Está en la página 1de 23

Silvia Gorenstein*

Martín Napal **
Mariana Olea ***

Territorios agrarios y realidades rururbanas.


Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del
caso pampeano bonaerense****
Abstract

The debate on rural development has undergone a strong renewal due to transformations in agriculture, and in
rural economies and societies. In this context, a broader vision of the rural medium has been observed, which
includes  rururban spaces where services and supply chains relating to local and regional production and consume are
located. Of particular importance are non-agricultural occupations as additional income sources for rural homes. This
paper explores these issues in the province of Buenos Aires –the main area of agricultural production in the pampeana
region of Argentina-. Some of the features analyzed here are population trends and the rural-urban configuration;
the characteristics of the territories that are potential or real bases for pluriactive strategies by the rural population;
and the characteristics of the institutional webs that accompany redefinitions of territorial governance. In light of
these elements, some issues for reflection are introduced in terms of the formulation of rural development policies.

Key words: rural territories, rururban spaces, non-agricultural occupations, rural territorial
development, rural development policies, Province of Buenos Aires

Resumen

El debate sobre el desarrollo rural ha sufrido una fuerte renovación derivada de las transformaciones de la
agricultura, y de las economías y sociedades rurales. En este contexto, se observa una visión ampliada del medio
rural integrando complejos rururbanos de encadenamientos relacionados con la producción y el consumo
local-regional, destacándose además la importancia de las ocupaciones no agrícolas como fuente de ingresos
adicionales de hogares rurales. Este artículo explora estos aspectos en la provincia de Buenos Aires, principal
espacio agroproductivo de la región pampeana argentina. Se examinan la combinación de las tendencias
poblacionales y de la configuración rural-urbana; las características de los territorios que son asiento real o
potencial de estrategias pluriactivas de la población rural; los entramados institucionales que acompañan
redefiniciones en la governance de estos territorios. A la luz de estos elementos, se presentan algunos puntos
de reflexión para la formulación de políticas de desarrollo rural.

Palabras clave: territorios rurales, espacios rururbanos, empleos rurales no agrícolas, desarrollo
territorial rural, políticas de desarrollo rural, Provincia de Buenos Aires.

Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 100), pp. 91-113. Santiago de Chile, diciembre de 2007
[91]
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

Introducción de vincular las condiciones económicas locales que

D
conspiran contra la pluriactividad de los pequeños
esde hace un tiempo el análisis de la
productores y el trabajo rural (agrícola y no-agrí-
cuestión rural atraviesa una fuerte
cola). Estas condiciones se alejan bastante tanto
renovación teórica e instrumental. Por
de la imagen estilizada que a menudo surge de la
un lado, las transformaciones y modernización de
experiencia europea como de las modalidades de
la agricultura han llevado a visualizar el quiebre
empleo u ocupaciones de la ruralidad campesina
en la relación entre la producción agraria, su
latinoamericana; tampoco parece asimilable al de
organización social y espacial, y el desarrollo
las economías locales poco integradas y el sector
rural. Por otro lado, la acelerada urbanización
de empresas informales que muestra buena parte
de la población replantea conceptualizaciones y
de la evidencia empírica de los estudios de caso
abordajes del medio rural integrando la dimensión
en América Latina.
territorial (rururbana) en sus múltiples dinámicas
y aspectos (ambientales, políticos, sociales, El objetivo del presente trabajo es el de re-
económicos, etc.). flexionar, a partir de la consideración de recientes
resultados de un estudio realizado en el medio
En este marco, se producen reformulaciones en
rural bonaerense, sobre obstáculos existentes para
el paradigma del desarrollo rural que han llevado a
el desarrollo territorial rural. Se pone el acento
la más reciente postulación del enfoque del Desa-
en la configuración rural-urbana, analizando
rrollo Territorial Rural (DTR). Las propuestas de
características de los territorios que son asiento
políticas que emanan de este enfoque sostienen:
real o potencial de estrategias pluriactivas de la
una visión amplia de las economías rurales, inte-
agricultura familiar y de los entramados institu-
grando complejos rururbanos de encadenamientos
cionales que acompañan ciertas redefiniciones en
de servicios e insumos relacionados con la produc-
la governance de los territorios rurales.
ción y el consumo local-regional; la importancia
de las ocupaciones no agrícolas como fuente de Una lectura analítica que, en esencia, está
ingresos adicionales de los hogares rurales pobres; guiada por dos grandes interrogantes: ¿cuánto
y la necesidad de pasar a un proceso abierto de desarrollo endógeno puede generarse en territo-
coordinación económica, social y política entre rios rurales y urbanos impactados por la creciente
la multiplicidad de actores e intereses (públicos exogeneidad decisoria en los circuitos y dinámi-
y privados) que intervienen en los procesos de cas agroalimentarias? ¿Cuáles son las políticas e
desarrollo. instrumentos con incidencia sobre las dinámicas
Entre estos lineamientos y la realidad rurur- agro-rurales y urbanas que tienden a profundizar
bana de la provincia de Buenos Aires existe, sin o revertir el actual modelo espacial polarizado?
embargo, un paso no menor, sobre todo, a la hora
Dos tópicos del actual debate sobre
desarrollo rural
*
Magíster en Economía, Investigadora del CONI-
CET, Profesora del Departamento de Economía de la Universi- Del desarrollo agrario al desarrollo territorial rural
dad Nacional del Sur, Argentina. E-mail: sgoren@criba.edu.ar.
El enfoque del Desarrollo Territorial Rural
**
Economista, tesista Maestría en Desarrollo y Ges- (DTR) es relativamente novedoso y las políticas
tión Territorial, Universidad Nacional del Sur, Argentina. E-
mail: mjnapal@yahoo.com.ar.
encaminadas desde esta perspectiva se apoyan en
una amplia y heterogénea discusión académica y po-
***
Economista, becaria CONICET, Departamento lítica. En una apretada síntesis es posible reconocer
de Economía Universidad Nacional del Sur, Argentina. E-
mail: molea@uns.edu.ar. la combinación de cuatro aspectos centrales:
****
Trabajo realizado en el marco del Proyecto “Inno- 
El presente texto se basa en el trabajo realizado por
vación, instituciones y governance en tramas agroalimentarias los autores para el Área de Desarrollo Rural del Ministerio de
del sur pampeano”/subsidio del Programa Grupo de Investi- Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, en el marco
gación –UNS. Enviado el 13 de marzo de 2007, aprobado el del PROINDER de la Secretaría de Agricultura, Ganadería
24 de julio de 2007. Pesca y Alimentos (SAGPyA), citado en la bibliografía.

92 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

- Visión ampliada de lo rural, integrando las dos a la infraestructura (básicamente vial, energética
otras actividades económicas –además de e hídrica) y los recursos naturales (incluyendo las
la agropecuaria– que se desarrollan en este características del ambiente), y la configuración de
ámbito; “las funciones del espacio rural se los tejidos institucionales” (p. 8).
amplifican con la incorporación de las relativas
al ocio y reserva ambiental” (Gorenstein, 2000, El enfoque del DTR, al igual que en otros
p. 46). Siguiendo la clasificación de la FAO se campos de las políticas sociales y económicas, pos-
trata de tres funciones básicas (Piñeiro, 2001, tula la necesidad de pasar de un diseño y gestión
p. 86): la económica (vinculada con las con- centralizada a la governance, entendida como un
tribuciones que realiza el sector al crecimiento proceso abierto de coordinación económica, social
económico global y está principalmente ligada y política entre una multiplicidad de actores e
a la producción de bienes comercializables de intereses (públicos y privados) que intervienen en
la producción agropecuaria, agroindustriali- territorios rurales. Siguiendo a Cavarozzi (2005):
zación, turismo, etc.); la función ambiental “el DTR resulta de carácter innovador en cuanto
(asociada a la conservación de recursos natu- a procedimientos o modos de intervención de la
rales y a la preservación del medio ambiente); autoridad pública, al propiciar la descentraliza-
y la función social (vinculada al desarrollo del ción y fortalecimiento de los gobiernos locales,
capital social y al mantenimiento de la vida que entiende como un modo de regulación más
comunitaria). sensible a problemáticas altamente heterogéneas,
como es la del desarrollo rural; a la vez que señala
- Énfasis en el territorio como la matriz de un también diferente modo de relacionar gobierno
organización y de interacciones socioeco- y sociedad civil, impulsando la sinergia de ambos
nómicas. Schejtman y Berdegué (2004) sectores mediante procesos de acuerdo y acción
señalan: “desde el punto de vista de cada conjunta – concertación (p. 9-10).
proceso de desarrollo rural en particular,
el territorio no es sino el espacio que sus En suma, este replanteo teórico introduce
agentes reconocen como necesario (o, al cambios en los ejes de discusión y en los problemas
menos, posible) para contener y delimitar resaltados en el debate. Como señala Delgadillo
las relaciones que establecen entre ellos en Macías (2006), es posible establecer una secuencia
el interior, y entre todos y el ‘mundo exter- temporal de los diferentes enfoques y paradigmas
no’, en función de los proyectos u objetivos que han orientado a las políticas de desarrollo
de desarrollo que se proponen emprender. rural. Desde las primeras intervenciones, centradas
Puesto de otra forma, el territorio en cada en el incremento de la capacidad productiva agra-
proceso de desarrollo rural es una construc- ria, pasando, posteriormente, a una línea de mar-
ción social, y no un espacio ‘objetivamente cado carácter sociocultural, se llega a la actualidad,
existente’ y delimitable mediante un puro con la adopción de una multiplicidad de enfoques
ejercicio técnico ex ante, en virtud de una u relacionados con la sustentabilidad ambiental y el
otra variable o conjunto de variables físicas desarrollo humano-territorial sostenible.
o económicas (p. 32).
Otra constatación de interés es que el paradig-
El PNUD (2002), por su parte, enfatiza en la ma de DTR se inspira en enfoques desarrollados
construcción de capacidades competitivas como en el campo de la economía regional e industrial
elemento clave del proceso de DTR: “el grado de durante las últimas décadas. Comprende contribu-
competitividad alcanzado y las posibilidades de ciones, muy variadas, sobre gestación y desarrollo
modificarlo descansan, además de la capacidad de clusters o distritos, regiones de aprendizaje
exportadora (y su particular modalidad de inser- (learning regions) y entornos innovadores (milieu);
ción internacional) y de atracción de inversiones, la línea institucionalista, centrada en el rol de las
en ciertas capacidades básicas relacionadas de una instituciones públicas y la sociedad civil; y, más
u otra manera con la educación, la relación con el en general, el enfoque y modelos de desarrollo
progreso técnico, grupos de activos (o stocks) asocia- endógeno que enfatizan en las dotaciones (natu-

eure 93
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

rales y construidas). Una heterogénea producción en el campo, así como de las necesidades de sus
teórica estimulada por las observaciones de un habitantes, que se buscan satisfacer en el ámbito
conjunto amplio de estudios de caso, varios de rural” (García Ramón et al., 1995, p. 59).
ellos convertidos en tipos ideales de análisis refe-
rencial. En este sentido, buena parte de la literatura Más allá de la diversidad subyacente, estas
latinoamericana reciente refleja evidencias bastante perspectivas superan la histórica dicotomía ana-
distantes a las estilizaciones difundidas desde lítica de lo rural y lo urbano reconociendo, entre
países desarrollados (principalmente europeos). otros procesos, la consolidación de una tenden-
En general, se trata de aglomeraciones con muy cia demográfica predominantemente urbana, el
escasas condiciones endógenas relacionadas con el impacto de este fenómeno sobre la cultura rural
ambiente socioeconómico (medios de producción, (ligada, cada vez más, a expectativas y patrones
insumos, tecnologías, etc.) reducidos a la simple de vida urbanos), y la incidencia -en un sentido
presencia de un conjunto de empresas de un mis- amplio- de las nuevas tecnologías de información
mo rubro, especie de clusters “truncos” (Schejtman y comunicación que mejoran la calidad de las
y Berdegué, 2004), de sobrevivencia o en procesos conexiones rural-urbanas.
de desclusterización debido a la penetración de las
dinámicas globalizadoras (Dirven, 2001). Los estudios sobre el ámbito rural europeo
aluden, habitualmente, a la disolución del límite
Neorruralidad entre ambos tipos de áreas, hasta que de hecho
El concepto de neorruralidad aún se encuentra en muchas circunstancias se transforma en un
en construcción; presenta enfoques diversos según continuum. Méndez (2006) señala: “el continuo
el campo disciplinario de observación y los fenó- urbano-rural no se entiende tan sólo como una
menos o problemáticas que se enfatizan. Desde la descripción de las consecuencias provocadas por
sociología rural, por ejemplo, se hace hincapié en la difusión espacial de la urbanización, sino que
las posibilidades de surgimiento de un conjunto justifica una interpretación del territorio, cons-
social con características complejas y diferentes a truido por una red de relaciones funcionales, en
las de las sociedades que habitan un medio rural donde los efectos multiplicadores generados por
básicamente agropecuario. En el campo de la eco- ciertos núcleos urbanos pueden dinamizar su en-
nomía, tal como se reseñó en el acápite anterior, el torno próximo y servir de soporte –en forma de
concepto se vincula con la búsqueda de soluciones servicios e infraestructuras- a iniciativas surgidas
globales –no sectoriales- para el desarrollo rural. en las áreas rurales, ayudando así a diversificar sus
Por su parte, dentro de la geografía, la noción de economías” (p. 9).
neorruralidad suele asociarse a los nuevos proce-
sos y fenómenos que atraviesan las redefiniciones La aplicación de la noción de neorruralidad en
rural-urbanas, abarcando el “desbordamiento realidades latinoamericanas tiene un estrecho con-
de las fronteras metropolitanas”. De este modo, tacto con las particularidades (sociales, espaciales,
las actividades -y los asentamientos- neorrurales económicas) de los territorios analizados. Craviotti
formarían parte de las denominadas actividades (2005, p. 50), revisando algunos estudios recientes,
compensadoras, definidas como aquellas que combina tres dimensiones: la diversificación de
“...surgen de la necesidad de extensión de la ciudad actividades ligadas a nuevas demandas sociales; la
interrelación rural-urbana; y, la existencia de nuevos

Para una revisión reciente de estas temáticas, véa-
actores. Manzanal (2006, p. 35), por su parte, refiere
se, entre otros, a: Campolina (2003); Méndez (2002); Klink
(2001); Gorenstein (2005). a los procesos y dinámicas que no pueden “focali-

El debate acerca de la neorruralidad cobró impul-
zarse exclusivamente en lo rural” y que se inscriben
so en la Europa de los años ´80 apoyado en las políticas de tanto en los espacios que siguen vinculados a los
la Unión Europea, particularmente el programa LEADER complejos agroalimentarios, como a los que se han
orientado al desarrollo de áreas rurales atrasadas. Más adelan- reestructurado y son asiento de actividades turísticas
te, la noción pasa a ser utilizada en los ámbitos académicos
para identificar actividades a promover dentro del paradigma -ambientales; así como los que han entrado en la
del desarrollo y la sustentabilidad ambiental. marginalidad y/o declive económico.

94 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

En este contexto analítico corresponde ubicar muchos de los conglomerados agrarios y agroin-
el énfasis en la pluriactividad que surge desde las dustriales ubicados en países periféricos, si no la
propuestas de desarrollo rural que se difunden en mayoría, sean enclaves o meras aglomeraciones de
la región. Con frecuencia, señalan Berdegué et. al. supervivencia de microempresas.
(2001, p. 198), el impulso y crecimiento de las acti-
vidades no agrícolas tienen su origen fuera del sector En suma, la distancia refiere no solo a la lejanía
rural una vez que ciertas inversiones (caminos, física a los centros urbanos sino también a los con-
electrificación) reducen la “distancia económica” siguientes costos de transacción con los mercados
que separa al ámbito rural de las fuentes dinámicas (de trabajo, capital, productos e insumos), a las
de demanda de estos bienes y servicios. condiciones de accesibilidad (infraestructuras de
comunicación) y a la naturaleza de los encade-
Este tipo de distancia, a su vez, está relacionada namientos locales. Estas ideas se interrelacionan
con la densidad poblacional. Existe un amplio con la temática del empleo e ingresos rurales
consenso teórico en torno a las graves dificultades no agrícolas que hoy se discuten en los estudios
para cualquier proceso de desarrollo, ocasionadas sobre el medio rural en el país y América Latina.
por una configuración de vastos territorios con una Asimismo, está explícita o implícita la idea de lo
densidad demográfica extremadamente baja y una rururbano en tanto espacio de contacto entre el
polarización entre pocos núcleos urbanos y el resto. campo y la ciudad donde se intercalan diversas
La polarización territorial, expresada en los muy formas de organización territorial, algunas vincu-
diferentes grados de concentración y crecimiento ladas con lo urbano y otras con lo rural, y en los
urbano, constituye un factor importante a la cuales tienen más posibilidades de desarrollarse
hora de explicar las mayores divergencias sociales procesos y fenómenos de la neorruralidad (Barros
en términos de ingresos y acceso a los servicios et al., 2005; Manzanal, 2006).
públicos, así como las pronunciadas diferencias
Queda clara, entonces, la importancia que ad-
económico-productivas de las estructuras rurales
quiere la configuración de la estructura rural-urbana
de los países de la región.
de un territorio en particular, para favorecer, delimi-
Una de las problemáticas asociadas es la distan- tar y/o perturbar la diversificación de ingresos de la
cia entre localidades y ciudades y las deficiencias familia rural, como camino de salida de la pobreza
de infraestructura, sobre todo en las zonas más rural y, entre otros, como forma de vinculación a
remotas. Da Silva (1998) sostiene que las falen- mercados externos dinámicos. En lo que sigue se
cias en términos de infraestructura social básica avanza en estos aspectos a partir de evidencias sobre
y de oportunidades de empleo en actividades no el territorio rururbano bonaerense. Se adopta este
agrícolas convierten a estas localidades en esta- criterio desde una visión que alude a la interpene-
dios intermedios del proceso de éxodo rural, que tración de funciones (rural y urbana), conectada
termina asentado en las regiones metropolitanas. con el contexto analítico de la neorruralidad, aun-
Está claro, a su vez, que la distancia económica y que combinando los factores espaciales (distancia,
las limitaciones vinculadas a los diferentes compo- proximidad en sentido amplio) que contribuyen a
nentes del concepto de proximidad (equipamiento la identificación de las condiciones idiosincrásicas
y capital físico; capacidades, saberes y conocimien- de la realidad provincial en cuestión.
tos; densidad del tejido institucional, etc.) tienen
efectos innegables sobre muchas producciones de- Territorios y dinámicas rururbanas
sarrolladas en los poblados rurales. Dirven (2001) bonaerenses
señala que estos factores explican el hecho de que
Regionalización y ruralidad: aspectos metodológicos

La noción de pluriactividad alude a la diversifica- Campo y ciudad no significan lo mismo
ción de los ingresos de la familia rural, como resultado de en todos los lugares; la literatura especializada
la ocupación de sus miembros en actividades agrícolas y en
muestra diversos criterios operacionales que, en
una amplia gama de actividades no agrícolas. Una visión de
esta temática puede verse en Berdegué et al. (2001); Craviotti rasgos estilizados, pueden agruparse según cuatro
(2006), entre otros. enfoques dominantes (García Ramon et al., 1995,

eure 95
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

p. 36-41; Calatrava y Melero, 2003, p. 101-102): En el presente estudio se ha intentado una


i) el administrativo, donde lo rural es definido por aproximación a los criterios contemporáneos de
el sector público en función de la existencia o no ruralidad, teniendo en cuenta la particular confi-
de servicios básicos; ii) el de baja densidad demo- guración territorial de la provincia de Buenos Ai-
gráfica y de construcciones, centrado entonces en res. En efecto, dada la histórica segmentación entre
la morfología o distribución del área. El tamaño la Región Metropolitana y el Interior provincial,
del núcleo de población es el más utilizado, ob- se ha definido el umbral de 16,73 hab. /km2 para
servándose una fuerte diferenciación entre países diferenciar entre los partidos rurales y los urbanos.
y regiones respecto al límite para determinar un El cálculo de densidad poblacional contempla un
carácter rural; iii) el que privilegia la actividad total de 109 partidos, considerando que entre los
económica agraria (porcentaje de población activa habitantes de los partidos que integran el tercer
agraria, relación entre los usos del suelo de tipo cordón metropolitano bonaerense, así como de
agrario y urbano, etc.); iv) centrado en variables aquellos donde se ubican las ciudades más im-
cualitativas como la relación de la población con portantes de la provincia (Ver Figura 1), hay un
el entorno, arraigo y otros elementos identitarios, conjunto significativo relacionado a la actividad
por ejemplo, las actitudes o consideraciones socia- agropecuaria y rural en general.
les que rescatan las diferencias entre el campo y
la ciudad (comportamiento electoral, relaciones Teniendo en cuenta lo anterior, se tipifica
interpersonales). Estas alternativas pueden, a su como:
vez, combinarse en indicadores múltiples que per- - predominantemente rurales: a las áreas
miten una explicación más completa del espacio donde el 50% o más de la población vive
y la sociedad rural. en partidos considerados rurales;
Los ejes de debate teórico en torno a la rura- - significativamente rurales: si la proporción
lidad, señalados en el acápite anterior, también de la población que vive en partidos rurales
se expresan en nuevas propuestas metodológicas está entre el 15% y 50%;
para una mejor aproximación a la visión sobre la
integración funcional rural-urbana. En tal sentido, - predominantemente urbana: menos del 15%
centran la atención en estructuras interconectadas de su población vive en partidos rurales.
donde las ciudades o aglomeraciones actúan como
ejes vertebradores de asentamientos poblacionales Esta caracterización se aplica a la regionali-
de menor tamaño. De este modo, es cada vez más zación utilizada habitualmente por organismos
habitual que el territorio se divida en zonas y que oficiales, que divide a la provincia en ocho zonas
se utilice el criterio de densidad poblacional para la agro-productivas: zona núcleo agrícola del norte
distinción entre las áreas rurales y las urbanas. (ZNAgN); Zona Mixta del Noroeste (ZMxNO);
Zona Mixta del Centro (ZMxC); Zona Noreste
(ZNE); Zona Ganadera de la Cuenca del Salado
(ZGCS); Zona mixta del Centrosur (ZMCS);

En Argentina el criterio censal de distinción entre lo Zona Mixta del Suroeste(ZMSO); Zona de riego
rural y lo urbano es de 2.000 habitantes, mientras es de 300
en Dinamarca, por ejemplo, o de 30.000 en Japón.
y ganadera árida del Sur (RGASur). (Ver Figura 2).
De este modo, se intenta una aproximación a la

La OCDE (1994) distingue entre dos niveles je-
intensidad del proceso (ruralidad-urbanización).
rárquicos de unidades territoriales: a nivel de la comunidad
local, son rurales aquellas con una densidad menor a los 150
hab./km2; a nivel regional, diferenciando entre tres tipos se-
gún población, las predominantemente rurales (más de un
50% de la población vive en comunidades rurales), significa-
tivamente rurales (entre el 15 y el 50% de la población vive 
Combina dos criterios: i) geográfico: agrupa a los
en comunidades rurales) y predominantemente urbanas (me- partidos en grandes unidades (norte, centro, sudoeste, etc.)
nos del 15% de la población vive en comunidades rurales). y ciertas características ecológicas (cuenca del Salado, árida
La Unión Europea, por su parte, ajusta en 100 hab. / km2 el y de riego del sur); agro-productivo: producción dominante,
umbral de densidad de población de las comunidades rurales delimitando dichas unidades geográficas según predominio
(Calatrava y Melero, 2003). agrícola, ganadero o ambas.

96 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

Figura 1. Mapa de la Provincia de Buenos Aires. Partidos clasificados según cantidad de habitantes

Fuente. Elaboración propia

Tendencias demográficas 13%, alcanzando sólo un 9% en la década del 70.


Históricamente, el interior bonaerense -al igual En este período, el proceso de urbanización de la
que el conjunto del espacio productivo pampea- población provincial supera al que se produce en el
no- se ha caracterizado por un elevado índice de total del país, reflejando los efectos de la corriente
urbanización derivado, entre otros factores, de migratoria atraída por el desarrollo de actividades
los rasgos tecno-productivos que sustentaron la manufactureras localizadas en la porción bonae-
trayectoria de la actividad agropecuaria desde la rense del área metropolitana.
etapa agroexportadora. Desde esta fase se fue cris-
talizando un ámbito espacial organizado en forma Diferentes dinámicas en la agricultura impulsan
jerárquica según el alcance y complejidad de las la urbanización de la población rural bonaerense.
interconexiones rural-urbanas: junto a los centros Un proceso de rururbanización típicamente pam-
de mayor tamaño, un grupo de pequeños y me- peano, donde una alta proporción de productores
dianos poblados fueron integrando la estructura reside en la ciudad cabecera o más importante del
urbana del interior provincial (Gorenstein, 2000). distrito (partido o departamento, según provincia).
Entre 1947-1960, la participación en el total de la La fase de modernización del agro pampeano más
población rural bonaerense desciende del 29% al reciente, motoriza otras transformaciones estructu-

eure 97
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

Figura 2. Zonas agroproductivas y grados de ruralidad

Fuente. Elaboración propia

rales que alteran las características de la migración nes agropecuarias (EAPs) desciende un 33% en el
rural bonaerense. Por un lado, las nuevas formas período 1988-2002, considerando el realizado por
organizacionales que se difunden en el agro (pool los productores y familiares así como del personal
de siembra, consorcios de inversiones), sumado a asalariado.
las mayores exigencias en términos de tamaño y
escala económica de las explotaciones, complejiza La dinámica demográfica no ha sido uniforme
la evolución y posibilidades de inserción de los entre las regiones y los partidos que las integran;
pequeños y medianos productores familiares. En siguiendo los criterios ya comentados, el resultado
este sentido la información del Cuadro 1 es muy entre los dos últimos censos va asociado a un con-
ilustrativa: el trabajo permanente en las explotacio- junto de datos interesantes (Ver Cuadros 2 y 3):

98 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

Cuadro 1. Provincia de Buenos Aires. Empleo Rural Permanente en EAPs. 1988 – 2002

Relación con el productor 1988 2002 Variación (%)


Productor 68.673 54.184 -21
Familiares del productor 27.212 12.343 -55
No familiares del productor 85.794 54.936 -36
Total 181.679 121.463 -33

Fuente. CNA 1988 y 2002, en base a información Dirección de Estadística de la Provincia de Buenos Aires

Cuadro 2. Provincia de Buenos Aires: evolución de la población en partidos rurales y urbanos. Dinámica poblacional
de partidos rurales, 1991-2001.

Partidos Población Variación Variación


Dinámica
Tipo % pob. 1991-2001 1991-2001
poblacional Nº 1991 2001
2001 (en hab.) (en %)
Rurales Expulsan 18 26,9 261.263 250.399 -10.864 -4,2
Mantienen 35 52,2 892.645 907.077 14.432 1,6
Atraen 14 20,9 178.709 205.503 26.794 15
Total 67 100 1.332.617 1.362.979 30.362 2,3
Urbanos 42 3.268.434 3.719.596 451.162 13,8
Fuente. Elaboración propia en base a información de INDEC, CNP 1991; 2001.

- La población de los 67 partidos rurales su- Cuenca del Salado y el Noreste, agregados
peraba el millón trescientos mil habitantes regionales con tasas de crecimiento pobla-
en el último registro censal, un 27% de la cional superiores a la del conjunto provincial
población de las ocho zonas agro-productivas (10,4%). En cambio, en las Mixtas del
consideradas y un 10% del total de la provin- Centro y Suroeste se ubica la mayoría de
cia. Más de tres millones y medio de personas los partidos que pierden habitantes.
se distribuyen en los 42 partidos urbanos,
una magnitud que se reduce sustantivamente - Los centros que más crecen son las cabe-
(casi 1.600.000 habitantes) si se deja de lado ceras de partidos o los de mayor jerarquía
el tercer cordón metropolitano, la unidad urbana, los ubicados en las proximidades
territorial más urbanizada de la provincia. del cordón metropolitano bonaerense, y
Esta zona -el Noreste- gana representación los que delimitan los municipios costeros.
en el agregado provincial (del 36 al 39% En tal sentido, resulta ilustrativa la tasa de
entre 1991-2001) mientras que la Cuenca crecimiento de Pinamar, Gesell y las dos
del Salado manifiesta una leve subida. localidades del Municipio de la Costa (Mar
de Ajó y San Bernardo) que explican más
- Entre los distritos rurales, 18 son expulsores, del 30% del incremento poblacional regis-
otros 35 mantienen y 14 han ganado po- trado en la cuenca del Salado, así como los
blación en el período. Esto significa un au- casos de Pilar y Escobar que en conjunto
mento de un poco más de 30.000 personas representan casi el 41% de la suba absoluta
habitando en el medio rural, que contrasta de población experimentada por la zona
con casi el medio millón de crecimiento en noreste. En general, el peso de la población
el volumen censado dentro de los ámbitos asentada en las cabeceras de partido ha
urbanos. Excepto dos casos (Carmen de Are-
co y Trenque Lauquén) los partidos rurales
que han atraído población se ubican en la

eure 99
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

Cuadro 3. Provincia de Buenos Aires: población en zonas agroproductivas. Dinámica poblacional de los partidos
que las componen, 1991-2001.

% de la % de la
Variación
Partidos que población población Partidos Partidos
ZONA población
la conforman provincial provincial ganadores perdedores
(%)
en 1991 en 2001
Mixta del Centro 8 5,6 5,18 0 4 2,3
Mixta del Sur Oeste 8 9,68 9,01 0 3 2,8
Mixta del Noroeste 14 5,43 5,08 1 5 3,3
Mixta del Centro Sur 12 20,22 19,24 2 4 5,1
Núcleo Agrícola del
11 10,83 10,31 3 1 5,1
Norte
Ganadera de la
25 10,78 11,08 10 2 13,5
Cuenca del Salado
Noreste 29 36,33 39,02 21 0 18,7
De Riego y Ganadera
2 1,13 1,07 0 0 4,9
Árida del Sur
Fuente. Elaboración propia en base a información de INDEC. CNP 1991; 2001.

seguido aumentando, si bien se presentan cada. Las restantes regiones, en cambio, muestran
casos como el sur de la provincia (zona de el predominio de la ruralidad con intensidades
riego y ganadera árida del sur) donde las lo- distintas (Ver Cuadro 4 y Figura 2).
calidades ubicadas en la cuenca de riego de la
Corporación de Fomento del Río Colorado En segundo lugar, la visión de la distribución
(CORFO) han crecido mucho más que las territorial de la población en los 109 partidos es
respectivas capitales de distrito (Médanos bastante expresiva del patrón de urbanización y
en Villarino y Carmen de Patagones en el la forma en que se organizan los sistemas urbano-
partido del mismo nombre). regionales en el llamado interior de la provincia
(Ver Cuadros 5 y 6):
Reconfiguración rural-urbana
- En el extremo sur, la zona de riego y gana-
Al igual que el crecimiento demográfico, el dera (partidos de Villarino y Patagones), con
proceso de urbanización ocurrió con una fuerte apenas el 1% de la población provincial,
diferenciación entre las regiones consideradas. mayoritariamente aglomerada en localidades
En primer lugar, condensando regionalmente esta menores a los 10.000 habitantes; en cambio,
información según el corte urbano-rural adoptado, en el NE sólo un 8% de su población se
el grado de la urbanización provincial se redimen- distribuye en localidades de este tamaño.
siona. En efecto, sólo las regiones núcleo del norte Así, en esta región más de la mitad de sus
y la del noreste pueden considerarse urbanizadas, habitantes se concentran en tres ciudades
con centros de porte medio y no metropolitanos (La Plata, Pilar y Zárate) con una población
que han seguido creciendo durante la última dé- superior a los 100.000 habitantes, y los
restantes se distribuyen en centros como
Campana, Berisso, Ensenada, San Pedro
8
Berger (2003) presenta evidencias sobre el compor- y Zárate, y un conjunto de ciudades entre
tamiento de los productores agropecuarios asentados en un
partido próximo al ámbito metropolitano. Entre los titulares 10.000 y menos de 50.000. El rasgo de
de EAPs del partido de Cañuelas, por ejemplo, un poco más concentración geográfica de la población
del 40% reside en Capital/GBA, en tanto que el 18,3% reside en ciudades de más de 100.000 habitantes
en el establecimiento (en áreas rurales) y un 38,3% reside ma- también se manifiesta en la zona mixta del
yoritariamente en la ciudad de Cañuelas y en escasa medida
en localidades de otros partidos cercanos. centrosur, donde alrededor de la mitad de

100 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

Cuadro 4. Provincia de Buenos Aires: grado de ruralización en zonas agroproductivas.

Zona % Población en partidos rurales Tipo de Región


Ganadera de la Cuenca del Salado 81,3 Predominantemente Rural
Mixta del Centro 61,7 Predominantemente Rural
Mixta del Centro Sur 18,1 Significativamente Rural
Mixta del Noroeste 100 Predominantemente Rural
Mixta del Sur Oeste 24,5 Significativamente Rural
Núcleo Agrícola del Norte 9,9 Predominantemente Urbana
Noreste 4,5 Predominantemente Urbana
De Riego y Ganadera Árida del Sur 100 Predominantemente Rural
Fuente. Elaboración propia en base a información de INDEC-CNP, 2001.

su población se aglomera en las capitales de - Por último, los datos desagregados por par-
los partidos de Gral Pueyrredón y Tandil, y tido reafirman la urbanización de la zona
la del sudoeste (Bahía Blanca). núcleo agrícola del norte, la de mayor den-
sidad (casi 30 habitantes por km2) fuera de
- En la Cuenca del Salado, sólo dos ciudades la unidad territorial integrada por partidos
superan los 50.000 habitantes: Olavarría del cordón metropolitano (zona noreste).
y Azul, ambas junto a las 14 localidades Una sola ciudad -cabecera de partido- que
del estrato inferior absorben un 78% de supera los 100.000 habitantes (San Nicolás
la población; el resto de los habitantes se de los Arroyos), con algo más del 25% de
distribuye en 70 aglomeraciones menores la población regional, y una red de nueve
a los 10.000. De forma similar, en la zona centros pequeños y medianos, también
mixta del noroeste se ubica una malla de 72 cabeceras de partido, con una población
localidades menores a los 10.000; mientras superior a los 10.000 y menos de 100.000,
que aquí se concentran casi la mitad de sus donde se localiza más del 64% de la misma.
habitantes los restantes lo hacen en 6 centros Adicionalmente, las localidades ubicadas en
que superan los 10.000 habitantes pero lle- los dos estratos inferiores pierden participa-
gando sólo en el caso de Trenque Lauquén ción entre los dos censos.
a los 30.000. Cabe hacer notar, en este caso,
otro fenómeno ilustrativo: la población Las evidencias anteriores sugieren el manteni-
asentada en pequeños centros (entre 2.000- miento de un movimiento natural positivo de la
9.999 habitantes) disminuyó, por el cambio mayor parte de los centros medianos, dentro del
de intervalo de las cabeceras de partido como área no metropolitana. El crecimiento demográfi-
Daireux y América, mientras que la canti- co, conjugado con el proceso de urbanización, im-
dad de habitantes de las localidades rurales plicó el aumento de la red urbana de ciudades con
prácticamente se mantiene en el período una población superior a los 10.000 habitantes,
considerado. En la zona mixta del centro, las de 69 en 1991 a 76 en 2001, con 21 que superan
localidades menores a los 10.000 habitantes los 50.000 habitantes. Esto significa, básicamente,
concentran un 9% del total de la región, y que los pequeños pueblos dispersos y localizados
es en los centros entre este piso y menos de en la zona de influencia siguen siendo un estadio
100.000 habitantes donde se aglomera más intermedio para las migraciones en dirección a los
del 80% de los habitantes. Al igual que en el centros mayores.
caso de la GCS, se produce un aumento en
la jerarquía urbana de la región por el paso Una segunda cuestión es la configuración
de la ciudad cabecera de Chivilcoy al rango espacial de estas ciudades con sus respectivas
que supera los 50.000 habitantes. subregiones. Aquí cabe seguir pensando en
términos de “urbanización polarizada”, esto es:

eure 101
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

Cuadro 5. Provincia de Buenos Aires. Población de las zonas agroproductivas por tamaño de localidad. Participa-
ción sobre población total de la zona, 1991-2001.

Ganadera de la
Mixta del Centro Mixta del Centro Sur
Cuenca del Salado
Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001 1991 2001
0-1999 4,1 3,6 11 9,4 2,4 3,2
2000-9999 19,6 18 8,1 8,7 4,5 4,4
10000-49999 58,7 52,2 80,8 59,9 15,7 15,9
50000-99999 17,6 26,3 0 22 18,8 8,5
100.000 – 249999 0 0 0 0 0 10,7
Más de 250.000 0 0 0 0 58,6 57,4
100 100 100 100 100 100

Mixta del Noroeste Mixta del Sur Oeste Noreste


Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001 1991 2001
0-1999 16 15,2 4,3 4,9 2,2 2,1
2000-9999 40,5 30,8 12,6 11,8 6,2 5,7
10000-49999 43,6 54 7,9 8,2 22,6 15,5
50000-99999 0 0 13,4 13 18,2 25,4
100.000 – 249999 0 0 0 0 16,9 21,2
Más de 250.000 0 0 61,8 62 34,1 30
100 100 100 100 100 100

Núcleo Agrícola del Norte De Riego y Ganadera Árida del Sur


Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001
0-1999 6 5,7 16,9 11,3
2000-9999 7,1 4,6 39,3 49,2
10000-49999 26,9 30,8 43,9 39,6
50000-99999 33,8 33,8 0 0
100.000 – 249999 26,1 25,2 0 0
Más de 250.000 0 0 0 0
100 100 100 100
Fuente. Elaboración propia en base a información de INDEC-CNP 1991; 2001.

unos pocos centros urbanos de medio o gran porte jerárquica a lo largo de las redes camineras y los
distantes entre sí, donde se dan relaciones verticales, corredores ferroviarios (en general, desactivados).
jerárquicas, entre cada centro y su hinterland. Este Por otro lado, la extensión geográfica del territorio
patrón surge básicamente de dos factores: por un regional y el desarrollo de las aglomeraciones
lado, la existencia de un grupo discontinuo de secundarias que, sostenidas en primer lugar por su
poblados, cuyo tamaño no justifica la producción propio crecimiento demográfico, se han tornado en
local de ciertos bienes, articulados en forma oferentes de estos pequeños pueblos.

102 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

Cuadro 6. Provincia de Buenos Aires. Cantidad de localidades por zona agroproductiva. Clasificación según
tamaño, 1991-2001.

Ganadera de la
Mixta del Centro Mixta del Centro Sur
Cuenca del Salado
Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001 1991 2001
0-1999 44 51 54 55 52 56
2000-9999 18 19 5 6 9 7
10000-49999 14 14 7 6 6 6
50000-99999 1 2 0 1 2 1
100.000 – 249999 0 0 0 0 0 1
Más de 250.000 0 0 0 0 1 1
Total Localidades 77 86 66 68 70 72

Mixta del Noroeste Mixta del Sur Oeste Noreste


Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001 1991 2001
0-1999 56 58 39 42 70 86
2000-9999 16 14 13 12 17 19
10000-49999 4 6 2 2 13 13
50000-99999 0 0 1 1 4 7
100.000 – 249999 0 0 0 0 2 2
Más de 250.000 0 0 1 1 1 1
Total Localidades 76 78 56 58 107 128

Núcleo Agrícola del Norte De Riego y Ganadera Árida del Sur
Intervalo de población (habitantes) 1991 2001 1991 2001
0-1999 47 50 10 9
2000-9999 8 7 4 5
10000-49999 6 7 1 1
50000-99999 2 2 0 0
100.000 – 249999 1 1 0 0
Más de 250.000 0 0 0 0
Total Localidades 64 67 15 15
Fuente. Elaboración propia en base a información de INDEC-CNP 1991; 2001.

Estas tendencias, sin embargo, no provocan nales y conexiones interurbanas derivadas de la


inflexiones a la trayectoria anterior en la pro- insuficiente articulación del sistema de transporte
vincia: i) una urbanización con pocos centros y sus excesivos costos.
intermedios, entre el gran aglomerado metropo-
Los territorios de la pluriactividad
litano-bonaerense y los centros posicionados en
una dimensión mayor a los 100.000 habitantes; El tema de la pluriactividad en el agro pam-
ii) crecimiento urbano por succión del espacio peano se ha convertido en un eje importante de
rural envolvente. En este contexto, se plantean estudios recientes (Neiman y Craviotti, 2005).
limitaciones en las accesibilidades locales-regio- Aun cuando se reconoce una menor difusión en

eure 103
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

relación a otras regiones del país, su presencia entre - Territorios rurales donde se combina la
las estrategias y senderos evolutivos de los peque- dinámica de centros logísticos. En un
ños y medianos productores familiares indicaría sentido amplio abarcan desde las funciones
que el fenómeno trasciende a los sectores pobres. portuarias para los complejos agro-expor-
Tort y Román (2005) sistematizan contribuciones tadores tradicionales (cereales, oleaginosos,
recientes en esta línea y señalan que: “la multiocu- carne) pasando por las administrativo-
pación o pluriactividad es elegida, en muchos gubernamentales relacionadas con estos u
casos, como la vía de superación a la crisis de este otros complejos agroalimentarios, hasta las
tipo de productores, (mientras que) para otros vinculadas al comercio y otros servicios.
se constituye en la vía de ingreso a la actividad Poseen una fuerte institucionalidad público-
(agropecuaria) (…) Mientras el empleo asalariado privada relacionada con estas producciones;
aparece entre los productores pluriactivos como el además, son los ámbitos desde donde
más frecuente en regiones de características más se proveen los servicios más complejos
campesinas como el NOA y NEA, el cuentapro- (asesoramiento tecnológico, provisión de
pismo predomina en las provincias que conforman algunos insumos, sistemas de información
la región pampeana” (p. 52-53). y comercialización, etc.), y en los cuales
suelen reciclarse ciertos ingresos del sector
Las posibilidades y dimensión de los ingresos primario (inversiones inmobiliarias, flujos
extraprediales o de ingresos no agrícolas para la po- financieros, bienes de consumo, etc.). Las
blación rural están también asociadas a la variedad industrias agroalimentarias poseen un peso
de situaciones o de configuraciones territoriales. importante y dentro de ellas, se distinguen
Por un lado, no puede desconocerse la influencia las empresas medianas-grandes que operan
que ejerce el entorno económico urbano-regional en mercados extra-regionales (nacionales e
en relación a la demanda de bienes y servicios del internacionales). Como su estructura pro-
medio rural, así como ámbito donde se concentran ductiva es más diversificada, habitualmente
diversos mercados de trabajo. Por otro lado, existen atraen los flujos migratorios rurales o de
distintos tipos de territorios, zonas, centros, etc. y otros poblados y centros regionales menores,
vinculaciones con la base agropecuaria. En la lite- que buscan trabajo, educación, etc. Además
ratura se encuentran varias tipologías. Schejtman de las ciudades-puerto de Bahía Blanca y
y Berdegué (2004) refieren a la realizada por Da Necochea, puede ubicarse en este grupo
Veiga (2001) que se basa en el dinamismo relativo a las dos ciudades de mayor importancia
del territorio combinado con la estructura agraria; en la provincia (La Plata y Mar del Plata),
Berdegué et al. (2001), asocian el desarrollo del integrando las regiones MxSO, MxCS y
empleo rural no agrícola (ERNA) con la existencia NE. En el cordón metropolitano bonaerense
de fuentes de demanda (motores endógenos y exó- como en las distintas ciudades del interior
genos) asentadas en la propia actividad primaria, funcionan los denominados cinturones ver-
sus encadenamientos, y en aquella derivada de la des, integrados por una trama de quintas o
población y expansión urbana. huertas familiares –y otras de características
más empresariales-, cuya producción se
En el presente estudio se ha trabajado con una
destina especialmente a verduras de hoja y
tipología territorial combinando tres elementos: i)
hortalizas de estación.
las funciones urbanas relacionadas con el entorno
rural y, específicamente, la actividad agraria; ii) - Territorios rurales donde se combinan diná-
grado relativo de diversificación de la estructura micas de centros neo-rurales. Su rasgo dis-
productiva y, por lo tanto, la apertura en rela- tintivo es la descentralización residencial y
ción a las oportunidades de trabajo o ingreso no otras actividades de “compensación urbana”,
agrícola tanto rural como urbano; iii) presencia en especial las vinculadas con servicios de
regional de actividades agrícolas intensivas. En ocio y turismo. Así, desde los barrios cerra-
base a estos criterios se han identificado tres tipos dos y countries a los nuevos emprendimien-
de situaciones: tos ligados a proyectos agro-productivos

104 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

Cuadro 7. Provincia de Buenos Aires. Situación Territorial según potencialidad para el empleo rural no agrícola
(ERNA).
Centros Fuentes o motores Potencialidad Ejemplos Zonas Agroprod.
ERNA por vínculos Servicios a la produc-
hacia delante comple- ción (asesoramiento
jos agro-exportadores tecnológico, provisión
y otros agroalimen- de insumos, comercia-
tarios lización; portuarias)
Agroindustrias MxSO y MxCS
Mercado de trabajo
ERNA vinculado
demanda diversificada Alta
de bienes y servicios
población urbana
Logísticos
ERNA asociado
Funciones abiertas

Turismo
al consumo de la Servicios en casas de
población urbana fin de semana (jardi-
y a la expansión nería, limpieza…)
metropolitana Construcción
Neo- GCSal (partidos cos-
rurales Alta Comercio-Servicios teros); NE y NAgN
Agro ERNA por vínculos Contratistas de
ciudades de producción con maquinaria
actividades agrope- Agro-servicios
Funciones

Centros
Cerradas

cuarias y agroalimen- Medio-Bajo o Transportistas


para-agra- muy bajo según Agroindustrias MxNO, MxC y
tarias
rios los casos Empleo público RGASur.
Fuente. Elaboración propia a partir de Berdegué et. al. (2001).

(en general, de la mano de emprendedores miento poblacional y un flujo de inversiones


urbanos), pasando por las instalaciones en el sector turismo.
dedicadas total o parcialmente al turismo - Territorios rurales donde se combinan
rural en diferentes variantes (de estancia, dinámicas de agrociudades, y centros para-
granjas educativas, visitas gastronómicas, agrarios. Se distinguen por tener una base
etc.), se derivan demandas de bienes y ser- económica significativamente asociada al
vicios en cuya producción pueden intervenir sector agropecuario y, más en general, agroa-
habitantes del medio rural. Por su parte, la limentario. Naturalmente, ambos conjuntos
agricultura se destaca por el desarrollo de difieren en dimensión y alcance de las cade-
actividades intensivas como los cultivos nas de valor ligadas al agro regional. En las
bajo invernáculo, la floricultura u otras primeras, se localizan importantes estructuras
producciones de este tipo que constituyen de acopio y comercialización de granos,
mercados de hacienda, algunos frigoríficos,
otra fuente de empleo. Numerosos centros
filiales de molinos nacionales e internaciona-
de la región NE como Pilar, Escobar, Luján,
les, así como otras plantas agroindustriales de
Tigre, Gral. Rodríguez, Cañuelas, entre alcance nacional. Se suma, en la mayor parte
los más importantes, son buenos ejemplos de los casos, la presencia de microempresas
en este sentido (Barros et al., 2005). Pero, y pequeñas firmas familiares-semiartesanales
además, cabe contemplar en este marco a (panaderías, fábricas de pastas frescas, etc.)
los centros costeros de la ZGCSal que en los orientadas a sus mercados locales/zonales así
últimos años han experimentado un creci- como algunos establecimientos integrados a

eure 105
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

la actividad primaria (tambos, chacinados, noroeste, junto a la urbanizada del NE, es donde
miel, quesos, etc.) que funcionan con una mí- se presenta la mayor proporción de pluriacti-
nima dotación de trabajadores o constituyen vidad extrasectorial. Un estudio reciente sobre
la base de ocupación y/o complementación los productores familiares bonaerenses también
de ingresos de explotaciones familiares. En presenta evidencias asociadas a la heterogeneidad
los centros para-agrarios, aunque de mucha territorial de las estrategias de pluriactividad. En
menor magnitud, se encuentran las funciones un partido agrícola como Tres Arroyos: “el ingre-
vinculadas con la provisión de insumos, agro- so extrapredial como fuente principal no fue un
servicios (acopio, reparación de maquinarias dato relevante, ya que solamente un 14% de los
y herramientas, abastecimiento) comercios, productores lo señalaron como determinante de
y servicios personales para el abastecimiento sus ingresos; en los productores familiares fue aún
de estas comunidades. Se trata de localidades menos significativo”. En cambio, en Azul -zona
o pueblos más pequeños cuya importancia, a ganadera de la cuenca del Salado-, “el ingreso ex-
los fines de esta tipificación, es el proceso de trapredial era muy relevante, ya que el 45% de los
crisis económica y “vaciamiento” poblacional productores declararon que era la principal fuente
que atraviesan desde hace algo más de dos de sus ingresos”. No obstante, en su composición
décadas. se revela que parte de estos ingresos “provenían
de ocupaciones de baja remuneración (pequeños
Está claro, entonces, que no todos los centros comerciantes, empleados, tareas rurales, etc.) o
presentan el mismo grado de dependencia respecto pasividades”. Pergamino (zona núcleo agrícola
al hinterland rural-agrario, ni el mismo tipo de del norte) muestra, por su parte, la incidencia del
vinculaciones. Siguiendo estos criterios, en el trabajo por cuenta propia o empresario con un
Cuadro 7 se asocian elementos de la propuesta de leve predominio de las ocupaciones desempeñadas
Berdegué et al. (2001) centrada en las fuentes que dentro del sector agropecuario, mientras en el par-
motorizan el empleo rural no agrícola.
tido de Luján (dentro del cordón metropolitano
El estudio del PROINDER-IICA (2006) da del NE), “el 38% de los productores declaró que
cuenta de un total de 31.184 pequeños productores sus ingresos eran preferentemente extraprediales”
agropecuarios (PPA) en el total de partidos provin- (González, 2005, p. 76-78 y 105).
ciales contemplados aquí, de los cuales casi un 24%
desarrolla actividades fuera de la explotación, dentro Nuevos y viejos ámbitos para la
o fuera del sector agropecuario. La proporción es governance rural
similar entre los que realizan tareas relacionadas
En el primer acápite de este trabajo se ha
con la actividad propia y los que se desempeñan
señalado que el enfoque de DTR enfatiza en la
en actividades diferentes. Si se comparan estos in-
necesidad de reconstrucción y fortalecimiento
dicadores con los que se registran a nivel nacional,
de la institucionalidad rural sobre la base de
el dato más interesante es que alrededor del 55%
diferentes organizaciones de la sociedad civil y el
de los PPA pluriactivos nacionales trabaja como
partenariato público-privado. En otros términos,
asalariado, mientras que a nivel provincial o de
plantea la complementariedad y adecuación del
región pampeana sólo representan un 37% y 35%
marco institucional para lograr la participación
respectivamente. No hay diferencias significativas
y canalización de las iniciativas locales, sociales y
entre los que trabajan por un salario dentro y fuera
privadas. En esta línea, el enfoque pone el acento
del sector a nivel provincial o de región pampeana,
en (De Janvry y Sadoulet, 2001; BID, 2005):
mientras que a nivel nacional un 62% de los que
trabajan por un salario lo hace fuera del sector. - el protagonismo de las organizaciones de la
sociedad civil y los gobiernos locales.
Visto por regiones, surgen algunos datos
ilustrativos: las regiones con mayor incidencia de 
La propuesta para la Estrategia de Desarrollo Rural
la pluriactividad en PPA son la MxNO, la GCSal de Argentina (RIMISP, 2006) sigue, en términos generales,
y la MxC. En las regiones mixtas del centro y estos lineamientos.

106 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

- la descentralización municipal como ins- de los gobiernos locales. Esto puede incluso
trumento potencialmente efectivo para la reflejarse en el status que pueden tener frente
implementación de planes y programas a los ministerios que supervisan el funciona-
de DR miento. Las ciudades más grandes tendrán
una posición mejor que aquellas pequeñas;
¿Cómo se motorizan estos procesos? o, desde una
pregunta más específica, ¿hay un modelo de gestión - lo anterior juega un rol tan significativo que
institucional para inducir este cambio de rumbo? puede hablarse de la presencia de otro círculo
vicioso del desarrollo espacial. Asimilando el
Los gobiernos locales argumento de Myrdal, en torno al movimiento
El énfasis en el rol de los gobiernos locales no de los recursos privados, “las diferencias exis-
es novedoso. Sin duda, los cambios en las reglas del tentes entre las autoridades locales tenderán
juego que acompañaron a las políticas de liberali- a ocasionar flujos de recursos públicos en la
zación y desregulación en el marco del proceso de misma dirección, reforzándose mutuamente y
“ajuste estructural”, tuvieron una decisiva influencia tendiendo por lo tanto a fortalecer las estruc-
en las propuestas de descentralización territorial y su turas espaciales existentes” (p. 20).
tendencia ascendente en el campo normativo.
Cavarozzi (2005, p. 5) llega a conclusiones
Más recientemente, la visión de un papel más similares al analizar las condiciones de los munici-
prominente de los gobiernos locales se ha insta- pios argentinos para intervenir en la Estrategia de
lado a través de las distintas vertientes teóricas DTR: “debilidad del sector municipal para la for-
del desarrollo endógeno local. Una vez más, bajo mulación y ejecución de políticas. Esta debilidad,
la inspiración de experiencias exitosas en países especialmente manifiesta en una baja participación
desarrollados –fundamentalmente europeos y, en en el conjunto del gasto público y escaso desarrollo
muchos casos, con larga trayectoria en autonomías de la capacidad burocrática instalada”. En Buenos
locales regionales-, este principio orientador apa- Aires, el autor reconoce:
rece como normativa básica que tiene aceptación
i) que está en el promedio de las provincias en
generalizada. Entre lo que debería ser y lo que
términos de descentralización económica
es se plantea, sin embargo, una gran distancia,
y financiera (especialmente el inmobiliario
sobre todo cuando se trata de los estados locales
rural);
en escenarios periféricos; Hilhorst (1997, p. 19)
sistematiza los problemas más habituales a partir ii) que existirían capacidades efectivas para asu-
de evidencias en ciudades secundarias: mir la descentralización dado que los muni-
cipios poseen una alta autonomía financiera,
- inadecuación de los fondos para encarar ne-
una trayectoria descentralizante del Estado
cesidades locales y asignación inapropiada de
entre moderada y alta, y un alto desarrollo
gastos; el gasto recurrente (particularmente
burocrático (sin grandes diferencias entre
salarios) toma una porción considerable del
Gran Buenos Aires, Gran La Plata y el Interior
presupuesto;
bonaerenses, e incluso a favor de éste);
- los ingresos per cápita son generalmente muy
iii) en este marco, los municipios del interior
bajos; los mecanismos de captación de ingresos
son relativamente menos autónomos finan-
son inefectivos; no hay o son muy débiles los
cieramente pero tienen un gasto per cápita
mecanismos para definir o promover activida-
que triplica al del Conurbano y lo duplica
des económicas, y faltan mecanismos legales
en la relación agente/población.
que puedan constituir la base para gravar con
impuestos a los actores locales; Organizaciones agro-rurales
- bajos niveles de desarrollo económico limi- Durante las dos últimas décadas surgieron
tan las posibilidades de una descentraliza- múltiples formas de organización de las sociedades
ción efectiva y, asimismo, las capacidades rurales, fortalecidas a su vez por la propia lógica del

eure 107
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

accionar público, con una expansión significativa iii) esquema de financiamiento (fideicomiso);
de las de orientación económica, relacionadas con iv) potencial proyección del modelo articulación
los objetivos de: reconversión productiva y nuevos público-privada para la expansión del sistema de
mercados; integración agroindustrial; financia- electrificación rural en las áreas afectadas.
miento alternativo; comercialización comunitaria;
organización de servicios de asistencia técnica, En el distrito de Cañuelas el municipio (en
capacitación y transferencia tecnológica; identidad particular las áreas de habilitaciones y broma-
y proyectos de desarrollo local y regional. Estudios tología) y un grupo de microemprendedores
recientes en Argentina dan cuenta, también, de la agroindustriales y productores primarios gestaron
variada gama de organizaciones rurales (territoriales un proyecto común para la venta de productos
y/o de trama productiva) que han tenido el impulso locales en el radio céntrico de la ciudad y en el
de la intervención de agentes gubernamentales y predio ferial ubicado estratégicamente en una de
no gubernamentales o ambos simultáneamente. las vías de acceso del cordón metropolitano.
(Manzanal, 2003; Manzanal et al., 2006; Gutman Otra experiencia, de diferente perfil por el tipo
et al., 2004; Rossi y León, 2005, entre otros). de actores que articula, es la de la Colonia Ferrari
En el caso pampeano, Neiman et al. (2006), (Partido de Maipú). En este caso, una ONG -
retomando reflexiones efectuadas por Lattuada Asociación Jaime de Nevares- está desarrollando
(1995), señalan que la red institucional de repre- un metodología de intervención social para la
sentación de intereses del sector agropecuario: “se ocupación del territorio rural, con el objetivo de
hizo más amplia y heterogénea pero también más que se convierta en experiencias replicables para
específica en cuanto a sus demandas; los aspectos un número creciente de familias que puedan vivir y
críticos de esta transición tienen que ver con el evolucionar de su trabajo en el campo. La propuesta
pasaje de formas de organización que se basaban implica no sólo los aspectos tecnológicos necesarios
en la presión sobre el aparato estatal a otras don- para una producción de subsistencia y reproducción
de deben defender a sus asociados de los demás de las familias, sino también las cuestiones sociales
intereses privados” (p. 182). y culturales del medio donde se realiza la interven-
ción, buscando un modo alternativo de producción
Así, entre las nuevas organizaciones se destacan agro-rural a través de acuerdos con el Instituto
las asociaciones por cadena (de girasol, de soja), Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el
que actúan como canales de difusión del nuevo pa- Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia.
quete tecnológico en las producciones extensivas, En la implementación se prevé la conformación
y las cooperativas o asociaciones de producciones de una cooperativa entre las familias colonas y los
intensivas (apícolas, cunícolas, hortícolas, etc.). vecinos (en especial los trabajadores rurales), el de-
Existen, asimismo, iniciativas de gestión de pro- sarrollo de un sistema productivo comunitario y la
blemáticas rurales que han motorizado acuerdos creación de redes de articulación con otros grupos
público-privados. El caso de los distritos de Azul y vinculados a la asociación, localizados en Mar del
Olavaria, para el financiamiento de infraestructura Plata y Florencio Varela.
rural, ilustra este tipo de experiencias. Las dos Mu-
Otras dinámicas organizativas
nicipalidades, la Sociedad Rural y las Cooperativas
Eléctricas de ambos distritos, junto a dos empresas Entre las más recientes experiencias de for-
cementeras (Cemento Avellaneda y Loma Negra) talecimiento del entramado institucional local,
implementan un proyecto para pavimentar unos inducido por políticas territoriales específicas, se
1.000 kilómetros de caminos rurales. En el desa- destaca la de los Pactos Territoriales que han sido
rrollo de esta experiencia se observa: i) acuerdo implementados en el marco de estrategias elabora-
y coordinación entre los dos gobiernos locales das por la Unión Europea. “Los Pactos territoriales
(negociación con el gobierno provincial, gestión son acuerdos entre sujetos públicos y privados,
de las alianzas privadas); ii) esquema participativo para ejecutar programas integrados de inversiones
para los potenciales productores beneficiados (de- industriales, agroindustriales y de servicios. [...]
terminación de las trazas, mejoras, valorización); el objetivo es promover el desarrollo de la región

108 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

a través del establecimiento de una alianza local” agrorregionales y contemplan cuestiones li-
(FAO, 2003, p. 22). gadas a los sectores sociales más vulnerables.
Asimismo, suelen canalizarse las múltiples
Alrededor de esta inducción se combinan iniciativas de las comunidades locales (cul-
varios ejes de intervención. Algunos programas turales, medioambientales, educativas, etc.)
sociales de reciente implementación en la provin- y, en muchos casos, se encuadran en los
cia, como Trabajo Dignifica y Pueblos, han comen- proyectos y/o propuestas moldeadas desde
zado a avanzar en esta metodología accionando e otros programas existentes (provinciales y
induciendo la conformación de mesas de actores
nacionales).
y la concertación en torno a proyectos locales. La
conformación de fondos municipales, desde una - Acuerdos o asociaciones intermunicipales.
visión asistencial-productiva y orientados a muy Persisten unos pocos Consorcios Producti-
pequeños emprendedores locales, desempleados vos, de los conformados en la década ante-
y/o intervenciones destinadas a paliar problemas rior, así como otras iniciativas (formalizadas
de pobreza local (rural y/o urbana), se combinan o no) entre municipios en la búsqueda de
con otras fuentes de subsidios (provincia, nación, un espacio de solidaridades locales. Dos
agencias internacionales) y suelen articularse con lógicas se combinan en la inducción de estos
programas de capacitación y asistencia técnica. agrupamientos territoriales: capturar ven-
tajas de escala (económica-territorial) para
Por su parte, en los últimos años se ha difun-
promover exportaciones y desarrollar activos
dido un amplio rango de instituciones que operan
a nivel local: específicos (marca regional, laboratorios de
certificación de calidad, equipamiento);
- Agencias de desarrollo. Particularmente en las una herramienta de lobby para fortalecer la
ciudades medianas y grandes de las diferentes interacción pública local-provincial.
regiones agro-productivas, modeladas en la
línea del recetario generado por la planifi- Desde una visión cuantitativa, podría argu-
cación estratégica. Más allá de la efectividad mentarse que el medio rural bonaerense detenta
o no de su accionar, se han concebido bajo un entramado institucional denso. No obstante,
el supuesto de que serán el brazo ejecutor y, asumiendo la fuerte heterogeneidad entre las
principalmente, articulador de las políticas de experiencias locales, cabe advertir la necesidad
desarrollo económico de la ciudad y, en cierto de revisar otro conjunto de aspectos relacionados
modo, con una perspectiva bastante “desliga- con la calidad y complejidad de las vinculaciones.
da” del acontecer agro-rural circundante. En Como señala Amin (2000, p. 58) visualizar, por un
general, las iniciativas más próximas a este lado, “la calidad de los vínculos derivados de las
ámbito tienen que ver con el turismo rural. economías de asociación, por su impacto sobre la
circulación de información informal, innovación
- Consejos municipales asesores. Con amplia y conocimiento…”. Por otro lado, asumir que “el
difusión entre las capitales de partido, en desafío político para las regiones menos favorecidas
especial aquellas de rango de tamaño menor es encontrar una forma de sustituir sus relaciones
a los 50.000 habitantes. Esta modalidad tradicionales de jerarquía y dependencia (grandes
tipifica, entonces, a los distritos con mayor empresas, provisión estatal, conexiones familiares)
grado de ruralidad donde se combinan los por vínculos de reciprocidad entre los agentes
que funcionan en el entorno de los gobier- económicos y las instituciones”.
nos locales con aquellos vinculados a las
estaciones experimentales del INTA locali- Las redefiniciones en curso no sólo remiten
zadas en el medio rural de la región. Por su a las relaciones entre el aparato público local y la
composición (representantes de las entidades sociedad civil sino a las asociadas con el capital
de productores, de los sectores de educación relacional gestado en las comunidades locales. Si
y salud, otros sectores económicos locales, bien es cierto que se han trastocado las formas
etc.) están más volcados a las problemáticas tradicionales de entrelazamiento con los gobier-

eure 109
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

nos municipales, esta tendencia aún está lejos de A lo largo de estas páginas se han identificado,
disminuir los vínculos paternalistas o clientelares. en la provincia de Buenos Aires, determinados
Una serie de evidencias, si bien poco formalizadas, factores y elementos de alta rigidez que obstruyen
también sugieren problemas ligados a la calidad de la concreción de ciertas combinaciones virtuosas
las interrelaciones en el seno de las organizaciones de carácter endógeno que se plantean desde el
de productores, pequeños empresarios y comer- enfoque del DTR.
ciantes. En tal sentido, parece oportuno aludir
a dos reflexiones que realiza Manzanal (2006, La población agro-rural alcanzaba el 10% del
p. 41) a partir de estudios realizados en otras total de la provincia en el año 2001, y el 27% si
regiones del país. Una, en relación a la naturaleza se excluyen los partidos de la unidad territorial
de las comunidades locales, en tanto unidades no más urbanizada (cordones metropolitanos), con-
cohesionadas ni semejantes. Dicho de otro modo, siderando entonces, las 8 zonas agro–productivas
“el conflicto entre los actores locales (latente o donde se distribuyen las localidades o centros
evidente) como una realidad indiscutible de cual- urbanos económicamente especializados en ac-
quier lugar. Es decir, el consenso no es la regla, la tividades agro-rurales. Respecto a este fenómeno
negociación tampoco, menos la participación, que interesa aquí resaltar dos cuestiones. En primer
podría decirse que está despuntando en ámbitos lugar, la constatación de una clara continuidad
territoriales muy específicos”. Dos, en el escenario a lo largo de las últimas décadas, de un esquema
de nueva ruralidad “los actores asumen múltiples económico-territorial con la agricultura como
roles simultáneamente (sea como productores, fuente principal de riqueza y acumulación. De
asalariados, cuentapropistas, desocupados, rentis- este modo, en vastas zonas agro-rurales del interior
tas, jubilados) complejizando aún más los efectos bonaerense se plantea una especie de círculo vicio-
sobre las formas de organización”. so: estructura económica fuertemente asociada a
la actividad agropecuaria, y ausencia de atractivos
Por último, no puede dejar de advertirse que para la radicación de nuevos emprendimientos y
las potencialidades y límites de esta institucio- diversificación productiva, falta de oportunidades
nalidad territorial -habitualmente asociados a la de empleo y expulsión o deterioro de los recursos
territorialización de ciertos impulsos productivos humanos localizados (descalificación progresiva de
y/o económicos alternativos- están atadas a un la mano de obra, distanciamiento tecnológico de
contexto macrosocial y espacial marcado por la los agentes productivos, etc.). Entre otros efectos,
fuerte desigualdad y distorsión en la distribución deseconomías de aglomeración y complemen-
de la renta y riqueza que profundizan las desigual- tación, en un marco de despoblamiento rural y
dades sociales y territoriales. desigualdad socioeconómica regional.

Reflexiones finales Como en el resto de la región pampeana, ha


disminuido el número de personas ocupadas en
En el difundido enfoque del DTR, más allá la agricultura. Asimismo, en términos de empleo
de las experiencias concretas de aplicación, existe extra-predial (agrícola y no agrícola) las dinámicas
una especie de hilo argumental trazado desde dos parecen ser de continuidad, expansión e intensi-
criterios rectores: i) una visión más amplia de las ficación según tamaño y grado de diversificación
economías rurales, integrando complejos rurur- del entorno rururbano Así, las regiones con mayor
banos de encadenamientos de servicios e insumos incidencia de la pluriactividad en los pequeños
relacionados con la producción y el consumo productores familiares son la MxNO, la GCSal
local-regional; ii) énfasis en las ocupaciones no y la MxC, pero son las áreas mixtas del centro y
agrícolas como fuente de ingresos adicionales de noroeste, junto a la urbanizada del NE donde se
los hogares rurales pobres. En tal sentido, y desde presenta la mayor proporción de pluriactividad
la perspectiva de las formulaciones de propuestas extrasectorial.
de política pública, el desafío es fomentar los
encadenamientos locales que retroalimenten el La segunda cuestión a resaltar es que el terri-
desarrollo agrícola con el no agrícola y viceversa. torio bonaerense presenta, en términos generales,

110 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

una gran inercia en su configuración. Difícil- condiciones estructurales y la política económica


mente puede percibirse que se estén delineando y sectorial resultan adversas o neutras”.
patrones territoriales nuevos, capaces de alterar la
polarización espacial entre el Interior y la región Referencias bibliográficas
metropolitana bonaerense. Las incidencias recien-
tes sugieren, aun así, algunas situaciones donde el Amin, A. (2000). Una perspectiva instituciona-
cambio parece más intenso: lista sobre el desarrollo económico regional.
Cuadernos IPPUR, 14, 2, 47 – 68.
- En zonas agro-productivas en las cuales Banco Interamericano de Desarrollo, BID (2005).
se combinan los efectos de los corredores Perfil avanzado. Política de desarrollo rural.
viales, que intensifican las conexiones con Documento de circulación. Recuperado el 26
la principal aglomeración provincial, y el de julio de 2006, de http://idbdocs.iadb.
crecimiento de las localidades costeras, como org/wsdocs/getdocument.
en la Cuenca del Salado. Barros, C.; González Maraschio, F. & Villarreal,
F. (2005). Actividades rurales y neorrurales
- En la región del noreste, donde se afirman en un área de contacto rural-urbano. En FCE
interrelaciones propias de los nuevos fenó- UBA (Ed.), IV Jornadas interdisciplinarias de
menos urbanizadores y rururbanos (Pilar, estudios agrarios y agroindustriales, Buenos
Escobar). Aires, Argentina.
Berdegué, J.; Reardon, T. & Escobar, G. (2001).
- En las zonas agro-rurales que se han con-
La creciente importancia del empleo y el
vertido en expulsoras de población como la
ingreso rurales no agrícolas. En R. Echeverría
mixta del noroeste y, en menor medida, la
(Ed.) (2001), Desarrollo de las economías rurales
del suroeste.
(pp. 183-212). Washington, EE.UU.: Banco
- En las ciudades intermedias de la provincia, Interamericano de Desarrollo.
cuyo número aumenta (de 69 a 76) en el Berger, M. (2003). El agro en el periurbano:
marco de un proceso continuo de migra- ¿transformación o disolución? El caso del
ción poblacional originada en las pequeñas partido de Cañuelas. En FCE UBA (Ed.), III
localidades de su región circundante. Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios
y Agroindustriales, Buenos Aires, Argentina.
Por último, la orientación de las actuales po- ________ (2006). Trayectorias de los actores
líticas dirigidas al medio rural bonaerense no ha agrarios: pluriactividad y pluriinserción en el
perdido el énfasis “asistencial” que ha permeado el partido de Carlos Tejedor, provincia de Buenos
accionar durante la década anterior. Si bien con- Aires. En G. Neiman & C. Craviotti (Comp.),
tribuyen a paliar la vulnerabilidad socioeconómica Entre el campo y la ciudad: desafíos y estrategias
de un grupo significativo de familias rurales, no de la pluriactividad en el agro (pp. 115-136).
cabe duda que su alcance es muy limitado para Buenos Aires, Argentina: Ciccus.
resolver problemáticas estructurales de su pobla- Calatrava, A. & Melero, A. (2003). Aproximación
ción objetivo (acceso a la tierra, fuentes de trabajo a la estructura y los modelos de diversificación
sustentables y sostenibles económicamente, rela- de la actividad empresarial en municipios
ciones laborales, entre las más importantes). En rurales: análisis y tendencias en dos regiones
un contexto que denota fuertes alteraciones tanto españolas. EURE, 29, 88, 97-130.
productivas como institucionales, con políticas Campolina Diniz, C. (2003). Repensando la cues-
macrosectoriales que distan mucho de revertir los tión regional brasileña: tendencias, desafíos y
ejes de un crecimiento concentrador y excluyente, caminos. EURE, 29, 88, 29-54.
los programas inspirados en el DTR apelan a Carballo, C. (Coord.); Tsakoumagkos, P.; Gras, C.;
cierta dosis de voluntarismo (social y político). Rossi, C.; Plano, J. L. & Bramuglia, G. (2004).
Como señala Lattuada et al. (2006, p. 173), este Articulación de los pequeños productores con
tipo de programas “resultan una cura efímera o el mercado: limitantes y propuestas para supe-
una porción homeopática para unos pocos, si las rarlas. Serie de Estudios e Investigaciones, 7.

eure 111
Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea

Cavarozzi, M. (2005). Experiencias municipales Gutman, G.; Iturregui, M. E. & Filadoro, A.


y provinciales en la gestión del desarrollo rural. (2004). Propuestas de formulación de políticas
Recuperado el 5 de junio de 2006, de http:// para el desarrollo de tramas productivas regiona-
www.rimisp.org. les. El caso de la lechería caprina en Argentina.
Craviotti, C. (2005). Nuevos agentes en la pro- Serie Estudios y Perspectivas CEPAL, 21.
ducción agropecuaria: ¿nuevos sujetos del Hilhorst, J. G. M. (1997). Desarrollo local/regio-
desarrollo rural? En G. Neiman y C. Craviotti nal e industrialización. EURE, 22, 68, 7-28.
(comp.). Entre el campo y la ciudad. Desafíos INDEC (1988; 2002). Censo Nacional Agro-
y estrategias de la pluriactividad en el agro (pp. pecuario.
49-68). Buenos Aires: Ciccus. ______ (1991; 2001). Censo Nacional de Po-
De Janvry, A. & Sadoulet, E. (2001). La inver- blación.
sión en desarrollo rural es buen negocio. En Klink J. (2001). A cidade-regio. Regionalismo e
R. Echeverría (Ed.) (2001), Desarrollo de las reestructuraço no grande ABC paulista. San
economías rurales (pp. 1-42).Washington: Pablo, Brasil: DP&A.
EE.UU.: Banco Interamericano de Desarro- Lattuada, M.; Renold, J.; Binolfi, L & De Biasi,
llo. A. (2006). Limitantes al desarrollo territorial
Delgadillo Macías, J. (2006). Dimensiones terri- rural en contextos de políticas sectoriales
toriales del desarrollo rural en América Latina. neutras o negativas. En M. Manzanal, G. Nei-
Problemas del desarrollo. Revista Universitaria man & M. Lattuada (2006), Desarrollo rural.
de Economía, 37, 144, 97-120. Organizaciones, instituciones y territorios (pp.
Dirven, M. (2001). El cluster: un análisis indis- 153-176). Buenos Aires, Argentina: Ciccus.
pensable. Una visión pesimista. Revista de la Manzanal, M. (2003). Instituciones y gestión
Procuraduría Agraria, 17, 31-59. del desarrollo rural en Argentina. Realidad
FAO (2003). La nueva ruralidad en Europa y su Económica, 197, 92-115.
interés para América Latina. Recuperado el 5 __________ (2005). Modelos de intervención
de julio de 2006, de http//www.fao.org. de los proyectos de desarrollo rural en Ar-
García Ramón, M.; Tulla, I.; Pujol, A. & Valdo- gentina a partir de 1995. Documento dis-
vinos Perdices, N. (1995). Geografía Rural, ponible en http://www.rimisp.org/seccion.
Espacios y Sociedades, 10. php?seccion=477.
González, M. (Coord.) (2005). Productores fa- __________ (2006). Regiones, territorios e
miliares pampeanos: hacia la comprensión de institucionalidad del desarrollo Rural. En M.
similitudes y diferenciaciones zonales. Buenos Manzanal, G. Neiman & M. Lattuada (2006),
Aires, Argentina: ASTARLIB Cooperativa Desarrollo Rural. Organizaciones, instituciones
Editora. y territorios (pp. 21-50). Buenos Aires, Argen-
Gorenstein, S. (2000). Rasgos territoriales en los tina: Ciccus.
cambios del sistema agroalimentario pampea- Méndez, R. (2002). Innovación y desarrollo
no (Argentina). EURE, 26, 78, 51-76. territorial: algunos debates recientes. EURE,
___________ (2005, agosto). Aportes al debate 28, 84, 63-84.
sobre la cuestión regional argentina: conceptos, _________ (2006, mayo). Del distrito industrial
instrumentos y caminos para la construcción de al desarrollo territorial: estrategias de inno-
propuestas. Ponencia presentada en Hacia el vación en ciudades intermedias. Ponencia
Plan Fénix II: en vísperas del segundo centena- presentada en IX Seminario de la Red Ibero-
rio, Universidad de Buenos Aires, Argentina. americana de Investigadores en Globalización y
Gorenstein, S.; Napal, M.; Barbero, A. & Olea, M. Territorio (RII), Bahía Blanca, Argentina.
(2006). Diagnóstico y propuestas para la ela- Neiman G.; Berger, M.; Arroñade, S.; Fabio, F.;
boración de la Estrategia de Desarrollo Rural Goldfarb, L.; Karol, A.; Mingo, E. & Neiman,
de la Provincia de Buenos Aires. Documento M. (2006). Diversidad de las formas de repre-
de trabajo PROINDER/SAGPyA/Ministerio sentación de intereses entre organizaciones de
de Asuntos Agrarios de la Provincia. pequeños productores del agro argentino: base

112 eure
Territorios agrarios y realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a partir del caso pampeano bonaerense

social, reivindicaciones y articulaciones. En M. al Censo Nacional Agropecuario 2002. Serie


Manzanal, G. Neiman & M. Lattuada (2006), Estudios e Investigaciones, 10.
Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo
y territorios (pp. 177-210). Buenos Aires, Rural (2006). Propuesta para una estrategia de
Argentina: Ciccus. Desarrollo Rural de la Argentina. Recuperado el
Neiman, G. & Craviotti, C. (Comp.) (2005). 16 de julio de 2006 de http://www.rimisp.org.
Entre el campo y la ciudad: desafíos y estrategias Rossi, C. & León, C. (2005). Temas fundamen-
de la pluriactividad en el agro. Buenos Aires, tales en la inserción de pequeños productores
Argentina: Ciccus. en cadenas comerciales para una Estrategia de
OCDE (1994). Créer des indicateurs ruraux pour Desarrollo Rural. Documento del proyecto
étayer la politique territoriale. Paris: OCDE. RIMISP-SAGPyA. Recuperado el 21 de julio
Piñeiro, M. (2001). Importancia del sector agroa- de 2006, de http://www.rimisp.org/.
limentario. En R. Echeverría (Ed.) (2001), Schejtman, A. & Berdegué, J. (2004). Desarrollo
Desarrollo de las economías rurales (pp. 71-102). territorial rural. Recuperado el 25 de abril de
Washington, EE.UU.: Banco Interamericano 2006, de http://www.rimisp.org.
de Desarrollo. Silva, J. Graziano da (1998). A nova dinâmica da
PNUD (2002). Hacia una integración cooperativa agricultura brasileira. Campinas, Brasil: Insti-
y solidaria del territorio nacional. Cuaderno de tuto de Economía, UNICAMP.
Competitividad y Desarrollo Humano. Recu- Tort, M. I & Román, M. (2005). Explotaciones
perado el 7 de julio de 2006, de http://www. familiares, diversidad de conceptos y criterios
pnud.org.ar. operativos. En M. González (Coord.), Produc-
PROINDER-Dirección de Desarrollo Agropecua- tores familiares pampeanos: hacia la comprensión
rio-IICA (2006). Los pequeños productores de similitudes y diferenciaciones zonales (pp.
en la República Argentina. Importancia de la 35-66). Buenos Aires, Argentina: ASTARLIB
producción agropecuaria y el empleo en base Cooperativa Editora.

eure 113

También podría gustarte