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Cada época posee su modelo de escuela y cada cambio social relevante reclama
cambios también relevantes en la escuela. La Revolución Francesa y sus componentes
de democratización de la sociedad (el poder reside en el pueblo) enmarcados en la
división de poderes legislativo, ejecutivo y judicial exige una escuela básica, obligatoria
y gratuita para todos. Y ello en el contexto de la primera revolución industrial (finales
del siglo XVIII), que se suele visualizar en la puesta en marcha de la máquina de vapor.
El modelo curricular subyacente es el de la Escuela Clásica (tradicional) que se
basa fundamentalmente en métodos - actividades (formas de hacer) para aprender
contenidos (formas de saber). Se trata de aprender datos y recopilar una información
limitada y manejable para ser aprendida e interiorizada por el aprendiz. Es una escuela
centrada fundamentalmente en el qué aprender (contenidos). Las capacidades y los
valores se relegan al currículum oculto. La escuela derivada de la Edad Media y su
relectura en el marco de la Ratio Studiorum jesuítica (1599), orientada a la formación de
minorías (nobleza, burguesía, clérigos y príncipes) se traslada, sin más, a las clases
populares en el marco de una educación obligatoria y básica con la finalidad de formar
personas ilustradas (leer, escribir y contar), con derecho a voto progresivo.
La segunda revolución industrial (finales del siglo XIX) y su modelo fordista
de producción (trabajo técnico en cadena) demanda a la escuela una nueva
tecnologización que se concreta en el conductismo y sus diversas propuestas
currriculares. La industria aplica modelos tayloristas centrados en tareas y la
organización escolar también, con una clara división de funciones (escuela como
empresa). Desde la perspectiva curricular se incorporan conceptos tales como
planificación – programación basados en objetivos y formas concretas de evaluación.
Todo ello centrado en lo observable, medible y cuantificable, tal como se pone de
manifiesto en los objetivos operativos. En la práctica manifiestan una secuencia de
tareas (métodos – actividades) para aprender contenidos (limitados y poco
complejos). Los objetivos se redactan con verbos en infinitivo y poseen diversos
niveles (generales, específicos y operativos) en función más del contenido que del verbo
en infinitivo. Un objetivo es general si posee contenidos generales y es operativo si se
actualiza en conductas concretas (contenidos concretos a aprender). Las taxonomías de
Bloom nos indican una buena manifestación de esta situación, sin diferenciar si son
acciones mentales (destrezas – habilidades) o no mentales. Este tipo de objetivos en la
práctica no sirven para nada ya que los profesores se limitan a hacer actividades para
aprender contenidos y por lo tanto la evaluación se reducirá a cuantificar el nivel de
contenidos conseguidos. Esta escuela estará centrada en el qué se aprende, no en el
cómo (métodos y procesos) se aprende y menos aún en el para qué (capacidades y
valores) se aprende. Las capacidades y los valores se reducen también al currículum
oculto. El paradigma dominante es el conductista con todas sus secuelas,
manifestaciones y disfraces. El modelo subyacente es enseñanza – aprendizaje (lo
importante es la enseñanza y el aprendizaje es opaco). Por tanto afirmamos que este
planteamiento ha sido útil para la sociedad industrial pero no sirve a la sociedad
del conocimiento. Sencillamente este modelo de escuela positivista está agotado y
carece de futuro.
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Por medio del paradigma cognitivo podemos dar significación y sentido a los
conceptos y hechos, desde la arquitectura del conocimiento (aprendizaje
constructivo y significativo). Pero por medio del paradigma socio - cultural
podemos estructurar significativamente la experiencia y facilitar el
aprendizaje compartido, en el marco de la cultura social e institucional.
Desde esta perspectiva afirmamos que tanto Piaget como Bruner (dimensión
constructivista del aprendizaje, a partir de la experiencia que el alumno posee),
son perfectamente complementables con Ausubel y Novak (dimensión
conceptualista del aprendizaje, a partir de los conceptos que el alumno posee).
Sólo desde esta doble dimensión razonablemente integrada tendrá sentido el
aprendizaje escolar. Pero también es necesario integrar la dimensión sociocultural
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2. La cultura, tanto social como institucional, quedan reforzadas desde este nuevo
paradigma, entendiendo el currículum como una selección cultural, que integra
capacidades y valores, contenidos y métodos / procedimientos. De este modo cultura
social, cultura globalizada, cultura institucional u organizacional y currículum
poseen los mismos elementos. Profesores e instituciones como mediadores de la
cultura social, global e institucional deben desarrollarlos.
3. El modelo de profesor posee una doble dimensión. Por un lado es mediador del
aprendizaje y por otro es mediador de la cultura social, global e institucional. De
este modo utiliza contenidos y métodos / procedimientos como medios para
desarrollar capacidades y valores tanto individuales como sociales.
8. La metodología en las aulas posee una doble dimensión: facilitar por un lado
aprendizajes individuales y por otro, aprendizajes sociales. Se buscará un equilibrio
entre la mediación profesor – alumno y el aprendizaje mediado y cooperativo entre
iguales. Por otro lado se potenciará una metodología constructiva, significativa y
preferentemente por descubrimiento. Esta metodología también debe estar abierta el
entorno y a los contextos sociales. Los métodos han de posibilitar el desarrollo de
habilidades aplicadas (necesarias para una sociedad tecnológica como es la sociedad
del conocimiento).
11. La inteligencia y el lenguaje son sobre todo un producto social. Las capacidades
humanas son mejorables por medio del aprender a aprender. Existe una inteligencia
potencial, como conjunto de capacidades potenciales, que por medio del
entrenamiento adecuado se pueden convertir en reales y utilizables en la vida
cotidiana. Pero esta inteligencia posee además tonalidades afectivas, entendidas
como valores y actitudes (“inteligencia afectiva, como conjunto de capacidades y
valores”). Y esta inteligencia puede ser individual y también institucional
(organizaciones inteligentes),...
12. La memoria humana, tanto individual como social, adquiere en este paradigma una
importancia relevante. Se subraya el concepto de memoria constructiva a largo plazo
y la forma de almacenar la información recibida para, desde los datos, construir
bases de datos (memoria a corto plazo o imaginativa) y desde ahí transformar los
datos para construir bases de conocimientos (memoria a largo plazo) en forma de
saberes disponibles. La arquitectura del conocimiento ayuda a ello. Pero también
existe una memoria colectiva institucional que integra tradición y modernidad.
13. La motivación posee una doble dimensión individual y social. Ante todo debe ser
intrínseca orientada a la mejora del yo individual y grupal y también al sentido del
logro (éxito) social e individual. La motivación intrínseca en la tarea bien hecha,
ayuda a centrar los objetivos y el clima grupal e institucional. Así se afirma que el
aprendizaje cooperativo es más motivante que el competitivo.
14. La formación del profesorado desde este paradigma es compleja, ya que debe
saltar de un modelo de enseñanza – aprendizaje a un modelo de aprendizaje –
enseñanza. Se trata de formar especialistas en aprendizaje (cómo aprenden los
aprendices y para qué aprenden) individualizado y contextualizado, con nuevas
visiones de la escuela y su sentido. Pero también es importante un claro dominio de
la asignatura a impartir, para poder presentarla en el marco de la arquitectura del
conocimiento. La nueva formación del profesorado ha de basarse en perfiles
profesionales que integren capacidades, habilidades, conocimientos teóricos y
conocimientos aplicados en el marco de la sociedad del conocimiento.
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15. La investigación estará centrada en los procesos y los productos, entendidos como
objetivos conseguidos en forma de capacidades y no sólo como meros contenidos.
Por un lado será mediacional y por otro contextual y etnográfica. Las técnicas a
utilizar serán de tipo cuantitativo y cualitativo.
1.5 La sociedad del conocimiento reclama una nueva lectura de las fuentes del
currículum.
FUENTE
PSICOLOGICA
(APENDIZAJE)
FILOSOFIA MATEMATICAS
CONOCIMIENTO
FUENTE
DEL MEDIO
NATURALES
FUENTE
SOCIOLOGICA
(CULTURA SOCIAL)
(MODELOS DE SOCIEDAD)