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DESARROLLO SUSTENTABLE E INDICADORES

El desarrollo sustentable es un concepto que comenzó a configurarse a fines de la


década de 1960 cuando el Club de Roma convocó en 1968, a diferentes
personalidades entre científico, académicos, sociólogos y políticos para que
analizaran las grandes modificaciones que estaba sufriendo el medio ambiente.
Transformaciones que, a su vez, repercutían de manera significativa en la
sociedad mundial. El objetivo de aquella convocatoria consistió no sólo en
descubrir métodos para estudiar las distintas expresiones de los cambios
ambientales, sino también sensibilizar a los políticos de los países predominantes
de aquella época de la magnitud de la crisis ambiental global. Tres años después,
en 1971, un grupo de expertos en desarrollo y medio ambiente se reunió en
Founex, Suiza, para redactar un documento marco que serviría de base para la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano que se llevó a cabo
en Estocolmo en junio de 1972. El tema especial fue la pobreza y alrededor de
éste se discutieron seis ejes muy sensibles: vivienda, agua, salud, higiene,
nutrición y catástrofes naturales. Ese año se publicó Los límites del crecimiento,
informe del Club de Roma en el que se explican cinco grandes tendencias: la
industrialización acelerada, el rápido crecimiento de la población, el agotamiento
de los recursos naturales, la expansión de la desnutrición y el deterioro del medio
ambiente. Las dos obras fueron el sustento de la Declaración de Estocolmo, la
cual tiene siete proclamas y 24 principios. El principio número 1 expresa la
convicción de que el “hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la
igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal
que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne
obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y
futuras”. Sin la menor duda, tales fundamentos fueron incuestionables y
definitivos. En 1983, la ONU estableció la Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, la cual quedó a cargo de la señora Gro Harlem
Brundtland, quien para ese momento fungía como primera ministra ambiental de
Suecia. El grupo de trabajo, conocido como Comisión Brundtland, inició diversos
estudios, debates y audiencias públicas en los cinco continentes durante casi tres
años. Las tareas culminaron en abril de 1987 con la publicación del documento
llamado Nuestro futuro común o Reporte Brundtland.
PLANIFICACION

La acción consciente, racional y organizada prevista de antemano el deseo de obtener el mejor


resultado de los recursos a nuestro alcance es el rasgo más característico de la planificación. La
planificación debe ser concebida como un proceso, en cuanto al conjunto de etapas sucesivas; y
como un sistema, en cuanto a una organización que posibilite atender los aspectos concernientes
con la ubicación y los plazos. La planificación es una condición previa e indispensable para la
formulación de las políticas y las medidas de desarrollo pertinentes para que sean eficientes. En
este sentido, para que la planificación sea efectiva es necesario que el gobierno en turno quiera
hacer y que el poder político decida hacer. Pero la idea no es que “quiera” o “decida” hacer más
de lo mismo, sino elaborar un plan de desarrollo que responda a las siguientes preguntas: ¿qué
tipo de sociedad se quiere?, ¿cuál es el modelo de sociedad al que se aspira? (DeDicco, 2004).

La planificación también se comprende como el establecimiento de un resultado deseado, así


como del curso de acción para lograrlo con base en la información, los hechos y las realidades
específicas. La planificación es una actividad específica y privativa del ser humano, cuya práctica es
la asignación de recursos. El pensamiento humano incluye la identificación de los sucesos del
mañana. Si de este pensamiento se generan acciones, se estará dando, entonces, el más
importante de los pasos en la planificación. Es decir, se estará preparado para acontecimientos
futuros. No hay ser humano que no planifique. Sin embargo, si esta actividad se desarrolla
inconscientemente o si se realiza en forma poco estructurada y coordinada, la asignación de los
recursos se efectuaría con un alto nivel de improvisación y redundancia (Leontiades, 1982).

Cuando se piensa en la planificación de inmediato se discurre en una tarea proyectada al futuro, y


que no se le puede concebir de otro modo. Sin embargo, el principal obstáculo que enfrenta este
proceso es la ignorancia (Lewis, 1981).

A la par de este inconveniente, en los países en desarrollo interviene una serie de factores que, en
general, son más desfavorables para el desarrollo que en los países desarrollados. Los países
subdesarrollados disponen en la actualidad de menos recursos naturales que los que tuvieron los
hoy países desarrollados al iniciar su moderno desarrollo (Myrdal, 1973).

Planificación económica: Es planificar de tal modo que los escasos medios a nuestra disposición
nos rindan la máxima satisfacción.

Planificación en tiempo de guerra: Durante la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido y Estados
Unidos adoptaron la planificación física centralizada y controles sobre la actividad económica. En
ambos países, la planificación del tiempo de la guerra suplantó al mercado hasta cierto grado e
impidió que las fuerzas del mercado determinaran los precios y las cantidades de los bienes y
servicios comprados y vendidos.

Planificación urbana y rural: Esta planificación se relaciona generalmente con la planificación física
tocante al uso eficiente y estético de la tierra, a la rehabilitación de los barrios bajos o al
reacomodo de sus pobladores en otros sitios, a la fundación de nuevas poblaciones, a la
construcción de centros industriales, al desarrollo de zonas satélites, o a reorganizar los sistemas
de transporte para satisfacer necesidades nuevas.

Planificación anti cíclica: En general, este tipo de planificación se limita a los países
industrialmente avanzados, que cuentan con fuertes sectores privados y mercados bien
desarrollados. El principal objetivo de la planificación anti cíclica es lograr, dentro de la estructura
económica y social existente y de los límites prescritos por la necesidad de conservar la estabilidad
económica, un nivel de demanda efectiva que permita la máxima utilización de las reservas de
capital, la mano de obra y otros recursos.

El DESARROLLO

De acuerdo con la teoría del desarrollo y crecimiento económicos se considera que fue J.
Schumpeter, quien propuso por primera vez el término desarrollo. En su obra Teoría del desarrollo
económico, Schumpeter dice que “el desarrollo se define por la puesta en práctica de nuevas
combinaciones. Este concepto abarca cinco aspectos que se entrelazan entre sí:

1) La introducción de un nuevo bien o de una nueva calidad de un bien.

2) La introducción de un nuevo método de producción [...]

3) La introducción de un nuevo mercado [...]

4) La conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas o de bienes


semimanufacturados.

La creación de una nueva organización de cualquier industria y quien lleva estas combinaciones,
señala, es la empresa y los empresarios (Schumpeter, 1957)

En esta misma línea del pensamiento, el desarrollo se concibe como una forma de planificación y
de política. La planificación se define como la preparación de una política y, más particularmente
de una política de desarrollo (Mennes et al., 1980). Otra apreciación señala que el desarrollo exige
transformaciones profundas y deliberadas, cambios estructurales e institucionales, y se percibe
como un proceso discontinuo de desequilibrios más que de equilibrios. Se concibe también como
un proceso de cambio social, como un proceso deliberado que persigue como finalidad última la
igualación de oportunidades sociales, políticas y económicas, tanto en el plano nacional como en
relación con sociedades que poseen patrones más elevados de bienestar material (Sunkel y Paz,
1978). La problemática del desarrollo se ha considerado, por lo general, de tipo económico y
político, y la tarea de lograrlo ha sido responsabilidad de economistas y políticos. Aun cuando
desde la década de 1960 se enfatiza la dimensión social del desarrollo —se habla de desarrollo
económico y social— es evidente que la mayoría de las interpretaciones, en especial en el campo
decisional para la definición de políticas, tiende a privilegiar la idea de crecimiento económico
medido por la expansión del PIB. Sin embargo, el concepto se utiliza también en otras disciplinas y
con un sentido similar. Así, en biología se refiere a un proceso mediante el cual los organismos
vivos realizan sus potencialidades genéticas hasta llegar a la madurez. Con Darwin el desarrollo se
asimiló a evolución (Bifani, 1999).
La ONU define el desarrollo como el mejoramiento sustancial de las condiciones sociales y
materiales de los pueblos, en el marco del respeto por sus valores culturales. A lo largo de
sucesivas décadas de desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho esfuerzos
para dejar en claro algo que parece tan obvio, como que el crecimiento no equivale a desarrollo.
Pese a ello, en la práctica se siguió dando prioridad, tanto en niveles nacionales como
internacionales de cooperación o de programas específicos, tanto de la ONU como de los
organismos de Bretton Woods, a los aspectos de crecimiento en el supuesto que de lograse esto,
iba a producir el desarrollo “por goteo” (Bifani, 1999). Otra explicación del desarrollo, basada en
procesos reales, lo detalla como un proceso de transformación de la sociedad caracterizado por
una expansión de su capacidad productiva, la elevación de los promedios de productividad por
trabajador y de ingresos por persona, cambios en la estructura de clases y grupos, y en la
organización social, transformaciones culturales y de valores, y cambios en las estructuras políticas
y de poder, todo lo cual conduce a una elevación de los medios de vida (Sunkel, 1980). El
desarrollo es, en sí, un proceso que niega el determinismo y exige la elección de metas y objetivos,
así como la definición de estrategias para su logro; la elección no es ilusión, sino una posibilidad
real que se da dentro de un sistema abierto y susceptible de control. Entonces, ¿qué tipo de
desarrollo es el deseable?, ¿cuáles son los objetivos que se pretenden alcanzar con el desarrollo,
especialmente cuando el estado del ambiente mundial se halla afectado por múltiples crisis? Dado
que no existen fórmulas eficaces para predecir el futuro de la economía, ni mucho menos para
presagiar el futuro de la naturaleza, lo más sensato es repensar la planificación del desarrollo, en
busca de pautas más humanas para el futuro.

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