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$5,000.00 US. 4.00 LOS INICIOS DE LA FOTOGRAFIA EN YUCATAN 1841-1847 ‘Entrega Ge "LA DIOSA DELA LUZ’ EL ITINERARIO DEL ASOMBRO Fz19 », 9 1840 Yucotén era otro pals. Un pais que \ Por su capacidad autogestionadora se negaba a ertenecer @ 0270, el cuui via un ca0s. A pesar de ser una peninsula aislada en el Golfo de ~ México (en tiempos en que todas las regiones se encontraban aisladas) Yucatan tenia una si tuacién, que comparada con otros sitios del = territorio mexicano, queria ser de privilegio. En sus costas se encontraban tres grandes puertos con los ‘cuales los yucatecos se sentian orgullosos como Sisal, El Carmen y Campeche, que eran la puerta del gran comer- io con Europa, principalmente de Francia, Inglaterra y Espafia, via Jamaica, eigualmente con los Estados Unidos, via La Habana: “tiempos dichosos que nuestros mercaderes recuerdan con pesar, cuando las granas, la plata y el oro de ‘aquellas rices comarcas venian por el rio Palizeda 2 cam: biarse con tanto provecho y presteza, que los registros de Espafia y os cargamentos de Jamaica se realizaban en las ‘mismas aduanas al contado, dando al giro una actividad ‘que lo hacia doblemente lucrative”? Pero Yucatén también era el territario de las contradic: Ciones. Caracteristica que no era extrafia en una Centro: 4. José Mania Regt Estrada, “Estadisticas de Yucetin’, en Bote. in de ts Sociedad Mexicana de Georrata y Estadisica. ME ico, Imprenia de Cumplido, 1832, tom Tl, pp.I2ATE, LOS INICIOS DE LA FOTOGRAFIA EN YUCATAN 1841-1847 José Antonio Rodriguez ‘américa decimonénica cargada de ellas. La ciudad de Méri da se distinquis por una refinada cultura entre sus clases adinerades (sostenidas en macho por el enorme erecimie to de la industria azucarera) que lefan a toda una némina de lustres escritores: Victor Hugo, Lone de Vega, Cor: nelle, Calderén, Racine, Rosseau, Moliere, y eran capaces de poner en el tapete del discernimiento las pinturas de Tiziano y Murillo2. Esta sociedad fue capae de publicar, entre 1840 y 1850, veintinueve titulos de publicaciones periégicas3 que son ahora un memorable récuento de Ia intensa actividad cultural quese dio en Yucotén, con perié dicos como E| Museo Yucateco, (1841-1842), el Registro Yucateco (1845-1849), Don Builebulle (1847) 0 Mosaico (1849-1850); y que se enorgullecia de sus mujeres por ‘combinar inteligencia con abnegacion: “. .. amenas en su conversacién, todas 0 en su mayor parte, aficionedss 0 in. teligentes en' la misica, saben conmover con un arie del Pirata_0 con algin betlisimo duo dea inimitable Norma, Aficionadas af irabajo no se avergiienzan en dejar el estra: do para atender a la cocina: espasas tiernas y fieles,ellas ‘son el encanto de sus maridos”4 2. _ELMusen Yueuteco, Ménda, 1841, tomo ps8 43 “Antonio Cantin Lopez. “La imprenta y ef perlodioma", en Enctetopedia yucatanense, toma ¥.p. 38, 4 “Elusco Yucca, op ety. 77 Fz.20 Una sociedad que, sin embargo, admitia en su seno la esclavitud en las extensas haciendas henequeneras, maqui Hada ésta con supuestos salarios privilegiados (un real die Tio y ung porcién de maiz que equivalia a tres centavos) sometimiento que ni le Ley del 30 de octubre de 1843 daria ls posibilidad de libertad o de desligarse de les ob: fgaciones reciprocas que “esponténeamente’ establecian los hacendados y los trabajadores, convirtiéndose éstos itremediablemente -como John Stephen los llamo: en Indios “residentes" en esos enormes sefforios feudales5 Para 1841 algo se estaba gestando en esa sociedad Peninsular que tenia otro tipo de riquezes por todos lados. No se trataba de seguir contemplandi el trabajo de solita Tios vigjeros que llegaban para llevarse dibujos sobre viejas ruinas, sino una propuesta de recobrar ese entorno. El ‘Museo Yueateco estaba creando una cultura de la arqueo- logia, al incluir continuamente en sus paginas textos referantes al valor de los editicios mayas de Yucatan: “Hasta ahors no se ha pensado entre nosotros en ciidar, recoger_y conservar los preciosos monumentos, que descubren la grandeza de los antiguos pobladores de Yucatén. Con muy poco trabajo y @ muy poca costa, ‘podiemos funder un museo con el laudable fin de evitar Ja pérdide absoluta de unos objetos que son para nuestro ‘pats otras tantos timbresde gloriosa recordacién. .. ya por Jtimo se promueven cuestiones arqueolégicas, a las que hha dado mucho impulso todo lo que se ha escrito por Dupuix, Baradere, Aglio, Kingsborough, Waldeck. A pesar de lo que han dicho estos escritores, faltan todavia vast simas indagaciones que hacer sobre los jerogliticas, estatuas, idolos, pirémides, templos, palacias, que por todas partes se prestaban a [a vista, y en que hemos parado muy poco la atencién. Debemos pues dedicarnos 2 [a conservacién de cuanto pertenezca a esta materia, \yue_de este desempeto y laudable cuidado, pueden on el transcurso del tiempo, sacarse algunas noticias mas verosimiles sobre los antiguos habitantes de nuestro suelo, Campo vastisimo se nos presenta en las inmensas ruinas que hay que examinar, y mucho mds se sabria si personas ‘nteligentes se dedicasen 2 emprender varias excavacio- Y 6s esta situaci6n la que_precisamente privilegiars la Hiegada de més viajeros, no siempre en condiciones favora bles, que cargardn en sui equipaje con un novisimo invento traido del siempre admirado y cosmopolita mundo euro: 'beo: e Daguerrotipo, Una méquina que era capaz de regis trar, lo que otros viajeros anteriores al afo de 1840 jams lograron, “la fidelidad”. En Yucatin arqueologta y foto: grafia in asi_unidas en estos aflos como bisquedas simuiténeas pare el registra de un munda que @ ojos extrafios resultaba fascinante por su exotismo, La tentacién fue mucha, En Paris se habian obtenido ‘buenos resultados en la primera demostracion pblica del daguerratipo en septiombre de 1839, cuando se registra 5 Moisés Gonsdtes Navarro, Raza y roma. La guerra de costes y el encquén. México, El Coiekio de México, 1970. pp. 3460 6. Elitusca Vacate, op et. p. 117 Tain Frente det Casto, Tatum F221 El Sena y las Tuller‘as desde ol muelle de Orsay; en Nueva York se presenta en los moses finales de ese afo, y en la Ciudad de México en enero de 1840. No fue entonces ex. trafio que viajeras del viejo mundo trajeran consigo’ a ‘Yucatan uno do estos aparatos, “ Fesreséndose en el tiempo dos datos nos dan un lejano antecedente de! posible uso de la cémare oscura an Mérida, E! historiador Justino Ferndnder transcribié el diario de Federico de Waldeck, conservado en la riguisima bibl ote 2 Porrda, v nos dice que este visio "monte una cdmara ‘oscura” en os afios en que estuvo entre nosotros 7 El mismo Waldeck en Viaje pintoresco y arqueologico 2 la Provincia de Yucatn (América Conteal) durante los affos 1834-1836. (Comparila Tipogeéica Yucateca, Méride “TS9DY ofrece referencias del uso de la cémara oscura para sus grabados y hasta para realizar retratos a demas quose acercaban a 4 para "pedirme que las retratase”. “De uso comin entre dibujantes y grabadores, la cdmara oscurs euxiliaba al artista, como método de registro manual y 6ptico, en sus trabajos Pero no seré sino hasta principios de 1841 en que se tenge noticias de una primera experiencia del uso del aguerrotipo en Mérida. No es el anuncio de la legoda de un viajero sino la experiencia retratistica convertida en vers0; que, sin embargo, guarda entre sus lineas una clara descrincién det acto agobiante de acudir a retratarse por ‘medio de esta singular maquina A una joven retratandose en el daguerrotipo. ‘No, Isabel, Jeémo consientes ‘que para ser retratada hieran tu faz delicada

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