por otra, méstico, tanto para referirse a un tipo de casa como
son claro ejemplo de las manifestaciones de este ur- a otro. Sin duda, la casa de patio central hunde sus
banismo de corte renacentista en Carmona. raíces en la concepción del espacio doméstico del
De todo este proceso se deduce que en Carmona mundo islámico, que bebe, a su vez, de las antiguas
se dan dos linajes de patrones arquitectónicos domés- tradiciones mediterráneas. Pero del otro modelo se
ticos: la casa de tradición islámica –e, incluso, más puede reivindicar su mudejarismo sin miedo, por
ampliamente, mediterránea– que se levanta sobre las varias razones. En primer lugar, porque se cons-
cuadradas y bien consolidadas parcelas de la ciudad truye a la manera mudéjar en cuanto a técnicas y
amurallada, y la casa cristiana –o mejor, castellana– materiales, pero también porque hace uso de un
perfectamente adaptada a este tipo de parcela resul- léxico que no proviene del mundo tardogótico y re-
tado de la ocupación de nuevos espacios. nacentista, como los alfices, azulejos o fábricas que
La confirmación de estas filiaciones es tarea rela- alternan ladrillos amarillos y rojos. Y, por último,
tivamente difícil, ya que son pocos los argumentos porque la existencia suficientemente significativa de
que se pueden sumar a la simple paralelización pla- híbridos entre ambos modelos –con diferentes gra-
nimétrica. Si es cierto que la impresión coincidente dos de mixtificación– es un hecho de significación
en muchos autores que estudian la arquitectura ver- sociológica importante que tal vez señale con qué
nácula es que el modelo arquetípico de casa anda- formas constructivas, decorativas y espaciales se
luza, presente tanto en el imaginario popular como identificaba más intensamente la población.

—  356  —
Arquitectura vernácula y popular duriense

Maria Eunice da Costa Salavessa


Universidad de Trás-os-Montes e Alto Douro. Portugal

La Región Demarcada del Duero (RDD)1 principalmente para Inglaterra, firmante del Trata-
do, remonta a la creación, en 1756, por Pombal, de la
La RDD es una área de cerca de 250.000 ha, Compañía General de la Agricultura de las Viñas
entre Barqueiros y Barca de Alva, que beneficia de del Alto Duero, que “visaba sustentar la cultura de
la influencia climática de una cintura serrana for- las viñas, celar por la calidad de la producción, pro-
mada por Marão, Alvão, Fontelonga, Bornes, Lago- mover su comercio nacional y externo, y asegurar la
aça, Montemuro, Leomil y Sirigo, que hace con que sanidad de los vasallos de Su Majestad”; la demar-
“ningún soplo oceánico consiga penetrar para alén cación de la época ha sido materializada por marcos
de esta barrera montañosa”, y de la cual resultan graníticos, muchos aún existentes. Documento de
condiciones únicas para el cultivo de la viña. Segui- 1777 cita que ha beneficiado habitantes, “tirando la
miento de el Tratado de Methwen (1708), que había pobreza.....y llevando a recibir abultados interés”.
favorecido la exportación de el vino del Porto, a En fin del siglo XIX, una epidemia de mildeu, de
partir de la factoría inglesa para todo el Mundo, cerca de cuarenta años, ha alcanzado las viñas de la
región, situación que induciría al recurso de el injer-
to de las antiguas castas con vid americana, pero que
1.  SALAVESSA, M. E. C., “Região Demarcada do Douro”, non ha evitado la ruina de productores e ha condu-
Arquitectura Tradicional do Alto Douro Vinhateiro – Tabuaço,
Coordenação, investigação, texto e fotografia de Maria E. C. cido a la substitución de algunas viñas por olivares
Salavessa, Levantamentos topográficos e arquitectónicos de e a la proliferación de terrenos con matorrales, los
Fausto U. P. S. Magalhães e Luís F. P. A. Pretarouca, Univer- mortórios (viñas muertas). En 1907, es establecido
sidade de Trás-os-Montes e Alto Douro e Câmara Municipal el “exclusivo de la marca Porto para los vinos gene-
de Tabuaço, Tabuaço, 2005, pp. 11 a 13. FERREIRA, Amo-
rim: O Clima de Portugal – Fascículo XV – Região Demarca-
rosos de la región del Duero”, es fijada “una nueva
da do Douro, Serviço Meteorológico Nacional, 1965, pp. 10. región viñadora duriense, alargada, definitivamen-
SERRÃO, J. Veríssimo: O Marquês de Pombal – O Homem, te, hasta la frontera”; la designación privilegia el
o Diplomata e o Estadista, 1982, pp. 132 e 133. Património local de exportación, el Porto, en detrimento del
Arquitectónico e Arqueológico Classificado – Distrito de Vila
transporte, inicialmente con barcos rabelos en el río
Real, IPPAR, 1993, pp. 17, 24 a 28, 30 e 31, 50 e 51; Distrito de
Viseu, Instituto Português do Património Arquitectónico, 1993, Duero a partir de Pinhão, e de la producción en su
pp. 6, 24 e 67. PEREIRA, G. M. Martins: “O Vinho do Porto, o margen. En 1908, ha sido adoptada la “demarcación
Alto Douro e a Companhia na época pombalina (1756/1777)”, por feligresías y non por concejos”, menguando la
in Estudos Transmontanos – nº 2, Biblioteca Pública e Arquivo área. En 1921, el “Regulación de la producción y
Distrital de Vila Real, 1984, pp. 81 a 118; “A região do vinho do
Porto; Origem e evolução de demarcação pioneira”, in Douro – comercio dos vinos de el Porto”, fija el espacio de la
Estudos & Documentos, vol. 1(1), Instituto do Vinho do Porto, área de demarcación actualmente en vigor, para los
Universidade do Porto e Universidade de Trás-os-Montes e vinos generosos, abarcando feligresías dos distritos
Alto Douro, 1996, pp. 179 a 195. Candidatura do Alto Douro de Vila Real, Bragança, Viseu y Guarda. La RDD
Vinhateiro a Património Mundial, Fundação Rei Afonso Henri-
ques, 2000, pp. 1, 18 e 20 a 28. Diário da República – 1ª Série
tiene, como espinazo dorsal, el río Duero, como
– Número 255, 10 de Dezembro de 1921, pp. 1556 a 1577. brazos, los afluentes Pinhão, Corgo, Torto, Távora

357
Maria Eunice da Costa Salavessa

y Varosa, y en el se encerrando tres unidades de 2. Cuanto al viñedo del ADV y en la parte corres-
paisaje, el Baixo Corgo, el Cima Corgo y el Douro pondiente a el concejo de Tabuaço habia, en 1999,
Superior. 503 exploraciones agrícolas ocupando una área de
3745ha. Su distribución por feligresías – Adorigo,
Barcos, Desejosa, Tabuaço y Valença do Douro –
Alto Duero Vinatero (ADV)2 porcentajes de exploraciones y de área, respectiva-
mente: 22, 25, 12, 20 y 21; y 15, 20, 12, 29 y 24.
El ADV, estrecha faja de la RDD, de 24.600ha, Do total, 458 (91%) exploraciones y 1627ha (43%)
al longo de la margen duriense, ha sido, por decisión ocupadas con viña y, en conjunto con estas o ais-
de la UNESCO de 2001, con base en “Estudio de ladamente, 334 exploraciones y 657ha con olivar.
Caracterización Paisajística”, elevado a Patrimo- La casi totalidad de las exploraciones agrícolas con
nio de la Humanidad; en esta área, contenemos, en régimen jurídico del productor singular autónomo
nuestro estudio, la zona correspondiente a el con- con la superficie agrícola a ser explorada por cuen-
cejo de Tabuaço, con: formaciones tectónicas pre- ta privativa. El número total de tractores agrícolas
dominantemente pizarrosas a norte (Formações da existentes en las exploraciones del área era de 61.
Desejosa, Pinhão, Río Pinhão, Ervedosa do Douro Población agrícola representaba, en la altura, una
y Bateiras) y representaciones menores de forma- apreciable porcentaje (50 a 100%) de población
ciones graníticas en el sur (Granitos de Tabuaço y residente total, con excepción da feligresía de Ta-
de Sendim); clima trasmontano con afinidades con- buaço (16%). En área, con base en representacio-
tinentales, muy seco, Invierno moderado y Verano nes gráficas, es posible concluir que, de la área y en
ardiente, y con grande amplitud térmica; progresivo zonas de viñedo, son particularmente expresivos los
decrecimiento de la populación globalmente enve- mortórios (viña muerta), en la margen izquierda del
jecida; la viña y el olivar como principales fuentes río Duero, en las confluencias del Duero con el Tedo
de riqueza. Su ordenamiento territorial es domi- y con el Távora, y en la margen derecha del Távora,
nado por: río Duero y afluentes (Távora y Tedo); donde predomina la vegetación espontánea, de ma-
aglomerados de populación con media o pequeña droños, carrasco y urce, y el olivedo y, raramente,
dimensión (Adorigo, Barcos, Desejosa, Tabuaço, la viña. El viñedo es, sobretodo, representado por:
Valença do Douro y Balsa); vías de comunicación viñas en terrazos pos-filoxéricos, ocupando 50 a
ligando pueblos (EN323, ligando el Duero a Tabu- 80% de la área ocupada por viña en las feligresías
aço; EN226-2, ligando Tabuaço a Barcos; EM 504, del concejo encostadas al Duero; viñas en patamar,
ligando el Duero a Valença do Douro, Balsa y De- 20 a 40%; viñas plantadas “al alto”, 1 a 5% entre
sejosa; la EM512, ligando el Duero a Adorigo; la el Tedo y el Távora, y 5 a 10% entre el Távora y el
EM513, ligando a Santa Leocádia); y, en su mayor Torto; viñas plantadas sin armazón del terreno, 10 a
extensión, por terrenos “obtenidos por trituración 40% en la margen izquierda del Távora, y 0 a 10%
de la piedra pizarrosa”, en que predominan viñedos en la margen derecha del mismo río. Evolución de
plantados en terrazos, en patamar y “al alto” o sin la dimensione cultural, imposta por la evolución de
armazón de terreno, el edificado de las “quintas”, y las prácticas vitivinícolas en la región, es materiali-
mortórios (viñas muertas) con olivedo o matorrales. zada por socalcos pré-filoxéricos, del último tercio
del siglo XIX, socalcos pos-filoxéricos, desde los
finales del siglo XIX hasta los anos treinta del siglo
Paisaje del ADV3 XX, y la viña “al alto” y en patamar, de las últimas
décadas del siglo XX, adecuada al empleo de trac-
1. En el paisaje del ADV realza: el viñedo; los tores, a hacer las veces de la fuerza de los hombres
muros de viña; y el edificado vinatero. contra la roca para a transformar en tierra, sendo
evidente que la paisaje de las encuestas del Duero
viene sufriendo profunda alteración.
2.  SALAVESSA, M. E. C., “Alto Douro Vinhateiro”, op.
cit. n. 1, pp. 14.
3. Los muros de viña, levantados en el ADV,
3.  SALAVESSA, M. E. C., “A paisagem”, “As quintas”, son muros que el “viticultor duriense ha armado”,
“As raizes históricas da quinta”, “As quintas do Alto Douro en “terreno donde la roca y el cascajo mandan”,
Vinhateiro – Tabuaço”, “Os muros”, op. cit. n. 1, pp. 35 a 38,
161 a 170. FONSECA, A. Moreira da: Práticas Culturais nos
Vinhedos Durienses Antes e Depois da Invasão Filoxérica, Quinta do Bom Retiro, Arquitecto Arnaldo Pimentel Barbosa,
Separata dos Anais do Instituto do Vinho do Porto, 1940, pp. 1994. Revisão do Plano Director Municipal de Tabuaço, VAS-
11 a 16. Projecto de Remodelação da Casa do Proprietário da TUS, 2001, pp. 172.

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Arquitectura vernácula y popular duriense

Paisaje vinatera duriense.

dando lugar a “majestosos anfiteatros”, cuja ima- de nivel, tiene dos fases: el arroteamento, surriba,
gen ha contribuido para la clasificación de esta re- rompimento, o saibramento; y el arrazamento. El
gión como Patrimonio de la Humanidad. Moreira arroteamento incluid: la abertura de zanjas para
da Fonseca, en suyo estudio, al tratar de la “pre- construcción de los apoyos para el primero calço
paración de la tierra” para “instalación de la viña”, (que se hace con una base de 1,76m de espesura y
aborda aspectos de: terminología popular; finalidad; una pequeña inclinación de 5%, arrastante, se fuera
dimensiones; capacidad de instalación de la viña y más alto que 2 metros); la apertura de la primera va-
forma de preparación de la tierra. A los muros se da lada; apertura de la segunda valada, con el descom-
la designación de calços, y de socalcos, terrados o bramento o desbancamento (remoción de la tierra
geios al terreno entre dos calços consecutivos. Los y de la piedra de la parte superior del terreno, con
calços permiten: “amparar la poca tierra posta a dis- “hierros de monte” o palancas y palas) y el abancar
posición de las vides”, evitando que agua torrencial (con “guilhos”, maceta, broca y dinamite); entro-
las deja “descalzas”; “arrumar la enorme cantidad jar la primera valada con el material extraído de la
de piedra en que estas tierras son tan pródigas”; y segunda; y así, en sucesivo, pela cuesta arriba. El
“aumentar la intensidad del calentamiento con la re- arrazamento corresponde a la regularización de la
flexión de los rayos solares”. La altura de los calços, superficie del terreno (picando la tierra con el “hier-
antiguamente, era de 1 a 2 metros, y en cada socalco ro del monte”, remover la tierra con azadas y palas,
1 o 2 fiadas de cepas; actualmente, los calços son y quebrar la piedra menuda con “macetas”).
más altos y los socalcos más largos, comportando 5 4. Da análisis feita sobre la interpretación histó-
o mas hileras de cepas. La capacidad de implanta- rica de la quinta, se cita las conclusiones: la villa
ción de la viña, antiguamente cerca de 3.500 vides surge como unidad-tipo de la propiedad rural; la
por hectárea, actualmente 5.000. La preparación de quintã ha sido la antecesora de la quinta; la pose de
la tierra antes de la invasión filoxérica englobaba: la quinta era, como regla, ligada a clases mas ricas;
desmonte de la cuesta (feito de bajo para arriba); y en la quinta, la residencia del propietario ha sido
la preparación del valado (con pequeña inclinaci- siempre centro da actividad agrícola. Las quintas del
ón, para proporcionar suave escurrimiento de agua), concejo de Tabuaço, integradas en Alto Duero Vi-
que incluía el levantamiento de los calços, la junci- natero, como regla, se plantean en áreas dominantes
ón de la tierra para plantación de las cepas, la aper- y en proximidad de carreteras de comunicación que
tura del suchio (rasgo en el terreno para conseguir ligan los pueblos a la margen del Duero. Podemos
más tierra), y, por veces, la preparación de el es- identificar: en el vale de el río Duero y su margen
combramento (faja de tierra en la parte superior del izquierda, de bajamar para montante, las Quintas do
valado). Para la preparación de la tierra después del Vale Longo, Eufémia, S. Luís, Vediedas, Bedeguedo,
ataque filoxérico, el proceso denominado de “surri- Santo Antonio, Pego, Espinheira y Seixo; en el vale
bas de caras arriba”, de valada paralela a las curvas del río Távora, de bajamar para montante, en suya

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Maria Eunice da Costa Salavessa

margen izquierda, las Quintas de Espinho, Serro, generación, de herencia étnico-arquitectónica que
Pereira, Monte Travesso, Paradela, do Paraíso, da ha dejado marcas materiales, más o menos claras.
Várzea, Vale do Barco y Vranken, y en suya margen La RDD, ante grandes transformaciones que la cul-
derecha, la Quinta do Panascal; en el vale do río tura de la viña impone en los terrenos, esas marcas
Torto, de bajamar para montante, y en suya margen fueran, en gran parte, apagadas, por el hombre que
izquierda, las Quintas da Corte, Bom Retiro y Bom ha aplastado la piedra para la transformar en tierra
Retiro Pequeno; a la izquierda de la carretera E323, cultivable. Podemos, con todo, decir que habemos
que liga Tabuaço a Moimenta da Beira, entre Távora marcas persistentes: estructuras que son reflejo
y Granjinha, la Quinta de S. Pedro das Águias. De la del arcaísmo de la construcción castreja, de planta
Quinta do Bom Retiro que visitamos demoradamen- mixta, paredes rectas y curvas con pocas aperturas
te, se registra que, actualmente, el núcleo edificado para el exterior; ejecución de la fundación, opus in-
es constituido por la casa de el propietario, la antigua certum de los paños exteriores de las paredes, le-
casa del casero y la casa de los lagares, la frasquei- vantamiento de las paredes con trabamiento y para-
ra bajo el piso de la habitación, los “cardenhos”, un mentos a través de juntoiros y aletas en las esquinas,
palomar y la caballeriza (casa de el “macho”); en las elementos de guarnición de los vanos, armazón de
traseras de la casa del propietario, los señales de la las coberturas apoyada en asnas triangulares, utili-
mecanización, señalados por la balanza de pesaje, zación de teja cerámica, sobrados de los pisos supe-
el aplastador, las conductas del producto aplastado riores, compartimentación por tabiques, y la casa-
y de refrigeración, la casa de los lagares donde aún bloque rural similar a la “casa latina” identificada en
se procede a la pisa de forma tradicional y se pode Francia, del legado romano; la casa elementar (con
ver un antiguo alambique; en las coberturas e man- dos compartimientos, la sala con lar y un cuarto), las
tenido su aspecto original, revestimiento con teja de casa-patio con una casa-bloque (habitación sobre el
canuto, sendo blanqueado la cumbrera, el beirado, andar térreo, donde quedaba la cocina, la bodega, y
los rincones y las pasaderas; junto a la casa del pro- el “hórreo o patio para los animales”), y la “atalaya
pietario, y separada de esta por muro en pizarra, una de vigilancia”, del legado medieval.
bien cuidada área de ocio, construida en los anos 20
del pasado siglo, con espejo de agua, piscina, surti-
deros, bancos, antiguas muelas adaptadas a mesas, y Interpretación de la morfología urbana
a servir como de observatorio para la zona vinatera de la zona histórica de Barcos5
de antiguos socalcos, viña al alto y en patamares; la
casa es rodeada por pomares, huertas, tilas, vainillas, 1. Barcos y su Termo son inseridos: en territorio
palmeras y cedros; las carreteras y patios son calceta- pré-romano de pueblos genéricamente designados
dos a pizarra o en sablón; distante de la zona habita- por Lusitani; primero en la Provincia romana Ter-
cional, una mata y macizos arbóreos, de madroñeros raconesis, después en la Lusitânia; en los finales del
y ciprés; la casa del propietario es feliz combinación siglo XI, en el grande “Territorio” Lamecense; en el
de condiciones de habitabilidad modernizadas y de siglo XII, en el “Coto” de Leomil, situación que aún
pormenores originales que fueran mantenidos. La se verifica en la primera mitad del siglo XVI. El Ca-
Quinta de S. Pedro das Águias tiene, para el Con- tastro de la Populación del Reino de 1527 refiere
vento Novo de S. Pedro das Águias, proyecto que la unidad administrativa “Villa de Barcos” con 134
abarca, alén de la actual casa del propietario, hotel,
espacio cultural con la nave de la iglesia adaptada a
sala de conciertos manteniendo la capilla-mayor su 5.  SALAVESSA, M. E. C., “Autenticidade dos núcleos de
povoamento do Alto Douro Vinhateiro do concelho de Tabu-
cuño religioso, y zona de ocio. aço”, op. cit. n. 1, pp. 113 a 122. ALARCÃO, J. de: Portugal
Romano, 4ª edição, Ed. Verbo, 1987, pp. 19 e 20. MARQUES,
A. H. de Oliveira: História de Portugal, vol. I, Palas Ed., 1985,
Herencia étnico-arquitectónica4 pp. 32 a 35 e 55 a 56. BEIRANTE, M. A.: “Divisões regio-
nais e poder”, in Nova História de Portugal, II, Ed. Presença,
1993, pp. 269 a 271. Grande Enciclopédia Portuguesa e Bra-
La manera de hacer arquitectura en una región sileira, pp. 508 a 514 e 602 a 605. GALEGO, J., e DAVEAU,
es marcada por la transmisión, de generación para S.: O Numeramento de 1527-1532 – Tratamento Cartográfico,
Universidade de Lisboa e Instituto Nacional de Investigação
Científica, 1986, pp. 99. PERPÉTUO, J. M. A., et alii: Tabuaço
4.  SALAVESSA, M. E. C., “Herança etno-arquitectónica – Um Passado Presente, Câmara Municipal de Tabuaço, 1999,
da Região Demarcada do Douro e do concelho de Tabuaço”, pp. 56, 80 a 83, 91, 131, 151 a 153, 164, 165, 169 a 172, 176,
op. cit. n. 1, pp. 41 a 90. 185 a 210, 249, 253 a 257, 263, 281, e 283 a 285.

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Arquitectura vernácula y popular duriense

Paisaje vinatera duriense.

moradores; en 1837, Barcos era cabeza de Concejo Santa Leocádia, Chavães, Vale de Figueira, Pinhei-
e sede de Juzgado e se vanagloriaba de “Colegiata ros, Desejosa y Santo Adrião; la Iglesia, de pequeña
y de una hidalguía rural y numerosa, de los tiempos dimensión, de frontispicio gótico, en ojiva, consti-
alfonsinos”. La evolución de la populación resi- tuido por dos arquivoltas de duelas simples y, tien-
dente de la feligresía de Barcos, a partir de 1864, do, en el topo, un campanario de frontón triangular
evidencia decrecimiento progresivo y las datas de y vano ojival, nave rectangular y ábside cuadran-
variación mas acentuadas corresponden a reflejos de gular de estilo románico; ha sido centro de pere-
fenómenos sociales, económicos y políticos; la aná- grinación de las parroquias circundantes y sede de
lisis numérica de los edificios de la feligresía de Abadía y Colegiata, até al siglo XVI. El Lugar de
Barcos, en 2001, muestra que la mayoría de sus 340 Barcos seria estructurado en torno a tres caminos
edificios corresponde a alojamientos de residencia de pie que, provenientes de la Senhora do Sabroso,
habitual, 20% a alojamientos para uso de sazón o atravesarían el pueblo: uno venido de Santa Leocá-
secundario, y que los alojamientos tienen, en su casi dia; otro de Adorigo y Vale de Asna; y el tercero de
totalidad, electricidad, agua y albañales. Tabuaço. De referir la posible ligación del primero
2. En las proximidades de Barcos son de refe- camino al itinerario de Santiago, ligando Moimenta
rir diversos vestigios de ocupación pré-histórica da Beira a Lamego y Régua, hipotiposis que justifi-
y romana: castro de Sabroso, a 1,5km a SW del ca prospección arqueológica.
centro del actual pueblo, posiblemente, del final de 4. Barcos medieval, arruado, polinuclear y rá-
la Edad del Bronce / Edad del Hierro Inicial; casales dioconcêntrico, es estructurado con base en el cen-
romanos, en Quinta do Vale de Asna y en Vila Chã, tro cívico-religioso, casa señorial y rede viaria. El
750m a NE; el lagar de la Forca, 500m a SW, esca- centro cívico-religioso incluía la Iglesia Matriz y el
vado en una roca, entre peñascos de una encuesta, atrio circundante, y, en sus proximidades, el local de
del período romano o medieval; asentamiento ro- reunión del Concejo y la Picota (de que non existen
mano con vestigios de materiales de construcción vestigios, por haber sido, por acto selvático, destrui-
(tegulae e imbrices) e muela manuária, en las proxi- do, segundo relato popular). La Iglesia Matriz, fun-
midades de Santa Leocádia, 2,25km a W; vestigios dada en el siglo XIII, ha sido sede de la Colegiata, y
de villa romana (tegulae, imbrices y sigilatas), en es compuesta por dos unidades rectangulares unidas,
los alrededores de Tabuaço (S. Vicente), 3km a E; una nave única y la sacristía en “L”; reflecte el es-
y algunos trozos de carretera romana de segunda píritu religioso de la Edad Media, aunque presente
orden, ligación Sendim a Tabuaço. marcas de varias épocas posteriores. La rede de car-
3. El Lugar de Barcos primitivo estaba ligado reteras medievales es articulada en cuatro ejes: el eje
a la Iglesia de Santa Maria de Sabroso, matriz del principal, la Rua Direita (Rua Padre Ismael Vilella
pueblo medieval de Sabroso, que era sede parro- que se prolonga por la Rua Magalhães Coutinho),
quial de los lugares de Barcos, Tabuaço, Adorigo, en dirección de Tabuaço e que liga el polo religioso-

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Maria Eunice da Costa Salavessa

cívico a el polo político-militar, representado por la implementación de los valores de modernidad en


casa señorial (actual Solar dos Coutinhos), en la en- Barcos ha formalizado unidades urbanas unifor-
trada oriental de la villa, en ponto elevado que debe mes, de fachada regular. De referir aún la transfe-
haber sido “atalaya de vigilancia”; para ponente, la rencia para Barcos, en el final del siglo XVI, de la
antigua “Estrada de Santiago” (Rua Francisco Pe- sede de la Colegiata para la Iglesia Matriz, y la edi-
reira Cabral y Rua do Fundo da Vila), en dirección ficación de la respectiva Residencia, que pasaran a
de Santa Leocádia; para nordeste, la actual Rua José constituir elementos condicionantes del aglomera-
da Silva Barradas que, sobre camino antiguo, segui- do poblacional. Son aún de esta época, el Solar dos
ría en el sentido de la Quinta do Vale de Asna y de Magalhães Coutinho, la Casa da Roda y el Solar
la Quinta do Pereira; en dirección a sur, una calle dos Cunhas.
(actual Rua do Pelourinho) que, por camino anti- 6. La malla urbana del siglo XVII es carac-
guo, liga al Lugar da Forca e, después de atravesar terizada por cuarterones de mayor dimensión y
el Ribeiro da Cainha, por ponte medieval (“pasade- proporciones más equilibradas, edificios mayores
ra”), une al Calvário, donde se localiza la Capela a ocupar varios lotes y en situaciones de esquina;
de Santa Bárbara. Los ejes principales son intercep- estratos sociales más elevados, de labradores más
tados por calles secundarias concéntricas y por tra- ricos, hidalguía o una minoría eclesiástica edifica
viesas perpendiculares y diagonales, y callejones sin edificios de grande porte, en lotes con frentes de
salida. Las manzanas medievales, serian trapezoida- treinta palmos o de base proporcional, o edificios
les o alongadas, caracterizadas pela regularidad de con dos frentes, indo de una calle a otra. El en-
los lotes y disposición paralela, con dos frentes, una noblecimiento de la Praça Ilídio Macedo Cabral
para la calle principal, otra, para una calle secunda- y Rua da Fonte Velha ha sido consolidado con la
ria o de traseras, donde se habrán construido bandas construcción de fuentes publicas, una adossada a
continuas de casas de madera o piedra, cubiertas de la Iglesia Matriz y otra en la cerca de la Casa da
colmo o teja; en la zona exterior a la estructura ur- Roda, construida en la misma época.
bana: los arrabales donde se puede realizar las ferias 7. Los modelos urbanísticos de Barcos del
junto a la salida de la “Estrada de Santiago”; y la siglo XVIII son marcados por: edificios de grande
“horca”, en cabezo existente a sur, entre el pueblo y porte y de dimensiones y cérceas idénticas; Praça
el cementerio. Ilídio Macedo Cabral, conformando el tridente via-
5. Barcos quinientista es caracterizado por la rio; un edificio de los Paços do Concejo, que non
reforma de espacios públicos y por la edificación ha legado a desempeñar tal función, por extinción
y remodelación de edificios institucionales, religio- del Concejo de Barcos; casas de mejor construcci-
sos y civiles. Particularmente relevantes: la valo- ón alrededor de las plazas centrales y al longo de
rización de la Iglesia Matriz, con seguimiento del las calles principales; acrecentamiento de un nuevo
diseño urbano renacentista, por medio de colocaci- andar, en la construcción de los barrios antiguos y
ón de la Iglesia en el centro de la plaza fechada y de la población de estratos más pobres, de inferior
regular, en la convergencia de las perspectivas de exigencia constructiva, no que respecta a los ma-
las principales calles de la villa, y de que ha resul- teriales utilizados; expansión de la villa para fuera
tado la monumentalidad del espacio; la reconstruc- del núcleo medieval renacentista, para comerciantes
ción de la plaza de la villa, sobre el largo medieval; o labradores mas ricos; parcelas urbanas de grande
la implantación de la Casa da Cámara, asociada a profundidad; edificios con fachadas idénticas; ven-
Tribunal y Cadeia. Las remodelaciones acompañan tanas de influencia inglesa (de guillotina) y elemen-
las determinaciones de la Carta Regia de D. Ma- tos de setecientos, unidades de alzados uniformes.
nuel I, de 1502, nombradamente: el alejamiento de 8. Del período que pasa entre 1870 y 1930, se
las construcciones de los edificios periféricos alre- destacan ejemplos de la arquitectura de “estructura
dedor de la Iglesia, de 4 a 6 brazas; plaza cuadrada de madera”: a sur de la Iglesia Parroquial, un in-
de 15 brazas de lado; calles principales mas largas teresante ejemplar, para alén de otros dos edificios
(24 palmos) que las secundarias (20 palmos); lotes de la villa, uno colateral aquel y otro en el Largo
de dimensión regular, con frentes de 15, 20, 25 y da Senhora da Piedade; aquel es edificio de mayor
30 palmos; portones de dimensiones proporciona- dimensión, que utiliza el hierro y tiene el frontal de
les (6 x 12 o 4 x 8 palmos); ventanas cuadrangula- madera revestido a soletos de pizarra en forma de
res; altura de los alzados con 12 palmos para andar escamas, fenestrações en ojiva y cobertura de dos
térreo, 12 palmos para el andar superior y 1 palmo aguas, con el cimacio rematado por banda de made-
para el sobrado; y construcción en piedra y cal. La ra de recorte decorativo.

—  362  —
Arquitectura vernácula y popular duriense

y de calles secundarias. Las casas, a naciente de la


Iglesia Matriz, se edifican al longo de la curva de
nivel 620m y con exposición norte; a ponente, sobre
la línea de festo de un espolón con declive de la
orden de los 13%, desciendo en el sentido SE/NW,
a norte del Ribeiro da Cainha, se fija el pueblo en la
Formação do Pinhão, de filitos dioríticos, quartzo-
cloríticos, metaquartzovaques y magnetitos, sobre el
complexo xisto-grauváquico, en la transición para la
área de granitóides hercínicos, donde predomina el
granito de Tabuaço, de grano medio a fino, musco-
vítico, con turmalina y fosfatos. El núcleo del pue-
blo asienta en la zona de menor aptitud productiva,
todavía en la proximidad de terrenos favorables a
la agricultura. Alrededor del pueblo, crecen campos
de centeno, maíz, trigo y batata, compartimentados
por muros o en socalcos, y aún áreas de pastaje para
gado. En cuadros más próximos de las casas, huer-
tas con muros y viñedos plantados en terrazos, en
patamares o “al alto”, cercados por mortórios en
que domina el olivar o matorrales. En la bordadura
de algunos campos, se plantan oliveras, árboles de
fruto, castaños y robles. En las exploraciones agrí-
colas predomina el minifundio, traducido en una
rede irregular de parcelas pequeñas, estrechas y lar-
gas, que acompaña las curvas de nivel, se concen-
Casa de barcos (estructura de madera)
trando los edificios de habitación, las tiendas e los
almacenes en los terrenos de menor aptitud agrícola.
El asiento urbano es caracterizado por casas yuxta-
Caracterización arquitectónica de puestas una a la otra, juntando las paredes laterales
los edificios típicos de Barcos6 y se agrupando en bandas o barrios, aún que surjan
algunas casas aisladas. Socalcos, estrechos y largos,
1. La solución arquitectónica y constructiva, acompañan las calles principales, y, las casas que
en ambiente rural, se adapta a los medios locales las cotejan tienen la fachada de menor largura, para-
de producción, diferencias del medio físico y cul- lela o perpendicular al eje viario. Callejas y callejón
tural, y asimilación, por las comunidades, de las sin salida calcetados se introducen en los declivosos
innovaciones cuanto a la forma y exigencias de la barrios mas antiguos.
vida actual. La tipología habitacional duriense del 3. La casa de habitación de Barcos es, predo-
Concejo, en los aspectos formales, constructivos y minantemente, una casa bloque, de planta rectangu-
funcionales, es caracterizada por una identidad es- lar, de dos andares, escalera exterior con peldaños y
pecífica relacionada con localización geográfica, patamar en granito, raramente con alpende, y ceñida
economía y materiales de construcción utilizados, a la pared o perpendicular a esta, por donde se faz
aspectos indisociables de la base histórico-cultural, el acceso; algunas escaleras non presentan guarda,
inherente a la arquitectura vernácula y popular de rematando en uno patinillo-sequero; otras tienen
la región. guarda en granito, elementos de madera o hierro
2. Barcos, 6 km a sur del Río Duero, es un pue- forjado. En el andar térreo, la bodega y el deposito,
blo arruado y polinuclear, se agrupando las casas en y en el andar superior la cocina-sala o la sala, cocina
bandas, en los dos lados de un eje viario principal y cuartos diferenciados. Cuando el terreno es decli-
voso, el acceso a el sobrado se faz directamente de
la calle de cota semejante. Las casas más ricas se
6.  SALAVESSA, M. E. C., “Caracterização da arquitectura
componen por varios edificios, la casa-bloque ha-
tradicional dos núcleos de povoamento do Alto Douro Vinha-
teiro e de outros núcleos vizinhos do concelho de Tabuaço”, op. bitacional y dependencias anejas, para depósito de
cit. n. 1, pp. 129 a 137. producción agrícola y abrigo de bovinos, suinos,

—  363  —
Maria Eunice da Costa Salavessa

ovinos, equinos, conejos y aves, que se fueran po- para facilitar el pasaje de pipas para la bodega. Vul-
niendo junto a la casa principal al longo de los tiem- garmente, los vanos de acceso a la habitación tienen
pos, en torno de un patio amurado que se abre para uno alpendre para sombrear o proteger del viento y
el exterior por un alto portal; en casas señoriales, de la lluvia; bajo el alpendre de algunas barandas
este portal es adornado con piedra de armas. Las fa- se seca el cereal antes de su deposito o se resguar-
chadas son revestidas con argamasa de cal y arena, da la leña para utilización doméstica. Las ventanas
tienen paredes duplas de 0,60m a 0,80m de espesu- más antiguas son ladeadas por mísulas de cantería
ra, constituidas por albañilería de piedra de pizarra o de granito o, como en la Casa da Roda, dos toros de
granito irregular asiente en argamasa de cal y arena madera, los cuales sustentan tablas de madera, a ser-
o de barro y cal, reforzadas por piezas de cantería vir de poyal de vasos de flores. Tienen grande repre-
de granito, las juntoiras en las esquinas, los linteles sentatividad las ventanas de guillotina y las portas
en las cornijas, las hombreras y padieiras a delimi- y portadas en madera; predomina, entre tanto, ven-
tar los vanos y bloques de granito de mayor dimen- tanas y portas de dos hojas con vidriera y moldura
sión en el soco o embasamento. Los elementos de de madera. Las barandas de Barcos pueden ser: de
cantaría muchas veces son salientes relativamente sacada, con una laja de granito proyectada para el
a el paño de pared, contrastando el granito apareja- exterior de la fachada y apoyada en mísula, y guarda
do con el paramento blanco de la fachada revocada. en hierro forjado y madera; corridas, protegidas por
Aún no que respeta a paredes exteriores, se verifica guardas de albañilería o hierro forjado; con alpende
la coexistencia de albañilería en cantaría de granito, grande, con sobrado, plomadas, guarda y estructura
con los bloques de faz desalabeada asientes en ar- del alpendre en madera y galerías, completamente
gamasa de cal, en silharia de granito revocada con fechadas, con sobrado de madera, frontales de tapia
argamasa de cal y arena, y paredes que, en el nivel blanqueada y ventanas de dos hojas y molduras de
del andar térreo, son de sillería de granito revocado madera, asientes en pilares de granito y paredes do
y, en el nivel de el andar superior, son frontales en edificio, en el que está adossado. Bajo el vano de
“tapia blanqueada” o frontales revestidos con lami- la baranda o de la escalera, es vulgar encontrar uno
nas de pizarra en forma de escama. Algunas sille- espacio aprovechado como gallinero o deposito.
rías antiguas de bloques de granito, más o menos
aparejado y asiente a seco, presentan fiadas apro-
ximadamente regulares, con paramento y sobrelei- Caracterización arquitectónica de
to desalabeados, mas los lados laterales y el lecho los edificios típicos de Balsa7
toscamente desbastados, se colmatando los vacíos
con pequeñas piedras irregulares o lascas. Las co- 1. Balsa, aldea vinatera de la feligresía de Dese-
berturas de las casas más antiguas pueden ser de josa, 3 km a sur del Río Duero, entre la Estrada Na-
dos o cuatro aguas, predominando las de dos aguas cional 504 que une a Desejosa a Valença do Douro,
con la cumbrera paralela al eje viario, aunque se ven acantilada entre terreno declivoso (28%), de expo-
empeñas triangulares al revés para la calle principal. sición ponente, entre dos brazos de un afluente del
Bajo algunos tejados se ven los topos de los caibros Távora, asienta entre las cotas 300 y 370m de alti-
de madera de la cobertura y ripias del forro a eles tud. El asentamiento se implanta en la zona geológi-
plegados, cápeas de pizarra o finas lanchas de grani- ca de la Formação da Desejosa (filitos listados con
to alisado, en el cimacio de las fachadas. Las cober- intercalaciones de metagrauvaques) del Complexo
turas son revestidas a teja de canuto o marsellesa, xisto-grauváquico do Grupo Douro. En torno de la
con los tejones de la cumbrera y rincones asientes aldea, compuesta por 41 fuegos, la paisaje agrícola
en argamasa y caibros; arriba del tejado sobresalen
la chimenea de ladrillo revocado y respectivo som- 7.  SALAVESSA, M. E. C., “Caracterização da arquitectura
brero, introducida en tiempos mas recientes; chime- tradicional dos núcleos de povoamento do Alto Douro Vinha-
neas mas antiguas son revestidas a teja blanqueada, teiro do concelho de Tabuaço”, op. cit. n. 1, pp. 129 a 137 e
236 a 250. TEIXEIRA, M. C. e VALA, M.: Urbanismo Por-
cubiertas por sombrero en hierro forjado. El vano tuguês – Séculos XIII-XVIII – Portugal – Brasil, Livros Hori-
de acceso del andar térreo, donde se encuentra la zonte, 1999, pp. 53, 56, 84, 85, 87 e 89. CARITA, H.: Lisboa
bodega o deposito, es el de mayor largura. Algunas Manuelina e a Formação de Modelos Urbanísticos da Época
padieiras son suportadas por mísulas apoyadas en Moderna (1495-1521), Livros Horizonte, 1999, pp. 82 a 84, 92,
93, 155 a 159, 171 e 181 a 187, 190 e 191. 1 Palmo = 22cm; 1
las hombreras; de cuando en cuando se encuentra
Braça = 2,2m. Livro das Posturas Antigas, CM Lisboa, Leitura
uno vano alargado, se recortando en las hombreras, paleográfica e transcrição de Maria T.C. Rodrigues, 1974, pp.
a media altura, un par de arcos de circunferencia, 229 a 238.

—  364  —
Arquitectura vernácula y popular duriense

se organiza en huertas familiares próximas de las embutidas en las hombreras y las cerraduras son de
casas, viña en patamar, viña al alto, viña y olivar en hierro o madera; la madera puede ser pintada con
socalcos, mortórios donde predomina la olivera y tinta de óleo y pigmento. Las coberturas, de dos o
el matorral, y campos de trigo, centeno y batata; los cuatro aguas, tienen estructura triangular de madera
campos son orlados por oliveras, árboles de fruto, y es revestida a teja de canuto o marsellesa; techos
castaños, robles y viña enramada. son horizontales, de ripia de madera con samblagem
2. El poblamiento de la aldea es concentrado tradicional de “saya y camisa”, y pueden presentar
y polinuclear, aún que se encuentren algunas casas una ventana-claraboya; el humo de la cocina sale por
dispersas, y se ordena condicionado por elementos chimenea de construcción reciente, de albañilería de
fundamentales: la Capela de S. Sebastião; la Capela ladrillo revocado. El sobrado, en castaño, roble o
de Santo Ildefonso; las casas señoriales; las quintas; pino, es constituido por vigas maestras, apoyadas
la cooperativa vinícola; la rede viaria; la topogra- en cachorros o encastradas en las paredes, barrotes
fía; y la área disponible. La Capela de S. Sebastião espaciados cerca de medio metro, perpendiculares a
de Balsa, construida en el siglo XVI, y su atrio se las vigas sobre las cuales es plegado el pavimento
encuentren en la zona mas realzado de un agrupa- de tablas que pueden atingir los 2m de extensión
miento de casas unidas en banda, en dos lados de un longitudinal, 0,26m de largura y 0,04m de espe-
eje viario principal, con una extensión de cerca de sura. La escalera exterior, de peldaños, patamar y
100m. muro de suporte en pizarra, puede tener un patamar
3. La casa-bloque de Balsa tienen dos andares, ancho, por veces con alpendre, que funciona como
el de bajo destinado a la bodega y deposito de pro- acceso a la habitación, zona de estar y de sequero de
ducción y aperos agrícolas y el andar superior a la la producción de labranza; algunas barandas de sali-
habitación. El acceso para el andar superior puede dizo fueran construidas, recientemente, con lajas de
ser por escalera o por ponto más alto de la calle de- mortero armado e guarda de plomadas y pasamanos
clivosa. Lagares, bodegas, instalación para abrigo en hierro forjado.
de animales y otras para depositar batatas y leña, se 4. Adosada al muro NW de la Capela de S. Se-
acoplando a la casa-madre, en torno de un patio, por bastião, se encuentra, de la misma época de la ca-
veces con muro, bodega, escavada en la roca, con pilla y de estilo “llano”, una casa de los siglos XVI/
pocas paredes expuestas y uno único vano de acceso XVII, deshabitada. El conjunto edificado en que se
con dos hojas de madera, permite criar un ambien- integra está desenvuelto en “L” y se compone de ca-
te fresco; sus espesas paredes presentan intersticios sa-bloque, con la habitación en el sobrado y antigua
entre las piedras de la albañilería sosa o respirade- bodega en el andar térreo, y aún tres edificios ane-
ros en la albañilería de piedra y cal, promoviendo la xos: uno que se implanta a una cota inferior a la ca-
ventilación interior. La albañilerías de las paredes sa-bloque, cuyo andar superior ha servido de cuarto
exteriores son de pizarra, con las piedras asentado y andar térreo de lagar y deposito; otra dependencia,
a seco o en argamasa de cal y arena o tierra, en este con una instalación sanitaria, con paredes de ladrillo
caso revocadas, blanqueadas y eventualmente con revocado, cubierta por lajas horizontales de hormi-
pigmentos coloridos; lajas pizarrosas limitan los gón, en el enclave entre el primero y el segundo edi-
vanos (padieiras, hombreras, parapetos e paños de ficios descritos; por fine, un anexo para deposito de
pecho), forman el capeado del alero del tejado y apa- leña, en la fachada posterior del edificio principal.
recen como cachorros, de cada lado de las ventanas, El edificio arcaico, más antiguo, a sugerir las es-
embutidos en la pared, utilizados como poyos para tructuras castrejas, presenta paredes rectas y de con-
vasos de flores; las esquinas son constituidas por torno curvo, con pocos vanos abiertos al exterior,
juntoiros de pizarrosa aparejada, de mejor calidad, sustentantes triangulares para apoyo de la cobertura
o de formas más regulares que la pizarra que rellena revestida a teja, y los acceso en dos cuotas distintas,
la albañilería. Las ventanas de dos fojas, de dos a aprovechando el declive del terreno; en el sobrado
seis vidrios, en algunas casas, presentan banderas de la habitación, se encuentra una sala-cocina y un
con vidrios y tienen molduras y portadas interiores cuarto, separados por pared de albañilería; la cocina
de madera; algunas ventanas de edificios más anti- ha recientemente sido dotada de chimenea y tanque
guos tienen apenas portadas de madera. Las puertas de albañilería de ladrillo; el acceso se faz través de
son de castaño o roble, de travesañas o almohadas vano, rasgado en la fachada longitudinal, al longo
y enrejados; algunas han sido, recientemente, cha- de la calle principal; en el nivel térreo, de la antigua
peadas a zinc o substituidas por puertas de chapas bodega y deposito (separadas también por la pared
de hierro; gira en couções, goznes o fichas de hierro de albañilería que esta en la misma plomada de la

—  365  —
Maria Eunice da Costa Salavessa

existente en el andar superior), el vano de acceso Posturas Antigas da Câmara de Lisboa, del tiem-
se abre en la fachada curva de menor dimensión; la po de D. Manuel I cuando de la elaboración de la
comunicación interior entre los dos andares se hacia legislación para el reordenamiento de la ciudad de
por escalera de madera, actualmente inexistente, se Lisboa, se encuadra en una estrategia de Reforma
abre una puerta de alzapón en el sobrado, en espacio dos Pesos e Medidas, implementada entre 1498 y
de la sala-cocina. Las paredes, con 35, 60 y 77cm de 1502. Confrontando edificios de Lisboa, construi-
espesura, son albañilería de pizarra y argamasa, de dos en el reinado de D. Manuel y durante la época
dos paños de corredoiras unidas por travesero e jun- moderna, es posible encontrar una serie numérica
toiras transversales y revestidas, originalmente, con utilizada en el proyecto arquitectónico: 3, 4, 8, 15,
revoco de cal y arena. El paramento interior presen- 20, 25 y 45 palmos. La planta del andar superior do
ta nichos, aprovechados como “copera”, en la sala- edificio habitacional es un trapecio alongado, cuja
cocina, y armario en el cuarto. Los vanos tienen, a largura, a partir del eje de la pared longitudinal SW,
completar la espesura de las paredes, padieiras y tienen las dimensiones 20, 45, 15 y 42,5 palmos; el
contra-padieiras de pizarra, o varias vergas de ma- andar inferior tienen las mismas dimensiones, acre-
dera yuxtapuestas, caso se traten de vanos exterio- centado de un otro módulo trapezoidal de menor
res e interiores, respectivamente. El paño de pecho área; el polígono compuesto tiene 45, 15, 17, 15,
de las ventanas, en mitad de la espesura de la pared, 25 y 41 palmos; el desacierto de algunas de estas
es constituido por una o dos lajas de pizarra, colo- dimensiones, relativamente a la escala harmónica,
cadas a cuchillo, formando una concavidad, donde se debe a la exigüidad y irregularidad de la área
encuestan las portadas interiores. Las soleras son de de implantación. Las puertas de el edificio en “L”
pizarra y son entabladas entre las hombreras de las tienen 8x4 palmos y las ventanas de pecho son casi
puertas. La albañilería de compartimentación inte- cuadradas, tienen 4 x 3,5 palmos o 4 x 3 palmos. En
rior es revestida y en ella apoyan o palo de filera de las paredes, la altura interior, de el pavimento térreo
la cobertura y una viga longitudinal del sobrado. La até al techo del primero andar, es de 20 palmos y, la
viguería del sobrado, de toros desbastados, se apoya altura de la fachada, desde a cota de solera hasta al
en las paredes longitudinales y viga axial; el pavi- vértice de la empeña triangular, es de 25 palmos. El
mento, de pino o roble, es plegado al “barrotame”, albañilería de ése edificio recuerda la construcción
pero, en la zona de la cocina, el piso é constituido de paredes de piedra y cal, revestidas a revoco de
por lajas de pizarra, donde se encuentra el lar y el argamasa de cal, de la época en que la experiencia
tanque anexo. La cobertura tienen los palos de filera portuguesa en la construcción de fortalezas en el
apoyados en el vértice de las tres empeñas transver- norte de África y Islas, ha permitido desenvolver,
sales, los frechais de roble fijos en los topos de las en el País, albañilerías más sólidas y de más rápida
vigas-tirante que, por su vez, asientan en las paredes ejecución que las de épocas anteriores, de piedra
longitudinales; los otros tienen la inclinación de las aparejada o “tapia blanqueada”; las esquinas de los
aguas y, sobre eles, son plegadas las ripias del teja- edificios de mayor importancia eran reforzados con
do; el alero del tejado se proyecta para el exterior bloques de cantería; han sido perfeccionadas las
de las fachadas. Los ángulos de los paramentos in- argamasas de cal y se utilizaba el hormigón o ar-
teriores de las paredes son guarnecidos con rodapié, gamasa de tierra áspera, piedra y cal, en tabique de
chanca, latas e alisares de madera. El techo, de este- madera y argamasa de barro de piedra y cal, arga-
ra simple, es compuesto por reglas de madera pinta- masa hidráulica de grande rigidez. El sobrado, de un
da, con ligación a medio hilo. La puerta principal es palmo de espesura, es formado por una estructura
antecedida por otra de 1m de alto, para evitar que, constituida por viga axial de 24 palmos de extensi-
cuando la puerta está abierta, non entre animales o ón longitudinal, sobrepuesta por barrotes con cerca
salen niños. de 15 palmos y espaciados 3 palmos, aproximada-
5. La análisis métrica del edificio en “L” per- mente; la estructura de la cobertura, compuesta por
mite determinar una relación proporcional basada asnas triangulares, es constituida por dos palos de
en una serie numérica, característica de la arqui- filera de 23 y 16 palmos de extensión longitudinal,
tectura vernácula o popular de la ciudad portugue- respectivamente, y por vigas transversales (hilas)
sa de el continente y ultramar, desde el siglo XVI con 13 y 15 palmos. Estas medidas de las maderas
até meados del siglo XVIII. Las Pusturas sobre os se relacionan con la largura y profundidad del lote
Carpemteiros, pedreiros E apremdizes e braceiros / de construcción, condicionados por la métrica uni-
E call telha tijolo e tojo / E madeira e pregadura /, formizada establecida en la época manuelina, para
de 21 de Abril de 1499, que aparecen en el Livro de las piezas de madera.

—  366  —
Arquitectura vernácula y popular duriense

Propuesta de reorganización espacial ínter ligación de los espacios y demolición de la chi-


y de reparación de un edificio de menea (en el 1º andar) y de la instalación sanitaria
los siglos XVI/XVII, de Balsa8 (en el andar térreo) de construcción reciente, para
la inclusión de hall, cocina, sala, cuarto y instala-
Las características de la intervención proyec- ción sanitaria, respectando la traza y los materiales
tada son: intervención profunda, que comprende tradicionales del edificio, pero promoviendo el re-
elementos estructurales; exigencia de suporte finan- fuerzo de la iluminación y ventilación natural, tra-
ciero, justificado faz al valor patrimonial del edifi- vés de la abertura de vanos. Se proyecta también, el
cio, representativo de una época; proporcionar uso refuerzo y consolidación de la fundación, paredes y
modernizado con el mínimo de intervención, adecu- cobertura, la impermeabilización y el refuerzo del
ada al espíritu de la Carta de Venecia; previsión de aislamiento térmico de la envolvente exterior del
uso posterior y manutención adecuados. El proyecto edificio, minimizando el impacto negativo sobro la
de rehabilitación presupone la reorganización fun- autenticidad de la arquitectura vernácula que bien
cional y espacial del edificio para la mejoría de las se encuadra en el paisaje del Alto Duero Vinatero,
suyas condiciones de habitabilidad, envolviendo la Patrimonio de la Humanidad.

8.  SALAVESSA, M. E. C., “Reabilitação da arquitectura


tradicional típica do concelho de Tabuaço ”, op. cit. n. 1, pp.
286 a 299.

—  367  —
La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la
arquitectura vernácula en la provincia de Granada?

Miguel Ángel Sorroche Cuerva


Universidad de Granada. España

Introducción desarrolladas, han encontrado en ellas un nuevo


modelo de huida romántica de la vida cotidiana que
Dentro de los tipos arquitectónicos vernáculos ofrece la ciudad moderna.
generados en la geografía española, dos de sus ejem- Esta circunstancia está llevando a una alteración
plos más destacados se encuentran en la provincia de y pérdida del sentido originario de estas viviendas,
Granada, no siendo exclusivos de la misma, ya que fundamental en lo que a su construcción se refiere,
ambos se extienden por la vecina Almería, con quién ya que está suponiendo un desplazamiento de las po-
comparte similares condicionantes geográficos e his- blaciones que tradicionalmente las habitaban, ade-
tóricos que afectan a sus características conceptuales más de perder sus principios y elementos básicos,
y formales1. Si el caso de la arquitectura alpujarreña que hacen que solamente se explote el carácter sub-
merece un espacio concreto que es imposible dedi- terráneo de las mismas. Frente a ello, la consecución
carle en este momento, por lo que respecta al segundo y mantenimiento de los perfiles urbanos que delatan
de los ejemplos, la casa-cueva, es sin duda el mejor su presencia, cuya imagen hasta no hace mucho era
exponente de la adaptación del hombre al medio, re- denostada por su vinculación con estratos sociales
flejada a través de la vivienda, para lo que aprovecha marginales, se ha convertido en seña de identidad
las condiciones extremas que le ofrece el territorio en de una de las regiones más subdesarrolladas de la
un sector muy concreto de la geografía granadina. Península Ibérica, además de servir como motor de
El hábitat excavado encuentra en Granada un desarrollo de unas economías poco diversificadas.
espacio representativo dentro del conjunto de tipos
arquitectónicos vernáculos que no sólo por la origi-
nalidad del mismo, sino por el hecho de tratarse de Un origen lejano y confuso
un modelo constructivo aún vigente, que se mantie-
ne con todos sus elementos en los casos más puros Intentar llevar a cabo una mera reconstrucción de
dando lugar a un tipo de urbanismo igualmente sui cual ha sido el origen y fundamentalmente genera-
generis, está conociendo un auge inusitado deman- lización de este tipo de vivienda, obliga en el mejor
dado por quienes provenientes de sociedades más de los casos a cuestionarse en que momento comen-
zaron a construirse2. No son pocas las ­ocasiones en

1. El tema de la arquitectura excavada ha sido tratado en


la historiografía en numerosos trabajos en los que se ha puesto 2. La cuestión del origen lo los tipos y modelos de la arqui-
de manifiesto la amplitud de un fenómeno que se reparte por tectura vernácula ha sido tratado de una manera muy diversa, dis-
toda la Península. Existen cuevas excavadas en otras zonas de persa y poco profunda por la historiografía. Este aspecto ha lleva-
Andalucía como Jaén o Córdoba, y en otras comunidades como do a elucubrar en muchos casos con el origen de una arquitectura
Castilla-La Mancha, Castilla León, Valencia, Aragón, Cataluña que hunda sus raíces en tiempos prehistóricos y a la que solamen-
e incluso Asturias. No en todos los casos estamos hablando de te una aproximación multidisciplinar garantizaría la elaboración
lugares destinados a la vivienda, pero en todos ellos se identifi- de hipótesis serias. SORROCHE CUERVA, Miguel Ángel. “La
can similares procesos constructivos. arquitectura popular en el siglo XX. Un intento de valoración a

368
La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la arquitectura vernácula en la provincia de Granada?

Guadix. Barrio de las Cuevas.

las que sale a colación la primigenia relación del del origen como espacios estables en todo lo que
hombre como animal social con las cuevas naturales es el arco mediterráneo, desde el Próximo Oriente
que a lo largo del Paleolítico se vio obligado a ocu- hasta el norte de África4.
par y compartir con otras especies animales, para La cuestión del material no es rotunda ya que no
resguardarse de las inclemencias del clima pleis- existe una relación directa entre la vivienda excavada
tocénico, tremendamente extremo. La paulatina y y donde ésta aparece, siendo varios los casos en los
constante bonanza del tiempo, iniciada a partir del que se da tanto en capas sedimentarias poco compac-
Holoceno, incidió en el abandono paralelo de este tadas, de una evidente blandura y por lo tanto de fácil
tipo de hábitat y su permutación por abrigos que trabajo, como en otros en los que el material es de
ofrecían un resguardo más superficial que el de la naturaleza metamórfica, lo que exige un mayor es-
cueva, de una forma paralela a la tendencia que tuvo fuerzo que acaba siendo recompensado con una larga
hacia el sedentarismo, inicialmente estacional para perdurabilidad y mayor estabilidad de la misma5.
acabar convirtiéndose en permanente3. Así planteado el problema, para el caso granadi-
De alguna forma permanecía en el subconsciente no la cuestión sería la de delimitar en que momento
del grupo el recuerdo de la ancestral vivienda, re- este modelo pasa de tener un papel secundario den-
creada de diversas maneras. Bien en los dólmenes tro de las estructuras domésticas que se construyen
y sobre todo en el recorrido interno a través de los en el interior de la provincia, incluso en los proce-
corredores que llegaban a las cámaras funerarias, sos de urbanización, a convertirse en un tipo cons-
imitando el acceso a las zonas más profundas y a la tructivo que rivaliza con el edificado aisladamente,
postre sagradas de las cavernas, o en los más tardíos en su papel básico de espacio doméstico. Como se
pero primeros ejemplos de viviendas construidas, en mencionaba, será la Edad Media el momento cuan-
las que las formas curvas de sus plantas y en algunos do se generaliza su empleo, después de constatarse
casos de sus secciones no hacía más que hablar de la existencia de núcleos exclusivamente excavados,
un recuerdo que con el tiempo acabaría por perder-
se totalmente en detrimento de los perfiles cúbicos 4. ROTH, Leland M. Entender la arquitectura. Sus elementos,
mejor adaptados para la adhesión de los volúmenes, historia y significado. Barcelona: Gustavo Gili, 203, pp. 147-165.
5.  La cuenca mediterránea es una de las zonas geográficas
mayor aprovechamiento del espacio y ahorro de en las que se pueden rastrear un mayor número de ejemplos de
tiempo y material en su construcción. No obstante hábitats excavados. Los casos de Capadocia en Turquía o del sur
no será hasta la Edad Media cuando podamos hablar de Italia con conjuntos como el de Matera, se unen a los generali-
zados en el norte de África, conformando un grupo arquitectóni-
co tremendamente homogéneo en sus circunstancias originarias.
través de la historiografía”. En GONZÁLEZ ALCANTUD, José A ellos hemos de unir los ejemplos en los que las cuevas apare-
Antonio. Patrimonio y pluralidad. Nuevas direcciones en antro- cen formando parte de las viviendas como una dependencia más
pología patrimonial. Granada: Diputación, 2003, pp. 423-458. de las mismas, normalmente como almacén. En este sentido en
3.  Para el análisis y aproximación al estudio de la Prehistoria el caso de España, aún se pueden encontrar numerosos núcleos
en la actual provincia de Granada, remitimos a MOLINA GON- en los que existen casas como es el caso de Aragón, donde aún
ZÁLEZ, F.; ROLDÁN HERVÁS, J. Historia de Granada. De las se pueden localizar dependencias subterráneas en aquellas zonas
primeras culturas al Islam. T. I. Granada: Don Quijote, 1993. en las que el relieve ha permitido su construcción.

—  369  —
Miguel Ángel Sorroche Cuerva

todo auspiciado por las especiales circunstancias que Para el segundo de los casos, la concatenación
se dieron en una zona concreta del antiguo reino de de procesos en los que la relación causa-efecto haya
Granada, coincidente en la actualidad con las comar- tenido un vínculo más directo con la generalización
cas de Guadix, Baza y Tierras de Huéscar, donde el de este tipo de vivienda, se produce en los siglos
desplazamiento de población residente morisca y la XV y XVI, aspecto este que siempre ha estado ro-
llegada de otros contingentes que acompañaban a las deado de cierta polémica entre los estudiosos del
tropas castellanas, derivaron en una tensa situación tema. Así, quienes están a favor de esta idea, señalan
que llevó a una profunda alteración de los esquemas como el importante número de miembros gitanos
urbanos y arquitectónicos existentes, que ni si quiera que acompañan a las tropas castellanas en la Guerra
la firma de un documento tan importante como el de Granada, obligó a un reparto importante de un
de las capitulaciones que garantizaban la integridad gran número de personas por lo que fue el antiguo
física de las localidades y sus caseríos, pudieron evi- reino de Granada, que en algunos casos, sometidos
tar6. Esta circunstancia aparece refrendada en docu- a una clara presión social, se vieron obligados a re-
mentos que nos presentan proyectos de construcción currir a la ocupación de sectores de esas localidades
ya perfectamente establecidos en el siglo XVI, con- que ya estaban configurados a partir de este patrón
cretamente 1551, donde encontramos no solamente arquitectónico, acompañando a los ya desplazados
una definitiva constatación de la regularización de su moriscos en la ocupación de esas zonas.
construcción, sino incluso, algunos aspectos como Por otro lado, y en algunos casos vinculados con
los económicos relacionados con la misma7. el anterior, los distintos episodios que ha conocido la
Con ello entramos en otro aspecto, el social. mencionada comunidad morisca en Granada, funda-
Siempre se ha vinculado este tipo de arquitectura con mentalmente entre finales del siglo XV e inicios del
unos grupos sociales marginales, que sin duda han XVI y tras la revuelta de las Alpujarras y la definiti-
afectado a la propia interpretación del modelo de vi- va expulsión de 1607, va a conllevar también la apa-
vienda. No se pude perder de vista que lo barato de rición en mayor o menor medida de la casa-cueva9.
su adquisición siempre las ha unido o bien con etapas Un conjunto de acontecimientos de importante cala-
de penuria económica, siendo aprovechadas por estas do en la provincia que sin duda hablan de la estrecha
clases de escaso poder adquisitivo, o con situaciones relación entre arquitectura vernácula y procesos his-
de tensión social, momento en el que se convierten tóricos, de tal manera que la convierten en el directo
en el único medio para disponer de vivienda a aque- resultado de una concreta situación histórica.
llos grupos sociales que se ven desplazados y margi- Es precisamente la vinculación con este sector de
nados. En los dos casos la historia de Granada cuenta población y el papel que juega este modelo de vivien-
con ejemplos concretos. Para el primero de ellos, a lo da excavada en otras regiones también vinculadas
largo de los últimos dos siglos los barrios trogloditas con la cultura musulmana en las que son empleadas
han sido el espacio de refugio de clases sociales de como lugares de almacenamiento, característica que
bajo poder adquisitivo, en algunos casos de extrema se mantiene en ámbitos como la Tierra de Campos
pobreza y que favorecieron la generalización de la leonesa, lo que hará que un simple cambio de función
relación entre esta condición social y la vivienda8. determine su adaptación como espacio habitado en
el que se aprovechan sus condiciones intrínsecas que
se comentarán más adelante10. Esta última ­cuestión
6.  Ha sido demostrada por varios autores que la posibilidad
que hubo de tomar poblaciones a partir de la firma de capitulacio-
permitiría al menos considerar la existencia de la
nes no solamente garantizó la permanencia de la población mo-
risca, sino que se mantuvieron intactas las características urbanas guerra civil, cuando la cueva volvió a convertirse en un refugio
y arquitectónicas de las mismas, a diferencia de los casos en los idóneo para la gente más pobre. Zonas como el Barranco del
que la oposición de los habitantes de algunas de ellas determinó su Abogado o el mismo Sacromonte, vieron aumentar el número
destrucción. El caso del Marquesado del Zenete, donde el Cardenal de sus viviendas excavadas hasta convertirlas en un elemento
Mendoza promulga la carta seguro que invitaba a las poblaciones propio de estos dos barrios de Granada.
moriscas que lo quisieran a refugiarse en la cara norte de Sierra Ne- 9.  FLORES, Carlos. La España popular. Raíces de una ar-
vada, es un ejemplo claro de la conservación de las características quitectura vernácula. Madrid: Aguilar, 1979.
medievales de algunas localidades de la provincia de Granada, en 10.  Para el caso leonés remitimos a la obra de José Luís
las que se mantuvieron durante más tiempo la presencia morisca, lo ALONSO PONGA que ha trabajado el tema de la arquitectura
que se reflejó en su arquitectura, urbanismo y tradiciones. vernácula en la región castellano leonesa, destacando obras como
7. ESPINAR MORENO, Manuel. “Materiales y sistemas La arquitectura del barro. León: Junta de Castilla y León, 1994.
constructivos de la provincia de Granada en los siglos XV y Se trata de un trabajo que ha conocido varias ediciones y en la
XVI. Gazeta de Antropología, nº16, 2000, p. 9. que aborda el origen y características de la arquitectura castellano
8. El último momento en el que se produjo un aumento en leonesa, especialmente la de Tierra de Campos en la que existe
la ocupación de las mismas, incluso en la propia capital fue la un capítulo importante conformando por la arquitectura exca-

—  370  —
La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la arquitectura vernácula en la provincia de Granada?

misma como espacio complementario a la vivienda las características de esta arquitectura. Se trata de
en sí, aprovechando sus condiciones de estabilidad las precipitaciones y la vegetación. Para las prime-
ambiental en el medio en el que se construyen, acep- ras, estamos en una zona en las que las etapas de se-
tando en este caso un claro origen medieval como quía son frecuentes, con una clara concentración de
cuevas construidas artificialmente, un aspecto éste las lluvias en primavera y otoño, y una etapa menos
que las diferencia de las cuevas naturales y por lo intensa en verano e invierno. Su concentración y
tanto les confiere aspectos de proyección y clara ra- torrencialidad hace de ellas un factor muy a tener
cionalidad, tanto refiriéndonos a su ubicación como en cuenta por su fuerte carga erosiva. Por lo que se
diseño interior, de los que carecen las primeras11. refiere a la vegetación, el carácter semidesértico de
esta zona, con escasas masas boscosas, es un ele-
mento indispensable para poder excavar la tierra, ya
Condiciones geográficas que la presencia de raíces impediría llevar a cabo
el trabajo subterráneo, aunque curiosamente sería
No señalamos nada nuevo si advertimos que una un factor que le daría estabilidad al terreno y por lo
de las principales características de la arquitectura- tanto evitaría los derrumbes a los que en ocasiones
excavada y posiblemente la que la haya hecho sobre- se tienen que enfrentar.
vivir al paso del tiempo por su perfecta adaptación al Ya se ha señalado que no es necesaria la presen-
medio, es el de una constante temperatura interior a cia de estos condicionantes para que se de este tipo
lo largo del año que se mantiene en unos 19ºC, idea- de arquitectura, pero si es cierto que en el caso gra-
les cuando las condiciones externas son de más de nadino, se convierte en elemento consustancial a la
40ºC en verano y de medias inferiores a los 0ºC en obra. El hecho de que nos estemos moviendo por un
invierno. En todo ello juega un papel fundamental territorio que fue antiguamente el fondo de un mar
el medio geográfico en el que aparece este tipo de interior, no olvidemos el término de hoyas con el que
vivienda, de tal manera que vista así la cuestión, hay se conoce a estas depresiones relativas, en el que se
que considerar el carácter condicionante que en este fueron depositando a lo largo de siglos los restos de
caso y de una manera inexorable juega lo geográfico la erosión de las tierras que lo rodeaban, determinó
en el interior de la provincia de Granada12. que precisamente sea ese componente sedimentario
A ello unimos otros dos factores que completan el que le otorga unas especiales características a los
la visión de los aspectos ambientales que afectan a materiales que a la postre y con el paso del tiempo
saldrían a la luz y se expondrían a una constante
vada, en este caso con claras funciones productivas destinada al erosión, que se plasma en la presencia de estratos
almacenamiento de productos del campo, incluso como bodegas.
o capas en las que las capas de derrubio están poco
11. En relación a la zona de Guadix, destacan los trabajos
de Carlos Asenjo Sedano, en los que de un modo más direc- compactadas y presentan menos consistencia para
to han abordado el origen y desarrollo de estas viviendas en la ser excavadas, una alternancia que ya fue vista por
provincia de Granada, destacando: “Las cuevas de Guadix. Sus los maestros albañiles de la zona, que atendiendo
orígenes”. Cuadernos Geográficos, nº 2. Granada: Universidad,
1972, p. 86. En este artículo discrepa del origen que el geógrafo
a la distinta naturaleza actuaban de una manera o
Joaquín Bosque Laurel otorga a estas construcciones vinculán- de otra cuando procedían a seleccionar el lugar en
dolas con el aumento de la población gitana tras la llegada de el que comenzarían a trabajar. Indudablemente, la
los Reyes Católicos a la zona. Otros autores son Guy PETHER- arcilla que es el material base, facilitaba la labor de
BRIDGE, quién habla del origen medieval de las mismas en po-
blaciones de Irán e Iraq, formando parte de la estructura de las extracción del material por una doble circunstancia.
viviendas, como espacios de almacenamiento en el sótano, en su Por un lado por su ductibilidad y por lo tanto faci-
trabajo: “La arquitectura vernácula: la casa y la sociedad”. [En] lidad para ser excavada. Por otro, por tratarse de un
MICHELL, George (dir.). La arquitectura del mundo islámi- material que se va endureciendo en contacto con el
co. Madrid: Alianza, 1988, pp. 193-208. Y finalmente Lorenzo
CARA BARRIONUEVO, que atribuye un origen almohade a aire, lo que hace de ella una garantía a la hora de
las cuevas, tras analizar algunos asentamientos medievales en llevar a cabo la construcción de la vivienda13.
la provincia de Almería y cuyas conclusiones son perfectamente Por último tenemos que hablar de la pendiente.
aplicables a la de Granada en su trabajo: CARA BARRIONUE-
La casa excava requiere de un terreno inclinado en
VO, L.; RODRÍGUEZ LÓPEZ, Juana Mª. “Cuevas artificiales
medievales en la provincia de Almería”. Cuadernos de Estudios el cual poder atacar la tierra tangencialmente a la
Medievales. XIV-XV. Granada: Universidad, 1988, pp. 237-38.
12.  Sigue siendo indispensable la consulta para el conoci-
miento básico de las características geográficas de la zona ana- 13.  Para un conocimiento exhaustivo de las características
lizada, la obra general de TERÁN ÁLVAREZ, M. de; SOLÉ geomorfológicos y humanas de la zona remitimos a BOSQUE
SABARÌS, L.; VILÁ VALENTÍ, J. (dirs.).Geografía General MAUREL, J.; FERRER RODRÍGUEZ, A. Granada. La Tierra
de España. Barcelona: Ariel, 1989. y sus hombres. Granada: Universidad-Caja de Ahorros, 1999.

—  371  —
Miguel Ángel Sorroche Cuerva

superficie, de tal manera que se aprovecha el volu- viviendas construidas de un modo exento, ya sea
men de los cerros para definir los espacios interio- unifamiliares o en bloques de pisos16.
res. Ello lleva a la conformación de conjuntos en Los ejemplos más destacados se concentran en
los que las viviendas se localizan unas junto a otras, las proximidades del ámbito suroccidental de la
evitando ocupar el espacio existente bajo una ya an- Hoya de Guadix; el interior mismo de la Depresión,
terior y comunicándose entre sí por un entramado en su zona más profunda y el entorno de Baza que
de veredas o caminos naturales que constituyen una como el de Guadix, encuentra un territorio ideal para
de las expresiones de trazado urbano más primario la aparición de este tipo de vivienda. En la inmensa
y orgánico que existen. Hay un elemento añadido a mayoría de los casos se trata de poblaciones en las
las propias construcciones y a los núcleos que con- que se da un urbanismo mixto de zonas excavadas
forman como es el de la presencia de ramblas que se y zonas construidas, correspondiendo normalmen-
convierten en un referente básico en sus estructuras te la primera de ellas a la zona alta de pendientes
urbanas jugando un papel fundamental en el organi- pronunciadas y la segunda a la baja, en la que la
grama general de los mismos14. llanura del territorio no ofreció las mismas ventajas
para ser excavado17. Frente a ellas no son raros los
ejemplos en los que podemos hablar de la existencia
La distribución de la arquitectura de caseríos en los que más de un 90% de viviendas
excavada en la provincia de Granada son excavadas, caso de localidades como Fonelas,
Purullena, Cortes y Graena, Alicún de Ortega, Vi-
Un recorrido por el actual territorio de la pro- llanueva de las Torres, Dehesas de Guadix, Gorafe,
vincia de Granada, permite entrever cual es la zona en las tierras de Guadix o Cortes de Baza, Bácor y
en la que se concentra el mayor número de hábitats Benamaurel en las de Baza18.
excavados, no siendo exclusivos de ella, ya que se En todas ellas, la antigua imagen de caseríos
dan también como se ha mencionado al comienzo constituidos totalmente por cuevas en la actualidad
de este texto en la vecina provincia de Almería con
la que se comparte en parte algunas características 16. Los numerosos trabajos que se han publicado sobre
geológicas. De las poblaciones que conforman el esta zona de la provincia de Granada han abordado su estudio
grupo de las Hoyas o depresiones internas que con desde distintas perspectivas, siendo la geográfica la disciplina
una altitud relativa superior a los 900 metros sobre que más se ha preocupado por este territorio en todas sus posi-
bilidades, desde las geomorfológicas, climáticas y humanas. En
el nivel del mar ocupan el noriente de la provincia este sentido remitimos a dos obras que creemos suficientes para
de Granada, las tres más importantes son Guadix, el conocimiento aproximado de las dos comarcas principales
Baza y Huéscar, si bien son las dos primeras las que de la región que analizamos, la de Guadix y la de Baza. Para la
cuentan con los conjuntos más importantes15. Junto primera de ellas tenemos el trabajo de GÁMEZ NAVARRO, J.
El espacio geográfico de Guadix: aprovechamientos agrarios,
a ellas, otras localidades tienen viviendas excavadas propiedad y explotación. Granada: Universidad-Fundación
en sus núcleos, constituyendo un componente gene- Caja de Granada, 1995. Por lo que respecta Baza remitimos a
ralizado en el noriente granadino. la obra de GARCÍA DE PAREDES MUÑÓZ, A.; FERNÁN-
En todas ellas se puede apreciar cierto equilibrio DEZ SEGURA, F.J. Baza. Guía, historia y monumentos. Baza:
en cuanto a superficie ocupada por las cuevas en rela- Excmo. Ayuntamiento, 1985.
17. La estrecha relación que existe entre los cerros en los
ción a otras zonas en las que solamente encontramos que aparecen excavadas estas viviendas, la presencia de una
fortaleza medieval, o sus restos, coronándolos, y toda una es-
tructuración territorial en la que el carácter militar es evidente,
14.  Para el análisis de las estructuras urbanas derivadas de hace que señalemos los trabajos del profesor Malpica Cuello
la influencia musulmana en la península ibérica y en general del como indispensables para su comprensión. De ellos destacamos
mundo árabe se pueden consultar: PAVÓN MALDONADO, el siguiente: MALPICA CUELLO, A. Poblamiento y castillos
B. Ciudades hispano-musulmanas. Madrid: Editorial Mapfre, en Granada. Madrid: Lunwerg, 1996.
1992. Y ELISÉEFF, N. “El trazado físico”. [En] SERJEANT, 18.  Aunque no es este el momento de detenernos detallada-
R. B. (Coord.). La ciudad islámica. Barcelona: Serval, 1982, mente en lo referente a las fuentes documentales y bibliográficas
pp. 113-129. que aportan información relativa a la existencia y conformación
15. TORRES BALBÁS, Leopoldo. “La vivienda popular de las cuevas, si creemos interesante no perder de vista que uno
en España”. En CARRERAS Y CANDI, F. (Dir.). Folklore y de los primeros conjuntos documentales en las que aparecen
costumbres de España. T.III. Barcelona: Casa Editorial Alber- referenciadas de un modo gráfico es en el corpus de planos y
to Martín, 1946, pp. 136-502. Obra ya clásica y superada en esquemas que de las poblaciones de la provincia de Granada se
muchos aspectos, pero que ofrece una visión global de la dis- realizan para el Catastro del Marqués de la Ensenada. Para ello
tribución de este tipo de vivienda por todo el territorio español remitimos a GALLEGO ROCA, F.J. Morfología urbana de las
y dentro del cual se hace especial mención a la zona objeto de poblaciones del Reino de Granada a través del Catastro del
análisis en esta comunicación. Marqués de la Ensenada. Granada: Diputación, 1987.

—  372  —
La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la arquitectura vernácula en la provincia de Granada?

realización, pero que no ha podido evitar el que se


sigan manteniendo elementos básicos tradicionales
como el de la elección correcta del lugar, indispen-
sable para darle solidez a la estructura excavada,
o el respeto a una mínima distribución de los es-
pacios interiores. Dicha circunstancia está siendo
presenciada por los pocos maestros albañiles que
quedan en la zona, que están viendo como todo el
proceso que empleaban y que era resultado de la
transmisión consuetudinaria de padres a hijos del
saber acumulado gracias a procesos de ensayo-
error-corrección, se ha simplificado en el mejor de
los casos y profundamente alterado en las situacio-
nes más drásticas.
En efecto, la elección del lugar en el que se iba
a construir la vivienda no era una decisión baladí,
sino que requería de una lectura correcta del terre-
no, sabiendo identificar cada una de las capas que se
disponen en esta zona de la provincia de Granada,
la de arcilla compacta y por lo tanto ideal para la
construcción, y la de derrubio, formada por materia-
les detríticos apenas consolidados y expuestos a un
proceso de deterioro y derrumbe más claro.
Una vez elegido el espacio se procede a la demar-
cación de lo que va a ser la entrada de la vivienda y
por lo tanto parte central y principal de la fachada.
La norma dicta que se empleen las secciones de arco
Guadix. Conjunto de chimeneas. Barrio de las Cuevas. de medio punto o rebajados para la apertura de los
huecos, cuya función estructural es evidente, sim-
plemente variando las dimensiones de los mismos
está modificada por la presencia de viviendas cons- en base al tránsito de gente o animales que deban
truidas y situadas delante de aquellas, conformando soportar y huyendo de los huecos adintelados. Así,
un caserío mixto en el que la zona excavada ocupa la una vez que se abre la entrada, a la que se da aproxi-
parte trasera y la vivienda en sí la crujía delantera19. madamente una luz de 1’50 metros y un grosor de
50 centímetros en las jambas y el intradós del arco,
se realiza la primera de las habitaciones, desde la
La alteración del sistema cual y a un lado y otro de la misma se abrirán distin-
constructivo tradicional tos accesos a dependencias como la cocina, el esta-
blo, un simple almacén para guardar los aperos del
Uno de los aspectos a destacar de este modelo campo o el acceso al resto de las estancias con las
arquitectónico, es el del sistema constructivo que que va a contar la vivienda.
se emplea y que se está perdiendo en la actualidad Esta primera sala suele cubrirse con una bóveda
a favor de una mayor rapidez edificatoria favo- de medio punto, rebajada o incluso de doble ver-
recida por el empleo de maquinaria pesada en su tiente, con su eje mayor perpendicular a la fachada,
presentándose la cubrición de las salas anexas, de
19. Este modelo surge de un modo claro en el siglo XIX, a medio punto, rebajadas o de doble vertiente, per-
consecuencia de la propagación de una epidemia de tuberculo-
sis que obligó a la gente enferma a buscar espacios ventilados
pendiculares a la primera. De esta manera se con-
y poco húmedos en los que recuperarse, lo que se reflejó en el sigue reforzar la estructura contrarrestando los ejes
inicio de la construcción de casas delante de las entradas de las mayores de cada una de las salas y por lo tanto con-
viviendas, lo que determinó el comienzo del esquema mixto traponiendo los empujes.
del que hablamos. Remitimos para una mayor información a
Todo el conjunto, interna y externamente se pinta
URDIALES VIEDMA, Mª E. “La cueva, ¿vivienda marginal?
Análisis en Benalúa de Guadix”. Cuadernos Geográficos. Gra- con cal, un material que se generaliza en su empleo
nada: Universidad, 1987, pp. 166-67. desde el siglo XX y que tiene unas claras funciones

—  373  —
Miguel Ángel Sorroche Cuerva

profilácticas20. Las especiales características de la Desde la primera dependencia a la que se accede


superficie interna de las habitaciones hace que se de directamente desde la calle, en la que la plazoleta
una primera capa de cal con un hisopo, apenas conti- que se abre frente a la fachada se convierte en el es-
nua y que sirve de base a una segunda ya directamen- pacio recibidor propiamente dicho, se disponen las
te aplicada con brocha y que es la que cubrirá pro- distintas habitaciones en las que esta primera fun-
piamente toda la vivienda interna y externamente. ciona como antesala y verdadera distribuidora de
La generalización de los derrumbes en los que se los demás espacios. Desde ella, la norma habla de la
ven afectadas las fachadas, hace que se refuercen en existencia de accesos a la cocina, que no es más que
el mejor de los casos con muros de fábrica de piedra una pequeña dependencia y los establos a los que se
que igualan la superficie, dando mayor consistencia accede desde ese espacio de distribución y directa-
a esta parte de la vivienda, además de rematarse con mente desde la calle para, en el mejor de los casos,
un alero de teja que viene a sustituir a los más hu- evitar la entrada de los animales por la vivienda23.
mildes vegetales21. A partir de aquí aparecen los distintos dormito-
Es precisamente esa multiplicidad de espacios rios de cada miembro de la familia, actuando el de
internos, así como la variabilidad de soluciones, las los padres como eje en torno al cual se distribuyen,
que en la actualidad están desapareciendo, ya que el el de los hijos y las hijas en una clara separación
proceso se ha simplificado, limitándose a excavar de sexos. Los espacios de transición comunes entre
dos o tres túneles paralelos en los casos más com- cada una de estas habitaciones apenas si existen,
plejos incluso intercomunicados, que se subdividen siendo simplemente un arco de medio punto o reba-
internamente con tabiques de ladrillo y que se cie- jado el que marca el paso entre una y otra, aumen-
rran con fachadas que en muchos casos rozan un tando la sensación de aislamiento la presencia de
tipismo en absoluto relacionado con la construcción cortinajes que funcionan como puertas.
histórica de estas viviendas. La relación que hay entre cada una de las depen-
dencias es la de un conjunto de módulos que se van
anexionando desde una unidad básica e inicial, a partir
Distribución orgánica de los espacios de la cual se lleva a cabo la sumatoria de cada una de
las compartimentaciones en función de las necesida-
Es precisamente lo anterior, lo que afecta a la des de cada familia. De esta manera, o bien se realizan
estructura interna de este tipo de vivienda, reflejo ampliaciones internas mediante la construcción de
de una lógica constructiva en la que la organicidad nuevas habitaciones, simplemente con la precaución,
juega un papel destacado. Así la simple adaptación como ya se ha señalado, de no abrirse bajo alguna otra
de la misma a las condiciones en la que se da y a las preexistente, lo que conllevaría el debilitamiento de
necesidades de la familia que la genera, habla de una la estructura y en el peor de los casos al derrumbe de
clara y directa relación con las coordenadas tiempo- la vivienda. O se construyen cuevas de varios pisos
espacio en las que surge. En ese sentido es destaca- aprovechando íntegramente el interior de un cerro ais-
ble el hecho de que prácticamente estemos hablando lado que permite este tipo de construcción.
de un modelo en el que su estructura interna se or-
ganiza a partir de unas unidades habitacionales que
funcionan como elementos distribuidores que jerar- Los elementos exteriores
quizan el espacio desde lo público a lo individual,
desde fuera a dentro en un organigrama en el que la Los componentes exteriores con los que nos po-
estructura familiar juega un papel sobresaliente22. demos encontrar en el estudio de la casa-cueva son
más diversos que los interiores, destacando entre

20.  Sin olvidar los trabajos que al respecto ha realizado 23. No han sido pocas las disciplinas que se han aproxima-
Ignacio GÁRATE, en este caso remitimos a otro no menos in- do a la comprensión de la organización interna de la vivienda
teresante que también aborda el trabajo del empleo de la cal. vernácula. Desde antropólogos a arqueólogos, pasando por ar-
BARAHONA RODRÍGUEZ, Celia. Revestimientos continuos quitectos y geógrafos, todos han intentado interpretar de la ma-
en la arquitectura tradicional española. Madrid: Ministerio de nera más correcta posible la disposición y jerarquización de los
Obras Públicas, 1992. componentes internos de la misma. En ellos ha sido destacada
21. URDIALES VIEDMA, Mª E. “Algunos aspectos del la influencia de los esquemas culturales sobre los meramente
hábitat troglodita en la provincia de Granada”. Cuadernos Geo- externos como los medioambientales. En este sentido remiti-
gráficos, nº 9. Granada: Universidad, 1979, pp. 311-337. mos a GUICHARD, P.; VAN STAEVEL, J.P. “La casa andalu-
22.  ZEVI, Bruno. Saber ver la arquitectura. Ensayo sobre la sí: ensayo de lectura antropológica”. [En] Casas y palacios de
interpretación espacial de la arquitectura. Barcelona: Pailón, 1976. al-Andalus. Madrid: Lunwerg,1995, pp. 45-51.

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La casa-cueva. ¿Un modelo de recuperación de la arquitectura vernácula en la provincia de Granada?

la zona, mucho más frecuentes en el interior de la


depresión.
Por último la chimenea es sin duda el elemen-
to distintivo de estos conjuntos habitacionales que
conforman el interior de las Hoyas de Guadix y
Baza. En el caso concreto de la chimenea, su silueta
troncocónica rematada por esa especie de sombre-
rete conformado en el mejor de los casos con dos
piedras, una plana y la otra esférica, les confiere un
carácter casi humano que les ha convertido en obje-
to de interpretaciones antropológicas en las que su
función de guardianes del interior de la vivienda ha
Guadix. Casa-cueva. Fachada.
adquirido una enorme significación y que unidas a
las religiosas como cruces o imágenes, hablan de su
dimensión inmaterial. En uno u otro caso y como
ellos la plazoleta que se abre ante la vivienda, la se ha tratado en su momento, se localizan cerca de
fachada, los elementos que aparecen dentro de ella las fachadas, tanto sobre la sala-recibidor como la
como puedan ser los aleros, los huecos, el propio propia cocina, allí donde es menor el terreno a exca-
tratamiento pictórico de la misma y finalmente uno var y por lo tanto donde disminuyen las opciones de
de los distintivos más significativos, las chimeneas. debilitamiento.
Por lo que respecta al primero de ellos, ya se ha
señalado anteriormente como la plazoleta aparece
estrechamente vinculada con la entrada de la vi- A modo de conclusión. La situación actual
vienda, incluso con esa primera habitación para la
que funciona como antesala. Se trata sin duda de un Un recorrido por el territorio que constituye el
elemento destacado que llega a variar dependiendo interior nororiental de la provincia de Granada, nos
de la zona en la que nos encontremos, pasando de ofrece un panorama aproximado de qué es lo que
ser la simple vereda que discurre por delante de la está ocurriendo con uno de los modelos arquitectó-
casa a tomar dimensiones de espacio de relación, nicos más representativos de nuestra arquitectura
una especie de zaguán al que van a dar los distintos vernácula y configurador de un tipo de hábitat en la
accesos de las dependencias dispuestas en la prime- zona en la que se encuentra la mayor concentración
ra línea de fachada, que en ocasiones se acomoda a de este tipo de vivienda, así como el mayor número
su perfil circular. Juega en definitiva el mismo papel de habitantes que las ocupan en toda Europa24.
que el patio en la arquitectura edificada, siendo su La proliferación de lugares de pernoctación que
presencia similar a la de las cubiertas de launa de la utilizan como reclamo las características de las
arquitectura alpujarreña. cuevas, está suponiendo un aumento en la demanda
Por lo que se refiere a esa fachada, suele variar que difícilmente puede ser absorbida por la escasa
en función de las posibilidades económicas de la oferta de este tipo de establecimientos. Es verdad
familia, siendo en uno u otro caso un paramento que en los últimos años han aflorado una gran can-
perfectamente distinguible tanto por el color como tidad de alojamientos con estas características en
por la textura de su fábrica. En él se abren los dis- los que se ofrece descanso en espacios bajo tierra,
tintos huecos a través de los cuales se comunican pero el precio que se está pagando para poder hacer
las primeras dependencias con el exterior, caso de la frente a esta posibilidad de despegue económico de
puerta, el más importante y el que suele centrarla, la una de las zonas más deprimidas de España, está
ventana de la cocina y el acceso al establo, normal- conllevando la perdida de la tradición y de una ma-
mente este último cerrado con portalones de doble nera de entender la vivienda desde hace al menos
hoja que permite estar cerrado y a la vez ventilar el 1200 años.
interior del espacio destinado a los animales.
Como se ha señalado anteriormente, suele rema-
tar la fachada un alero de muy variada naturaleza,
pero entre los que destacamos los de fábrica, nor- 24. RAMÍREZ DE PORRES, M.; SORROCHE CUERVA,
malmente realizados con teja empeinada y los ve- M. A. “La arquitectura excavada”. [En] La otra arquitectura.
Milán, Jaka Book, 2003, pp. 215-220.
getales que se realizan con especies arbustivas de

—  375  —
Arquitectura popular y “modernidad apropiada”
en la Quebrada de Humahuaca, Argentina.
Paisaje Cultural de la Humanidad

Olga Paterlini, Susana Villavicencio, María Alejandra Rega


Universidad Nacional de Tucumán. Argentina

No es tan sólo mirar.


El alma se desprende con los ojos tensa y liviana, para fun-
dirse en otros ojos y atravesarlos con su propia realidad.
Estela Mamaní, Tilcara, abril 20001

La Quebrada de Humahuaca Esta estrecha fractura geológica posee un clima


semiárido, con una media de 10° C en verano y va-
Medio físico y natural riaciones diarias de tipo continental; los inviernos
son fríos y secos, siendo la amplitud térmica entre
La región del Noroeste Argentino está integrada el día y la noche bien marcada; la heliofanía es alta
por las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Cata- y las lluvias son escasas. Toda el área es un cajón
marca, La Rioja y Santiago del Estero y abarca más colorido y serpenteante en el que el agua brota entre
de 500.000 km2/2; limita al norte con Bolivia y al los cerros y desciende dando origen a pequeñas
oeste con Chile y se sitúa a 23° 27’ LS del Trópico de vegas donde se agrupan los caseríos; posee una fiso-
Capricornio. La Quebrada pertenece a la provincia nomía muy rica y particular que lo conforma como
de Jujuy y se caracteriza por ser un corredor natural un lugar de características excepcionales.
de 1 a 3km de ancho y 155km de longitud extendi-
do en dirección N-S, que va ascendiendo desde los
1500 m en la entrada sur (Volcán) hasta los 3000m Contexto histórico-cultural:
en el norte (Abra Pampa).Está flanqueada por cade-
nas montañosas de distintas eras geológicas, en las A lo largo de 10.000 años, este valle andino ha
que la continua acción eólica y fluvial ha generado sido el escenario de gran parte de los desarrollos
un paisaje de enorme variedad de colorido y textu- culturales de la región y de los países vecinos de
ras. El Río Grande la recorre de norte a sur y en sus la América del Sur3. Hacia el siglo III a.C. apare-
márgenes, o en el de alguno de sus afluentes como cieron los primeros asentamientos humanos perma-
el Purmamarca, se localizan pequeños pueblos, en nentes; entre el 400 y 700 a.C. hubo un incremento
general los antiguos pueblos de indios del perío- poblacional significativo y hacia el 1.200 d.C. se
do hispánico, entre los que se distinguen, desde el generalizaron las concentraciones en poblados, es-
sur, Tumbaya (2000 msnm), Purmamarca, Posta de pecialmente en las zonas montañosas por motivos
Hornillos, Tilcara, Huacalera, Uquía, para cerrar al defensivos. Cuando llegaron los españoles había en
norte, en Humahuaca (2939 msnm). el área una gran diversidad cultural, estando algu-
nas zonas habitadas por grupos indígenas con alto
nivel de desarrollo técnico y urbano; en la Quebrada
1.  Boschi, Lucio: Gente de los Andes, Norte de Argentina,
Sur de Bolivia. Jujuy, Argentina: 2000, p. 15. 3. Tomado del Legajo presentado para la Declaratoria de la
2.  Superficie casi igual a la de la Península Ibérica: 504.748 km2. Quebrada de Humahuaca como Patrimonio de la Humanidad.

376
Arquitectura popular y “modernidad apropiada” en la Quebrada de Humahuaca, Argentina. Paisaje Cultural de la Humanidad

asentaban los omaguacas, uquías, tilcaras, purma- del XVIII. Del conjunto de pueblos mencionados se
marcas y tumbayas, luego reagrupados en los re- seleccionaron como objeto de estudio Purmamarca
partimentos. Las ciudades capitales de la Región y Tilcara, en función de que sus características ur-
NOA conformaron centros nucleares de ocupación bano-arquitectónicas permiten identificar la produc-
del territorio (Jujuy fue la penúltima en 1593) y las ción popular de la Quebrada y que por sus lugares
distintas agrupaciones de la población indígena ge- de emplazamiento y la relación con el sitio consti-
neraron los “pueblos de indios”. tuyen piezas únicas. A ello se suma una producción
La creación del virreinato del Río de la Plata a importante de nueva arquitectura, tanto en la cons-
fines del Siglo XVIII hizo perder vitalidad a la región; trucción de viviendas como de servicios turísticos,
la fluida y dinámica comunicación N-S con el Virrei- en la que es posible verificar aciertos y desaciertos.
nato del Perú se orientó, a partir de 1776 hacia el lito- Su análisis permite caracterizar una Modernidad
ral costero, tomando como centro a Buenos Aires; las Apropiada para la Quebrada de Humahuaca.
guerras de la Independencia, en los primeros años del
Siglo XIX, tuvieron como escenario a la Quebrada, Purmamarca es un pequeño pueblo de princi-
lo que significó un nuevo aislamiento y postergación. pios del siglo XVII de origen prehispánico luego
Durante el período republicano se ordenaron los pue- transformado en reducción indígena; su nombre
blos de indios para transformarlos en pueblos civi- proviene del quechua6 purma o puruma, “del desier-
les con el sistema de propiedad individual. En 1905 to” y marca “pueblo, región, comarca”. Está ubica-
llegó el ferrocarril y con ello se introdujeron, entre do a 2192 m de altitud, a 65 km de la capital jujeña
otros, novedades vinculadas a la edilicia y el equi- y a 4km al oeste de la Ruta principal y cuenta con
pamiento territorial; un viaje de varios meses podía unos 500 habitantes que viven de los cultivos de la
hacerse ahora en sólo días, facilitando el ingreso de zona y de la creciente actividad turística con todos
elementos de consumo y materiales para la edifica- los derivados que ella comporta.
ción, hasta el momento escasos en la región. El pueblo tiene una ubicación singular, donde la
Las acciones que tuvieron lugar en la Quebrada Quebrada de Purmamarca cambia de dirección: de
de Humahuaca a lo largo de su historia, fueron inte- este-oeste a sudeste-noroeste, resultando un marco
grándose en forma gradual y relativamente armónica, de extraordinaria belleza para el poblado. Asimis-
casi sin rupturas, dando como resultado multiplicidad mo, la Quebrada es una de las vías de acceso desde
de elementos tangibles e inmateriales –cavernas pre- el valle de Jujuy hacia la Puna y Chile a través de
históricas; sistemas arquitectónicos, ceremoniales y la Cordillera de los Andes y además, porque se en-
agrícolas precolombinos; pueblos y construcciones cuentra recostada contra el increíble y variado co-
hispánicos y post hispánicos; creencias, costumbres, lorido del escenario natural conformado, a escala
lenguaje, música– producto de ese proceso civiliza- del conjunto, por cerros azules, verdes, amarillos y
dor de más de 10.000 años. Ello ha sedimentado en morados que a nivel del asentamiento se transfor-
un corredor cultural que sumado a sus excepcionales man en pequeños cerros de arenisca roja7.
valores paisajísticos ha permitido a la Quebrada de El centro de composición de Purmamarca, como
Humahuaca ser reconocida como Paisaje Cultural de en todo pueblo de indios, es la iglesia; de allí par-
la Humanidad por UNESCO en 20034. ten calles ortogonales que conforman una retícula
con manzanas de distintos tamaños que van aco-
modándose a los desniveles del terreno. El templo,
Pueblos de la Quebrada probablemente de 1648, responde al tipo mudéjar y
está dedicado a Santa Rosa de Lima; es Monumento
El valor de la producción urbano-arquitectónica Histórico Nacional desde 19418; en su construcción
radica en la armónica relación que existe entre la
naturaleza y la obra del hombre5, característica que
ha permanecido en el tiempo, producto del proceso 6. Lengua hablada por los primitivos quechuas extendida
por los incas a todo el territorio de su imperio y por los misio-
de aislamiento y estancamiento del área desde fines neros católicos a otras regiones de América del sur.
7. Nicolini, Alberto, Marta B. Silva, El Patrimonio Arqui-
4.  XXVII Reunión Anual del Comité de Patrimonio Mun- tectónico de los Argentinos, Tomo 1, Sociedad Central de Ar-
dial de la UNESCO, París, 2003. quitectos e Instituto Argentino de Investigaciones en Historia
5. Nicolini, Alberto, en Programa de desarrollo social y de la Arquitectura y el Urbanismo, Buenos Aires, p. 87.
cultural a través de la recuperación de monumentos históri- 8.  Decreto Nacional Nº 95.687 de 1941. Además de su dis-
cos, Proyecto BID (Banco Interamericano de Desarrollo) AR posición arquitectónica, la iglesia conserva un patrimonio pic-
0199-BIS AEE26. tórico valioso e imaginería de origen cuzqueño.

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Olga Paterlini, Susana Villavicencio, María Alejandra Rega

se emplearon muros de adobe y una peculiar car- de 1940 y constituye un elemento de atracción im-
pintería de cardón. Entre las manchas verdes de los portante, tanto de visitantes circunstanciales como
árboles, asoman los volúmenes blancos, rosados de especialistas.
fuerte o amarillos y marrones de las casas encala-
das, pintadas como los cerros o con sus adobes o
sus techos de torta de barro bien visibles. Hacia el Notas de la arquitectura popular
sur, en la parte más alta de asiento del pueblo, se
perciben los volúmenes yuxtapuestos de la iglesia, No son tan sólo jóvenes y viejos, mujeres y
dominando el conjunto y enfrentando una peque- hombres, niños y niñas.
ña plaza rectangular con características de jardín9 En las voces de la fiesta todos cantan con
la voz única de la memoria única y suel-
donde funciona una feria artesanal de carácter regio-
tan hacia el tiempo la palabra de Ser en la
nal y permanente.
otra orilla del mundo. E.M13.

Tilcara es cabecera del departamento homóni-


En relación con la cultura: el sincretismo cul-
mo; con una población de 3.000 habitantes, está en-
tural ha plasmado en estos asentamientos en una
clavada a 2465msnm sobre un cordón de cerros azu-
síntesis armónica en lo morfológico, funcional y
les y violáceos y, a diferencia de todos los demás,
tecnológico, mediante un proceso de integración
en la margen izquierda del Río Grande sobre Ruta
que abarca desde lo pre-hispánico hasta lo contem-
Nac. Nº 9; se encuentra a 84 km al norte de San
poráneo; la arquitectura vernácula ha sido el sopor-
Salvador de Jujuy y a 25 km de Purmamarca. El
te de diferentes modernidades (como la introducida
pueblo debe su nombre a una parcialidad de indíge-
por el ferrocarril o la del neocolonial) sin perder
nas omaguacas, los tilcara, que habitó estas tierras
identidad. En la imagen resultante, el proceso inno-
hace más de 900 años; los primeros pobladores se
vativo siempre se integró ya que la arquitectura po-
dedicaban a la agricultura y eran expertos tejedo-
pular continúa transmitiendo formas físicas ances-
res y alfareros10. Tilcara conforma un asentamien-
trales y actúa como respuesta eficiente a un modo
to de trazado reticular, con calles empinadas y en de vida, al paisaje, al clima y a la tecnología. La
pendiente hacia el Río Grande; las edificaciones de producción representa la mayor parte del ambiente
adobe han integrado paulatinamente otros sistemas edificado y es de carácter anónimo al ser producto
constructivos y formales sumando a la imagen del del grupo antes que de un individuo. En años re-
modelo hispánico la del período republicano; su co- cientes, la importación de modelos externos, como
nexión directa con el ferrocarril y el camino nacio- los barrios de vivienda construidos por el Estado o
nal le generó mayor exposición a los cambios que alguna hotelería o servicios vinculados al turismo,
en Purmamarca11. Su Iglesia, localizada en la plaza tienden a la desarticulación por des-conocimiento o
chica del pueblo y dedicada a San Francisco, data de des-consideración de lo cultural. En paralelo se ha
1797 y destaca por su tamaño, el doble campanario gestado un movimiento inverso, representativo de
y la fachada plana; es Monumento Histórico Nacio- una Modernidad Apropiada, que tiende a la com-
nal desde 194112. A escasos kilómetros del centro se prensión de lo local para resolver las nuevas necesi-
encuentra el Pucará, o “fortaleza”, edificado por los dades vinculadas al creciente turismo cultural.
primitivos habitantes, estratégicamente localizado
y de organización más compacta, cuyas estructuras En relación con el sitio: existe unidad con el
defensivas conservan el diseño original del período medio natural por la localización, los materiales
incaico; fue puesto en valor y reconstruido a partir utilizados y la armonía con el paisaje en cuanto a
formas, texturas y color; la línea de las construccio-
9.  Patrimonio Arquitectónico, op. cit., p. 87. nes se adecua a los planos del terreno generando un
10.  Fueron dados en encomienda a don Antonio de Argaña-
raz y Murguía y sus herederos. Según un historiador jesuita, el
producto que se caracteriza como síntesis de agrupa-
pueblo formado por los indios Tilcara estuvo, si no en el mismo ciones edilicias y rasgos naturales; recostarse en la
sitio actual, al menos en las inmediaciones y su fundación se ladera de los cerros, semi-enterrar las construcciones
remonta al año 1586. o ubicarlas en la proximidad de las vertientes, tiene
11.  Purmamarca se encuentra en la actualidad muy expues-
to al tránsito internacional que a través del Paso de Jama permi-
siempre el mismo objetivo: resolver con recursos
te llegar a Chile y a Paraguay. mínimos el máximo confort creando un ­micro-clima.
12.  Decreto Nacional Nº 95.687 de 1941. La iglesia fue
construida y reconstruida varias veces a lo largo de su historia:
a fines del XVIII, 1853, 1879, 1894 y 1941, según registros. 13.  Boschi, Lucio, op. cit. p. 15.

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Arquitectura popular y “modernidad apropiada” en la Quebrada de Humahuaca, Argentina. Paisaje Cultural de la Humanidad

Conjunto habitacional Pedano en la ladera


de Los Colorados, Purmamarca.

En la escala menor existe un claro manejo del hom- social, contribuye a solucionar problemas de calor
bre con su entorno inmediato donde, a través de las seco mediante la vegetación.
formas creadas, ha creado también un lugar, el de
su mundo más íntimo, su micro-cosmos. Esta arqui- En relación con los procedimientos construc-
tectura es de naturaleza abierta, tiene capacidad de tivos: Los sistemas, con ajustes o variantes, tienden
agregación, acepta cambios que no destruyen visual a conservar los materiales y la tradición constructi-
ni conceptualmente la concepción original, situación va utilizados desde las casas de los antiguos15 como
equivalente a la del medio natural que conjuga un la piedra, la tierra y las fibras vegetales, con alta
sinnúmero de formas particulares integradas en un eficiencia térmica porque absorben el calor durante
conjunto mayor. El ambiente de la Quebrada pro- el día y lo difunden durante la noche; el material
porciona múltiples posibilidades y el quebradeño va cerámico (ladrillos, tejas, tejuelas, baldosas) fue in-
resolviendo en función de su necesidad. corporado por los colonizadores y sólo el ladrillo y
la baldosa constituyen elementos de la arquitectura
En relación con el diseño: las formas se gene- popular. La piedra se usa en los cimientos, en algu-
ran a partir de una volumetría simple, clara y de nos pisos exteriores y en sectores limitados, siendo
formas más bien blandas; las cualidades estéticas muy escasos los ejemplos construidos íntegramente
están vinculadas a las texturas de los materiales y con este material. Con la tierra se realizan tapias
del paisaje y van transmitiéndose de generación en o tapiales para cercar más que para edificar; mam-
generación. El elemento sobresaliente de los pue- puestos de adobes, lo más frecuente en la constitu-
blos, por el tratamiento volumétrico y el color, es la ción de los muros; masas para morteros a manera
iglesia, de composición y lenguaje mudéjar; como de enlucidos o revoques y para cubiertas una torta
núcleo generador de la estructura urbana, se ubica de barro a la que se agrega algún tipo de soporte su-
exento respecto de la trama, con espacios libres en perficial casi siempre de fibras vegetales. Los luga-
sus lados para atrio y cementerio14; el conjunto se reños, en particular los artesanos de la construcción,
cierra con un muro bajo, a la manera de una “pirca”, por experiencia propia o por tradición, poseen los
forma económica de construirlo con la piedra y el conocimientos para seleccionar la tierra adecuada,
barro. Las viviendas, tanto urbanas como rurales, con una composición equilibrada de limos, arci-
responden a la composición a patios, sistema que lla y arena, así como los lugares donde conviene
organiza las habitaciones y la vida familiar; el clima obtenerla16. Las maderas de álamo y algarrobo se
más bien benigno y escaso de lluvias favorece la utilizan para estructuras de cubiertas, entrepisos o
vida al exterior y este espacio, además de su rol
15. Los lugareños denominan antiguos a los habitantes del
período pre-hispánico.
16.  Se aplican técnicas especiales para optimizar los resul-
14. Nicolini, Alberto, “Arquitectura y Urbanismo en el No- tados como la mezcla de cal y grasa animal, logrando mejor
roeste argentino” en La cultura del Noroeste argentino, coord. impermeabilización y mayor duración de la cubierta; las capas
Armando R. Bazán, Buenos Aires: Plus Ultra, 2000, p. 204. de mortero cementicio sobre la torta de barro han generado

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Olga Paterlini, Susana Villavicencio, María Alejandra Rega

columnas de galerías; la queñoa, por ser piezas cor- el lenguaje del neo-colonial, en la búsqueda de una
tas, en dinteles; las cañas y la madera de cardón en restauración nacionalista19; el momento significó
forma de tablas, proveen la superficie necesaria (se la introducción de materiales como la teja canal de
cubre con papel) para extender la cubierta de torta máquina, revoques rústicos de cemento, azulejería
de barro; los antiguos tientos usados para unirlas pero, en el conjunto primó la idea de tomar notas del
han sido reemplazados por soga o alambres17. contexto y reinterpretarlas.
Las recientes actuaciones refieren a barrios de
vivienda construidos a través del IPV (Instituto Pro-
Nuevo contexto - nuevas funciones vincial de la Vivienda) resueltos con materiales in-
urbano-arquitectónicas dustrializados como el bloque de cemento para mam-
puestos y la chapa de zinc para cubiertas, tecnología
La creciente dinámica del turismo18, determinó a ajena al poblador e inútil con relación al clima y los
partir de 2001 la apertura de la Quebrada al turista ar- agentes atmosféricos. Del mismo modo, la forma de
gentino y extranjero; la declaratoria como Patrimo- los agrupamientos en manzanas o hileras con terrenos
nio de la Humanidad significó su posicionamiento al de mezquina superficie propios de las periferias urba-
ingresarla en los circuitos turísticos de mayor alcance nas, así como la pérdida de la natural riqueza morfo-
y promoción internacional. El extranjero extiende así lógica y la capacidad de agregación de la arquitectura
su recorrido tradicional por el Perú, Bolivia y Chile popular, conspiran contra el entorno. La tendencia
hasta la Región del NOA. Este proceso ha incenti- “deshumaniza” a la persona que entra a habitar en un
vado el incremento y cambios en la composición de ambiente que no es ya expresión de la cultura de su
la población por la incorporación de grupos de otras grupo, ni producto de la colaboración entre los que
regiones del país que se radican en la Quebrada para construyen y los que utilizan la edificación; ello lleva
desarrollar actividades de tipo turístico o para vivir a la comunidad a desprenderse de su compromiso
de determinada manera. A esto se suma una pobla- ancestral y a desagregar su conciencia grupal, vol-
ción móvil de lugareños vinculados al turismo que viéndola individualista y poco apegada a sus raíces
se desplaza de pueblo en pueblo; se incrementó tam- más profundas: familia, costumbres, en definitiva, a
bién el número de veraneantes y, como se mencionó su identidad cultural, a cambio de falsos valores de
anteriormente, el de visitantes ocasionales, es decir, modernidad y progreso. Finalmente, los sitios elegi-
los turistas nacionales y extranjeros. dos para la localización de estos conjuntos tienden
Los cambios de la población han tenido alta in- a fracturar la homogeneidad de entornos propios del
cidencia en el planteo de nuevas necesidades. El patrimonio universal como el Pucará de Tilcara, o los
Estado debió construir barrios de viviendas para la bordes del camino nacional, vínculo principal del co-
creciente población estable y apeló a soluciones que rredor cultural, afectando su integridad.
han promovido el ingreso de recursos, materiales y Entre los equipamientos realizados para fines
formas constructivas con resultados no siempre sa- turísticos se encuentran hoteles, casas para vera-
tisfactorios. Al evaluar su acción en la Quebrada, se neantes, restaurantes, casas para venta de productos
observa la construcción de conjuntos habitacionales regionales, para mencionar algunos, pero destaca
que lejos de apoyarse en los valores de la cultura entre todos un nuevo tipo que se establece en la
del lugar, tienden a incorporar materiales y proce- Quebrada a partir del 2001. Su particular acepta-
dimientos constructivos que le son ajenos, generan- ción se produce, en primer lugar, por la relación que
do una ruptura al contexto antes que la integración se genera entre el usuario y el tipo de servicio que
que caracterizó a la producción popular. Es un fe- se brinda, ya que se busca recrear la vida en una
nómeno reciente, porque con anterioridad, cuando vivienda con la intimidad y comodidad que le son
se construyeron los edificios institucionales en los
distintos pueblos a partir de los años 30, se utilizó
19. En la primera década del siglo XX surgió la preocu-
pación por el problema de la identidad, lo que dio origen a la
efectos contraproducentes, fracturándolas por las variaciones primera teoría arquitectónica propiamente hispanoamericana.
de temperatura y haciéndoles perder efectividad. Ricardo Rojas publicó “La restauración nacionalista” (1909)
17. Nicolini, Andrés, en Programa de desarrollo social y donde proponía un mirar hacia dentro, la revalorización del arte
cultural a través de la recuperación de monumentos históri- americano anterior al siglo XIX e incluso del precolombino,
cos, Proyecto BID (Banco Interamericano de Desarrollo) AR frente a la cultura cosmopolita del momento. En lo que respecta
0199-BIS AEE26. a la arquitectura Martín Noel, Juan Kronfus y Ángel Guido,
18.  Se ha invertido el proceso de los años 90 que promovió entre otros, difundieron los ejemplos arquitectónicos america-
en forma masiva el turismo argentino hacia el exterior. nos y promovieron como alternativa estilística el neocolonial.

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Arquitectura popular y “modernidad apropiada” en la Quebrada de Humahuaca, Argentina. Paisaje Cultural de la Humanidad

propias. En segundo lugar, porque los conjuntos ar- empecé fui muy criticado... consecuencia normal en
quitectónicos se resuelven haciendo una lectura del un hacedor, eso soy yo21.
hábitat tradicional local y se producen mediante la En la arquitectura de la Modernidad Apropia-
reinterpretación de las notas de la arquitectura tradi- da22 la formulación de la pregunta se hace desde
cional analizadas; es posible afirmar que estos edi- el presente, más aún desde el presente del autor y
ficios nacen con consenso al estar integrados a los con su punto de vista, en un proceso selectivo que,
valores colectivos en cuanto escala y morfología. según advierte Fernández Cox23, puede generar dis-
torsiones parciales de la realidad24. En la Quebrada
se produjo un proceso inverso y curioso: aquellos
Una arquitectura con modernidad apropiada que se acercaron con su carga vivencial externa,
fueron absorbidos por lo local hasta decidir su radi-
La mía es una arquitectura barata, materiales y cación definitiva en el lugar25. Su valoración inicial
gente del lugar; la gente del lugar hace su propia se ha impregnado de la expresividad, la creación y
casa... y con lo que le aporto, hacemos con ellos un la representación de valores del cuerpo social que-
intercambio. Pero soy del hoy, no soy de piso de tie- bradeño que los ha cultivado y sedimentado duran-
rra...Tuve que preguntarme en un momento, y yo... te siglos; esto genera tal vez al diseñador, una alta
cómo me incorporo a esto... a lo tradicional? No dosis de romanticismo, la que resulta fundamental
me considero “moderno” sino “contemporáneo”20. controlar para evitar que la arquitectura derive hacia
En los años recientes un grupo de arquitectos el pintoresquismo. En líneas generales, la búsqueda
de la Región del NOA viene realizando obras en la de la nueva arquitectura se caracteriza por el res-
Quebrada (en particular en Purmamarca y en Til- peto y consideración del contexto físico y cultural,
cara) que revelan una actitud reflexiva respecto del la innovación tomando como base lo existente y lo
contexto físico y cultural; se trata de una producción tradicional, el uso de tecnologías intermedias y la
que nace del sector privado y atiende los requeri- creación de lugares. Hay cuatro elementos a tener
mientos funcionales derivados del desarrollo turís- en cuenta para que una obra sea exitosa: el uso co-
tico apelando a valores de la arquitectura popular e rrecto de los materiales (saber elegir el indicado);
integrando satisfactoriamente avances tecnológicos la importancia de los colores (...todos son buenos!
y de diseño que permiten optimizar los resultados. Hay que saberlos usar); la importancia de la luz
Es un acto de diseño racional, premeditado, en el y las formas; todas las formas de la naturaleza y
que, si bien subyace el respeto y la consideración las geométricas son buenas...pero está en cómo las
hacia el contexto cultural local, el diseñador sale combino, en saber elegirlas...26.
del anonimato, pues no pierde o descuida su fuerza
creativa cuando establece el puente entre lo tradi- Arquitectura y medio físico: La mejor o más
cional y las nuevas conductas, sino que marca un ajustada elección del sitio para localizar la obra no
camino con su producción. depende en muchos casos de sus condiciones físicas,
Como bien han teorizado Marina Waisman, Sil- después de todo omnipresentes, sino por la disponi-
via Arango, Enrique Browne o Cristián Fernández bilidad jurídica de los terrenos, en Purmamarca hay
Cox, se trata de una arquitectura que nace de la rea- muchos problemas con los títulos de propiedad de
lidad, del momento en que el hacedor, un profesio-
nal formado, genera la interrogación al medio donde 21. Ibidem.
plasmará su obra. Hace 15 años voy a la Quebrada 22. Enrique Browne la denominó Otra Arquitectura; Silvia
y descubro los recursos propios del lugar, recursos Arango refiere a ella como Posmodernismo Latinoamericano y
Cristian Fernández Cox como Modernidad Apropiada. Hemos
que estaban des-calificados, por ejemplo el adobe, adoptado el término Modernidad Apropiada, entendiendo que
al que se consideraba ordinario...barato...Yo no in- se trata de una conducta para operar de acuerdo al momento
venté nada... Hice mi investigación propia... y me histórico y a la cultura de un lugar determinado.
convertí en ejecutor. Yo uso los materiales y mano 23.  Fernández Cox, Cristian, “Nuestra identidad sumergi-
da”, SUMMA Nº 200, 1984, pp. 41-48.
de obra del lugar... pero en el siglo XXI, porque per- 24. También puede pensarse si se están aplicando presu-
tenezco a este tiempo, soy de este tiempo. Cuando puestos relacionados con el lugar de la actuación, o a otros
lugares, como fue el caso de Martín Noel y Ángel Guido al
20. Entrevista realizada por la arq. Alejandra Rega al arq. construir su arquitectura neocolonial en Argentina.
Carlos Antoraz (21/07/05) en Purmamarca. Antoraz es autor de 25. Este fenómeno se había producido también en los años
numerosas obras en distintos lugares de la Quebrada, hasta el 40 con un grupo de pintores paisajistas como Santos Legname;
momento lleva proyectado y construídos unos 4.000m2 cubier- posteriormente, los arqueólogos repitieron la situación.
tos de arquitectura en tierra. 26.  Alejandra Rega, Entrevista al arq. Carlos Antoraz

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Olga Paterlini, Susana Villavicencio, María Alejandra Rega

Apart Hotel “La Comarca” en Purmamarca

las tierras; muchas no se pueden vender; finalmen- casos, una sensación de liviandad que contrasta con
te apareció éste enclavado en la base de un cerro27. la siempre maciza arquitectura lugareña.
Obtenido el terreno se observa la búsqueda creativa La tendencia de los diseños revela la composi-
del diseñador para crear lugares con carácter, peque- ción en más de un cuerpo (consideración del sistema
ña escala y especial relación entre edificio y entorno. tradicional de agregación), la utilización de elemen-
Se explicitan y enfatizan las cualidades naturales del tos verticales de acuerdo con la forma de álamos y
paisaje por el aprovechamiento de los desniveles y su cardones y para equilibrar la horizontalidad natural;
captación sensible y consciente, seleccionando las vi- la orientación de la edificación respeta el clima y las
suales; generosos aventanamientos facilitan las pers- visuales; la búsqueda de privacidad se obtiene con la
pectivas a distancia y la vinculación al macro-cosmos, construcción de pircas altas; considero como rasgos
aunque ello incida en la reducción de la eficiencia de propios de la arquitectura tradicional de la zona, el
las construcciones en cuanto al clima; las terrazas son arco de medio punto, los ingresos de piedra semicir-
elementos también frecuentemente utilizados. culares, la caída en ángulo de los techos de las casas,
los muros desplomados, los terraplenes, los diversos
El diseño de la arquitectura: Siguiendo la mor- recursos tecnológicos como el lavado de tortas29.
fología de la montaña que la enmarca, la arquitectu-
ra conjuga ese sinnúmero de formas particulares en Arquitectura y tecnología: algunos autores
un conjunto mayor; de acuerdo con su característica dicen que en sociedades donde construir es muy
de adaptación a los cambios, integra ahora los que el caro, debe notarse lo tectónico, la materia que des-
diseñador va resolviendo con alta dosis de intencio- taque su durabilidad y permanencia. En realidad
nalidad, buscando recrear, por ejemplo, la idea del la arquitectura va resultando de una adecuada res-
caserío. Se conservan las formas blandas, aunque puesta tipológica y tecnológica donde el respeto por
ya no tan simples, con cualidades estéticas propias el medio ambiente conlleva una razón de carácter
de las texturas de los materiales y del color que las económico. Estudié entre otras cosas el proceso del
vinculan al lugar; en el proyecto que hice la dibujé adobe, la paja y el trigo usados como ligantes, las
a pulso, ...muy blando!... Fue como hacer una es- medidas... uso madera de álamo porque es barata
cultura, pero no hecha por mí, sino por los obreros. y blanda, para poder cantearla con hazuela; así lo
Yo la replanteé con un palo...y pedí obreros apren- hago yo. Otro material de la zona que uso es la caña
dices, que lo hicieran mal... que no se ataran a las hueca; se usa durante la construcción cuando aún
reglas. Así salió todo como es: blando. Quise des- está verde, porque es flexible y copia la forma que
materializarla al máximo28. Esto genera, en algunos se desea lograr. Hay por lo tanto una época para
cortar la caña. Todo esto... es un proceso artesanal,
que conspira con la arquitectura industrial.
27.  Antoraz refiere al conjunto de cuatro viviendas que
construyó para la Familia Pedano.
28. Ibidem. 29. Ibidem.

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Arquitectura popular y “modernidad apropiada” en la Quebrada de Humahuaca, Argentina. Paisaje Cultural de la Humanidad

Hostería “La Posada de Luz”, en Tilcara.

Los diseños revelan el uso tradicional de mam- de continuidad o antítesis con un contexto simbólico
puestos de adobe (tema en el que hay una intensa creado por obras precedentes; en la arquitectura de la
investigación en la región de carácter reciente), re- Modernidad Apropiada, el contexto natural y cultu-
vocados tipo bolseado a los que se imprime el color ral es libremente escogido por el arquitecto como el
de los cerros; las gamas varían de los rojos a los horizonte de referencia de su temática30.
terrosos, a los amarronados; la piedra destaca algu- Con esta posición, desde hace más de dos déca-
nos sectores o detalles como zócalos o muros divi- das, Latinoamérica se mira a sí misma posicionan-
sorios; la carpintería de madera se utiliza protegida do su cultura y los componentes de su identidad.
pero sin lustrar (en muchos casos de importantes En la Quebrada de Humahuaca, Paisaje Cultural
dimensiones); las cubiertas se hacen a dos aguas; de la Humanidad, las concreciones se sustentan
los cielorrasos de entramados de caña hueca atados en el rescate de elementos tradicionales e intentan
con soga a los rollizos; la torta de barro tradicional contribuir a la riqueza del contexto, a través de
se optimiza con algunos agregados como la incor- elementos nuevos. Los tipos funcionales, forma-
poración de bandas de polietileno para aislamiento les y tecnológicos que en el tiempo han resultado
hidrófugo y de papel madera para adherencia. eficaces, se reinterpretan críticamente y van gene-
La luz se trabaja como si fuera un material más; rando sus aportes; lo difícil es mantener el delica-
su particular empleo en la arquitectura barroca re- do equilibrio entre la permanencia y el cambio; lo
gional, como la Iglesia de Yavi al norte de la Que- difícil es conservar la actitud contextualista hacia
brada, generó un ambiente interior vinculado al lo regional y no caer en falsos pintoresquismos,
misterio y a la fe, transmitido ahora a la comunión lo difícil es lograr formas que sobrevivan a las
entre lo contemporáneo y la tradición. Los volúme- modas pasajeras...
nes netos y claros se valorizan con el juego de luces Los pueblos de los Andes no caminan con an-
y de sombras que favorece la alta heliofanía. El mo- siedad porque laten al ritmo de la tierra... Se po-
biliario se construye íntegramente de madera mix- dría decir que viven una dimensión distinta a la
turado con tientos de cuero o con sogas; alfombras que estamos acostumbrados y habitan sus territo-
de cuero de vaca o tejidas en telar, hogar a leña en la rios de una manera más austera con el sabor del
zona pública, mantas, tapices regionales, vajilla de silencio... Pienso que la sencillez es una virtud.
barro pintada a mano, complementan la experiencia Siento que en el silencio, el espíritu encuentra su
del espacio arquitectónico más elevado arte31.

Reflexiones finales

Coincidimos con Francisco de Gracia cuando 30.  de Gracia, Francisco, Construir en lo construido, la ar-
quitectura como modificación. Gupúzcoa, España: NEREA, ed.
afirma que intervenir es modificar y al citar a Tafuri revisada, 2001, p. 22.
precisa que toda obra de arquitectura nace en relación 31.  Boschi, Lucio, op. cit., p. 99.

—  383  —
Rehabilitación de antiguas posadas vernáculas
para el nuevo turismo interior: la posada de la Tía
Cayetana en Torrebaja, Rincón de Ademuz (Valencia)

Camilla Mileto, Fernando Vegas, Patricia Cruzans


Universidad Politécnica de Valencia, España

El Rincón de Ademuz: un enclave aislado dificultado cada vez más el sustento de la misma
que actualmente basa parte de su economía en los
El Rincón de Ademuz es un enclave de la pro- subsidios públicos de desempleo, viudedad, jubila-
vincia de Valencia situado entre las comunidades ción, etc. Sin embargo, en los últimos años, se han
de Aragón (en la provincia de Teruel) y Castilla la abierto algunas líneas de desarrollo económico que
Mancha (en la provincia de Cuenca). Se trata de podrían arrojar una luz esperanzadora sobre esta di-
una verdadera isla geográfica donde los valles de fícil situación.
los ríos Turia, Ebrón y Bohígues, rodeados por rojas Existen principalmente tres líneas de desarrollo
montañas arcillosas, forman una cuenca fértil apta de la economía local que apuntan, si no a una re-
para la agricultura. Este enclave, poblado en pasa- cuperación completa, al menos a una mejora de la
do por una sociedad fundamentalmente basada en la situación. En primer lugar, el enclave se ha trans-
agricultura y la ganadería, ha sufrido, a partir de los formado en un lugar de paso de la recientemente
años veinte del siglo XX, cuando entró en crisis el potenciada carretera que une los centros de Cuenca,
sistema económico local, un progresivo abandono Teruel y Valencia. Este factor ha favorecido una ac-
ligado a la emigración de su población hacia las ciu- tividad edilicia en los márgenes de esta vía de co-
dades (especialmente Valencia, Teruel y Barcelona) municación ligada a la construcción de edificios de
en búsqueda de mejores condiciones de vida y de un comercios, servicios y viviendas. La construcción
futuro menos precario. se ha transformado de esta forma en una actividad
Sin embargo, el aislamiento geográfico de la económica importante para el sustento de la po-
comarca y su abandono han favorecido el mante- blación. En segundo lugar, gracias a una serie de
nimiento de su arquitectura tradicional casi intacta programas de desarrollo local, se ha implantado una
hasta nuestros días, arquitectura que, con sus pecu- actividad de agricultura especializada ligada sobre
liaridades, proporciona el carácter a este rincón es- todo a los productos autóctonos de la zona y al desa-
condido de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, rrollo de la agricultura ecológica. En tercer lugar, se
la arquitectura tradicional de este enclave necesita está promocionando un ámbito de desarrollo local
un proceso de profundo conocimiento y valoriza- ligado al turismo rural cada día más en boga dentro
ción para permitir que se siga conservando frente de nuestra estresada cultura ciudadana.
a los cambios económicos y sociales que se están Para entender los factores de evolución de la
verificando. zona, también se deben tener en cuenta los inevita-
Actualmente la comarca se compone de siete bles y legítimos cambios sociales y culturales que
ayuntamientos y ocho aldeas habitados en su tota- han tenido lugar en las últimas décadas. La progre-
lidad aproximadamente por tres mil personas, en su siva decadencia de la sociedad rural basada en las
mayoría de edad avanzada. Los progresivos cambios economías de la agricultura y de la ganadería y el
debidos a la economía industrial, el despoblamien- desarrollo de una sociedad industrial han cambia-
to y el envejecimiento drástico de la población han do profundamente las aspiraciones de la población

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local. La cultura rural ligada a la tierra, el paisaje y actividad, en los últimos años, además de construir
los materiales locales ha perdido progresivamente algún edificio de nueva planta destinado a albergue,
valor frente a una cultura de modelo urbano con la se han restaurado y se están restaurando una serie de
importación de los más inmediatos materiales mo- edificios en diferentes pueblos de la comarca des-
dernos (hormigón, aluminio, ladrillo caravista) y las tinados a alojamientos rurales. El cambio de uso y
aspiraciones a tener una vivienda funcional, confor- la necesidad de adecuarlos a la nueva función en
table y fácilmente accesible. algunos casos fuerzan a tomar decisiones a favor de
El conjunto de los factores ligados al despobla- una intervención que se viene preocupando más de
miento, las necesidades económicas y las aspiracio- proporcionar o recrear un aspecto rústico al edificio
nes sociales crea una serie de fenómenos que tienen más que respetar la naturaleza de la construcción y
importantes consecuencias sobre la arquitectura de la estructura tradicional.
tradicional del lugar. Estos mecanismos no sólo se En todos los casos se generan conflictos entre
encuentran en el caso específico del Rincón de Ade- las nuevas exigencias (de progreso, función, inno-
muz sino en muchos otros lugares que poseen una vación, economía, etc.) y el interés de la conser-
historia y un desarrollo paralelos. vación y del respeto de la arquitectura tradicional
En primer lugar, la progresiva decadencia de la como elemento de identidad local, como testigo de
economía rural y el consecuente despoblamiento se la historia local y como elemento fundamental para
reflejaron en el abandono de los edificios ligados a la definición del carácter de los pueblos y el paisaje
la cultura rural habitativa (viviendas con establo y de la comarca.
buhardilla para entrojar el sustento) y productiva
(molinos, lagares, bodegas, hornos de cal y de yeso,
hornos de pan, etc.). A este proceso de abandono Estudio y conservación de la arquitectura
ha seguido un sistemático proceso de sustitución de tradicional del Rincón de Ademuz
los edificios tradicionales cada vez más obsoletos
en sus funciones y arruinados por la falta de uso. Frente a este panorama complejo y cambiante de
Las nuevas construcciones y las sustituciones, que la arquitectura tradicional de la comarca, desde hace
se han producido sobre todo desde los años sesen- unos diez años, el equipo de investigación que re-
ta en adelante y especialmente en los últimos años, dacta este texto empezó a ocuparse del estudio de la
contrastan cultural, material, constructiva y compo- arquitectura tradicional en el lugar y de la reflexión
sitivamente con el paisaje urbano de los pueblos. sobre su conservación y protección.
En muchos casos se trata de edificios de aspiración Una primera labor consistió en el estudio de las
urbana donde prevalecen la proyección social en la técnicas tradicionales de construcción en los dife-
novedad importada y la pretendida ilusión de con- rentes pueblos y aldeas del Rincón. Este estudio, que
quistar un estándar residencial mejor completamen- se extendió aproximadamente durante cuatro cam-
te ajeno a los valores constructivos, simbióticos y pañas anuales de toma de datos en situ y posterior
bioclimáticos de las viviendas tradicionales. sistematización de los mismos, ha visto la luz en un
La progresiva ocupación de la parte del territorio libro, titulado “Memoria construida. La arquitectura
asentado en la vega destinada tradicionalmente a los tradicional del Rincón de Ademuz”, que recoge una
cultivos no sólo afecta al paisaje y al entorno del amplia documentación de los detalles constructivos
pueblo sino también a la conservación de los mis- y de las técnicas tradicionales en la comarca. Esta
mos: la población elige vivir en los nuevos edificios labor ha constituido una fase fundamental para el
de bloques de vivienda, más funcionales, accesibles conocimiento profundo de los sistemas constructi-
y modernos, y abandona las zonas más altas de los vos que en muchos casos estaban olvidados por los
pueblos que se encuentran cada día más despobla- mismos constructores locales. El desconocimiento,
das y arruinadas. Además la economía generada con a veces profundo, de estas técnicas ha llevado en
la construcción de los nuevos edificios parece cons- muchos casos a menospreciarlas e infravalorarlas
tituir uno de los pocos elementos de sustento local, estructural y constructivamente, proceso que en
de manera que cualquier política que pretenda con- muchos casos ha conducido a su sustitución con
trolar el crecimiento descontrolada y en ocasiones técnicas y materiales modernos más conocidos por
ilegal resulta aparentemente del todo impopular. arquitectos y constructores.
El turismo rural recientemente ha llegado hasta A esta investigación siguió un estudio de los
al Rincón de Ademuz que, merced a sus bellezas edificios ligados a la producción preindustrial, edi-
naturales, atrae a los visitantes. Gracias a esta nueva ficios muy a menudo olvidados porque han caído en

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Camilla Mileto, Fernando Vegas, Patricia Cruzans

desuso y abandono, a pesar de que representan una imprescindible para su desarrollo. La presencia del
parte importante del patrimonio cultural local. Se antiguo camino favoreció el establecimiento de va-
trata de edificios ligados a la producción agrícola y rias fondas y posadas en esta localidad. Sin embargo,
ganadera (herrerías, corrales, etc.), a la producción al desarrollo de este pueblo se ha visto acompañado
de materiales de construcción (hornos de cal y yeso, una progresiva pérdida de su patrimonio arquitectó-
tejerías, carpinterías, etc.) y de productos alimen- nico tradicional. Este fenómeno se evidencia sobre
tarios (molinos, hornos de pan, destilerías, lagares, todo en las zonas que lindan el camino principal
etc.). Se ha desarrollado no sólo un trabajo de iden- que actualmente corresponde a la carretera que une
tificación y catalogación de estos edificios sino tam- Teruel con Cuenca y Valencia. A lo largo de esta vía
bién de conocimiento de los procesos productivos principal se ha asistido a una sistemática sustitución
relacionados con el objetivo de proteger una parte de los edificios tradicionales con edificios de nuevas
fundamental de la cultura tradicional local. construcción que no responden al carácter tradicio-
A este trabajo de conocimiento siguió una re- nal del paisaje y del pueblo. Muchos de estos nuevos
flexión sobre las posibilidades de restauración de la edificios responden a aspiraciones bien justificables
construcción tradicional mediante técnicas contem- de bienestar, novedad, progreso, etc. pero se alejan
poráneas compatibles física, conceptual y visual- completamente de las construcciones tradicionales
mente con los materiales y las técnicas tradiciona- de la zona en sus materiales, técnicas, composición,
les. El objetivo fundamental de esta investigación etc. En la mayoría de los casos se trata de edificios
ha sido la búsqueda de una compatibilidad entre las que, construidos ex novo en sustitución de un antiguo
necesidades funcionales imprescindibles en la vi- edificio tradicional, modifican el paisaje urbano hasta
vienda contemporánea y la aspiración de la conser- hacer irreconocible el mismo asentamiento rural.
vación de la arquitectura tradicional. Con este ob-
jetivo se ha desarrollado un proyecto piloto para la
recuperación de una vivienda tradicional situada en La antigua posada de la Tía Cayetana
la aldea de Sesga (Ademuz) donde se ha intentado
compatibilizar la estructura y la construcción exis- Uno de los pocos edificios que todavía conser-
tentes con las necesidades de funcionalidad, decoro, va su carácter constructivo y arquitectónico tradi-
confort, accesibilidad, etc. de la vivienda contem- cional al pie de la carretera principal es la antigua
poránea. Este proyecto ha sido galardonado con el Posada de la Tía Cayetana. Se trata de un edificio
Primer Premio Europa Nostra (en colaboración con fundado en 1896 por Cayetana Esparza y su marido
la Unión Europea) en el año 2003. José Gómez. Experimentó su máximo auge en las
Dentro de estas investigaciones y reflexiones primeras décadas del siglo XX cuando los arrieros
sobre el futuro y el potencial de las arquitecturas paraban en ese cruce de caminos con sus carros y la
tradicionales del Rincón de Ademuz se coloca tam- diligencia recogía los viajeros que desde allí partían
bién el estudio y el proyecto de restauración de una hacia las ciudades. El fallecimiento de Cayetana
antigua posada en el pueblo de Torrebaja. en 1956 no impidió que la actividad de la posada
perdurara hasta los años sesenta cuando se clausuró
como consecuencia de la drástica caída de la demo-
Torrebaja: un pueblo en el cruce grafía y la economía de Torrebaja y de todo el Rin-
de importantes caminos cón de Ademuz.
La antigua posada, a pesar de sus grandes di-
La población de Torrebaja nace asentada en mensiones, está construida con las técnicas tradi-
una llanura del Turia, y debe su prosperidad y cre- cionales locales y representa actualmente uno de
cimiento a su ubicación al pie del secular Camino los pocos testigos de la construcción tradicional de
Real entre Aragón y Castilla. Torrebaja, también lla- Torrebaja, por lo que se antoja todavía más impor-
mada en otro tiempo Torre Hondonera en relación tante su conservación. Además, su posición central
a su ubicación en el fondo del valle, se originó en en la carretera hace que cualquier turista o persona
torno a la denominada Casa Grande, una casona con que atraviese el pueblo pueda apreciar su presencia
torre incorporada que agrupó el crecimiento espon- y reconozca el pueblo de Torrebaja como un antiguo
táneo posterior y que constituyó el núcleo principal asentamiento. El edificio no se puede calificar como
de la población hasta la actualidad. un edificio de importancia monumental aunque, una
La situación geográfica del pueblo de Torre- vez recuperada y restaurada, sí podría desempeñar
baja entre caminos de importancia estratégica fue un papel estratégico como testigo de una cultura

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constructiva y económica y como elemento de iden-


tificación cultural para los habitantes del pueblo.
Tras la adquisición de este edificio por parte del
Ayuntamiento de Torrebaja se encargó a los autores
de este texto un estudio pormenorizado del edificio
y un proyecto de restauración del mismo para su re-
cuperación como Posada del Arte y de la Tradición.
Se procedió por tanto, tras un estudio histórico, a un
levantamiento métrico-descriptivo de alta precisión y
a un estudio de su carácter constructivo y de los posi-
bles problemas de degradación y daños estructurales.
una sola fachada en su lado más corto y un patio en
el extremo opuesto a la fachada, se ubica en la parte
Caracteres arquitectónicos y posterior del conjunto en la calle lateral.
distributivos del edificio El primer volumen posee tres plantas, de altu-
ras generosas todas ellas; el segundo, con distancias
La antigua posada, ubicada dentro de la trama entre plantas más próximas, posee cuatro alturas,
tradicional del pueblo, posee una amplia fachada situándose una de ellas, su planta baja, a una cota
en esquina muy visible desde los dos sentidos de la inferior a la planta baja del primer volumen, pero
carretera. El conjunto de la posada se compone de con acceso directo desde la calle. Esta diferencia
dos edificios adosados entre ellos y ubicados en la de alturas entre plantas crea un salto de dos metros
pendiente de la calle San Roque que forma el án- entre las dos alturas de las cubiertas en la fachada
gulo recto con la carretera. El primer volumen, de lateral. El edificio posee dos accesos: el principal
planta completamente libre, casi cuadrada, con dos en la fachada occidental, en la carretera de Teruel,
fachadas en esquina, recae hacia la carretera; y el perteneciente al primer volumen de planta libre; y
segundo volumen, compartimentado, alargado, con otro secundario en el flanco meridional, de acceso

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Camilla Mileto, Fernando Vegas, Patricia Cruzans

al segundo volumen, ubicado en un nivel inferior espacial con un entrevigado de rollizos de madera y
respecto del principal. revoltones de yeso o yesones entre las mismas que
Tras el portón para carruajes del acceso principal constituyen los forjados. La cubierta está resuelta
se penetra en un gran vestíbulo, las antiguas caba- con rollizos de madera, sobre la cual se apoya un
llerizas, en cuyo fondo se encuentran la cocina, el cañizo ceñido con cañas maestras y, sobre éste, las
comedor con chimenea y el estar de la casa con un tejas aparejadas con ayuda de un mortero de barro
balcón a la calle lateral. La escalera de acceso a las y paja. Estos forjados están construidos con rollizos
diferentes plantas se encuentra perpendicular a fa- de madera y volteados con un yesón poseen la par-
chada en la zona de unión entre los dos volúmenes, ticularidad de estar construidos con un encofrado
entre el gran vestíbulo y la sala de estar con balcón. arqueado de tablillas de madera llamado localmente
Por esta escalera de ida y vuelta se accede a la cindria que, apoyado sobre dos cañas clavadas late-
planta primera del segundo volumen de la calle late- ralmente a los rollizos, le proporciona la forma del
ral, donde se ubican cuatro habitaciones articuladas revoltón. La rapidez de fraguado del yeso permite la
a lo largo de un pasillo longitudinal. Continuando reutilización de un solo encofrado de revoltón para
el recorrido de la casa por la escalera, en la terce- la construcción de todos los forjados de una casa, y
ra meseta tenemos el acceso a una sala grande, que su reutilización posterior. La madera utilizada en la
corresponde al primer volumen de la carretera. Tras casa procede de la sabina, el pino local y, por últi-
el último tramo de la escalera llegamos a la planta mo, el chopo, en su parte más reciente.
tercera bajo cubierta del segundo volumen, una bu- Los cerramientos en ningún caso poseen una fun-
hardilla con atrojes para el almacén de grano. A con- ción estructural directa. La planta baja está formada
tinuación, se encuentra el acceso a la planta superior por muros de mampostería mejor o peor aparejados
bajo cubierta del primer volumen que posee alturas y recibidos con mortero de barro que poseen la fun-
muy generosas, posiblemente también destinada al ción de dar una cierta solidez a la casa en su planta
almacenaje de alimentos, muebles, utensilios de tra- de zócalo y evitar, en lo posible, las humedades por
bajo... Abierto hacia la fachada lateral se ubica un capilaridad. Los muros de mampostería de ambas
palomar, cuyo acceso tiene lugar desde la estancia fachadas presentan un buen estado de conservación
anterior, y en la que aún se conservan los cubículos y no muestran señales de asentamiento o daños de
para las palomas. otro tipo. Sin embargo han sido lavados paulatina-
Desde el acceso lateral, en la calle de San Roque, mente por la lluvia y han perdido, en gran parte, el
se accede a los antiguos establos, en la planta baja mortero de barro que constituía las juntas. Las fá-
del segundo volumen. Todavía se conservan los bricas de las partes superiores, construidas, según la
pesebres para los animales y zonas de almacén de técnica tradicional, con muros de lajas dispuestas en
apeos y correajes. Al fondo se encuentra iluminado vertical y con una fina capa de yeso negro en su cara
por el mismo patio de luces que da servicio a gran exterior, se encuentran en buen estado de conserva-
parte de las estancias de esta casa adosada lateral- ción, aunque presenten una serie de pequeñas faltas
mente. A la derecha de la entrada desde la calle se de material y desconchados.
encuentra un pozo en muy buenas condiciones; y a Las vigas y rollizos de madera que constituyen
la izquierda ascienden las escaleras de acceso a ves- los forjados están afectadas en mayor o menor grado
tíbulo de carruajes del primer volumen nombrado por diversas patologías y fenómenos de pudrición,
anteriormente. acorchamiento y cuarteamiento de la madera pro-
vocados por la combinación de la humedad con el
ataque de hongos. La sección estructural de estos
Caracteres constructivos y problemas de elementos de madera se ha visto reducida en diver-
degradación y daños estructurales sos casos en mayor o menor medida, de manera que
cada una de las vigas o rollizos debe ser objeto de un
Como ya se ha comentado, a pesar de sus grandes tratamiento específico de curación y, eventualmen-
dimensiones, el edificio de la antigua posada está te, sustitución de los mismos. Sobre todo, estos pro-
construido con los mismos sistemas constructivos blemas se observan en la zona de entrada principal,
que caracterizan las construcciones tradicionales de cuyos forjados superiores se encuentran netamente
la comarca. Se trata de construcciones cuya estruc- podridos por filtraciones de agua desde la cubierta,
tura sustentante se basa en la construcción de ma- llegando a la rotura parcial de algunas viguetas.
chones estructurales de yeso ciclópeo, vigas tendi- La cubierta, construida con vigas y viguetas de
das entre los mismos que conforman un entramado madera de pino, cañizo y tejas árabe asentadas con

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barro y paja, presenta un estado de conservación lavandería y bodega así como un espacio polifun-
delicado. Algunas de las vigas principales de la es- cional (auditorio, taller de artistas, aula…). Se ha
tructura presentan una flecha notable, posiblemente querido mantener la separación de los dos volúme-
debida a la insuficiencia de la sección respecto a luz. nes existentes destinando el primero, abierto hacia
La cubierta está afectada por un fenómeno de pudri- la calle principal, principalmente a funciones públi-
ción debido a la infiltración de agua, sobre todo, en cas, y el segundo, en la parte trasera, principalmente
la zona más cercana al alero de la fachada principal. a funciones de alojamiento. En este sentido pareció
La consecuencia directa de este tipo de deterioro ha adecuado colocar el espacio expositivo en la planta
sido la rotura de algunas viguetas y de amplias zonas libre de la entrada, facilitando la entrada del público
de cañizo que deberán ser sustituidas. Una ulterior desde la calle así como el montaje de las exposicio-
consecuencia de la infiltración de agua por el tejado nes. Por las mismas razones, se decidió utilizar la
ha sido la pudrición de la parte correspondiente de planta intermedia de este primer volumen como sala
los forjados inferiores. polifuncional.
El espacio restante se ha destinado a las funcio-
nes ligadas con el alojamiento. Se restaurará la co-
La Posada del Arte y la Tradición cina y se utilizará la sala de la chimenea como zona
de comedor. En este espacio, se pretende dar cabida
La restauración de la antigua posada como Po- a todos los huéspedes que se encuentren en la posa-
sada del Arte y de la Tradición pretende ser una da a la hora de los desayunos y, por tanto, promo-
intervención de restauración que encuentre un com- cionar un momento de charla y diálogo alrededor de
promiso satisfactorio entre la nueva función del edi- los productos típicos de la zona. En el sótano, planta
ficio y la conservación material de su construcción baja del segundo cuerpo, se pretende recuperar el
vernácula y de las trazas de su historia. El Ayunta- pozo y los pesebres y destinar este espacio a una sala
miento de Torrebaja, actual propietario del edificio, de degustación de los productos locales y bodega.
propuso la recuperación de la función de posada En las plantas superiores se han colocado las ha-
destinada principalmente a un público de artistas bitaciones, empleando las estancias ya existentes o
que quieran transcurrir unos días o breves periodos fragmentando el espacio de la buhardilla, sin ello
en la comarca siguiendo cursos y seminarios o desa- modificar aspectos cruciales como alturas de cu-
rrollando su investigación artística. La elección del bierta, huecos en fachada, estructura, etc. Se ha dis-
tipo de público está ligada a la pretensión, por una puesto cada habitación en relación con una ventana
parte, de fomentar un turismo sostenible, respetuo- preexistente en fachada y se ha creado un altillo con
so frente a la cultura del lugar, y, por otra parte, de una habitación triple en la zona más alta de la cam-
promocionar la vida cultural de la comarca con se- bra o buhardilla.
minarios, cursos y pequeñas exposiciones. Por esta El proyecto pretende mantener además las técni-
razón la nueva posada deberá albergar, además de cas constructivas existentes reparando los materia-
habitaciones para el alojamiento, una sala de expo- les donde sea necesario según la tradición y con ma-
siciones y una sala polivalente para talleres, semina- teriales compatibles. En toda la comarca se pueden
rios, cursos, etc. observar intervenciones recientes de restauración de
Nuestro objetivo principal, como arquitectos que otras construcciones tradicionales que han consis-
desarrollaron el proyecto, fue encontrar una solución tido en la sistemática sustitución de las estructuras
proyectual que compatibilizara las necesidades fun- tradicionales o en el mejor de los casos en la realiza-
cionales, de accesibilidad, fiabilidad estructural, de- ción de un enfoscado continuo de las fachadas con
coro, etc. y la conservación del carácter tradicional un mortero de cemento que ha sofocado la respira-
del edificio en sus características materiales, históri- ción natural de las antiguas construcciones.
cas, distributivas, constructivas, funcionales, etc. La intervención prevista mantiene el enlucido de
Por esta razón la nueva distribución propuesta yeso tradicional consecuente con el sistema cons-
para el edificio se adapta, dentro de sus posibili- tructivo del edificio. Para el enlucido tradicional se
dades, a la distribución de los espacios existentes prevé simplemente una intervención de limpieza y
de antaño. En la nueva distribución, se han pre- consolidación y, sólo donde sea necesario, una in-
visto once habitaciones con baño, un estudio, una tervención de reparación con un mortero similar
sala de exposiciones, un espacio de degustación de al original. Gracias a este tipo de intervención, las
productos locales, una oficina de información, un fachadas podrán mantener su consistencia original,
comedor con su cocina y office de transición, una un conjunto de materiales provenientes del paisaje

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Camilla Mileto, Fernando Vegas, Patricia Cruzans

y que en él se integran: el yeso negro enrojecido por constructivo. La construcción en seco con madera
la tierra llevada por el viento, la piedra vista de la de hecho es compatible con la madera original y
planta baja que se integra con las montañas del en- los revoltones de yeso que no reciben ningún apor-
torno y las carpinterías de madera con su tradicional te dañino de agua como al contrario pasaría en el
trabajo artesanal de talla y torneado. caso de una consolidación habitual con una capa de
En el caso de la estructura del edificio también compresión de hormigón armado. Al mismo tiempo
se consideró imprescindible su conservación de la estructura se mantiene flexible y alcanza óptimos
manera compatible con las necesidades ligadas al niveles de resistencia.
nuevo uso del edificio. En el caso de la cubierta, por
ejemplo, se mantiene el sistema constructivo tradi-
cional pero se insertan una capa impermeabilizante Conclusión
y una aislante para alcanzar los niveles de confort
necesarios, no sólo en el caso de una posada sino en Para concluir, se puede afirmar que el criterio
el caso de cualquier lugar que se pretenda habitar base del proyecto ha sido la búsqueda continua y
hoy en día. Se debe destacar que la imprescindible decidida de un nivel satisfactorio de compatibilidad
conservación del carácter material y constructivo de entre las necesidades dictadas por los nuevos usua-
esta arquitectura no es excusa para desatender a las rios, por la misma estructura del edificio y por sus
legítimas necesidades de confort y bienestar que la problemas de degradación, y la constante aspiración
sociedad contemporánea pretende. de conservación de unos materiales, técnicas y es-
En el caso de los forjados se ha proyectado un tructuras tradicionales que constituyen el patrimo-
sistema de refuerzo en seco perfectamente com- nio cultural y arquitectónico y, por ende, gran parte
patible con la estructura tradicional. Se trata de un de la identidad de esta comarca.
sistema de refuerzo con tableros de madera clava-
dos superiormente a las viguetas originales del for-
jado y conectados entre ellos con flejes metálicos Bibliografía
para crear una capa continua que reparte la carga
igualmente en todos los elementos del forjado. Esta CORRESA I MARÍN, Ignasi: Historia de la Posada de
capa continua de madera, conectada también con el la Tía Cayetana. Trabajo inédito redactado para el
muro a través de elementos metálicos, respeta com- estudio previo, 2003.
GARCÍA SÁEZ, Joaquín Fco.: Las ventas: una arquitectu-
pletamente el forjado original tanto a nivel mate-
ra rural singularizada por su función. Las ventas en
rial como a nivel de funcionamiento de su sistema

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Rehabilitacióndeantiguasposadasvernáculasparaelnuevoturismointerior:laposadadelaTíaCayetanaenTorrebaja,RincóndeAdemuz(Valencia)

la provincia de Albacete. Valencia: tesis doctoral in- Ademuz (Valencia)». [En] Loggia, Arquitectura y
édita del departamento de Composición Arquitectóni- Restauración. Valencia: Universidad Politécnica,
ca de la Universidad Politécnica de Valencia, 2002. 2005, pp. 90-105.
RODRIGO ALFONSO, Carles: El Rincón de Ademuz. Aná- VEGAS, Fernando, MILETO, Camilla: «New Old Res-
lisis geográfico comarcal. Valencia: ADIRA, 1998. toration Techniques for Modernista Buildings. Re-
VEGAS, Fernando, MILETO, Camilla, ZUCCOLOTTO, furbishment of Casa de la Madrina, Valencia».
Marina: Memoria construida. Arquitectura tradicio- Actas de International Seminar on the Manage-
nal en el Rincón de Ademuz. Valencia: ADIRA, 2001. ment of the Shared Mediterranean Heritage. 5
VEGAS, Fernando, MILETO, Camilla: «Identidad cul- th Conference on Modern Heritage (Alejandría,
tural y paisaje construido. Proyecto piloto para la 29-31 de marzo de 2005) [CD-Rom]. Alejandría:
restauración de casas tradicionales en el Rincón de Unesco, 2005.

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Revalorización de las construcciones rurales
tradicionales mediante su reutilización. Caso
particular: Los palomares en el suroeste de Soria.

José María Fuentes Pardo y Laura Carrera García

José María Fuentes Pardo


Universidad Politécnica de Madrid)
y Laura Carrera García
Asoc. “Tierras Sorianas del Cid”

Introducción emblemática e identificativa del paisaje castellano


(Roldán, 1983; Yanes, 1999; Orduña, 2001; Souto,
Los cambios a que se ha visto sometido el medio 2004). El trabajo que aquí presentamos, parte del in-
rural en los últimos años (mecanización agraria, ventariado, análisis y caracterización tipológica de
modernización de las explotaciones, despoblamien- este tipo de construcción tradicional en el suroes-
to y envejecimiento de los habitantes, entre otros) te de la provincia de Soria, donde aparecen como
han dado lugar a un paulatino proceso de pérdida de elementos aislados o en forma de agrupaciones de
uso y consiguiente deterioro de la arquitectura ver- hasta 10 ó 12 ejemplares en las proximidades de los
nácula. Un paseo por las calles de cualquier peque- pueblos.
ño pueblo de la geografía española permite observar La zona objeto de estudio, según se muestra en el
con tristeza la ruina de antiguas viviendas, corrales, mapa adjunto, comprende una superficie geográfica
lagares, molinos o pajares, entre otros edificios, o su de 1150 km2, pertenecientes a 22 localidades del su-
sustitución por nuevos edificios carentes del encan- doeste de Soria, situadas a ambas márgenes del río
to y mimetismo con el entorno de los tradicionales. Duero a su paso por la citada provincia. Los prin-
La conservación de la arquitectura vernácula es cipales núcleos de población de la zona –El Burgo
pieza fundamental para mantener el “carácter” pro- de Osma (5002 habitantes), San Esteban de Gormaz
pio de las zonas rurales, preservar la belleza plástica (2184 habitantes) y Langa de Duero (631 habitan-
de los paisajes agrarios y fomentar el conocimiento tes)– se encuentran situados en las proximidades de
sobre las costumbres, técnicas y formas de vida de la citada vía fluvial.
nuestros antepasados (Wauters y Goedseels, 1996). Para identificar las características constructivas
La presente comunicación pretende presentar a y tipológicas de los palomares sorianos, se ha lle-
la comunidad científica alternativas para la puesta vado a cabo un trabajo de inventariado, análisis y
en valor de este tipo de patrimonio. Para ello, y cen- catalogación de los ejemplares más representativos
trando nuestra atención en una tipología construc- (Fuentes, 2004). Tras una primera fase de consul-
tiva concreta –los palomares del suroeste soriano–, ta de fuentes documentales (catastros, fotografías
se ofrecen varias propuestas concretas para su reva- aéreas, mapas topográficos, e informadores loca-
lorización en el marco de las actuales políticas de les) se procedió a la identificación en campo de
desarrollo rural. los edificios, determinación de su emplazamiento
a través de coordenadas UTM y a la toma de in-
formación gráfica y escrita correspondiente a su
Material y métodos localización, accesos, materiales y técnicas cons-
tructivas empleadas, mediciones, forma de planta
Diferentes autores han dedicado su atención al aná- y cubiertas, así como de los detalles constructivos
lisis y estudio de los palomares como construcción más significativos.

392
Revalorización de las construcciones rurales tradicionales mediante su reutilización. Caso particular: Los palomares en el suroeste de Soria.

Fig. 1. Mapa de localización de la zona de estudio.

De este modo, se han localizado, fotografiado y ruinoso), planteándose diseños constructivos y usos
y documentado 105 palomares, procesándose la diferentes para cada uno de ellos.
información obtenida en una base de datos infor-
matizada, con objeto de facilitar el análisis y la
gestión de este patrimonio construido por parte del Resultados
Grupo de Desarrollo Rural ‘Tierras Sorianas del
Cid’, que opera en la comarca. Esta imagen mues- Características constructivas de los
tra la ficha correspondiente a uno de los palomares palomares y tipologías existentes
objeto de estudio.
Sobre la base de la información mencionada y to- Los palomares del suroeste soriano salpican el
mando como criterios de selección la singularidad, re- paisaje próximo a los pueblos ribereños como ele-
presentatividad tipológica e integración en el entorno, mentos aislados o en forma de agrupaciones de
se han seleccionado tres ejemplares de planta circular hasta 10 ó 12 ejemplares, como en el caso de las
situados en el término municipal de Fuentecambrón localidades de Fuentecambrón, Aldea o Piquera de
en diferentes estados de conservación (bueno, regular San Esteban. Los muros pueden ser de mampostería

Fig. 2. Ficha de inventario


correspondiente a un palomar
tradicional en la localidad de Piquera
de San Esteban (Soria).

—  393  —
José María Fuentes Pardo y Laura Carrera García

Fig. 3. Detalles constructivos de las intervenciones propuestas.

de piedra o adobe; en algunos ejemplares presen- Propuestas concretas para la


tan dos hojas: exterior de piedra e interior de adobe, reutilización de los palomares
sobre la que se ejecutan los nidos. El paramento
externo presenta un enfoscado fino con mortero de Los palomares seleccionados para la elaboración
cal, que protege el edificio de humedades y evita el de estas propuestas responden a tipologías propias
ascenso de alimañas. Los nidos presentan general- de esta zona de Soria, por lo que si bien correspon-
mente forma prismática, aunque se han inventariado den a casos particulares y concretos, las soluciones
algunos ejemplares con nidos en cuarto de esfera o constructivas que se aportan serán de uso generali-
formados por vasijas de cerámica. El sistema estruc- zado en la zona; pudiéndose trasladar de un núcleo
tural de cubierta es sencillo, a base de pares de ma- de población a otro sin excesivas modificaciones.
dera apoyados directamente en los muros y tablazón La figura adjunta muestra el estado inicial de los
como elemento de soporte. También es frecuente la tres ejemplares elegidos para el desarrollo de las
existencia de un pie derecho en posición central que propuestas de reutilización.
soporta una parte del peso de la cubierta. La entrada
de palomas se realiza por desfase de faldones o a
través de troneras ejecutadas mediante un quiebro Recuperación de un palomar para la
del faldón. producción tradicional de pichones
La figura 3 ofrece una muestra gráfica de dife-
rentes detalles constructivos en los palomares del El ejemplar seleccionado presenta un aceptable
suroeste de Soria. estado de conservación, según puede apreciarse en
En función de cual sea la forma de la planta (cir- la figura 4; si bien resulta necesario el desmontado
cular o rectangular) y cubierta del palomar (a un de la cubierta para proceder a la reparación del ma-
agua, a dos aguas, cónica u otras), número y tipo de deramen deteriorado y posterior retejado con la teja
pasos de palomas, y presencia de guardavientos, se original. El muro de carga, de 70 cm de espesor, es
han podido identificar en la zona 22 tipologías cons- de mampostería de piedra caliza tomada con barro y
tructivas diferentes. No obstante, el modelo más re- presenta su paramento externo revocado con morte-
presentativo en la comarca es el palomar de planta ro de cal y pigmentos naturales del entorno.
circular con cubierta a un agua y entrada de palomas Los trabajos de restauración del palomar, diri-
por troneras o desfase de faldones. La mayoría de gidos a su puesta en uso para la cría de pichones
los palomares del suroeste soriano ha perdido su uso destinados al autoconsumo familiar, consistirán en
original, presentando deterioros graves, e incluso la recuperación de la solera con suelo-cemento; re-
hallándose en un estado de inminente ruina (53% de construcción del forjado perimetral para facilitar el
los inventariados). acceso a los nidos situados en la parte superior del

—  394  —
Revalorización de las construcciones rurales tradicionales mediante su reutilización. Caso particular: Los palomares en el suroeste de Soria.

Fig. 4. Ejemplares seleccionados para el desarrollo de las propuestas.

muro con rollizos y entablado; reparación de la es- palomas mensajeras con fines lúdicos, actividad
tructura de cubierta y retejado, manteniendo el ac- usual en otras comarcas europeas. Este uso implica
tual paso de palomas por tronera y reconstrucción la existencia dos espacios independientes comuni-
de un guardavientos similar al original con mam- cados mediante puerta abatible (piso inferior dedi-
postería de piedra en seco. cado al almacenamiento de jaulas, sacos de pienso,
La actuación prevista, muy respetuosa con las medicinas y demás enseres de limpieza y superior
características tipológicas propias del palomar, per- destinado al alojamiento de aves), acceso para pa-
mite un uso productivo del mismo, al tiempo facilita lomas con trampa de paso, posaderos específicos y
la conservación de una seña de identidad etnográfi- sellado higiénico de nichos.
ca en la zona. No se ha de olvidar que los palomares La estructura de madera del palomar, consistente
han formado y forman parte de la historia y el pai- un pie derecho sobre el que apoyan sendas crucetas,
saje de la comarca. El palomar daría cabida a un nú- será de nuevo suministro. Asimismo, se ejecutará
mero aproximado de 20-25 parejas de paloma bra- una solera de hormigón para garantizar la limpieza,
vía (“Columba livia”) de subespecies autóctonas. una viga de atado en la coronación del muro, una
El coste superficial medio de la actuación previs- nueva cubierta con forma cónica, teja vieja y trone-
ta se estima en 748,30 €/m2. ra para el acceso de palomas y el forjado de madera
ya mencionado; se restaurará la puerta de acceso
y se dispondrá una escalera sencilla de madera de
Reutilización para el cuidado de palomas pino y 20 posaderos para palomas mensajeras.
mensajeras (colombódromo) El coste superficial medio de la actuación se es-
tima en 762,60 €/m2.
El ejemplar elegido para este fin carece de cubier-
ta y estructura de forjado en planta primera, por lo
que su estado de conservación puede calificarse como Reutilización como aula de
regular o malo. Presenta una estructura de muros por- conocimiento del medio rural
tantes de mampostería de piedra con pie derecho de
madera que sujeta las vigas de cubierta. Los para- Dado que esta actuación supondrá una mayor al-
mentos exteriores presentan un revoco tradicional de teración del edificio, se ha seleccionado un ejemplar
cal y arena, meteorizado en algunas áreas, hallándose en estado de inminente ruina, que carece de cubierta
la cara interior revocada con barro. La puerta de ac- y presenta una parte de sus muros derruida. Tiene
ceso al palomar se encuentra en buen estado y sólo más de un centenar de nichos realizados con piedras
precisa de obras menores de restauración. parcialmente labradas y dispuestos regularmente en
Manteniendo la esencia propia del palomar tra- los muros.
dicional, se propone un uso alternativo con bene- Dado que la conservación del medio, la poten-
ficios no desdeñables para el promotor: la cría de ciación de los productos autóctonos y la promoción

—  395  —
José María Fuentes Pardo y Laura Carrera García

turística son objetivos ampliamente buscados, se significativos de la arquitectura popular y del


plantea la creación de un espacio dirigido a la divul- paisaje.
gación de la comarca, que se convierta en un refe- • En el marco de las nuevas políticas de desa-
rente básico para visitantes y habitantes de la zona. rrollo rural, es posible plantear alternativas
Para ello, debería procederse al desescombro in- para mantener los palomares en uso, única
terior del palomar; desmontado manual de las par- forma de garantizar su adecuado manteni-
tes deterioradas del muro; ejecución de zuncho pe- miento y preservación. En la comunicación
rimetral; ejecución de barrera de drenaje y solera de se plantean tres propuestas de intervención
hormigón; reconstrucción de la cubierta a un agua diferentes para la puesta en valor de estas
con teja cerámica curva sobre paneles sándwich construcciones agrarias tradicionales.
autoportantes y barrera impermeabilizante; insta-
laciones de fontanería, saneamiento y electricidad Las propuestas de reutilización planteadas pre-
(mediante paneles solares); restauración de puerta tenden ser no sólo un prototipo de recuperación de
de acceso; acristalamiento en la parte de muro de- elementos arquitectónicos con uso y viabilidad en
rruida y provisión de mobiliario y enseres para el el tiempo, sino servir igualmente como modelo de
aula (mesa, retroproyector, altavoces, etc.). arquitectura integrada en el paisaje empleando los
El interior del edificio presentará dos alturas con medios de formación e información; en definitiva,
áreas destinadas a recibidor, aseo y almacén en plan- de divulgación y concienciación del medio rural tan
ta baja y espacio de exposiciones y conferencias en negativamente afectado en estos tiempos.
planta superior. Los muros de todas las paredes man-
tendrán los nichos originales, que podrán servir de es-
tantes para la colocación de libros y otros elementos. Agradecimientos
El coste superficial medio de la actuación as-
ciende a la cantidad de 1541,80 €/m2. Los autores agradecen al Ministerio de Ciencia y
Tecnología y a la Asociación “Tierras Sorianas del
Cid” su ayuda financiera a la investigación que se
Conclusiones presenta en esta comunicación.

En el transcurso de las últimas décadas el ritmo


de cambios se ha intensificado en el medio rural (me- Bibliografía
canización de la agricultura, modernización de las
explotaciones, despoblamiento y envejecimiento de FLORES LÓPEZ, Carlos: Arquitectura Popular Españo-
los habitantes) dando lugar a un proceso de creciente la. Bilbao: Aguilar, 1973.
destrucción de la arquitectura rural tradicional. Dado FUENTES PARDO, José María: Metodología para la
que la principal característica de la arquitectura po- reutilización de construcciones agrarias. Caso par-
pular es su “sentido utilitario” (Flores, 1973), una ticular: Estudio de edificios agrarios para su reuti-
lización en la Ribera del Duero Soriana. Tesis doc-
gran parte de las construcciones tradicionales de
toral. Madrid: Universidad Politécnica de Madrid,
nuestros pueblos están llamadas a desaparecer si no
2004. (No publicado)
se buscan soluciones para su preservación, basadas ORDUÑA NICOLAS, José ET ALS. : Palomares y pa-
en su adaptación a nuevos usos compatibles con los lomas. Manual básico. Valladolid: ADRI Paloma-
requerimientos actuales de la población rural. res, 2001.
El presente trabajo aborda el estudio de una ti- ROLDAN MORALES, Francisco: Palomares de barro
pología constructiva concreta –los palomares tradi- de Tierra de Campos. Valladolid: Caja de Ahorros
cionales– y plantea varias alternativas de uso para Provincial de Valladolid, 1983.
su revalorización. A partir de los trabajos de campo SOUTO SILVA, Mercedes: Palomares en el sur de Ara-
desarrollados por los autores, se pueden apuntar, gón. Teruel: Centro de Estudios del Jiloca, 2004.
entre otras, las siguientes conclusiones: WAUTERS, E.; GOEDSEELS, V. [En] Actas del Con-
greso “New uses for old rural buildings in the con-
• La decadencia de la cría de palomas es pa-
text of landscape planning” (Piacenza, 20-21 de
tente, lo que conlleva irremisiblemente al junio de 1996). Piacenza (Italia): Commission Inter-
abandono y ruina de los palomares. A ello nationale du Génie Rural (CIGR), 1996.
contribuye también en gran medida el desco- YANES GARCÍA, José Emilio: Palomares tradicionales
nocimiento por parte de la población rural del en Tierras de Zamora. Zamora: Diputación Provin-
valor de estas construcciones como elementos cial de Zamora, 1999.

—  396  —
Entre la tradición y la modernidad: reflexiones
en el proyecto de adaptación de una casa
en Arroyomolinos de León (Huelva)

Aurora Villalobos Gómez


Universidad de Sevilla. España

Los nuevos modos de habitar han ido despo- proceso que siguen arquitecto y usuario para gene-
blando los núcleos rurales de forma que el actual rar una nueva solución desde los distintos imagina-
interés por la arquitectura vernácula ha venido ine- rios a los que pertenecen.
vitablemente acompañado de una falsa “imagen
romántica”.
El arquitecto, como mediador entre la vivienda INVESTIGAR; caracterizar el objeto – pasado
y su nuevo habitante debe aportar en el proyecto de
arquitectura ese vínculo entre la tradición y la mo- Investigar para caracterizar el objeto significa identi-
dernidad, de manera que los espacios vuelvan a ser ficar, partiendo del mismo, los elementos materiales
vividos conforme a esas nuevas demandas interpre- e inmateriales que lo constituyen a diversas escalas:
tadas desde una nueva clave: la casa ha dejado de el edificio, el entorno y el lugar. Supone la defini-
ser la residencia habitual, a veces la vivimos con ción de unos criterios generales de intervención.
cierta nostalgia de lo que conocimos y somos rea-
cios a los cambios, al mismo tiempo preferimos re-
inmaterial material
novarla para no perder el confort al que nos hemos
acostumbrado, la “usamos” de diferente forma no condiciones
sólo en lo que concierne a la nueva funcionalidad vocabulario
climáticas
de los espacios sino al concepto mismo de interior- empleado
orientación
tradiciones locales lugar
exterior, aparece un nuevo mobiliario, necesitamos geográfica
sentido de la
otros niveles de iluminación, nuestra relación con la tipología - invariantes
privacidad
naturaleza ya no es como sistema productivo... materiales empleados
Simplemente hemos cambiado y la casa debe ha-
concepto de exterior
cerlo, pero vivimos en la contradicción de “conser- ubicación en la ciu-
carácter urbano de
var” y/o “aprovechar”. El problema no es el cambio dad y en la calle
representación entorno
sino el modelo de cambio. Es por eso que se plantea normativa urbanística
relación con otros
desde la creatividad una estrategia de intervención aplicada
usos urbanos
que recoja esas experiencias culturales. En este sen-
tido, la metodología a seguir en nuestra tarea debe superficie y
consistir en (ver cuadro en la parte superior de pági- concepto de interior edificabilidad
na siguiente): carácter de los huecos antigüedad de la casa
El proceso intelectual de “proyectar” encuentra programa funcional reformas realizadas
casa
en estas preexistencias las claves para la actuación. necesidades estéticas estado de
preexistencias y conservación
En nuestro caso se trata de adaptar dos viviendas
pervivencias elementos singulares
tradicionales en una sola para casa de vacaciones. El papel del mobiliario
interés de esta comunicación se centra en explicar el

397
Aurora Villalobos Gómez

qué hacer: cómo: para: cómo:


1 Investigar Elementos constituyentes: Bien-objeto → objetivo (identificar)
pasado materiales conservar=criterios Estado actual:
caracterizar el objeto inmateriales • Croquis
respecto a: • Fotos
el lugar • Ficha de diagnóstico
el entorno
la casa
2 Analizar Nuevas demandas de: Usuario-sujeto → subjetivo (interpretar)
presente luz natural y artificial aprovechar=objetivos Estado actual y de
detectar valores espacio interior-exterior proyecto:
funciones y recorridos • Ideogramas
estética • Reflexiones
mobiliario…
3 Proponer Nuevas situaciones de Bien+usuario → real (intervenir)
futuro proyecto: comunicar=acciones Estado de proyecto:
aportar acciones adaptación a normativa • Planimetría
criterios y prioridades • Memoria (documento
nuevas miradas cruzadas técnico y de difusión)

El estudio de un objeto susceptible de ser con- tienen las estancias, si hay otros edificios parecidos
siderado como patrimonio implica un trabajo inter- en el pueblo...
disciplinar -elaborado antes, durante y después del La vivienda sobre la que se reflexiona se locali-
proceso de intervención- para que éste sea conside- za en el casco urbano de Arroyomolinos de León,
rado desde diversos aspectos, como bien artístico, un pequeño municipio localizado en un valle in-
histórico, arqueológico, etnológico, documental, cluido en el Parque Natural de la Sierra de Aracena
bibliográfico, científico o técnico1… En el caso de y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva. Las
una vivienda tradicional son muchos los factores singulares cualidades geográficas de su localiza-
que influyen en su conformación y pocos los me- ción han determinado un proceso de antropización
dios de los que se dispone para definirla a falta de del territorio caracterizado por pequeños núcleos
un equipo de investigación, por lo que el arquitecto de población (<1000 habitantes en aprox. 400 vi-
procura tener presente estos aspectos desde su pro- viendas), mal comunicados entre sí (por carreteras
pia disciplina. autonómicas de tercer nivel) y al margen de la in-
La primera forma de conocimiento sobre la casa fluencia de cualquier capital de provincia (la más
viene de la visita técnica: se dibujan croquis, se próxima, Huelva, a 172 km). Estos factores con-
fotografía, se toman medidas y se anotan algunos dicionan el desarrollo de un modelo de vida rural
datos y particularidades respecto a su emplazamien- que se manifiesta en lo que hemos llamado “arqui-
to, materiales y sistemas constructivos, reformas tectura vernácula”: una arquitectura adaptada a las
realizadas, estado de conservación… Esta infor- condiciones climáticas del medio (pluviometría,
mación se complementa con la consulta de mapas bajas temperaturas…), elaborada con materiales lo-
temáticos georreferenciados del territorio (clima, calizados en la zona (canteras de pizarra próximas,
población, comunicaciones, monumentos), bases encinares y alcornocales…) y técnicas construc-
de datos sobre las características socio-económicas tivas tradicionales (es decir, no industriales). Nos
del municipio (sea el Sistema de Información Mul- permiten identificar, si no una tipología de vivienda
titerritorial de Andalucía), normativa urbanística (a falta de un estudio más exhaustivo y compara-
existente, noticias históricas, publicaciones sobre do), al menos sí unos invariantes arquitectónicos.
la tipología arquitectónica de la zona (en caso de Se optimizan unas disposiciones espaciales y unas
que exista), y cualquier testimonio oral que recuer- soluciones constructivas reconocibles en su forma
de cómo era la casa, cómo se habitaba, qué nombre que se consolidan por su éxito.
El interés del municipio no se deriva de sus mo-
1.  Ley 1/91, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de An- numentos sino de la unidad ambiental que presenta al
dalucía. Título 1, art. 2.1 (BOJA 13 de julio de 1991, nº59). no haber sufrido grandes transformaciones: todavía

—  398  —
Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en Arroyomolinos de León (Huelva)

se pueden encontrar numerosas calles empedradas y Resulta llamativo el modo en que se ejecutan las
casas con huertos traseros al borde del arroyo que lo aberturas en los muros, ya que es un trabajo muy
limita. La relación campo-ciudad aún no se ha perdi- fino de arcos de ladrillo (en vez de pizarra, como
do. En principio no se detectan problemas a esta es- el muro) y además se practica el derrame del vano
cala y, a la inversa, las Normas Subsidiarias parecen hacia el interior (con la dificultad geométrica que eso
imponer condiciones razonables al proyecto. implica). Este hecho tiene dos lecturas: una desde
El solar en el que se encuentra la vivienda entre el exterior, ya que se ofrece un tamaño de ventana
medianeras tiene una forma sensiblemente rectan- inferior hacia la calle, bien sea para proteger la inti-
gular, con una superficie aproximada de 300 m2. Se midad del habitante o bien no alterar la escala de la
sitúa en la zona urbanizada del municipio, dando fachada respecto a la calle; y otra hacia el interior,
fachada a dos calles: La fachada principal (Sureste) creando el efecto de una luz unilateral difusa más
-de 11.80 m de longitud- da a una de las calles mejor numerosa y suave que lo que sería la entrada de sol
conservadas. Es una vía de unos 6 metros de anchu- directa desde el Sur y suavizando el contraluz en el
ra, con tráfico rodado en doble sentido (sin aceras), hueco al destacar con la inclinación de los paños de
de pendiente uniforme. Desde ella se plantea el ac- las jambas el color rosado de la pared. Los visillos y
ceso principal a la vivienda, como hacen todas las las carpinterías de madera (no sustituidas aunque en
demás que se encuentran a ambos lados de dicha mal estado) contribuyen a esta riqueza de matices
calle. La fachada trasera (Noroeste) - de 14.65 m con la existencia de contraventanas.
de longitud- asoma a una calle con vistas al Arroyo La vivienda, prácticamente intacta en su interior
de la Morena. Es una calle de unos 3.50 metros de (en colores y texturas), aparece en cambio despojada
anchura, con viviendas en uno solo de los lados, y de gran parte de su mobiliario como consecuencia
de pendiente más pronunciada. del reparto de los bienes heredados. Sin embargo,
Se pretende reformar esta casa tradicional para todavía se encuentran pequeños elementos que ha-
adaptarla como casa de vacaciones de una fami- blan de las formas de vida asociadas al campo (jarras
lia actual. Ha venido siendo usada como una sola de leche, capazos, útiles, pesebres), de lo cotidiano
vivienda a pesar de que en realidad se trataba de (visillos, lámparas, sillas, un acordeón) e incluso de
dos, de diversa distribución aunque igual tipolo- otras intervenciones (puertas que sobran, tejas).
gía constructiva (muros de carga de mampostería y Son de señalar por su interés entre las preexis-
forjado unidireccional con rollizos y entablado de tencias asumidas por el proyecto un pesebre de ma-
madera): La primera vivienda (PB+1) está formada dera –en la cuadra– y un horno de fábrica de ladrillo
por una crujía única de 2.5 m de anchura y 13 m de -en el patio-, no sólo como testimonio de una forma
profundidad. La segunda vivienda (PB+1+bodega) de vida sino especialmente por su manufactura.
presenta dos partes. Una zona doméstica, que está A la vista de la investigación realizada, los cri-
formada por tres crujías paralelas entre sí (y dis- terios generales que nos planteamos en la interven-
puestas perpendicularmente a la anterior), de 3.35 ción sobre la casa son:
metros de anchura y 8 metros de profundidad, que —— Mantener los sistemas constructivos y ma-
cuenta con una pequeña bodega a un nivel inferior. teriales originales como testimonio de unas
La otra parte consiste en una nave trasera (en pa- técnicas tradicionales consolidadas por la
ralelo a las crujías) con 3.80 m de ancho y 14 m práctica: muros de carga de mampostería de
de longitud, que venía siendo usada como cuadra pizarra, forjados unidireccionales de tres me-
(en planta baja) y pajar (en planta alta). Los forja- tros de crujía -compuesto por rollizos y enta-
dos de esta parte se encuentran desfasados en altura blado de madera-, cubierta a dos aguas con
aproximadamente un metro respecto a los de la an- teja cerámica tipo árabe y vanos de fachada
terior. Entre ambas partes se encuentra un patio, que realizados con arcos de ladrillo y derrame
absorbe estos desniveles por medio de un sistema hacia el interior en todos sus lados. Se segui-
de escaleras y también comunica las dos viviendas ría la intervención mínima en los mismos,
entre sí. Actualmente se encuentra contaminado por siempre que fuera posible, de acuerdo con el
construcciones mal resueltas que reducen su super- valor de autenticidad.
ficie útil: un aseo exterior adosado a la nave (que —— Reconocer como bienes muebles asociados
nunca ha llegado a ser usado) y una cocina adyacen- a la memoria histórica de la casa algunos
te a la zona doméstica (realizada provisionalmente elementos que han perdurado como un do-
de fábrica de ladrillo con cubierta de fibrocemento, cumento de lo que fue: solería diversa según
aproximadamente veinte años atrás). las estancias (baldosa hidráulica, enchinado y

—  399  —
Aurora Villalobos Gómez

no existe ideas     creación


Edificio hasta busca un
Habitante
lo cotidiano que se lugar
construye proyecto ex-novo: nueva planta, reforma…
Arquitecto
Objeto Sujeto
arquitectura vernácula
valores        reconocimiento
no existe
Patrimonio busca un hasta que
proyecto sobre preexistencias: Espectador
el acontecimiento espectador no se
de conservación, restauración, rehabilitación, reforma,
reconoce
reconstrucción…

lajas de pizarra), carpinterías de madera ma- traducir gráficamente lo que no son más que deseos,
ciza con doble hoja abatible, contraventana y ya de por sí a veces difíciles de expresar por pala-
reja de forja, horno de fábrica de ladrillo cara bras. Los croquis, las perspectivas a mano, las plan-
vista, pesebre de madera y elementos de de- tas y secciones a escala nos ayudarán a llegar a un
coración (muebles e instrumentos de trabajo). pleno entendimiento entre lo que el usuario buscaba
Son los que personalizan el espacio heredado, y las exigencias intelectuales y materiales del arqui-
de acuerdo con un valor de evocación. tecto. Del sujeto se llega al objeto por la mediación
—— Incorporar nuevas soluciones que respeten del arquitecto y esto es obvio en los proyectos de
la unidad formal y funcional de los espa- nueva planta, en los que la casa no existe hasta que
cios -entendidos desde una nueva forma de no aparece un habitante que la imagine; el arquitec-
habitarlos- pero permitiendo la lectura de la to crea su propio sistema para construir una idea.
intervención: nuevas particiones interiores, ¿Por qué no planteamos también estas cuestiones
apertura de huecos, incorporación de insta- en un proyecto sobre un objeto patrimonial? Si bien
laciones… Así no se romperá la continuidad es cierto que el entendimiento por parte del sujeto
histórica del edificio y se garantizará su valor de dicho objeto como parte de nuestro patrimonio es
de uso por otra generación. el que nos mueve en primera instancia a intervenir
para su conservación, eso no nos impide afirmar que
fundamentalmente, en este caso, del objeto se llega
ANALIZAR; detectar valores - presentes al sujeto. Es más, en una segunda aproximación, el
aprovechamiento podría ser una decisión tomada a
Analizar el objeto supone detectar, desde el pre- posteriori o tal vez nunca; bastaría con la documen-
sente, los valores que resultan significativos para el tación emanada de su conocimiento y la difusión de
sujeto que sobre él tiene unas expectativas de apro- los resultados. Podemos decir que la recuperación
vechamiento. Supone la definición de unos objeti- de un objeto no se realiza nunca estrictamente por
vos generales de la intervención. sí mismo sino en base a unas claves culturales que
Todo proyecto de arquitectura, en su dimensión son las que hacen que cobre precisamente valor pa-
de encargo profesional por parte de un promotor trimonial para la sociedad que se identifica con él.
(ya sea privado o público) presenta una componen- Nos movemos en el campo de los valores, en un
te personal imprescindible en tanto que, por medio sistema de reconocimiento, abierto a todos por la
de un proceso creativo, se pretende dar solución a propia definición de “patrimonio”2. Pensemos en el
unas demandas de habitabilidad que satisfagan al manifiesto firmado por artistas y escritores france-
usuario. Es por ello que, como punto de partida, se ses para el derribo de la Torre Eiffel tras el final de
tratan cuestiones que afectan al sujeto como pro- la Exposición Universal de París de 1889 porque tal
grama funcional, superficies asignadas, comunica- “odiosa columna de hierro remachado” les resultaba
ciones necesarias… y, según vayamos entrando en
más detalle, situación de los accesos, vistas desea- 2.  BRANDI, Cesare: Teoria del restauro. Turín: Einaudi,
das, materiales a emplear… De este modo empie- 2000, p.6: “El restauro [podríamos decir puesta en valor] cons-
tituye el momento metodológico del reconocimiento de la obra
zan a plantearse esquemas que, independientemente de arte, en su consistencia física y en su doble polaridad estética
del sistema de representación empleado, intentan e histórica, en vistas a su transmisión al futuro”.

—  400  —
Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en Arroyomolinos de León (Huelva)

Diversas imágenes de la vivienda: fachadas trasera y delantera, nave de la cuadra, puerta del zaguán, ventana a la calle,
horno, arco de ladrillo, bóveda del horno, cámara alta.

—  401  —
Aurora Villalobos Gómez

una “deshonra” para la ciudad3, cuando hoy en día a los conceptos más actuales de sostenibilidad e
es uno de sus iconos; y, en el sentido contrario, la identidad) con un gran potencial de adaptabilidad
movilización social que se dio en Venecia cuando a los nuevos niveles de confort (de acuerdo con la
se desmoronó el Campanile de San Marcos en 1902 práctica habitual de transformación con la que se
y nadie criticó entonces su reconstrucción, a pesar ha venido operando en ella). El conflicto entre tra-
de tratarse de un falso histórico ya que lo que debía dición y modernidad se supera desde esta actitud
pervivir era su significado y no tanto su materiali- que, dentro de la claridad de su planteamiento, no
dad4. Vemos que incluso en el caso del patrimonio distingue entre conservar y aprovechar. Las mira-
monumental, a pesar del protagonismo del objeto, das se cruzan, del objeto al sujeto (necesidad de
el sujeto toma la iniciativa al intervenir en el reco- conservación) y del sujeto al objeto (necesidad de
nocimiento de un objeto patrimonial como testimo- aprovechamiento). La continuidad de la existencia
nio de una época o determinada actividad humana. del primero pasa por un nuevo cambio que debe ser
No puede existir objeto sin sujeto que lo cree, en sus entendido por el segundo como una fase más de su
dos dimensiones: sin artista que lo realice (materia- vida. En otro caso, no serviría de nada una casa re-
lidad) ni espectador que lo aprecie (significado). habilitada ya que su abandono traería igualmente,
Pero, en el caso del proyecto de adaptación de consigo, al final, su propio deterioro.
esta vivienda ¿qué sucede con la arquitectura ver- En este planteamiento del proyecto como me-
nácula? Su reconocimiento ha venido tardíamente diación entre valores comunes e intereses particu-
dada la dificultad para ser definida por su condición lares, resulta tan necesario conocer la casa (aunque
mixta entre lo cotidiano (edificio) y el aconteci- haya quedado vacía de muebles, ya no sea la “ori-
miento (patrimonio). Las reflexiones no se dan en ginal”…) como sus habitantes (aunque se trate de
un solo sentido sino que continuamente nos estamos una relación profesional y “sólo” el arquitecto sea el
moviendo entre un objeto con valores susceptibles que realice el proyecto) para poder llegar a un diá-
de ser conservados (reconocimiento) y un sujeto logo entre ambas partes cuando se queden a solas.
con unas expectativas de aprovechamiento (crea- El arquitecto debe hacer hablar a la casa a través
ción) que hasta ahora se habían visto resueltas con de la investigación o caracterización del objeto que
el buen hacer de las técnicas tradicionales. Al tratar- -como documento de su propia historia- no es capaz
se de una arquitectura anónima, heredada y en uso, de transmitirla por sí mismo de forma explícita a
debemos hacer un proyecto sobre un edificio que no una persona ajena a su lenguaje. Y, por otro lado,
tiene planos, que se ha ido transformando conforme el arquitecto debe entenderse con el habitante -que
a sus nuevas necesidades y con una memoria tanto debe asimismo encontrar palabras a sus deseos- a
personal como colectiva. través del análisis de las nuevas demandas. Son pro-
La cuestión se ha venido planteando de una ma- cesos necesarios, simultáneos y complementarios.
nera equívoca y parcial: hasta ahora la tradición se También para el arquitecto es una tarea de discerni-
ha entendido como conservación a ultranza de unos miento en la que influyen su propia experiencia como
modos de vida a veces trasnochados, al tiempo que habitante y las referencias arquitectónicas de otros
la modernidad se ha visto desprestigiada por ciertas compañeros. La casa ha sido el principal tema de pro-
actuaciones que han abusado del valor de mercado yecto de la modernidad y, en este caso, la aportación
de estos inmuebles, entendidos únicamente como re- de Souto de Moura en sus intervenciones sobre ruinas
curso económico. La decisión de decantarse por una reconvertidas en viviendas ha sido muy provechosa.
opción u otra sería tan difícil como escoger quién es Ante esta situación podemos encontrarnos con
más valioso o verdadero, si el Quijote (objeto reco- el arquitecto que sólo escucha la casa (en un afán
nocido que se lee) o Cervantes (sujeto creador que conservacionista), sólo atiende al habitante (se li-
escribe). No negamos su valor pero ¿cuál debe ser mita a un encargo) o incluso que sólo se escucha a
nuestra actitud?, ¿hacia dónde dirigir nuestra mira- sí mismo… Estaría renunciando a su vocación de
da?, ¿cabe la creación en ese reconocimiento? mediador entre las necesidades y deseos, perdiendo
Frente a esto, se plantea la puesta en valor de esa la oportunidad de descubrir, en lo que se planteara
arquitectura vernácula adaptada al medio (conforme al inicio como un inmueble molesto recibido en una
gravosa herencia, un nuevo edificio que el habitante
no esperara encontrar en éste.
3.  BENEVOLO, Leonardo: Historia de la arquitectura
El programa de necesidades requerido por la
moderna. Barcelona: Gustavo Gili, 1982, p. 154.
4. LAMBERINI, Daniela: Note storiche sulle teorie del re- propiedad se compone de un vestíbulo de entrada,
stauro architettonico. Florencia: CUSL, 1985, p. 18. salón-comedor, estar-biblioteca, cocina, un aseo,

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Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en Arroyomolinos de León (Huelva)

tres baños, cinco dormitorios, terraza-mirador, tras- —— Facilitar la capacidad de evocación de lo que
tero, garaje y bodega. El arquitecto interpreta estas fue como una necesidad de mantener la me-
necesidades y deseos, valorando la casa respecto a moria personal del habitante (ver qué espa-
los habitantes y planteando los objetivos a seguir en cios se pueden mantener y poder reconocer
la intervención presente: aquellos que fueron) y colectiva de sus ve-
—— Establecer nuevas dimensiones y relaciones cinos (sobre todo en lo que a las fachadas se
entre los espacios que, aunque conserven sus refiere, para no modificar la escala de la calle
funciones, requieren de nuevos niveles de con el alzado conjunto de las dos casa y la
confort: accesibilidad a las plantas superiores apertura de nuevos huecos).
(exigencias técnicas de seguridad), sensación —— Favorecer la oportunidad para ser una nueva
de espaciosidad (posibilidad de diversos re- arquitectura, que materialice la nueva etapa
corridos, percepción de los diversos volúme- del edificio, como se ha venido haciendo a
nes), iluminación directa y reflejada (no sólo lo largo del tiempo en las sucesivas amplia-
como recurso para la visión sino como expe- ciones y transformaciones. La casa seguirá
riencia estética), alcance de la climatización siendo tal no porque se mantenga en pie sino
(para que sea eficaz), mayor sentido de la porque continúe habitada.
higiene (lo que se traduce en algo tan senci-
llo como construir por primera vez un baño),
interpretación del mobiliario (recurrencia a lo PROPONER; aportar acciones – futuras
antiguo como elemento identitario y lo nuevo
como modernidad), usos considerados en la Llegados a este punto, proponer implica apor-
actualidad tan imprescindibles como los es- tar acciones patrimoniales que, de forma expresa
trictamente vinculados a las necesidades pri- y deliberada, pongan de manifiesto y comuniquen
marias (mayores espacios para el descanso, al sujeto los valores documental, arquitectónico y
aparición de zonas de estudio y juego, el patio significativo5 detectados en el objeto a través de la
como nuevo espacio privado al exterior)... identificación y la interpretación.
Las dimensiones de la casa, superiores a los De acuerdo con los criterios reconocidos, los
estándares actuales de vivienda, permiten un objetivos planteados anteriormente se concretan en
proyecto sencillo pero en el que los espacios unas acciones a lo largo del proceso de proyecto.
no tienen por qué identificarse con una única No es una propuesta deducida científicamente, no
función; de la interacción entre ellos deviene hay un solo proyecto posible:
esta nueva experiencia habitacional en la que Ambas viviendas se encuentran en un buen es-
los usos se superponen en el espacio y en el tado de conservación y, por lo tanto, las modifica-
tiempo. ciones estructurales adoptadas son sólo a efectos de
—— Generar un cambio de orientación derivado unificar la distribución para adoptar una solución
de un nuevo entendimiento del interior, el ex- única de vivienda. La primera vivienda original
terior y las relaciones entre ellos: la fachada queda absorbida por la segunda vivienda al derribar
delantera continúa siendo la imagen urbana el muro que las separaba. Su estrechez y largura la
de la casa pero ya no será el único elemento hacían inservible actualmente para cualquier uso:
de referencia con el exterior cuando se abran dificultad de compartimentar y amueblar dejando
huecos en el muro hacia el patio (generando espacios de paso e imposibilidad de iluminación na-
dos nuevas fachadas interiores) e incluso se tural. La nueva planta baja se unifica al prolongar
rebaje el alzado posterior (para introducir el los muros de carga originales con unos cerramientos
paisaje como fondo de la casa). Ya no se mi- que, liberados de esfuerzos portantes por unas vigas
rará al entorno urbano sino al patio, y de éste de descarga, permiten la incorporación de armarios
al entorno natural. El sentido de pertenencia y estanterías. Se convierte en la planta pública de la
no se verá reducido al edificio o la ciudad, vida doméstica ya que desde este nivel (cota +0.00
sino que se ampliará al territorio. La casa en- m) se accede a la casa desde la fachada principal. Se
tendida como el conjunto de espacios resul-
tantes de un sistema constructivo de crujías
5.  GONZÁLEZ MORENO-NAVARRO, Antoni: La res-
en paralelo generadas a partir del muro de
tauración objetiva (Método SCCM de restauración monumen-
carga de la fachada, pasará a estar articulada tal): memoria 1993-1998. Barcelona: Diputación de Barcelona
respecto al patio. – Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local, 1999, p. 30.

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Aurora Villalobos Gómez

Dimensiones y relaciones entre los espacios (plantas), cambio de orientación (secciones), evocación de las dos viviendas
(fachadas); y oportunidad para una nueva arquitectura (alzados patio).

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Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en Arroyomolinos de León (Huelva)

mantiene el vestíbulo anterior –algo más reducido– de la cuadra. La planta superior (cota +2.27 m) se
a modo de zaguán desde el que se puede acceder a convierte en una terraza-mirador de la casa (espacio
los dos dormitorios renovados de la planta baja, con común exterior) hacia el arroyo y la sierra. Se dispo-
un nuevo baño completo y un pequeño aseo para las ne también un pequeño trastero, susceptible de ser
visitas (que anula el que había en el patio). Lo que ampliado según las nuevas necesidades.
antes era una sucesión de estancias (en continuidad, Conforme vamos asumiendo la materialidad de
paralelas a los muros de carga) con un espacio de la intervención, se van tomando una serie de deci-
tránsito materializado en el enchinado del suelo, se siones que afectan a aspectos más parciales pero no
transforma en un amplio distribuidor en el que des- por ellos menos decisivos del proyecto. Si bien, a
embarca la nueva escalera (que lleva a la planta alta) cierto nivel, lo que se planteaba era una distribución
y que comunica los espacios comunes en el interior (en planta y sección) que resolviera el funciona-
de la casa (como son el salón-comedor y la cocina). miento de la casa manteniendo su coherencia inter-
El salón se ubica en su posición original, marcada na, llega un punto en el que se debe decidir sobre los
por la chimenea central, pero se prolonga en super- elementos puntuales considerados como recursos –a
ficie (en el espacio de comedor que quedaba interior la vista de su estado de conservación– y, entonces,
entre las dos crujías centrales) y en altura (al eliminar hay que priorizar:
el forjado de la planta superior y permitir la relación Aunque no hay una sola solución para cada pro-
con planta alta). La cocina anterior desaparece por blema, también es verdad que no siempre se puede
su precariedad (falta de espacio, provisionalidad de resolver todo a partir de una sola idea ya que, a
la intervención) y se ubica muy próxima en la crujía veces, puede incluso suponer la negación de otra
inmediata al patio. Tanto desde el salón como desde cuestión. Sea por ejemplo el modo en que se ha re-
la cocina se puede pasar al patio, que es el espacio suelto la cuestión de la luz en esta vivienda. Frente al
común de transición entre el interior y el exterior. criterio general de conservar los muros de carga de
La planta alta (cota +3.20 m) se aumenta 30 cm mampostería debido a su buen estado (sin manchas
de altura para conseguir que toda la superficie sea de humedad, grietas por asientos o desplomes) y su
pisable. Se convierte en la planta privada de la vida interés constructivo, se hace preciso derribar: aquél
doméstica. Se compartimenta la primera crujía de que dividía las viviendas entre sí -para unificarlas
fachada con dos dormitorios y un baño, en la se- por el interior-, así como un tramo en el nuevo salón
gunda se consigue más espacio para la nueva esca- -para ganar en amplitud y luminosidad-. La casa
lera, un baño y la zona abierta pensada como estar- da un vuelco y, de recibir la luz por la fachada a la
biblioteca y en la tercera se reserva una parte para calle, pasa a asomarse a un patio que, hasta enton-
otro dormitorio o posible sala de juegos. A seme- ces, había sido entendido como un espacio trasero
janza del pasillo inferior, se conforma una pasarela exterior, asociado al trabajo. Incluso, la superficie de
superior que se asoma a la doble altura del salón y patio que se recupera para el uso de los habitantes,
conduce a un balcón exterior hacia el patio. A ella como un espacio de transición entre el interior y el
se accede desde la escalera interior de la vivienda o exterior, se ve ampliada al eliminar un aseo externo
la escalera exterior del patio. que nunca fue estrenado y una cocina rudimentaria
Por debajo de la planta baja (cota -2.40m) se re- que se adosó a la última crujía en tiempos recientes.
cupera la antigua bodega como alacena y leñera de Su situación, disposición y superficies no resultaban
la casa. Se accede a través de una nueva escalera de adecuadas, por lo que se reubican en otras zonas de
doble tramo procedente del patio, trazada para permi- la casa sin afectar al programa.
tir la mayor superficie posible en éste y facilitar la vi- Asimismo, esa relación con el espacio exterior
sión del muro de mampostería a cara vista de la anti- cobra tanta importancia que llega un momento en
gua nave de cuadra y pajar, preservando el interesante que se decide desmontar el techo del pajar para
arco de ladrillo que sostiene el vano de la puerta. conseguir una terraza que, por un lado, se asome al
La nave de la vivienda (paralela a las crujías de la paisaje del Arroyo y, por otro, facilite la entrada de
casa, al otro lado del patio) que acogía la cuadra en aire y luz desde esta orientación noroeste recupe-
la planta baja (cota -1.20 m) se convierte en garaje rada. La casa se adapta así a las necesidades vita-
y registro trasero de la casa. Si bien sería más suge- les de una familia actual, para la que la pérdida de
rente para otro uso menos agresivo –debido a la pre- toda una planta cubierta no supone una merma de
sencia significativa del pesebre de madera– es inevi- espacio sino una mejora de la calidad de vida. El
table resolver esta cuestión en una vivienda actual; pajar ya había olvidado su razón de ser como habi-
y, al fin y al cabo, queda como una reinterpretación tación desde que abandonó su función de cobijo del

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Aurora Villalobos Gómez

exterior, coincidiendo con el cambio de mentalidad patio y vivienda original más estrecha). El criterio
operado en el habitante, para el que el lugar pasó que se siguió fue el de sustituir el pavimento dete-
a entenderse como un entorno de referencia y no riorado de las estancias con una nueva solería corri-
como un medio de subsistencia. da -de baldosa cerámica con acabado tipo rústico- y
En otras ocasiones, no es posible ejecutar la so- concentrar nuestros esfuerzos en los tramos singu-
lución técnica más idónea por una cuestión de pre- lares de enchinado y losas, que tenían valor por su
supuesto. El arquitecto debería hacer las veces de autenticidad y significado.
gestor para conseguir subvenciones y ayudas a la Esto fue una auténtica lección de arquitectura
rehabilitación... Los forjados de madera nos habían que quisimos incorporar para el proyecto en el crite-
llegado como testimonio de lo que fueron pero era rio de diseño del pavimento como correspondencia
un riesgo mantenerlos a la vista del manifiesto dete- formal y funcional entre unos espacios y otros. Si
rioro sufrido (alabeo de los rollizos de madera, frac- bien el enchinado sabíamos que resolvía el proble-
turas, pudriciones). No se trataba de una cuestión de ma del tránsito del ganado, reconocimos el sentido
capacidad portante -porque para eso se puede recu- de las enormes losas de pizarra -en consonancia for-
rrir a los sistemas de cuelgue y reparar las cabezas mal con los muros de mampostería vista del mismo
de las vigas con resina epoxi- pero se ponía en ries- material en el patio- por su cualidad de impermeabi-
go la durabilidad de las carpinterías y el mobilia- lidad al exterior y la facilidad de puesta en obra,
rio. Si bien la conservación del forjado se entiende directamente apoyadas sobre la tierra por su propio
prioritaria desde el punto de vista teórico respecto peso. Lo que no pudimos averiguar fue el uso de
al de los bienes muebles -que pueden ser sustituidos dicha vivienda original que explicara la existencia
con facilidad- en este caso, el coste era tan superior de la misma solería que el patio ya que no contába-
que el presupuesto de toda la obra se podía agotar mos con datos suficientes, ni siquiera la memoria de
en ellos: análisis biológico de las maderas, desin- lo que había sido u otro referente en la localidad. Si
fectación y reparación de elementos, sustitución en bien en el patrimonio se suele hablar de la pérdida
algunos casos con otros rollizos rectos de madera de del valor de contexto por la reubicación de un ele-
igual sección, desmontaje y montaje de los elemen- mento respecto a su posición originaria, por cohe-
tos… Todo esto contando con que una de las pocas rencia con este sistema de significados del pavimen-
cuadrillas de albañiles del pueblo dispusiera de los to, decidimos trasladar las losas de dicha vivienda
medios y contactos necesarios en plena sierra y tu- a los tramos de patio recuperados para mantener
viera los conocimientos suficientes. Sólo nos que- como prioridad la lectura unitaria de dicho espacio,
daba la opción de documentarlo y sustituir por un a partir de ahora articulador de la nueva vivienda.
nuevo forjado. De esta manera, se mantenían el sis- La primera quedaba documentada -tras el traslado
tema constructivo en su concepto (muros de carga del pavimento y el derribo del muro- en los planos
y crujías paralelas) pero no en toda su materialidad del proyecto, y especialmente evocada en los alza-
(forjados nuevos). dos a la calle y patio a partir de la sombra conse-
De igual forma, se operó en el tejado: sustituyen- guida con el recurso de un leve rehundido (e=5-8
do la estructura portante pero reutilizando las tejas cm), que se sigue en arqueología para distinguir los
por cuestiones técnicas (buen comportamiento, me- paños añadidos de los originales y en arquitectura
jorado en el tiempo) y estéticas (pátina adquirida), para disimular la aparición de fisuras por diferencias
más que económicas (ahorro en la adquisición de de dilatación entre materiales diferentes.
otras nuevas compensado por el coste del desmon- Otro procedimiento seguido en la fachada para
taje y desescombro); lo que demuestra que no existe distinguir lo nuevo de lo antiguo se propuso en la
una correspondencia directa entre conservar/apro- apertura de los nuevos huecos, tanto desde el exte-
vechar y gastar/ahorrar. rior como el interior. Se mantuvieron siempre los
En cambio hay veces en los que es posible hacer huecos originales pero, cuando debían reducirse
ese esfuerzo de conservación por cuestiones más de tamaño (caso de la puerta de la vivienda prime-
elevadas que las meramente prácticas o económi- ra convertida en ventana del dormitorio de planta
cas, como sucedió en el caso de la solería. Era irre- baja) se conformaban en un segundo plano retran-
gular en toda la vivienda: las baldosas hidráulicas queado (e=20-25 cm) para conseguir con la sombra
se habían ido sustituyendo por otras más corrientes el mismo efecto del hueco original. En caso de que
(en las diversas estancias) pero, en cambio, se ha- fuera una nueva apertura, se ejecutaba con dintel
bían mantenido los enchinados (en la cuadra y pasi- recto y sin derrame hacia el interior, aunque las pro-
llo principal de la casa) y las losas de pizarra (en el porciones fueran las mismas.

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Entre la tradición y la modernidad: reflexiones en el proyecto de adaptación de una casa en Arroyomolinos de León (Huelva)

Se procuró conservar las carpinterías de made- a ella, llegando a crearse todo un nuevo imaginario.
ra (o sustituirlas, en su caso, por otras del mismo Horno y pesebre se convierten en los referentes sin-
material), en cambio, en la fachada al patio (de gulares más inmediatos de esa vida doméstica que se
salón y cocina), se optó por un sistema de doble había perdido y la pervivencia de una ejecución ar-
puerta con hojas exteriores correderas de lamas tesanal a pequeña escala de un elemento mueble, ya
de aluminio anodizado de color gris (para cuando convertidos en parte inherente al inmueble.
la vivienda está cerrada) e interiores abatibles de
aluminio anodizado de color blanco acristaladas En conclusión, las reflexiones derivadas de este
(para diario). A una nueva fachada le corresponde proyecto de adaptación de una vivienda tradicional,
un nuevo lenguaje. trascienden de la intervención concreta en el inmue-
Por último, vino el reconocimiento de otros ele- ble y sirven como medio de difusión de un patrimo-
mentos especialmente interesantes por su valor etno- nio desconocido y poco valorado6. Es un bien escaso
lógico: el horno de fábrica de ladrillo y el pesebre de sobre el que proyectamos la idea de que es muy nu-
madera, comunicado con el pajar de la planta superior meroso, pero está sujeto al riesgo de las modas. Así
a la cuadra por una tobera con compuerta. El trabajo que, cuando surge el interés por su mantenimiento
del arquitecto se convierte más afín al de un intérprete y se implica al propietario en este proceso, se consi-
del patrimonio al mejorar la experiencia estética del gue más que cualquier política de protección porque
habitante, dando a conocer la capacidad de cualifica- se enseña a valorar el patrimonio no monumental.
ción de los nuevos espacios con esos elementos anti- Son muchas las evocaciones e intereses y la primera
guos, en lo que al principio parecía una casa “vieja”. forma de vivir la “nueva” casa antes de que se eje-
La casa no es tan diferente de cómo era, mantiene las cute el proyecto es revisando en la memoria lo que
mismas funciones aunque con otro sistema de rela- de realidad queda y encontrar lo que esa casa quiere
ciones. Lo que más ha cambiado es la actitud respecto ser ahora.

6.  AGUDO TORRICO, Juan: “Arquitectura tradicional.


Reflexiones sobre un patrimonio en peligro”. [En] Boletín
del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº29. Sevilla:
I.A.P.H., 1999.

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La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula

La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos:


espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula1

Mª Isabel Durán Salado


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

1
El objetivo de estas páginas es reflexionar sobre La creación de los ENP como nuevos
la potencialidad y el uso de la arquitectura vernácu- espacios turísticos: su construcción
la en el marco de un contexto turístico determina- como patrimonio cultural
do: los espacios naturales protegidos (en adelante
ENP). Para ello abordaremos, en primer lugar, la El proceso de mercantilización de la naturaleza
experimentado en la sociedad capitalista, explica la
conformación de los ENP como nuevos espacios
conversión de unos territorios, con determinados
turísticos y su conversión en patrimonio, además
requisitos ecológicos, en áreas orientadas hacia la
del uso del patrimonio cultural que está teniendo
salvaguardia de sus valores naturales. Este proceso,
lugar en los mismos. A estas cuestiones les seguirá, comúnmente conocido como protección de la natu-
a modo de ejemplo, la referencia a dos casos con- raleza, engloba a su vez otra serie de objetivos caso
cretos donde poder analizar el papel y la relevancia de la investigación y difusión de sus valores, cues-
adquirida por la arquitectura vernácula en los ENP: tiones que en lo que al turismo respecta, terminan
las casas salineras en el Parque Natural de la Bahía poniéndose de manifiesto en la gestión concreta de
de Cádiz y las chozas de bálago en Parque Nacional los espacios naturales mediante el desarrollo de un
de Doñana. sistema de visitas y la constitución de este espacio
como un reclamo turístico de primer orden, en el
1. Este trabajo se inscribe en el grupo de investigación marco de la oferta turística de la zona en que se haya
“Patrimonio Etnológico, Recursos Socioeconómicos y Sim- inserto, a la par que contribuye a la constitución de
bolismo”, Plan Andaluz de Investigación. Junta de Andalucía los ENP como área de interés turístico.
(SEJ-418). Ha sido desarrollado mediante una subvención de
la Comisión de Etnología, de la. Dirección General de Bienes
El proceso descrito tiene que ver con la propia
Culturales. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía en las conversión de los ENP como patrimonio, es decir
campañas etnológicas de 1997 y 1998. Además ha sido finan- en bien insustituible e indispensable en nuestra so-
ciado por los siguientes proyectos de investigación: ciedad a la hora del comprender la relación hom-
• “El estudio del Patrimonio Cultural como factor de de-
bre-medio, lo que explica su tremenda rentabilidad
sarrollo: Una propuesta de actuación”. D.G.E.S. Minis-
terio de Educación y Cultura y “El Patrimonio como social y significado simbólico, convirtiéndolos en
recurso en la era de la globalización. Nuevas perspecti- un lugar inalienable (Agudo y Fernández: 1999,7).
vas para su gestión. 2001-2003. Ministerio de Ciencia y Aquí se sitúa el punto de partida del consenso so-
Tecnología. Fondos Feder. cial sobre la necesidad de su protección y puesta en
• “El Patrimonio como recurso en la era de la globa-
lización. Nuevas perspectivas para su gestión”. I+D valor, cuestiones por la que se justifica la necesidad
(BSO2001-2394). Ministerio de Ciencias y Tecnologías del establecimiento de la actividad proteccionista
y Fondos Feder. en sus territorios y el conjunto de reasignación de
• “Cultura Local y mercados globales. Propuestas para actividades y significaciones que supone para las
la gestión del Patrimonio en las políticas de desarrollo
rural”. I+D (SEJ02004-01372). Ministerio de Educación
lógicas establecidas por los diferentes colectivos
y Ciencias y Fondos Feder. sociales implicados tradicionalmente en el uso y

408
La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula

aprovechamiento de estos territorios. A partir de este contexto, constituyéndose esta acción en el paso
momento el devenir de estos espacios protegidos se previo a su inclusión definitiva en el sistema turísti-
guiará por la lógica de la política de protección de la co de cualquier espacio natural protegido.
naturaleza imperante en cada momento, quedando Tras el proceso descrito, resulta fácil entender en
supeditado el devenir futuro de este espacio a las qué sentido planteamos aquí el hecho de la dota-
directrices proteccionistas. ción de nuevos sentidos al patrimonio cultural y su
Dentro de la estrategia señalada, el conjunto del estrecha vinculación con la generación de materia
patrimonio cultural sufre un duro proceso de ade- prima de la actividad turística en el contexto de los
cuación, cuando no desaparición, a las directrices espacios naturales protegidos. La designación de un
del espacio natural a proteger. Tenemos que tener en elemento cultural, tangible o intangible, como patri-
cuenta cómo en un área donde pasa a primar el crite- monio propio de un ENP experimentará, irá íntima-
rio de la conservación de especies –animales y vege- mente ligado a su constitución como un elemento
tales- la consideración patrimonial sobre el conjunto más de los hitos del organigrama turístico, pasando
de usos y prácticas tradicionales, máximo exponente a potenciar la dimensión más tangible del mismo,
del patrimonio cultural de dicho territorio, sólo ten- a la par que irá perdiendo paulatinamente aquellas
drá lugar tras la consolidación del proceso proteccio- significaciones relativas al contexto y actividades
nista y la incorporación de ciertas corrientes sobre el del cual son fruto. Aún así, hay otra cuestión que
modelo de desarrollo a implantar en la zona. De este debemos tener en cuenta a la hora de sopesar la
modo, tras la idea de la superación del concepto de presencia del patrimonio cultural en estos ámbitos.
islas de la naturaleza en los 80 (Ojeda: 1985) y la in- Nos estamos refiriendo su peso e importancia en la
corporación de la filosofía del Desarrollo Sostenible actividad general del espacio natural y organización
en la década de los 90 la protección el patrimonio turística. Dicho tema no resulta una cuestión baladí,
vernáculo, al igual que el conjunto del patrimonio ya que en función del interés y sensibilidad mostra-
cultural, aparecerá como un recurso, que, a modo de da por la gestión del ENP, e independientemente de
exponente sobre las tradiciones culturales, se incor- las pérdidas de valores señaladas, podremos encon-
porará como elemento susceptible de utilizar en las trarnos con un tratamiento turístico del patrimonio
estrategias turísticas de los ENP. cultural que ayude a realizar una lectura diferencia-
En relación con lo anterior, consideramos que es da del mismo, contribuyendo a su singularización, o
la enorme posibilidad de recreación a la que induce bien asistir a una escasa, cuando no nula puesta en
el turismo (Santana: 2003) lo que explica la enorme valor del patrimonio cultural, lo que conlleva tanto
potencialidad turística del patrimonio cultural en los a su relegación como manifestación cultural como a
ENP. Basta con que se relacionen actividades, pro- su irreversible pérdida.
ductos y servicios con el ENP para que puedan ser
introducidos en los circuitos turísticos, donde el uso
del patrimonio cultural implica un valor añadido al Reasignando significados: de lugar
producto turístico. Pero el uso del patrimonio que de residencia a hitos turístico
tiene lugar no es gratuito, responde a unos intereses
y visiones concretas, la de los gestores del ENP y En el caso de la arquitectura vernácula, la rea-
los turistas, que en ocasiones vienen a dejar de lado signación de significados experimentada en los ENP
las características globales del marco cultural que pasa por su transformación de lugar de residencia a
generó dicho patrimonio. hitos turísticos. Si abordamos las características de
El uso del patrimonio cultural en estos contextos la arquitectura tradicional en el ámbito rural, vere-
es similar al que tiene lugar en otros ámbitos pasan- mos tal y como señala Suárez (1989) que consti-
do por dos procesos claramente diferenciados: de tuyen una expresión del modo de vida, del sistema
selección y reasignación de significados. Respecto económico de la comunidad que las crea, además de
al primero, la selección, lleva implícita una discri- responder a una doble funcionalidad, como vivienda
minación entre lo que es o nó patrimonio, llegando y como complemento a su lugar de trabajo (cuadras,
a abarcar el conjunto de aspectos/significaciones graneros, etc.). Se trata, en definitiva, tal y como se-
del patrimonio seleccionado susceptibles de poner ñala el mencionado autor, de elementos que respon-
en valor. Tras su selección, estos elementos, ya sean den a un tipo de relación concreta del hombre con su
tangibles o intangibles, experimentan una reasigna- entorno, que son el reflejo de las organizaciones de
ción de significados acordes con las líneas del dis- trabajo, de la estructura de los trabajadores, de las
curso proteccionista imperantes en un determinado lógicas políticas y económicas, de la diversidad de

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Mª Isabel Durán Salado

estrategias domésticas y responden a técnicas espe- del ENP, así como actividades asociadas a él (restau-
cíficas. Es definitiva, de un patrimonio que respon- rantes, enclaves urbanísticos, turismo, etc.), aspecto
de a la imbricación del ser humano con su medio que incluye la selección de una serie de imágenes
y que pasan a convertirse en el organigrama de la relativas a unos elementos patrimoniales determina-
protección en hitos turísticos, lo que conlleva en la dos que se repetirán de forma sistemática en todos
mayoría de los casos a la pérdida de gran parte de los productos asociados al ENP.
sus valores de cara al visitante.
Dado que esta arquitectura responde a unas prácti-
cas y saberes tradicionales, la desaparición de las mis- A modo de ejemplo: las casas
mas, ya sea por las transformaciones económicas ex- salineras y las chozas de bálago
perimentadas en el territorio protegido, ya sea por las
delimitaciones provenientes de la protección, implica Tal y como señalamos al inicio, para ejemplificar
la destrucción de un importante patrimonio cultural el papel y la relevancia adquirida por la arquitectura
del que sólo queda el elemento material de la vivienda vernácula en los ENP, nos detendremos en dos casos
como ejemplo una vez desaparecidas las actividades y concretos. El primero se refiere a las casas salineras
saberes que generaron la aparición del mismo. del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y el segun-
Una buena prueba de lo señalado anteriormente do a las chozas de bálago del Parque Nacional de
lo constituyen las formas más frecuentes del uso de Doñana. Se trata de dos ejemplos que nos ofrecen
la arquitectura vernácula en los ENP. En este marco, dos formas de insertar la arquitectura vernácula en
podemos encontrarnos con cuatro posibles usos de sendos espacios naturales protegidos y que presen-
la misma que abarcan desde su uso como espacios tan similitudes y diferencias. Tienen en común el
destinados al desarrollo de actividades vinculadas hecho de ser producto de una selección patrimonial
con la actividad proteccionista hasta la configura- y ubicarse en espacios naturales protegidos, mien-
ción de su imagen. La primera cuestión nos remite a tras que se diferencian en el contexto territorial en
la incorporación como espacios susceptibles de ser el que se insertan y el tipo de figura de protección de
utilizados para el desempeño de usos relacionados la naturaleza establecida en cada uno de ellos.
con la protección. Este uso abarca la adecuación de
los mismos como sede de las oficinas para las tareas
administrativas, el uso de sus espacios para desarro- Las casas salinera
llar actividades de educación ambiental, turísticas y
uso público, sin olvidar las instalaciones auxiliares En el caso de las casas salineras, nos traslada-
que podrán tener una funcionalidad mixta con fines mos a la provincia de Cádiz, en el Parque Natural
recreativos, apoyo a la investigación y/o educación Bahía de Cádiz, entidad instaurada en 1989 sobre
ambiental, lo que supone su readaptación a los nue- un territorio que incluye parte de los términos mu-
vos usos. Derivado de la primera, nos encontramos nicipales de San Fernando, Chiclana de la Frontera,
con la conversión de este patrimonio en hito dentro Puerto Real, Puerto de Santa María y Cádiz, muni-
de las rutas turísticas establecidas para el conoci- cipios, todos ellos, que suman una población cer-
miento del espacio natural protegido y la difusión cana al medio millón de personas y suman en total
de sus valores culturales. Dicha acción conlleva la 10.522 hectáreas de superficie. Este territorio se ha
intervención en las mismas mediante su recreación, caracterizado por un dilatado uso en la historia de
proceso que en la mayoría de los casos tiende a re- más de 3.000 años sobre la marismas salada para la
cuperar formalmente el estado primitivo, si bien no extracción de sal, la pesca, la caza y el marisqueo de
suele respetar las técnicas constructivas tradiciona- especies diversas2.
les, en lo que a materiales y procedimientos se re- Por lo que respecta a sus valores ecológicos éstos
fiere, por lo que nos encontramos con la pérdida de han sido refrendados por numerosas distinciones.
parte importante de sus valores inmateriales. En 1992 fue propuesta como Lugar de Importancia
Otro uso de la arquitectura vernácula en estos Comunitaria (LIC) y en 1993 fue declarada Zona
ENP es el de su preservación como vivienda de anti- de Especial Protección para las Aves (ZEPA), in-
guos residentes. Esta opción es bastante restringida corporándose posteriormente a la Red Natura 2000.
y suele presentar bastantes problemas en lo que a su
adecuación a las nuevas necesidades habitaciones y
2.  Para más información sobre el ENP les remitimos a www.
al control de accesos se refire. Por último estaría el cma.junta-andalucia.es/medioambiente/espaciosnaturales/
orientado al uso en la conformación de la imagen pnbahiacadiz.

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La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula

Además está incluida en la Lista de Humedales de el examen de sus funciones, la descripción de ele-
Importancia Internacional del “Convenio relativo a mentos constructivos y el estudio de los materiales
Humedales de Importancia Internacional especial- empleados.
mente como Hábitat de Aves Acuáticas”. Según la mencionada obra, las tipologías básicas
En lo que relativo a la filosofía de la figura de de las casas salineras eran dos, las casas bloque y
protección Parque Natural, hemos de mencionar casas de patio. Las primeras, las más abundantes
que es gestionada por la autoridad autonómica y por aquel entonces, se caracterizaban por poseer
que en su génesis pretendía aunar la salvaguarda todas sus dependencias bajo una misma estructura
de la naturaleza con el desarrollo económico de los de cubierta. En cambio las segundas, menos nume-
habitantes de su entorno3, razón por la cual se optó rosas, disponían de diversas estancias ligadas a un
por la instauración de tipo de figura en el contexto espacio abierto, más o menos central. También se-
señalado. Así se explica el hecho de que este ENP ñalaba el autor lo reducido de sus dimensiones, con
deba cohabitar con el conjunto de núcleos urbanos unos frentes de fachadas de entre 25 a 35 mts., para
situados en su entorno y que sea sumamente impor- los lados más largos de sus plantas, normalmente
tante aplicar directrices que pretenden aunar conser- de disposición rectangular así como la coexistencia
vación y desarrollo, ya que de lo contrario la gestión bajo un mismo recinto doméstico de las estancias
de este espacio protegido no sería viable. destinadas a albergar a los salineros propietarios y
En el caso del Parque Natural Bahía de Cádiz a las cuadrillas de trabajadores contratados para la
el patrimonio arquitectónico vernáculo está confor- labor y aquellas otras en donde se guardan el ganado
mado por molinos de mareas, casas salineras y for- o los aperos del trabajo. Un elemento a destacar en
talezas. Patrimonio muy presente y representativo el conjunto de las casas salineras era el uso de con-
de la acción humana en el mismo a lo largo de la trafuertes, cuya finalidad era la de dotar de mayor
historia. Dentro del patrimonio cultural señalado, solidez a unas construcciones elevadas sin apenas
la casa salineras constituye un claro exponente del cimentación y que estaban constantemente abatidas
uso y explotación de las salinas desarrollado en la por fuertes vientos, la lluvia y el calor. Tales agen-
zona, conformando parte indispensable del patrimo- tes no hacían sino potenciar la debilidad congéni-
nio cultural asociado a la actividad extractiva de la ta de esta arquitectura, frente a las agresiones am-
sal. La presencia de este patrimonio en el Parque bientales, asentada sobre las técnicas constructivas
Natural se corresponde con la de un conjunto de vi- dominantes y las características de los materiales
viendas diseminada por distintas explotaciones. En empleados en su construcción –piedra ostionera,
éstas residían por regla general la guardería de la mampostería rústica y encalado- .
finca, aunque también disponía de unos anexos para Las actuaciones desarrolladas en torno a
guardar materias primas y albergar a trabajadores este patrimonio desde finales de los 80 se han cen-
durante la época de recolección. trando en la difusión del interés por este patrimonio,
La puesta en valor de este patrimonio en la zona despertando el interés de varias administraciones.
tuvo lugar en la década de los 80. A este proceso Desde la Consejería Cultura se ha resaltado la im-
contribuyeron dos hechos diferenciados, de un lado, portancia de este patrimonio a la par que su pre-
la creación de Parque Natural de la Bahía de Cádiz sencia en el área mediante la inclusión de 6 casas
en 1989, cuestión ya mencionada más arriba, y de salineras en el C.G.P.H. de la Junta de Andalucía4,
otro, la difusión de estudios científicos que venían no obstante dicha actuación no se ha traducido en
a señalar el valor de las casas salineras como patri- la introducción de este patrimonio como elemento
monio cultural, poniendo ya de manifiesto su estado relevante en la planificación del espacio.
de deterioro. Dentro de los estudios científicos que
pusieron de manifiesto su relevancia y abandono, 4. Casas salineras incluidas en el CGPHA:
hemos de destacar la monografía sobre la casa sa- • Casa salinera de la Salina Nuestra Señora de los Dolores
linera de la Bahía de Cádiz realizada por Juan Ma- (Cádiz).
• Casa salinera y edificaciones anexas de la Salina del
nuel Suárez Japón en 1989. En esta obra supuso el Consulado (Puerto Real).
primer análisis dedicado a este patrimonio que abor- • Casa salinera de la Salina Tres Amigos (San Fernando).
daba la sistematización de las tipologías existentes, • Casa salinera de la Salina San José y Santa Ana o Rubial
Chico (Chiclana).
• Casa salinera de la Salina Ntra. Sra. de la Soledad (Puer-
3.  1989. Ley andaluza. Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que to Real).
se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de An- • Casa salinera de la Salina Corazón de Jesús (San
dalucía y se establecen medidas adicionales para su protección. Fernando)

—  411  —
Mª Isabel Durán Salado

Desde la Consejería de Medio Ambiente, enti- y difusión del conjunto de sus valores. No olvide-
dad de la que depende en última instancia el espacio mos que las casa salineras nos hablan de cómo los
natural protegido, en los documentos relativos a su espacios naturales en general, y el de la Bahía de
gestión y organización se reconoce el excepcional Cádiz en particular, constituyen territorios humani-
valor ecocultural e histórico de casas salineras y zados, espacios utilizados por el hombre a lo largo
molinos, dejando constancia su estado de degrada- de la historia, donde la protección de la naturaleza
ción y abandono actual. Por ello se considera como no supone mas que un uso concreto de un período
actuación prioritaria su restauración y acondiciona- determinado de su historia, el más reciente, razón de
miento, además de proceder a incluidas en el Catá- más para que el conjunto de significaciones, tangi-
logo de Recursos Culturales del Parque Natural y bles e intangibles, de todo espacio natural protegido
las previstas en el Plan de Ordenación del Territorio queden suficientemente representadas en la gestión
de la Bahía de Cádiz ubicadas en el ámbito del Par- que la sociedad haga de ellos.
que Natural 5.
En base a lo anterior, en el mismo documento
se recoge el interés por la rehabilitación de dichas Las chozas de bálago.
edificaciones tanto para poner de manifiesto la iden-
tidad cultural de la Bahía como para albergar infra- Las chozas de bálago nos remiten a un espacio
estructuras de uso público o instalaciones auxiliares natural protegido ubicado en el suroeste andaluz,
de actividades acuícolas que podrán tener una fun- nos estamos refiriendo al Parque Nacional de Do-
cionalidad mixta con fines recreativos, apoyo a la ñana, territorio que conforma un amplio ecosistema,
investigación y/o educación ambiental. a modo de triángulo, formado por matorrales, lagu-
En la actualidad, el estado de este patrimonio es nas, pinares, playas, dunas y marismas. Se trata de
bastante lamentable, por no decir ruinoso y serio uno de los parques nacionales más importantes de
peligro de desaparición. Podemos señalar que las España, reconociéndose su valor también a nivel in-
indicaciones y propósitos planteadas en los docu- ternacional. Detenta el título de Reserva de la Bios-
mentos de gestión del citado ENP no se han podido fera y es considerado por su importancia biológica
llevar a la práctica, bien porque la mayor parte de el primero de Europa, lo que determinará, la triple
las propiedad insertas en el Parque Natural Bahía confluencia administrativa en el área: autonómico,
de Cádiz son se propiedad privada y ante la pérdida estatal y supranacional.
de rentabilidad económico han sido abandonas, bien Desde el punto de vista de las características
por falta de fondos ó prioridad en otros aspectos re- ecológicas, nos hallamos ante una zona que posee
lativos a la protección ambiental del mismo desde un gran valor natural, debido tanto a la variedad
los responsables del espacio protegido. En todo e importancia de sus distintos ecosistemas como
caso, este patrimonio está reducido en la actualidad al hecho de constituir un importante lugar de ani-
a mero elementos del paisaje, a sumar a los caños, damiento de aves en sus migraciones anuales. El
marismas, vegetación y aves, pero que sin embargo Parque está conformado por tres tipos de ecosiste-
se han traducido en símbolos significativos en los mas distintos: el monte, la marisma y las dunas. El
mapas de las distintas rutas turísticas que atraviesan conjunto de las zonas de monte se las conoce como
el Parque Natural6. En la explicación de las mismas cotos ó arenas estabilizadas por el matorral, consti-
no faltan continuas referencias a esta arquitectura, tuyendo el ecosistema más estable de Doñana. Por
muestra irrefutable del peso de la actividad huma- su parte, la marisma se caracteriza por la ausencia
na en este territorio y señal de su presencia en el de relieve. Las dunas se ubican en la costa atlán-
mismo. Ante tal panorama sería de desear, y ojalá tica de Doñana por el arrastre de las arenas hasta
sirvan estas páginas en este sentido, que en el fu- la playa. A partir de ahí forman una cordillera que
turo los reconocimientos ya señalados se traduzcan se extiende hacia el interior. Por lo que respecta a
en acciones concretas en el ámbito de la actividad la avifauna, constituye una importantísima zona de
proteccionista de cara a su protección, conservación invernada, de paso y de cría en numerosas especies
de aves7. Al mismo tiempo, es reducto de especies
5.  Decreto 79/2004, de 24 de febrero, por el que se aprue-
ban el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y el Plan 7.  Doñana es un lugar de paso e invernada de más de 150
Rector de Uso y Gestión del Parque Natural Bahía de Cádiz. especies de aves, siendo para algunas de ellas, caso del ganso
6. En este sentido les remitimos al siguiente enlace donde común, la principal área de invernada de todo el continente.
se hace mención a dichas rutas y se puede corroborar lo indica- Entre las especies que llegan a esta zona para reproducirse cabe
do: http://www.laisladelsur.com/pnatural/pnatural.asp. destacar: la espátula, la garza imperial, la focha cornuda, el

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La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula

en vías de extinción, como el águila imperial, lince, metros y medio o tres, se situaba otra choza, usada
camaleón ó la focha cornuda. como dormitorio. Ambas construcciones se aislaban
El Parque Nacional de Doñana se instauró en un del exterior mediante una valla vegetal, y en algunas
área que hasta los años 60 de este siglo fue conside- incluso se situaban un pozo de agua en el interior,
rada zona marginal. En general, los aprovechamien- aunque lo normal es que estuviese fuera del recinto
tos tradicionales practicados eran los relacionados del rancho, también a corta distancia solía estar un
con la agricultura, la caza, la ganadería, aprovecha- gallinero pequeño.
mientos forestales y la pesca. Todos ellos se habían De todos los poblados que han existido en Do-
mantenido con pocas variantes hasta que surgió el ñana, en nuestro caso nos referiremos al conocido
interés por declarar la zona espacio protegido ante como Poblado de la Plancha, espacio que hoy en
sus altos valores ecológicos. La consolidación de la día ha sido convertido en uno de los lugares de las
protección de la naturaleza en este territorio implicó visitas al Parque Nacional de Doñana que transcu-
la aparición de las líneas de conservación y preser- rren por la zona sur del ENP, las realizadas por tie-
vación del medio ecológico, sustrayéndose del área rra, desde Almonte (Huelva), como las que tienen
la mayor parte de las actividades tradicionales, y lugar mediante la ruta fluvial realizada desde Sanlú-
ello pese a que en las líneas generales de la actividad car de Barrameda (Cádiz). De hecho este poblado es
proteccionista se contemplaba el desarrollo conjun- hoy en día el lugar que mejor conserva las chozas de
to de ambas variables. El nuevo contexto obligó a antiguos pinaleros y que tras un adecuado proceso
primar la conservación sobre los aprovechamientos de rehabilitación de algunas de ellas y construcción
en vez de procurar articularlos. de nuevas chozas, conforma una buena muestra del
En este marco, la arquitectura vernácula incluye ambiente del paisaje humanizado en Doñana8.
palacios, casas de guardas, ranchos de pescadores y Este poblado lleva implícita la vinculación de uno
casas de pinaleros, conocidas también como chozas de los municipios del entorno de Doñana, Sanlúcar
de bálago. La existencia de las chozas de bálago en de Barrameda, localidad cuya histórica relación con
este espacio protegido responde a la necesidad de co- el área nos remitiría al siglo XV. El hecho de que la
bijo de aquellos vecinos del entorno de Doñana que a casi totalidad de sus residentes procedieran de este
raíz de desempeñar su trabajo en los pinares recurrían municipio se debe tanto a la cercanía física como a la
a los recursos forestales disponibles en su entorno. Se larga relación de dicha localidad con la zona, hasta el
trataba de las típicas viviendas de los pinaleros y traba- punto de que entre los habitantes de la Plancha era
jadores contratados en Doñana, personal que ocupaba habitual contar una segunda residencia en la locali-
los escalones inferiores dentro de la escala jerárquica dad a la que se desplazaban con motivo de la reposi-
de trabajadores implicados en la explotación de este ción de víveres, atención médica y eventos festivos.
territorio antes de su protección: guardas mayores, La presencia sanluqueña en la zona se ha mantenido
guardas, pinaleros y trabajadores asalariados. hasta la actualidad, aunque en diferente grado que-
El proceso de edificación de la choza necesitaba dando afectado tanto por las transformaciones so-
del conocimiento de la técnica de construcción y del cioeconómicas como la conversión de Doñana en
conjunto de especies vegetales adecuadas. En cual- ENP a finales de los 60. Fue así como a finales de
quier caso, era una actividad que se debía realizar los 70 asistimos a una pérdida de funcionalidad de
en un período concreto del año y cuya construcción las actividades que daban trabajo a sus moradores,
podía durar en torno a dos meses ocupando a dos lo que provocó un descenso paulatino entre sus ha-
o tres personas. La choza como construcción típica bitantes, llegando a convertirse ya a finales de los 80
de Doñana no era un elemento aislado, pues por lo en segunda residencia de sus propietarios.
general la unidad doméstica residencia del grupo fa-
miliar era el rancho. Por lo general estaba constitui- 8. El origen de los poblados de chozas en este espacio na-
do por dos o más chozas. Este tipo de hábitat llegó tural protegido se sitúa a finales del siglo XVIII en relación a
a ser tan singular y significativo en la zona que creó la puesta en marcha de una serie de acciones por colonizar la
zona sur de la actual Doñana por parte de los Medina Sidonia.
una forma de identificación de los trabajadores del En el caso que nos ocupa, el del Poblado de la Plancha, su
pinar que residían en ellas, pasando a denominarse creación estuvo vinculada a la puesta en cultivo de la vid en
ranchero. Cada rancho tenía una cocina, como es- la zona conocida como Marismillas en 1773. Fue así como la
pacio central de la vida familiar, frente a ella, a dos colonización deseada por los propietarios, los Medina Sidonia,
desembocó en el desarrollo de un gran proyecto de asentamien-
to de colonos en dicha zona (O´neill: 1999) ya que al duque le
avetorillo, el martinete, la cigüeña blanca, la cerceta pardilla, la dolía el corazón en ver despoblado de hombres y poblados de
cigüeñuela, el malvasía, etc. fieras, un tan considerable terreno (Granados: 1987).

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Mª Isabel Durán Salado

La conversión de estas chozas en elemento pa- de actuaciones previstas inicialmente a principios


trimonial susceptible de ser utilizado como recurso de los 90 no se materializaron hasta comienzos del
turístico tuvo lugar a principios de los 90 con mo- siglo XXI. Las chozas se ubicaron en lugares donde
tivo de la incorporación de la filosofía Desarrollo habían estado ubicadas otras chozas, utilizando las
Sostenible, la consolidación de los aspectos de con- técnicas tradicionales de construcción, convirtién-
servación del Parque Nacional de Doñana, la intro- dose una de ellas, la que se construyó a modo de
ducción sistemática de la actividad turística como Rancho familiar, en centro de acogida de visitantes.
recurso para su entorno social, vehiculado mediante Fue en este momento cuando se produjo la insta-
la creación de accesos turísticos denominados Puer- lación de pasarelas de maderas elevadas sobre el
tas de Doñana, y la progresiva desaparición del pa- suelo arenoso del pinar contribuyó a mejorar la ac-
trimonio cultural en el área. cesibilidad durante la visita, además de impedirr la
El mencionado contexto permitió la instauración dispersión de los visitantes.
de uno de estos accesos turísticos en Sanlúcar de En la actualidad apenas quedan chozas habitadas
Barrameda. Su constitución como Puerta de Doña- en el poblado. Pese a ello constituye uno de los hitos
na vino acompañada de la construcción de un Cen- fundamentales del Itinerario fluvial Sanlúcar-Gual-
tro de Recepción de Visitantes y la creación de un dalquivir-Doñana que, organizado por la dirección
Itinerario fluvial Sanlúcar-Gualdalquivir-Doñana. del Parque Nacional, nos permite adentrarnos desde
Para su desarrollo se recurrió a una reproducción del Sanlúcar de Barrameda río arriba, en un paseo por el
primer barco de vapor que recorrió el Guadalquivir río, para posteriormente realizar una parada de poco
para transportar viajeros desde Sevilla a Cádiz en el menos de una hora en este poblado. Las explicacio-
XIX, el Real Fernando. La idea inicial respecto a este nes que recibe el visitante no responden en absoluto a
buque era que desde Sanlúcar se pudiese acceder a la importante significación de este poblado y al papel
aquellas zonas del interior del Parque Nacional his- de los habitantes del mismo en la historia de Doñana.
tóricamente relacionadas con ella, el Poblado de la Esto es debido a que, en el marco Itinerario Fluvial,
Plancha y la zona de las salinas fundamentalmente, esta parada es la única que se realiza en el Parque Na-
aunque posteriormente la visita se redujo al primero. cional de Doñana, por lo que se suele resaltar en la
La puesta en marcha de visitas organizadas a la misma su importancia y valores como espacio natural
Plancha para mostrarlo como espacio relevante den- protegido, de forma que la información sobre el pobla-
tro del espacio natural por su historia, modo de vida do queda relegada y supeditada prácticamente al inte-
y relaciones con el entorno, requería del acondicio- rés e información previa de los turistas en cada visita.
namiento de la zona de chozas y salinas, así que se
proyectaron inicialmente la construcción de sende-
ros peatonales y observatorios, además de un peque- A modo de conclusión
ño Centro de Visitantes. Parte de estas actuaciones
se materializaron a finales de los 90, momento en A lo largo de estas páginas hemos podido cons-
que se procedió a señalizar los senderos peatona- tatar cómo el uso actual de la arquitectura vernácula
les y los observatorios. Hasta entonces, la visita se en los espacios naturales protegidos, no puede enten-
realizaba accediendo directamente en las viviendas derse si no se realiza una lectura de su significación
de alguno de los residentes quienes las enseñaban en el marco de la propia actividad proteccionista.
a los visitantes. Éstos a su vez recorrían la distancia La supeditación del conjunto de usos y aprovecha-
entre el embarcadero y el poblado a pie, directamen- mientos tradicionales a la nueva lógica ha generado
te sobre el terreno, hasta llegar al lugar por donde unos usos y puesta en valor de los mismos que suele
pasa la vía pecuaria que une Sanlúcar con Almonte y acarrear la difusión de una serie de valores que a me-
que constituye el camino gaditano hacia la aldea de nudo no se vienen a corresponder a su significación
El Rocío, para posteriormente acceder a los observa- en la contribución del proceso de territorialización
torios instalados. Después se podía visitar una zona del mismo a la par que se limitan a mostrar de forma
donde producía carbón y donde se encontraban en puntual la presencia humana en estos espacios. Es
diferentes fases de montaje de los boliches. por ello que consideramos que su utilización debe
A excepción de las instalaciones proyectadas de
cara a la visita a las Salinas de San Rafael9, el resto estas salinas en los años sucesivos a la creación de las Puertas
de Doñana frenó el proyecto en la zona. En este caso el cambio
de la zonificación de la zona supuso su conversión en una zona
9.  Si bien los senderos de madera se comenzaron a cons- donde no era compatible la práctica turística con la preserva-
truir en esta zona, la reclasificación en cuanto a protección de ción de sus valores naturales.

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La lectura de la tradición en nuevos contextos turísticos: espacios naturales protegidos y arquitectura vernácula

entenderse en el marco de una estrategia para legi- En el caso de las chozas de bálago del Parque
timar a la actividad proteccionista mediante la sal- Nacional de Doñana, hemos visto cómo las actua-
vaguardia puntual, cuando no anecdótica, de ciertos ciones se han orientado a la conformación de un an-
referentes de la arquitectura vernácula que se vacían tiguo poblado de chozas en un poblado etnográfico,
de contenido, convirtiéndose en meros elementos configuración como un hito más de las rutas turísti-
muebles en el paisaje, contradiciendo de este modo ca de acceso al Parque Nacional a la par que se pro-
lo preconizado en sus planes de gestión. cede a la mitificación de las formas de residencia
Esto sucede en el caso del Parque Natural Bahía tradicional. Actuaciones que, independientemente
de Cádiz, donde el abandono de este patrimonio in- de que nos parezcan mejorables, sobre todo en lo
tenta ser compensado con el deseo de incorporación que a interpretación del mismo de cara al turista se
de algunos de estas casas salineras a los nuevos usos refiere, no debemos dejar fuera de nuestras consi-
del ENP mediante oficinas u otras instalaciones. Ac- deraciones el hecho de que este tipo de arquitectura
tuaciones, que, al igual que sucede con la inclusión vernácula sólo suponga una parte del conjunto del
en el Catálogo General del Patrimonio Histórico patrimonio arquitectónico que ha existido y existe
Andaluz, no dejan de ser meros gestos testimonia- en el interior de espacio natural protegido. Razón
les que contrastan con el desarrollo de actuaciones por las cual las acciones contempladas para la Plan-
sobre este patrimonio orientadas a la planificación y cha deberían extenderse al resto del patrimonio ar-
gestión del espacio natural protegido. quitectónico vernáculo.

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Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la aplicación...

Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula


como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la
aplicación de los principios científicos de la arquitectura

Benito Sánchez-Montañés Macías


Universidad de Sevilla. España

La sostenibilidad es uno de los retos inapelables energético funciona eficazmente, además, a modo de
de nuestra sociedad contemporánea. Por la propia indicador ambiental. Podemos afirmar en términos ge-
definición del término “sostenibilidad”, la pervi- nerales que la cantidad de consumo energético de cier-
vencia de la sociedad y cultura que conocemos e ta actividad revela el nivel de impacto que la misma
incluso probablemente de buena parte de la espe- tiene, bien sea en su entorno, bien en focos remotos,
cie humana como tal, dependerá de que consigamos dependiendo de su naturaleza. Siendo así que pode-
que cada una de nuestras actividades, como seres mos afirmar, en consecuencia, que la edificación es la
individuales y como colectivo, sean sostenibles, es actividad humana que, directa o indirectamente, causa
decir, puedan desarrollarse en el tiempo sin agotar el mayor porcentaje de impacto en el planeta.
los recursos en los que se basan. En este panorama, la arquitectura viene desarro-
Los hombres y las sociedades han confiado a la llando un número importante de técnicas y protoco-
arquitectura la construcción del hábitat artificial del los que componen un cuerpo de conocimientos en
que se rodean. Esta disciplina se plantea como pro- desarrollo (bioclimática, bioconstrucción, reciclaje,
blema crítico servir a ese propósito general de sos- reutilización, gestión de residuos…) destinados a
tenibilidad, puesto que es responsable de un porcen- encontrar vías en las que la sostenibilidad del há-
taje muy elevado de los impactos que la ponen en bitat humano sea posible. Lo que, dicho lo dicho,
peligro. Hay que insistir en un dato crucial del que la requiere evidentemente un radical cambio de pautas
sociedad y sus dirigentes no parecen ser conscientes: y técnicas en el pensamiento y materialización de
más de la mitad de la energía que se consume en el los edificios y las ciudades, que reduzcan dramáti-
planeta está relacionada de una u otra forma con la camente los consumos de energía y, en general, el
edificación: sea en fase de producción de materiales, impacto derivado de la actividad.
de urbanización y construcción, o de mantenimiento Con frecuencia estos conocimientos que persi-
de los inmuebles en acondicionamiento (calor y frío), guen un mejor comportamiento ambiental, se en-
iluminación, potabilización de aguas y todas las ope- tienden como avances “ex-novo” de la ciencia con-
raciones de mantenimiento que, en general los hacen temporánea; sin embargo, están dando respuesta a
habitables, han sido cifrados en un 53% de de la ener- los problemas fundamentales del habitar humano:
gía que el ser humano consume sobre la Tierra en el protección, bienestar, seguridad, refugio, dominio
desenvolvimiento de sus actividades1. Otras, como la del espacio físico y simbólico y muchos otros, que
industria y el transporte, parecen llamar más atención son tan antiguos como la especie. Sabemos que
en aspectos energéticos; y sin embargo no, es la edi- esos problemas estaban resueltos con eficacia en
ficación la principal causante del gasto. las arquitecturas vernáculas, que se construyeron a
Hoy día es un criterio universalmente aceptado, en lo largo de siglos, en épocas caracterizadas por la
el terreno de las ciencias ambientales, que el parámetro escasez de la disponibilidad de los recursos, cuyo
consumo pone precisamente en peligro la sostenibi-
1.  Fuente: World Watch Institute Report. 2003. lidad (energía, materiales, agua...)

416
Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la aplicación...

Si esas arquitecturas se han desarrollado en un Más allá de los lugares comunes que menudean
mundo en que era imprescindible la meticulosa ges- en el acervo arquitectónico de cada cultura, quere-
tión de unos recursos escasísimos y con frecuencia mos hacer en estas notas una propuesta objetiva:
disponibles sólo con gran esfuerzo, es lícito pensar el análisis sistemático de los parámetro particu-
que en la raíz del desarrollo de esas “arquitectu- lares que de cada arquitectura se pueden extraer,
ras espontáneas”2, hay un buen número de claves con el necesario tejido científico como para poder
que permitirá optimizar el funcionamiento am- objetivar los resultados y hacerlos comunicables
biental de la arquitectura actual y, por ende, su y extrapolables a las arquitecturas de hoy y del
sostenibilidad. futuro. Esta extrapolación necesita caracterizar
La contemporaneidad (sólo cronológica) ha pro- los fenómenos ambientales del vernáculo y deter-
ducido gran número de revivals vernáculos, desde minar de que forma los podemos reproducir con
el regionalismo crítico, el pintoresquismo, hasta el técnicas y medios contemporáneos, para lo cual
ecologismo actual. En este panorama, un ejército se hace clave el uso de procedimientos objetivos
de epígonos de Fray Antonio de Guevara parecen como el cálculo de modelos y la simulación. Con
haber entonado su propio Desprecio de corte y ala- este procedimiento podremos construir un cuerpo
banza de aldea, con el vernáculo como fondo escé- ambiental sobre el que basar el desarrollo ambien-
nico, pero su fundamento ha ido de lo meramente tal futuro, como resultado de una evolución fun-
cultural o estilístico a, en el mejor de los casos, la damentada en una sabiduría colectiva y un funcio-
constatación de ciertos fenómenos puntuales que se namiento contrastado.
intentaban reproducir. Esta propuesta que se acaba de hacer, es claro,
Parece que estas actitudes han considerado la prefigura un esfuerzo enorme, que debería consti-
arquitectura espontánea como un cierto “object tuir el fundamento de un buen número de estudios
trouvè” duchampiano, desposeído de su función (y, dedicados a constituir el cuerpo de conocimientos
por tanto, de su funcionamiento), al que exponer a descritos. El número se multiplica puesto que la
la mera contemplación formal3. misma naturaleza del vernáculo, unido íntimamen-
Proponemos sin embargo que la sostenibili- te a los factores locales, como clima, orografía,
dad arquitectónica tiene un patrimonio incalcu- etc, hace que el estudio deba de ser particularizado
lable en las estrategias medioambientales (apro- para cada tipo de arquitectura, extrayendo conclu-
vechamiento del medio, el lugar, el clima, los siones que, en principio, sólo serán válidas para
materiales y las circunstancias de muy diversa cada ubicación concreta. El propósito que ahora
índole) que durante siglos desarrollaron las ar- nos ocupa es mucho más modesto, y se limitará a
quitecturas vernáculas. justificar adecuadamente la pertinencia del estudio
Y, sobre todo, creemos que el núcleo fundamen- y a ejemplificar brevemente algunos casos que nos
tal de la originalidad de nuestra propuesta radica permiten pensar en las enormes posibilidades de
en que afirmamos que ese “PATRIMONIO AM- sus conclusiones.
BIENTAL” no puede recuperarse ni ponerse al
servicio de la edificación en nuestros días sin el
uso de los PRINCIPIOS CIENTÍFICOS DE LA Clima y arquitectura vernácula.
ARQUITECTURA; sin recabar para esta tarea
todo el rigor de la ciencia, que se fundamenta en La arquitectura espontánea ha ejercido siempre
sus tres pilares maestros: objetividad, inteligibili- una notable fascinación tanto entre los estudiosos
dad y renovación, que permiten la extrapolación y de la historia de la arquitectura, como en antropólo-
la comunicación de resultados, acciones en las que gos y sociólogos.
basamos la difusión de los logros obtenidos4. A partir del inicio de los años 70, cuando tuvo
lugar la explosión de la crisis energética, otra cate-
goría de estudiosos se vio atraída por las obras de ar-
2. El debate sobre cual es el término más conveniente:
arquitectura “vernácula”, “espontánea”, “sin arquitecto”, etc,
quitectura espontánea: la categoría de los promoto-
tiene vida propia y no vamos a dedicarle espacio en este breve res de una arquitectura de bajo consumo energético;
artículo. Los intercambiaremos a nuestra comodidad sin mayor arquitectura que los americanos entonces llamaron
rigor en este aspecto.
3. No vamos a decir que este trato lo haya sufrido sólo la ar-
quitectura vernácula, evidentemente; pero hoy es nuestro tema.
4.  Sobre la influencia determinante de la aproximación la misma, véase “El espíritu de la tragedia”, del profesor Cabe-
científica a la arquitectura en el comportamiento ambiental de za (V. Bibliografía).

—  417  —
Benito Sánchez-Montañés Macías

Casa Ghirardi. Arq. Luis Barragán.


México DF. La arquitectura de
Barragán alcanza ejemplos notables de
integración de los valores tradicionales
de la arquitectura mexicana (color,
luz, masividad, texturas…) con las
necesidades del habitar contemporáneo.
Foto del autor.

“pasiva” y los europeos, quizá con mejor fortuna, Sin embargo, esta postura cultural se presta a
“bioclimática”. equívocos peligrosos si no viene matizada en la fase
Se descubrió de hecho que (como algunos precur- de formación de nuevas arquitecturas energética-
sores tales como Rapoport5 u Olgyay6 habían puesto mente conscientes.
ya en evidencia) la arquitectura sin arquitectos había De hecho es fácil, y ya ha sucedido, caer en la
asumido desde siempre las reglas para construir una imitación mimética de soluciones constructivas típi-
envolvente confortable sobre la base un uso cons- cas de la arquitectura vernácula, del todo inadapta-
ciente del conocimiento de las características climá- das a las exigencias contemporáneas. “Lo vernácu-
ticas del lugar de los materiales disponibles. lo funciona” no puede ser aceptado como filosofía,
Se descubrió que en localidades que estaban aunque es cierto que muchas de las enseñanzas que
situadas en continentes distintos y habitadas por se pueden derivar del análisis de esta arquitectura
hombres con culturas profundamente diferentes, son transferibles, con las debidas adaptaciones, a las
que nunca habían tenido contacto, pero que estaban metodologías y modelos proyectuales de hoy.
caracterizadas por condiciones climáticas análogas, Precisamente, esta copia sin análisis ha produ-
se había llegado a soluciones arquitectónicas idénti- cido y puede producir gran cantidad de problemas
cas o muy similares. en las arquitecturas que las han sufrido; lo que ha
Muchos hablaron de determinismo climático, acarreado, a la inversa, cierta desconfianza sobre la
otros lo negaron pero, sobre todo, se formó una co- validez contemporánea de la arquitectura espontá-
rriente cultural que se basaba sobre una sistemática nea, más allá del mero pintoresquismo o de la mu-
y a menudo acrítica exaltación de la “perfección” seificación antropológica.
de la arquitectura vernácula, desde el punto de vista El llamamiento que hacemos al rigor científico,
bioclimático, esto es, de adaptación al clima. Toda- como herramienta imprescindible para actualizar
vía hoy -después de todo, no hace tanto de esto- la los mecanismos de control ambiental del vernácu-
tendencia a exaltar “la sabiduría de los simples” está lo, viene precisamente a reivindicar su validez y a
muy viva. Esta actitud tiene mucho de hipérbaton situar estos mecanismos en la mesa de trabajo del
histórico de estirpe romántica, por el que situamos arquitecto, con una carga de operatividad que el fol-
en una “edad de oro” ideal del pasado valores que clore les había negado.
deberíamos procurar para el futuro7. Lo que nos sirve, de hecho, es una metodología
de proyecto arquitectónico que tenga en cuenta la
exigencia de reducir los consumos energéticos man-
5.  Ver Bibliografía. teniendo (o aumentando) el confort. Esta exigencia
6.  Ver Bibliografía.
7.  Paradójicamente, esta perversión ha arraigado en esque-
mas de pensamiento supuestamente progresistas, como ciertos cual no podemos dejar de constatar sus matices marcadamente
tipos de ecologismo o regionalismo postmoderno, pese a lo reaccionarios.

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Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la aplicación...

está viva tanto en los países desarrollados como


en los que se encuentran en vía de desarrollo: más
quizá en estos últimos que en los primeros.

Habitación y medio

El criterio ecológico usado por Köppen8 para


elaborar su clasificación climática, consistente en la
adaptación de unidades biológicas a una determinada
situación ambiental, parece perfectamente adaptado
al análisis bioclimático de la arquitectura vernácula.
De hecho, es fácil verificar9 que a los cinco princi-
pales grupos biológicos, utilizados para definir otras Calle en Setenil de las Bodegas (Cádiz), donde el carácter
tantas clases de clima, se pueden asociar cinco tipos de cueva de las casas viene conferido por la singular
principales de arquitecturas vernáculas. Cada uno de orografía del enclave. Foto del autor.
los tipos edilicios está caracterizado por una notable
homogeneidad constructiva y formal y, sobre todo,
por una sorprendente homogeneidad funcional. Estas las Bodegas, también presente en muchas islas del
homogeneidades (subrayamos: constructiva, formal mediterráneo (Santorini, Basilicata, Sicilia orien-
y funcional) también se entrelazan estrechamente tal…) y en otros altiplanos de esta zona (Túnez,
considerando el fuerte vínculo existente entre clima Turquía, donde quizá la habitación excavada ha al-
y materiales disponibles en el lugar. canzado el más alto nivel), en la que la función de la
Sobrevolando el esquema de relación entre estos habitación en caverna no es sólo la de crear ambien-
climas y sus arquitecturas espontáneas, vamos a re- tes con temperatura próxima a la media noche-día
pasar algunos casos tan conocidos como represen- en verano, sino también la de limar las puntas de
tativos (esta aparente obviedad demuestra su fuerza frío nocturno en invierno.
probatoria), con algunas consideraciones a su funcio- En América la función de defensa de los climas
namiento. Ello puede aportar ejemplos de cómo en- extremos se une a las necesidades defensivas. En
tendemos la aproximación que pretendemos al tema: el S.XIII los indios Pueblos se retiraron a las cavi-
En los climas templados cálidos subtropicales10 dades naturales de las paredes rocosas, escogiendo
los inviernos son breves y templados o apenas fres- situaciones que garantizasen no sólo defensa de los
cos y lluviosos, mientras los veranos son calientes enemigos, sino también buenas condiciones de con-
y secos; en montaña las excursiones térmicas esta- fort térmico. El pueblo está encastrado en la roca y
cionales se incrementan; por último, exagerando sus expuesto al sur; el voladizo natural de roca mantie-
características, en estas zonas se dan los desiertos ne las viviendas al sol en invierno y en sombra en
del mundo. verano; el apoyo en la roca garantiza el aprovecha-
En estos climas encontramos las viviendas sub- miento de su inercia térmica.
terráneas, ya que disfrutar de la inercia térmica del Estas habitaciones en roca americanas pertene-
terreno es el medio más inmediato y eficaz para ate- cen al pasado, pero las de la región del Shensi, en
nuar las excursiones térmicas día-noche y verano- china, todavía se usan.
invierno. Existen excavadas en el flanco de una co- Las viviendas excavadas en llanura (con eje ver-
lina o perpendicularmente al suelo, en especial si el tical) podemos clasificarlas según estén parcial o
terreno es llanura. El primer tipo se encuentra en las totalmente enterradas y por la presencia de patio.
franjas límite entre la zona cálida-seca desértica y En general pertenecen a climas extremadamente
la cálida-templada; es el caso más aproximado a los cálidos y secos, fundamentalmente desérticos. Las
ejemplos andaluces, como el de Guadix o Setenil de que no tienen patio son formas subterráneas de la
cabaña elemental, con una cubierta por lo general
8.  Consideramos que la Clasificación Climática de Wla- vegetal (salvo raros casos megalíticos).
dimir Köpen, patrimonio del acervo general de la ciencia, no Las más interesantes arquitectónicamente, con
necesita ser descrita ni referenciada. Para cualquier duda, todo patio central, tienen el ejemplo más conocido en
manual básico de Climatología la desarrolla suficientemente.
9. Lo ha hecho, entre otos, Federico Butera (v. bibliografía).
Matmata (Túnez), encontrándose también en algu-
10.  Köppen: Grupo C. nas zonas de China (provincia de Honnan).

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Benito Sánchez-Montañés Macías

La vivienda en caverna, aunque presenta induda-


bles ventajas ligadas a su funcionamiento descrito,
da lugar a un número igual o mayor de desventajas:
escasa ventilación, poca luz, humedad. Este hábitat
responde de la mejor manera posible a las escasas
posibilidades tecnológicas de quien lo ha creado
y, tal y como es, no es reproponible hoy día. Sus
intrínsecas cualidades de control climático, no obs-
tante, han llevado a una reciente revalorización de
viviendas parcialmente enterradas. En este proceso
es muy amplio el empleo de tecnologías y materia-
les más bien sofisticados, al objeto de eliminar la
mayor parte del lado negativo de esta arquitectura,
aprovechando el positivo.
Vale la pena observar que el habitar en caver-
na (aunque sea ocasionalmente) fue retomado hace
dos o tres siglos por la nobleza siciliana. En mu-
chas villas entorno a Palermo, donde los nobles de
la ciudad se mudaban en verano, fueron construidas
las llamadas “camere dello sciroco” (habitaciones
del siroco). Se trata de grandes cámaras excavadas
bajo tierra, pero no enteramente, de modo que se
pueda disfrutar de la iluminación natural, a menudo
atravesadas por el agua de un manantial. Estos espa-
cios se amueblaban y se hacía crecer la vegetación.
Cuando soplaba el temido siroco, los dueños y sus
huéspedes pasaban las horas más tórridas en aquel
ambiente agradable.
Este es sin duda un ejemplo ya histórico de cómo
las virtudes de la arquitectura vernácula pueden ser
retomados por una arquitectura culta, tal y como
proponemos para nuestro momento.
En los climas cálido-secos del Grupo B, las edi-
ficaciones en tierra constituyen la más característica
aportación de la arquitectura espontánea. El uso de
Calle en la medina de Fez (Marruecos), que fuga hacia
la tierra estabilizada deriva de dos factoras, a me-
el cielo, dejando penetrar un mínimo de luz, apenas
nudo concatenados: por un lado la naturaleza árida
suficiente para deambular. Foto del autor.
y a menudo arenosa de los lugares, sin árboles de
fuste ni canteras de piedra; por otro la incapacidad
tecnológica de elaborar la piedra, sobre todo ligado térmica, con las del habitar en superficie, en lo que
a la escala económica del pequeño pueblo. se refiere a ventilación y (relativamente11) ilumina-
El clima seco al mismo tiempo permite el tipo de ción. Es una arquitectura que huye de la luz, ges-
construcción, que se desharía materialmente en un tionándola meticulosamente, al tiempo que utiliza
clima más lluvioso. la agregación de las construcciones para exponer
Estas arquitecturas han sabido crear ejemplos la menor facción posible de piel a la insolación, lo
de una gran belleza, además de estar perfectamente que podemos verificar tanto en los qsour magrebíes,
adaptados al clima. Malí, Níger y Yemen son paí-
ses donde la arquitectura de tierra ha alcanzado su
máximo esplendor monumental, pero está presente 11.  Decimos “relativamente” porque el conseguir una gran
en toda la franja del Sahel. iluminación no es precisamente uno de los objetivos de esta
arquitectura, dado el clima; sin embargo tienen la ventaja de
El notable espesor de las paredes y las reducidas
poder conseguir los focos de luz, aunque sean pequeños, en el
dimensiones de las ventanas, unen las ventajas del lugar donde sean necesarios, no como en la caverna, que vienen
habitar bajo tierra, en lo que respecta a la inercia forzados a una única fachada.

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Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la aplicación...

como en los castillos yemeníes o todas las medinas 2. Aumento de los intercambios convectivos y
del mundo islámico. evaporativos hombre-ambiente mediante el au-
Dentro de este grupo climático no podemos ol- mento de la velocidad del aire (ventilación).
vidar, por supuesto, toda la construcción en piedra, 3. Aumento de los intercambios convectivos y
que constituye un nivel más elevado de tecnología y evaporativos hombre-ambiente mediante la
complejidad de las estructuras económico-sociales. disminución de la temperatura del aire (en-
Es característica de las sociedades islámicas más friamiento por evaporación).
evolucionadas y aunque permite un mayor refina-
miento de la arquitectura, ligado a su capacidad de Los climas cálido-húmedos12 se caracterizan,
labra y resistencia (estructural y al desgaste), el es- más allá de un elevado valor de la humedad rela-
quema de funcionamiento ambiental es muy simi- tiva y de la temperatura, por una excursión térmica
lar, basado en la inercia térmica de la masa, control día-noche muy reducida y por elevados valores de
de la radiación, reemisión de radiación a la bóveda la radiación solar difusa. Más allá de este dato, las
celeste, y ventilación. estaciones se diferencian fundamentalmente por la
La mayor sofisticación lleva igualmente apare- mayor o menor cantidad de precipitaciones.
jada una evolución en el conocimiento de técnicas La vivienda en estas zonas, que se distribuyen
de climatización pasiva, y así aparecen elementos en la franja tropical, debe satisfacer por lo tanto dos
como la mashrabyya (celosía tupida de madera) condiciones:
que aúna ventilación y sombra; la torre de vien- 1. Garantizar un nivel de bienestar térmico su-
to iraní, que permite ventilar en condiciones de perior al que se tendría en el exterior.
aglomeración urbana y práctica ausencia de vien- 2. Proteger eficientemente de la lluvia.
to; mecanismos de evaporación, como pequeñas
fuentes o complejos sistemas a base de conductos Dadas las condiciones, el confort sólo se puede
humectados; los techos se elevan, permitiendo una mejorar reduciendo la radiación que penetra en los
mayor estratificación del aire caliente, que man- ambientes vivideros y favoreciendo la ventilación.
tiene el confort en la altura habitable; por último, Con estas premisas, la arquitectura espontánea en
hay que mencionar la consagración del patio como las zonas tropicales se ha estabilizado sobre formas
elemento central de esta arquitectura y su relación y estructuras óptimas que se encuentran, sustancial-
con el medio. Aunque evidentemente presente en mente idénticas en su funcionalidad, en las más di-
otras muchas arquitecturas (fundamentalmente del versas partes del mundo con el mismo clima.
arco mediterráneo), nunca como hasta este mo- En todos los casos, la vivienda se eleva del suelo
mento alcanza su mayor elaboración en esta fun- y las paredes son total o parcialmente permeables al
ción ambiental. viento, las cubiertas están muy verticales para favo-
En definitiva, el edificio islámico “vive”, respira recer la evacuación del aguay voladas para proteger
y transpira como un ser biológico y mantiene a una de la radiación solar difusa.
temperatura aceptable sus órganos internos (los ha- Cuando nos encontramos a cierta altura sobre el
bitantes), exactamente como haría una piel. Esta piel nivel del mar, lo que puede aumentar la excursión
es en ocasiones incluso más eficiente y sofisticada, térmica hacia valores nocturnos más bajos, aparece
en especial en lo que se refiere a la ventilación. el empleo de la tierra proveyendo cierta cantidad de
Queriendo sintetizar las características de la ar- masa térmica.
quitectura islámica tradicional, se puede observar Es significativo que en estos climas es normal
que tiene en cuenta –con increíble maestría- tanto considerar que la “casa” está constituida por dos es-
las características del clima en el que se desarrolla tructuras separadas: la cabaña, donde se conservan
(elevadas excursiones térmicas y baja humedad re- los bienes y se duerme y un espacio abierto pero
lativa), como la respuesta fisiológica del organismo con un tejado de hojas, donde se desarrolla la acti-
humano a las solicitaciones microambientales. vidad diurna. Podemos comparar esta dualidad del
De hecho, los objetivos que se persiguen son tres: espacio exterior-interior, con la de la casa patio, lle-
1. Aumento de los intercambios radiantes hom- gando a conclusiones sobre la posición de la luz y
bre-ambiente mediante la reducción de la la necesidad de protección lateral-superior según el
temperatura media de las paredes, gracia a la clima y las circunstancias.
inercia térmica de las estructuras, al sombrea-
miento de paramentos y a la función de pozo
frío del patio. 12.  Köppen: Grupo A.

—  421  —
Benito Sánchez-Montañés Macías

En las áreas climáticas de tipo continental con arquitecturas vernáculas pese a su temporalidad, en-
dominante fría13 sufren inviernos largos con tempe- contramos los puntos extremos del gradiente de me-
ratura constantemente baja, escasa excursión térmi- canismos de adaptación al medio. Por ello, aunque
ca y pocas horas de sol. El verano es breve, cálido y como se ha dicho las condiciones que consiguen no
húmedo. Las estaciones medias frescas y lluviosas. sean suficientes hoy día, estas arquitecturas son un
Los materiales son madera abundante y piedra. excelente laboratorio en el que estudiar mecanismos
Se puede resumir que la historia de la arquitectura de funcionamiento bioclimático.
espontánea en estas zonas se centra en la evolución
de la dialéctica entre fuente de calor y envolvente
del edificio. Habitar vernáculo hoy
El fuego como continua fuente de calor, una en-
volvente de madera primero y de piedra después Por último, no podemos olvidar que las arquitec-
(que permite la importantísima aparición de la chi- turas espontáneas son aún un porcentaje elevadísimo
menea, antes de la cual, el humo llenaba la cabaña y de las viviendas en no pocas partes del mundo, por lo
la fuente de calor era el punto radiante de la llama, tanto, además de una fuente de inspiración para arqui-
no todo un muro calentado) y poquísimas ventanas tecturas actuales, son una cuestión habitacional viva y
en origen para evitar la dispersión térmica14, cons- presente, que tenemos que considerar como tal.
tituyen la esencia de esta arquitectura. Su principal Creemos que la arquitectura vernácula constitu-
tipo de aislamiento es el resistivo, que proporciona ye (y debe constituir en su pervivencia) un hábitat
la madera o mantos vegetales secos. real, no solo un museo antropológico. Y un hábitat
Se puede concluir que, en general, la vivienda quiere decir un lugar donde desarrollar la vida de sus
nórdica es una segunda piel defensiva, lo más im- habitantes con todas las condiciones y expectativas
permeable posible a las hostiles condiciones am- que los modos de vida contemporáneos les permi-
bientales, que sólo puede funcionar eficazmente si ten albergar. Entre esas condiciones se encuentran
está dotada de una fuente de energía. evidentemente las de confort. Y es por ello que las
El refugio de los pueblos nómadas merece un arquitecturas espontáneas se constituyen en objeto
comentario aparte. Habitualmente viven en climas de estudio de especial interés, puesto que no pode-
extremos, que fuerzan su nomadismo, impidiéndo- mos admitir que queden relegadas a condiciones
les un asiento continuo con recursos suficientes. Los inadmisibles en virtud de su valor museístico, sino
esquimales del Ártico, los beduinos del Sahara o los que todo su potencial (que es mucho) debe desarro-
mongoles de la Tundra, han desarrollado habitacio- llarse con las mejoras que la ciencia arquitectónica
nes temporales (el iglú15, la jaima y la yurta), que les contemporánea sea capaz de aportar.
permiten vivir en las mejores condiciones posibles, Y hablamos de desarrollar potencialidades pro-
dados los medios disponibles y el clima en el que pias, no de superponer sistemas extraños al funcio-
se desenvuelven. Con frecuencia esas condiciones namiento original, para lo cual la primera condición
no son de confort, sino simplemente de superviven- consiste en el análisis y conocimiento de la realidad
cia, pero sólo ese logro es ya notable en un hábitat preexistente.
tan inverosímil como el invierno ártico; podemos Por tanto, podemos decir para concluir, que el
afirmar, por tanto, que son pieles excepcionalmente estudio científico de la arquitectura vernácula
eficaces en la protección frente al medio. es, además, imprescindible para su conservación
Por la misma naturaleza del clima, en estos re- viva, más allá de la museificación y de su uso como
fugios, que podemos considerar con todo derecho base de datos, permitiendo desarrollar sus virtudes
hasta niveles de confort asumibles hoy.
13.  Köppen: Templado-frío; Grupo C.
14. La arquitectura nórdica histórica de grandes ventana-
les, desde Ámsterdam a Estocolmo, es ya una arquitectura culta Conclusiones
evolucionada, que se basa en una disponibilidad casi ilimitada
de combustible para la calefacción y que responde a otros pa-
rámetros no ambientales. En cualquier caso, no podemos con- Los ejemplos de arquitectura vernácula son el
siderarla vernácula. fruto de un lento proceso de ajuste que ha durado
15. El iglú es una estructura estable, evidentemente, pero centenares y miles de años, destinado a la creación
se construye sólo para una estación. En la estación cálida los
de condiciones de confort ambiental, utilizando del
esquimales se desplazan tras la caza y la pesca, volviendo a
instalarse en un nuevo emplazamiento cuando vuelve a llegar mejor modo los recursos locales. En algunos casos
la estación más fría. (véanse las arquitecturas árabes) se han alcanzado

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Estrategias medioambientales de la arquitectura vernácula como fundamento de sostenibilidad futura. Necesidad de la aplicación...

resultados sorprendentes que unen un extremado reconocido16. La necesidad de tomar un nuevo rumbo
refinamiento arquitectónico a un sofisticado uso hacia la sostenibilidad, encuentra un aliado de enor-
de materiales y principios físicos. Este patrimonio, me capacidad en la sabiduría inmemorial acumulada
que en gran parte del siglo pasado y hasta hoy está en las arquitecturas tradicionales; un patrimonio que
en gran parte abandonado, representa una mina no podemos abandonar ni menospreciar a menos que
inagotable de información y sugerencias. A pesar queramos volver a inventar la rueda; y esta es una
de ello hay señales de una tendencia arquitectóni- estupidez que no tenemos tiempo de permitirnos,
ca contraria que, aunque aún minoritaria, se inspi- porque la estabilidad del planeta que nos sustenta no
ra en esa sabiduría que ofrece la arquitectura sin va a mantenernos el tiempo suficiente.
arquitectos. Urge por tanto avanzar en un modo sostenible
En los países industrializados se ha asistido a y, para ello, no podemos abandonar en el camino
una recuperación parcial de los principios inspira- ninguna buena práctica que ya tengamos aprendida,
dores de defensa del clima y del empleo racional de como son las de las arquitecturas vernáculas.
la radiación solar en el desarrollo de la arquitectura Pero este conocimiento acumulado no es opera-
bioclimática (bioregionalismo). Se ha tratado ob- tivo sin una correcta transposición a las necesidades
viamente de un uso inteligente de este patrimonio, y técnicas contemporáneas y, lo que es más comple-
tomando algunos principios inspiradores y revitali- jo, a una operativa que permita su pervivencia en
zándolos en función de la disponibilidad de nuevos escenarios futuros. Es por tanto imprescindible un
materiales y conocimientos, con el fin de garantizar conocimiento objetivo y comunicable (esto es, cien-
el bienestar térmico con una notable reducción del tífico) de los parámetros que caracterizan las arqui-
empleo de combustibles fósiles. tecturas vernáculas, en relación con todos aquellos
Pero en los países en vías de desarrollo, la rique- aspectos que incidan en la sostenibilidad de nuestro
za de las enseñanzas de la arquitectura espontánea hábitat construido.
corre el riesgo de disolverse bajo el empuje de una Esos parámetros deben obtenerse por medios y
“modernidad” importada irreflexivamente. Y es pre- con protocolos científicos adecuados, de forma que
cisamente en estos países donde una recuperación determinen invariantes extrapolables al acervo ar-
inteligente de las sugestiones arquitectónicas loca- quitectónico general, y no dependan de una forma o
les, más allá de un indudable valor cultural, puede un material concreto, sino que constituyan objetivos
representar la condición que aúne la creciente nece- precisos y principios físicos generalizables.
sidad de mantener o mejorar la calidad de vida con Un ejemplo: si en los climas cálidos secos se cons-
un uso racional de los escasos recursos disponibles. truye tradicionalmente con gruesos muros de piedra
Como ejemplo de un proceso mucho más com- o adobe, este dato no es la enseñanza que nos intere-
plejo, pensamos en el rapidísima difusión, en las sa, nos importará sin embargo saber que esos muros
grandes ciudades del tercer mundo, de instalacio- tienen una alta difusibilidad por la que consiguen una
nes de climatización. Es el resultado del naufragio elevada inercia térmica, que en combinación con una
de una arquitectura que ha abandonado cualquier adecuada ventilación selectiva, permite disipar los
referencia a la interacción con las condiciones cli- excedentes de calor diurnos, manteniendo medias de
máticas externas, confiando al control térmico a las temperatura dentro de los límites de confort.
instalaciones. Esta enorme sobrecarga en la deman- Por supuesto que no podemos aspirar a seguir
da eléctrica está provocando un colapso de las redes construyendo con adobe todos los edificios contem-
energéticas de estos países, que constituye uno de poráneos en esos climas (aunque para algunos de
los más graves lastres a su precaria situación eco- ellos siga siendo una magnífica solución que se ha
nómica y social; los cortes de suministro energético desechado demasiado fácilmente), pero si tenemos el
son constantes y durante ellos, estas nuevas arqui- dato anterior y sabemos manejarlo17, podremos con-
tecturas, que precisamente han provocado la crisis,
son absolutamente inhabitables frente a las viejas
16.  Solo estamos esperando que se decidan a tomar medi-
casas tradicionales, que subsisten razonablemente das proporcionadas a la gravedad de la situación, y que reúnan
sin la climatización que nunca tuvieron, en una pa- el valor suficiente para llevarlas a cabo. Paciencia.
radoja sobre el progreso de la que deberíamos sacar 17. Es hora ya de que los arquitectos entonemos un” mea
no pocas enseñanzas. culpa ambiental”, porque buena parte de la inercia contra la
sostenibilidad que muestra nuestra arquitectura es debida sim-
Este panorama ya no nos permite pensar en un
plemente a la IGNORANCIA de muchos compañeros que se
progreso ilimitado e inconsciente, como finalmen- niegan a asimilar los conocimientos necesarios para integrar
te parece que todas las autoridades mundiales han estos parámetros en sus proyectos.

—  423  —
Benito Sánchez-Montañés Macías

seguir un efecto idéntico con materiales y procesos de la energía, Pugno Chiuso (Italia), 1979. [En] Ar-
adecuados a la economía y medios contemporáneos. quitectos, Madrid 1980.
Y también, como antes decíamos, será un dato fí- BUTERA, Federico: Ecologia e tecnologia fra uomo e
ambiente. Politecnico de Milán, 1991.
sico, objetivo e intemporal, que en el futuro podrá
CABEZA LAINEZ, José María: El espíritu de la trage-
igualmente perseguirse y conseguirse con medios dia. Sevilla: Ed. Trípode, 1997.
técnicos y materiales totalmente distintos. CERESUELA PUCHE, Antonio: Rehabilitación ambien-
Se trata de un ejemplo absolutamente puntual en tal con métodos tradicionales. Madrid: Colegio Ofi-
un mar de conocimientos, tan vasto como diversos cial de Arquitectos,1985.
son los climas, las culturas y las geografías. La tarea EVANS, Martin & DE SHILLER, Silvia: Diseño Bio-
ambiental y Arquitectura Solar. Buenos Aires: Ed-
es esta y, en consecuencia, ingente. Urge acometerla
iciones Previas, 1991
e implementar los procesos que permitan que co- GIVONI, Baruch: Man, climate and architecture. Los
mience a dar frutos, en beneficio de la conservación Angeles: Applied Science Publishers, 1976.
del patrimonio, material e inmaterial, que constitu- MINISTERIO OBRAS PÚBLICAS Y TRANSPORTE:
ye la arquitectura vernácula y en beneficio de todos Rio’92. Conclusiones de la Cumbre de la Tierra. Ma-
los que habitamos este planeta. drid; Servicio de Publicaciones del MOPT, 1993.
OLGYAY, Victor: Design with climate. Princenton Uni-
versity Press, 1963.
RAMÓN MOLINER, Fernando: Ropa, sudor y arquitec-
Bibliografía y referencias turas. Madrid: H. Blume, 1980.
RAPOPORT, Amos: Pour un’antropologie de la maison.
ALEXANDER, Christofer: Timeless way of building. Paris: Dunod, 1972.
Londres: Gay Books, 1974. VARIOS AUTORES (Manual): Arquitectura y Clima en
BLANCO LÓPEZ, José Ignacio: “Calefacción y clima- Andalucía. Sevilla: Junta de Andalucía, 1997.
tización de los edificios por las energías naturales. www.solstice.crest.org (Sustainable Energy and Develo-
Sistemas pasivos en climas mediterráneos”; Actas de pment Online)
la Conferencia internacional sobre la ­conservación www.ecohabitar.com (Revista Eco Habitar)

—  424  —
Sistema de Información Geográfica Aplicado
al Regionalismo en Sevilla de 1929

Rafael Rodríguez-Varo Roales


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

Las nuevas tecnologías nos están abriendo nue- puertas en la difusión del patrimonio arquitectónico
vos y amplios campos de estudio y herramientas y por extensión el urbano.
para la gestión del patrimonio histórico. Sabemos que no estamos hablando, exactamente,
Una de esas herramientas, la de los Sistemas de sobre arquitectura vernácula, si bien, a continuación
Información Geográfica, que, como casi siempre, veremos que nuestro modelo de trabajo, que en este
fue una aplicación militar, se esta acercando cada caso se muestra a partir de la arquitectura generada
día más a usos relacionados con la gestión patri- para la Exposición Iberoamericana de 1929, cele-
monial. Si bien a día de hoy podemos decir que es brada en Sevilla, que en cierto modo es una muestra
la gestión medioambiental el área donde está más de lo vernáculo de cada país, si bien el conjunto no
normalizada su utilización, también comenzamos a se puede considerar como tal.
ver sus beneficios en los planes de ordenación ur- Antes de comenzar un análisis más profundo del
banística, y, por último, encontramos ya modelos proyecto en sí, es momento de definir qué es un Sis-
para su aplicación en arqueología, como es el libro tema de Información Geográfica. Una sencilla de-
de Wheatley y Gillings, Spatial Technology and Ar- finición, pero que responde a dos preguntas claves,
queological aplications of GIS. ¿Qué es? y ¿Para que sirve?, sería: “Un conjunto
A propósito de este aprovechamiento, Bosque de herramientas para reunir, introducir (en el orde-
Sendra diría: nador), almacenar, recuperar, transformar y carto-
grafiar datos espaciales sobre el mundo real para un
“Las áreas de uso práctico de un Sistema de Infor- conjunto particular de objetos”2.
mación Geográfica son muy variadas: desde el inven- Los Sistemas de Información Geográfica tienen
tario de los recursos naturales y humanos hasta el dos formas de mostrarnos la realidad, dependiendo
control y la gestión de datos catastrales y de la pro-
del modo en que esté generada la información, en
piedad urbana y de los equipamientos, la cartografía
y el control de grandes instalaciones (red telefónica,
formato raster (red cuya información mínima es el
redes de abastecimiento y evacuación de agua, redes píxel), con el que la calidad de la información de-
de transporte…)…”1 penderá del tamaño del píxel, ajustándolo a conve-
niencia para nuestro estudio la realidad.
El proyecto SIGARS (Sistema de Infor- El segundo modelo de plasmación de la realidad
mación Geográfico Aplicado al Regionalismo de en formato digital y el modelo que se ha utilizado
Sevilla), nace con la principal idea de impulsar un para la generación del SIGARS es un software de
modelo de estudio (los SIGs), en un área de trabajo, carácter vectorial, es decir, nos muestra la reali-
la gestión patrimonial que apenas utiliza estas nue- dad basándose en puntos, líneas y polígonos. Este
vas herramientas, llamadas a facilitar y abrir nuevas sistema vectorial, por el modo en que presenta la

1.  Joaquín Bosque Sendra. Sistemas de Información Geo- 2.  Joaquín Bosque Sendra, Sistemas de Información Geo-
gráfica. Madrid: Rialp, 1992, p. 5 gráfica. Edit. Rialp. De Burrougth, 1988, p.6

425
Rafael Rodríguez-Varo Roales

información, lo considero mucho más accesible y como son el nombre, fechas de nacimiento, defun-
fácil a la hora de mostrar los resultados (entiéndase ción y titulación. En el dossier generado por el pro-
que es más cómodo para la metodología de trabajo fesor Villar Movellán encontramos también maes-
que se propone), incluso desde el punto de vista de tros de obra, por lo que se añade el campo cargo,
acceso a la información para cualquier persona que para distinguir a unos de otros.
no tenga conocimiento sobre el trabajo en los SIGs, Una vez generada la tabla autor, se genera la
ya que tiene un entorno de trabajo que nos recuerda tabla proyectos. En ésta sólo utilizamos los diseños
al utilizado por Microsoft en sus softwares. que fueron llevados a cabo en Sevilla, con lo cual los
presentados a concurso, como el Hotel Alfonso XIII
o la Plaza de España, no han sido tenidos en cuenta.
Justificación del proyecto Ambas tablas tendrán un campo común, que per-
mitirá interrelacionarlas, el nombre.
La selección del tema, nace del interés que siem- Los campos seleccionados, con una explicación
pre generó en mí la Exposición Iberoamericana de de los mismos, son:
1929. De este evento permanecen en pie algunos Número de Catálogo BIC: Corresponde, si
pabellones, en cuya construcción intervinieron al- diera el caso, con ese número.
gunos de los más importantes arquitectos hispano- Coordenada X: Coincidente con la X en las co-
americanos de principios de siglo, que permitieron ordenadas UTM.
a Sevilla vivir un sueño de modernidad. Coordenada Y: Coincidente con la Y en las co-
Este trabajo, simplificándolo al máximo, po- ordenadas UTM
dríamos decir que es la generación de una base de Las coordenadas X e Y serán las que utilicemos
datos relacional, con información básica (desde el cuando tengamos que relacionar nuestra tabla, cuan-
punto de vista del interés personal). Base de datos do la georreferenciemos sobre la ortofoto
que contiene una información espacial (coordena- Dirección: Dirección postal en la que se encuen-
das UTM, X e Y), que permite la localización de los tra el edificio en cuestión. En este campo hemos de
pabellones en el SIG. El punto de localización lleva tener en cuenta que la obra de referencia es del año
enlazado una ficha con información e imágenes que 1979 por lo que en muchas ocasiones la nomencla-
sobre el pabellón fue generada para la Guía de la tura de las calles se ha visto alterada, así como la
Exposición Iberoamericana de 1929. numeración.
Así, sobre pantalla, agregándole al SIG una or- Elemento arquitectónico: Tipo de construcción
tofoto3 de Sevilla, que nos sirva de base para hacer que estamos estudiando.
una más rápida localización visual, tendremos la in- Estilo: Estilo arquitectónico al que pertenece.
formación de todos los pabellones, con sus diversas Promotor: Entidad que realiza el encargo y su-
fichas y localización en el área urbana actual, inclui- fraga los gastos acarreados por la construcción del
dos los que fueron demolidos o transformados con edificio.
posterioridad, así como cualquier otra noticia que Año de encargo: Fecha en la que se inician los
queramos agregarle sobre su situación actual. trabajos de planificación.
Año de realización: Fecha en la que terminan
los trabajos de construcción.
La generación y metodología del proyecto Propietario actual: Institución pública o priva-
da, o particular que en la actualidad posee el edificio
Como se ha explicado anteriormente, comenza- o el solar en el que este se encontraba edificado.
mos generando la base de datos, para ello nos basa- Uso: Uso del edificio o solar en el que este se
mos principalmente en el catálogo de obras reali- encontraba.
zado por Alberto Villar Movellán4, que trasladamos Estado de conservación: Este dato es completa-
a la plantilla del programa Ms Access, que tendrá mente subjetivo ya que se asienta en la visión direc-
dos tablas, una tabla autor, con campos básicos de ta que pueda hacer sobre el edificio.
la vida del autor o autores de los diversos proyectos, Observaciones: Este campo lo utilizamos como
cajón de sastre, en el tendremos en cuenta temas
tales como si el edificio sigue en pie, si existieron
3.  Fotografía aérea georeferenciada mediante coordenadas
colaboradores en la creación del edificio, etc.
UTM.
4.  VILLAR MOVELLÁN, A. Regionalismo en Sevilla Restauraciones: Fechas de las restauraciones
(1900-1935). Sevilla: Diputación, 1979. que han recibido los edificios, así como el autor de

—  426  —
Sistema de Información Geográfica Aplicado al Regionalismo en Sevilla de 1929

las mismas. En caso de edificios de nueva planta, no Estos puntos nos permitirán enlazar información
se tendrían en cuenta las restauraciones. útil sobre los distintos elementos que se muestran
Legislación que lo protege. en el plano, en este caso nos hemos decantado por
Hipervínculo: Este campo nos permite, fuera transcribir la guía oficial y los comentarios que los
de un Sistema de Información Geográfica, enlazar hombres de su tiempo hicieron sobre los distintos
nuestra base de datos a las fichas generadas de los pabellones.
distintos edificios, lo cual nos permite no depender Estos puntos son la base del proyecto, por ser
de un software SIG para visualizar parte de la infor- precisamente el gran cajón de sastre donde podemos
mación del proyecto. introducir todos los datos de interés, en nuestro caso
Nombre del responsable: Arquitecto o inge- estos puntos nos sirven para enlazarlos a estos tex-
niero encargado de la realización del proyecto. Este tos, pero pudieran ser útiles para mostrar informes de
campo es el que nos permite la relación de tablas, ya todo tipo (restauración, información turística, mode-
que se encuentra en ambas. los de protección que amparan este edificio…).
En la tabla que denominaremos Autor encontra- Dado el caso, estos puntos pueden utilizarse para
mos la siguiente información: restringir el ámbito de conocimiento mediante bús-
Cargo: Rango que corresponde a la capacitación quedas. Por ejemplo, podríamos generar una búsque-
del responsable, arquitecto o ingeniero. da de los edificios en los que participa como arquitec-
Tres campos relacionados con la vida del mismo. to Aníbal González, siguiendo una rutina y haciendo
Fechas de nacimiento, de obtención de su titula- una selección de los temas mediante el campo arqui-
ción de arquitecto y de defunción tecto y dentro de él el mencionado nombre.
Esta búsqueda, si bien es un simple ejemplo, nos
Volviendo a la tabla de relación de obras y permite extendernos a todos los campos que se pre-
proyectos Junto a todos estos campos se genera uno cisen, desde restauraciones hasta usos actuales del
nuevo, clave de los proyectos, que será un código edificio, cual si fuera una simple base de datos.
generado por las tres primeras letras de cada apelli- Otra ventaja que nos permiten los SIGs es la
do del autor, así como de un numero de tres cifras, mezcla de capas de trabajo, es decir, la introducción
que nos permitirá dar a cada obra un valor único, de otros temas con nuevas informaciones sobre el
caso de que el proyecto fuera realizado por varios área donde se encuentran nuestros edificios, infor-
arquitectos sólo se tomaría por valido el primer mación de toda índole, catastral, censal, viaria, de
proyecto encontrado, que en este caso es por orden redes eléctricas, telefónicas, transportes, canaliza-
alfabético, para evitar la repetición de información ciones…, que se pueden cruzar con la información
y la generación de puntos dobles que dificulten la que disponemos.
comprensión y la accesibilidad de la base de datos Una vez hemos mostrado el estudio de los pabe-
por hacernos creer que nos encontramos ante dos llones de la exposición iberoamericana pasamos a
edificios diferentes. la realización de su encuadre dentro de un sistema
de información geográfica, en él determinaremos
Teniendo en cuenta que muchos de los pa- la posición de algunos de los ya mencionados, me-
bellones de la Exposición fueron temporales y que diante un tema concreto al que generaremos un link
otros muchos han ido desapareciendo a lo largo de a un ficha en el que encontraremos la información
estos años, nos decidimos por la digitalización de aportada por la guía de la exposición universal, en
un plano5. Tomando para ello puntos que teníamos el que se comenta de un modo pormenorizado la te-
ya georreferenciados mediante la ortofoto y com- mática de cada pabellón, así como las curiosidades
parándolos con los del plano de la Exposición, una resaltadas por los creadores de la guía de la misma.
vez escaneado, que nos da la ubicación exacta de los
distintos elementos.
Una vez tenemos las ubicaciones de los pabello- La búsqueda de la información.
nes generamos un punto que nos permita enlazar la
información que queremos mostrar de ellos y que Información histórica
nos dará una información de estilo vectorial.
En la realización de este proyecto hemos teni-
do en cuenta una gran cantidad de fotografías, libro
5.  Guía de la Exposición Iberoamericana de 1929. Sevilla: y planos, que se han pasado a soporte digital para
Ayuntamiento, 1929. su uso. Para el proyecto se han tenido que escanear

—  427  —
Rafael Rodríguez-Varo Roales

varias colecciones de fotografías antiguas así como decidido dejar sólo los textos que fueron utilizados
la guía oficial de la Exposición Iberoamericana. De por los hombres del 29 para hablar de los mismos.
ellas realizamos una serie de filtrados, en las que
tratamos de mostrar las mas curiosas o mas intere-
santes desde el punto de vista arquitectónico, que Objetivos de estudio y expectativa de resultados
nos permita definir las trazas de los edificios que
estamos trabajando. Los objetivos son:
• Acercamiento a los nuevos métodos informá-
ticos utilizables en la gestión urbanística y su
Información actual aplicación como proyecto piloto en este área.
• Búsqueda de mejoras en la accesibilidad de
Nos encontramos con el problema que para nues- un área tan olvidada de estudio como es la
tro proyecto pretendíamos trabajar con información arquitectura tradicional.
obsoleta, tanto en el trabajo de la documentación • Difusión del patrimonio urbanístico y de la
viaria de la ciudad, ya que desde el año 1979 en el arquitectura Regionalista de Sevilla.
que nuestro libro base es escrito (Arquitectura del • Revisión de los métodos de gestión urbana
Regionalismo en Sevilla…) la red viaria de nuestra del área de Sevilla con respecto a las actua-
ciudad se ha modificado, tanto en trama como en ciones sobre las obras del “Renacimiento se-
nomenclaturas. Es por ello que para solventar este villano” del siglo XX.
primer problema utilizamos el Diccionario históri- • Agilización de la gestión del patrimonio ar-
co de las calles de Sevilla, publicado por la Geren- quitectónico estudiado.
cia de Urbanismo del Ayuntamiento sevillano, en el
cual podemos encontrar los nombres de todas las Ventajas de la utilización de un SIG
calles de Sevilla. • Los historiadores a lo largo de los siglos han
creado o usado todo tipo de archivos de los
más diversos temas, es por ello que se nos
La Generación del Proyecto SIG presenta como una oportunidad magnifica la
actualización y digitalización a formato SIG
Con toda esta información en nuestras manos es de estos archivos que nos podrían permitir
posible comenzar la preparación del proyecto SIG. la visualización y la toma de decisiones con
Para encontrar estas coordenadas hemos tenido que mayor rapidez.
recurrir a varios métodos, destacando unos por su • La representación cartográfica nos permite
fidelidad y otros por su inmediatez. Hemos aprove- la generación de guías turísticas que pue-
chado la información ofrecida por la web generada den ser aplicadas para la muestra de nuestro
por Tracasa para el Ayuntamiento de Sevilla, mien- patrimonio.
tras que los edificios sobre los que no tenemos in- • Las bases de datos generadas en nuestros
formación postal fiable hemos optado por la georre- estudios nos permite realizar búsquedas ba-
fenciación de un mapa de la Exposición, mediante el sadas en las necesidades del usuario, una de
cual hemos podido conseguir la localización aproxi- ellas podría ser el conocimiento del estado de
mada de estos edificios que lamentablemente han conservación, las propuestas de restauración
desaparecido. o el usuario actual del edificio.
Para nuestro proyecto cargaremos las hojas de las • La cartografía permite ver con facilidad en
ortofotos de Andalucía a color 984-3-3 y 984-3-4, plano el urbanismo histórico o los modelos
del MDA las capas de viario y manzanas, que no de crecimiento de la Sevilla actual, y sus ac-
aparecerán en la visión definitiva del proyecto, y, tuaciones sobre la arquitectura estudiada.
por ultimo, aprovecharemos la capacidad de acepta-
ción de formatos, introduciendo una capa en forma-
to autocad map con la red viaria de Sevilla a escala Conclusiones
1:5000.
Una vez generado todo, la última fase de nues- Las modificaciones que sufre la ciudad durante
tro proyecto supone la generación de hiperenlaces la Exposición del año 1929, supusieron la apertu-
a los textos y fotografías explicativas de los pabe- ra a nuevas áreas urbanas que quedan patentes en
llones de la exposición, en esta explicación hemos los planos de las sucesivas reformas urbanísticas,

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Sistema de Información Geográfica Aplicado al Regionalismo en Sevilla de 1929

cambiando la planimetría de la ciudad desde el plano que, como bien sabemos, todo hombre que desco-
generado por Pablo de Olavide, que aún se mante- noce su historia esta condenado a repetirla.
nía vigente a las puertas del siglo XX en Sevilla. Respecto a las posteriores aplicaciones de este
Vista la pérdida de edificaciones de la Exposi- SIG, podríamos plantear las siguientes. Desde el
ción del 29 podríamos notar cómo el crecimiento de punto de vista de la protección patrimonial este
la ciudad en la segunda mitad del siglo XX no fue SIG, debidamente preparado, facilitaría y acelera-
muy respetuoso con ese legado, ya que el área de ría la gestión de los diversos expedientes, ya que en
Heliopolis sufre una reurbanización y una adapta- un solo clic sobre la ciudad de Sevilla tenemos ante
ción a campus universitario que provocó la pérdida nuestro ojos no sólo el edificio, sino su entorno, y si
de uno de los núcleos de la Exposición, quedando la preparación fuera completa nos permitiría saber
como único testigo de su presencia la torre del pa- el estado en el que este se encuentra, todo ello me-
bellón de Córdoba y los conocidos como hotelitos diante bases de datos relacionadas.
de Heliopolis, convertidos en barrio residencial, y el Dentro del ámbito turístico, los nuevos sistemas
estadio edificado para la Exposición, donde hoy se portátiles como PDA o incluso teléfonos móviles nos
sitúa el estadio del Real Betis Balompié, así como la pueden servir de guías interactivas, mediante aplica-
fuente multicolor que se sitúa delante de la entrada ciones generadas con tal fin, o bien en equipos fijos
del estadio, en la avenida de la Palmera. que permitiesen por un experto realizar guías a medida
Si bien este estudio no pretende la reconstrucción para sus usuarios, abriendo nuestro estudio no solo al
de estas áreas, sí aspira a dar a conocer a los vecinos ámbito del regionalismo sevillano, sino también mos-
de la ciudad de Sevilla su evolución, no pretendien- trando toda la información que en cada caso queramos
do mostrar la grandeza de lo que fue, sino recordan- considerar relevante, basándonos en la especialización
do los errores que no se han de volver a ­repetir, ya de la libertad de temática que este sistema nos ofrece.

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El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)

El agua y las construcciones de la necesidad en las


Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)1

Mari Carmen Naranjo Santana


Ayuntamiento Vega de San Mateo. Gran Canaria. España

El Patrimonio etnográfico es un vocablo que no arquitectura; que a su vez es un bien material que
está libre de la complejidad terminológica que lo defi- forma parte de una situación patrimonial. Entre los
ne, condicionada por los numerosos elementos que le múltiples modelos de carácter y destino con que se
distinguen y que pueden esquematizarse, grosso modo, realizan las fábricas se encuentra la arquitectura
en: un patrimonio vivo y cambiante, que en ocasio- vernácula, entendida como: la proyección y cons-
nes puede encontrarse en uso; un patrimonio muy trucción de edificaciones e instalaciones en un área
abundante; un patrimonio compuesto por bienes concreta; con unas técnicas que han atravesado el
materiales, pero sobretodo por las acciones y com- umbral del tiempo, o que han sido adquiridas por la
portamientos que permiten la creación de estos; y un relación con otras culturas. Y que surge como res-
patrimonio que no es tan apreciado como otros. puesta a una serie de necesidades sociales y econó-
Bajo estos pilares, podríamos dar una definición micas, a las que se adapta y con las que se relacio-
aproximada del Patrimonio etnográfico que lo de- na, formando un paisaje cultural propio, entendido
termina como: el modo específico en que un colecti- como espacio físico y social.
vo se ha adaptado y adapta a un espacio geográfico Es por ello que, a lo largo de estas páginas, habla-
y cultural, configurando una situación patrimonial. remos de construcciones vernáculas o construcciones
Esta situación la componen bienes materiales e in- de la necesidad, y no de arquitectura vernácula. Al
materiales, visualizables y no visualizables, las ac- entender que las fábricas localizadas en las Media-
ciones que los han hecho posibles, y las relaciones nías y Cumbres de Gran Canaria no solo responden
que se producen entre estos con su entorno físico y a edificaciones, sino también a instalaciones y obras
social. Y que constituye, al mismo tiempo, una pro- que están al servicio de la explotación de los recursos
piedad que heredamos de nuestros antepasados, y acuíferos para el uso cotidiano, agrario y ganadero. Y
cuyo uso puede estar aún vigente. que, además, se complementan con las transforma-
Esta situación patrimonial es susceptible de ser ciones territoriales y culturales que el desarrollo rural
estudiada con metodología antropológica, como un ha ocasionado y experimentado; y con las activida-
todo orgánico, desde que se gesta hasta que se desa- des agroganaderas e industriales (técnicas, trabajo,
rrolla; y de ella se extraerán los elementos identifica- capital...), artesanales y comerciales, que se producen
torios que pasarán a ser protegidos y conservados. en el ámbito rural, y que responden a las necesidades
De esta descripción general, deducimos que uno de los individuos que trabajan en el Sector Primario,
de los elementos que permite la adaptación de los aunque se vincule a otros como el Terciario.
colectivos a un espacio geográfico y cultural es la

1. El presente artículo es un extracto de la Tesis de Licen- Las Medianías y Cumbres de Gran Canaria
ciatura: “Análisis de las construcciones vernáculas de la Co-
marca de Medianías y Cumbres de Gran Canaria. El caso de
Vega de San Mateo”. Dirigida por el Dr. D. Francisco Ollero
Gran Canaria es uno de los siete territorios in-
Lobato. Universidad Pablo de Olavide, Sevilla. 2004 sulares que componen la Comunidad Autónoma de

430
El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)

Canarias, cuya capital se centra en la localidad de Las población, sustentados económicamente en la agri-
Palmas de Gran Canaria. La isla posee una superficie cultura, la ganadería, y la explotación del bosque.
total de 1.560’10 Km2, y un diámetro de 53’5 km. Ello ocasionó la aparición de un nuevo paisaje en
desde La Isleta a Puerto Rico; cuya máxima altura se el que las eras, bodegas, lagares, molinos... se con-
localiza en el denominado Pico de Las Nieves. virtieron en los protagonistas de la economía de los
El territorio grancanario concentra 21 municipios territorios de Medianías y Cumbres.
dispersos por toda la geografía insular; de los cuá- La existencia de otra economía que se sustentara
les, y como objeto de estudio, analizaremos los que en un Sector ajeno al Primario, a finales del siglo
se localizan en las zonas de cumbres y medianías. XVIII en la comarca de Medianías y Cumbres, era
La denominada Área de las Medianías y Cum- prácticamente ilusorio. Y fruto de esta situación
bres de Gran Canaria está formada por las loca- socioeconómica, espacial y medioambiental brotó
lidades de: Vega de San Mateo, Tejeda, Valsequi- en la zona una arquitectura popular de formas y
llo, y Santa Brígida. Y cubren, en su conjunto, una estructuras simples cuyo único ornamento, en el
superficie aproximada de 204,34 Km2; frente a los supuesto de que existiese, era la presencia de teja.
1.560´10 que ocupa el total de la isla. Estas construcciones estaban, con frecuencia, rea-
Este territorio se caracteriza, grosso modo, por lizadas por los propios vecinos de las localidades.
exponerse cada día más a un elevado deterioro del Y aprovechaban para la edificación las formas del
suelo, y por la presión urbanística y demográfica relieve geográfico (casas cueva); o recursos natura-
que amenaza al medioambiente. Lo que supone un les como la piedra, que era extraída de las canteras
grave problema si tenemos en cuenta que el área te- municipales.
rritorial que ocupan estas localidades es portadora Al llegar el siglo XIX los aumentos poblaciona-
de una importante biodiversidad biológica, en flora les, las grandes distancias, y el mal estado de los ca-
y fauna2; unas condiciones climáticas favorables; y minos, entre otras causas; originaron, en la zona, la
la existencia de espacios naturales protegidos. Aun- escisión administrativa y religiosa de dos territorios,
que también posee grandes deficiencias de recursos que pasaron a convertirse en términos municipales
como los acuíferos, que le conducen a la explota- propiamente dichos: la Vega de San Mateo (des-
ción de filtraciones subterráneas. membrado del núcleo de la Vega, en el año 1801);
A lo largo del proceso histórico de Gran Canaria, y Valsequillo (escindido del territorio de Telde, en el
el área de las Medianías y Cumbres de Gran Canaria año 1802). Estas áreas, junto a las de Santa Brígida
ha sufrido numerosos cambios en el marco de su y Tejeda, emergían como territorios claramente de-
historia económica, social, política, religiosa, etc. marcados, que poseían entre sí una red de caminos
Este avance ha estado en continua relación con el que les comunicaba con las áreas vecinas próximas.
acontecer del resto del territorio insular pero con Los edificios y hogares3 existentes en la época
unos rasgos propios, fruto de su particularidad rural, nos ayudan a hacernos una imagen de la comarca;
que identifican a los municipios de esta comarca; y constituida por cuatro localidades, divididas en va-
cuyo desarrollo ha estado íntimamente vinculado al rios lugares, aldeas y caseríos. Y con un número de
carácter agroganadero y acuífero de la zona. edificios en las áreas no centrales de los municipios
Tras el proceso de conquista de Gran Canaria, considerablemente superior a los de poblado (1.291
la población aborigen asistió a la colonización del para el caso del primero; y 209 en el segundo).
territorio por parte de los conquistadores; que lle- La localidad con mayor número de edificios y
garon a las regiones del interior de la isla, movidos viviendas lo representaba Santa Brígida, seguida de
por: la riqueza acuífera de la zona, el gran valor de la localidad de Vega de San Mateo.
sus tierras, y la explotación del bosque existente en En toda el área, estas construcciones eran de 1 ó
la zona (fundamentalmente en Santa Brígida y Te- 2 plantas; con menor número de los segundos, que
jeda). Colonizaron los parajes hasta asentarse en los se localizaban normalmente en los poblados, y se
mismos y tras este primer momento, y a lo largo de reservaban a grandes haciendas o edificaciones de
toda la Edad Moderna, la actual comarca de Media- tipo civil y religioso. Los edificios de tipo civil res-
nías y Cumbres de Gran Canaria se caracterizó por pondían a: varias escuelas públicas, para cada uno
estar compuesta por amplios territorios, de escasa
3. La distribución de las casas, pequeñas y de pésima cons-
2. Que le ha conducido, inclusive, a ser presentada en el trucción según datos de Madoz, formaba calles entre sí que es-
año 2005 y por parte del Cabildo insular, como candidatura de taban en muy mal estado; tanto desde el punto de vista de la
Reserva de la Biosfera en la UNESCO. organización, como de la construcción.

—  431  —
Mari Carmen Naranjo Santana

de los sexos, y en cada una de las localidades; la más cercano al Capitalismo que fuese acorde con
existencia de cárcel en algunos de ellos, como Te- los intereses de la clase comercial y propietaria.
jeda y Santa Brígida; una edificación en la que se Esta nueva propuesta político-económica se de-
localizaba una sala destinada a realizar las sesiones nominó librecambio isleño, y no era más que una
de los correspondientes Ayuntamientos, por no po- política de exenciones (Puertos Francos) de la
seer construcciones propias; y el cementerio, que se economía canaria que trajo como consecuencia: el
localizaba a las afueras de poblado. Por su parte, los desarrollo del trabajo en las ciudades; la mejora téc-
edificios de tipo religioso existentes en la comarca nica de la isla; el aumento patrimonial de determi-
eran una parroquia por municipio, que en ocasiones nados “sectores sociales”; y la caída de los granos
era de segundo ascenso (como el caso de Santa Brí- y los productos ganaderos en las zonas de interior,
gida); y varias ermitas dispersas por el territorio. que tenían que competir en el mercado con produc-
Esta arquitectura, en numerosas ocasiones de tos más baratos que llegaban de fuera.
edificación popular y mala construcción para el caso Con la llegada del siglo XX, y en la década de
de las viviendas, es muestra de la economía de la los años treinta, las islas asistieron a una reforma
comarca que no era ausente al acontecer que vivía que proponía, grosso modo, la apertura al comer-
la isla en el siglo XIX. cio internacional y la movilización de los medios
En este panorama, la agricultura y la ganadería de pago. Este plan de estabilización trajo consigo el
se convirtieron en el sustento del entramado pobla- incremento del turismo; un aumento en los ingresos
cional; pero, además, se hizo irremediable la cita de familiares; gran número de migraciones hacia las
un recurso natural que haría eco en este horizonte ciudades; y un mayor establecimiento de la cons-
económico: el agua. Y que influyó, de forma cuan- trucción frente al decaimiento de la agricultura.
tiosa, en el paisaje, en la hacienda, y en la sociedad Estos factores ocasionaron nuevas fuentes de in-
del área. A mediados del siglo XIX se constataron gresos con gran atractivo para la población rural de
en la comarca de Medianías y Cumbres tres recur- la comarca de Medianías y Cumbres; que emigró a
sos principales, para uso cotidiano de los vecinos, las ciudades o a aquellos núcleos en los que el sector
en la obtención de acuíferos: los nacientes, las co- servicios y la construcción, tenían una gran deman-
rrientes naturales y las fuentes. Esta agua discurría a da. A esta fase migratoria hemos de unir el trasla-
través de atargeas y obras de fábrica, y circulaba de do temporal de algunas familias de la Comarca a la
un municipio de la comarca a otro; a otros munici- zona sur de la isla, en la que se cultivaron productos
pios externos a la misma; o inclusive a la ciudad de como el tomate y el plátano.
Las Palmas. A partir de la década de los años ochenta, la
A excepción de algunos casos como Tejeda, y Comarca de Medianías y Cumbres experimentó el
a lo largo del siglo XIX, no se recurrió en las Me- auge demográfico que se estaba desarrollando en el
dianías y Cumbres de Gran Canaria a la extracción resto de Gran Canaria. Y comenzó a presenciar la
de acuíferos subterráneos. Debido, en gran medida, existencia de dos modelos económicos diferentes
al abastecimiento de agua con la que discurría en con respecto al Sector Primario: por un lado, apa-
superficie; y por la escasez de maquinaria que per- recieron aquellos territorios que presentaron una
mitiese llevar a cabo las filtraciones4. estructura económica más urbana, con dominio de
La posesión de los bienes y productos que ofre- sectores que no eran el agroganadero o las indus-
cía la trilogía económica del área de Medianías y trias manufactureras (casos de Santa Brígida y Vega
Cumbres (agricultura, ganadería, y agua), poseía de San Mateo; este último, en menor medida). Por
influjo del siglo anterior. otro lado, estaban las localidades con una estructura
Ante la mala situación económica que vivió Ca- eminentemente rural, dominadas por las actividades
narias a lo largo del siglo XIX; la inexistencia de la agropecuarias (casos de Valsequillo y Tejeda).
industria5; y la inoperancia del proteccionismo ante- Caso diferente presentó el sector comercial, que
cedente; se planteó un nuevo modelo de crecimiento fue y continúa yendo en aumento en todos los mu-
nicipios de las Medianías y Cumbres de Gran Ca-
4.  Habrá que esperar a la creación del puerto en la ciudad naria; a excepción de Tejeda, en la que ha mostrado
de Las Palmas, para que se produzca la entrada de materiales poca incidencia.
como el hierro; con los que se elaborará la maquinaria necesaria La localidad con mayor influjo del sector ser-
para realizar los trabajos de filtración.
vicios lo representó, en la década de los noventa,
5.  Debido a la carencia de recursos y capitales, y materias
primas; estancamiento tecnológico; y escasa tradición indus- Santa Brígida. Debido, en gran medida, a su cerca-
trial, entre otros. nía a la capital de la isla, al desarrollo urbanístico

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El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)

experimentado, y al aumento demográfico, entre Estas construcciones están íntimamente vincula-


otras causas. das al espacio geográfico en el que se localizan; al
Valsequillo y San Mateo, por su parte, mantu- acontecer histórico en el que se han desarrollado y
vieron desde el año 1991 un ritmo en alza en lo que que la ha hecho posible; y al marco cultural del que
compete a este sector, que no ha tenido parada hasta proceden y del que también son portadoras cultura-
la actualidad. Y que en el caso de este último, la les. Estableciendo, entre estos elementos y ellas, un
demanda de empleo lo ha absorbido en gran medida sincretismo que ha ocasionado un proceso de for-
la hostelería. mación de ida y vuelta.
En definitiva, un ritmo en alza en la comarca de La protección de estas obras se realiza a través
Medianías y Cumbres de Gran Canaria, para las dé- de varios mecanismos como: el Título legal espe-
cadas finales del siglo XX, a favor del Sector Ter- cífico número III de la LPHC (en el consignado al
ciario en detrimento del Primario6. En este cambio Patrimonio Etnográfico); un inventario plasmado en
ha tenido un fuerte influjo el progreso industrial las Cartas Etnográficas municipales que, aunque por
experimentado en las áreas rurales de la isla, en el sí solos no poseen validez legal, describen, ubican,
que ha cobrado gran importancia la introducción de y valoran los bienes; y la labor de protección ejer-
“la máquina”; porque se vivió la llegada de “...re- cida por los Catálogos Arquitectónicos locales que,
pertorios de herramientas, de instrumentos, de ar- además de inventariar los bienes, protegen algunas
tefactos, de máquinas y motores que, en su inmensa tipologías constructivas de los mismos.
mayoría procedentes del exterior se incorporan, También sirven como métodos de protección de
paulatinamente, a la vida de las islas...”7. estas obras las medidas cautelares que ha de adoptar
Con la potenciación de los puertos en las islas; el Cabildo insular en casos de urgencia. Y que sur-
la aparición de las Reales Sociedades Económicas; gen para evitar el deterioro o destrucción de bienes
y la introducción del hierro y la combustión del protegidos o inventariados; o de aquellos que no lo
carbón; tuvo lugar una nueva etapa en la que los están, pero poseen interés para la cultura y el patri-
municipios de Medianías y Cumbres, junto a otros monio canario.
muchos, sufrieron un cambio de tipo industrial y de En esta ocasión, los bienes patrimoniales que
comunicación. Que originó la llegada de los pro- analizaremos se enmarcarán en el bloque de los re-
ductos manufacturados, las plantas de luz eléctrica, cursos hídricos al representar, junto a los de agri-
los ultramarinos, la quincallería, y las herramientas cultura, los más numerosos; debido a la gran im-
para pozos y talleres, entre otros. portancia que ha supuesto y supone el agua en los
Este proceso, junto a otros elementos de índole territorios eminentemente agroganaderos; y a la es-
económico, social, cultural, arquitectónico, etc; han casez de recursos hídricos existentes en la zona, que
condicionado el acontecer histórico de la comarca ha ocasionado la búsqueda de mecanismos para la
de Medianías y Cumbres. Así como la concepción obtención de los mismos. Aunque no se mencionará
de “pueblo” de los territorios que la componen. la totalidad de los bienes, sí se hará referencia a al-
gunos modelos patrimoniales que están directamen-
te influidos por el sistema explotativo para el que
El agua y las construcciones de la necesidad han sido creados.
Algunas de las obras que analizaremos responden
Los municipios de las Medianías y Cumbres de a pequeñas construcciones que sirven para acceder
Gran Canaria son áreas eminentemente rurales, por- al agua. Pero otras, por el contrario, son verdaderas
tadoras de unas construcciones vernáculas de la más obras de ingeniería muy relacionadas con la agri-
variada índole; que se encuentran dispersas por todo cultura y que fueron edificadas, en ocasiones, para
el territorio comarcal, y que se enmarcan entre los poder conducir el agua de las Medianías y Cumbres
bienes inmuebles que componen una parte del patri- de la isla a las zonas de costa.
monio arquitectónico y etnográfico de la zona. Siguiendo el modelo de clasificación de la Carta
Etnográfica de Gran Canaria, algunas de las cate-
6. Este último ha tenido que hacer frente a numerosos in- gorías relacionadas con los recursos hídricos y que
convenientes, entre los que ha destacado la escasez de agua interesan para nuestro estudio, responden a funcio-
en la Comarca. Teniendo que hacer frente al mismo, a través nes de: distribución, almacenamiento, captación, y
de la introducción de técnicas que permitieran su captación y
extracción de los recursos acuíferos.
aprovechamiento.
7.  MARTÍN de GUZMÁN, C.: “La Arqueología industrial El primero de los bienes lo constituyen las obras
(I)”, en Aguayro, nº 148, Las Palmas de Gran Canaria. 1983 relacionadas con la DISTRIBUCIÓN del agua. Y

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Mari Carmen Naranjo Santana

Cantonera al aire libre. Vega de San Mateo


(Gran Canaria) 2001. Colección particular.

destacan en esta categoría las acequias, que son destinadas a conducir el agua hasta un lugar deter-
zanjas o canales por los que se conducen las aguas minado, y realizados generalmente levantando uno
para regar. Su morfología responde a una construc- o más arcos que sustentan el canal superior por el
ción de ingeniería hidráulica, fruto de la necesidad que discurre el agua, con la finalidad de salvar des-
de canalizar las aguas que manaban de nacientes o niveles del terreno.
de las que provenían de la lluvia. Suelen ser construcciones realizadas en el siglo
Se constata su existencia desde la época abori- XX, y responden a diversas tipologías; desde los
gen, a través de las crónicas antiguas que señalan que presentan arcos hasta los que únicamente con-
que existían acequias para regar los terrenos cul- tienen un canal de conducción de agua.
tivados. Las aguas eran canalizadas desde los ba- A pesar de su reciente creación en el tiempo la
rrancos, y posteriormente se desviaban mediante el mayoría está en desuso, debido a que en la actuali-
embalsamiento a una acequia madre. dad no se trasvasa el agua. Ello condiciona su estado
Son construcciones que suelen aparecer asocia- de conservación, que suele ser bastante deteriorado;
das a otro tipo de obras como lavaderos y cantone- además de gozar de altos grados de intervención,
ras. Y su situación jurídico-administrativa suele ir al ser reparados y reforzados con materiales como
unida a la propiedad privada. bloques y hormigón.
Su uso es habitualmente el mismo para el que Un tercer grupo de bienes representa un papel
fueron elaboradas pero en ocasiones, y al estar aso- fundamental en la distribución del agua, en la Me-
ciadas a otras construcciones como los lavaderos, dianías y Cumbres de Gran Canaria: las cantone-
se ha modificado la morfología para ampliarlas o ras8. Son depósitos con dispositivos adecuados para
reducirlas. recibir el agua de los pozos y presas, y distribuirla
Históricamente, las acequias respondían a cons- proporcionalmente entre los individuos que tienen
trucciones realizadas con madera de tea por la pro- derecho a ella. Habitualmente, son construcciones
liferación de este material en la zona; pero en la ac- mandadas a ejecutar por las Comunidades de Re-
tualidad se ejecutan con una simple zanja de tierra gantes9 de las aguas que por ellas se conducen; y
con materiales como la mampostería, o excavadas su uso suele responder para el que fue concebido, a
en la roca. Y con los bordes de piedra y el canal por excepción de que no se estén utilizando, por lo que
el que circula el agua de cemento. la mayoría de ellas quedan sumidas al abandono.
Las mayores afecciones que se vislumbran en
estas obras se localizan en las piedras que se en-
cuentran en sus bordes; y en el acceso a las mismas 8.  Así se les denomina en la zona sur de Gran Canaria y en
la Vega de San Mateo. Mientras que en el norte son llamadas
que suele ser bastante dificultoso. troneras.
Otros de los bienes vinculados a la distribu- 9. Una de las más importantes de la comarca es la Comuni-
ción del agua son los acueductos: construcciones dad de regantes “Satautejo – La Higuera”.

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El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)

hacía llegar el agua desde una acequia próxima, con


el fin de lavar la ropa, y que se suelen localizar cer-
canos a los barrancos. La proliferación numérica de
estos bienes responde a una necesidad de uso, en la
que las mujeres acudían a los mismos para realizar
la tarea del lavado. Y a lo que se unía la función so-
cial de convertirse en numerosas ocasiones en pun-
tos de encuentro y reunión.
Habitualmente, estos bienes responden a una
forma de planta rectangular, de dimensiones varias,
en la que se distribuyen las piedras de lavar; embu-
tidas e inclinadas en la parte superior y en el lateral
de la acequia o canal.
Estas construcciones suelen estar realizadas con
paramentos de cantos rodados de basalto, extraídos
del propio barranco; y el exterior suele estar enfos-
cado con mortero de cal y arena.
Habitualmente estaban dotados de cubierta, na-
tural o artificial, para que las mujeres que acudían a
ellos se resguardasen de la intemperie; y de piedras
sobre las que se realizaba la colada.
La mayoría de los lavaderos se encuentran en
desuso, debido a la aparición de nuevas maquinarias
como las lavadoras, que han hecho de los mismos
Lavadero del Barranco de la Mina (Utiaca). Vega de San
Mateo (Gran Canaria) 2001. Catálogo Arquitectónico. una construcción desbancada. Este desuso ha influi-
Vega de San Mateo. do en su estado, aunque en ocasiones escasas han
sido reformados con la incorporación de materiales
como ladrillos.
Poseen formas diferentes, desde la cuadrada hasta El segundo grupo de bienes relacionados con los
la rectangular. Y pueden encontrarse al exterior o en recursos hídricos son obras relacionadas con el AL-
pequeños habitáculos que las albergan. Las primeras MACENAMIENTO del agua.
suelen estar tapadas con chapas de metal, y poseen Estas construcciones responden, básicamente, a
en el exterior una llave que las abre y cierra. Las 3 tipos: bebederos, estanques y presas.
que se encuentran dentro de las habitaciones suelen Los bebederos son un acondicionamiento reali-
presentar varias puertas y pequeñas ventanas cons- zado en las infraestructuras hidráulicas para facilitar
truidas normalmente con argamasa de arena y cal. el almacenamiento de agua, y de esta forma facili-
Su estado suele ser bastante preocupante, al no tar el acceso de los animales al beber. Son conoci-
encontrarse algunas protegidas y estar localizadas dos también como abrevaderos, y responden a una
en territorios que tienden a ser edificados. construcción de forma cuadrada y escasa altura para
Las decantadoras o filtros, por su parte, con- permitir el acceso de los animales al mismo.
forman otro tipo de construcciones destinados a la Se encuentran en muy mal estado de conserva-
distribución del agua. Son estructuras levantadas, a ción al estar en desuso, debido a la inexistencia de
modo de cajón, para remansar el agua en los cir- animales que se dirijan a él.
cuitos de distribución, con la finalidad de filtrar o Otro tipo de construcciones vinculadas al alma-
exaltar los sólidos. cenamiento son los estanques, que responden a bal-
Las fuentes, por su parte, constituyen construc- sas construidas para remansar o recoger el agua con
ciones por las que emana el agua para su aprovecha- fines utilitarios, como proveer el riego. La mayoría
miento y consumo. Poseen formas variadas, aunque de los estanques son construcciones realizadas en
predominan las de grifo, y habitualmente son de uso el siglo XX, con medidas varias, que presentan una
público o comunal. planta con forma rectangular. Suelen estar excava-
Como broche de cierre de los bienes patrimonia- dos en el risco o bordeados por una acequia.
les vinculados a las tareas de distribución del agua, También existe un modelo constructivo de estan-
destacan los lavaderos: construcciones a las que se que que responde a estanque-cueva; y que consiste en

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Mari Carmen Naranjo Santana

una cueva acondicionada para el almacenamiento de


agua con fines utilitarios, que suelen contar con la pre-
sencia de un pequeño muro que protege la entrada.
La última de las construcciones relacionadas con
nuestro estudio, dentro de la categoría de almace-
namiento, son las presas. Estas construcciones son
embalses de agua que consisten en un muro de cie-
rre en el cauce de un barranco; y se realizaron con el
fin de recoger y almacenar el agua de escorrentía.
La mayoría de las presas construidas en esta co-
marca fueron edificadas en el siglo XX, con piedra
extraída de las canteras de los territorios munici-
pales y morteros de cal y arena. Sus proporciones
pueden variar, yendo desde las que ocupan una su-
perficie de parcela de 4.200 m2, hasta las que tienen
los 700 m2.
Habitualmente son de propiedad pública; y su
morfología responde a un muro de cierre escalona-
do en grandes bancos, que van disminuyendo desde
la base hasta la parte superior. Forman un puente de
acceso de unión entre las laderas del barranco en el
que normalmente se encuentran.
Para la salida del agua disponen de varias bom-
bas ubicadas en distintos niveles, dentro de casillas de Depósito de un pozo para acumulación de aire
obra. Habitualmente, y muy próxima a estas construc- comprimido (La Lechucilla). Vega de San Mateo
ciones, aparece una casa en la que habita el guarda. (Gran Canaria) 2003. Colección privada.
Normalmente, estas construcciones están en uso,
pero este depende mucho de la presencia de lluvias.
Por ello, la afección más importante que poseen es la la gravedad; y, aunque no es habitual, pueden adqui-
presencia de lodo en el fondo de las mismas, y la exis- rir formas singulares como ser de planta rectangular
tencia de numerosos matorrales que las bordean. y acabar en semicírculo.
Los últimos grupos de bienes relacionados con Por otra parte, y como un componente importan-
los recursos acuíferos los constituyen los de CAP- te de extracción de acuífero se encuentran los na-
TACIÓN y EXTRACCIÓN. Del primero destacan cientes, que corresponden al punto por el que emana
los caideros, que son una obra que se realiza sobre el agua del subsuelo. Entendido de esta forma, y al
el terreno para provocar un salto de agua, destinado tratarse de un manantial o fuente de agua que brota
a desviar el caudal de la misma. espontáneamente, podríamos pensar que estamos
Y del segundo, los de extracción, destacan: las ante un recurso acuífero natural, y no un tipo de
campanas, que constituyen un orificio que se ex- construcción; no obstante, poseen la particularidad
cava perpendicularmente a una galería de agua, de que existe un aprovechamiento de estos caudales
hasta alcanzar la superficie. Esta obra se realiza con porque habitualmente los nacientes están anexos a
la doble finalidad de ventilar y permitir la retirada un estanque o a una fuente.
de material excavado. Habitualmente las rodea un Estas construcciones presentan formas diversas,
muro de piedra de unos 3 mts. de altura aproxima- pero fundamentalmente responden a una planta rec-
damente; mientras que otras aparecen con el orificio tangular, con muros de piedra enfoscados con mor-
de salida cubierto por una caseta. tero de cal, y un muro adosado de piedra seca.
Otra de las construcciones relacionadas con la Otra de las obras relacionadas con la extracción
extracción de agua son las galerías, que suponen de acuíferos, y de gran relevancia en la zona de Me-
una excavación, en forma de túnel y horizontalmen- dianías y Cumbres, son los pozos. Construcciones
te, que se realiza con la finalidad de acceder hasta realizadas con la finalidad de extraer agua del sub-
una franja de agua; a través de la perforación de las suelo; y que va unido a la aparición de una pequeña
capas freáticas. Presentan una pequeña inclinación nave de tipología característica, donde se protege la
que permite el discurrir de las aguas por la fuerza de maquinaria que se emplea para la extracción.

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El agua y las construcciones de la necesidad en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria (España)

Los pozos han representado un capítulo impor- Estas construcciones responden a una toponimia
tante en la historia económica y social de Gran ca- que en la mayoría de los casos hace referencia al
naria y la comarca, porque han servido de desarrollo nombre del lugar en que se ubican. Y se encuentran
agrario de la zona, a través de la captación de aguas dispersas a lo largo de toda la comarca, con especial
subterráneas10. presencia en los barrios de las localidades al estar
La perforación de pozos se generalizó en Ca- más alejados de los núcleos poblacionales y más
narias, a lo largo del siglo XIX, para uso agrario. cercanos a parajes naturales.
Lo que suponía una tarea problemática, al no po- Los materiales con los que se han construido
seer maquinaria que permitiese la elevación de sus varían dependiendo del tipo de edificación; pero en
aguas. La llegada del siglo XX, con la introducción numerosas ocasiones se ha utilizado para la ejecu-
de los cultivos de exportación en la isla (plátanos y ción de las mismas la piedra extraída de las canteras
tomates), obligó a los municipios a la captación de existentes en los términos.
aguas subterráneas por la insuficiencia de las aguas El grado de protección al que estas edificaciones
de superficie y la inestabilidad de lluvias en la zona. se adscriben varía dependiendo de la tipología de
A partir de esa fecha, la perforación de pozos se las mismas; aunque suele ser de tipo ambiental o
enalteció dándose una sobreexplotación del acuí- parcial. Y la mayoría se encuentra en un estado de
fero, con repercusiones graves en el descenso del desuso y abandono, que condiciona de forma con-
nivel piezométrico y la salinización de las aguas. En siderable la conservación de las mismas; muy afec-
la década de los años 60 el número de perforacio- tadas y alteradas por elementos de índole antrópico
nes admitidas descendió considerablemente, hasta (a través de intervenciones que no favorecen a la
llegar a la actualidad en la que prácticamente no se edificación primigenia), o natural (expuestas a las
otorga ninguna. condiciones climáticas, bacteriológicas, de limpie-
Normalmente, los pozos responden a la tipolo- za, etc.).
gía de un edificio de planta rectangular y cubierta a Esta masa de bienes de carácter explotativo vin-
dos aguas con planchas de zinc. Las fachadas suelen culados a las construcciones vernáculas no dispo-
ser planas, de mampostería, con muros enfoscados ne, por contra, de planes especiales en los que se
con mortero de cal y arena; y presentan una distri- identifiquen las situaciones patrimoniales; y de pro-
bución regular de huecos en los laterales, sin interés gramas informáticos que faciliten su localización a
arquitectónico. nivel urbanístico. Lo que acelera su proceso de de-
La carpintería suele ser de madera pintada; y ha- saparición y dificulta las tareas de inventario, pro-
bitualmente poseen pequeñas construcciones conti- tección, conservación, restauración y difusión, de
guas, labradas en la piedra, que se utilizaban para las construcciones.
guardar los aperos y la vestimenta de las personas A ello se une la inexistencia de normativas muni-
que trabajaban en el pozo. cipales que regulen la delimitación y acotación pro-
En definitiva, y a modo de conclusión, la co- tectora de los bienes que poseen interés etnográfico
marca de las Medianías y Cumbres de Gran Cana- en las diferentes localidades.
ria, posee un número considerable de construccio- Así como un plan de gestión patrimonial de las
nes vernáculas vinculadas a los recursos hídricos, mismas, que podría pasar por un método de trabajo
con especial presencia en las destinadas a la extrac- inductivo que examinara con metodología científi-
ción (pozos y galerías). La fecha a la que estas obras ca los bienes patrimoniales de mayor interés para el
se remonta depende del tipo de edificación, pero la conocimiento del patrimonio etnográfico comarcal.
mayoría ancla sus orígenes en las décadas finales A través de un paradigma científico-crítico que pu-
del siglo XIX y comienzos del XX; en coincidencia siera en tela de juicio conceptos patrimoniales uti-
con la introducción de nuevas técnicas y mecanis- lizados hasta el momento; que estableciera la reali-
mos en la obtención de recursos, y la llegada de ma- zación de un inventario exhaustivo de estos bienes,
quinaria a Gran Canaria por la importante presencia así como su protección, conservación, restauración,
del Puerto de Las Palmas. y el desarrollo de mejora en la política de gestión
de los mismos; y que permitiera un estudio de las
construcciones descritas con anterioridad en el que
se tratara a los bienes como un todo que encaja en
10. Empleada desde tiempos antiguos, de lo que existen situaciones patrimoniales y culturales globales, y no
fuentes documentales que sitúan noticias del primer pozo en la
bíblica ciudad de Jericó. como piezas individuales.

—  437  —
Mari Carmen Naranjo Santana

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—  438  —
¿Fábricas o molinos? Reflexión sobre la
destrucción del patrimonio pesquero-conservero
de la localidad onubense de Ayamonte.

Rafael Cáceres Feria


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

La transformación que ha sufrido el concepto de historicista y monumental del patrimonio, eran ex-
patrimonio en los últimos años ha permitido superar clusivamente las élites las que podían dar respuestas
una concepción reduccionista del mismo, asocia- a estas preguntas. Pero la actualidad la redefinición
da a lo histórico y monumental, para ampliarse y del concepto ha posibilitado que sean muchos los
abarcar un espectro mucho más amplio, que cubriría actores que participan en la definición de qué es y
cualquier elemento de una cultura. En contraste a la qué no es patrimonio, lo que ha provocado no pocas
atribución de un valor universal a los bienes patri- contradicciones que a veces se traduce en una gran
moniales, a una valoración en si mismos, aparecen inoperancia. La vinculación entre patrimonio e iden-
los bienes con un valor local, estimados por los sig- tidad lleva a reivindicar que sean los propios actores
nificados que los grupos les atribuyen; frente a un los que decidan qué, cómo y para qué conservar el
sentido de lo específico y exclusivo del Patrimonio patrimonio. Si bien, esta idea democrática pude ser
Histórico, surge el concepto de Patrimonio Cultural, plausible, muchas veces no se queda más que una
con un significado de totalidad. declaración de buenas intenciones o en un discurso
El patrimonio así entendido ha dejado se ser un romántico que resulta muy poco práctico a la hora
campo exclusivos de la producción de las élites para de actuar.
dar cabida a otras expresiones que incluirían las de- Como ha sido señalado por diversos autores,
nominadas culturas populares. Esta concepción más el patrimonio tal como se concibe en la actualidad
abierta del patrimonio y más cercanas a los postu- más que un espacio de consenso se convierte en un
lados antropológicos ha llevado a una ampliación espacio de confrontación, donde salen a la luz los
ilimitada el ámbito del mismo, posibilitando que se intereses de diversos grupos sociales:
consideren como tal, bienes tan diversos como un
paisaje, las viviendas de grupos desfavorecidos o “Si bien el patrimonio sirve para unificar una nación,
los conocimientos de un artesano. la desigualdades en su formación y apropiación exigen
En este sentido, patrimonio va íntimamente li- estudiarlo también como espacio de lucha material y
simbólica entre las clases, las etnias y los grupos (…)
gado al concepto de identidad colectiva, a todos
El patrimonio cultural sirve, así, como recurso
aquellos elementos culturales que forman parte de para producir las diferencias entre los grupos sociales
la identidad de un grupo, lo que conduce a una con- y la hegemonía de quienes logran un acceso prefe-
cepción del patrimonio como construcción cultural. rente a la producción y distribución de bienes”
Si bien como antropólogos entendemos que esta (GARCÍA CANCLINI, 1992: 18)
visión ha supuesto un gran paso adelante, también
debemos reconocer que ha generado una gran con- La presente comunicación no pretende ser una re-
fusión e incertidumbre y no pocas dudas sobre qué flexión teórica sobre estas preguntas sino, más bien,
se entiende por patrimonio, quiénes deben definirlo, un intento de desvelar, a través del análisis de un caso,
qué patrimonio debemos conservar, de qué forma o esas contradicciones y reflexionar sobre que conse-
con qué objetivos. Cuando dominaba una concepción cuencias pueden llegar a tener para el patrimonio.

439
Rafael Cáceres Feria

Nos centramos en el análisis de la política patri- se podrían considerar obreros que dependían de los
monial que se ha seguido, en la última década, en la mismos dueños de las fábricas de conservas.
localidad onubense de Ayamonte, una población en Las transformaciones que sufrió Ayamonte, fruto
la que, como consecuencia de las fuertes transfor- del desarrollo conservero, fueron espectaculares, la
maciones que ha sufrido por el desarrollo turístico, fisonomía del pueblo se modificó radicalmente, en
se ha llevado a la puesta en valor de parte de su pa- unos años se duplicó la población y se ensanchó el
trimonio local. Nos interesa reflexionar sobre quié- casco urbano. Se produjo la atracción de mano de
nes han sido los actores que han salido a la defensa obra de las comarcas limítrofes, de los pueblos por-
del patrimonio local, cuál ha sido el patrimonio de- tugueses fronterizos e, incluso, de los puertos orien-
fendido y que sentido han tenido estas actuaciones. tales de Andalucía. El desarrollo industrial supuso
la aparición de un proletariado, que comenzaba a
movilizarse al calor de las ideologías obreras, y de
De la “América Chica” a la “ciudad saludable” una burguesía que controlaba todos los resortes eco-
nómicos y políticos locales. Los industriales conser-
Ayamonte es una localidad costera onubense, con veros en estos momentos de esplendor económico
una población que ronda los veinte mil habitantes, calificaban la población como la “América Chica”.
situada a sesenta kilómetros de la capital provincial, Con los habituales ciclos de crecimiento y crisis,
en la desembocadura del Guadiana y en la misma esta situación se mantuvo hasta los años cincuenta,
raya de Portugal, a penas un kilómetro, la anchu- momento en el que el sector pesquero- conserve-
ra del río, la separan de los pueblos portugueses de ro experimenta los primeros síntomas de decaden-
Castro Marín y Vila Real de Santo Antonio. cia; la falta de rentabilidad de la actividad pesque-
Su posición costeras en la ricas aguas del Golfo ra llevó a muchos empresarios a desvincularse del
de Cádiz ha posibilitado que la explotación de los esta actividad o a cambiar el tipo de embarcación,
recursos marinos haya sido siempre una actividad apareciendo barcos más pequeños y con una mayor
importante para la economía del pueblo; desde la autonomía, que permitía desplazarse hasta calderos
finales de la Edad Media los ayamontinos han ha africanos. Esto fue solamente una solución momen-
tenido en la pesca el principal medio de subsisten- tánea a la crisis y a duras penas se logró mantener la
cia. El desarrollo pesquero fue especialmente im- actividad conservera; en los años setenta se produce
portante a partir del siglo XVII. A esta actividad se un cierre masivo de fábricas, hasta llegar a la situa-
le añadirá, desde principios del siglo XVIII, la pro- ción actual en que sólo quedan en funcionamiento
ducción industrial de salazones de pescado, espe- dos. La crisis del sector industrial fue un mazazo
cialmente sardinas y atún. Será en la segunda mitad para la economía local ya que arrastró tras ella al
del siglo XIX cuando la económica de Ayamonte sector pesquero.
sufrirá un gran impulso de la mano de la industria La actividad agrícola ha sido siempre en esta
conservera. Hacia 1870, la riquezas en sardinas y población muy escasa. Ayamonte ha presentado
atunes de sus aguas, la cercanía de las frontera por- tradicionalmente un déficit de productos agrarios
tuguesa, que permitía el abastecimiento de pesca, y que ha debido suplir con el comercio de pescado en
la tradición salazonera de la zona, atrajo a comer- los pueblos agrícolas vecinos y en el interior de la
ciantes de Galicia e Italia que instalaron fábricas provincia. El número de agricultores disminuyó a
de enlatado de pescado que empleaban a cientos de medida que se produjo el desarrollo pesquero, hasta
mujeres. Estas factorías son junto a las de Galicia quedar reducido a dos pequeños grupos, uno asen-
las primeras de España. tado en el Barrio de la Villa, la zona alta del pueblo,
El desarrollo de la actividad conservera se man- que cultivaba las tierras más cercanas, y otro ,cons-
tenía gracias a una potente flota pesquera compuesta tituido por los agricultores del denominado Campo
por embarcaciones sardineras denominadas galeones, de Canela, las tierras arenosas próximas a la playa.
que utilizaban gigantescas redes de cercos conocidas
como tarrafas. Estos barcos empleaban a un eleva-
do número de trabajadores, tanto en tierra como en Ayamonte, “Puerta de España”
alta mar. Igualmente se armaban anualmente varias
almadrabas para capturar los atunes que migraban En los años setenta se produce una fuerte emi-
del Atlántico al Mediterráneo. Los trabajadores del gración a Europa, Madrid, Barcelona y a los puertos
mar de a Ayamonte en poco se parecían a la marinería del País Vasco. La economía de Ayamonte comienza
de los puertos del Mediterráneo, más que pescadores a tomar una orientación bien diferente, el comercio

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¿Fábricas o molinos? Reflexión sobre la destrucción del patrimonio pesquero-conservero de la localidad onubense de Ayamonte.

fronterizo. Su posición en la frontera y el ser una de está levantando, literalmente, una ciudad basada en
las dos aduanas de la provincia, llevó la activación de el desarrollo turístico e inmobiliario. Ayamonte es
un pequeño comercio y el surgimiento de una econo- ahora, como indica el lema que utiliza el ayunta-
mía que permitía sobrevivir a algunas familia pasando miento, “Ciudad Saludable”
pequeñas cargas de café, tabaco y géneros textiles.
El desplazamiento de muchas personas hasta
el pueblo para cruzar a Portugal, permitió el surgi- El patrimonio pesquero conservero
miento de un pequeño sector hosteleros que se abas-
tecía de esta clientela, especialmente en los meses Aunque el sector pesquero- conservero ha queda-
de verano. do reducido a su mínima expresión, dos fábricas de
En la década de los setenta se produjo el primer conserva y un pequeña flota, las huellas dejadas por
intento de rentabilizar la playa con la urbanización estas actividades en el pueblo son evidentes. Más de
de Isla Canela, proyecto que prometía un gran fu- cien años de industria conservera ha marcado nota-
turo pero que quedó desde el principio paralizado, blemente la vida de Ayamonte, la estructura social,
apenas supuso la construcción de algunos de chalets la gastronomía, el entramado urbanístico… En la
y un par de bloques de viviendas en la playa. arquitectura local es aún apreciable esta influencia.
En estos momentos de crisis del sector pesquero, Si bien no pretendemos hacer un inventario de
en los que la frontera se convierte en el principal los bienes arquitectónicos derivados de la actividad
recurso económico, Ayamonte ha dejado de ser la pesquera-conservera, señalaremos los más relevan-
“América Chica” para convertirse, como indica el tes para subrayar su importancia.
cartel de entrada al pueblo, alardeando de su posi- El actual trazado urbano es fruto de la actividad
ción fronteriza, en “Puerta de España”. conservera, hasta la llegada de la industria Ayamon-
te presentaba dos zonas claramente diferenciadas,
en la parte más alta, el Barrio del a Villa, núcleo pri-
Ayamonte, Ciudad Saludable migenio, entorno a la parroquia del Salvador, ma-
yoritariamente agrícola. A partir del XVI aparece el
Durante los años setenta el pueblo se vio sumido Barrio de la Ribera, a orillas del Guadiana, barrio
en una profunda decadencia económica, el pequeño marinero entorno a la parroquia de las Angustias.
comercio fronterizo era la única fuente de empleo y En el XIX se produce el desplazamiento del centro
estaba continuamente amenazado por la construc- del pueblo desde la Villa hacia la Ribera, donde se
ción de un puente sobre el Guadiana que pasaría por instalarán los industriales y los obreros de las fábri-
las afueras del pueblo y que se temía acabara con la cas. La necesidad de terreno industrial, motivó el
actividad comercial. relleno de las orillas del Guadiana originando en un
A partir de los ochenta la economía local dio un principio, el Muelle Norte, el Muelle de Levante y
giro radical, los efectos de la agricultura de regadío los años veinte un nuevo relleno, el de Poniente.
que se desarrolla en toda la costa de Huelva en esa La actividad pesquera-conservera también ge-
década, terminarán por llegar hasta Ayamonte. Los neró la aparición de dos nuevos asentamientos a las
campos de fresas y naranjas de Lepe y Cartaya se afueras del pueblo, Canela, al otro lado del estero del
convierte en la principal fuente de trabajo para los Guadiana, donde se instalaron almacenes para guar-
ayamontinos. A este nuevo recurso económico se le dar todos los pertrechos pesqueros y albergar a traba-
añadirá el desarrollo turístico como consecuencia de jadores temporeros, y Punta del Moral, a unos kiló-
la urbanización masiva no sólo de Isla Canela sino metros, en la desembocadura del río Carrera, frente
también de la playa de Punta del Moral. El turismo al Isla Cristina, primero como núcleo temporal de
ha supuesto una inyección de ingresos para munici- pescadores y después como asentamiento estable.
pio y una fuente de empleo en la construcción y en Esta nueva estructura urbanística se componía de
el sector hostelero. un gran número de construcciones que se adecuaban
El ayuntamiento local ha apostado por el desa- a las nuevas necesidades económicas:
rrollo turístico como motor económico ,ha empren- 1. En primer lugar, las fábricas. En un número muy
dido una política de remodelación urbanística y de elevado, ocupaban toda ribera del Guadiana, la
promoción de la imagen del pueblo. El turismo está zona de relleno y su parte trasera. Estas fábricas
provocando una transformación solamente compa- eran de muy diferente porte, predominaban los
rable con la que originó el sector conservero. Sobre simples almacenes, muchas veces improvisados.
los cimientos de la antigua Ayamonte industrial se Pero también los industriales más importantes

—  441  —
Rafael Cáceres Feria

levantaron algunas grandes fábricas. Cabría sin luz. Diferente suerte han corrido las viviendas de
hacer la distinción entre charangas, que eran los industriales que han podido mantenerlas, aunque
pequeños almacenes, con una estructura muy algunas permanecen vacías, por la imposibilidad de
simple, y las fábricas como las de Pérez y Feu, mantener un edificio de esas dimensiones.
Los Pérez o Concepción Hermanos.
2. Relacionadas con la pesca se encuentra los alma-
cenes que albergaban las redes de los galeones y Turismo y patrimonio
al personal de las mismas. Son los denominados
patios, concentrados en la Barriada de Canela. Se Como hemos visto el patrimonio arquitectónico
componían de un grupo de viviendas de una plan- pesquero se han mantenido durante décadas ampa-
ta y almacenes entorno a un patio central. A estas rado en la decadencia económica de Ayamonte, sin
alturas probablemente no quede ninguno en pie. embargo, la situación ha cambiado radicalmente
3. Otro apartado lo constituyen las viviendas de los con la activación de la actividad turística.
trabajadores. Si bien la mayoría de los obreros se El turismo no sólo ha supuesto una reactivación
ubicaban en casas individuales, se construyeron económica para el pueblo sino, también, una profun-
algunas viviendas colectivas como son los deno- da remodelación de su estructura urbana. Al igual
minados brasiles, de los que quedan el de “los que otras zonas costeras la actividad constructora
Pérez” y el de “los Gómez“. avanza a un ritmo frenético, en lo que eran playas
4. Viviendas de los industriales, de muy diversos es- sin apenas infraestructura se han levantado cientos
tilos y épocas, desde finales de XIX hasta los se- de pisos, chalet y hoteles, acabando con todo el es-
senta. Las más características por su vinculación pacio edificable de Punta del Moral e Isla Canela. El
con las fábricas son las que poseen torres vigías efecto constructor del turismo se ha extendido más
para divisar la llegada de los barcos de pesca, de allá de la línea de costa llegando hasta el denomina-
las que se conservan en la actualidad dos. do Campo de Canela y el propio casco urbano.
5. Construcciones auxiliares de la actividad pes- Es evidente que el ayuntamiento ha apostado por
quera, la mayoría localizadas en Canela; se le- el turismo como principal modo de vida de la loca-
vantaron pozos para abastecer las calderas de los lidad, lo que le ha llevado a diseñar un proyecto de
barcos pesqueros y los denominados tinteros, pueblo que se ajuste a la nueva situación. Esta apues-
pilas para alquitranar las redes ta pasa por adaptar la imagen de Ayamonte a lo que se
supone debe de ser un pueblo turístico, en este senti-
El cese de las actividades industrial y pesquera do se deben entender las transformaciones destinadas
supuso el abandono y la decadencia de muchas de a dotar a la población de la infraestructura necesaria
estas construcciones. Las antiguas charangas desapa- y la remodelación urbanística orientada a “adecen-
recieron o se transformaron en almacenes. La poca tar” el pueblo, para que tenga un aspecto atractivo
actividad económica del pueblo durante dos déca- cara al turismo. En este contexto debemos enmarcar
das ha posibilitado que este patrimonio se conserve, el interés por poner en valor el patrimonio local, por
aunque muchas veces con un completo abandono. intentar sacarle partido en relación a la actividad tu-
Las fábricas más grande han permanecido cerradas rística, lo que ha llevado a recuperar edificios y cons-
exceptuando la de Concepción que continúa en fun- trucciones que sufrían un fuerte deterioro.
cionamiento, el resto se han ido derribando. Un des- El centrarnos en este proceso de recuperación
tino diferente corrió el edificio que albergaba a la y puesta en valor del patrimonio por parte de los
mayoría de charangas, su envergadura, ubicación y poderes locales nos permite analizar: ¿qué criterios
el estar compartimentado en numerosos almacenes que se están siguiendo?, ¿por qué se ha decidido
independientes ha posibilitado que se reutilizara en optar por determinados elementos el patrimonio?,
los años setenta con usos comerciales. Numerosas ¿por qué no se ha protegido otros?, ¿quiénes son los
tiendas, bares y discotecas se han instalado en estos toman las decisiones?, ¿con qué objetivos? Esta son
almacenes, algunos respetando el diseño original. algunas preguntas sobre las que reflexionaremos.
Las viviendas tanto del pueblo como de Barriada En primer lugar, se atendemos a las actuaciones
de Canela, hasta los años ochenta muy deterioradas, municipales podemos comprobar que se ha prote-
se han mantenido ocupadas por los sectores más po- gido los edificios con un carácter histórico o monu-
bres que no podían acceder a una vivienda de mejor mental. Es el caso de la llamada Casa Grande, una
calidad. Es el caso de los patios de Canela que han casona perteneciente a un indiano ayamontino. Este
sido hasta hace muy poco infraviviendas sin agua y edificio se encontraba abandonado, el ayuntamiento

—  442  —
¿Fábricas o molinos? Reflexión sobre la destrucción del patrimonio pesquero-conservero de la localidad onubense de Ayamonte.

lo compró y remodeló, manteniendo la fachada, elementos? ¿Tienen algún valor?. ¿Se pueden poner
convirtiéndolo en casa de la cultura. En la misma en valor con respecto al turismo?. Se tratan de ele-
línea irían la restauración de diversas iglesias del mentos que ayudan a mantener la vinculación entre
pueblo y la ermita de San Sebastián del Barrio de presente y pasado, un pasado recreado, de postal,
la Villa, que se hallaba en estado ruinoso. Con los que poco tiene que ver con la realidad, pero que
mismos criterios de conservación del patrimonio sirve para reforzar un imagen de estabilidad y de tra-
histórico-artístico se han recuperado un paño de las dición en un momento en que todo está cambiando,
murallas defensiva de la Iglesia de las Angustias, el supuestamente conciliaría tradición y modernidad.
llamado Baluarte de las Angustias, la Torre de Ca- Los elementos ligados a la pesca y la industria
nela, una torre vigía que ahora se encuentra ubicada conservera, en cambio, no sólo no se conservan sino
en medio del recién construido campo de golf; y la que el desarrollo turístico ha acelerado su proceso de
necrópolis de Canela, varias tumbas tardo romanas. destrucción. Es cierto que algunos edificios fabriles
Llama la atención, en cambio, que una construcción y viviendas se han mantenido pero no porque hayan
de una alto valor histórico, y técnico, el denominado sido protegidos sino porque se reutilizaron con fines
Molino del Pintado, un molino hidráulico del siglo comerciales. Cabría preguntarse ¿ por qué no se ha
XVII no se haya llevado a cabo ninguna actuación hecho lo mismo con los elementos relacionados con
e incluso determinadas intervenciones hayan con- el sector conservero- pesquero? ¿Por qué no se ha
tribuido a la aceleración de su deterioro, ¿tendrá un recuperado o puesto en valor? La explicación fácil,
menor valor histórico- artístico? y así parece entenderlo el ayuntamiento, es que se
Podría entenderse que el único criterio seguido trata de construcciones que no se adecuan a la nueva
a la hora definir el patrimonio ha sido el histórico- imagen turística del pueblo. Cabría preguntarse por
artístico; sin embargo si tenemos en cuenta algunas qué no encajan dentro de esta imagen de pueblo tu-
de las acciones podemos ver que se ha protegido rístico y costero, elementos relacionados con la ex-
elementos que tienen poco valor artístico- monu- plotación de los recursos marinos.
mental. Es el caso de un molino de viento, una era, Creemos que aunque se trata de construcciones
varios pozos y algún pilar, que parecen una clara que en algunos casos tienen más de cien años, el
apuesta por la recuperación de lo que podríamos de- que se hayan utilizado de forma continuada hasta
nominar cultura popular. Llama la atención varios la actualidad, se perciben como algo cotidiano y re-
aspectos de estas actuaciones, en primer lugar, que ciente, valores estos que van contra la imagen de
en algunos casos no se ha tratado de restauración los histórico y tradicional. Esta cercanía y familiari-
sino de construcción, ya que habían desapareci- dad hacen que en la memoria colectiva no sean ele-
do totalmente, es el caso del denominado Pozo de mentos descontextualizados sino que se encuentran
los Almendros, desaparecidos en los años sesen- asociados a grupos sociales y personas concretas,
ta. ¿Tiene sentido volver a construir algo que ya a formas de vida, la mayoría de las veces margi-
no existe? En segundo lugar, vemos que casi todo nales y a sectores sociales muy pocos valorados,
ellos, tiene más que ver con el mundo agrario que ya que en Ayamonte todo lo que ha tenido que ver
con los modos de vida de Ayamonte en los últimos con la pesca ha sido infravalorado. Las fábricas, y
ciento cincuenta año. ¿Cuál sería le valor patrimo- aún existen dos en funcionamiento, refleja un tipo
nial de estos elementos? Ni siquiera se podría en- de estructura de poder y de relaciones laborables,
tender como un intento de recuperar el dudoso pa- difíciles de idealizar.
sado agrícola del pueblo, ya que los elementos de No hay que perder de vista, quizás la razón pri-
la cultura campesina de Ayamonte, del Campo de mordial de la destrucción de este patrimonio, la es-
Canela, no sólo no se tienen en cuenta sino que para peculación urbanística. Estamos hablando de edifi-
promover el desarrollo turístico de esa zona se ha cios y construcciones que se encuentran situadas en
destruido, se han tirado pozos, viviendas y todo tipo las zonas con un mayor valor del suelo; el puerto,
de construcciones. la playa en el caso de Punta del Moral o el río en el
Todos estos elementos de la cultura ha recupera- caso de Barriada de Canela. Donde se levantaban
do de descontextualizadamente; su valor radica en las fábricas de conservas, encontramos bloques de
que se ajustan a las nueva concepción estereotipa- viviendas con vistas al Guadiana; donde estaban los
das de lo que se entiende ahora como patrimonio; si patios y pozos de Canela se levantan urbanizacio-
antes el patrimonio quedaba definido por una iglesia nes de viviendas unifamiliares. Por lo tanto, mien-
o un palacio, la nueva imagen del patrimonio po- tras que los edificios “históricos monumentales” o
dría ser la de un molino. ¿Por qué conservar estos las construcciones agrícolas protegidas no parecen

—  443  —
Rafael Cáceres Feria

entrar en colisión con la actividad turística, el pa- las siente como suyas, no podemos considerarlas
trimonio vinculado a la pesca se convierte en un patrimonio y su destino sea la desaparición. Siem-
obstáculo para el desarrollo turístico por lo que hay pre nos quedará la esperanza que dentro cincuenta
que eliminarlo. No se trata de arremeter contra el año alguien tenga la brillante idea de volver a cons-
turismo, ya que consideramos que hay que tenerlo truir lo que hoy tiramos o dejamos que se caiga
muy en cuenta a la hora de la definición de patrimo-
nio. Además, pensamos que el patrimonio pesquero
ayamontino ha podido ser perfectamente compati- Bibliografía
ble con el turismo si se hubiera puesto en valor de la
forma adecuada. AGUDO TORRICO, Juan “Patrimonio Etnológico. Pro-
Vemos por lo tanto que a pesar que el concepto blemática en torno a su definición y objetivos”. en
de patrimonio haya cambiado e incluso legalmente Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histó-
se define una forma muy amplia, en la práctica se rico nº 18. Sevilla1, 997, pp. 97-108.
AGUDO TORRICO, Juan “Cultura, patrimonio etnológico
sigue primando la definición historicista – monu-
e identidad” en Boletín del Instituto Andaluz del Pa-
mental, a la que se ha añadido algunos elementos de trimonio Histórico nº 29. Sevilla, 1999, pp. 36-45.
las denominadas culturas populares, aunque en un ARIÑO, Antonio “Construcción del Patrimonio Cultural
segundo plano. Tanto en un caso como otro se trata e identidad en la sociedad del riesgo y de la infor-
de un patrimonio entendido como objetos atempo- mación” en Actas de Congreso sobre la Sociedad
rales. Vemos que se sigue atendiendo más a la forma de la Información. 2002.Web de la Universidad de
que al fondo. Valencia.
La segunda cuestión que planteábamos en esta CÁCERES FERIA, Rafael Mujeres, fábricas y charan-
comunicación es quiénes deben ser los que definan gas. Huelva: Consejería de Cultura de la Junta de
qué es el patrimonio y qué debe conservarse. En el Andalucía y Diputación de Huelva, 2002.
CÁCERES FERIA, Rafael “Industria conservera, pesca y
caso que nos ocupa está claro que buena parte de las
patrimonio” en Boletín del Instituto Andaluz del Pa-
iniciativas son fruto del gobierno municipal y que
trimonio Histórico, nº 44, Sevilla, 2003, pp. 44-46.
estarían respaldadas por la administración. Pero tal GARCÍA CANCLINI, Néstor“Los usos sociales del Pa-
como se define hoy día el patrimonio cabría esperar trimonio Cultural”, en Patrimonio etnológico. Nue-
que fueran muchos más los agentes que intervinie- vas perspectivas de estudio. Sevilla: Instituto Anda-
ran en estas decisiones. En el caso del patrimonio luz de patrimonio Histórico, 1999, pp. 16-33.
pesquero-conservero si no lo reivindica las autori- PADIGLIONE, Vicenzo “El efecto marco. Las mediacio-
dades locales, ni la administración provincial o au- nes del patrimonio y la competencia antropológica.”.
tonómica, ¿quién lo debe hacer? ¿Cabe esperar que En Patrimonio etnológico. Nuevas perspectivas de
sea la denominada sociedad civil, los ciudadanos estudio. VV.AA. (Ed.). Granada: Instituto Andaluz de
los que lo hagan? ¿A caso los grupos sociales que Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura. Junta de
Andalucía. Editorial Comares, 1999, pp. 212-227.
podrían estar interesado en su conservación tienen
ROSAS MANTECÓN, Ana “La participación social en
conciencia de valor de este patrimonio o tienen algo las nuevas políticas para el Patrimonio Cultural”. En
decir con respecto a este tema? ¿Existen los canales Patrimonio etnológico. Nuevas perspectivas de es-
adecuados para que se expresen? Quizás la respuesta tudio. VV.AA. (Ed.). Granada: Instituto Andaluz de
a estas preguntas sea bastante simple, si esas cons- Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura. Junta
trucciones no le interesan a nadie, si ningún grupo de Andalucía. Editorial Comares, 1999, pp. 34-51.

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Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas
comunidades rurales en zonas árido-sísmicas

Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas


Universidad de San Juan. Argentina

“Cada pueblo debe ser su edad y su suelo, cada pueblo debe ser él mismo”
Juan Bautista Alberdi

Introducción historia, y la valoración conciente de este patrimo-


nio es una tarea que debe planificarse y considerarse
En la presente ponencia se trata el tema de la desde el ámbito científico. La valoración de los bie-
conservación del patrimonio vernáculo tangible e nes patrimoniales vernáculos es fundamental para
intangible en los pequeños poblados del secano de proteger las tradiciones y conservar sus identidades
la provincia de San Juan, República Argentina y se siempre que su patrimonio sea auténtico, lo cual per-
considera muy especialmente el rol de la comunidad mitirá detener la degradación de sus culturas. Para
en la construcción de su hábitat y del acervo cul- concretar los objetivos de este trabajo se considera
tural, entendiéndose al patrimonio vernáculo como muy especialmente la valoración de la autenticidad
“el modo natural y tradicional en que las comuni- e identidad de los bienes patrimoniales basada en
dades han producido su propio hábitat, consideran- los preceptos del ICOMOS expuestos en la Carta
do la continuidad de las tradiciones y su adaptación de Brasilia de diciembre de 1995, donde se plantea
a los requerimientos sociales y ambientales”1. el tema desde la peculiar realidad regional de los
Conservar es una acción que está íntimamente países del cono sur. Garantizar una conservación
ligada al hombre quien pertenece a una sociedad y efectiva del patrimonio, requiere su valoración, y
posee saberes y sentimientos, los cuales se tradu- además, que el habitante rural asuma un rol activo
cen en valores que lo identifican individualmente y para ello. Esta afirmación encuentra su eco cuando
como pueblo. No siempre esos valores son recono- se afirma que “el éxito de las políticas de preserva-
cidos por los pobladores, quienes no son del todo ción, tiene como factor fundamental, la participa-
concientes de las tradiciones y costumbres hereda- ción de la comunidad...”2
das de sus ancestros, pero sin embargo, a lo largo Se seleccionó para el estudio al poblado de Balde
de sus vidas van construyendo cotidianamente un de Leyes, como modelo referencial aplicable a otros
entramado de vivencias y sentimientos, alimentado asentamientos de similares características de zonas
por los recuerdos y herencias recibidas. Estos po- áridas. Se encuentra ubicado a 150 Km al Este de la
bladores generan un hábitat constituido por bienes ciudad de San Juan sobre la ruta que une las provin-
materiales y por sentimientos que guardan en su cias de San Juan y La Rioja y desde ella resulta difí-
memoria profunda y que como tal, guía sus accio- cilmente accesible a través de una maltrecha huella
nes en el presente. Cada grupo humano es capaz de de 18 Km. Físicamente está conformado por doce
defender sus producciones, su imaginación y sus viviendas que albergan a toda la población, una ca-
destrezas manuales y de reconocerse en su propia pilla, la escuela y la estación de bombeo fotovoltai-
co. Es un pequeño poblado, modesto, casi ignorado,
1. UNESCO- ICOMOS - Carta del Patrimonio Vernáculo
Construido, México octubre de 1999. 2. Carta de Cabo Frío, Brasil, 1989.

445
Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas

Fig. 1. Valoración del Patrimonio Cultural, etapas, categorías, tipos y variables intervinientes.

que apenas se distingue en la inmensidad de su sentimientos, significaciones y saberes colectivos de


marco geográfico, sin embargo, tiene el particular los pobladores. Desde esta perspectiva se hace énfa-
encanto de lo vernáculo, de aquello que el hombre sis en “el lenguaje, en la interpretación de los he-
crea liberado de las inquietudes estéticas del mo- chos y en la toma del punto de vista del actor”3, y a
mento. Sus habitantes se dedican principalmente a la vez se asume como trascendente la interpretación
la cría de ganado caprino y a la venta de leña que del investigador ya que éste -poseedor de la teoría y
extraen de la vegetación autóctona del lugar. del conocimiento de todos los aspectos abordados,
e inmerso en la realidad que se estudia- puede hacer
una interpretación de la vida, sentimientos y expre-
Metodología siones de las personas de un modo tal, que logra
acercarse a la verdad de los hechos. Tanto los pro-
Dado que resulta difícil y discutible acordar crite- cedimientos como los resultados a los que se arriban
rios de valoración cuantitativa de bienes patrimonia- están impregnados de esta doble hermenéutica.
les tangibles e intangibles, se aplica en este caso una El valor de la autenticidad está dado por la vera-
metodología cuali-cuantitativa. La Fig. 1 esquemati- cidad de los hechos presentes. Se recurre a la identi-
za las etapas que se cumplen cuando se realiza la va- ficación y descripción de los bienes obteniéndose un
loración del patrimonio cultural, y detalla las catego- valor que resulta de la apreciación del investigador
rías de análisis, los bienes analizados y las variables basado en las percepciones de la realidad. Se trata de
seleccionadas en cada caso. Se realza en el esquema un desarrollo positivista que busca la comprobación
los aspectos profundizados en el presente trabajo.
Para obtener el valor de identidad, que refiere 3.  VEGA, Liliana B.; FÁBREGA, Mabel; PLANA, Maria
al sentido de pertenencia y a la participación en la Rosa; et al. “Revalorización del Patrimonio Rural de Pequeños
Asentamientos en el Valle de Tulum”. Informe Final de Pro-
construcción de los bienes, se recurre a la meto- yecto de investigación PIC 21/A386, IRPHa-FAUD-UNSJ. San
dología cualitativa para conocer y comprender los Juan, Argentina, 2004.

—  446  —
Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas comunidades rurales en zonas árido-sísmicas

en la experiencia. Las variables analizadas dentro El estímulo externo está dado por sus bienes y
de esta categoría, difieren según se trate de patri- costumbres, que luego pasan a formar parte de sus
monio tangible o patrimonio intangible. tradiciones. El lenguaje domina todo el sistema de
Para el análisis de cada variable, cualquiera sea la signos y se parte de él para conocer los significados
categoría o el bien patrimonial, se aplica una misma a través de las entrevistas. De esta forma se puede
escala de valoración cuali-cuantitativa, la cual se acceder a las imágenes mentales de los pobladores y
detalla en la Tabla 1. Los criterios de asignación de a la memoria colectiva de la comunidad a través de
valores se explicitan para cada variable cuando se sus expresiones verbales y no verbales. Este proceso
describe el análisis de la categoría respectiva y el está fundamentado en la concepción del signo como
tipo de bien patrimonial correspondiente. un concepto relacional que consiste en la relación
entre el significante, que aquí se refiere a las repre-
VALOR sentaciones dadas por el lenguaje, y los significados
Cualitativo Cuantitativo dados por el sentir que está guardado en la memoria
de los pobladores. Siguiendo este planteo se puede
Mucho 3 conocer la identidad en relación a los protagonis-
Poco 2 tas que son los habitantes de estos asentamientos;
este aspecto constituye una parte fundamental del
Ninguno 1
patrimonio intangible referido específicamente a la
Tabla 1. Escalas de Valoración cualitativa y cuantitativa forma que es interpretado. La identidad que captan
de variables en el Patrimonio Cultural los observadores externos, está dada mayormente
por los aspectos perceptibles que se aprecian a tra-
vés de los sentidos y en especial el de la vista. Vale
Identidad esta acción cuando el observador es entrenado y su
experiencia puede captar la esencia de su patrimo-
El patrimonio identifica a un pueblo y lo distin- nio, costumbres y tradiciones. Las manifestaciones
gue frente a la diversidad cultural, por lo tanto, el físicas de una comunidad son huellas, indicios, que
modo en que las comunidades trabajan, se relacio- dan lugar a diversos tipos de lectura.
nan, sienten o creen, en suma, sus vidas y significa-
dos, constituyen su identidad.
Esta tiene dos vertientes, una que está com- Valoración de la Identidad
prendida por lo significados que estos pobladores
poseen sobre sus pertenencias, el sentirlas propias, El valor de la categoría identidad se logra a tra-
apreciarlas, y la otra se refiere al sello propio que vés de entrevistas en profundidad, con el tratamiento
es percibido por los observadores, los cuales captan de las variables de sentimiento hacia los bienes pa-
cualidades que constituyen esencias que diferencian trimoniales, hacia el lugar que habitan y la capaci-
un pueblo de otro. Los significados se refieren a las dad de trabajar unidos. Esta última variable permite
construcciones que los pobladores guardan en su saber si son capaces de emprender acciones parti-
memoria sobre el patrimonio, su cultura y su lugar cipativas para desarrollarlo y conservar los bienes
en el mundo, las que están cargadas de sentimientos patrimoniales. Con estos datos se conoce el valor
y emociones y que son capaces de expresar en sus de identidad desde la perspectiva del poblador dado
quehaceres y en sus construcciones de orden físico. que la misma se entiende como forma de pertenen-
Toda significación “requiere de la percepción, la cia y participación5. De ella, y desde las percepcio-
cual incluye el estímulo externo y el proceso inter- nes de otras manifestaciones físicas, el observador
pretativo interno de la persona que aporta los filtros obtiene la identidad del lugar.
culturales y personales –Bruno Munari- los que Para ajustar la valoración al máximo posible, se
operan como un obstáculo imperceptible al proceso le otorga un valor numérico a cada variable, con-
de la percepción. Este proceso es anterior a la for- forme a los criterios explicitados en la Tabla 2. Los
mación del significado, luego, para comunicarlo se totales por variables se valoran según la escala de
necesita el lenguaje”4. rangos cuali-cuantitativos que figura en la Tabla 3.
Se trata de obtener una fórmula que sea aplicable

4.  VEGA, Liliana B.; FÁBREGA, Mabel; PLANA, Maria 5. Carta de ICOMOS, Documento Regional del Cono Sur
Rosa; et al., 2004, obra citada. sobre Autenticidad. Brasil, octubre de 1995

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Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas

para cualquier caso, por ello se saca un valor pro- Análisis de las Entrevistas (Tabla 5)
medio, dividiendo el valor total por el número de Al realizar el análisis desde el punto de vista del
casos, y a su vez por el total de variables. investigador, tomando como referencia la matriz
contenida en la Tabla 5 se puede concluir, tal como
CRITERIOS PARA MÁXIMA se expresa en la Tabla 4, que la comunidad involu-
VARIABLES
VALORACIÓN (3) crada posee una identidad muy valiosa, lo que sig-
Arraigo
Siente que pertenece al lugar y nifica que se sienten muy comprometidos con sus
desea quedarse pertenencias, saberes y sentires, poseen sentimiento
Sentimiento hacia Siente a los bienes como propios, de arraigo sintiéndose parte del lugar.
los bienes está orgulloso de ellos Los habitantes aprecian su patrimonio y estarían
Siempre trabajó en grupo para dispuestos a trabajar unidos para su conservación.
Capacidad de tra-
el logro de fines comunes y Ellos Poseen un modo de ser, de vivir, y de mani-
bajar unidos
solidarios. festarse, que emana de sus antepasados, vínculo que
los fortalece y dignifica. Externamente se percibe
Tabla 2. Criterios de valoración cuali-cuantitativa de la
un asentamiento cuyo aspecto físico presenta una
categoría Identidad.
adaptación al ambiente árido que lo rodea. Está
Valor constituido por un grupo de casas achaparradas que
Cualitativos Cuantitativos Promedio se mimetizan con el entorno, las acompañan corra-
Identidad
Mucho 12 a 15 les de troncos y ramas, complementa el cuadro la
vegetación autóctona de algarrobos, chañares y re-
Poco 9 a 10 Total % 5 Total % 3
tamos en color verde seco, formando un conjunto
Ninguno Menos de 9 homogéneo, sin impactos visuales, tapizado en los
Tabla 3. Escala de rangos cuali-cuantitativos para los colores de la tierra que habla muy poco de la rique-
totales obtenidos por variable. za de su patrimonio intangible. Sus quehaceres co-
tidianos guardan significados ricos en historia y en
Análisis de las Variables de Identidad (Tabla 4) sentimientos que mantienen viva la identidad.
Estos seres y sus bienes están unidos por un vín-
SÍNTESIS DE VALORACIÓN culo real que los hace partícipes de una misma cul-
VARIABLES tura que tiene dinamismo propio porque es capaz
CUALITATIVA
de reconstruirse día a día sin olvidar su esencia.
Sentimiento Es evidente el grado de pertenencia hacia
de pertenen- el lugar en donde viven. Quieren vivir
El patrimonio vernáculo de estos poblados y sus
cia al lugar allí por siempre y creen que es el mejor elementos más representativos tienen un carácter
que habitan sitio para ellos, aunque desean tener me- identificador. Es decir, las prácticas, actividades y
- Arraigo jores condiciones de vida. bienes no encierran un valor en sí mismos como
manifestaciones más o menos pintorescas, sino que
Sienten sus pertenencias como propias,
las valoran y desean que sus conoci- son relevantes para la población que participa y se
Sentimiento mientos sean trasmitidos a los jóvenes. ve representada e identificada en ellas.
de pertenen- Sienten respeto por el legado de sus El patrimonio es un recurso cultural que facilita
cia sobre antepasados, lo reconocen como una el reforzamiento de la identidad mediante el fomen-
los bienes herencia valiosa. Manifiestan tener alta to de la autoestima.
patrimoniales su autoestima, se sienten seguros en su
lugar de origen rodeados de sus familia-
res, vecinos y con sus pertenencias. Autenticidad
Se puede deducir que son capaces de
Capacidad
trabajar solidariamente por el bien de El patrimonio vernáculo se considera aquí como
todos. Han logrado cumplir objetivos aquel que “obedece a los elementos materiales, edi-
de trabajar
unidos por
concretos de la comunidad cuyos resul- ficios y espacios y también al modo en que es usado
tados son visibles, estas experiencias los e interpretado por la comunidad y las producciones
un objetivo
predispone al trabajo conjunto, aunque
común y expresiones tangibles asociadas al mismo”6.
aceptan que en oportunidades es difícil
llegar a un acuerdo.
6.  7 UNESCO-ICOMOS. Carta del Patrimonio Vernáculo
Tabla 4. Cuadro síntesis de la valoración cualitativa de la Construido, México octubre de 1999.
categoría Identidad en Balde de Leyes http://www.internacional.icomos.org.

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Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas comunidades rurales en zonas árido-sísmicas

POBLADORES ENTREVISTADOS
VARIABLES
1 2 3 4 5
-Quiero que los -La gente que vive -Uno está en otra
demás sepan de acá se quie- parte y está pen- -He vivido siempre
mi pueblo re quedar, les sando en la casa, aquí y ahora a
-Uno tienen que Nosotros estamos gusta, ya están quiere venir a tra- donde me voy a ir.
Arraigo-
tener el orgullo porque nos gusta. acostumbrados. bajar y estar aquí -La tierra no es mía
Sentimiento
del lugar donde -Acá estamos -El único que me -A mis hijos les si quieren sacar-
de pertenen-
vive, aunque sea tranquilpasan las va mover de aquí gusta estar aquí me que venga la
cia al lugar
pobre si uno no lo cosas de ciudad es Dios. Aunque pero se han tenido policía.
quedría, no estaría soy una arrimada. que ir a trabajar, -Me gustaría vivir
acá, se iría a otro Los otros son los pero vienen todas mejor
lado dueños. las semanas.
-Los tejidos,
-Nosotros que-
lazos y quesos -Las casas nuestras
remos que los
son “nuestros” son de nosotros, -En todas las casas
Sentimien- jóvenes y niños -Todo lo que
pero a veces los porque cada uno hay telar y son
to hacia aprendan a tejer y hay aquí es de
vendemos. las hizo y aquí buenos los tejidos,
los bienes construir las casas nosotros y hay que
-Las casas son están. sirven y son
patrimoniales como nosotros y cuidarlo
pobres pero las -Me gustaría tener bonitos
como mis abuelos
hicimos nosotros mucha verdura
y bisabuelos
y vivimos bien
-Cuando alguien
-Nos juntamos para -Estaría dispuesta a
se enferma lo -Somos compin-
hacer una defensa trabajar por todos
ayudamos, si se ches y nos ayuda-
de las aguas. y no por cada uno
-Todos se ayudan rompe una casa mos a cuidar los
Capacidad -Cuando pusimos -Lo ayudaron a
en el carneo del entre todos la animalitos.
de trabajar la luz trabajamos poner los palos de
animal y se les da arreglamos, le -Entre todos arre-
unidos todos y estuvimos la casita nueva.
un poco a cada uno cambiamos los glamos el camino.
de acuerdo. -No se dan por
horcones o le A veces se hacen
-A veces discuti- entendido que hay
ponemos tierra y los tontos
mos por el agua que cuidar el agua
ramas al techo
La comunidad involucrada posee una identidad muy valiosa, lo que significa que quieren vivir en el
Interpre-
lugar, aprecian sus bienes y tradiciones. Respetan el saber legado. Se sienten capaces de trabajar por su
tación del
patrimonio en forma solidaria auque a veces tienen desavenencias. Reconocen que desean mejorar sus
investigador
condiciones. Perciben como una incomodidad las limitaciones del ambiente natural.

Tabla 5. Cuadro síntesis de las entrevistas efectuadas a los pobladores de Balde de Leyes

VARIABLES DE POBLADORES ENTREVISTADOS VALOR VALOR


SUMA PROMEDIO
IDENTIDAD 1 2 3 4 5 PARCIAL TOTAL

Arraigo 3 3 3 3 2 14 14/5=2.8 3
Sentimiento hacia los bienes 3 3 2 3 3 14 14/5=2.8 3 8/3=2.6
Capacidad de trabajar unidos 3 3 2 2 2 12 12/5=2.4 2

VALOR IDENTIDAD MUCHO 3

Tabla 6. Valoración de las entrevistas efectuadas a los pobladores de Balde de Leyes

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Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas

Siguiendo esta concepción queda aún la valora- 3) Análisis y conclusión de la valoración para
ción del patrimonio referido a las producciones y luego establecer las pautas para la conserva-
expresiones tangibles. Para valorar este aspecto se ción de estos bienes.
considera la autenticidad del patrimonio la que está
asociada al concepto de genuino, a los bienes que 1) Relevamiento del patrimonio construido
ellos han creado pero “de la forma que los hacían
sus abuelos”. La consigna es crear un bien tangible El relevamiento del patrimonio construido se rea-
o intangible, viviendas, artesanías o modos de vida, liza mediante el llenado de fichas donde se vuelcan
del modo como lo hacían antes y tener el deseo de datos técnicos, gráficos y fotográficos referidos a las
trasmitirlo a los más jóvenes. Por tanto, el valor de variables morfológica, tecnológica y funcional de las
autenticidad remite a este proceso que aquí se tra- construcciones. Se selecciona una vivienda represen-
baja con el relevamiento en fichas descriptivas y su tativa para su valoración considerándola referente del
posterior análisis y valoración del patrimonio tangi- conjunto, cuyas fichas se muestran en la Fig. 2.
ble e intangible. En base al análisis de las fichas de relevamiento
Se entiende para la categoría autenticidad que se concluye que las viviendas se caracterizan por sus
“el valor de la autenticidad se manifiesta, se apoya tipologías similares, el uso de materiales y formas de
y se conserva en la veracidad de los patrimonios construir propias del lugar, heredadas de sus antepa-
que recibimos y que legamos”7. Para encontrar este sados y transmitidas a las nuevas generaciones. Ade-
valor se realiza el relevamiento del patrimonio tan- más presentan semejanzas tipológicas que generan
gible e intangible, logrando la identificación del una arquitectura vernácula mimetizada con el paisaje
bien y la veracidad de la fuente. También interesa y dan al asentamiento un carácter de conjunto singu-
evaluar la continuidad que se refiere aquí a la apli- lar, más por su homogeneidad que por la relevancia
cación de prácticas constructivas, técnicas y modos artística de alguna construcción en particular.
de vida que han sido trasmitidas espontáneamente
por generaciones anteriores. 2) Valoración de los datos recabados

La valoración se realiza teniendo en cuenta la


Patrimonio tangible autenticidad del patrimonio relevado que está aso-
ciada al concepto de genuino, “de veracidad de los
El estudio del patrimonio tangible se refiere al pa- patrimonios que recibimos y legamos. Con ello es-
trimonio construido de la localidad Balde de Leyes, tamos afirmando que ese grado de autenticidad que
constituido por las doce viviendas que integran el presupone cada legado debe ser dimensionado en
asentamiento y la pequeña capilla que presenta ca- función de esas herencias”8.
racterísticas formales y tecnológicas similares a las Se evalúan las tres variables-morfológica, tecno-
de las viviendas. El mismo se realiza con el pro- lógica y funcional- relevadas en las fichas. Es nece-
pósito de conocer, identificar, seleccionar y valorar sario establecer criterios para la escala de valores,
esos bienes en sus variables formales, tecnológicas para luego cuantificar y otorgar el valor de autentici-
y funcionales, detectando también el estado de con- dad de los bienes patrimoniales, para posteriormente
servación y las posibilidades de recuperación de las proponer pautas de conservación. Para la valoración
construcciones. Con el conocimiento de la realidad de los distintos aspectos relevados se asignan valores
se puede proponer pautas de conservación. numéricos según el criterio establecido en la Tabla 1.
El análisis del patrimonio tangible comprende La determinación de los valores se realiza teniendo
las siguientes etapas: en cuenta las siguientes características del bien:
1) Relevamiento del patrimonio construido En la variable morfológica se tiene en cuenta las
con el fin de ahondar en el conocimiento del cualidades arquitectónicas de la vivienda en cuanto
mismo desde sus variables formales, tecnoló- a tipología representativa del lugar y calidad cons-
gicas y funcionales. tructiva y estilística; en la tecnológica, el uso de ma-
2) Valoración de los datos recabados, tenien- teriales propios del lugar y de técnicas constructivas
do en cuenta la autenticidad de los bienes tradicionales, espontáneas y vernáculas, como así
patrimoniales. también el estado de conservación de los distintos
componentes de la vivienda, especialmente muros y
7.  8 ICOMOS. Carta de Brasilia. Documento Regional del
Cono Sur sobre Autenticidad. Brasil, diciembre de 1995. 8. ICOMOS. Carta de Brasilia (1995), documento citado.

—  450  —
Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas comunidades rurales en zonas árido-sísmicas

Fig. 2. Fichas de relevamiento de patrimonio tangible.

techos y el estado general de la vivienda; y en lo fun- resultado de la valoración de las variables consi-
cional, se evalúa la respuesta de la vivienda al clima deradas. Esto se manifiesta en la veracidad de los
según orientación, existencia de galerías y tamaño bienes que se heredan y se transmiten, en la corres-
de aberturas y a los modos de vida según los am- pondencia que existe entre el objeto material y su
bientes que la conforman y sus interrelaciones como significado, conforme a lo que estipula la Carta de
también la vinculación de la vivienda con el entorno Brasilia “es auténtico todo aquello que es verdade-
teniendo en cuenta la apropiación del espacio exte- ro, que se da por cierto, que no ofrece dudas”.
rior circundante en estrecha relación con la natura- Estas construcciones son un ejemplo de arqui-
leza, dadas las condiciones del clima que permite tectura vernácula, porque responden fielmente a las
utilizar los espacios abiertos y semiabiertos que la características expresadas en el documento de ICO-
rodean como partes componentes de la misma. Con MOS9 para reconocerlos:
la aplicación de estos criterios se establecen las ca- a) Poseen un modo de construir emanado de la
racterísticas para alcanzar el umbral máximo de cada propia comunidad.
variable en la Tabla 7, de cuya aplicación se obtiene b) Tienen un reconocible carácter local o regio-
la grilla de valoración que se indica en la Tabla 8. nal ligado al territorio.
Los valores otorgados a cada variable se suman c) Son coherentes en su estilo, forma y aparien-
y se dividen por tres, obteniéndose así el valor de cia así como el uso de tipos arquitectónicos
autenticidad. El análisis realizado desde los distintos tradicionalmente establecidos.
aspectos y la designación de un puntaje mediante la d) Muestran una sabiduría tradicional en el dise-
técnica elegida, permite que la valoración no sea arbi- ño y en la construcción que es transmitida de
traria y se pueda minimizar el grado de subjetividad. manera informal.
e) Dan una respuesta directa a los requerimien-
3) Análisis y conclusión de la valoración tos funcionales, sociales y ambientales.

El patrimonio construido de Balde de Leyes


posee un alto valor de autenticidad, reflejada en el 9.  10 UNESCO-ICOMOS (1999), documento citado.

—  451  —
Mabel Fábrega, Liliana Beatriz Vega, Irene Blasco Lucas

f) Aplican sistemas, oficios y técnicas tradicio- Los valores se asignan en base a la información
nales de construcción. procesada de las entrevistas realizadas, que fueron
semi-estructuradas en base al ordenamiento que se
Las características enumeradas se reflejan en el observa en la ficha de la Fig. 3. Cada práctica per-
modo natural y tradicional en que la comunidad pro- fectamente identificable por sus características, fue
duce su propio hábitat, en una continua adaptación descripta en sus insumos, técnica, historia, modos de
a los requerimientos sociales y ambientales. Las comercialización y observaciones generales. Ade-
viviendas, aunque no poseen un valor estético ex- más se realizó un relevamiento fotográfico, del cual
cepcional, son valiosas por su relación con el medio se seleccionaron las fotos que figuran en cada ficha.
natural, producto de una armoniosa apropiación del La producción artesanal en cuero, lanas y alimentos,
territorio y también por la transmisión del acervo forma parte de las tareas cotidianas de la población.
constructivo tradicional que adapta los materiales Este patrimonio intangible vernáculo tiene un valor
del lugar a las necesidades constructivas, a los con- de autenticidad medio, pues si bien, son bienes
dicionantes climáticos y a los modos de vida. Las propios cuya existencia sólo se acepta y compren-
actividades domésticas se realizan en la vivienda y de desde la dimensión de la heredad, los insumos
en su entorno inmediato, especialmente en la galería, a veces corresponden a elementos industrializados,
que constituye el nexo habitual entre interior y exte- como la lana o la anilina para el teñido. Además, la
rior. Así la arquitectura responde acertadamente a la disminución de los valores se debe al hecho que este
escasez pronunciada de lluvias y cortos períodos de patrimonio es propio del lugar pero también identi-
baja temperatura, clima que permite actividades al fica a poblados rurales de otras zonas.
aire libre desarrolladas fuera de la vivienda, crean- Los pobladores conocen las técnicas de genera-
do un espacio intermedio multiuso. Allí se realizan ciones anteriores y están dispuestos a trasmitirlas.
las tareas cotidianas como la elaboración de quesos, En este proceso de enseñanza-aprendizaje, el patri-
reuniones familiares, arreglo de instrumentos de tra- monio vernáculo intangible funciona como un re-
bajo. También es lugar destinado al descanso, por- curso pedagógico por sus posibilidades de formar
que en el verano es común que coloquen allí camas a nuevas generaciones en el conocimiento de sus
o catres. Generalmente la galería se orienta hacia el tradiciones y costumbres. La forma de ser y sentir,
este para resguardar de los vientos del norte, del sur junto a su capacidad para trabajar unidos en pos de
y del oeste. Otra característica de estas viviendas es un objetivo común, posiciona a estos pobladores en
el reducido número de ventanas y sus pequeñas di- un lugar inmejorable para emprender acciones en
mensiones que protegen los ambientes interiores de defensa de su patrimonio.
la fuerte radiación solar del verano. Ficha de Análisis de Entrevistas (Ver figura 3)
Este valioso patrimonio corre el riesgo de des-
aparecer, pues es notable el deterioro que presentan
varias de estas construcciones, debido a la falta de Pautas para conservar el patrimonio
mantenimiento. Su desaparición paulatina incre- vernáculo de una pequeña comunidad rural
menta el riesgo de una pérdida de la identidad cul-
tural regional, base de la existencia de los pueblos. Es necesario realizar actuaciones integrales sobre el
Con el objeto de realizar aportes para rescatarlo, se patrimonio vernáculo de los pequeños asentamientos
proponen pautas para su conservación, para contri- del secano de la provincia de San Juan dedicados a la
buir a su permanencia y transmisión en el tiempo. cría de ganado caprino. Resulta imperioso contar con
herramientas adecuadas para la puesta en valor de su
patrimonio, que si bien es valioso, presenta fragilida-
Patrimonio intangible des que están asociadas a sus economías de subsisten-
cia, a la marcada dispersión territorial de los poblados
Se considera el patrimonio intangible referido a las provocada por la escasez de agua, el difícil acceso a los
artesanías y las técnicas que se emplean para la elabo- servicios básicos, el aislamiento y bajo nivel de edu-
ración de las mismas. Específicamente las artesanías cación, entre otros. En virtud de estas características,
que se estudian son el trenzado de lazos de cuero el hi- los criadores de cabra no participan en los circuitos fi-
lado de lana y teñido, el tejido a telar, y la elaboración nancieros – económicos y sociales de la Provincia. Sin
de queso de cabra. Las variables que se consideran embargo, poseen a su vez gran riqueza de tradiciones
para la valoración de su autenticidad se muestran en valiosas en identidad y autenticidad, por ello, se pro-
la Tabla 9, donde se asignan los valores respectivos. ponen las siguientes acciones para su conservación:

—  452  —
Conservación del patrimonio vernáculo de pequeñas comunidades rurales en zonas árido-sísmicas

Fig. 3. Ficha de entrevistas para la técnica de tientos de cuero.

• Crear una asociación para la defensa del y otros elementos representativos de esa cul-
patrimonio de los criadores de cabras con tura, que puedan llegar a constituirse en un
el fin de conectar a la población con las atractivo turístico.
instituciones para otorgarle factibilidad a • Fomentar la educación a través de char-
los proyectos que se propongan. Estas ins- las e informes distribuidos a la población
tituciones pueden ser Organizaciones no para concientizarla sobre el valor de su
Gubernamentales, Uniones Vecinales, Coo- patrimonio.
perativas Escolares y otras, que estén dis- • Promover redes regionales de arquitectura
puestas a recuperar y difundir sus manifes- vernácula para el intercambio de experien-
taciones culturales. cias y especialistas.
• Sancionar una ley referida a la salvaguardia
del patrimonio de los criadores de cabras. Se adopta del pensamiento de Marina Wais-
• Realizar un inventario del patrimonio tangi- man, un nuevo concepto basado en el conoci-
ble e intangible del árido de la provincia. miento y la valoración de la propia historia que
• Propiciar intervenciones para recuperar las rescata lo cotidiano y las realizaciones del hom-
construcciones con avanzado grado de de- bre común en oposición a una cultura idealista
terioro respetando los valores culturales y el estetizante. El patrimonio desdeñado antes, pasa
carácter tradicional, así como su relación con a ser considerado como bien cultural por la so-
el paisaje. ciedad y exige desde la ciencia su preservación
• Organizar concursos de artesanías invitando y jerarquización de las pequeñas comunidades
a los pobladores a participar y luego publi- rurales como la de Balde de Leyes, la protección
carlos en revistas locales y otros medios de de los bienes patrimoniales revalorizándolos con
comunicación. acciones concretas para darle al patrimonio ver-
• Fomentar la participación de la población náculo, como bien de recurso, un valor histórico,
en ferias donde se expongan sus creaciones científico y social.

—  453  —
La reconversión de áreas industriales
obsoletas. Dos propuestas

Nieves Martínez Roldán


ETSA. Universidad de Sevilla. España

Introducción afectados por la degradación medioambiental resul-


tado de las tareas industriales.
La terminología ‘Patrimonio Histórico’ ha sido En esta exposición hablaremos de dos mode-
utilizada desde el siglo XIX para designar bienes los de Áreas Industriales localizadas en la provin-
arquitectónicos y artísticos extendiéndose su signi- cia de Huelva, coincidentes temporalmente4 desde
ficado a las artes y costumbres populares durante el mediados del siglo XX pero no geográficamente,
siglo XX. Si a este Patrimonio Histórico se le suma una totalmente desuso y otra con un futuro bastante
la riqueza que proporciona la mezcla de razas y cos- incierto, conectadas entre sí a nivel físico por una
tumbres en la que vivimos inmersos en la sociedad aceptable infraestructura, dependientes una de la
actual pasaremos a tener el Patrimonio Cultural, y otra, y ambas con fuertes inversiones de capital ex-
si a su vez se la añade la variable paisaje-territorio- tranjero: La Cuenca Minera de Riotinto y El Polo
medio ambiente derivaremos en el Patrimonio Na- Industrial de Huelva.
tural. Sin embargo se carece de una definición de La provincia de Huelva cuenta, entre sus princi-
Patrimonio Industrial en la ley española de Patrimo- pales potencialidades, con una ingente y variada ri-
nio1. El modelo desarrollado en Europa se basa en queza patrimonial tanto natural como histórica que
la elaboración de una exhausta Catalogación como hasta finales del siglo XX y principios del presente
primera medida para la conservación y rehabilita- no ha comenzado a valorarse. El devenir económico
ción de dicho Patrimonio2. de la provincia ha estado, desde sus orígenes, muy
Consideraremos pues que Patrimonio Industrial ligado a los acontecimientos históricos, siendo los
se diversifica en dos: Patrimonio Industrial Cons- de mayor incidencia negativa la Guerra Civil Espa-
truido3 como aquel que está compuesto por las ins- ñola y la de mayor incidencia positiva la implanta-
talaciones necesarias para la gestión, recepción de ción de Polos de Desarrollo.
materias y elaboración de productos y el Patrimo-
nio Industrial Natural como aquel constituido por
el territorio de afección industrial bien por proximi- La Cuenca Minera de Riotinto
dad a dichas instalaciones o porque se hayan visto
La Cuenca Minera de Riotinto-Nerva se loca-
1. La Ley Autonómica Andaluza 1/1991 de 3 de julio en liza en el borde oriental de la Provincia onubense,
su artículo 2.1. ...El Patrimonio Histórico Andaluz se compone conformando un área de transición entre el paisaje
de todos los bienes de la cultura, en cualquiera de sus mani-
festaciones, en cuanto se encuentren en Andalucía y revelen un abrupto de la Sierra y las tierras llanas de la Cam-
interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etno- piña. Riotinto, centro de la antigua Cuenca Minera
lógico, documental, bibliográfico, científico o técnico para la oriental de la provincia ha estado hasta hace poco
Comunidad Andaluza...
2. Consultar: Caravaca Barroso, I: “Distribución espacial de
la Industria andaluza”. Revista estudios andaluces- Huelva. 1983. 4. Los inicios de la Cuenca Minera como tal datan del 1555
3.  También podría llamarse Patrimonio Industrial Edificado. y los del Polo Industrial de 1964.

454
La reconversión de áreas industriales obsoletas. Dos propuestas

abandonada a su suerte desde que en 1987 se cerrara la oferta por parte de sus dueños fuera ventajosa,
totalmente la empresa que realizaba las extracciones pasando con posterioridad a adquirirlas mediante
de mineral. Es una comarca con fuertes necesidades expropiación forzosa por causa de los avances de
de reestructuración económica. los trabajos. Se construyeron poblados enteros y se
El desconocimiento del territorio onubense, produjo la demolición de construcciones habitadas
llevó en el siglo pasado a numerosos escritores e próximas a la excavación ya previstas en la memo-
historiadores a realizar profundos estudios e investi- ria de Tasación de 1870.
gaciones que casi siempre terminaban con numero- Alrededor de 1878 la excavación de la Corta se
sos elogios de la provincia como hizo innumerables dirige hacia el pueblo por el norte mientras que a
veces Amador de los Ríos5. Entre los hallazgos de levante había una profunda trinchera para el ferro-
carácter geotécnicos en la Cuenca Minera destaca- carril y a poniente una escombrera roja. Se suceden
ban los interiores de las cuevas y los planos terri- una serie de acontecimientos: en 1875 a raíz de un
toriales del momento. Estas referencias no son de desgraciado accidente laboral se tuvo que construir
gran utilidad actualmente ya que debido a campañas en el poblado de Bellavista un muro perimetral de
arqueológicas realizadas a principios del siglo XIX piedra, en 1888 se produce la revuelta popular por
se pudo comprobar que muchas de ellas no existían causa de las famosas teleras y en 1954 la Riotinto
y otras no estaban en el lugar indicado. Company Limited vende dos tercios de las minas a
A pesar que desde aproximadamente el 3000 la Compañía Española de Minas de Riotinto comen-
a.C. existen vestigios de aprovechamiento minero zándose la explotación de cobre, plata y oro.
no es hasta el año 1555 cuando aparece la prime- En 1986 se cierra la línea del cobre por la apari-
ra explotación reconocida oficialmente y explotada ción de nuevas perspectivas tecnológicas en torno a
por orden de Felipe II. Desde el siglo XVII al XIX la fibra óptica y se declara a la Cuenca Minera como
las minas pasaron por numerosos directores de pro- ZAE8 consiguiendo articular un conjunto de medi-
cedencia inglesa, alemana y española destacando la das con ayudas públicas para intentar incentivar in-
época del Marqués de Remisa responsable de la de- versiones que amortiguaran el cierre de la empresa
cadencia del medio ambiente6. de la zona. En 1985 y como aprovechamiento a la
Hacia 1843 las fuertes inversiones extranjeras gran cantidad de público que visitaría Huelva du-
permitieron vivir una época de recuperación canali- rante la Exposición de 1992 en Sevilla, se forma la
zándose las inversiones preferentemente en la cons- Fundación Riotinto para la realización del proyec-
trucción del trazado del ferrocarril y en determinados to del desarrollo del área de las minas de Riotinto
sectores industriales y mineros. En 1863, y debido como Parque de la Minería Nacional, estudiándose
al hundimiento del sexto piso de la excavación prin- casos similares ocurridos en Europa9.
cipal de Riotinto se sustituye el sistema de laboreo En 1990 se constituye legalmente la Mancomu-
de huecos y pilares por el de Corta a cielo abierto. nidad de Municipios Cuenca Minera10 para tratar el
En 1870 se subastan las minas y tres años mas tarde problema de la recogida y tratamiento de residuos
se publica el proyecto de ley destinado a la cesión urbanos y gestión del ciclo integral del agua y pos-
de las mismas a la Riotinto Limited Company. teriormente se crea la ADAO11.
En 1876 la Compañía redacta un documento La Mancomunidad a través de la Iniciativa Comu-
donde se explica la intervención urbana del momen- nitaria Leader redacta los Planes Albor12 y Esquila13.
to para un futuro planeamiento del pueblo Minas de
Riotinto. La empresa compraba casas7 siempre que que trabajaba en el puerto y lo ferrocarriles, viviendas unifa-
miliares y dúplex en lo alto de la ciudad y conocidas bajo el
nombre de Barrio Obrero.
5.  Amador de los Rios, R: “Minas de Riotinto (1891)”. 8.  ZAE. Zona de Acción Especial.
[En] Huelva. Universidad de Huelva, 1983. 9.  Museos al aire libre de Beamish y de Ironbridge George,
6.  Flores Millán, P: “Minas de Riotinto”. [En] Los pueblos Inglaterra.
de Huelva. Huelva Información. 1995. ...donde murieron decenas 10.  Flores Millán, P: “Minas de Riotinto”. [En] Los pue-
de mineros y jornaleros, debido a la práctica de las calcinacio- blos de Huelva. 1995.
nes al aire libre, comúnmente conocidos como teleras. Los gases 11.  ADAO. Asociación para el Desarrollo del Andévalo Orien-
desprendidos de la calcinación en determinadas condiciones de tal: Grupo de Acción Local Ceder Cuenca Minera de Riotinto SA.
humedad formaban una densa niebla, una lluvia ácda que cubría 12.  Plan Albor: confirmar ciertamente la inviabilidad de
una gran superficie provocando grandes deficiencias respirato- la reapertura del cobre y promocionar la minería mediante la
rias además de incidir de forma directa sobre el suelo, las aguas, diversificación.
la vegetación toda la vida animal en general... 13.  Plan Esquila: revisión del proceso tradicional con in-
7. En 1928 el dominio de la compañía de Riotinto llegó a clusión de la explotación de polimetálicos y nuevas técnicas de
Huelva y se construyeron casas para el personal de la compañía hidrometalurgia.

—  455  —
Nieves Martínez Roldán

En 1993 se gestionan dos programas de formación: con villas réplica de las de su país de origen cons-
una Escuela Taller para la Rehabilitación del Patrimo- truidas en ladrillo. Poblado del Alto de la Mesa o
nio Minero y un Módulo de Promoción y Desarrollo de Los Pinos, típico poblado minero dispuesto en
para la formación de especialistas en promoción del varias calles con edificaciones de una sola planta
Turismo y del Patrimonio Industrial. Los aconteci- a ambos lados y que hoy día aún cuenta con ca-
mientos del año 199814 indican que la Cuenca Minera lles sin asfaltar. Poblado de La Atalaya, El Valle,
de Riotinto está atravesando malos momentos de re- La Dehesa (1885) y el Caserío Estación. Aldea de
cesión económica, quizás los peores de su historia y La Naya para los trabajadores de las instalaciones
que su futuro es bastante incierto a pesar de la larga de Zarandas y del ferrocarril. Hospital de Riotinto
vida que tiene tras de sí. hoy día convertido en Museo Minero. Necrópolis
Romana de La Dehesa y Cementerio inglés.
• Talleres / Fábricas. Apeadero (1907) sobre las
El Patrimonio Industrial Construido escorias de fundición junto a la fábrica de ácido
para el servicio de los trabajadores. Planta La-
El Patrimonio Construido de la Cuenca Minera de vadora (1912) para lavar el residuo del mineral.
Riotinto está repartido por un vasto territorio que va Edificio Casa-palanca Marín (1890) junto al de-
desde la propia Cuenca al Polo Industrial de la capi- pósito de agua del Burrillo que contenía veinte
tal que analizaremos posteriormente por ser en punto palancas para el cambio de vías férreas y de la
de salida a los productos generados por la minería que sólo quedan los cimientos y la base. Talleres
y su lugar de trasformación. El paisaje de industrial (1920) constituidos por naves de cien metros de
de Riotinto, Zarandas, se ha ido modificando sus- longitud. Subestación eléctrica (1920) construi-
tancialmente15 debido no sólo la instalación de una da para distribuir energía y que se alimentaba
fundición y de una industria química, sino también con carbón. Fábrica de ácido (1960) que sustitu-
la ubicación en ella del vertedero situado en las cer- ye a la edificada en los años 30 y de gran interés
canías y de la infraestructura necesaria para el ferro- histórico industrial ya que sus cintas transporta-
carril (túneles, puentes y estaciones) que sirvieron doras cruzan por encima de la carretera.
para establecer comunicación entre las poblaciones • Túneles / Conductos. Conducto de humos sulfuro-
onubenses olvidadas por la administración central. sos (1900) producidos por la Fundición Bessemer
En 199816 se realiza un inventario del Patrimonio cuyos restos se puede ver aún en la Sierra del Ma-
Histórico Industrial de la Cuenca Minera aunque del droñal. Túnel 16 y equipamientos anexos al mismo
análisis in situ de dicho patrimonio surgen los ele- (1918) de siete kilómetros de longitud que une la
mentos catalogables que se insertan a continuación: Corta Atalaya con las instalaciones de Zarandas
• Aldeas / Poblados / Edificios / Cementerios. Pueblo para transportar el mineral para ser triturado.
de Minas de Riotinto17 con el primer campo de fút- • Represas / Diques. Represas para contener resi-
bol de la provincia. Poblado de Bellavista (1890) duos de los concentradores y lavado de minera-
único en España sobre un viejo escorial romano les. Dique de la Marismilla localizado en el curso
del río Tinto y atravesado actualmente por la
carretera que une Riotinto con Nerva. Dique de
14.  Aguilera Collado, E: “Arqueología Industrial. Zaran-
das en Minas de Riotinto”. [En] Artes, costumbres y riqueza de Campofrío18. Embalse del Zumajo.
la provincia de Huelva. 1998. • Puentes / Estaciones / Infraestructura ferro-
15.  Aguilera Collado, E: “Arqueología Industrial. Zaran- viaria19. Patrimonio ferroviario (1300 vagones,
das en Minas de Riotinto”. [En] Artes, costumbres y riqueza de 2000 vagonetas, 143 locomotoras, 40 coches de
la provincia de Huelva. 1998.
16.  Previamente la Dirección General de Turismo de la pasajero). Puentes (Candón, Niebla, Churum-
Conserjería de Fomento y Trabajo de la Junta de Andalucía bel, Manantiales, Salomón, Manzano, Cachán y
en 1990 realizó un inventario y catalogación de las minas de Nicoba). Estaciones (Riotinto, La Naya, Marín,
todo El Andévalo destacando aquellas que tenían un mayor Pa- Jaramar, Los Frailes, Berrocal, Las Cañas, Ma-
trimonio Minero para potenciarlas a nivel turístico.
17.  Madoz, P: “Huelva (1845)”. [En] Diccionario estadís-
nantiales, Gadea, Las Mallas, San Juan del Puer-
tico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Diputa-
ción de Huelva. 1985. ...se compone de 153 casa modernas, de
buena construcción, repartidas en diferentes calles y una plaza,
empedradas y muy limpias, tiene una escuela de instrucción 18.  Actualmente abastece de agua a las poblaciones de los
primaria de niños y otra de niñas...dos fuentes públicas cuyas alrededores para consumo humano.
aguas son excelentes...todos los vecinos son operarios de las 19. Tanto los puentes como las estaciones se dilatan desde
minas y además hay cuatro molinos harineros... El Andévalo hasta El Litoral pasando por La Campiña.

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La reconversión de áreas industriales obsoletas. Dos propuestas

to y Huelva). Malacate (estructura de madera ac- del aire23 al mismo tiempo que se produce un daño
tualmente localizada en Nerva). irreparable en la vegetación al impedir su transpira-
• Yacimientos arqueológicos. Quebrantahuesos, ción y la penetración de la luz. Igualmente las altera-
Cerro Salomón, Tres Cruces, Corta Atalaya, Alto ciones hidrológicas han influido notoriamente sobre
de la Mesa, Pico Teja, Corta Lago, Vista Alegre, el suelo dando lugar a modificaciones sustanciales
Tres Águilas, Planes, Marismilla, Escuelas, Filón como retirada de suelo fértil y por lo tanto desapari-
Norte, Stock de Gossan, La Dehesa, Masa Planes, ción de la flora24 y fauna, a cambios geomorfológi-
Corta Dehesa, Corta Salomón, Filón sur, Marín20. cos y a la compactación del substrato por instalación
• En pueblos cercanos21 . Casas de vacaciones, lo- de maquinarias y disminución de superficie útil por
calizadas junto al paseo de la ría de la localidad acumulación de escombreras.
de Punta Umbría a las que se accedía mediante La detección en el Territorio de la Cuenca Mi-
un sistema de canoas. nera de diferentes paisajes según sus características
• En la propia capital onubense. Barrio de Reina formales y medioambientales ha dado lugar a la for-
Victoria (1928) constituido por casas unifamilia- mación objetiva de Unidades de Paisaje necesarias
res y de estética puramente inglesa donde residía para determinar posteriormente un Catálogo previo
el personal de la compañía que trabajaba en el a la determinación de los elementos que componen
ferrocarril. Hotel Casa Colón (1983) que en su el Patrimonio Industrial Natural de la Cuenca.
momento fue el Hotel mas lujoso de Europa y • Unidad Norte del Término de Riotinto. Es im-
sirvió de Residencia a los altos cargos adminis- portante la presencia del río Tinto y su límite
trativos haciendo las funciones de Club social. con la zona de las grandes represas de lavado del
Asociación de Trabajadores del Ferrocarril. Mue- mineral. Se caracteriza por su abundante vegeta-
lle embarcadero de Riotinto (1876) en el puerto ción arbórea y arbustiva y por una plantación de
de Huelva para dar salida al mineral de Riotinto. considerables dimensiones de frutales tropicales
como única alteración a su aspecto visual25.
• Unidad de la Marismilla. Situada entre los tér-
El Patrimonio Industrial Natural minos municipales de Riotinto y Nerva contie-
ne el embalse de la Marismilla y un importante
Los terrenos de la Cuenca Minera están afecta- tramo de río Tinto, debiéndose incluir el Cerro
dos por el continuo movimiento de los estratos y del Moro, que se encuentra actualmente en pro-
desvío de las escorrentías para evitar que el agua en- ceso de reforestación26.
trara en los lugares de trabajo (cortas y depresiones • Unidad Sur Sierra del Madroñal. Localizada en la
por excavaciones al aire libre), por la modificación ladera Sur de la Sierra del Madroñal se caracteriza
del relieve debido a la formación de escombreras, por constituir una gran pradera verde que termina
por la interceptación de los cauces de aguas natura- en un arroyo a partir del cual se inicia un denso bos-
les del río Tinto22 y finalmente por el cambio del pH que de pinos de gran riqueza botánica y arbustos27.
que impiden cualquier tipo de vida en el agua salvo • Unidad Entrada Este - Casa Lazareto. Se en-
un único tipo de bacteria. cuentra ubicada a la entrada del Núcleo de Rio-
La degradación del Patrimonio Natural de una tinto junto a la carretera comarcal y está confor-
explotación minera de las características de la Cuen- mada por un pequeño lago cuya agua es buena a
ca Minera de Riotinto donde los trabajos mineros se pesar de estar rodeado por lodos y escombreras y
han superpuesto a lo largo de la historia se traduce
principalmente en el empeoramiento de la calidad
23. El aire se ve afectado debido al aumento de la emisión
de polvo, gases y ruidos en la explotación y que se deriva en in-
20.  Decreto 558/2004, de 14 de diciembre, por el que se salubridad en los núcleos urbanos próximos a través de enferme-
declara el Paisaje Protegido de Riotinto. dades respiratorias a los trabajadores expuestos a las mismos
21.  Punta Umbría fue la residencia de verano de los patro- 24. En 1916 la Riotinto Company Limited realizó una in-
nos ingleses que residían en la capital. tensa repoblación en todo el área de Riotito – Nerva con espe-
22. El río Tinto nace en la Sierra Padre Caro y atraviesa cies procedentes de Niebla.
la Cuenca Minera por el Oeste en dirección Norte-Sur hasta 25.  Su tratamiento debe conseguir la eliminación de la con-
su desembocadura en la ría de Huelva donde se funde con l río taminación y la recuperación del cauce natural del río
Odiel bajo el Santuario de la Rábida. Su color amarillo – ocre, 26.  Para recuperar el embalse de deben eliminar los vertidos
de gran belleza, es un caso único en el mundo ya que proviene buscando así la vuelta a su estado natural y suprimir la interrupción
del desagüe de las vetas de piritas que provoca que en su ribera actual del cauce que produce el puente que cruza el embalse.
no haya ningún tipo de vegetación ni vida animal ya que el pH 27.  Actualmente se está procediendo a su reforestación ya
limita el tipo de medio ambiente. que esta Sierra posee una fauna única en Riotinto

—  457  —
Nieves Martínez Roldán

uno de sus frentes está conformado por una loma • Unidad Corta Atalaya y Norte Corta Atalaya. Es
de eucaliptos28. la zona comprendida en el entorno de Corta Ata-
• Unidad Bellavista. Esta unidad incluye el entorno laya localizándose en sus proximidades buenos
de la urbanización de Bellavista hoy día lugar de puntos de observación hacia Riotinto y Sierra
segundas residencias que se encuentran la mayor del Madroñal a modo de miradores naturales33.
parte del año cerradas y en precarias condiciones de La zona norte presenta un espacio limitado por
mantenimiento. Conserva parte de las infraestructu- la ladera exterior Norte de Corta Atalaya y una
ras de ocio de que disponían los británicos durante planicie formada por la acumulación de residuos
la época colonial, destacando el campo de golf. y cenizas minerales con abundantes movimien-
• Unidad minero-ferroviaria. Está conformada por tos de tierras.
la ladera Este de la Sierra del Madroñal que pre- • Unidad Cerro Colorado. Es la zona más afecta-
senta los efectos de la lluvia ácida y que jamás se da por la contaminación y por la actividad mine-
recuerda que haya tenido vegetación y por la vía ra con un relieve muy abrupto34.
ferroviaria que unía anteriormente Riotinto con • Unidad de las Represas. En esta unidad se re-
el Puerto de Huelva29. cogen todas las masas hídricas del entorno,
• Unidad Zumajo. Está situada fuera del Término Represas del Cobre y de Gossan, Embalse Sur,
Municipal de Riotinto y se caracteriza por una Marismilla y Filón Norte, creados y utilizados
orografía muy accidentada y por un importante por la minería que están contaminados por com-
y denso pinar en contraposición a las numerosas ponentes minerales que alteran el pH del agua
pero pequeñas zonas destinadas a pastoreo alre- impidiendo determinadas actividades35.
dedor del embalse ya que sus aguas se encuen- • Unidad Núcleo de Riotinto. En ella se incluyen
tran en muy buen estado30. los núcleos de población que configuran Minas
• Unidad Zona de Monte Bajo y Monte Alto. Es la de Riotinto, Nerva, la Dehesa y Cerro Colora-
unidad más deteriorada a pesar de que aparece en- do con dos tipologías principales: la residencial
clavada en un valle rodeado de sierras y está ac- que cuenta con todas las infraestructuras necesa-
tualmente ocupada por una gran cantidad de lodos rias para permitir el buen funcionamiento de la
tóxicos que han transformado la zona en un loda- vida de la población y la industrial donde se la
zal contaminado. Es el nexo entre las unidades de planta de tratamiento de mineral, hoy abandona-
actuación del Sur del Municipio y las situadas en da, pero que no por ello deja de contar con una
el Norte desarrollando una tipología de bosque de infraestructura adecuada a la labor para la que
pinos de forma tanto natural como artificial31. se concibió.
• Unidad Escombreras. Está delimitada por las
acumulaciones de residuos procedentes de la ex-
tracción mineral y se encuentran en las inmedia- El Polo Industrial de Huelva
ciones de las zonas de explotación provocando
un gran impacto visual y ambiental (despren- El aumento de la fragmentación territorial de la
dimientos y filtraciones) siendo su degradación ciudad de Huelva debido a los movimientos hacia la
máxima y por lo tanto imposible cualquier tipo periferia de nuevas áreas residenciales, hace que el
de vida por su escasa riqueza de nutrientes.32 Polo Industrial, hoy ya prácticamente integrado en
la ciudad y con un valor de posición elevado a pesar
28. Esta unidad es usada por los habitantes de ambos Mu- de que el suelo del mismo sea de propiedad por-
nicipios para practicar el deporte de la pesca fluvial. Crear rutas tuaria36 necesite de una reestructuración ambiental
peatonales y de ciclistas deben de ser algunas de las tareas en-
comendadas a este hermoso lugar.
29. Las transformaciones en esta área deben de ser míni- 33.  Suelo protegido. Cualquier actuación sobre ella debe
mas ya que en ella se pueden leer los procesos históricos que plantear el acondicionamiento de los distintos estratos, propo-
ha sufrido la Cuenca en el periodo de los dos últimos siglos, niéndose en su coronación la ubicación de una serie de usos
moldeándose un paisaje de singular belleza. terciarios donde realizar actividades.
30.  Se debe devolver al embalse su máxima capacidad y 34.  Se necesitarían para esta regeneración movimientos y
proponer otro abastecimiento de agua para las plantaciones de transporte de tierras fértiles, con posterior reforestación rodean-
cítricos adyacentes ya que actualmente se está provocando el do a las escombreras de encinas y alcornoques.
vaciado del embalse. 35. Necesita una limpieza previa de las aguas de las re-
31. La regeneración de estos terrenos se debe hacerse me- presas y consiguiente regeneración del paisaje. Los márgenes
diante la retirada de los lodos tóxicos de los lagos deben ser recuperados y reservados de cualquier
32. Una posibilidad es mantenerlas intactas por su belleza proceso de deterioro.
y formado parte del paisaje minero como símbolo fundamental 36. El Puerto de Huelva, propietario de los terrenos de las in-
o bien repoblarlas con especies de monte bajo o adehesado.. dustrias tenían en un principio cedidos los mismos por un periodo

—  458  —
La reconversión de áreas industriales obsoletas. Dos propuestas

y urbanística37 y una conservación de su Patrimonio Actualmente el Polo Industrial está representado


Histórico y Natural existente. socialmente por dos Asociaciones: AIQB (Asocia-
El Polo Industrial de Huelva está conformado por ción de Industrias Químicas y Básicas) y la FOE (Fe-
dos sectores: el más antiguo ocupa la franja litoral deración Onubense de Empresarios) que vigilan es-
comprendida entre el antiguo Muelle de Cargadero trechamente el cumplimiento de la normativa vigente
de minerales que Riotinto tenía en Huelva hasta la y salvaguardan los intereses del área industrial.
desembocadura del río Tinto, siendo esta una de las
zonas mas privilegiadas de la ciudad ya que es el
único sector litoral no ocupado por las infraestruc- Patrimonio Industrial Construido
turas portuarias y el mas nuevo con industrias de
apoyo a las ya existentes más modernas y acondi- Es difícil determinar si el Patrimonio Industrial
cionadas tecnológicamente, localizado a partir de la del Polo de Huelva puede clasificarse como histórico
desembocadura del río Tinto en el término de Palos debido a su escasa antigüedad y evolución temporal,
de la Frontera en su tramo de litoral hasta el comien- a pesar de la incorporación de adelantos tecnológi-
zo de los primeros pinares de Doñana. cos en sus sistemas de producción y mejoras en las
Para comprender la ubicación del sector más an- instalaciones e infraestructuras aunque aún siguen
tiguo en terrenos de propiedad portuaria y surgido usándose las mismas redes que hace cuarenta años.
como Polo de Desarrollo38 en la década de los se- Nunca se ha realizado un inventario del Patrimo-
senta, hay que retroceder hasta ese momento: el te- nio Industrial Construido del Polo aunque del análi-
rritorio era insalubre rehusando la ciudad crecer en sis in situ de dicho patrimonio surgen los elementos
esa dirección39 y siendo las industrias las encarga- catalogables que se insertan a continuación:
das de rehabilitar o renovar el suelo, de compactarlo • Edificios residenciales / terciarios. Las instala-
y del dragado de la ría de Huelva para posibilitar ciones del Tiro Pichón y la antigua Comandancia
que los barcos fondeasen lo más cerca posible a los de Marina hoy día sin uso y demandantes de una
puntos de embarque de los productos. rehabilitación integral. Los bloques de viviendas
Hoy día el Plan General de Ordenación Urbana al inicio del Polo del que sólo quedan los cimien-
de Huelva propone el desalojo de estas industrias y tos41 y que sirvieron de alojamiento fijo a los
su traslado hacia el área de Nuevo Puerto (área de operarios de las fábricas en un primer momento.
Palos). Para dicha actuación la Consejería de Medio • Fábricas sector Huelva. Atlantic Copper42
Ambiente encargó un informe para establecer un (1964) realiza continuamente inversiones en el
lugar idóneo que tuviera en cuenta la repercusión medio ambiente para reducir emisiones de gas,
para la provincia y los núcleos urbanos cercanos. Ya separaciones de líquidos y mejoras en los al-
en este informe40 se propuso destinar el suelo ‘libre macenes de residuos que están a la intemperie.
de industrias’ a uso colectivo evitándose el creci- Central Térmica C. Colón (1961). Al Air Liquide
miento urbano hacia el Sur y dejando un espacio España (1984) invierte en medio ambiente. Fer-
intermedio sin edificación alguna. tiberia (1969) tiene un contrato para un proyecto
de mejora ambiental en la fabricación de ácido
sulfúrico. FMC Foret (1967) invierte en medio
entre treinta y noventa y nueve años. Estas cesiones renovables
al abonar una determinada plusvalía han sido modificadas hace ambiente, proyectos I+D y está inmersa en un
poco tiempo y tan sólo se mantendrán hasta el año 2028. plan de minimización de residuos. Rhodia (1984)
37. Consultar: Fourneau, F: El impacto del Polo de Desa- ha invertido en su sistema de producción.
rrollo en la provincia de Huelva desde 1964-74. Universidad • Fábricas sector Palos. Aragonesas (1973) es uno
de Sevilla. 1978
38. El Polo de Huelva se creó por Decreto-Ley 153/1964 de los complejos más importantes de España y es
de 30 de Enero junto a otros siete Polos Industriales más en propietaria desde 1980 de una salina situada en
España. En artículo 1º se declara que Huelva y Burgos pueden la margen derecha de la ría del Odiel. Refinería -
acogerse a los beneficios de los Polos de Promoción Industrial Cepsa (1967) - Repsol (1972) tiene una planta de
porque ...prácticamente no existe industria, pero cuentan con
recursos naturales y humanos suficientes para convertirse en
tratamiento de residuos líquidos aceitosos y de
importantes núcleos de industrialización si se vence la inercia
inicial mediante una más intensa ayuda del Estado... 41.  Demolidos en 2003. La imagen que ofrecían abandona-
39.  Aparición de enfermedades infecciosas y paludismo por dos desde hacía tiempo era lamentable
la ingesta cantidad de mosquinos provenientes de las marismas 42. Es la última industria vinculada con la Cuenca Mine-
40. Informe elaborado por el Grupo Adaro, 1990. Se lo- ra de Riotinto, antes llamada Compañía Española de Minas de
caliza a nivel particular en algunas de las industrias del Polo Riotinto. Actualmente exporta a todos los países de la CEE y
(FMC-Foret-Huelva) asíáticos la metalurgia del cobre.

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Nieves Martínez Roldán

aguas. Ertisa (1976) ha adoptado un nuevo sistema • Otras instalaciones industriales. Industrias
de producción43. Tioxide Europe (1976) sus inver- (Amoniaco–Urea (1976), Lubrizol (1969), Ca-
siones se basan en la modernización de las instala- tisa (1971)). Puentes de mineral50 que cruzan
ciones y renovación de equipos. Enagás (1988) dis- desde las fábricas hasta los muelles de cargade-
pone de las mayores y mas nuevas instalaciones. ros proporcionando una imagen muy conocida
• Infraestructura ferroviaria / Estaciones. Esta- de Huelva en el exterior.
ción de mercancías de FMC Foret (1967). Infra- • Fábricas localizadas en las proximidades. Ence51
estructura marítima / fluvial. El Puerto de Huel- (1964) invierte en medio ambiente y seguridad
va cuenta con una anchura de unos 300 metros debido a la gran cantidad de residuos que gene-
y un calado de 1050 metros, medidas perfectas ra: urbanos y asimilables, forestales, industriales
para los buques que atracan. peligrosos y residuales valorizables. Astilleros
• Infraestructura viaria / Puentes. Francisco Mon- localizados en el otro extremo del puerto con una
tenegro44. Carreteras anterior y posterior en el amplia infraestructura relativa a la construcción
sector Palos con el firme prácticamente a diez de barcos.
metros de la orilla. Carreteras laterales de acceso45
en el sector Huelva. Puente Sifón46 que comuni-
ca la capital con el litoral occidental usándose la Patrimonio Natural Industrial
propia losa del puente para transportar colgada
bajo la misma el agua47 que había de abastecer a El proceso de transformación de la zona indus-
estas industrias. Puente Juan Gonzalo (1970) que trial está provocando la desaparición de formas
cruza sobre la desembocadura del río Tinto. territoriales52 propias de usos industriales sin que
• Represas / Diques. Dique perimetral de las Bal- a veces estén reguladas desde el planeamiento ur-
sas de fosfoyesos construidos para contener los banístico ya que es la propia normativa del Puerto
residuos y que se localiza a unos cien metros del las que lo controla. Todas las industrias producen
margen del río Tinto residuos53 procedentes de los desechos que han de
• Muelles. Muelle de cargadero de minerales48. seguir procesos de tratamientos diferentes en fun-
Muelle Juan Gonzalo. Muelle Ciudad de Palos. ción de la clasificación anterior, así por ejemplo el
Muelles norte y sur49. Muelle de Petroleros. más controvertido son los fosfoyesos54 y los aceites
Muelle de Levante mas vinculado al área portua- y los lodos, recogiéndose estos últimos en su totali-
ria que al Polo. Muelle de Pertechos dad para ser estos reutilizados en función de su pro-
• Dársenas. Tharsis. Astilleros. Riotinto. Fertibe- cedencia y acumulándose los primeros en balsas55.
ria-químicos. Rhodia. Fertiberia-abonos. FMC- En 1996 la Junta de Andalucía editó a través de
Foret. Almagrera. AIESA. Saltés. Reina Sofía. su Consejería, un informe en el cual se decidió la
Enagas. Cepsa. Torre Arenilla. construcción de un único embalse en la Marismas

50.  Son uno de los posibles atractivos turísticos de la zona


43. Exporta a Francia, Alemania, Holanda, Reino Unido, por lo que desde el Ayuntamiento o el Patronato de Turismo se
Suiza, Bélgica, Portugal y lejano Oriente debería apoyar la iniciativa de su rehabilitación y mejora física
44. También conocida por los onubenses como Carretera a 51. Estas instalaciones se localizan en Niebla y curiosa-
Punta del Cebo y dedicada al director de las obras de El Puerto mente el 80% de sus trabajadores proviene de la capital y no
desde 1902. del municipio
45. Estas carreteras comunican la Avenida Montenegro con las 52. Consultar: Conesa, V: “Guía metodológica para la Eva-
numerosas naves de empresas secundarias que abastecen al Polo. luación de Impacto Ambiental” Mundi Prensa - Madrid
46.  Este puente hoy día casi en desuso para el tráfico roda- 53. La producción de residuos en las industrias de AIQB se
do se localiza en paralelo al Puente de Santa Eulalia usado para clasifica en materias peligrosas, inertes y asimilables a residuos
acceder a las playas de litoral occidental urbanos
47. El agua proviene actualmente de la balsa del Chanza 54. En el escrito de la Dirección General de la Comisión
del río Piedras, situada en el Andévalo. Europea, aparece que los yesos depositados en la Marisma del
48.  Diseñado por el arquitecto George Bruce en 1876. En Tinto son los residuos procedentes de las mencionadas empre-
1975 dejó de usarse sas Fertiberia y FMC-Foret como resultado de la fabricación de
49.  Martínez Roldán, N: El Polo Industrial de Huelva. Di- ácido fosfórico.
rectrices para la rehabilitación de su territorio. Universidad de 55. En Junio de 1998 se puso en marcha un proyecto, apro-
Sevilla. 2002 ... Desde el último tercio del siglo XIX, el Puerto de bado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de An-
Huelva tiene un merecido reconocimiento no sólo en el ámbito dalucía y el Excmo. Ayuntamiento de Huelva, de ordenación
andaluz sino también español por dar salida a todas las mer- de los residuos de yesos de las industrias del Polo y durante el
cancías procedentes de las explotaciones mineras situadas en el año 2000 se realizaron numerosos estudios relacionados con su
Andévalo onubense en especial la Cuenca Minera de Riotinto. amontonamiento en enclaves cercanos a la ciudad.

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La reconversión de áreas industriales obsoletas. Dos propuestas

del Odiel para verter los residuos de manera contro- En 1999 se presentó un proyecto para recuperar la
lada y que se estaban depositando desde la década Marisma de Medaña, que consistió en acumular dis-
de los 60 en una de las márgenes del río Tinto en su tintas capas sobre la propia balsa a modo de relle-
desembocadura próxima a la Punta del Cebo. no de materiales fertilizantes para terminar con una
En 1998 se iniciaron los trabajos de revegetación de capa de tierra vegetal.
las colinas de fosfoyesos con el fin de suavizar el im- El Patrimonio Industrial Natural del Polo Indus-
pacto visual provocado por las grandes acumulaciones trial de Huelva se conforma mediante las siguientes
de residuos. Estos residuos provocaron que las Maris- unidades:
mas del Pinar, del Rincón y Medaña quedaran estériles • Unidad de Área de afección industrial. Práctica-
ocasionando daños en el ecosistema de la zona56. mente ocupa toda la superficie del Polo Indus-
La disposición de los fosfoyesos sobre tierra, es trial en sus dos sectores, Huelva y Palos, y que
la forma mas usual para la eliminación de este suelo debe ser sometida a una rehabilitación integral
producto de la fabricación de ácido fosfórico ya que tanto en el tejido como en el paisaje en el caso de
si se deposita en el mar o en lugares afectados por la desaparición de las fábricas una vez que finali-
corrientes de agua pueden originar problemas eco- ce el plazo de concesión de los terrenos.
lógicos57 que también se presentan con el relleno de • Unidad de Marismas. Conformada por el Estero
terrenos debido al hecho de que no muchos lugares de Domingo Rubio, Marismas de la Rábida y de
son idóneos para realizarlo.. la Santa y Marismas del Tinto
La Agencia del Medio Ambiente, teniendo en • Unidad de Balsas de fosfoyesos ya colmatadas.
cuenta la Ley de Costas58 y el Plan Nacional de Re- Hoy día en proceso de rehabilitación y que deberían
cuperación de Suelos Contaminados59, ha realizado de protegerse de cualquier otro uso no forestal.
un proyecto para recuperar parte de las balsas de fos- • Unidad de Balsas de fosfoyesos en formación61.
foyesos de las situadas en las Marismas del Pinar (lo- Cuyo nivel superior se localiza actualmente en el
calizada junto a la primitiva vía rodada trasera de las nivel 18 de 20 posible y que en poco tiempo se
fábricas), quizás por existir núcleos de población más verán sometidas a una actuación de rehabilitación
próximos a ella que a cualquiera de las otras afecta- y revegetación ya que su fondo se ha consolidado
das60. Hoy día está revegetada toda la ladera noroeste de tal modo que se ha transformado en una roca
y sudeste del embalse y parte de la balsa de decanta- con posible vuelco según los sondeos realizados
ción. El acceso a esta área es restringido y por lo tanto • Unidad de Área de ensanche de la ciudad. Lo-
no visitable aunque puede verse desde el exterior. calizado en el espacio trasero existente entre la
Las marismas que están contaminadas por causa A-49 de acceso directo al Polo desde Portugal y
del mismo problema son las marismas de la orilla Sevilla y la ría de Huelva en su tramo mas cer-
derecha del Tinto (Pinar, Titán, Picón y Ribera), las cano a la ciudad y que hoy día se encuentra en
marismas de la orilla derecha del Odiel (Liebre, Ca- proceso de expansión
javías y Puntales) y la marisma de Domingo Rubio. • Unidad de Franja de litoral sector Huelva. Lo-
calizada entre el Muelle Cargadero de Riotinto
56.  Sin embargo en algunos lugares, los fosfoyesos se usan y el monumento a Colón, que debe ser sometida
de modo semejante a abono con fines agrícolas y en terrenos
a una limpieza íntegra y eliminar los desagües
que representan un índice muy elevado de arcilla
57.  Presencia de cadmio y óxido fosfórico existentes al aire libre de aguas residuales a la
58. La ley 22/1988 de Costas permite ‘la ocupación del do- altura del nuevo Estadio Colombino.
minio público marítimo-terrestre, incluidas las marismas, por ac- • Unidad de Franja de litoral del sector Palos.
tividades o instalaciones que por su naturaleza no puedan tener Localizado desde Torre Arenillas hasta el final
otra ubicación...’ prohibiendo esta ley expresamente el vertido de
residuos sólidos, escombros y aguas residuales sin depuración y del Polo donde la red viaria llega prácticamente
los vertidos al mar y a la zona de servidumbre de protección al mar y que debería ser sometido a una limpieza
59. En 1995 se publica el Plan Nacional de Recuperación con el fin de ubicar un paseo peatonal.
de suelos contaminados con vigencia entre 1995-2005 (no es-
pecifica ninguna actuación para las balsas de yesos de las Ma-
rismas del Tinto) haciéndose especial énfasis cuando ‘los em- 61. Economic Commissionion for Europe: Use and dispos-
plazamientos estudiados... se consideran de alta peligrosidad... al of waste from phosphoric acid. New York. 1988… La dispo-
por su proximidad a cascos urbanos...’ sición de los fosfoyesos sobre tierra, es la forma mas usual para
60. La rehabilitación de esta área consistió en una reve- la eliminación de este suelo producto de la fabricación de ácido
getación con especies autóctonas de árboles y arbustos que se fosfórico ya que si se deposita en el mar o en lugares afectados
adaptaran bien a los cambios de composición del subsuelo y se por corrientes de agua pueden originar problemas ecológicos.
sometieran a las alteraciones que se producían en los factores Los fosfoyeso no representan un alto riesgo y no existe una le-
determinantes del ambiente, como los vientos. gislación específica de aplicación...

—  461  —
Patrimonio y espectáculo. Imagen y
desaparición: olvidar y recordar

Mariano Pérez Humanes


ETSA. Universidad de Sevilla. España

“Cualquier imagen, como la imagen leída en la retina,


recoge una apariencia que va a desaparecer”
(John Berger)

-1- Ahora, las cosas y su valor no desaparecen por-


que se ausenten sino porque se sobreexponen, siem-
Hasta hace unos años las cosas desaparecían de pre igual, intermitentemente, como relámpagos. En
una manera “natural”. Al igual que aparecían, siem- esos instantes en los que se hace la luz, sólo somos
pre producto de un esfuerzo, cuando había pasado el capaces de percibir el efecto y nunca la causa. Así
tiempo, cuando habían cumplido su ciclo vital, mo- “por inmediato, por incisivo que fuese, el punctum
rían. Ahora las cosas aparecen y desaparecen casi podía conformarse con cierta latencia (pero jamás
sin esfuerzo. El mundo se ha colmado de objetos con examen alguno).”3 Y es quizá esa latencia lo
e imágenes efímeras que apenas nos dejan parpa- que de alguna manera produce el efecto de ausen-
dear. Del tiempo cíclico, se pasó al lineal y de éste cia-presencia con las que cada una de las fugaces
al puntual-intermitente, en un doble cambio fugaz, imágenes nos obsequian.
que apenas ha durado un siglo. Esto ha supuesto un cambio radical de nuestra
Esta manera de aparecer el mundo, de aparecer y mirada que, centrada en la revelación de fragmen-
desaparecer repetidamente, potencia lo que Roland tos, es capaz de apreciar cosas que antes ni imagi-
Barthes denomina el ‘punctum’. Es decir, el punto naba. Sin embargo, “al separar la muerte de la vida
de efecto. Un efecto seguro pero ilocalizable. Es- y al crear el sistema tecnológico que hace que esta
tamos, pues, sometidos a estos ‘fogonazos que flo- creencia dure lo suficiente, construimos la eterni-
tan’, no sabemos dónde, hasta una nueva aparición. dad de nuestro lapso vital. Así pues, nos hacemos
La desaparición de las cosas se nos hace cada vez
más relativa, pero también su nueva aparición.
Manuel Castells nos dice que “la tendencia que
domina nuestras sociedades, como una expresión de p. 489. También podemos destacar aquí la tesis, por otra parte
tan patrimonial, de Jacques Derrida recogida en su libro Es-
nuestra ambición tecnológica y en concordancia con pectros de Marx; según la cual sólo como espectros podremos
nuestra celebración de lo efímero, es borrar la muerte apreciar en un ‘tiempo fuera de quicio’ la realidad de lo pasa-
de la vida o hacer que pierda su sentido mediante su do; no como recuerdo ni olvido, sino como el hacerse presente
representación repetida en los medios de comunica- de lo desconocido-reconocido. Este hecho es fundamental para
torcer la esencia del ser humano actual declinada por Heidegger
ción, siempre como la del otro, de tal modo que la pro- mediante su destino, ‘como ser para la muerte’. Si esta conside-
pia se enfrenta con la sorpresa de lo inesperado.”2 ración no sólo es anulada sino invertida, produce una distorsión
perversa en la relación con la vida. Así pues, la expropiación
del ser humano, como afirma Debord, se habría completado.
1.  Berger, John, El sentido de la vista, Alianza Editorial, Resuena aquí, con una potente actualidad, el cierre de la intro-
Madrid, 1990, p. 144. ducción de Georges Teyssot al ‘Proyecto doméstico’.
2. Castells, Manuel, La era de la información. Econo- 3.  Barthes, Roland, La cámara lúcida. Notas sobre la foto-
mía, sociedad y cultura. Alianza Editorial, Madrid,1998, Vol.I, grafía, Paidós, Barcelona, 1995, p. 104.

462
Patrimonio y espectáculo. Imagen y desaparición: olvidar y recordar

e­ ternos, excepto durante ese breve momento en que entre lo nuevo y lo viejo desaparece en este mundo
nos acoge la luz.”4 de absoluta exterioridad.
Pero en esta efemeridad eterna, o en esta eter- Todas las estrategias del hombre para poner en
nidad efímera, lo que se pone en cuestión son dos relación pasado y futuro resultan irrisorias en este
certezas que hasta ahora habían rodeado nuestras mundo dominado por el presente. Sin embargo si
vidas: la necesidad de olvidar o recordar y la auten- esto fuese así lo patrimonial, encargado de velar
ticidad de las cosas que percibimos. por lo que ha sido, dejaría de tener sentido pues con
Si buena parte del tiempo vivido el hombre se sólo archivar el pasado en una gran base de datos
ha preocupado por encontrar el origen, aquello que podríamos en cualquier momento recuperarlo tal y
siempre ha supuesto detrás de lo visible; cuando como sucedió. Pero sabemos que esto no es posible,
“por todas partes vivimos en un universo extraña- porque cuando conocemos el pasado, cuando somos
mente parecido al original”,5¿qué sentido puede capaces de hacerle justicia, entonces descubrimos
tener buscar la autenticidad? Y, por otra parte, ¿es que esta operación sólo es una aproximación a lo
acaso el recuerdo algo que constituya una caracte- que ello supuso. Es decir, la operación de recons-
rística de nuestra época? trucción está invadida por la interpretación.8 Por
Olvidar y recordar eran las dos acciones que nos ello, ante la imposibilidad de registrarlo todo tene-
ponían en contacto con lo pasado. Pero si hubo un mos que elegir que recordar y que olvidar. Y aquí es
tiempo en que recordar era recordar tal y como las donde surge el primer problema.
cosas habían sido, y olvidar era borrar absolutamen- Como nos dice Italo Calvino: “recordar es nece-
te las cosas de la memoria. Ahora estas dos acciones sario, pero olvidar es una función igualmente vital
son otra cosa, y “recordar realmente no puede signi- para el pensamiento. La verdadera tarea del intelec-
ficar recordar como realmente ha sido, sino algo más tual es la de ayudar a recordar lo olvidado, pero para
modesto y muy diferente. Significa que cuando re- lograrlo debe ayudarnos a olvidar lo que recorda-
cordamos, olvidamos”6 Pero además, por mucho que mos en exceso: ideas heredadas, imágenes hereda-
queramos olvidar, sabemos que las cosas ya nunca das que nos impiden ver, pensar, expresar lo nuevo.
desaparecen del todo: hay ‘algo’ que se ocupa de que No es tarea fácil: tanto olvidar como recordar son
queden fijadas, presentes en nuestra percepción. operaciones extremadamente difíciles y cuando hay
Hasta hace poco, éramos conscientes que lo que que elegir qué debemos olvidar y qué recordar, las
nos quedaba del pasado eran fragmentos, aquellos posibilidades de que nos equivoquemos son innu-
restos más duros que habían aguantado el paso del merables, mientras que un acto de justo olvido o de
tiempo; pero el orden en que aparecían, e incluso justa recuperación de la memoria bastaría para jus-
su materialidad, no podían evidenciar ese paso del tificar una vida.”9
tiempo.7 Ahora, gracias a las nuevas tecnologías, El segundo problema es ver como lo que se re-
podemos visionar fragmentos enteros en el mismo cuerda aparece, porque cada vez menos somos no-
orden que sucedieron, idénticamente a como fue- sotros los que recordamos: son los medios los que
ron, como si estuviesen siendo en el presente. Esta recuerdan por nosotros. Es por tanto necesario ver
creencia, de absoluta acumulación del tiempo y de cuál es nuestra relación con lo que aparece y con lo
infinita posibilidad de volver a ser, hace que recuer- que recordamos.10
do y olvido dejen de tener sentido. La dialéctica Lo viejo es siempre nuevo en nuestra sociedad
porque en su aparecer introduce componentes que
4. Castells, Manuel, Ibídem, 1998, Vol. 1, p. 489. no existían y porque modifica y reorganiza lo exis-
5.  Y continúa Baudrillard: “las cosas aparecen dobladas tente. Si no tenemos en cuenta estos dos aspectos
por su propia escenificación, pero este doblaje no significa una
muerte inminente pues las cosas están en él ya expurgadas de podemos caer en dos errores opuestos, como nos in-
su muerte, mejor aún, más sonrientes, más auténticas bajo la luz dica Ezio Manzini, “el primero, el estar en ambientes
de su modelo, como los rostros de las funerarias. Disneylandia
con las dimensiones de todo el universo” (Baudrillard, Jean,
Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1993, p.28) 8. Una consideración profunda de este tema está presente
6. Reyes Mate, “La memoria es peligrosa” en el diario El en la discusión de Koselleck con su maestro Gadamer en el
País, 20.12.97. homenaje de éste último.
7. Esto ocurre cuando nos sabemos distintos, separados de 9. Italo Calvino, “Olvida y recuerda” en Diario 16, 14.03.85.
ese pasado; es decir, cuando este no está en la tradición, no 10.  A este respecto, Reyes Mate nos dice que “nuestras
es tradición. Véase la propuesta que realiza Hanna Arendt en actividades”...”están levantadas sobre un inmenso olvido. De
Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión ahí la necesidad de introducir la dimensión del recuerdo en todos
política. Península, Madrid, 1999; y la lectura que hacemos de nuestros quehaceres morales, politicos o científicos.” (Reyes
ella mas adelante. Mate, La memoria es peligrosa, en el diario El País, 20.12.97)

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Mariano Pérez Humanes

profundamente transformados y no reconocer la no- En esos momentos es cuando el único medio po-
vedad. Por lo que adoptaremos criterios de lectura sible para rellenar dicho vacío es la acción, una ac-
inadecuados para su comprensión; y el segundo, el ción experimental que no busca nada más que hacer.
pensar que lo nuevo puede todavía ser radical, que Probablemente esto fue lo que ocurrió en los inicios
puede presentarse como negación, como elimina- de la vanguardia y en la postmodernidad. Pero, es
ción de todo lo preexistente.”11 precisamente en este proceso de centración en el
Desde el punto de vista físico, visual diríamos hacer cuando determinadas fuerzas, sin saberlo ni
ahora, creemos poder encontrar, cada vez, aquello que advertirlo, comienzan a crear un espacio de libertad.
existía en el pasado, lo viejo. Desde el punto de vista Probablemente ese espacio de libertad se de-
relacional, desde nuestra vivencia subjetiva, somos sarrolló de 1917 a 1933, cuando se produjeron las
conscientes de que las antiguas presencias se convier- mayores revoluciones artísticas que acabaron con-
ten en experiencias completamente nuevas: lo nuevo figurando lo que, definitivamente, fue la tradición
se basa en lo viejo y lo trastoca. Por tanto, lo nuevo de lo moderno. Sin embargo, podemos decir que el
está condicionado por lo viejo, y lo que hace es con- espacio de libertad, abierto tras la postmodernidad,
vertir en parte constitutiva de la novedad a lo viejo. aún se está desarrollando y que la nueva tradición
todavía no es ni ha sido.14
Tal vez por ello aún estemos en esa acción sin tra-
-2- dición visible. Porque, como dice Arendt, “la acción
que tiene un significado para el hombre vivo sólo es
La teoría propuesta por Hanna Arendt nos ha per- válida para el muerto; su cumplimiento, sólo para
mitido encontrar ciertas similitudes en la manera de las mentes que la han heredado y la cuestionan.”15
sentir la temporalidad por los hombres de principios Pero, nosotros todo lo que hemos heredado no es
de siglo XX y los que estamos en este otro inicio. Y nada sino por el esfuerzo de hacerlo presente, es
es que ambos parecemos vivir el presente como una decir, parte constituyente de nuestro presente. Tan
brecha en el tiempo, como un vacío. Diríamos que sólo hacer en este espacio de libertad que se nos
este vacío se ha producido desde el mismo momen- ofrece es nuestra alternativa.
to en que las antiguas preguntas carecen de signifi-
cado. Entonces, el hombre comienza a comprender Por tanto, si lo único que garantiza ese tránsito
que está en un mundo donde su mente y su tradición entre pasado y futuro es el testamento, aquel que en-
de pensamiento no “son capaces siquiera de plantear trega las posesiones del pasado al futuro; tendremos
preguntas adecuadas y significativas, por no hablar que reconocer que nuestra condición actual es la de
de dar respuestas a sus propias perplejidades”12: el encontrarse sin herencia, sin tradición visible, que
hilo de la tradición se ha roto y la brecha entre pa- garantice la continuidad entre ellos. El tránsito se
sado y futuro se convierte en una realidad tangible ha roto porque no existe ni lenguaje ni contexto, ni
para todos. El vacío se hace presente.13 habla ni hábitat que nos sirva de tradición: estamos,
pues, sin referentes visibles en un mundo ocupado
11.  Véase Manzini, Artefactos: hacia una nueva ecología por lo visual.
del ambiente artificial, Celeste, Madrid, 1998, p. 26. También
En los inicios del siglo XX se estuvo de espal-
puede resultar conveniente lo que A. Hauser nos decía al res-
pecto: “lo viejo presenta rasgos desconocidos mirados a la luz das al pasado. El pasado no existía porque no había
de lo nuevo y un sentido diferente para cada presente según nada que sirviera al presente, y la herencia se cons-
el punto de vista bajo el cual se observe y juzgue” (Hauser, tituyó como propuesta de futuro, como dilatación de
Arnold, Sociología del arte.3. Dialéctica de lo estético, Guada- un presente que saltaba hacia el futuro con vocación
rrama, Madrid, 19 77. p. 478)
12.  Arendt, Hannah, Ibídem, 1999, p. 14 de una novedad duradera. En cambio ahora, el pasa-
13. Continuamos viviendo una relación problemática entre do está incluido en el presente y es el futuro el que
el pasado y el futuro en una desesperada búsqueda de nues- no existe. Hemos dado definitivamente la espalda al
tra propia temporalidad. En esta situación, “el tiempo no es un
continuo, un flujo de sucesión ininterrumpida, porque está par-
tido por la mitad, en el punto donde (el hombre) se yergue, y lucha parece que se debe de modo exclusivo a la presencia del
su punto de mira no es el presente, tal como habitualmente lo hombre, en cuya ausencia, sospechamos, las fuerzas del pasado
entendemos, sino más bien una brecha en el tiempo al que su y las del futuro habrían quedado neutralizadas o destruidas mu-
lucha constante, su definición de una postura frente al pasado tuamente mucho tiempo atrás.” (Arendt, 1999, p. 16).
y al futuro otorga existencia.” (Arendt, 1999, pp. 16-17). Es 14.  José Quetglas propone una simetría parecida a ésta en
por tanto, ese estar firme e inserto en el tiempo lo que rompe su artículo de la revista El Croquis nº 100-101 titulado “De Vers
el continuo temporal y es esa lucha entre pasado y futuro lo une architecture al primer tomo de las Obras Completas”.
que constituye nuestro presente. Aunque, “la presencia de esa 15.  Arendt, 1999, p. 12

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Patrimonio y espectáculo. Imagen y desaparición: olvidar y recordar

futuro porque el pasado nos ha mostrado su impo-


sibilidad. Ya no somos inocentes y sabemos que ir
hacia el pasado es la única posibilidad para encon-
trar un futuro y viceversa. Es por ello que nuestra
acción patrimonial se fundamenta en esta lucha con-
tinua de estar ‘entre’.
En este sentido la figura que Gilles Deleuze pro-
pone, basándose en la diferencia entre los deportes
modernos y los deportes del pasado -esa situación de
estar inmerso en el medio16- es tan explicativa como
la figura del camaleón -ese animal que los nativos
de Madagascar consideran un animal sagrado por-
que su movilidad ocular les hace suponer que está
mirando con un ojo hacia el pasado y con otro hacia
el futuro. Aunque, probablemente, su característica
de poder cambiar de color, tomando él de aquello
que le rodea, refuerce aún más esta figura, tan re-
chazada desde los prejuicios totalitarios del cambio
de camisa; y quizá nos sirva para obtener una sensi-
bilidad distinta, con la que lleguemos a comprender
al ‘otro’, tal vez porque hemos sido realmente ca-
paces de ocupar su lugar. Ser capaces de separarnos
de nuestro pasado para, en ese acto de separación,
encontrarlo más auténtico, pleno y vital.

-3-
Quizás por ello, la sociedad contemporánea
Es cierto que nuestro tiempo no es un tiempo mantiene una relación paradógica con el pasado
para recordar y que nuestro medio tiende cada vez que no termina de resolver. Estamos asistiendo a
más a disolvernos. Si a ello añadimos que no te- “la coexistencia de una hiperinformación y de una
nemos un antes y un después que conectar con la ignorancia e indiferencia esenciales. La colección
memoria -nuestro tiempo es un tiempo sin precisa de informaciones y objetos (nunca antes practica-
memoria-, sólo nos queda la acción del presente. da) corre pareja con la neutralización del pasado:
Pero, como estamos viendo, el presente lo acu- objeto del saber para unos, de curiosidad turística
mula todo y la ruptura de la linealidad pasado-pre- o de hobby para otros, el pasado no es fuente y raíz
sente-futuro es ya una realidad. Una realidad donde para nadie. Como si fuera imposible tenerse en pie
las categorías temporales han sido sustituidas por ante el pasado, como si del absurdo dilema: imita-
una omnipresencia del espacio, un espacio que, ción servil o negación por la negación, no se pudiera
cada vez más virtual, acaba protagonizando las in- salir más que por la indiferencia. Ni ‘tradicionalista’
terminables apariciones y desapariciones. ni creadora y revolucionaria (pese a las historias que
al respecto se cuenta a sí misma), esta época vive su
relación con el pasado de una forma que como tal
16.  Dice Deleuze: “hemos vivido mucho tiempo con una
concepción energética del movimiento: un punto de apoyo o representa ciertamente una novedad histórica: la de
una fuente de movimiento. Carreras, lanzamiento de peso, etc.: la más completa exterioridad.”17
se trataba de esfuerzo, de resistencia, siempre con un punto de Pero si ésta es la relación que se mantiene con
origen, con una palanca. Pero vemos que hoy el movimiento el pasado, no es menos relevante la mantenida con
se define cada vez menos mediante un punto de apoyo. Todos
los deportes nuevos –el surfing, el windsurfing, el ala delta- se el futuro, que lejos de ser una promesa mítica, ci-
basan en la inserción en una ondulación preexistente. Ya no hay mentada en el progreso; ahora es continuamente
origen como punto de partida, sino un modo de ponerse en órbi- anticipado como un lugar lleno de posibilidades y
ta. Se trata fundamentalmente de situarse en el movimiento de
una gran ola, de una columna de aire ascendente, de ‘colocarse
entre’, y no ya de ser el origen de un esfuerzo.” (Deleuze, Pi- 17. Castoriadis, Cornelius, El ascenso de la insignifican-
lles, Conversaciones,Pre-textos, Valencia, 1999, pp. 193-194) cia, Cátedra, Madrid, 1998, p. 25-26

—  465  —
Mariano Pérez Humanes

garantizado visualmente por las infinitas simulacio- En este sentido, no podemos olvidar que a partir
nes, que acaban constatando su idéntica repetición. de la 2ª Guerra Mundial el desarrollo y expansión de
En este sentido, la razón de ser de nuestra tempo- esos tres fenómenos han contribuido también a que
ralidad está siendo expropiada por los medios de co- la reflexión sobre el Patrimonio se haya encontrado
municación que median por nosotros entre pasado con el desarrollo de nuestra sociedad del espectácu-
y futuro. Esta operación, enormemente sofisticada, lo. Por lo que podemos decir que el Patrimonio y
se funda en la desaparición de aquellos modelos y la Práctica Patrimonial más profunda del siglo XX
certezas que mantuvieron unas relaciones lineales no sólo son contemporáneas de dicha sociedad, sino
espacio-temporales. Tanto la invención científico- que se han forjado y constituido en su interior. Y que,
técnica como su alternativa revisionista histórico- probablemente, ésta sea la razón por la que lo Patri-
contextualista; habían buscado un origen para pro- monial haya adquirido ese carácter de alternativa. O
yectar el futuro. Aunque sus posiciones sobre el dicho de otro modo, que si la sociedad del espectácu-
pasado habían sido opuestas –para una, la ausencia lo se ha encargado en su formación de fundar nuestra
y para otra, la presencia-, ambas establecieron una condición contemporánea; a su lado, y en su interior,
temporalidad donde el objetivo final era el progre- el Patrimonio ha surgido como compensación.
so de la humanidad, es decir su intento de anticipa- Parece que el ser humano -consciente de que en-
ción, su previsión del futuro. Sin embargo, ambas se traba en otro mundo- no ha querido hacerlo sin el
muestran ineficaces en el momento que juegan con equipaje del pasado. Y para ello se ha visto obligado a
la dicotomía modelo/realidad, y por tanto, dependen mediar entre pasado y presente, a realizar una transfe-
de la validación del modelo. En cambio, hoy día, rencia desde el pasado al presente. Y es precisamente
la superación del presente como acción mediadora en esa transferencia donde el hombre contemporáneo
entre pasado y futuro, sólo se desarrolla ya en la se la juega, porque tiene que integrar en el presente
exterioridad del mundo, en la realización de su ima- dos acciones fundamentales. En primer lugar, exigir-
gen, una imagen que sólo es modelo de sí misma. le a aquello que se transfiere, el pasado, su indiscu-
Pero si este razonamiento puede estar cargado de tible condición contemporánea. Y en segundo lugar,
coherencia, ¿cómo existe tan mayúscula indiferen- hacerle justicia, es decir, que el conocimiento, la re-
cia para realizar esta operación? Posiblemente por- construcción y valoración que realicemos del pasado
que los propios medios indican y seleccionan cual contribuya a que éste gane en su propio ser, que crezca
es la exterioridad válida. Pero también porque la al tiempo que nos hace crecer a nosotros. Con una difi-
operación que se nos pide es enormemente costosa: cultad añadida que viene del reconocimiento de que el
encontrar la contemporaneidad de lo no contempo- pasado está incluido en el presente, y que estamos ante
ráneo en las imágenes, sin referentes a los que asir- dos alteridades superpuestas que sólo podrán consti-
se, supone un esfuerzo interpretativo que no todo el tuirse en un ejercicio de interpretación profunda.
mundo está dispuesto hacer. Todo ello nos hace recordar que estamos ante un
Conscientes de que las cosas y sus relaciones comportamiento cada vez más dominante, el espec-
no están presentes sino fuera de ellas y de noso- tacular; pero también ante un comportamiento com-
tros, el paso de la interpretación se hace necesario; pensatorio y necesario, el patrimonial. Cada uno
pero la dificultad que entraña dicho paso es que hay produce su figura. El primero, la del espectador, la
que encontrar el tiempo y el espacio que en esta de ese observador, que se convierte en un ‘despre-
sociedad se ha abolido: los simulacros corren ante ciador universal’, desconfiando de todo acto creador
nuestros ojos como única respuesta de mediación. y libre y deslizándose de imagen en imagen en un
Las imágenes poseen sonidos diferentes a los que puro fluir de los deseos. El segundo, la del intérpre-
nosotros podemos darle, pero en ellas la posibili- te, un sujeto que confía en el Otro tanto o más que
dad está aún latente. en él mismo, y que está dispuesto a arriesgarse hasta
donde lo arrastre su alteridad.
Evidentemente, cada figura va acompañada por
-4- un modo de producir y producirse en el mundo. Si
en el espectáculo cualquier objeto se realiza bajo la
No cabe duda que la aceptación de un mundo exigencia del impacto máximo y la obsolescencia
multicultural, la aceleración del proceso social de li- inmediata18, es decir, aparece y desaparece casi a la
beración del deseo y la globalización de los medios
de comunicación han propiciado, en gran medida, 18.  Véase José Ramón Moreno Pérez, “Impacto máximo,
un nuevo entendimiento de lo Patrimonial. obsolescencia inmediata: reciclaje” en Revista de Historia y

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Patrimonio y espectáculo. Imagen y desaparición: olvidar y recordar

velocidad de la luz en el mismo acto del consumo. por el bajo coste de la información nos está obligando
Por el contrario, la alternativa del reciclaje se mueve a olvidar ante esa enorme y casi gratuita avalancha
en la búsqueda del propio tiempo de las cosas. Pero informativa que somos incapaces de digerir. Como
lejos de esa idea generalizada de reciclaje en la que dice Bauman, la comunicación rápida y casi instantá-
las cosas volverán a servir para lo mismo que han nea sirve para limpiar y olvidar más que para apren-
servido, el auténtico reciclaje consiste en confiar der y acumular conocimientos: el cambio nos obliga
en las infinitas posibilidades que poseen las cosas al olvido.
para alargar su existencia junto a la nuestra, sien- En este sentido, los medios de comunicación de
do re-vividas en cada ocasión de manera diferente. masas podrían estar haciendo ahora el mismo efecto
Sin duda, detrás de cada figura y de cada forma de que hacía la flor de loto a los compañeros de Ulises
producir existe una forma de tiempo y una forma de en la Odisea. Como cuenta Homero con la flor de
vida radicalmente distinta y distante. loto los compañeros de Ulises olvidaban sus penas,
Aparentemente, podríamos decir que los que sus alegrías, su tiempo y, sobre todo, sus tierras y
defendemos el Patrimonio poseemos un pensamien- sus casas. Aquella unidad cósmica entre el hom-
to que va a contracorriente con la sociedad del es- bre y la tierra era sustituida por el ahora y el aquí
pectáculo, una sociedad donde nada es duradero y absolutos, extraídos de toda relación con cualquier
donde el continuado cambio se ha introducido como otra región del universo y del tiempo, gracias a los
comportamiento paradigmático. Cuando en realidad efectos adormecedores de la flor. El correlato con
vivimos en una situación esquizofrénica en la que nuestra situación es bastante similar, sólo que hoy
necesitamos retener y conservar lo que somos, pero el ahora y aquí absolutos no se extraen de la falta
al mismo tiempo, el cambio exige que nos separe- de relación con otros universos o tiempos sino de la
mos de todo y no nos comprometamos con nada. presencia máxima de todas las relaciones posibles.
Si se piensa que lo Patrimonial puede estar allí, Ahora, es el exceso de posibilidad informativa lo
donde aún parece existir señales del pasado como que nos impide regresar y nos aboca al olvido.
presencia de una ausencia; se puede correr el riesgo Sin embargo, seguimos suponiendo que toda-
de estar prolongando indefinidamente una búsqueda vía es posible constituir ‘comunidades naturales’,
nostálgica de aquello que ha dejado de ser o que añorando esos lugares donde existía la posibilidad
nunca existió. Porque ya sabemos que el pasado ori- de la comunicación insistente, consensuada y re-
ginario es una fantasía que se vende al mejor pos- petida, esa comunicación que antaño nos obligaba
tor y que hay que mostrar desconfianza absoluta y no a tener memoria sino a hacer memoria; sabe-
completa respecto de todo aquello que se pretende dores de que en esa acción la memoria nos conec-
como retorno. El primero de los motivos de esta taba con nuestros afectos. Pero, en esta carrera de
desconfianza es de una lógica aplastante: el retorno, liberación e independencia que hemos emprendido,
de hecho, no existe. lo que hemos perdido es esa capacidad de hacer
Tenemos que afirmar con Niklas Luhmann19 que memoria que nos llevaba a la afectividad, al cari-
los medios de masas han sustituido las tareas del co- ño y a la comprensión del otro. Porque solo somos
nocimiento que en otras formaciones sociales estaban capaces de querer y comprender cuando recorda-
reservadas a sitios de observación privilegiados, los mos. Recordar siempre será esa interacción entre
sabios, los sacerdotes, los nobles, el estado o los ar- la memoria colectiva y la individual, y el olvido
tistas: formas de vida que estaban privilegiadas por la se produce cuando la memoria colectiva es insig-
religión y la ética política. Y que eran desde estos ob- nificante para el individuo. De ahí ese ascenso de
servatorios desde donde se indicaba que era cultura y la insignificancia y, como contrapunto, ese ascenso
que no lo era. Ahora, hemos pasado a considerar cul- de la añoranza y la nostalgia por esos lugares perdi-
tura todas aquellas experiencias y todas aquellas co- dos llenos de posibilidad y de significación, llenos
municaciones que sean ofrecidas expresamente como de memoria colectiva y, por consiguiente, llenos de
tales desde los medios de comunicación de masas. afectividad.
Añadido a esto, la flexibilidad social en la que vivi- No es casual por tanto, que los programas de te-
mos, fundamentada en la alta velocidad y fomentada levisión, las músicas e incluso los deportes más se-
guidos en nuestra sociedad sean aquellos en los que
la carga de afectividad aparece más patente y apro-
Teoría de la arquitectura, Nº 4-5, Departamento de HTCA,
piable. Y eso los medios de comunicación lo saben
ETSAS, Sevilla, 2002-2003
19. Luhmann, Niklas,La realidad de los medios de masas, perfectamente. El problema radica en que este afec-
Antropos, Barcelona, 2000 to es solo un afecto consumido y no correspondido.

—  467  —
Mariano Pérez Humanes

Como nos dice Luhmann20, sólo permanece como -5-


modo de reflexión, la observación de segundo orden;
es decir, la observación de que la sociedad deja en La contradicción está servida: si vivimos obse-
manos del sistema de los mass media su observa- sionados por las imágenes y los mitos de la velo-
ción: la observación en el modo de la observación de cidad y de la ubicuidad, ¿cómo es que los espacios
la observación. En los medios se aprende a observar que construimos insisten testarudamente en definir,
a los observadores –y sobre todo en vista del modo delimitar, confinar? ¿Tan fuerte es la nostalgia por
en que reaccionan a las situaciones, por consiguiente esos mundos cerrados y delimitados, ilusorios lu-
a la manera en que ellos mismos se observan. Allí, gares de protección y seguridad donde el habitar se
en calidad de observador de segundo orden, se es sigue contemplando como una relación armoniosa
más astuto pero también se está menos comprometi- con el lugar? ¿Todavía no hemos aceptado que si
do. Como sabemos, el que actúa entiende su acción a la ciudad fue alguna vez un lugar donde habitar, un
partir de la situación, en cambio, el observador tien- hogar, ese hogar siempre fue producto de ese peren-
de a atribuir la acción a ciertas cualidades del actor, ne experimento de dar forma a nuestras contradic-
y por tanto, a despreocuparse. Miramos pero no ciones y nuestros conflictos, a esos deseos irreduc-
vemos, y mientras, los relatos manan y se depositan tibles de encontrar en la ciudad un refugio al mismo
en bancos de memoria, donde pronto todos caerán en tiempo que un espacio de libertad y movilidad?22
el olvido. Como diría Debord21, la exterioridad del Sin embargo, no dejamos de producir espacios
espectáculo en relación con el hombre activo se ma- cerrados, guetos residenciales y parques temáticos
nifiesta en el hecho de que sus propios gestos dejan donde la vida como la diversión son cronometra-
de ser suyos, para convertirse en los gestos de otro das y previstas. En estas operaciones urbanísticas
que los representa para él. la industria cultural, la racionalización técnica y co-
En este sentido, lo Patrimonial al convertirse en mercial de los lenguajes y el empobrecimiento de la
espectáculo nos expropia la actividad que podría experiencia cierran el círculo maldito en el que nos
dotar de sentido nuestra apropiación de las cosas. La encontramos.
única que podría hacer que aquello fuese verdade- Pero, es difícil que estos modelos cerrados sean
ramente nuestro. Ya sabemos que “no puede haber los lugares en los que necesitamos habitar, esos luga-
libertad fuera de la actividad, y que en el marco del res que pudieran encontrar alguna correspondencia
espectáculo toda actividad está negada.” Por eso, el con el nuevo hombre posmetropolitano, capaces de
valor de las cosas, de nuestras cosas, no puede venir expresar el tiempo y el movimiento de nuestra cultu-
dado. Es la vida y su actividad de desvelamiento la ra. Si el nuevo territorio ha perdido sus confines y ha
que va dando valor a las cosas. Y aunque sea para- disuelto sus fronteras, nuestro lugar no podrá estar ya
dójico, no podía ser de otra forma, el remedio está ni dentro ni fuera sino en esos espacios intermedios,
en el mal: en el interior del propio espectáculo exis- cuya constitución como lugares requiera la creación
te todavía una posibilidad que es la de detener las de nuevos límites y de nuevas fronteras, nunca esta-
imágenes y darles tiempo. Ese tiempo que poseen bles y siempre predispuestas al cambio. O como nos
las cosas que vemos y oímos. dice Zygmunt Bauman23, la obra de la cultura, y por
Pero ya no somos inocentes y sabemos que en tanto de la acción patrimonial, no consiste tanto en la
el mundo en él que vivimos la mayoría de los, aún propia perpetuación como en asegurar las condicio-
llamados ciudadanos, ya no se encuentran en casa nes de nuevas experimentaciones y cambios.
consigo mismos, ni se encuentran consigo mismos Como dice Sloterdijk24, las sociedades globaliza-
en casa. La razón de que el espectador no se en- doras y movilizadoras se acercan al mismo tiempo
cuentre en casa en ninguna parte es que el espectá- tanto al polo ‘nómada’, al sí-mismo sin lugar, (ese
culo está en todas partes. Tal vez por ello, y como individuo desarraigado y desterritorializado) como
último residuo de una necesaria localización, por- al polo desértico, a un lugar sin sí-mismo (esos
temos el teléfono móvil como nuestra nueva casa lugares de nadie o esos no lugares donde la gente
sin lugar. pasa y transita sin habitar) En medio, y cada vez
más encogidas, quedan aún esas culturas regionales

22.  Véase Cacciari, Máximo, “Nómadas prisioneros”, en


Revista Casabella 705, 2002, pp. 4-7
20. Luhmann, Ibídem., p. 124. 23.  Barman, Zygmunt, La cultura como praxis, Paidós,
21.  Debord, Guy, La sociedad del espectáculo, Pre-textos, Barcelona, 2002, p. 33.
Valencia 1999, p. 49. 24.  Sloterdijk, Peter, Esferas II, Siruela, Madrid,2003, p. 868

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Patrimonio y espectáculo. Imagen y desaparición: olvidar y recordar

maduras con las satisfacciones que produce el apego esa atracción y seducción por esos lugares donde
al suelo y la comunicación directa. Esas culturas la vida contiene aún una dimensión diversa a la de
históricas, donde todavía, tal vez por poco tiempo, nuestra civilización. Pero lo que se busca con esta
se mantiene el punto de intersección del sí-mismo operación es intentar captar, más sencillamente y
y el lugar. Ahora, la característica de nuestra Mo- más ambiciosamente, un poco mejor la complejidad
dernidad Avanzada es la tendencia al sí-mismo mul- de nuestro mundo y los límites de nuestra tradición.
tilocal, así como al lugar poliétnico o desnacional. Encontrar una forma específica de comprensión
Ante esta progresiva crisis de identidad la pregunta y percepción de la realidad y re-crear la memoria
que nos surge es la siguiente ¿podremos habitar sin como condición de supervivencia.
lugar propio? O, como nos decía Agambem, ¿pode- Y eso es lo que podemos encontrar, sin ilusorio
mos todavía hacer comunidad sin pertenecer a nin- primitivismo, en buena parte de nuestro territorio
gún lugar, con identidades cualquiera? rural. Aquí, encontramos o podemos encontrar el
Ya no se trata de la antigua dualidad entre ser y pasado, sólo que contaminado, mezclado con los
parecer, sino de un entendimiento en el que la rea- nuevos medios, con los nuevos y viejos compor-
lidad se configura con una forma que contiene dos tamientos de sus habitantes y con una manera de
lados el ‘qué’ y el ‘cómo’ –el ‘qué’ es lo que se ob- entender el tiempo y el espacio que se muestra más
serva y el ‘cómo’, cómo se observa. Y ahí radica la auténtica en la medida que goza de una esquizofre-
diferencia entre la información y la comunicación, nia congénita. Pero este proceder, que lleva implí-
porque sólo cuando se tiene a la vista esta diferencia cito una comprensión prejuiciada de las culturas,
puede uno comprender algo. 25 está muy lejos de ese otro que se dedica a convertir
Por eso, esa búsqueda desesperada del pasado, cada cultura en su imagen más exótica. Sin embar-
de lo originario y auténtico no deja de ser paradó- go, y a pesar de que los medios hayan sustituido a
jica en la sociedad del espectáculo. Ahora somos las mediaciones, este hecho no debe ser suficiente
conscientes que sin mundo artificial no existi- para que desistamos de la posibilidad que las pro-
ría mundo natural. Sin reproducciones no habría pias imágenes poseen. Porque, sin duda, las imá-
originales; sin medios de masas la Cultura como genes nos ponen en contacto con las cosas y con
Cultura sería irreconocible, y el Patrimonio como el pasado. Así, frente a esa huida hacia el pasado
Patrimonio también. Y el hecho que este concepto que busca la cuadratura del círculo: el contacto sin
reflexivo produzca su contrapunto de originalidad y la comunidad, lo nuestro sin nosotros y el patrimo-
espontaneidad prueba claramente que se trata de un nio sin lo patrimonial; puede que las imágenes nos
fenómeno autoincluyente de autorreferencialidad sirvan para realizar esa transferencia del pasado al
específico del espectáculo. presente y nos sirvan para encontrar otro sentido y
Sin embargo, quizá sea bueno dirigir la mirada a otra comprensión de nuestro patrimonio, de nues-
otros ámbitos, muchos lo han hecho ya llevados por tras ciudades y nuestro territorio.

25.  Véase Luhmann, Ibídem, p. 123.

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y


valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido*

Belén Calderón Roca


Universidad de Málaga. España

“Y entre todos los sistemas capaces de plasmar una doctrina, ninguno refleja tan fielmente como la arquitectura
el conjunto de ideales y limitaciones que han formado la historia de los pueblos”. DIEGO DE REINA, 1944.

“…a la demolición, le suceden históricamente, en un proceso dialéctico fuerte, los ideales contrapuestos de la
conservación y la restauración. La conservación se sitúa enteramente bajo la órbita de un interés por la memo-
ria, de una reacción no exenta de urgencia dramática”. FERNANDO RODRÍGUEZ DE LA FLOR, 1999.

1
Tradicionalmente y en tiempos pasados, la in- inmobiliario) y uno o más conjuntos históricos,
terpretación del pasado solía ser bastante inexacta. declarados o no. Actualmente, la realidad de algu-
Equívocamente el conocimiento de hechos ante- nas de ellas nos presenta un panorama desolador.
riores se traducía en inmutables e incuestionables Un sinfín de arquitecturas deshabitadas de personas
verdades legendarias, épicas o incluso míticas; de y desprovistas de funciones y destinos originarios
sostén religioso, político o filosófico. Indudable- se nos muestran agonizantes junto a vastos retazos
mente, el encuentro con lo antiguo siempre nos ha de espacio urbano que aparecen cadaverizados, es-
provocado cierta curiosidad y cuando ejercemos la perando ser inhumados por alguna moderna cons-
contemplación de la arquitectura, retrocedemos en trucción, o en el peor caso, aguardan la extinción
cierto modo a aquel pasado de la ciudad tan lejano definitiva del recuerdo de su morfología original.
y fascinante. La sugestión que nos infunden las ve- Otros sectores que intentan resistirse a duras penas
tustas imágenes suscita el anhelo de lo irrepetible, a la defunción no logran zafarse de las pertinaces y
pues aporta el autógrafo de una época, un momento horrísonas máquinas demoledoras.
y unas circunstancias perdidas para siempre. En la mayoría de los casos, esta situación es
La ciudad histórica puede entenderse como un deudora de las repercusiones que las políticas dic-
organismo urbano integral que nace en un momento tatoriales fuertemente centralizadas ocasionaron
preciso y va recibiendo aportaciones y agregaciones durante años en el campo de la cultura. La destruc-
a lo largo de los siglos. En la mayoría de los casos, ción del patrimonio histórico comenzó con todo
existe un período embrionario conformador de la un proceso de reforma institucional y ruptura del
trama urbanística básica y sobre ella, se producen marco administrativo de tutela y la evolución del
los añadidos temporáneos de diferentes épocas es- pensamiento teórico precedente1. La divergencia
tilísticas posteriores. Por otro lado, en los últimos
tiempos también se asocia a las unidades de asen-
1. La normativa de Patrimonio Histórico vigente durante
tamiento que comprenden gran volumen de patri- esta etapa fue la Ley del 13 de mayo de 1933, la cual manifes-
monio histórico-artístico y cultural (generalmente taba la protección y tutela de los conjuntos históricos, aunque
todavía no quedaban plenamente definidos como figura jurídica
formalizada. Además, revelaba afinidad con los postulados de
*
Este trabajo constituye la síntesis de algunas conclusiones Gustavo Giovannoni (recogidos e la Carta de Atenas de 1931)
derivadas de diversas investigaciones llevadas a cabo, y que relativos a la regla de la mínima intervención y añadido, pro-
conformarán mi tesis Doctoral, actualmente en curso. Todas las pugnando la consolidación como única medida, y en casos
traducciones de los textos en italiano que se recogen en este absolutamente precisos, emplear la “anastilósis”. Ley de 13 de
trabajo, han sido realizadas por la autora. mayo de 1933, art.19.

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

Máquinas demoledoras y
excavadoras durante las obras
de demolición en la judería de
Málaga, para reacondicionar la
zona. 2002. Foto de la autora.

entre legislación urbanística y las desafortunadas La arquitectura vernácula:


labores de tutela de los centros históricos se tras- Testigo de la memoria
ladó en pautas demasiado genéricas acometidas a
destiempo y desligadas de la singularidad de cada Los bienes patrimoniales del pasado son en
caso concreto y disociadas de la realidad urbanísti- esencia irrepetibles. Sin embargo, la seducción que
ca e histórico-artística. Todo ello embebido por la emanan induce al deseo de tenencia, no siempre
autarquía y el aislamiento propiciaron que el Es- factible. La destrucción del patrimonio embebida
tado se viera sumido durante largo tiempo en un en la reproducción y la adulteración, intenta captu-
pozo financiero incapaz de afrontar con medios ma- rar y poseer un objeto inmemorial para injertarlo en
teriales, técnicos, ni profesionales la reestructura- nuestro presente y poder operar sobre él. De este
ción del país. El marcado absentismo en materia de modo se exprime la voluntad de repetir lo irrepeti-
corrientes de pensamiento y ensayos enfocados a la ble, esto es, reproducir el pasado constituyendo un
restauración urbana caracterizó este controvertido “producto” del y para el presente. De este modo los
período. Por otra parte, la censura además de ser bienes culturales se ven subyugados al economicis-
un obstáculo a la investigación, fiscalizó cualquier mo argumentados desde los intereses públicos, pero
aportación de criterio personal en las actuaciones más bien se diría que motivados desde el más priva-
de los profesionales de la Arquitectura, el Urbanis- do provecho de unos cuantos, sustrayendo el bien a
mo o la Historia del Arte2. La concepción política la economía de disfrute (turístico, museístico, etc.)
de la cultura encontró en el arma de la propaganda en la nuestra sociedad capitalista. Cuando prima
un importantísimo vehículo para su incursión en la el desconocimiento de una maraña de tiempos, te-
producción y organización cultural. La férrea cen- rritorios, creencias y manifestaciones culturales
sura restringió el debate ideológico crítico que ca- que coexisten de manera compleja, estos espacios
racterizaron a los años precedentes y limitó la pro- se nos antojan misteriosos y al tiempo atractivos.
pagación de estudios e investigaciones a exaltar la Sin embargo, el resultado de lo desconocido puede
tradición, el culto a la patria y la romanidad. trocarse en distancia cuando la interpretación de las
tradiciones y las representaciones pretéritas no se
realiza de forma adecuada. Resulta imprescindible
rescatar el mensaje auténtico para el legítimo co-
2.  Sorprende igualmente el desacertado hábito de encar- nocimiento y valoración de nuestro legado cultural.
gar a arquitectos sin preparación específica la ejecución de La historiografía ha propiciado que los agentes que
obras de restauración en monumentos antiguos que dirigían actúan en el sector de la conservación de los bie-
según un criterio arquitectónico previamente establecido,
pero que obviamente eran afines al régimen político imperan-
nes culturales predispongan al escudriñamiento de
te. CIRICI, A.: La estética del franquismo, Barcelona, Gusta- nuevas “verdades” más o menos relativas acerca de
vo Gili, 1977, pág. 120. los valores de ese patrimonio cultural. Llegados a

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Belén Calderón Roca

este punto, la recuperación de la multiplicidad de entorno a los monumentos principales. Razones de


valores que progresivamente constituyen el patri- defensa, adaptación a confines ya preexistentes o
monio es un acto fundamental en la conservación. exigencias de reunión popular, etc., fueron los mo-
Podríamos afirmar que la interpretación es la res- tivos de tales construcciones que respondían aun a
puesta a la conservación del objeto patrimonial y la determinados motivos de higiene y estética.
contemplación, la clave para llegar a ella. Ya que se En un ambiente creado existen edificios meno-
trata de incidir en la re-significación de los valores res en los que se admite –por la ausencia relativa o
culturales colectivos sedimentados en un esqueleto por la poca identidad en confrontación con el total–
físico bastante complejo: la configuración espacial cierta libertad a la hora de actuar urbanísticamente,
de los organismos arquitectónicos, la disposición ya que no representan la traducción en piedra de hi-
de espacios vacíos y ocupados o los caprichos de pótesis o inducciones estilísticas. No obstante, esta
la distribución de los ejes viarios… La pérdida de arquitectura menor, realizada con materiales de
la identidad, de la singularidad y diversidad de un menor importancia (barro, madera, piedra, forja,…)
determinado lugar o sea, de sus raíces histórico- nace de la propia tierra que la sustenta y obedece a
culturales, se resuelve en la mutación de la ciudad las propias condiciones geológicas, históricas, eco-
en simple aglomerado de objetos3. La ciudad debe nómicas, sociológicas, artísticas y culturales del te-
ser un instrumento de aprendizaje pero del mismo rritorio al que pertenece, nace de una región al igual
modo, presenta en sí misma unas dificultades de ac- que sus habitantes, y es igualmente vernácula. La
ceso para aprehender su verdadero significado y en arquitectura vernácula (Arquitectura Típica Regio-
ocasiones se incurre a revelar mensajes erróneos de nal) como ya apuntó el maestro Chueca Goitia, es
la misma. La carencia de distintivos emblemáticos una manifestación autóctona del saber de los pue-
que sirven para aunar a la comunidad ha provocado blos, y el mismo pueblo fue el que la dotó de vida
que muchos espacios del centro histórico pierdan el al servirse de ella para sus necesidades, al otorgarle
carácter simbólico colectivo que en su día tuvieron, una función5. En muchas ocasiones, edificios con
y cuando ello ocurre se inicia una vertiginosa carre- interés cultural han asumido durante determinados
ra hacia la extirpación de la memoria. El horizonte períodos funciones significativas, pero a excepción
explicativo de este razonamiento pasa por la consi- de los grandes hitos monumentales, la mayoría de
deración de la siguiente metáfora: la población de las veces esta significación no traspasa el ámbito de
los viejos barrios de la ciudad es similar a los árbo- lo íntimo y resulta difícil transmitirlo a la totalidad
les de un bosque; germinados en libre disposición de la sociedad a menudo desconocedora de su he-
natural, dispuestos según radios en largos espacios rencia patrimonial más cercana. Es por ello que su
o bien, sutiles y finos hileros para morir en esqui- trascendencia y reconocimiento a nivel popular, es
nas, o seccionados brutalmente por la piqueta. De menor, pero no por ello su valor cultural, su digni-
cualquier modo, constituyen organismos que nacen dad y el respeto hacia ellos deban de ser menores.
de la misma raíz y se reproducen una y otra vez. Por El espacio urbano arquitectónico (físico) puede
ende, las casas se renuevan y transforman, se recons- ser intervenido, estructurado o proyectado. Es pre-
truyen, pero rara vez varía del primitivo esquema cisamente esta presencia física la que articula se-
edilicio, que sobrevive como “trama” del desarrollo mánticamente los espacios urbanos. Al intervenir
sucesivo. Con lo cual, los barrios del viejo centro constructivamente, surge una imagen coherente y
representan casi un monumento colectivo, pues de- definida la forma de la ciudad6. Sin embargo, el es-
viene un organismo constructivo que se reencuentra pacio urbano como ambiente7 puede ser condicio-
en las proporciones, en las formas, en los materia- nado alterándose irremisiblemente su autenticidad8.
les de los que se compone y en las disposiciones
escenográficas que origina4. A menudo, los barrios 5. CHUECA GOITIA, F.: La destrucción del legado urba-
tienen un esquema de convergencia de monumentos nístico español, Madrid, Espasa-Calpe, 1977, págs. 89-93.
y visuales reducidas que se tienden a ampliar; otras 6. LÓPEZ LLORET, J.: La ciudad construida. Historia,
estructura y percepción en el conjunto histórico de Sevilla, Se-
veces, existe una completa irregularidad de casas, villa, Diputación de Sevilla, 2003, págs. 345-346.
calles y plazas reclusas como si fueran grandes salas 7.  N.B.: No debemos confundir este concepto con el de
medio ambiente, sino al que hace referencia al valor ambien-
3. CERVELLATI, P. L.: L´arte di curare la città, Bologna, tal, recogido en la legislación y jurisprudencia para justificar el
Il Mulino, 2000, pág. 46. régimen de protección de determinadas áreas urbanas.
4.  GIOVANNONI, G.: Questioni di architettura nella storia e 8.  ARGAN, G. C.: Historia del Arte como historia de la
nella vita. Edilizia, estetica architettonica, restauri, ambiente dei mo- ciudad, Barcelona, Editorial Laia, S. A., 1984 (1ª ed. 1983, Edi-
numenti, Roma, Società Editrice d`Arte Ilustrata, 1925, pág. 175. tori Reuniti. Trad. Beatriz Podestá), pág. 44.

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

En consecuencia, la intervención sobre éste debe a grupos ambientales, para obtener así la mejora
tratarse más bien de un análisis que se oponga a la desde el interior de las manzanas mediante el siste-
destrucción de la narración de acontecimientos o ma de que cualquier construcción ex – novo quedase
hechos que destilan las piedras en los que la socie- subordinada por masa, estatura y color a las viejas
dad encuentra un valor simbólico, verificando así la construcciones. Los valores del recuerdo insertos
posibilidad de demostrar la necesidad de su conser- en la vida ciudadana, es decir, los monumentos y
vación, es decir, explicar por qué sin ésta la ciudad barrios que subsisten todavía como partes caracte-
sería diferente. rísticas y vitales de la ciudad, deben en todo lo po-
Por otra parte, debemos afrontar el análisis, la sible respetarse, evitando la construcción de nuevas
tutela y la gestión de bienes de muy diversa natu- vías, nuevos espacios y nuevos movimientos de las
raleza, donde los centros históricos ocupan una po- estructuras. No obstante, la valoración positiva del
sición especialmente delicada, porque no sólo nos entorno de los monumentos -a través del ambiente-
enfrentamos a cosas u objetos, sino a lugares, am- como ámbito espacial a proteger y como objeto de
bientes y tradiciones difíciles de “empaquetar”, lo aplicación de las técnicas propias de la restauración,
cual requiere especial prudencia y escrupulosidad a no se concreta de forma definida como hemos visto
la hora de decidir qué, cómo y por qué debe reali- hasta la configuración del concepto desarrollado por
zarse tal o cual operación sobre aquellos. El pano- Gustavo Giovannoni (1873-1947)10, el cual defiende
rama se nos presenta inextricable cuando se ratifica el derecho a crecer del estilo moderno de arquitectu-
la ambigüedad que desde el punto de vista operativo ra, pero como cualquier otra manifestación artística
nos plantea la cuestión ¿qué es exactamente lo que de nuestro tiempo, distinguiendo entre ésta y aquélla
se debe proteger? No es tarea fácil, pues se apela a burda edilicia metida en la especulación y en el pro-
menudo a selecciones no siempre demasiado obje- pio interés que viola las relaciones naturales entre
tivas9, y por otra parte, las referencias testimonia- las masas constructivas11:“…la arquitectura menor
les que la obra arquitectónica remolca del pasado es la herencia, a través de la cual, diversos tiempos
dificultan a su vez su asunción como requisito de y estilos, lo que llamamos “el espíritu de la ciudad”,
conservación y catalogación. se han fabricado en unas determinadas condiciones
permanentes de clima, materiales y hábitos; es la
más cualificada a reencontrar las calidades del am-
Metamorfosis urbana y tutela del patrimonio biente propias para darse, o de otra manera o hubie-
construido en los períodos autárquicos ra existido. Se puede decir que ésta “sobrevive” a
los avatares del tiempo. La cuestión es que ahora en
Efectivamente, mucho se ha debatido hasta ahora
sobre el discurso del tema de la devastación de las
10. Este autor, coincide con Camillo Sitte en conferir a
ciudades y la necesidad de atender a su reparación la significación de ambiente la peculiaridad de ser un espacio
y restitución, así como la cuestión del ambiente ha vinculado a las áreas monumentales. No obstante, introduce la
sido exagerada en mil discusiones. Italia no ha sido novedad de extenderlo a la totalidad o parte significativa de la
nunca rígidamente unitaria en tradiciones y formas ciudad histórica, además de desligarlo de la mera y habitual aso-
ciación al paisaje natural. Mantiene que la arquitectura menor
arquitectónicas (y en ello radica su maravilloso ca-
de los CC.HH., constituye un inestimable documento histórico
rácter), ha tratado siempre de responder a las condi- como modo de hábitat original de determinados períodos, invis-
ciones ambientales que se le ofrecían. Los antiguos tiendo idéntico valor que los monumentos más relevantes. Con
tenían el sentimiento de arte en sí, sin fricciones con ello, el entorno (representado por los inmuebles localizados en
los estilos pasados, y por ello obtuvieron armonía el espacio circundante a los monumentos) precisa de similar
protección que éstos, ya que influyen en dicha valoración y con-
ambiental. De hecho, el primer tema que la Ciencia figuración histórico-artística de los mismos. De este modo, se
Urbanística consigna a la Arquitectura, es conservar motiva la protección de la ciudad histórica en su totalidad, pu-
todo lo que existe en torno a un monumento o bien diéndose establecer una identificación entre ésta y su ambiente.
V. a. para ampliar información: GIOVANNONI, G.: Vecchie
città ed edilizia nuova, Torino, 1931 (ed. A. VENTURI, Mila-
9. ÁLVAREZ MORA, A.: “Conservación y uso del Patri- no, CittàStudiEdizioni, 1995) y Vecchie città ed edilizia nuova,
monio en el marco de la planificación territorial y urbanísti- Torino, 1931. y SITTE, C.: L´arte di costruire la città, , Milano,
ca” en RIVERA BLANCO, J. (dir.): “Restaurar la memoria. Vallardi, 1953.
Congreso Internacional de Restauración. Métodos, técnicas y 11. Con motivo del reciente Congreso de los superinten-
criterios en la conservación del patrimonio mueble e inmueble dentes publicado en la revista L´Arti, ott-nov en 1942, Marino
(Valladolid, 1998Valladolid, ), Diputación Provincial de Valla- Lazzari reproduce en parte la Carta del Restauro 1931, refe-
dolid, Instituto Español de Arquitectura, Universidad de Valla- rido a las varias fases de respeto de las cosas de arte que son
dolid, 1999, pág. 439. superpuestas, a su manutención y a la prudente consolidación.

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Belén Calderón Roca

las facultades de Arquitectura se preste atención a centro antiguo, la ciudad o parte de ella formada en
ellas para redescubrirlas e interpretarlas”12. La Carta tiempos no recientes, derivada del núcleo más anti-
del Restauro italiana de 1931constituye el primer guo de la formación urbana. Por el contrario, cen-
compendio doctrinario para la restauración de mo- tro histórico comprendería no sólo la ciudad o parte
numentos revisado y reelaborado por Giovannoni y de ésta más antigua, sino también aquella en la que
redactada en Roma en el seno del Consejo Superior vienen reconocidos particulares valores arquitectó-
de Antigüedades y Bellas Artes, supuso uno de los nicos, ambientales o de cualquier índole, que cons-
grandes logros referentes a la elaboración y adop- tituyan un testimonio cultural15
ción de verdaderas normas unificadas en materia de En el pensamiento de Giovannoni el organismo
restauración a nivel internacional. Promulgó pautas urbano se proyecta como una unitaria y coherente
generales sobre tutela, conservación y restauración entidad, en la cual, se trata de sellar la compati-
del patrimonio, que se harían factibles y deberían bilidad entre lo nuevo y lo antiguo sin caer en el
ser adoptadas por todos los Estados. En conexión embalsamamiento de la ciudad eterna de arte o en
con los aspectos que atañen a los centros históricos, la aniquilación de los vestigios pasados mediante
en esta carta se repiten sustancialmente las formu- drásticas operaciones quirúrgicas, al mismo tiempo
laciones de la Carta de Atenas de 1931, afrontan- que se satisfacen las necesidades de una gran me-
do el problema de la conservación del paisaje y el trópoli. El planteamiento fue la drástica separación
ambiente de la ciudad histórica, dictando recomen- entre la ciudad vieja, pensada como repertorio de
daciones para respetar la fisonomía de los entornos tesoros de arte, y la ciudad nueva, ligada a las fun-
monumentales13. Giovannoni delineará por vez pri- ciones cotidianas y las necesidades modernas que
mera el concepto de ambiente, constituido por la comportaban la introducción de una nueva arquitec-
arquitectura menor circundante al monumento y su tura; argumentando la conveniencia de trasladar el
radical importancia, más que como simple aparato viejo centro urbano a otras zonas de ensanche de la
decorativo de la arquitectura monumental, como te- ciudad (spostamento)16. Desde el lado administra-
rreno innato para la continuidad de lo antiguo en tivo diseña unas líneas estratégicas para acometer
coexistencia con lo nuevo. la restauración no sólo de edificios monumentales,
La separación de conceptos arranca en Europa sino también de los edificios de arquitectura menor
a finales de los años sesenta, en derivación de la que constituyen su entorno, poniendo de manifiesto
cultura del Restauro italiano14. Entenderíamos por la dualidad del problema de los centros históricos:
de un lado la proyección urbanística, y del otro, la
12.  GIOVANNONI, G.: “Restauro dei monumenti e urba- tutela y valorización de la arquitectura. Giovannoni
nistica”. en Palladio, nº 2-3, XXI, Roma, 1943, pág. 38.] Con propone como pionera la adopción de este sistema
lo cual, el carácter local debe convertirse en el sustrato de las en el Quartiere del Rinascimento, con ocasión de la
nuevas manifestaciones arquitectónicas, la nueva arquitectura
vernácula.
reconstrucción llevada a cabo después de la II Gue-
13.  “Che siano conservati tutti gli elementi aventi un ca- rra Mundial, que ocasionaron la liberación de zonas
rattere d’arte o di storico ricordo, a qualunque tempo apparten- arqueológicas y la apertura de visuales que en fecha
gono, senza che il desiderio di unità stilistica e del ritorno alla posterior era absurdo eliminar. Tras los bombardeos
primitiva forma intervenga ad escluderne alcuni a detrimento
de la guerra, el peligro de derribo indiscriminado de
di altri, e solo possano eliminarsi quelli, come le murature di
finestre e di intercolunni di portici che, privi di importanza e di las construcciones capitaneadas por la especulación
significato, rappresentino deturpamenti inutili; ma che il giudi- era inminente. El organismo arquitectónico de la
zio di tali valori relativi e sulle rispondenti eliminazioni debba vieja Roma tenía su propia lógica e higiene y hasta
in ogni caso essere accuratamente vagliato, e non rimesso ad
un giudizio personale dell’autore di un progetto di restauro”.
(“Que sean conservados todos los elementos dotados de un la Carta del Restauro italiana de 1972. Vid. BRANDI, C.: Teo-
valor artístico o histórico, pertenecientes a cualquier época; sin ria del Restauro, Torino, Einaudi Editore, 2000, (1ª ed. 1977),
que el deseo de unidad estilística y de retorno a primitivas for- págs. 151-154.
mas, excluya determinados valores en detrimento de otros, y 15.  BENITO MARTÍN, F.: “El centro histórico como mo-
solo puedan eliminarse aquéllos, como las paredes de ventanas delo de ciudad”, en AA.VV.: Restauración arquitectónica, Za-
o los intercolumnios de pórticos, que privados de importancia o ragoza, Universidad de Valladolid, 1992, págs. 99-100.
significado, su existencia resulte inútil; y que el criterio de esti- 16.  A nivel teórico, entre 1911 y 1913 encontramos los pri-
mación de tales valores relativos, así como su correspondiente meros fundamentos de lo que llegarán a ser las primeras dispo-
eliminación sea convenientemente evaluado sin someterse a siciones de la teoría del diradamento ambiental que vendrán a
juicios personales en un proyecto de restauración”).Carta italia- publicarse en Nuova Antologia. Vid.: GIOVANNONI, G.: “Il
na del Restauro, 1931, punto V. `diradamento´ edilizio dei vecchi centri. Il quartiere della Rina-
14.  Hay que tener en cuenta que la primera definición fi- scenza in Roma”, en Nuova Antologia, XLVIII, Nº 997, I julio,
dedigna que se efectúa del centro histórico viene recogida en 1913.

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

el siglo XIX, todavía eran legibles las estructuras recogida en la legislación italiana a través de norma-
urbanas. Las calles eran estrechas y las casas, de tivas específicas que conjugarán el elemento arqui-
escasa altura y generalmente unifamiliares hasta el tectónico y el natural. Por otro lado, la política de
siglo XVII. Entre las manzanas se localizaban vastí- protección pública del patrimonio histórico, artísti-
simos espacios abiertos, organizados por jardines y co, arqueológico y arquitectónico, es decir, el com-
dotados de correctas condiciones de salubridad e hi- plejo de Bienes Culturales (muebles e inmuebles) es
giene, ya que el aire penetraba a través de ellos. En desarrollada integralmente por vez primera a través
contraposición, el desordenado urbanismo decimo- de una disciplina general en la Ley de 1 de junio de
nónico fomentó la elevación de los edificios en dos 1939, nº 1089 y atendía a la “tutela de las cosas de
o tres pisos, y aquellos que antes eran residencia de interés artístico e histórico” hasta la derogación que
nobles o burgueses, ahora eran habitados por artesa- tuvo lugar con la nueva D. Lgs. 29 de octubre de
nos, los cuales no podían alejarse del viejo centro y 1999. nº 49020. Este documento introdujo bastantes
subdividían las viviendas en múltiples habitaciones innovaciones con particular referencia al ámbito de
sin tabiques, luz ni higiene17. tutela pública, que se extendió a los bienes de inte-
La teoría consistía en considerar la cuestión de rés histórico, artístico y arqueológico, excluyendo
la viabilidad, integrando normas y disciplinas de aquellas obras producidas por autores vivos o, tras
construcción en la zona y promover restauraciones transcurrir cincuenta años después de su muerte. En
sistemáticas de las casas aisladas, intercalándolas estos años se asiste al reconocimiento en la legis-
en el sistema urbano. El proyecto del diradamento lación –hasta entonces inexistente- del argumento
reducía al mínimo las nuevas construcciones orgá- de ambiente, pues es precisamente a partir de este
nicas de nueva planta, prevaleciendo el criterio del momento cuando se establece la distinción entre
máximo aprovechamiento, demoliendo los añadidos manifestaciones colectivas y singulares, confiriendo
superfluos y reabriendo visuales escondidas, tratan- al legislador el mérito de valorar las relaciones exis-
do de evitar en lo posible el trazado de nuevas vías. tentes entre una obra monumental y aquéllas que la
Se unían en cambio, la valorización artística y la circundasen.
funcionalidad en una solución única, que mantenía Al hilo de estas cuestiones, durante el período
el esquema urbanístico del barrio; disminuyendo la fascista (1936-1943) la reconstrucción de los cen-
densidad edificativa y mejorando las condiciones tros destruidos por la II Guerra Mundial no repre-
de habitabilidad e higiene18. El diradamento edi- sentaba solamente un tema de técnica constructiva,
lizio como método eficaz, tenía que ser afrontado éstos debían ser considerados como un argumento
metódicamente y con unidad de acción en toda las del arte italiano, del sentimiento italiano; argumento
zonas donde existiese un vínculo armónico, el cual
liga la obra de arte a su cuadro natural o construi-
namentación”. ZUCCONI, G. (a cura di): Gustavo Giovannoni:
do, y evoca nociones de unidad y continuidad del dal capitello alla città, Como, Jaca Book, 1997, pág. 44.
ambiente: “L´ambiente (…) elemento intrinseco 20.  Durante el período de los Estados Individuales pre-
della composizione architettonica. Un´opera d’arte, unitarios tuvieron lugar iniciativas legislativas que atendieron
e specialmente un’opera architettonica, non vive or- a la protección y tutela de Bienes Culturales. Sin embargo, en
presencia de una notable producción de disposiciones de parte
gogliosamente isolata, ma si accacia sulla via in una
de los diversos papas y soberanos, no se registró ningún resul-
serie continua con altre opere da cui riceve riflessi e tado concreto a favor de intervenciones públicas que tutelasen y
limitazioni di misure, di colore, di ornamento”19. A expropiasen aquellos bienes a favor del disfrute de la colectivi-
partir de ese momento la noción de ambiente vendrá dad. En cierto modo, influidos por la ideología liberal ochocen-
tesca, que consideraba un abuso cualquier intervención pública
que condicionase la comerciabilidad de los bienes de propiedad
17. Los famosos appartamenti romanos. GIOVANNONI, privada. Posteriormente, tras la constitución del Estado Unita-
G.: “Il diradamento edilizio ed i suoi problemi nuovi”, en Ur- rio Italiano, la primera ley que intenta disciplinar el uso y con-
banistica, Revista dell´Istituto Nazionale di Urbanistica, Anno servación de las cosas de interés histórico, artístico y arqueoló-
XII, nº 5-6, septiembre-diciembre, Roma,1943, pág. 4. gico fue la Ley de 12 de junio de 1902, nº 185.] La Ley de 20
18.  GIOVANNONI, G.: Sistemazione edilizia del quartiere del de junio de 1909, nº 364, cuyo coordinador y compilador fue
rinascimento a Roma. Relazione della Commissione all´Onorevole Corrado Ricci, responsable de la redacción ministerial Esta ley
Consiglio Comunale, en Relazione della Commissione all´Onorevole fue ulteriormente mejorada con decretos sectoriales relativos al
Consiglio Comunale, Roma, 1919, págs. 18-19. Reglamento de ejecución de la ley de 1909 (R.D. 30 de enero
19.  “El ambiente (…) elemento intrínseco de la composi- de 1913, nº 363); la confección de un Catálogo de monumentos
ción arquitectónica. Una obra de arte, es especialmente una y cosas de interés histórico, artístico y arqueológico (R.D. 31
obra arquitectónica, no vive orgullosamente aislada, aunque se de diciembre de 1923, nº 1889); la Custodia, conservación y
suceda en el camino en dirección continua con otras obras de las contabilidad del material artístico, arqueológico, bibliográfico y
cuales recibe influencias y límites de proporción, de color, de or- científico (R.D. 26 de agosto de 1927, nº 1917), entre otros.

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Belén Calderón Roca

vivo, donde se conectaban los sagrados deberes que urbanística general: la Ley 17 de agosto de 1942, nº
las autoridades proponían para la reconstrucción. 1150. Esta normativa representó el primer ordena-
En este sentido, las tesis de Giovannoni demuestran miento sistemático de órganos y medios para disci-
cierta parcialidad y señalan el principio del declive plinar el uso del territorio. Clara y bien estructurada
de su autoridad y poder frente al de las instituciones en finalidad y contenidos, fue bastante avanzada res-
mussolinianas. El clima académico y fascista domi- pecto a las líneas y tendencias europeas de la época
nado por la convergencia de intereses entre grupos en materia urbanística y sólo quedaba empañada por
políticos de extrema derecha, la aristocracia romana la desconexión entre los recursos financieros y la
monopolizadora de la actividad constructiva y los activación de los planes. No obstante, en la práctica,
arquitectos tradicionalistas y conservadores afines los años que duró el Governatorato significaron un
al Régimen, ignoraron por completo el teórico hori- importante suceso en la gestión urbana de Roma.
zonte urbanístico, se anuló por completo la autono- La ciudad apareció como el escenario perfecto para
mía del Comune en materia urbanística y se confi- emprender los postulados de la dictadura fascista.
rieron a los regidores estatales poderes especiales y El Piano Regolatore de 1931, constituyó el máximo
absolutos que canalizaron la base del Piano Regola- esfuerzo urbanístico del régimen de Mussolini, que
tore hacia los llamados sventramenti (desmembra- nació sin la compresión verdadera del destino urba-
miento o disgregación de las estructuras urbanas): nístico de la ciudad. Resulta vital someter a análisis
“Qui si sente davvero l´urgenza del piccone!”21. aquel momento pleno de principios teóricos que no
El proceso de centralización de los poderes eje- se ajustaban a una práctica disciplina de control ur-
cutivos en el interior de la maquinaria administrati- banístico y fortísimas reestructuraciones de los te-
va se realizó a todos los niveles de la organización jidos históricos, impulsada a través de criterios de
pública. Se procedió al progresivo desmantelamien- risanamento (regeneración) higiénico y ambiental,
to de los aparatos burocráticos; los sindicatos y los además de elogios patrióticos. No obstante, el plan
consejos comunales fueron sustituidos por el Go- de 1931 resultó continuamente impugnado y rectifi-
vernatorato (1925-1944), organismo a través del cado. En definitiva, la multitud de planos particula-
cual se resolvieron en tiempo record los problemas rizados constituyeron la única unidad de actuación
funcionales de la ciudad. El Gobierno procedió a efectiva del documento, así como de real transfor-
instaurar comisarios en nómina dotados de poderes mación de la ciudad.
extraordinarios, y un ingeniero-jefe controlaba bajo Si intentamos establecer paralelismos con el caso
su influencia los destinos de la ciudad, en la que no español, no sólo encontramos analogías temporales
se anteponía ningún obstáculo al desarrollo de los o afinidades políticas. Durante el período de Dic-
proyectos lanzados desde la cúpula del régimen22. tadura franquista (1936-1975) en España se dirigió
En los años treinta y sólo por directa voluntad especial atención a los proyectos urbanos diseñados
del Duce, impera la máxima de exhibir la solemne por los estados totalitarios italianos y alemanes y la
conciencia del pasado y la majestuosidad del Impe- guerra civil sirvió como vehículo a los idearios mus-
rio, haciendo girar la vida ciudadana en torno a los solinianos mediante la incursión del ejército italiano
restos físicos de la antigüedad gloriosa del Impe- en la contienda española. Además, España vivió una
rio Romano. En materia urbanística, el período de etapa crucial en el ámbito urbanístico y cultural, en
dominación fascista se caracterizó por una notable la cual, algunos arquitectos y urbanistas partidarios
evolución del concepto de piano regolatore (plan de del régimen dictatorial, se dieron cita en asambleas
ordenación). Se manifestó una conciencia general donde germinaban los preceptos urbanísticos de la
sobre la necesidad de dotar de un Plan a la ciudad que Italia fascista.
sirviese para regir sus procesos de transformación y Durante la Guerra Civil, el patrimonio históri-
expansión. En este sentido, la Ley 24 de marzo de co-artístico fue objeto de manipulación por parte
1932, nº 355, del Piano Regolatore de Roma conte- de ambos bandos políticos con fines de impulso
nía muchos principios, normas y prescripciones que propagandístico, desembocando en la destrucción
caracterizarían diez años después a la primera ley de un gran volumen de patrimonio inmueble23. No

21.  (“¡Aquí se siente verdaderamente la urgencia de la pi- 23.  Según informes de la Dirección General de Regiones
queta!”). MASTRIGLI, F.: I XXIII rioni della Roma di Musso- Devastadas realizado en 1943, los daños causados en bienes
lini, Roma, Il lavoro fascista, 1938. inmuebles durante la guerra afectaron aproximadamente al 8%
22.  ZUCCONI, G.: (a cura di): Gustavo Giovannoni: dal del total de casas del país y se computaron en 4.250 millones de
capitello alla città, Jaca Book, Como, 1997, págs. 135-138, y pesetas. 163 núcleos urbanos fueron aniquilados casi en su to-
142-143. talidad; 150 iglesias destruidas más del 50%, 250.000 edificios

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

obstante, la asiduidad con la que se destripaba el a la recreación de ciudades monumentales irreales


parque inmobiliario de los centros históricos y se y fragmentadas, que alteraron y distorsionaron su
acometían simultáneamente destrucciones y recons- propia percepción e interpretación, y traicionaron
trucciones, se gestaba en la cuna de unos dogmas asimismo su historia27. Amparándose en la impor-
proyectuales preconizadores de lo que debía ser una tancia representativa de la arquitectura recién ter-
ciudad imperial24. La reconstrucción de la posguerra minada la guerra, se impulsó el Plan Nacional de
fue una prioridad Nacional y supuso una vía fácil Ordenación y Reconstrucción Urbana28 y comenzó
para el lucro25. De forma puntual, se ejecutaron a afianzarse la segregación entre lo rural y lo ur-
restauraciones parciales en hitos urbanísticos y ar- bano, entre la ciudad vieja y la nueva, creándose
quitectónicos como iglesias, monumentos o plazas, acentuadas distancias entre lo monumental (que
pero los esfuerzos se concentraron en reedificar po- conllevaba el significado de memoria histórica de la
blados de nueva traza especialmente en las zonas ciudad) y la edilicia menor (desprovista de valores
donde la huella del asedio republicano se advertía inmemoriales)29.
con mayor intensidad. Nos llama especial atención Resulta indispensable para conocer la realidad
que las más atroces y drásticas operaciones quirúr- de la práctica y teoría urbanística de aquella época,
gicas sobre el terreno urbanístico e inmobiliario se estudiarla desde una óptica global a nivel geográfi-
sintiesen con mayor crueldad en aquellas ciudades co, partiendo del análisis de los mecanismos a los
que se resistieron en mayor medida al asedio del que el Poder somete la disciplina de los programas.
Bando Nacionalista, cítese como ejemplo Madrid. No existió la estructura adecuada sobre la que sen-
La “reconstrucción” se llevó a cabo generalmente tar las bases de un verdadero prontuario urbanístico
en núcleos (sobre todo rurales) en los que se preten- de recuperación. Dentro del horizonte institucional,
día presentar una fisonomía más homogénea o que se crearon la Dirección General de Regiones De-
resultasen en esencia más pintorescos, sin olvidar vastadas, (dependiente del Ministerio de Goberna-
que su localización respondía a las funciones para ción) completándose con la creación del Instituto
las cuales se concibieron: repoblar proximidades de de Crédito para la Reconstrucción Nacional (de-
los frentes de guerra y grandes ciudades. pendiente del Ministerio de Hacienda), entidades
El tema de la Reconstrucción Nacional supuso que supusieron el núcleo procurador y organizativo
la necesidad de revisar los supuestos teóricos que más importante para la impulsión de las actividades
habían inspirado a los técnicos de la República. La “rehabilitadoras”30 de la economía aniquilada, que
inminente necesidad era actuar sobre la Historia y no se entendieron sino como una prolongación de
para ello se debía modificar todo el aparato legisla-
tivo e instaurar una nueva estructura administrati-
va. La crisis económica del país marcó un punto de 27.  “La memoria che cerchiamo determina ciò che è con-
siderato monumento, la sua gestione e la sua funzione”.(La me-
partida importantísimo y las tareas de recuperación moria que buscamos determina aquello que se considera mo-
con su estética “paternalista” significaron en algu- numento, su gestión y su función). RIEGL, A.: Il culto moderno
nos casos, que las reconstrucciones se concebieran dei monumenti, Bologna, Nuova Alfa, 1990, pág. 144 y ss.
como la total reproducción de poblaciones enteras26. 28. Elaborado en 1939 como estrategia de desarrollo inte-
gral y respuesta a las nuevas políticas de progreso y mejora del
Se provocó con ello la destrucción irreversible del
Estado. Las obras se realizaban directamente por los servicios
entramado urbano y se condujo a la artificialidad y de la Dirección General de Regiones Devastadas, concretamente
desde la Sección de Reconstrucción, dividida en los siguientes
parcialmente arrasados y la misma cifra arruinados e inhabita- negociados: Proyectos, Valoraciones, Obras y Expropiaciones;
bles por completo. THOMAS, H.: Historia de la Guerra Civil Subastas (tema de las contratas), Revista, Archivo fotográfico y
Española, Vol. 2, Barcelona, Círculo de Lectores, 1977 (1ª ed. Prensa). Reconstrucciones, Nº 1, Madrid, Dirección General de
de Ruedo Ibérico, París, 1976), pág. 994. Regiones Devastadas y Reparaciones, 1940. Pp. 4-5.
24. CHUECA GOITIA, F.: La destrucción del legado ur- 29.  El problema estético de mayor envergadura que el
banístico español, Madrid, Espasa-Calpe, 1977, págs. 65-87. Nuevo Estado nos plantea a los arquitectos españoles, es la ne-
25. En las décadas de los sesenta y setenta se obtuvieron cesidad de encontrar una plástica digna de exponer los ideales
notables beneficios de los terrenos edificables mediante un patrios con majestuosa severidad y estática grandeza. Todas
proceso acelerado de “renovación por restitución” seriamente la demás cuestiones de índole artística y matemática o cons-
funesto e irreversible. tructiva, pierden importancia ante aquella...”. Vid. DIEGO
26.  Como justificación de intereses, se alteran funcional- DE REINA, Ensayo sobre las directrices arquitectónicas de un
mente y de modo integral los barrios existentes, es decir, mo- estilo imperial, Madrid, Ediciones Verdad, 1944.
dificando todo el sentido del barrio. AA.VV.: Ideas Generales 30.  MUÑOZ COSME, A. La conservación del Patrimonio
sobre el Plan Nacional de Ordenación y Reconstrucción, Ma- arquitectónico español, Madrid, Ministerio de Cultura, Direc-
drid, Servicios Técnicos del F.E.T. y de las J.O.N.S., Sección de ción General de Bellas Artes y Archivos, Instituto de Conserva-
Arquitectura, 1939, pág. 51. ción y Restauración de Bienes Culturales, 1989. P. 113.

—  477  —
Belén Calderón Roca

una política de colonización rural sentada sobre dos


bases: la propaganda y el establecimiento de la Au-
tarquía31. Durante años no existió criterio alguno por
parte del Estado para declarar la tutela del patrimo-
nio; los dictámenes se hacían a petición de particula-
res o corporaciones, y desde la Dirección General de
Arquitectura (dependiente del Ministerio de Gober-
nación) y previo informe favorable de las Academias
de Bellas Artes e Historia. En los años posteriores
a la Guerra Civil, las intervenciones embebidas en
una concepción romántica de la ciudad, básicamente
se remitían a la recuperación de algunos ambientes
especialmente significativos dotados de gran carga
monumental, cuadros panorámicos con cierto tinte
escenográfico y a la reestructuración de partes par-
ciales del tejido urbano. La labor de propaganda de
la DGRD se asentaba sobre las bases de la “teoría
del valor y la ruina” (enunciada por Albert Speer),
consistente en mantener las condiciones de deterioro
de los edificios en ruinas que se vieron afectados por
los bombardeos, ya que así, a través de las centu-
rias venideras se alimentaría su dignidad equiparada
a la grandeza de los monumentos romanos, aunque
me atrevería a señalar y en ello coincido con Carlos
Sambricio, que con una principal finalidad más eco-
nómica que cultural, y alcanzar el ideal de ciudad ce-
rrada al crecimiento y rigurosamente fiel al modelo Perspectiva de la Catedral de Málaga desde el puerto,
de ciudad mussoliniano32. junto a los edificios próximos que conforman su entorno
actual. 2003. Foto de la autora.
En cualquier caso, las escasas operaciones de
protección del patrimonio histórico y arquitectónico
estuvieron dotadas de gran carga ideológica y basa-
aislados relevantes mediante ejecuciones esceno-
das sustancialmente en la alternancia de demolicio-
gráficas de reclusión en confines museísticos. La
nes de antiguos edificios con la erección de nuevas
tutela del entorno urbano (privado aún de valor en
arquitecturas que fueran capaces de exaltar el poder
sí mismo) se encaminó a evitar los efectos de la in-
nacional partiendo de las premisas historicistas33.
cursión de elementos ajenos al espacio circundan-
No obstante, se acometieron escasas restauraciones
te del monumento, ya que podrían interferir en las
debido a las exiguas asignaciones del Gobierno,
visuales creadas para la contemplación de aquél y
atendiendo fundamentalmente a las grandes cons-
corromper así, el ideal de supremacía de la Nación
trucciones y monumentos-tipo. La relación entre el
y exaltación patriótica.
arte y la memoria colectiva ciudadana se tamizó en
la práctica a través de la mirada específica de unos
urbanistas subyugados a la ideología política domi-
Operatividad y tutela: ¿términos antagónicos?
nante, los cuales se ocuparon fundamentalmente de
adecentar los efectos de los bombardeos y la des-
El centro histórico carece de significado admi-
trucción inmobiliaria. Éstos alimentaron su concep-
nistrativo y legal sensu estricto. Sin embargo, su
ción (errónea) de la ciudad histórica recomponiendo
significado conceptual está íntimamente ligado con
retazos de un “ambiente monumental” adulterado,
la ciudad en su acepción más amplia. Legalmente es
prestando únicamente atención a los monumentos
considerado únicamente un inmueble, un contene-
31.  SAMBRICIO, Carlos: Madrid, vivienda y urbanismo:
dor de multitud de elementos de diversa índole34. A
1900-1960, Madrid, Akal, 2004, pág. 294. raíz de la traslación del debate sobre protección del
32.  Vid.: SPEER, Albert: Erinnerungen, Berlín, 1970, en
SAMBRICIO, Carlos: op. cit. págs. 297-298. 34.  BENAVIDES SOLÍS, J.: “Expedientes de cataloga-
33.  AA.VV.: Ideas Generales..., op. cit., pág. 46 ción, entornos y planeamiento urbanístico”, Boletín del ­Instituto

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

Patrimonio del monumento aislado al escenario que La aplicación de la norma requiere en cualquier
lo circundaba, dicha insuficiencia se vio compensa- caso una actividad de individualización y proyectar
da por la aparición de diferentes figuras35 como el un criterio personal –en teoría lo más objetivo posi-
Conjunto Histórico o Sitio Histórico36. A tenor del ble– sobre esa elección. El criterio de identificación
adjetivo “histórico”, éste no tiene por qué necesa- de los objetos que pueden formar parte del patri-
riamente hacer referencia a elementos bellos, artís- monio es una realidad independiente al objeto, es
ticos, estéticos, en definitiva, tangibles. Multitud de decir, una cualidad objetiva, y depende de un juicio
atmósferas y acontecimientos de peculiar importan- valorativo previa estimación y apreciación de este
cia se han entretejido en un determinado lugar y lo objeto, al margen del interés público tutelado38. Teó-
han inmortalizado para siempre a través de narra- ricamente puede resulta fácil delimitar la línea de
ciones, leyendas, folklore, etc., lo han convertido en separación entre la regulación jurídica de todos los
un espacio histórico. Esta denominación, no tiene elementos incluidos en los bienes culturales de con-
competencia legal, sin embargo en nuestra práctica junto, pero llevarlo a la práctica es más complicado.
cotidiana es utilizada usualmente. Si partimos de que los bienes de conjunto son inma-
En cualquier caso, hemos visto que la normativa teriales39, no se podría decir que existen auténticos
que ha de identificar estos bienes, bien sean indivi- derechos reales sobre estos bienes, es decir, de los
duales o de conjunto, se caracteriza por ser de índo- bienes ambientales no puede nacer una auténtica re-
le descriptivo. Se trata de identificar éstos a través lación jurídico-real, ya que no es una realidad física
de una serie de circunstancias o hechos en base a determinada que esté individualizada objetivamen-
características afines que confluyen en los objetos te40. Se constata la ausencia de un auténtico estatuto
en función de su interés específico, esgrimiéndolas jurídico de los centros históricos, al tratarse más bien
para la posterior declaración formal expresa de in- de un concepto histórico-sociológico-urbanístico41.
terés cultural, a la calificación y/o a la inscripción37. Llegamos de esta forma a la consideración de
que resulta bien evidente que uno de los principales
problemas de la conservación de un centro históri-
Andaluz del Patrimonio Histórico nº 16 , I.A.P.H., Junta de An-
dalucía, Sevilla, 1996, pág. 91. co es la operatividad, ya que convergen diferentes
35. Con la promulgación de la ley de Patrimonio Histórico tipos de normas: la normativa de carácter “gene-
Español de 1985, se establecen las categorías para definir los ral” representada por la legislación urbanística, con
elementos relacionados con los bienes inmuebles: monumento, particular protagonismo de los ayuntamientos y la
jardines, conjuntos y sitios históricos y zonas arqueológicas.
36.  Tipología urbanística legal y administrativa que defi- normativa de carácter “especial” representada por la
ne Conjunto Histórico en la L.P.H.E. como (...) la agrupación legislación de Patrimonio Histórico, donde prevale-
de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento, ce la intervención de los órganos estatales o autonó-
continua o dispersa, condicionada por una estructura física re- micos. Debido a la densidad de inmuebles, la ope-
presentativa de la evolución de una comunidad humana por ser
testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute
ratividad resulta compleja, ya que en primer lugar,
para la colectividad. Asimismo es Conjunto Histórico cualquier se trata de registrar y relacionar un número difícil-
núcleo individualizado de inmuebles comprendidos en una uni- mente calculable de edificios según sus particulares
dad superior de población que reúna esas mismas característi-
cas y pueda ser claramente delimitado. Ley 16/1985 de 25 de
junio de Patrimonio Histórico Español, Título II, art. 15.3. LICERAS, J. M.: Urbanismo y Patrimonio Histórico, Col. Cua-
Por otra parte, la conceptuación de Bien Ambiental se in- dernos de Urbanismo. Madrid, Montecorvo, 2000. Pp. 22-23.
dividualiza del centro urbano mismo en el momento que este 38.  El interés específico es una cualidad que poseen las
último -disgregado y convertido en centro histórico- es decir, cosas desde un punto de vista objetivo, y cuando dicha cuali-
dotado de valores monumentales, históricos, artísticos y cultu- dad adquiere relevancia jurídica, la Administración competente
rales (incluimos el Patrimonio Etnográfico), se conjuga con los queda legitimada para intervenir en el portador de esa cualidad
valores naturales. con la finalidad de proteger su valor cultural. ALONSO IBÁ-
37.  Para que se produzca la integración de un bien en la ÑEZ, M. R.: El Patrimonio Histórico. Destino público y valor
esfera jurídica del Patrimonio Histórico deben concurrir tres cultural, Madrid, Civitas, 1992, págs. 141-142.
requisitos: En primer lugar, se parte de la enumeración de los 39. El ordenamiento jurídico determina como inmateriales
bienes materiales e inmateriales, de sus elementos o rasgos subs- a aquellas realidades que careciendo de existencia corporal y
tanciales configuradores que le confieran unos valores culturales siendo creación o producto intelectual del espíritu humano se
merecedores de protección. En segundo término, su concreción consideran como posible objeto de derechos subjetivos. DÍEZ
en la práctica está subordinada a una declaración administrati- PICAZO, Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, Vol. II:
va que deberá formalizar el reconocimiento de los mencionados Las relaciones jurídico-reales, Madrid, Tecnos, 1972. P.124.
valores. Finalmente, la integración de cualquier bien dentro del 40.  Ibídem., págs. 130 y ss.
ámbito jurídico de protección del Patrimonio Histórico, pre- 41.  BASSOLS COMA, M.: “Instrumentos legales de in-
cisará una previa clasificación específica que indique el nivel tervención urbanística en los centros y conjuntos históricos”,
de protección específico que será asignado al mismo. ABAD Revista de Derecho Urbanístico, núm. 118, 1990, págs. 13-52.

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Belén Calderón Roca

suponga discriminar o ignorar las otras, pues res-


ponden a diferentes finalidades funciones. Por otro,
la Jurisprudencia se pronuncia a resolver el conflic-
to concediendo primacía a la decisión que se adopte
desde de Administración de Patrimonio histórico
se resolverán según un principio de “especialidad”,
atribuyendo preeminencia y superioridad a la legis-
lación de Patrimonio Histórico42.
Retomando nuestra línea de reflexión y a modo
de pincelada aclaratoria, desde una perspectiva dog-
mática el concepto de ruina es un término legal que
implica riesgos posibles e irreversibles, mientras que
la declaración de ruina es un acto administrativo que
manifiesta un estado de hecho constitutivo de la de-
gradación definitiva del inmueble para continuar
cumpliendo su destino y funciones propias43. Las
declaraciones de ruina de inmuebles constituyen el
límite ante el cual cede el deber del propietario a con-
servar un inmueble44. No obstante, un aspecto cierta-
mente incoherente que arrastra esta situación es que
no implica que se ratifique la suspensión del deber de
conservación “cultural” de los inmuebles, sin embar-
go, conlleva la restricción de las ayudas o financiacio-
nes concedidas para tal fin. En cualquier caso, no cabe
duda de que éste constituye uno de los aspectos donde
quizás reside la principal arista de la problemática.
Deterioro avanzado de un edificio en estado de ruina y Parafraseando estas disertaciones, las opiniones
detalle de un balcón característico de la arquitectura vertidas por la ciudadanía conducen en muchas oca-
malagueña del siglo XVIII (Calle Tomás de Cózar, entorno
siones a juzgar el grado de protección o deterioro de
de la antigua judería, Málaga, 2002). Foto de la autora.
un centro histórico como resultado de la capacidad
gestora del municipio, siempre deudora de la dicoto-
características que no pueden ser disgregados como mía entre el compromiso socio-cultural y los intere-
unidades individuales, sino en su relación con el en- ses económicos45. En este sentido no faltan sucesos
torno. En segundo lugar, se procura ejercer la tutela
sobre una amalgama de espacios vacíos y ocupa- 42.  ABAD LICERAS, J. M. : Administraciones locales y
dos sensiblemente frágiles, porque sus estructuras Patrimonio Histórico, Madrid, Montecorvo, 2003, pág.166.
y configuraciones en los peores casos están enve- 43. La situación de ruina es una cuestión de puro hecho, es
decir, la ruina es la mera constatación objetiva de una situación
jecidas y extremadamente deterioradas. En tercer
independientemente de las causas dolosas o culposas que hubie-
lugar, cuando se combinan en la práctica diversos ron dado lugar a ella y cristaliza previa tramitación de un expe-
preceptos provenientes de las diversas Adminis- diente en la declaración formal, hecha en función de salvaguar-
traciones, puede provocar auténticas situaciones dar la seguridad pública ciudadana. ABAD LICERAS, J. M.: La
donde concurren materias y se originan conflictos situación de ruina y demolición de inmuebles del patrimonio
histórico, Madrid, Montecorvo, 2000, págs. 89-90 y 105.
de difícil solución. Desde el punto de vista jurispru- 44. La Legislación urbanística regula los supuestos que
dencial, el Tribunal Supremo reconoce la coexis- facultan la declaración del estado ruinoso de un inmueble.
tencia y concurrencia de distintos tipos de normas En primer lugar, daño no reparable técnicamente por los me-
sobre un mismo bien de naturaleza inmobiliaria, así dios normales; en segundo término que el coste de la repara-
ción sea superior al 50 por 100 del valor actual del edificio o
como la concurrencia simultánea de preceptos que plantas afectadas y por último, que las circunstancias urbanís-
provienen de la legislación de Patrimonio junto con ticas aconsejaren la demolición del inmueble. Ley del Suelo
aquéllos que emanan de la normativa urbanística. y Ordenación Urbana. Real Decreto 1346/1976, de 9 de abril
El tribunal Supremo trata de resolver los posibles (L.S./76), art. 183.2.
45. CAMPESINO, A.: “Intervenciones en centros históricos:
conflictos que surgen en base a dos premisas esen-
Controles y recursos financieros (Mesa redonda)” en CASTILLO,
ciales: Por un lado, necesidad de aplicar las distintas M. Á. (ed.): Centros históricos y conservación del patrimonio,
normas concurrentes sin que la utilización de unas, Madrid, Fundación Argentaria-Visor Dis, 1998, págs. 71.

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La gestión de los centros históricos. Metamorfosis urbana y valor de la memoria en la tutela del patrimonio construido

en los que irrumpe la “transgresión de la Ley” que lo vernáculo y auténtico, con algo pintoresco que
encubren determinadas acciones lucrativas mediante respondió al capricho y derivó en productos folkló-
la petición intencionada de declaración de ruina de ricos, pasticheros y grotescos.
inmuebles, escapándose al control legal por razón de Infortunadamente, las secuelas más nefastas
la manipulación exacta y sutil de los resortes admi- aún continúan evidenciándose y las seguimos en-
nistrativos. El gran número de peticiones anuales de contrando en los casos de declaración intencionada
declaración administrativa de ruina, así como el alto de ruina, demasiado frecuentes aún en la actuali-
grado de incumplimiento de los deberes legales de dad. En virtud de esta premisa, nos alarmamos al
conservación por parte de los propietarios conlleva comprender que la dimensión que adquieren este
el arrastre de múltiples y consecutivas notificaciones tipo de hechos al margen de la cuantía impuesta so-
municipales de reclamación de dicho deber sin que brepasan el ámbito de lo traumático para el acervo
causen ningún efecto, desembocando con el tiempo patrimonial, no sólo porque suponen una desvincu-
lógicamente, en la ansiada declaración. Secundando lación y un desmembramiento del sentimiento de
lo expuesto y pese a todo, encontramos finalmente identificación del ciudadano con su territorio, sino
casos execrables en los que se produce el derribo además porque la propia gravedad del daño infrin-
ilegal de edificios que cuentan con algún tipo de gido supone el reflejo del nivel cultural de aquél,
protección urbanística bajo el disfraz de “derrumba- pues a través de sus propias acciones confiesa una
mientos casuales”. Desde esta perspectiva todo pare- evidente amenaza: la ausencia de valores espiritua-
ce exactamente calculado y programado. les con respecto a su herencia.
En virtud de concluir nuestro trabajo, sólo resta
decir que en cualquier intervención sobre el patri-
Algunas conclusiones monio, intentemos evitar incurrir de nuevo en los
mismos errores. Resulta indispensable atender con
En óptima concreción de este trabajo, llegamos cuidado a ciertos sectores donde pueda considerarse
a la conclusión de que durante el período autárqui- el “artificio”, es decir, la pura ejecución geométrica
co, la falta de control por parte de la Administración y constructiva de las formas. Resulta imprescindible
originó una gran complejidad de situaciones proble- rescatar el mensaje auténtico para el legítimo co-
máticas. Lamentablemente, los entes de tutela espa- nocimiento y valoración de nuestro legado cultural.
ñoles encargados de la preservación del patrimonio La historiografía ha propiciado que los agentes que
construido de los centros históricos, transcribieron actúan en el sector de la conservación de los bienes
estas acciones como maniobras similares de urba- culturales predispongan al escudriñamiento de nue-
nística patriótica desmesurada e irracional. La labor vas “verdades” más o menos relativas acerca de los
de la DGRD operó con desatino en cuestiones de valores de ese patrimonio cultural. Llegados a este
índole más constructivo que estético, pues se aco- punto, la recuperación de la multiplicidad de valo-
metieron intervenciones bastante censurables. La res que progresivamente constituyen el patrimonio
escasa calidad de los materiales y la ausencia de res- es acto fundamental de la conservación. Podríamos
peto alguno por la realidad patrimonial desembocó afirmar que la interpretación es la respuesta a la
en la confusión de lo típico, es decir, aquello que conservación del objeto patrimonial y la contempla-
obedece a una determinada tipología, lo autóctono, ción, la clave para llegar a ella.

—  481  —
De experiencia piloto a proyecto consolidado en la
rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en Extremadura

Mª. Ángeles Ávila Macías


Universidad de Extremadura. Cáceres. España

“...Es preciso que la comunidad tome conciencia de su responsabilidad en la conservación del


Patrimonio, manifestando su voluntad de mantener el equilibrio entre el hombre y su entorno,
e impidiendo la degradación de los elementos que contribuyen a la calidad ambiental1...”

Introducción escala desconocida hasta ese momento. El paso de


un ciclo demográfico antiguo a otro moderno había
1
La crisis económica que azotó Europa y por ex- significado un descenso de las tasas de mortalidad
tensión España en 1975 puso de manifiesto la fragi- –incluida la infantil- pero también un mantenimien-
lidad de los cimientos sobre los que se había crecido. to de las tasas de natalidad muy elevadas lo que se
En el ámbito económico la puesta en marcha en 1959 plasmó en un crecimiento natural espectacular. La
del Plan Nacional de Estabilización llevó al país a tensión generada en el medio rural ante la falta de
una modernización de la industria y a unas cotas de recursos, la precariedad laboral, la presión demo-
productividad hasta entonces desconocidas. A esa gráfica, etc. y la necesidad de efectivos en las áreas
actividad empresarial contribuyó la renovación del industriales produjo un efecto llamada. Familias en-
equipamiento y de la tecnología, aunque a costa de teras se marcharon en busca de un trabajo mejor re-
una actuación sectorial sobre zonas que ya contaban munerado hacia los nuevos Polos de Desarrollo. Sin
con un tejido industrial consolidado como Madrid, embargo las ciudades fueron incapaces de absorber
Cataluña o País Vasco y sobre actividades que luego tal avalancha, provocando un gravísimo problema
se tornaron poco rentables. Surgieron dos conceptos de vivienda. Como señala F. De Terán “...la estruc-
íntimamente unidos al progreso económico como tura urbana española era más relacionable con el
fueron los Polos de Promoción y Desarrollo In- modelo tercermundista... un conjunto poco integra-
dustrial –que pretendían transformar determinadas do de grandes ciudades, notable escasez de ciudades
ciudades en centros de actividad industrial para así medias económicamente significativas y una gran
reactivar el desarrollo del entorno más inmediato- y cantidad de poblaciones rurales en regresión2...”
los Polígonos de viviendas –que se convertían en En esta situación surgieron –desde el punto de
islas en mitad de la nada pero que daban salida al vista urbanístico– dos fenómenos paralelos. De un
problema de la habitación-, todo ello acompañado lado el chabolismo incontrolado e ilegal con vivien-
con una mejora de las infraestructuras. das que no superaban los 20 m², auto construidas,
Y es que a la sectorialización industrial se le sumó con ínfimas calidades en materiales –muchos de es-
un fenómeno migratorio campo-ciudad pero a una combreras–, ocupando cualquier espacio disponible
y sin ningún tipo de infraestructuras ni servicios3.
1.  AMANN, Eduardo. “Los estudios básicos previos a las Del otro los polígonos controlados oficiales que se
operaciones piloto de rehabilitación integrada, de la dirección
General de Arquitectura y Vivienda”. Actas de las I Jornadas
de Patrimonio Histórico Artístico. (Soria, 5-7 de diciembre de 2. TERAN, Fernando de. Historia del urbanismo en Espa-
1980). Burgos: Consejo General de Castilla y León. Consejería ña III. Siglos XIX y XX. Madrid. Cátedra, 1999. Pág. 256.
de Educación, Patrimonio Artístico, Archivos, Museos y Bi- 3. ESTEBAÑEZ ÁLVAREZ, José. Las Ciudades: morfo-
bliotecas. 1982. pág. 270. logía y estructura. Madrid. Síntesis. 1991. Pág. 123.

482
De experiencia piloto a proyecto consolidado en la rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en Extremadura

levantaban en los extrarradios de las urbes fruto la recuperación patrimonial en una dimensión glo-
sobre todo de la iniciativa privada y con un claro bal: social, económica, funcional y edificatoria.
trasfondo especulativo, con unas edificaciones en Un pilar fundamental en el cambio fue la redac-
bloque de cinco crujías y patio de luces, en forma- ción de la Carta Europea del Patrimonio Arquitectó-
ciones macizas de bastante altura y con densidades nico por parte del Comité de Monumentos y Sitios
claramente abusivas4. del Consejo de Europa el 26 de septiembre de 1975.
Así pues se imponía un modelo desarrollista en En ella se fundamentaba el cambio en las políticas
el que primaba la vivienda sobre la urbanización, de intervención con una visión integrada de todos
generando una desarticulación entre la ciudad con- los elementos que en ella confluían. En España, un
solidada y los nuevos polígonos, que se dispersaban primer paso fue la unificación de los Ministerios de
por el campo a modo de islas. Junto a estos dos fe- Vivienda y de Obras Públicas en 1977, y la crea-
nómenos que se producían en los extrarradios, en ción además de las Direcciones Generales de Arqui-
los cascos urbanos los Ayuntamientos fomentaron tectura y Vivienda y de Planeamiento y Desarrollo
también la especulación pero con un sistema dis- Urbanístico.
tinto que consistía básicamente en el incremento Se iniciaba una reflexión sobre la política desa-
de los volúmenes por encima de lo permitido y el rrollista ejecutada con anterioridad sobre la situa-
macizado de de manzanas completas. Las ciudades ción de los cascos históricos –en un grado de de-
atendieron a una lógica del mercado pero no a una gradación física y social sin precedentes- y sobre
planificación urbanística –característica de los años las políticas que se debían seguir, pero lejos de la
cuarenta y cincuenta-, en un momento en el que se renovación descontrolada y de la conservación a ul-
había aprobado ya la Ley del Suelo en 1956, y exis- tranza. Y se planteaban actuaciones a corto, medio y
tían dos organismos de gestión como eran el Minis- largo plazo con el horizonte puesto en la Rehabilita-
terio de la Vivienda –creada en 1957- y la Dirección ción Integrada que se entendía como “...el conjunto
General de Urbanismo. de actuaciones coherentes y programadas, destinada
Y mientras las urbes crecían de modo descontro- a potenciar los valores socioeconómicos, ambien-
lado, el campo se despoblaba. La pérdida de efec- tales, edificatorios y funcionales de determinadas
tivos implicó, de forma directa, el descenso de la áreas urbanas y rurales, con la finalidad de elevar
presión sobre la vivienda y permitió esponjar los la calidad de vida de la población residente en las
espacios domésticos, hasta el momento, completa- mimas, mediante medidas para la mejora de las con-
mente llenos. Pero al mismo tiempo que se vaciaban diciones del soporte físico existente, la elección de
los pueblos, se abandonaban actividades económi- sus niveles de habitabilidad y uso, y la dotación de
cas ligadas al sector industrial rural y que se desa- los equipamientos comunitarios y espacios libres de
rrollaban en contenedores concretos. Nos referimos uso públicos necesarios5...”
a los chozos, los molinos, los lagares, los antiguos En ese marco se inscribieron los Estudios Básicos
puentes etc., que fueron cayendo en el olvido. La y el Programa de Operaciones Piloto de Actuación
falta de uso y sobre todo de mantenimiento fueron Conjunta en Áreas Urbanas y Rurales puestos en
las principales causas. Muchas viviendas se cerra- marcha por las Direcciones Generales antes citadas
ron y los pueblos parecieron quedar dormidos en un en los años ochenta. Con los primeros se pretendía
profundo sueño del que no empezaron a despertarse recabar información, diagnosticar los problemas y
hasta los ochenta. elaborar una serie de propuestas en las que hubiese
Con el cambio político producido a fines de los una participación desde las bases sociales. Con los
setenta se modificaron también las políticas urba- segundos se buscaba aplicar una serie de objetivos
nísticas y de vivienda. Si hasta ese momento había tendentes a la conservación, mejora y revitalización
primado la necesidad sobre el planeamiento, ahora del patrimonio, en un área concreta y aunando di-
se buscaba dar solución a lo que existía y prever versos organismos de la Administración Central que
las líneas de crecimiento futuras con un diseño con- estaban implicados6.
creto de ciudad en el que se imbricase lo viejo y lo
nuevo. En esa visión, los centros históricos debían 5.  AMANN, Eduardo. “Los estudios básicos previos a las
dejar de ser un elemento ajeno para integrarse en el operaciones piloto de rehabilitación integrada, de la dirección Ge-
conjunto mediante actuaciones en las que se aunase neral de Arquitectura y Vivienda”... Op. Cit. Pág.272. Algo similar
señala TERÁN, Fernando de. Historia del Urbanismo en España
III. Siglos XIX y XX. Madrid, Ediciones Cátedra, 1999. Pág. 329.
4. TERAN, Fernando de. Historia del urbanismo en Espa- 6.  Para conocer más datos sobre los espacios elegidos,
ña III ... Op. Cit. Pág. 254. los objetivos marcados y su desarrollo, ver los artículos de

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Mª. Ángeles Ávila Macías

A partir de esas experiencias, se impuso la ne- Significaba pasar al plano real y tomar contacto con
cesidad de renovación y adecuación a las nuevas una realidad cotidiana analizada hasta entonces con
exigencias de habitabilidad y se impulsó una polí- un carácter puntual.
tica de ayudas a la vivienda que pasaban más por Sin embargo, el impulso definitivo a esta figu-
la adecuación del continente (solo edificios) que de ra llegó en el siguiente Plan de Vivienda, aprobado
los contenidos (moradores). Esas líneas de ayudas mediante Real Decreto 2190/1995, de 28 de diciem-
-cuyo origen algunos pueden rastrear en la política bre, sobre medidas de financiación de actuaciones
llevada a cabo por el gobierno franquista en la Di- protegibles en materia de vivienda y suelo para el
rección General de Regiones Devastadas- se pusie- período 1996-1999. En él se especificaban varios de
ron en marcha a partir del RD 375/1982, de 12 de los aspectos que, desde ese momento, han venido
febrero, sobre rehabilitación de viviendas y tomaron siendo recogidos ininterrumpidamente en los suce-
cuerpo con el RD 2329/1983, de 28 de julio, sobre sivos Reales Decretos y Decretos que han regula-
protección oficial a la rehabilitación del Patrimonio do las ayudas a vivienda, tanto a nivel estatal como
Residencial y Urbano. La situación política en Es- autonómico.
paña había cambiado y se caminaba hacia una suce- En primer lugar se reconocía la capacidad de las
siva descentralización a favor de la recién constitui- Comunidades Autónomas para legislar en materia
das Comunidades Autónomas, a las que se les había de Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanis-
otorgado la capacidad para legislar sobre cuestiones mo9 por lo que la definición dada del propio elemen-
de ordenación del territorio, urbanismo y suelo. to –Área de Rehabilitación– era lo suficientemente
Los primeros planes sobre medidas de protec- ambigua como para que cada región la puntualizase
ción a la rehabilitación del Patrimonio residencia y de acuerdo a la problemática que quisiese resolver10.
Urbano, del Real Decreto 2329/1983, de 28 de julio, En este sentido, la Comunidad Extremeña se decantó
se reconvirtieron más adelante a las medidas de fi- más por su aplicación al ámbito rural y con un sesgo
nanciación de actuaciones protegidas en materia de ligado a la defensa del patrimonio histórico-artístico.
vivienda y suelo en el R.D. 1/2002, de 11 de enero, En segundo lugar se admitía de manera implícita
coincidiendo ambas en la necesidad de “...dotar de la existencia de importantes bolsas de infravivienda,
instrumentos para detener el deterioro del patrimo- vinculadas a una problemática social cuya solución
nio inmobiliario y la evidente pérdida de calidad no pasaba por actuaciones puntuales de recuperación
ambiental del espacio habitado, tanto en el ámbito de los inmuebles sino por otras de índole global que
urbano como en el rural7...” fuesen encaminadas a la rehabilitación socioeconó-
mica basada en tres ejes: mejora de la vivienda, de
las infraestructuras y de los equipamientos11.
Génesis de las ARIs en Extremadura En tercer lugar, se ponía de manifiesto que el tra-
tamiento de un área comportaba asumir la diversi-
Aunque la figura teórica consignada como Área dad de los propios elementos que la engloban, tanto
de Rehabilitación surgió con fuerza en los años 80, a nivel constructivo como urbanístico o social, de
no fue hasta el Plan de Vivienda 1992-1995 cuan-
do se contempló la posibilidad de que éstas fuesen
materia de vivienda y suelo para el período 1996-1999. BOE, nº
susceptibles de ser incluidas como actuaciones pro- 312, pág37606, se refiere al Real Decreto 1932/1991, de 20 de
tegibles en materia de vivienda y, por lo tanto, con- diciembre, que regula las ayudas para el período 1992-1995.
tasen con ayudas económicas por parte del Estado8. 9. Las competencias en esa materia fueron transferidas en
virtud de lo dispuesto en los Art. 7.12 y 13 de la Ley Orgánica
1/1983, de 25 de febrero, por la que se aprueba el Estatuto de
AMANN, Eduardo. “Los estudios básicos previos a las Opera- Autonomía de la Comunidad Extremeña. En cuanto a los Ayun-
ciones Piloto de Rehabilitación Integrada , de la Dirección Ge- tamientos, se reconocen sus competencias en materia de ges-
neral de Arquitectura y Vivienda” y de TRAPERO, Juan Jesús. tión, ejecución y disciplina urbanística y promoción y gestión
“El programa de Operaciones Piloto de actuación conjunta en de vivienda en el Art. 25.c de la Ley 7/1985, de 2 de abril, que
áreas Urbanas y Rurales”. Actas Iª Jornadas de Patrimonio His- regula las bases de Régimen Local.
tórico-Artístico de Castilla y León. Burgos: Consejo General de 10.  Se entiende que son “…las áreas de rehabilitación inte-
Castilla y León, Consejería de Educación, Patrimonio Artístico, grada, así como cualquier otra que, por tratarse de zonas o barrios
Archivos, Museos y Bibliotecas. 1982. Págs. 269-280. en proceso de degradación, sea así declarada por el órgano com-
7.  ORDEN de 25 de Abril de 1985 por las que se regulan petente de la Comunidad Autónoma previo acuerdo con el Ayun-
las ayudas expuestas en el R.D. 2329/1983, de 28 de julio, en el tamiento afectado…” Aparece publicado en el R.D.2190/1995,
ámbito de la Comunidad Autónoma Extremeña. de 28 de diciembre, Cap.IV, Sección 2ª, Art. 32.1.
8.  Aunque se menciona en el RD 2190/1995, de 28 de diciem- 11. R.D.2190/1995, de 28 de diciembre, Cap.IV, Sección
bre, sobre medidas de financiación de actuaciones protegibles en 2ª, Art. 32.3.

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De experiencia piloto a proyecto consolidado en la rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en Extremadura

ahí que se recogiesen unas exenciones que no se necesidad de acercar la administración al ciudada-
contemplaban en otras ayudas12. no, que la sentía más como un ente que le controla-
Y es que la realidad extremeña en los años ba todo pero del que no recibía nada a cambio. En
ochenta empezaba a complicarse desde el punto ese sentido, se especificaban tanto intervenciones
de vista urbanístico. La transposición del anterior en edificios con interés como en áreas de rehabili-
Real Decreto al ámbito regional se concretó en el tación, cuya definición se supeditaba al mencionado
Decreto 34/1996, de 27 de febrero, por el que se R.D. 2190/1995, de 28 de diciembre, y a los conve-
regula la concesión de subvenciones en materia de nios que se suscribieran con los ayuntamientos.
adquisición, adjudicación y promoción de Vivienda Reconocida la figura del área de rehabilitación
de Protección Oficial de nueva construcción y re- como actuación protegible y puntualizando el sesgo
habilitación. En él se especificaron algunos de los histórico-patrimonial que tenía en nuestra comuni-
aspectos que en el Real Decreto sólo se esbozaron. dad, la publicación del Decreto 47/1997, de 22 de
Por un lado, se perfilaron las líneas maestras sobre abril, por el que se regulan las Áreas de Rehabili-
la que se iban a fundamentar a la hora de designar tación, no hizo sino dar un marco legal a esa figura
las Áreas de Rehabilitación, decantándose por una que hasta el momento estaba sin concretar jurídi-
visión global e “integral” que se definía por un pa- camente. Se recogieron en él muchos de los aspec-
trimonio histórico-artístico de interés, tal y como tos señalados en los Art. 32 y 34 del Real Decreto
se recogía en estas líneas “…un patrimonio de vi- 2190/1995, de 28 de diciembre, como el mismo
vienda con interés tipológico y arquitectónico que concepto15, las actuaciones que eran protegibles
la hacen parte de nuestro acervo13…” dentro de las mismas16, los organismos que partici-
Por otro se buscó dar una solución a la proble- paban del organigrama de funcionamiento17, etc. Se
mática que se estaba suscitando con la incongruen- ratificaron además otros elementos que habían sido
cia que suponía la declaración como Bien de Interés esbozados en el Decreto 34/1996, de 27 de febrero,
Cultural con categoría de Conjunto Histórico y los como el sesgo de carácter histórico-patrimonial de
desmanes constructivos y urbanísticos que se esta- esas áreas en las que no sólo se reconocía su valor
ban consumando14. En el fondo estaba presente la explícito sino que además éste debía estar latente
en cualquier acción que se hiciera18. Por último, se
12. R.D.2190/1995, de 28 de diciembre, Cap.IV, Sección 2ª, concretaban las funciones de las Oficinas de Gestión
Art. 34. Se señala al respecto que “…La declaración de Área de de esas Áreas que se contemplaban crear al amparo
Rehabilitación por parte de las Comunidades autónomas com-
portará la posibilidad de eximir a los promotores… de cumplir de los convenios a suscribir19.
las limitaciones establecidas relativas a los metros cuadrados…,
ingresos…, antigüedad del edificio y vaciado del mismo…”.
Este es uno de los apartados que mayor información aporta a una normativa, etc. son algunos de los hechos que inciden en
sobre la realidad que tenemos: nos indica que las construccio- este proceso de degradación.
nes son en muchos casos viviendas de dos y tres plantas que 15.  Art.1 del D.47/1997, de 22 de abril, por el que se regulan
sobrepasan los metros cuadrados computables, pero que sus las Áreas de Rehabilitación, publicado el 29 de abril de 1997 en el
propietarios no pueden hacer frente a los gastos que supone su D.O.E. Se dice “...se entiende por áreas de rehabilitación aque-
mantenimiento; también se observa el caso de estar por debajo llas declaradas como tal en los convenios que se celebren entre
del mínimo y no poder acogerse a las ayudas porque no se llega la Junta de Extremadura y los ayuntamientos afectados...”.
a lo que estipula la ley. Además nos remite a una realidad so- 16.  Art. 2-6 del D.47/1997, de 22 de abril. Dichas actua-
cial muy heterogénea ya que junto a casas “miserables” con in- ciones se refieren a la rehabilitación de edificios y viviendas,
quilinos que no tienen ingresos suficientes se encuentran otras a la ejecución de obras de urbanización, y a la construcción de
“solariegas” cuyos propietarios se exceden. Nos hace ver que edificaciones nuevas.
la superposición y yuxtaposición de construcciones es la base 17.  Preámbulo del D.47/1997, de 22 de abril. En el se reco-
del crecimiento de un núcleo. Y por último, nos recuerda que la ge que son las Consejerías de Obras Públicas y Transportes y la
distribución del espacio y el uso ha cambiado tanto que lo que de Cultura y Patrimonio las que proponen que áreas de rehabi-
antes era vividero ahora se considera infravivienda. litación se van a crear, y los ayuntamientos o mancomunidades
13.  Preámbulo del D. 34/1996, de 27 de febrero, por el que las que firman su conformidad.
se regula la concesión de subvenciones en materia de adqui- 18.  Ya en el preámbulo del D.47/1997, de 22 de abril, se es-
sición, adjudicación y promoción de Viviendas de Protección pecifica que “...precisa de un tratamiento unitario que vincule el
Oficial de nueva construcción y rehabilitación. Publicado en el eventual contenido de los convenios que perfilen aquellas y armo-
D.O.E. de 9 de marzo de 1996. nicen los objetivos propios de la política de vivienda con los que
14. La falta de un planeamiento coherente con la realidad corresponden a la defensa del patrimonio histórico-artístico...”.
municipal –caso de aquellos municipios que han sido declara- 19.  Art.7 del D.47/1997, de 22 de abril. Se puede resu-
dos y no tienen Normas Subsidiarias, o un buen catálogo o un mir en la emisión de informes técnicos a nivel de urbanismo,
Plan Especial-, la carencia de un control de las actuaciones y de vivienda y Patrimonio, de forma que se acerca la Administra-
supervisión por falta de recursos y técnicos, la creencia de que ción al ciudadano y a la vez se controla más la actuación de los
la casa es un elemento aislado y no parte de un conjunto sujeto Ayuntamientos.

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Mª. Ángeles Ávila Macías

Una vez publicado el decreto de regulación de diferencial ya que era la primera vez que aparecía
las Áreas de Rehabilitación, aparecieron en fechas la figura de la Mancomunidad en la defensa común
muy próximas las resoluciones por las que se fir- del Patrimonio. Los nuevos firmantes en la provin-
maban los convenios de creación de las primeras cia de Cáceres fueron, además de Coria, Cáceres,
oficinas de Rehabilitación como proyectos piloto20. Hervás y Valencia de Alcántara, los Ayuntamientos
En Cáceres se escogieron los municipios de Hervás, de Trujillo, Alcántara y las Mancomunidades de La
Coria, Valencia de Alcántara y Cáceres, mientras Vera y Sierra de Gata. En Badajoz, suscribieron Ba-
que en Badajoz fueron seleccionadas Burguillos del dajoz, Zafra, Llerena, Burguillo de Cerro, Jerez de
Cerro, Feria y Badajoz. los Caballeros.
En el siguiente plan de Vivienda aplicable para En el último Plan de Vivienda, vigente para el
el período 1998-2001 y regulado por Real Decreto período 2002-2005 y recogido en el Real Decreto
1186/1998, de 12 de junio, se observó un cambio 1/2002, de 11 de enero, apenas hay cambios signifi-
significativo en cuanto a la conceptualización del cativos con respecto a los anteriores salvo en algu-
término, con una mayor concreción en lo que a los nos matices. En primer lugar, desaparece la alusión
espacios de interés histórico-patrimonial se refería. que se recogía sobre las ciudades declaradas por la
Se puntualizaba que éstas eran “...las áreas de re- UNESCO Patrimonio de la Humanidad22 y con ella
habilitación integrada, así como cualquier otra que, el principal matiz que se introducía en defensa del
por tratarse de zonas o barrios en proceso de degra- Patrimonio Histórico-Artístico más allá de lo que
dación o por estar ubicadas en ciudades declaradas son los edificios individualmente considerados.
por la UNESCO como Patrimonio de la Humani- En segundo lugar, también se elimina la exención
dad, sean así declaradas por el órgano competente que hasta el momento se había mantenido en los
de la Comunidad Autónoma previo acuerdo con el inmuebles que se encontraban dentro de las áreas
Ayuntamiento afectado21...” El resto de ese capítulo para permitir su vaciado, recogido en los planes de
referido a la rehabilitación recogía palabras simila- 1995-1998 y 1998-2001 respectivamente a nivel
res a las empleadas en el Real Decreto anterior. estatal23 y los correlativos a nivel regional24. Parejo
Su traslación al ámbito regional se plasmó en a la rectificación en el Real Decreto, la normativa
el Decreto 162/1999, de 14 de septiembre, que re- autonómica también lo hizo, reflejándose en el De-
gulaba las ayudas al plan de vivienda 1999-2003, creto 76/2002, de 11 de julio.
quedando reunido de nuevo las ayudas a la rehabili-
tación. Su definición quedaba en manos de lo que se
especificaba en el D47/1997, de 22 de abril, y a lo La gestión de las ARIs
que se dispusiese en los convenios entre la Junta de
Extremadura y el Ayuntamiento respectivo. Mediante el Real Decreto 2190/1995, de 28 de
Con el nuevo Plan en marcha, se ratificaron los diciembre, se facultó a las Comunidades Autónomas
convenios ya suscritos la vez anterior para la re- para poder declarar Áreas de Rehabilitación, siem-
habilitación y se firmaron otros nuevos, que intro- pre por el órgano competente y previo acuerdo con
dujeron además alguna novedad. La firma corres- el Ayuntamiento afectado. Para el caso extremeño,
pondió, por parte de la Junta de Extremadura, a las dicho órgano fue designado por decisión adoptada
Consejerías de Vivienda, Urbanismo y Transportes por el Consejo de Gobierno de la Junta de Extrema-
y Cultura, y por el otro lado, de los Ayuntamien- dura y recayó conjuntamente en el Consejero de Cul-
tos y Mancomunidades afectadas. Este fue el punto tura y Obras Públicas y Transportes25. Junto a esta
designación, se redactó en fechas muy próximas el
20. En la Resolución, de 24 de julio de 1997, de la Se- Decreto 47/1997, de 22 abril, por el que se regulaban
cretaría General Técnica, por la que se acuerda la publicación
del convenio suscrito entre las Consejerías de Obras Públicas y 22. R.D.1186/1998, de 12 de junio, Cap.V, Sección 2ª,
Transportes y la de Cultura y Patrimonio y el Excmo. Ayunta- Art.30.
miento de Valencia de Alcántara y Hervás, en materia de reha- 23. R.D.2190/1995, de 28 de diciembre, Cap. IV, Sección
bilitación para el período 1996-1999, publicada en el D.O.E. el 2ª, Art. 30 y R.D.1186/1998, de 12 de junio, Cap.V, Sección 2ª,
día 9 de agosto de 1997. Art.31.
En Resolución de 30 de julio de 1997, suscritos por las mismas 24.  D.34/1996, de 27 de febrero, cap.II, Art.16.2 y
Consejerías, aparece el convenio con los Ayuntamientos de Cáce- D.162/1999, de 14 de septiembre, Cap.II, Art.16.2.
res y Coria, publicados en el D.O.E. el día 26 de agosto de 1997. 25. En la siguiente legislatura la Consejería pasó a denomi-
21.  R.D.1186/1998, de 12 de junio, sobre medidas de fi- narse de Vivienda, Urbanismo y Transportes. En realidad esta
nanciación de actuaciones protegidas en materia de vivienda y facultad recae en aquella que cuente con la Dirección General
suelo del Plan 1998-2001, Cap.V, Sección 2ª, Art. 30. de Vivienda.

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De experiencia piloto a proyecto consolidado en la rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en Extremadura

las Áreas de Rehabilitación y en el que se recogía de presupuesto asignado a la Consejería de Cultura.


modo sucinto muchos de los puntos que los conve- Mientras que los tres primeros eran contratados por
nios iban a reflejar. Los primeros convenios tuvieron el Ayuntamiento o Mancomunidad y la Consejería
un carácter piloto y más tarde se repitió la experien- de Vivienda, el último se vinculaba directamente a
cia. Pero lo que estaba claro es que los ámbitos de la Consejería de Cultura29.
actuación iban a ser Conjuntos Históricos26. Desde ese momento y hasta la actualidad las
El objeto de los mismos era el de establecer un funciones de las oficinas buscan cumplir ese obje-
marco en el que coordinar las actuaciones y res- tivo marcado de promoción a la rehabilitación, eso
ponsabilidades de las Administraciones implicadas si, dentro de unos parámetros marcados por la Ley
–Autonómica y Local–, en una zona previamente 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y
delimitada dentro de los perímetros urbanos del Cultural de Extremadura pues se trata de zonas in-
propio municipio y aprobado en pleno. cluidas en Conjuntos Históricos declarados o incoa-
El principal objetivo era la promoción en la reha- dos. Entre otras cabe destacar, en lo que afecta a la
bilitación de viviendas en esas áreas, tanto de índole Consejería de Cultura, las siguientes:
público como privado y de acuerdo a los contenidos —— El asesoramiento, tramitación y gestión de los
especificados en los Reales Decretos y Decretos vi- expedientes de rehabilitación que se promue-
gentes en esa materia. Esas ayudas se efectuarían a van en el área de rehabilitación. Todos ellos
cargo de los presupuestos Generales de la Comuni- llevan un informe previo, otro técnico y otro
dad Extremeña, siendo administradas por la Conse- informe final que se adjunta al expediente y
jería de Obras Públicas y Transportes y gestionadas en el que se especifican por parte de los técni-
en el procedimiento por la Junta de Extremadura a cos de Patrimonio los aspectos que se tienen
través de la citada Consejería y el Área de Rehabi- que tener en cuenta a la hora de intervenir,
litación respectiva. En ningún momento la Conse- aquellos elementos que se han de modificar
jería de Cultura participaba en este reparto aunque una vez presentada la documentación reque-
su presencia resultaba ineludible pues el marco de rida y si la intervención ha redundado o no en
actuación se encontraba dentro de los Conjuntos la mejora de la construcción.
Históricos declarados o con expediente incoado27. —— La promoción, asesoramiento y gestión de las
Para llevar a cabo las funciones encomendadas actuaciones protegibles de renovación urbana.
que más adelante detallaremos, se organizaron en En este sentido, se debe tener una idea global
cada uno de los ayuntamientos firmantes las ofici- del municipio en cuanto a cuáles son las zonas
nas de las Áreas de Rehabilitación con personal de más sensibles a la hora de intervenir por su
la Junta, al servicio de la misma y de los consisto- especial interés, cuáles son las que son sus-
rios, siendo éstos28 -y como mínimo- un arquitecto ceptibles de mejorar, el tipo de construccio-
a tiempo parcial que además ejercería como direc- nes que existen, que población se localiza allí,
tor, un arquitecto técnico, un auxiliar administra- etc. Luego, sobre la propuesta que se haga,
tivo a tiempo completo y un técnico superior ex- se sigue el mismo procedimiento de informar
perto en Restauración, Historia o Arte a cargo del sobre los inconvenientes que se detecten.
—— La emisión de informes requeridos para la tra-
26. La declaración de Conjunto Histórico supone, para mitación y concesión de las licencias munici-
cualquiera de los municipios extremeños, algo más que el mero pales. Según la Ley 2/1999, de 29 de marzo,
reconocimiento de “la agrupación homogénea de construccio- Art.42.1. se especifica que “...la concesión de
nes urbanas o rurales que destaque por su interés histórico, licencias o la ejecución de las ya otorgadas
artístico, científico, social o técnico que constituyan unidades
claramente delimitables por elementos tales como sus calles, antes de la declaración de Conjunto Históri-
plazas, rincones o barrios”. Lleva implícito la obligación de co precisará resolución favorable de la Con-
conservar, proteger y mantener adecuadamente los valores por sejería de Cultura...”. Por tanto, si no hay
los que fue reconocido, recayendo esa tarea directamente en
los Ayuntamientos, en segundo lugar en los propietarios de los
inmuebles, que están obligados a solicitar licencia de obras para 29. Los técnicos superiores son historiadores del arte o
cualquier reforma que afecte a su inmueble y, en todo momen- arqueólogos, empleándose uno u otro con un criterio un tanto
to, en la Consejería de Cultura y Patrimonio, que delega en la ambiguo pues los primeros aparecen en cualquier ayuntamien-
Dirección General de Patrimonio Cultural el cumplimiento de to siempre que no sea una zona susceptible de excavación ar-
las obligaciones establecidas por la Ley. queológica. Esta maniobra no es muy comprensible ya que las
27.  Tanto la ley estatal como la autonómica así lo especifi- ayudas son a rehabilitación y las obras mayores en las que se
can en su articulado. mueven cimientos son muy escasas. Además se especifica que
28.  Art.7 del D.47/1997, de 22 de abril. sean expertos en historia, restauración o arte.

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Mª. Ángeles Ávila Macías

Plan Especial de Protección30, el técnico de de cómo va el convenio y aprobar las normas de


la consejería de Cultura debe visitar todos los funcionamiento.
inmuebles en los que se vayan a realizar las Pero una vez firmados, la puesta en marcha de los
obras para ver que lo que se pretende hacer convenios es muy distinta, así como sus resultados.
no atenta contra los valores individuales o
del conjunto, dando unas pautas sobre cómo
intervenir. La realidad de cada día y los
—— La emisión de informes técnicos de los pro- problemas que se plantean
yectos y presupuestos de actuación que hayan
de someterse a la Comisión de Bienes Inmue- Como ya hemos visto en el apartado anterior,
bles de la Consejería de Cultura, teniendo la en las oficinas de las ARIs se concentran todos los
misma consideración que los informes de los técnicos que desde el punto de vista urbanístico, de
técnicos de los Servicios de la Dirección Ge- vivienda y Patrimonio intervienen sobre un inmue-
neral de Patrimonio Cultural31. ble situado en su zona de actuación33. Se intenta con
—— Otras funciones en las materias relacionadas esta medida agilizar los trámites para el ciudadano
con el contenido del presente convenio. En que quiera hacer algún tipo de obra y evitar la dis-
este sentido y de cuerdo al Decreto 90/2001, persión y la duplicidad en los expedientes. Veamos
de 13 de junio, Art. 12 las Comisiones Pro- cada uno de los pasos.
vinciales podrán requerir el apoyo técnico Una vez hecha la solicitud de visita en el Ayunta-
y asesoramiento de los Técnicos Superiores miento o en la propia oficina, la maquinaria se pone
de Patrimonio que prestan sus servicios a la en marcha. Abierta la carpeta con la solicitud, se hace
Consejería de Cultura en las Áreas de Reha- la visita al inmueble en el que se pretende intervenir
bilitación Integral. y –sobre la situación existente, el valor de mismo y
la legislación vigente- se emite un primer informe en
Para el cumplimiento de estas funciones, se deben el que se contesta a lo que se solicita34. Además se le
atener a las instrucciones fijadas por la Consejería consignan las directrices a seguir si quiere continuar,
de Vivienda, Urbanismo y Transportes en materia comunicándole las ayudas aproximadas a percibir,
de vivienda, por la Consejería de Cultura en materia la situación urbanística que le afecta, el valor patri-
de Patrimonio y a la Oficina de Gestión Urbanística monial de la construcción y la conveniencia o no de
(en caso de ser mancomunidad) o del ayuntamiento las obras (sugiriendo cambios al respecto), y se le re-
en materia de urbanismo. Cada vez que alguna de quiere una documentación específica a presentar, que
las administraciones firmantes lo considere necesa- será más compleja de acuerdo a las obras propues-
rio, el convenio recoge la posibilidad de hacer un tas35. En este punto, muchos ­promotores se ven abru-
seguimiento del mismo a través de una Comisión mados por los requisitos y desisten en su empeño.
de Seguimiento, compuesta por cinco miembros32.
Sus funciones son las de hacer propuestas de pro- 33. Ésta queda delimitada por la designación del perímetro
gramación, realizar el seguimiento de lo realizado del conjunto de forma que un inmueble colindante pero fuera de
ese marco está afectado por otra oficina. En el caso del técnico de
hasta el momento, elaborar informes semestrales
Patrimonio su campo se amplia ya que puede ser requerido por
la Consejería para la realización de informes sobre algún Bien
situado fuera del área delimitada o incluso en otro municipio.
30. En cuyo caso, la actuación está regulada en el Art.42.2, 34. Esas solicitudes no son únicamente para la realización
de la ley 2/1999, de 29 de marzo. de obras. Algunas veces vienen a recoger información sobre las
31.  Como la firma de la mayor parte de los convenios es ayudas que se conceden, o a saber que se permite hacer sobre el
anterior a la modificación del Decreto 14/1987, de 10 de marzo, inmueble antes de comprarlo, o a pedir cambios de usos de las
por el que se crean las Comisiones de Bienes Inmuebles por el construcciones, o son denuncias por parte de particulares o el
Decreto 90/2001, de 13 de junio, por el que se crean las Comi- propio Ayuntamiento sobre la realización de obras ilegales, etc.
siones Provinciales de Patrimonio Histórico, no se ha actua- Tampoco son siempre particulares los que realizan las con-
lizado este punto. Actualmente, se reconoce que los informes sultas. Algunas veces es la propia O.G.U.V (Oficina de Gestión
realizados por las Oficinas de las Áreas de Rehabilitación tie- Urbanística y de Vivienda) la que nos deriva expedientes suyos
nen el mismo valor que el correspondiente a las Comisiones porque la actuación se realiza sobre un Bien Inventariado o Ca-
Provinciales del Patrimonio Histórico. Ello implica que visto el talogado por la Consejería de Cultura o recogido en las NN.SS.
expediente en la oficina, se envía propuesta de resolución a la de Planeamiento, y es preciso adjuntar igualmente un informe
Consejería de Cultura para que resuelva. del técnico de Patrimonio y seguir los mismos cauces que un
32.  Dos son representantes de la mancomunidad o del mu- expediente propio.
nicipio, uno es de la Consejería de Cultura, y otro de la de Vi- 35.  Si se trata de obra mayor, se le requiere un proyecto de
vienda, además del Director de la Oficina. un arquitecto o similar en cuanto a cualificación profesional; si es

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De experiencia piloto a proyecto consolidado en la rehabilitación del patrimonio: las A. R. I. en Extremadura

Otros continúan ante la necesidad. Es ahí donde se expedientes de obra menor con gran celeridad –en
comienza a ver a la Administración como un censor un plazo que no suele superar los quince días- y si
y se ratifica su primera idea –muy extendida entre hay alguna urgencia, en menos tiempo. Otro caso
los ciudadanos- de que uno en su casa debería poder es el de las obras mayores pues lo normal es que
hacer lo que quisiera por dentro porque es suya, aun- tengan que hacerse varias modificaciones sobre el
que por fuera mantenga una cierta estética36. proyecto inicial presentado para atender a todas las
Dado este paso y con el promotor convencido, indicaciones que se hacen desde la oficina. Los pla-
éste remite la documentación requerida (presupues- zos se demoran varios meses39.
tos desglosados, anteproyecto, etc. dependiendo del Este sería el modo de operar más lógico, pero en
tipo de obra a realizar), se analiza la misma y se muy pocos casos ocurre así. Veamos cuales son los
vuelven a emitir los informes necesarios por parte problemas más frecuentes.
de la Oficina, teniendo presente que debe llevar el Aunque cada una de ellas presenta peculiarida-
favorable por parte de la Consejería de Cultura y des, los problemas que se suscitan son similares. Se
que tiene un carácter vinculante37. Una vez aquí, el pueden agrupar en internos (que afectan al propio
expediente se puede tramitar por una doble vía: una funcionamiento de la oficina) y externos (vincula-
más larga y que demoraría los trámites varios me- dos a los promotores, propietarios y entidades pú-
ses38 a través de la Comisión Provincial de Patrimo- blicas). Empecemos por los últimos. Primero cabría
nio Histórico (cuando no tiene ayuda) o de la oficina destacar el desconocimiento por parte de los ciu-
del ARI. Propongamos que sigue el expediente en la dadanos del funcionamiento de la Administración,
oficina. Con toda la documentación en regla se pasa de manera que la visita previa al inmueble es ya la
a la siguiente fase. constatación de la finalización de las obras. Es una
El Ayuntamiento otorga la licencia de obras sobre infracción que se trata de reconducir informando a
lo informado de forma que cualquier modificación las autoridades competentes para que se pronuncien
que se hiciera sobre la documentación presentada sobre la continuación de las obras o su paralización,
tendría que ser comunicada a la oficina para que todo ello dependiendo del montante de las mismas y
fuese analizada y aprobada de nuevo y, por supues- el grado de deterioro ocasionado.
to, antes de que se ejecutase. A la finalización de Segundo, y en relación con lo anterior, la escasa
las obras, los técnicos competentes visitan la obra y conciencia de los Ayuntamientos para exigir el cum-
emiten un informe final. plimiento de la ley, dando licencias verbales o es-
Aunque pueda parecer farragoso y dilatado en el critas a los propietarios sin pedir la documentación
tiempo para el promotor, se suelen dar salida a los mínima. En ese punto los técnicos se encuentran de
nuevo en la tesitura de denunciar y además recondu-
cir la situación ilegal en la que se hallan.
obra menor podrá ser de un técnico medio o similar, y otras veces
basta con un presupuesto de las obras y del valor de las mismas.
Tercero, la falta de preparación por parte de los
36. La mayoría de los ciudadanos entienden que su casa sólo constructores que les lleva a desoír lo que pone en
debería verse afectada -en lo que a la conservación del Patrimo- el proyecto –que lo consideran un mero trámite– y a
nio se refiere- sólo en la fachada. No se comprende que su vivien- realizar la obra según su criterio. De nuevo el técni-
da puede tener más valor por dentro –ya que mantiene una estruc-
co en Patrimonio se ve en la tesitura de denunciar las
tura singular, elementos particulares como esgrafiados o revocos,
o forma parte de un sistema que se repite en toda la manzana irregularidades, “aguantar la presión” por parte de
en cuanto a la distribución, etc.- y que eso hay que preservarlo. propietarios, contratistas y el propio Ayuntamiento,
Las oficinas estudian cada caso por separado y busca un término y reconducir la situación. Derivado de lo anterior,
medio entre lo que se pretende y lo que no se puede hacer.
37. En el caso de obra menor, el informe del técnico de Pa-
trimonio se toma como válido y vinculante pues de otro modo 39.  Desde las oficinas, los técnicos intervinientes suelen acon-
se demorarían demasiado los trámites para conceder la solicitud sejar a los propietarios que una vez tengan claras las ideas sobre lo
de obras al ser necesario que el expediente pasase a Mérida para que se pretende y contacten con el arquitecto que les va a realizar
que el Director General de Patrimonio (en quien ha delegado el el proyecto, éste se ponga en contacto con ellos para darle ciertas
Consejero) firme el visto bueno. Hay que tener presente que el indicaciones que le pueden permitir acortar el tiempo. Otra cosa es
amparo legal de ese técnico no está todavía claro. que el técnico desoiga lo que se le dice y no ceje en sus ideas.
Solo en el caso de ser obra mayor o alguna infracción re- Muchas veces los promotores piden asesoramiento a la ofici-
conducida se lleva a cabo el proceso completo que se puede na sobre técnicos con los que puedan trabajar, pero no se les puede
demorar algún tiempo. facilitar ningún nombre aún a sabiendas de que muchos de los que
38. La Comisión de Patrimonio se reúne al menos una vez al trabajan por esas zonas “empantanan” los proyectos y tardan mucho
mes y emite dictamen según la documentación que se presenta. en conceder las licencias. Esta negativa a facilitar nombres no se
Si faltase algún documento o bien estos estuviesen incompletos, debe a un capricho sino a la objetividad que tiene que tener cualquier
se tendría que esperar un mes más para que volviese a ser visto. organismo público no vulnerar los derechos de ningún profesional.

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Mª. Ángeles Ávila Macías

nos encontramos con unos técnicos de proyectos y acercamiento de la Administración al ciudadano


sobre todo de dirección de obras que no cumplen a través de las oficinas, pero sólo desde el punto
con su labor de asistencia a los constructores. de vista técnico y no resolutivo lo que supone un
En cuanto a los problemas internos, éstos varían detrimento en la calidad de los servicios al de-
según la composición de las oficinas y su ámbito de morarse innecesariamente el tiempo de tramita-
actuación ya que son más complejas de aglutinar las ción41. Muchas oficinas asumen esas carencias
que tienen un carácter mancomunado. El primero y en sus informes se salva el escollo con frases
es la variopinta composición de los miembros de la como “...deberá tenerse en cuenta la legislación
Oficina, rigiéndose cada uno por convenios distin- vigente en materia de Patrimonio para la conce-
tos. La falta de diálogo por parte de las Consejerías sión de licencia municipal de obras...”. El vacío
de las que dependen provoca tensiones que afectan legal con el que muchas veces se funciona y la
al normal funcionamiento de las mismas y pone de inmediatez a los problemas hace que se tomen
manifiesto que uno de los principales problemas decisiones comprometidas que ni los propios ga-
que tienen las A.R.I. es la propia Administración binetes jurídicos de las Consejerías implicadas
pues crea figuras a las que dota de funciones pero saben responder en plazo breve. El cuarto, que
no resuelve la manera de funcionamiento. las oficinas resuelven los problemas inmediatos
El segundo, la ampliación continua de las tareas de la rehabilitación, pero no se abordan otros más
a realizar por parte de los técnicos fruto de las mo- importantes a largo plazo como son los de la di-
dificaciones legislativas en materia de Vivienda y fusión, educación y concienciación social en ma-
Patrimonio40. El tercero alude a la pretensión del teria de Patrimonio42.

41. Las obras menores necesitan una respuesta ágil al ciu-


dadano ya que muchas veces se trata de cambios puntuales den-
tro de la construcción como son el arreglo de las carpinterías,
retejado o pintura en fachada. El tener que emitir un informe
previo para que la Consejería de Cultura autorice las obras dila-
ta la resolución en una o dos semanas y los ciudadanos, en lugar
de solicitar permiso para obras, las hacen directamente lo que
les hace incurrir en una ilegalidad sancionable.
42.  Si partimos de la base de que no existe una idea común
mínima en el propio concepto de Patrimonio, que son muchas
40. En materia de Patrimonio, el cambio más importante ha las personas que actúan sobre él y que la Administración úni-
sido la derogación del Decreto 14/1987, de 10 de marzo, por el camente establece mecanismos de control y sanción pero no de
que se crean las Comisiones de Bienes Inmuebles por el Decreto educación, nos encontramos con un panorama desalentador: los
90/2001, de 13 de junio, por el que se crean las Comisiones Pro- ayuntamientos no cumplen con su papel porque no quieren en-
vinciales de Patrimonio Histórico. La mayor novedad que recoge frentarse a los ciudadanos que luego han de votar; los construc-
este remozado organismo es su adaptación a la ley de Patrimonio tores miran lo que cuesta pero no como hay que hacerlo, sintién-
regional y la consideración de Área de Rehabilitación, equiparan- dose presionados por los promotores; los albañiles han perdido
do los informes que se hacen al respecto en las Oficinas con los el oficio y se han convertido en “ponedores de ladrillos”; los
que emite la propia Comisión. Además las oficinas se han con- promotores entienden que rehabilitar es hacerlo de nuevo y darle
vertido en asesores de la Comisiones cuando éstas lo requieran. una pátina “rustica” a base de chapados y pastiches.

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Arquitectura vernácula en el Valle del Guadiato

Rafael B. Mendoza Yusta


Universidad de Córdoba. España

La comarca del Valle del Guadiato es un exten- ha supuesto los medios necesarios para su efectiva
so territorio situado en la Sierra Morena cordobesa, protección.
compuesto por once municipios (Belmez, Espiel, Sin embargo, el cambio de mentalidades y el
Fuente Obejuna, etc.), más sus numerosas aldeas. progresivo aprecio por las formas de la cultura tra-
Se trata de un espacio de gran interés por contar dicional en una sociedad como la actual fundamen-
con una arquitectura vernácula que goza de un buen talmente urbana, los nuevos modelos urbanísticos,
estado en muchos sectores y que presenta óptimas la necesidad de vivienda, las cartas y recomendacio-
posibilidades para ser aprovechada como factor de nes internacionales o el motor económico que supo-
desarrollo cultural, social y económico. ne el sector turístico, abren nuevas posibilidades a
La arquitectura tradicional o vernácula, definida su conservación y mejora.
como: “El modo en que unos materiales general-
mente extraídos del entorno natural, y técnicas cons-
tructivas adquiridas bien por procesos evolutivos La influencia del medio
endógenos o por préstamos culturales, han servido
para dar respuesta a las necesidades físicas y socia- Teniendo en cuenta que la vivienda rural es
les de un colectivo, generando modelos arquitectó- como refiere Max Derruau2, un instrumento de tra-
nicos (técnicas constructivas, diseños espaciales y bajo y de alojamiento del agricultor, pero también
resultados estéticos), con unos logros originales en de las cosechas, el del ganado vivo y el del utillaje,
razón de la experiencia histórico-cultural y adapta- la arquitectura vernácula del Valle del Guadiato es-
ciones ecológicas propias de cada territorio”1. Es un tará condicionada en sus tipologías y características,
bien patrimonial de primer orden que sin embargo como no podía ser de otra manera, por el medio en
tiene una importante problemática, por lo que nece- el que se encuentra y los aprovechamientos que del
sita de urgentes medidas que apuesten por su tutela mismo se han realizado.
y revitalización. Como territorio serrano, su economía se ha ba-
La realidad de la misma en la zona que a conti- sado tradicionalmente en la ganadería y en menor
nuación se analiza, no dista mucho de la existente en medida en el aprovechamiento forestal (carboneo,
otros territorios. Abandonada en buena parte debido caza, etc.), siendo fruto de la primera, arquitecturas
al éxodo rural de mediados del s. XX, un conjunto tradicionales tan características como los numero-
de fenómenos entre los que cabe citar la llegada de sos chozos y zahúrdas que salpican la zona. Junto a
los nuevos materiales industriales, la especulación estos aprovechamientos, otras producciones como
urbanística, o un reconocimiento legal tardío que no el cereal o el viñedo de sierra, han tenido su reflejo

1.  Agudo Torrico, Juan: “Arquitectura tradicional. Re- 2.  Derruau, Max: Geografía humana, refundición del Tra-
flexiones sobre un patrimonio en peligro”, en PH, n. 29. Sevi- tado de geografía humana. Barcelona: Ed. Vicens Vives, 1981,
lla: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 1999, p. 191. p. 252.

491
Rafael B. Mendoza Yusta

en los espacios de almacenamiento de la vivienda permanecido casi inalterado durante siglos y que
que son los doblados y las lagaretas de los corrales. cuenta con irregulares parcelas históricas de gran-
Pero en general los mencionados rendimientos han des dimensiones, trazado orgánico de las calles,
tenido un lugar de encuentro en el sistema econó- etc. que contrasta con las ampliaciones posteriores,
mico que es la dehesa, sistema que cuenta con una fundamentalmente a partir del s. XIX. Si el primero
importante presencia en la zona y en el que aparece es lugar de viviendas de grandes propietarios agrí-
por doquier la omnipresente encina, cuya madera ha colas, las ampliaciones son fruto de la reformula-
sido empleada masivamente en la construcción de ción de la parcela agrícola, dándose edificaciones
los tejados del ámbito doméstico. regulares que corresponden a vivienda de braceros
Además de los usos y aprovechamientos del y pequeños propietarios.
medio, hay que añadir que el valle que forma el río Ambos sectores albergan entre sus calles en la
Guadiato, vertebra este sector de la provincia cordo- mayoría de los casos edificaciones de planta rectan-
besa, pero también se ha erigido históricamente en gular y fachada estrecha entre medianerías, aunque
tradicional vía de comunicación entre los espacios siempre quede condicionada por la forma de los
de Extremadura, la Meseta y Andalucía, situación solares, particularmente irregular en su parte final
que ha influido de forma notable en sus rasgos, sien- donde quedan los corrales, distinguiéndose aquí
do precisamente el fundamental de todos ellos, el de dependencias auxiliares, pequeños huertos, etc. La
participar de las características de todos los territo- cubierta, generalmente a dos aguas con igual exten-
rios citados. De hecho, si las vías que cruzaron el sión y pendiente, dispone su caballete en el sentido
territorio serrano rara vez tuvieron como destino el de la calle, estando condicionada dicha orientación
mismo, salvo en contadas ocasiones, como la mine- por la necesidad de verter aguas pluviales a la calle
ría en la antigüedad y de manera contemporánea, o y patios o corrales interiores. Caracterizada por el
cuando se necesitaba la lana para las manufacturas uso de la teja árabe de arcilla rojiza que la corona,
textiles en el s. XVI, sí que fue considerado territorio forma una característica línea quebrada debido a la
de destino desde otros lugares del Norte, ya fuera por diferencia de altura de los tejados de las casas.
los ganados mesteños, al integrarse sus poblaciones Por su parte en las mencionadas aldeas el peso
en las redes de mercados intercomarcales; o incluso de la mal llamada a menudo “modernidad” ha sido
compartiendo sistemas de trashumancia igualmen- menor, presentado una red secundaria de poblamien-
te intercomarcales que han funcionado en algunos to muy interesante al tratarse de un estadio anterior
casos hasta fechas recientes3. Todo ello ha procurado a la conformación de un núcleo de mayor entidad,
un espíritu peculiar, que al igual que en los vecinos lo que permite observar nítidamente la evolución de
Pedroches, tiene su resultado en una arquitectura la arquitectura vernácula desde tiempo atrás.
distinta con respecto al resto de la provincia. De volúmenes bajos y achaparrados, salvo la
iglesia que se eleva ligeramente sobre el blanco ca-
serío, el aspecto de su arquitectura es el de largas
Los núcleos urbanos hileras de viviendas encaladas con austeros huecos
esculpidos para hacer de vanos. Todo el macizo y
La arquitectura vernácula del Valle del Guadiato encalado conjunto resulta muy compacto, dando la
varía en sus características según tratemos las cabe- nota de variedad el color de los zócalos y la austera
ceras municipales o sus aldeas. En general el pobla- teja rojiza, o la alternancia entre las viviendas y los
miento de la zona siempre ha sido históricamente altos y monumentales portalones, que coronados de
débil, pero a raíz de la conquista cristiana y gracias a teja, dan a los corrales.
diversos motivos (defensivos, feracidad del terreno Lugar de nacimiento, vida y muerte de la comu-
o religiosos), una serie de núcleos se fueron consoli- nidad campesina que las habita, todas ellas tienen
dando y adquiriendo mayor tamaño para convertirse una fuerte identidad propia pues como dice Pierre
en los actuales pueblos. George4, la perennidad de sus instalaciones, cons-
No obstante todos estos núcleos poseen unas ca- truidas con materiales sólidos y la fidelidad de la
racterísticas comunes. Un núcleo primitivo que ha población al lugar de residencia de sus antepasa-
dos, al cementerio, a la sede de culto, a sus tradi-
ciones, etc., garantizan a un hábitat una longevidad
3.  Agudo Torrico y Hernández León, Elodia: “Serranos
y campiñenses. Imágenes dicotómicas desde el territorio y la
historia”, en Demófilo n. 36. Sevilla: Instituto Andaluz del Pa- 4.  George, Pierre: Geografía rural. Barcelona: Ed. Ariel,
trimonio Histórico, 2000, pp. 63-64. 1982, p. 171.

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Arquitectura vernácula en el Valle del Guadiato

notablemente superior a la duración de las circuns- los solados, si bien existen productos más delica-
tancias que han decidido su elección. Identidad re- dos como las baldosas de molde pintadas para los
forzada añadidamente por la autosuficiencia que le zócalos, el azulejo, o la baldosa hidráulica de vivos
han otorgado otras tantas construcciones tales como colores. Por último y como solución humilde, la tie-
los grandes molinos harineros, los hornos públicos, rra se ha empleado también para una vez apisonada,
etc. asociados a las mismas. cubrir el suelo.
Junto a piedra y tierra, la madera complementa
la tríada de materiales básicos. La encontramos en
Materiales, técnicas y tipologías constructivas. dinteles, puertas, techos, chimeneas, mobiliarios,
etc. utilizándose tanto especies arbóreas como la
Los materiales empleados en la arquitectura de omnipresente encina, árbol usado por excelencia,
la zona han sido fundamentalmente los existentes cuya madera recia y seca presenta una notable dure-
en el lugar. En un territorio serrano como el tratado, za, hasta el alcornoque, pues del mismo se obtiene
la piedra no será precisamente escasa. Se utilizan de una madera resistente, que se ha empleado para los
dos tipos, calizas, que forman el grueso del material muebles de las viviendas.
usado para muros y zócalos, o graníticas, pues exis- Con las vigas de madera, se han preparado las ar-
ten numerosos afloramientos de granito (aunque no maduras de las techumbres. Dichas armaduras, que
de manera tan abundante como en los vecinos Pe- adoptan las formas de par hilera o par y nudillo están
droches), reservándose su utilización para las porta- a su vez cubiertas por los chillados, superficie asenta-
das principalmente; en otras ocasiones sin embargo da sobre la armadura de cubierta donde se colocan las
el granito ha sido transportado desde los Pedroches tejas y otros elementos de cobertura. Ésta es la forma
a pueblos próximos, como Espiel, utilizándose de de cubrición tradicional, aunque existen también
esta manera más abundantemente. enormes techumbres construidas con cañas de río.
También encontramos la piedra en los solados Por lo que respecta a las cubiertas interiores, la
de la casa formando los pavimentos, ya sea en su madera, en forma de encaramado, ha compartido
versión más tosca de cantos rodados o bien más fre- protagonismo con la bóveda. La última otorga gran
cuentemente como chinos redondeados procedentes estabilidad y soporta a la perfección los empujes
de lechos de los numerosos arroyos existentes. Si su del grano almacenado en el doblado, adquiriendo
finalidad primera ha sido que no resbalen las bes- múltiples formas: de arista, de cañón, de cañón con
tias de camino al corral, a menudo han cambiado lunetos, etc. por lo que es muy común sobre todo en
su función utilitaria para adquirir otra bien distinta las zonas donde el cereal es abundante.
como es la decorativa a través de los hermosos em- Todo lo anteriormente comentado, esto es: con-
pedrados artísticos. De esta forma, variadas compo- dicionantes del medio físico, avatares históricos,
siciones que van desde dibujos geométricos, hasta técnicas constructivas, materiales utilizados, etc.
composiciones florales o heráldicas, otorgan un ha fraguado finalmente unas tipologías constructi-
agradable aspecto estético a las construcciones. vas que han persistido durante largo tiempo dado
No se puede olvidar por último la utilización de lo arraigado de su costumbre y porque al igual que
la piedra caliza para la obtención de cal, elemento cualquier otro hecho sociológico, reflejan también
esencial para el revestimiento de la construcción, una serie de disposiciones mentales5.
que evita que se debilite debido a las inclemencias Tratándose de una arquitectura muy relacionada
del tiempo; aunque cuando no se ha dispuesto de con la explotación agropecuaria, la mejor clasifica-
este elemento se ha utilizado el barro aplicado di- ción posible es la consistente en la capacidad econó-
rectamente. Por otra parte, el blanco del encalado, mica y actividad laboral de sus ocupantes, pues tiene
si ha sido preeminente en el exterior, no lo ha sido un importante reflejo en los modos de vida y su peso
tanto en el interior, donde a menudo se ha utilizado en que resulten unas edificaciones u otras. En esta
tierra rojiza y más modernamente el azulillo. línea, la clasificación puede ser la siguiente:
Si la piedra se ha utilizado habitualmente para —— Infraviviendas.
realizar muros de mampostería, la tierra se ha hecho —— Viviendas mínimas o jornaleras.
para el levantamiento de muros de tapial y adobe —— Viviendas de pequeños y medianos propietarios.
(aislados ambos por el primer tipo), así como para el —— Viviendas de grandes propietarios.
empleo de productos más elaborados para la cons-
trucción como el ladrillo y la teja. El barro cocido
también adoptará la forma de baldosas bastas para 5.  Derruau, op. cit., p. 252.

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Rafael B. Mendoza Yusta

Chozo de pastores del Museo de la


Posadilla (Fuente Obejuna),

Las infraviviendas son modestas construcciones hace la vida familiar, el otro destinado a alcoba. Si el
en que se habita de forma muy precaria por su es- espacio lo permite existe un pequeño doblado donde
pacio y materiales. Humildes viviendas de pastores, almacenar los enseres de la vivienda y alimentos,
han sido reflejo de las duras condiciones de vida de pero estos doblados son angostos y no ocupan toda
sus habitantes, estando relacionadas con la ganade- la superficie de la casa, bien porque las necesidades
ría comarcal, pero también con el ganado trashu- son tales que no se requiere más espacio de almace-
mante que utilizaba estas tierras como invernadero. naje o porque la ausencia de materiales produce tal
De entre ellas podemos distinguir el chozo, vivien- circunstancia. Asentadas a menudo sobre el espacio
da redonda caracterizada por su exiguo espacio y sobrante de una parcela, pueden contar con un pe-
paramentos exclusivamente vegetales; las chozas, queño corral, pero la mayoría de las veces no exis-
que a diferencia de los anteriores no tienen una es- te, por lo que ante la necesidad de espacio se toma
tructura completamente vegetal, sino que estaban parte del que hay en la calle. No es extraño, sobre
compuestas de muretes de mampuesto, siendo vege- todo en las aldeas que cuentan con una arquitectura
tal tan sólo su cubierta (pese a que otras tienen una menos evolucionada, ver la construcción de portales
cubierta formada por aproximación de hiladas e im- que no hacen sino anexionarse parte de la misma.
permeabilizadas con tierra); así como las casillas de Si las viviendas de pequeño propietario no su-
porquero, construcciones igualmente de pequeñas ponen una situación mucho más cómoda, pues se
dimensiones pero más sólidas, con cubierta de teja trata del lugar de residencia de gentes que se han
a dos aguas, pequeño hogar, etc. y que están asocia- dedicado al pastoreo, el laboreo del pequeño trozo
das a otras construcciones como son las zahúrdas. de tierra para el autoconsumo o al trabajo de la tie-
Cuando hablamos de viviendas mínimas, lo rra de otros. La vivienda de mediano propietario
hacemos sobre viviendas con unas condiciones de sí que presupone ya una posición económica más
vida muy crudas pero que presentan ciertos avances desahogada. Muchos de sus moradores son labra-
como la división del espacio, una zonificación para dores de su propio terreno o bien del de otros, pero
uso determinado, un cambio en el tipo de materiales han alcanzado ya al menos una estabilidad social
adquiriendo la vivienda una mayor consistencia (los y económica y con su ahorro han podido desarro-
paramentos vegetales se ven sustituidos totalmente llar más su vivienda; aunque, dentro de este grupo
para pasar a usarse la mampostería o el tapial), etc. habría que reseñar que existe un amplio espectro.
El techo también se consolida pese a seguir siendo Se trata en la actualidad de la tipología más abun-
una estructura vegetal modesta, abundando el de ca- dante en el Valle del Guadiato y a diferencia de las
ñizo o rollizo sobre el que se dispone el mortero o anteriores, multiplica el número de crujías (tres o
el barro y encima las tejas. Suelen ser viviendas de cuatro), quedando en el centro el hogar. Además,
una sola crujía compartimentada siempre en dos es- si en las viviendas anteriores los usos eran casi ex-
pacios, uno destinado a contener el hogar donde se clusivamente habitacionales, sólo con un pequeño

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Arquitectura vernácula en el Valle del Guadiato

ya un corral de importantes dimensiones con múl-


tiples dependencias auxiliares donde se guardan los
animales y aperos de labranza, incluso con edifica-
ciones para procesos productivos, como puede ser
el caso de una tahona, lagar, bodega, etc. Aparte del
corral, también estará presente un doblado de mayor
tamaño que ocupa la totalidad de las crujías de la
casa y que a su vez estará compartimentado según
las distintas producciones, dando lugar a un doblado
grande y a un doblado chico.
La mayor capacidad adquisitiva producirá una
mayor especialización de los espacios y una imi-
tación de los ricos propietarios, comenzando el
exorno de la casa en sus espacios públicos (fachada
moldurada, aparición de rejería en los vanos exte-
riores, decoradas cancelas en el zaguán, granito en
las jambas, empedrados decorativos en el pasillo
de distribución, arcos y azulejería en el acceso al
hogar, pintura en el mismo, etc.), y en menor me-
dida en los privados. Por último hay que referir que
se produce una diferenciación progresiva entre la
vivienda, con función exclusivamente habitacional,
y el corral, lugar de trabajo. Ello implica la apertura
de entradas distintas, idea ciertamente anticipatoria
a la desconexión que se produce en las viviendas de
ricos propietarios agrícolas, pues ambos espacios se
especializan definitivamente, contando con accesos
Planta de vivienda de mediano propietario agrícola. diferentes.
En el último grupo de viviendas de grandes
propietarios, se incluyen las arquitecturas pertene-
corralillo para alguna dependencia auxiliar tal y cientes a aquellos personajes que en pueblos, y algo
como una pequeña zahúrda para la matanza familiar menos en aldeas, han alcanzado cierta posición de
y un doblado muy pequeño, en esta tipología que privilegio gracias a poseer un buen número de tie-
ahora analizamos esto cambia, pudiendo aparecer rras, la mayoría, y en menor medida por haber hecho

Vivienda con rejería en portada de


Cuenca (Fuente Obejuna).

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Rafael B. Mendoza Yusta

negocios comerciales o tratarse de importantes pro- sus catálogos de elementos protegidos, convirtién-
fesionales liberales. Esta tipología suele incorporar dose de hecho en el más importante elemento para
repertorios cultistas de procedencia generalmente su conservación, ya que la otra vía, la protección
urbana (por supuesto huelga decir que a mayor ca- dentro del Catálogo General de Patrimonio His-
pacidad adquisitiva mayor gasto en exornos), que tórico Andaluz, se antoja bastante más dificultosa
a veces la hacen distanciarse de lo tradicional, que (prueba de ello es que hasta la fecha ninguno de
queda más para las técnicas constructivas y distribu- estos bienes han sido inscritos aún). Por otra parte
ción formal que para el revestimiento de la vivien- no sólo es necesaria la inscripción dentro de dichos
da. En este caso lo que se da es una multiplicación catálogos urbanísticos, sino un cambio en su impor-
numérica de los espacios anteriormente vistos en tancia, ya que a menudo y salvo honrosas excepcio-
otras tipologías (cuatro o cinco crujías, enorme co- nes, su protección es muy inferior a la de otras tipo-
rral con variadas edificaciones auxiliares, doblado logías patrimoniales, amén de que sólo se tienen en
proporcionalmente mayor, etc.), más que en volú- cuenta elementos como la fachada y no la vivienda
menes, así como en una mayor especialización en en sí. Además, la protección del ambiente urbano,
los mismos, apareciendo por ejemplo: estudios y evitando escenas discordantes, la proliferación de
salas de estar en la vivienda, o en el caso del co- tendido eléctrico visible, el mobiliario urbano es-
rral lugares como salas de matanzas, lagares, etc. tandarizado, etc. son otros tantos elementos sobre
Tampoco podemos olvidar la disociación de vida y los que hay que intervenir urgentemente. Se puede
trabajo por medio de elementos como el patio vivi- decir por tanto que se cuenta con herramientas que
dero, elemento también distribuidor y privativo de pueden facilitar su protección pero que son nece-
esta tipología. sarias ciertas modificaciones y sobre todo valentía
política para ponerlas en práctica.
La conservación y mantenimiento de la arquitec-
Acciones de tutela y revitalización tura vernácula ha de procurar que la misma recu-
pere su habitabilidad, lo cual exige unas fórmulas
Siendo como se ha citado una manifestación propias que solucionen patologías específicas (hu-
patrimonial de gran valor que se encuentra en di- medades, problemas de cimentación, debilitamiento
ficultades para su perpetuación, es necesario efec- de los muros, etc.). Para ello ha de tenerse siempre
tuar políticas de tutela y revitalización sobre ella, o en cuenta que se han de utilizar aquellos materia-
lo que es lo mismo, llevar a cabo una cadena lógica les más aproximados a los utilizados en el contexto
de actuaciones que pasan por una intensificación arquitectónico originario6. En este sentido no hay
en su investigación, un empleo efectivo de las fi- que olvidar la importancia de los materiales tradi-
guras de protección bajo las que se puede amparar, cionales (madera, piedra y tierra), como elemen-
la aplicación de unos métodos apropiados para su tos que dan continuidad y homogeneidad temporal
conservación, así como la realización de activida- a la lenta evolución de la arquitectura vernácula o
des de difusión para su fruición colectiva. Además, tradicional.
se hace imprescindible revitalizarla desde la óptica En este ámbito, la firma de convenios entre la
de los nuevos usos que puede tener dicho patrimo- Administración y particulares conjugando el interés
nio; convirtiéndose el turismo en un fenómeno de por conservar el patrimonio con el interés de la pro-
gran relevancia en la actualidad del medio rural, piedad, los programas de ayuda a la rehabilitación
hacia el cual la arquitectura tradicional no puede que incluyan determinados beneficios (reducción de
ni debe ser ajena. impuestos sobre el suelo, de las contribuciones, o
Hasta el momento la investigación sobre arqui- de las tasas municipales), el asesoramiento por parte
tectura vernácula ha sido muy escasa en la comarca, de los técnicos municipales, o la formación de téc-
al igual que en tantos otros puntos de Andalucía, sin nicos preparados para dar respuesta a la conserva-
embargo es necesario apostar por ella a través de la ción de la vivienda tradicional orientando entidades
creación de equipos multidisciplinares sustentados como las escuelas taller hacia tal fin, son aspectos
en lo posible por entidades públicas y privadas, diri- fundamentales para una mejor conservación patri-
gidas desde la máxima instancia científica que es la monial. Además, con actuaciones como la última
Universidad.
En cuanto a las categorías de protección que
6.  González Varas, Ignacio: Conservación de bienes cultu-
puede tener, hay que dividirlas básicamente en dos. rales. Teoría, historia, principios y normas. Madrid: Ed. Cáte-
Por un lado se encuentra la normativa urbanística y dra, 1999, p. 114.

—  496  —
Arquitectura vernácula en el Valle del Guadiato

mencionada de las escuelas taller, se puede conse- museo9. Se trata de presentar la localidad como un
guir una recuperación doble, tanto de la vivienda espacio dinámico en el que el transcurrir del tiempo
tradicional como de los oficios tradicionales, senti- ha propiciado que, producto de la relación entre el
do en el que ya se pronunciara la Carta de Amster- hombre y el medio, haya nacido un paisaje concreto
dan de 1975, al manifestar que: “Es necesario velar y junto al mismo, como logro original, unas deter-
por que los materiales de construcción tradiciona- minadas formas arquitectónicas relacionadas con él.
les permanezcan disponibles y para que las artes y Un ejemplo interesante que se puede tomar como
técnicas tradicionales continúen siendo aplicadas”7. referente es el de la ciudad portuguesa de Mérto-
Aunque hay muchas más actuaciones posibles, sir- la, que bajo estas premisas ha creado un modelo de
van de ejemplo: la creación de cartas de calidad ar- gestión cultural sumamente atractivo.
quitectónica, adquisición y regalo por parte de los Añadidamente y dependiendo del público hacia
ayuntamientos de materiales específicos (piedra o el que vaya dirigida, se podrán organizar distintas
cal), etc. Acciones en conjunto que mejoran la ca- actividades. Interesantes resultan los proyectos con
lidad de vida ambiental de los vecinos a la par que los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes para
atraen a un turismo que puede suponer también una grupos de jóvenes alumnos, máxime cuando den-
serie de ingresos para su conservación. De hecho la tro del actual sistema educativo existe un apartado
propia Carta Internacional sobre Turismo Cultural dedicado a temas transversales entre los que se en-
de 1999 pone de manifiesto que una parte signifi- cuentra el de Cultura Andaluza, cuya finalidad es
cativa de la renta proveniente de los programas tu- mostrar a los alumnos las manifestaciones artísticas
rísticos en sitios con patrimonio debería dedicarse más sobresalientes y los modos de vida del pueblo
a la protección, conservación y presentación de los andaluz. También es necesaria una difusión dirigi-
propios sitios, incluyendo sus contextos naturales y da a la población de las distintas localidades de la
culturales8. comarca, en este caso el Valle del Guadiato, y más
Por último en lo que respecta a acciones de tu- espacialmente hacia quienes habitan las arquitectu-
tela, se ha de llevar a cabo una adecuada difusión, ras tradicionales, ya que su sensibilización y parti-
proceso último y finalidad de todas las acciones an- cipación son de gran importancia para la adecuada
teriores de tutela, ya que el patrimonio hay que vivi- apreciación y valorización de su propio patrimonio,
ficarlo, y tal hecho sólo puede realizarse a través del siendo una de las bases para su revitalización. La
conocimiento de su valor por parte de la sociedad. edición de dípticos con recomendaciones, cursos
La difusión habrá de tener como objeto el goce y y mesas redondas, concursos de pintura, dibujo o
disfrute público del patrimonio, pero también la de fotografía, etc. son actividades propiciatorias para
servir de eficaz instrumento de salvaguarda, pues ello. Un ejemplo de difusión es el realizado desde el
proteger el patrimonio no es un solo acto físico, sino Ayuntamiento de Espiel, habiéndose confeccionado
un proceso educativo en el cual la interpretación y con fotografías antiguas de la localidad unos calen-
presentación del patrimonio juegan un papel pri- darios que han tenido gran aceptación.
mordial. Una buena labor de difusión reducirá los Todo esto no es óbice para su combinación con
impactos negativos sobre un patrimonio que como técnicas de difusión más habituales y dirigidas a un
hemos visto se haya sometido a múltiples peligros, público más genérico, que se puede llevar a cabo
y reducirá la necesidad de hacer cumplir la norma- con guías de la propia localidad. Ello aumenta la
tiva edificatoria municipal, consiguiéndose incluso capacidad de la población local en la presentación
un apoyo por parte de los vecinos (convertidos a e interpretación de sus propios valores culturales,
través de la difusión en elementos activos) hacia las así como en el cuidado y conservación del mismo,
necesidades del patrimonio, colaborando a mejorar- aparte de los beneficios de carácter económico que
lo y acrecentarlo. puedan reportar10. Otros medios son los paneles ex-
Una de las líneas interpretativas más interesante plicativos, las rutas o senderos, publicaciones diver-
desde las que pueden presentarse los núcleos rura- sas entre las que podría haber una Guía de Arqui-
les de la comarca con un énfasis en la arquitectura tectura Tradicional del Valle del Guadiato, o bien
tradicional de la zona, es bajo la idea del territorio-

9. Camarero Izquierdo, Carmen y Garrido Samaniego,


7.  Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico. Amster- María José: Marketing del Patrimonio Cultural. Madrid: Ed.
dan: Consejo de Europa, 1975. Pirámide, 2004, p. 121.
8.  Carta Internacional sobre Turismo Cultural. México: 10.  Carta Internacional sobre Turismo Cultural. México:
ICOMOS, 1999. ICOMOS, 1999.

—  497  —
Rafael B. Mendoza Yusta

medios masivos a través de las nuevas tecnologías los turistas. Se trata de sustituir la idea tradicional
de la información. de reconstrucción de documentos por la de recons-
Por último hay que decir que la pérdida de im- trucción de la vida cotidiana y de utilizar el turismo
portancia de las actividades agropecuarias, exige como instrumento de mantenimiento y rehabilita-
cambios en el uso del espacio y la realización de ción de la arquitectura tradicional, sin que pierda su
nuevas funciones por parte de la población rural. sentido ni el mensaje cultural que implica11.
En este contexto, el turismo se erige en un sector Si lo dicho anteriormente viene a justificar las
estratégico capaz de contribuir de manera decisiva bondades de las viviendas rurales antiguas como
a la consecución de una mayor calidad de vida de alojamiento para visitantes, se ha de añadir a todo
los habitantes del espacio en que se da, generando esto que actualmente existe un marco legislativo
ingresos, promoviendo infraestructuras que de otra muy favorable para el desarrollo de estas experien-
manera no se darían y favoreciendo los intercam- cias. El Decreto de Turismo en el Medio Rural y
bios y sinergias, siendo un factor determinante para Turismo Activo12 de la Junta de Andalucía de 2002,
el desarrollo de zonas desfavorecidas como la co- ha resultado un progreso definitivo para los aloja-
marca que se estudia. mientos rurales después de una indefinición de años
Sin lugar a dudas el recurso turístico por exce- en el sector, definiéndose éstos como los estable-
lencia de la misma es la arquitectura vernácula, que cimientos de alojamiento turístico y las viviendas
bien como creadora del ambiente demandado (es turísticas de alojamiento rural que reúnan las carac-
decir como recurso patrimonial), bien como lugar terísticas propias de la tipología arquitectónica de
de alojamiento (infraestructura turística), se con- la comarca en que están situadas y estén integradas
vierte en un elemento de primer orden. Suponien- adecuadamente en el entorno natural y cultural (art.
do su potenciación un elemento de diferenciación 9). De entre estos, son las casas rurales (que cuen-
y excelencia con vistas a disponer de una oferta de tan incluso con la posibilidad de especialización y
calidad. concesión de dispensas en función de su singulari-
Como recurso patrimonial, el caserío que en su dad), el elemento clave para el desarrollo turístico
conjunto forma el casco urbano de los antiguos pue- del medio rural.
blos y aldeas posee un clarísimo valor ambiental Para tal fin se han venido dando diversas fórmu-
intrínseco, aportando para placer de los visitantes las de gestión, basadas fundamentalmente en la aso-
sus armónicas características externas (volúmenes ciación de las mismas: Gîtes de France, farm-houses
comprensibles y adaptados al hombre, el colorido en el ámbito anglosajón; o la RAAR en un ámbito
de las decoradas fachadas o en su caso de los aus- más cercano (Red Andaluza de Alojamientos Rura-
teros muros que dejan entrever sus materiales tradi- les), que desde su creación en 1991 se ha convertido
cionales, etc.), configurando distintos ambientes de en un ejemplo de gestión agroturística integral de
la localidad que terminan por convertirse en espa- iniciativa privada. Se puede decir por tanto que con
cios turísticos de gran interés. un mínimo de inversión se podría obtener una im-
Como se ha dicho, junto a la posibilidad de re- portante capacidad de alojamiento en la comarca,
curso patrimonial de interés para el turismo que se aprovechando las altas demandas durante periodos
le confiere a la arquitectura tradicional, está la de concretos del año sin las externalidades que supone
servir como infraestructura de alojamiento de ca- crear grandes instalaciones, sino al contrario produ-
lidad que ofrezca la integración plena en el medio ciendo una reutilización de la vivienda tradicional.
rural del visitante. Este tipo de alojamiento propicia Como conclusión se puede decir que existe una
un turismo blando y sin impactos, favorece la eco- arquitectura vernácula rica y variada en el Valle del
nomía de los vecinos, y todo ello utilizando unos Guadiato que es necesario proteger y que puede ser-
espacios ya existentes que tan sólo necesitan de al- vir de acicate al desarrollo comarcal, con una serie
gunas reformas para su adaptación a la vida actual. de políticas de revitalización realistas que aprove-
Existe de hecho un enorme patrimonio inmobilia- chen los medios existentes para tal fin.
rio infrautilizado disponible para tal fin, la cuestión
principal es desarrollar su uso. Con ello se consigue
que la vivienda, expresión construida y edificada
de la forma de pensar y de la identidad cultural del 11.  Bote Gómez, Venancio: Turismo en espacio rural. Re-
habilitación del patrimonio sociocultural y de la economía so-
medio rural, se rehabilite. Suponiendo para la po-
cial, segunda edición. Madrid: Editorial Popular, 2001, p. 76.
blación rural una forma de preservar su cultura y de 12.  Decreto 20/2002 de 29 de enero de Turismo en el
afirmarla, a la par que resulta un gran atractivo para Medio Rural y Turismo Activo de la Junta de Andalucía.

—  498  —
Patagonia. Nuevas perspectivas para la
preservación de la arquitectura vernácula

Liliana Lolich
CONICET. Argentina

¿Qué entendemos por arquitectura vernácula?1 sensible y voluntaria (...), vernácula por identificar-
se plenamente con una región dada.”3. Desde una
Estamos lejos de considerar que la arquitectura visión contextualista, el autor acentúa sus valores
vernácula sea un “estilo”2 que pueda producirse a como “segunda naturaleza” o naturaleza modificada
voluntad para satisfacer demandas de clientes nos- que potencia, atenúa o modifica las características
tálgicos, para crear imágenes idealizadas de falso del medio. Se trata de obras desarrolladas por socie-
atractivo turístico o como idílico referente de segu- dades primitivas con dependencia casi absoluta de
ridad destinado a poblar urbanizaciones cerradas. los recursos naturales y de las restricciones impues-
Despojada de intereses comerciales o especulativos, tas por el lugar, las cuales han sido trasmitidas de ge-
la arquitectura vernácula es un referente de identi- neración en generación como valioso conocimiento
dad que hunde sus raíces en la historia de los pue- empírico desarrollado a través del tiempo. Conoci-
blos. Además de sus innegables valores culturales, miento que resulta de la simbiosis entre construc-
si bien en su producción predomina lo utilitario, no ción social y naturaleza, que la acerca al concepto
carece de sentido estético asociado a su simpleza de arquitectura natural y que Bellucci ejemplifica
formal y economía de recursos. con asombrosos productos del reino animal tales
Según Bellucci en la arquitectura vernácula se como el nido del hornero4 y el panal de las abejas
fusionan dos términos inseparables: “arquitectura con quienes lo compara por tratarse de un modelo
por la operación que modifica el medio de manera riguroso, medular, cercano a lo más primario de la
construcción y de la naturaleza humana. El mismo
autor destaca como cualidad del diseño vernacular
1.  Vernáculo, la. (Del lat. vernacŭlus.) adj. Doméstico, nati-
vo, de nuestra casa o país. (Diccionario de la Lengua Española.
el “hacer con los mínimos elementos una maximiza-
T. II. 21ª. Ed. Madrid: Real Academia Española; 1992.). Med. ción de espacios de vida...”5.
s. XIX. Tom. del lat. vernacŭlus ‘indígena’, ‘nacional’, deriv. La Carta del Patrimonio Vernáculo Construido
de verna ‘esclavo nacido en casa de su dueño’, ‘nacido en el suscrita por ICOMOS en 1999 relaciona esta arqui-
país, indígena’. (COROMINAS, Joan. Breve diccionario etimo-
tectura con el mundo de los afectos y sentimientos
lógico de la lengua castellana. 3ª. Ed. Madrid: Gredos; 1997.).
Arquitectura vernácula. Dícese de aquel tipo de arquitectura que populares:
ha sido proyectada por los habitantes de una región o periodo
histórico determinado mediante el conocimiento empírico, la
experiencia de generaciones anteriores y la experimentación.
Usualmente, este tipo de construcciones es edificada con ma- 3.  BELLUCCI, Alberto Guillermo. “La arquitectura ver-
teriales disponibles en el entorno inmediato. (http://wikimedia- nácula entre la inocencia y el pintoresquismo” en Summarios
foundation.org/wiki/Template:News-es. Consulta: 22.04.05) 65-66. Buenos Aires: Summa; junio 1983. P. 4.
2.  Arquitectura vernácula. Estilo de arquitectura que ejem- 4.  Pájaro que construye su nido con barro, en forma de
plifica las técnicas de edificación más corrientes basadas en las horno, con una distribución similar a la de una vivienda ele-
formas y materiales de un período, región o grupo humanos mental. Es una de las especies características de la pampa
concretos. CHING. Francis D. K. Diccionario Visual de Arqui- argentina.
tectura. México: Gustavo Gili; 1997. P. 160. 5.  BELLUCCI. Op. Cit. P. 9 y 10.

499
Liliana Lolich

“es tanto el trabajo del hombre como creación del de atención sobre los valores de la arquitectura ver-
tiempo (...) es la expresión fundamental de la identi- nácula como antídoto frente a tanta obra de arqui-
dad de una comunidad, de sus relaciones con el terri- tectos sin arquitectura que hoy relacionamos con la
torio y al mismo tiempo, la expresión de la diversidad contaminación arquitectónica, las modas impuestas,
cultural del mundo.”
la arquitectura globalizada y los “no lugares”. Be-
lluci sostiene que “existen dos focos de desintoxica-
El mismo documento colabora a su identificación
ción privilegiados para el arquitecto actual: la natu-
estableciendo criterios para reconocerla. Ellos son:
raleza y la historia, o sea, el lugar y la memoria.”8.
“a) Un modo de construir emanado de la propia
comunidad. Ello sin dejar de alertar sobre el mal uso de esos va-
b) Un reconocible carácter local o regional ligado al lores cuando se los tergiversa con finalidad comer-
territorio. cial, despojándolos de significado. Lejos de ello,
c) Coherencia de estilo, forma y apariencia, así como deberíamos preservar los valores testimoniales de
el uso de tipos arquitectónicos tradicionalmente las arquitecturas originarias involucrando su entor-
establecidos. no y el patrimonio intangible, exigiendo que las in-
d) Sabiduría tradicional en el diseño y en la cons- tervenciones contemporáneas en sus proximidades
trucción, que es trasmitida de manera informal. interpreten sus códigos tipológicos y los respeten
e) Una respuesta directa a los requerimientos funcio-
con soluciones de acompañamiento. Soluciones que
nales, sociales y ambientales.
f) La aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradi-
deben evitar tanto las rupturas y el contraste como
cionales de construcción.”6 las mímesis superficiales y pintoresquistas que pon-
gan en riesgo la autenticidad.
Así como sus autores nos remiten a una historia
y cultura determinadas, por su estrecha relación con
el medio natural consideramos que la arquitectura Arquitectura vernácula en la
vernácula está solidariamente ligada a una geogra- Patagonia argentino/chilena9
fía particular. Por ello entendemos que su estudio
debe estar asociado al concepto de hábitat como Al menos hasta la década del 20, la actividad
“conjunto físico de condiciones y elementos que económica y social en la Patagonia tanto argenti-
constituyen el albergue de una población”7. Más na como chilena, funcionó como un solo territorio
allá de considerarla como un asentamiento humano, integrado. Grandes compañías ganaderas explo-
la noción engloba el territorio con sus característi- taban campos a ambos lados de la cordillera con
cas tanto naturales como culturales contemplando absoluta liberalidad y sin controles aduaneros. Las
las trasformaciones introducidas por el hombre a fin poblaciones rurales se movilizaban e intercambia-
de adaptarlo a sus necesidades primarias. ban productos con absoluta fluidez pues el territorio
funcionaba, en la práctica, con prescindencia de la
frontera. Mientras en el sur predominaban capitales
¿Para qué nos sirve la arquitectura vernácula? ingleses, en el noroeste se destaca la presencia de la
Compañía Comercial y Ganadera Chile-Argentina,
Consideramos que el estudio, valoración y pre- de capitales alemanes. Esta empresa poseía grandes
servación de la arquitectura vernácula ofrece innu- estancias e importantes casas comerciales a ambos
merables alternativas a la deshumanización frente a lados de la cordillera. Otro caso notable es la Socie-
una de las mayores amenazas de nuestro tiempo: la dad Anónima Importadora y Exportadora de la Pa-
tendencia a la homogeneización cultural y arquitec- tagonia, integrada, entre otros, por Mauricio Braun
tónica. Frente a ellas, la arquitectura vernácula apa- y José Menéndez, con grandes establecimientos
rece como modelo de calidad de vida, como refugio ganaderos y frigoríficos, empresas navieras y una
frente a la violencia creciente en nuestras ciudades. extensa red de casas comerciales con sede tanto en
Pese al tiempo trascurrido, no sólo no ha perdido Chile como en Argentina y sedes centrales en las
vigencia sino que se ha vuelto más actual el llamado capitales de ambos países.

8.  BELLUCCI. Op. Cit. P. 4.


6. ICOMOS. “Carta del Patrimonio Vernáculo Construido 9.  La Patagonia es una región geográfica que ocupa el ex-
(1999)”. En www.international.icomos.org tremo austral del continente americano desde, aproximadamen-
7.  FONSECA MARTÍNEZ, Lorenzo y SALDARRIAGA te, el paralelo 39° de latitud sur, comprendiendo la parte sur
ROA, Alberto. “La arquitectura de la vivienda rural en Colombia” de Chile y Argentina en una extensión del orden del millón de
en Summarios 65-66. Buenos Aires: Summa; junio 1983. P. 37. kilómetros cuadrados.

—  500  —
Patagonia. Nuevas perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula

Sin embargo, la fluidez en el intercambio se re-


dujo después de la Primera Guerra Mundial con la
implementación de serias limitaciones a la comercia-
lización. Los controles fronterizos se fueron hacien-
do cada vez más efectivos y se profundizaron hacia
1930 con el despliegue de las aduanas a lo largo de la
frontera. Así, la cordillera que antes actuaba como eje
de encuentro, se convirtió en una franca barrera de
separación10. Esta situación afectó a muchas localida-
des establecidas en áreas limítrofes que, por razones
de distancia y falta de infraestructura, se encontraban
incomunicadas con el resto del país. Su prosperidad
y desarrollo lo habían alcanzado merced a las relacio-
nes comerciales, culturales y sociales binacionales y, Los galeses que se radicaron en los valles cordilleranos
junto con ello, el desarrollo de una arquitectura ver- aprovecharon, en cambio, la abundancia de bosques
maderables. Entre las primeras arquitecturas figuran las
nácula de similares características a ambos lados de la
construcciones con troncos verticales –“palo a pique”–
frontera, en la cual confluyen las influencias europeas
o con troncos horizontales –blocado– labrados a mano.
y, en menor grado, algunas persistencias indígenas. (Fte: Museo de Trevelin, Chubut, Argentina)
Esa arquitectura constituye un valioso patrimonio,
digno de eficaces políticas de preservación.
—— Construcciones realizadas con madera al
modo de cabañas de tronco, estructuras de
Algunos casos de estudio columna y viga o entramados de madera;
—— Construcciones subterráneas aprovechando
A efectos de ilustrar el tema, describiremos algu- la tierra como muro natural y testimonios de
nos casos de estudio circunscritos a las limitaciones cuevas excavadas en la roca.
de extensión que el presente trabajo debe respetar.
Si bien se encuentran entre los casos más notables, Debido a la relativamente reciente ocupación del
la abundancia de ejemplos, su diversidad y calidad territorio por parte del hombre blanco encontramos,
impiden, de todos modos, considerarlos como rigu- entre las primeras arquitecturas, obras derivadas de
rosamente representativos de tan extenso territorio. la más evolucionada prefabricación industrial. Si
A modo de síntesis global podemos decir que la bien su consideración dentro del rango de arquitec-
arquitectura vernácula patagónica está constituida tura vernácula podría ser discutible, nos permitimos
mayoritariamente por viviendas erigidas según las incluirlas por el fuerte rasgo identitario que alcanza-
siguientes tipologías constructivas: ron dentro de la arquitectura regional, por tratarse de
—— Edificios realizados con tepes -si bien no las primeras arquitecturas, por ser las más antiguas
hemos encontrado obras en pie, existen testi- que aun se conservan y por la extendida influencia
monios fotográficos y escritos- con cubiertas que ejercieron, especialmente en la zona magalláni-
de caña y barro; ca. Su construcción combina prácticas artesanales
—— Construcciones de caña y barro al modo de con materiales y técnicas industriales12.
quincha, a veces revestida exteriormente con
tablas de madera, con cubierta de tejuela11 de
madera; Arquitectura vernácula en Colonia Suiza13
—— Construcciones en piedra o ladrillo con arga-
masa de barro; Colonia Suiza es un asentamiento espontáneo
originado en lo que luego sería la Colonia Agríco-
10. No obstante, Coihaique y Puerto Aisén, localidades del
archipiélago chileno, por sus dificultades de comunicación con 12. Entendemos el término industrial en sentido riguroso
el resto del país, dependieron de su tránsito a través de Argen- que lo relaciona con la producción masiva mediante el empleo
tina hasta 1952. Cfr. Barbería, Elsa Mabel. Los dueños de de maquinaria moderna. En nuestro caso, el material industrial
la tierra en la Patagonia Austral, 1880-1920. 2ª. Ed. Buenos por excelencia es la chapa metálica ondulada.
Aires: Universidad Nacional de la Patagonia Austral; 1996. 13. Este tema está basado en la publicación de la autora:
11. Tejuela: teja plana de madera. Vocablo de uso regional LOLICH, Liliana. “Colonia Suiza” en Hábitat e inmigración.
cuyo significado se asemeja al de tablilla, ripia, tejamanil. Nordeste y Patagonia. Buenos Aires: CEDODAL-IIGHI; 1999.

—  501  —
Liliana Lolich

lo-Ganadera del Nahuel Huapi, creada por Decreto La primera vivienda es, quizás, la más interesante
Nacional del año 1902, ubicada en la zona andina de por ser la que, con mayor fidelidad, refleja las más
la provincia de Río Negro. La colonia fue poblada antiguas tradiciones de los Alpes suizos. Se trata de
por los hermanos Goye, inmigrantes suizo franceses la que actualmente se conoce como “Casa Grande”
nativos de Saxon, en el Cantón de Vallais. La fami- construida por Félix Goye como residencia familiar.
lia originaria se había radicado en Victoria, Chile, Al modo de Blokhaus14 –cabaña de troncos- fue cons-
desde donde los jóvenes hijos comenzaron a buscar truida con troncos asentados horizontalmente sobre
mejores tierras para establecerse. Según testimo- una capa de piedras y sujetos a postes esquineros.
nios orales, se habrían radicado en este lugar hacia En este caso, la planta de la vivienda está compues-
1899 si bien no se han encontrado documentos que ta por un cuadrado dividido en cuatro módulos, con
lo certifiquen. Se trataría de un caso particular de techo a dos aguas, al que se le adosó una media agua
colonización a partir la radicación de los hermanos lateral. De este modo, los postes aparecen a inter-
y sus familias, a quienes luego se sumaron otros va- valos regulares. Construida íntegramente en madera,
laisanos. El asentamiento quedó regularizado con la la cubierta fue resuelta con tejuelas hechas a mano.
creación oficial de la Colonia que los englobó y que En la actualidad, y como agregados posteriores, esta
les permitió acceder a la propiedad de las tierras. vivienda aparece con sus paredes revestidas con ta-
En el diseño de la Colonia Nahuel Huapi se dis- blas más un sobretecho de chapa ondulada de cartón
puso la reserva de terrenos para la creación de cua- reforzado y un hogar a fuego abierto realizado con
tro pueblos, de los cuales sólo se concretó el pueblo piedra bocha extraída de los ríos de la zona.
de San Carlos de Bariloche. Las tierras agrícolas, En los restantes casos de viviendas construidas en
en cambio, siguieron la tradicional distribución que la colonia, resulta notable la aplicación de técnicas
privilegia la costa, en este caso, de los lagos. Mu- constructivas racionalizadas. Se trata de resoluciones
chos lotes se trazaron a modo de lonjas perpendicu- protoindustriales de arquitectura maderera con volu-
lares al curso de agua, como en las antiguas “suertes metría sencilla y despojada, del tipo balloon frame o
de estancia” en que se organizó la distribución de “estructura de entramado” con techo a dos aguas15. El
propiedades rurales en épocas de la colonización uso de la madera que proporcionaban en abundancia
del Río de la Plata, durante la dominación española los bosques circundantes se aplicó tanto en estructura
(1573-1810). como cerramientos, carpinterías, pisos y mobiliario.
En parte de esas tierras y sobre la costa del lago La aplicación de ese sistema constructivo lo interpre-
Moreno se estableció la actual “Colonia Suiza” cuya tamos como una trasculturación proveniente de los
organización interna se asemeja a la estructura de carpinteros chilenos que la familia Goye contrataba
una finca privada, con calles vecinales que comuni- y que habían aprendido las técnicas aplicadas por los
can las antiguas áreas de cultivo y convergen en un inmigrantes alemanes en el sur de Chile ya que estas
centro más poblado, aledaño al antiguo muelle y ase- arquitecturas remiten, tanto en lo formal como en lo
rradero. La colonia se fue poblando, luego, con otras constructivo, a esos antecedentes.
familias valesanas –Mermoud, Felley, entre otras- Lo más usual era el empleo de tablas horizon-
atraídas por el éxito alcanzado por sus paisanos. tales, a modo de tingladillo, para los cerramientos
A su llegada a la zona, los hermanos Goye cons- exteriores de los paramentos. La volumetría estaba
truyeron un refugio provisorio con ramas y cortezas compuesta por un prisma rectangular con techo a dos
de árboles, cercano a la playa donde luego funcionó aguas, de una o dos plantas, o bien, el uso del ático
el aserradero de la firma Goye Hnos. & Fant. Las de entretecho a modo de segunda planta. La gale-
primeras viviendas las hicieron con madera extraída ría aparece en todos los casos ya sea resuelta como
de los bosques de la zona. Era usual que estos tra- volumen saliente adosado a la fachada principal o
bajos los realizaran en forma comunitaria y siguien-
do primitivas técnicas de construcción con troncos
hachuelados a mano y aserrado de tablas con sierra 14. Internacionalmente se impuso la denominación alema-
na que, traducida al castellano como “blocado”, consiste en la
de dos mangos. Así, a medida que los hijos se iban construcción con troncos dispuestos horizontalmente y cruzados
casando, todos colaboraban en la edificación de las en las esquinas, sin diferenciación de elementos estructurales.
nuevas casas. Sin embargo, a diferencia de otras co- En este caso, se trata de una técnica mixta en la cual los postes
munidades de inmigrantes valesanos, prescindieron poseen canaladuras que actúan como cajón con corredera, por
donde se deslizan los troncos despuntados y con lengüeta.
de un sistema cooperativo formal, de alguna mane-
15. Cfr. Paula, Alberto de. “La estructura balloon frame:
ra, los lazos de parentesco operaban, en la práctica, la tradición de la estandarización” en Summa-Colección Temá-
como una cooperativa de hecho. tica 31/32.Buenos Aires: Summa; agosto 1989. P. 73-77.

—  502  —
Patagonia. Nuevas perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula

como volumen retraído sobre el cual avanza el se-


gundo nivel.
Sólo las construcciones más antiguas reflejan
una traspolación casi directa de ancestrales tradi-
ciones constructivas pues los colonos no tardaron
en incorporar otras soluciones de amplia aplicación
en la campiña alemana, para las cuales los carpin-
teros chilenos oficiaron de intermediarios y dilectos
trasmisores. Soluciones similares se encuentran en
la zona colindante chilena y que recibió una impor-
tante inmigración alemana hacia 1850. Del mismo
El aserrado de maderas y la industrialización del clavo
modo, del lado argentino todavía se conservan anti-
permitieron el desarrollo de las estructuras de entramado
guas construcciones de madera erigidas sobre pilo- que alcanzaron amplia difusión en la Patagonia tanto
tes similares a la arquitectura popular de bordemar argentina como chilena. La imagen ilustra la construcción
que abunda en la isla de Chiloé y cercanías de Puer- de un galpón de esquila en los primeros años del siglo
to Montt, en Chile. Con algunas diferenciaciones XX, en el sur argentino. (Fte: CEDODAL)
locales y regionales, sorprenden las semejanzas en
cuanto a técnicas constructivas, resoluciones vo-
lumétricas y distribución funcional de estas arqui- construidas con entramado de madera revestido en
tecturas vernáculas de la Patagonia norte, tanto del chapa metálica18.
lado chileno como del argentino. La prefabricación en entramado de maderas exi-
gió la identificación de las piezas y una completa
documentación ilustrativa de la posición de cada
Arquitectura vernácula en el extremo austral una. En algunos casos, como la casa principal de
la estancia Cóndor, prefabricada por el aserradero
A partir de la Gran Exposición Mundial realizada Harris (1911), de Punta Arenas, es posible regis-
en 1851 en Londres, los diseños y procesos indus- trar la incorporación de un sistema de prefabrica-
triales desarrollados en Estados Unidos comenzaron ción europea a la producción local de viviendas. La
a expandirse al resto del mundo. Merced a las inves- realización de obras de refacción en esta vivienda
tigaciones realizadas por el Arq. de Paula sabemos dejó a la vista importantes testimonios del proceso
que en las islas Malvinas se construyeron viviendas de construcción y fabricación tales como los sellos
utilizando este sistema. Tal el caso de la Stanley Co- de marca con identificación y ubicación de los dife-
ttage, erigida en 1866 como vivienda de la familia rentes elementos constructivos. Así, las piezas que
Dean. Poco después, en 1873, se construyó la capi- pudimos registrar y que integran la estructura de
lla católica de Santa María. En las islas se usó lenga madera llevan sello que indica su ubicación iden-
extraída de los bosques de Tierra del Fuego o bien tificada como: roofing, flooring o bien inside posts,
madera trasportada directamente desde Europa16. Ya además de tener consignado el peso en kilos que co-
en 1849, Gran Bretaña había enviado 30 cottages17 rrespondía al paquete de embalaje.
para resolver los problemas de vivienda de los fa- Con técnicas mucho más rudimentarias el sistema
miliares de los prisioneros de la cárcel de Chelsea, se impuso adoptando características que podríamos
primeros habitantes de Stanley. Estas kit houses es- considerar dentro de la clasificación de arquitectu-
taban destinadas, originalmente, a Crimea y fueron ra vernácula por la fuerte identidad que alcanzaron
estas construcciones con el medio natural y su pro-
yección histórica. La madera se aplicó en estructu-
16.  PAULA, Alberto de. “Arquitectura maderera en Tie-
rra del Fuego e Islas Malvinas” en Summa 148. Buenos Aires:
ras, revestimientos, pisos, cielorrasos, carpinterías,
Summa; abril 1980. P. 32. mientras que se adoptó mayoritariamente la chapa
17.  Kerr describe una serie de estilos denominando Cotta- metálica para cubierta de techos y, frecuentemente,
ge Style al utilizado en las pequeñas residencias campestres, para revestimiento exterior de paredes. Si bien aun
con un diseño que puede ser tanto simétrico como libre, según
sea más conveniente. Kerr, Robert. The Gentleman’s House.
resta diferenciar las viviendas que fueron vendidas
Nueva York: Johnson Reprint Corporation; 1972. P. 375.
Edición apógrafa de la obra original The Gentleman’s House 18. Información obtenida en la página web del Falkland Is-
or How to Plan English Residences, from the Parsonage to the lands Museum & National Trust que posee un link interesante rela-
Palace with Tables or Accommodation and Cost, and a Series cionado con las construcciones de valor histórico. Cfr. http://www.
of Selected Plans. Londres: John Murray; 1871. falklands-museum.com/fimnt/cartmell.htm. Consulta: 15.01.05.

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Liliana Lolich

por catálogos directamente desde Europa –y que, a culturales existentes en la región, entre otros
nuestro entender, quedarían excluidas como arqui- en los cuales la arquitectura vernácula sea
tectura vernácula– de aquellas construidas por los po- protagonista indiscutible.
bladores, la difusión del tipo arquitectónico alcanzó
escala territorial a uno y otro lado de la cordillera. Asimismo, se propicia la realización de activida-
des docentes conjuntas por parte de universidades
de ambos países con cursos de formación y trabajos
¿Cómo salvaguardar la arquitectura de campo destinados a la realización de diagnós-
vernácula patagónica? ticos, relevamientos y elaboración de propuestas.
También, capacitación de mano de obra, formación
Los documentos internacionales alertan a gobier- en técnicas tradicionales y uso de materiales del
nos y autoridades sobre la obligación de proteger este lugar. A modo de propuesta preliminar, se esbozan
patrimonio de manera de asegurar su preservación las etapas a seguir:
para goce de las futuras generaciones19. Sin embar-
go, su cumplimiento y control es de dificultosa apli-
cación máxime cuando se trata de patrimonio rural Primer paso: actividades de gestión
disperso o de patrimonio urbano de ciudades de rápi-
do y descontrolado crecimiento. Por ello nos hemos Suscripción de convenios bilaterales entre orga-
planteado el desarrollo de trabajos conjuntos a ambos nismos estatales de Argentina y Chile para encarar
lados de la cordillera –límite natural que marca la la investigación y documentación de la arquitectura
frontera entre Argentina y Chile- con participación vernácula patagónica y su preservación. En los mis-
de especialistas de ambas naciones y involucrando a mos se buscará involucrar a universidades y entida-
las respectivas autoridades políticas a fin de obtener des relacionadas con los monumentos, la cultura y
su compromiso. Se trata de una tarea multidisciplinar el turismo para conformar equipos de investigación
que reúna los aciertos de experiencias anteriores, los multidisciplinarios.
avances que aportan las ciencias ambientales y las
exitosas políticas turísticas binacionales. Se adopta
como premisa la complementariedad solidaria en- Segundo paso: ¿qué hay hecho?
tendida como superadora y antítesis de la competen-
cia. De este modo, se resaltarán los valores identita- Recopilación de antecedentes, relevamiento y
rios mientras que, simultáneamente, se reforzará la diagnóstico de las acciones encaradas para su resca-
complementación trasversal con el resto del universo te y sus resultados. Estudio de proyectos de inves-
de trabajo. Las actividades apuntan a identificar, ca- tigación en problemáticas ambientales y turísticas
racterizar y preservar los valores más sobresalientes aplicados en la región que muestren cierto grado de
que identifican a cada tipo de arquitectura vernácula. afinidad, especialmente se considerarán aquellos
Los criterios de trabajo están basados en: encarados como proyectos binacionales. Análisis de
—— Unidades de análisis integradas dentro de un metodologías de investigación en ecología y turismo
sistema territorial y cultural binacional; para contemplar su aplicabilidad y adaptaciones que
—— Sustentabilidad en el tiempo a partir de la enriquezcan los procedimientos aquí propuestos. En
real participación de las comunidades invo- los casos en que existan proyectos en ejecución se
lucradas en la protección de su propio patri- verá la manera de incorporarlos o bien se diseñarán
monio histórico, tangible e intangible, y la estrategias de complementación.
explotación directa de su potencial econó-
mico mediante, p.e., microemprendimientos
productivos; Tercer paso: relevamientos y registros
—— Inserción de la temática en la currícula edu-
cativa de todos los niveles; Estudiar el universo de trabajo, establecer crite-
—— Integración de proyectos de preservación de rios de selección de unidades de análisis según los
poblados y de centros históricos, arquitectu- siguientes aspectos a considerar, teniendo en cuenta
ra de la producción y arquitectura histórica que el relevamiento y estudio de la arquitectura ver-
tanto urbana como rural, además de las rutas nácula debe contemplar:
—— Aspectos geográficos incluyendo clima, topo-
19. ICOMOS. “Carta...”. Op. Cit. grafía, flora y fauna y fuentes de agua potable;

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Patagonia. Nuevas perspectivas para la preservación de la arquitectura vernácula

—— Aspectos históricos, antecedentes de pobla-


miento, economía y conformación social
incluidas las relaciones de intercambio con
otras zonas;
—— Formas de asentamiento humanas dentro del
área de estudio, sus características físicas y
culturales incluidos sistemas de explotación
productiva desde una lectura sistémica de in-
terpretación de la arquitectura y su relación
con el entorno;
—— Registro de las trasformaciones del territorio
y su acondicionamiento para el hábitat hu-
mano incluidos sistema sanitario, energético,
residuos y de manejo del agua; Además de los aserraderos, los molinos harineros integran
—— Edificios e instalaciones complementarias un valioso patrimonio de la arquitectura industrial
incluidas la particular resolución de cocinas, vernácula. Es posible registrar su existencia a lo largo
de todo el eje cordillerano. La foto ilustra un antiguo
baños, depósitos y áreas de trabajo;
molino del sur de Chile. (Fte: Museo de la Colonización
—— Registro de tecnologías, materiales, modos de Alemana, Frutillar, Chile)
vida, usos y costumbres, tradiciones y demás
componentes de valor que integran el patrimo-
nio mueble, artístico, artesanal e intangible. materiales empleados en los diferentes com-
ponentes edilicios: estructura, mampostería,
Además de la elaboración de textos descriptivos, techos, aberturas, pisos, revestimientos, ins-
se llevará un registro sintético y racional a modo de fi- talaciones, entre otros.
chas y planillas de base de datos conforme criterios de
clasificación preestablecidos por el equipo de trabajo. El análisis de la información relacionada con
la arquitectura se clasificará y sistematizará según
criterios tipológicos. En el caso de la arquitectura
Cuarto paso: análisis arquitectónico vernácula patagónica se deberá considerar que el
concepto de vivienda engloba, frecuentemente, a
El relevamiento se realizará con medios gráficos, más de un edificio comprendiendo, por lo general
fotográficos y ortográficos –descripciones, notas un conjunto más o menos complejo de instalaciones
aclaratorias, fichajes–. Básicamente se tendrán en y un espacio de trabajo al aire libre. En este senti-
cuenta los siguientes aspectos: do, se reiteran caracteres propios de la arquitectu-
—— Histórico culturales con reseñas que reflejen ra rural que hacen que la vivienda sea, “además de
tanto la arquitectura como sus autores, ocu- unidad de habitación, unidad productiva y unidad
pantes y modos de vida; cultural.”20. Por el carácter histórico de muchas de
—— Formales, paisajísticos y estéticos considerando estas construcciones en las zonas urbanas suele apa-
las características físicas –mediante perspecti- recer absorbida por la ciudad pues, en su crecimien-
vas volumétricas, representaciones en plantas, to, las fue englobando quedando como testimonios
fachadas y cortes, planimetrías- tanto de las de tiempos pretéritos en los que estas edificaciones
unidades edilicias singulares como de conjunto, se asimilaban a las rurales y estaban complementa-
sus componentes ornamentales y decorativos das, al menos, con huertas, gallineros y depósitos
–manifestados a veces sólo con una particular para almacenar alimentos y herramientas.
disposición o combinación de los materiales Para el análisis tipológico se considerará que en
constructivos o con el empleo de plantas de la arquitectura vernácula “la paulatina selección y
adorno–, colores y texturas, olores y sonidos, y mejoramiento de las unidades constructivas deter-
otros componentes semióticos de interés; mina el tipo. En la arquitectura primitiva la rigidez,
—— Funcionales y organizativos que muestren la la indeformabilidad del tipo lo convierte directa-
distribución de los espacios, sus relaciones y mente en modelo.”21. Por ello, el tipo arquitectónico
su uso;
—— Técnico-constructivos en general y en par- 20.  FONSECA MARTÍNEZ. Op. Cit. P. 38.
ticular considerando modos de construir y 21.  BELLUCCI. Op. Cit. P. 11.

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Liliana Lolich

tiene fuerza de ley y es respetado como tal por las modernos sin dañar la integridad del patrimonio. Se
sucesivas generaciones, debido a su capacidad de diseñará un sistema a modo de red de intercambio
resolver con altos niveles de excelencia los proble- de información y experiencia entre las distintas co-
mas ambientales que plantea el medio. El tipo se munidades involucradas en el programa. Bajo el cri-
mantiene como constante sin perder creatividad en terio de que nadie defiende el patrimonio mejor que
el empleo de variantes que confieren individualidad su propietario se propiciará y estimulará la toma de
dentro de un conjunto armónico de alternativas: “la conciencia sobre los valores en juego y la autoges-
perdurabilidad del tipo da lugar a un control colec- tión en la defensa y salvaguarda del patrimonio por
tivo que actúa como disciplina.”22. Por su propia parte de las comunidades involucradas.
naturaleza, la mayoría de los casos corresponden a Los resultados de estos estudios serán publicados
viviendas y, muy especialmente, viviendas rurales. e integrarán archivos y bibliotecas de acceso público.
Los registros que se diseñen incluirán no sólo la arqui-
tectura como objeto físico sino también técnicas, ma-
Quinto paso: síntesis tipológica teriales de construcción y oficios, entre otros valiosos
componentes del patrimonio tangible e intangible.
Determinación de tipos arquitectónicos y catego-
rías a partir de los casos relevados. Agrupación de
los mismos por tipos y subtipos con representacio- Séptimo paso: gestión sustentable
nes gráficas sintéticas que expresen las característi-
cas más notables otorgando claves de identificación Se comprometerá a las autoridades mediante la
-tanto ortográficas como gráficas- de fácil recono- incorporación de los resultados a las políticas ofi-
cimiento y adecuada para ser representada a modo ciales de preservación, educación, planificación,
de grilla síntesis. Esta información deberá ser publi- legislación, control y otorgamiento de estímulos y
cada e incorporada a los proyectos relacionados, al créditos para el desarrollo de proyectos que permi-
menos, con el ambiente natural, el turismo, el patri- tan afianzar las comunidades que sustentan al patri-
monio cultural y la planificación urbana y regional. monio, entre otras acciones deseables.

Sexto paso: asegurar la permanencia en el tiempo Reflexión final

Mientras no aparezcan mejores alternativas, in- Pese a que existe un acuerdo tácito e indiscuti-
sistiremos en la necesidad de difundir los conoci- do sobre sus valores, la arquitectura vernácula forma
mientos sobre la arquitectura vernácula, educar para parte de un patrimonio frágil, cada vez más vulnera-
su preservación y asignar estímulos económicos y ble frente al crecimiento de las ciudades y el auge de
crediticios que garanticen la permanencia de los po-
la globalización social y económica. Como contra-
bladores que le dan sentido y razón de ser. Desde
partida, mientras la arquitectura vernácula auténtica
la escuela y desde los medios masivos de comuni-
se destruye por falta de políticas adecuadas de pre-
cación es posible lograr trasformaciones de largo
servación proliferan las imitaciones en búsqueda de
plazo en las conductas de una comunidad. Además
la tranquilidad y seguridad perdidas, como demostra-
de las acciones directas de preservación tales como
restauraciones y puesta en valor de edificios y su ción de la aguda contradicción de nuestros tiempos.
entorno, el sistema debe asegurar su permanencia La Patagonia aun está a tiempo de evitar las pérdi-
en el tiempo a través de la educación. Para ello se das irreparables de patrimonio vernáculo que se han
asegurará la incorporación del tema en el currículo venido sucediendo en nuestros países. La concreción
escolar y en los programas de formación de con- de los estudios necesarios para registrar la informa-
servadores. Asimismo, se implementarán cursos y ción de base y la implementación de adecuadas polí-
talleres de formación de artesanos y constructores. ticas de preservación desde este enfoque integrador y
Siguiendo las recomendaciones de la Carta de binacional permitirá la complementariedad de expe-
ICOMOS, se considerará la elaboración conjunta riencias y hará más eficiente el sistema, beneficiando
–con las comunidades implicadas– de un código a las futuras generaciones. Beneficios que no sólo se
ético que contenga criterios de intervención que per- evidenciarán en los aspectos culturales sino también
mitan integrar las pautas de confort de los tiempos en el cuidado del ambiente natural dada la estrecha
relación entre ambos componentes de la realidad que
22. Ibídem. muestran este tipo de arquitecturas.

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Haciendas de olivar en Palomares del Río (Sevilla).
Vestigios arquitectónicos de una época pasada

Eva Benítez Llorens


Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. España

Asistimos en los últimos años a la destrucción los cortijos, donde vivían las aristocráticas familias
masiva del antiguo paisaje aljarafeño, con la pér- árabes dedicadas al cultivo del olivo y la vid, pero
dida de grandes extensiones de olivar, sustituidos su verdadero origen lo podemos situar tras la recon-
por zonas residenciales, de ocio y grandes polígo- quista fernandina, momento en el que comienzan a
nos industriales que han ido creciendo sin ningún aparecer los primeros documentos referentes a estas
tipo de orden. En este contexto, la protección de edificaciones, y al posterior Repartimiento de Sevilla.
las haciendas de olivar, como testimonios vivos de Será entonces cuando las tierras del Aljarafe pasarán
este paisaje deteriorado, es necesaria, no sólo por a manos de nobleza, altos cargos públicos y clero,
su valor arquitectónico sino porque a través de ellas y estarán dedicadas al cultivo del olivo, la vid y el
podemos estudiar y conocer la historia y evolución cereal. Las haciendas irán aumentando y adquiriendo
de un paisaje y una forma de vida que ha marcado importancia en el siglo XV y principios del siglo XVI,
nuestras formas y costumbres. momento éste que coincide con el descubrimiento de
Pese a una nueva sensibilidad, que tiende a prote- América y la exportación de aceite y jabón hacia el
ger y recuperar estas haciendas y otros tipos de edifi- Nuevo Mundo, quedando prohibida la plantación de
caciones singulares, sigue el proceso de destrucción. olivos y viñas en las colonias. Comienzan entonces a
No hay más que echar un vistazo a Mairena del Alja- levantarse multitud de estas edificaciones no solo de-
rafe, donde la construcción de un gran centro comer- dicadas a la explotación agrícola sino también como
cial más el metropolitano ha implicado una subida lugares de veraneo y descanso. Alcanzará su mayor
del valor del suelo y los bloques de viviendas surgen esplendor en el siglo XVIII tanto por la gran impor-
sin parar en el mismo lugar donde antes se extendían tancia y valor que adquiere el aceite en este perio-
los olivos. Ya prácticamente es imposible ver alguno do y por las grandes inversiones en tierras de olivar
salvo en algunos jardines públicos o privados donde que realizará tanto la nobleza terrateniente como la
han querido dejar un pequeño y aislado símbolo de aristocracia local, inversiones cada vez más atracti-
lo que fue el Aljarafe sevillano1. vas tras el declive económico de la capital sevillana.
De forma general podemos decir que el origen de A partir de este momento las haciendas crecerán en
estas haciendas se encuentra en las villae o casa de número y sufrirán los mayores cambios en el ámbito
campo de los romanos, dedicadas a faenas agrícolas arquitectónico. La hacienda dejará de ser un edificio
y en las posteriores alquerías musulmanas, lugares funcional y un lugar de descanso. El propietario pa-
en los que se encontraban edificaciones semejantes a sará allí largas temporadas para vigilar los procesos
agrícolas lo que le obligará a adecuar las edificacio-
1. Léanse cualquiera de los estudios y crónicas publicados nes para este nuevo uso. Se incluirá el señorío, la vi-
por J. Benavides Solís, acerca del Aljarafe y su incierto rumbo. vienda del propietario, en cuya construcción deberá
Entre otros: “Sevilla muere de éxito en el Aljarafe” (El País, quedar plasmada su posición social, esto llevará a la
10-02-04), “Una ciudad de medio millón de habitantes en el
Aljarafe” (El País, 24-02-05) o “El Aljarafe se dirige hacia la
creación de verdaderos palacios rurales; ostentación
irracionalidad absoluta” (Diario de Sevilla 14-03-05). y riqueza arquitectónica serán la nueva imagen.

507
Eva Benítez Llorens

A principios del siglo XX, con el progresivo En el siglo XIX se repartían las tierras del tér-
abandono de los sistemas tradicionales de cultivo, mino de Palomares entre la Catedral de Sevilla y
empieza a perder importancia el olivar, con el con- diversos aristócratas, como los Marqueses de la
siguiente deterioro de muchas de estas haciendas. Granja, de la Concordia, de Júcar, de Íscar, de Rivas
Pero será en su segunda mitad, debido al crecimien- y el Conde Aguilar3. Muchas por tanto han sido las
to de la población y al aumento del valor del suelo, distintas manos que las han trabajado y tenido en
ahora dedicado a la construcción, cuando se acabe propiedad, así como muchas han sido sus reformas,
con las grandes extensiones de tierras de olivar al- pero hoy de casi todas tenemos elementos que nos
jarafeño. Algunas de las haciendas que no han sido recuerdan su importancia en la historia de este pue-
destruidas han sido utilizadas para otros fines. blo y también en el Aljarafe sevillano.
En las siguientes líneas pretendo ocuparme de un Solamente una de las haciendas ha desaparecido
caso representativo, el de Palomares del Río, donde por completo, como consecuencia de su mal estado
se conservan algunos edificios de lo que fue el anti- y de una multitud de herederos propietarios, la de
guo pueblo-hacienda2. Del antiguo paisaje olivare- San Antonio o las Cadenas, sustituida hace apenas
ro, conformado por algunas de las haciendas, queda diez años por un bloque de viviendas.
poco y, tras ser declarado todo el término como Esta hacienda era de las más antiguas, posible-
suelo urbanizable, encontramos grúas de construc- mente del siglo XIV. Según Pineda Novo4 constaba
ción donde antes veíamos olivos. Eso sí, como la de dos plantas con una curiosa escalera para subir a
tradición vende, algunas urbanizaciones llevan en la superior en cuyas ventanas se conservaban azule-
su nombre el término Hacienda. jos o alizares en forma de U, del siglo XVII, con la
La villa de Palomares del Río se encuentra al clásica decoración de dibujos geométricos en azul-
Suroeste de Sevilla a unos 10 kilómetros de la ca- cobalto y blanco-estaño. Conservaba además el patio
pital y en la vega del Guadalquivir. Es el punto de central, donde se encontraba un pozo medieval con
encuentro de distintos caminos, Mairena del Alja- un lavamanos y un abrevadero para los animales, un
rafe (pedanía de esta villa hasta 1639), Almensilla lagar, en cuyas arquerías se observaba la influencia
(independizada en 1837), San Juan de Aznalfarache de la arquitectura mudéjar y restos de la capilla.
y Coria del Río. La Hacienda San Rafael, antes conocida por Ha-
Desde el siglo XVII el casco urbano de este pue- cienda del Canónigo daba a tres calles, la calle Cor-
blo, a diferencia del resto del Aljarafe, estaba confor- tinales, la de la Iglesia y Murillo. En 1780 constaba
mado por un grupo de seis haciendas, construidas en de “cuartos principales altos y bajos, y distintos para
distintos siglos y una iglesia mudéjar del siglo XIV, sirvientes con patio primero y segundo y jardín, gra-
así como las viviendas de los braceros. Todavía a prin- neros embovedados en alto, y en lo bajo almacenes,
cipios del siglo XX conservaba la misma estructura. bodegas y atarazanas con tinajas y otras con pipas,
De las seis haciendas que la conformaban pode- Molino de Azeyte y troxes corralón para el uso de
mos observar como han sufrido distintos finales, y Carretas con puertas correspondientes para el uso, y
como las tierras de olivar se han visto sustituidas tinahón para bueyes con pilar de piedra para come-
por multitud de urbanizaciones. deros y otro sitio capaz para huerta con pozo que no
Casi todas las haciendas aljarafeñas presentan tiene uso” 5.
características similares, suelen estar compuestas En el solar de esta hacienda se han construido
por tres unidades funcionales complementarias: la durante el siglo XX otras edificaciones, tras de múl-
almazara o zona de transformación de la aceituna, tiples segregaciones. Valga como muestra la que se
las dependencias residenciales y las destinadas a la- produce en 1947, según figura en el Registro de la
bores agrícolas. Los edificios se organizan en torno Propiedad6, cuando los propietarios vendían 300
a uno o varios patios, dependiendo de la extensión metros cuadrados de la citada hacienda al ayunta-
del caserío y las labores que en él se realicen, el miento para la construcción de un nuevo edificio
principal asociado al señorío, la vivienda del capa- antes de ser trasladado a su lugar actual, así como
taz, el lagar y el molino de aceite y otro secundario, un local de menor tamaño como ambulatorio.
de labor, donde se encuentra el resto de las depen-
dencias agrícolas. 3.  Daniel Pineda Novo, La villa de Palomares, pág. 109.
4. Ibidem, pág 163.
5.  Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Protocolos No-
2. Expresión de Daniel Pineda Novo. La villa de Paloma- tariales, leg. 13166, fols. 839-842.
res entre el Aljarafe y la Ribera, Ayuntamiento de Coria del 6. Registro de la propiedad núm 3 Sevilla, tomo 1027, libro
Río, Sevilla, 1982. 17 de Palomares folio nº1 y nº4.

—  508  —
Haciendas de olivar en Palomares del Río (Sevilla). Vestigios arquitectónicos de una época pasada

Hacienda de San Rafael

Del primitivo edificio sólo se conserva la torre, Como Peña Rociera y lugar de reunión encontra-
aunque en muy mal estado. Está rematada con un mos la reformada Hacienda de Santa María. De ella
mirador que se cobija bajo cubierta de tejas a cua- se conserva la nave de molino, la torre contrapeso,
tro aguas con remates cerámicos, sustentado sobre un patio y un edificio con pequeñas habitaciones,
arcos de medio punto sobre pilastras. En el an- posiblemente nave donde dormían los encargados
tiguo señorío se ha construido un edificio nuevo del molino. Situada en la calle Cortinales, lindaba
respetando la forma primitiva. Al interior posee por un lado con la que fue la Hacienda San Rafael
una curiosa escalera. El acceso independiente se y por otro con la actual calle Antonio Machado.
produce a través del portalón de entrada de la calle Ambas Haciendas ocupaban toda una manzana. Al
Cortinales que fue posiblemente reconstruido en igual que aquella, en lo que fue su espacio encontra-
el siglo XIX. mos hoy otras edificaciones así como un descampa-
Por la calle de la Iglesia se tenía acceso al anti- do que hace de parking público.
guo señorío, hoy convertido en vivienda, que respe- Su actual propietario ha restaurado la nave
ta la forma del antiguo caserío. de molino y la torre de contrapeso respetando su

Hacienda de Santa María

—  509  —
Eva Benítez Llorens

torre de contrapeso son posteriores, están fechadas


en 1798. La torre que cuenta con remate barroco,
acabado en chapitel hexagonal, con ocho almeni-
llas y nueve remates cerámicos, se encuentra ubi-
cada entre ambos edificios, sobre la nave de molino
y está compuesta por capilla para alojar la viga de
prensa. También entre ambos edificios encontramos
el antiguo acceso en forma de apeadero.
En su rehabilitación la fachada principal, la más
importante, ha sido totalmente respetada. Se ha man-
tenido el carácter fundamental del edificio y el de
cada una de sus partes, respetándose la composición
original de la fachada principal del edificio, la más
elaborada y menos transformada y en la que se ha re-
cuperado tanto la portada como la entrada principal al
señorío que estaban cegadas. Sobre la nave de molino
se recupera el acceso original. El patio de la Hacien-
da pasa a parque público, el parque de las Moreras a
partir del cual también se puede entrar en la Casa de
las Luces, lugar que ocupaba el antiguo señorío de la
Hacienda de Córdoba. La fachada posterior si se ha
modificado para adecuarlo al nuevo uso del Edificio.
La Hacienda de Ruiz Cabal o de Córdoba se en-
Hacienda Ulloa cuentra en la calle de la iglesia, frontera a la parro-
quia y junto a unos baños árabes. Esto último permi-
te suponer que se había edificado sobre una antigua
edificación, incluido los traveses de madera que alquería musulmana.
conforman la cubierta, asimismo en su interior en- Del conjunto se conserva la antigua huerta y una
contramos utensilios para la obtención del aceite nave donde posiblemente se encontraban las depen-
que forman pare de la decoración de la Peña Rocie- dencias para uso agrícola y ganadero. En 1963 tenía
ra. La viga de prensa fue vendida al museo de Artes 3.108 metros cuadrados, cuando se segregaron y
y Costumbres Populares de Sevilla en ella se podía vendieron al Ayuntamiento de Palomares del Río 723
leer el principio de una fecha: año de MV? metros cuadrados, con destino para la para la Casa
La torre de contrapeso a cuatro aguas, enladrilla- Cuartel de la Guardia Civil, donde se incluía el edi-
da en el barroco, presenta forma de chapitel pirami- ficio del señorío7. Este último constaba de una planta
dal achatado, se adorna con cinco almenillas remata- con “siete viviendas, dos patios, apeadero y sala de
das con bolas herrerianas. Armas”. Tras el traslado de este Cuerpo el edificio
La cubierta de la nave del molino conserva su fue demolido y en su lugar está hoy la Casa de las
estructura mudéjar, cubriéndose a dos aguas. Pre- Luces, donde se encuentra la Biblioteca Pública.
senta una portada barroca con arco rebajado sobre A distancia del conjunto de estas edificaciones por
pilastras, terminada en tejaroz. una calle se halla el molino. Ha sido restaurada la nave
Completamente rehabilitados encontramos los y la torre contrapeso, la cual está coronada por pirámi-
edificios más importantes que conformaban la Ha- de lobulada y almenilla en su remate final. En su inte-
cienda Ulloa, aunque su uso nada tiene que ver con rior, de manera muy original e interesante, la propieta-
el antiguo. Hoy pertenece al Ayuntamiento de Palo- ria ha instalado su lugar de trabajo, y su vivienda.
mares del Río y las diferentes partes que la compo- Separada de la anterior por un pasillo se encuen-
nen tienen diversos usos públicos, concibiéndose en tra la hacienda de Casa Alegre, la única que con-
su conjunto como centro cívico-cultural. serva su estructura. Cuenta con señorío, viviendas
El señorío se considera de finales del siglo XVII para el capataz y casero, granero, pajar y tinahones,
es de planta rectangular, consta de dos pisos con dos así como tres molinos aceiteros, el más antiguo de
crujías paralelas a la fachada principales en la que
se introduce una escalera de forma sencilla y tradi- 7. Registro de la Propiedad, núm.3, folio 170, tomo 366,
cional. La nave de molino también rectangular y la libro 15 de Palomares del Río.

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Haciendas de olivar en Palomares del Río (Sevilla). Vestigios arquitectónicos de una época pasada

ellos, fechado en 1812, con torre contrapeso con re- ATIENZA, Rafael, HERRERA, Francisco, QUILES,
mate lobulado; el segundo tiene remate neoclásico Fernando, CRUZ AGUILAR, M.C.; fotografías,
con frontón triangular y el más reciente, fechado en Beatriz de Laiglesia, Massimo Listri, José Abaurre,
1881, cuenta con torre tocada con chapitel hexago- Sevilla: Haciendas de olivar, Franco María Ricci
nal y con 17 almenillas. Según Pineda Novo con- editore, Milán, 1991.
BORRERO FERNANDEZ, Mercedes, El mundo rural
serva aún las naves del siglo XVII, con cubiertas de
sevillano en el siglo X: Aljarafe y Ribera, Diputa-
armadura de par y nudillo.
ción Provincial de Sevilla, Sevilla, 1983.
Su caserío actual es consecuencia de las trans- FLORIDO TRUJILLO, Gema, Habitat rural y Gran Ex-
formaciones y edificaciones que se han sucedido a plotación en la depresión del Guadalquivir, Conse-
lo largo de distintas épocas, en especial de los siglos jería de Obras Públicas y Transportes. Junta de An-
XVIII y XIX. dalucía. Sevilla, 1996.
El enorme recinto comprende un primer patio HERRERA GARCIA, Antonio, El Aljarafe durante el
empedrado el cual da ingreso a la vivienda de sus ac- antiguo régimen, Diputación Provincial de Sevilla,
tuales propietarios así como una nave y las viviendas Sevilla, 1981
del capataz y casero, estos edificios son de ladrillo PINEDA NOVO, Daniel, La villa de Palomares entre
visto, a través de una reja flanqueada por palmeras se el Aljarafe y la Ribera, Ayuntamiento de Coria del
tiene acceso al patio de labor, será allí donde encon- Río, Sevilla, 1982.
Repartimiento de Sevilla, estudio y edición preparada
tremos las distintas torres contrapeso y sus molinos,
por Julio González, Consejo Superior de Investiga-
así como granero, pajar y los tinahones.
ciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales,
El señorío y frente principal de la hacienda, re- Madrid, 1951.
construido en el año 1927, presenta formas y de- Proyecto de rehabilitación Hacienda Ulloa. Palomares
coración mezcla de neoclasicismo y arquitectura del Río, 1991
regionalista sevillana. RONQUILLO PÉREZ, Ricardo, Las haciendas de Oli-
var del Aljarafe alto, Colegio Oficial de Arquitectos
de Sevilla, Sevilla, 1981.
Bibliografía SANCHO CORBACHO, A., “Haciendas y Cortijos sevi-
llanos”, Archivo hispalense, XVII, Sevilla. 1952.
AGUILAR GARCIA, María Cruz, fotografías, Alfonso SANCHO CORBACHO, A., Arquitectura barroca sevi-
Cruz, Las haciendas: arquitectura culta en el olivar llana del S. XVIII, Consejo Superior de Investiga-
de Sevilla, Universidad de Sevilla, Servicio de Pu- ciones Científicas, Instituto Diego Velázquez, Ma-
blicaciones, Sevilla, 1992. drid, 1952.

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