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Crítica y autocrítica

del periodismo
Urge un debate a fondo en el seno de la profesión para asumir
los errores de complacencia y pasividad, retornar al espíritu crítico
que ha de impregnar el periodismo y las normas elementales de
deontología profesional. La Asociación de la Prensa de Sevilla
adelanta incluso unas propuestas.

L
a profesión periodística pasa mer lugar, la necesidad de llevar a ca-
por momentos de confusión y bo este esfuerzo de las organizaciones
desconcierto. Es un hecho que para identificar el origen de la baja
el periodismo recibe la valora- calidad de la información, el males-
ción más baja en muchos años por tar que afecta a los profesionales y la
parte de la opinión pública. Los pro- falta de horizonte de seguir en esta
pios profesionales son presa de un situación. Por tanto, habría que pro-
malestar no siempre expresado, de mover un debate en el seno de la pro-
un desconcierto sobre sus funciones fesión y elaborar criterios que permi-
que no se registra desde las peores tan alejarse de las prácticas más per-
épocas de la dictadura. niciosas y hacerlo con la mayor uni-
A pesar de la amplitud del proble- dad posible.
ma y de la percepción generalizada Dos de las primeras cuestiones que
del mismo, no va a ser fácil poner de surgen en el análisis de la situación
acuerdo a los profesionales sobre las son la progresiva institucionalización
causas, consecuencias y propuestas del proceso de elaboración de la in-
de mejora. Pero la dificultad no hace formación y el alineamiento que su-
más que poner de manifiesto, en pri- fren los profesionales arrastrados por

Texto elaborado por la Comisión de Garantías Profesionales de la Asociación de la


Prensa de Sevilla.

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 Crítica y autocrítica del periodismo
la preocupante y descarada apuesta cado malestar en determinados sec-
política de los grupos de comunica- tores de la profesión, no son más que
ción más importantes del país. De es- el extremo de ese fenómeno que con-
ta forma, a la tradicional concentra- siste en la institucionalización de las
ción de medios y su apuesta por in- noticias: puesto que son los detenta-
tereses económicos, se une ahora una dores de la información quienes la
alarmante participación administran a su antojo,
en la contienda política, también se creen con de-
lo que revierte en una uti- recho a racionar el caudal
lización indisimulada de Se han llegado a según sus intereses. A ve-
la información y de los ces, que haya preguntas
profesionales. olvidar otras o no puede no ser lo prin-
Las instituciones –no formas de cipal porque, incluso ha-
sólo las políticas, tam- biéndolas, son ellos los
bién las empresas, los sin- ejercicio de la que tienen la iniciativa de
dicatos y cualquier enti- profesión que no qué toca hablar en cada
dad que quiera asomarse momento. Deciden cuán-
a los medios– tratan de sean acudir a las do y cuánto conviene ha-
hacer girar a su alrededor
la mayor parte de la su-
ruedas de prensa, blarEldeperiodista
un asunto.
ha llega-
puesta información. Ellos recoger do a olvidar otras formas
marcan la agenda, con- de ejercicio de la profe-
trolan y racionan la infor-
declaraciones o sión que no sean acudir
mación e incluso tratan extractar notas de a las ruedas de prensa, re-
con diferente rasero a los coger declaraciones o ex-
profesionales en función prensa. tractar notas de prensa.
del medio para el que tra- Los contenidos de los me-
bajan. dios se ven así condicio-
Enorme cantidad de nados por el calendario
convocatorias, notas de que elabora el gabinete
prensa, comunicados, canutazos… in- de comunicación o de imagen y se ha
undan de supuesta información la impuesto en las administraciones el
agenda de los medios de comunica- principio de que dar información a
ción. Esto centra buena parte de la la prensa es una traición a la institu-
preocupación de los profesionales, ción, siempre que no sea una loa.
que se manifiestan desbordados y a Instituciones son las que mandan
la vez cómodos con que el trabajo les y las que aspiran a mandar más, del
salga al encuentro. Las ruedas de ámbito público y del privado, que en-
prensa sin preguntas, que han provo- tienden a los periodistas y a los me-

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El Parlamento
dios de comunicación como vehícu-
los –instrumentos propagandísticos de papel
inevitables, indeseables muchas ve- Ignacio Fontes y Manuel Ángel Menéndez,
ces, de los que si pudieran prescindi-
rían– para llegar a la ciudadanía.
dos tomos (1.180 y 544 páginas),
La información para casi todos 70 euros.
ellos no es un derecho elemental de
los ciudadanos, sino una prerrogati-
va que se atribuyen en función de sus
Un ensayo sobre la historia
intereses del momento. Y la transpa- de la prensa no diaria
rencia no es una condición sin la cual
la democracia pierde todas sus cuali- del franquismo crepuscular:
dades, sino una amenaza que se sa-
cuden porque creen que detrás de ella la existente, la que nació
se encuentra el abismo por el que cae-
rán sus aspiraciones de poder o su en esos años para oponerse
ambición. En esta dinámica han caí-
do instituciones y organismos de to-
a la dictadura, y la espectacular
dos los colores políticos, empresas y
hasta organizaciones que se titulan
floración que sucedió a la
sin ánimo de lucro.
La consecuencia es el olvido de que
muerte de Franco, que elevó
la demanda de información nace de su número por encima
la sociedad. No de las instituciones,
ni de los periodistas, ni de los medios. de 7.000 títulos.
Por obvio, se olvida con demasiada
frecuencia –sobre todo a los profesio-
nales– que el periodista no es más
DE VENTA EN LA A.P.M.
que el depositario de un derecho de
los ciudadanos. La vanidad del profe-
sional, tan vieja compañera de este
oficio, y los intereses de las fuentes y
de las empresas periodísticas se alían
aquí para engendrar la situación ac-
tual.
Existe una fuerte demanda social
de información, pero la respuesta de
los profesionales es la mera trascrip-
ción de opiniones y datos elaborados
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por gabinetes especializados en adul- puesto a los medios de comunicación
terar la realidad, adaptarla a sus in- por las instituciones y las empresas,
tereses, maquillar resultados y sosla- en las siguientes líneas es necesario
yar inconvenientes. La demostración asumir la parte de culpa que tienen
del control que ejercen sobre la infor- los profesionales de este estado de las
mación es que cualquier demanda de cosas. Porque el predominio de las
datos debe ser canalizada por los ga- ruedas de prensa –con o sin pregun-
binetes y que ningún técnico está au- tas– la sustitución de la información
torizado ni siquiera a hablar con los a requerimiento de los informadores
informadores. por convocatorias públicas y las tra-
Sería interesante que las organiza- bas del acceso a la información son
ciones profesionales promoviesen un consecuencias inevitables de la pér-
análisis sobre cómo la información es dida de la iniciativa de los profesio-
manipulada a lo largo de los canales nales.
antes de llegar a los periodistas. Cae- El problema no es sólo la fuerza
rían muchos velos sobre la llamada so- de las instituciones sino también la
ciedad de la información y la ciudada- pasividad de los profesionales. Nos en-
nía en las sociedades democráticas. contramos ante una rendición de los
A esa confluencia de intereses se periodistas, una renuncia a tener la
une el alineamiento de las empresas iniciativa.
de comunicación, convertidas con de- La información (y el interés del pú-
masiada frecuencia en trincheras des- blico) sigue estando en la calle, un lu-
de las que el periodista tiene más obli- gar que el periodista ya no pisa por-
gación de disparar contra el adversa- que no tiene tiempo atrapado por la
rio político del editor que de informar maquinaria ‘comunicativa’ en mar-
a su público. El ‘trincherismo’ se ha cha. El resultado, entre nuestra incu-
extendido como una plaga del perio- ria y el predominio de las institucio-
dismo y eso es algo que el público ha nes públicas y privadas, es la infor-
asumido como uno de los grandes ma- mación precocinada, dispuesta en
les de los actuales medios, junto a la asépticas bandejas en estanterías de
inundación de programas que frivoli- supermercado, lista para llevar. Esto
zan valores tan elementales del perio- facilita el trabajo a los profesionales,
dismo como la veracidad y el respeto pero adultera el producto.
por la intimidad de las personas. Yerran los profesionales que creen
que el público no se entera, que da
por bueno lo que consume: nunca co-
Autocrítica mo ahora ha estado tan desprestigia-
Si hasta aquí el análisis de la situa- da la profesión. El ‘ruido’ adultera los
ción se ha centrado en el sistema im- contenidos hasta el extremo de hacer

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irreconocible la información veraz de Propuestas
la propaganda. El público lo percibe,
consciente o inconscientemente, y de A la profesión:
ahí procede gran parte del despresti- — Abrir un debate sobre estas cues-
gio profesional. tiones en nuestra web;
En demasiadas ocasiones, los pro- — Plantearnos una serie de char-
fesionales olvidan que las reglas de las con profesionales de los medios y
oro del periodismo son contrastar las del área de la formación profesional.
informaciones, exponer todos los da- — Trasladar la preocupación al
tos posibles sobre lo sucedido (los conjunto de las organizaciones pro-
que avalen una teoría y los que la con- fesionales.
tradigan), el secreto sobre las fuen- — Presencia en la revista de la Aso-
tes, el respeto por el ámbito privado ciación de la Prensa de Madrid.
de las personas, deslindar informa-
ción y opinión… La libertad de expre- A las instituciones:
sión no es una licencia para insultar — Exponerles nuestra preocupa-
ni denigrar a nadie, sino para expo- ción por los aspectos que, de esta re-
ner los datos que ayuden a sacar con- flexión, les corresponden.
clusiones sobre lo ocurrido. Sería — Plantearles la regulación en sen-
bueno que las asociaciones dedica- tido abierto y positivo del derecho de
ran esfuerzos a difundir el código de- los profesionales a recibir una infor-
ontológico de la profesión periodís- mación completa sobre los asuntos
tica. que les requieran.
En este sentido, cualquier pro- — Exigirles la no limitación de los
puesta que pretenda mejorar la si- profesionales al acceso a los funcio-
tuación no puede limitarse a pedir narios y que éstos no se vean someti-
otro comportamiento de las institu- dos a represalias por responderles.
ciones, que abandonen la patrimo- — Pedirles que separen la informa-
nialización de la información, que ción de índole técnica y general de la
sean transparentes y respeten el tra- responsabilidad de los directivos po-
bajo y la independencia de los profe- líticos de las administraciones.
sionales. Lo primero que es necesa-
rio es llevar a cabo un debate a fon- A las empresas periodísticas:
do en el seno de la profesión para asu- — Exigirles nuestro derecho profesio-
mir los errores de complacencia y pa- nal sobre la información que se publica.
sividad, retornar al espíritu crítico — Plantearles la regulación de los
que ha de impregnar el periodismo comités de redacción y su derecho a
y las normas elementales de deonto- participar en el proceso de análisis de
logía profesional. los conflictos que se presenten. 

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