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Delitos contra la libertad

4.3. Coacciones
ESQUEMA 35. Coacciones

CUESTIONES • Coacciones genéricas (art. 172) → se aplican en ausencia de tipificación expresa para el hecho de que se trate (ej. detenciones ilegales), cas-
GENERALES tigando al que, sin estar legítimamente autorizado,
– impidiere a otro con violencia hacer lo que la Ley no prohíbe,
– o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto”.

• Elemento esencial → empleo de violencia ilícita para impedir o compeler al otro, sin que tenga que ser irresistible, basta con que tenga
entidad bastante para lograr el resultado apetecido, esto es, para doblegar la voluntad del sujeto pasivo, para obligarle a hacer lo que no quiere u
obstaculizarle la realización de lo que quiere. Bien entendido que si en un principio la violencia se entendió como violencia física, con el tiempo se
incluyeron en ella formas de intimidación y de fuerza en las cosas (en la medida en que por medio de ellas se conseguía el mismo impeditivo).
CUESTIONES • El bien jurídico protegido es la libertad de obrar, pues a quien ha tomado la decisión de hacer algo no se le permite hacerlo, o a quien ha
GENERALES decidido no hacer algo o sencillamente no quiere hacerlo se le obliga a efectuarlo. Es indiferente que el fin perseguido por el agente sea justo o
(cont.) injusto.
• Supuestos problemáticos:
✓ acción de impedir a una persona la realización de una conducta lesiva para sí misma (en principio, cabe pensar en la posibilidad de apreciar
la eximente de estado de necesidad, razonando que es menor el mal causado que el que se trata de evitar);
✓ huelgas de hambre de personas que se encuentran cumpliendo una pena de prisión o
✓ la negativa a recibir una transfusión de sangre por prohibirlo las propias creencias religiosas (sobre ambos problemas vid. la STC 120/1990
y los autos del TS de 22 de diciembre de 1983 y 25 de enero de 1984 y la STS de 27 de marzo de 1990, respectivamente).
No está de más apuntar, a propósito de los ejemplos traídos a colación, la diferente situación en que se encuentra la persona privada de liber-
tad por una sentencia condenatoria y la que goza de libertad absoluta, por el especial deber de cuidado y la responsabilidad que respecto de la
primera tiene el Estado.
• Sujeto activo: cualquiera
• Sujeto pasivo: cualquiera, aunque sea un inimputable, siempre que sea capaz de querer, y esa capacidad de volición pueda ser contradicha (lo
que no sucederá cuando se trate de un niño de meses o de un adulto en estado vegetativo, por ejemplo)
• Si la coacción es cometida por funcionario público procederá la aplicación de la circunstancia agravante de prevalimiento de cargo público
(art. 22.7º).
• Consumación requiere que el sujeto activo logre obligar al sujeto pasivo a realizar una conducta o logre impedirle realizarla (delito de resultado).
Si se pone en práctica la violencia pero no se logra conseguir este comportamiento de la víctima, estamos ante el delito en grado de tentativa.
• Supuestos agravados:
✓ Cuando la coacción ejercida tiene como objeto impedir el ejercicio de un derecho fundamental (debiendo entenderse dicho concepto
en el sentido estricto que se deriva del texto constitucional) resulta de aplicación el tipo agravado, que obliga a imponer la pena en su
mitad superior salvo que el hecho tenga señalada mayor pena en otro precepto del Código.
✓ También se impondrán las penas en su mitad superior cuando la coacción ejercida tuviera por objeto impedir el legítimo disfrute de
la vivienda. El párrafo tercero del art. 172.1, que contempla esta agravante, ha sido añadido por la LO 5/2010, de 22 de junio.
– Esta ley ha introducido dos nuevos preceptos, éste y el contenido en el art. 173, para combatir lo que impropiamente se ha denomina-
do “acoso inmobiliario”. Con la reforma se pretende tutelar la capacidad de autodeterminación de las personas que “legítimamente”
habiten un domicilio, ya sea en calidad de propietarios o de arrendatarios, frente a conductas que constriñan su voluntad, esto es, que
cometan un comportamiento coactivo.

DIFERENCIA • Diferencia amenazas y coacciones: inicialmente se diferenciaban claramente porque en las segundas se requería el empleo de fuerza física
AMENAZAS- sobre la víctima, de violencia stricto sensu; pero al dilatarse el perímetro de ésta por parte de la jurisprudencia y englobarse en ella la intimida-
COACCIONES ción, los lindes entre ambos delitos se han visto desdibujados.
DIFERENCIA • Para restablecerlos se ha recurrido al dato de la inminencia, clarificador pero insuficiente: si se amenaza con causar un mal inminente,
AMENAZAS- habrá coacciones, si el mal se pospone para más adelante, habrá amenazas. Se ha matizado que lo decisivo es el momento en que la voluntad
COACCIONES se ve afectada: si en la fase de su ejecución, porque se impide realizar lo decidido, estaremos ante unas coacciones; si en la fase de formación
(cont.) de la voluntad, ante unas amenazas.

LA FALTA DE • Hay una falta de coacciones (art. 620.2º), que se diferencia del delito no por la menor entidad de la violencia sino por la menor gravedad
COACCIONES de la conducta impuesta o impedida (según la STS de 2 de febrero de 2000, para ubicar una conducta en el delito o en la falta, ha de valorarse
la mayor o menor trascendencia del acto de coacción, la intensidad de la presión ejercida y el grado de malicia del agente).

COACCIONES • La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, incide en este ámbito convir-
EN EL ÁMBITO tiendo en delito las coacciones de carácter leve dirigidas contra quien sea o haya sido la esposa del autor o mujer con la que
DOMÉSTICO aquél esté o haya estado ligado por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia (art. 172.2), o persona especial-
mente vulnerable que conviva con él.
• La pena se agrava en su mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de menores, o tenga lugar en el domicilio común o en
el domicilio de la víctima, o se realice quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Código o una medida cautelar o
de seguridad de la misma naturaleza. No obstante, el Juez o Tribunal, razonándolo en sentencia, en atención a las circunstancias personales
del autor y a las concurrentes en la realización del hecho, podrá imponer la pena inferior en grado.

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