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El cambio social contiene un componente psicológico en el concepto de desarrollo,

debido a que para lograr un desarrollo se deben transformar patrones de conducta,


valores, reorientando intereses, logrando configurar el estilo de vida de las personas.
Para lograr un cambio y crecimiento económico se deben integrar las motivaciones,
comportamientos y sistemas de valor de cada persona, siendo estos los protagonistas
del cambio y desarrollo.

Debido a el estallido social y actual brote de covid19, debemos abordar el cambio


integral, siendo la base la perspectiva social, trabajando por y para las personas,
enfocándonos en el desarrollo social como un cambio cualitativo, atacando sus
patrones conductuales de manera holística, basándonos en la teoría ecológica de
Bronfrenbrenner, (COLOCAR) y cuantitativo en la calidad de vida de nuestras
personas, incorporando su realidad.

De esta forma se aborda de manera sistemática la problemática, proyectando mayores


probabilidades de éxito, desarrollando un aspecto genérico de cambio.

Esta propuesta resulta compatible con los postulados de Perroux (1962),


economista francés que definía el desarrollo como la combinación de cambios
mentales y sociales de una población, con factores de crecimiento,
acumulación y producto global. En suma, los problemas del desarrollo
implican preocupaciones económicas, sociales, políticas, técnicas y
psicológicas, pero en primeras instancias son problemas humanos.

Teoría de sostenibilidad  cambio en paradigma para pensar en un futuro en el que las


consideraciones ambientales, sociales y económicas se balanceen en la búsqueda del
desarrollo y una mejor calidad de vida

La investigación de Kate Pickett y Richard Wilkinson muestra que la desigualdad extrema, que
sofoca la “participación empoderada”, perjudica la salud sistémica en general y no solo la salud de
los más desfavorecidos 85 . Como lo muestra la Figura 5, los países desarrollados (que incluye a los
ricos entre ellos) que tienen altos grados de desigualdad, como por ejemplo los Estados Unidos y
el Reino Unido, a largo plazo muestran un peor desempeño en una larga lista de problemas
sociales y de salud en comparación con otras sociedades más equitativas, como Noruega, Suecia y
Japón. Así, aceptar el rol fundamental de la “participación empoderada” en la salud sistémica
requiere que también reconozcamos los derechos universales de atención médica de calidad y
educación pública, así como acceso al agua potable y a una vivienda asequible, no sólo por razones
éticas, sino porque ello permite que los individuos contribuyan con sus talentos únicos al beneficio
colectivo de la economía del sistema en su conjunto
en el mercado laboral un gran porcentaje de la fuerza laboral nacional actual predomina

básicamente en tres generaciones que presentan un profundo desafío para cualquier

organización. Estas generaciones son muy diferentes entre sí, por un lado está la

Generación Baby Boomers, quienes tienen una visión más conservadora sobre el trabajo y

no son muy predispuestos al cambio, valoran mucho el sentido de pertenencia y la

estabilidad laboral. Por otro lado tenemos la Generación X, quienes rechazan el modelo

tradicional, aprecian el trabajo en equipo y construyen relaciones simétricas, no son tan

jerárquicos como los Baby Boomers. De igual forma esta generación es directa con la

autoridad, no les agrada que los supervisen y no temen buscar mejores opciones de trabajo.

Otra generación son los Millennials, quienes nacieron con la globalización y vivieron la

masificación del internet, son personas que valoran la realización personal y disfrutan lo

que hacen. Una palabra que los caracteriza es la inmediatez, enfocan su pensamiento al

ahora y necesitan desarrollarse en la organización para optar rápidamente a un ascenso,

además no tienen miedo a cambiar de trabajo para lograr este objetivo (Castro, S. 2013).

Chayanov, la posibilidad de sustento económico de la familia está en directa


asociación con la dinámica familiar y el ciclo generacional en que se encuentre,
o sea que debe responder a las necesidades del grupo según los ciclos y
dinámicas en que se encuentre (Chayanov, 1974).

La importancia de la familia como unidad para el análisis económico se basa en el supuesto de que
es una entidad que toma decisiones conjuntas en lo relativo a la generación y asignación del
ingreso. Es esta posibilidad de acción la que hace que la familia se constituya como una unidad de
fundamental importancia en el estudio de las desigualdades de ingreso (Kuznets, 1978).

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