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Actualizado 2 abril 2011

¿Dónde se esconden los músicos católicos


profesionales?

Acabo de comprar los tickets para la vigilia de Pentecostés que tendrá lugar en


el O2 Arena londinense, una de las instalaciones más grandes de Europa
que  puede albergar desde eventos deportivos hasta conciertos.

En este caso se trata de un evento cristiano, la celebración de Pentecostés,


organizado por algunas de las iglesias más prominentes de la multicultural
metrópoli londinense, principalmente Hillsong, Jesus House y Holy
Trinity Brompton (mediante Worship Central).

A alguno les sonará Hillsong, pues estuvo presente en Sidney en la JMJ, y


recientemente he sabido que Worship Central tendrá una velada de música y
oración en la JMJ de Madrid.

Aunque en el mundo católico no suene tan extraño esto de reunirse a dar


gloria a Dios en un macroestadio - véase encuentros como los del Padre
Marcelo Rossi en Brasil- en lugares como España es algo del todo inaudito,
salvo iniciativas como el Multifestival David que en ningún caso ha llegado
a tener los miles de asistentes que eventos de este tipo tienen en otros países.

¿Se imaginan llenar el Madrid Arena con algo tan abiertamente cristiano


como una vigilia de Pentecostés?
En la nuestra Iglesia sí que existen eventos para las grandes masas, y está
demostrado que no falta la capacidad organizativa ni de convocatoria para
hacerlo (visitas papales, jornadas mundiales de la juventud, etc ,etc).

Lo que sí falta para mi gusto es un desarrollo de la faceta musical católica.


Música tiene que haber de todo tipo en la Iglesia, y por supuesto, cada música
tiene su ámbito y su lugar, sin que haya que pretender imponer un estilo
monocolor a todo lo que se haga.

Uno de los lugares que creo que los católicos tenemos que explorar es el de
la música cristiana moderna, muy útil para evangelizar a una generación
de jóvenes que vive con el mp3 colgado de la oreja, y ha hecho de la música su
máxima expresión cultural, así como el vehículo de todas sus actividades.
Conozco muchos ministerios de jóvenes que saben utilizar la música como
medio de comunicación de los valores del Evangelio. Lo hacen de una
manera  inteligible para los evangelizandos de hoy en día, mediante una
música que no tiene nada que envidiar en lo técnico y profesional a la música
que están todo el día escuchando en Spotify, itunes, o en la radio.

Confieso que me cuesta entender por qué no dedicamos más esfuerzo musical,
y me paso el día pidiendo a Dios que ponga buenos músicos  en mi camino
para ayudarme a evangelizar, que sean capaces de darle alabanza y honra con
su arte, a la vez que capaces de comunicarse en un idioma musical
comprensible para la gente de hoy.

Muchas veces me preguntó dónde se esconden los músicos profesionales en la


Iglesia, porque la sensación es que musicalmente no hemos pasado del
segundo curso de primaria, cuando el profesor de música te enseñaba a poner
los acordes de la guitarra y rascar las cuerdas al ritmo de La Bamba.

Y ojo, que no hablo de la liturgia con polémicas estilo sobre si cantar el


padrenuestro de Simon y Garfunkel, o  la Misa solemne de Bach en las
iglesias.

Prefiero quedarme en los grupos de oración, en  las catequesis y en las


actividades con jóvenes, y dejar el tema de la música y la liturgia para otro
día.
En fin, que si alguien conoce de gente inquieta musicalmente, dispuesta a
conocer la música que  se está haciendo fuera de España, y con ganas de
crecer, componer, y explorar nuevos caminos, por favor, que me llame, pues a
mí me cuesta un montón encontrar gente así…

Mientras me dedicaré a ir a sitios como el O2 de Londres, a mantener viva


una sana envidia y disfrutar de algo que ojalá nosotros supiéramos hacer aquí
en España con la frescura, unción y profesionalidad que he visto que existe
fuera.

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