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Cristóbal era un trabajador muy valorado por su empresa dedicada al turismo,

pues respondía con eficacia ante cualquier problema de los que pudiesen surgir
en el trato con los clientes. Era disciplinado, responsable e incluso realizaba horas
extra; simplemente porque disfrutaba de su trabajo. Era un empleado que
cualquier empresario querría tener en su equipo, por lo que rápidamente fue
ascendiendo dentro de su organización hasta colocarse como jefe de área del
aeropuerto.
Llevaba tres años en la empresa y no había quejas sobre él por su buena labor
profesional, pero todo cambió para él a partir del cuarto año debido a la
reestructuración que había sufrido su compañía, en la que el director había
cambiado. Por lo visto, Cristóbal no era de su agrado,
Tras su llegada, el nuevo director le acusó de trabajar poco,  de ser machista sin
ningún fundamento y decidió que debía llevar a cabo tareas que no eran para
nada productivas. La estrategia del director era tener a Cristóbal controlado, algo
que era innecesario puesto que los niveles de satisfacción de los clientes en su
área de trabajo eran los mejores de la compañía en todo el territorio español. La
misión era clara: desmotivar a Cristóbal para que presentara la baja voluntaria y
así abandonara la empresa.
En distintos momentos puntuales, el director acusó a Cristóbal de crear mal
ambiente en el trabajo sin tener ninguna prueba de ello. Y además, se inventó
mentiras para desacreditar su buena labor profesional.
El resultado fue que Cristóbal decidió abandonar el trabajo por el daño psicológico
al que había sido sometido. Como víctima de mobbing, intentó defenderse en
varias ocasiones hasta que, fruto del agotamiento emocional al que había llegado
con esta situación, renunció a seguir en la compañía.
*Mobbing descendente o bossing

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