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¿Qué es el VIH?

El VIH es el virus que causa el SIDA. Este afecta el sistema inmunitario, haciendo que te enfermes
más fácilmente. El VIH se propaga durante el sexo, pero los condones ayudan a que te protejas.

¿Quieres hacerte una prueba del VIH? Encuentra un centro de salud →

El VIH es una infección que lleva al SIDA

VIH significa virus de inmunodeficiencia humana. Es un virus que destruye determinadas células
del sistema inmunitario (la defensa del cuerpo contra las enfermedades que nos ayuda a
mantenernos sanos). Cuando el VIH daña el sistema inmunitario, es más fácil que te enfermes de
gravedad e icluso que mueras a causa de infecciones que el cuerpo normalmente podría combatir.

En los Estados Unidos, alrededor de un millón de personas viven con VIH, y cada año se presentan
más de 38,000 nuevos casos de infección. La mayoría de las personas con VIH no tienen síntomas
durante años y se sienten totalmente bien, de modo que es posible que ni siquiera sepan que
están infectadas.

Una vez contraído, el virus permanece en tu cuerpo de por vida. No existe cura para el VIH, pero
hay medicamentos que ayudan a que te mantengas saludable durante más tiempo y que
disminuyen las posibilidades de que contagies a otras personas. Los estudios demuestran que
tomar los tratamientos contra el VIH de acuerdo a las instrucciones, puede bajar la cantidad de
VIH en tu sangre tanto que puede no aparecer en una prueba, cuando esto sucede, no trasmitirás
el VIH por vía sexual.

El tratamiento es muy importante (por eso es vital hacerte la prueba). Prácticamente todas las
personas que tienen VIH y no se tratan mueren a causa del virus. Pero con medicamentos, las
personas con VIH pueden mantenerse sanos, vivir muchos años y evitar contagiar a otros.

¿Cuál es la diferencia entre VIH y SIDA?


El VIH es el causante del SIDA. SIDA es una sigla que significa síndrome de inmunodeficiencia
adquirida. VIH y SIDA no son lo mismo. La gente con VIH no siempre tiene SIDA.

El VIH es el virus que se transmite de persona a persona. Con el tiempo, el VIH destruye un tipo de
células importante del sistema inmunitario (denominado células CD4 o células T) que nos protegen
de las infecciones. Cuando no tienes suficientes células CD4, tu cuerpo no puede combatir las
infecciones como lo haría normalmente.

El SIDA es la enfermedad causada por el daño que el VIH produce en el sistema inmunitario. Una
persona tiene SIDA cuando contrae infecciones peligrosas o tiene un número extremadamente
bajo de células CD4. El SIDA es la fase más grave de la infección por VIH y, con el tiempo, termina
provocando la muerte.

Sin tratamiento, generalmente toma 10 años para que alguien con VIH desarrolle SIDA. El
tratamiento desacelera el daño que causa el virus y ayuda a que los infectados se mantengan
sanos durante varias décadas.

¿Cómo se contagia el VIH?


El VIH es transportado en el semen, las secreciones vaginales, la sangre y la leche materna. El virus
ingresa en el cuerpo a través de cortes o heridas en la piel y a través de las membranas mucosas
(como el interior de la vagina, el recto y la abertura del pene). Puedes contraer VIH por:

Tener sexo vaginal o anal

Compartir agujas o jeringas para drogarse, hacerse perforaciones en el cuerpo, tatuajes, etc.

Ser punzado con una aguja que tiene sangre infectada con el VIH

Tener heridas o ampollas abiertas que entran en contacto con sangre, semen (esperma) o
secreciones vaginales infectados con VIH

La forma más común de transmisión del VIH es el sexo sin protección. Puedes protegerte y
proteger a tu pareja usando condones y/o barreras de látex bucales cada vez que tienen relaciones
sexuales y evitando compartir agujas. Si tienes VIH, recibir tratamiento puede disminuír e incluso
detener las posibilidades de contagiar a otros con el virus. Si no tienes VIH, también existe una
medicina diaria, llamada PrEP que puede ayudar a protegerte del VIH.

Este virus también se puede transmitir al bebé durante el embarazo, el parto o al amamantar. Una
embarazada con VIH puede tomar medicamentos que reducen considerablemente las
posibilidades de que su bebé se contagie.

El VIH no se transmite por la saliva, de modo NO PUEDES contagiarte por dar un beso, compartir
alimentos o bebidas, o usar el mismo tenedor o la misma cuchara. El VIH tampoco se contagia por
abrazarse, darse la mano, toser o estornudar. Tampoco puedes infectarte por sentarte en el
inodoro.

Hace muchos años, algunas personas se contagiaron de VIH al recibir transfusiones de sangre
infectada. En la actualidad, donar o recibir sangre en cualquier centro de salud es totalmente
seguro. Los médicos, hospitales y bancos de sangre no usan las agujas más de una vez y la sangre
que se dona se somete a análisis para verificar que no esté infectada con el VIH u otras
infecciones.

Primeros síntomas del VIH


En general, las personas que contraen la infección lucen y se sienten sanas durante mucho tiempo.
Pueden transcurrir 10 años o más hasta que la infección por VIH manifiesta síntomas, e incluso
mucho más tiempo en el caso de quienes toman medicamentos antivirales. Por eso, es
fundamental realizarse pruebas de VIH periódicas, en especial si has tenido sexo sin protección o
compartido agujas. Los tratamientos para la infección por VIH pueden ayudar a mantenerte sano.
Los tratamientos también pueden disminuír e incluso detener las probabilidades de contagiar a
otras personas de VIH durante el sexo.

Las primeras 2 a 4 semanas después de contraer el VIH, puedes sentir algo de fiebre, dolor y
malestar. Estos síntomas similares a los de la gripe son la primera reacción del cuerpo a la
infección por el VIH. Durante esta etapa, hay una gran concentración del virus en tu organismo, de
modo que es fácil transmitirlo a otras personas. Los síntomas desaparecen tras unas semanas y
habitualmente no vuelves a tenerlos en años. Una vez tienes VIH, puedes transmitírselo a otros,
bien sea que tengas síntomas o no.

Síntomas tardíos de la infección por VIH/SIDA

El VIH destruye las células del sistema inmunitario llamadas células CD4 o células T. Sin células
CD4, a tu organismo se le hace muy difícil combatir las enfermedades. Esto te hace más propenso
a enfermarte gravemente por infecciones que generalmente no te harían daño. Con el pasar del
tiempo, el daño que el VIH causa en tu sistema inmunitario provoca el SIDA.
Una persona tiene SIDA cuando sufre infecciones raras (denominadas oportunistas), ciertos tipos
extraños de cáncer o tiene un recuento muy bajo de células CD4. En general, esto sucede
alrededor de 10 años después de contraer el VIH y no recibir tratamiento. Con tratamiento, la
aparición del SIDA puede tardar mucho más.

Las señales del SIDA incluyen:

Aftas (un revestimiento espeso y blanco en la lengua o la boca)

Dolor de garganta

Infecciones graves por hongos

Enfermedad pélvica inflamatoria crónica

Infecciones graves recurrentes

Cansancio persistente, mareos y aturdimiento

Dolores de cabeza

Pérdida repentina de peso

Formación de hematomas con más frecuencia de lo normal

Diarrea, fiebre, o sudores nocturnos durante mucho tiempo

Glándulas inflamadas o duras en la garganta, las axilas o la ingle

Episodios de tos seca y profunda

Sensación de falta de aire

Protuberancias violáceas en la piel o en la boca

Sangrado de la boca, la nariz, el ano o la vagina

Erupciones de la piel

Adormecimiento de las manos o los pies, pérdida del control sobre los músculos y los reflejos,
incapacidad de movimiento y pérdida de fuerza muscular

¿Qué es el tratamiento para la infección por VIH?


El VIH no tiene cura, pero existen tratamientos que ayudan a quienes los padecen a llevar vidas
largas y saludables. El tratamiento antirretroviral (TARV) es una combinación de medicamentos
que disminuye la concentración del VIH en la sangre, ayudándote a vivir saludable por muchos
años. El TARV también puede disminuír e incluso detener el riesgo de que le transmitas VIH a
otros.

En ocasiones el TARV disminuye la cantidad de VIH en tu cuerpo (conocido como carga viral) al
punto de que el VIH no aparece en las pruebas estándares de sangre. Si tu carga viral es tan baja
que algunas pruebas no pueden detectarla. se llama “indetectable”. Cuando alguien tiene una
carga viral indetectable, no pueden transmitirle el virus a otros por vía sexual.

Es importante recordar que aún cuando tengas una carga viral indetectable, el virus sigue presente
en tu cuerpo. Si detienes el tratamiento, tu carga viral puede subir, haciendo que sea posible que
transmitas el virus del VIH a las personas con quienes tengas sexo. Tu doctor o enfermera te
puede ayudar a encontrar el tratamiento más adecuado para ayudar a master tu carga viral baja y
así puedas mantenerte saludable.

Prestar atención a tu estilo de vida, puede contribuir a que te mantengas sano. Esto implica
alimentarse bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, aprender a manejar el estrés y evitar el
alcohol, el cigarrillo y las drogas.

¿Dónde puedo recibir tratamiento para la infección


por VIH?
Es importante encontrar un médico que tenga experiencia tratando VIH. Tu centro de salud local
de Planned Parenthood puede ayudarte a obtener el tratamiento que necesitas. HIV.gov también
puede ayudarte a encontrar un doctor experto en VIH y otros servicios de apoyo en tu área.
¿Qué son las verrugas genitales?
Las verrugas genitales son comunes y son causadas por ciertos tipos del virus del papiloma
humano (VPH). Son molestas, pero se pueden tratar y no son peligrosas.

¿Quienes hacerte una prueba de verrugas genitales?


Las verrugas genitales aparecen en la piel que rodea tus genitales y ano. Son causadas por ciertos
tipos de virus del papiloma humano (VPH). Quizá hayas escuchado que algunos tipos de VPH
pueden provocar cáncer, pero NO son los mismos que causan las verrugas genitales.

La infección por el VPH es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que puede ser difícil de
entender. Es la ETS más común, pero la mayoría de las veces desaparece sola. A veces, algunas
infecciones causadas por tipos de VPH de “alto riesgo” pueden convertirse en cáncer si no se
tratan. Otros tipos de VPH de “bajo riesgo” pueden provocar verrugas en tu vulva, vagina, cuello
uterino, recto, ano, pene o escroto. Las verrugas genitales son frecuentes; anualmente aparecen
aproximadamente 360,000 casos nuevos.

¿Cómo se contagian las verrugas genitales?


Las verrugas genitales se contagian por el contacto piel a piel con una persona infectada, a
menudo durante el sexo vaginal, anal y oral. Las verrugas genitales pueden contagiarse incluso sin
que haya eyaculación y sin que el pene penetre en la vagina o el ano. Puedes transmitirlas aun
cuando no tienes verrugas ni otros síntomas visibles, aunque es menos frecuente. La madre puede
transmitirlas al bebé durante el parto, si es vaginal, aunque es bastante raro.

Las verrugas genitales son diferentes de las verrugas que aparecen en cualquier otra parte del
cuerpo. No te contagiaras de verrugas genitales por haber tocado una verruga que tienes (o que tu
pareja tiene) en la mano o en el pie.

Eres más propenso a transmitir las verrugas genitales cuando tienes síntomas. Por eso, si notas
una verruga, lo mejor es hacerte una prueba y tratarte para ayudar a disminuir el riesgo de
contagiar a tu pareja de verrugas genitales.
Síntomas de las verrugas genitales
Las verrugas genitales son protuberancias blanquecinas o de color piel que aparecen en la vulva, la
vagina, el cuello uterino, el pene, el escroto o el ano. Parecen pequeños trozos de coliflor. Puedes
tener una o varias verrugas, y pueden ser grandes o pequeñas. Pueden provocar picazón, pero la
mayoría de las veces no duelen.

No todos los bultos que aparecen en los genitales son verrugas. Existen otras infecciones y
condiciones normales de la piel que pueden asemejarse a una verruga, pero son otra cosa. Si crees
que tienes verrugas genitales, es importante que te examine una enfermera o doctor.

¿Cuándo suelen aparecer las verrugas genitales?


Las verrugas genitales pueden demorar en aparecer semanas, meses e incluso años después de
haber tenido contacto sexual con alguien que las tenía. Por eso es tan difícil saber cuándo
contrajiste la infección por el virus del papiloma humano (VPH) que las ocasionó o quién te la
contagió.

Puedes tener el virus y nunca tener verrugas, de modo que puedes estar infectado sin tener
síntomas. Algunas personas sólo tienen verrugas una vez, y nunca las vuelven a tener. Otras las
tienen más de una vez (recurrentes).

Si te salen verrugas genitales, puede que pienses que tu pareja te ha estado engañando, lo cual no
es necesariamente cierto. A veces, las verrugas tardan mucho en aparecer, por eso es posible que
tú o tu pareja las hayan contraído hace mucho tiempo. A veces, el virus vive durante meses e
incluso años en el cuerpo sin que aparezcan verrugas genitales.

Dato curioso: Puedes tener el tipo de VPH que causa las verrugas y no tener síntomas, pero SÍ
transmitirlo a otra persona, a quien sí pueden aparecerle verrugas.

Por eso, es complicado saber cuándo te contagiaste las verrugas genitales (y quién te las contagió).
Hablar con tu pareja y con un médico o enfermero puede ayudarte.
¿Cuál es el tratamiento para las verrugas genitales?
Existen distintas maneras de tratar las verrugas genitales, dependiendo del lugar en que se
encuentren y la cantidad de la piel que cubran. Al igual que todos los medicamentos y
procedimientos, estos tratamientos pueden tener efectos secundarios, beneficios y costos
diferentes. Habla con tu doctor o enfermera para decidir qué tratamiento para las verrugas
genitales es el más apropiado para ti.

Tu médico o enfermero pueden:

Aplicar productos químicos para hacerlas desaparecer o para detener su crecimiento. Este
tratamiento suele administrarse una vez por semana durante algunas semanas en una clínica.

Recetarte una crema para que la apliques sobre las verrugas durante varias semanas.

Eliminar las verrugas con frío (crioterapia).

Quemar las verrugas con corriente eléctrica.

Extirpar las verrugas con un bisturí o un cable y electricidad (extirpación electroquirúrgica con asa
o LEEP).

Quizá algunos de estos tratamientos te asusten un poco, pero todos son eficaces en eliminar las
verrugas, consecuentemente sus síntomas y reducir las posibilidades de transmitir la infección por
el virus del papiloma humano (VPH) que las provocó, a otra persona. Tu doctora o enfermero
pueden aplicarte un anestésico para que no tengas molestias.

Cabe aclarar que los medicamentos de venta sin receta para tratar las verrugas de las manos o los
pies NO deben usarse para tratar las verrugas genitales.

Si bien no hay cura para los tipos de VPH que causan las verrugas genitales, existe una vacuna que
previene la mayoría de las clases de verrugas genitales y ciertos tipos de cáncer.

¿Qué puedo hacer después del tratamiento para


asegurarme de no volver a tener verrugas vaginales?
Nada. Las verrugas genitales pueden tratarse, pero no curarse. Eliminarás las verrugas, pero no el
virus que las causa. El virus puede desaparecer en algún momento por sí solo, pero es imposible
saberlo con certeza. Algunas personas vuelven a tener verrugas y otras, no.

Después de eliminar las verrugas:

Mantén la zona limpia y no te rasques

Lávate las manos después de tocar la zona donde estaban las verrugas.

No tengas sexo si te resulta incómodo.

Puedes aplicar una compresa fría para sentirte mejor si tienes dolor o inflamación en la zona.
Puedes tomar analgésicos de venta libre.

¿Cómo evito contagiarme las verrugas genitales?


En primer lugar, consulta a tu médico sobre la vacuna contra el virus del papiloma humano; la
mayoría de marcas de las vacunas brindan protección contra los tipos de VPH que causan la
mayoría de los casos de verrugas genitales. Esa es la mejor manera de evitar los problemas
relacionados con el VPH, incluyendo las verrugas genitales.

Las verrugas genitales se contagian por el contacto de piel a piel cuando se tiene sexo vaginal, anal
u oral con alguien que las tiene. De modo que la única manera infalible de evitar las verrugas
genitales y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) es no tener contacto alguno con la
boca o los genitales de otra persona.

Sin embargo, la mayoría de las personas tienen sexo en algún punto de sus vidas, por lo que es
importante saber cómo tener sexo más seguro. El uso de protección, como condones y barreras de
látex bucales, cuando se tienen relaciones sexuales realmente ayuda a disminuir el riesgo de
contraer alguna ETS.

También puedes no tener sexo con alguien si ves que tiene verrugas en los genitales o en el ano,
porque esta es la forma más fácil de contagio. Pero recuerda, es posible contagiarse y contagiar a
otros aunque no haya verrugas visibles, por lo que es importante el uso del condón y de barreras
de látex bucales aunque todo parezca estar completamente bien.
Aunque no existen pruebas para determinar si tienes verrugas genitales, incluir los exámenes de
ETS dentro de tu chequeo médico regular es parte de mantenerte saludable.

¿Cómo prevengo la transmisión de las verrugas


genitales?

Si descubres que tienes verrugas genitales, no te asustes. Hay formas para no contagiar a tus
parejas.

Recomiéndale a tu pareja que hable con una médico o una enfermera acerca de la vacuna contra
el VPH. La mayoría de las marcas brindan protección contra los tipos de VPH que causan la
mayoría de los casos de verrugas genitales.

Siempre usa condones o barreras de látex bucales cuando tengas sexo oral, anal o vaginal.

No mantengas sexo si tienes verrugas visibles, ni siquiera con condón. Puede haber verrugas en
lugares que el condón no cubre.

Deja de fumar. Los fumadores son más propensos a contagiarse de las verrugas que los no
fumadores, y es más probable que las verrugas reaparezcan en las personas que fuman.

Diles siempre a tus parejas que tienes verrugas genitales antes de tener sexo, de modo que
puedan afrontar juntos la prevención del contagio.
Descripción general
La hepatitis B es una infección hepática grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Para
algunas personas, la infección de la hepatitis B se vuelve crónica, lo que significa que dura más de
seis meses. Tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de contraer insuficiencia hepática, cáncer
de hígado o cirrosis, enfermedad que causa cicatrices permanentes en el hígado.

La mayoría de los adultos infectados con hepatitis B se recupera por completo, incluso si los signos
y síntomas son graves. Los bebés y niños son más propensos a contraer una infección crónica
(duradera) de hepatitis B.

La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura si ya padeces la enfermedad. Si estás
infectado, tomar ciertas precauciones puede prevenir el contagio del virus a otras personas.

Síntomas
Los signos y síntomas de la hepatitis B pueden oscilar entre leves y graves. Generalmente,
aparecen de uno a cuatro meses después de la infección, aunque es posible que los veas apenas
dos semanas después de la infección. Es posible que algunas personas, en general, los niños
pequeños, no tengan síntomas.

Los signos y síntomas de la hepatitis B son:

Dolor abdominal

Orina oscura

Fiebre

Dolor articular

Pérdida de apetito

Náuseas y vómitos

Debilidad y fatiga

Pigmentación amarilla de la piel y la parte blanca del ojo (ictericia)

Cuándo consultar al médico


Si sabes que has estado expuesto a la hepatitis B, comunícate con el médico de inmediato. Un
tratamiento preventivo puede reducir el riesgo de infección si lo recibes dentro de las 24 horas
posteriores a la exposición al virus.

Si crees que tienes signos y síntomas de hepatitis B, comunícate con el médico.

Causas
La infección por hepatitis B es causada por el virus de la hepatitis B (VHB). El virus se transmite de
persona a persona a través de la sangre, semen u otros líquidos corporales. No se transmite al
estornudar ni al toser.

Las formas de transmisión frecuentes del virus de la hepatitis B son:

Contacto sexual. Puedes contraer hepatitis B si tienes relaciones sexuales sin protección con una
persona infectada. La persona te puede transmitir el virus si la sangre, la saliva, el semen o las
secreciones vaginales ingresan al cuerpo.

Por compartir agujas. El virus de la hepatitis B se transmite con facilidad a través de agujas y
jeringas contaminadas con sangre infectada. Compartir una parafernalia de drogas intravenosas
aumenta el riesgo de contagiarte hepatitis B.

Pinchazos accidentales de aguja. La hepatitis B es una preocupación para los trabajadores del
cuidado de la salud y para todos los que están en contacto con sangre humana.

De madre a hijo. Las mujeres embarazadas infectadas con el virus de la hepatitis B pueden
transmitirles el virus a sus bebés durante el parto. Sin embargo, es posible vacunar al recién nacido
para evitar que se infecte en casi todos los casos. Consulta con tu médico sobre el análisis para
detección de hepatitis B si estás embarazada o quieres estarlo.

Hepatitis B aguda frente a crónica

La infección por hepatitis B puede ser pasajera (aguda) o duradera (crónica).

La infección por hepatitis B aguda dura menos de seis meses. Es probable que tu sistema
inmunitario pueda eliminar la hepatitis B aguda de tu cuerpo y que te recuperes totalmente en
unos pocos meses. La mayoría de las personas que contraen hepatitis B de adultos presentan una
infección aguda, pero esta puede transformarse en una infección crónica.
La infección de hepatitis B crónica dura seis meses o más. Perdura porque el sistema inmunitario
no puede combatir la infección. La infección crónica de hepatitis B puede durar toda la vida y es
posible que genere enfermedades graves, como cirrosis y cáncer de hígado.

Cuanto más joven es la persona al contraer hepatitis B (en especial, los recién nacidos o los niños
menores de 5 años), el riesgo de que la enfermedad se haga crónica es mayor. La infección crónica
puede pasar inadvertida por décadas hasta que la persona se enferme gravemente por alguna
enfermedad hepática.

Factores de riesgo
La hepatitis B se contagia mediante el contacto con sangre, semen u otros líquidos corporales de
una persona infectada. El riesgo de tener infección de hepatitis B aumenta si ocurre lo siguiente:

Tienes relaciones sexuales sin protección con múltiples parejas sexuales o con alguien que está
infectado con VHB

Compartes agujas al consumir drogas intravenosas

Eres un hombre que mantiene relaciones sexuales con otros hombres

Vives con alguien que tiene infección crónica causada por el virus de la hepatitis B

Has nacido de una madre infectada

Tienes un trabajo que te expone a la sangre humana

Viajas a regiones con tasas altas de infección por el virus de la hepatitis B, como Asia, las Islas del
Pacífico, África y Europa Oriental

Complicaciones

Una infección crónica causada por el virus de la hepatitis B (VHB) puede provocar complicaciones
graves, tales como:

Cicatrización del hígado (cirrosis). La inflamación asociada con una infección por hepatitis B puede
provocar una cicatrización extensa del hígado (cirrosis), la cual puede afectar el funcionamiento
hepático.

Cáncer de hígado. Las personas que padecen hepatitis B crónica tienen mayor riesgo de sufrir
cáncer de hígado.

Insuficiencia hepática. La insuficiencia hepática aguda es una enfermedad por la cual las funciones
vitales del hígado dejan de actuar. Cuando sucede eso, es necesario un trasplante de hígado para
vivir.
Otras afecciones. Las personas que tienen hepatitis B crónica pueden padecer enfermedades
renales o inflamación de los vasos sanguíneos.

Prevención

La vacuna contra la hepatitis B generalmente se aplica mediante tres o cuatro inyecciones durante
seis meses. No puedes contraer hepatitis B de la vacuna.

La vacuna contra la hepatitis B se recomienda para:

Recién nacidos

Niños y adolescentes que no recibieron la vacuna cuando nacieron

Individuos que trabajan o viven en un centro para personas con discapacidad del desarrollo

Personas que viven con alguien que tiene hepatitis B

Trabajadores del cuidado de la salud, trabajadores de emergencia y otras personas que tengan
contacto con sangre

Cualquier persona que tenga una infección de transmisión sexual, incluido el VIH

Hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres

Personas que tienen múltiples parejas sexuales

Parejas sexuales de alguien que tiene hepatitis B

Personas que se inyectan drogas ilegales o comparten agujas y jeringas

Personas con enfermedad hepática crónica

Personas con enfermedad renal en etapa terminal

Viajeros que planean ir a una zona en el mundo con una tasa alta de infección por hepatitis B

Toma precauciones para evitar el virus de la hepatitis B (VHB)

Otras maneras de reducir el riesgo del VHB incluyen:

Conocer el estado del VHB de cualquier pareja sexual. No mantener relaciones sexuales sin
protección a menos que estés absolutamente seguro de que tu pareja no está infectada con virus
de la hepatitis B ni otra infección de transmisión sexual.

Utiliza un preservativo nuevo de látex o poliuretano cada vez que tengas relaciones sexuales si
desconoces el estado de salud de tu pareja. Recuerda que, si bien los preservativos reducen el
riesgo de contraer VHB, no lo eliminan.
No uses drogas ilegales. Si consumes drogas ilegales, busca ayuda para dejar de hacerlo. Si no lo
logras, usa una aguja estéril cada vez que te inyectes drogas ilegales. Nunca compartas agujas.

Ten cuidado con los piercings corporales y los tatuajes. Si te haces un piercing o tatuaje, busca un
negocio con buena reputación. Pregunta cómo se limpia el equipo. Asegúrate de que los
empleados usen agujas estériles. Si no puedes obtener respuestas, busca otro negocio.

Pregunta sobre la vacuna contra la hepatitis B antes de viajar. Si vas a viajar a una región donde la
hepatitis B es frecuente, pregúntale a tu médico sobre la vacuna contra la hepatitis B con
anticipación. Por lo general, se administra en una serie de tres inyecciones por un período de seis
meses.

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