¿Porqué ponemos en tela de juicio la conformidad de un ritual cuando la idea
transmitida cambia en contenido, o de dirección? ¿Acaso sentimos que alguna de las partes ha roto algo irreconciliable, un pacto invisible, una relación de roles y de status inamovible? Lo que está claro que cuando el mensaje que se envía
En el caso de un concierto esa comunión siempre ha ensalzado primordialmente la
transmisión de emociones, digamos viscerales , pasión, melancolía, tristeza , jolgorio., y hemos encontrado un contenido y unos mecanismos que se han ido refinado con los tiempos y que tanto el emisor como el receptor entiende. Pero en el momento en que es contrato se rompe, cuando el emisor propone una apertura en las miras del mensaje , el receptor se siente frustrado y se violenta.