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La cscritra, como tal, no ese objet de ninguna disciplina cibcicn Sn embargo, en aos sesenes se ba producido we incre notable de producciones que toman la ezritars como sSjer, naaivindola desde la historia la atcopologts la pricapagitoc, la paleograts, la lingbatia.- EL objetivo de Ie ec eegbn LEA ct difundie una visién multdiseiphnaria sobre unt cone ctmn, los cambios historias en la dfinieién del lector esc de lectars la compleas elaciones enue oraidady eas datos sistemas griicas de representaciny de eee prdetieas pedagdjess de allabetizacin en context Hc a a construcezba dela rextalidad los us0s sociales de ls ‘ea ari los proces de apropiaién individual de te objeto ae es bibionessy las nuevas tecnologias. Los libros de eta colton permitrin agrupar una iteratureactalmente disperse set ecbso,permitiendo as uns reflexibn mis profunda sobre ete ‘objeto “ineludible™ Dan R.Orsox FH mundo sobre el papel GvorenrySaxrson Sistemas de escritura, Andlsis linguistico ‘Jes Borrtno vores Cultura, pensamiento,escritura Daw R. Orson y Cultura escrita y orlidad [Naxor Tonnes (COMPS) ‘Grorcio Raswoxno CarwowsAntropologia de Ia excita El mundo sobre el papel El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento David R. Olson gedisa Indice Lista ne wustmactones: un Pro1oco 13 1. Desmitologizacién de Ia cultura eserita an 2, Teorias de Ia cultura escrita y de la mente, desde Lévy-Bruhl hasta Serbner y Cole At 3. La cultura eserta y las revoluciones conceptuales de la Grecia clasica y la Europa renacentista 61 4, Lo que la eseritura representa: una historia revisionista dela eseritura som 89 5, Lo que la eseritura no representa: efmo deben interprotarse los textos. 16 6. El problema dela interpreta: la reeuperacion dela intencion comunicativa nn. 189 1. Una historia de la lectura: del expiritu dl texto ‘las intenciones del autor. 8, La leetura del Libro de la Naturaleza: Ios origenes conceptuales de la cioncia moderna temprana. 185 9. Una historia del discurso escrito: de lo mnemotéenico alas representaciones 205 10, La representacn del mundo en mapas, dagramas, formulas, imagenes y textos neon 221 11, La representacién de Ia mente: los origenes de la subjetividad 1261 12, La constitucién de la mente letrada RevEREcias aLi0GRAPICAS. Tyotce ve onmnes 10 03 an 3a 397 2a 4a 42 43 4a 45 Ba Tlustraciones Esto no ee una pipa, de René Magritte (oprotvecien utarizada pore Los Angeles ‘County Musoum of Art) Expedicién, sogtin una representacion pietériea de indios de América del Norte (tomade de D. Diringer, The alphabet: a hey ta the history of mankind, vl. 2, p. 15, 1968) Fichas de arcilla halladas en ello, Irak (algunas de ellas corresponden a inscripeiones fen tabletas de Uruk) circa $200 aC. (Département des Antiquités Orientales, Museo del Louvre, Paris, cortasfa de D. Schmandt-Besserat) Eseritura sintéetion, Tableta de Ur, 2960 a.C con una lista de los items de un depésito (cortesta del Museo Briténieo) Cuneiforme canaanita, siglo xm aC. (tomade de J. Goody, The interface between the oral and the written, p.29, 1987) Jeroglificas del egipeio antiguo que representan Jos nombres imperiales (tomado de Diringer, ‘The aphabe:a he tothe history of mankind, vol. 2, p. 88, 1988). Pégina de Liturgy and ritual horae, ea 1425 (reproduecién autorizada por Fisher Rare Book Library, Universidad de Toronto). 51 ca 104 105 us u 52 Poco Copyright, 1998, OGPL. Los Angeles ‘Times Syndicate (reproduecién autorizada)... 119 6.1 Raswsntos (reproduecién autorizada por UPS, Ine) .. 62 Sauur Foam (reproduccién autorizada wien ‘por North America Syndicate)... 156 10.1. Ssendredam, aguafuerte de la “falsa imagen” (repro: Guocién auterizada por Gemeentearchief Haarlem)...229 10.2 Mappa: mundi, en un manuscrito de Marco Polo (reproduccién autorizada por The Royal Library, Biblioteca Nacional de Sueeia) ven 292 103 La costa oecidental de Africa, en una carta portulana manuserita de G. Benincasa, 1468 (roproduccion autorizada por la British Library) ...284 104 Representacién pitérica de la articulacion del viajero earolingto de los marcos espaciales méviles de islas y estrellas durante un viaje (imaginario) (Comado de Oatley, 1977; reproduccién autorizada por Cambridge University Press)... 240 10.5 Mapa modemo de la regién al oeste de la Bahfa de Hudson comparado con el que dibujé Pukeriuke para Rasmussen (tomado de Canadian Geographic, 1991, 3 (4), p. 83; reproduecién autorizada por ‘The Royal Canadian Geographical Society) 10.66 Dibujo seguin Galileo, La expresi6n formulaica p= ves una convencién moderna. Galileo habria objetada la multiplicacion de los ineonmensurables, pprefiriendo expresar la relacin en términos {de razones (Ellen Olson, artista) cnr AB: 10.7 Dibujo sogtin Galileo, madifieado Glen Olson, artista) se 108. Linozostis, hierba medicinal, tal como aparece repre- ‘sentada en el herbario de Diosesrides del siglo Wt ..250 10,9 Pee obispo, seein el dibujo de la Historia de los animales, de Gosner, siglo x01 252 1040 Rpretontacién eclar de un Noe enti, st..254 2 243 Prélogo En la puerta de mi despacho, dl lado extorno, hay wn plano —bastante esquemético, por cierto— de la planta baja de este cedificio, la Unidad de Desarrollo Cognitivo del MRC de Londres, donde soy profesor visitante. Cerca del contro del plano hay uns lamativa flecba con una leyenda: “Usted estd aqui” Como todo ‘plano bien logrado, éste orienta a quien lo mira dentro del edificio. Sin embargo, en un sentido profundo que suele pasar de- sapereibido, la leyenda es andmala. No necesito un plano para saber dénde estoy: “Estoy aqui, justo donde me encuentro”. El plano, por asi deeirlo, me eontradice, pues insiste en que estoy en 1 punto indicado porlia flecha, Sehhace cargo de levantarme desde ‘mi firme psicién enelsueloy me trasponeala geometrfa deliness y dngulos. ‘Los planos son tal vez los medios més llamativosde ponernos, ‘nosotros mismos y al mundo, sobre el papel. No hemos prestado Ia atencién suficiente al hecho de que nuestras representaciones tienen un modo de decimnos, de dictarnos, qué somos y donde ‘estamos, Noestamos en ninguna partehasta quo nuestra localiza: tin es identifiada en el plano. Si realmente queromos saber ‘donde estamos, tenemas que enfrentarnos al plano; éste nos dir ‘donde nos encontramos, como sino lo supiéramos de antemano. ‘McLuhan relata que un grupo de inuit del norte buseaba un depésito de viveres, euya localizacién estaba mareada en un mapa, [Luogo de varias horas de baisquoda infructuosa, sus compatieros ‘urbanos, ineapaces de loealizarso asf mismos en el mapa, dijeron: “Estamos perdidos”. Los init, por su parte, insistfan en que no ‘estaban perdidos: “Es el depésito lo que se ha perdido”. 'No sélo nuestros planos y mapas nos ponen, a nosotros y nuestro mundo, sabre el papel. Nuestra literatura, nuestra cien ta, nuestra filosofia, nuestrasleyes, nuestra religi6n,son,en gran a medida, artefactos literarios. Nos vemos nosotros mismos, a fnuestras ideas y a nuestro mundo en Vérminos de esos artefactos. or ende, no vivimos en el mundo, sino més bien en el mundo tal ‘coma esta representado en ellos. ‘El toma de la cultura escrta gira en torno de las propiedades roalmente peculiares detales artefactos, deese mundo de papel,en {oma de su fuerza y sus imitaciones, sus usos y abusos, su historia 17 su mitologia, yen tomo de os tipos de competencia, las formas ie perssamientoy las modos de percepcidn que entrafael hecho de topiar el mundo en el papel "Nose requieten las herramientas especializadasdelaciencia ‘para mostrarle al lector quela cultura escritaes importante y wt ero sf se necesitan esas herramientas para analizar el eonjunto de hipétesis acerca de este mundo de papel y acerca de la natura- Teza de la competencia cognitiva del ser humano que se requiere para abordarlo, dado que esas hipétesis estén profundamente nraizadas en la concepcién de nosotros mismos como “alfabe- tizados?,“cvilizados". Solo recientemento las hemos eonsiderado ‘como suposiciones, es decir, ereencias que, en gran medida, no estan eomprobadas. La eseritura puede ser importante pero puede ‘no serlo por las razones que tradicionalmente hemos invocado. Se ‘equieren las herramiontas de la cioncia especializada para deter- ‘miner la voracidad de tales creencias. ‘Algunos han sostenido que la cultura eserita, comola cireun- isin, el bautismo o una educacién privada, es importante para Tograr el acceso a una élite privilegiada. Otros, que la cultura ceserita no sdlo es sti, sino que contribuye directamente al crecir Imiento de la racionalidad y la concieneia. La mayoria cree en fambas cosas, al menos lo suficiente para manteneria en un lugar altode a agenda politica y educativa, comoha sucedido desdehace tun sigio, Pero s6lo en las titimas tres décadas este tema ha flcanzado una respetabilidad total en la agenda de jos investiga Gores, Los clasicistas, histariadares, lingaistas, antropélogos y peieslogos se han unido a los teéricoa de la educacién en Ia texploracién de a eseritura, de lo que ella hace, o que las personas hhacen con ella y emo, preisamente, esas funciones se han desa~ rrollado histéricamente, Bl objetivo comin es determinar todo lo ‘que esté en juego en nuestra alfabetizacién y en nuestro eardcter de alfabetizados. "Y no adlo lo que estd en juego on ol aprendizaje individual a leer, aeceribiry a utilizar los recursos de una cultura eserita, sino también para determinar lo que les sucede a las actividades e u instituciones comerciales, logales,religiosas, poiticas, litorarias y cientificas cuando os documentos oseritos desempefianencllasun papel entral. Ypara determinar lo que sueede cuando un nimero ignificativo de personas pueden leer y escribir y servirse do esos documentos, Los investigadores estan interesados en las conse- ‘euencias sociales y psicologicas de la invencién dela eseritura yel ‘recimiento del pablico lector. ‘as audaces ideas de MeLuhan, Havelock y Goody y Watt brieron este campo al estudio a través de la comparacion de las Sociedades con eseritara y las orales. Como la mayorta de las teorfas audaces, el entusiasmo original no ha quedado ileso. Una cuidadosa revision de esta tradicién investigadora lleg6 a la siguiente conclusion: 2s difieil mantener une nitida y radical distineiOn entre las culturas que emplean la palabra escrita y aquellas que no To hhaven, Pinnegan, 1973, p. 138; véase también 1988, p. 178) ‘Todas las culturas son, por definicién, exitosas; si no lo ‘fueran, no habrian sobrevivido. Las porsonas de todas as eulturas ‘no sélo sobreviven; los etndgrafos han demostrado las rieas préc- Beas y tradiciones culturales que formen parte de todo grupo hhumano, tenga. no eseritura. La primera eccién en antropologia, {que me impartiara personalmente Jack Goody, fue: “los son fguales a usted y a mf En consecuencia, las explicaciones del cambio cultural e hhistérieo que parten de la nocidn de progreso no generan demasia- ‘do entusiasmo, Por cierto, los aportes basados en la nocién de pensamiento primitivo”odelengua “primitiva’,expresados tanto fn el clisieo trabajo de Lévy-Bruhl (1910/1926) como en el més reciente de Hallpike (1979), parecen crudosy anacrénicos. Protra parte, las diferencias culturales e historieas en los modos en que Tas personas piensan de sf mismas y del mundo se tornan cada vez ‘mis intensas,y su comprension cada ver mas urgente. La exert ‘ray laculturaeserita parecen serlas explicaciones més plausibles. Sibien la afirmacin ajante dels primeres linguistas deque “la eseritura no esa lengua, sino apenas un registrode ella" es hoy insostenible, también lo es Ia clasifieacién de los pueblos eomo primitivos o modernos, oales oletrados, eonerotos 0 abstractos, 0 Seagados por el 000 el oo. Al parecer, es necesario volver alos En determinada punto de su evolucién, los sistemas de 6 escrturaempezaronaconservary, porenda,afijarlaforma verbal ‘Moves espacoy de enn, Laragiaelaesrearaproviene totanto de bthdequesvacomo natn disnaiivonnemi, ‘Sa syd pars Ia omora, node en de importa Sinunapstomolgin, a esetara no slo nos ayuda recordar Tn pensodo ylodicho:tambisn nosinvitaaverlo pensadoylo dicho {ona maneradifarente, Bsun se dest queessribres masque Sf thee, gue el albstisno ee mas que la capacidad pare Seseodiear palabras y oraciones, HI problema consist en apre fndor enemas Como be dicho ela capacidad para entrar, ‘evs parasalirnuevamente, deestentevormindoelmando see ST pupol En ene iro inestae eplcar el modo en que puede cure exe proce. ‘Desde neg, no oye inico ena empresa, Vario investign- dors de divans dntpins estan trabajando onl misma dre én, Quisera meneonar a Michael Clancy, Jack Goody, Brian Stock} Gootrey Liye quienes han sostenide que lasimportantes funeiones que buseamos aon aqullas qu ineluyen nuestros me diaspora pensar acre del und; ean autores daerpan ens tvalucin de laa cauna y lou aleanees del acin de la eltarn Serta en esos cambio. ay alganoorengos —eraves riesgo, dirkn alganos—en le (eaterizacion contd displinas Loe problemas wn domasio Aa complnos prequels ameter se apropien de las firma teoyprosban dos eapeialistny as nberpretenerinearent Sinabargyetlret Gombrich en eullbeArteeiusntacon Senepldclasogernci de Kohler de opera sntranin como téznia into 0.960, p 26), Esto a epecalment aproplado x nuosto campo de este, dado qo tal ntrain e enc ‘onto uno do orate dl cara ent i eco gae, como Teco, caponge de importants obras histrien, Slatin, i ghsticasy antropolégens; los autores tendran que tlerar mis Ihevitabls errs de interpretacn.“Niogdn err podsia haber Sido por quseldeconfundr ana reversién con una cosa, tcerbteron Pll y Maitland (8) en su historia del derecho tBelés;yo no dra o inne. ize quo la tarea noes sonella, Un Ibo sobre Ia cultura eocrita gut no est diigo al publico en general en realidad es Inti Uno de os hecho mas expectacalares dola cultura eserta tel Renacimienio fuel mpacto qu uvola esertara cuando le {entosllgaron as manos de oe etorescomene: las personas ‘cuulvoadae! in mi intent deecrbir para el leto general, me 16 hh encontrado osclando entre lo obvo lo abstruso. Lo que tengo ue decir noes complejo, pero sie simplifiean demas, parecerd tedioeoyevidente,y sino selocomprende, puede parecer profundo, Lo que so considora profundo sucle no diferir demasiado de lo smoramente oscuro. He tratado de fjar una teria de la cultura escrite, es decir, proveer un modo para interpreta un grupo de Fatore bastante heterogéneos por medio de un pequeto nimero de princpios ‘demas, estos prineipiosdeben proporcionar—idealmento—una causa posible para los hechos en euestin. Seria ingenuo creer que eualquier mimero pequeto de facores puede explicar grandes transformaciones sociales o psicoldgieas como las asociadas con la cultura eserita. Pero si pensamas on una teoria como en una ‘dquina para pensar, un dispositive para organizare inerpretar Tos hechos con el objeto de elacionar otras cuestiones otras formas de evidencia, no esen absolut irrazonable asprar una teoria sobre cimo la esritura contihuye no slo a muestra com prensién del mundo sin también de nosotros mismos, “La tear que heinventado formular fue una extensdn de dos lineas de interés que me parecieron vineuladas: ls cambios ‘xperimentados por los ninas en su comprensin de la relacion entre “lo dicho” y “lo significado” ~eambios que asoié con la Iveta y la interpretacion de textos —y mi interds en las posibles relaciones entre el protestantismo, la éiencia moderna temprana 4lapscologiaraconalista, {No seria intoresante,pensé, que eso “emostrara que los cambios en los grandes moviziontos sociales ‘acomienzos dela Era Moderna padieron deberee a una alteracién ‘nla prdtia y la comprensicn de Ia lectura y la interprotaciin? ‘Acasa Lutero, Galilen y Descartes compartioron tina mansra comin aunque nueva de letura, de relacionar lo dicho con To Simifcads? Pero incluso plantear tales cuestionesrequeria ier ‘anilisis de lo que son los sistemas de eseritura, como erelacionan onl habla, eémo son les, emo esos modos de Ieetura cambia- ron, edmo los modos de leewura exigieron nucvas distineiones, ‘nueva concienciaynuevos modelos de pensamiento, Vfinalmente, tema anunciado en est Iibro: cfm la estructura misma dl ‘onocimientofuealteradaporlosintentosderepresentarel mundo Sabre el papel. "Bn ol eapitulo 1 ralizo una reseia del amplioespectro de ecencias acerca de la cultura esrita, para mostrar que una numeracién de los roy ls eantra noes demasiado frutfera ‘modo de teria. nel capitulo 2, analiza el clasic problema de los Ww sdog*primiivos de pensamientoy papel quelaescritorapudo Rane erpanado ee desarrolo de mods dereniads de aaa oo Bel capa bord las teoriasqve vnc la ensamie e gon las revolaionesconceptuales en Ia Grecia ca ope rencentet, Los cepts 9y Bexponealas clin esles dea tcoria dea clear ect yl cogncion ‘ertands als eno ala excita qelacrsara examina ao que no represntay Toque, por endetene representa vido yor olen). losenptas 7, 8y 8, oy una gue tet gn dele historia delaleetaraen trminos ean toon, ee astra dea lectra snaste aproximadamonte 3 muss uns evrtaras no pun cata con fcdad s Se oda en que debeninterprelarve los txt! su focrsa pe eed capita 10, anaiz ls modns em que ns aaron vibes eomolos mapas, dbus, intra, dagramss rtf acones materdteas, pueden seri como herraio~ rae aalsfundamentaen. capo 12 Satenta mostrar ta elie al como fueexpresado por Descartes Tos Po nas bitnjos, result o producto de wna nueva los ee ela qusestabacnun textoy lo quo era aportad or ce Geconocimenta dela contelnuion del lector 1a 2 to den xt proporioné un modelo parslaranén-El intr eti veumecstosarfumestosen un cojurtodepinciios crreeancluye mosteand de qac modo unarenovadaconcepice yang es carta cotrbuye no lo una nueva comprension $e Son sino tambien conralmente— del pensaonta Fee eta de mi prime trabajo sobre In ealtura cserita Bornteset como puna red Neon Gootmanapropsia de ae nesoan un plate apart on esta br. El capitulo sos ectoree)etanic un apologa expla de mis primeras 1a are es sobre ol tema Pero venta generale 20 Simp te datint. i logarde cnsierar como funda set a gtanomfa del signieado textual, aora consider que aan aes que el texto proporlona un modelo para el Te eaaameafasconde = Benjamin Whorty reelizamos una abl ett de muostra Tonga en termanos de las cateporios int eFjas pr nostra excnture. Evidentement, et a gsr aa depompletament distntodelasconsecucisconce>- aa arden cultura cory eneriara es on gran pat respon taal Ia neameseonsclenter dl lenge. Mi entsiano por eo Ss tantocnlahstoria de lo dus como ena picologta so erg ha caning, Porro, tengo alguna conten: 18 cin que hacer es la de mostrar que los eonceptos que los nifos pareeen adquirir €e manera tan natural en el curso del desarrollo, {de una sociedad letrada son conoeptos que fueron primeramente tlaborados en un determinado contexto histérico y cultural alo Jango de dos milenios ‘Muchas personas han contribuido de manera erucal en esta tarea, Desde el punto de vista conceptual, soy un hijo, o al menos ‘un entenado, de Jerome Bruner, Jack Goody, Marshall MeLuhan yy Erie Havelock, Otros han ealaborado con sus lecturas condescen- ‘ientes y a menudo eriticas de mi primer trabajo sobre la cultura teserita y de los borradores de algunas partes do este libro: Janet ‘Astingion, Courtney Cazden, Michael Clanchy, Michael Cole, Carol Feldman, Ernst Gombrich, Roy Harri, Frits van Holthoon, Geoffrey Lloyd, Christopher Olson, Ragnar Rommetveit, Sylvia Seribner, Frank Smith, Keith Stanovich, Brian Stock y Gordon Wells. Otros, cuyos trabajos han ejercido en miuna fuerteinluen- cia, aparecen a menudo en mis citas. “Este trabajo fue apoyado desde ol comienzo hasta el final por claliento personal ya generosa beca dela Fundacion Spencer, en particular de dos de sus presidentes, Tom James y Larry Cremin, desu vicepresidente, Marion Faldet. Adem, resibigel apoyo de juna beea del Centro de Rstudios Avanzados en Ciencias de la Conducta, Stanford, California, ano 1983-1984, y una beca como investigador visitante de la Unidad de Desarrollo Infantil de! Consejo de Investigaciones Médicas, John Morton, director, y el Colegio Universitario de Londres, ato 1990-1991. Estas becas fueronen parte posibles gracias a laslieencias pagas que me otorg6 ‘mi institucién de origen, el Ontario Institute for Studies in Edueation (OISE). Estoy sinceramente agradecido poreste apoyo, porque esas becas me permitieron pensar y escribir sobre este tema Las beeas de investigacién fueron otorgadas por el Transfer Grant desde el Ministerio de Educacién de Ontario al OISE, el Consejo de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanas de CanadsiaNaney Torrancey ami. Denese Coulbeck, Nancy Torrance ‘yMarie MeMuilin me asisticron en la preparacién del manuscrito Sth Aig, de Cambsge University Prose, supervise pro- jucsién. Sila tesis de este ensayo os correcta, los libros hablan por si rmismos, aun euando lo hagan de manera wn poco diferente a cada lector grapodellectores. Ninguna palabra preliminar, ni siquiera apologética, eompensara lo queel libro, par su parte, diga odeje de ‘decir, Los invito a una lectura compartida, 19 1 Desmitologizacién de Ja cultura escrita ‘Lamés noble adquiscin dela humanided es eluant, yelarte mas ‘tla nscwuns La primera distingue al noms de los animales; Ja segunda, de 1a salvaje ineiiizedae (Astle, 1784, p.1) Bsindudable quo una de as principales caractoristicasdolas sociedades modernas es la ubicuidad dela eeeritura, Casi ningin ‘contecimiento signifcativo, desde la declaracién de una guerra hasta un simple saludo de cumpleatcs, se produce sin una apro- piiada documentacién eserta. Los contratos se sellan por medio de tuna firma. Los arteulos en los mereados, os nombres de las ealle, Jas dpidas, todos llevan inscripciones. Las actividades complejas, sin excepcién, estén escritas en libros de patrones de tejido, ‘manuales de computacién, o en libros de reestas de cocina. La atribucién de una invencién depende de haber registrado una patente escrita, on tanto que la atribucitn de un avance cientifico ‘depende de su publicaciGn. Y nuestro lugar en el cielo ol infierno —segtin nos han dicho depende deo que est escritoen el Libro dela Vida, ‘Del mismo modo, entre nuestras habilidades més valoradas se encuentra nuestra capacidad para utilizar textos escritos, decir, nuestra cultura escrita. La primera funcién dela escuela es impart lo que se llama “habilidades hésicas",lectura eseritura y aritmética, ¥ todas ellas entrafian la competencia en sistemas de notacidn. El gasto pablico en educaciin sélo rivaliza con el de dofensa y salud, y una gran parte de los ios de formacién de un nifo se emplean en la adquisicién, primero, de cierta competencia general en lectoescritura, y Inego, en usar esa competencia para dquirir corpus especializados de conocimientos, eomola ciencia ¥ lahistoria. a [a preceupacién porla cultura eserta no esté limitads ana Aoterminada clase socal o sociedad. La edueacin publica, libre y tiniversal ha sido la poktiea guberaemental durante més de un Siglo en las democracias oceidentales. Los paises en desarrollo también tienen eomo objetivo prioritari laalfabetizacién de todos Sus ludadanos, Los movimientos socialistas del sigloxx, tanto en 1a Unién Soviética como en Cubs y Nicaragua, estuvieron acompar ados por programas intensivos de alfabetizacig. Un documento ela politica de la UNESCO (1975) deseribis la cultura eserita Como crucial para‘le liberacién yelavance del hombre" einicié un flan de erradieacién del analfabetismo para el ao 2000. Los Jemografos registran, como parte de las estadisticas vitales de ‘cada nacin el porcentaje de personas queno saben leernicseribi. {ia eifra arrojada por Canadé es 15%, cifra que despierta tanto crticas eomo acusaciones en los medios populares. Las Gemocra ‘Gas occidentales modernas aspiran a erradicar el anelfabetismo pars resolver otros problemas sociales como la pobreza el desem- Treo, lasescuelas suelen reibirel mandate demejorarlosniveles sténdar de alfahetizacion de sus alumnos. “De dénde viene este entusiasmo por Ia eseritura? Durante tresclentos aos, loscecidentales hemos atribuidonuestra supues {a superioridad cultural respecto de nuestros ancestros iletrados, fas eomo respecto de nuestros veeinos no occidentales, a nuestro acceso un simple artefueto teenoldgico: un sistema alfabético de veritura, Nuestras ciencias sociales tionden a contribuir al man- tenimiento de esa perspectiva, Las teorias de la evolucién, el progreso y el desarrollo han apoyado la eémoda aceptacién de puestra propia superioridad y de la superioridad delos mediosque permitieron desarrollarla ‘Bn las dltimas dos décadas, esta posicién ha comenzado a desintograrse. Las culturas menos letradas han visto en el valor (Gur las culturas oceidentales acuerdan a la cultura eserita una {rma de arrogancia (Pattanayalk, 1991), y los investigadores ‘osidentales han considerad que la retbrica de la cultura escrita fexcede en mucho la valider de sus pretensiones. Por cierto, han fomenzado a acumularse prucbas queindican que muestras ereen- tas sobre a cultura eserita son una mezcla de hechos y suposicio- ‘nes, en otros palabras, una mitologia un modo selectivo de ver los facontecimientas que no sélojustfiea las ventajas de ls letrados, ‘Sino que ademés atribuye los defectos de la sociedad —y del ‘mundo a os iletrados. ‘La situaciGn con respecto a la cultura eserita no difiere dela 22 8s os presents hac un sigs tdlagsexistans, gue Somenzaron a char una mirada critica sob In adicin Gus habtenexitoysecmoclent crn motos anes See tein y ered, prea leper o dnericlagae™ ‘nts tanta oes maria Sspuranea dese, ste sortener ea exper mr fases ma ‘Eine yerddorenLahumilefbbusadach oles arguntee afirmaban, era preferible a una robusta fe basada en conjeturas. Ee eee rea eae eee eee eet Cambiaso vio poo neve, Nov enfaros sun dain sma repo de mesias ee ee Saas een eee ‘sua qual vertongatonqueabandonarno merce esto oye De beh, dan gona des olfens stl al ‘Pasicarodnnteen ntuevacorhpenn del cleat ween Bee porte ror tants enone emai bo baie, ‘rons tener cnseotnsae'y sor mucho mayors gues que $l anu doa, Lo au perme: oe sro ‘Bgeno enine eae onstrates spa aprendayede lelectra Ia eccrisua el edesl, en los poderesmagicos de Tor Sere ee ere eee Gin doo oy ls eontray seta iat ban para oa or comprensin de lo quo ue crear hy eb vivir" mando sobre ‘pe ot pe sl rm cpa feeder See coe cere eee seed e blament compara pc de saa sca eis Eats os etude acasishan oad una eaierable om de duda: Peete Prinry, las rena ‘Emenin ela raneripin dl abla. acho du casino queda pundessrbinny quate lens fue iSreegwoaatrrsnelatoandnaegelsoiare tocomds quel habla por eri’ Forcert exiacsla tei Talal aves romn’saArutoic, progenaaren ene. tenia ile teabjn do Sausure GOITER) y Blond Cid) Dado gue laores ony habanero tr crs nr rn cn open trove nsgus acl Go sounala) aediss mean bien Ge desconocido), Vino afiejo en nuevo envase. oe La seperordad dln rrtara resp del habla, i teaalnohn via conn roe "penany derordonal 23 el pub Seo lio Sander, 988, 6518 Fe eye oe Saree ee ap iSertptn ta ee tee an neg om ee ca ene sean en ere “endl dl sien atin Go Dn ead es ees cern vn tl Eonar Sia i et ew Sead pr Dn cet golnchon a la sts tea odos de ueritaracorangonden cs xacament {ine diferentes estadios sou ls cuales pueden considerarse os WGetree reunidos en una nacidn. La pintura de cbjetos es ao rea para los pusbos salvajs, los signos de palabras y de serpbrisiones, un pucblo birbaro, ye alfabeto, a los pusblos ERaliados. (754911966, p17) seerce ona Dlenanrpegis nie dn sin hee al guns ne ictal mi nn al eigen a came Sl be: i ta ae sree taster rae nh Oa ere ue Sl estar ls ‘tenements pe ii ee en ety mrt mart et EE a ec tn cece Wa er a en tpt S aoeseae u Lainveneidn del alfabeto griego, a diferencia de todos ls demés sistemas previes,inehuyendocl fenicio del eual drival constitu {oun acontacimionto en Iahistora dela cultura, cuya importan- ie atin noha sido totalmente aprehendida. Su aparicion divide {odas as civilizaciones anteriores a la griega de as posterires. Sa sentilles ha permitido construir dos formas gemelas del tonoriminto la iteratura en el sentido posgrigo, y Is cienca, {ambign en sentido posgriego (1982, p. 85; vease tambien 1991) McLuhan (1962) fae uno de los primeros on explorar las relaciones entre las tecnologias de la comunieaciGn, en especial el lfabeto y la imprenta, yla “galaxia” delos cambios intelectuales, {rtisticos y sociales que se produjeron con los griegosy fines de Ia Edad Media, relaciones que resume de la siguiente manera: “Mediante un signo desprovisto de sentido ligado a un sonido ddesprovisto de sentido, hemos construido la forma y ol sentido del hhombre occidental” (p. 80), vinealando asi el progreso intelectual al alfabeto. ‘4) La escritura como érgano de progreso social. Uno de los ‘rasgos mas sobresalientes de las demoeracias occidentales moder- ‘has son sus niveles invariablemente elevados de alfabetizacidn. Suele afirmarse que el auge de la alfabetizacion popular dio como resultado instituciones sociales racionales y democréticas, desa- qrollo industrial y crecimiento econémieo, y que la disminucién de Iosniveles de alfabetizacién plantes una amenaza atoda sociedad progresista y democratica. ‘Los historiadozes han intentado especificar las relaciones entre alfabetizacién y desarrollo covial en Occidente. Cipolla (1969, p.8)sefalsque, aunquelos patroneshistéricosdistan deser tuniformes, “al parecer, el arte de la eseritura esta estricia y casi jnevitablemente conectado con la urbanizacién y el intereambio ‘comercial. La correlacién invita a inferir que la escritura es una de las causas del desarrollo, pinion que garantiza el compromiso de la UNESCO do “erradicar ol analfabetismo” hacia el ao 2000 ‘como medio para lograr la modernizacin (Graff, 1986). ‘Ta relacién pereibida entre cultura escrta y desarrollo social hha sido.a veces expresada con un colo considerable. En el sigloxr, LLutero inst al establecimiento de la educacién obligatoria argu: yyendo que descuidar la ensehanza provocarfa “la ira divina, la inflacion, la plaga yla sili, tiranias sedientas de sangre, guerras Y revoluciones, que todo el pats seria arrasado por los turcos y os {artaros, y que hasta el papa volverta al poder” Strauss, 1978, p. 8), Enel sigloxvm, Gibbon afirm6: Bl use de letras os la principal 25 circunstancia quedistinguea ua pueblo civilizado de una horda de ‘Salvajes, incapaz de conocimiento yreflexién’. Y agregé:*Pademos star seguros de que, sin escritura de alguna especie, ningdn Sueblo ha preservada feles aneles de su historia, ni ha hecho Progress considerables en ls ciencias abstractas, ni ha posefdo Gnalgiin grado tolerable de porfoovién las tiles y agradables artes ide la vida". (Gibbon, 1776/1896, p. 218). ‘Bu el siglo pasado, un educador do Ontario que ya conocia cl ‘nuevo artedelaestadistca,informé que "una persona.n0 educada Comete cineuenta y eis veces més crimenes que una persona con feducacion®(eitado por Castell, Luke y Egan, 1986, p. 92)! ‘Aunque reconozeamos que algunas de estas declaraciones son un poto histridnicas, se da por sentado que la cultura eserita ene eonsecuencias sociales y econémicas. Estas creencias en ‘cuontran su expresién en los documentos politicos y en lasppéginas (cditoriales de muchos, tal vez la mayoria, de les periédicos. {Bjemplo de ello es “la prensa nacional canadiense", que afirmé ociontemente que “la desnutricin, Ia enfermedad y el analfabe ‘Gsmo forman unaplaga triple parallasnacionesen desarrallo" que Jos analfabetos estén condenados a "vidas de pobreza y desespe- ranza” porque estén privados de las herramientas fundamentals para forjarse una vida mejoc", que “el analfabetismo constituye un {asire de dos mil millones de délares en la economia de Canada” y ‘que “el costo social es enorme” (Globe and Mail, 13-14 de octubre 121987), La creencia en la importancia de Ia alfabetizacion se ha ‘joelto tan dominante en nuestra conciencia comin que aun tna pequesa disminucin en loe resultados de las pruebas de ortogra- alse considera ana amenaza para el bienestar de Ia sociedad. Situamos la eseritura, como lo hacen otros pueblos con cultura teserita, en un luger central de muestra eonceprién de nosotros fnismoe eomo pueblo poseedor de una cultura, como pueblo real- mente civilizado, “Tres cosas “han cambiado la faz y el estado de cosas en todo el mundo", eseribié Francis Bacon (1620/1965, p. 873) en el siglo ‘ev: "la imprenta, la pélvora y eliman” (Novum Organum, Afors ‘no 128). No parece haber demasiados motivos para el desacuerdo, '5) Lacultura eserita como instrumento de desarrollo cultaral {ycientifiea. Va de suyo que la eseritura y la culture eserita som en iran parte esponsables del surgimiento de modos de pensamicnto ‘Sstintivamente modernos como la flosofa, la ciencia la justicia, ylamedicina,eiaversamente, quelacultura.escritaes enemiga de Ta supersticiga, el mito yla magia. Frazer (1911-1915/1976),en su 26 compendio de mitos y ereencias, La rama dorada, sostavo que l (stadios progresivos dela humanidad van desde la magia hastala ‘Sencia pesando por lareligin, opinin que compartisconfilésofos fomo Comte( 1830-12) Hegel(1910/1967).De hecho, sueleseguir~ fla pista de nuestras formas modernas do organizacin social Alemocrética y nuestros modernos modos de pensamientohasta“la, tloriosa Grecia". Los logros de los griegos han side atribuidos, al, Jnenos por algunos autores, a su cultura alfabética: La eivilizaion ereada. por los griegos y los romanos fue la primera dela tierra findada en la actividad dt lector eomainsla primera equipada con medios para expresarse aderuadamente Gon palabras eseritas; Ia primera capaz de poner Ia palabra ‘eerta en la eireulacion general en pocas palabras, la primera, tn eonvertiree en letrada en el sentido pleno del trmino, y en fransmitimos su cultura eseita. (Havelock, 1982, p. 40) ‘La importancia de la esertura para el avance dela flosofia| yyla ciencia ha sido analizada y defendida recientemente en una, Serie de importantes trabajos de autores como MeLuhan (1962), Goody y Watt (1965/1968), Gaody (1986), Ong (1982), trabajos que ‘scuerdan una nueva orientacién al lengwaje, ol mundo ya razin, 4 los cambios en la teenologia de la comunieacién. En cieria rmodida, fue esta serie de obras lo que convirtié ala cultura escrita, fen un tema de investigacién, ‘6 La cultura eserita como un instrumento de desarrollo ‘ogaitivo, del mismo modo en que lo era del desarrollo cultural Suponemos que el conocimiento legitimo se identifica con el que aprendemos en la escuela y en los libros. La habilidad para leer y fseribir proporcionan la via de acceso a ese conocimiento. La principal preocupacién de la escuela es Ia adquisicién de la Shabilidades bésieas”. En To relativoa la lectura, esas habilidades, consisten en la “descodificacion’,es decir, el aprendizaje de lo que amamos el principio alfabético; en lo relativo a la eseritura, consisten en el aprendizaje de la ortografia. La cultura escrita, {mparte un grado de abstraccin al pensamiento que est ausente fen el discurso oral y en las culturas orales. Las habilidades humanas importantes pueden pensarse como “letradas’,y el desa~ rrollo personal y social puede representarse razonablemente me- dante los niveles de alfabetizacién: bésico, funcional y avanzado. ‘Ahora, las objeciones: 1) La eseritura como transeripci6n. Los sistemas deescritura ca s6lo captan ciertas propiedades de lo que se dice, es devir de la forma verbal —fonemas, lexemas,y sintaxis—, dejandoe! modo.en (que fue dicho yas intenciones radicalmente subrepresentados. El hhechode quelos signos visuales puedan convertirserutinariamente cen formas verbales enmascara el hecho de que la verbslizacién ‘puede produeirse de varios modas diferentes, variando la entons- ign y el énfasis, y dar origen a interpretaciones radicalmente fistintas. Lejos de ser una mera transeripcin del habla, la eseri- ura es analizada como un modelo para el habla misma; hacemos Ja introspeecién de la lengua segtin los términos anotados por nuestros sistemas de escritura, Aprender leer consisteen parte fn comenzar a of el habla y a rellexionar sobre ella de un modo nuevo. Este es el tema del capitulo 4 2) El poder de la eseritura, Rousseau planted una objecién a las pretensiones acerca de la eseritura que se ha vuelto la piedra de toque de la lingéistica moderna cuando escribié “La escritura ‘es apenas la representacién del habla: es extratio que se le preste tmasatenciGna ladeterminacién dela imagen queal objeto"(citado por Derrida, 1976, p. 27). Como dijimos, la eseritura como simple franscripeién del habla ya fue planteada por Aristételes, pero Rousseat utiliz6 el angumento para critica la falta de atencin al hhabla, Por motivos similares, Saussure (1916/1983) atacé “Ia tiraniade laescritura’,el hecho de quela teorialingtistica tomara ‘como objeto la lengua escrita y no la oral: “El objeto inguistieo no se define mediante la combinacién de la palabra eserita y In palabra hablada: la forma hablada constituye por si misma el objeto" (pp. 25-24 0 p. 45). Tan convencidos estan los lingtistas ‘modernos de la euslidad derivada de la eseritura, que el estudio de festa fue descuidado hasta hace poco tiempo, Bn segundolugar, las Tenguas orales no son “imprecisas y desordenadas” posesiones del pueblo, como ereyeron los primeros graméticos; todas las lenguas yumanas tienen una rica estructura Iéxica y gramatical que es ‘apaz de expresar, al menos potencialmente, todo el espectro de Signifieados, Aun la lengua de sefias, la lengua de los sordos, que durante afios fue considerada poco més que gestos y pantomima, hha demostrado adecuarse en principio a la expresin completa de cualquier significado (Klima y Bellugi, 1979). ¥ finalmente, el ‘diseurso oral precede y rodea la preparacién, interpretacién y analisis del discurso escrito (Finnegan, 1988; Heath, 1983). La fseritura es furdamentalmente independiente del habla. En la ‘ctualidad, se acepta que la propia lengua oral es la posesién y 28 herramienta fundamental del inteleeto; Ia escritura, aunque im- portante, siempre es secundaria. '3) La superioridad del alfabeto. Apenas en la década pasada seplantearon claramente objeciones ala supremacia universal del alfabeto como representacidn de la lengua (Gaur, 1984/1987; Harris, 1986; Sampson, 1985). En primer lugar, en contra de Ia opinion recibida,elalfabetonofue el producto deun genio,esdecir, ‘np fue el milagro del descubrimiento de la fonologia de la lengua, sino apenas la adaptacién de un silabario disefiado para una lengua semitica ala estructura silabica particularmente compleja, de la lengua griega. Por otra parte, un alfabeto tiene un Uso limitado en la representacién de una lengua monosildbica eon ‘muchoshoméfonos,comoeselcasodelchino; unsistemalogografico presenta muchas ventajas para una lengua do ese tipe. La simpli ‘dad de alfabeto tampoco esa principal causa delos altosniveles, de alfabetizacién; muchos otres factores afectan los grados de alfabetizacion en un pafs oen un individuo. Finalmente, nuestro tardio reconocimientade os niveles dealfabetizacién’ enculturas no alfabéticas, especialmente la japonesa, que suele superar los, niveles de las culturas oceidentales (Stevenson cal, 1982), nosha, sbligado @ aceptar que nuestra vision de la superioridad del alfaboto es, al menos en parte, uno de los aspectos de nuestra, nitologia 4)La cultura esrita yl desarrollo social. Algunos investiga ores modernas han sostenido que la cultura eserita no sélo ela via real hacia la liberacién, sino también, y con la misma frecuen- cia, un medio de eselavitud, Levi-Strause (1961) eseribi: Laescritura es algo extrafto, Pareceria que su advenimiento no pudiora dejar de produsir cambios profundos en las eandiciones fe vida de muestra raza, y que todas esas transformaciones deben haber sido de indole intelectual. Sin embargo, nada deo {que sabemos sobre la escritura, sobre su papel en Ia evolucién, uede justfiear esta eoncepeion Si queromos correlacionar la aparicién de la escritura eon otras caracteristicas de la cvilizacicn, debemos busear en otra perte. Uno de los fenémenos invariablemente presentes es la formaciin de eiudades eimperios: Ia integracion en un sistema politico, es decir, de un considerable nmero de individios, y la Aistribueldn de es08 individuos en una jerarqufa de eastas y ‘lases...Parecefavorocerla explotacién ynoelesclarecimientode la humanidad, Esta explotacin hizo posblereunir alos trabajo ddree por millaresy fares tareas que los agobiaron hasta los 29 limites de su fuerza. Si mi hipétesis es correcta, la func Drimaria dele eseritura, come medio de eomunicaciGn, es fi Fi le esclavitud de otros sores humanos. Bl uso dela eseritura tn fines desinteresadoa,ycon vistas a satisfacer el espiita en {leampe de las eiencies las arts, os un resultado secundariode Su inveneidn (y lal vez no sea sino una manera de reforzar, Justifcaro dsimlar su funcidn primaria). (pp. 291-292) Si bien el contraste entre el esclarecimiento y a esslavitud ‘puede estar magnificado por Lévi-Strauss el primero es un medio Elective para asegurar la adopeion do procedimientos convenci- pales diseiplinados. Algunos estudios histsricos han sostenido ‘gue la cultura eserita es un modi para establecerel contro social, dara transiormar alas personas en buenos ciudadanos, trabajado- {ea productivos y, si 68 necesario, en soldados obedientes (Aries, {J062), Strauss (1978, p. 306) legs ala conclusida dequeel énfasis cn la cultura eserita por parte de la iglesia protestante en Ia ‘Alemania de la Reforma puede considerarse como un intento de Convertir al pueblo "de sus antiguos modos y habitos @ una triodoxia letrada, basada en la virtud de la conformidad”. EL ‘tdvenimiento de la edueacién universal y obligatoria casi nunca fae eonsiderado por ls iletrados como un medio de liberacién, sino ‘como algo impuesto por una clase gobernante bien intencionada fan la esperanza de convertilos en trabajadores produetivos y ‘Gudadanos de buenos modales (de Castell, Luke y Bgan, 1986; ‘Gralf, 1986; Katz, 1968; pero véase en Tuman, 1987, capitulo 5, tuna eftica de los informes revisionistas). Los pedidos recientes de imejoras en las habilidades basicas, tanto en Canad4 como en Estados Unidos y Gran Bretafa, provienen en su mayor parte de ‘empleadores del Ambito de los negocios ola industria antes que de Jos propios trabajadores. ¥, con notables oxcepeiones, la demanda. ecursos de educacin vespartina os directamente proporeional al nivel de edueacién que el pucblo ya posee. Entonees, la cultura feserita es un instruments de dominaciin o de liberacién? La Smposibilidad de responder a esta progunta condujo # autores como Heath (1988) y Street (1984) a distinguir tipos de cultura eer, diferentes modos de usar textos y de “extraer cosas” de ‘loa, que estan incluidos en diferentes contextos sociales; quizaino hays una cultura escrita, ni un inien conjunto de consecuencias, ‘Clanehy (1979) observ6 que la politica gubernamental de ceducacin obligatoria, tal como sea debati6 en Europa durante el ‘Siglo rx, reflejaba no una, sino dos formas de cultura escrita: 30 ‘los opositores dela politica gubernamental les preocupaba que jas estuelae pudieran tener éxito en la edueaci6n del pucblo a punto tal que hubiera un exceso de académices y erties que pudieran minar la erarquis socal. Hsos temoresfusron dsipa toa por los refarmadores, quo ponfan el acento en la prética tlamental de la leetura fa exertura y el eéleulo (as tres R de Tectura, escritura y aritmétie), antes que en una edueacién Liberal en la tradicion cldsica, que en 1900 seguta estando tan reservada 8 una élite de literati, como en 1200. (1979, p. 263) Cuando miramos con mayor detenimiento el desarrollo in dustrial, descubrimos complejidades similares. Las pretendidas relaciones entre los niveles generales de alfabetizacién de una poblacién y el desarrollo econémico no han sido sometidas a un ‘andlisis minucioso, Cipolla (1969) y Graff (1979, 1986) pasaron ‘evista alas turbulentas relaciones entre la cultura eserita popu- lar y el desarrollo econémico, desde Ia Edad Media hasta el siglo xix Ambos autares observaron que los avances en el comercio y 1a industria a veces se productan en contextos de bajos niveles de alfabetizacion. Es més: niveles elevados de alfabetizacién no ‘auguraban forzosamente desarrollo econsmico, El cuidadoso estudio sobre Ia alfabetizacién en Rstados Uni- dos levado a cabo por Keastle, Damon-Moore, Stedman, Tinsley ¥ ‘Trollinger (1991) condujo a estos autores la conelusién de que la cultura escrita debe analizarse en cireunstancias histrieas espe- ‘eieas,y que “aunque para los fines de a politica publica sesupone ‘que una mayor alfabetigacin beneficia tanto alosindividuns como fila sociedad en su conjunta, su asociacién con el progreso se ha visto cuestionada en algunas cireunstancias” (p. 27. ‘La misma observacién so realizé rospecto de la fulta de desarrollo eientificoy econémico on otras cociedades. En China, ol nimero de personas eon altos niveles de edueacién excede on ‘mucho el ndmero de empleos disponibles (Ravwski, 1978), y en México, sibien se ha comprobado que los niveles de aifubetizacion stn relacionados con elerecimiento econémico,susefectosseven restringidos alas dreas urbanas ylas actividades manufactureras (Puller, Edwards y Gorman, 1987). Porende, es cil exagerar o confundi la funeionalidad de la alfabotizacion, Esta es funcional y realmente ventajosa en ciertos roles sociales directivosy administrativos. Pero] mimero deestos roles, aunque esl en aumento, es limitado. Ei alfabetismo e funcional solo si se es lo bastante afortunado para obtener deter- 31 ‘mineda posiciin, Otras funciones mas generales para las que la alfabetizacion resulta util dependen de los intereses y bjetivos de Jos individuos involucrados, La nocién dealfabetismo funcional”, ‘amenos que se especifique “Tuncional para qué" o “funcional para ‘quién”,earece de significado. 5) El desarrollo cultural, Durante las dlkimas dos 0 tres ‘Aécadas, os antropélogas y los historiadores eulturales nos han jermitidoconocerla sofisticacién de ascalturas rales". Havelock P1983, 1962) dio pruebas de que gran parte de la “gloriosa Grecia habia evolucionade en una cultura oral; la eseritura habia tenido ‘menos influencia en eu inveneién quo en su preservacién. W. Harris (1989) demostxé que el grado de alfubetizacin en la Grecia clasiea distaba de ser universal, y era muy limitado. Probablemen- te no més del 10% de lo griegos en los tiempos de Platn sabfan leery escribir. Thomas (1989) y Anderson (1989) demostraron que Incultura griogaclsicaera prineipalmenteuna cultura “oral”, que favorecfa Ia dialéetica, es decir, el andlisis y la argumentacién, ‘como instrumentos deconocimiento, y que aescritura desempens tun papel relativamente pequeno e insignificante. Por ende, no parece atinado atribuir los logros intolectuales de los griegos & su ultra eserita. Lloyd (1990, p. 37) descubrié que el discurso que ‘dio origen alos modos ipicamente griegos de pensamiento estaba ‘mediado principalmente por el registro oral". Y los estudios fantropol6gioos de las culturas orales, lejos de confirmar as tem~ pranas aseveraciones de Lévy-Brubl (1910/1926, 1923), han reve- {ado tanto formas complejas del discurso (Bloch, 1989; Feldman, 191) como formas eomplajas del pensamiento que, por ejemplo, Jes permitieron los marinos polinesios navegar miles de millas sinla ayuda de bréjulas ni mapas (Gladwin, 1970; Hutchins, 1983; (Oatley, 1977), Por tante, nohay vincaloseatsales directosestable~ dos entre cultura eserita y desarrollo cultural, y las opiniones factuales osellan entrela adziracion (La eseritura es dela mayor {mportancia parael ponsamiento”;véase Baker, BarzunyRichards, 1971, p. 7) y el deedefo (“Bsenibir algo no puede cambiar ni represeutar de modo significative la representacién que tenemos ‘ello véase Carruthers, 1990, p. 31). 6) Lacultura eseritayel desarrollo cognitivo. Es simplemente ‘un error dicen los erticos—identificar los medios de camunica~ ‘én con el conecimianto que se comunica. Bl eonocimiento puede comunicarse de diversas maneras:mediante el habla, laescritura, fraticos, diagramas, cintas de audio, videos. Hl papel dela escuela no es desplazar las pereepeiones y creencias del nifo en edad 82 preescoar, sino explicasasy elaboralas, actividades éstas que Aspenden tanto ome del habla que de a oxrtura. El éfucisen inemedion puede menoseabar la inportanei del contenido ques ‘ominieno. Aderads, pana por alto la sgnfcacion dl contenido tnlalecturn yon el prendizaje del lector, Lahabiidad de er Aepende no slo del resoocimiento dels lores yl palabras, Sino dea adcn al cnocimnta generale lo eonerimentes ‘efron on ol texto; yor ende, ta dstineén estcta entre Tablas basins yconocimieniaeopedalicado en insastenila En segundo luge, uso do la habiidads relactenadas con In esrtura somo patrénreepteto del coal pusde evaluaras la Compoencia personaly soda aula simplifinrse demasiado, El ‘tfsbetinmo finlona, la forma de competeniarequrida para la ‘idacridans, eos desern products basin dapendedemancra trea de las actividades parteuares del individu. Lo qu es finionl paraalobrerde un ibrin ssiomatizada puede no sero pare un padre que quiere leerle su ho. Centraree on Tas Fabldedesrelaclonadarcrn neseriturasubestima ernment la Importance de los sere implctss que los nino evan la ‘col, at como la importancia del sere oral en a conient ‘asta dacs saberes sd eneutetasorpecionen toe de tonocimiento, Las grandes cantidades de tema que algence nites emplean enero de lectracorrciva pian dirs fecon mayor proveco ala adgiscin de nformacioncentifeny Sluadea. Por cero, algunas invesgndoren coneidean que ia precespacin por in extra y el énfsis queen ella e poe son antante onfion Bloch on prensa) desta gos aun en areata Aldea rural de Madagascar quel cstodino,colaquelacaltara tect no lena eignfcnion funcional ni soil, todo, edueados 10, etaban“abeolutameniaconvencido del valor dea educacin sarap. 8) Fr praraver cha avenge pensando onl impenuable: es posible quelacltra ect ata sobreestimada? 7 ts "Vers, pes, que las sis hipstesa principales acre dela importancis dln ctor seria son setalmenve dsctidas. Sin Cctbargo, sq casi oda as poesia respecte de aera thn demostrado ser problematic, In ultra eseria yeu cone cuencin no pueden gnorarse Derrida (1976;pp. 80-3) efaloque cate facta dela enritarafondtien ex maivedrge toda nuestra caltaray toda nuestra cena, noes por cierto un hecho ms entre otros” Abordar esta complefided mediante la entmeradin Alos pro os contra, ventas ydesveatajs de eseritora—la 33 asi llamada perspectiva del balance— tiene, como acabamos de ‘er, un use linitado. Lo que se requiere es una teorfa oconjunto de {eotias que expliquen el modo en que la eseritura se relaciona con tlenguaje, la mente y la eultura. Una teoria asi no existe en la fectualidad quizé porque los conceptos de cultura escrita y de ppensamiento son demasiado generales 0 vagos. “Eso no significa que no Se hayan propuesto teorfas de gran sleance e influencia. Aunque les analizaremos en detalle en los préximos dos espitulos, puede ser util indicar la direccién general {gue esa actividad tadrica ha tenido en el pasado. Las grandes thorias sociales de Durlcheim (1948) y Weber (1905/1990) relacio- ‘naban el cambio cognitive nel cambio social, peronoleconcedian fla eseritura un papel significativo en las transformaciones que escribieron. Duricheim sostenia que las estructuras cognitivas Ssonante todo denaturaleza social; por ende, los cambios cognitivos on produeto del cambio social; Ia cognicién surge de enfrentar y racionalizar nuevos roles y relaciones sociales. Weber, por sw parte, establecié Ins posibles relaciones entre la "ética” del protestantismo y el auge del capi fentraba en nuevas formas de autaridad y en formas de pensa~ imiento concomitantes. Como Io sefiala Leach (1982), sélo los ‘sspectos sorildgicas de estas teorias han sobrevivido; la cuestion de cdmo la cultura podria afectar la eognicién ha sido dejada de lado EI presente siglo ha sido testigo de dos grandes teorias psicoldgieas que abordaron la cuestién desde otro angulo,es deci, Tbtentando expicr el eambio social scbr la bade del cambio ‘ognitivo; una vineulé este dltimo oon el avance dela ciencia, ya btra, con el avance de la cultura eserita. ‘La primera de estas teorias fue enunciada por Lévy-Bruhl (1910/1926; 1923), quien propuso que las diferencias entre las culturas tradieionalesyorales y las cultaras modernas se explica- ‘ban a partir de las diferencias en el funcionamiento mental: ca muta inking sind ogni ee etc Name tati el et ee Enotes Unf eta mens ei er ear one eer en Caan eee eeeue La mente primitiva construyé un mundo “encantado", un mundo habitado por espiritus y demonios, influido por encan- tamientes y augurios en tanto que la mente racional dio origen a Taconcepeion cientifiea del mundo, eoncepeidn claramente basada en pruebas y en el principio de la explicacién causal y racional, Los trabajos de Lovy-Bruhl siguen eonstituyendo una apasio- ante introduccién # todos los estudios sobre la relacién entre cultura y pensamiento, aun cuando sus conclusiones ya no sean sostenibles. Lévy-Bruhl comparaba “su” religién eon “nuestra” siencia; aunque después lo haya negado, hacia equivaler el pensa- ‘miento primitive eon un pensamiento infantil; nunca plantas la cuestién de Ia pertinencia de usar “nuestras" categorfas concep tuales para analizar sus afirmaciones, e inferia patrones de pen- samiento a partir de formas de expresién cuando, en realidad, estas apenas admitian tal inforoneia (Sperber, 1978). Sin embar- fla teoria de las mentalidades de Lévy-Bruhl sigue siendo no ‘biounade las més legibles, sino también una delas mésinfluyen- fos en Ja materia. Aunque nadio en la actualidad eree en la posibilidad de una mento no racional, més que refutar a Lévy- Bruhl se ha intentado explicar sus observaciones de diferentes maneras (Goody y Watt, 1968/1968); Lloyd, 1990). Trabajo rucientes sobre “ostilos” y “modos de razonamionto” (Hacking, 1990; Tambiah, 1990) pueden considerarse derivados del interés de Lévy-Bruhl por los modos distintivos de pensamiento y cono- ‘imiento. ‘La segunda de las grandes corrientes tedricas, lamade por algunos aulores “Escuela de Toronta" (Goody, 1987) debido a la ‘onvergencia de MeLuhan, Havelock Innis, esa teoria de que las diferencias culturales descriptas por Lévy-Bruhl y otras podefan explicarse en términos de tecnologias de comunicacién especiiea: primero, el alfabeto, yluego la imprenta. Aunque algunas versio- nes de esta teorfa gozan de buena salud (por cierto, creo que este volumen forma parte de esa tradicion),sus primeras formulaciones hhan ecibido severas eriticas, cuando no otundas refutaciones. Ya hhe mencionado algunos de esos argumentas: la escritura no siem- renin tado lugar conduce ala democracia, la ciencia y la l6gica algunas culturas no alfabéticas poseen cienciaa y filosoffas abs- tractas;laevolucisn de la cultura griega clésiea se produjoa partir ‘deformas especiales de debate politico, y no del examen minucioso ‘de documentos escritos; diferentes comunidades de lectores puc- dden procesar los mismos documentos eserites de maneras muy diferentes, entre otros elementos. 35 Por otra parte, las especulaciones ‘ojo’ y el “afdo" para referirse al hombre “oral” vers ‘oyhemisferio izquierdo” versus “hemisferio derecho", me parecen sneras metdforas de las propiedades de las eulturas letradas que {an brillantemente ha recogidoy analizado,y distande ofrecer una texplicacign de esas propiedades, De hecho, MLuhan parece haber perdido las esperanzas de poder enuneiar una teorfa general, ¥ ropone en eambio que todo intento de sintesis teérica fue un Petroveso hacia una cultura letrade obsoleta, y que en una culture eléstiea es preferible ocaparse de lo que se percibe, y no de los ‘coneeptns. La relaciGn postalada por Goody y Watt (1963/1968) tnire escritura y auge del razonamiento silogistico fue criticada por Seribner y Cole (1981), quienes, al diferenciar cultura eserita Je edueacién, hallaron pocas pruchas que abonaran un efecto [general de la escritura sabre el razonamiento. En su trabajo mas Feciente, Goody (1987) atempera sus hipétesis originales respecto (ela distintivided del alfabeto, aludiendo a las condiciones socia: lesen las que se usa la escritura, parosostiene la nocién de que wn registro escrito tiene ventajas précticas decisivas para llevar a abo une serie de funciones cognitivas. Para algunos autores, 1a ‘efirmacin de Ong (1982): "Ia eseritara aumenta la conciencia", es plausible; otros, en cambio, Ia niegan rotundamente, como Carruthers (1990), quien soatuvo que escribir algo no puede ‘cambiar nuestra representacin mental de a cose. La hipétesis do Havelock (1982), que vineala la invencidn de los griegos de Ia CGeneia y la filosofia eon la disponibilidad de un sistema de tscritura es al menos diseutible toniendo en cuenta los hallazgos {de Lloyd (1979) sobre ia importancia del debate politico oral en esa tevolucion. Basta con decir, en este punto, que Ia simple teoria que Telaciona la disponibilidad de un alfabato o de la imprents con patrones altcrados de habla o pensamiento es, en el mejor de los tasos, una conjetura, y en el peor, simplemente una falsedad (Finnegan, 1988; Halverson, 1992; Smith, 1989). "Aunquelaresolucién de este problema sel tema del presente \ibro, podemos sefialar que, #i bien puede demostrarse que la eseritura y la cultura eserita han tenido importantes funciones htilitarias, como hacer posible una “tradicion de investigacion documental” (Bisenstein, 1979) y la comparacién y eritica de diversas versiones de acontecimientos (Goody, 1987, p. 237), hingiin argumento légico ni empirico ha establecido vineulos causales directos entre eseritura y pensamiento,en parte debido a Ta ausencia de una clara nocién de lo que son la eseritura o el 36 pensamiento. Por certo, las pruebas disponibles apuntan hacia la {lireceién opuesta. Recientemente, algunos autores proporciona- ron pruebas de que los procesos cognitivos que algunos investiga- {ores supontan dependientes de la escritura, como la memoria cidn lareflexién y la composicién de textos (Carruthers, 1990), 0 tl pensamiento cientifico (Lloyd, 1990), fueron inventados en tealidad porel discursocral. Hastaia magistral Summa Theologiea {de Santo Tomas de Aquino (1267-78/1984-81) fue dictada y no ceserita, a partir de recuerdos y no de notas escritas. ‘Sin embargo, es innegable que la invencién y el uso de sistemas de eseritura fue instrumental, einelusoesencial,parala formacién de las sociedades burocraticas modernas. Y aunque no sea absolutamente irrebatible, es al menos plausible que la cultura escrita contribuya de manera especial al desarrollo de todos distintives de pensamiento que son transmitides por la ‘educacién sistemstica. Pero para hacer tal airmacién serfa nece- sario un relevamiento mucho més eutil de la naturalesa y las tonsecuencias de la cultura eserita, que distinga las consecuen- ‘as sociales dels psicoldgicas,losusosdelas habilidadesbasicas elas mas avanzadas habilidades literarias, Ia importancia dela tseritura para determinedos grupos de la importancia para ol pblico lector en general. Lograr esto requiere un anslisis més (uidadoso dela eseritura y Iacultura eserita, dela maneraen que uncionael lenguaje en contextos letrados y oralesdiversos, delos ‘modas distintives de pensamiento y formas especializadas dal diseurso que estén involucrads en el proceso, de las habilidades interpretativas que exige cada uno de ellos, y de la especial cmmepcin de a Tengu, etry el mundo que rena de eas En mi opinién, los intentos de enunciar una teoria general han fallado debido a una serie de simplificaciones. Hn primer lugar, la cultura eserita se ha vineulado con la alfabetiaacion, yno con los sistemas de notacidn en general. En segundo lugar, se ha considerado que la eseritura incluye la gramticay la ligica, y no ‘queprovee una representacion dela gramética ylalégieadel habla comiin. Por ende, el onecimiento ylaconciencia metalingifsticos ueron juzgados,alternativamente, como producidos por la eserie tura y como independientes de ella. En tercer lugar, la eseritura, fue considerada una funcién directa de un texto eserito, antes que lmodoen que un grupo de lectores aborda ls textos. Finalmente, laeseritura se consideré tanto inferior como superior al habla. ‘Sie piensa la cultura eserita como la habilidad bésia para a7 ‘recongcer emblemas.o deseodifiar letras en sonidos o palabras en Significados, las consecuencias de la cultura eserita, aunque imn= portantes, son inevitablements limitadas. Pero sila consideramos Ei bu sentido eldsico,comola habilidad para comprendery utilizar {oe recursos inteleettsales provistos por ls tres mil afios de diver saa cultaras letradas, las onsecuencias de su aprendizaje pueden fer enormes. Y no sélo porque la cultura escrita ha permitido la fscumulacion de tesoros que estén almacenados en textos, sino ‘también porque entrafia un variado conjunto de procedimientos ‘para actuar sobre y pensar en el lenguaje, el mundo ¥ nosotros Trisinos Tal es el tema principal de este libro ‘iqué podemos esperar de un teoria de Ia escritura y Ia cognicién? Debe establecer las relaciones entre habla y escritura, ‘cepecificamente las propiedadesIéxicas, gramaticales, pragmsti- tasy discursivas del hablay Ia eseritura,y el papel de a transerip- ‘Gn en su divergencia. A su vez, debe dar cuenta del moda en que {os cambios en las précticas de leeturay escritura contribuyeron & Jas cambios dela orientacién conceptual que se asociaron con los ‘cambios culluralmente signifiativas. Debe indiear los modos en (gue la ensefianza de la leetura y Ia eritiea de texios contribuye al {esarrollo del pensamiento eritico en general. Debe eontribuir a ‘nuestra comprensién del desarrollo intelectual del nifio desde la Spoca preescolar hasta los niveles mas avanzados de la escolari- (dad, ¥ debe faciitarnos tuna visi¢n esclarecida acerca de eémo la ‘cultura escrita y los textos eseritos pasaron a ocupar la posicién de preeminencia y autoridad que tienen en las soviedades burocrét- fas modernas, Perolomas importante esque debe ontribuirauna tara y defendible nocion de las ubicuas pero poco comprendidas rociones de leetura, escritura y pensamiento “AL mismo tiempo, una teorfa asi deberia ayudarnos a desha- ccemas de nuestros simples prejuicios respecio dela cultura eseri- a. Debe oftecer una alternativa a la comprensién superficial del tama, cuyo resultado es la perpetuacién de la opinién de que ‘quienes no pueden leer ni escribir son patéticos y menesterasos, ue el analfabetismo es un problema social com pobreza, la desnutriién yla enfermedad, con las cuales erupar, que los miembros de las sociodades égrafas son salvajes ‘gnoranies, que es imposible educar alos nifios que no leen,y que aquellos que no han asistido a la escuela desconocen todo valor ‘Los argumentos que desarrollaré se articulan en toro de la jdea de que el fraeaso de las primeras teorfas de las conseeuencias dela cultura eserita proviene de que todas ellas han supuesto que 38 dein produce efectos través de los avancs en lot odor cS onc rf le urs ro tra statonsdque nn contocmnsan ontoptaaan marge elo ase feltersdago quel art dela letra coloqu perm que con fen ona como model do forma verbal, ste, doo dco, Estos rnodeloedloquee dca sean onde, palsranworecones Sempre son incompleta, logue da ergo alos problemas do IMerpoinln: Aflontras que los testo eneriten properlnas ‘odeloradoctadamentarasonabaspareloquets etn meee tocudowlou modelos gus ohecen sche dab rarer logue sels nel enna jnaneron rior conofera ecuclinaria Lae prosomandlcaraatrpretacidn no furgeny ues, de lo qos ios textos representan sonidos, palabras, oasis sino tds ben deloqueorepresentan lr anera cat {a lor espn de ch ear tt a tsa Se as salt al poblam dela leturafntarrsicén, pore mostrar Gio lov aos de exis yd or dan como Fouled un Sonjsts de creccia»hpitatia un “logotetrano” que va maa allé de la comprension que los Ieetores tienen dela lengus, del tcundo y de et mismos" Abordo la nueva manera do ot las Encritcas eu eigicdoeiatncionalee— quo carbine Sate dad Modiay So orgen ala Reforma, yl errespendiente nieve manera de ero Lire del Netraera" uote origen {in cenda totem temprana, Mi oieivo es otra coma fuestra comprension dl mundo, es desir nuestra cena, ¥ pent compet de snsten ite er Scoot pb. Inga, sonprotut ce noestroe manera de intefprelar ¥ cea tckna eco, de viviren un munde de fap 39 10 La representacién del mundo en mapas, diagramas, formulas, imagenes y textos A loguas sin mape desde ningin lugar. (Wiliam Faulkner, Big Woods) En su monumental obra sobre los textos impresos como agentes de cambio, Bisenstein (1979) afirmé que los logros alejandrinos que concluyeron con la caida del Imperio Romano en fl siglo rr &.C. no fueron superados hasta la invencién de la {mprenta, que permitio poner“ ‘el mundo sobre el papel’ para que todos los viajeros de saldn lo vieran" (p. 603). 'El mundo sobre el papel es una metéfora apta para analizar Jas implieaciones de Ia cultura eserita, dado que mediante la cereacién de textos quefuncionan eomorepresentaciones,es posible ‘shordar el mundo, pero el mundo tal como es copiado o deseripto, ‘La nocién da tun mundo de papel fue utilizada por Krul en 1644 para referirse a una coleccion de eseritos y dibujos (Alpers, 1983, ». 198) Ms recientemente, se edité un estudio sobre las publica tones eartografieas de Amsterdam del siglo xv bajo el titulo BU mundo sobre el papel (Amsterdams Historisch Museum, 197). Bellone (1980) emplea el mismo titulo en un libro de flosoia ciencia, donde analiza la significacién de los cambios de notacién fen la evolucidn de los conceptos cientificos, ‘Lanocién de un mundode papel no fue aceptada con entusias- ‘mo ni siquiera por aquellos que contribuyeron més directamente ‘aswereacign. Un lugar comin entre los eseritores del Renacimien- to, Galileo incluido, fue la importancia de apartarse de los libros para estudiar las cosas en s{ mismas. Eisenstein invierte la fafirmacién sugiriendo que fue la acumulacién do informacién en Tibros, mapas diagramas loque hizo posible répido crecimiento del conocimiento que asociamos con la ciencia de la modernidad 221 temprana, Ia del siglo xvn. Esta aeumulacién es lo que Popper (4972) Hams el “érbol del mundo", el mundo del “conocimienta objetivo", es decir, Ins teorfas, modelos y otros artofuetos que utilizamos para pensar. Sin duda, Eisenstein esta en lo cierto si consideramos el {importante papel que desempeté la imprenta en elestablecimien- to de una tradicién archivistia acumulativa, Esta tradicién, que almacena el conocimiento produeido por muchas mentes en un formato representacional comin, como hemos visto en el capitulo anterior, fue precedida por una nueva comprensién de los textos y tun nuevo modo de leerlos y escribiros, es decir, de ver los textos como representaciones. Recapitulando, en la medida en que el conocimiento fue loralizadoen la mente, lautiidad de la escritura eralimitada;[a eseritura silo pda ser vista como un reeordatorio, no comorepresentacién, Crear representacionesno es merament registrar discursos o construir mnemotéenicas; es construir arte. factos visibles con cierto grado de autonomia de su autor y con propiodades especiales para controlar su interpretacién, Los nuevos textos fueron desarrollads sobre la hase de una ‘nueva aetitud hacia los signos. Reeuérdese el epigrafe de Gilson hhasta Giotto, las pinturas eran cosas; después de Giotto y hasta (Cézanne, fueron representaciones de cosas. Laciencia se convirtis en una actividad de manipulacién de signos, [La miova actitud hacia los signos que hemos examinado en los dos ultimos eapitulos produjo no séla un nuevo modo de leer —de acuerdo con|os signifieadosliterales—sino también un nuevo modo de escribir: laeseritura comocreacién de “representaciones” Pero este nuevo modo de leer viejos textos fue responsable del desarrollo de un modo de eseribir nuevos textos, una nueva variedad de formas o géneros literarios. En este nuevo modo de cseribir, se suponfa que las expresiones debjan ser tomadas literal ‘mente, como si significaran ni mds ni menos que lo que dectan, El resultado fue una forma cientifiea de discurso “neutral” y “objeti- con una *sencillez matemitica de estilo", como lo exprest la Real Sociedad de Londres (Sprat, 1667/1966). A diferencia del discurso medieval, en el cual “un hablante decia aly para que se comprendiera otra cosa” (Morrison, 1990, . 54), los textos fueron eseritos para satisfacer los nuevos prineipios de ectura, estocs, el manejo de Ia vor, dela intencién, de significado lingtistico,y el establecimiento de un nuevo tribunal de apelacién para juzgar la interpretacién correcta: el lector comin, ‘Bneleapitulo 8 postulamos que leer las Bscrituras segin una 222 7 mala o un algortm que proporionaba su significado nie Terdadro ste, persis eel natrstora de aeuerd con la mama ferimula, en ambos eator sobre la base da ns propiadades Minbles expuerae a todos, Loor wn texto aegin a significado tral snieado“undadosbirtamene one tec era tn radical qu ior las Escritras produ nuevas hergias, una de tayaseapecestavo éxito —la Reforma, 7 ler el Libro dela Naturalozasepin le mismo principio originé la enia dela Modernidad vemprana, Eneleapftalo®postulamon queer sgn te irmula permite desarallar un noevo tipo de esreura que txplota la misma formula. Hsribissegun esta frmula produce fetes con propedades que los tedrico modernos conideran sSempliteadoas do una firma alien de dncuso I nueva Comprension dels sigs como represenaciones Debemos dar de lado tenporaiamente noestr sspecha tipica desig Sno ormorma’ de quela meter inaleanable [bquelasprimeros maernosinventaron no fue una via real aia Taverdad tina dens esa, sino wn aero mao de acre. Lo {uetabemos ahora quel gnoraban fe queincaro wna ple dexeripion de oshechoscbeorvadoe no os meramenteuna repre ‘Scnlscén Yerdaera,sinouns nerlén que hace habante, dea Suet analiza ans enrlacin cone reciente trabajo do J. L ‘KistnElhablanteylaacltud del hablanteno fueron liminados Gal caro, sino apenas coenltados, al como fo expres Rains (2982), Como sabomos ahora, 20 hay ropresentacion an tenia ainterpretacén Patmos ver el toque han tendo los artistas yeeros del sigonronsu inventadoievarel mondo al papel xaminando Inevolucion de as representaciones en enc dominoes pints. ‘es ropresentaconsles dl are holandés, Ta epresntacin dal {mundo on mapas, ln representacin del movimiento isin en Sntacionesnatematieas ia rpresentci de enpcisbutdacas tn herbarios yl representacin de acontecimientsimaginaros nla sts cs atranel xp igactrtrela tstructuradelconoinlentoy, portant, sobrelosmrios de pensa cand so coemsa a enanar el mundo preando expla Stoncin a os nas de represent. 208, Representacién del mundo en imégenes: el arte holandés del siglo xvi : En su faseinante libro The art of deseribing (1989), Svetlana Alpers intonta mostrar la comin base intelectual del arte, los ‘mapas geogrficos y los dibujos de anatomia microseSpica holan- desea que coocurrieron en el siglo xvn, Su inteneiGn no es solamen te mostrar que las actividades estan relacionadas, sino mas bien escubrir por qué lo estén; intenta identifear Inepisteme, eomola Tama Foucault del periodo. El fundamenta comin, sugier, fue el arte dea “descripeiin". La descripeién es considerada en general ‘como un arte verbal, una rama de la retérica, el poder de las palabras de evocar personas, lugares y hechos; para los artistas hholandeses del siglo x01, sin embargo, la nocién de deseribir se roferiaalasmanerasen lascuales|asimagenespodian homologarse al uso de las palabras, pues podian ofrecer un informe verdadero, tuna descripeién pictoriea precisa. Ls iconos medievales no deseri- ban de una manera simple o verdadera; eran objetos de venera- cidn, Para los artistas holandeses del siglo xv, lafuncidn descrip- tiva de las imégenos debia distinguirse de la Funcin retorica (p 136), Deallfel titulo del libro. La deseripein, privada de su forma retGrica 0 dialéctica, es lo que he llamado representacidn. Alpers ofroce prusbas convineentes de que el arte septentrio- nal, principalmente el holandés, do sigloxvit, puede ser compren- dido como un ataque sostenido a la tradicién interpretativa en arte, latradicion que ve-eneuentra significacién o sentido en todo lo descripto, Esta autora opone la tradicién “deseriptiva” holande- ‘saa la tradicién renacentista mas general, que trata el arte como ‘arracién, como algo que contiene un significado o cuenta una historia. Para el holandés, “La atencién a la superficie del mundo descripto es lograda a expensas de la reprosentacién de la accion narrativa’ (p..0). ‘Los historiadares del arte se han interesado durante mucho tiempo en Ia evolucién de nuevos modos de representacin, desde las imagenes momumentales a las imagenes estéticas en épocas clisicas, y desde el arte iednico de la Edad Media hasta las Smagene realists del Renacmiento, Bol aro renacentsts, fademés de su vivo realismo, las normnas estétieas exigieron la subordinacién de las metas imitativas o miméticas a las narrati- vas; una pintura no sélo deseribia un objeto o un hecho, sino que también contaba una historia-Jestismuertoenbrazosdesu madre ‘como en la Pieté de Miguel Angel (1475-1564), 0 el nacimiento de 224 Ja perfeccién como en Bl nacimiento de Venus de Botticelli (1446- 1510). Asi deseribe Gombrich este stimo: ‘Venus ha emergido del mar ssbre una concha que es eondcida hacia Ia orilla por dioses voladores bajo una luvia de rosas, (Cuando est4 a puntode bajarattiorra, una dels Horas Ninfas Inrecibe con un manto purpura... ba Venus de Botticelli es tan bella que no advertimos el largo no natural de su culo, la exagerada cafda de aas hombros y la extrana forma en que el brazo iaquierdo esta articulado con el cuerpo. O més bien Aloberiamos desir que estas libertades que Botticelli se ha toma- flo con Ia naturaleca afin de lograr una graciosa silueta contsi- buyen ala belleza y armonia del dibujo, dado que realzan la impresin de un ser delicado e infinitamento tierno, traido & snuestras costas como un roga del cielo. (1950, p. 199) El andlisis de Gombrich capta no sélo la estéticay el signif ccado del Botticelli, ejemplifica cémo los artistas italianos del periodo utiizaban imagenes visuales como artefactos mnemo- {éenieos para recuperar temas bien conocidos; el conocimiento de estos temas eso que olorgaba significado las pinturas. Dehecho, el libro de Gombrich es esencial para quien esté interesado en ‘comprender alos artistas del periodo. ‘Sin embargo, la nocién de que el arte debia contar una historia, tener un significado, o cargar con un sentido por a via de rrecuperar un tema eldsico obiblieo bien eonocido hizo diffe! que el ‘pblico los eriticos lo artistas encontraran agin sontido on el fate holandés del siglo xvz. Esto es notable por su peculiar evociéin por los retratos vivos do objetos tales como rabanos cisnes muertos y arenques, al igual que por simples escenas ‘doméstieas, comoleche hervida quese ierteen unalla,opaisajes ‘despoblados semejantes a mapas. Alpers (1988) observa que apli- car los prineipios de interpretacién del arte italiano a estas pinturas holandesas eonduce a algunos critioos al error de leer en tllas “significado”, Ast ol cundro de Vermeer de una mujer junto a la ventana leyendo una carta (Alpers, p. 204) fue a veves interpretado, tal vez a causa de sa vestidorelleno,como una mujer ‘embarazada por alguien que la habia abandonado, ete. El argu- ‘mento de Alpers es que esta postura interpretativaesinapropiada para el arte holandés de este periodo. En efecto, el publica contemporsineo que buscaba “signifies- dos” queds deseoncertado ante este arte, Alpers cita a Fromentin, ‘un comentador del sigloxixque preguntaba:"{Qué motive tenia un 225 pintorholandés para pintaruncuadro?"Y luego ofreca la respucs- {a adecuada para esta pregunta: *Ningune"(p. xvi). ¥ Joshua “Reynold, primer presidente dela Real Academia Britanica, lego de ou viaje para estadiar el arte holandés, dijo “El aspecta que presenta la pintura holandesa es, lo cones, més desprovista de {entretenimientodalo que esperaba.euméritoamentidoconsiste solamente en Ia verdad de la representaci6n® (Alpers, p xii. Elarteholandés del siglo xm, como sugiere Alpers, cambié profundidad narativa por dasripein de superficie. Las pnturas fueron construidas no como un artfacio mnemotsenico para recordar temas elésicos, sino como representaciones de cosas Visibies en el mondo, Ksto no implica negar que las decisions festéticas revelan algo sobre los artistas mismos, como afirma Schama (1967), sino més bien que au intencion es la deseripion objetiva, literal, de hechos coneretos. Alpers desarvoa su tosis tantoa traves de eomentarios de os eriticoscontemporineos como através deun anaisis del arto mismo, Un comentadortpicn dela poca fue Samuel van Hoogstraten, quien en 1678 afirmaba que dibujares“imitar las cosas tal como aparecen” (Alpers, 9. 38). La importancia de tan cuidadosa inspeceién visual era no slo ver el ‘mundo mejor, sino distinguir lo que habia que ver en de las interpretaciones las en 6 Hoogstraten erties a tradicn del Renacimiento italiano, cuyos principales exponentes eran Miguel ‘Angel y Rafael, de enfatizar la belleza sobre la verdad en el art, y *reprende a los que leensignificados en las subes del cielo" {Alpers p. 7. Hoogstratenexhurtabaalos pintarega user suse para ver nubes como nubes yo como simbolos de los clos! Bleonsejode Hoogstratenfuedesatendido, tal ve porbuenas azonee, por algunos ertios recientes que insaten en quo arte holandéa eotdroploo de signiindos alegricos y emblematios (Schama, 1987) Aun as, la tendencia aI desrieinfictica en slarte de este perido marca un cambio espectacular respecto dal arte del Renacimiento italiano ‘Alpers rasta la tradicin deseriptiva holandesa hasta sus contacto con la radicién empirica centifeabitaniea represen: 1. Andrew Graham-Diaon cits a Scheme: “El pineel qued6 como un emblems herldio para Ia nueva repablien, impo de las impurenss del fptodo. Haber sido etclavo era suo, Ser ibe eo sor limpie,« i coal GGraham-Dison agrega: “Le ecaba no era solamente an inetamento de [mplers singel aimbolo de ibertd del yago expat dela Holanda neva y priicada dela Republica" (The Independant, Londros, martes 28 deja de 1982, p12) 226 ‘ada por Bacon, Hooke y Boyle. Los artistas holandeses ejemplif- ‘aronen su artelo que estos cientificos propygnaban en st ciencia ‘Ast como Bacon habia afirmado que todo consiste en mantener el ojo joan los hechos de la natura- Joga y reibir asi sus imagenes simplemente como son- Porque Dios prohibe que divulguemas un sueto de nuestra propia limaginacién como si fuera un modelo del manda, (1620/1965, p. 323) ‘También los artistas holandeses intentaron lograresto en st arte En segundo lugar, Alpers ostiene que las pinturas holande- ses exigian una mirada minuciosa y no“interpretar” sefalando la precisiGn de las imagonos. Un mapa que sirve como fondo para un cuadro do Vermeer fue dibujado con tanta minuciosidad que el original a partir del cual fue pintado fue hallado recientemente en Paris (Alpers, p. 120). Otra pintura de Vermeer, que Gombrich considera “una de Ins mas grandes obras maestras de todos los tiempos", La cocina, una mujer vertiendo leche una precisién completa y fesmerada en traducir las texturas, eolores y formas sin que la Pinturaparezca dspere oforzada...eaaextraiaytniea combina. ‘iin de suavidad y procisién... ave de esta pintura algo inalvi- ‘able. (Gombrieh, 1950, p. 340) A diferencia del Botticelli deseripto mss arriba, el Vermeerno reeuerda textos clsicos ni exige interpretacién; es pura deserip- ida (y no por ello menos hermoso). En tercer lugar, Alpers sefala la estrecha relacién entre la pintura y la confeecién de mapas. Los holandeses desarrollaron todaunatradiciénen lacual laclaboracién de mapas ealistas hizo causa comin con la pintura de cuadros, Incluso la palabra holan- ddesalandschap fue utilzada parareferirse tanto alo quemensuraba 1 topdgrafo como alo que pintaba l artista. Dibujantes de mapas {artistas soptentrionales concebian la imagen como una “super- ficie donde inseribirel mundo" més que como una repreduccién de tuna accién humana significativa. Ofreeian una obeervacién “des- interesada’ lo que Alpers llama wn “paisaje mapeado”, [La estrocha rolacién entre mapas y paisajes est indicads ‘también porel hechodequeel puntode vista desde eleualelartista 227 observabacl paisaje solia sersimilar al que se asumfa on un mapa: Ie mirada dosdeningtin lugar, Alpers sefiala que para los holande- ses do ese perfodo, no existia una distineidn estricta entre mapas arte, entre condcimiento y decoracién, ya que “las imagenes Gesafiaban a los textos en tanto principal forma de comprender el mundo” (p. 126) ‘Cuando aparecfan palabras en esas imagenes, como ocurria ‘a menudo, eran offecidas no como exploraciones del significado, Sino como algo mas para mirar. Alpers apunta que los artistas hholandeses erefan que podian transmitirel texto por medio de la imagen. ‘Alpers observa dos aspectos sumamente interesantes de estos dibujos que, a mi entender, son cruciales para establecer si Jas imagenes eran vistas como sfmbolos o como representaciones (véase Foucault, 1970, p. 87). Primero sefala que representan ideas, pero no ideas en ol sentido de ideales del Renacimionto temprano, sino ideas (oog t bedriegen) como imagenes mentale. [En segundo término, son representaciones, en el sentido de que representan objetos particulares. Alpers eseribe: B] arte italiano estaba basado en un alejamiento de Ia in- Aividualidad en nombre de ls rasgos humanos generals y las verdades generales.. Hl rotrato, en la medida on que dsbe Aatender a fos sores individuales, ora consideredo inferior alas fbras que involueraban verdades mas altas y generales. El privilegio del retrato..holandés que es el eentro de toda su fadicion pilérica, esia conectado por otro lado al deseo de preservarla identidad de cada pereona y ada cosa en el mundo. (1985, p. 78) Loimportante os que estas cuadros holandeses demostraban ‘una estrecha correspondencia con lascreencias deloscientificos de Ja modernidad temprana, con su estricta atencién a las aparien- cias de las cosas, sus deseripciones dels superfcis visiblesde las ‘cosas, su atencién centrada en construir representaciones correc- tas més que, come dice Alpers, objetos de interpretacién”(p. 207) Ecstas pinturas, al jgual que los textos que eseribieran y leyeron, debian tener sus signficados muy a la vista. Si hace falta més evidencia para probar Ia opcién de los artistas holandeses por el testimonio verdadero del ojo sabre las interpretaciones erradas y subjetivaa, podemos citar el andlisis de Alpers de un impreso de Pioter Sacndredam del aiio 1628 que representa el corte transversal de un viejo manzano, El reales el 228 Figura 10.1. Aguafuerte de Saendredam de la “flea imagen” dibojo para repudiar la creencia ampliamente extondida de que la ‘madera oscura en el eentro del tronco del manzano conten las jmagenes milagrosasdel cero catélico. En la Holanda protestante, recientemente en guerra oon la Bspaia catdliea, habla razones Sociales importantes para poner en duda la creencia. Pero el méinde de Saendredam es indieativo, Identifiea el érbol que ha ‘oFlado,dibuja el eentro con gran precision, pone fechs al dibujo y publica una aguafuerte para repudiarla falsa imagen. Su estrate- fia es“soparar el objeto visto de las creenciasointerpretaciones a Ins euales habia dado origen”(p. 81). Bl dibujo debiareflejar una lectura exacta de a naturaleza y evitar la interpretacién. Una vex ‘més podemos notar que la nocin de interpretaciénes,en estecas0, peyorativa. ‘Mientras el propésito de Alpers es demostrar la estrecha rolacion que existe entre la estrategia de los artistas holandeses Gel sigloxrty sus colegascientificos britanicos, una empresa en la feu, ereo, tiene éxito, mi propésito es sugerir que ambos son Droducto de los muevos modos de leer las Escrituras segiin el Eentido, est es, segtn os significados literales,y evitando “inter- 229 protaciones", aquellas interpolaciones, digresiones, ampliaciones J farragos de estilo” que, desde el punto de vista de los protestan- tes, habian interferido en la correcta lectura de las Bscrituras. ‘Representacién del mundo en mapas En 1665, la Real Sociedad publicaba un volumen de “Instruc- ciones paramarinos quenavegan con rumbos ejanos”. Bsos viajes {de deseubrimiento” eran antonces comunes, pero su impacto y la ‘compilacién de informacién que permitieron proveyé la base para tina pintura del nuevo mundo. Un explorador, diferencia de otros viajeros, trabaja alservieio do una visin orgonizada delo que podria encontrarse {e intentalrelacionarlo con Io que es eonceido. A semejanza det vagabundo..ol explorador seve asimismo contribuyendo a una ‘suma de conocimiento que 61 ha evaluado de antemano. (Hale, 1968, p.9,eitado por Eisenstein, 1979, p. 477) ‘La *visin organizada’ que generaron los viajes de descubri- :miento fue una concepeiin tesrica del mundo representado por ‘mapas. Los mapas que servirian para las necosidades.de la ‘pavegaciGn y proveersan una vsién eomprensible del planeta eran, Jos ejemplos mas notorios del intento de poner el mundo sobre el papel, y de pensar en él en términos de esas representaciones. La Geografia de Ptolomeo, un éxito masivo, que combinaba el conoeimiento geografico local y una imagen del mundo basada on la geometria de la esfera fue eserita en el siglo. Ptolomeo sabia que el mundo era redondo y, por eonsiguiente, podia ser pensado fen términos de propiedades de una esfera geométrica. Dado que hhay 360 grados en un eireulo y el so “realiza” un cireuito completo cada 24 horas, era posible estimar el mimero de millas eubiertas porel solen una hora y utilizar esa figura para calcular el nimero de millas por grado y de al la circunferencia de la Tierra. La festimacién de Ptolonieo de unas 60 milla por grado es cercana al ‘Valor hoy conocido de alrededor de 70 millas por grado, ‘Los ms antiguos manuseritos de la obra de Ptolomeo que Iogaron hasta nosotros son del siglo m. Por ser matemstice, la teoria de Ptolomeo era comprendida silo por eruditos. Ademas, si bien el texto podia ser copiado fcilmente, los mapas y dibujos en Jas manos de eopistas tondian a perder sus propiedades distnti- vvas. Yohe visto la primera copia del mapa del mundo de Pislomeo, 230 actualmente en el Museo Briténico, que ofrece una impresionante representaciin de Europa, parte de Asia y Africa, pero que mues trae] oeéano Indico como encerrado por masas de tierra. El interés de Ptolomeo no apuntaba sdloa la ciencia natural; fue mucho més conocido en toda la Edad Media por su libro de astrologia, el Tetrabibloe ‘Los mapas del mundo medievales, mappas mundi, general- mente constaban de una esfera, radeada por otras esfras que representaban los cielos, o discos cuya cireunferencia estaba ro- dead por seres miticos. Skelton (1965), curador de mapas en el ‘Museo Briténico, seialaba que los mapas del mundo de la Edad Media, en su mayor parte tomados de lo seriptoria de los monas- trios, reflajaban las modelos convencionales dela vision eristiana del mundo: Hasta la segunda mitad del siglo2y, el mundo habitable seguia .slendo representado como un disco eireular rodeada por el mar ‘eéano, con Jerusalén en ol centro y este (cn ol Paraiso Terre ‘nab hacialepartesuperior,yelmodel simétriodelosdiagramas 7.0 era reflejado aun en los mappae mundi més elaborados.p. 111; eltado por Bisenstein, 1979, p. 515) ‘Unmapa como éste,ltinico encontrado en el manuserite del Lihrode Marco Polo donde se relata sa viaje Oriente del sigloxm, quese encuentra hoy en la Real Biblioteca de Bstocalmo, represen taundiseooonel Orientemareado en Ia parte superior y Oceidente em [a inferior cn los hemisferios norte y sur representados como fenormes islas en un mar circular. El hemisferio norte (a 1a inquierda) parece representar los tres continentes eonocides de Europa, Asia y Afriea divididos por el Mediterrineo y el Nilo. |, las descripeiones de Marco Polo, por atro lado, estan llenas aad mareaciones (instrucciones) y distancias, y largos Viajes por tierra son descriptos a lo largo de una linea recta transversal (Gkelton, 1958, p. 12) Los aproximadamente 600 mapas que han sobrevivido del periodo anterior a 1900 no muestran signos de desarrollo general hhacia un mapa exhaustive del mundo (Sarton, 1955, Fisenstoin, 1919, p. 479). El principal escollo era la falta de medios confiables para duplicar mapas, un obstéculo sélo superado con la invencién e la imprenta y el grabado, y la invencién de un mareo de referencia matemético comin que permitiera Ia integracién y Sintesis de la informacién que se acumulaba en los viajes de eseubrimiento, ~8 231 ‘Figura 102. Meppa mundi, en wn mansssita de Marco Palo A pesar de que la disponibilidad de eartas idéntiens, amplia- ‘mente distribuidas, era suficiontomente dependiente de a iea- pronta para llevara Sarton, un historiador de a ciencia, a afirmar ‘quo el principal acontecimiento que separa el periodo que llama- ‘mos Renacimionio de la Edad Media fue la doble invencin, ‘ipografia para el texto y grabado para las imagenes” (1955, . xi), 232 vision sélidamente documentada por Eisenstein (1979), nuestro interés principal es la relacién entre el desarrollo de las repre sentaciones del mundoy nuestra concepeién del mundo, El proble- sma de la representacién consistia en inventar y estandariaar un sistema de proyeccién de una esfora redonda a una superficie representacional plane adecuada para la integracién de informa- dn nueva, : ‘Si bien existian numerosos mapas locales, que deseribfan Ia rata de, por ejemplo, Londres a Paris ode Portugal alos Grandes Bancos de Terranova, estas mapas ycartas(disefiados como ayuda para la navogacin en tierra o agua) relacionaban cosas particula- res sin inlograr estas particularidades en un esquema general Estas “eartas planas”trataban la Tierra esferica como si fuera un plano, y asi potia serrepresentada. Tales cartaserancomtinmente Utilizadas para la navegacion on los siglosxvy xv. (Véasela figura 103) TE problema con esas cartas se hizo evidente cuando fueron utilizadas para representar un drea amplia. Los meridianos (- reas de longitud), que de hecho convergian en los polos, eran reprosentados en una carta plana como paralelos entre si, lo que {introdueia grandes errores en la representaci alias latitudes. ‘Algunos problemas de representacién eran relativamente triviales, tales como desarvollar una convencién de poner el Norte cen la parte superior del mapa. Otros fueron mucho més serios, ‘como inventar una cuadricula de ineas de latitud y longitud para ‘especificar localizaciones. Esta cundricula abstracta fue lo que ‘permitié la integracién del conocimiento eartogrficodetallado on ‘una “imagen del mundo". La matematizacién del espacio geogréfico comenzs, como hemos dicho, con la Geografia do Ptolomeo, que fue traducida al Grabey més tarde retraducida al latin durante! Renacimionto. EI ‘paso importante fue considerar no slo que el mundo era redondo como una esfera, sino como una esfera con las propiedades ‘mateméticas deund esfora estoes, que podia ser representada por Jos 860 grados del cireul. Los grados del eireulo podian proporcio- nar las Iineas de latitud y longitud de la Tierra, proveyendo un ‘mareo de referencia comiin en el cual cualquier tarrtorio que se descubriera podia sor insertado, Slo entonces, el mundo de papel se volvi6 el esquema conceptual en términos del cual podia ser ‘omprendido el mundo perceptual ‘Una vex reconocido como una esfera, quedaba el segundo 283 ‘Figura 103. La costa occidental do Aftca, on una carta portalana ‘manuserita de. Benineasa, 1468, problema: representarun objeto esfério on una superfice plana, lo ue se conoce como problema de proyeccién. Ptolomeo habia “resuelto” este problema pensando el hemisferio como un eono, (Pignsese la Tierra como un par de conos més que como dos hhemisferios que se encuentran en el ecuador con la hase del eono 234 ‘en el ecuador y los vértices de los eanos en o sobre ls polos, luego ‘ransfiriendo las lineas y puntos del glabo al cono,y luego abrienda ¢leono para hacer unasuperfieie miso menos triangular.) Uncono tienela ventaja de que es representable comouna superficie plana ‘on paralelos, con lineas curvas para el ecuador ylas demas ineas de latitud, ylineasrectasy eonvergentes paralos meridianos. Esta ‘epresentacién results apropiada para las regiones cereanas al ‘ecuador, pero produefa distorsiones considerables en las latitudes: ‘medias, grea en la cual tuvo ugar la mayor parte de la navegacién de los sigios xv y x. ‘Una segunda solucién para representar el mundo esférieo en papel fue a invencién del globo, el mas famoso deo cuales, hecho por Martin Behaim de Nuremberg, fue completado en el aio del Aescubrimiento de América por Coldn, 1492.Perolasglobos, sibien brindaban una admirable imagen del mundo, no podian stminis trar detalles de ninguna area particular. Para elo, tendrian que hhaber sido inmensos; de all que los globos no fueron stiles para la avegacién, ‘Ta torcera solucién fue una proyeccién de tipo Mereator, familiar para todos los esealares. Nunez, un matematieo porta: ggués, habia deseubierto que en un globo, una linea de rumbo, la lines definida tomando tna orientacién de brijula eanstante, produeia un extremo en espiral en el polo. Rste ue el problema que fenfrenté Gerard Mercator (1612-1504), un protestante holandés. 1B eoneibi¢ los medios para imprimir mapas que eran aplicados a Josglobosy un mapa del mundo de 1569 con meridianos espaciados hhacia los polos, que amplifcaba la representacién del espacio en esa rogién, Bs ia proyeecion de Mereator la que hace que Canada parezea tener un territorio septentrional tan vasto. Su solucién implies representar una esfera no como un cono sino como un cilindr, ya que éste podia ser representado también como una superficie plana. (Como cuando se quita la otiquota de un envase cilindrieo), El inglés Wright, en un escrito de 1599, ofrecié un informe explicito de eémo podia hacerse esto, Explicé que si la ‘Tierra fuera una pelota estérica con todos los meridianos y para- lelos dibujados sobre su superficie y ostuviera colocada en un cilindro con un diémetro y un largo igual al de a pelota,ylapelota |uogo se inflara hasta que llenara el elindro, todos los meridianos serian paralelos. Las imagenes transferidas de apelota.alcilindro serian una proyeccién Mercator. Asi, no slo la Tierra puede ser ada en una superficie plana, visible do una simple ‘ojeada; también las lineas de rumbo serdn recs, de modo que un 235 ‘eursofijo de brjula podré dibujarsecon una regla Bons, 1962, pp. 206-200), Ademés, las eartas mas pequetias, que representan los detalles do un area particular, pueden ser “trazadas” en el mapa del mundo porque compartirén el mismo marco de referencia. [Estas cartas mas detalladas son adecuadas para la navegacion ‘Unmapaounacartaes depocautilidadamenos quese pueda resolver el problema de la referencia, es decir, encontrar métodos precisos pararelacionar posiciones scbreel mapacon posicionesen fe mundo, Esto es particalarmente importante si se debe navegar brientandose por medio de una carta, Cémo debe uno detarminar Ta ubieacién presente en una earta sino hay mojones vsibles que sirvan como guia? ‘Los métodos de navegacién desde el siglo xm, cuando se introdyjo el compas en Europa desde China, se basaban en el uso de cartas portulanas, cartas que indicaban distancia y direccién entre puertos ydestinos, primerodel Mediterraneo, en lsiglo3v, do las costas atlnticas de Europa. Betas cartas offecian un ‘euidadoso trazado de la costa maritima y los puertas, Su caracte- ristica principal era la serie de lineas de rumbo que irradiaban ‘desde tina serie de rosas néuticas de compds que, a su vez, ‘emanaban desde los “puntos de la bréjula’, NNE-y similares. Los ‘navegantes podian determinar un rambo ubiedndose ellos mismos ‘en una do esas lineas de rumbo que conducian al destino deseado. Y soguian su trayectoria medianto “estimaciones”, caleulando la diroocién y la distancia navegada (Boas, 1962, p. $1). (Véase la figura 103) ‘Tales métodos no eran adocuados para explorar ceéanos desconocidos, onde se buseaban nuevasrutasmaritimasaCathay (China)olasislasde as Especias (Indonesia),posibilidades quese hicieron conscientes a medida que Ia imagen del mundo se volvis més articalada. Bstos nuevos métodos inelusan la aplieaeién del conocimiento astronémico a la navegacién, empresa inciada por Enrique el Navegante, principe portugués de mediados del siglo av. La altura del sol y las estrellas podian ser utilizadss para determinar Ia latitud sobre la superficie de la tierra si se contaba ‘on un dispositivo para medir esa altura y tablas que permitieran tomar en cuenta la fecha y la hora de la medicién; solo la Estrella del Norte, Polar, mantiene su posicién en el eielo nocturne. “linstrumento més cominmente utilizadoenel iglox para ‘medir a altura fueel cuadrante. Una pequefiapieza mévillen cruz se deslizaba hacia abajo y adelante a lo largo de un areoealibrado dirigide hacia un punta, el horizonte por ejemplo, hasta que lotro 236 extreme de la pieza en eruz cubria el objeto medido, par ejemplo tuna estrella, La distancia recorrida por la pieza en cruz sobre ol arco indicabael éngulo dela estrella desde el horizonte. Este valor ppoaia ser luego comparado con una tabla que especificabalaaltura ‘ronosticada de esa estrella para una hora y una fecha dadas en el ‘puerta de origen del navegante y, si se sabia la longitud, navegar hhacia la linea de rumbo apropiada. Ademds, la longitud era “oonocida’ sdlo por estimaciones, esto es, sobre la base de la velocidad multiplicada por el tiempo, porlocual la estratogia mis segura era simplemente navegar hacia la latitud del puerto de corigen y luego “encontrar la latitud” (Boas, p. 88). La medicion precisa de a longitud dependerta de la invencién del relo} mecéni- 9, que permitia saber qué hora ra en Greentvich, donde fuefijado el Primer Meridiano en el siglo x0, cuando era mediodia a bordo ‘segin indicaba el euadrante. Una vez que fue calculable tanto la Tatitud eomo la longitud, fue posible intograr le informacién de ‘todas las localizaciones en una Unica imagen del mundo. La propia uubieacién ya no fue el deictico “aqut”, sino un punto en un mapa, Estaa nuevas representaciones del mundo y la nueva soi cacién en navegacién podian servir como teoria para generar nuevas predieciones. El viaje de Colén hacia el Oeste fuerepresen- tativo, Coldn sabia que, sila Tierra era esférica, podia ser repre- sentada por 960 grados. Lugo, a partir dela lectura de Ptolomeo, concluyé que cada grado correspondia a unas cincuenta millas, ‘algo menos de lo que Ptolomeo mismo habia caleulado (una milla indutica cresponde a I grado de latitud en el ecuador; mas tarde se deseubrié que era un poco mayor que una milla lineal) También ‘estimé, sobre la base de la informacion que brindaba la excursion dde Marco Polo a Cathay (China), que la extensién del mundo vio ‘yeonocid era deentre 225 y 255 grados, Siel mundo tiene 6lo360 irados, entonces faltan unos 100 grados, como méximo 5000 millas, entre China y Bspafa, navegando hacia el Oeste. El sabia también que Cipangu (Japén)estaba aunas 1500 millasal Este de China, de modo que podia inferir que navegando en linea recta hacia Oeste 3500 millas, unos 85 das, legaria al Japén. Todas ‘estas Fueron inferencias a partir de un mundo de papel. Bn efecto, ‘cuando Colén arribé a Cuba, un viaje que tomé unos 85 dias, crey hrallarse en Indo-China jy a unos pocos dias de navogacién del rio Ganges dela Indial (Skelton, 1958, p.55)-De hecho, en una nueva {imagen del mando debfan admitiree unos 120 grados del globo, ‘més o menos un tereio de la Tierra incluyendo las Américas y el Pacifico. 237 ‘Una lustraciém tal vez més impresionante dela importancia conceptual del mundo sobre el papel fue la bisqueda del “Conti- hnente Meridional”-Hacia mediados del sigiox, el Océano Pacifico ‘se habia convertido no sdloon una rata comercial sino también en terreno de una segunda gran ilusién alimentada por el mundo sobre el papel. Parecia obvio el concepto de un contintente vasto e inhabitado, que se extendia desde ol Polo Sur hasta el Trépico, limitado por los oeéanos Atléntico, Pacifico ¢ Indico. Algo debe Ienar el vaciocn lascartasy ademas secreia quo, sila Tierra debia ppermanecer en equilibrie, debia haher un continente enel Sur que halanceara el del Norte. £1 mapa del mundo de Mareo Polo habia ‘mostrado el continente norte y uno al sur, esférico y desconocido. ‘Mercator eseribié en su carta del mundo én 1569: ‘Bajo el Polo Antartica [se encuentra] un cantinente tan grande ‘que, con las partes meridionales de Asia, y la nueva India 0 “América, deber‘a tener un peso igual al de las demas tierra, (Skelton, 1958, pp. 198-184) Laconjetura no fue fécilmente refutada, dado que los bareos ‘navegaban con los vientos alsios de este a oesta entre el ecuador el Tropieo de Capricornio, Pero esto dejé inexplorado la zona al Sur del Trépico, un vasto océano que podia ser explorado aélo navegando desde el oeste. Bn 1768, el Almirantazgo britanico ‘omisioné a James Cook, que acababa de valver después de cinco ‘fos de vigilar las enstas de Terranova, y era buen matemético, ‘para que comandara un navio,el Endeavour, yllevara astrénomos ‘dela Real Sociedad a Tahiti. Ademés, las instrucciones secretas le terigtan # Cook que buseara el continente que “hay razones de imaginar... debe eneontrarse hacia el Sur" (Skelton, 1958, p. 283) ‘Llog6 a Tahit via Cabo de Hornos, uego navegs hacia el Sur, circunnavegé Nueva Zelandia, eon lo que probs que era una isla, ‘descubri Ia costa este de Nueva Holanda (Australia), y luego de ‘estar al borde del naufragio tres veees en la Gran Barrera de Arrecifes volvi6, via Estrecho de Torres, al Océano Indico. En su sogunda bisqueda del continente Austral, navegs de oestea este desde Nueva Zolandia hacia el Cabo de Hornos, cruzando tres ‘yeces el Circulo Antartico (60 grados aur), y una vee legado a los 1 grados sur (equivalente, aproximadamente, al centro de Groenlandia), se convenci6 de que si habia un cantinente austral, “Gebia hallarse dentro del circulo polar” y “no valdrfa Ia pena descubrirlo™ (Skelton, 1968, p 241). 238 Skelton (1958) concluye que “los viajes de Cook pueden considerarse, sin exageracién, los primeros viajes cientficos de ‘descubrimiento. Marcan una época tanto en la concepeién de ‘mapas del mundo como en su exploracién”(p. 243) Por tanto, los “Viajes de Cook no deben ser considerados simplemente la proyee- tin del mundo al papel sino la exploracin del mundo desde et punto de vista de un mapa. BI mapa es el modelo o teoria euyas ‘pruebas empirieas son los Viajes. Los mapas so han convertido en representaciones, Desde el sigio xv, estar completamente perdido es estar, segin las palabras de nuestro epigrafe, “a leguas sin mapa desde ningsin lugar’. Mapas mentales Que esta representacién del mundo es un mundo de papel, no ‘uno intuitive, puede ser mostrado contrastando esta representa- ‘dn eon otras que son igualmente impresionantes pero que no ‘estin basedas en mapas yeartas sino en el conocimiento personal, To que, en el ambito de las ciencias cognitivas, se llama modelo ‘mental. Losmieronesiosylos polinesios navegaban miles demillas fn el Pacifico Sur entre Samoa, Hawaii y las Islas Orientales y Tlegaban a destinos visibles desde apenas diex millas,luegode dias, de navegacién en un mar sin marcas nj cartas, Tupaia, el jefe de ‘navegantes delas Islas Carolinas, a quien el Capitan Cook embar- ‘enel Endeavour en 1769, sabia odo sobrelos principales grupos de islas en Polinesia, excepto Hawaii y Nueva Zelandia, una textensién de unas 2600 millas. Enel viaje con Cook era eapaz, dia tras di, seg el informe de Cook, de apuntar,correctamente, en direccién a Tahiti, Pero sélo recientemente hemos comenzado a entender 1a sofisticaciGn de las actividades mentales que conducen a tales Iogros. Gladwin (1970) estudié las pricticas nautieas que ain se ‘emplean en las Islas Carolinas. El navegante se visualiza a si {mismo como el eentro jade dos marcos de referencia méviles, uno provisto por las islas entre las cuales navega y el otro provisto por el patron de estrellas que se desplazan de este a vest. Catley (1977) deseribié estos marcos de referencia en una valiose ilustracin figura 10.4). El bareo ests representado en el fentro de un eireulo definide por el horizonte. El navegante ‘considera que el bareo ests ostitico, mientras que el punto de fembarque Tetracede y se aproxima él de destino; otras islas se ‘mueven en la misma direccién, Al mismo tiempo, una sucesin de 238 Figura 104. Roprocentacin pictnie:artculaign dl viajero caroingio de los marcos espaciles méviles do islasyeatreline durante ‘un viaje (imaginarie). estas urgessbrelhorznt, cade una dela alee nntone tna rlacn fia, conoid, con cl destino y fiona ae para el arc, Para calcula la distancia veallzada, ae ene ese Sento unaislaen particular, fora dl trayeta dela cmibacane Yimds alld del horizonte lashada Bia ica maginarin Bet cle Bak tambien se despaza respecto del bareo ocupande la sete de osiciones que designan ls psiines fas de las estrellas gos Servianariginlmenta como goss para el bare lee sistema de tciangulacioos lo permite al navegunts dlarminar, cunsde te Tegado al rea de destino a qué hora comenzard a buscar incon ‘mds leas tales como nubes vucodo pros, movlasentoede ae alas, et. Joshua Sleum (1800), la primera persona en navegar Alredeor del mundo sin ayuda, cuenta como plo reson Cuando habia entrada as iatitadesdloovientabaicoe see tente por ol sani do la ola quo choeaban conse eared ta smbaxencidn, "Hutchins 1989) describ algunos de los aspects en que la nuvogacion mlcronesia diferdelanavegacién glade porns Ya hemos mencionado el mare d referencias para ques ce tals por mapas ag” es un logar sobre el mapa; pasa ol savegene 240 tradicional, “aqus es la ubieacién del barco que se percibe directa- ‘mente. En segundo lugar, para quien utiliza mapas, la ubicacion actual es deducida por medio de “estimaciones”. La ubicacién inicial es especificada a partir de una carta: las mediciones de dos variables, la direcsion adoptada y Ia distancia retorrida, pueden sermareadas en esa carta para dar la posicién actual. Elnavegan~ te tradicional mantiene un modelo continuamenta actualizado de laubicacidn relativa de lasislas ylasestrellasrespectodesu barca. ‘Hutchins (1983) seal6 que conceptos como abservacién inferencia son esenciales para quien secrienta por mapas, pero no parael navegante tradicional. Tanto asrepresentacionescomolas operaciones montales que realizan son distintas. Las observacie- nes astronémicas son importantes para ambos, pero en el primer aso, seemplean para determinarla latitudy laiongitud, ya partir de elias, proceder ala ubicacin en una carta. Para el navegante tradicional, el trayecto de las estrellas indica la ubicacién y el destino directamente. Uno vive en el mundo, el otro en un mundo de papel. Hutchins lo explica de este modo: Cuando oInavaganto utiliza unabréjula para ubicar una marca desde el puente de un bareo, eaneaptualmente deja de estar en el bareo; esta sobrela supericie del mar estudiando la posiciin de su embarcacién en una representacisn del espacio local real {p.207) Yeontinga: ‘Bn nuestra tradicin, las operaciones de observacién, computa- ign ¢ interpretacién constituyen, esda una do elles, un tipo Giferonte de actividad y son elocutadas suoesivamente, La caja de herramientas del navegante micronesio esta en s mente [La nterpretacin del resultado (la poscion de a isla de referer cia, por ejemplo) estéineorporada en el ele (construccién de Ja imagen del horizonte) que, a gu vez, estdineorporado en la bservacién (hora del dia). (p: 228) Recientemente se han reconacido como proeza néutica simi- Jar Ios viajes de los vikingos en el siglo xa “Vineland”, el nombre ‘norse del territorioqueincluiaelextremo de Terranova (Macleans, ‘Sdeagostode 1991, ». 41). Los tinicosregistros de cémoselograron fstas hazatias nduticas provienen de las sagas norse (Mowat, 1965). Estas proveen instrucciones de navegacién para viajes distantes en términos de doegrs, esto es, distancias medidas por aL ccudnto deberia resorrer un barco on un dia promedio(aproximads- nente 35 millas), instrucciones deseriptas en airts, y marcas que {efalan punto de partida y punto de destino Si bien estos nave- {Gantes no sabian nada sabre el mundo geometrizado de latitudes Fiongitudes, pod(an medir la altura delos astros.y comparando la altura presente de, digamos, la Estrella del Norte con la altura de fesa estrella en el destino, controlar el problema dels latitud. Los ‘navegantes vikings podfan navegar desde Noruega hasta Nortea- ‘mérica observandomarcas en las Shetlands, las Faeroes, Islandia, ‘Grocnlandia y las Islas de Baling, sin perder de vista la tierra por mas de 200 millas en ningiin momento (Mowat, 1965, p. 956) ‘Un dltimo ejemplo de navegacién sin bréjula ni carta provie ne del vije de larga distancia de los inuits a través dal Artico. Los ‘Viajes de hasta 500 kilémetros eran comunicados y recordados mediante la memorizacién do una serie denombres que describian lugares; la direccién era gobernada por clementos tsles como ‘sastrugi, pequefins eatrias de nieve endurecida que corrfan para- Telas alos vientos predominantes, y las distaneias en términos de dias de viaje, Si bien estos mapas mentales se orientaban al tstableeimiento de rutas, los inuits son eonocidos por su notable hhabilidad para dateribirla geografia local en mapas. Unimpresio- rnante ejemplo de ello as el que fue preparado para el explorador ‘dangs Knud Resmussen porel inuit Pukerluk, en 1922, paraguiar tus viajes en las tierras aridas al oeste dela bahia de Hudson. Bl mapa de Pakerluk, de hecho, corresponde muy bien ano moderno ddl mismo territario, «indica la precisién del conocimiento que Pukerluk adquirié empiricamente (Pelly, 1991; véase también Brody, 1981, 1987), Los mapas se dibujan con frecuencia en el aire en la nieve enel transcurso de laexplicacién de una rutajraravez slog lleva o se los consulta en un viaje. “Aunque'lleguemos areconocerla complejidad delas operacio nes que pueden desarrollarse en la mente sin el uso de represen taciones abstractas y notaciones de edleulos, ya sea para la nave- sgacién o para la especulacién teérica (Carruthers, 1990), no es menos importante reconocer Ia marea importante que imprime Sabre el propio pensamiento del mundo cuando uno ega a pensar tn l en términos de modelos explicitos que evalucionan en el {ntento de representarlo. El mapa inuit sirve s6lo como artefaeto ‘mnemotéenieo para lo que ya es conocido; el mapa del mundo de Goléa 0 de Cook servia como modelo tedrico para pensar lo desconoci. ‘Ong anticipé admirablemente nuestra conclusién: 242 Figura 105. Mapa modero de lnegiin al vests dela Bahia de tiudsoncomparads cone gue db Pakerok pare ms. ‘Silo después de la imprenta y la extensiva experiencia con ‘mapas gue ésta posibiit, os sores humanos, al reflexionar {obre el cosmos, el universo oe! "mundo", pensarian principal- ‘mente en algo que se presentaba ante Sus ojos, como en un ‘moderno atlas impreso, una vasta superficie o eonjunto de superficie... ists para cer “exploradas”-Elantiguomundo oral ‘onoei6 pocos exploradores, i bien conociémuchositinerantes, iajeros, aventureres y peregrinos. (1982, p. 73) Representacién de Ja naturaleza: la matematizacién del movimiento de Galileo ‘Aun cuando los gedgrafos hayan realizado el paso decisivo de reprosentar el mundo fisico mediante una geometria abstracta— ‘endo el mundo en términos de una esfera geométrica con sus propiedades matemsticas conocidas—, el logro mas espectacular fonsistiéen ver las propiedades no espaciales dela naturalezs, en particular el movimiento, en términos de tales representaciones eométricas, Galileo es celobrado con justicia precisamente por teste logro (Haugeland, 1987).Recordemoslacelebrada afirmacién fe Galileo de que el Libro de la Naturaleza estaba escrito en Tenguaje matemitico, Su método consistia en tomar proposiciones Tégieas como postulades cuya verdad debia ser establecida "cuando tencontramos que las inferencias que se derivan correspondon y ‘coneuerdan perfectamente con la experiencia” (1698/1954, p. 172). ‘La perspectiva es perfoctamente moderna. Le teorfa tiene uns orma logiea,y sus implicaciones se eomprusban mediante experi- smentaciéo. ‘La estratogia de Galileo consistfaen utilizar las propiedades Aeductivas de la geometria para derivar prediceiones que podian ser confirmadas mediante experimentacién. Consideremos su ‘Teorema I, proposicién I sobre laa propiedades del movimiento suniforme: Siuna particula en movimiento uniforme ya velocidad constan- te atravieea dos distancia, los intervales de tiompo roqueridos son entre sf lo quo la razén de osas distance. Se trata, por certo, de una teoria fisica, pero Galileo procede a probarla mediante métodos geométrico ‘Sea una particule que ee mueve a velocidad eonstante a través ‘dedos dstancias AB, BC, yl tiempo requerido para atravesar 2a _ABrepresentado por DB;el tiempo requerido para travesar BC, por EF; entoness digo que la distancia AB ee ala distancia BC ‘como el tiempo DE es al tiempo EF. (Galle, 1638/1954, p. 155) La distancia os ficilmente representada con la longitud de ‘una linea; pero el tiempo es representado ahora espacialmente ‘mediante tina Iinea similar. Las relaciones entre distancia y tiempo son representadas, pues, mediante razones constantes; ABIBC = DEIEF. “El movimiento naturalmente acslerado requeria un conjunto algo mas complejo de representaciones geométrieas. El Teorema I, ‘Proposicién Tafirma: PEF ‘TEMPO A BS STANT Figura 106. Dibujo segin Galle, La expresiénformulaica D = V.xT ‘esuna convencién moderna Gallaa habia sbjetade la mullipicacién dels inconmensurables, profriando expresar la relacidn en ‘érmings de razones EB tiempo on el eual un espacio es atravesedo por un cuerpo que parte del repaso luego es uniformemente acelerado es gual al Elempo en el eual ese mismo espacio seria atravesado por el ‘mismo cuerpo movigndove a una veloidad uniforme eaye valor sel promedio dea velocidad mas alta yla velocidad anterior ‘comienzo de In aceleracién. ‘Ya prucba (como se ve on la figura 10.7) Reprotentemos mediante la lines AB el tiempo en el eval el espacio CD es atravesado por un euerpo que parte del repaso en (Cys uniformemente acelerado; sea el valor inal y mas alto de la velocidad ganada durante elintervale AB reprecentada por la linen EB trazada en dngulos recos respocto de AB; trécese Ia linea AR, luego todas las linoas trazadas desde puntos equi

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