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¿EL CINE FRENA LA MOTIVACIÓN DE LEER?

En abril del año pasado se estrenó la versión cinematográfica de PET SEMATARY, basada
en la obra literaria del mismo nombre, del escritor estadunidense, Stephen King. Muchos
de nosotros nos acercamos a las salas de cine con gran curiosidad y ánimo critico para ver
esta obra icono de la literatura de terror, desarrollada en el séptimo arte. Sin embargo,
las sensaciones y comentarios después de hora y media de dramatismo y acción
resultaron muy variadas como suele suceder cada vez que una obra literaria es adaptada y
llevada a la pantalla gigante.
A lo largo de la historia del cine, hemos visto como éste se ha valido de muchas de las
historias creadas para ser leídas, permitiendo diferentes posiciones al respecto. Por un
lado, algunas personas, que son la mayoría, consideran que las películas basadas en obras
literarias son una pálida expresión de lo que realmente la obra es en sí, pero para otros es
maravilloso ver cómo estas obras geniales son recreadas en el plano visual acompañadas
de fantásticas escenografías y hermosa música. Ejemplo de esto serian películas tan
taquilleras como EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, HARRY POTTER, CREPÚSCULO Y EL PERFUME,
por mencionar unas pocas.

Ahora bien, adoptar alguna de estas dos posiciones de manera radical seria antipático y
subjetivo puesto que las dos opciones son expresiones vivas de arte y significan para el
hombre moderno dos maneras, que aunque diferentes, nos permiten entretenernos y
alejarnos de la realidad violenta y cotidiana de nuestro diario vivir.
La literatura, con más recorrido e historia, permite al lector involucrarse en historias
donde su imaginación juega un papel fundamental a la hora de representar los escenarios,
personajes y situaciones que página a página nos son narrados. Entonces la obra se hace
única dentro de la cabeza de cada lector y establece un punto de partida para la
creatividad, al tiempo que desarrolla ciertas habilidades académicas como la buena
redacción y la ortografía.
El cine, por su parte, conduce a la audiencia por historias definidas en su totalidad,
generando emociones con herramientas, propias del séptimo arte como la música y los
escenarios, dispuestas de una manera preestablecida por la subjetividad de sus
productores. Esto de ninguna manera le resta validez y calidad, solo es una manera
diferente de presentar al público las historias, una manera rica en elementos y recursos
que despiertan gusto y emotividad masiva.

En cuanto a la gran problemática que se nos presenta en las escuelas hoy por hoy,
respecto de la falta de interés e iniciativa por parte de los estudiantes por sentarse a leer
un libro y más bien preferir, si existe en la cinematografía, ver la película de la obra; son
varios los aspectos para tener en cuenta antes de juzgar al cine como el gran culpable de
esta actitud.
En primer lugar, para los estudiantes de la actualidad, la lectura constituye una actividad
tediosa y obligada, que en raras ocasiones disfrutan. Pertenecen a una generación que no
posee el hábito por lo que generar en ellos el gusto por un buen libro se ha convertido en
una hazaña para los docentes. Por otra parte, el mundo en el que se desenvuelven los
jóvenes es un mundo lleno de posibilidades y alternativas de entretenimiento donde las
actividades pausadas y prolongadas, como la lectura, ocupan un lugar de poca
importancia dentro de sus gustos e intereses.

Ahora bien, seria culpa del cine si los estudiantes solo NO leyeran los libros que tienen su
versión cinematográfica, pero la realidad es que en general los jóvenes siempre buscan la
manera de evadir esta tarea, ya sea viendo la película, leyendo un corto resumen de la
obra en la red o simplemente prefiriendo un cero en su calificación.
En este punto podría decirse que nada tiene que ver el cine con la problemática que se
vive en las escuelas respecto a los hábitos de lectura de los estudiantes, el problema en
general es falta de motivación, lo que se convierte en un reto para la escuela moderna. Y
al decir verdad, es preferible que un joven de 15 años conozca la historia de Pet Sematary,
independientemente del recurso artístico que selecciono para hacerlo, entonces el cine le
permitirá a este joven, tener una charla interesante de esta obra magistral de Stephen
King y quizás si el efecto fue conmovedor, algún día el chico por plena motivación leerá el
libro.

Por lo pronto, disfrutemos de las mágicas historias que tanto el cine como la literatura nos
presentan y que cada cual haga su elección.

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