El grado de consciencia que en muchos consumidores del mundo, ha
generado el encierro obligatorio, está llevando a valorar mucho más las experiencias que las cosas materiales, pues aunque muchos puedan tenerlas, se han dado cuenta que no se pueden utilizar o que no son necesariamente el verdadero motivo de felicidad, por esto se valorará aún más la vivencia de experiencias en compañía de familiares y amigos; un viaje, ir a un restaurante, posiblemente serán más valorados que una joya, un bolso de lujo o un vehículo. Los bienes suntuarios son directamente afectados según el poder adquisitivo que tienen las personas, por lo cual referente a la situación que estamos atravesando, se han visto afectados el poder adquisitivo de muchas personas por lo cual estos en mayor proporción han reducido sus gastos y han modificado las prioridades de compra. Las ventas del sector de lujo se contraerán entre un 35% y un 39% en 2020, según las previsiones de la consultora McKinsey. Los consumidores dejan de comprar y son los productos relacionados con la salud los que se convierten ahora en el nuevo lujo; en muchos casos los consumidores empezaron a valorar mucho más las cosas simples, las que antes parecían insignificantes, se vuelven relevantes los temas de salud y compartir tiempo en familia. El temor a contagiarse de Covid 19, el cambio en la forma en que estábamos acostumbrados a relacionarnos y a vivir el día a día, el efecto que ha tenido el confinamiento en la economía propia y del país, es algo que definitivamente está marcando la historia de todos. “La pandemia ha modificado la emocionalidad de las personas y nosotros vemos la realidad por las emociones que vivimos, por las creencias que tenemos en la mente” En esta era post-Covid-19, más que parecer ultra concretos, los consumidores de productos de alta gama parecen sobre todo haberse vuelto más razonables. Como señala el estudio: “En esta nueva realidad, ellos comprarán menos y de forma más selectiva”.