Nuestro amigo Rubén quiso compartir con nosotros esta noticia: el
asesinato de una religiosa como respuesta a los dichos del Papa
Benedicto XVI en un confuso episodio en que se sintieron ofendidos los musulmanes. A diario vemos como “nos matamos o morimos por nada”, la vida ha dejado de ser el don maravilloso que Dios nos ha regalado, una cultura de muerte ha invadido todos nuestros ambientes, y hoy una vez más, resuena en nuestros oídos la pregunta de Dios: “¿dónde está tu hermano?” (Gén. 4, 9). Y la respuesta como en el pasado sigue siendo la misma: “¿soy acaso el guardián de mi hermano?”. Esta historia de los hermanos Caín y Abel, nos descubre la violencia como factor decisivo de nuestra historia. Sus raíces en el corazón del hombre y sus víctimas son los que, como Abel, agradan a Dios. La sangre derramada clama a Dios, “el hace justicia a su manera”, no como hacemos nosotros, vengativos y violentos. Su venganza es la cruz, “no te dejes vencer por lo malo, más bien vence el mal a fuerza de bien” (Rom. 12, 21), ese es el mensaje de la cruz: “Padre, no les tenga en cuenta este pecado”. Y como seguidores de Cristo “que nos amó hasta el extremo” hoy celebramos que esta religiosa haya respondido con “fidelidad hasta el final” perdonando a sus agresores. Demos gracias a Dios porque nos sigue hablando a través de esta hermana mártir, y que su vida entregada, sea ejemplo para nosotros. La religiosa asesinada en Somalia murió perdonando a sus asesinos MOGADISCIO, lunes, 18 septiembre 2006 .- «Perdono, perdono, perdono». Estas fueron las últimas palabras de la misionera italiana asesinada este domingo en Mogadiscio, Somalia. Sor Leonella Sgorbati, nacida en Piacenza, Italia, en 1940, pertenecía a las religiosas misioneras de la Consolata y dirigía junto a tres hermanas en religión una escuela y el hospital pediátrico «SOS Kindergarten» en la capital del país africano. Sus asesinos estaban escondidos en coches estacionados en la carretera del hospital y dispararon a bocajarro contra la religiosa y contra una persona de seguridad del hospital, que también falleció, según ha explicado sor Marzia Feurra, misionera de la Consolata, a la agencia MISNA. La religiosa no murió al instante. La llevaron en una camilla al hospital. «Trabajadores del hospital trajeron unas cuatro o cinco bolsas de sangre, pero salía la misma cantidad que la sangre introducida», narra su hermana de congregación. «Cuando llegó el cirujano nos dijo que no había nada que hacer. Sor Leonella todavía estaba viva, su sudor era frío. Nos dimos la mano, nos miramos, y antes de apagarse como una vela, en tres ocasiones, me repitió sus palabras de perdón: “Perdono, perdono, perdono”». «Fueron sus últimas palabras», afirma sor Marzia. Los funerales de la religiosa se celebrarán el próximo jueves en la Iglesia de la Consolata en Nairobi. La ceremonia será presidida por monseñor Giorgio Bertin, obispo de Gibuti y administrador apostólico de Mogadiscio. ZENIT, El mundo visto desde Roma Agencia de Noticias inquietante