Naturaleza Humana y Carácter

Universidad Nacional de Trujillo
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Escuela de Derecho
“Deontológia
Forense”
Docente:
Dr. William Matta Berrios
Ciclo/Sección:
XI – “A”
TRUJILLO – PERÚ
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
FACULTAD DE DERECHO Y CC. PP
ESCUELA DE DERECHO
Contenido
I. LA NATURALEZA HUMANA Y EL CARACTER.....................................................3
1. Personalidad.......................................................................................................4
2. Temperamento....................................................................................................4
3. El Carácter.......................................................................................................... 5
a. Concepto Dinámico del Carácter.....................................................................5
II. ÉTICA Y ECONOMÍA:............................................................................................7
III. NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS ECONÓMICAS - POLÍTICAS Y NUESTRAS
RESPONSABILIDADES................................................................................................9
1. Nuestras circunstancias económico - políticas:...................................................9
2. El nuevo escenario mundial:.............................................................................10
3. ¿Cómo entender lo que pasa?..........................................................................10
IV. LA TECNOCIENCIA.............................................................................................10
4.1 Una Constatación:..............................................................................................13
4.2. Las dimensiones del hecho dañado:.................................................................16
V. LA EXIGENCIA ÉTICO-MORAL HOY: NUESTRAS RESPONSABILIDADES......17
5.1 Soy moral si me escojo como persona moral:....................................................17
5.2 Soy moral si <respondo a mi pasado y por mi futuro»:.......................................19
5.3 ¿Cómo pasar a concretizaciones?:....................................................................20
¿Qué pistas podemos pensar para nosotros hoy?...................................................20
VI. JUSTICIA: EL PERFECTO EQUILIBRIO ENTRE DERECHO Y DEBER.............24
A) Las claves de la justicia.....................................................................................24
B) La justicia, reina y señora..................................................................................25
C) Las caras de la justicia......................................................................................27
D) Excederse en la justicia.....................................................................................28
E) Tiene que haber un modo de mejorar el mundo................................................29
F) Justicia al detalle...............................................................................................30
VII. ENTREVISTA A HUBERT LANSSIERS: REPASANDO VIDA Y VALORES.........32
UNA NUEVA ÉTICA GLOBAL..................................................................................36
LA BUSQUEDA DE VALORES COMPARTIDOS.....................................................37
Deontología Forense
CINCO PILARES ETICOS APUNTALANDO VALORES FUNDAMENTALES..........37

ETICA GOBERNABILIDAD GLOBAL.......................................................................38
LA ONU CENTRADA EN LAS PERSONAS.............................................................39
HACIA UNA CUMBRE MUNDIAL............................................................................39
EN LUGAR DE UNA CONCLUSION HACIA UN SEGUNDO RENACIMIENTO.......40
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MI VISION DEL MUNDO..........................................................................................40

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BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................ 43
LA NATURALEZA HUMANA Y EL CARACTER
“Dimensión Axiológica del

Ser Humano”
El rasgo más notable de la conducta huma es la tremenda intensidad de las
pasiones y de los esfuerzos que despliega el hombre. Freud- más que ningún
otro-reconoció este hecho e intentó su explicación en los términos del
pensamiento mecanicista y naturalista de su tiempo. Sostuvo que aquellas
pasiones no son expresiones evidentes del instinto de autoconservación y del
instinto sexual (o como posteriormente lo formuló, de Eros y el instinto de la
muerte) son, no obstante, únicamente manifestaciones más indirectas y
complicadas de estas tendencias biológico-instintivas.
El hombre lucha por el poder, el amor o la destrucción; arriesga su vida por la
religión o por ideales políticos o humanitarios, y estos esfuerzos son los que
constituyen y caracterizan la peculiaridad de la vida humana. En verdad, “no
solo de pan vive el hombre”.
La desarmonía de la existencia del hombre engendra necesidades que en
mucho trascienden las necesidades derivadas de su origen. Estas necesidades
originan una tendencia imperativa de restaurar un estado de equilibrio y de
unidad entre el hombre y el resto de la naturaleza. Si el hombre fuere tan sólo
un ente intelectual despojado de carne y hueso, alcanzaría su meta por medio
de un sistema intelectual comprensivo. Pero como es un ente dotado tanto de
cuerpo como de mente, tiene que reaccionar a la dicotomía de sus existencias
no solamente pensando, sino también en el proceso de la vida, en sus
sentimientos y acciones.
Hay sistemas primitivos tales como el Animismo y el Toteismo, en los cuales
los objetos naturales o los ancestros representan respuestas a la necesidad de
dar significado a su vida. Hay sistemas ateos, filosóficos y monoteístas.

El punto que, sin embargo, se quiere enfatizar es que hay muchos otros
esfuerzos del hombre de encontrar significado a su existencia a los que se
considera enteramente seculares no obstante tener su origen en la misma
necesidad de la cual surgen los sistemas filosóficos y religiosos. Reflexionamos
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sobre lo que observamos en nuestro tiempo: en nuestra propia cultura vemos

cómo millones de individuos se consagran a obtener prestigio y éxito. Pero ¿no
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es acaso evidente que la intensidad y el fanatismo con que se persiguen estos

fines seculares son los mismo que encontramos en las religiones; que todos
estos sistemas seculares de orientación y devoción difieren en su contenido,
pero no en la necesidad básica a la cual tratan de dar respuesta.
La conclusión a la que llegamos en relación con el problema general de la
motivación humana es que mientras la necesidad de un sistema de orientación
y devoción es común a todos los hombres, los contenidos particulares de los
sistemas que satisfacen esa necesidad difieren ampliamente. Estas son
diferencias de valor, la persona madura, productiva y razonable elegirá un
sistema llegar a ser lo que proponer; en cambio, otro grupo de personas
retornará a sus inicios irracionales.
Ciertamente, no existe en el hombre otra fuente de energía más poderosa. El
hombre no es libre de elegir entre tener o no tener “ideales”, pero l es para
elegir entre diferentes clases de ideales, entre consagrarse al culto del poder y
de la destrucción o al de la razón y el amor. Repetimos, entonces, que la
comprensión de la motivación humana debe partir de la comprensión de la
situación humana.
1. Personalidad
La totalidad de las cualidades psíquicas heredadas y adquiridas que son
características de un individuo y que hacen al individuo único. La diferencia
entre las cualidades heredadas y las adquiridas es en general sinónimo de la
diferencia entre temperamento, dotes y todas las cualidades psíquicas
constitucionales, por una parte, y el carácter, por la otra. Mientras que las
diferencias en el temperamento no tienen significado ético, las diferencias en el
carácter constituyen el verdadero problema de la ética; son la expresión del
grado en que un individuo ha tenido éxito en el arte de vivir.
2. Temperamento
Hipócrates estableció una distinción entre 4 temperamentos:
 Colérico
 Sanguíneo
 Melancólico
 Flemático
El temperamento sanguíneo y melancólico son modos de reacción que se

caracterizan por una excitabilidad fácil y una rápida alternancia de intereses,
siendo los intereses débiles en el primero e intensos en el último. El
temperamento flemático y el melancólico, en contraste, se caracterizan por una
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persistente pero lenta excitabilidad del interés, siendo éste débil en el flemático
e intenso en el melancólico. Según Hipócrates, están conectados con
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diferentes fuentes somáticas; hoy en día colérico significa sujeto fácilmente a la

ira; melancólico aquellos que viven deprimidos; sanguíneo a los que son
optimistas y flemático a los que son demasiados lentos.
El temperamento se refiere al modo de reacción y es algo constitucional e
inmodificable; el carácter se forma esencialmente por las experiencias de la
persona y, en especial, por las de su infancia y es modificable hasta cierto
punto por el conocimiento de uno mismo y por nuevas experiencias.
En la aplicación de los conceptos de temperamentos de C.J JUNG, es decir, el
de “introvertido” y el del “extrovertido” los encontramos con frecuencia con la
misma confusión. Aquellos que prefieren al extrovertido tienden a describir al
introvertido como un individuo inhibido y neurótico; aquellos que prefieren al
introvertido describen al extrovertido como superficial y carente de
perseverancia y profundidad. El error consiste en comparar una persona
“buena” de un temperamento con una persona “mal” de otro temperamento, y
en atribuir la diferencia en el valor a la diferencia en el temperamento.
3. El Carácter
a. Concepto Dinámico del Carácter

Freud no solamente desarrollo, la primera sino también la más consistente y
penetrante teoría del carácter como un sistema de impulsos subyacentes a la
conducta, pero no idénticos a ella. A fin de poder apreciar el concepto dinámico
del carácter enunciado por Freud, será de utilidad establecer una comparación
entre los rasgos de la conducta con acciones observables por una tercera
persona.
La conducta valiente puede ser motivada por la ambición, de tal manera que la
persona arriesgará su vida en ciertas situaciones a fin de satisfacer su
necesidad de ser admirada; puede ser motivada por impulsos de suicidios que
inducen a una persona a buscar el peligro porque ya sea consciente o
inconscientemente, no valora su vida y desea aniquilarse.
El concepto de la motivación inconsciente de Freud se encuentra muy
relacionado con su teoría de la naturaleza impulsiva de los rasgos de carácter.
Freud reconoció algo de los grandes novelistas y dramaturgos siempre
supieron: que-como lo señaló Balzac- el estudio del carácter trata de “las

fuerzas que motivan al hombre2 que el modo de obrar, sentir y de pensar de
una persona es en gran parte determinado por la especialidad de su carácter.
Freud trató de explicar esta naturaleza dinámica de los rasgos de carácter
combinado su caracterológica con su teoría de la libido. En concordancia con el
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tipo de pensamiento materialista predominante en las ciencias naturales

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durante las postrimerías del siglo XIX, que sostiene que la energía en los
fenómenos naturales y psíquicos es una entidad sustancial y no relacional.
Freud creyó que el impulso sexual es la fuente de energía del carácter. Con
una cantidad complicadas y brillante conjeturas explicó los diferentes rasgos de
carácter como sublimaciones o sobrecompensaciones contra las varias formas
de impulso sexual, interpretó la naturaleza dinámica de los rasgos de su
carácter como una expresión de su fuente libidinosa.
El progreso de la teoría psicoanalítica, paralelamente con el progreso de las
ciencias naturales y sociales, condujo a un nuevo concepto que no se basó en
la idea de un individuo primariamente aislado, sino en la relación del hombre
con sus semejantes, con la naturaleza y consigo mismo.
La principal diferencia entre la teoría del carácter aquí propuesta y la de Freud,
es que no se considera como base fundamental del carácter a los varios tipos
de organización de la libido, sino a los modos específicos de la relación de la
persona con el mundo exterior. En el proceso de la vida el hombre se relaciona
con el mundo: 1) adquiriendo y asimilando objetos y 2) relacionándose con
otras personas (y consigo mismo). Se llama al primero proceso de asimilación;
al segundo el proceso de socialización. Ambas formas de relación son abiertas
y no, como el caso del animal, instintivamente determinadas.
Estas orientaciones por las cuales el individuo se relaciona con el mundo
constituyen la médula de su carácter: puede definirse al carácter como la forma
en que la energía humana es canalizada en los procesos de asimilación y
socialización. Esta “canalización” de la energía psíquica tiene una función
biológica muy importante. Puesto que las acciones del hombre no se
determinan por patrones instintivos, innatos, la vida sería precaria, en verdad,
si el hombre tuviera que tomar una decisión deliberada cada vez que actúa,
cada vez que da un paso.
No solo se tiene el carácter la función de permitir al individuo obrar
consistentemente y también razonablemente; es también la base para su
adaptación a la sociedad. El carácter del niño es modelado por el carácter de
sus padres, en respuesta al cual se desarrolla. Los padres y sus métodos de
disciplina son determinados, a su vez, por la estructura social de la cultura. La
familia término medio es la agencia psíquica de la sociedad y al adaptarse el
niño a su familia adquiere el carácter que después les adapta a las tareas que
debe ejecutar en la vida social.
I. ÉTICA Y ECONOMÍA:
La ética es un tema muy actual y muy discutido, es un tema angustiante y
habla de temas esperanzadores como de sufrimiento.
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1. La ética como fundamento del derecho: Todas las leyes nacionales e

internacionales se basan en la ética. Pero la ética va más allá de “lo
legal” es la norma suprema y universal de conducta del ser humano
como ser humano y por ser humano, califica y determina lo que es justo
y bueno en nuestros actos tanto internos como externos de manera
personal como también siendo miembros de la sociedad.
2. La economía no está al margen de la ética, pero para poder afirmar y
probar esto debemos ser muy objetivos, conocer bien la realidad
económica y tener claros los principios y las normas de la ética.
3. La ética se ha venido elaborando desde muy antiguo ya las sociedades
primitivas tenían sus normas sus códigos de ética y más tarde en
occidente con los aportes de la filosofía griega el derecho romano del
pensamiento cristiano se formó un cuerpo de doctrina respetable y
válido en sus líneas esenciales dentro de la llamada filosofía perenne. la
realidad económica por el contrario es algo sumamente Dinámico y
cambiante y que evoluciona de manera cada vez más acelerada lo que
los grandes pensadores de la antigüedad y los mismos textos bíblicos
incluyendo hasta los filósofos del siglo XVII dijeron sobre el dinero la
pobreza el trabajo el producto los precios entre otros deben ser tomados
con pinzas porque, aunque tiene alguna validez se referían a realidades
económicas muy diferentes a veces diametralmente opuestas.
4. Durante centenares de milenios la civilización logró sobrevivir en
pobreza absoluta y generalizada hasta que ocurrió la revolución
agrícola. A pesar de esto la pobreza seguía siendo casi absoluta y
general. El producto era muy limitado y apenas podía aumentar. La
riqueza de insignificante minoría se obtenía expoliando a otros. esta
situación en lo esencial se mantuvo hasta el fin del siglo XVIII de la era
actual. Solamente en los últimos 200 años con la revolución industrial y
el avance científico y tecnológico se cambió radicalmente la economía y
con ello las estructuras sociales y políticas.
5. Durante los siglos XIV y XX la economía crece las empresas se
multiplican y se desarrolla en un sistema de Libre Mercado llamado
capitalismo Aumentando así la cantidad total y la calidad de los mismos
y servicios en un proceso cada vez más acelerado y sorprendente lo que

conocemos como el crecimiento económico.
6. El nivel de vida absoluto de los pobres y la proporción de pobres dentro
de una población total es ahora pero el nivel de vida reactivo de los
pobres y es una pobreza indignante porque hoy no debería existir. la
riqueza actual es superior al anterior y en sus niveles más altos está
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cada vez más concentrada.

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7. Una realidad económica como la de nosotros invierte en armamento en

producción de bienes y servicios no aporta a la destrucción de la
pobreza, no es una realidad económica ética. es una realidad
económica injusta, deshumanizar a todos los seres humanos, ricos y
pobres. todos reconocen que hay serios problemas que la situación no
Debería ser así.
8. Podemos distinguir dos planos o niveles:
 Nivel Micro: o personal entre los individuos y las

empresas.
 Nivel Macro: social o de la economía en su conjunto, en el
contexto internacional.
Los problemas a nivel micro nos encontramos en las experiencias de la
ética como Son normas de conducta de justicia conmutativa, en cambio
encontramos problemas más serios a nivel Macro porque aquí entran las
ideologías como el sistema de Mercado y el sistema socialista de
planificación. a pesar que el sistema socialista de planificación no es el
más adecuado tampoco lo es el sistema de Mercado pues éste tiene
límites inherentes.
9. El autor señala que para resolver grandes problemas macroeconómicos
y sociales del siglo XXI se requiere la coordinación entre el sector
privado y el estado para gestionar un bien común hacia una economía
social de Mercado.
10. El autor refiere que, como creyentes en el EVANGELIO, nos esforzamos
por elevar el nivel de vida y compartirlo porque sabemos que lo estamos
haciendo con Dios. valoramos de verdad el tiempo porque éste vale una
eternidad.
II. NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS ECONÓMICAS - POLÍTICAS Y

NUESTRAS RESPONSABILIDADES
1. Nuestras circunstancias económico - políticas:

Compartimos fenómenos con el conjunto de países como por ejemplo la

frase que dice: “la economía va muy bien pero el pueblo está mal”,
además otro fenómeno general: los estados parecen haber perdido la
voluntad y/o la capacidad de controlar su propio espacio económico.
Como fenómeno general también, en todas partes se da una creciente y
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entusiasta participación de todos en las redes Internacionales de

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información y comunicación. Es evidente que todos estamos inscritos

en una telaraña mundial de intercambio de bienes y servicios, de ideas y
de técnicas.
la lógica de crecimiento económico actual hace que los costos sociales y
ecológicos necesarios para mantener el ritmo, resulta más costosos que
beneficios obtenidos y por otro lado la velocidad de la innovación
tecnológica, con el consecuente envejecimiento de todo nuevo producto,
va tan rápido en muchos rubros el capital no supera su inversión.
Nuestro mundo nos propone mil metas urgentes cómo: comprar, vender,
buscar trabajo, Viajar, hacer deporte, entre otros. Pero ninguna finalidad
las orienta esta situación es un hecho en el que está la humanidad de
hoy nos toca procurar entender lo que nos pasa a todos nosotros seres
humanos de hoy y ver lo que podemos hacer.
2. El nuevo escenario mundial:
El oeste liberal ha ganado es cierto pero obsesionado por sus luchas y

sus metas, el capitalismo muestra hoy su desnudez humanista. Sin
adversario el capitalismo entrega a lo que es: una máquina económica,
comercial y financiera guiada por la exigencia de la ampliación de sus
fronteras y sin más criterio aparente qué lo posible o imposible técnico
en función de la rentabilización de las inversiones. Hoy nuestro
capitalismo reina solitario sobre masas crecientes de desempleados. Sin
embargo, esta creciente pobreza parece no representan amenaza para
el sistema.
La moral exige la igualdad de los seres razonables, la sociedad
económica prescribe la competencia entre individuos no iguales y que
tienen como único interés aumentar su desigual: hay que evitar hacer
para el otro lo que uno desea que el otro haga por él, y no padecer
aquello que uno quiere hacer padecer al otro. Tengo que buscar el mejor
puesto y buscar eliminar a mis competidores, dice E. Well.
El imperialismo de lo económico y de lo cuantitativo es tal que su pérdida
ha configurado un nuevo “sentido común” se desmoviliza nuestra
conciencia y nos impide pensar y juzgar que desde sus imperativos nos
tratemos como medios en función de lo económico.
3. ¿Cómo entender lo que pasa?

Siempre hubo cierta técnica para actuar sobre el mundo; pero nunca la
técnica proporcionó como hoy a la humanidad su manera de ver el
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mundo, de estar con él, de relacionarse con él. Lo subrayan varios

filósofos: la técnica representa un nuevo registra ontológico.
El problema no es la desacralización del mundo como hecho de nuestra
cultura moderna, sino el olvido del hecho extraño de nuestro existir,
olvido del respeto que se le debe, y olvido del sentido de las
irrenunciables dimensiones de “relación con los demás” que tal hecho
incluye. Si el olvido antes señalado es fruto de la tecnociencia moderna,
y si nuestra visión del mundo viene de la misma tecnociencia, tenemos
que preguntarnos por esa tecnociencia.
III. LA TECNOCIENCIA
El rol de la tecnociencia no es sólo positivo. Sabemos de sus peligros: Allí
están la bomba atómica, las armas bacteriológicas, la depredación
ecológica. No pensamos que podemos decir:" quedémonos con lo positivo y
rechacemos lo negativo". Las dos son ramas del mismo árbol, sostenido por
un mismo hombre. De suyo la tecnociencia no puede darse un límite:
Empujada por la pasión del conocer y por las demandas de la competición,
ella va de" posible técnico en posible técnico".
El problema radica en que, en vez de dominar nuestro dominio, el sin límites
de la tecnociencia nos está dominando y lo hemos trasladado a todas las
esferas de nuestra vida: A lo económico político y a la reproducción de la
vida humana tanto familiar como social. Ciertas distorsiones bordean ya lo
humanamente soportable: Es evidente al nivel de la; pero la situación es
crítica en relación" concentración de la riqueza versus, masa de la pobreza".
El" sin límites" está haciendo estragos angustiantes al nivel de una
economía financiera devenida puramente especulativa y al nivel de una
productividad tecnológica tan acelerada que golpea por igual el capital y el
trabajo. Allí te parece morderse la cola. En la reproducción humana artificial,
sólo guiará por lo posible técnico, relaciones por lo afectivo cultural, no
sabemos lo que estamos haciendo.
De suyo la tecnociencia avanzas y preocuparse de los valores o personas
sin referencias éticas, sin referencia a Dios o a los grandes relatos que hay
un sentido y un límite con relación a la libertad, fraternidad, la igualdad y los
Derechos Humanos. El límite tecnológico es la negación del " límite" qué
representa el hecho mundo natural humano y la tanto del límite que es todo
hombre como ser humano. La organización actual del mundo, instituida por
nosotros a partir de la tecnociencia, se ha Tornado peligrosa, tanto porque
todo es posible, cómo porque finalmente en ella todo da lo mismo. A ojos
vista, el regreso masivo de la pobreza no sólo expresa el tratamiento del
Estado moderno, expresa el hecho de una economía guiado por la
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tecnociencia tornado enemiga de la ciudadanía. A salto de mata acabado

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Por perder el sentido del " estar, hacer y vivir juntos", del sentido del bien
común. El mundo es un mundo sin orientación, se mueven un desierto de
sentido en que todos los caminos conducen a lo mismo: Límites factuales
técnicos. No hay orientación mi salida porque no hay coordinación
jerarquizada de los espacios de vida. El mundo de la tecnociencia necesita
de un control desde el exterior de ella misma. Pero al respecto varias cosas
son preocupantes:
 Parece que no podemos esperar un control por lo jurídico político.

Las iniciativas descansan sobre las demandas de la industria y el
mercado libre; y lo jurídico político se ha puesto al servicio de
dicho mercado.
 De los productos de la tecnociencia no hay responsabilidad

adjudicable, ni previsión posible. Los productos son efectos del
encadenamiento de los resultados parciales dispersos por el
mundo. Eso hasta que finalmente sólo podamos distinguir el
camino de lo posible y no de lo deseable.
 Tampoco parece que podamos esperar mucho de la conciencia

del Hombre moderno. Ella señala sobre todo a la libertad. Libertad
de pensar, investigar, de comercial, hacer técnica. Chico
tradicional está erosionado y no corresponde a los problemas
planteados. En cuanto a la opinión pública, se le dice y se le hace
creer que es lo que quiere. Lo evidencia descolonización de la
producción permitida por la técnica: Por más que los efectos sean
nefastos para el país " cuna del capital", este busca espacios
rentables.
 A fin todos creemos en la tecnociencia, hemos de que ella algo

bueno acaba o acabará por salir.
Lo indefinido del conocimiento y de la manipulación nos apasiona, pero el

mismo tiempo no aspira agujero negro en donde las energías desatadas
anulan la visibilidad de lo que ocurre. De ese proceso salen beneficios para
la humanidad y monstruosidades. Si bien el ser del mundo no hay nada que

impongan una puesta en forma particular, tampoco El mundo es
manipulable sin límites.
Afortunadamente, los golpes que nos han dado- el péndulo técnico hasta el
límite de su curso y al inscribir la necesidad en la economía- am un miedo y
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una insatisfacción que parecen a pensar que ha llegado el momento del

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regreso del péndulo. La modernidad, con el dominio limitado, sobre todo,

desde la ciencia y la técnica, acabado por modificar el campo de la vieja
necesidad:
Ayer ella se nos en la naturaleza por soportar y en las contradicciones por
respetar. Habiéndola alojada hoy en la economía, de hecho, la hemos
alejado y nuestra libertad. Dominamos todo, no sabemos dominar nuestros
actos. Como nunca, todo parece depender de nosotros: Tanto la posibilidad
de lo que siga siendo la vida biológica sobretodo la Tierra como la
posibilidad de lo que siga siendo una vida humana entre nosotros. Allí se
levanta una nueva figura de necesidad. Es necesario, que reaccionemos,
porque precisamente ya todo depende de nosotros. De hecho, a tientas
todavía, en diferentes partes del globo, reflexión y deliberación llevan a
plantear la necesidad urgente de un nuevo camino. Son los movimientos
que reclaman la consideración y el respeto de bienes no económicos:
Movimientos por los Derechos Humanos, por la defensa del, por el respeto
de las particularidades culturales, etcétera. Para asentar tales bienes
intersubjetivos de respeto de los demás, del otro, de ese otro manifestando
en el hecho de nuestro existir, urgen cambios de maneras de estar en la
vida. Para eso no valen las sanciones económicas.
Lejos de angustiarnos, el momento debería movilizarnos en vistas a
responsabilizarnos por los que tenemos en manos. Es un desafío nuestra
inteligencia y Libertad, en una palabra a nuestra creatividad, a esa facultad
nuestra de hacer ser, de hacer otros " modos de ser, determinaciones y
leyes" que serán en adelante las leyes, determinaciones y modos de ser
humanos, que nos habremos dado, ¿habrá punto de apoyo para tal
empresa?, Sí. No estamos en la nada. Siempre el ser humano ha
trascendido los meros hechos que ha encontrado. Lo señalan el lenguaje y
las instituciones que siempre el hombre supo darse. Lenguaje instituciones
que siguen existiendo. No se trata de crear en la nada ni con la nada, pero
sí, se trata de crear como a partir de la nada, es decir, se trata de crear a
partir de nuestra libertad, de nuestra voluntad de ser razonables en las
circunstancias nuestras. Nos toca producir un universo objetivo de
significaciones en donde se exprese la totalidad de lo que somos de las
cosas y de la sociedad, como seres Morales ligados por valores
compartidos. Allí está el desafío de nuestra libertad. Ella no tiene más

apoyo que ella misma. O sea, eso será si lo queremos: Es lo que algunos
expresan al hablar de un nuevo contrato social.
 Las raíces de la acción ético- moral qué nos toca.

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Para la creación que nos toca no hay que esperar mucho de aquella
inconsciencia o aquel interés en lo mismo. Pero si tenemos que esperar y
confiar en aquellos a quienes la lleva a tomar distancia de este mundo
nuevas formas. Esa distancia entre nosotros para que con el mundo y para
que con nosotros mismos señala a la vez el espacio de la exigencia del bien
que habla en cada uno y señala el espacio de la imaginación creadora, esa
cultura en nosotros que nunca se deja de domesticar por lo instituido. Es en
ese espacio qué habla la exigencia de buscar algo nuevo, un mundo que
sea humano para todos.
Nos creamos que aquel que se abre a ese espacio haya visitado por una
gracia especial que sea un poeta soñador o un profeta peligroso. La
exigencia de algo nueva visita a todos los que obedecen a lo que es radical
e irrenunciable para nosotros; es decir, a lo imaginario en nosotros, aquello
que, en cada momento, es origen y fuente de humanidad.
4.1 Una Constatación:

Lo originario remite a las relaciones de dónde venimos y a las cuales
tenemos que serle fieles en nuestra vida para ser lo que somos, es decir,
seres humanos. Allí se expresa un hecho irrevocable y que tengo que
respetar: Es el hecho que todos somos cuerpos habitados por la palabra, es
decir por la presencia y el deseo del otro. Ese hecho, anclado en la
contingencia de mi vida, remite a otro hecho, al hecho de la existencia de
este mundo nuestro, don confiado al cuidado nuestra puesta en sentido.
Cuerpos habitados por la palabra, eso somos todos. Cuerpo significa
necesidad de comer, respirar, vestirme. Por lo tanto, dependencia para con
la naturaleza. Pero todos tenemos ombligo. Él nos dice que hemos sido
cortados del otro. Luego, la vida lo he recibido gratuitamente. En esa vida
regalada no puedo pensarme sin la naturaleza ni sin el otro ser humano: A
ellos estoy asignado, desde una experiencia reflexiva. Sí, en mi reflexión, de
eso me olvidó, me escaparé en montajes abstractos: Montajes ideológicos,
económicos, políticos, que dando la vida me pondrán a mí y a los demás a
su servicio.
Habitado la palabra dice que me expreso. Pero si hablo Es que primero me
han hablado. Mi palabra no es invención mía, si no respuesta a la palabra

de mis padres venido a mí en un lenguaje más viejo que ellos. Al recibirme,
mis padres no creyeron que fuera un mero pedazo de carne, sino una
posibilidad de mujer o de hombre; por eso me hablaron. Con sus caricias,
sus mimos y sus palabras, su fe en mí como humano, ellos despertaron
humanidad. Yo escuché la música de sus palabras, creí en ellas, en lo que
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decían en el mundo que me presentaban como lleno de sentido. Allí me abrí

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al deseo del otro inscrito ya en una respuesta en sentido del mundo; me

abrí al gozo y el deseo de su presencia incluso cuando estaba ausente. El
deseo, ese espacio del otro en mí, ese vacío por él, es lo que madres
inscriben en nosotros en nuestra niñez.
Acabamos de describir ocurren nosotros mediante la relación afectiva o
corporal y la palabra de los demás. Se nos revelan allí raíces que nunca
puedo olvidar: La palabra No es primero algo funcional sino algo que ocurre
entre personas, ligadas por una fe entre ellas, ligadas por el deseo. Cuál es
la base sobre la cual caminamos todos: Fe en los demás, fe en mí, fe en un
mundo sensato. Si olvidamos que la palabra hecha de fe y deseos
intersubjetivos, ella se trastoca en un mero discurso de Verdades hechas y
un lenguaje funcional. Y entonces la fe deviene: Creencia en contenidos
semánticos, creencia en cualquier discurso/ sistema de Verdades
abstractas.
Con palabras escuchadas, yo ensaye la mía. Así ha creado mi mundo,
ensayando mis puestas en sentido. Dije: " heme aquí, despierto y listo para
responder y servir al hecho de la vida". Al decir yo en un lenguaje ya viejo,
lo corto en mis respuestas Y con los sentidos que inventó: Segundo ombligo
metafórico, mi boca. Ombligo que él también me habla de los demás como
cuerpos habitados por palabras de fe y confianza recíproca. Juntos,
intercambiando palabras, ensayamos puestas en forma y puestas en
sentido del hecho del mundo, sin que ninguna de ellas pueda considerarse
como definitiva. Henos aquí, pues, en ese hecho: Somos encarnados e
interrelacionados siempre. Nunca puedo escaparme del otro. Incluso si me
escapó de mis obligaciones para con él, lo hago desde mi asignación a él.
Que seamos «cuerpos hablantes» es un dato que compartimos con todos
los esquimales, los africanos. Es de s humanos de todos los tiempos: con
los chinos, con ese dato que el ser humano de siempre ha creado culturas,
ha levantado ciudades y Estados, ha producido instituciones humanas, cada
una con «su bien y su mal, que siempre se inscriben en instituciones.
Finalmente, a bien y mal», lejos de pertenecer a un cielo de valores,
siempre remitieron a lo vivido entre humanos y a la «domesticación»
mediante la cual «el bien y el mal de nuestro grupo» se inscribió en
nosotros gracias a las recompensas y los castigos de nuestra madre. En
ellos vivimos en obediencia: obediencia al hecho de que somos juntos

“cuerpos hablantes” buscando un mundo común de acuerdo a una jerarquía
de valores compartidos, y obediencia a la vida como don sensato.
Antes de nuestra modernidad cada grupo humano pudo vivir encerrado
sobre sí mismo, en continuidad con su tradición, en la repetición y la
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defensa agresiva del mundo de valores recibidos. Para defender su

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particularidad, cada grupo estaba dispuesto a sacrificar «cuerpos

hablantes» que no compartían o amenazaban su visión del mundo. La
historia está llena de guerras entre pueblos, entre grupos religiosos, entre
naciones. Con la modernidad, emergieron la afirmación de una razón
universal y la afirmación de los Derechos Humanos de todo ser humano. La
razón universal, con la tecnociencia, ha plasmado ya un mundo planetario y
ha asentado las condiciones de posibilidad para que nos pensemos como
humanidad. Sin la tecnociencia eso no hubiera sido posible. Pero ese
inmenso cuerpo humano de relaciones múltiples que nos ha proporcionado
la tecnociencia, necesita de un suplemento de alma, como se ha dicho, para
asumir las dimensiones que tiene entre manos. De la razón universal
moderna también viene la exigencia moral de los Derechos Humanos. De
suyo está a la altura del inmenso cuerpo que nos hemos dado. Pero los
Derechos Humanos se han entrampado en la afirmación y reivindicación de
un individuo social, y no hemos sabido todavía encontrar modelos de
conducta instituciones a la altura de la exigencia inscrita en el hecho de que
somos todos «cuerpos hablantes», asignados unos a otros, desde culturas
diferentes. Las circunstancias actuales de la mundialización nos conminan a
producir instituciones supranacionales que defiendan, junto con las
diferencias, iguales derechos y deberes para todos, en razón del hecho que
hemos sido todos invitados por igual a esta vida.
4.2. Las dimensiones del hecho dañado:

En esa porción de historia que nos ha tocado, él «nosotros mundial que
somos -herederos de ayer y responsables de mañana- representamos a la
humanidad en su totalidad. Esa humanidad la vivimos en esferas fáciles de
reconocer: la familia, los grupos de la sociedad civil, los Estados, y la
sociedad económica productiva mundial. En cada una de esas esteras
vivimos diferentes maneras de relación con nosotros y con los demás, de
relación con “aquello de qué se trata para el hombre” en esa vida. En cada
una de ellas se entrecruzan dos dimensiones que nos definen como
humanos: historicidad y ética.
 La historicidad nos recuerda que cada una de esas esferas estaba

constituida antes de nosotros. Cada una es una herencia, es decir,
presencia de los de ayer que han sedimentado significaciones, pero

cada una es también anticipación en cuanto, mediante nuestras
decisiones, abrimos determinadas posibilidades para los de mañana.
 La ética nos recuerda que cada esfera es espacio de juicio y de

decisión, es el lugar de tomas de decisiones en vistas a fines que
43
escogemos. Es así como se expresa el hecho que seamos juntos

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cuerpos hablantes» asignados unos a otros, y levantando juntos las

significaciones e instituciones en las cuales queremos vivir
En medio de nuestras circunstancias de seres humanos planetarios con

todos los humanos la pregunta moral: ¿Qué será hacer bien las cosas?
¿Qué será ser razonables junto con los demás? De hecho, que seamos
«cuerpos hablantes nos viene un hilo conductor para pensar la exigencia
moral viene de «responder»; «responder a» y responder por». Es lo primero
que hicimos, que nos enseñaron a hacer como «cuerpos hablantes. Es
respondiendo al otro que uno «responde de» si mismo, y “por” que decide
hacer consigo mismo. La respuesta en sentido de nuestro está entregado a
nuestras manos, y la vivimos al interior de las determinaciones históricas
que son las nuestras. Por lo tanto, hay una determinación histórica de la
ética, que se modula según las circunstancias económicas de cada uno.
Pero, cosa curiosa, la ética se asienta en el hecho que tiene figura
fundamentalmente desde los chinos, los griegos, los judíos, desde
culturales y económicas de cada uno incondicional y casi intemporal. Sus
pedidos no han variado Sócrates o Jesús hasta nosotros. Su exigencia
sigue siendo: «No hagas al otro lo que no quisieras que te hicieran»; «Es
moral aquel que, en vez de hacer sufrir el mal o la injusticia al otro, prefiere
sufrirla él mismo». Es moral, es persona «decente, como gusta decir Agnès
Heller, la persona que es guía por esa exigencia y que, igual que Sócrates o
Jesús, es la puesta a arriesgar su vida por ello. Ayer cada uno lo vivía en
los espacios limitados de su grupo. Si algo nos ha dicho Jesús en su
Encarnación es que debemos caer en la cuenta de nuestra responsabilidad
para con cada «cuerpo hablante, de cualquier cultura o raza que sea. Hoy,
la conciencia nuestras interdependencias mundiales despierta una
aspiración a vivir la exigencia moral en otras dimensiones.
Afirmar todavía hoy lo incondicional de la exigencia moral puede aprender.
¿Cómo hablar de ello, cuando ya sabemos de los condicionamientos
sociológicos y sicológicos?, cuando sabemos que la conducta del hijo
depende tanto de las heridas recibidas en su niñez. Así empiezan
razonamientos y justificaciones. Podemos lanzarnos a todo tipo de
argumentaciones que, con lógica y fuerza, podrán probar lo uno o lo otro.

Eso evidencia una cosa: en moral la argumentación no es suficiente, ni
convence. La persona decente es moral desde una opción y no desde la
argumentación. Tales personas existen, y sabemos reconocerlas: son
aquellas que con su vida dicen: «Más vale sufrir la injusticia que hacerla
sufrir». Tales personas, fieles a lo originario de su «cuerpo hablante»
43
responden y se responsabilizan por nuestro mundo por la posibilidad de un

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«mundo comün» compartido, «responden a y responden por» los otros

«cuerpos hablantes, para que sea posible una vida humana para todos;
ellas saben que es así como uno es y se siente humano.
«Que una vida humana digna sea posible para todo humano eso es el
deseo y la exigencia de la ética hoy que desborda los límites de mi mero
grupo. Como siempre el lugar de la ética es la acción en circunstancias
dadas, acción en la cual se trata de opción y valores. La acción no es un
mero hacer, es más bien lo que condiciona todo hacer. El hacer se sitia en
continuidad con las condiciones, la acción determina las condiciones y
define metas y sentidos. En una palabra, lo propio de la acción es instaurar
un mundo humano; un mundo en el cual sea posible cumplir con nuestra
humanidad. Por principio eso nunca está del todo realizado y queda
siempre por hacer
IV. LA EXIGENCIA ÉTICO-MORAL HOY:
NUESTRAS RESPONSABILIDADES
5.1 Soy moral si me escojo como persona moral:

Los criterios de la conducta ético- moral nos vienen en cada momento por la
exigencia de cumplir con el hecho que todos somos cuerpo hablantes. Es
decir, somos vida recibida gratuitamente e ineluctablemente ligada a la
naturaleza y a los demás, siempre inscrita en una palabra penetrada de fe
en los demás, palabra que organiza un mundo sensato y en donde
recibimos un bien y un mal. Tales son las dimensiones del hecho de nuestra
vida que no podemos olvidar pena de salir de nuestras raíces y divagar en
cualquier tipo de discurso y de montaje: económico, político, filosófico,
religioso, etc.
Si, la exigencia ético-moral nos alcanza desde el hecho de nuestra
intersubjetiva que merece nuestro respeto. Ella nos alcanza en tres
espacios privilegiados: la familia, los grupos de la sociedad civil y el Estado
como instancia de mi comunidad nacional. Dicha exigencia moral es
recognoscible por nosotros a partir de los sacrificios que estamos
dispuestos a hacer para cumplir con ella y para defender el espacio desde
donde ella habla. Todos, en un momento u otro, nos hemos sacrificado por
la familia, por nuestro grupo de pertenencia, o por la Patria. Eso revela que
esos espacios son fuente de exigencia moral y que los reconocemos como
instancias en donde nos vivimos como cuerpos hablantes. La referencia a lo
de «cuerpo hablante> es importante en cuanto nos proporciona el criterio
43
para el sacrifico. De hecho, han existido, existen y existirán mártires de las

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más variadas causas. Todos los fanatismos tienen los suyos: Sendero tuvo
los suyos una estructura económica puede tener los suyos, cualquier
ideología hace mártires. Pero, si bien todo sacrificio es respetable en cuanto
significa salida del mero YO y apertura a un universal particular,
consideramos moral el sacrificio hecho para respetar en mí y en el otro el
hecho de que somos “cuerpos hablantes”, es decir, relación a la naturaleza
y escucha-respuesta de confianza del otro.
Decir que yo me escojo como persona moral» es decir tres cosas: 1) que la
moralidad no es un automatismo en nosotros, 2) que es siempre frente a la
posibilidad del mal que somos morales, 3) y que en nosotros habla a voz de
la conciencia.
Ayer, en los mundos tradicionales, la dimensión de opción no era visible. Se
perdía en el pasado de la puesta en sentido heredada y el ojo de Dios o de
los demás aseguraba el cumplimiento de las pautas éticas dentro de la
comunidad, de acuerdo a las exigencias del grupo. En una sociedad
moderna cada uno está entregado a sí mismo, en el anonimato de la
muchedumbre y en medio de ofertas morales de diferentes procedencias.
Pero, como para responder a nuestra necesidad de certidumbres, cierto
discurso económico-político moderno pretende restaurar a su modo la
evidencia de ayer. Él nos repite: «No hay otra manera de hacer y así tiende
a acallar la voz de la conciencia, y a liberarnos de la opción para inscribir
toda decisión en una necesidad. Precisamente por eso mismo cada uno
está entregado a la voz de su conciencia.
¿Qué es la voz de la conciencia?" Está asentada y configurada en nosotros
por todas las voces morales que el «cuerpo hablante» escuchó desde su
niñez y a las cuales respondió. No es mero eco de ellas, es respuesta
propia. Decir que «yo me escojo como persona moral es decir que, desde el
inicio y siempre, cada uno escoge lo que quiere ser, y escoge e instituye
como suyas las circunstancias en las cuales va a inscribir su acción. No
somos meros efectos de causas, somos opción. De dos hijos que se han
beneficiado con la misma educación, uno estará en la cárcel y el otro en el
convento. Cada uno se ha escogido a sí mismo y ha escogido como
responder a sus circunstancias
5.2 Soy moral si <respondo a mi pasado y por mi futuro»:

Escogerse como persona decente es hacerse responsable. La
responsabilidad mía es bifronte: mira hacia atrás y mira hacia adelante.
 El escogerme a mí mismo como persona moral siempre se vive en

circunstancias recibidas: primero las de mi país, de mi grupo, de mis
padres, las de mis habilidades e incluso de mis defectos y errores.
43
Esas circunstancias son dadas, pero si no escojo esas circunstancias

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como mías, es decir, si no las reconozco como verdad mía, entonces

viviré en un perpetuo resentimiento, proyectándome en cualquier
montaje tranquilizador o de escape. Escogerme como persona
decente es reconocer las cosas tales como son, en su positivo y su
negativo; es decirles Sí y decir lo que hago con ellas. Pero si-incapaz
de asumir mi país, mis padres, etc.- responsabilizo a mis
circunstancias de lo que soy y hago; si siempre me presento a mí
mismo y a los demás como efecto de causas que me dominan,
entonces me padezco y compadezco. Para una persona moral no
hay causalidad sino responsabilidad, es decir «respuesta a». Es lo
que hemos precisado diciendo que somos cuerpos hablantes.
En mi pasado están los errores de mis padres, los míos, los de mi

país con sus instituciones. Ser moral, ser persona decente y
responsable es responder a ello con la verdad: es no repetir el gesto
de Cain, que después de haber matado a su hermano respondió a
Dios: «¿Seré yo el guardián de mi hermano?». Falsa respuesta.
«Acabo de matarlo» hubiese sido la respuesta correcta. Si ayer se
tomaron, si yo tomé decisiones equivocadas, ¿Qué digo yo? Si
quiero ser una persona decente tengo que responder con la verdad.
Asumir la verdad es ser persona moral decente.
 Mi responsabilidad para con el futuro pasa hoy para mí por asumir

que en mi puesto soy responsable de ciertas decisiones que
encaminan el futuro de generaciones venideras. Ayer los que creían
en Dios podían confiar en que Dios se encargaba de nosotros; los
que no creían en Dios podían creer que una lógica de la historia nos
iba a llevar a buen puerto. Ya no tenemos esos recursos. Hemos sido
arrojados a la libertad de poner nuestra vida en sentido y todos
somos «responsables» en las instituciones que juntos forjamos y en
donde inscribimos y cerramos posibilidades para mañana. Cada uno
en su puesto es responsable por el cargo que asume, con todas sus
dimensiones y proyecciones
Entonces, si en vez de vivir como ciudadano, sólo vivo como

individuo, sólo preocupado por mi familia o por participar lo más

posible s ofertas del mercado, ya he renunciado a ser persona
decente. Ser ciudadano significa responder por los espacios en
donde se institucionaliza la convivencia humana. De allí se
desprenden deberes de información, de formación, de tomas de
posición.
43
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5.3 ¿Cómo pasar a concretizaciones?:

El haberme elegido a mí mismo como persona decente no va cambiar
inmediatamente el mundo. La decencia moral no se mide cuantitativamente;
pero la humanidad de todos nosotros como seres humanos descansa en
que existan personas decentes, morales. Si bien moralidad es una aventura
personal ineludible, siempre la vivimos en relación con los demás y en las
instituciones que producimos. Allí una consideración puede ser pertinente.
Si sabemos que nunca el razonamiento lleva a la convicción moral, ¿Qué
nos queda? El ejemplo. Si, o sea el “contagio» en virtud de la sensibilidad
de cada uno al llamado a salir de sí mismo. Sabemos que el mal es
contagioso, pero el bien puede serlo: la persona decente hace signo a las
demás, las invita y anima. Las cosas son así porque toda moral, antes que
todo, nos inscribe en el respeto, esa actitud en que razón y sensibilidad se
inclinan delante de una presencia reconocida: respeto del hecho de este
mundo como presencia de/a Algo Otro, respecto del hecho de la presencia
que es todo cuerpo hablante.
¿Qué pistas podemos pensar para nosotros hoy?

1. Quizás la primera pista esté en que cada uno opte por un proyecto
personal; es decir defina cómo quiere conducir a la vez su inscripción en
lo económico funcional y su voluntad de ser moral. Si cada uno no
resuelve subjetivamente ese problema, difícilmente podremos pensar en
crear instituciones que lo posibiliten.
2. Cada uno debe creer que es posible hacer algo para que este mundo
cambie. Eso pasa por creer que el otro también puede creer y desear
más justicia, más verdad. Tal es el inicio del cambio, así como empiezo
a elegirme como persona decente. Además, con esa fe empiezo a
quitarle su piso a 9s9 sistema que nos hace creer que no hay otra
manera de hacer. Todo sistema se sostiene por nuestra fe en él.
Empezando a escuchar la voz de la conciencia y a creer en otras
posibilidades, estoy erosionando la afirmación según la cual cierta
necesidad nos conduce y define todas nuestras decisiones en todos
nuestros espacios de vida.
3. Tenemos que empezar a pensarnos como humanidad y no como

individuos, sólo ligados entre ellos en la medida en que un contrato nos

ligaría. Nos liga el hecho de una misma existencia regalada, y allá»
tenemos que responder. Tal pensar lleva a revisar las motivaciones de
nuestro actuar, Si sólo nos mueven motivaciones individuales,
económicas o de éxito profesional, nada aportamos a un posible cambio.
Otras motivaciones son: la pasión por el hombre, por su dignidad, por su
43
libertad, por la democracia, por la justicia, la pasión por un mundo

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común en donde compartamos valores y no únicamente cosas. En esa

actitud nos abrimos al mandato de lo absoluto en nosotros al mandato
del ahecho de existir» juntos. Ese Hecho me arranca de mi Yo y me
invita a decir «Heme aquí», para respetar y obedecer al existir humano.
Evidentemente tal actitud ya es desorden para el «orden artificial» en
que estamos y que se asienta en el «sin límites» en todo. Pero no
podemos olvidar que nadie tiene más derecho que otro a los bienes de
esta tierra, a la cual todos somos sólo invitados. Ya es tie que volvamos
a pensar en los recursos económicos, científicos, tecnológicos, etc.
como riqueza común mundial.
4. Frente al e capitalismo salvaje que denuncia el Papa, tenemos que

saber decir NO. NO a lo inaceptable. NO a su manera de considerar al
hombre desde su utilidad, no a la fragilización del trabajo y a la
sacralización de situaciones injustas venidas del pasado, no a su culto
de la necesidad. No caigamos en la trampa de aquellos que dice
«Preséntame la alternativa». Es la trampa de cierta lógica que pide
modelos preformateados, desconoce que toda organización social es
fruto de una búsqueda y que no se puede imaginar el resultado fuera de
su búsqueda y del camino hacia él. Para esa búsqueda presentemos
algunas referencias que deberían asentar en nosotros actitudes éticas
nuevas:
a) La exigencia más urgente es no poner en el centro de nuestras

preocupaciones lo económico y sus lógicas, sino el hombre y la
convivencia humana. La economía es para el hombre y no el hombre
para la economía. El orden económico no es más que uno en medio
de los otros órdenes de la vida humana como son lo político, lo
jurídico, lo afectivo, lo moral. El dominio de lo económico sobre todos
los otros ordenes ha devenido totalitarismo que enceguece a todas
las conciencias. No podemos aceptar que se hagan ensayos y
experimentaciones económico financieras que reducen al ser
humano a un mero recurso más o menos reciclable desconociendo
incluso su estatuto de ciudadano. La situación de algunos seres
humanos de hoy es tal que podrían envidiar la del esclavo griego o
romano.
b) Si es cierto que hemos pasado ya cierto umbral peligroso del

crecimiento económico actual y que, en virtud de una productividad
acelerada que golpea capital y trabajo, estamos al borde del
precipicio, nos toca dar una vuelta de 180 grados para no ir a la
43
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catástrofe ecológica y social. Nuestro deber es tomar conciencia de

eso y hacer tomar conciencia.
c) Los desastres producidos por una economía financiera especulativa

imponen cambios de rumbo de nuestra relación con la moneda
devenida, ella también, una mercancía más. Quizás haya venido el
momento de cuestionar los paraísos fiscales, las exoneraciones
fiscales de transacciones financieras e incluso cierto secreto bancario
Son esas prácticas que han generalizado cinismo y complicidad con
lo peor de nosotros.
d) La utilización de los recursos renovables -sobre todo ecológicos-

tiene que guiarse por la preocupación de no pasarlos límites de no
renovación.
e) El uso de los recursos energéticos no renovables tiene que

acompañarse por una limitación de su uso y con investigaciones para
alternativa
f) No debemos producir irresponsablemente más desechos que los que

podemos destruir
5. Así podríamos seguir enunciando cambios posibles. De lo dicho se

desprende un conjunto de deberes y obligaciones: participación en
espacios de la sociedad civil en donde hay deliberaciones e iniciativas
que exploran posibilidades. Eso expresa dos deberes:
a) Información, formación, confrontación de opiniones, configuración de

una nueva opinión pública, de un nuevo sentido común.
b) Asentamiento de prácticas, de procedimientos y de instituciones que

permitan una reapropiación del poder por la colectividad y rompan las
actuales dinámicas de privatización del poder, que en la oscuridad
hacen prevalecer intereses particulares.
6. Tenemos que preparamos para los sacrificios que el cambio ineludible

va a suponer. Serán sacrificios económicos para muchos. Tendremos

que asumirlos porque son condición para liberar masas enteras de un
sacrificio intolerable: se trata del sacrificio del reconocimiento de su
propia humanidad al cual han sido condenados demasiados humanos.
Reducidos a considerarse como meros instrumentos funcionales o a
sentirse como excedentes en este mundo, demasiados humanos no
43
pueden acceder a su humanidad. Las lágrimas de los ofendidos son

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inaceptables. Soy moral sí sé reconocer lo inaceptable y actuar en

consecuencia, es decir, trabajar para formar instituciones de justicia.
A fin de cuentas, se trata de salir de nuestra complicidad con la
organización actual de este mundo. Salir de nuestra fe en esa organización.
Esa fe nuestra es su fuerza: la apoya y sostiene. Las posibilidades de un
mundo humano para todos los humanos no están en seguir corriendo detrás
de lo que se dice: se hace o se compra. Como decía Castoriadis: Lo que
nos necesita, no es lo que hoy es; nos necesita lo que puede, debe ser». Si
escuchamos ese llamado, su contenido se torna deber para nosotros. Allí
nos espera, en esta vida nuestra, regalada a todos por igual, el «deber de
felicidad» para uno mismo y para con los demás dentro de instituciones
justas. Nos espera un mundo en donde podamos dedicarnos no tanto a las
cosas, sino a ser humanos, es decir, a estar presentes a la presencia de los
demás
Bien mirada, la asunción de ese deber nos hace regresar al deber de servir
la vida. No somos más que un eslabón en ella. Cada padre lo sabe. Si
damos vida verdadera entonces estamos en aquello de que se trata para el
ser humano». El camino para ello es sencillo: es respetar, obedecer a lo
que somos como «cuerpos hablantes», todo invitado gratuitamente a la vida
humana. Gratuitamente. No acabamos de creerlo; por eso nos revestimos
de tantos deberes, obligaciones metas indefinidas y tontas. Pero al mundo
no le falto nada antes de nosotros, ir le faltará nada cuando ya no estemos
aquí. Ese pensamiento es liberador. nos libera de la angustia y de la ilusión
de asegurarnos en este mundo. Incluso, bien mirado, dicho pensamiento se
impone desde cierta meditación interna. Pero ese pensamiento solo es
verdadero si es acción, si deviene nuestra manera de estar en el mundo.
Sólo entonces la vida puede empezar, en nosotros, a ser lo que es: vida
regalada; y porque es tal, se regala. Sólo entonces podremos hacer de ella
«una escucha y una respuesta» a lo que habla en cada uno, a lo que habla
en cada grupo y así buscar una armonía entre todos nosotros «cuerpos
hablantes». A la armonía y a la felicidad vivida en la presencia a otras
presencias estamos destinados desde nuestro origen; y no a la lucha ni a la
competición de eliminación.
Desde lo originario nuestro; -aquello de dónde venimos y que es
irrenunciable-, lo que habla es siempre llamada y respuesta. Y la llamada

sólo se escucha en la respuesta al otro. Responder a y por mi mundo, es
buscar con las demás instituciones de justicia. Eso no es más que
«obedecer» a lo que es la vida humana, a lo que quiere ser ella en
nosotros, es decir «Vida que se da para ser vivida». ¿Por qué? Por nada.
Porque así es la vida. Ella es dar vida. Eso es de Dios, de Aquel en quien
43
pensamos cuando pensamos vida fuera de nosotros en nosotros, y que

ESCUELA DE DERECHO
percibirnos que «con los hechos del mundo no basta «Alguien» hace ser la
vida y sentimos que «ser vida es dar vida». A eso hemos sido invitados. Eso
es lo originario, aquello de lo cual despegarnos. y -lo hemos experimentado
desde niños- eso la escucha y la respuesta al otro, y no a las cosas.
V. JUSTICIA: EL PERFECTO EQUILIBRIO ENTRE DERECHO Y

DEBER
A) Las claves de la justicia

Los clásicos afirman que la justicia es una virtud cardinal. La palabra virtud
proviene del latín virtud, que significa “fuerza o habito” con el matiz de la
excelencia. Decimos, por ejemplo, que hay “virtuoso” del violín o de un deporte,
lo que equivale a contemplar toda virtud como algo no solo positivo sino
deseable porque supone una perfección en quien la posee. Si además se trata
de una virtud cardinal, por la misma vía de la lingüística se supone que sirve de
cardo, equivalente a “quicio” “apoyo” que soporta un buen peso sobre su eje.
Eso son las virtudes cardinales: hábitos de comportamientos básicos para que
sobre ellos se desarrolle el resto de los valores propios de un hombre íntegro.
La justicia, en concreto, es “constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo
suyo”. Un estudioso de este tema comentaba con gracia y acierto: ”Nunca he
visto una mayor simplicidad en el principio y una mayor complejidad e l tema”.
La definición clásica nos dice que “la justicia es el modo de conducta, habito,
según el cual un hombre, movido por una voluntad constante e inalterable, da a
cada cual su derecho”.
Es evidente que la justicia trata de un valor que reside en la voluntad y que
presupone y exige una resuelta actitud interior para ser ejercitada, por una
parte, cada uno de nosotros necesitamos una educación continua para tener
una visión objetiva que nos lleve a catalogue con “justicia” lo que pertenece a
cada cual y dárselo como “suyo”. Pero hay también algo fundamental, muy
unido a la prudencia, que se explica en ese dicho de enorme valor: “La justicia
de las madres es tratar desigualmente a los hijos desiguales”. Esto, trasladado
a la vida común, nos llevara a pensar muy seriamente hasta que, punto
estamos dando a nuestro alrededor, con sentido de “justicia”, lo que pertenece
a cada uno, que no es “café para todos”. En la comprensión de lo que supone
ese maíz, “lo suyo”, y en la firme decisión de vivir de acuerdo con ese principio,
se encierran muchas claves del vivir y del actuar cotidianos con sentido de
justicia o de injusticia.
B) La justicia, reina y señora

43
Los autores clásicos la veneraban como una de las condiciones

imprescindibles para logar no solo el bien, que ya es mucho, sino el bienestar
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tanto en la familia como en la sociedad y, que ya es mucho, sino el bienestar

tanto en la familia como en la sociedad y, sin ningún lugar a dudas, la
tranquilidad interior con uno mismo. Cicerón, después de calificarla como “reina
y señora de todas las virtudes”, matizaba: “Hacer depender la justicia de las
convenciones humanas es destruir la moral”. Esta aclaración lleva a pensar
que no hay nada nuevo bajo el sol, los grandes filósofos clásicos:” Nada se
parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”.
Uno de nuestros grandes reyes, Felipe II, con un imperio en el que no se ponía
el sol, dejo para sus súbditos una recomendación primordial: “Administrad la
justicia con ecuanimidad y rectitud y, si es necesario, con rigor y ejemplaridad.
Pero cuando la naturaleza de la gente y las cosas lo permitan, sed también
misericordiosos y benignos”. Esla aplicación concreta de la advertencia de San
Agustín: “Donde no hay caridad no puede haber justicia”.
Hace unos días presencie una escena que demostraba como la justicia tiene
mucho que ver con muchas otras virtudes y que se necesita, para vivirla día a
día, seguir caso al pie de la letra los mejores consejos de nuestros
antepasados. El hecho fue una simpleza, pero con una buena enseñanza.
Estábamos cenando en casa de unos amigos míos. De pronto uno de los
cuatro hijos, el de ocho años, agarro una rabieta terrible. Estaba desconsolado.
Su padre, delante de todos, le había reñido por una tontería y, para colmo, sin
ninguna razón. O mejor, por la simple razón de que este señor tiene mal genio
y lo descargo con el pequeño. Su mujer, por prudencia, no podía desacreditar
la autoridad paterna pero tampoco admitía, no podía desacreditar la autoridad
paterna pero tampoco admitía que a su hijo le quedara poco clara la noción del
bien y del mal. Aquello era una injusticia, y por ahí no pasaba. Como tampoco
se trataba de una tragedia, arreglo el asunto como pudo, y se zanjo la cuestión.
Esta mujer, con enorme sentido común, me comento después: “¿Has pensado
alguna vez que el origen positivo de muchos enfados esta seguramente en el
sentido de la justicia que todos llevamos dentro?”. En realidad, estas rebeldías
son una especie de irritación causada por el sufriendo de alguna injusticia, real
o supuesta”. Me dijo que lo había leído en algún sitio y que lo acababa de
constatar en la realidad. “A mí lo que de verdad me preocupa es que mis hijos
tengan desde pequeños el sentido de la justicia consigo mismos y con los
demás”. Pensé un momento y llegué a su misma conclusión. Muchas veces se
dan ese tipo de pequeños incidentes caseros, entre niños, y por supuestos
entre mayores. Una reacción de furia, aunque disculpable, puede ser
desproporcionada. El reprimirla desde el primer momento es el triunfo de una
personalidad madura.
Aquel incidente me llevo a analizar los porqués de mis últimos disgustos y de
43
las trifulcas caseras, que, como poco, suelen acabar en una racha más o
ESCUELA DE DERECHO
menos larga de mal humor. En efecto. La injusticia, hasta en su más pequeña

escala, nos hiere p por lo que puede encerrar de desconfianza por parte de
quien nos la dedica, bien sea por la falta de algún dato elemental para enjuiciar
nuestra conducta, bien por un perjuicio sobre nuestra forma de actuar o de
decir. Mi conclusión es admitir que la causa mayor de muchos enfados
encierra una parte de rebeldía, interior o exterior, según el dominio que se
tenga sobre uno mismo, por culpa de lo que sentimos como un trato injusto.
Una reacción que muchas veces surge por cuestiones sin demasiada
importancia pero que, si se repiten, pueden llegar a romper la buena armonía
de una convivencia. El que se dé por hecho que nos hemos equivocado con
malas intención al dar un recado, “justo el importantísimo porque era de parte
del gran jefe”; el olvido de un encargo imprescindible, que se nos echa e n cara
como “falta de interés o de cariño”; el que se conectada más crédito que a
nosotros mismos a una persona casi desconocida, acerca de nuestra actuación
en un asunto profesional. Son repito, detalles no para montar un drama, pero
que van erosionado nuestras relaciones, por esa “injusta falta de confianza”.
Cuando la injusticia se produce en algo e de mayor envergadura puede
provocar verdaderas tragedias personales y conflictos en la conducta. Estoy
pensando en más de una familia rota. En muchos casos es difícil juzgar y hallar
al “culpable”, ya que por lo general se reparten las causas al cincuenta por
ciento. También hay casos en los que es evidente “la injusticia” de una
separación o divorcio hacia uno de los interesados, que suele ser el sujeto
pasivo de la situación. Ese tipo de injusticia se podría evitar si viviésemos cada
día pequeños detalles de corrección, de cariño, de servicio. Tienen que ver con
la justicia porque sabemos que hay otros valores que la arropan y la hacen
sólida.
Es bueno comprobar; para esforzarnos en dar un paso hacia la justicia, que si
nos detenemos a medir la realidad que nos rodea a diario. Por su mayor o
menor grado de aproximación al ideal de la justicia, comprobaremos que, entre
los muchos nombres que tiene la infelicidad e este mundo, el que se repite de
forma más continua es el de “injusticia”, como decía Kant: “la más grande y
repetía forma de miseria a que están expuestos los seres humanos consiste en
la injusticia, más bien que en la desgracia”.
Frase que me hace pensar en un opositor que después de unos exámenes
bastante brillantes se encontró con un aprobado raspado, pero sin plaza. Lo

que de verdad le hizo polvo, por encima de la decepción lógica y del fastidio de
volver arrepentir las pruebas en la siguiente convocatoria, fue el sentirse
víctima de un sistema injusto. Él era consciente, y así lo reconocían sus
compañeros, de que habían pasado otros opositores que no lo habían hecho
mejor que el…Eso le tuvo hundido mucho tiempo: el sufrir las consecuencias
43
de lo que supone calificar, sin derecho a réplica, una serie de ejercicios que se
ESCUELA DE DERECHO
evalúan de una forma subjetiva. Tampoco es nada fácil d asimilar, y durísimo

de digerir, hallarse sin trabajo de la noche a la mañana por un cambio de
gobierno o de duelos en la empresa… pequeña o grande. Encontrarse en la
calle sin más explicaciones añade a la fatalidad, la indignación por la falta de
justicia. No quiero meterme en otras injusticas públicas que, por desgracia, han
ocurrido en nuestros entornos. Es quizás una de las más duras pruebas para
quien vive, trabaja, y confía en los demás de forma noble y honrada.
C) Las caras de la justicia
La justicia es un valor enraizado en el inicio del mundo. Los primeros hombres
y mujeres recibieron, como representantes del género humano, un patrimonio
común: el planeta tierra. Este es el origen del destino universal de los bienes:
todas y cada una de las personas tienen derecho a poseer lo necesario para
cubrir sus necesidades básicas: alimento, vivienda, indumentaria. Lo común se
reparte entre todos, de lo colectivo a lo privado. Por desgracia, esta justicia
originaria no es moneda corriente en el gran mercado del mundo.
El derecho a la propiedad privada, adquirida por el trabajo o recibida de otro
como herencia o donación, no anula en absoluto ese principio original de que la
tierra es para el conjunto de la humanidad. Puede sonar a paradójico, y por
desgracia lo es en muchos casos, que el destino universal de los bienes sigue
siendo primordial, aunque la promoción del viene común exija el respeto a la
propiedad privada, su derecho y su ejercicio.
Lo que no se puede olvidar en ningún caso es que el hombre, es decir, cada
uno de nosotros, al poseer y servirse de esos bienes está obligado a considerar
las cosas materiales, que posee legítimamente, no solo como algo suyo, en
exclusiva, sino como comunes, en el sentido de que no solo él debe disfrute de
ellos el mayor número posible de personas. Es de pura lógico, conculcada de
forma nefasta por el egoísmo y la ambición, que la propiedad y la acumulación
de bines convierten a sus dueños en “administradores” de los mismos para
hacerlos fructificar y hacer en otros participes de sus beneficiosas, empezando
por los más próximos, es decir, los trabajadores de sus campos, fábricas o
empresas.
Para estos casos, la justicia tiene el derecho y el deber de regular en función
del bien común (jamás del propio) el ejercicio legitima del derecho de
propiedad. En materia económica, ese respeto de la dignidad humana exige la

práctica de una serie de valores, además de la propia justicia, que, si se
tuviesen en cuenta, evitarían muchos dramas, incluso guerras. Una de ellas es
la templanza o moderación para evitar la ambición excesiva, propia de la
denominada “cultura del pelotazo, del “trepa” o del “tiburoneo”, y otra la
solidaridad, que es en definitiva un nuevo modo de llamar a la generosidad de
43
quien, seriamente, se ocupa de dar a manos llenas no solo bienes materiales,

necesarísimos, sino otros de tipo moral… alegría al que esta triste, a base de
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dedicarle nuestro tiempo, compañía al que está solo, posibilidad de recibir

educación a quienes no han tenido acceso ni al mínimo nivel…Siempre a base
de cariño y entrega personal para dar lo que podamos, envuelto con una
sonrisa.
D) Excederse en la justicia
El beato Escrivá de Balaguer, comentando la actuación que nos narra el
Evangelio de aquel hombre al que se le acababa de perdonar una gran deuda y
exigía, con amenazas, a uno de sus compañeros que le debía un puñado de
monedas, escribió: “Mirad que la justicia no se manifiesta exclusivamente en el
respeto exacto de derechos y deberes, como en los problemas aritméticos que
se resuelven a base de sumas y restas”.
La justicia nos anima a mucho más, a algo más ambicioso, desde ser
agradecidos, afables y magnánimos, a comportarnos como amigos leales y
honrados, tanto en los tiempos buenos como en los malos. Al tratar de vivir
justamente con quienes nos rodean, en casa, en el trabajo o entre amigos, nos
debe servir de guía la idea de que la caridad supera la justicia. Es la gran
fórmula para no caer en la injusticia.
Si nos adaptamos a las circunstancias concretas de cada uno, sabremos hacer
compañía, incluso dejarse un pozo de optimismo, a quien está triste. Daremos
nuestro tiempo para enseñar a quien necesita formación. Proporcionaremos
afecto a tantos que se encuentran solos. Nadie ha dicho que hay que dar a
todos lo mismo. El igualitarismo utópico ha sido fuente de grandes injusticias.
¡No caigamos nosotros e otras más corrientes, peo que no dejan de ser
injustas!
Otra cara n menos importante de la justicia consiste en ser cumplidores de las
leyes respetuosos con las autoridades legítimas; en rectifica cuando vemos que
nos hemos equivocado al afrontar una cuestión. ¡No es nada fácil, lo sabemos
por experiencia, pero que estela de honradez y grandeza de ánimo deja quien
es capaz de decir con toda sencillez: “Me equivoqué en lo que mantuve a
macha martillo! Me faltaba un dato. ¡Perdonad porque teníais razón…”!
Hay otra dimensión muy positiva de la justicia que estriba en cumplir con
seriedad, nuestros compromisos profesionales, sin tratar de escaquearnos a la
primera de cambio. Es una obligación de pura justicia llenar hasta sus últimas
consecuencias el compromiso de trabajo adquirido con una empresa. Quienes

se saltan a la torera el horario o se convierten en puros burócratas a los que
todo lo que hacen les parece un exceso “que no merecen” los jefes, son
personas verdaderamente injustas. Basta con que piensen e los cientos de
personas que suspiran por encontrar un primer puesto de trabajo para que en
lugar de criticar sin razón se pongan a dar gracias a Dios y a quienes les han
43
contratado, y se empeñen por rendir al máximo. Lo mismo sucede con las

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obligaciones y compromisos familiares y sociales. ¡Si nos hemos comprometido

a algo, vamos a hacerlo lo mejor posible, sin afán de protagonismo, sin buscar
aplausos o puestos de relumbrón! Quiero hacerlo, debo hacerlo, luego voy a
hacerlo, terminándolo a tiempo y bien. Y, si es de forma altruista, precisamente
por eso, me tiene que dar gana hacerlo impecablemente, sin cargar el
mochuelo a otros “que para eso cobran”. Esa postura es ruin, aparte de injusta.
En la misma onda entra también en el terreno de la justicia tomarse muy en
serio cualquier responsabilidad privada, familiar o pública que se ha contraído.
¡Basta de chapuzas!, tendría que ser nuestro objetivo. Y todo sin pregonarlo ni
redoblar de tambores. Simplemente trabajando con empeño y buena cara para
animar a los que os rodean. Quizás esto se salga d la justicia, pero no tiene
precio.
E) Tiene que haber un modo de mejorar el mundo

Planear de forma positiva y segura, el tema de la justicia social, compleja y
difícil, no es u optimismo ciego. Es la certeza profunda de que somos muchos
los convencidos de que no es tolerable cruzamos de brazos ante la injusticia
aterradora que se da en el mundo. No es humano de repetir sin temblar que
hay res mil ochocientos millones de personas que pasan hambre. Que el 20 por
ciento de la población mundial es hoy ciento cincuenta veces más rico que el
80 por ciento restante. Que con lo que una pequeña parte de la humanidad
despilfarra o tira podría alimentarse el resto. Las gentes de esa arte de la tierra
se ven obligadas por esas circunstancias a dejar sus países de origen con la
esperanza de llegar al Primer Mundo, el de los ricos, donde tantas veces solo
encuentran más miseria y un terrible desprecio…
Antonio Gala, en su carta a los herederos, después de presentar con enorme
crudeza una serie de realidades de injusticia, lanza una llamada contundente:
“Hay algo que no podemos permitimos ni un día más: la pasividad provocada
por el adormecedor consuelo de prensa que nada o muy poco podemos hacer
y es mejor no intentarlo. Las pequeñas generosidades individuales se
multiplican y crecen conjuntadas: suman una aportación a otra, un grano de
arena a otro, una mirada de fraternidad a miles de miradas… Colaboremos con
el voluntariado responsable, u ofrezcamos nuestro trabajo d alas ONGs
(organizaciones no gubernamentales). Compartamos cuanto no necesitemos.

Alertémonos con seriedad que la vida es un bien común que ha de ser
compartido”.
Con otras palabras, pero con l miso tono exigente y de urgencia, la doctrina
social de la iglesia, desde hace más de un siglo. Esta zarandeando la
43
conciencia de los hombres. Creyentes y no creyentes deben llevar a cabo una

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tarea en común para paliar las injusticias que existen, esa diferencia abismal
que crece entre el norte y el sur. Es imposible reproducir la serie de
documentos escritos sobre esta cuestión, desde León XIII hasta hoy. Buena
cosa seria, no solo para los católicos sino para todos los que tienen una
conciencia sensible, que lean lo que se ha dicho, no para teorizar sobre el tema
sino para decidirse a arrimar el hombro, desde los gobiernos hasta los
individuos, a esta cuestión candente.
F) Justicia al detalle
En los últimos años, con frecuencia, las protagonistas de los medios, no solo
de los especializados sino muchos en gerencial, han sido las top-model
programas de televisión o de radio, revistas de información general e incluso
los más serios diarios internacionales seguían sus vidas.
Espero que no se e tache de frívola por incluir esta consideración en un
capitulo tan serio como la justicia, uno de los valores esenciales de la
convivencia. Lo he hecho con cierto temor, pero muy consciente de lo que
decir. Y es que llevamos unos meses en los que los jueces y fiscales han
desbocado en popularidad y en cobertura informativa a cualquiera de las que
fueron “los ídolos” de los años ochenta y mitad de los noventa. Pienso que solo
el futbol supera a esta otra adicción. Lo que hoy satura los medios, por lo
menos en España, son las escaleras de subida y bajada en los juzgados de la
Plaza de castilla de Madrid o de la Audiencia Nacional. Cualquiera de nosotros
haría ese recorrido con los ojos cerrados, y alas pata coja, por el innumerable
número de veces que lo hemos visto en pantalla. El mismo o mayor número de
reporteros gráficos rodea ahora a las protagonistas de los juicios, tanto jueces
como acusados. Incluso s les hace difícil el acceso a la Sala Segunda del
Tribunal Supremo, otro lugar que tenemos fijo en la retina a base de verlo. El
tremendo banquillo de los “presuntos” inculpados puede recordar a la modelo
que espera el turno del maquillador o el peluquero, aburrida y con la expresan
de “¡a ver si acabamos cuanto antes!”.
He empezado pidiendo disculpas, antes de meterme en harina, para dejar
constancia de algo importante que está ocurriendo en España, u fuera de
España. ¡La justicia se ha puesto de moda! Y en las noticias de cualquier
programa se trata de los distintos juicios abiertos a lo largo y ancho del planeta.
Una realidad dura pero positiva, que arranca de mucha gente a la que se le he
oído decir: ¡Gracias a Dios!, porque, cuando la justicia se pone en marcha con
claridad y firmeza, empieza a declinar la ley del más fuerte, que arrastra
consigo las más funestas consecuencias. No en vano se ha dicho que cuando
más puramente expresa el hombre su verdadera esencia es cuando es justo.
Como afirmaba cicerón, “por la justicia es, ante todo, por lo que llamamos
bueno a un hombre”.
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No quiero meterme en otras injusticias públicas que, por desgracia, han

ocurrido en nuestro entorno. Es quizás una de las más duras pruebas para
quien vive, trabaja y confía en los demás de forma noble y honrada.
Thomas hobbes, el tratadista político y filósofo inglés, expreso perfectamente e
que consiste la justicia en la sociedad civil al hacer una elación de las leyes de
la naturaleza, que dictan la paz como medio de convivencia, y las diversas
formas de vicio que se oponen al cumplimiento de dichas leyes. Resumiendo,
su teoría, algunos puntos de la misma nos centraran en el tema:
1. Como los hombres son contrarios a reconocer su inferioridad natural, la

ley no ha de reconocer una inferioridad así, aunque tuviera argentos
para hacerlo. Hobbes mantuvo esta tesis contra la afirmación de
Aristóteles de que los esclavos eran, por naturaleza, puros instrumentos
de los hombres civilizados como él.
2. Nadie ha de reclamar para sí mismo, excluyendo a los demás,

posesiones que impedirían “el derecho que os demás tienen a gobernar
sus propios cuerpos; a disfrutar del aire, del agua, del movimiento, de los
caminos para ir de un sitio a otro, y de todas las cosas debidas son las
que un hombre no puede vivir o no puede vivir bien”. Solo por
arrogancia, dice el filósofo, se llega a romper esta ley.
3. Un juez entre los hombres ha de tratar equitativamente entre ellos. Las

personas que se someten voluntariamente a su arbitrio han de atenerse
a su juicio. Nadie ha de ser juez en causa propia o arbitrar en un caso en
el que “un mayor beneficio, honor o placer proviene de la victoria de una
parte sobre otra”. Los jueces no han de dar un crédito arbitrario mayor a
un testigo que a otro.
4. Las personas han de estar agradecidas por los beneficios que se les dan
por pura gracia. El vicio opuesto es la ingratitud.
5. Los hombres han de luchar por acomodarse a los demás, y, en

particular, abstenerse de las expresiones francas de odio y desprecio.
6. Una persona ha de personar las ofensas de quien pide persona si tiene

seguridad de su buena conducta futura, y no ha de pagar mal por mal
por pura revancha.
En España, antiguamente, cada viernes santo, el rey liberada a un criminal
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condenado a muerte, le besaba la mano y le pedía oraciones. Quizás una

ceremonia como esta es inconcebible e n nuestro actual sistema de vida, pero
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sería bueno poder cultivar, a escala personal, tanto en nuestras familias como
en nuestros lugares de trabajo, esa actitud que tan bien defienden los ingleses:
to forgive to forget; es decir, perdonar y olvidar, siempre que esa postura
arranque de un arremetimiento que lo convierta en un acto de justica.
VI. ENTREVISTA A HUBERT LANSSIERS: REPASANDO VIDA Y

VALORES
La revista CATHEDRA inicia este espacio de ACTUALIDAD con la entrevista

realizada a HUBERT LANSSIERS, uno de los principales activistas en materia
de derechos humanos. Imprescindible integrante de la Comisión Ad Hoc,
Hubert Lanssiers continúa con pasión contagiante el logro de sus nobles
ideales; que tienen un denominador común: LA DIGNIDAD DEL SEWR
HUMANO.
La cuarta edición de su libro “Los Dientes del Dragón” deja en claro que los
llamados a desarrollar las ideas referidas a la defensa del ser humano son
aquellos que están convencidos de las mismas o como diría Hubert Lanssiers,
aquellos que han vivido su experiencia.
Finalmente, si algo tenemos que llevarnos lo que conversamos con Hubert
Lanssiers, es el ejemplo de convicción y consecuencia, valores que no existen
ya en el vocabulario de muchos pensadores.
Iniciando con el tema de los valores, ¿Padre, qué opinión le merece que
no se imparta el curso de ética profesional en las universidades,
considerando la relevancia que tiene este curso en algunas carreras
como por ejemplo Derecho y Ciencia Política?
P.H.L. Que es lamentable. Desgraciadamente esto es lo que sucede, y es muy
peligroso, incluso para el porvenir del país; sobre todo cuando las cosas están
fundadas en la criollada, el país no puede subsistir. Para los abogados, por
ejemplo, el curso de ética de coimas y cosas por el estilo, eso se transforma en

una especie de mercado donde lo único que falta es poner etiquetas, es decir,
las libertades de ganar o perder en juicio depende de la plata, y de la
administración de justicia se convierte en una especie de remate. Los
abogados evidentemente son parte de ella; no se tienen confianza en la policía
o en la justicia, es algo en lo cual ya estamos inmersos. Es por eso que el
curso de ética es esencial, así los estudiantes lo asimilan y son capaces de
43
reaccionar.
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Ahora que no basta con enseñar el curso de ética, sino que es menester
ser consecuente con lo que ahí se imparte.
P.H.L. Es evidente, de lo contrario se transformaría en un curso cualquiera.
Antes, cuando era niño, había en las escuelas un curso fundamental relativo a
esta materia, incluso en la universidad nos inculcaban ciertos principios para la
convivencia civilizada, por lo menos el profesor en las mañanas escribía en la
pizarra una frase que teníamos que memorizar y ponerlo en práctica. Y en los
años que tengo soy incapaz, por ejemplo, de botar en la calle una basura
cualquiera, todo viene de una educación en donde se respeta a la sociedad y
se inculcan valores en ese sentido. Si eso no se da desde pequeños, se está
perdiendo tiempo. La ética comprende las obligaciones que el hombre, como
ser racional y moral tiene ya sea para con Dios, para con el prójimo o para
consigo mismo; se puede hacer teoría sobre la ética, porque la ética es
esencialmente el sentir filosófico de la moral, o inclusive puede presentarse
como una visión crítica de la moral, aun cuando en la actualidad ya no gusta
mucho este término “moral”, parece un término demasiado banal, demasiado
ligado quizás a lo religioso, cuando de lo que se trata es de tener
verdaderamente una educación moral, no necesariamente en el sentido
religioso de la palabra, sino como este afán de vivir y de dar a cada uno lo que
le pertenece.
¿Cuál es su impresión acerca del rol que están desempeñando a los
medios de comunicación?
P.H.L. Uno, en un momento dado, llega a la conclusión de que no necesitamos
ni de Jueces, ni de Fiscales; en realidad los medios de comunicación son los
que se encargan de condenar o absolver a las personas. En los tribunales
europeos hay ciertos límites para poder tratar estas cosas. Se supone que la
causa todavía no ha terminado, los tribunales se tienen que encargar de eso,
pero aquí se hace con mucha ligereza. La prensa, los medios de comunicación
en ese sentido, me parece muy bien que reclamen la libertad; ellos son los
únicos herederos que quedan de los reyes el derecho divino, heredero de Luis
XIV, es decir, nadie los podía tocar; cuántos han salido en las fotos de los
periódicos o en la televisión con el traje a rayas tildados no de supuestos
terroristas sino de terroristas y cuántos han salido absueltos. La prensa tiene
que informar, ese es su papel, no puede tejer hipótesis cuando se trata de las
personas.
Las ideologías herméticas, dedicadas a repetir y no a reflexionar son

males que Ud. claramente rechaza en su obra “Los dientes del dragón”.
Consideramos que la problemática de la enseñanza es una causa de este
problema, ya que prepara un tipo de estudiante acrítico, acostumbrado a
ganarse los conocimientos fácilmente.
P.H.L. Si bien la memoria es importante y más aún para los estudiantes de
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Derecho es evidente que a la mente hay que incitarla a reflexionar. Hay jóvenes
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que no tienen una personalidad que les permita realmente pensar y tener, por
tanto, una reflexión crítica. Perfecto ejemplo de lo que digo es Sendero
Luminoso y es lamentable porque cuando uno los conoce, se percata que hay
tipos interesantes, pero están encuadrados y todo lo ven desde una cierta
perspectiva, desde un cierto punto de vista. Aquellos que están actualmente en
las cárceles no se han dado cuenta que el mundo ha cambiado
considerablemente y que las ideologías son más claras; y que Marx no tenía
los discípulos que se merecía porque era mucho más flexible. Hay ideologías
que han aportado realmente algo valioso. Hay que conocer la historia, tener
sentido histórico, no debemos quedarnos astáticos; cuántas veces les he dicho:
“ustedes no están haciendo ideología, están haciendo arqueología”.
Hay que fomentar un espejo critico basado en información real, pues hay
algunos que no saben de lo que están hablando, el profesor cumple
definitivamente un rol motivador, yo aquí en el colegio La Recoleta enseño a los
chicos todos los viernes filosofía, y a veces suelo preguntarles qué les llamó la
atención en el transcurso del día. La respuesta era: “nada”, nada los había
sorprendido, habían vivido como zombis.
Lamentablemente nos hemos fomentado el espíritu de asombro, de admiración
de las cosas, ahí tenemos los resultados.
Contemplar, asombrarse… palabras olvidadas en urbes que nunca han
sido sociedades y más bien constituyen modelos de suciedad…
P.H.L. Por eso hay que buscar con más afán algo que contemplar y yo siempre
encuentro cosas, pero visualmente es duro y eso fomenta a que los jóvenes no
vean noticias y no lean los periódicos cual sistema de autodefensa. El mundo
es feo, y muy a menudo es necio. Idiota y agresivo, aún más cuando no se ha
tenido una educación de ver las cosas. Por ejemplo, no es acaso absurdo lo
que pasa en Colombia, lo que sucede en el África; todo eso se debe a que se
ha perdido la filosofía, y la filosofía es estar en marcha, es buscar, es poner las
cosas en juicio. Para mí la filosofía es algo esencial.
Muchos no entienden aún la relación entre ética y política; es evidente
que los gobernantes encabezan esa ignorancia, para ellos son
antónimos.
P.H.L. Es así y no puedo decir lo contrario, sólo que influye mucho la
formación, la familia, el sentido ético.
En la política muchas veces hay una especie de falta de contacto con la

realidad, por ejemplo hay una ley a favor de los animales que la sacó Martha
Chávez, la cual señala que no se puede sacrificar un animal así esté
moribundo, porque se tiene que acudir a una comisión compuesta por seis
miembros, que tiene un representante en el Ministerio de Salud, etc. Es una
pérdida completa de contacto con la realidad.
43
ESCUELA DE DERECHO
Existe una inestabilidad económica y política, ¿cree usted que

movimientos como Sendero Luminoso, MRTA, vuelva a surgir?
P.H.L. Personalmente no lo creo. Hay una especie de rebeldía, sabemos lo que
queremos, pero no sabemos cómo llegar a estas metas.
Con respecto a los Derechos Humanos, ¿cómo ve la citación de los
inocentes condenados a prisión?
P.H.L. La ley antiterrorista definitivamente tiene que cambiar, sin embargo, no
debemos caer en el romanticismo. Antes de que existiera la Comisión Ad Hoc
la gente hablaba libremente, vino esta Comisión y todos se volvieron inocentes.
Se siguen estudiando expedientes. Me llamó hace poco el Defensor del
Pueblo, vamos a tener dos largas sesiones esta semana…
Hay historias que la gente no conoce, son dramáticas en ambos sentidos de la
palabra, hay algunos que proclaman con cierta agresividad su inocencia y
luego declaran que sí participaron. El hijo para los padres por definición es
inocente, y hay algunos que tienen el coraje de decir que sí han participado…,
es terrible. Los inocentes tendrán que salir.
La inocencia es relativa, tenemos una ley y nunca hay que olvidar eso, una ley
por la cual se mueve la Comisión Ad Hoc que se ocupa de personas que han
sido juzgadas en base a pruebas insuficientes lo que permitiría razonablemente
pensar que no han tenido ninguna relación o vinculación con los grupos
senderistas. Uno tiene que probar que han sido juzgados en base a elementos
insuficientes, es decir, navegar contra la corriente. A veces tú no sabes si es
inocente o no, realmente no lo sabes, es como pesar huevos de hormiga. Para
mí el “indubio pro reo”, pero para muchos no es así. Por otra parte, la Comisión
Ad Hoc tiene que tener cuidado porque echan las sospechas sobre todos los
que han salido. Una cosa es jugar en la cancha y otra muy distinta es estar
viendo el juego, como los críticos deportivos que serían incapaces de tocar una
pelota, pero que sí critican el juego de los demás. Para mí es un asunto de
justicia, de equidad, de dignidad. La Comisión Ad Hoc está avocada a la
conmutación de penas.
La relación entre sociedad e individuo por lo visto es incomprendida a tal
punto que las enfermas concepciones del mundo tienen a radicalizar sus
teorías ya sea en un sentido o en otro…
P.H.L. El hombre se desenvuelve en sociedad, una sociedad finalmente de
cuya mentalidad el individuo tiene que cargar; entonces hay que comprender
que están hechas para facilitar la vida y la libertad y un espacio para el
individuo. Hay que considerar también la cultura; en África, por ejemplo, la
cultura tribal es tan fuerte que el individuo no puede salir de esta especie de
conglomerado sin arriesgar su vida; allá la cosa es muy fuerte. La sociedad
finalmente es una abstracción: ¿quién ha hecho esta sociedad?, ¿quién es el
43
responsable de haber hecho esta sociedad tal como existe?, ¿no hemos sido
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acaso los hombres?; por ejemplo, el caso del tráfico es conmovedor, son los
caballos del apocalipsis luchando entre sí. Recuerdo que en Bélgica me
pusieron una multa por circular por el lado izquierdo de una autopista a pesar
de que dicha autopista estaba desierta; no sólo eso, atravesar la calle fuera del
camino marcado fue causa de gran vergüenza ya que dos policías miraban con
desprecio lo errado de mi acción.
Creo que hay que darle un espacio de libertad al individuo si está bien
concebida y el individuo también debe regirse según las leyes.
Porque la falta de leyes te friega también la vida, es el desorden más completo
y no puedes vivir en una atmósfera sin el oxígeno de la confianza.
Padre, la confianza se queda famélica ante los hechos, y un gélido
escepticismo se cierne… difícil creer en el cambio…
P.H.L. Con todo lo que he visto tendría que ser escéptico más grande del
planeta y no lo soy; me apasiona esto de la dignidad humana, de una cierta
posibilidad de cambio, tengo un volcán que me brota y devora por dentro, hay
días en los que uno tiene la impresión de que el corazón se convirtió en ceniza,
bueno lo cierto es que quiero ser un hombre muerto que anda… vivo, no sé si
soy un perfecto idiota o si soy otra cosa… es así…
Uno tendría que tener un poco de sabiduría conforme envejece, pero no la
tengo. Soy exigente, quiero que las cosas cambién…
COMISION MUNDIAL DE CULTURA Y DESARROLLO “Una nueva ética
global”. En: Nuestra diversidad creativa, una agenda internacional para el
cambio cultural.
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UNA NUEVA ÉTICA GLOBAL

“El mundo es nuestra aldea: Si una casa se incendia, los techos sobre nuestras
cabezas corren un peligro inminente. Si alguno de nosotros intenta reedificar
solo, sus esfuerzos serán puramente simbólicos. La solidaridad debe ser
nuestra consigna: cada uno debe asumir la parte de la responsabilidad
colectiva que le corresponde.
Jacques Delors.
Ex Presidente de la comisión Europea.
El historiador Arnold Toynbee una vez señaló que “la nuestra es la primera
generación desde el amanecer de la historia en que la humanidad se atreve a
creer en la posibilidad de que toda la especie humana acceda a los beneficios
de la civilización”.
Pero este optimismo se enfrenta a la realidad insoslayable de que se necesitan
recursos y energías enormes si realmente queremos brindar a todos los
ciudadanos del mundo, condiciones que les permitan llevar vidas decentes y
con sentido.
Dicho esto, y ambicioso como parece, ciertamente merece la pena tratar de
alcanzar esta meta, aunque sea por la única razón de que la cooperación entre
diferentes pueblos con objetivos y culturas diferentes, es la clave para reducir
el riesgo de conflictos locales y globales que nos amenazan a todos y al mundo
en que vivimos.
LA BUSQUEDA DE VALORES COMPARTIDOS

Para lograr la cooperación a escala global, no obstante, tenemos que aprender
a superar las tensiones entre culturas. Un paso importante en esta vía es el
compromiso con valores y principios compartidos.
La búsqueda de valores compartidos es, en el sentido más genérico del
término, una actividad cultural. ¿Después de todo, no es esto de lo que trata la
“cultura”, es decir, quienes somos, como nos vemos, como nos relacionamos
con los demás y con la humanidad en general, y también porque estamos
aquí?
Y de nuevo se plantea la pregunta, ¿qué herramientas, podremos utilizar para

desarrollar estos principios y valores básicos, es decir una “ética global”, si no
son nuestros recursos culturales, nuestra inteligencia, nuestras emociones,
nuestra memoria individual y colectiva, y nuestra orientación espiritual?
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ESCUELA DE DERECHO
CINCO PILARES ETICOS APUNTALANDO VALORES FUNDAMENTALES

Si estamos de acuerdo, como probablemente debemos estarlo, con que todos
nuestros futuros estarán modelados por una progresiva interdependencia entre
los pueblos del mundo, parece lógico buscar identificar principios compartidos
concretos. En esencia, un sistema de ética global debe descansar en ciertos
“pilares”.
– Derechos humanos y responsabilidades;
– Protección de las minorías;
– Equidad intergeneracional, esto es, asegurar que las generaciones
futuras no se perjudiquen por nuestras acciones en el presente;
– Un compromiso para la solución de conflictos por medios no militares; y
– Democracia y los elementos de la sociedad “civil” (lo cual significa,
ciudadanos individuales como contrapartida a los gobiernos).
Finalmente, debe ser responsabilidad de los gobiernos del mundo el
comprometerse y actuar según estos cincos principios fundamentales.
Sin embargo, la tarea no será fácil, y no se alcanzará solo por los gobiernos.
Tenemos que asegurar un compromiso equivalente por parte de otros agentes
de la sociedad: corporaciones transnacionales, organizaciones internacionales
y supranacionales, y la vasta y creciente cantidad de organizaciones no
gubernamentales (ONGs) sin fines de lucro altamente motivadas, que atienden
las necesidades de la sociedad civil.
Es a individuos preocupados de estos tres sectores de la sociedad público,
privado y civil a quienes, como hemos dicho antes, se dirige principalmente el
presente informe.
Algunas sugerencias para gobiernos y otros agentes nacionales
Comprometerse a implementar los derechos humanos y responsabilidades
están definidos dentro de diferentes contextos sociales y culturales.
Comprometerse a respetar procesos democráticos no solo por cuestión de
principios sino también como una condición necesaria para el desarrollo
centrado en la persona y como un ingrediente para una “cultura de paz”.
Comprometerse a la protección de minorías.
Comprometerse a la solución pacífica de conflictos y a negociar con equidad.

Comprometerse a la equidad dentro y entre generaciones a fin de descargar
responsabilidades hacia generaciones futuras sin dejar de lado los reclamos
urgentes de los ciudadanos pobres y perjudicados de la presente generación.
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ETICA Y GOBERNABILIDAD GLOBAL

La igualdad bajo la ley, la contabilidad (responsabilidad) democrática y la
transparencia de la información constituyen conceptos fundamentales que han
tomado siglos en desarrollar entre las naciones.
Indudablemente ya es hora de extender estos mismos principios a la ética
global del próximo siglo.
El desarrollo de una ética global y un estado de derecho en la conducta
internacional serán imposibles a menos que las naciones poderosas del mundo
estén tan dispuestas a someterse a estas reglas comunes como las demás de
la comunidad global.
La base real de una ética global es una moralidad común fundada en ciertos
compromisos; es decir, a:
– Una mayor democracia en la gobernabilidad global;
– El respeto de los derechos humanos de parte de las naciones ricas y
pobres;
– Economías abiertas que permitan un compartir más justo de los recursos
y responsabilidades;
– Impuestos a emisiones ambientales contaminantes y la explotación de
ondas hertzianas (radio y televisión) y el espacio (satélites);
– Restricciones al suministro de armas a regímenes pobres e inestables;
– Mayor transparencia en toda transacción bancaria entre representantes
de naciones en vías de desarrollo y que los bancos refrenen el depósito
de dinero corrupto proveniente de naciones pobres; y
– Revelación de parte de las naciones de ingresos altos de información
sobre los subsidios a los exportadores de armas pegados con dinero de
los contribuyentes.
LA ONU CENTRADA EN LAS PERSONAS

Un sistema internacional basado únicamente en las relaciones entre gobiernos
ya no es adecuado para el siglo veintiuno. Es el momento preciso para que la
ONU practique lo que predica: más amplia participación de aquellos cuyas

vidas están afectadas por las decisiones que toma.
En consecuencia, organizaciones no-gubernamentales (ONGs), fundaciones
privadas, representantes de pueblos indígenas y minorías culturales,
corporaciones internacionales y sindicatos, miembros del parlamento y otros
representantes de la sociedad civil también deben estar activamente
43
involucrados si es que la ONU ha de manejar problemas tan interrelacionados

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como la paz, la cultura, la pobreza, el medio ambiente, asuntos de género, los

medios de comunicación y el desarrollo tecnológico.
En síntesis, hay una necesidad de reinventar la ONU como un catalizador de
visiones que iluminen el camino de generaciones más jóvenes.
Teniendo en cuenta que la ONU fue establecida a nombre de “nosotros, los
pueblos”, un paso audaz puesto a discusión en la agenda es la propuesta para
una Asamblea General directamente elegida por las personas de todas las
naciones, siguiendo la lección aprendida de la experiencia del Parlamento
Europeo. No solo las estrategias para el desarrollo deben estar centradas en
las personas, sino también todas las instituciones de gobernabilidad global.
Esta propuesta se considera tanto deseable como practica hasta el punto en
que los foros paralelos de las ONGs ya constituyan una característica estándar
de la mayoría de conferencias y cambios internacionales.
HACIA UNA CUMBRE MUNDIAL

Es esencial que los diversos puntos de acción que componen la Agenda
internacional sean considerados en las perspectivas más amplias posibles y se
le otorgue pleno apoyo a más alto nivel.
En consecuencia, la Acción final propuesta es la de una Cumbre mundial sobre
cultura y desarrollo a ser convocada dentro de los próximos cinco años a fin de
anunciarse en el siglo XXI. La comunidad global estaría invitada a redescubrir
su dimensión humana en el umbral del próximo milenio.
La cumbre, para la cual se propone a la UNESCO como secretaria
coordinadora, no se limitaría a Jefes de Estado y Gobierno, también estaría
abierta a ilustres pensadores e intelectuales y a agentes que trabajan poniendo
en práctica las ideas de cultura y desarrollo en todos los terrenos posibles. La
Cumbre propia estaría precedida de una serie de conferencias preparatorias,
incluyendo una reunión de artistas en 1997 y una reunión sobre políticas
culturales en 1998.
EN LUGAR DE UNA CONCLUSION HACIA UN SEGUNDO RENACIMIENTO

La pobreza, el desempleo, el hambre, la ignorancia, la enfermedad, la miseria y
la exclusión social son males absolutos. Peor aún, se ven reforzados por
actitudes y hábitos culturales estrechos que conducen al egoísmo, a los

prejuicios, a tensiones sociales y conflictos violentos.
Estos son obstáculos que inhiben el progreso. Ha llegado la hora de
eliminarlos.
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Central a este proceso será nuestra habilidad para entender y celebrar nuestra
diversidad creativa como una plataforma cultural sobre la cual construir una
nueva visión y nuevos conjuntos de valores compartidos y recíprocos.
Aceptar y reforzar la interfaz única entre cultura y desarrollo en el mejor y más
amplio sentido de estos términos será nuestra mayor labor en el próximo
milenio.
En la medida en que podamos forjar e inventar maneras de trabajar juntos, que
nos permitan equilibrar la información el conocimiento con la sabiduría, los
derechos con los deberes, y los fines con los medios, nos espera nada menos
que un segundo renacimiento, una nueva y creativa visión de un mundo mejor.
MI VISION DEL MUNDO

Curiosa es nuestra situación de hijos de la Tierra. Estamos por una breve visita
y no sabemos con qué fin, aunque a veces creemos presentirlo. Ante la vida
cotidiana, no es necesario reflexionar demasiado: estamos para los demás.
Ante todo, para aquellos de cuya sonrisa y bienestar depende nuestra felicidad;
pero también para tantos desconocidos a cuyo destino nos vincula una
simpatía.
Pienso mil veces al día que mi vida externa e interna se basa en el trabajo de
otros hombres, vivos o muertos. Siento que debo esforzarme por da en la
misma medida en que he recibido y sigo recibiendo. Me siento inclinado a la
sobriedad, oprimido muchas veces por la impresión de necesitar del trabajo de
los otros. Pues no me parece que las diferencias de clase puedan justificarse:
en última instancia reposan en la fuerza. Y creo que una vida exterior modesta
y sin pretensiones es buena para todos en cuerpo y alma.
No creo en absoluto en la libertad del hombre en un sentido filosófico.
Actuamos bajo presiones externas y por necesidades internas. La frase de
Schopenhauer: “Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer
lo que quiere”, me bastó desde la juventud. Me ha servido de consuelo, tanto al
ver como al sufrir las durezas de la vida, y ha sido para mí una fuente
inagotable de tolerancia. Ha aliviado ese sentido de responsabilidad que tantas
veces puede volverse una traba, y me ayudó a no tomarme demasiado en
serio, ni a mí mismo ni a los demás. Así pues, veo la vida con humor.
No tiene sentido preocuparse por el sentido de la existencia propia o ajena
desde un punto de vista objetivo. Es cierto que cada hombre tiene ideales que
lo orientan. En cuanto a eso, nunca creí que la satisfacción o la felicidad fueran
fines absolutos. Es un principio ético que suelo llamar el Ideal de la Piara.
Los ideales que iluminaron y colmaron mi vida desde siempre son: bondad,
belleza y verdad. La vida me habría parecido vacía sin la sensación de
participar de las opiniones de muchos, sin concentrarme en objetivos siempre
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inalcanzables tanto en el arte como en la investigación científica. Las banales

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metas de propiedad, éxito exterior y lujo me parecieron despreciables desde la

juventud.
Hay una contradicción entre mi pasión por la justicia social, por la consecución
de un compromiso social, y mi completa carencia de necesidad por compañía,
de hombres o de comunidades humanas. Soy un auténtico solitario. Nunca
pertenecí del todo al Estado, a la Patria, al círculo de amigos ni aun a la familia
más cercana. Si siempre fui algo extraño a esos círculos es porque la
necesidad de soledad ha ido creciendo con los años.
El que haya un límite con la compenetración con el prójimo se descubre con la
experiencia. Aceptarlo es perder parte de la inocencia, de la despreocupación.
Pero en cambio otorga independencia frente a opiniones, costumbres y juicios
ajenos, y la capacidad de rechazar un equilibrio que se funde sobre bases tan
inestables.
Mi ideal político es la democracia. El individuo debe ser respetado en tanto
persona. Nadie debería recibir un culto idolátrico (siempre me pareció una
ironía del destino el haber suscitado tanta admiración y respeto inmerecidos.
Comprendo que surgen del afán de comprender el par de conceptos que
encontré, con mis escasas fuerzas, al cabo de trabajos incesantes. Pero es un
afán que muchos no podrán colmar).
Sé, claro está, que para alcanzar cualquier objetivo hace falta alguien que
piense y disponga. Un responsable. Pero de todos modos hay que buscar la
forma de no impone a dirigentes. Deben ser elegidos.
Los sistemas autocráticos y opresivos degeneran muy pronto. Pues la violencia
atrae individuos de escasa moral, y es ley de vida el que a tiranos geniales
suceden verdaderos canallas.
Por eso siempre estuve contra sistemas como los que hoy priman en Italia y
Rusia. No debe atribuirse el descrédito de los sistemas democráticos vigentes
en la Europa actual a algún fallo en los principios de la democracia, sino a la
poca estabilidad de sus gobiernos y al carácter impersonal de las elecciones.
Me parece que la solución está en lo que hizo Estados Unidos: un presidente
elegido por tiempo suficientemente largo, y dotado de poderes necesarios para
asumir toda la responsabilidad. Valoro en cambio en nuestra concepción del
funcionamiento de un estado la creciente protección del individuo en caso de
enfermedad o de necesidades materiales.
Para hablar con propiedad, el Estado no puede ser lo más importante: lo es el

individuo creador, sensible. La personalidad. Solo del sale la creación de lo
noble, de lo sublime, lo masivo permanece indiferente al pensamiento y al
sentir.
Con esto paso a hablar del peor engendro que haya salido del espíritu de las
masas: el ejército al que odio. Que alguien se capaz de desfilar muy campante
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al son de una marcha basta para que merezca todo mi desprecio; pues ha
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recibido cerebro por error: le basta con la médula espinal. Habría que hacer
desaparecer lo antes posible a esa mancha de la civilización. Como detesto las
hazañas de sus mandos, los actos de violencia sin sentido, y el dichoso
patriotismo. Que cínicas, que despreciables me parecen las guerras. ¡Antes
dejarme cortar en pedazos que tomar parte de una acción tan vil!
A pesar de lo cual tengo tan buena opinión de la humanidad, que creo que este
fantasma se hubiera desvanecido hace mucho tiempo sino fuera por la
corrupción sistemática a que es sometido el recto de los pueblos a través de la
escuela y de la prensa, por obra de personas y de instituciones interesadas
económicas y políticamente en la guerra.
El misterio es lo más hermoso que nos es dado sentir. Es la sensación
fundamental, la cuna del arte y de la ciencia verdaderos. Quien no la conoce,
quien no puede asombrarse ni maravillarse, está muerto. Sus ojos se han
extinguido.
Esta experiencia de los misterioso, aunque mezclada de temor ha generado
también la religión. Pero la verdadera religiosidad es saber de esa existencia
impenetrable para nosotros, saber que hay manifestaciones de la Razón más
profunda y de la Belleza más resplandeciente solo asequibles en su forma más
elemental para el intelecto.
En ese sentido, y solo en este, pertenezco a los hombres profundamente
religiosos. Un Dios que recompense y castigue a seres creados por El mismo,
que, en otras palabras, tenga una voluntad semejante a la nuestra, me resulta
imposible de imaginar.
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BIBLIOGRAFÍA
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Psicoanálisis, F. de C.E., México, 1965.
2. Gaitán, J. R. (2006). Concepto de Temperamento y Carácter. 20 de
Marzo, 2006
3. Paivan P J.(2006). Personalidad. 20 de marzo, 2006 .
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sometido a un trabajo de tensión y riesgo.
5. Estudios Psicológicos avanzados, Raúl Escaramuza, ediciones
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Ediciones Afiche, Lima Perú, 1970.
7. Investigaciones de la psicología sus conceptos modernos, Jalón
Corominas, Exposición hecha en el centro ecuestre de la Universidad
Complutense de Madrid, mayo del 2003.
8. Medina, M. 1993. “Estudios de ciencia y tecnología para la evaluación de
tecnologías y la política científica”, en Sanmartín, J./Hronzky, I. (eds.)
Superando fronteras. Estudios europeos de Ciencia-Tecnología-
Sociedad y evaluación de tecnologías. Barcelona: Anthropos.
9. Sanmartín, J. 1987. Los nuevos redentores. Reflexiones sobre la
ingeniería genética, la sociobiología y el mundo feliz que nos prometen.
Barcelona: Anthropos.
10. Castello Tiliani, Garbiel. 1990. Relaciones entre la Ética y la Economía.
43

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Universidad Nacional de Trujillo

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

CINCO PILARES ETICOS APUNTALANDO VALORES FUNDAMENTALES..........37

MI VISION DEL MUNDO..........................................................................................40

LA NATURALEZA HUMANA Y EL CARACTER

“Dimensión Axiológica del

dar significado a su vida. Hay sistemas ateos, filosóficos y monoteístas.

sobre lo que observamos en nuestro tiempo: en nuestra propia cultura vemos

es acaso evidente que la intensidad y el fanatismo con que se persiguen estos

El temperamento sanguíneo y melancólico son modos de reacción que se

diferentes fuentes somáticas; hoy en día colérico significa sujeto fácilmente a la

a. Concepto Dinámico del Carácter

supieron: que-como lo señaló Balzac- el estudio del carácter trata de “las

tipo de pensamiento materialista predominante en las ciencias naturales

1. La ética como fundamento del derecho: Todas las leyes nacionales e

y servicios en un proceso cada vez más acelerado y sorprendente lo que

cada vez más concentrada.

7. Una realidad económica como la de nosotros invierte en armamento en

 Nivel Micro: o personal entre los individuos y las

II. NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS ECONÓMICAS - POLÍTICAS Y

1. Nuestras circunstancias económico - políticas:

Compartimos fenómenos con el conjunto de países como por ejemplo la

entusiasta participación de todos en las redes Internacionales de

información y comunicación. Es evidente que todos estamos inscritos

2. El nuevo escenario mundial:

El oeste liberal ha ganado es cierto pero obsesionado por sus luchas y

tratemos como medios en función de lo económico.

3. ¿Cómo entender lo que pasa?

mundo, de estar con él, de relacionarse con él. Lo subrayan varios

tecnociencia tornado enemiga de la ciudadanía. A salto de mata acabado

 Parece que no podemos esperar un control por lo jurídico político.

 De los productos de la tecnociencia no hay responsabilidad

 Tampoco parece que podamos esperar mucho de la conciencia

 A fin todos creemos en la tecnociencia, hemos de que ella algo

Lo indefinido del conocimiento y de la manipulación nos apasiona, pero el

la humanidad y monstruosidades. Si bien el ser del mundo no hay nada que

una insatisfacción que parecen a pensar que ha llegado el momento del

regreso del péndulo. La modernidad, con el dominio limitado, sobre todo,

compartidos. Allí está el desafío de nuestra libertad. Ella no tiene más

 Las raíces de la acción ético- moral qué nos toca.

4.1 Una Constatación:

han hablado. Mi palabra no es invención mía, si no respuesta a la palabra

decían en el mundo que me presentaban como lleno de sentido. Allí me abrí

al deseo del otro inscrito ya en una respuesta en sentido del mundo; me

ellos vivimos en obediencia: obediencia al hecho de que somos juntos

defensa agresiva del mundo de valores recibidos. Para defender su

particularidad, cada grupo estaba dispuesto a sacrificar «cuerpos

4.2. Las dimensiones del hecho dañado:

 La historicidad nos recuerda que cada una de esas esferas estaba

presencia de los de ayer que han sedimentado significaciones, pero

 La ética nos recuerda que cada esfera es espacio de juicio y de

escogemos. Es así como se expresa el hecho que seamos juntos

cuerpos hablantes» asignados unos a otros, y levantando juntos las

En medio de nuestras circunstancias de seres humanos planetarios con

argumentaciones que, con lógica y fuerza, podrán probar lo uno o lo otro.

responden y se responsabilizan por nuestro mundo por la posibilidad de un

«mundo comün» compartido, «responden a y responden por» los otros

IV. LA EXIGENCIA ÉTICO-MORAL HOY:

5.1 Soy moral si me escojo como persona moral:

para el sacrifico. De hecho, han existido, existen y existirán mártires de las

5.2 Soy moral si <respondo a mi pasado y por mi futuro»:

 El escogerme a mí mismo como persona moral siempre se vive en

Esas circunstancias son dadas, pero si no escojo esas circunstancias