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«El carnero» fue escrito por Juan Rodríguez Freyle durante la época colonial

en Colombia, es una crónica histórica llena de anécdotas que dibujan la


conquista y descubrimiento de lo que se llamaría Nuevo Reino de Granada, la
dolorosa guerra entre indígenas y europeos que tomaron las tierras a la fuerza
y esclavizaron a los nativos.Es interesante ver como Freyle plasma las
historias contando la exploración de las tierras americanas por parte de
españoles castigados por crímenes que fueron evacuados de las cárceles para
que hicieran su vida en el nuevo mundo. Como se supo después, estos
hombres arrasarían con las comunidades indígenas de manera salvaje para
poder establecer su poder en los territorios que pertenecían ahora a la corona
española.

Es importante notar que los indígenas también pusieron resistencia pero que
fueron vencidos fácilmente ante la tecnología y poderío español. No es de
extrañar que esta sea la parte más importante del «El carnero», y es que en
ella se muestra no sólo anécdotas y chismes de barrio, sino que también se
plasma una realidad histórica dolorosa que serían las bases para la Colombia
actual, con racismo, guerra y esclavitud, situación que era de esperar dado que
las colonias serían creadas por pícaros provenientes de Europa. Pero no todo
es dolor y sangre, Freyle también se toma el trabajo de contar la hermosa y
mágica historia de «El Dorado», exponiéndolo como un subterfugio de los
indígenas para desconcertar al blanco, esta historia entre el poderoso
cacique Guatavita y el cacique Bogotá, es magnífica y significativa dentro la
historia Colombiana.

Sin embargo, «El carnero» no sólo muestra la parte histórica importante de la


conquista, sino que también cuenta los chismes y habladurías que se tejieron
en la colonia, desde escándalos, amoríos, infidelidades hasta asesinatos en un
tiempo en que la moral católica era el faro que guiaba las actitudes de las
personas. No todo era creencia en Dios, sino que también se puede ver la
brujería y adoración a Satanás y alabanzas blasfemas, y es que las personas
actuaban bajo el manto de la religión católica en público, pero en privado se
dejaban llevar por sus bajos instintos, personas de renombre que ocultaban sus
vicios de los demás para cuidar su reputación, pero eran capaces de realizar
las cosas más atroces y ocultarlas bajo el poder y el dinero, no muy distinto de
la actualidad, y tal vez cualquier época de la historia de la humanidad. 

La historia de doña Inés de Hinojosa, es representativa e importante, ella es


el reflejo de la típica mujer trepadora que busca poder a toda costa, y que
además no es la sumisa católica que dejaba su vida a cargo de su marido y
veía marchitar sus sueños. Inés de Hinojosa aunque malvada, era un ejemplo
de lucha de la mujer contra las prohibiciones que establecía la sociedad y la
religión de la época, pero las ansías de poder harían que cometiera graves
crímenes al asesinar a sus esposos para quedarse con el dinero que ellos
poseían y así subir su estatus social. Su vida sexual libertina también se salía
de los cánones sociales de la época lo que la hacía una mujer distinta y
adelantada a su tiempo, sin embargo, esa vida de desenfreno la llevaría
directamente a ser castigada con la muerte.

Es así que Freyle hace una crónica que engloba la conquista y la colonia,


contando sucesos que se perderían en la historia de no haberlos rescatado y
deja evidencia escrita de cómo era la vida de las personas en aquellos tiempos
de guerra y sangre, tiempos de riguroso catolicismo y doble moral latente,
aunque «El carnero» sea un escrito un poco dificultoso de leer, no deja de ser
atractivo en su manera de contar las anécdotas del tiempo en que
nacía América.

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