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MI MEJOR

ENEMIGO

FRANK MARANDI
Copyright © 2020 Frank Marandi & Tu Iglesia Publishing
All rights reserved.

Todos los derechos reservados.


Edición exclusiva para difusión gratuita.
A menos que se indique lo contrario, las citas de las Escrituras están
tomadas de la Santa Biblia.
Nueva Traducción Viviente, Nueva Versión Internacional, Reina Valera.
Edición revisada en filología y estilo por Azaria Vega Gonzáles.
Producción Editorial por Valeria Abigail Fiallos Torres.
Diseño Gráfico por Pablo Mora Cantero.
DEDICATORIA

Al recordar tantas noches sin conciliar el sueño, las horas


eternas de espera en medio de una sala de emergencia y un sin
número de situaciones que nos llevan a extremos como el
desánimo, la desesperanza y el dolor de metas no cumplidas,
me lleva a entender que este libro no está dedicado a quienes
viven siempre en prosperidad y todo les sale bien, a quienes
nunca han fallado y su vida ha sido un cúmulo de victorias
interminables… No, para nada; incluso, quien ha vivido en
medio de las luces y de los aplausos del éxito sin experimentar
la dolorosa penumbra de las batallas perdidas y el silencio
ensordecedor del abandono, realmente no hallará mucho con
qué identificarse dentro de Mi Mejor Enemigo.

Si hay alguien que, de pronto, se ha visto sumergido en el


mar de lo inentendible, ha amanecido sorprendido por la
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crueldad de una noticia inesperada y ha levantado su mirada al


cielo en busca de socorro, entonces tengo a quien dedicarle este
libro. Si has vivido crueles batallas sin causa aparente, has
sucumbido ante la seducción del pecado, o eres de los que
miran en su vida las cicatrices de los más duros momentos que
han tenido que enfrentar, eres a quien dedico este escrito.

Este libro está dedicado a quienes siguen batallando,


permanecen de pie y no han dejado de avanzar. A quienes a
través de los años han sido fuente de ánimo y valor, a esos
amigos que son inspiración y van marcando tu vida.

Quiero reconocer la fortaleza que rodea tu vida y dar gracias


a Dios por juntarnos en el camino para avanzar a través de
estas líneas, siendo edificados para llegar a la meta de nuestra
existencia y formar parte de ese gran ejército que no ha
claudicado, sino que ha encontrado en su batalla diaria la
oportunidad para vivir con dignidad y no ha dejado de lado la
capacidad de mantener la esperanza.

Está dedicado a mi valiente Janeth, a mi fuerte Matías y a


mi amorosa Camila; los amo tanto… Son mis compañeros de
travesía y quienes protagonizan las narraciones que he usado
para mostrarte lo conveniente que es enfrentar al Mejor

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MI MEJOR ENEMIGO

Enemigo de nuestras vidas.


Cómo no dedicar este libro, como primicia, a Mi Mejor
Enemigo, quien me ha llevado al desierto, me ha hecho
caminar por las montañas y, muchas veces, ha callado en medio
del viaje, dejando que mi corazón pueda amarle a pesar de
todo… Gracias, querido Dios, ¡han sido años de aprendizaje y
amor real!

«Le doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, quien


me ha dado fuerzas para llevar a cabo su obra. Él me
consideró digno de confianza y me designó para servirlo…»
(1 Timoteo 1:12 NTV)

v
CONTENIDO

DEDICATORIA iii
INTRODUCCIÓN 7
1. FUERTEMENTE DÉBIL 15
2. INCÓMODAMENTE CÓMODO 32
3. SOÑANDO CON PROMESAS 50
4. TEMEROSAMENTE CONFIADO 66
5. UN ENOJO TONTO 83
6. UNA VIDA DE DESAFÍOS 102
7. VERDADERAMENTE DIFERENTE 115
8. MIS PLANES O LOS TUYOS 125
9. EXAMEN APROBADO 136
10. TRINCHERAS Y REFUGIOS, parte 1 152
11. TRINCHERAS Y REFUGIOS, parte 2 170
12. EL CALLEJÓN SIN SALIDA 182
MI DESPEDIDA 193
ACERCA DEL AUTOR 196
MÁS DE FRANK MARANDI 197
INTRODUCCIÓN

Para nadie es una sorpresa que la vida sea una constate


lucha, que estamos diariamente enfrentándonos a un sin
números de situaciones que nos llevan a convertirnos en
protagonistas de una guerra llamada «vida». No sería una
sorpresa este tema, si no se mencionara la idea de que, en
muchos pasajes de estas batallas, aparece como figura enemiga
alguien, que, al parecer, quiere hasta matarnos; en esos
momentos, nos encontramos con la idea de que nuestro mayor
contendor es Dios.

Por un lado, se cree que Dios es alguien extraño,


indiferente, ajeno a las situaciones propias de la vida; un poco
parecido a los dioses griegos que no se mezclan con los
humanos. Por otro lado, la producción cinematográfica
muestra a un Dios bondadoso, amable y que al final hace lo
que deseamos y nos concede los deseos, los caprichos propios
de la naturaleza humana. Los «estudiosos» se plantean
preguntas donde dejan a Dios sin capacidad de enfrentar los
problemas complejos de los hombres, por ejemplo, el
sufrimiento, las enfermedades, la muerte, etc. Al ver, así las
cosas, verdaderamente, no vale la pena relacionarse con este

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FRANK MARANDI

tipo de Dios.

La Biblia toma una postura clara frente a este tema, nos


da la revelación de un Dios Santo que confronta y contrasta
con nuestro pecado; un Dios Sobrenatural que va en contra de
nuestra limitada humanidad; un ser espiritual que le hace guerra
a nuestra carnalidad; un Dios eterno que nos deja ver nuestra
limitada existencia.

Basándonos en estas diferencias y comparaciones, la


relación del ser humano con Dios está marcada, claramente,
por la lucha y la contención, como esa relación entre un jinete
y su caballo, lo dicho comúnmente: un «tira y hala». El
pensamiento postmoderno, la tendencia de la nueva
intelectualidad y los luchadores de las «libertades» han querido
mostrar a un dios débil y bonachón, pero la Biblia no está llena
de gente que saltaba de alegría cuando oía la voz de Dios, no
es así; comúnmente, la Presencia de Dios les causaba temor,
asombro y una especie de sensación de muerte.
«Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces
Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios»
Éxodo 3:6 (BLA)

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MI MEJOR ENEMIGO

A la gente de la Biblia se la encuentra luchando contra


la voluntad de Dios, encarando la santidad y fluctuando entre
su camino y los caminos de Dios. Es la realidad de la
humanidad, somos como un Israel, viendo los milagros, pero
anhelando Egipto. Los corazones de los hombres son como
una especie de altar de sus deseos. Y es en esos momentos
cuando Dios se nos opone a nuestro parecer, se convierte en
nuestro contendor, en el causante de nuestro dolor, en el mejor
enemigo que podríamos tener.

Si se piensa en el concepto de la purificación de Dios,


se puede hacer una similitud con el padre que obliga a su hijo
a tomar esas “asquerosas” medicinas que nos daban cuando
nos enfermábamos de niños; era una “prueba dolorosa”. Ese
niño cree que su padre es un adversario, que lo está matando y
no entiende lo que realmente hace el padre. Recuerdo que
alguna vez fui al médico y, al momento del diagnóstico, dio una
cruel sentencia: “Debemos operar inmediatamente”; es así
como aparecen de sorpresa las aflicciones divinas, llegan sin
explicación de un momento a otro y esa es la causa por la que
tememos a Dios, lo vemos como a un cirujano; no hay
explicaciones, solo deben meternos en esa fría sala de
operaciones, dígase una vez más: ¡Sin explicaciones!

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FRANK MARANDI

La razón por la cual Dios no explica todo lo que nos


pasa es porque Él no capacita a través de la explicación sino de
la experiencia. La experiencia requiere tiempo para madurar y
dar fruto; es después de esto que llegan las explicaciones no
antes de la prueba. Si viviéramos comprendiendo todo y
teniendo explicaciones a cada paso, no seríamos maduros,
simplemente se generaría en nosotros un corazón caprichoso,
como el niño que hace berrinche en el centro comercial hasta
que sus padres le compren lo que desea, y se quedarían ahí
hasta que aquel muchacho lo decida.

En los momentos, cuando Dios nos está llevando a un


tiempo de aflicción, vemos una especie de rechazo, de
separación. Primero sentimos que Dios nos abandona y esto
provoca que nos divorciemos de nosotros mismos y nos
convirtamos en la mayor carga que debemos llevar por el
camino.

«¿He pecado? ¿Qué te he hecho a ti, oh guardián de


los hombres? ¿Por qué has hecho de mí tu blanco, de modo
que soy una carga para mí mismo?».
Job 7:20 (RV60)

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MI MEJOR ENEMIGO

Cuando alguien está pasando momentos difíciles, se


revela su corazón, la condición de su vida, sus conflictos
internos. Lo que creía ser, ahora cambia con la revelación de la
prueba actual. Hay un dicho que lo he escuchado varias veces:
“Caras vemos, corazones no sabemos”. Cuando un hombre
de Dios ve la realidad que se revela en estos momentos,
descubre cosas que ni siquiera imaginaba que estaban allí, hay
cambios que dejan ver su tendencia natural del “yo”. Su amor
por los resultados y no por los procesos lo descontrola y le
causa dolor, llegan cuestionamientos de si, en verdad son
cristianos, si son lo que creyeron y hasta dijeron ser.
Este proceso de aparente rechazo, de separación es la
obra que Juan el bautista anunció a sus discípulos:
«Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y
recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que
nunca se apagará»
Lucas 3:17 (RV60)

La obra del Espíritu Santo va en función de “aventar”


el corazón de quienes entregan su vida a Cristo. Hay un
proceso de separación necesario entre la vida pasada y la nueva;
el proceso de aflicción solo apresura el resultado y, en cierto
modo, parece ser un doble dolor: tener a Dios en mi aparente

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FRANK MARANDI

contra y abandonar lo que me gustaba.

Cuando comprendemos esta obra de Dios en nuestras


vidas, podemos aceptar de mejor manera el sufrimiento, lo
asimilamos y hasta llegaremos a dar gracias en medio de lo que
se deba enfrentar. Descubrimos que estamos siendo
perfeccionados, nos vamos haciendo más sabios sin que nos
falte cosa alguna. Comprendemos que no solo debemos amar
los resultados, sino el camino que nos lleva a ellos.
«… y que la paciencia tenga su perfecto resultado,
para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada».
Santiago 1:4 (BLA)

De cierta manera, el corazón del ser humano batalla


entre su naturaleza y el mandato de Dios de una nueva vida. Es
aquí donde toma el nombre este libro: Mi Mejor Enemigo.
Cada vez que nos vemos expuestos al proceso de separación,
de aflicción, de dolor, es la voz misma de Dios, el trabajo de
aventar nuestras vidas para llegar a conciliar su propósito en
nosotros; es ahí donde el amoroso Dios se transforma en un
torbellino que nos embiste. Al igual que al apóstol Pedro en
aquella barca, la confrontación es inevitable para saber quiénes
somos realmente, y nos queda solo confesar aquellas palabras
del pescador:

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MI MEJOR ENEMIGO

«Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante


Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre
pecador»
Lucas 5:8 (RV60)

Nos cuesta aceptar que nuestro mejor enemigo nos


lleva a un propósito y nos empecinamos en no enfrentar esta
realidad, nos cuesta asumir el dolor de la separación de nuestra
vida pasada y de nosotros mismos para darle paso al plan de
Dios. Es complicado entender que somos gente imperfecta, sí;
pero dirigidos por medio de aquel que nos llamó y cambió la
vida.
Cuando comprendemos esta realidad, nos regocijamos
aun en medio de la aflicción, así como Job y Jeremías, es ahí
donde sabemos que estamos llegando al final del propósito
divino. Al llevarnos al tiempo del dolor, esos procesos nos
obligan a dejar lo que necesitamos abandonar. Es así que
comenzaremos una renovada amistad con Dios, nos
transformaremos en amigos, en íntimos, como lo fueron
Abraham, Moisés y David. Es pues necesario pasar por ese
tiempo de dolor, es imperativo abandonar la vieja forma de
vivir. El final de este proceso será glorioso y lleno de alegría,
no en vano escribió Pedro:

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FRANK MARANDI

«Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo


que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo
recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio
de su maravillosa gloria y excelencia; y debido a su gloria y
excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas
promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza
divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los
deseos humanos».
2 Pedro 1: 3-4 (NTV)

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1

FUERTEMENTE DÉBIL

La batalla del sometimiento

n alpinista comenzó a escalar una de las

U montañas más grandes que


enfrentado. Avanzó por muchas horas y
había

estaba cerca de su meta. El día estaba terminando y tendría que


tomar la decisión de seguir o parar para que no le sorprendiera
la noche. Estaba tan apasionado que decidió seguir y
obviamente la noche lo atrapó, en uno de los tramos más
difíciles, por alguna razón, su equipo se rompió y resbaló varios
metros en una pendiente; casi al final de aquella pared, pudo
sostenerse con los dedos y quedó colgado en medio de la nada.

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FRANK MARANDI

Sin saber qué hacer y en obscuridad total —tanta que ni


siquiera veía el fondo de ese abismo de roca—, comenzó a
pedir ayuda a Dios. Estaba solo y, sin intervención divina, su
muerte sería segura. En medio de su clamor, Dios le respondió:
«Suéltate», era una respuesta inapropiada.
—¿Cómo me soltaría para salvarme? —se decía a sí mismo.
Una vez más la orden se repitió: «Suéltate». No era posible
que Dios le diera una orden para que muriera. Después de
pelear con Dios y de reclamar por mucho tiempo, sus manos y
la fuerza de su cuerpo no daban más.
—Llegó la hora —dijo este hombre— Dios no quiere
salvarme, solo se ha empecinado en matarme.

De inmediato, dejó de sostenerse y cayó. Su descenso no


duró más de tres segundos, había permanecido colgado sobre
un piso pronunciado de esa montaña, pero no vio que había
suelo bajo sus pies y que la orden de Dios no era para matarlo.
En realidad, si él se sometía y obedecía, se hubiese ahorrado
horas de dolor y ofensas a Él.

Cuando escuché esta historia nunca me imaginé que la


viviría de manera real, pues, en medio de esas batallas diarias
muchas veces percibí la voz de Dios diciendo «Suéltate». Y,
como era de esperarse, el sometimiento y la obediencia no eran

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MI MEJOR ENEMIGO

parte de mis planes. Esto solo me llevaría a enfrentar lo


inevitable: una lucha con mi mejor enemigo.

En la Biblia, podemos ver un ejemplo de la ilustración que


mencionamos, pues hay una lucha inclemente entre la luz y la
obscuridad, las fuerzas del infierno libran una batalla frente a
la posibilidad de vivir los sueños de Dios en la vida del ser
humano. Jacob es la imagen clara de esta verdad, podemos ver
cómo va en ascenso hasta que, de pronto, se encuentra con su
mejor enemigo. Es en este confrontamiento que descubre el
propósito de su vida. Podría decir que Jacob es una
representación nuestra, pues estamos destinados a pelear con
Dios.

Cuando vemos la historia de Jacob, apreciamos que su


batalla comenzó desde su nacimiento, luchando contra Esaú,
su hermano gemelo; luego, atravesó una competencia desleal
por la herencia de su padre y engañó para recibir la bendición
que provocó su huida. Se refugió con su tío Labán, donde vivió
un matrimonio accidentado con Leah y Raquel; después de
algunos momentos de astucia, se convirtió en un hombre rico.
Huyó de regreso a Canaán y pronto se enteró de que Esaú lo
buscaba con cuatrocientos soldados. La venganza estaba a la
puerta, el robo de la bendición ahora debía ser pagado.

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FRANK MARANDI

Si miramos rápidamente los capítulos 25 en adelante de


Génesis, no nos queda duda de que la vida de Jacob fue una
constate batalla, siempre queriendo acomodar la situación a su
conveniencia. La confrontación entre Esaú y Jacob nos hace
pensar que esta situación ahogaría en el temor a cualquier
persona, pero el ser humano no es diferente a este hombre, la
vida nos pone constantes desafíos que nos llevan a enfrentar al
mejor enemigo que tenemos.

Había luchado con su hermano y su suegro; la vida ha sido


una batalla, pero ninguno de ellos, ninguna situación que le
rodeó son los verdaderos contendores. Probablemente, llegó a
la cima con estos adversarios, pero no sabe que hay alguien
detrás de todo esto, orquestando una sinfonía de guerra que
mostraría quién era él verdaderamente. Muchas veces nos
perdemos en la batalla diaria, pensando que es algo definitorio,
escuchamos diagnósticos, resultados, reportes, noticias, etc.,
que solo hacen parecer que la batalla se acaba y olvidamos que
hay un plan más grande que la vida misma.

Dios estaba llevando a Jacob a una de las batallas más duras


de su vida. Jacob, quizá sin saberlo, estaba entrando en un
campo de batalla fuerte y dramático:

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MI MEJOR ENEMIGO

«Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón


hasta que rayaba el alba»
Génesis 32:24 (RV60)

Ya todos habían pasado el río, Jacob estaba solo quizá para


planear la estrategia y ahí aparece su mayor contendor. Luchan
hasta el alba. La cadera de Jacob es afectada y aun así la pelea
sigue. A estas alturas sabe con quién pelea y entiende que está
cerca su mejor momento. Son estos instantes de soledad dónde
nos enfrentamos a nuestro mejor enemigo, aquellos donde
tratamos de hacer planes y creemos que ya estamos resolviendo
las cosas, son esos pasajes de nuestra vida donde tenemos una
mayor lucha.

Ahora Jacob no enfrenta a su hermano o suegro, ya no está


negociando unas lentejas y la primogenitura, está delante de
Dios mismo, tratando cara a cara su situación y, después de
este episodio, todo cambiará.

Un encuentro cara a cara con Dios cambia todo, los


resultados, las críticas, los desaires, las victorias y los logros
quedan sin efecto frente al Rey de nuestra vida.

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FRANK MARANDI

Este momento de la vida de Jacob está marcado por una


pregunta que hace aquel varón: «¿Cuál es tu nombre?». Frontal
y clara. No es que Dios no sabía quién era, el asunto radica en
reconocer quién es en esencia este luchador. Hay una
diferencia en el hecho del hacer y el ser. Pues es fácil saber
nuestro nombre, lo complicado es confesar quiénes somos.

En el caso de Jacob, su nombre significa ʹengañadorʹ,


ʹembusteroʹ. Al preguntar su nombre, claramente aparece la
lucha diaria a la que este hombre tuvo que enfrentarse desde
su nacimiento hasta aquel momento, el «engañador» era quien
realmente comandaba la vida de este individuo que está lisiado
frente al poder de Dios. Una de las cosas que hace nuestro
mejor enemigo, es esto: revelar quién y qué somos. Puedo
llamarme «alegría», pero vivir al filo de la depresión, a punto de
suicidarme; ser un gran «predicador», pero dejar que mis actos
maten mis palabras; ser alguien «exitoso», pero vivir fracasado
en el hogar y la familia.

Dios nos llama a confesar esta realidad, nuestro nombre,


nuestra manera de vivir son cosas relevantes en el proceso por
el cual transitamos. La victoria del cristianismo está fundada en
el reconocimiento de esta verdad, en la auto evaluación, en
quitarnos la máscara y vivir sinceramente delante de quien lo

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MI MEJOR ENEMIGO

conoce todo.
«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.»
1 Juan 1:9 (RV60)

Si uno quiere ser fuerte, debe estar débil delante de Dios, es


una paradoja, pero es verdad. Mientras más fortalezas tienen
nuestros argumentos, nuestra forma de ver la vida y nuestro
propio criterio, más indefensos somos frente al ataque de la
vida, del ego, de lo que nos rodea y nos quiere anular. Por otro
lado, el reconocer quiénes somos ante Dios, nuestra debilidad,
al momento de someternos y bajar la guardia, ser accesibles y
frágiles en Dios, ante su poder y naturaleza, hace de nosotros
gente fuerte. Fuertes a los argumentos del sistema, del diablo y
aún ante los nuestros.

Pero de manera lamentable, es en este momento donde


nuestra lucha con Dios es más fuerte. Al igual que con Jacob,
Dios parece transformarse en nuestro enemigo, nos da
medicina como al niño que le causa vómito solo el olor, nos
lleva al límite, al momento donde inicia nuestra mayor gloria.
Dios lleva al creyente a reconocer «quién, y qué es», a
confrontarlo con su realidad. Dios te lleva a reconocer quién y
qué eres. Esto fue lo que debió hacer Jacob para ser llamado

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FRANK MARANDI

Israel; así mismo, es en este reconocimiento donde Dios obra,


cuando somos más vulnerables. Así, comienza un proceso de
trasformación, al ser delante de Él fuertemente débiles. Fuertes
en Él, débiles en nosotros.

Solo se necesitó que este hombre con la cadera dislocada,


rodeado del temor de la venganza de su hermano, pronunciara
su condición, su nombre, para que todo cambiara. Aquel
varón, al escucharlo, pronunció la sentencia para quien ha
permanecido en medio del dolor, del quebranto, de aquel que
enfrentó a su mejor enemigo, que pensó que quizás iba a morir;
pero, a pesar de eso, prevaleció.
«Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob,
sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y
has vencido.»
Genesis 32:28 (RV60)

Cuando sales a caminar, o hacer ejercicio, cuando has


trabajado bajo un intenso sol del mediodía, solo deseas que ese
vaso de agua fría te refresque, la comida que recobra fuerzas,
esa ducha que te deja como nuevo. Cuando llega ese momento,
la mayoría puede exclamar: «¡Al fin!»; Jacob no es ajeno a esta
exclamación, después de tanto luchar, la victoria está presente:

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MI MEJOR ENEMIGO

el viejo Jacob ha muerto y he aquí a un nuevo Israel. Los años


de luchar bajo la inclemencia del «sol agotador», la avaricia, el
orgullo, la ambición, el engaño, después de tanto tiempo de
luchar con la corrupción, han llegado a su fin; se vienen años
de vivir en sumisión a Dios, de amar su luz y rendirse a su
voluntad.
«Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra.»
Mateo 6:10 (RV60)

Ahora debemos entender que no terminaron los problemas


para Jacob, sabemos que nuestra vida siempre estará sujeta a
las luchas propias de nuestra naturaleza humana. No reconocer
eso nos haría necios y alejaría de nosotros la victoria de Dios,
pues a pesar de los problemas que podamos enfrentar, la
fortaleza de ser débiles nos ayuda a tomar la fuerza del Rey para
vivir débiles frente a la incesante batalla por la supremacía de
nuestra carnalidad. Jacob aún tendría que enfrentar muchas
batallas, pero lo principal estaba solucionado, aprendió a
someterse a Dios, la lucha con su mejor enemigo provocó su
cambio de nombre; ahora, si enfrenta algo en su vida, podrá
luchar victoriosamente junto a su Dios.

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FRANK MARANDI

La vida nos llevará a enfrentar situaciones difíciles,


tendremos que emprender nuevas jornadas de desafíos y,
probablemente, más de una vez debamos ponernos el traje del
soldado, lo único que será diferente es que la lucha será junto
a nuestro mejor enemigo, junto a aquel que nos hizo guerra,
pero nos asegura un nivel superior de vida y nos lleva donde
solos no podríamos.
«Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si
vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no
tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el
cual te sacó de tierra de Egipto. Y cuando os acerquéis para
combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo, y
les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra
vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni
os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque
Jehová vuestro Dios va con vosotros para pelear por vosotros
contra vuestros enemigos, para salvaros.»
Deuteronomio 20:1-4 (RV60)

Jacob. Las Marcas del Sometimiento:


«… porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del
Señor Jesús.» Gálatas 6:17 (RV60)

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MI MEJOR ENEMIGO

Ningún guerrero que haya sido participante en un combate


tiene su cuerpo sin marcas. Alguien dijo que las cicatrices
hablan de tus batallas, y es verdad. Si te pones a limpiar un
terreno y sacas las piedras, la basura, etc., vas a tener rasguños,
heridas que hablan de que trabajaste, que hiciste algo, que eres
protagonista de algo que está sucediendo. Jacob quedó cojo,
lisiado, esta sería su cicatriz, el recuerdo de que un día el
luchador del cielo le derrotó, acabó con su manera de vivir,
mató al viejo hombre. Esa cadera lisiada será para Jacob la
marca de su derrota victoriosa; del día en que su forma de vivir,
que le trajo tantos problemas, terminó.

Cuando alguien quiere construir algo nuevo, debe primero


derrumbar la construcción vieja, es un peligro intentar levantar
un nuevo piso sobre columnas viejas. La base del cristianismo
es el sometimiento a Dios, dicho de otra manera, es la renuncia
a la pasada manera de vivir. Dios quiere bendecir nuestras
vidas, construir un nuevo edificio, y necesita columnas que
sostengan la espiritual edificación que trae este mover de Dios
en el corazón del ser humano. Cada vez que Jacob sentía dolor
en la cadera, era un recordatorio de esta realidad, las marcas de
su lucha eran claras al momento de caminar.

Una marca no solo puede ser física, sino también espiritual

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FRANK MARANDI

y, de la misma manera, deja ver claramente la huella de esa


batalla. Nuestra vanagloria, la autosuficiencia de nuestra vida,
el egoísmo, el egocentrismo y todo lo que nos hace fuertes en
el camino propio debe ser atropellado, demolido, solo así
llegaremos a ser sensibles, incluso, a los susurros más pequeños
de Dios.

Jacob tramaba un plan, propio de alguien tan bandido como


este hombre, buscaba una vez más una estrategia para salirse
con la suya; haría lo posible, en su astucia, para vencer a su
hermano. Pero esta vez todo sería diferente, la lucha de Jacob
no fue con Esaú, el peleó con Dios mismo, y el resultado es
evidente, los dos se encontraron a la mañana siguiente y todo
cambió. No lo hizo la astucia de este hombre o su gran
genialidad, fue el resultado del quebrantamiento, del someterse
a Dios. Luchando su más grande batalla entendió cómo ganar
en los momentos más difíciles de su vida.

En mi país cuando caminas frente a un recinto militar,


siempre vas a encontrar esta frase: «Solo venciéndote,
vencerás». Esta declaración es la que reciben los nuevos
aspirantes cuando llegan a la puerta de estos lugares. Es como
si el deseo fuera que nunca olviden lo que va a pasar al
momento de entrar por esa puerta; de la misma manera no se

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MI MEJOR ENEMIGO

puede olvidar de este principio, la verdadera victoria está en la


rendición completa. Esos «Esaú-es» que nos rodean, esos
problemas que nos tienen mal, que están a punto de matarnos,
esos Goliat que gritan y parecen ganar, ese faraón que nos
persigue no puede ser vencido sino solo de una manera:
rendición completa.
«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero
el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.»
Mateo 16:24-25 (RV60)

Voluntariamente, me hago débil para que pueda vencerme.


Si has jugado con niños pequeños, vas a entender mejor. Estás
jugando y, de pronto, ves en su carita la impotencia de no
poder vencerte; tú, conmovido por esto, permites que te ganen,
te haces el débil, que ya no tienes fuerzas y, finalmente, dejas
que ese pequeño gane. Jacob, al igual que en este ejemplo, logró
que Dios fuera vulnerable a su necesidad, este hombre luchó y
sujetó al Varón del cielo y esto provocó la bendición sobre su
vida.
«Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.»

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FRANK MARANDI

Salmos 51:17 (RV60)

Jacob se acercó en medio de su pelea sumido en


preocupaciones y con temor por los problemas que había
provocado su forma de vivir. Dios se deja alcanzar, se deja
aparentemente vencer, solo con el fin de bendecir a Jacob.
Cuando Dios sabe que reconocemos nuestra debilidad, sabe
que hemos sucumbido a luchar con él, que se ha convertido en
un enemigo al cual no hemos podido vencer, es en ese
momento donde Dios se acerca y nos comprende (Hebreos
4:15), nos demuestra su Amor, se complace en hacernos
fuertes.

Si Jacob hubiese seguido luchando en su fuerza, haciendo


planes y viviendo como el solo sabía hacerlo, si se resistía al
mejor enemigo que tenía, simplemente hubiese recibido la
misma respuesta: dureza e indiferencia. Esto hubiese sido el fin
de este hombre. No puedes pretender que Dios conceda tus
caprichos y que sea «tan Bueno» que, de manera imperativa,
otorgue tus anhelos; esto es absurdo, Dios se goza en nuestra
rendición, amor y sometimiento a Él.
«Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y
recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para

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MI MEJOR ENEMIGO

con el limpio, Y severo serás para con el perverso.»


Salmos 18:25-26 (RV60)

¿Quieres vencer a Dios? Es tan simple como esto: ¡ríndete!


No pelees más con tus fuerzas, vas a perder, yo lo sé, pues he
estado en ese lugar. Ríndete al Él para terminar la contienda,
este enemigo no te quiere quitar algo o robarte alguna cosa, no
es así, no es tu peor enemigo, es tu mejor enemigo. Pelea por
ti, te destruye, hace contienda contigo, pero, finalmente, si te
rindes: Su Amor hará en ti un lugar de victoria y grandeza.

Unos detalles para recordar:


La lucha de nuestra vida no es contra alguien, una situación
o nosotros mismos. El enemigo más grande por vencer que
tenemos es Dios mismo. Esta controversia revela lo que
realmente somos. Cuando Jacob se enfrentó a Dios
inevitablemente pudo ver lo equivocado que estaba su forma
de vivir y que no era a su manera sino a la manera de Dios.

Cuando el corazón no está gobernado por Dios, nos


autodirigimos y esto es lo que realmente causa la mayor parte
de nuestros problemas. En la batalla con Dios, Jacob tuvo que
decidir entre él y Dios, el gobierno del cielo o el sistema del
hombre. Al momento de rendirse fue cuando realmente

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FRANK MARANDI

venció. Batallar con Dios, nos da paz con los hombres. No


podemos luchar en los tribunales, las plazas o las calles, la
ofensiva debe ser en el aposento alto, a solas con Dios.

Dios tiene para cada cristiano lugares de confrontación.


Tenemos áreas de nuestra vida que necesitan enfrentar a
nuestro mejor enemigo. Estaremos frente a Dios e
inevitablemente seremos llevados a pelear y decidir ser
fuertemente débiles. Elegir al gobierno propio o el gobierno de
Dios en nuestra vida.

Lo mejor que hace Dios es ser el Mejor Enemigo de sus


hijos: te suministrará medicina, te llevara a la sala de
operaciones, no dará explicaciones, te romperá la cadera y te
dejara marcas de esta contienda. Y finalmente lo único que
podrás hacer es someterte, rendirte y dejar que te bendiga. Así
dejaremos al viejo Jacob y saludaremos la vida del anhelado
Israel, el cambio de vida viene después de la batalla del
sometimiento.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,


como obrero que no tiene de qué avergonzarse…”
2da. Timoteo 2:15

30
MI MEJOR ENEMIGO

A solas contigo

 ¿Has sentido alguna vez que Dios se ha transformado


en tu enemigo?
 ¿Qué áreas específicas de tu vida te llevan a esta
confrontación? ¿Cómo crees que podrías someter estas
áreas a Dios?
 ¿Si pudieses cambiar algo en tu vida para vencerte, que
sería?
 Escribe un desafío que Dios ha hecho a través de este
capítulo y como lo pondrás en práctica.

Desafío
Cuéntales a tres personas cercanas lo que aprendiste y ora
por sus necesidades relacionadas con este tema.

31
FRANK MARANDI

INCÓMODAMENTE
CÓMODO

La batalla del razonamiento

abía sido un tiempo de alegría cantando, saltando,

H riendo y era el momento de subir a la plataforma,


todos estábamos tan llenos de alegría que me
emocioné e hice una pregunta: «¿Cuántos están contentos?».
Algunos gritos dejaban notar un «sí» contundente, de
inmediato hice la siguiente pregunta: «¿Cuántos han sido
bendecidos esta semana?». Las respuestas fueron
disminuyendo. «¿Cuántos no han tenido inconvenientes este
día?». De pronto el silencio lleno el salón. Finalmente hice dos
preguntas: «¿Quién está lleno de Dios?». La respuesta fue
parcialmente contestada, algunos levantaron su mano
afirmando, otros guardaron tal compostura que se pudo

32
MI MEJOR ENEMIGO

conocer su contestación. Luego pregunté: «¿Cuantos tienen


problemas?». Y, como suponemos, la respuesta fue un
contundente coro de afirmación.

Al parecer, en algo que todos coincidimos es en ser


protagonistas de constantes luchas y pruebas en medio de la
vida. No es que todo el tiempo estemos luchando, pero sí
somos sometidos de manera periódica en procesos donde
somos transformados. En alguna conferencia, escuché acerca
de este tema y una declaración del expositor se quedó grabada
en mi mente: «El camino de la fe es el camino de la prueba»;
ciertamente, de una u otra manera, hemos sido llevados por la
batalla del razonamiento. Quién no se ha preguntado alguna
vez: ¿Por qué este camino de transformación, de llevarnos a
una etapa diferente de desarrollo y madurez implica dolor,
incertidumbre e incomodidad? Y, si lo ponemos en palabras
sencillas, este proceso ha provocado más de un dolor en la vida
de los seres humanos.

Todo hasta aquí parecería tomar un rumbo conocido y


hasta normal, pero se complica cuando parece que toda esta
serie de acontecimientos que están agobiando nuestra vida
vienen directamente de Dios; sí, una vez más el Rey hace
contienda con su siervo, el peor enemigo hace su aparición,

33
FRANK MARANDI

pues al parecer todo está orquestado por Él. En medio de las


dificultades de nuestra vida, llegamos a esta conclusión: Dios
está planeando todo para matarme. Como un dicho: «Dios da
las peores batallas a sus mejores guerreros… pero a mí ya me
confundió con Rambo», la comparación con este mítico
soldado nos deja ver la realidad del pensamiento de alguien que
está siendo incomodado: «Dios me está destruyendo».

Si queremos leer sobre gente que Dios incomodó, la Biblia


es el mejor referente. Debemos volver nuestra mirada
específicamente a los escritos del «Profeta Llorón» y al llamado
«Tapiz de fe». Dos hombres que pueden hablar acerca del dolor
y del sufrimiento son Jeremías y Job. La lectura de
Lamentaciones y de los escritos de Job nos muestra dos
perspectivas claras sobre este tema: el sufrimiento por la
desobediencia y el sufrimiento de los inocentes.

Jeremías. Escuchando el Llanto del Profeta.


«Quitaré de ustedes la risa y las canciones alegres. No
se oirán más las voces felices de los novios ni de las novias.
Las piedras de molino se acallarán y las luces de las casas se
apagarán. Toda la tierra se convertirá en una desolada tierra
baldía. Israel y las naciones vecinas servirán al rey de

34
MI MEJOR ENEMIGO

Babilonia por setenta años.»


Jeremías 25:10-11 (NTV)

Jeremías ejerció su ministerio en Jerusalén alrededor de 41


años y su ministerio profético se desarrolló en medio de una
las grandes tragedias del Antiguo Testamento: la destrucción
de Jerusalén por parte de Babilonia, en los años 600 a.C.
aproximadamente. Sus escritos muestran la desesperanza de su
situación. El rey Nabucodonosor invadió Jerusalén
progresivamente y, al final de esta invasión, Jeremías fue
llevado cautivo a Egipto por sus propios compatriotas y nunca
más regreso a su tierra natal. Este hombre fue testigo de la
situación más dura que hasta ese momento había sucedido en
su nación. De esta realidad, nace el libro de Lamentaciones,
donde vemos a un Jeremías destrozado, llorando el infortunio
de su patria.
«Tensa el arco contra su pueblo como si él fuera su
enemigo. Utiliza su fuerza contra ellos para matar a sus
mejores jóvenes. Su furia se derrama como fuego sobre la bella
Jerusalén. Así es, el Señor venció a Israel como lo hace un
enemigo. Destruyó sus palacios y demolió sus fortalezas.
Causó dolor y llanto interminable sobre la bella Jerusalén.»

35
FRANK MARANDI

Lamentaciones 2:4-5 (NTV)

Estas palaras parecen ser sacadas de lo más profundo del


corazón de quien ha sufrido procesos de sufrimiento; el
encontrarse con un Dios «enemigo», hace la escena más cruel
todavía. Jeremías no había tenido que ver el pecado de su
nación, se mantuvo íntegro y sirviendo a Dios, pero el juicio
sobre Jerusalén le afectó directamente, ¿Cómo podría ser
tratado así por Dios? Parece que a Él no le importa nada. Ser
tratado así nos hace ver a un Dios distante, ajeno a nuestro
dolor. Jeremías no tiene mucha diferencia con lo que a veces
pensamos:
«Yo soy el que ha visto las aflicciones que provienen de
la vara del enojo del SEÑOR. Me llevó a las tinieblas, y dejó
fuera toda luz. Volvió su mano contra mí una y otra vez,
todo el día. Hizo que mi piel y mi carne envejecieran; quebró
mis huesos. Me sitió y me rodeó de angustia y aflicción. Me
enterró en un lugar oscuro, como a los que habían muerto hace
tiempo. Me cercó con un muro, y no puedo escapar; me ató con
pesadas cadenas. Y a pesar de que lloro y grito, cerró sus oídos
a mis oraciones. Impidió mi paso con un muro de piedra; hizo
mis caminos tortuosos. Se escondió como un oso o un león,

36
MI MEJOR ENEMIGO

esperando atacarme. Me arrastró fuera del camino, me


descuartizó y me dejó indefenso y destruido. Tensó su arco y
me hizo el blanco de sus flechas. Disparó sus flechas a lo
profundo de mi corazón. Mi propio pueblo se ríe de mí; todo el
día repiten sus canciones burlonas. Él me llenó de amargura y
me dio a beber una copa amarga de dolor. Me hizo masticar
piedras; me revolcó en el polvo. Me arrebató la paz y ya no
recuerdo qué es la prosperidad.
Yo exclamo: “¡Mi esplendor ha desaparecido!
¡Se perdió todo lo que yo esperaba del SEÑOR!”»
Lamentaciones 3:1-18 (NTV).

Quisiera volver a preguntar de aquella ocasión: ¿Cuántos


han sido bendecidos esta semana?, algunos no levantarían la
mano. Pero si pregunto ¿quién ha estado en una situación
parecida a la de Jeremías, quien ha dicho palabras como estas?,
la mano de muchos más se levantará y afirmará esta verdad.
Muchos hemos llorado diciendo palabras como estas en medio
del sufrimiento y con Dios como nuestro enemigo. Parecería
ser que el mismo Dios que ofreció amarme y protegerme ha
orquestado todo para matarme.

37
FRANK MARANDI

El protagonista de estas líneas no era problemático ni


rebelde. Por el contrario, fue un hombre obediente, un profeta
que ejerció su ministerio aún a riesgo de su propia vida, ¿por
qué Dios está en su contra? El pueblo merecía el castigo, pero
él no: «Pagan justos por pecadores». Qué momentos son esos
cuando miras que haces todo en orden y, en medio de tus
luchas, honras a Dios y te mantienes firme, pero las cosas no
van como deseas y ves que todo fue provocado por alguien
más y te rompe, te da impotencia, hasta te desanima al pensar
que las cosas no deberían ser así.

Debemos entender que Jeremías no hablaba solo por él,


sino por Israel, Dios se había transformado en el enemigo de
toda la nación, de todos quienes un día deberán presentar
cuentas delante de Él; por lo tanto, Dios no estaba en contra
de Jeremías mismo, sino en contra de toda la nación; pero era
difícil separar al profeta de los sufrimientos del pueblo. Era tal
el dolor y el alejamiento que este hombre sentía que parecían
ser latigazos de Dios mismo viniendo no solo sobre el pueblo,
sino directamente a él, como si se lo mereciera. Jeremías se
identificó tanto con su pueblo que el dolor que sentía era como
si fuese el único pecador en Israel. Es ahí donde Dios trata a
Jeremías como un enemigo. Cada hijo de Dios, a lo largo de su
vida, tendrá momentos donde Dios se presentará como su

38
MI MEJOR ENEMIGO

enemigo, esto confunde a aquellos que han mantenido su


compromiso sincero, han tomado en serio su servicio y
procuran obedecerlo en todo.

Al poco tiempo de casarnos enfrentamos una crisis muy


dura por situaciones ajenas a nosotros en el ministerio donde
servíamos. Se tomaron decisiones que con el tiempo se
descubrió fueron injustas y, como resultado, nos dejaron fuera
del ministerio. Todo se complicó, no teníamos trabajo, mi
esposa enfermó y se complicó su proceso de embarazo, los
ahorros se terminaron y los estudios en el instituto bíblico
esperaban ser cancelados. Fueron momentos muy dolorosos y
esta situación atacó directamente a mi fe, estaba seguro de que
Dios existía y que nos llamó a su ministerio. Pero, en esos días,
es decir, en ese período que lo llamamos «el año de las lentejas»,
fue como si Dios se hubiese olvidado de nosotros, le
amábamos, pero nos dio la espalda, no contestaba nuestras
oraciones, se convirtió en un enemigo tenaz contra nuestras
vidas.

No tenía dinero para al autobús y, después de un día de


buscar trabajo sin tener éxito, comencé a caminar para llegar a
casa, era una tarde un tanto lluviosa. De alguna manera, el
Espíritu Santo me dirigió a la sala de espera de un consultorio

39
FRANK MARANDI

de odontología, la puerta del consultorio estaba entreabierta y


escuché la conversación del doctor y su paciente:
Paciente. —Doctor, me duele.
Doctor. —Sí, sé que le duele, pero debo hacer mi trabajo.
Paciente. —Doctor, me duele y ahora es mucho más fuerte.
Doctor. —entiendo, pero, si no lo hago, nada cambiará y el
dolor seguirá.
Paciente. —Doctor, ¡me duele!
Con voz firme el doctor dijo: —¡Señor, quédese quieto!
Mientras más se mueva, más le va a doler.

No sé realmente con qué estaban «torturando» a ese


hombre, pero, al escuchar esas palabras, me identifiqué y vi a
Dios como el doctor que estaba tomando sus instrumentos de
trabajo y exclamaba: «¡Quédate quieto! Estoy haciendo mi trabajo».
Él no me estaba matando, era mi mejor enemigo, era quien me
estaba venciendo para que mi fe sea madura, fuerte y
permanente. Este es el destino de Dios para quienes le aman.

Después de casi 16 años de ese suceso, escribo estas líneas


porque entendí que, mientras avances en este proceso, irás
descubriendo los beneficios de la derrota frente a tu mejor
enemigo.

40
MI MEJOR ENEMIGO

Job. «La Noche Negra» De Un Inocente.


En mi país, hace años, el servicio militar era obligatorio;
todos los jóvenes que cumplían 18 años eran considerados
mayores de edad y debían presentarse en los cuarteles. Esta
experiencia, en cierto sentido, era traumática para algunos y se
levantaban mitos entre los colegiales. Decían cosas como: «Te
van a dejar desnudo en tu casa si lloras». O, incluso,
comentaban sobre «la noche negra». Se suponía que era un
tiempo en la madrugada donde a los jóvenes que se
encontraban en los cuarteles los levantaban de manera
imprevista y los llevaban por un sin número de pistas, retos y
estaciones donde soportaban situaciones difíciles y dolorosas.
Era como una especie de bienvenida macabra a un grupo de
inocentes que no tenían la culpa de nada, solo de estar haciendo
lo correcto, su servicio militar.
«Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi
siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto
y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?»
Job 1:8 (RV60)

Al igual que la experiencia del servicio militar, Job estaba


haciendo lo correcto, pero, en medio de esa conducta

41
FRANK MARANDI

sobresaliente, la ruina y el ataque satánico se le presenta de la


nada. Este hombre era de corazón rendido, apasionado y lleno
de fe, la acusación a él fue clara: «Él te sirve por interés…». La
idea de una fe confiable y bien cimentada es la peor pesadilla
del enemigo. La duda, la doble moral y la negación ante Dios
es el mejor banquete de este coleccionista de vidas.

La suerte estaba echada. Había dos posturas claras en este


pasaje de la vida de Job: por un lado, satanás afirmaba que toda
fe está fundada en la ganancia, en un interés antes que, en Dios
mismo, que la gente ama más los milagros, el dinero, el trabajo,
las señales antes que al generador de estos actos; por otro lado,
Dios estaba dispuesto a convertirse en el mejor enemigo de Job
para demostrar la equivocación del Diablo y dejar claro que
una fe bien cimentada es indestructible.

Haciendo un recuento de la vida de Job, podemos recordar


que no abandonó su fe ni se olvidó de Dios a pesar del
destrozo de su vida, de sus ilusiones y de todo lo que había
construido hasta ese momento. Al final del libro de Job, el gran
perdedor fue Satanás. No es tan sencillo como el hecho de que
«Dios ganó y perdió el Diablo», pues una de las mayores luchas
de este hombre, como la de muchos que viven procesos así, es
el significado de ese sufrimiento. Esto lo vemos en la

42
MI MEJOR ENEMIGO

interacción de Job con sus amigos. Parecería que imploraba


una luz de entendimiento en medio de sus situaciones, pero, a
cambio, solo había silencio, la fría mirada de su mayor
enemigo. Qué doloroso es el silencio de Dios, sin
explicaciones, sin ninguna pista del porqué está sucediendo
todo.

En esta realidad de la vida, en medio de situaciones difíciles,


vemos que al igual que en los relatos de Job, el ser humano
tiende a la autojustificación, la compasión con uno mismo, a
tratar de encontrar en nosotros las respuestas, pero
simplemente quedamos en deuda con Dios, nada de lo que
hagamos, seamos o vivamos puede sobreponerse al designio
divino. Job lo entendió y terminó pidiendo ayuda de parte de
su creador, esto solo demuestra la veracidad del corazón de
este hombre: uno fiel y justo.

Los tiempos pueden cambiar, pero el método de Dios sigue


siendo el mismo. Se presenta como el antagonista de nuestra
vida, un fiel enemigo que siempre hará guerra con su creación.
«Oh Dios, tú me has molido y arrasaste con mi
familia. Me has reducido a piel y huesos, como si tuvieras que
demostrar que he pecado; mi carne consumida testifica en mi

43
FRANK MARANDI

contra. Dios me odia y me despedaza en su enojo. Rechina los


dientes contra mí y me atraviesa con su mirada.
La gente me abuchea y se ríe de mí. Con desprecio me
dan bofetadas en la mejilla, y una turba se junta en mi contra.
Dios me ha entregado a los pecadores y me ha arrojado en
manos de los malvados.
Yo vivía tranquilo hasta que él me quebró; me tomó
por el cuello y me hizo pedazos. Después me usó como blanco y
ahora sus arqueros me rodean. Sus flechas me atraviesan sin
misericordia y el suelo está empapado con mi sangre. Una y
otra vez él se estrella contra mí, arremete como un guerrero.»
Job 16: 7-14 (NTV)

Una declaración como esta es poco popular en cualquier


medio. ¿Cómo es posible que ese Dios da amor, del cual se dice
tanta bondad y cuidado, destroce la vida de alguien por
completo? Esto queda muy lejos de nuestro concepto del
«amado Padre celestial». Job lo reconoce en sus relatos,
entendía claramente quién estaba detrás de su sufrimiento. Si
este hombre hubiese podido llegar ante el Trono de Dios, en
medio de sus dolores, se habría sentido tranquilo y en paz, pero
lo que encuentra es un estridente silencio y la claridad de una

44
MI MEJOR ENEMIGO

verdad: el cuidado y el consuelo de muchos días pasados le


había sido negados.
«Clamo a ti, oh Dios, pero no respondes; estoy delante
de ti, pero ni siquiera miras.»
Job 30:20 (NTV)

Por otro lado, la inutilidad del sufrimiento es algo que debió


matar la esperanza de Job, pues no había explicación divina.
Estaba en medio del dolor más duro y cuando quería razones
para tal situación, simplemente, no las encontraba.

«Si tan solo supiera dónde encontrar a Dios, iría a su


tribunal. Expondría mi caso y presentaría mis argumentos.
Luego escucharía su respuesta y entendería lo que me dijera.
¿Usaría su inmenso poder para discutir conmigo?
No, él me daría un juicio imparcial.»
Job 23:3-6 (NTV)

En este momento, creo que la mayoría nos estamos


haciendo preguntas como estas: ¿Por qué, cuando clamamos
en momentos de angustia, Dios no nos responde? ¿Por qué
parece que no le importamos cuando sufrimos y estamos a

45
FRANK MARANDI

punto de desfallecer? Si alguien tratara de explicar las razones,


solo quedaría sin ideas claras, se excluiría a la fe y hasta caería
en el simple hecho de que es cuestión de suerte. Nada más lejos
de la realidad, pues en medio de la devastación es donde la fe
es forjada para convertirse en algo real.

Quiero tomar las palabras de Lee Young-kyu, en su libro


“Expectativa” dice algo interesante sobre este asunto: “el
sufrimiento se convierte en bendición, porque en esos momentos se concibe
la oportunidad de tener una nueva vida. Así como nosotros recibimos una
nueva vida gracias al sufrimiento y la muerte de Jesucristo, hay quienes
reciben vida nueva a través de nuestro sufrimiento”.

Es una especie de camino de dos vías, por un lado, hay


preguntas sin respuestas y, por otro, la certeza de que Dios
murió por nosotros y de que en sus manos nada está sin
propósito, así nuestra fe se forma. En pocas palabras, el
silencio de Dios es la mejor prueba para una fe genuina. En el
caso de Job, podemos ver, al final de su relato, que Dios le
devolvió el doble, lo restituyó frente a sus amigos, lo sacó de la
autocompasión y, finalmente, el mejor enemigo de Job, retoma
su papel de amigo fiel. Y todos vivieron felices por siempre.
Bueno, realmente, no dice eso la Biblia, pero lo que sí nos
garantiza es la seguridad de resultados positivos.

46
MI MEJOR ENEMIGO

Unos detalles para recordar


Dios nos trata igual que a la gente que no le conoce
personalmente. Muchos cristianos sufren situaciones de
violencia, robos, violaciones, etc. Están sometidos a los
mismos riesgos que el resto de la gente del mundo, mueren con
cáncer, son atropellados, hay infartos, entre otros. Tanto Job
como Jeremías dejan claro que, al parecer, Dios no hace
ninguna distinción entre la gente que no lo conoce y sus hijos.

Escuché esta frase en algún lugar: «El destino de la oveja es


el altar», no debe ser sorpresa para el creyente el tema del dolor
y del sufrimiento, pues es parte de nuestra vida. Jesús lo
experimentó y salió victorioso de él. Aunque no lleguemos a
comprender el gran misterio del mal y de la angustia, de algo
estamos seguros: el pueblo de Dios se purifica hasta parecerse
más a su naturaleza en medio de estas situaciones dolorosas.
Para nosotros, que sabemos que somos el rebaño de Dios,
nuestro destino también es el altar, un altar de sacrificio y
obediencia aun cuando exista dolor.

A pesar de los momentos difíciles que vivieron estos


hombres, su fe no desfalleció, en medio de la noche más oscura
estaban confiados en quién era su mayor adversario.
Jeremías al parecer dudó por un momento:

47
FRANK MARANDI

«Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto, esperaré.»


Lamentaciones 3:21 (RV60)

Pero decide esperar, esperar ¿qué? Para Jeremías había una


realidad y lo expresa así:
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido
consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.»
Lamentaciones 3:22-23 (RV60)

Por su parte, Job confiaba que su situación no sería


permanente y, en el capítulo 42, lo vemos purificado y
favorecido por Dios. Todo lo que había perdido: riquezas,
familia nueva y el ser respetado por los hombres, todo le fue
restaurado. Estaba siendo promovido una vez más
públicamente; aquellos que lo criticaron y pensaron que Dios
era su enemigo, finalmente, tuvieron que reconocer que una
vez más Él estaba a su lado.

Viendo estas dos historias, nos debe quedar claro que las
misericordias de Dios son nuevas para nosotros cada día y que
el método del Diablo será querernos llevar cautivos al
pensamiento que hace ver a Dios como el villano, que nos ha

48
MI MEJOR ENEMIGO

abandonado y nos ha dejado sin esperanza. Es ahí donde Dios


no falla y cada situación de adversidad solo es el sinónimo de
una nueva promoción de Dios en tu vida. La bondad de Él y
su poder son eternos; las aflicciones tienen una fecha de
caducidad, Dios nunca fallará en darnos la salida en el
momento preciso. Su amor va más allá de nuestro
razonamiento, su gracia es más fuerte que nuestro dolor.
«Sin embargo, él sabe a dónde yo voy; y cuando me
ponga a prueba, saldré tan puro como el oro.»
Job 23:10 (NTV)
A solas contigo
 ¿Qué sufrimientos han provocado bendiciones en su
vida?
 ¿En qué situaciones su fe ha sido fortalecida?
 ¿Cómo enfrenta los silencios de Dios?

Desafío
Plantea a Dios tu necesidad una vez más, a pesar de que
hayas perdido la esperanza. Durante siete días procura orar por
un milagro especifico y cree que Dios puede hacer lo
imposible, como en el ejemplo de Job. Restitución.

49
FRANK MARANDI

SOÑANDO CON PROMESAS

La batalla de la esperanza

¿S
e han dado cuenta de que Dios es nuestro gran
Libertador, es nuestro Ayudador (y un sinnúmero
de términos que usamos para dar a entender su
gran poder y amor), pero, al mismo tiempo, puede convertirse
para cualquiera de sus hijos en el causante de las más grandes
frustraciones? Hay momentos en nuestras vidas dónde, al
parecer, nuestros sueños no se van a cumplir, más aún cuando
no vemos ni la mínima probabilidad de que algo esté
sucediendo, y todo se pone totalmente en contra.

A veces, pasamos por lapsos en nuestra vida en los que no


terminamos de salir de un problema cuando viene otro en

50
MI MEJOR ENEMIGO

camino. Todo ello lo único que hace es debilitar nuestra fe en


que nuestros sueños se puedan cumplir. Dicho de otra manera,
las circunstancias nos llevan al límite; hay momentos en nuestra
vida donde Dios ha desaparecido, donde oramos y no lo
logramos sentir, lo invocamos y no nos escucha, anhelamos
rápidamente una respuesta suya y no la recibimos en ese
instante y todo abona en nuestra falta de fe; nos quiere robar
la esperanza y se convierte, aparentemente, en el gran enemigo
de nuestros sueños.

Hay una pregunta que muchas veces me la han hecho:


¿Cuándo tengo necesidad de algo debe ser Dios mi única
esperanza? Y claro, la respuesta más bíblica posible es el Salmo
62:5 «Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi
esperanza». Y esto desemboca en muchas otras inquietudes:
¿será que en realidad Dios va a cumplir mis anhelos? ¿Será que
todo saldrá cómo yo deseo? ¿será todo como lo soñé?

Seamos honestos en este tema, el camino de la fe está lleno


de gente cuyas expectativas no se cumplieron. Esto es tan
cierto que en la Biblia podemos recodar a Adán y Eva, quienes
vieron morir a uno de sus hijos y a otro ser desterrado por Dios
de su lado; a un Moisés que no alcanzó a entrar en la tierra
prometida, a un David que no pudo realizar su más grande

51
FRANK MARANDI

sueño, la Casa para Dios, y no olvidemos que su vejez no fue


del todo un final lleno de alegría; qué decir de Pablo, quien
quería llegar a España y, probablemente, no lo pudo hacer; y la
vida de los muchos seguidores de Cristo que terminaron
rodeados de los tantos anhelos que seguro tenían y nunca los
vieron cumplidos. En cambio, solo vivieron una muerte cruel
y despiadada. Por ejemplo, Juan, el discípulo amado, creo que
no se le cruzó por su cabeza vivir exiliado en una isla horrible
cumpliendo la voluntad de Dios, hubiese sido mejor algo
menos en ese estilo.

Ahora, la pregunta de rigor es ¿te ha pasado? ¿Has tenido


oraciones que no son respondidas y sueños que esperas o
esperabas se cumplieran y solo se quedaron en la percha de la
oración o en un muy buen deseo? Probablemente, la respuesta
de la mayoría —por no decir de todos— será afirmativa, todos
tenemos algún sueño no cumplido, una pregunta sin respuesta,
etc. Y bueno, otros dirán a mí sí se me cumplió y lo conseguí,
pero ¿fue a tu manera? ¿Él cumplió literalmente lo que le
pediste? Sería interesante poder escucharte, pero puedo
imaginar las respuestas de muchos dueños de sueños
frustrados, de aquellos que han tenido la lucha de la esperanza,
que, a pesar de no tener, de no saber o de no alcanzar, deben
seguir creyendo.

52
MI MEJOR ENEMIGO

Como un referente a esto, podemos tomar los últimos


versos del Salmo 89, desde el versículo 38:
«Pero ahora lo has rechazado y desechado, y estás
enojado con tu rey ungido. Has renunciado al pacto que hiciste
con él; arrojaste su corona al polvo. Derribaste las murallas
que lo protegían y destruiste cada fuerte que lo defendía. Todos
los que pasan por allí le han robado, y se ha convertido en la
burla de sus vecinos. Has fortalecido a sus enemigos e hiciste
que se alegraran. Has hecho inservible su espada y te negaste a
ayudarlo en la batalla. Pusiste fin a su esplendor y derrocaste
su trono. Lo has hecho envejecer antes de tiempo y lo
deshonraste en público.
Oh SEÑOR, ¿hasta cuándo seguirá esto? ¿Te
esconderás para siempre? ¿Hasta cuándo arderá tu ira como el
fuego? Recuerda lo breve que es mi vida, ¡qué vacía e inútil es
la existencia humana! Nadie puede vivir para siempre; todos
morirán; nadie puede escapar del poder de la tumba.
Señor, ¿dónde está tu amor inagotable? Le diste tu
palabra a David mediante una promesa fiel. Considera Señor,
¡cómo pasan vergüenza tus siervos! Llevo en mi corazón los
insultos de mucha gente.

53
FRANK MARANDI

Tus enemigos se han burlado de mí, oh SEÑOR; se


mofan de tu rey ungido por dondequiera que va.
¡Alaben al SEÑOR para siempre! ¡Amén y amén!»
Salmos 89: 38-51 (NTV)

El salmista declara la promesa que recibió David, su trono


sería para siempre y su descendencia lo va a ocupar; pero,
después de algunos pasajes, irrumpe con esta declaración de
dolor. Si David recibió una promesa de Dios, entonces ¿por
qué el salmista habla que se rompió el pacto, que Dios se
esconde? Sobre todo, esa pregunta tan dura: «¿dónde está tu
amor inagotable?». ¿Cuál fue la razón para ver en tierra la
corona de David?, ¿por qué se ha roto? La explicación para el
salmista está en la historia de Israel. A causa de su pecado
fueron conquistados por Asiria y Babilonia, los dos reinos del
norte y del sur; estuvieron presos por causa de sus
concupiscencias. El último en ocupar el trono de Judá fue
Sedequías y, con éste, se rompió la sucesión davídica y nunca
más un descendiente de David ocupó el trono de Israel; de
manera que el pacto parecería haberse quebrantado.

David. La esperanza mantiene viva la visión.


Alrededor de 600 años después de la caída de David, nace

54
MI MEJOR ENEMIGO

Cristo en Palestina y se le entrega el trono de David. Este trono


estaba sobre un reino mayor a cualquiera de la tierra, es un
reino eterno (Lucas 1:32-33). El trono de David no está ahora
sobre un reino terrenal, sino un reino mucho más grande del
que el mismo David pensaba. Entonces ¿cumplió Dios con la
promesa que le hizo a David? O ¿solamente David confió
tontamente en Dios y sus promesas? La verdad es que el
cumplimiento de ese pacto fue más allá de las expectativas de
cualquier persona, ni siquiera el mismo rey David pudo haberlo
imaginado, es más grande que cualquier promesa que se pueda
pronunciar.
«Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo.
El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David.»
Lucas 1:32 (NTV)

Esta es la manera irreverente de Dios al momento de


cumplir su promesa, nada de protocolos, ni siquiera la mente
más lúcida puede imaginar cómo Dios cumplirá su Palabra.
Debemos reconocer que Dios es así, sobrepasa toda
expectativa que se le pueda poner. A Él no se le puede limitar
con nuestras ideas o lo que deseamos, nada lo puede contener,
nada puede limitarlo. Si estás pasando por algún valle difícil, no
te preocupes, fiel es quien te llamó, sí, es fiel para cumplir lo

55
FRANK MARANDI

que te prometió.
«Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera
que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta
tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo
que te he prometido.»
Genesis 28:15(NTV)

¿Cómo lo cumple Dios?


Él puede valerse de varias formas de cumplimiento:

Al estilo mar Rojo:


Si recordamos el milagro del mar Rojo, podemos notar un
cumplimiento directo. Según Éxodo 14, el pueblo de Israel
estaba en medio del ejército del faraón y el mar, su destrucción
era inevitable, es fácil imaginar cómo se sintió el pueblo a
punto de morir. Pero en la escena se da un hecho sorprendente,
inesperado y sobrenatural de parte de Dios, un milagro que los
salvó de su destino fatal, ese poder es el que actúa a tu favor.
Ese poder Dios lo usa en las ocasiones que quiere sacarnos de
manera inmediata de cualquier situación difícil, no ha
cambiado y sigue obrando en favor de los suyos de manera
milagrosa.

56
MI MEJOR ENEMIGO

No podemos dudar del poder de nuestro Dios. No sé cómo


llegó este libro a tus manos, pero estoy seguro de que
Jesucristo, en su basto poder, está actuado a tu favor. La viuda
sabía a quién acudir cuando estaba en una situación difícil (2
Reyes 4:1-7); el profeta solo pidió algo para que se diera el
milagro, así de sencillo, un poco de aceite y unas cuantas vasijas
serían la muestra inmediata del poder de Dios en esta familia.
Dios está de tu lado y esta situación que atraviesas no es sino
solo el motivo perfecto para que Dios obre de manera
milagrosa e inmediata.
«Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde
hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto
tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por
detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el
flujo de su sangre.»
Lucas 8:43-44(RV60)

Al Estilo Agentes:
En los procesos de Dios, ¿quién o qué representaba gente
como María, madre de Jesús; los 40 hombres que escribieron
la Biblia; o la vida del primer mártir llamado Esteban; Ananías
que fue enviado para orar por Saulo; o el mismo Bernabé por
Juan Marcos? Todos tienen algo en común, son agentes usados

57
FRANK MARANDI

por Dios para mostrar su poder, sus milagros de manera


poderosa, para dar cumplimiento a su Palabra.

La mayoría del tiempo cuando enfrentamos situaciones


difíciles es ahí donde parece que caemos y morimos, donde
Dios usa gente, una llamada telefónica, un email, un mensaje,
la visita de alguien la semana que viene, etc. Todo puede
convertirse en el mensajero de Dios para el cumplimiento de
su Palabra. El cuerpo de María fue usado para traer al Salvador
al mundo. La vida de 40 hombres fue usada para traer el
mensaje de Dios al ser humano. La muerte horrenda de
Esteban fue usada para desertar el corazón de Saulo e iniciar
su camino a la revelación de Jesús. Ananías fue llevado ante
Saulo para devolverle la vista. Y no podemos olvidar al «padre
de consolación», a Bernabé, que vio en un joven falto de
carácter, a un hombre de Dios valioso para su obra.

Así es como Dios quiere mostrar su poder y fidelidad,


usando agentes que él pone en nuestro camino para un tiempo
de cumplimiento. Tal vez este libro y quien te escribe nos
convertimos en los agentes de ese cumplimiento, de esa
palabra, de ese milagro que estas esperando. Dios es experto
en cambiar lágrimas por sonrisas, tristezas en alegrías y
problemas en bendiciones. Solo resiste, todo se está moviendo

58
MI MEJOR ENEMIGO

para tu victoria.

«Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no


temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me
protegen y me confortan. Me preparas un banquete en
presencia de mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con
aceite. Mi copa se desborda de bendiciones. Ciertamente tu
bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi
vida, y en la casa del SEÑOR viviré por siempre.»
Salmos 23:4-6 (NTV)

Al estilo Adiestramiento:
Dios no solo usa milagros, personas o circunstancias, sino
que se vale de nosotros mismos para dar el cumplimiento a su
Palabra. La vida de un creyente es un campo de combate,
donde hemos sido reclutados para ser entrenados para la
batalla de esta vida. En la Escritura encontramos diferentes
referencias que nos hablan del adiestramiento divino que Dios
hace con sus hijos.
«He estado contigo dondequiera que has ido y destruí
a todos tus enemigos frente a tus propios ojos. ¡Ahora haré que
tu nombre sea tan famoso como el de los grandes que han

59
FRANK MARANDI

vivido en la tierra!»
2 Samuel 7:9 (NTV)
La promesa de Dios a David fue hacerlo grande, pero no fue a
través solo de milagros o gente que Dios lo hizo, sino también
a través del entrenamiento para la batalla:
«Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi
brazo para tensar un arco de bronce.»
Salmos 18:34 (NTV)

Cuando Dios no cumple de manera literal su Palabra, nos


da suficientes herramientas, recursos y talento para enfrentar
las situaciones que vivimos. Dios preparó a David para la
victoria, tomó su vida y le dio fuerza interior y la capacidad de
cumplir la expectativa que recibió de su Dios.
«Cada vez él me dijo: “Mi gracia es todo lo que
necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”. Así que
ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el
poder de Cristo pueda actuar a través de mí.»
2Corintios 12:9 (NTV)

Esta es la gracia divina y salvadora de Dios en la vida del


creyente, Dios nos hace suficientes para enfrentar cada

60
MI MEJOR ENEMIGO

circunstancia de esta vida. Isaías se refirió a esto como: «fuerza


de águila» (Isaías 40:30-31). Es la fuerza que Dios dio a
Abraham y su esposa para ser padres de Isaac (Hebreos 11:11).
Creo que la muestra más clara es la vida de Gedeón quien fue
usado para salvar a su pueblo de los madianitas, un cobarde
que Dios lo hizo suficiente para cumplir su Palabra.
«Entonces el SEÑOR lo miró y le dijo: —Ve tú con
la fuerza que tienes y rescata a Israel de los madianitas. ¡Yo
soy quien te envía!»
Jueces 6:14 (NTV)

Dios No puede faltar a su naturaleza, él cumple y da fuerza


a sus hijos, a quienes han confiado en él y los capacita para salir
victoriosos en medio de la enfermedad progresiva, en el dolor
de un matrimonio fracasado o el ímpetu de la vejez y la soledad.
Quizá tú seas una persona a la cual Dios le ha dado promesas
hermosas y, durante mucho tiempo, caminaste con la total fe
de que se iban a cumplir; pero, al pasar los años, hoy te
encuentras en un valle silencioso donde estás dudando si se
cumplirán o no, porque echas un vistazo a tu alrededor y te das
cuenta de que estas lejos de alcanzar aquella promesa que un
día recibiste de Dios.

61
FRANK MARANDI

Tienes sueños hermosos y grandes, pero actualmente te


sientes frustrado al ver que es casi imposible cumplirlos. Te
encuentras en la cárcel oscura del anonimato, en donde la única
voz que escuchas es la de las ratas merodeando por esos
rumbos y, al ver todo el estado en el que te encuentras, no
puedes dejar de pensar que no cumplirás tus sueños.

Sea cual fuere tu situación siempre al final, podemos confiar


en Dios, quien nunca da menos de lo que nos ha prometido,
Él puede dar mucho más de lo que estamos esperando.

Unos detalles para recordar


José aquel jovencito que tuvo sueños grandes, amado por
su padre, odiado por sus hermanos, vendido por estos a
mercaderes, llevado a Egipto, entregado como esclavo a
Potifar, acusado falsamente de violación y ser echado a la cárcel
injustamente. En resumen, asumió situaciones difíciles y a
pesar de todo, tuvo la capacidad de comprender los tiempos de
Dios, sujetarse a ellos y seguir avanzando. Aun en medio de
todo el panorama que vivía Dios estaba con Él.
«Entonces agarró a José y lo metió en la cárcel donde
estaban los presos del rey. José quedó allí, pero el Señor estaba
con José en la cárcel y le mostró su fiel amor. El Señor hizo

62
MI MEJOR ENEMIGO

que José fuera el preferido del encargado de la cárcel.»


Génesis 39:20-21 (NTV)

Antes de ver cumplido nuestro sueño, probablemente,


debamos experimentar situaciones complicadas. A pesar de
esto y por difícil que parezca seremos capaces con la ayuda de
Dios de salir victoriosos, Él prometió su respaldo y lo ha de
cumplir. No debemos desmayar. José no se quebró, no
desmayo, al contrario, siempre fue fiel a Dios en medio de su
tribulación, en medio de cada año difícil José tuvo claro que
todo era parte del plan de Dios.

Este jovencito, hecho hombre, comprendió el proceso que


experimento al momento de revelar su identidad a sus
hermanos en Egipto y les dijo:
«Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se
acercaron, y él volvió a decirles: «Soy José, su hermano, a
quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. Pero no se
inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme
vendido. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que
ustedes, a fin de preservarles la vida.»
Génesis 45:4-5 (NTV)

63
FRANK MARANDI

Cuando reconocemos que todo es parte del plan de Dios


vivimos tranquilos, nuestros días se alargan. La confianza en el
Señor es el mejor antídoto contra la crisis y la tribulación. Si
hoy te sientes frustrado, porque tienes grandes sueños o metas
que cumplir, pero en los últimos meses has visto como todo se
ha venido abajo y experimentas un momento donde la sonrisa
se ha borrado de tu rostro y solo quieres llorar, escapar o
esconderte de todo, porque te sientes incapaz de hacer algo
frente a todo lo que estás viviendo, debes comprender que
Dios tiene un plan hermoso para tu vida, que nada de lo que
digas o pienses hará que ese plan no se cumpla. A pesar de que
no creerás que algo bueno saldrá de eso, Dios se las ingeniará
para proveer un final espectacular, tanto así que volverás a
sonreír al darte cuenta de las formas tan maravillosas en las que
Dios actúa.

En la batalla de la esperanza no necesitamos preocuparnos


por los métodos que usará Dios, recordemos que las promesas
de Su Palabra son más importantes para Dios mismo que para
nosotros y que de una forma u otra, de inmediato o en poco
tiempo, en la forma que esperamos o no, simplemente Él
cumplirá y nos llenara de su Amor y victoria. Confesemos
confiadamente como el salmista:

64
MI MEJOR ENEMIGO

“Tus leyes son perfectas y absolutamente confiables.»


Salmos 119:138 NTV

A solas contigo
 ¿Tienes la capacidad de mantener la esperanza, aun en
los momentos más difíciles?
 ¿Puedes recordar cómo Dios ha obrado antes para
salvarte y darte la victoria? Anota tres ejemplos.
 En el proceso de la espera ¿Cuáles son tus mayores
debilidades? ¿Cómo te enfrentaras a ellas desde hoy?

Desafío
Busca una canción que hable sobre la esperanza, toma unos
minutos para escucharla y deja que Dios pueda tocar tu
corazón. Al momento de recibir en la mente una Palabra,
promesa o una visión, escríbela de tal manera que puedas
reproducirla y llevarla contigo.

65
FRANK MARANDI

TEMEROSAMENTE
CONFIADO

La batalla del temor

ui el orador de un congreso juvenil en una

F ciudad cercana, disfrutamos de tres noches


increíbles hablando e inspirando a todos los
muchachos que asistieron. Casi al terminar, un joven se acercó
y pidió hablar conmigo a solas, yo estaba exhausto, pero sus
ojos me llamaron la atención y no pude negarme. Me habló de
lo maravilloso que Dios había sido con él durante las noches
del congreso, la conversación se alargó y terminamos
riéndonos de lo que podía compartirle como respuestas a sus
inquietudes. Me decía:
—Mi familia no fue cristiana toda la vida, en la época
de mi adolescencia no conocía a Jesús, éramos un hogar

66
MI MEJOR ENEMIGO

tradicional, con gustos propios del entorno y la necesidad de


trabajar en exceso para salir adelante. Como todos los
muchachos de mi época, viví rodeado de muchos vicios y
situaciones que podrían haberme llevado a caer en un pozo de
decadencia y habría terminado de manera horrenda.
La pregunta inmediata que hice fue:
—¿Y qué te detuvo para no caer en malos caminos?
Su respuesta fue un poco fuerte:
—Lo que evitó mi destrucción fue Dios mostrándose,
a pesar de no conocerlo, a través del temor que mi padre había
infundido en mi vida: si hacía algo malo, sabía que en casa me
esperaba una paliza.

Cuando hablamos de temor, se pueden citar algunos


ejemplos: el de un cachorro enfrentándose a la jungla sin su
madre o el águila en su primer vuelo. También está la sensación
del temor al fracaso que un entrenador ha dejado en el corazón
de un atleta, o el temor a decepcionar a los padres por parte de
un hijo en medio de su universidad.

Hay tanto que podríamos decir del temor. En cierto


sentido, en la iglesia hemos visto esta palabra como muy fuerte,
algo que no calza con el amor del corazón de Dios. Pero nada
más erróneo que esto: cualquiera que fuese nuestra situación,

67
FRANK MARANDI

debemos recordar que la vida cristiana tiene un ingrediente


duro que es el temor. Quién más capacitado para enseñar a
nuestro corazón de esto, sino nuestro mejor enemigo, que en
medio de la angustia más dura nos promete paz y cuidado, pero
que en muchos momentos difíciles nos deja con una sensación
de: ¡qué miedo!
«Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque
fuerte del cuerno de carnero y vieron los destellos de relámpagos
y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia,
temblando de miedo. Entonces le dijeron a Moisés: —
¡Háblanos tú y te escucharemos, pero que no nos hable Dios
directamente, porque moriremos! —¡No tengan miedo! —les
respondió Moisés—, porque Dios ha venido de esta manera
para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les
impida pecar.»
Éxodo 20:18-20 (NTV)

Dios usa el temor como un medio para llevar a sus


hijos a su lado. Al igual que aquel padre que en medio de su
ignorancia provocó una especie de temor en su hijo y no
permitió que tomara malos caminos, Dios está usando este
miedo para acercarnos a Él. Este ingrediente de la vida cristiana

68
MI MEJOR ENEMIGO

es una especie de catalizador que es usado para llevarnos a la


obediencia y a la madurez. Es usado como una advertencia del
descuido de la vida que provoca ruina y destrucción.

Dios no quiere que fracasemos y que vivamos siendo


uno más de las estadísticas de los que un día fueron y ahora no
están, que se desanimaron o, como el en caso de Esaú, que
desprecian su primogenitura; o como Demas, que amó más al
mundo que a Dios. Para evitar esto, Dios exige que le
reverenciemos, que le respetemos, que le temamos. Hay un
lugar para el temor en la vida de cada discípulo de Cristo, no
podemos caer en el peligro de la teología liberal de estos
tiempos donde todo se vale por la buena gracia.

Algunos hemos ido en contra de este requerimiento de


la santidad, pensando que no es temor, sino “respeto o
reverencia”; suavizamos esta verdad y nos quedamos solo con
lo que nos conviene. Pero no podemos engañarnos. Si
revisamos la etimología hebrea y griega, hay concepciones de
temor que dependen del contexto: temer, temblar, asustar, que
puede llegar a una preocupación profunda o en el sentido de
respeto, incluso, puede ser una reacción de extrema reverencia
ante la presencia de Dios.

69
FRANK MARANDI

No podemos entonces suavizar el significado de esta


palabra, no solo es reverencia o respeto, si tan solo revisamos
un diccionario bíblico, podremos recordar que: «incluso
ocasionalmente puede significar la reacción más extrema del
temor reverencial mezclado con el terror que un hombre
mortal naturalmente sentiría cuando está en la inmediata
presencia de Dios».

Debemos aceptarlo, Dios demanda temor de nuestra


parte hacia Él, Mateo 10:28, dice claramente a quién debemos
temer, al que destruye el alma y no al que solo puede hacerlo
con el cuerpo. Es increíble como Dios usa el tema de temor en
la Biblia y todo para nuestro provecho, pues la motivación de
éste siempre es por medio del temor a Dios. A esta profunda
conclusión llegó el rey Salomón, del antiguo Israel, bajo
inspiración divina, después de vivir en medio de los lujos que
podía tener, la riqueza y su gran sabiduría. Él declara esto al
final de su discurso:
«Aquí culmina el relato. Mi conclusión final es la
siguiente: teme a Dios y obedece sus mandatos, porque ese es el
deber que tenemos todos.»
Eclesiastés 12:13 (NTV)

70
MI MEJOR ENEMIGO

También el patriarca Job reconoció el valor de temer a


Dios, pues dijo:

«Esto es lo que Dios dice a toda la humanidad: El


temor del Señor es la verdadera sabiduría; apartarse del mal
es el verdadero entendimiento.»
Job 28:28 (NTV)

Si no tememos a Dios, nunca temeremos sus


mandamientos, sus normas o sus exigencias como para llegar a
vivir en santidad, solo mantendremos una indiferencia frente a
Dios. Esto nos llevará a un descuido total de nuestra vida.
Recordando el pasaje de Éxodo 20:18-20, vemos cómo Dios
usa el temor como medio para infundir motivación en el
pueblo frente al monte Sinaí. El temor nos atrae de manera
extraña y milagrosa a la vez que nos hace lejanos, hasta
enemigos de la naturaleza santa de Dios. Es una especie de
equilibrio divino entre lo que debemos entender y la gracia del
Padre.
«—¡No tengan miedo! —les respondió Moisés—,
porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba
y para que su temor hacia él les impida pecar.»
Éxodo 20:20 (NTV)

71
FRANK MARANDI

Moisés dice al pueblo: no tengan miedo, es el consuelo,


la gracia. Para ponerlos a prueba, es el entendimiento, lo que
debemos saber. Suficiente temor para mantenernos santos y
suficiente consuelo y gracia para no desanimarnos.

La Biblia le otorga una gran importancia el temer a


Jehová, en el capítulo 14 de Proverbios, encontramos varias
verdades:

Produce fuerte confianza:


«Los que temen al SEÑOR están seguros; él será un
refugio para sus hijos.»
Proverbios 14:26 (NTV)

La persona que teme a Jehová confía de lleno en el


Dios leal y todopoderoso, la forma de ver la vida es
sorprendente, pues mira hacia adelante con fuerte confianza,
sabe que le espera un futuro largo y colmado de bendiciones.
Muchos ponen su confianza en los proyectos, las
organizaciones, las ideologías y las riquezas de este mundo.
Pero sea cual fuere el futuro que ellos desean, en realidad será
corto, porque la Biblia dice:

72
MI MEJOR ENEMIGO

«y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente


tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá
para siempre.» 1 Juan 2:17 (NTV)

Entonces, ¿por qué nos enemistamos con Dios, qué


sentido tiene amar al mundo o las cosas que están en él?
¡Somos más que todo lo que enfrentamos! Es verdad que
somos efímeros, no estaremos mucho tiempo en la tierra y
tenemos estos conflictos con Dios que no nos dejan alcanzar
o vivir lo que deseamos; y Él se convierte en el enemigo, el
generador de ese temor que nos deja sin esperanza; es aquí
donde debemos entender que la gracia salvadora de Dios se
nos enseña para vivirla y vencer en ella, el salmista cantó:
«Vengan, hijos, escúchenme; el temor de Jehová es lo
que les enseñaré.»
Salmo 34:11 (RVR)

Si los padres, los pastores, los mentores, etc. enseñan a


los niños o a sus seguidores a temer a Dios y ellos mismos dan
el ejemplo, es más probable que lleguen a ser hombres y
mujeres con una fuerte confianza en Jehová.

73
FRANK MARANDI

Es una fuente de vida:


«El temor del SEÑOR es fuente que da vida, ofrece
un escape de las trampas de la muerte.»
Proverbios 14:27(NTV)

Dios es “la fuente de agua viva” (Jeremías 2:13).


Adquirir conocimiento de Jehová y de Jesucristo puede
significar vida eterna para nosotros. Además, el temor de Dios
nos aparta de los lazos de la muerte:
«La instrucción de los sabios es como una fuente que
da vida; los que la aceptan evitan las trampas de la muerte.»
Proverbios 13:14(NTV)

Cuando tememos a Jehová, obedecemos su ley y


dejamos que su Palabra guíe nuestros pasos, sin duda se nos
protege de prácticas y sentimientos que nos hacen daño y que
podrían conducirnos a una muerte prematura.

Forja liderazgo:
«Una población que crece es la gloria del rey; un
príncipe sin súbditos no tiene nada.»
Proverbios 14:28 (NTV)

74
MI MEJOR ENEMIGO

El reinado de Salomón fue todo un éxito a causa de su


temor a Dios. Durante la mayor parte de su reino, Salomón
temió y obedeció a Jehová, lo que contribuyó a que su gobierno
tuviera buenos resultados. La aptitud de un rey se mide por el
bienestar de sus súbditos. Si muchos desean permanecer bajo
su dominación, será porque es un buen dirigente. Salomón
tenía «súbditos de mar a mar y desde el río hasta los cabos de
la tierra» (Salmo 72:6-8). Su gobernación se caracterizó por paz
y prosperidad sin precedentes (1 Reyes 4:24, 25). Quien desea
dirigir o servir a otros no puede olvidar lo que provoca temer
a Dios en su ministerio. El temor a Dios es la base del liderazgo
espiritual, familiar y personal.

Beneficios espirituales y físicos:


«Los que tienen entendimiento no pierden los estribos;
los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad.»
Proverbios 14:29 (NTV)

El temor reverente a Dios calma el corazón y


tranquiliza el espíritu, porque entre las muchas facetas de la
sabiduría están el buen juicio y el discernimiento. Si tenemos
discernimiento, comprendemos que la cólera descontrolada
perjudica nuestra espiritualidad. Las enemistades, las

75
FRANK MARANDI

contiendas, los celos, los arrebatos de ira y las disputas figuran


entre las obras que podrían impedir que «heredáramos el reino
de Dios» (Gálatas 5:19-21). Se nos aconseja, incluso, que no
alberguemos ira, aunque esté justificada (Efesios 4:26, 27). Y la
impaciencia puede llevarnos a decir o hacer cosas tontas que
luego lamentaremos.
«La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son
como cáncer en los huesos.»
Proverbios 14:30 (NTV)

El rey de Israel señala ahora los efectos nocivos que


tienen la cólera o los celos en la salud. Los enojos causan
problemas de salud tales como dificultades respiratorias,
presión alta y trastornos hepáticos y pancreáticos. Los médicos
indican, además, que tales sentimientos negativos agravan e
incluso provocan males como úlceras, urticaria, asma,
enfermedades de la piel y problemas digestivos. Además, «la
paz del corazón fomenta la salud» (Proverbios 14:30). Así,
seremos sabios si seguimos «tras las cosas que contribuyen a la
paz y las cosas que sirven para edificación mutua» (Romanos
14:19).

76
MI MEJOR ENEMIGO

El temor de Dios nos ayuda a ser imparciales e íntegros:


«Quienes oprimen a los pobres insultan a su Creador,
pero quienes los ayudan lo honran.»
Proverbios 14:31 (NTV)

La persona temerosa de Dios reconoce que todo ser


humano tiene un mismo creador, por lo que ve al de condición
humilde como su prójimo y comprende que el trato que se le
da a este le importa a Dios y es para glorificarlo. El sabio rey
pasa a señalar otra ventaja del temor de Jehová:
«A causa de su maldad, el inicuo será empujado
abajo, pero el justo hallará refugio en su integridad.»
Proverbios 14:32 (NTV)

¿Cómo es empujado abajo el inicuo? Según algunos


biblistas, eso significa que, cuando sobrevienen calamidades, el
malvado no tiene ninguna posibilidad de recuperarse. El
hombre que teme a Dios, en cambio, se refugia en su integridad
para con el Creador. Como confía plenamente en Él hasta la
muerte, manifiesta la misma resolución que Job, quien dijo:
«¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!» (Job 27:5)

77
FRANK MARANDI

Para mantenernos íntegros, debemos tener temor de


Dios y sabiduría.
“En el corazón del entendido descansa la sabiduría, y
en medio de los estúpidos llega a ser conocida.»
Proverbios 14:33 (NTV)

En efecto, se halla en el corazón del hombre que tiene


entendimiento. Pero ¿en qué sentido llega a ser conocido en
medio de los necios? Según una obra de consulta, «el necio, en
su afán de parecer sabio, suelta cosas que cree que reflejan
sabiduría, pero, al hacerlo, las convierte en necedad».

Engrandece a una nación:


“La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es
la deshonra de cualquier pueblo.»
Proverbios 14:34 (NTV)

Tras mostrar el efecto que tiene el temor de Dios en


nosotros individualmente, el rey de Israel pasa a mostrar el
efecto en toda una nación. En el caso de Israel, se cumplió
claramente este principio. Cuando los israelitas observaban las
elevadas normas divinas, eran ensalzados por encima de las
naciones vecinas. No obstante, sus repetidos actos de

78
MI MEJOR ENEMIGO

desobediencia les acarrearon deshonra y, con el tiempo, Jehová


los rechazó.

Este principio es aplicable de igual modo a los siervos


de Dios de la actualidad. La congregación cristiana se
diferencia del mundo porque observa los justos principios
divinos. Ahora bien, para mantener esa posición elevada, cada
uno de nosotros debe llevar una vida santa. Si practicamos el
pecado, sufriremos deshonra y nos convertiremos en un
oprobio para la congregación y para Dios.

Salomón expresó a continuación lo que complace a un


rey:
«El placer del rey está con el siervo que actúa con
perspicacia, pero su furor llega a estar para con el que actúa
vergonzosamente.»
Proverbios 14:35 (NTV)

Proverbios 16:13 afirma:


«Los labios de la justicia son un placer para un rey magnífico; y
él ama al que habla cosas rectas».

79
FRANK MARANDI

Así es, nuestro Caudillo y Rey, Jesucristo, se siente muy


complacido cuando actuamos con justicia y perspicacia y
utilizamos nuestros labios para predicar del Reino y hacer
discípulos. Por consiguiente, participemos de lleno en esa obra
y disfrutaremos de las bendiciones que da temer al Dios
verdadero.

Unos detalles para recordar


El capítulo 31 de Job muestra al patriarca conquistando
batallas. ¿Cuál fue su motivación?
«Porque temí el castigo de Dios,
Contra cuya majestad yo no tendría poder.»
Job 31:23 (RV60)

El poder de un temor divino. Juan Bunyan dijo: “sin


temor no existe la gracia”, entonces si no tememos a Dios de manera
adecuada, nunca podremos amarlo lo suficiente.”

El temor no solo es negativo, hay en él fortaleza; el


temor de Dios nos lleva a grandes logros. En el caso de Noé,
más allá del miedo al diluvio, desobedecer a Dios era su mayor
temor. Así pudo hallar el su favor (Hebreos 11:7). Su fe era tan
grande en la Palabra de Dios, que le dio temor no obedecerla.

80
MI MEJOR ENEMIGO

El énfasis del temor sigue vigente en el Nuevo


Testamento.
«sí invocáis por Padre a aquel que sin acepción de
personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor
todo el tiempo de vuestra peregrinación.»
1 Pedro 1:17 (RV60)

El temor es el molde donde se perfecciona la santidad,


donde se encuentra el peligro de la pérdida. Pablo temía a ser
descalificado (1 Corintios 9:27). Tomemos en cuenta que
puede darse un temor equivocado, no debemos temer por
temer.
«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio.»
2 Timoteo 1:7 (RV60)

No hay que temer a las personas o a las circunstancias.


No debemos temer por razones equivocadas» (1 Juan 4:18).
No debemos temer por el castigo del pecado confesado
(Romanos 8:1). No debemos temer por afanarnos o por la
necesidad» (Mateo 6:33; Filipenses 4:19). No debemos temer al
caos, pues en medio de el tenemos paz (Isaías 26:3).

81
FRANK MARANDI

El temor de Dios produce santidad. Es lo contrario a


una vida continua de auto justificación de “así soy yo”, “soy
humano”, etc. Debemos ser sensibles al ejemplo que presenta
la vida de Job.
«era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal.»
Job 1:1 (RV60)

«La comunión íntima de Jehová es con los que le


temen, y a ellos hará conocer su pacto.»
Salmos 25:14 (RVR1960)

A solas contigo
 Después de leer este capítulo, ¿cuál es tu concepto
del temor a Dios?
 ¿Crees que el temor a Dios es parte del
cumplimento de tus promesas? ¿Por qué?
 Escribe 5 beneficios personales del temor a Dios.

Desafío
Revisa como se presentaba Dios a Israel en el desierto
(Éxodo 20:18-20), escribe 5 verdades sobre este tema y
compártelas con alguien más.

82
5

UN ENOJO TONTO

La batalla de la indignación

¿ Te ha molestado ver gente desagradable llena


de riquezas y prosperidad? La gente, en general
culpa a Dios de su desdicha, se llena de amargura y
resentimiento, especialmente si ha tenido muchas decepciones
en su vida. El diablo quiere que culpemos a Dios si no somos
felices; quiere crear entre Dios y nosotros una grieta que nos
haga perder nuestro gozo.
«“Ustedes han dicho cosas terribles acerca de mí”, dice
el SEÑOR. Sin embargo, ustedes preguntan: “¿Qué quieres
decir? ¿Qué hemos dicho contra ti?”. Ustedes han dicho: “¿De
qué vale servir a Dios? ¿Qué hemos ganado con obedecer sus
mandamientos o demostrarle al SEÑOR de los Ejércitos

83
FRANK MARANDI

Celestiales que nos sentimos apenados por nuestros pecados?


De ahora en adelante llamaremos “bendito” al arrogante.
Pues los que hacen maldad se enriquecen y los que desafían a
Dios a que los castigue no sufren ningún daño.»
Malaquías 3:13-15 (NTV)

En Malaquías, leemos sobre personas que estaban enojadas


y hablaban ásperamente contra Dios, nosotros podemos de
manera similar actuar enfadados contra Él. Algunas veces
tratamos de obtener de Dios ciertos beneficios o permisos de
hacer lo que vemos en los demás. Cuando Dios no nos
responde de la manera en que pensamos que lo haría, nos
sentimos indignados por la guerra que nos hace este enemigo,
quien supuestamente debe “mejorar mi vida y darme lo que
deseo”.

En la Biblia, podemos citar algunos ejemplos de personas


que actuaron así frente a Dios: Moisés, Jonás y Jeremías nos
muestran ese estado de ira, de indignación contra el mejor
enemigo de sus vidas.

Moisés El Tartamudo
El ejemplo es Moisés; lo podemos ver en Éxodo 3:1-10: es

84
MI MEJOR ENEMIGO

llevado de una vida normal en Egipto hacia el desierto, caminó


hacia un tiempo de tranquilidad en el trabajo pastoral en
Madián y, de pronto, es interrumpido por Dios para llamarlo a
librar Israel de su esclavitud. Apenas aparece Dios en escena,
vemos cómo Moisés comienza una discusión sobre sus
cualidades y presenta varias razones por las que no debería
hacer ese trabajo:
«Pero Moisés protestó: —¿Quién soy yo para presentarme
ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo
de Israel?»
Éxodo 3:11(NTV)

«Sin embargo, Moisés protestó de nuevo: —¿Qué


hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me
dicen: “El SEÑOR nunca se te apareció”?»
Éxodo 4:1(NTV)

«Pero Moisés rogó al SEÑOR: —Oh Señor, no


tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora
que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan
las palabras.»
Éxodo 4:10 (NTV)

85
FRANK MARANDI

Se le acaban las excusas y se conforma con rogar:


«Pero Moisés suplicó de nuevo: —¡Te lo ruego, Señor!
Envía a cualquier otro.»
Éxodo 4:13 (NTV)

Finalmente, Dios contesta con paciencia cada inquietud y le


da la orden y la promesa necesaria para ir de regreso a Egipto.
Moisés llega al palacio y explica su misión y la orden de Dios a
su pueblo; como era de esperarse, el faraón estalla en ira y, en
vez de soltar al pueblo, lo oprime de muchas formas al punto
que la vida se vuelve intolerable.
«Desde que me presenté ante el faraón como tu vocero,
él se ha vuelto aún más brutal contra tu pueblo, ¡y tú no has
hecho nada para rescatarlos!»
Éxodo 5:23 (NTV)

Aquí está la respuesta de Moisés, llena de confusión,


frustración, indignación e ira. Todo en un solo paquete y
dirigido a su enemigo, a Dios. ¿La razón? Pues Dios le
prometió algo y no se cumplió.

Recuerdo que, estando muy enfermo de la garganta, fui al


médico. Me envió a comprar la medicina y la tomé por algunos

86
MI MEJOR ENEMIGO

días, más el dolor no cedía. Así que muy enojado fui de regreso
al médico a decirle que no estaba pasando nada y que seguía
todo igual. Esta ira con la que fui al doctor es igual a la que
siente Moisés, es de corto plazo como alguien que tiene poco
tiempo de ir a la iglesia y dice que nada sucede en medio del
dolor de su situación.

Cuando nuestras oraciones no son contestadas y las cosas


van de mal en peor, los problemas nos agobian, con frecuencia
estallamos y nos enojamos, y ¿a quién crees que va dirigido
todo ese enojo?, pues, a Dios. Moisés hace lo mismo, nada
pasó y sus reclamos fueron hacia quien lo envió.

Qué bueno que tenemos la Biblia para saber que, con el


tiempo, Dios liberó a Israel, enalteció a Moisés, cumplió todo
lo que había prometido a su siervo y su pueblo… Pero necesitó
tiempo. Sí, aunque parece extraño, muchas veces Dios necesita
eso: tiempo para mostrarte la Gloria de su victoria.

Comencé el ministerio muy joven y crecí en medio de


campañas llenas de milagros y prodigios; no había noche donde
alguien no fuera sanado. Me acostumbré tanto a esa medida del
creer que, para mí, nada era más grandioso que la fe que
«enviaba la montaña al mar». Han pasado varios años desde

87
FRANK MARANDI

esas épocas de ímpetu juvenil, he ido descubriendo de manera


dolorosa en muchas ocasiones que la fe más grande es la que
se vive a diario, es la que confía en Dios en contra de viento y
marea, día tras día, y aun cuando parece que nada pasa, en
medio de dolor y el silencio de quien parece transformarse en
el enemigo por excelencia de nuestra vida diaria.
«Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor.»
2Corintios 3:18 (RV60)

Cuando leía este versículo, creía que eso de «gloria en gloria»


era algo grandioso, escuchaba oraciones que hablaban de
grandezas y frases tan típicas como: «Dios tiene grandes cosas
para ti». Ya me he cansado de contar las veces que he
escuchado esta frase, que al final solo eran palabras y nada
cambiaba, todo seguía igual, pero con el tiempo comprendes
que quizá no son grandes pasos, que este progreso va despacio
y a pasitos lentos muchas veces, pero hay algo seguro: estamos
avanzando.

88
MI MEJOR ENEMIGO

La ira de Moisés contra Dios tal vez se pudo haber aplacado


si hubiese tenido la oportunidad de ver el final. Y quien no
estaría seguro si supiera cómo va a terminar la situación; si
vemos el final y sabemos que estará todo bien, no nos
preocuparíamos tanto, no derramaríamos tantas lágrimas, sería
mejor la vida.

Lamentablemente, en nuestra naturaleza, amamos los


resultados, deseamos escuchar: «y vivieron felices por
siempre», todos aman los finales así, pero pocos saben amar
los procesos. Es cruel seguir confiando cuando sabes que todo
está derrumbándose, que todo va mal y a ti te toca seguir a
pesar de que no sabes adónde vas.

Moisés estaba turbado, su fe estaba menguando, sus


emociones eran poco controladas y, de pronto, explotó contra
Dios. Esta ira viene de tener la vista muy corta, de estar en el
teatro frente al escenario, solo ves una parte de la obra y no
sabes cómo terminará. Olvidas que detrás del telón está el
director haciendo su trabajo. La solución para esta ira es
entender que Dios está obrando algo glorioso a pesar de las
dificultades del momento, por más duras que sean. Detrás del
telón, todo está trabajando para tu favor.

89
FRANK MARANDI

Jonás El Iracundo
Todos podemos recordar la travesía de Jonás desde Israel a
Nínive y su huida al mar para no hacer lo que Dios le había
mandado; y cómo Dios se vale de un pez para volverlo al
camino para cumplir su misión en Asiria. La experiencia del
pez creo que cambiaría a muchos de nosotros y nos motivaría
a cumplir los designios de Dios. Jonás, en ese mismo sentir,
obedece a Dios y predica poderosamente a los ninivitas. Es tan
ungida su predicación que este pueblo se arrepiente, se vuelve
a Dios y no los destruye como había prometido (Jonás 3:4).

Para un predicador, el hecho de que su mensaje lleve a un


pueblo entero a los pies de Cristo sería causa de una alegría
enorme, pero en este caso Jonás está furibundo:
«Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto
lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré
a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y
piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te
arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me
quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.»
Jonás 4:2-3 (RV60)

90
MI MEJOR ENEMIGO

Jonás dice que sabe cómo es Dios y no está equivocado, su


descripción es real, más su ira viene porque Dios no hizo lo
que él quería. Este profeta esperaba que fuego cayera sobre los
pobladores de Nínive, que Dios los destruyera a pesar de su
arrepentimiento. El dios de Jonás debía ser rígido, a prueba de
toda lágrima, sin misericordia e inconmovible a pesar de
cualquier cambio en el corazón. Pero este no era el Dios que
envió a Jonás, el que describe la Biblia; si fuera como quería
este hombre, probablemente nadie estaría vivo, especialmente
este desobediente profeta.

Jonás estaba enojado con su enemigo, con ese Dios


misericordioso por dos razones: 1) porque el dios que
confeccionó su mente no era el Dios verdadero, y 2) el
verdadero Dios no estaba haciendo lo que Jonás quería. ¿No
te suena familiar? ¿Hemos fabricado dioses a nuestra medida y
esperamos que sea el Dios de la Biblia? ¿No hemos tomado
alguna vez solo una parte de la Biblia para fabricar un dios y
olvidar el resto?

En el liderazgo juvenil que desarrollaba años atrás, se


presentó el caso de una pareja que había caído en fornicación.
Este jovencito era parte de nuestro equipo de trabajo y todo el
liderazgo debía tomar una decisión sobre él. Aquel que en

91
FRANK MARANDI

cierto sentido descubrió esta situación tenía las cosas claras y,


cada vez que alguien hablaba de perdón o restauración, este
líder declaraba versículos que lo condenaban, lo llamaba
pecador y hablaba como si no hubiese perdón ni esperanza
para ellos. Obviamente, este líder conocía solo la una cara de
la moneda y, por lo tanto, solo veía una cara de Dios. No le
importaba que el joven hubiera confesado su falta, solo era un
pecador y al igual que Jonás solo había una opción: el juicio,
este era su dios o al que posiblemente él conocía.

La persona que tiene una idea distorsionada o incompleta


de Dios estará infeliz con Él la mayor parte de su vida. Si la
rabia de Moisés era por su falta de perspectiva, la ira de Jonás
se daba por su percepción incorrecta acerca de Dios. El
remedio para corregir este error es estudiar toda la Biblia, las
partes que entendemos y las que no, las que no parecen
importantes y, sobre todo, creer lo que dice de Dios. No
importa si gustan o si las entendamos, confiar en la Biblia en
vez de juzgarla es la mejor forma de evitar creer en un dios a
nuestra imagen. Debemos dirigirnos a nuestro Dios en modo
-fe- y no bajo nuestros paradigmas.

92
MI MEJOR ENEMIGO

Jeremías «El Inconforme»


Creo que para un predicador siempre será más cómodo
enseñar un mensaje de esperanza y favor de Dios, algo que
hable de victoria y conquista, pero es difícil —o, por lo menos,
para su servidor lo es— llevar un mensaje de exhortación, de
dolor y de juicio. Los mensajes más populares son los que
acarician los sentidos y los que incomodan son los que tocan
el espíritu. Jeremías estaba pasando por algo parecido, su
contexto de vida era de juicio, Israel había pecado contra Dios
y estaban condenados a la destrucción. Las carrozas de
Nabucodonosor ya estaban en camino y Jerusalén estaba
sentenciada, los israelitas serían esparcidos por todo Medio
Oriente. En esta situación, el mensaje de Jeremías no podía ser
de esperanza, de gracia o de salvación.

Al leer sobre esto me pregunté: ¿en medio de esta situación


el mensaje de Jeremías les gustó a sus oyentes? ¡Claro que no!
Este mensaje de juicio era el menos popular y, como era de
esperarse, todos se fueron en contra de este hombre.
«He oído los muchos rumores acerca de mí. Me
llaman: “El hombre que vive aterrorizado”. Me amenazan
diciendo: “Si dices algo te denunciaremos”. Aun mis viejos
amigos me vigilan, esperando que cometa algún error fatal.

93
FRANK MARANDI

“Caerá en su propia trampa —dicen—, entonces nos


vengaremos de él”» Jeremías 20:10 (NTV)

Pobre predicador, sus mensajes eran amargos, difíciles de


digerir y muy dolorosos, las críticas y la mala fama de sus
propios coterráneos se levantaron contra él; esto hizo que ya
no pudiera más y arremetiera contra su enemigo, contra quien
lo llamó.
«Oh SEÑOR, me engañaste, y yo me dejé engañar.
Eres más fuerte que yo, y me dominaste. Ahora soy objeto de
burla todos los días; todos se ríen de mí.»
Jeremías 20:7 (NTV)

En esta versión dice «me engañaste», para el profeta


Jeremías no había problema con el carácter de Dios, sino más
bien con sus métodos, que son irresistibles y opresivos. En
estos momentos, para él, la gracia divina no es maravillosa, sino
espantosa, es dura y difícil por esto estalla en ira. Uno de
nuestros obreros que dirigía una iglesia hija en un pueblo
cercano a nuestra ciudad comenzó a tener problemas
complicados con su familia y esto afectó el ministerio.
Intentamos ayudar en todo lo que se pudo, finalmente, junto a
su familia, tuvieron que salir de la congregación y nosotros

94
MI MEJOR ENEMIGO

heredamos muchos problemas y una situación difícil de


manejar. La relación se desgastó de tal forma que varios años
de ministerio juntos fueron nada frente a las cosas que
sucedieron, hubo situaciones que nos ofendieron, nos
causaron dolor y hasta indignación y que nos afectaron como
familia, en la iglesia, como pastores y aun como parte de
nuestra misión en el país. Teníamos la razón de estar enojados
y no hablar más con ellos, pero una noche la voz del Espíritu
Santo me dio una orden clara: «arregla la situación, pide
perdón».

¿Pueden imaginarse mi reacción, mis reclamos y todo lo que


argumenté para no hacerlo? Realmente fue una lucha intensa
conmigo mismo y arremetí contra mi enemigo, pero,
finalmente, invité a este hermano a comer, hablamos y, después
de pasar la impresión de volvernos a ver, le pedí perdón y le
abrí la puerta de nuestro ministerio una vez más para que
pudiera retomar su llamado. Después de esa charla, pude sentir
alivio y vino el gozo renovado que trae obedecer a Dios.

Moisés se enojó con Dios porque no hubo liberación


inmediata; Jonás se llenó de ira porque Dios no hizo lo que él
quería y Jeremías se molestó porque Dios lo dominó y le hizo
predicar un mensaje que no le gustaba. El creyente debe saber

95
FRANK MARANDI

que los métodos de Dios, su gracia y su voluntad le pertenecen


solo a Él, que quien determina los pasos del hombre y su
bienestar es Dios. Así nos moleste, si Él quiere que hagamos o
vivamos algún episodio en nuestra existencia, seremos llevados
a como dé lugar a caminar en la voluntad de Dios. Más vale no
resistirse, nuestro mejor enemigo sabe lo que está haciendo.
«Podemos hacer nuestros planes, pero el SEÑOR
determina nuestros pasos.»
Proverbios 16:9 (NTV)

Los cristianos nos enojamos con Dios por varias razones,


pero todo puede resumirse en el hecho de airarnos porque él
no hace lo que queremos o esperamos. La ira se caracteriza por
su forma de penetrar en todo nuestro ser hasta afectarnos de
manera integral. Muchas personas se enojan con nuestro Rey a
sabiendas de que esto les daña y toman como excusa las
experiencias dolorosas que han tenido que enfrentar. Ellos
creen que Dios pudo haberlos salvado de todo eso y
simplemente no quiso. Esta rabia tiene raíces muy profundas y
termina dañando a quienes nos rodean y a nosotros mismos.
Dios le pregunta a Jonás sobre su enojo en dos ocasiones,
mostrando la mala decisión de estar enojado con Él.
«—¿Tienes razón de enfurecerte tanto? —le respondió

96
MI MEJOR ENEMIGO

el Señor. Jonás salió y acampó al este de la ciudad. Allí hizo


una enramada y se sentó bajo su sombra para ver qué iba a
suceder con la ciudad. Para aliviarlo de su malestar, Dios el
Señor dispuso una planta, la cual creció hasta cubrirle a Jonás
la cabeza con su sombra. Jonás se alegró muchísimo con la
planta. Pero al amanecer del día siguiente Dios dispuso que
un gusano la hiriera, y la planta se marchitó. Al salir el sol,
Dios dispuso un viento oriental abrazador. Además, el sol
hería a Jonás en la cabeza, de modo que este desfallecía. Con
deseos de morirse, exclamó: “¡Prefiero morir que seguir
viviendo!” pero Dios le dijo a Jonás: —¿Tienes razón en
enojarte tanto por la planta? -, - ¡Claro que la tengo! - le
respondió-. ¡Me Muero de la rabia!»
Jonás 4:4-9 (NVI)

Somos nosotros los que debemos cambiar, debemos


conformarnos a su voluntad con amor; a pesar de lo doloroso
que sea lo que estés enfrentando, debemos adoptar en nuestro
corazón la esperanza de su amor y poder, de una forma u otra
él hará su voluntad y nosotros debemos pedirle ayuda para ser
humildes y esperar en paz y en confianza con la mejor actitud.

97
FRANK MARANDI

Dios quiere bendecir a toda persona. No importa si estás


bien o no, no importa cuánto te duela, no culpes a Dios. No
siempre comprendemos lo que está sucediendo, pero Dios es
perfecto. Él es bueno y es justo.

Unos detalles para recordar


La ira, defrauda a Dios, pone en duda su Palabra, rechaza el
itinerario divino, se concentra en las circunstancias temporales,
no divisa la obra de Dios a su alrededor. Nos vuelve jueces de
su obrar y le da importancia desmedida a nuestros sentimientos
y emociones y anula nuestro carácter.
«― ¿Tienes razón de enfurecerte tanto? —le respondió
el Señor. Jonás salió y acampó al este de la ciudad. Allí hizo
una enramada y se sentó bajo su sombra para ver qué iba a
suceder con la ciudad. Para aliviarlo de su malestar, Dios
el Señor dispuso una planta, la cual creció hasta cubrirle a
Jonás la cabeza con su sombra. Jonás se alegró muchísimo por
la planta. Pero al amanecer del día siguiente Dios dispuso que
un gusano la hiriera, y la planta se marchitó. Al salir el sol,
Dios dispuso un viento oriental abrasador. Además, el sol
hería a Jonás en la cabeza, de modo que este desfallecía. Con
deseos de morirse, exclamó: «¡Prefiero morir que seguir

98
MI MEJOR ENEMIGO

viviendo!» Pero Dios le dijo a Jonás: ― ¿Tienes razón de


enfurecerte tanto por la planta? ― ¡Claro que la tengo! —le
respondió—. ¡Me muero de rabia!»
Jonás 4:4-9 (NVI)

¿Sirve para algo estar enojado con Dios? ¿habrá quien nos
ame más que Él? ¿habrá alguien más poderoso que Él? ¿alguien
sabe más que Él?
«Así dice el Señor: «Los delitos de Edom han llegado a su
colmo; por tanto, no revocaré su castigo: Porque sin mostrar
ninguna compasión persiguieron con espada a su hermano;
porque dieron rienda suelta a su ira y no dejaron de alimentar
su enojo.»
Amós 1:11 (NVI)

Dios castigo a Edom por su ira implacable contra Israel. Si


nos dejamos dominar por el enojo nos autodestruimos. Si
estamos llenos de resentimiento contra Dios, debemos
enfrentar el problema: cambia Dios o cambiamos nosotros, si
decidimos mal, simplemente la relación se arruina. ¿Será bueno
que Él cambie? La Biblia dice que quiere nuestro bien, que
tenemos asegurado su Amor para con nosotros.

99
FRANK MARANDI

«¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La


tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la
indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu
causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a
ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues
estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles
ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los
poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la
creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha
manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.»
Romanos 8:35-39 (NVI)

Quienes deben cambiar somos nosotros, debemos


someternos a su Voluntad con amor. A pesar de lo doloroso
que sea lo que enfrentemos, debemos adoptar en nuestro
corazón la esperanza de su Amor y Poder, de una forma u otra
su voluntad se cumplirá. Debemos pedir ayuda para ser
humildes, esperar en paz, mantener la confianza y con la mejor
actitud esperar el milagro que está forjando para nosotros. No
siempre comprendemos lo que está sucediendo, pero Dios es
perfecto: Él es bueno y es justo.

100
MI MEJOR ENEMIGO

«Señor, mi corazón no es orgulloso; mis ojos no son altivos.


No me intereso en cuestiones demasiado grandes o
impresionantes que no puedo asimilar. En cambio, me he
calmado y aquietado, como un niño destetado que ya no llora
por la leche de su madre. Sí, tal como un niño destetado es mi
alma en mi interior. Oh Israel, pon tu esperanza en el Señor,
ahora y siempre.»
Salmos 131(NTV)
A solas contigo
 ¿Te has sentido indignado porque Dios no hace las
cosas como esperabas? Que reacciones crees que
estuvieron equivocadas frente a Él.
 ¿Qué versículo de este capítulo te impresionó más?
¿Por qué?
 Profundiza en la vida de uno de los personajes que
señalamos. Escribe tres verdades que puedas aprender.

Desafío
Toma unos minutos y ora pidiendo perdón al Señor, si has
actuado como Moisés el miope, Jonás el iracundo o Jeremías
el inconforme. Haz un compromiso que puedas cumplir delate
de Dios.

101
6

UNA VIDA DE DESAFÍOS

La batalla de la crisis

ecuerdo que un día veíamos un encuentro de

R fútbol, y alguien gritaba y decía: «si yo


estuviera ahí, haría el gol». Fue tan jocoso
este comentario, porque todos los que estábamos ahí sabíamos
que ese hombre no tenía la indumentaria para ese deporte y,
¡peor!, nunca jugaba cuando estábamos en el campo.

Es fácil para quien no está bajo presión, para quien no está


jugando, decir, hablar y hasta dar soluciones. Cuando alguien
está pasando una situación difícil, somos buenos para decir:
«debes confiar y orar». Y, claro, si has estado en el otro lado
(cuando te dicen esto), muchas veces pasa por nuestro
pensamiento: «como si fuera tan fácil». Vivir del lado de los

102
MI MEJOR ENEMIGO

espectadores nos da cierta seguridad y nos da una especie de


autoridad sobre quienes están viviendo tiempos difíciles. Pero
cuando nos tocan la seguridad y Dios nos mete en el horno,
nos rompe y nos lleva como el fiel enemigo de nuestra vida a
un protagonismo dentro de los desiertos de la vida, entonces,
todo es diferente.

¿Qué es crisis para ti?


Para algunos puede ser la necesidad de una alteración
profunda, insatisfacción, intensificación de situaciones
complicadas en la vida, en general, pueden ser cambios bruscos
que provocan pérdidas.

Y esto es lo más complicado con nuestro mejor enemigo,


nos lleva del sitio de seguridad, de la comodidad, a la línea de
combate y nos introduce en una crisis que provoca cambios
dolorosos. Nos lleva a perder inmisericordemente nuestra
estabilidad, al parecer, deja sin efecto esa condición de hijos y
protegidos del Rey. El caos se apodera de todo, y nosotros solo
somos parte de un gran juego que no podemos controlar. Es
en esta situación donde nuestras más férreas convicciones se
ven sometidas al más doloroso desierto.

103
FRANK MARANDI

Recuerdo aquella vez que, como familia, fuimos sometidos


a un tiempo durísimo, éramos jóvenes y, junto con mi esposa,
comenzamos a ministrar familias en diversos aspectos. Uno de
los más cotidianos era la enfermedad. Muchas veces nos
encontrábamos en algún hospital animando a la familia de
alguien que estaba pasando momentos difíciles, todo era muy
bueno y hasta sentíamos un respaldo muy visible de parte de
Dios en milagros y sanidades. Toda clase de testimonios eran
cotidianos de estas grandes aventuras. Pero llegó un día en el
cual Dios mismo nos metió a nosotros en un tiempo de
enfermedad en la vida de nuestro hijo, fue muy duro, pues el
diagnóstico no era bueno, en cuestión de horas fuimos
protagonistas de una verdadera historia de dolor. La vida de
nuestro pequeño corría peligro.

¿Cómo actuar del lado de la crisis?


Ya no éramos los que visitábamos y dábamos ánimo para
luego marcharnos; ahora nos quedaríamos en medio del dolor
y de la angustia. Esa era una crisis para nosotros. Nuestro
sanador se convirtió en el enemigo más difícil que hemos
tenido que enfrentar. Mi esposa fue muy valiente y enfrentó
con firmeza esta situación; por mi lado, trataba de mantenerme
fuerte cuando estaba frente a la familia, pero esos corredores
del hospital fueron mudos testigos de la angustia y de las

104
MI MEJOR ENEMIGO

lágrimas de impotencia que rodeaban mi vida.

Cuando enfrentas crisis, es cuando batallas desde un lugar


muy lejos de tu seguridad. No está claro qué pasará cuando el
médico salga, o cuando te llamen del banco, o si al final del mes
te quitaran la casa o el auto, o si te confirmaran que alguien que
amas murió o sobrevivirá. Mientras no estás metido en esos
desiertos dolorosos, nunca sabrás cuán real eres en lo que
dices, predicas o crees.
Dios se encargará de ponernos en evidencia cada vez que
enfrentemos momentos difíciles, pequeños o grandes, cortos o
largos, realmente no importa de qué naturaleza sean, pero esos
momentos dolorosos serán usados para desafiar tu seguridad y
mirar tu reacción. En medio de esta batalla, tu mejor enemigo
te mostrará quién eres por medio de tu reacción frente a la
crisis.

Mi traje de combate ante una crisis


¿Cómo reaccionar ante la adversidad?
Es, probablemente, la pregunta que muchos han hecho y
que otros tantos responden; unos lo hacen desde la comodidad
del graderío, otros desde fuera del campo de juego y muchos
desde las trincheras de batalla. Finalmente, algunos habrán
pasado por este episodio y reflexionan sobre lo que Dios les ha

105
FRANK MARANDI

enseñado. A lo largo de nuestras vidas, tomamos muchas


decisiones, pero algo que nunca podremos resolver antes de
que suceda será optar o no por la crisis o la adversidad.

Al vivir en un mundo lleno de pecado, la adversidad se


vuelve un estado de sufrimiento y dificultad que puede incluir
angustia, problemas, pruebas y decepciones. La mayoría
coincidirá en que, de ser posible, trataremos de evitar todo
aquello que cause dolor; pero, al hacerlo, nos perdemos de
grandes bendiciones y de la gracia divina de conocer a nuestro
mejor enemigo, su lado más profundo y que va más allá de la
teoría. Como hemos visto en la Biblia, hay muchos ejemplos
de personas que enfrentaron adversidades y descubrieron que
Dios las usó para bendecirlas.

Todas estas personas nos podrían decir que valió la pena


sufrir con tal de obtener lo que se dio como resultado
• José, el niño de la túnica de colores, sufrió traición,
esclavitud y prisión antes de ocupar el lugar más importante
después de Faraón en Egipto.
• Moisés, el fugitivo, vagó por el desierto antes de que
Dios le llamara al monte para que lo conociera y le
encomendara guiar a su pueblo fuera de Egipto.
• David, el matagigantes, pasó muchos años huyendo de

106
MI MEJOR ENEMIGO

Saúl antes de llegar a ser el rey más prominente del Antiguo


Testamento.
• Ester, la judía exiliada, fue puesta por Dios en la
posición de reina de Persia para salvar a su pueblo.
• Daniel, cautivo en Babilonia, fue promovido por el rey
a una alta posición en el gobierno.
• María y Marta vieron morir a su hermano antes de
que Jesús lo resucitara.
• Los discípulos de Jesús fueron perseguidos, pero
Dios usó esa adversidad para diseminar el cristianismo a lo
largo del mundo romano.
• Saulo, el perseguidor, perdió la vista, sus amigos y su
posición antes de ser el gran apóstol Pablo.

Son tantas personas que tienen este factor común: la crisis


como antesala de una bendición maravillosa. Si recordamos el
ejemplo de Pablo ante la adversidad, podemos vivir la
bendición de Dios si reaccionamos de la misma manera:
«… aun cuando he recibido de Dios revelaciones tan
maravillosas. Así que, para impedir que me volviera
orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de
Satanás para atormentarme e impedir que me volviera
orgulloso.

107
FRANK MARANDI

En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que


me la quitara. Cada vez él me dijo: “Mi gracia es todo lo que
necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”.
Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades,
para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es
por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en
privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo.
Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.»
2Corintios 12:7-10 (NTV)

Como consecuencia de las grandes revelaciones que recibió


del Señor, a Pablo también se le dio una espina, o lo que
comúnmente llama la versión Reina Valera: «el aguijón en la
carne», con el propósito de mantenerlo humilde. El apóstol le
pidió a Dios en tres ocasiones que esto fuera quitado de su
vida, pero Él le respondió: «Mi gracia es todo lo que necesitas;
mi poder actúa mejor en la debilidad» (v.9). Pablo respondió:
«Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que
el poder de Cristo pueda actuar a través de mí» (v.9).

Al igual que Pablo presenta estas dos respuestas frente a la


crisis, es en medio de la aflicción que las personas

108
MI MEJOR ENEMIGO

reaccionamos de dos maneras completamente diferentes y


escogemos cómo vestirnos para enfrentar estas batallas.

Lejanamente cerca
Podemos optar por alejarnos de Dios. Si no son llenas
nuestras expectativas, nos sentimos decepcionados y
reaccionamos con dudas sobre la existencia del Señor. Y como
nos vemos envueltos en la adversidad, vienen más preguntas
que respuestas: «¿Dios es tal como la Biblia lo describe?, ¿y si
realmente no existe?». Entonces comienza una guerra tenaz
contra nuestro mejor enemigo, lo culpamos y nos alejamos,
pues no evitó que el motivo del dolor sucediera, decidimos
enojarnos y nos declaramos contra Él en combate.

Como es de esperarse, los enemigos se alejan y, en este caso,


se distancian del Señor, algunos para siempre. Aunque esto no
es del todo real, pues a Dios, por ser omnipresente, es decir,
que está en todo lugar, siempre lo encontraremos, como el
padre del hijo pródigo, esperando por su hijo.

El ser humano tiene libertad para elegir, al igual que el joven


rico del relato bíblico:
“Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él.
«—Hay una cosa que todavía no has hecho —le

109
FRANK MARANDI

dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero


a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y
sígueme. Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste
porque tenía muchas posesiones.»
Marcos 10:21-22 (NTV)

Aprendemos a vivir lejanamente cerca: Dios junto a


nosotros, pero nosotros huyendo de Él. Dios justo atrás de ti,
pero tú huyendo de Él. Hay algunos que no pueden tolerar las
dificultades y se enojan tanto con Dios que nunca regresan y
rechazan la Biblia, sus convicciones y su fe; todo lo que
vivieron junto a Dios queda en nada y solo se presenta la
decepción de las promesas no cumplidas. Pero el problema no
radica en la fidelidad de Dios, sino en la interpretación que le
han dado a su Palabra, a su conveniencia, de manera
incompleta; como el iracundo de Jonás, fabricándose dioses a
su medida; o como al inconforme de Jeremías, no contento con
la Palabra que Dios había manifestado para esos momentos de
crisis.

Lo difícil de vestirnos de esta lejanía, es el peligro de ser


tierra de cultivo del odio y del enojo, así solo engendramos una
ira mucho más grande, la que lleva a la amargura y esta puede

110
MI MEJOR ENEMIGO

envenenar cada aspecto de nuestra vida y traer miseria, nos


autodestruimos y dañamos a quienes nos rodean.

Quien decide alejarse de Dios solo está renunciando a lo


mejor, a lo inquebrantable, a lo realmente importante de Él: su
fidelidad.

Mi padre es un hombre muy fuerte en todo sentido, soy el


primogénito de mi casa y recuerdo una frase que siempre me
dice cuando sabe que estamos enfrentando algo duro como
familia: «eres el líder de los Marandi, eres valiente y Dios tiene un
propósito para tu vida, sé que vivo o muerto lo conseguirás. No te detengas
querido hijo, cuando te veo puedo entender que no toda mi vida se
desperdició en la obscuridad de vivir alejado de Dios en mis primeros
años… Que cada prueba, que cada dolor valió la pena».

Alejarnos solo hace que desperdiciemos nuestra vida, pues


renunciamos a Dios, su palabra y al plan que tiene para
nosotros.
«Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo,
nunca he visto abandonado al justo
ni a sus hijos mendigando pan.»
Salmos 37:25 (NTV)

111
FRANK MARANDI

David tenía razón. Aunque nosotros estemos lejanamente


cerca en las crisis, Él siempre está profundamente cerca.

Profundamente cerca
Podemos avanzar hacia una comunión más profunda con
Dios. La crisis puede ser un trampolín, un nuevo impulso para
un nivel superior de fe y de convicciones, de parecernos más al
deseo de Dios para nosotros. La vestimenta adecuada para
enfrentar los momentos duros es acercarnos más a su
presencia, pues el resultado será inmejorable.

Pero, al ponernos nuestra vestimenta, lo primero que será


afectado es nuestra fe, se transformará en algo inconmovible.
Podremos ver que en medio de nuestro dolor el Señor ha sido
fiel, no al hacer lo que deseábamos, sino al cumplir sus
promesas y estar con nosotros durante el sufrimiento. De la
mano de esto, se forjará una paciencia incansable, pues al
comprender que Dios está con nosotros y que tiene un
propósito para permitir la adversidad, recibiremos de Él la
paciencia necesaria para esperar por su tiempo y confiar en que
no prolongará nuestro sufrimiento más allá de lo que sea
necesario.

112
MI MEJOR ENEMIGO

«Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo;


cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te
abrasarán las llamas.»
Isaías 43:2 (NVI)

Unos detalles para recordar


Lo más importante y difícil en un tiempo de crisis es saber
qué nos quiere decir Dios antes que salir pronto de ella. La
primera reacción ante la adversidad debe ser leer la Biblia para
preguntarle al Señor lo que desea mostrarnos. La Biblia es
nuestra posesión más valiosa, pues el Señor nos habla por
medio de ella, nos anima, nos guía, nos consuela y nos
reprende. Es al enfrentar la adversidad con una voluntad
sometida a Dios, con la determinación de seguirle y con una fe
firme en su Palabra que podremos aceptar la prueba que llegue
a nuestra vida.

Nuestro mejor enemigo nos pone en medio de la crisis con


un propósito y debemos reconocer que la meta del Señor es
transformarnos para que podamos dar un mejor testimonio
ante las demás personas. Es como lo escuché alguna vez: «el
desierto tiene una orden de parte de Dios, darte la forma que

113
FRANK MARANDI

Él quiere, así que el desierto cumplirá su misión…».

Puede ser que no tengamos la opción de elegir vivir o no


una crisis, pero cuando llegue a nuestra vida, podremos decidir
cómo reaccionaremos ante ella. Podemos rendirnos ante la
voluntad de Dios, sabiendo que Él usará cada prueba para
nuestro bien o podemos alejarnos del Señor, vivir lejos y
desperdiciar nuestra vida.
«Confía en el SEÑOR con todo tu corazón; no
dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te
mostrará cuál camino tomar.»
Proverbios 3:5-6 (NTV)

A solas contigo
 ¿De qué manera Dios te ha movido de tu sitio de
seguridad? ¿ha sido fácil, que te costó más?
 ¿Cuándo alguien quiere aconsejarte y dice que tu
prueba es algo fácil, cómo te sientes?

DESAFÍO
Escribe tres “espinas”, “aguijones de la carne” que han sido
una lucha que te ha llevado a ser fuerte en Dios.

114
7

VERDADERAMENTE
DIFERENTE

La batalla de la transformación

e gusta la gelatina, de niño le pedía a mi

M mami que preparara este postre todas las


semanas. Era casi mágico. Me asombraba
cuando veía que dejaba un recipiente lleno de agua caliente de
colores por la noche y a la mañana siguiente encontraba esa
delicia dulce en su consistencia ideal. La noche revelaba la
verdadera esencia de la gelatina, durante las horas de
obscuridad, cuando dormía, lo real tomaba su lugar.

Una de las batallas que debemos enfrentar con nuestro


mejor enemigo se relaciona con la verdadera espiritualidad. En
los momentos de crisis, nuestra vida da muestras de cuán real

115
FRANK MARANDI

es en nosotros el nuevo nacimiento, la vida nueva que


profesamos. Es durante las horas oscuras donde revelamos
nuestro verdadero ser. Llegamos a tener la «consistencia ideal».
El enemigo que se presenta para hacernos guerra nos diluirá
para llevarnos al punto exacto donde debemos estar y, al igual
que al principio, el propósito será parecernos a su imagen y
semejanza.
«Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha
convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado;
¡una nueva vida ha comenzado!»
2Corintios 5:17 (NTV)

Cuando recordamos a Pablo, podemos entender que él no


es de los que habla solo de teoría, en el graderío, este hombre
sabe de sufrimiento y les dice a los de Tesalónica que la vida de
quien dice haber creído en Dios, puede manifestarse de dos
formas: por un lado, solo en palabras que están vacías, o, por
otro, puede venir con poder, de modo que tenga una eficacia
moral. La tendencia de un creyente está inclinada hacia la
superficialidad, pues en los cultos, las reuniones y los
campamentos, de cierta manera, nos cuesta mostrar lo
espirituales que somos y se pueden manejar los modismos
eclesiales, el vocabulario de iglesia. Tenemos experiencias

116
MI MEJOR ENEMIGO

sobrenaturales y podemos testificar de un Dios tan cercano y


real que muchos hasta dudan de tanto milagro.

Pero, al momento de ser sometidos a procesos duros, es


cuando se ve en tela de juicio lo espirituales o los superficiales
que somos. Un creyente que ha sido formado en las brasas de
la prueba sabe cuán verdadero es su fe, lo decíamos en el
capítulo anterior, al momento de abandonar nuestro sitio de
seguridad es que crecemos y vamos cumpliendo el propósito
con el cual fuimos llevados a ese desierto. El mejor enemigo
tiene todo planeado para darnos forma y hará en nosotros el
cumplimiento de sus promesas de manera inequívoca, el dolor
producirá victoria.

Poder moral
Nadie puede hablar de lo que no ha vivido, el cristianismo
no es una actuación sino una vida de convicción y verdades. La
mayoría habla de prosperidad, de conquistas, de cumplir con
los requisitos y todo eso para crecer, ser líderes y ministrar con
autoridad, pero nada podrá sustituir al poder moral de un
creyente que sabe lo que dice y tiene autoridad por el hecho de
haber pasado por esa experiencia de manera personal.

117
FRANK MARANDI

La vida no es una película pregrabada ni de realidad virtual,


es real. Nos gusta tener episodios de victoria, alegría, pero
pocos hacen de sus derrotas y sufrimientos el estandarte de su
vida, a nadie le agrada decir: «estoy mal y mi fe está
disminuyendo», la mayoría responde la frase típica de
«bendecido o victorioso». Solo alguien que ha pasado por días
no tan buenos tiene poder moral para ser ejemplo de quienes
están aprendiendo a conocer a Dios de manera personal.

Pablo sabía que el evangelio había llegado a los


tesalonicenses con eficacia y con poder moral. Decía que ellos
habían recibido una enseñanza plena, convirtiéndose en
seguidores de Cristo al recibir la Palabra en medio de su
aflicción. Nada podía hacerles retroceder pues disfrutaban de
un gozo sobrenatural, al que Pablo llamaba «el gozo del
Espíritu Santo». Y pasaron a ser no solo seguidores, sino
también ejemplos para las otras iglesias, desde las cuales
proclamaron la Palabra del Señor. Esta iglesia convirtió su vida
en una obra misionera. El resultado de la Palabra de Dios debe
ser clara, testificable y verídica.

Metamorfosis
«Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido
quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El

118
MI MEJOR ENEMIGO

Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él


a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.»
2Corintios 3:18 (NTV)

«No imiten las conductas ni las costumbres de este


mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas
nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces
aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual
es buena, agradable y perfecta.»
Romanos 12:2 (NTV)

«Transformación» significa ʹdar otra forma o aspecto a algo


o alguienʹ. Es cambio. Sin embargo, no podemos dejar hasta
ahí esta idea, ¿qué significa la transformación? ¿Significa que
nuestro comportamiento se reforma o se mejora para ser un
poco más igual a Cristo o que vivimos practicando una serie de
normas y regulaciones?

En el griego del Nuevo Testamento, la palabra usada para


transformación es metamorfosis. No solo cambia la apariencia
o la forma, aunque en apariencia es superficial, proviene del
interior del organismo. Una oruga nace, pero su razón de ser

119
FRANK MARANDI

es convertirse en una mariposa; no se pone un disfraz para


actuar como mariposa, ya lo es, aun cuando es oruga. Mientras
se alimenta, su metabolismo digiere los nutrientes que
consume, los asimila y la llevan a crecer para que finalmente
cambie y se convierta en una verdadera mariposa.

Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, somos


regenerados o nacemos de nuevo, con la vida divina de Dios
en nosotros que nos transforma a la imagen de Cristo; pero, al
igual que la oruga, es necesario permanecer en el proceso de
transformación. Nadie puede fingir ser alguien que no es y la
lucha de la transformación nos llevará a entender que los
momentos de mayor guerra con nuestro mejor enemigo están
dispuestos para que además de darnos autoridad moral, nos
lleven a «metamorfosearnos», a cambiar de manera integral
para que nuestra vida sea un fruto real del trabajo de Dios en
nuestro corazón y vida completa.

¿Cómo metamorfosearnos?
La batalla de la transformación está direccionada al cambio
profundo, dejar de ser cristianos de banco y pasar a un estado
de discípulos reales. La necesidad del creyente es ser cambiado
de manera real, el desierto o la guerra con nuestro mejor
enemigo va a forzarnos a entender que esta transformación

120
MI MEJOR ENEMIGO

nada tiene que ver con un cambio que surge de hacer el bien o
mejorar nuestro comportamiento. No solo es cambiar el ropaje
sino cambiar el corazón.

Tomemos un momento e imaginemos a una persona


malnutrida, enfermiza, pálida, con ojeras, pero ¡se pone
maquillaje para mejorar su apariencia! El maquillaje es un
cosmético que se aplica externamente. Lo que en realidad
necesita esa persona es un cambio genuino que provenga de un
proceso interno en su vida: cambios de hábitos alimenticios,
deportivos, rutinas, etc. Si esta persona se apega a estos
cambios en sus hábitos y comienza rutinas saludables,
inevitablemente, se producirá en ella una transformación muy
notable. El color de la persona mejorará y su cuerpo se
fortalecerá, finalmente, su apariencia llegará a estar saludable
no a causa de algo que haya intentado hacer externamente, sino
a causa de lo que ha cambiado internamente.

Si llevamos un corazón equivocado, pero intentamos imitar


a Cristo, es como si aplicáramos maquillaje externo, todo sería
superficial, nuestra condición interna no cambiaría para nada.
Muchos viven de esta manera; solo aparentando; y cuando
llega el momento donde se ve lo real de nuestra vida, caen e
inevitablemente se revela que su aparente cambio es solo una

121
FRANK MARANDI

mentira. Muchos vuelven a su antigua vida y se enfrentan al


abandono de su fe. Cuando nada ha cambiado, se hace
necesario una cubierta externa, tratamos de hacer el bien o
intentamos mejorar nuestra conducta; y, como resultado, lo
que las personas ven no es realmente a Cristo mismo quien se
refleja exteriormente en nosotros y se expresa en nuestras
vidas, sino a personas malnutridas espiritualmente, se
esfuerzan por imitar la vida de Cristo de la mejor manera
posible y son solo gente vacía y mentirosa.

Algunos detalles para recordar


La transformación genuina es diferente a vivir de
apariencias. Un cambio interno toma lugar en nuestro ser a
medida que tomamos a Cristo como nuestro alimento y bebida
espiritual; así, nuestra apariencia mejora gradualmente hasta
que, de manera natural, comenzamos a mostrar a Cristo en
nuestra vida diaria.

No podemos transformarnos a nosotros mismos, pero sí


podemos «ser transformados», es decir, podemos cooperar con
el Señor para que este proceso de metamorfosis se lleve a cabo
en nosotros. Además de ser necesario tomar a Cristo como
nuestro alimento y bebida, debemos sincerarnos con Dios y
reconocer que lo necesitamos realmente, que no solo

122
MI MEJOR ENEMIGO

queremos ser superficiales y que, si nos metió en esta lucha,


entonces su vida debe estar en mi ser de manera profunda y
real.

Nosotros solos no podemos transformarnos, como en el


proceso de la gelatina, necesitamos de un «detonante» que
cambie todo; Jesús que transformó el agua en vino puede hacer
que nuestra vida hecha polvo sea sólida en sus manos.
«Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi
alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra
reseca y agotada donde no hay agua.
Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu
gloria. Tu amor inagotable es mejor que la vida
misma, ¡cuánto te alabo!
Te alabaré mientras viva, a ti levantaré mis manos en oración.
Tú me satisfaces más que un suculento banquete; te alabaré
con cánticos de alegría.»
Salmos 63:1-2 (NTV)

123
FRANK MARANDI

A solas contigo
 ¿Has descubierto áreas en tu vida donde aún no has
sido transformado?
 ¿Hay gente que podría decir de ti que eres realmente
una nueva persona? Si - No ¿Por qué?
 ¿Qué cambios internos y externos estas dispuesto a
realizar para ser transformado de manera real?

Desafío
Busca dos personas que puedan decirte sin rodeos que áreas
de tu vida debes cambiar. Y dos más que te ayuden a reconocer
las características profundas y reales que Cristo ha puesto en tu
vida.

124
MI MEJOR ENEMIGO

MIS PLANES O LOS TUYOS

La batalla de la voluntad

os seres humanos por naturaleza somos

L inconformes, si tenemos algo que deseamos,


al instante, estamos pensando en cómo
cambiarlo por algo diferente. Por ejemplo, si alguien desea un
auto y lo consigue, de pronto, en medio del tráfico reniega por
no poder avanzar tan rápido como lo hacía a pie; si alguien
obtiene una casa grande, se encuentra con la realidad de que
hubiese sido mejor una más pequeña para que no costara
limpiarla tanto; definitivamente, para el ser humano, Dios
siempre nos queda debiendo algo.

125
FRANK MARANDI

Una de las luchas más fuertes frente a nuestro mejor


enemigo es la de la voluntad. Muchos hemos orado diciendo
que anhelamos conocerla y cuando pasa, nos cuesta asimilar
que aun, en momentos complicados, esa voluntad se cumple.
«Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la
naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios. Pero
ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa.
Son controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en
ustedes. (Y recuerden que los que no tienen al Espíritu de
Cristo en ellos, de ninguna manera pertenecen a él)»
Romanos 8:8-9 (NTV)

Pablo es claro al recalcar la necesidad de vivir bajo el


sistema de Dios, bajo su dominio y abandonar las costumbres
que nos identifican con la naturaleza del mundo. Cuando un
ser humano conoce a Jesucristo de manera personal, de
inmediato, se topa con un enemigo tenaz que le hace guerra en
su diario caminar. Dios nos dio la gracia de la salvación por el
poder de la cruz y de la resurrección, por ende, su deseo es que
vivamos constantemente en esa gracia y en ese poder que nos
llevará a un fin glorioso.

126
MI MEJOR ENEMIGO

Cuando mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de


servir en otras ciudades, nos encontramos con personas que
hacen una pregunta frecuentemente: «¿cree que esto sea la
voluntad de Dios?». Muchos otros, especialmente los jóvenes,
nos cuentan sus planes y su vida tan organizada a futuro y, de
una u otra forma, salta en medio de la conversación la
pregunta: «¿y le has preguntado a Dios si es su voluntad?». La
inquietud de estas dos preguntas es la misma: vivir al estilo de
Dios o caminar bajo mi naturaleza y mis pensamientos. Esta
batalla la enfrentamos todos los cristianos, tarde o temprano
debemos afrontar el problema de hacer la voluntad de Dios o
la nuestra. Hacer lo que deseamos o ceder ante Dios, Él no se
conformará con menos que rendirnos incondicionalmente a
sus planes.

Dios quiere que logremos caminar de acuerdo con sus


planes para nuestras vidas. El problema es que muchos
olvidamos cómo nos encontró Él y qué éramos en un
momento determinado. Algunos fuimos orgullosos y
pensábamos que éramos demasiados buenos para Él, mas, al
momento de responder si era tan bueno como para ser hijo o
si estábamos listos para enfrentar su justicia, tristemente,
debimos reconocer que no somos lo suficiente para llegar ni
siquiera a sus pies y le pedimos que nos aceptara así:

127
FRANK MARANDI

imperfectos, limitados, torpes, etc. Así por lo menos


alcanzaríamos el cielo.

«Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el


cielo es perfecto.»
Mateo 5:48 (NTV)

La exigencia de Dios no es solo tratar de alcanzar el


cielo, cumplir unos cuantos requisitos o tratar de ser fiel en
todo momento; su exigencia es perfección espiritual y es aquí
donde reside nuestra necesidad de Cristo, la de rendirnos y ser
sus hijos. Vamos avanzando en ese peregrinaje de amor y gracia
con Jesús; conforme avanzamos, nos encontramos con un
Dios proveedor de fortaleza, amor, guía y victoria, seguimos
confiados en el día a día y vemos cómo todo va sobre ruedas,
nada nos detiene, somos «más que vencedores en Cristo» y
hacemos declaraciones poderosas de victoria. Y un día, sin
pensarlo, nos encontramos con las palabras duras de quien nos
declara la guerra:
«Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que
abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y
seguirme.»
Marcos 8:34 (NTV)

128
MI MEJOR ENEMIGO

¿Pero qué pasa? ¿Se suponía que todo era por fe? ¿No
se presumía que, si yo creí, era suficiente? Por qué debo
negarme a mí mismo, ¿tomar una cruz y seguirle? Al parecer,
descubrimos que estamos enfrentados contra Dios y Él está
listo para hacernos guerra: será su voluntad o la nuestra. La
manera más clara de hacer esto es a través de su poderoso amor
y trabajar en medio del dolor de la prueba para que el oro sea
descubierto sin ninguna impureza.

Una obra en construcción


¿Qué llevó a Cristo a la cruz?
El amor fue el fundamento de nuestra salvación, eso
fue lo que le llevo a Cristo a la cruz y lo que le permitió
obedecer hasta la humillación. De la misma manera que Jesús
fue atraído a la voluntad de Dios por medio del amor, nosotros,
al momento de recibirlo en el corazón, nos llenamos de ese
amor y debemos ser llevados a conocerle más, a vivir
íntimamente con Él, a una auto entrega, como lo hizo por
nosotros en el calvario.

En Filipenses, dice que hubo una naturaleza de siervo,


esa es nuestra meta, como siervos nos rendiremos a su
voluntad aun en medio del dolor y la cruz. No retrocederemos
ante el sufrimiento, más bien nos regocijaremos en Jesús

129
FRANK MARANDI

sabiendo que, así como fue con Él, el final será glorioso para
nosotros.
«Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único
Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que
tenga vida eterna.»
Juan 3:16 (NTV)

«… se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y


murió en una cruz como morían los criminales...»
Filipenses 2:8 (NTV)

Dios sigue trabajando en nosotros y su obra es perfecta


al final del día, después de la noche dolorosa es que viene el sol
de la esperanza. Después de perder es que uno puede salir
ganador. Muchas veces en medio del dolor no podemos ver lo
que Dios está haciendo, vemos que nos quita, nos resta y nos
quiere destruir. Las matemáticas de Dios son un tanto
complicadas. Él nos resta para multiplicar:
•Abraham tuvo que llevar a su hijo al altar de sacrificio
para ver el cumplimento de su descendencia; estuvo dispuesto
a perder para ganar.
•José tuvo que perder para ser el segundo en Egipto.
•Moisés dejó su vida tranquila de Madián para ser el

130
MI MEJOR ENEMIGO

libertador de su pueblo.
•A Gedeón se le quitaron soldados para vencer.
•Cristo murió para que resucitemos con él.

Hay que reconocer algo, negarnos a nosotros mismo,


no se puede dar sin dolor. Dicho de otra forma; el amor mata.
Así como Jesús murió por amor a nosotros, ese mismo amor
por Él, nos destruye. Acaba con todo egoísmo en nuestra vida,
ese amor nos hace ceder ante sus planes y su poder, nos
obligará a sufrir el dolor de escuchar un «no» a nosotros
mismos y un «sí» a las demandas del Rey. En el ejemplo de
Jesucristo, podemos entender que la voluntad de Dios cuesta,
a Él le valió su vida y a nosotros nos costará la nuestra.

La Voluntad de Dios es buena


Para entender que la voluntad de Dios es buena, hace
falta recordar que Él es inescrutable, que hay tantas cosas que
desconocemos, nuestro entendimiento no puede abarcar su
basto poder y amor. No siempre lo bueno genera sensaciones
gratificantes y no siempre la voluntad de Dios nos hace sentir
bien. Sin embargo, Él es bueno y sus acciones son buenas. El
mejor ejemplo de esto es Jesús quien, unas horas antes de ser
entregado a los sacerdotes para ser crucificado, le oró al Padre
pidiéndole que si era posible pasara «esa copa de él», no

131
FRANK MARANDI

obstante, terminó diciendo «Pero no se haga mi voluntad, sino


la tuya».

Del mismo modo, la voluntad de Dios significó para


Pablo estar encarcelado, ser azotado, naufragar, ser mordido
por una serpiente y ser rechazado por su propio pueblo.

Para Juan, significó ser exiliado a una isla horrenda,


lejos de sus seres queridos. Y, para Pedro, significó morir
crucificado de cabeza (según cuenta la tradición).

Cuando cosas buenas suceden, como una promoción


en el trabajo o cuando alguien te regala algo que querías o,
simplemente, las cosas están yendo bien, en la vida solemos
decir «¡qué bueno es Dios!». Y es cierto, la Biblia dice que: «toda
buena dádiva y todo don perfecto viene de Él», pero quiero
que te preguntes algo, ¿qué sucedería si esa promoción que
tanto deseas y por la que tanto has trabajado se la gana alguien
más que no ha invertido ni la mitad de sus esfuerzos como tú?
O ¿qué sucedería si mañana tu esposa, esposo, hijo o alguien a
quien estimas mucho no despierta más? ¿Qué sucedería si
alguien llega a quitarte todas tus pertenencias solo por el hecho
de que eres cristiano?, entonces ¿Dios es bueno o no?
«Y sabemos que Dios hace que todas las cosas

132
MI MEJOR ENEMIGO

cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según


el propósito que él tiene para ellos.»
Romanos 8:28 (NTV)

Este versículo nos da la plena seguridad de que, pase lo


que pase en nuestras vidas, Dios está al control y hace que
todas las cosas cooperen para nuestro bien. Ahora, quiero
resaltar dos cosas importantes. Lo primero, Dios todo lo hace
para nuestro bien, aunque muchas veces nos duela. Lo
segundo, todo lo que Dios hace es «según el propósito que Él
tiene para con nosotros», es decir, que Él no piensa en el ahora,
piensa en grande, ve el final glorioso que te espera a ti y a mí.
Por eso, en todo lo que hagamos lo debemos glorificar y
debemos ser como Cristo.

Unos detalles para recordar


Ser como Cristo es glorificar a Dios; y glorificar a Dios
es ser como Cristo, no importa el orden. Todo lo que hagamos
en nuestras vidas debe tener como fin último exaltar la
supremacía del Señor Jesucristo

Entonces, ¿qué hacemos con el sufrimiento por el que


estamos pasando? Para darte una respuesta corta, simplemente
sabes que a pesar de las circunstancias actuales un día ya no

133
FRANK MARANDI

habrá más dolor, ni tristeza, ni llanto, ni pobreza, ni guerras, ni


muerte. Pon tu mirada en el futuro que ha de venir, al fin y al
cabo, allá es donde realmente pertenecemos. Esto es temporal.

Rendirnos a la voluntad de Dios probablemente sea la


batalla más dura que debamos enfrentar, pero si nos rendimos
y caemos frente a nuestro enemigo, de seguro que todo va a
cambiar. Si ponemos nuestra confianza en Él, sabemos que
todo obra para bien, de tal forma no debemos estar tristes por
la prueba. Dios triunfo sobre la muerte, nada pudo detenerlo y
ahora Él está a tu lado, parece que es tu enemigo, pero
realmente es quien gano todo para entregártelo, Él es tu Gloria
completa.
«Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo
que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo
recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio
de su maravillosa gloria y excelencia…»

2 Pedro 1:3 (NTV)

134
MI MEJOR ENEMIGO

A solas contigo
 ¿Es difícil rendir tu vida a la Voluntad de Dios? Si –
No ¿Por qué?
 ¿Puedes recordar alguna ocasión en la cual te dejaste
guiar por tus planes y todo termino en desastre? ¿Qué
aprendiste?
 Si tuvierais la oportunidad de cambiar algo en lo que
no rendiste tu vida a Dios, ¿Que sería?

Desafío
Tomate un tiempo importante para pedir perdón a
Dios, invítalo a dirigir tu vida una vez más y entrégate sin
condiciones. Usa una canción que exprese tu sentir y cantarla
en medio de tu clamor.

135
9

EXAMEN APROBADO

La batalla de las pruebas

n cierto momento, enfrentamos un

E accidente con nuestro vehículo. Fue un


tiempo muy duro; mi esposa, mi hija y yo
estábamos en el coche. Nuestro hijo mayor, después de su
secundaria, se enteró de lo sucedido y todos como familia
entramos en guerra con nuestro mejor enemigo.

Las preguntas de rigor vinieron ¿por qué a mí?, ¿por


qué mi hija, mi esposa?, ¿por qué lo permitió?, ¿dónde estaba
Dios? Y cosas semejantes, pero algo que me dejó marcado fue
una respuesta que vino a mi corazón a una pregunta de mi hijo,
en medio del dolor me dijo: «¿Papi y ahora cómo vamos a salir
de esta situación?». Y, de manera casi automática, le dije: «No

136
MI MEJOR ENEMIGO

te preocupes, saldremos de esto, no siendo las mismas


personas, seremos mucho más fuertes, ¡seremos increíbles!»

La vida en la tierra incluye dificultades, pruebas y


tribulaciones; algunas de estas situaciones pueden ser atroces.
Tanto en la enfermedad, la traición, la tentación, la pérdida de
un ser querido, etc., o como en otras adversidades, la aflicción
es parte de nuestra experiencia en este mundo. Muchos quizá
están con la urgencia de saber ¿por qué debemos enfrentar
desafíos tan difíciles?

Después de haber pasado por las diferentes batallas a


través de estas páginas, debemos sintetizar las razones
fundamentales por las cuales somos llevados a tiempos de
prueba.
«Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría
inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un
tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es
auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el
fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es
mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al
permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha
alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado

137
FRANK MARANDI

a todo el mundo.»
1 Pedro 1:6-7 (NTV)

Los momentos difíciles son el lugar perfecto para


probar nuestra fe, para ver si haremos todo lo que el Señor ha
mandado. Son de vital importancia en el proceso de llegar a ser
participantes de la naturaleza divina, cada situación que nos
lleva a enfrentar una guerra contra nuestro mejor enemigo nos
llevará un poco más hacia la meta de ser quien Él desea.
¿Recuerdas el versículo de ir de «gloria en gloria» (2 Corintios
3:18)? pues no es ir solo en victorias, debemos entender que
las dificultades son parte de ese camino hacia el propósito
global de nuestra vida.

Si afrontamos estas aflicciones debidamente, serán


consagradas para nuestro provecho, nada podrá vencernos,
sino que cada capítulo de nuestra vida será la crónica de la vida
de un vencedor. Ningún dolor que suframos, cualquier prueba
que experimentemos nunca será en vano. Todo lo que
soportamos, especialmente cuando lo hacemos con paciencia,
edifica nuestro carácter, purifica nuestros corazones, expande
nuestras almas, nos hace más sensibles y autentifica nuestra fe.

138
MI MEJOR ENEMIGO

Es mediante las penas y el sufrimiento, las dificultades


y las tribulaciones que ganamos la experiencia para saber
claramente quiénes somos sin dudas y con toda certeza.

Es crecimiento personal; por esto se centran en


aspectos de nuestra vida y en las partes del alma que más nos
cuesta enfrentar. No debería sorprendernos que las dificultades
sean muy personales, casi específicamente dirigidas a nuestras
necesidades o debilidades particulares. Y nadie está exento, en
especial, quienes están tratando de hacer lo correcto.
«Te he refinado, pero no como se refina la plata;
más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.»
Isaías 48:10 (NTV)

El horno de la aflicción
El horno de la aflicción ayuda a purificar aun a los
mejores hombres, quemando las impurezas de su vida para que
quede el oro puro, lo mejor y realmente útil. Así como sucede
con el mejor mineral que necesita ser refinado para sacarle las
impurezas, ser bueno no es suficiente; pues es más fácil enseñar
lo correcto que hacer lo correcto. Muchos son buenos para dar
consejos, escribir en las redes sociales o hacer videos, pero eso
no es todo, deseamos llegar a ser como el Salvador. Ese debe
ser nuestro patrón de vida, una constante búsqueda de mostrar

139
FRANK MARANDI

a Cristo en nosotros, imitando su ejemplo.

Las escrituras y la experiencia de la vida muestran que


muchas veces las pruebas más oscuras y peligrosas preceden a
acontecimientos extraordinarios:
•Noé después de vivir el diluvio pudo ver tierra firme.
•La mujer con el flujo de sangre tras años de
enfermedad fue sanada por Jesús.
•Lázaro después de tres días en la tumba revivió
cuando Jesús lo llamó.
•Nabucodonosor reconoció la soberanía de Dios
cuando Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron ilesos del horno
de fuego.
«He aquí nuestro Dios a quien servimos puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey,
nos librará.»
Daniel 3:17 (RV60)

Con frecuencia, los que están llegando a la iglesia,


quienes desean bautizarse, los que tienen el deseo de servir, de
llevar su familia y su propia vida a un ámbito mejor enfrentan
oposición y dificultades. Las madres saben que la dificultad del
parto precede el milagro del nacimiento. Una y otra vez vemos

140
MI MEJOR ENEMIGO

bendiciones maravillosas después de grandes pruebas. En


medio de los problemas, es casi imposible ver las bendiciones
que vendrán y sobrepasan ampliamente el dolor, la humillación
o la angustia que estamos experimentando en ese momento.

Ninguna disciplina a la cual nos enfrentemos en el


presente nos provocará gozo, sino será causa de tristeza; pero,
después, de seguro que nos dará fruto apacible de rectitud a los
que en ella hemos sido ejercitados (Hebreos 12:11).
«Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no
durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria
que durará para siempre y que es de mucho más peso que las
dificultades!»
2Corintios 4:17 (NTV)

En esta enseñanza, el apóstol Pablo usa el término


«dificultades actuales son pequeñas», en otra versión dice: leve
tribulación»; pero un momento, ¿quién escribe esto?, pues
viene de una persona que había sido golpeada, apedreada,
padeció naufragio, fue encarcelado, alguien que había sufrido
muchas pruebas. Para él, todo sufrimiento no era nada
comparado con la Gloria que viene del Rey. No creo que
alguno de nosotros califiquemos nuestras tribulaciones como

141
FRANK MARANDI

leves; sin embargo, comparadas con las bendiciones y el


crecimiento que recibimos al final, tanto en esta vida como en
la eternidad, nuestras aflicciones son realmente pequeñas.
Entendemos que nosotros no buscamos pruebas ni
tribulaciones, nuestra jornada personal nos proporcionará la
cantidad exacta para nuestras necesidades, muchas pruebas son
parte natural de la existencia mortal; todas son permitidas por
Dios y todas, absolutamente, juegan un papel muy importante
en nuestro progreso.

Entendiendo esto de manera un poco gráfica,


podemos dirigirnos a los últimos días de Jesús en esta tierra.
En ese tiempo, Él experimentó la prueba más difícil de todos
los tiempos: el increíble sufrimiento en Getsemaní y en
Gólgota, no hay nada que se compare con esto. Gracias a Dios
que tenemos la Escritura y sabemos que este episodio de dolor
intenso precedió a la gloriosa resurrección y a la promesa de
que toda nuestra angustia algún día desaparecerá. Su
sufrimiento era un requisito previo para la tumba vacía de esa
mañana de Pascua y para nuestra inmortalidad y vida eterna
futuras.

142
MI MEJOR ENEMIGO

Los tres “para” de nuestra fe


La idea de ser probados, de ver a las circunstancias
difíciles como ganancia y no pérdida y el hecho de imitar al
tartamudo de Moisés, al iracundo de Jonás, y al inconforme de
Jeremías debe tener un propósito. Cada batalla que
enfrentamos nos llevara a parecernos más a Cristo, a tener una
fe fortalecida y a ser partícipes de una gloriosa victoria, pero
además de esto, la gran guerra que nos hace nuestro mejor
enemigo tiene tres “para”, tres usos de esta experimentación
personal del pasar por el fuego.

Para establecerla
«Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar
cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para
alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone
a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para
desarrollarse.
Así que dejen que crezca, pues una vez que su
constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y
completos, y no les faltará nada.»
Santiago 1:2-4 (NTV)

143
FRANK MARANDI

Las palabras del apóstol, desde una perspectiva


humana, pueden parecernos algo absurdas; nuestra mente no
concibe el que podamos estar alegres en tiempos de dificultad.
Pero la palabra de Dios no la podemos ver desde lo humano
solamente, sino desde lo sobrenatural; desde allí, podemos ver
todos los beneficios que ella nos muestra y, entonces,
realmente la viviremos. El mensaje en este momento no era
estar felices por el sufrimiento, sino que en medio de este existe
una oportunidad de desarrollar los frutos del Espíritu.
Buscamos aquí y allá la manera de entender por qué pasamos
por ciertas situaciones, preocupándonos más por encontrar
razones que generen culpa que por el verdadero sentido de
pasar por ellas.

La fe es establecida cuando el tiempo de una prueba se


convierte en oportunidad.
No debemos dejar que el tiempo de una prueba se
convierta en parálisis, ni en temor a avanzar; por el contrario,
es una oportunidad de acercarnos más a Dios para recibir de
Él la sabiduría y la dirección necesaria que nos llevará a una
victoria.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su

144
MI MEJOR ENEMIGO

propósito son llamados.»


Romanos 8:28 (RV60)

La fe es establecida solo cuando es probada.


No existe otra forma más precisa para desarrollar
nuestra fe y establecerla que en las situaciones donde solo
vivimos por fe. La fe es probada por: el tiempo, en la medida
en que esperamos algo que aún no vemos y, por nuestras
reacciones, en la manera cómo respondemos ante situaciones
difíciles. No podríamos probar nuestra fe cuando estamos
sanos, sino cuando esperamos sanidad; no podemos probar
nuestra fe cuando tenemos todo, sino cuando hay necesidad.
Todas estas situaciones requieren fe y que esta se establezca
claramente en nuestras vidas.
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve.»
Hebreos 11:1 (RV60)

La fe es establecida al comprender el sufrimiento.


Cuando el tiempo de la prueba se convierte en
oportunidad y, en medio de ella, nuestra fe es probada, la
constancia se va desarrollando. Entonces, nuestra vida
encuentra sentido en lo aprendido y nos volvemos

145
FRANK MARANDI

enteramente dependientes de Dios. Este es el gozo del cual


habla Pablo; que, a medida que hemos aprendido, podemos ver
el beneficio de un crecimiento espiritual obtenido a través de
la fe y la constancia; por ende, tendremos al final de la prueba
no solo las bendiciones que esperábamos, sino un nivel mayor
de fe y una constancia enteramente fortalecida.

Ninguna persona desea experimentar dolor ni


situaciones difíciles, pero esto hace parte de las aflicciones del
mundo (Juan 6:33) y Dios desea que, ante ellas, respondamos
de tal manera que obtengamos bendiciones espirituales que nos
hagan crecer. Solo puede establecerse aquella fe que fue
probada, que como resultado de superarla ganó en confianza y
en perseverancia por el Señor (Mateo 25:23).

Para purificarla
«Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica.
Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba
y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más
preciosa que el mismo oro.»
1Pedro 1:6-7 (NTV)

146
MI MEJOR ENEMIGO

Cuando Dios permite que el cristiano pase por pruebas


y dificultades, usa esos procesos para ver si, en medio de los
problemas, conserva su obediencia, fidelidad a Dios y si aún
puede someter su vida ante Él. Estas cualidades son
imprescindibles en hijos verdaderos. Un cristiano puede
decirse temeroso de Dios, cantar alabanzas cuando las cosas
van bien; pero, cuando pasa por dificultades o cuando Dios
aparentemente lo abandona, ¿se mantendrá igual de obediente
y fiel a Dios?

¿Recuerdan a Jonás? Era un hombre que se decía ser


temeroso de Dios, pero cuando el Señor lo mandó a Nínive,
Jonás intentó huir a un lugar lejano, así que pasó por pruebas
y dificultades que luego le permitieron arrepentirse y
recapacitar para volver a obedecer a Dios. Fue justo en la
prueba dentro del gran pez que Jonás se arrepintió.

Cuando Sadrac, Mesac y Abed-Nego estaban en una


situación difícil en la que el rey Nabucodonosor decretó una
ley con la cual toda persona tenía que adorar a su dios y su
imagen o de lo contrario morirían. Ellos se enfrentaron a la
posibilidad de ser fieles a Dios y obedecerlo a pesar de la pena
de muerte. Sin embargo, estos hombres probados así, fueron
fieles a Dios y lo obedecieron, optaron no por seguir su propia

147
FRANK MARANDI

voluntad, sino la de Dios. Así, fueron lanzados al fuego y la


divina protección de Dios intervino ahí para salvarles la vida.

Las pruebas y dificultades por las cuales pasa el


cristiano son tanto materiales como espirituales. Recordemos
a Pedro, Jesús le avisó, de antemano, que Satanás lo había
pedido para zarandearlo; y Jesús oraba para que no le fallara la
fe a este discípulo. A pesar de que Pedro no había superado esa
prueba en particular, después de negar a Jesús, se arrepintió y
su carácter y fortaleza espiritual posteriormente eran
notablemente más depuradas. El fuego quema toda impureza,
destilando solo el oro más puro y valioso; así, el Señor nos
refina en sus pruebas para obtener la fe más sólida.

Para compartirla
«Pido a Dios que pongas en práctica la generosidad
que proviene de tu fe a medida que comprendes y vives todo lo
bueno que tenemos en Cristo.»
Filemón 1:6 (NTV)

Pablo, después de explicar la razón por la cual da


gracias a Dios por la fe y el amor de Filemón, pasa a describir
el contenido de su oración, la petición de Pablo gira en torno

148
MI MEJOR ENEMIGO

a que Filemón por medio de su relación con la Palabra, le lleve


a hacer acciones contundentes que reflejen un profundo
conocimiento de la voluntad de Dios. Esto traducido
específicamente en actos de generosidad enmarcados en un
reflejo del carácter de Cristo.

La gente puede sentir que no es fácil compartir nuestra


fe con el perdido, mas, los que hemos sido establecidos y
purificados vemos como un llamado directo el compartir esta
esperanza que llevamos en nosotros. Cuando alguien transita
por un camino peligroso, sabe que debe dar aviso a quienes
van por primera vez en ese mismo camino. Así, Pablo,
conociendo que en Cristo residía todo su bien, estaba en
continua prédica de ese testimonio, para cultivar en otros la
semilla de la fe en el Señor.

Unos detalles para recordar


El ser humano comúnmente quiere crecer sin desafíos
y adquirir fortaleza sin esfuerzo. El crecimiento no viene al
tomar el camino más fácil, siempre hay que sacrificarse para
ver resultados. El camino del crecimiento y de la victoria lleva
como parte del paisaje los momentos difíciles; estos son como
preludios, introducciones, nuevos inicios, por ningún motivo
les des el status de ser finales o conclusiones.

149
FRANK MARANDI

Un atleta que se resiste al entrenamiento riguroso


nunca llegará a gozar de prestigio mundial, no despreciemos
las cosas que nos ayudarán a ser participantes de la naturaleza
divina. Ninguna de las pruebas y tribulaciones que afrontamos
van más allá de nuestros límites, porque tenemos acceso a la
ayuda del Señor. Nuestro entrenamiento es constante, preciso
y enfocado a la victoria.

Dios no quiere que coloquemos un signo de


interrogación en nuestra fe, sino un punto. Un punto que
signifique que tenemos por Él una fe consolidada, perseverante
y continua, porque al final su obra es para nuestro bien.

«¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de


Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o
aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos
en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? (Como
dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos
tratan como a ovejas en el matadero»). Claro que no, a pesar
de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de
Cristo, quien nos amó.»
Romanos 8:35-37 (NTV)

150
MI MEJOR ENEMIGO

A solas contigo
 ¿Cuál ha sido el último desafío por el cual Dios te ha
llevado a consolidar tu fe? ¿Obtuviste resultados? Si –
No ¿Por qué?
 ¿Cómo Dios ha consolidado tu fe desde el día que lo
consiste por primera vez?
 Aplica los tres “PARA” de nuestra fe en tu vida.

Desafío
Escribe un breve resumen de este capítulo, guárdalo en
tu Biblia y pídele a Dios que ponga en tu camino una persona
a la cual puedas bendecir. Cuando llegue el momento entrégale
este resumen, ora por ella declarando victoria.

151
10

CERCA DE LAS
TRINCHERAS, LEJOS DE
LOS REFUGIOS

Parte 1
La batalla de la perseverancia

n muchacho vivía solo con su padre.

U Ambos tenían una relación muy buena. El


joven pertenecía al equipo de fútbol de su
colegio, usualmente no tenía la oportunidad de jugar, bueno,
casi nunca, sin embargo, su padre lo acompañaba. Cuando
comenzó la secundaria, el muchacho era el más bajo de la clase
por lo que insistía en participar en el equipo de fútbol del
colegio. Su padre siempre le daba orientación y le explicaba
claramente que «él no tenía que jugar fútbol si no lo deseaba
en realidad». Pero amaba el fútbol. No faltaba a una práctica ni

152
MI MEJOR ENEMIGO

a un juego, estaba decidido a dar lo mejor de sí y se sentía


felizmente comprometido. Durante su vida en el colegio, lo
recordaron como el «novato del banco» debido a que siempre
permanecía sentado mientras que su padre siempre estaba en
las gradas, dándole compañía, palabras de aliento y el mejor
apoyo que un hijo podría esperar.

Al llegar a la Universidad, quiso entrar al equipo de fútbol.


Como era de esperarse todos estaban seguros de que no lo
lograría, pero, para su sorpresa, había entrado al equipo. El
entrenador le dio la noticia, admitiendo que lo había aceptado
porque él entregaba su corazón y su alma en cada una de las
prácticas y, al mismo tiempo, les daba a los demás miembros
del equipo el entusiasmo perfecto. La noticia llenó su corazón,
corrió al teléfono más cercano y llamó a su padre y le
compartió su emoción. Le enviaba en todas las temporadas
todas las entradas para que asistiera a los juegos de la
universidad. Era muy persistente, nunca faltó a una práctica ni
a un juego durante los cuatro años de la universidad y, aun así,
¡nunca jugó en ningún juego!

Era el final de la temporada, justo unos minutos antes de


comenzar el primer juego de las eliminatorias, sonó su celular,
era un mensaje, luego de leerlo se quedó en silencio. Tragó muy

153
FRANK MARANDI

fuerte y temblando le dijo al entrenador:


—Mi padre murió esta mañana, ¿no hay problema en que
falte al juego hoy? —
El entrenador le abrazó y le dijo —Toma el resto de la
semana libre hijo y no se te ocurra venir el sábado—.

Llegó el sábado y el juego no iba bien. En el segundo


tiempo, el equipo tenía dos goles de desventaja. Él entró al
vestuario, calladamente se colocó el uniforme y fue hacia el
entrenador y su equipo, quienes estaban impresionados de ver
a su compañero de regreso. —Entrenador por favor,
permítame jugar... Yo tengo que jugar hoy», imploró—. El
entrenador pretendió no escucharle, de ninguna manera él
podía permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las
eliminatorias. Pero el joven insistió tanto que, finalmente, el
entrenador sintiendo lástima y aceptó: —Esta bien hijo, puedes
entrar, el campo es todo tuyo—.

Minutos después, el entrenador, el equipo y el público no


podían creer lo que estaban viendo. El pequeño desconocido
que nunca había participado en un juego estaba haciendo todo
perfectamente, nadie podía detenerlo, en el campo corría
fácilmente como toda una estrella. Su equipo comenzó a
mejorar, hasta que empató el juego. En los segundos de cierre,

154
MI MEJOR ENEMIGO

el muchacho interceptó un pase y corrió hasta el arco rival


anotando el gol de la victoria. La gente que estaba en las gradas
gritaba emocionada, y su equipo lo llevó en sus hombros por
todo el campo.

Finalmente, cuando todo terminó, el entrenador notó que


el joven estaba sentado en silencio, solo en una esquina, se
acercó y le dijo: —Muchacho, no puedo creerlo, estuviste
¡fantástico! Dime: ¿cómo lo lograste? —. El joven miró al
entrenador y le dijo: —Usted sabe que mi padre murió... Pero
¿sabía que mi padre era ciego? —. El joven hizo una pausa y
trató de sonreír... —Mi padre asistió a todos mis juegos, pero
hoy era la primera vez que él podía verme jugar y yo quise
mostrarle que sí podía hacerlo—.

Una vida cristiana victoriosa (infinidad de personas la


anhelan) debe estar compuesta por varios ingredientes y, quizá,
uno de las más esenciales es la constancia, pues lo único que
crece sin esto es la mala yerba en las calles. Cuando asumimos
un compromiso con algo o alguien, no podemos retractarnos.

El deportista de la historia suma estas dos características. Su


padre no veía, pero estaba siempre en la práctica, su hijo se
esforzaba; el padre, probablemente, no podía decirle que vio

155
FRANK MARANDI

una gran jugada, pero, a pesar de eso, el joven se esforzó. Y su


determinación hasta la universidad lo llevó por cuatro años de
duro entrenamiento lejos del padre, con el mismo
compromiso. No tenía opciones, estaba en el equipo y debía
esforzarse como si todo dependiera de él a pesar de no haber
entrado a la cancha ni siquiera un segundo.

La sumatoria de esto y algunos otros detalles. Estas


decisiones fortalecen el corazón de cualquier ser humano.
Cuando Jesucristo nos anima a seguirle, debemos mostrar la
constancia y perseverancia necesaria para vivir cerca de las
trincheras, no en ellas y lejos de los refugios. La batalla es
nuestra y debemos ser parte de ella porque es inevitable.

El corazón del ser humano fue diseñado para avanzar


siempre a nuevos niveles, vivir estáticos es firmar una sentencia
de muerte. Firmes y estáticos no es lo mismo porque al vivir
con firmeza avanzamos, pero al vivir estáticos morimos. Ser
firmes en medio de las circunstancias adversas, la separación
de la mundanalidad, la sujeción y dependencia de Dios, la
consagración y la perseverancia nos llevan a la victoria.

156
MI MEJOR ENEMIGO

Firmeza y persistencia
«Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen
soldado de Cristo Jesús.»
2 Timoteo 2:3 (NTV)

Otra de las cosas que me llaman la atención de la historia


del «novato del banco» es su actitud frente al juego final.
Muchos podrían quedarse en casa llorando por la situación y
tener la excusa perfecta para enojarse con el mundo. Sin
embargo, el deseo de vivir como gente victoriosa nos debe
recordar lo importante que es asumir la firmeza y la persistencia
en medio de la adversidad. Estamos seguros de que surgirán
dificultades, pero no podemos permitir que los períodos
difíciles nos lleven al estancamiento o a la desgracia espiritual.

En su carta a Timoteo, Pablo lo llamó a asumir ese


fundamento. Resulta alentador darnos cuenta de que en toda
la historia de la humanidad ha habido hombres y mujeres que
descubrieron y aplicaron a su vida estos dos principios de
victoria. Los interiorizaron, los vivenciaron y nada los movió
de su norte de la dirección en la que estaba orientando su
caminar diario. Son como esos soldados que tienen una misión
y que vivos o muertos la deben cumplir.

157
FRANK MARANDI

La frase «sufre penalidades» en el texto griego es la misma


que aparece en el capítulo 1:8 (participa de las aflicciones).
Claramente, se le exhorta a Timoteo a que sufra penalidades
juntamente con Pablo, imitándole a él (1:12; 2:9,10; 3:11; 4:7).
Alistarse como soldado implica estar dispuesto a sufrir, pues
así es la naturaleza del servicio militar, es un desafío y se debe
hacer lo que viene en el paquete. Nadie puede ser soldado y
quedarse sin luchar.

La vida piadosa, el guardar el testimonio y la predicación fiel


del evangelio trae dificultades y esto se debe a la naturaleza del
conflicto entre Cristo y Satanás.
«Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan
paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas;
pero anímense, porque yo he vencido al mundo.»
Juan 16:33 (NTV)

«…a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es


absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.»
Romanos 8:37 (NTV)

158
MI MEJOR ENEMIGO

La Palabra de Dios nos deja clara una verdad para el soldado


de Cristo que está en medio de la guerra: la victoria está
asegurada.

Un ejemplo que viene a mi mente es aquella situación que


vivimos cuando iniciábamos el ministerio: nos encontrábamos
con mi esposa a cargo de una actividad fuerte para la iglesia,
habían pasado algunas horas y los predicadores fueron usados
de manera gloriosa; junto a mi esposa, trabajamos duro porque
esta actividad fuera lo mejor posible para gloria de Dios y
cubriera las expectativas de confianza de nuestros pastores.

Casi al terminar, me sentía muy bien al ver como todo había


salido como esperábamos, habíamos vencido… En medio de
la algarabía de quienes nos congregábamos en ese lugar, un
hombre se acercó y me dijo palabras que por poco cambian
todo el plan de viaje de mi vida: «querido joven, tengo una
palabra de Dios para tu vida». Obviamente, estaba iniciando el
ministerio y necesitaba todas las indicaciones posibles para
saber cómo avanzar. «Te estás equivocado con lo que deseas
hacer, no debes seguir en el seminario, no lleves a tu familia en
ese camino de pastor, pues vas a sufrir, ya que Dios no te ha
llamado, así que desiste y cambia tus planes».

159
FRANK MARANDI

Solo al recordarlo, viene a mi mente el dolor que recorrió


todo mi cuerpo, este hombre era alguien a quien consideraba
mucho por su trabajo en el ministerio. Era un adulto y un
veterano en la iglesia, sus palabras en ese momento pesaban
muchísimo.

Recuerdo terminar con el trabajo que se me encargó y


regresar a casa, mi esposa y nuestro bebé se recostaron y
durmieron por un buen tiempo, estaban agotadas, por mi parte
no podía estar tranquilo y me desaté en llanto frente a Dios, le
reclamé por qué no me dijo que no deseaba nada de mí para su
ministerio. Me cuestionaba por renunciar a muchos sueños
propios, por tomar el desafío de servir en el ministerio de
pastor, por las necesidades que estábamos enfrentando por mi
culpa, pues Dios no quería nada conmigo. Creo que me quedé
dormido de tanto llorar y reclamar.

Para completar el cuadro, nos quedamos sin trabajo, un


negocio que iniciamos fue robado y la salud de mi hijo se
complicó. Dios nos metió en un tiempo doloroso. Debía tomar
una decisión urgente, me retiraba de la batalla y me dedicaba a
lo que podría hacer, dejando a Dios y el ministerio, pues
pensaba que no me había llamado. Sin embargo, cuando estaba
a punto de dejarlo todo, mientras caminaba por los pasillos de

160
MI MEJOR ENEMIGO

la iglesia recordé de dónde Dios me había sacado, las cosas que


había hecho que le ofendieron tanto y cómo su amor y gracia
me dieron una nueva oportunidad. Dios no me debía nada, más
bien me había dado todo.

Pregunté si me había llamado, si quería usarme y si no era


así, pues sería un creyente fiel y no había problema; la respuesta
de Dios fue solo: «te hice fuerte, valiente e inteligente… Bástate
en mi gracia y mi poder se perfeccionará en ti».

Nunca hubo una palabra de confirmación para saber que


tenía un ministerio para mi vida, ni siquiera si las palabras de
ese hombre eran verdad o no, solo me dijo: «trabaja hombre
esforzado y valiente». ¡No necesitaba más! La orden era clara,
debía salir del refugio, alejarme de las trincheras y meterme en
la batalla que Dios había designado para mi vida y mi familia.

Recuerdo tantos años de duras batallas, de momentos de


dolor que no tuvieron explicación y, hasta hoy, el camino
muchas veces se vuelve complicado. Pero hay algo que he visto
muchas veces y de varias formas:
«Pues el Señor es bueno. Su amor inagotable
permanece para siempre, y su fidelidad continúa de generación

161
FRANK MARANDI

en generación.»
Salmos 100:5 (NTV)

Nada ni nadie puede ganarle a Dios. El fruto de tu


perseverancia será el reconocimiento de tu fidelidad, no hagas
berrinches, no te enojes, ni pienses que todo está perdido,
jamás escuches voces que no vengan de Dios, vive creyendo
que Él va a solucionar todo y que debes esforzarte. De una
forma u otra, el Rey tiene el poder para hacer el bien y debes
estar seguro de que los momentos más difíciles de la vida son
el taller para que se forjen las mejores herramientas para tu
desarrollo y crecimiento.
«Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos
regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos
regalos a quienes le pidan.»
Mateo 7:11 (NTV)

Avanzar hacia la meta


Cuando recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador, nos
fijamos una meta: el cambio y crecimiento permanentes.
Nuestra forma de pensar y actuar experimenta transformación,
no obstante, lograrlo demanda que tengamos claro a dónde
queremos llegar y demos pasos en esa dirección, sin movernos

162
MI MEJOR ENEMIGO

a derecha o izquierda. Pablo lo explicó con un ejemplo:


«Asimismo, ningún atleta puede obtener el premio a
menos que siga las reglas.»
2Timoteo 2:5 (NTV)

Ser cristianos es iniciarnos en un camino dinámico,


debemos avanzar, nunca detenernos. Probablemente, en algún
momento, caeremos; se presentarán situaciones duras,
tendremos más preguntas que respuestas, pero el propósito
que debe asistirnos es levantarnos y seguir adelante. Nadie
puede someterse al estatus del dolor y la desesperanza. Fuimos
creados a la imagen de Dios, y esta imagen es de un Rey
Victorioso, quien, en medio de la cruz, entregó su vida en
manos del Poderoso para guardarla y, finalmente, se levantó
con una victoria absoluta e innegable. Nunca debemos olvidar
que la tumba solo es el preludio de una resurrección, Dios no
puede ser detenido. Él es poderoso y, a pesar de que estemos
a punto de morir, si regresamos a Él, nos salvará.
«Dios bendice a los que soportan con paciencia las
pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas,
recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes
lo aman.»
Santiago 1:12 (NTV)

163
FRANK MARANDI

Una de las cosas que comúnmente enfrenta alguien que está


batallando es el agotamiento y la falta de esperanza. Si ve a su
alrededor, en medio de los escombros, parecerá que todo ha
terminado y solo le queda retirarse derrotado. Si te ha sucedido,
es un gran error. Nadie que haya confiado en Dios puede
terminar vencido, los gigantes, los pozos, el faraón o cualquier
enemigo no tienen la capacidad de detenerte y las trincheras no
serán un lugar para vivir, sino para salir y crecer.

No te des por vencido, pelea un combate más, avanza,


persevera, pues la batalla de la vida no se gana en un solo día.
Sin detenerte camina hacia la meta que tienes en mente, si
debes arrastrarte, pues hazlo, pero que nada te detenga.

Esfuerzo
«Y el agricultor que se esfuerza en su trabajo debería
ser el primero en gozar del fruto de su labor.»
2Timoteo 2:6 (NTV)

Cuando leo en la Biblia que Dios envió maná del cielo,


pienso que algunos creen que este milagro se aplica a la vida.
Debemos recordar que nada llega por azar ni tampoco cae del

164
MI MEJOR ENEMIGO

cielo así porque sí. Muchas veces pretendemos lo mejor de la


vida cristiana, las bendiciones y la abundancia, sin estar
comprometidos con Dios ni esforzarnos, es allí dónde está el
error. En las palabras de Pablo, instruyendo a Timoteo acerca
del esfuerzo, vemos que quien lo hace es coronado por Dios.
Él no nos deja solos y, cuando sentimos decaer, nos concede
nuevas fuerzas para seguir adelante.

¿Recuerdas cuando Dios llamó a Josué a conquistar la tierra


prometida? Le dijo: «Esfuérzate y sé valiente», dos palabras que
nos deben acompañar siempre: esfuerzo y valentía. En
particular, la palabra «esfuerzo» nos permitirá dar pasos sólidos
para llegar al final de la meta.

Si Dios nos llamó a una vida cristiana victoriosa, Él nos


acompaña siempre. No podemos pretender alcanzar todo en
un abrir y cerrar de ojos, sino un día a la vez. El Señor conoce
nuestras circunstancias, nos fortalece, libra de tentaciones y
guía por el camino apropiado. Basta que dependamos de Él y
reconozcamos que no estamos solos.
«Piensa en lo que te digo. El Señor te ayudará a
entender todas estas cosas.»
2 Timoteo 2:7 (NTV)

165
FRANK MARANDI

Nuestro amado Dios es como una brújula. Nos orienta a


puerto seguro si confiamos en Él y pedimos su guía en cada
circunstancia de la vida y avanzamos sin parar. ¡Qué no te
quepa la menor duda que alcanzaremos la victoria! El fruto de
la perseverancia te llevará al cumplimiento del propósito para
el que fuiste creado desde la eternidad.
«Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca
he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan.»
Salmos 37:25 NTV

Fuimos creados para vencer, no para estar sumidos en la


derrota, somos hijos del Rey y el no pierde. Determinemos
nuestra vida al hecho de no desistir, de volver a intentarlo, de
levantarse y no desfallecer. La perseverancia nos llevara a la
victoria. En palabras del escritor H. Jackson Brown: “En la
pugna entre el arroyo y la roca, siempre triunfa el arroyo... no porque sea
muy fuerte, sino porque persevera”.

Solo intentando lo imposible cumpliremos lo posible, es


una ley de la vida, mantener la esperanza y avanzar debe
convertirse en nuestro habito. El sufrimiento y el dolor
cumplirá su propósito, son temporales, pronto nuestro gran
viaje a través de ellos terminará y seremos levantados como
gente de victoria.

166
MI MEJOR ENEMIGO

“Había un juez en cierta ciudad —dijo—, que no tenía


temor de Dios ni se preocupaba por la gente. Una viuda de
esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame
justicia en este conflicto con mi enemigo”. Durante un tiempo,
el juez no le hizo caso, hasta que finalmente se dijo a sí
mismo: “No temo a Dios ni me importa la gente, pero esta
mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba
justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes
peticiones!”. Entonces el Señor dijo: «Aprendan una lección de
este juez injusto. Si hasta él dio un veredicto justo al final,
¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido
que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su
respuesta? Les digo, ¡él pronto les hará justicia! Pero cuando el
Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe
encontrará en la tierra?”
Lucas 18:2-8

Unos detalles para recordar


Nada de lo que la gente diga acerca de tus victoria o fracasos
puede modificar su camino. Persevera de tal forma que los
resultados sean el reflejo de la gracia de Dios. Si estas cruzando

167
FRANK MARANDI

el mar y la tormenta aparece, recuerda que Jesús va en tu


barca… y por si lo olvidas, Jesús no puede morir.

Si has enfrentado múltiples fracasos, probablemente no


tengas mucho que perder, así que nada puede impedir que lo
vuelvas a intentar. Persevera y cree, esta vez será mejor,
recuerda el dicho: “El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces
en la madera…”

La vida nos somete a momentos donde buscamos una salida


y no la hallamos, muchos caen en la desesperación por no saber
a dónde ir; otros triunfan al levantarse y buscar la victoria a
como de lugar. Recuerda que la recompensa de mantenerte
activo y seguir creciendo a pesar de lo que te suceda no se
encuentra en los resultados, sino en el esfuerzo. Un esfuerzo
total es una victoria completa, mira por fe el final, los
momentos duros son solo parte del paisaje.

“La marca esencial que distingue a un hombre digno de llamarse así,


es la perseverancia en las situaciones adversas y difíciles” (Beethoven)

Uno de los errores que cometemos al momento de ver la


vida en las crisis, es fijarnos en alguien más y a causa de esa
realidad, buena o mala, nos desalentarnos y dejamos de luchar.

168
MI MEJOR ENEMIGO

La mayoría de los seres humanos no carecen de fuerza, sino de


constancia, se dejan vencer no tanto por lo que viven, sino por
que dejaron de pelear.

A solas contigo
 ¿Eres perseverantes frente a los momentos difíciles? Si
– No ¿Por qué?
 ¿Qué cambios estás dispuesto hacer para erradicar la
falta de constancia en tu vida?
 Define un concepto personal de perseverancia.

Desafío
Desafíate a iniciar un plan de trabajo que te ayude a ser
constante. Tus hábitos espirituales son un buen inicio, planifica
devocionales, tiempos de oración y asistir o servir en tu
congregación. Desarrolla nuevos planes para lo que desees
alcanzar.

169
11

CERCA DE LAS
TRINCHERAS, LEJOS DE
LOS REFUGIOS

Parte 2
La batalla de la calma

e cuenta la historia de gemelos idénticos: uno

S lleno de optimismo que a menudo solía decir:


«¡Todo está saliendo color de rosas!» y el otro,
un pesimista, triste y sin esperanza que de continuo esperaba
que sucediera lo peor. Los padres, preocupados por los
gemelos, los trajeron a un psicólogo con la esperanza de que él
pudiera ayudarlos a balancear sus personalidades.

El psicólogo sugirió que, en el próximo cumpleaños de los


gemelos, los padres los pusieran en habitaciones separadas para
abrir sus regalos. «Denle al pesimista los mejores regalos que

170
MI MEJOR ENEMIGO

puedan comprar —les dijo el psicólogo—. Y al optimista una


caja de estiércol». Los padres hicieron como se les dijo. Cuando
miraron a escondidas al gemelo pesimista, lo escucharon
quejarse: «No me gusta el color de este juguete. ¡Apuesto a que
este juego se va a romper! No me gusta jugar a este juego.
¡Conozco a alguien que tiene uno mejor que este!».
Atravesando de puntillas el pasillo, los padres miraron a
escondidas y vieron a su hijo optimista, que con alegría tiraba
al aire el estiércol. Se estaba riendo mientras decía: «¡No puedes
engañarme! ¡Donde hay tanto estiércol, tiene que haber un
caballo!»

¿Cómo responde tu cerebro en momentos de crisis? ¿Cómo


afrontas esas situaciones que te producen dolor, desesperanza,
estrés, etc.? Una pelea con tu pareja, el atasco de camino al
trabajo, la discusión con tu jefe, la pataleta de tu hijo, el
desprecio de tu compañero, la cola del supermercado, etc.
Sumado a los procesos duros que ya vives, seguramente, no es
fácil seguir sonriendo.

Los momentos duros de la vida muchas veces provocan que


tu control emocional se desborde, pierdes los nervios y eres
totalmente incapaz de tomar una decisión acertada. Puede,
incluso, que si alguien te ha sacado de tus casillas explotes, solo

171
FRANK MARANDI

desees gritar y descargar tu furia en esa persona que te exaspera.

Por eso:

Mantén la calma
Llevamos un ritmo de vida frenético y casi a diario nos
vemos obligados a respirar y contar hasta diez antes de realizar
una acción inadecuada. Muchas personas viven estresadas ya
sea porque tienen que estudiar, trabajar, ganar el suficiente
dinero para llegar a fin de mes, mantener un hogar y una familia
con muchas veces problemas familiares. Hay días en los que
parece que todo sale mal, los problemas nos llueven y
pensamos «¿Por qué a mí?».

En cierta ocasión, recibí una llamada de alguien que estaba


en el hospital, cuando llegué fue sorprenderte el diagnóstico
del doctor: «Su corazón está a punto de estallar a causa de su
vida emocional: debe relajarse, de lo contrario, su vida corre
mucho riesgo…». Me sorprendí no por lo que dijo el médico,
sino por la edad que tenía el paciente: ¡Treinta años! La tensión,
los nervios y todas las consecuencias negativas derivadas de no
saber mantener la calma se acumulan en nuestro cuerpo y nos
pueden provocar diferentes problemas de salud: «El cuerpo
habla cuando la mente calla». Por todo esto, es importante y, al

172
MI MEJOR ENEMIGO

mismo tiempo aconsejable, saber mantener la calma para poder


enfrentarnos a cualquier situación de la mejor manera posible.
«Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este
determina el rumbo de tu vida.»
Proverbios 4:23 (NTV)

Cuando nos alteramos, nuestro cuerpo nos manda señales


y notamos que el pulso se nos acelera, la temperatura corporal
aumenta, subimos el volumen de la voz, algunos músculos se
empiezan a poner tensos. Si vamos a enfrentar a nuestro mejor
enemigo, debemos recordar que nada puede salirse de sus
manos. Él está al control y, si lo olvidamos algún momento,
debemos retomar la calma y volver a confiar. Debemos estar
alerta a las señales que nos manda el cuerpo ante situaciones
de tensión y estrés. Mantener la calma puede ser una batalla.
Es importante identificar cómo reacciona tu cuerpo en esas
circunstancias y aprender a mantener la calma. Si dejas que el
Espíritu Santo, a través del dominio propio, provea la
capacidad de parar la situación, pararás la situación y podrás
mantener la calma. Si eres capaz de controlar tu cabeza, más de
la mitad de la batalla la tienes ganada.
«Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría
inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un

173
FRANK MARANDI

tiempo breve.»
1 Pedro 1:6 (NTV)

Confía en Dios y en tus posibilidades para conseguir


cualquier cosa que te propongas. Piensa que «no hay mal que
dure 100 años ni cuerpo que lo aguante» y que «después de la
tormenta, siempre viene la calma». Mantén la calma y, sobre
todo, no entres en pánico, pues en esos momentos es donde
evitamos que Dios obre, a causa de nuestra falta de paciencia y
total descontrol. Sea cual sea la situación que te genera tensión,
malestar, preocupación, no va a durar para siempre y eres capaz
de superarla. A como dé lugar intenta ver el lado positivo de
las cosas, entiende que «Dios no dejará para siempre caído al
justo y quien ha puesto su confianza en Él, no será
defraudado». La fe es un requisito indispensable para la batalla
de la calma, sin ella seremos presas fáciles de la tristeza y
moriremos antes de la victoria.

Aprende a dejar de pensar en negativo y olvídate de los


pensamientos del tipo «es imposible, no puedo con tanto, este
será mi fin, no hay esperanza, trabajo, etc.» Pues lo único que
conseguiremos es aumentar el estrés y hacer que la situación
sea más complicada.
«De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el

174
MI MEJOR ENEMIGO

que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él


recompensa a los que lo buscan con sinceridad.»
Hebreos 11:6 (NTV)

¿Cómo estas mirando la vida hoy? ¿Cómo un accidente que


está esperando por suceder o una bendición a punto de ser
recibida? Realmente, no podemos decidir enfrentar una crisis
o no, pero está en nuestras manos perseverar y no solo esto,
sino tener una actitud buena y tranquila ante cada suceso que
enfrentemos. La batalla con nuestro mejor enemigo provoca
dolor y angustia, pero sobre ellas debe estar nuestra confianza
y la calma de saber que Dios tiene el control de todo. No te
angusties y recuerda que la gente más feliz no necesariamente
tiene lo mejor de todo… Ellos hacen lo mejor de las cosas.
«¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían
en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!»
Isaías 26:3 (NTV)

Toma aire puro


Cierto tiempo trabajé en una empresa donde compartía mi
oficina con otros empleados, fue un tiempo complicado. Era
gente extremadamente mal pensada, bebían y fumaban la
mayor parte del tiempo y los problemas se generaban por el

175
FRANK MARANDI

hecho de no compartir sus deleites. Llegamos al punto de


enojarnos tanto que fui al jefe y le dije: «necesito respirar un
poco, ya no soporto… ¡Quiero renunciar!». Las palabras de
este hombre fueron tan sencillas que no recuerdo si me
aliviaron o me molestaron, él me dijo: «joven, respire profundo
y olvídese de todos ellos por un momento», me envío a realizar
trabajo fuera de la oficina y pude sobrevivir; gracias a Dios, al
final, pude tener mi propia oficina.

Al igual que el enfrentamiento diario con gente difícil en el


ejemplo citado, cuando nos encontramos en una batalla con
nuestro mejor enemigo que nos genera malestar o nervios y
necesitamos mantener la calma, una buena opción es alejarte
de la situación e intentar «tomar aire puro».

No siempre debes ganar una pelea, es mejor tener paz, que


tener la razón. No siempre recibirás respuestas, tendrás la
visión clara o en ti hallarás fuerza; la vida de un contendor de
Dios es un proceso que dura toda vida. Peleas, gritas, te alientas
y vences, pero el proceso es complicado. Es ahí donde debes
darte un momento para estar a solas, para no pelear tanto y
disfrutar de tu mejor enemigo. Su silencio muchas veces es más
valioso que una victoria.

176
MI MEJOR ENEMIGO

«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!»


Salmos 46:10 (NTV)

Duerme un poco, escucha música, sal a caminar, haz


deporte, no sé, lo que se te ocurra, pero gánale la batalla al
estrés de la prueba, a la incertidumbre y déjate abrazar por el
Señor, es el lugar más adecuado para quedarse quieto.
Desconecta tu cerebro, piensa en otra cosa, quizás si piensas
en el mar, el sonido de las olas, la brisa que te llega, te sea más
fácil mantener la calma. Intenta pensar en cualquier cosa que
no sea el problema, tienes miles de opciones. Cada persona es
un mundo y por eso, no a todas las personas les relaja lo
mismo. Tómate tu tiempo para saberlo y cuando seas
consciente de qué es lo que mejor te funciona, solo tendrás que
visualizarlo en tus momentos de tensión.

Sé objetivo
Cuando veas que no puedes más con esa situación, que la
guerra contra tu mejor enemigo te está costando,
probablemente, si genera rabia e impotencia, cuando sientas
que vas a explotar, cuando intentes por todos los medios
mantener la calma, pero no puedas, sé objetivo. Imagina la
situación que estás viviendo como si tú no estuvieras dentro de
ella y el protagonista fuera otra persona. ¿Cómo lo verías? ¿Lo

177
FRANK MARANDI

verías del mismo modo? Si el protagonista de esa historia te


pidiera consejo, ¿qué le dirías? Seguro que, si no tienes en
cuenta las implicaciones emocionales, eres capaz de actuar de
un modo distinto y mejor.

También puedes plantearle la situación a alguien de


confianza que te ayude a considerar las consecuencias de una
decisión determinada y escoger la alternativa más adecuada.
Una persona ajena al problema te ayudará a mantener la calma
y te dirá su punto de vista objetivo desde una postura externa.
Puede que una persona ajena al problema sea capaz de ver
soluciones que tú mismo no puedes ver.

Si te mantienes perseverando, si vives confinado en Dios,


te rindes y dejas que obre a su manera, la victoria es segura. Si
has puesto tu confianza en tu mejor enemigo, sea que te rompa
la cadera, te envíe a algún lugar donde no quieres ir o no veas
claramente las cosas —puedes estar en las entrañas de un pez
o frente al altar donde vas a sacrificar a tu única bendición—,
la victoria está asegurada. No dudes, si estás en lo más doloroso
del combate, pronta esta la bendición…

La vida no es tener todo lo que deseo y despreciar lo que


tengo, consiste en honrar mi situación, la bendición con la que

178
MI MEJOR ENEMIGO

cuento. Es tener la certeza del cumplimiento de los planes


perfectos del Rey en mi vida.
«El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi
vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No
me abandones, porque tú me creaste.»
Salmos 138:8 (NTV)

Mantén el humor
Vivir batallando muchas veces nos agita las emociones,
estamos susceptibles con todos y en todo momento. Nos
ofendemos fácilmente y maltratamos a quienes amamos; por
eso, es necesario perdonar, olvidar y mantener el sentido del
humor. No dejes que la batalla momentánea te aleje de lo
eterno, de quienes son tus compañeros de viaje y de quienes, a
pesar de que no lo sepas, oran y te respaldan.

Siempre es bueno intentar sacar el lado positivo de las cosas


y tomárselo todo con humor. Ríete de ti mismo, de la situación
y de todo, aunque a veces sea complicado. Pero al final quien
puede decidir cómo enfrentar cada día eres tú.

179
FRANK MARANDI

Unos detalles para recordar


Si queremos mantener la calma, es crucial que seamos
conscientes de los errores que hemos cometido y nos sintamos
libres para poder perdonarnos a nosotros mismos y poder
liberar, de este modo, la culpa. Si creemos que hemos cometido
algún error, debemos saber perdonarnos y darnos una segunda
oportunidad, si Dios lo hizo, ¿por qué no lo haces tú?

Ya sabemos que mantener la calma en cualquier


circunstancia no es una tarea fácil. Requiere de mucha
paciencia, práctica, ganas y fuerza de voluntad para no darse
por vencido cuando parezca que la situación se nos va de las
manos.

Pero ¡vamos! Te mereces una felicitación, sigues de pie, no


desististe, porque has querido y has podido. Has sido una
persona madura al mantener el sentido del humor en la prueba
y, gracias a tus ganas, has sido capaz de mantener la calma y
controlar tanto tus emociones como tus acciones. Siéntete muy
orgulloso de ti mismo. Si has fallado en algo, no pasa nada, no
te castigues, ya que la próxima vez lo harás mejor. Además, las
fallas te ayudan a aprender más sobre ti mismo y hacen que te
conozcas mejor para que en próximas situaciones no cometas
los mismos errores.

180
MI MEJOR ENEMIGO

A solas contigo
 ¿Cuál crees que es la mejor forma para mantener la
calma?
 ¿Qué haces en aquellas situaciones en que parece que
sale todo mal? Cita algunos ejemplos.
 ¿Cómo tratas a las personas cuando estas alterado por
la prueba?

Desafío
Sera un poco complicado, pero que te parece si pides
perdón a alguien que trataste mal a causa de la prueba. Si es tu
conyugue, un familiar invítalas a salir, si es algún amigo o un
líder espiritual, pide perdón y restituye tu acción de manera
práctica.

181
12

EL CALLEJÓN SIN SALIDA

La batalla de los milagros

urante los años de colegio, con uno de los

D amigos que más compartíamos se dio una


discusión. Él estaba muy enojado, me
reclamaba por el hecho de que su padre no le creía nada de lo
que decía y yo era el culpable de todo. Al inicio, me enojé
mucho, pero reflexionando sobre esos reclamos, me di cuenta
de que era verdad. Por alguna razón, el padre de mi amigo
siempre confirmaba conmigo si teníamos alguna tarea, si
debíamos salir a la biblioteca o cosas semejantes. No perdí el
tiempo y me contacté con ese hombre, le pregunté ¿Por qué
confiaba tanto en mí, al punto de dudar de su propio hijo? Me
dijo: «Cada vez que te he preguntado algo, me has respondido
con la verdad… Las veces que consulte con mi hijo, siempre
mintió».

182
MI MEJOR ENEMIGO

Si alguien nos cuenta algo, ¿de qué dependerá si le creemos?


No solo de cómo se nos relate la historia, sino también de la
reputación de quién lo hace, ¿no es cierto? Si desde que lo
conocemos siempre ha dicho la verdad y nunca ha mentido a
propósito, tendremos buenas razones para creer la historia. Lo
mismo ocurre con los milagros que se mencionan en la Biblia;
aunque la realidad es que ninguno de nosotros estaba vivo para
verlos, podemos determinar si son o no dignos de confianza.

Revisemos cinco elementos que respaldan su fiabilidad:


•Muchos milagros fueron hechos a la vista pública delante
de miles de personas.
•Eran sencillos y espontáneos, sin planificación previa.
•No eran motivados por el deseo de alcanzar riquezas y
fama.
•Fueron tan variados que no pudieron tener origen
humano.
•Nadie pudo negar estos hechos. Cuando el Sanedrín
enjuició a Jesús, no lo hizo por sus milagros.

Después de revisar estos elementos, es evidente que los


milagros relatados en la Biblia merecen toda nuestra confianza.
Con frecuencia, la Palabra de Dios indica cuándo y dónde
ocurrieron y quiénes estaban presentes, incluso sus críticos se

183
FRANK MARANDI

han sorprendido por la exactitud de los datos específicos que


aporta. Cientos de profecías bíblicas se han cumplido al pie de
la letra.

Cuando vemos esta realidad, no podemos negar que nos


emocionamos por estos relatos milagrosos. Muchas veces
hemos deseado ser protagonistas de uno de ellos,
especialmente, cuando estamos enfrentando las más crueles
batallas con nuestro mejor enemigo. Oramos con fervor,
ayunamos, tratamos de hacer sacrificios y nada sucede. Eso
decepciona a cualquiera. Nos ubica en una posición de
incredulidad ante estos hechos sobrenaturales. Muchos hemos
entendido hasta aquí todo, pero el momento de ponerlo la
práctica, nos metemos en una nueva batalla: ¿cuán reales son
estos milagros? ¿Pueden pasar hoy en día? ¿Puedo ser
participante de ellos?

La respuesta debe ser afirmativa, debe ser sí. Dios no ha


cambiado y ahora a través del Espíritu Santo nos hace
participes de esa gloriosa manifestación de su poder. La gloria
de Dios transformando la realidad del ser humano está en boga
hoy más que nunca; cada persona debe enfrentar esta batalla,
debe vivir un milagro y predicarlo a voz en cuello.

184
MI MEJOR ENEMIGO

En los primeros capítulos, hablamos acerca de esa fe de


mover montañas, versus la fe diaria, la de los pequeños detalles;
hay una gran diferencia en creer en algo grande frente a una
situación aparentemente pequeña. Para mover montañas, no
necesitas más que una fe del tamaño de una semilla de mostaza,
uno o dos milímetros de diámetro. Piensa ahora cuánto le
costó creer a la mujer de flujo de sangre o a la viuda que entregó
toda su comida al profeta; y cómo olvidar al pequeño de los
panes y los peces. Para ver los milagros más pequeños sí que
debes tener fe, y ésta a medida de tu entrenamiento espiritual
en batalla irá aumentando y, curiosamente, llegará a crecer
tanto como una semilla de mostaza. ¡Qué paradoja!
«Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea
solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda
tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del
mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro.»
Santiago 1:6 (NTV)

Atrapados
El pueblo de Israel era hostil y estaba abatido, pero Moisés
los animaba a que vieran la forma maravillosa en la que Dios
los rescataría. Cuando parecía que estaban atrapados, invocó la
intervención de Dios. Quizá no seamos perseguidos por

185
FRANK MARANDI

ningún ejército, pero podemos sentirnos igualmente atrapados.


Aunque nuestra primera reacción puede ser la desesperación,
debemos adoptar la actitud de Moisés para estar firmes y ver la
salvación que Dios hará.
«Cuando por fin el faraón dejó salir a los israelitas,
Dios no los guió por el camino principal que atraviesa el
territorio filisteo, aunque esa era la ruta más corta a la Tierra
Prometida. Dios dijo: “Si los israelitas llegaran a enfrentar
una batalla, podrían cambiar de parecer y regresar a Egipto”.
Por eso Dios los hizo dar un rodeo por el camino del desierto,
hacia el mar Rojo. Así los israelitas salieron de Egipto como
un ejército preparado para la batalla.»
Éxodo 13:17-18

Tomo el ejemplo de Israel frente al mar. Estaban


perseguidos por los egipcios y no tenían salida, la muerte era
segura. Ahí es donde se gestó uno de lo más grande milagros
por parte del mejor enemigo de este pueblo. Todos
atemorizados creyeron que Dios los llevó solo a perecer, que
les hizo la guerra con el propósito de destruirlos, pero no; ese
momento de angustia solamente era la antesala para la mayor
victoria, porque en el callejón sin salida, es donde Dios obra a
favor nuestro.

186
MI MEJOR ENEMIGO

La vida de un guerrero no se mide por cuantas batallas


ganó, sino por las veces que fue derrotado y se levantó para
seguir peleando. Es menester entonces que no te levantes igual
después de pasar alguna derrota, luego de leer estas memorias
de una batalla continúa, debes levantar las manos
confiadamente al entender que el mayor contendor de tu vida
no te está matando, no te abandona, sino que está gestando un
milagro que será la corona gloriosa de este tiempo difícil. Es
necesario que tu fe sea establecida y que seas prosperado desde
el lugar donde estás. Ahora, tu batalla no debe ser contra Dios,
sino, debes aliarte con Él para derrotarte, para crear una de las
más grandes historia de bendición que puedan ser contadas
con tu boca. Cree solamente, vive expectante de la bendición
que viene para tu vida, recuerda que «sin fe es imposible
agradar a Dios»; que se necesita no solo algo superficial para
vencer, sino que debes entregar tu corazón… Entonces,
podrás ver la victoria.
«Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar
cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para
alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone
a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para
desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su
constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y

187
FRANK MARANDI

completos, y no les faltará nada.»


Santiago 1:2-4

¿Por qué debo estar en esta situación tan dura para ver
la Gloria de Dios, no sería suficiente con solo manifestarse?
Probablemente muchos pensemos en esto y anhelemos que
Dios nos bendiga y nos evite tanto dolor. A pesar de la
inclemencia de la batalla y ser llevados al límite, hay fin mayor
a cumplirse. Revisemos algunos ejemplos, donde estos
personajes fueron llevados a una victoria gloriosa después de
enfrentar situaciones específicas de dolor:

 Moisés, después de enfrentarse al desierto fue


llevado ante la misma Presencia de Dios.
 Gedeón, en medio del ataque de sus enemigos, fue
llamado esforzado y valiente, a partir de esa
situación se convirtió en el libertador de su pueblo.
 José, después de enfrentar: envidia, incomprensión,
traición, engaño, cárcel, olvido fue llevado al palacio.

188
MI MEJOR ENEMIGO

Con estos ejemplos, se ilustra una verdad: todo lo que


enfrentas, lo que te hace sufrir te promociona, te lleva a un
nuevo nivel de vida. Cuando enfrentamos a nuestro mejor
enemigo debemos creer que seremos promovidos a los lugares
de Gloria que se nos ha prometido.

Al igual que en la Biblia, Dios aún puede hacer milagros,


puede sacarte de lo más difícil e imposible a través de
manifestar su poder. No dejes que nada te arrebate la
oportunidad de vivir la mejor época con Jesús, es el momento
de disfrutar de lo maravilloso que es ser partícipe de su poder.

No te rindas y avanza, sigue batallando, conviértete en el


fiel aliado de tu mejor enemigo, pues pelean del mismo lado,
sé fiel y verás algo más de lo que has mirado hasta este
momento.

“Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una


oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y
en la tierra. Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables
recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de
su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de
ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas
en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que
puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de
Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su

189
FRANK MARANDI

amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun


cuando es demasiado grande para comprenderlo todo.
Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el
poder que proviene de Dios. Y ahora, que toda la gloria sea
para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que
pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder,
que actúa en nosotros. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo
Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre!
Amén.
Efesios 3:14-21 NTV

Unos detalles para recordar


Quiero dejar contigo un detalle especial, la idea de mi mejor
enemigo nació por medio de un sencillo mensaje que predique
en una de las épocas más duras de mi vida. No está muy
elaborado, pues quise que fuese así: sencillo, auténtico.

Dios, como un Padre amoroso, no te pierde de vista y está


siempre pendiente de ti y cuida de ti como una madre de su
hijo pequeño. Por eso, debes vivir cada día bajo la mirada
amorosa de tu Padre Dios (Salmos 91:1-4). Hacerlo todo bien,
con alma, vida y corazón por amor a Él. Soportar con paciencia
las dificultades de cada momento, como venidas de sus manos.

190
MI MEJOR ENEMIGO

No busques tanto quién es el culpable de tus problemas o


sufrimientos para echarle la culpa, rechazarlo de mala manera
o gritarle sin compasión. Debes aceptar con calma lo que se
presente en cada momento, aunque sea de modo intempestivo
y, por tanto, fastidioso, porque rompe tus planes.

Dios es como el alfarero que va modelando el barro


deforme de tu vida y le da forma, de acuerdo con un plan
previamente fijado. Déjate llevar por Él. No digas que tu vida
está ya escrita en las estrellas, como si no tuvieras ya nada que
hacer. Dios tiene su plan para ti, Dios es el autor de tu historia,
a veces, con los trozos rotos de tus errores, o con las
circunstancias más difíciles y aparentemente contrarias, como
en el caso de Israel, Dios direccionará todo hacia el bien.
Agradece su amor por ti y su providencia amorosa sobre ti.
Él nunca se cansa de amarte.
«Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida
estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado
antes de que un solo día pasara.»
Salmos 139:16 (NTV)

191
FRANK MARANDI

A solas contigo
 ¿Le crees a Dios? ¿Como puedes demostrarle esa
confianza?
 ¿Si tendrías que elegir solo un capítulo de este libro,
cuál sería? ¿Por qué?
 ¿Qué resoluciones vas a tomar después de “Mi mejor
enemigo”?
 ¿Qué cambió en ti después de leer el libro?

Desafío
Resume en frases cortas a cada capítulo de este libro.
Reflexiónalo, si fue de bendición para tu vida, recomiéndalo a
otro que este batallando con su mejor enemigo.

192
MI DESPEDIDA

a sido todo un desafío escribir MI MEJOR

H ENEMIGO. En el proceso, vivimos


situaciones complicadas, realmente fue muy
vivencial. Recordar algunos pasajes de mi vida y plasmarlos en
estas líneas me han hecho reconocer lo maravilloso que es Dios
con cada ser humano que le cree. Jesús me ha desafiado y ha
llenado mi corazón una vez más con su fe. Siento un gran
impulso para continuar, espero que haya pasado contigo lo
mismo.

Cada día aprendo más en medio de las batallas que enfrento


con mi mejor enemigo, me hacen un mejor hombre; por esto
entiendo la necesidad de que el potencial de cada uno de
nosotros sea desarrollado y la única manera que esto suceda, es
ser llevados a pelear la buena batalla, a rendir nuestros deseos al
crisol de la prueba.

Si todos nosotros, independientemente de quién creamos ser,


nos rendimos en las manos de Dios, la victoria será grandiosa.

193
Dios no dejará a nadie caído. Si le creen, las circunstancias de
la vida son solo eso: circunstanciales, momentos y no tienen otro
objetivo sino darte la mayor gloria que hayas visto. Sé que, si te
detuviste a leer este libro, es porque eres un guerrero y
necesitabas armas para continuar. Espero las hayas encontrado.

Mi anhelo es llamar tu atención y decirte que, como el autor


de estas memorias de una batalla continua, no soy el mejor, el
más experimentado o quien pueda decir «soy próspero»; no, más
bien estas líneas salen del campo de combate, no te hablo de
teoría y, al igual que tú, vivo cada día enfrentado con mi mejor
enemigo, descubriendo sus planes y haciendo que valga la pena
vivir.

Espero que, después de terminar de leer a Mi mejor enemigo,


seas bendecido, desafiado y animado a seguir… Espero que mis
fracasos te lleven a tus mayores victorias. Ha sido un honor
poder servirte y espero nos encontremos en otros libros, donde
podamos seguir creciendo y avivando la llama de Dios en
nuestros corazones, Dios los siga bendiciendo.

«Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro


Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la
fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras
dificultades para que nosotros podamos consolar a otros.
Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el
mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto
más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su
consuelo por medio de Cristo. Aun cuando estamos abrumados
por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes!
Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los
consolaremos a ustedes. Entonces podrán soportar con paciencia
los mismos sufrimientos que nosotros. Tenemos la plena
confianza de que, al participar ustedes de nuestros sufrimientos,
también tendrán parte del consuelo que Dios nos da.»
2Corintios 1:3-7 (NTV)
ACERCA DEL AUTOR

Frank Marandi, felizmente casado con su novia de toda la vida


Janeth, es padre de dos maravillosos jóvenes, amigo y mentor.
Ha desarrollado su ministerio pastoral desde hace 19 años. Ha
entrenado y levantado una generación de jóvenes líderes en
diversos campos de la iglesia y la sociedad.

Es fundador junto a su esposa de Ministerios Casa de Vida,


dando énfasis en el trabajo con las familias y sus diversos
componentes. Por un lapso de cinco años, como ministros
activos de la CEADE, iniciaron un trabajo en el área juvenil a lo
largo de las regiones sierra y oriente de Ecuador.

Actualmente Frank y Janeth viajan alrededor de Ecuador


llevando un mensaje de esperanza y desafío de manera frontal a
la generación de creyentes emergentes, instándolos a vivir la
promesa de Jesús a través del Espíritu Santo, a ser luz al mundo
donde se encuentren y a vivir apasionados por la Presencia de
Dios.
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FRANK MARANDI

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