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Emotividad y poesía

Para mí, la poesía es ante todo emotividad, entonces, personalmente prefiero una prosa
que me arranque lágrimas o me mate de risa o me indigne hasta la rabia airada a una
octava real con Métrica perfecta, rima consonante perfecta y todos los acentos donde deben
estar, pero que a la postre, no me dice nada.
El punto es que la poesía es ante todo belleza, y allí todos concordamos.
Pero sucede que la belleza es un concepto tan subjetivo que tiene tantos significados como
habitantes tenga el Universo todo.

Por ello no espero que todos estén de acuerdo conmigo, sería absurda tal pretensión.

Por ejemplo, ¿qué nos dice el soneto que Lope le escribe a Violante?
Primero que nada nos dice que Lope era un hombre arrogante y presumido, pues insinúa
que armó un soneto en pocos segundos.
Y perdónenme que sea franco, pero quien ha hecho sonetos sabe que no es soplar y hacer
botellas.
Entonces, la estructura de dicho soneto es perfecta, las rimas son perfectas, la acentuación
es perfecta, pero, ¿dónde está lo poético? ¿Es acaso la arrogancia, bella? ¿Hay belleza en
mirar a los demás por encima del hombro?
Dios me libre de criticar a un monstruo sagrado de la poesía como Lope de Vega, sólo digo
que he leído poemas de poetas consagrados que no me dicen nada de nada. Incluso, del
mismo poeta, algunos textos me conmueven profundamente y otros me aburren a muerte.

¿Qué es poesía, entonces? Es ese escurridizo texto que te conmueve cada vez que lo lees.
Y, siendo la belleza algo tan subjetivo y diferente de una persona a otra, es lógico que lo
que para unos sea basura, para otros es el Papá de los poemas.

O sea que es correcto romper algunas reglas de métrica y gramática si con ello se consigue
mover y conmover.

Por otro lado, la única forma de romper reglas con elegancia es conociendo dichas reglas a
fondo.

El verso libre rechaza la métrica estricta, pero no el ritmo, un poema sin ritmo no es poema,
aunque esté en verso.

Pero luego hay prosas sin ningún ritmo, que sacuden el alma, mueven y conmueven. Y eso
también es poético porque es bello.

Quien me ha leído sabe que he escrito sonetos, poemas en liras, décimas, tercetos
encadenados, rima jotabe, y de tanto en tanto me invento estructuras a mi propio ritmo.
También escribo verso libre rimado y verso libre sin rima. El punto es que siempre trato de
mover y conmover, no sé si lo consigo, pero por Dios que lo intento.
Yo no creo en el arte por el arte, aunque si es interesante ejercitarse en ese campo, y no
creo porque para mi, el poeta es otro comunicador social, uno más refinado en su lenguaje,
pero comunicador al fin. Claro que en la otra acera están los defensores del arte por el arte,
de la poesía puramente estética, sin mensajes de ningún tipo, y están en su derecho. Y
luego también están los que se apuntan en la franja entre el comunicador y el estetista, los
fronterizos.

Y todos tenemos razón, porque sucede que la belleza es subjetiva, y no es igual para todos.
Belleza

Lo bello no es siempre sinónimo de lo bueno. El Tigre de bengala es un animal sumamente


hermoso, pero yo mo me metería en su jaula por nada del mundo. La serpiente de coral,
con sus contrastantes anillos negros, rojos y amarillos, es tal vez el animal más hermoso del
planeta, pero su veneno te mata en menos de cinco minutos.
Estamos malacostumbrados a pensar que bello y bueno son sinónimos, y gracias a eso
tienen éxito los estafadores, porque sucede que se ven las caras y no los corazones.
Bello es lo que nos gusta, lo que le agrada a nuestros cinco sentidos, en especial la vista,
pero no sólo.
Ahora que considerar que lo bello es siempre bueno... ese es un riesgo que no estoy
dispuesto a asumir.
Indiferencia

Las olas rompen el arrecife sin consideración, y las gaviotas siguen a los barcos, mar
adentro.
Y mientras tanto yo, aquí en la orilla, contemplo tu pelágica belleza sin pestañear.
Si tuviera el valor de acercarme, de entregarte la ternura que desborda de mis poros, de
decirte cuánto te amo...
Pero guardo mi secreto, por temor a tempestades que causarían los rechazos, de tus
pupilas altaneras.
Las olas rompen el arrecife sin contemplaciones y tú, mi muda sirena,
tú rompes mi corazón con tu indiferencia.
La curiosidad

Me dicen "la curiosidad mató al gato"


pero no he visto felinos morir por curiosos ni he sabido de ellos.
En cambio si sé que la curiosidad es el origen del aprendizaje, y su acumulación es lo que
se conoce como sabiduría
El sueño

Qué otra cosa es el sueño sino poesía pura.


Incluso en las pesadillas tan aterradoras como son, aun allí hay poesía, oscura poesía,
gótica, tenebrosa.
Y cuando el sueño es tranquilo, está hecho de fábulas y cuentos, historias entrelazadas, a
veces, idiomas desconocidos.

Es en el mundo onírico donde se forjan los poemas, que luego en la vigilia se adecuan a
nuestro entorno inmediato para hacerlos comprensibles.
Pues si, el sueño no es otra cosa que una fábrica de POEMAS...
El Ritmo

Ritmo es repetición ordenada que produce un efecto armónico, melodioso, musical.

Hay ritmo en el movimiento de los planetas alrededor del sol, en nuestro caso un ritmo de
trescientos sesenta y cinco días aproximados.
Hay ritmo en la rotación de los cuerpos celestes alrededor de sus ejes, un ritmo de 24 horas
para nuestro nunca bien ponderado planeta azul.

Hay ritmo en las explosiones termonucleares de nuestro sol y de todas las estrellas, muy
evidente en los pulsares y cuasares.

Hay ritmo en el oleaje producido por los vientos, y hay ritmo en las mareas que suben y
bajan, en las corrientes marinas, en las cuatro estaciones.
Y es que todo el Universo es rítmico, incluso las vibraciones de ondas son rítmicas.

Y hablando de vibraciones, la única diferencia entre el ruido y la música es el ritmo,


ordenado, melodioso, armonioso de la música, contra el devenir caótico y estridente del
ruido.

Entonces el ritmo es repetición ordenada de algo.

Pero repetir qué, en poesía?

He allí mi dolor de cabeza.


En principio, debo decir que para la poesía clásica es fácil descubrir en qué consiste el
ritmo.
Los acentos distribuidos en las mismas posiciones silábicas en cada verso, la rima a final de
verso, el conteo silábico, es decir que todos los versos tengan igual número de sílabas, o
que haya combinaciones de versos con igual número de sílabas, (por ejemplo combinar
endecasílabos con heptasílabos)

Estos factores producen ritmo, y son tema de estudio de la métrica o versologia.

Hasta aquí es fácil, sólo hay que aprenderse las reglas y aplicarlas.
Y luego nos llega el post modernismo que barre con la métrica y con la retórica clásica ,
renunciando a ellas

Entonces el ritmo se vuelve más difícil de percibir y entender.


El ritmo producido por los factores métricos se llama acústico o fonético.
Pero los poetas post modernistas lo llaman Sonsonete, y sucede que a mí particularmente,
el sonsonete, me gusta, me fascina más bien.

Pero volviendo al ritmo, existe un ritmo producido con la ayuda de figuras retóricas
reiterativas como la aliteración, la anáfora, la anadiplosis, la concatenación, la
epanadiplosis, la epífora, el paralelismo, el pleonasmo, el polipote, la paranomasia, el
polisíndeton y la reduplicación.

Estas figuras de repetición le dan cierto ritmo al poema aún en ausencia de rimas y factores
métricos.
Y aquí también es fácil, con un buen libro de retórica las aprendes y las aplicas.

Y luego hay un ritmo semántico que no sé bien con qué se come, al menos por ahora.
Se trata de la repetición de semas, y como no sé semiótica, tampoco sé qué es un sema.
Hay un ritmo sintáctico que consiste en la repetición de estructuras gramaticales, y aquí,
pues no es tan difícil, repaso la gramática castellana y asunto resuelto.

Incluso el ritmo de imágenes y metáforas intuitivamente podría percibirlo y recrearlo, ¡ al


menos creo yo!

Mi mayor problema entonces, es el ritmo de pensamiento, porque es ritmo subjetivo.


Y ¿cómo se estudia algo subjetivo?
¿Cómo conocer el subjetivismo de los demás si ya es tan difícil entender el propio?

Por ende, estoy tratando de averiguar qué es y qué no es el ritmo poético.


Seguiré investigando.
Palabras siempre insuficientes.

No hay palabras suficientes para describir la realidad


¿Cuántos verdes puedo ver en las hojas?
¡Tantos! , una gradación de tonos tan amplia
tan vasta, numerosa, ¿infinita?...
Tal vez...y no todos esos verdes tienen nombre, como el verde oliva o el esmeralda.

Hay fenómenos indescribibles con las pocas millones de palabras de una lengua

Todos los días inventan palabtas nuevas


para descubrir y describir casos y cosas recién observados.
Fenómenos sin nombre.

El punto es que sólo reconocemos un objeto, en sus posibles usos y funciones, después de
bautizarlo con un sustantivo.
Antes del bautismo pasa desapercibido
lo vemos sin mirarlo, lo oímos sin escucharlo, lo olemos sin percibir su aroma, es como si no
existiera aunque esté bajo nuestras narices.

Así de importante es el lenguaje para el hombre.

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