Está en la página 1de 1

SONRIENDO EN LA DIFICULTAD

Querido Dios: de mi corazón fluye una inimaginable sensación de amor


por ti. Aquí me encuentro tribulación tras tribulación me han invadido como si
no hubiese salida en este largo camino que he emprendido, parece que todo se
pusiera en mi contra como si los aires que guiaran mi barca hacia tu destino
empezaran a soplar galopeando mi barca llevándome por otro rumbo; me he
encontrado desconcertada al ver que este pasaje de mi vida no va como
pensaba y aun cuando todo parece perdido escucho el susurro de tu voz
recordándome porque estoy aquí. Y es que mis caminos en realidad no son
mis caminos sino los tuyos, tú siempre tienes mejores planes que yo, siempre
sueles darle un sentido sobrenatural a mi vida. Papito mío aun no entiendo
muchas cosas que suceden en mi vida, he querido salir huyendo lo más lejos
posible de mi realidad pero he pensado que el estar aquí me ha hecho lo que
soy “Tu Hija” esta ciudad, esta situación me ha permitido conocerte más,
conocer más al Dios y Padre que me creo y me formo el que un día tomo la
gran responsabilidad de hacerse cargo de mí, me tomaste cuando todos me
dejaron, cuando ya no era útil ni servible para la gente ni para el mundo tú me
viste y me tomaste para hacer de mi lo que soy hoy.

David decía: < Señor acuérdate del amor y la ternura que siempre nos
has manifestado, pero no te acuerdes de mis pecados ni del mal que hice en mi
juventud >en verdad que tu amor ha sido el suavizante de mis aflicciones y
tristezas, pues el solo recordar tu manifestaciones de ternura me han motivado
a seguir confiando el Dios que nunca abandona, que nunca falla. Solo
ayúdame a confiar más, hasta que este desierto se convierta en un paraíso a tu
lado, hasta que ya no sea este camino pedregoso sino el sendero más
majestuoso, que a tu lado ya no mire la vida igual sino que aprenda a sonreírle
a la dificultad.

También podría gustarte