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Habla y Escucha a Cristo Cada Día

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a


Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y
se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la
luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando
con él.”

Este evento que se nos narra aquí se conoce como


la transfiguración y sin duda es un evento que
conmociono la vida de los discípulos de Cristo y después
de este evento las cosas no fueron igual en sus vidas. El
señor Jesucristo, sin duda, adquirió en sus vidas después
de esta experiencia una dimensión mucho mayor. De
esto nos podemos dar cuenta por la manera en que habla
de ello el. Apóstol Juan en su evangelio diciendo “Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad”

Y sin duda Juan se refiere a ese momento, porque


esa fue la única vez que Jesús se dejo ver ante ellos en
esa manera. Pedro que fue otro de los discípulos que
atestiguo ese evento también se refiere a el en una de
sus epístolas diciendo “Porque no os hemos dado a
conocer el poder y la venida de nuestro Señor
Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como
habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le
fue enviada desde la magnífica gloria una voz que
decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo
complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del
cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.”
1 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5
Jesús nunca se había manifestado así ante ellos, así
que esto marco sus vidas y. Ministerios. Y creo que
nosotros necesitamos tener una experiencia semejante.
Necesitamos hacer un alto en el camino, para considerar
que es el señor Jesucristo en nuestras vidas. Porque
pudiera ser que para nosotros sea solo un nombre, una
idea, o una doctrina, pero es importante que sea una
persona real, a quien apreciemos y demos su lugar que
merece.

Los discípulos que acompañaron a Jesús en El Monte


de la transfiguración y estuvieron bajo esa experiencia
pudieron constatar cuatro aspectos importantes de
Cristo que no tenían antes y que nosotros necesitamos
tener presentes. Porque de tenerlos producirán un
cambio y trascendente en nuestra vida. Esos cuatro
aspectos que ellos contemplaron y nosotros necesitamos
considerar son:

1- La Gloria de la persona de Cristo

Como mencionamos antes esta fue la única vez en


que Jesús revelo su gloria ante sus discípulos del esta
manera tan impactante mientras estuvo en la tierra.
Hasta ese momento ellos habían creído que el era el hijo
De Dios, pero sin duda su aspecto físico haría que de
manera natural su humanidad prevaleciera ante ellos
mas que su deidad, pero allí, en El Monte santo, como le
llama el apostol Pedro. Este monte donde esto aconteció
es El Monte Tabor, pero después de haber tenido allí
aquella experiencia sublime, El Monte paso a ser para el
apóstol Pedro un monte santo. Allí ante Pedro, Jacobo y
Juan Jesús se transfiguró, se transformó. Esta palabra se
2 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5
tradujo del griego μεταμορφόω de la que viene nuestra
palabra metamorfosis. La gloria de nuestro señor
Jesucristo, su naturaleza divina estaba velada por la
humanidad de Cristo y allí su cuerpo se transformó de tal
manera que la gloria interna se manifestó brillando
externamente. “Dios, habiendo hablado muchas veces y
de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el
Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor
de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y
quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros
pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de
la Majestad en las alturas”

2- La Gloria de su reino

La Gloria del reino del señor Jesucristo se puso de


manifiesto por la presencia de Moisés y Elías
presentados allí como por debajo de Cristo. Moisés
conocido y respetado en Israel como el legislador por
haber recibido de mano suya los mandamientos que le
fueron entregados en tablas de piedra escritas por Dios y
Elías representantes de los profetas y entre los dos
símbolo de las sagradas escrituras, que hablaban del
mesías. “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por
todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras
lo que de él decían.”

(Paty) Las escrituras del Antiguo testamento se


cumplieron perfectamente en todo lo que decían del
Cristo y Jesús presentó eso a Juan el Bautista como
prueba de que El era el que habían prometido las
3 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5
escrituras que vendría. Y una prueba fehaciente de ello
es el hecho de que muchas de las profecías que hablaban
de Él fueron cumplidas por sus enemigos. Nadie pudo
decir que forzaba su cumplimiento. “Cada día estaba
con vosotros enseñando en el templo, y no me
prendisteis; pero es así, para que se cumplan las
Escrituras.”

3- La Gloria de su Cruz

Israel esperaba un Mesías glorioso que restaurara la


grandeza de Israel liberándolo de la sujeción a los
Romanos. Por eso ellos no aceptaron a un Mesías
sufriente. Los discípulos de Cristo como Israelitas que
eran debieron aprender que no hay gloria sin
sufrimiento y que antes de poder observar al Mesías
reinante verían al Mesías sufriente. Obviamente Pedro
no lo entendía y por eso se opuso a que Jesús fuera a
Jerusalén donde el mismo les había revelado que
padecería mucho. “Entonces Pedro, tomándolo aparte,
comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten
compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.”

(Elsita)Los discípulos aprendieron que este orden de


experiencias en el que el sufrimiento sería primero y
después la gloria funcionaría para ellos también.
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz,
y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de
mí, la hallará” y Pedro aprendió muy bien la lección de
su maestro y así lo enseñó a sus discípulos “En lo cual
vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
4 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas… Los profetas que profetizaron de la
gracia destinada a vosotros, inquirieron y
diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba
de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias
que vendrían tras ellos.”

4- La Gloria de su entrega y sujeción

Pedro no podía entender porque su maestro, el señor


Jesucristo, “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y
decís bien, porque lo soy.” Tenía que sujetarse a
hombres pecadores y sufrir de manera voluntaria.
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus
discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer
mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y
de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”

Jesús infundió esa enseñanza a sus discípulos por


medio de su transfiguración en el monte Tabor, al
revelarles que Jesús es glorificado cuando nosotros nos
negamos a nosotros mismos, tomamos nuestra cruz y lo
seguimos. El pensamiento del mundo es “Salva tu vida”
la enseñanza de Cristo es “Pierde tu vida por mí” Allí
estaba su maestro mostrando toda su gloria y así
mostrando a sus discípulos que la entrega conduce a la
gloria. Primero al sufrimiento pero después a la gloria.

Es importante entonces tomar en cuenta quien vive


en nuestro corazón y con nosotros y procurar hacerlo
patente. Allí en nuestros hogares El siempre nos
acompaña. Un creyente quiso hacer esto patente para Él
5 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5
y su familia por medio de poner en la mesa un servicio
más para el señor Jesucristo. Él es una persona real,
importante, habla con Él cada día por medio de la
oración y escúchale por medio de su palabra. El te oye y
espera que tu le oigas a Él. Esa es la voluntad de Dios
“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a
él oíd.”

6 Mateo 17:1-3; Juan 1:14; 2Pedro 1:16-18; Hebreos 1:1-3; Lucas 24:27;
Marcos 14:49; Mateo 16:22; 1Pedro 1:6, 10-11; Juan 13:13; Mateo 16:21;
Mateo 17:5

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