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Francia, durante la Segunda Guerra Mundial entre los Aliados y la Alemania nazi.
Como parte de la batalla de Francia en el Frente Occidental, la batalla de
Dunkerque fue la defensa y evacuación de las fuerzas británicas y aliadas en
Europa desde el 26 de mayo hasta el 4 de junio de 1940.
El milagro de Dunkerque. Así se bautizó la denominada Operación Dinamo,
durante la cual más de trescientas mil tropas francesas, británicas, belgas y
canadienses escaparon de la invasión alemana desde las playas cercanas a
Dunkerque, entre el 29 de mayo y el 4 de junio de 1940.
egún narró Churchill, "los oficiales del Almirantazgo, registrando varios astilleros,
lograron 40 lanchas a motor, botes salvavidas de los transatlánticos,
remolcadores, veleros, barcos y botes pesqueros, y hasta yates –grandes y
mínimos– de placer. Todo para salvar a nuestro querido ejército".
El 27 de mayo a la noche, esa desigual fuerza de profesionales y voluntarios
(éstos, jóvenes y viejos) pusieron proa a Dunkerque: en total, 800 embarcaciones.
"La armada mosquito", como la bautizó Churchill por su habilidad para moverse
rápido, en silencio, atacar, huir, volver a atacar, enloqueciendo al enemigo.
Miles de soldados ingleses, franceses y belgas forman una desesperada fila en la
playa, esperando ayuda: esa evacuación que suena imposible…
Para peor, las bombas nazis devastaron el puerto de Dunkerque, sólo practicable
con marea alta para los 40 destructores y los 130 barcos mercantes y de
pasajeros alistados por la Royal Navy para la evacuación.
El 4 de junio, final de la epopeya, Churchill le habló a toda la nación con un doble
mensaje:
"Las guerras no se ganan con evacuaciones. Seguiremos hasta el final.
Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos cada
vez con más confianza y más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla sea
cual fuere el precio a pagar. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos
de desembarco, lucharemos en las calles, lucharemos en las colinas… ¡nunca nos
rendiremos!".
Gran despliegue logístico. Los británicos prepararon una flota de unos doscientos
navíos, cuarenta de ellos destructores, y se contó con el apoyo de cientos de
pequeñas embarcaciones (barcos mercantes, de pesca, yates, lanchas motoras) que
fueron requisadas por el gobierno. Muchas fueron tripuladas por reservistas, pero
algunos de sus propietarios se ofrecieron voluntarios para colaborar en el rescate.
Ayuda de la aviación. La enérgica actuación de la fuerza aérea británica consiguió
contener el ataque de la Luftwaffe, bastante debilitada por operaciones anteriores y
con frecuentes problemas de autonomía (los aviones partían desde bases muy
lejanas).
Se establecieron tres rutas para la evacuación de Dunkerque. La más corta, la ruta Z
(72 km), contaba con el peligro de estar muy expuesta al bombardeo de las baterías
costeras alemanas.
Huyendo a nado
Si no había disponibilidad de barcos pequeños para poder llegar a los más
grandes, los soldados tenían que hacerse al mar para poder embarcar, como
en el caso de este vapor escocés que espera a las tropas a cierta distancia de la
costa.
Tanques de petróleo arden en las inmediaciones del puerto de Dunkerque. La temible
Luftwaffe fue la fuerza designada por Hitler para detener la evacuación aliada.