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Principios:
- Principio de legalidad
- Principio de proporcionalidad
- Principio de prueba suficiente
- Principio de necesidad
- Principio de provisionalidad
- Principio de judicialidad.
a) Principio de legalidad:
Según este principio solo serán aplicables las medidas coercitivas establecidas
expresamente en la ley, en la forma y por el tiempo señalado en ella. Tratándose de
un derecho fundamental de la persona, como la libertad, que se vería afectado por la
coerción durante la prosecución de un proceso, es imprescindible tener en cuenta el
mandato constitucional contenido en el parágrafo b) del inciso 24 del artículo 2: “No se
permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos
previstos por la ley”.
Para aplicar una medida de coerción hay que tener en cuenta, además, lo dispuesto
en el artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal Penal, según el cual las
medidas que limitan derechos fundamentales solo podrán dictarse por la autoridad
judicial, mediante resolución motivada, a instancia de la parte procesal legitimada y en
el modo, forma y con las garantías previstas por la ley.
Cabe señalar que este principio se vulnera reiteradamente en nuestro país con las
detenciones policiales ilegales, al margen del estado de flagrancia.
b) Principio de proporcionalidad
Para imponer cualquier medida coercitiva se exige determinada base probatoria, tanto
respecto de la comisión de un delito como de la vinculación del imputado con el hecho
punible y la necesidad cautelar. Opera también en concordancia con el principio de
proporcionalidad; luego, cuanto más grave sea la medida coercitiva, será mayor la
exigencia de elementos probatorios que acrediten la necesidad de su aplicación. Este
principio lo recoge el vigente artículo 253 del Código Procesal Penal.
El Ministerio Público es titular del ejercicio público de la acción penal y tiene el deber
de la carga de la prueba, es decir que frente a la comisión de un delito está obligado a
practicar una investigación actuando con objetividad y solo podrá solicitar la imposición
de una medida de coerción cuando cuente con suficientes elementos probatorios.
No olvidemos que en el sistema procesal acusatorio hay que investigar para detener;
contrario a lo que ocurría en el sistema procesal inquisitivo, en el cual se detenía para
investigar.
d) Principio de necesidad
e) Principio de provisionalidad
Las medidas coercitivas, por su naturaleza, son provisionales; ninguna tiene carácter
definitivo o duración indeterminada. Todas estas medidas tienen un momento de inicio
y otro de finalización. El carácter instrumental de las medidas coercitivas las hace
provisorias en tanto están sometidas al proceso, a su progreso y a cualquiera de sus
formas de culminación; pueden extinguirse o modificarse por otra, según el avance del
proceso. Es decir, una determinada medida de coerción tiene su justificación en tanto
subsistan las razones que le dieron lugar. En este principio está basada la duración de
los plazos de cada una de las medidas de coerción personal y, especialmente, los
plazos de la prisión preventiva.
Al respecto, el artículo 255, inciso 2, del Código Procesal Penal de 2004 establece que
los autos que se pronuncien sobre estas medidas son reformables, aun de oficio,
cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o rechazo. Debemos
remarcar que, si los requerimientos o urgencias procesales que dieron origen a las
medidas coercitivas impuestas desaparecen, entonces, deben levantarse o reformarse
de oficio, inclusive antes del vencimiento del plazo. Corresponde al Ministerio Público y
al imputado solicitar la reforma, revocatoria o sustitución de las medidas de carácter
personal. El juez resolverá en el plazo de tres días, previa audiencia con citación de
las partes.
f) Principio de judicialidad
Las medidas de coerción personal solo se impondrán por el juez a solicitud del fiscal,
que es el sujeto procesal legitimado para requerir la imposición de medidas
coercitivas. La solicitud indicará las razones en que se fundamenta el pedido y, cuando
corresponda, acompañará los actos de investigación o elementos de convicción
pertinentes. Por otro lado, las medidas de embargo y ministración provisional de
posesión también las podrá solicitar el actor civil.
1. La detención policial
4. La prisión preventiva.
5. La incomunicación:
6. La comparecencia:
a) Comparecencia simple.
7. La vigilancia electrónica.
8. La detención domiciliaria.
9. La internación preventiva.
10. El impedimento de salida.
1. El embargo,
a) La orden de inhibición.
b) El desalojo preventivo.
c) El secuestro conservativo.
g) La incautación.
6. Dentro del plazo de detención determinado por el Juez, el Fiscal decide si ordena la
libertad del detenido o si, comunicando al Juez de la Investigación Preparatoria la
continuación de las investigaciones, solicita la prisión preventiva u otra medida
alternativa.
TÍTULO III
LA PRISIÓN PREVENTIVA
El juez, a solicitud del Ministerio Público, podrá dictar mandato de prisión preventiva, si
atendiendo a los primeros recaudos sea posible determinar la concurrencia de los
siguientes presupuestos:
CONCEPTO:
3. La magnitud del daño causado y la ausencia de una actitud voluntaria del imputado
para repararlo;
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
2. La Sala Penal se pronunciará previa vista de la causa, que tendrá lugar, dentro de
las setenta y dos horas de recibido el expediente, con citación del Fiscal Superior y del
defensor del imputado. La decisión, debidamente motivada, se expedirá el día de la
vista de la causa o dentro de las cuarenta y ocho horas, bajo responsabilidad.
3. Si la Sala declara la nulidad del auto de prisión preventiva, ordenará que el mismo u
otro Juez dicte la resolución que corresponda con arreglo a lo dispuesto en el artículo
271.
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
LA INCOMUNICACIÓN
CAPÍTULO VI
TÍTULO IV
LA COMPARECENCIA
Definición:
La comparecencia es una medida de coerción procesal limitativa del derecho a la
libertad, mediante la cual se le impone al procesado la obligación de acudir al llamado
del órgano jurisdiccional o, en su caso, de evitar influir o violentar la integridad psíquica
o psicológica de la víctima o de otras personas determinadas judicialmente.
La comparecencia se presenta como la medida de coerción procesal cuya aplicación
genera menos aflicción respecto del ejercicio de los derechos del procesado. De ello
consideramos, aunque en menor grado, que los principios y características expuestos
en el capítulo primero de este tomo sirven de pautas de interpretación, a efectos de
racionalizar la aplicación de la medida en referencia. En tal sentido, frente al todavía
exacerbado empleo de la prisión preventiva en América Latina, dentro del cual el Perú
no es la excepción(323) 324, la comparecencia surge como una herramienta de vital
importancia, pues su debida aplicación permitirá prevenir la materialización de ciertos
peligros procesales que, si bien en un inicio no tienen mayor repercusión,
posteriormente pueden significar una grave amenaza respecto del orden procesal.
Tipos de comparecencia:
Dependiendo de la intensidad del peligro procesal, se puede identificar dos tipos de
comparecencia en función del grado de limitación que cada una acarrea. En este
sentido, se diferencia entre la comparecencia simple y la comparecencia con
restricciones.
Comparecencia simple
La comparecencia simple comprende el deber impuesto judicialmente para que el
procesado acuda al juzgado todas las veces que el órgano competente lo considere
pertinente para el desarrollo del proceso. Conforme al artículo 286 del CPP de 2004, la
procedencia de la comparecencia simple es de carácter residual, lo que significa que
el juez aplicará esta medida siempre y cuando el fiscal, luego de haber emitido la
disposición de formalización de investigación preparatoria no solicita la prisión
preventiva, o, habiendo requerido la prisión preventiva, el fiscal no ha acreditado
suficientemente los presupuestos materiales
Comparecencia con restricciones:
SÍ bien esta modalidad de comparecencia es más intensa que la explicada
anteriormente, el grado de afectación que supone su aplicación no es equiparable al
que genera la aplicación de la prisión preventiva. La comparecencia con restricciones
no solo le impone una obligación genérica al procesado de concurrir al llamado del
órgano jurisdiccional, sino que, a su vez, comprende la aplicación de una serie de
limitaciones a su libertad, cuyo incumplimiento puede llevar al juez a disponer mayores
restricciones o, incluso, aplicar la prisión preventiva, previo requerimiento fiscal en ese
sentido, Cabe indicar que la aplicación de la comparecencia con restricciones no
impide al juez imponer una o combinar varias restricciones, de acuerdo a las
particularidades de cada caso. Dicha potestad judicial se encuentra acompañada del
deber, por parte de la judicatura, de ordenar las medidas necesarias para garantizar el
cumplimiento de las restricciones impuestas al imputado.