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2.1.

1 ESTRUCTURA Y FUNCIÓN
DE LA PIEL
La piel es uno de los órganos más extensos del organismo. Se encuentra constituida por dos capas,
la epidermis, o capa superficial, y la dermis, una capa de tejido conectivo más profunda (fig. 1).

La epidermis es un epitelio queratinizado, es decir, con una capa superficial córnea y fuerte que
cubre y protege la capa basal profunda, regenerativa y pigmentada. La epidermis carece de vasos
sanguíneos y linfáticos, se nutre a través de la dermis vascularizada subyacente.

La dermis es una densa capa de fibras de colágeno (orientadas en el sentido de las líneas de
tensión o líneas de Langer) entrelazadas con fibras elásticas. Estas fibras proporcionan tono a la
piel y le confieren su fortaleza y resistencia.

Anexos de la piel
La piel posee estructuras anexas que dependen de la piel y que se originan a partir de la
epidermis. Dichas estructuras son las siguientes (fig. 1):

- Glándulas cutáneas: constituidas por las glándulas sudoríparas y sebáceas.


- Pelos (folículo piloso, músculo erector del pelo).
- Uñas.
- Tejido subcutáneo (anteriormente conocido como hipodermis).

Epidermis

Dermis

Tejido subcutáneo

FIGURA 1. CAPAS DE LA PIEL Y ANEXOS CUTÁNEOS


Funciones de la piel
La piel tiene diferentes funciones (fig. 2): protege al organismo de los efectos de la exposición al
medio ambiente, de las agresiones físicas y químicas; envuelve al cuerpo brindando contención para
los líquidos extracelulares y los órganos más profundos; regula la temperatura corporal; es un
órgano de los sentidos para el tacto, la temperatura y el dolor, y participa en la síntesis de la vitamina
D.

FIGURA 2. PRINCIPALES FUNCIONES DE LA PIEL.

Referencias:

• Moore, L. K. (2018). Anatomía con orientación clínica. Lippincott Williams & Wilkins.
• Pró, E. (2013). Anatomía clínica. Editorial Médica Panamericana.

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