Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Conclusión: Alabemos a nuestro Dios y Padre celestial por habernos salvado por
su inefable Gracia. Rindamos honor a Jesú s quien murió por nosotros en la cruz
para darnos vida eterna. Bendito seas Jesú s por salvarme aunque yo no lo merecía.
Ojalá que hoy hubiera entre nosotros uno má s que sea salvo por su santa gracia.
Siete cosas que Dios detesta
Prov. 6:16-19
Introducción: Seis... siete: Es una forma metafórica para indicar que la lista no es exhaustiva.
Todo lo que viola los principios divinos es pecado. Pero hay unos pecados que son más
perversos por el hecho de que engendran otros pecados más terribles. Examinemos el texto que
tenemos delante para que veamos cuales son esas siete cosas que Dios detesta.
I. Soberbia.
soberbia , huperephania ; Strong # 5243 : El décimo segundo en la lista de trece vicios internos; la
palabra significa altanería, arrogancia, orgullo ostentoso que raya en la insolencia y una actitud
desdeñosa hacia los demás. Es un pecado farisaico que se caracteriza por una actitud de superioridad.
La palabra es una combinación de huper, «sobre», y phainomai, «aparecer». Se trata de una actitud
orgullosa que es precisamente lo opuesto de lo que Jesús reclama para sí, manso (praotes) y humilde
(tapeinos) . Cuando note que la soberbia está anidándose en usted, tome medidas inmediatas para
eliminarla, atribuyéndole el honor a quien corresponde.
Conclusión: vigilemos nuestra vida para que no caigamos en estos pecados terribles.
Examinemos nuestro corazón. Si hemos hecho alguno de estos pecados arrepintámonos ahora y
no los volvamos a cometer. Pidamos perdón a Dios en el nombre de Jesús. Amen.
LA BASE Y EL PRINCIPIO DE LA ORACIÓN
1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en relación con Él: Que, si pedimos alguna cosa que esté
de acuerdo con Su voluntad, Él nos oye; y, si sabemos que Él nos oye en lo que Le hayamos
pedido, sabemos que disponemos de las peticiones que Le hayamos hecho.
II. El principio de la oración es que para que sea contestada debe estar de
acuerdo con la voluntad de Dios.
1. Dice que la obediencia es una condición de la oración. Recibimos lo que
pidamos, porque guardamos Sus mandamientos (1Juan_3:22 ).
2. Dice que permanecer en Cristo es una condición de la oración. Si habitamos en
Él, y Sus palabras habitan en nosotros, pediremos lo que necesitemos, y se nos
concederá (Juan 15:7). Cuanto más cerca vivamos de Cristo, más oraremos como
es debido. Y cuanto más correctamente oremos, mayor será la respuesta que
recibamos.
3. Dice que orar en Su nombre es una condición de la oración. Si pedimos alguna
cosa en Su nombre, Él la hará (Joh_14:14 ). La prueba definitiva de cualquier
petición es: ¿Podemos decirle a Jesús: «Dame esto por causa de Ti y en Tu
nombre?»
III. La oración debe ser de acuerdo con la voluntad de Dios. Jesús nos enseña a
pedir: «Hágase Tu voluntad,» y no: "Cámbiese Tu voluntad;» «Haz conmigo lo que
Tú quieras,» y no lo que yo quiero.
1. Jesús mismo, en el momento de Su gran agonía y crisis, oro: «No como Yo
quiero, sino lo que Tú... Hágase Tu voluntad» (Mat_26:39; Mat_26:42 ).
2. Aquí tenemos la misma esencia de la oración. C. H. Dodd escribe: "La oración,
entendida como es debido, no es un truco para emplear los recursos de la
Omnipotencia para cumplir nuestros propios deseos, sino un medio por el cual
nuestros deseos se reciclen de acuerdo con la mente de Dios, y lleguen a ser
canales para las fuerzas de Su voluntad.» A. E. Brooke sugiere que Juan pensaba
en la oración como «incluyendo solamente peticiones para el conocimiento y la
conformidad con la voluntad de Dios.»
Conclusión: Aquí hay algo que debemos meditar y asumir. Somos propensos a creer que la
oración es pedirle a Dios lo que queramos, cuando la verdadera oración es pedirle lo que Él
quiera. La oración es, no sólo hablar con Dios; sino, sobre todo, escucharle.