La fenomenología es una corriente filosófica que pretende identificar la esencia de
los fenómenos. Realizando una escisión del conocimiento convencional, en el cual el sujeto era objetiva, cambiando esta situación al subjetivar el objeto; es decir, haciendo preponderante las percepciones que tiene la conciencia humana del objeto de estudio. Surge en el contexto de las dos guerras mundiales, y ante la principal preocupación de Husserl, de que las corrientes dominantes de las épocas sólo pretendían explicar los sucesos por medio de sus métodos e instrumentos, más era incapaz de entenderlo en su esencia o existencia.
Con el camino emprendido por Husserl, luego vendría el desarrollo de Schütz
quien lo aplica al ámbito sociológico ubicando el hecho de comprender la acción social, como el objetivo de la sociología convencional, y plantea la ruptura de la fenomenología aplicado a la sociología que se encargaría de descubrir las significados que los individuos le daban a sus actos, a su relación con los otros, a sus símbolos, etc. Es una concepción que se basó en la neta observación teórica de los comportamientos (haciendo de esta observación su principal método), que constituían el sentido común y que se institucionalizaba de manera informal dentro de los individuos del grupo social.
Planteó conceptos como la intersubjetividad, en la misma vía de la constitución del
sentido común, acompañado de ciertas características como la temporalidad que constituía la configuración del sujeto según sus comportamientos, los hechos y sus individuos antecesores, sus contemporáneos y sus sucesores. Este desarrollo de la intersubjetividad, se verá en perspectiva social en el pensamiento de sus discípulos Luckmann y Berger, pues crearan el concepto de la construcción de la realidad social y señalaran esta como una consecuencia de los actos de los hombres representándolo a gran escala mediante el reflejo de sus experiencias, subjetivizadas y comprendidas enteramente por la conciencia.