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Llego a casa con la sensación de verla por primera vez. Todo parece diferente. Me siento torpe al
entrar en mi cuarto porque ahora lo veo más grande. Esa estantería queda de maravilla, en serio.
¿Has visto el color de las paredes? Me encanta ese azul, está más intenso. Como recién pintado.
Pero no huele a recién pintado. De hecho, creo que debería abrir la ventana para ventilar un poco.
El color de las paredes está igual, Eric. Sigues feliz y nuestro estado de ánimo puede influir
en la percepción de las cosas.
Tiro la mochila al suelo y me siento en el borde de la cama con el diario. Espera..., ahora que
lo pienso, esto no es precisamente un diario. Los diarios de la tienda tenían portadas infantiles y
esto se parece más a un simple cuaderno rojo. Por dentro las páginas son completamente blancas,
sin rayitas ni cuadraditos. Agobia que esté tan limpio. No invita a mancharlo con tinta de boli Bic.
Y aun así, le quito el tapón y lo sujeto entre mis labios. Necesito escribir las cosas que aún no me
atrevo a compartir en voz alta, pero que llevan demasiado tiempo dentro de mí. En realidad, esta
es otra forma de sacarlo.
A propósito, dicen que es posible adivinar cómo te sientes si analizas la línea que formas al
escribir. Si la línea se curva hacia abajo significa tristeza, nervios, preocupación, baja
autoestima... La línea ligeramente curvada hacia arriba sería todo lo contrario.
Se puede deducir hacia dónde va mi línea ahora.
Con la erección me ha pasado lo mismo.
erección
Tacho «erección» porque me parece obsceno. Luego vuelvo a escribirlo. Dudo si tacharlo de
nuevo. Al final lo dejo. Puedo escribir lo que quiera.
Pájaro.
Ballena.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Por.
El.
Culo.
Te.
La.

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