La cscritra, como tal, no ese objet de ninguna disciplina
cibcicn Sn embargo, en aos sesenes se ba producido we
incre notable de producciones que toman la ezritars como
sSjer, naaivindola desde la historia la atcopologts la
pricapagitoc, la paleograts, la lingbatia.- EL objetivo de Ie
ec eegbn LEA ct difundie una visién multdiseiphnaria sobre unt
cone ctmn, los cambios historias en la dfinieién del lector
esc de lectars la compleas elaciones enue oraidady
eas datos sistemas griicas de representaciny de
eee prdetieas pedagdjess de allabetizacin en context
Hc a a construcezba dela rextalidad los us0s sociales de ls
‘ea ari los proces de apropiaién individual de te objeto
ae es bibionessy las nuevas tecnologias. Los libros de eta
colton permitrin agrupar una iteratureactalmente disperse
set ecbso,permitiendo as uns reflexibn mis profunda sobre ete
‘objeto “ineludible™
Dan R.Orsox FH mundo sobre el papel
GvorenrySaxrson Sistemas de escritura, Andlsis
linguistico
‘Jes Borrtno vores Cultura, pensamiento,escritura
Daw R. Orson y Cultura escrita y orlidad
[Naxor Tonnes (COMPS)
‘Grorcio Raswoxno CarwowsAntropologia de Ia excita
El mundo sobre el papel
El impacto de la escritura y la lectura
en la estructura del conocimiento
David R. Olson
gedisaIndice
Lista ne wustmactones: un
Pro1oco 13
1. Desmitologizacién de Ia cultura eserita an
2, Teorias de Ia cultura escrita y de la mente, desde
Lévy-Bruhl hasta Serbner y Cole At
3. La cultura eserta y las revoluciones conceptuales
de la Grecia clasica y la Europa renacentista 61
4, Lo que la eseritura representa: una historia revisionista
dela eseritura som 89
5, Lo que la eseritura no representa: efmo deben
interprotarse los textos. 16
6. El problema dela interpreta: la reeuperacion
dela intencion comunicativa nn. 189
1. Una historia de la lectura: del expiritu dl texto
‘las intenciones del autor.
8, La leetura del Libro de la Naturaleza: Ios origenes
conceptuales de la cioncia moderna temprana. 185
9. Una historia del discurso escrito: de lo mnemotéenico
alas representaciones 205
10, La representacn del mundo en mapas, dagramas,
formulas, imagenes y textos neon 221
11, La representacién de Ia mente: los origenes de
la subjetividad 126112, La constitucién de la mente letrada
RevEREcias aLi0GRAPICAS.
Tyotce ve onmnes
10
03
an
3a
397
2a
4a
42
43
4a
45
Ba
Tlustraciones
Esto no ee una pipa, de René Magritte
(oprotvecien utarizada pore Los Angeles
‘County Musoum of Art)
Expedicién, sogtin una representacion
pietériea de indios de América del Norte
(tomade de D. Diringer, The alphabet: a hey
ta the history of mankind, vl. 2, p. 15, 1968)
Fichas de arcilla halladas en ello, Irak
(algunas de ellas corresponden a inscripeiones
fen tabletas de Uruk) circa $200 aC.
(Département des Antiquités Orientales,
Museo del Louvre, Paris, cortasfa de
D. Schmandt-Besserat)
Eseritura sintéetion, Tableta de Ur, 2960 a.C
con una lista de los items de un depésito
(cortesta del Museo Briténieo)
Cuneiforme canaanita, siglo xm aC.
(tomade de J. Goody, The interface between
the oral and the written, p.29, 1987)
Jeroglificas del egipeio antiguo que representan
Jos nombres imperiales (tomado de Diringer,
‘The aphabe:a he tothe history of mankind,
vol. 2, p. 88, 1988).
Pégina de Liturgy and ritual horae, ea 1425
(reproduecién autorizada por Fisher Rare Book
Library, Universidad de Toronto).
51
ca
104
105
us
u52 Poco Copyright, 1998, OGPL. Los Angeles
‘Times Syndicate (reproduecién autorizada)... 119
6.1 Raswsntos (reproduecién autorizada por UPS, Ine) ..
62 Sauur Foam (reproduccién autorizada wien
‘por North America Syndicate)... 156
10.1. Ssendredam, aguafuerte de la “falsa imagen” (repro:
Guocién auterizada por Gemeentearchief Haarlem)...229
10.2 Mappa: mundi, en un manuscrito de Marco Polo
(reproduccién autorizada por The Royal Library,
Biblioteca Nacional de Sueeia) ven 292
103 La costa oecidental de Africa, en una carta
portulana manuserita de G. Benincasa, 1468
(roproduccion autorizada por la British Library) ...284
104 Representacién pitérica de la articulacion del
viajero earolingto de los marcos espaciales méviles
de islas y estrellas durante un viaje (imaginario)
(Comado de Oatley, 1977; reproduccién autorizada
por Cambridge University Press)... 240
10.5 Mapa modemo de la regién al oeste de la Bahfa de
Hudson comparado con el que dibujé Pukeriuke
para Rasmussen (tomado de Canadian Geographic,
1991, 3 (4), p. 83; reproduecién autorizada por
‘The Royal Canadian Geographical Society)
10.66 Dibujo seguin Galileo, La expresi6n formulaica
p= ves una convencién moderna. Galileo habria
objetada la multiplicacion de los ineonmensurables,
pprefiriendo expresar la relacin en términos
{de razones (Ellen Olson, artista) cnr AB:
10.7 Dibujo sogtin Galileo, madifieado
Glen Olson, artista) se
108. Linozostis, hierba medicinal, tal como aparece repre-
‘sentada en el herbario de Diosesrides del siglo Wt ..250
10,9 Pee obispo, seein el dibujo de la Historia de los
animales, de Gosner, siglo x01 252
1040 Rpretontacién eclar de un Noe enti, st..254
2
243
Prélogo
En la puerta de mi despacho, dl lado extorno, hay wn plano
—bastante esquemético, por cierto— de la planta baja de este
cedificio, la Unidad de Desarrollo Cognitivo del MRC de Londres,
donde soy profesor visitante. Cerca del contro del plano hay uns
lamativa flecba con una leyenda: “Usted estd aqui” Como todo
‘plano bien logrado, éste orienta a quien lo mira dentro del edificio.
Sin embargo, en un sentido profundo que suele pasar de-
sapereibido, la leyenda es andmala. No necesito un plano para
saber dénde estoy: “Estoy aqui, justo donde me encuentro”. El
plano, por asi deeirlo, me eontradice, pues insiste en que estoy en
1 punto indicado porlia flecha, Sehhace cargo de levantarme desde
‘mi firme psicién enelsueloy me trasponeala geometrfa deliness
y dngulos.
‘Los planos son tal vez los medios més llamativosde ponernos,
‘nosotros mismos y al mundo, sobre el papel. No hemos prestado
Ia atencién suficiente al hecho de que nuestras representaciones
tienen un modo de decimnos, de dictarnos, qué somos y donde
‘estamos, Noestamos en ninguna partehasta quo nuestra localiza:
tin es identifiada en el plano. Si realmente queromos saber
‘donde estamos, tenemas que enfrentarnos al plano; éste nos dir
‘donde nos encontramos, como sino lo supiéramos de antemano.
‘McLuhan relata que un grupo de inuit del norte buseaba un
depésito de viveres, euya localizacién estaba mareada en un mapa,
[Luogo de varias horas de baisquoda infructuosa, sus compatieros
‘urbanos, ineapaces de loealizarso asf mismos en el mapa, dijeron:
“Estamos perdidos”. Los init, por su parte, insistfan en que no
‘estaban perdidos: “Es el depésito lo que se ha perdido”.
'No sélo nuestros planos y mapas nos ponen, a nosotros y
nuestro mundo, sabre el papel. Nuestra literatura, nuestra cien
ta, nuestra filosofia, nuestrasleyes, nuestra religi6n,son,en gran
amedida, artefactos literarios. Nos vemos nosotros mismos, a
fnuestras ideas y a nuestro mundo en Vérminos de esos artefactos.
or ende, no vivimos en el mundo, sino més bien en el mundo tal
‘coma esta representado en ellos.
‘El toma de la cultura escrta gira en torno de las propiedades
roalmente peculiares detales artefactos, deese mundo de papel,en
{oma de su fuerza y sus imitaciones, sus usos y abusos, su historia
17 su mitologia, yen tomo de os tipos de competencia, las formas
ie perssamientoy las modos de percepcidn que entrafael hecho de
topiar el mundo en el papel
"Nose requieten las herramientas especializadasdelaciencia
‘para mostrarle al lector quela cultura escritaes importante y wt
ero sf se necesitan esas herramientas para analizar el eonjunto
de hipétesis acerca de este mundo de papel y acerca de la natura-
Teza de la competencia cognitiva del ser humano que se requiere
para abordarlo, dado que esas hipétesis estén profundamente
nraizadas en la concepcién de nosotros mismos como “alfabe-
tizados?,“cvilizados". Solo recientemento las hemos eonsiderado
‘como suposiciones, es decir, ereencias que, en gran medida, no
estan eomprobadas. La eseritura puede ser importante pero puede
‘no serlo por las razones que tradicionalmente hemos invocado. Se
‘equieren las herramiontas de la cioncia especializada para deter-
‘miner la voracidad de tales creencias.
‘Algunos han sostenido que la cultura eserita, comola cireun-
isin, el bautismo o una educacién privada, es importante para
Tograr el acceso a una élite privilegiada. Otros, que la cultura
ceserita no sdlo es sti, sino que contribuye directamente al crecir
Imiento de la racionalidad y la concieneia. La mayoria cree en
fambas cosas, al menos lo suficiente para manteneria en un lugar
altode a agenda politica y educativa, comoha sucedido desdehace
tun sigio, Pero s6lo en las titimas tres décadas este tema ha
flcanzado una respetabilidad total en la agenda de jos investiga
Gores, Los clasicistas, histariadares, lingaistas, antropélogos y
peieslogos se han unido a los teéricoa de la educacién en Ia
texploracién de a eseritura, de lo que ella hace, o que las personas
hhacen con ella y emo, preisamente, esas funciones se han desa~
rrollado histéricamente, Bl objetivo comin es determinar todo lo
‘que esté en juego en nuestra alfabetizacién y en nuestro eardcter
de alfabetizados.
"Y no adlo lo que estd en juego on ol aprendizaje individual a
leer, aeceribiry a utilizar los recursos de una cultura eserita, sino
también para determinar lo que les sucede a las actividades e
u
instituciones comerciales, logales,religiosas, poiticas, litorarias y
cientificas cuando os documentos oseritos desempefianencllasun
papel entral. Ypara determinar lo que sueede cuando un nimero
ignificativo de personas pueden leer y escribir y servirse do esos
documentos, Los investigadores estan interesados en las conse-
‘euencias sociales y psicologicas de la invencién dela eseritura yel
‘recimiento del pablico lector.
‘as audaces ideas de MeLuhan, Havelock y Goody y Watt
brieron este campo al estudio a través de la comparacion de las
Sociedades con eseritara y las orales. Como la mayorta de las
teorfas audaces, el entusiasmo original no ha quedado ileso. Una
cuidadosa revision de esta tradicién investigadora lleg6 a la
siguiente conclusion:
2s difieil mantener une nitida y radical distineiOn entre las
culturas que emplean la palabra escrita y aquellas que no To
hhaven, Pinnegan, 1973, p. 138; véase también 1988, p. 178)
‘Todas las culturas son, por definicién, exitosas; si no lo
‘fueran, no habrian sobrevivido. Las porsonas de todas as eulturas
‘no sélo sobreviven; los etndgrafos han demostrado las rieas préc-
Beas y tradiciones culturales que formen parte de todo grupo
hhumano, tenga. no eseritura. La primera eccién en antropologia,
{que me impartiara personalmente Jack Goody, fue: “los son
fguales a usted y a mf
En consecuencia, las explicaciones del cambio cultural e
hhistérieo que parten de la nocidn de progreso no generan demasia-
‘do entusiasmo, Por cierto, los aportes basados en la nocién de
pensamiento primitivo”odelengua “primitiva’,expresados tanto
fn el clisieo trabajo de Lévy-Bruhl (1910/1926) como en el més
reciente de Hallpike (1979), parecen crudosy anacrénicos. Protra
parte, las diferencias culturales e historieas en los modos en que
Tas personas piensan de sf mismas y del mundo se tornan cada vez
‘mis intensas,y su comprension cada ver mas urgente. La exert
‘ray laculturaeserita parecen serlas explicaciones més plausibles.
Sibien la afirmacin ajante dels primeres linguistas deque
“la eseritura no esa lengua, sino apenas un registrode ella" es hoy
insostenible, también lo es Ia clasifieacién de los pueblos eomo
primitivos o modernos, oales oletrados, eonerotos 0 abstractos, 0
Seagados por el 000 el oo. Al parecer, es necesario volver alos
En determinada punto de su evolucién, los sistemas de
6escrturaempezaronaconservary, porenda,afijarlaforma verbal
‘Moves espacoy de enn, Laragiaelaesrearaproviene
totanto de bthdequesvacomo natn disnaiivonnemi,
‘Sa syd pars Ia omora, node en de importa
Sinunapstomolgin, a esetara no slo nos ayuda recordar
Tn pensodo ylodicho:tambisn nosinvitaaverlo pensadoylo dicho
{ona maneradifarente, Bsun se dest queessribres masque
Sf thee, gue el albstisno ee mas que la capacidad pare
Seseodiear palabras y oraciones, HI problema consist en apre
fndor enemas Como be dicho ela capacidad para entrar,
‘evs parasalirnuevamente, deestentevormindoelmando see
ST pupol En ene iro inestae eplcar el modo en que puede
cure exe proce.
‘Desde neg, no oye inico ena empresa, Vario investign-
dors de divans dntpins estan trabajando onl misma dre
én, Quisera meneonar a Michael Clancy, Jack Goody, Brian
Stock} Gootrey Liye quienes han sostenide que lasimportantes
funeiones que buseamos aon aqullas qu ineluyen nuestros me
diaspora pensar acre del und; ean autores daerpan ens
tvalucin de laa cauna y lou aleanees del acin de la eltarn
Serta en esos cambio.
ay alganoorengos —eraves riesgo, dirkn alganos—en le
(eaterizacion contd displinas Loe problemas wn domasio
Aa complnos prequels ameter se apropien de las firma
teoyprosban dos eapeialistny as nberpretenerinearent
Sinabargyetlret Gombrich en eullbeArteeiusntacon
Senepldclasogernci de Kohler de opera sntranin como
téznia into 0.960, p 26), Esto a epecalment aproplado
x nuosto campo de este, dado qo tal ntrain e enc
‘onto uno do orate dl cara ent i eco gae, como
Teco, caponge de importants obras histrien, Slatin, i
ghsticasy antropolégens; los autores tendran que tlerar mis
Ihevitabls errs de interpretacn.“Niogdn err podsia haber
Sido por quseldeconfundr ana reversién con una cosa,
tcerbteron Pll y Maitland (8) en su historia del derecho
tBelés;yo no dra o inne.
ize quo la tarea noes sonella, Un Ibo sobre Ia cultura
eocrita gut no est diigo al publico en general en realidad es
Inti Uno de os hecho mas expectacalares dola cultura eserta
tel Renacimienio fuel mpacto qu uvola esertara cuando le
{entosllgaron as manos de oe etorescomene: las personas
‘cuulvoadae! in mi intent deecrbir para el leto general, me
16
hh encontrado osclando entre lo obvo lo abstruso. Lo que tengo
ue decir noes complejo, pero sie simplifiean demas, parecerd
tedioeoyevidente,y sino selocomprende, puede parecer profundo,
Lo que so considora profundo sucle no diferir demasiado de lo
smoramente oscuro.
He tratado de fjar una teria de la cultura escrite, es decir,
proveer un modo para interpreta un grupo de Fatore bastante
heterogéneos por medio de un pequeto nimero de princpios
‘demas, estos prineipiosdeben proporcionar—idealmento—una
causa posible para los hechos en euestin. Seria ingenuo creer que
eualquier mimero pequeto de facores puede explicar grandes
transformaciones sociales o psicoldgieas como las asociadas con la
cultura eserita. Pero si pensamas on una teoria como en una
‘dquina para pensar, un dispositive para organizare inerpretar
Tos hechos con el objeto de elacionar otras cuestiones otras
formas de evidencia, no esen absolut irrazonable asprar una
teoria sobre cimo la esritura contihuye no slo a muestra com
prensién del mundo sin también de nosotros mismos,
“La tear que heinventado formular fue una extensdn de dos
lineas de interés que me parecieron vineuladas: ls cambios
‘xperimentados por los ninas en su comprensin de la relacion
entre “lo dicho” y “lo significado” ~eambios que asoié con la
Iveta y la interpretacion de textos —y mi interds en las posibles
relaciones entre el protestantismo, la éiencia moderna temprana
4lapscologiaraconalista, {No seria intoresante,pensé, que eso
“emostrara que los cambios en los grandes moviziontos sociales
‘acomienzos dela Era Moderna padieron deberee a una alteracién
‘nla prdtia y la comprensicn de Ia lectura y la interprotaciin?
‘Acasa Lutero, Galilen y Descartes compartioron tina mansra
comin aunque nueva de letura, de relacionar lo dicho con To
Simifcads? Pero incluso plantear tales cuestionesrequeria ier
‘anilisis de lo que son los sistemas de eseritura, como erelacionan
onl habla, eémo son les, emo esos modos de Ieetura cambia-
ron, edmo los modos de leewura exigieron nucvas distineiones,
‘nueva concienciaynuevos modelos de pensamiento, Vfinalmente,
tema anunciado en est Iibro: cfm la estructura misma dl
‘onocimientofuealteradaporlosintentosderepresentarel mundo
Sabre el papel.
"Bn ol eapitulo 1 ralizo una reseia del amplioespectro de
ecencias acerca de la cultura esrita, para mostrar que una
numeracién de los roy ls eantra noes demasiado frutfera
‘modo de teria. nel capitulo 2, analiza el clasic problema de los
Wwsdog*primiivos de pensamientoy papel quelaescritorapudo
Rane erpanado ee desarrolo de mods dereniads de
aaa oo Bel capa bord las teoriasqve vnc la
ensamie e gon las revolaionesconceptuales en Ia Grecia
ca ope rencentet, Los cepts 9y Bexponealas
clin esles dea tcoria dea clear ect yl cogncion
‘ertands als eno ala excita qelacrsara
examina ao que no represntay Toque, por endetene
representa vido yor olen). losenptas 7, 8y 8, oy una
gue tet gn dele historia delaleetaraen trminos ean toon,
ee astra dea lectra snaste aproximadamonte
3 muss uns evrtaras no pun cata con fcdad s
Se oda en que debeninterprelarve los txt! su focrsa
pe eed capita 10, anaiz ls modns em que ns
aaron vibes eomolos mapas, dbus, intra, dagramss
rtf acones materdteas, pueden seri como herraio~
rae aalsfundamentaen. capo 12 Satenta mostrar
ta elie al como fueexpresado por Descartes Tos
Po nas bitnjos, result o producto de wna nueva
los ee ela qusestabacnun textoy lo quo era aportad or
ce Geconocimenta dela contelnuion del lector 1a
2 to den xt proporioné un modelo parslaranén-El
intr eti veumecstosarfumestosen un cojurtodepinciios
crreeancluye mosteand de qac modo unarenovadaconcepice
yang es carta cotrbuye no lo una nueva comprension
$e Son sino tambien conralmente— del pensaonta
Fee eta de mi prime trabajo sobre In ealtura cserita
Bornteset como puna red Neon Gootmanapropsia de
ae nesoan un plate apart on esta br. El capitulo
sos ectoree)etanic un apologa expla de mis primeras
1a are es sobre ol tema Pero venta generale 20
Simp te datint. i logarde cnsierar como funda
set a gtanomfa del signieado textual, aora consider que
aan aes que el texto proporlona un modelo para el
Te eaaameafasconde = Benjamin Whorty reelizamos una
abl ett de muostra Tonga en termanos de las cateporios
int eFjas pr nostra excnture. Evidentement, et a gsr
aa depompletament distntodelasconsecucisconce>-
aa arden cultura cory eneriara es on gran pat respon
taal Ia neameseonsclenter dl lenge. Mi entsiano por
eo Ss tantocnlahstoria de lo dus como ena picologta
so erg ha caning, Porro, tengo alguna conten:
18
cin que hacer es la de mostrar que los eonceptos que los nifos
pareeen adquirir €e manera tan natural en el curso del desarrollo,
{de una sociedad letrada son conoeptos que fueron primeramente
tlaborados en un determinado contexto histérico y cultural alo
Jango de dos milenios
‘Muchas personas han contribuido de manera erucal en esta
tarea, Desde el punto de vista conceptual, soy un hijo, o al menos
‘un entenado, de Jerome Bruner, Jack Goody, Marshall MeLuhan
yy Erie Havelock, Otros han ealaborado con sus lecturas condescen-
‘ientes y a menudo eriticas de mi primer trabajo sobre la cultura
teserita y de los borradores de algunas partes do este libro: Janet
‘Astingion, Courtney Cazden, Michael Clanchy, Michael Cole,
Carol Feldman, Ernst Gombrich, Roy Harri, Frits van Holthoon,
Geoffrey Lloyd, Christopher Olson, Ragnar Rommetveit, Sylvia
Seribner, Frank Smith, Keith Stanovich, Brian Stock y Gordon
Wells. Otros, cuyos trabajos han ejercido en miuna fuerteinluen-
cia, aparecen a menudo en mis citas.
“Este trabajo fue apoyado desde ol comienzo hasta el final por
claliento personal ya generosa beca dela Fundacion Spencer, en
particular de dos de sus presidentes, Tom James y Larry Cremin,
desu vicepresidente, Marion Faldet. Adem, resibigel apoyo de
juna beea del Centro de Rstudios Avanzados en Ciencias de la
Conducta, Stanford, California, ano 1983-1984, y una beca como
investigador visitante de la Unidad de Desarrollo Infantil de!
Consejo de Investigaciones Médicas, John Morton, director, y el
Colegio Universitario de Londres, ato 1990-1991. Estas becas
fueronen parte posibles gracias a laslieencias pagas que me otorg6
‘mi institucién de origen, el Ontario Institute for Studies in
Edueation (OISE). Estoy sinceramente agradecido poreste apoyo,
porque esas becas me permitieron pensar y escribir sobre este
tema Las beeas de investigacién fueron otorgadas por el Transfer
Grant desde el Ministerio de Educacién de Ontario al OISE, el
Consejo de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanas de
CanadsiaNaney Torrancey ami. Denese Coulbeck, Nancy Torrance
‘yMarie MeMuilin me asisticron en la preparacién del manuscrito
Sth Aig, de Cambsge University Prose, supervise pro-
jucsién.
Sila tesis de este ensayo os correcta, los libros hablan por si
rmismos, aun euando lo hagan de manera wn poco diferente a cada
lector grapodellectores. Ninguna palabra preliminar, ni siquiera
apologética, eompensara lo queel libro, par su parte, diga odeje de
‘decir, Los invito a una lectura compartida,
191
Desmitologizacién de
Ja cultura escrita
‘Lamés noble adquiscin dela humanided es eluant, yelarte mas
‘tla nscwuns La primera distingue al noms de los animales;
Ja segunda, de 1a salvaje ineiiizedae (Astle, 1784, p.1)
Bsindudable quo una de as principales caractoristicasdolas
sociedades modernas es la ubicuidad dela eeeritura, Casi ningin
‘contecimiento signifcativo, desde la declaracién de una guerra
hasta un simple saludo de cumpleatcs, se produce sin una apro-
piiada documentacién eserta. Los contratos se sellan por medio de
tuna firma. Los arteulos en los mereados, os nombres de las ealle,
Jas dpidas, todos llevan inscripciones. Las actividades complejas,
sin excepcién, estén escritas en libros de patrones de tejido,
‘manuales de computacién, o en libros de reestas de cocina. La
atribucién de una invencién depende de haber registrado una
patente escrita, on tanto que la atribucitn de un avance cientifico
‘depende de su publicaciGn. Y nuestro lugar en el cielo ol infierno
—segtin nos han dicho depende deo que est escritoen el Libro
dela Vida,
‘Del mismo modo, entre nuestras habilidades més valoradas
se encuentra nuestra capacidad para utilizar textos escritos,
decir, nuestra cultura escrita. La primera funcién dela escuela es
impart lo que se llama “habilidades hésicas",lectura eseritura y
aritmética, ¥ todas ellas entrafian la competencia en sistemas de
notacidn. El gasto pablico en educaciin sélo rivaliza con el de
dofensa y salud, y una gran parte de los ios de formacién de un
nifo se emplean en la adquisicién, primero, de cierta competencia
general en lectoescritura, y Inego, en usar esa competencia para
dquirir corpus especializados de conocimientos, eomola ciencia ¥
lahistoria.
a[a preceupacién porla cultura eserta no esté limitads ana
Aoterminada clase socal o sociedad. La edueacin publica, libre y
tiniversal ha sido la poktiea guberaemental durante més de un
Siglo en las democracias oceidentales. Los paises en desarrollo
también tienen eomo objetivo prioritari laalfabetizacién de todos
Sus ludadanos, Los movimientos socialistas del sigloxx, tanto en
1a Unién Soviética como en Cubs y Nicaragua, estuvieron acompar
ados por programas intensivos de alfabetizacig. Un documento
ela politica de la UNESCO (1975) deseribis la cultura eserita
Como crucial para‘le liberacién yelavance del hombre" einicié un
flan de erradieacién del analfabetismo para el ao 2000. Los
Jemografos registran, como parte de las estadisticas vitales de
‘cada nacin el porcentaje de personas queno saben leernicseribi.
{ia eifra arrojada por Canadé es 15%, cifra que despierta tanto
crticas eomo acusaciones en los medios populares. Las Gemocra
‘Gas occidentales modernas aspiran a erradicar el anelfabetismo
pars resolver otros problemas sociales como la pobreza el desem-
Treo, lasescuelas suelen reibirel mandate demejorarlosniveles
sténdar de alfahetizacion de sus alumnos.
“De dénde viene este entusiasmo por Ia eseritura? Durante
tresclentos aos, loscecidentales hemos atribuidonuestra supues
{a superioridad cultural respecto de nuestros ancestros iletrados,
fas eomo respecto de nuestros veeinos no occidentales, a nuestro
acceso un simple artefueto teenoldgico: un sistema alfabético de
veritura, Nuestras ciencias sociales tionden a contribuir al man-
tenimiento de esa perspectiva, Las teorias de la evolucién, el
progreso y el desarrollo han apoyado la eémoda aceptacién de
puestra propia superioridad y de la superioridad delos mediosque
permitieron desarrollarla
‘Bn las dltimas dos décadas, esta posicién ha comenzado a
desintograrse. Las culturas menos letradas han visto en el valor
(Gur las culturas oceidentales acuerdan a la cultura eserita una
{rma de arrogancia (Pattanayalk, 1991), y los investigadores
‘osidentales han considerad que la retbrica de la cultura escrita
fexcede en mucho la valider de sus pretensiones. Por cierto, han
fomenzado a acumularse prucbas queindican que muestras ereen-
tas sobre a cultura eserita son una mezcla de hechos y suposicio-
‘nes, en otros palabras, una mitologia un modo selectivo de ver los
facontecimientas que no sélojustfiea las ventajas de ls letrados,
‘Sino que ademés atribuye los defectos de la sociedad —y del
‘mundo a os iletrados.
‘La situaciGn con respecto a la cultura eserita no difiere dela
22
8s os presents hac un sigs tdlagsexistans, gue
Somenzaron a char una mirada critica sob In adicin Gus
habtenexitoysecmoclent crn motos anes See
tein y ered, prea leper o dnericlagae™
‘nts tanta oes maria
Sspuranea dese, ste sortener ea exper mr fases ma
‘Eine yerddorenLahumilefbbusadach oles arguntee
afirmaban, era preferible a una robusta fe basada en conjeturas.
Ee eee rea eae eee eee eet
Cambiaso vio poo neve,
Nov enfaros sun dain sma repo de mesias
ee ee
Saas een eee
‘sua qual vertongatonqueabandonarno merce esto
oye De beh, dan gona des olfens stl al
‘Pasicarodnnteen ntuevacorhpenn del cleat ween
Bee porte ror tants enone emai bo baie,
‘rons tener cnseotnsae'y sor mucho mayors gues que
$l anu doa, Lo au perme: oe sro
‘Bgeno enine eae onstrates spa aprendayede
lelectra Ia eccrisua el edesl, en los poderesmagicos de Tor
Sere ee ere eee
Gin doo oy ls eontray seta iat ban para oa or
comprensin de lo quo ue crear hy eb vivir" mando sobre
‘pe ot pe sl rm cpa
feeder See coe cere eee seed e
blament compara pc de saa sca eis
Eats os etude acasishan oad una eaierable om
de duda: Peete
Prinry, las rena
‘Emenin ela raneripin dl abla. acho du
casino queda pundessrbinny quate lens fue
iSreegwoaatrrsnelatoandnaegelsoiare
tocomds quel habla por eri’ Forcert exiacsla tei
Talal aves romn’saArutoic, progenaaren ene.
tenia ile teabjn do Sausure GOITER) y Blond
Cid) Dado gue laores ony habanero
tr crs nr rn cn open
trove nsgus acl Go sounala) aediss mean bien Ge
desconocido), Vino afiejo en nuevo envase. oe
La seperordad dln rrtara resp del habla, i
teaalnohn via conn roe "penany derordonal
23el pub Seo lio Sander, 988, 6518
Fe eye oe
Saree ee ap
iSertptn ta ee tee an
neg om ee ca ene
sean en ere
“endl dl sien atin Go
Dn ead es ees
cern vn tl Eonar
Sia i et ew
Sead pr Dn cet golnchon
a la
sts tea odos de ueritaracorangonden cs xacament
{ine diferentes estadios sou ls cuales pueden considerarse os
WGetree reunidos en una nacidn. La pintura de cbjetos es
ao rea para los pusbos salvajs, los signos de palabras y de
serpbrisiones, un pucblo birbaro, ye alfabeto, a los pusblos
ERaliados. (754911966, p17)
seerce ona Dlenanrpegis
nie dn sin hee al
guns ne ictal
mi nn al
eigen a
came Sl be: i ta ae
sree taster
rae nh Oa ere ue
Sl estar ls
‘tenements pe
ii ee en ety
mrt mart et EE a
ec tn cece Wa
er a en tpt
S aoeseae
u
Lainveneidn del alfabeto griego, a diferencia de todos ls demés
sistemas previes,inehuyendocl fenicio del eual drival constitu
{oun acontacimionto en Iahistora dela cultura, cuya importan-
ie atin noha sido totalmente aprehendida. Su aparicion divide
{odas as civilizaciones anteriores a la griega de as posterires.
Sa sentilles ha permitido construir dos formas gemelas del
tonoriminto la iteratura en el sentido posgrigo, y Is cienca,
{ambign en sentido posgriego (1982, p. 85; vease tambien 1991)
McLuhan (1962) fae uno de los primeros on explorar las
relaciones entre las tecnologias de la comunieaciGn, en especial el
lfabeto y la imprenta, yla “galaxia” delos cambios intelectuales,
{rtisticos y sociales que se produjeron con los griegosy fines de
Ia Edad Media, relaciones que resume de la siguiente manera:
“Mediante un signo desprovisto de sentido ligado a un sonido
ddesprovisto de sentido, hemos construido la forma y ol sentido del
hhombre occidental” (p. 80), vinealando asi el progreso intelectual
al alfabeto.
‘4) La escritura como érgano de progreso social. Uno de los
‘rasgos mas sobresalientes de las demoeracias occidentales moder-
‘has son sus niveles invariablemente elevados de alfabetizacidn.
Suele afirmarse que el auge de la alfabetizacion popular dio como
resultado instituciones sociales racionales y democréticas, desa-
qrollo industrial y crecimiento econémieo, y que la disminucién de
Iosniveles de alfabetizacién plantes una amenaza atoda sociedad
progresista y democratica.
‘Los historiadozes han intentado especificar las relaciones
entre alfabetizacién y desarrollo covial en Occidente. Cipolla
(1969, p.8)sefalsque, aunquelos patroneshistéricosdistan deser
tuniformes, “al parecer, el arte de la eseritura esta estricia y casi
jnevitablemente conectado con la urbanizacién y el intereambio
‘comercial. La correlacién invita a inferir que la escritura es una
de las causas del desarrollo, pinion que garantiza el compromiso
de la UNESCO do “erradicar ol analfabetismo” hacia el ao 2000
‘como medio para lograr la modernizacin (Graff, 1986).
‘Ta relacién pereibida entre cultura escrta y desarrollo social
hha sido.a veces expresada con un colo considerable. En el sigloxr,
LLutero inst al establecimiento de la educacién obligatoria argu:
yyendo que descuidar la ensehanza provocarfa “la ira divina, la
inflacion, la plaga yla sili, tiranias sedientas de sangre, guerras
Y revoluciones, que todo el pats seria arrasado por los turcos y os
{artaros, y que hasta el papa volverta al poder” Strauss, 1978, p.
8), Enel sigloxvm, Gibbon afirm6: Bl use de letras os la principal
25circunstancia quedistinguea ua pueblo civilizado de una horda de
‘Salvajes, incapaz de conocimiento yreflexién’. Y agregé:*Pademos
star seguros de que, sin escritura de alguna especie, ningdn
Sueblo ha preservada feles aneles de su historia, ni ha hecho
Progress considerables en ls ciencias abstractas, ni ha posefdo
Gnalgiin grado tolerable de porfoovién las tiles y agradables artes
ide la vida". (Gibbon, 1776/1896, p. 218).
‘Bu el siglo pasado, un educador do Ontario que ya conocia cl
‘nuevo artedelaestadistca,informé que "una persona.n0 educada
Comete cineuenta y eis veces més crimenes que una persona con
feducacion®(eitado por Castell, Luke y Egan, 1986, p. 92)!
‘Aunque reconozeamos que algunas de estas declaraciones
son un poto histridnicas, se da por sentado que la cultura eserita
ene eonsecuencias sociales y econémicas. Estas creencias en
‘cuontran su expresién en los documentos politicos y en lasppéginas
(cditoriales de muchos, tal vez la mayoria, de les periédicos.
{Bjemplo de ello es “la prensa nacional canadiense", que afirmé
ociontemente que “la desnutricin, Ia enfermedad y el analfabe
‘Gsmo forman unaplaga triple parallasnacionesen desarrallo" que
Jos analfabetos estén condenados a "vidas de pobreza y desespe-
ranza” porque estén privados de las herramientas fundamentals
para forjarse una vida mejoc", que “el analfabetismo constituye un
{asire de dos mil millones de délares en la economia de Canada” y
‘que “el costo social es enorme” (Globe and Mail, 13-14 de octubre
121987), La creencia en la importancia de Ia alfabetizacion se ha
‘joelto tan dominante en nuestra conciencia comin que aun tna
pequesa disminucin en loe resultados de las pruebas de ortogra-
alse considera ana amenaza para el bienestar de Ia sociedad.
Situamos la eseritura, como lo hacen otros pueblos con cultura
teserita, en un luger central de muestra eonceprién de nosotros
fnismoe eomo pueblo poseedor de una cultura, como pueblo real-
mente civilizado,
“Tres cosas “han cambiado la faz y el estado de cosas en todo
el mundo", eseribié Francis Bacon (1620/1965, p. 873) en el siglo
‘ev: "la imprenta, la pélvora y eliman” (Novum Organum, Afors
‘no 128). No parece haber demasiados motivos para el desacuerdo,
'5) Lacultura eserita como instrumento de desarrollo cultaral
{ycientifiea. Va de suyo que la eseritura y la culture eserita som en
iran parte esponsables del surgimiento de modos de pensamicnto
‘Sstintivamente modernos como la flosofa, la ciencia la justicia,
ylamedicina,eiaversamente, quelacultura.escritaes enemiga de
Ta supersticiga, el mito yla magia. Frazer (1911-1915/1976),en su
26
compendio de mitos y ereencias, La rama dorada, sostavo que l
(stadios progresivos dela humanidad van desde la magia hastala
‘Sencia pesando por lareligin, opinin que compartisconfilésofos
fomo Comte( 1830-12) Hegel(1910/1967).De hecho, sueleseguir~
fla pista de nuestras formas modernas do organizacin social
Alemocrética y nuestros modernos modos de pensamientohasta“la,
tloriosa Grecia". Los logros de los griegos han side atribuidos, al,
Jnenos por algunos autores, a su cultura alfabética:
La eivilizaion ereada. por los griegos y los romanos fue la
primera dela tierra findada en la actividad dt lector eomainsla
primera equipada con medios para expresarse aderuadamente
Gon palabras eseritas; Ia primera capaz de poner Ia palabra
‘eerta en la eireulacion general en pocas palabras, la primera,
tn eonvertiree en letrada en el sentido pleno del trmino, y en
fransmitimos su cultura eseita. (Havelock, 1982, p. 40)
‘La importancia de la esertura para el avance dela flosofia|
yyla ciencia ha sido analizada y defendida recientemente en una,
Serie de importantes trabajos de autores como MeLuhan (1962),
Goody y Watt (1965/1968), Gaody (1986), Ong (1982), trabajos que
‘scuerdan una nueva orientacién al lengwaje, ol mundo ya razin,
4 los cambios en la teenologia de la comunieacién. En cieria
rmodida, fue esta serie de obras lo que convirtié ala cultura escrita,
fen un tema de investigacién,
‘6 La cultura eserita como un instrumento de desarrollo
‘ogaitivo, del mismo modo en que lo era del desarrollo cultural
Suponemos que el conocimiento legitimo se identifica con el que
aprendemos en la escuela y en los libros. La habilidad para leer y
fseribir proporcionan la via de acceso a ese conocimiento. La
principal preocupacién de la escuela es Ia adquisicién de la
Shabilidades bésieas”. En To relativoa la lectura, esas habilidades,
consisten en la “descodificacion’,es decir, el aprendizaje de lo que
amamos el principio alfabético; en lo relativo a la eseritura,
consisten en el aprendizaje de la ortografia. La cultura escrita,
{mparte un grado de abstraccin al pensamiento que est ausente
fen el discurso oral y en las culturas orales. Las habilidades
humanas importantes pueden pensarse como “letradas’,y el desa~
rrollo personal y social puede representarse razonablemente me-
dante los niveles de alfabetizacién: bésico, funcional y avanzado.
‘Ahora, las objeciones:
1) La eseritura como transeripci6n. Los sistemas deescritura
cas6lo captan ciertas propiedades de lo que se dice, es devir de la
forma verbal —fonemas, lexemas,y sintaxis—, dejandoe! modo.en
(que fue dicho yas intenciones radicalmente subrepresentados. El
hhechode quelos signos visuales puedan convertirserutinariamente
cen formas verbales enmascara el hecho de que la verbslizacién
‘puede produeirse de varios modas diferentes, variando la entons-
ign y el énfasis, y dar origen a interpretaciones radicalmente
fistintas. Lejos de ser una mera transeripcin del habla, la eseri-
ura es analizada como un modelo para el habla misma; hacemos
Ja introspeecién de la lengua segtin los términos anotados por
nuestros sistemas de escritura, Aprender leer consisteen parte
fn comenzar a of el habla y a rellexionar sobre ella de un modo
nuevo. Este es el tema del capitulo 4
2) El poder de la eseritura, Rousseau planted una objecién a
las pretensiones acerca de la eseritura que se ha vuelto la piedra
de toque de la lingéistica moderna cuando escribié “La escritura
‘es apenas la representacién del habla: es extratio que se le preste
tmasatenciGna ladeterminacién dela imagen queal objeto"(citado
por Derrida, 1976, p. 27). Como dijimos, la eseritura como simple
franscripeién del habla ya fue planteada por Aristételes, pero
Rousseat utiliz6 el angumento para critica la falta de atencin al
hhabla, Por motivos similares, Saussure (1916/1983) atacé “Ia
tiraniade laescritura’,el hecho de quela teorialingtistica tomara
‘como objeto la lengua escrita y no la oral: “El objeto inguistieo no
se define mediante la combinacién de la palabra eserita y In
palabra hablada: la forma hablada constituye por si misma el
objeto" (pp. 25-24 0 p. 45). Tan convencidos estan los lingtistas
‘modernos de la euslidad derivada de la eseritura, que el estudio de
festa fue descuidado hasta hace poco tiempo, Bn segundolugar, las
Tenguas orales no son “imprecisas y desordenadas” posesiones del
pueblo, como ereyeron los primeros graméticos; todas las lenguas
yumanas tienen una rica estructura Iéxica y gramatical que es
‘apaz de expresar, al menos potencialmente, todo el espectro de
Signifieados, Aun la lengua de sefias, la lengua de los sordos, que
durante afios fue considerada poco més que gestos y pantomima,
hha demostrado adecuarse en principio a la expresin completa de
cualquier significado (Klima y Bellugi, 1979). ¥ finalmente, el
‘diseurso oral precede y rodea la preparacién, interpretacién y
analisis del discurso escrito (Finnegan, 1988; Heath, 1983). La
fseritura es furdamentalmente independiente del habla. En la
‘ctualidad, se acepta que la propia lengua oral es la posesién y
28
herramienta fundamental del inteleeto; Ia escritura, aunque im-
portante, siempre es secundaria.
'3) La superioridad del alfabeto. Apenas en la década pasada
seplantearon claramente objeciones ala supremacia universal del
alfabeto como representacidn de la lengua (Gaur, 1984/1987;
Harris, 1986; Sampson, 1985). En primer lugar, en contra de Ia
opinion recibida,elalfabetonofue el producto deun genio,esdecir,
‘np fue el milagro del descubrimiento de la fonologia de la lengua,
sino apenas la adaptacién de un silabario disefiado para una
lengua semitica ala estructura silabica particularmente compleja,
de la lengua griega. Por otra parte, un alfabeto tiene un Uso
limitado en la representacién de una lengua monosildbica eon
‘muchoshoméfonos,comoeselcasodelchino; unsistemalogografico
presenta muchas ventajas para una lengua do ese tipe. La simpli
‘dad de alfabeto tampoco esa principal causa delos altosniveles,
de alfabetizacién; muchos otres factores afectan los grados de
alfabetizacion en un pafs oen un individuo. Finalmente, nuestro
tardio reconocimientade os niveles dealfabetizacién’ enculturas
no alfabéticas, especialmente la japonesa, que suele superar los,
niveles de las culturas oceidentales (Stevenson cal, 1982), nosha,
sbligado @ aceptar que nuestra vision de la superioridad del
alfaboto es, al menos en parte, uno de los aspectos de nuestra,
nitologia
4)La cultura esrita yl desarrollo social. Algunos investiga
ores modernas han sostenido que la cultura eserita no sélo ela
via real hacia la liberacién, sino también, y con la misma frecuen-
cia, un medio de eselavitud, Levi-Strause (1961) eseribi:
Laescritura es algo extrafto, Pareceria que su advenimiento no
pudiora dejar de produsir cambios profundos en las eandiciones
fe vida de muestra raza, y que todas esas transformaciones
deben haber sido de indole intelectual. Sin embargo, nada deo
{que sabemos sobre la escritura, sobre su papel en Ia evolucién,
uede justfiear esta eoncepeion
Si queromos correlacionar la aparicién de la escritura eon
otras caracteristicas de la cvilizacicn, debemos busear en otra
perte. Uno de los fenémenos invariablemente presentes es la
formaciin de eiudades eimperios: Ia integracion en un sistema
politico, es decir, de un considerable nmero de individios, y la
Aistribueldn de es08 individuos en una jerarqufa de eastas y
‘lases...Parecefavorocerla explotacién ynoelesclarecimientode
la humanidad, Esta explotacin hizo posblereunir alos trabajo
ddree por millaresy fares tareas que los agobiaron hasta los
29limites de su fuerza. Si mi hipétesis es correcta, la func
Drimaria dele eseritura, come medio de eomunicaciGn, es fi
Fi le esclavitud de otros sores humanos. Bl uso dela eseritura
tn fines desinteresadoa,ycon vistas a satisfacer el espiita en
{leampe de las eiencies las arts, os un resultado secundariode
Su inveneidn (y lal vez no sea sino una manera de reforzar,
Justifcaro dsimlar su funcidn primaria). (pp. 291-292)
Si bien el contraste entre el esclarecimiento y a esslavitud
‘puede estar magnificado por Lévi-Strauss el primero es un medio
Elective para asegurar la adopeion do procedimientos convenci-
pales diseiplinados. Algunos estudios histsricos han sostenido
‘gue la cultura eserita es un modi para establecerel contro social,
dara transiormar alas personas en buenos ciudadanos, trabajado-
{ea productivos y, si 68 necesario, en soldados obedientes (Aries,
{J062), Strauss (1978, p. 306) legs ala conclusida dequeel énfasis
cn la cultura eserita por parte de la iglesia protestante en Ia
‘Alemania de la Reforma puede considerarse como un intento de
Convertir al pueblo "de sus antiguos modos y habitos @ una
triodoxia letrada, basada en la virtud de la conformidad”. EL
‘tdvenimiento de la edueacién universal y obligatoria casi nunca
fae eonsiderado por ls iletrados como un medio de liberacién, sino
‘como algo impuesto por una clase gobernante bien intencionada
fan la esperanza de convertilos en trabajadores produetivos y
‘Gudadanos de buenos modales (de Castell, Luke y Bgan, 1986;
‘Gralf, 1986; Katz, 1968; pero véase en Tuman, 1987, capitulo 5,
tuna eftica de los informes revisionistas). Los pedidos recientes de
imejoras en las habilidades basicas, tanto en Canad4 como en
Estados Unidos y Gran Bretafa, provienen en su mayor parte de
‘empleadores del Ambito de los negocios ola industria antes que de
Jos propios trabajadores. ¥, con notables oxcepeiones, la demanda.
ecursos de educacin vespartina os directamente proporeional al
nivel de edueacién que el pucblo ya posee. Entonees, la cultura
feserita es un instruments de dominaciin o de liberacién? La
Smposibilidad de responder a esta progunta condujo # autores
como Heath (1988) y Street (1984) a distinguir tipos de cultura
eer, diferentes modos de usar textos y de “extraer cosas” de
‘loa, que estan incluidos en diferentes contextos sociales; quizaino
hays una cultura escrita, ni un inien conjunto de consecuencias,
‘Clanehy (1979) observ6 que la politica gubernamental de
ceducacin obligatoria, tal como sea debati6 en Europa durante el
‘Siglo rx, reflejaba no una, sino dos formas de cultura escrita:
30
‘los opositores dela politica gubernamental les preocupaba que
jas estuelae pudieran tener éxito en la edueaci6n del pucblo a
punto tal que hubiera un exceso de académices y erties que
pudieran minar la erarquis socal. Hsos temoresfusron dsipa
toa por los refarmadores, quo ponfan el acento en la prética
tlamental de la leetura fa exertura y el eéleulo (as tres R de
Tectura, escritura y aritmétie), antes que en una edueacién
Liberal en la tradicion cldsica, que en 1900 seguta estando tan
reservada 8 una élite de literati, como en 1200. (1979, p. 263)
Cuando miramos con mayor detenimiento el desarrollo in
dustrial, descubrimos complejidades similares. Las pretendidas
relaciones entre los niveles generales de alfabetizacién de una
poblacién y el desarrollo econémico no han sido sometidas a un
‘andlisis minucioso, Cipolla (1969) y Graff (1979, 1986) pasaron
‘evista alas turbulentas relaciones entre la cultura eserita popu-
lar y el desarrollo econémico, desde Ia Edad Media hasta el siglo
xix Ambos autares observaron que los avances en el comercio y 1a
industria a veces se productan en contextos de bajos niveles de
alfabetizacion. Es més: niveles elevados de alfabetizacién no
‘auguraban forzosamente desarrollo econsmico,
El cuidadoso estudio sobre Ia alfabetizacién en Rstados Uni-
dos levado a cabo por Keastle, Damon-Moore, Stedman, Tinsley ¥
‘Trollinger (1991) condujo a estos autores la conelusién de que la
cultura escrita debe analizarse en cireunstancias histrieas espe-
‘eieas,y que “aunque para los fines de a politica publica sesupone
‘que una mayor alfabetigacin beneficia tanto alosindividuns como
fila sociedad en su conjunta, su asociacién con el progreso se ha
visto cuestionada en algunas cireunstancias” (p. 27.
‘La misma observacién so realizé rospecto de la fulta de
desarrollo eientificoy econémico on otras cociedades. En China, ol
nimero de personas eon altos niveles de edueacién excede on
‘mucho el ndmero de empleos disponibles (Ravwski, 1978), y en
México, sibien se ha comprobado que los niveles de aifubetizacion
stn relacionados con elerecimiento econémico,susefectosseven
restringidos alas dreas urbanas ylas actividades manufactureras
(Puller, Edwards y Gorman, 1987).
Porende, es cil exagerar o confundi la funeionalidad de la
alfabotizacion, Esta es funcional y realmente ventajosa en ciertos
roles sociales directivosy administrativos. Pero] mimero deestos
roles, aunque esl en aumento, es limitado. Ei alfabetismo e
funcional solo si se es lo bastante afortunado para obtener deter-
31‘mineda posiciin, Otras funciones mas generales para las que la
alfabetizacion resulta util dependen de los intereses y bjetivos de
Jos individuos involucrados, La nocién dealfabetismo funcional”,
‘amenos que se especifique “Tuncional para qué" o “funcional para
‘quién”,earece de significado.
5) El desarrollo cultural, Durante las dlkimas dos 0 tres
‘Aécadas, os antropélogas y los historiadores eulturales nos han
jermitidoconocerla sofisticacién de ascalturas rales". Havelock
P1983, 1962) dio pruebas de que gran parte de la “gloriosa Grecia
habia evolucionade en una cultura oral; la eseritura habia tenido
‘menos influencia en eu inveneién quo en su preservacién. W.
Harris (1989) demostxé que el grado de alfubetizacin en la Grecia
clasiea distaba de ser universal, y era muy limitado. Probablemen-
te no més del 10% de lo griegos en los tiempos de Platn sabfan
leery escribir. Thomas (1989) y Anderson (1989) demostraron que
Incultura griogaclsicaera prineipalmenteuna cultura “oral”, que
favorecfa Ia dialéetica, es decir, el andlisis y la argumentacién,
‘como instrumentos deconocimiento, y que aescritura desempens
tun papel relativamente pequeno e insignificante. Por ende, no
parece atinado atribuir los logros intolectuales de los griegos & su
ultra eserita. Lloyd (1990, p. 37) descubrié que el discurso que
‘dio origen alos modos ipicamente griegos de pensamiento estaba
‘mediado principalmente por el registro oral". Y los estudios
fantropol6gioos de las culturas orales, lejos de confirmar as tem~
pranas aseveraciones de Lévy-Brubl (1910/1926, 1923), han reve-
{ado tanto formas complejas del discurso (Bloch, 1989; Feldman,
191) como formas eomplajas del pensamiento que, por ejemplo,
Jes permitieron los marinos polinesios navegar miles de millas
sinla ayuda de bréjulas ni mapas (Gladwin, 1970; Hutchins, 1983;
(Oatley, 1977), Por tante, nohay vincaloseatsales directosestable~
dos entre cultura eserita y desarrollo cultural, y las opiniones
factuales osellan entrela adziracion (La eseritura es dela mayor
{mportancia parael ponsamiento”;véase Baker, BarzunyRichards,
1971, p. 7) y el deedefo (“Bsenibir algo no puede cambiar ni
represeutar de modo significative la representacién que tenemos
‘ello véase Carruthers, 1990, p. 31).
6) Lacultura eseritayel desarrollo cognitivo. Es simplemente
‘un error dicen los erticos—identificar los medios de camunica~
‘én con el conecimianto que se comunica. Bl eonocimiento puede
comunicarse de diversas maneras:mediante el habla, laescritura,
fraticos, diagramas, cintas de audio, videos. Hl papel dela escuela
no es desplazar las pereepeiones y creencias del nifo en edad
82
preescoar, sino explicasasy elaboralas, actividades éstas que
Aspenden tanto ome del habla que de a oxrtura. El éfucisen
inemedion puede menoseabar la inportanei del contenido ques
‘ominieno. Aderads, pana por alto la sgnfcacion dl contenido
tnlalecturn yon el prendizaje del lector, Lahabiidad de er
Aepende no slo del resoocimiento dels lores yl palabras,
Sino dea adcn al cnocimnta generale lo eonerimentes
‘efron on ol texto; yor ende, ta dstineén estcta entre
Tablas basins yconocimieniaeopedalicado en insastenila
En segundo luge, uso do la habiidads relactenadas con
In esrtura somo patrénreepteto del coal pusde evaluaras la
Compoencia personaly soda aula simplifinrse demasiado, El
‘tfsbetinmo finlona, la forma de competeniarequrida para la
‘idacridans, eos desern products basin dapendedemancra
trea de las actividades parteuares del individu. Lo qu es
finionl paraalobrerde un ibrin ssiomatizada puede no sero
pare un padre que quiere leerle su ho. Centraree on Tas
Fabldedesrelaclonadarcrn neseriturasubestima ernment la
Importance de los sere implctss que los nino evan la
‘col, at como la importancia del sere oral en a conient
‘asta dacs saberes sd eneutetasorpecionen toe de
tonocimiento, Las grandes cantidades de tema que algence
nites emplean enero de lectracorrciva pian dirs
fecon mayor proveco ala adgiscin de nformacioncentifeny
Sluadea. Por cero, algunas invesgndoren coneidean que ia
precespacin por in extra y el énfsis queen ella e poe son
antante onfion Bloch on prensa) desta gos aun en areata
Aldea rural de Madagascar quel cstodino,colaquelacaltara
tect no lena eignfcnion funcional ni soil, todo, edueados
10, etaban“abeolutameniaconvencido del valor dea educacin
sarap. 8) Fr praraver cha avenge
pensando onl impenuable: es posible quelacltra ect ata
sobreestimada? 7 ts
"Vers, pes, que las sis hipstesa principales acre dela
importancis dln ctor seria son setalmenve dsctidas. Sin
Cctbargo, sq casi oda as poesia respecte de aera
thn demostrado ser problematic, In ultra eseria yeu cone
cuencin no pueden gnorarse Derrida (1976;pp. 80-3) efaloque
cate facta dela enritarafondtien ex maivedrge toda nuestra
caltaray toda nuestra cena, noes por cierto un hecho ms
entre otros” Abordar esta complefided mediante la entmeradin
Alos pro os contra, ventas ydesveatajs de eseritora—la
33asi llamada perspectiva del balance— tiene, como acabamos de
‘er, un use linitado. Lo que se requiere es una teorfa oconjunto de
{eotias que expliquen el modo en que la eseritura se relaciona con
tlenguaje, la mente y la eultura. Una teoria asi no existe en la
fectualidad quizé porque los conceptos de cultura escrita y de
ppensamiento son demasiado generales 0 vagos.
“Eso no significa que no Se hayan propuesto teorfas de gran
sleance e influencia. Aunque les analizaremos en detalle en los
préximos dos espitulos, puede ser util indicar la direccién general
{gue esa actividad tadrica ha tenido en el pasado. Las grandes
thorias sociales de Durlcheim (1948) y Weber (1905/1990) relacio-
‘naban el cambio cognitive nel cambio social, peronoleconcedian
fla eseritura un papel significativo en las transformaciones que
escribieron. Duricheim sostenia que las estructuras cognitivas
Ssonante todo denaturaleza social; por ende, los cambios cognitivos
on produeto del cambio social; Ia cognicién surge de enfrentar y
racionalizar nuevos roles y relaciones sociales. Weber, por sw
parte, establecié Ins posibles relaciones entre la "ética” del
protestantismo y el auge del capi
fentraba en nuevas formas de autaridad y en formas de pensa~
imiento concomitantes. Como Io sefiala Leach (1982), sélo los
‘sspectos sorildgicas de estas teorias han sobrevivido; la cuestion
de cdmo la cultura podria afectar la eognicién ha sido dejada de
lado
EI presente siglo ha sido testigo de dos grandes teorias
psicoldgieas que abordaron la cuestién desde otro angulo,es deci,
Tbtentando expicr el eambio social scbr la bade del cambio
‘ognitivo; una vineulé este dltimo oon el avance dela ciencia, ya
btra, con el avance de la cultura eserita.
‘La primera de estas teorias fue enunciada por Lévy-Bruhl
(1910/1926; 1923), quien propuso que las diferencias entre las
culturas tradieionalesyorales y las cultaras modernas se explica-
‘ban a partir de las diferencias en el funcionamiento mental:
ca muta inking sind ogni ee etc
Name tati el et ee
Enotes Unf eta mens
ei er ear one
eer en
Caan eee
eeeue
La mente primitiva construyé un mundo “encantado", un
mundo habitado por espiritus y demonios, influido por encan-
tamientes y augurios en tanto que la mente racional dio origen a
Taconcepeion cientifiea del mundo, eoncepeidn claramente basada
en pruebas y en el principio de la explicacién causal y racional,
Los trabajos de Lovy-Bruhl siguen eonstituyendo una apasio-
ante introduccién # todos los estudios sobre la relacién entre
cultura y pensamiento, aun cuando sus conclusiones ya no sean
sostenibles. Lévy-Bruhl comparaba “su” religién eon “nuestra”
siencia; aunque después lo haya negado, hacia equivaler el pensa-
‘miento primitive eon un pensamiento infantil; nunca plantas la
cuestién de Ia pertinencia de usar “nuestras" categorfas concep
tuales para analizar sus afirmaciones, e inferia patrones de pen-
samiento a partir de formas de expresién cuando, en realidad,
estas apenas admitian tal inforoneia (Sperber, 1978). Sin embar-
fla teoria de las mentalidades de Lévy-Bruhl sigue siendo no
‘biounade las més legibles, sino también una delas mésinfluyen-
fos en Ja materia. Aunque nadio en la actualidad eree en la
posibilidad de una mento no racional, més que refutar a Lévy-
Bruhl se ha intentado explicar sus observaciones de diferentes
maneras (Goody y Watt, 1968/1968); Lloyd, 1990). Trabajo
rucientes sobre “ostilos” y “modos de razonamionto” (Hacking,
1990; Tambiah, 1990) pueden considerarse derivados del interés
de Lévy-Bruhl por los modos distintivos de pensamiento y cono-
‘imiento.
‘La segunda de las grandes corrientes tedricas, lamade por
algunos aulores “Escuela de Toronta" (Goody, 1987) debido a la
‘onvergencia de MeLuhan, Havelock Innis, esa teoria de que las
diferencias culturales descriptas por Lévy-Bruhl y otras podefan
explicarse en términos de tecnologias de comunicacién especiiea:
primero, el alfabeto, yluego la imprenta. Aunque algunas versio-
nes de esta teorfa gozan de buena salud (por cierto, creo que este
volumen forma parte de esa tradicion),sus primeras formulaciones
hhan ecibido severas eriticas, cuando no otundas refutaciones. Ya
hhe mencionado algunos de esos argumentas: la escritura no siem-
renin tado lugar conduce ala democracia, la ciencia y la l6gica
algunas culturas no alfabéticas poseen cienciaa y filosoffas abs-
tractas;laevolucisn de la cultura griega clésiea se produjoa partir
‘deformas especiales de debate politico, y no del examen minucioso
‘de documentos escritos; diferentes comunidades de lectores puc-
dden procesar los mismos documentos eserites de maneras muy
diferentes, entre otros elementos.
35Por otra parte, las especulaciones
‘ojo’ y el “afdo" para referirse al hombre “oral” vers
‘oyhemisferio izquierdo” versus “hemisferio derecho", me parecen
sneras metdforas de las propiedades de las eulturas letradas que
{an brillantemente ha recogidoy analizado,y distande ofrecer una
texplicacign de esas propiedades, De hecho, MLuhan parece haber
perdido las esperanzas de poder enuneiar una teorfa general, ¥
ropone en eambio que todo intento de sintesis teérica fue un
Petroveso hacia una cultura letrade obsoleta, y que en una culture
eléstiea es preferible ocaparse de lo que se percibe, y no de los
‘coneeptns. La relaciGn postalada por Goody y Watt (1963/1968)
tnire escritura y auge del razonamiento silogistico fue criticada
por Seribner y Cole (1981), quienes, al diferenciar cultura eserita
Je edueacién, hallaron pocas pruchas que abonaran un efecto
[general de la escritura sabre el razonamiento. En su trabajo mas
Feciente, Goody (1987) atempera sus hipétesis originales respecto
(ela distintivided del alfabeto, aludiendo a las condiciones socia:
lesen las que se usa la escritura, parosostiene la nocién de que wn
registro escrito tiene ventajas précticas decisivas para llevar a
abo une serie de funciones cognitivas. Para algunos autores, 1a
‘efirmacin de Ong (1982): "Ia eseritara aumenta la conciencia", es
plausible; otros, en cambio, Ia niegan rotundamente, como
Carruthers (1990), quien soatuvo que escribir algo no puede
‘cambiar nuestra representacin mental de a cose. La hipétesis do
Havelock (1982), que vineala la invencidn de los griegos de Ia
CGeneia y la filosofia eon la disponibilidad de un sistema de
tscritura es al menos diseutible toniendo en cuenta los hallazgos
{de Lloyd (1979) sobre ia importancia del debate politico oral en esa
tevolucion. Basta con decir, en este punto, que Ia simple teoria que
Telaciona la disponibilidad de un alfabato o de la imprents con
patrones altcrados de habla o pensamiento es, en el mejor de los
tasos, una conjetura, y en el peor, simplemente una falsedad
(Finnegan, 1988; Halverson, 1992; Smith, 1989).
"Aunquelaresolucién de este problema sel tema del presente
\ibro, podemos sefialar que, #i bien puede demostrarse que la
eseritura y la cultura eserita han tenido importantes funciones
htilitarias, como hacer posible una “tradicion de investigacion
documental” (Bisenstein, 1979) y la comparacién y eritica de
diversas versiones de acontecimientos (Goody, 1987, p. 237),
hingiin argumento légico ni empirico ha establecido vineulos
causales directos entre eseritura y pensamiento,en parte debido a
Ta ausencia de una clara nocién de lo que son la eseritura o el
36
pensamiento. Por certo, las pruebas disponibles apuntan hacia la
{lireceién opuesta. Recientemente, algunos autores proporciona-
ron pruebas de que los procesos cognitivos que algunos investiga-
{ores supontan dependientes de la escritura, como la memoria
cidn lareflexién y la composicién de textos (Carruthers, 1990), 0
tl pensamiento cientifico (Lloyd, 1990), fueron inventados en
tealidad porel discursocral. Hastaia magistral Summa Theologiea
{de Santo Tomas de Aquino (1267-78/1984-81) fue dictada y no
ceserita, a partir de recuerdos y no de notas escritas.
‘Sin embargo, es innegable que la invencién y el uso de
sistemas de eseritura fue instrumental, einelusoesencial,parala
formacién de las sociedades burocraticas modernas. Y aunque no
sea absolutamente irrebatible, es al menos plausible que la
cultura escrita contribuya de manera especial al desarrollo de
todos distintives de pensamiento que son transmitides por la
‘educacién sistemstica. Pero para hacer tal airmacién serfa nece-
sario un relevamiento mucho més eutil de la naturalesa y las
tonsecuencias de la cultura eserita, que distinga las consecuen-
‘as sociales dels psicoldgicas,losusosdelas habilidadesbasicas
elas mas avanzadas habilidades literarias, Ia importancia dela
tseritura para determinedos grupos de la importancia para ol
pblico lector en general. Lograr esto requiere un anslisis més
(uidadoso dela eseritura y Iacultura eserita, dela maneraen que
uncionael lenguaje en contextos letrados y oralesdiversos, delos
‘modas distintives de pensamiento y formas especializadas dal
diseurso que estén involucrads en el proceso, de las habilidades
interpretativas que exige cada uno de ellos, y de la especial
cmmepcin de a Tengu, etry el mundo que rena de eas
En mi opinién, los intentos de enunciar una teoria general
han fallado debido a una serie de simplificaciones. Hn primer
lugar, la cultura eserita se ha vineulado con la alfabetiaacion, yno
con los sistemas de notacidn en general. En segundo lugar, se ha
considerado que la eseritura incluye la gramticay la ligica, y no
‘queprovee una representacion dela gramética ylalégieadel habla
comiin. Por ende, el onecimiento ylaconciencia metalingifsticos
ueron juzgados,alternativamente, como producidos por la eserie
tura y como independientes de ella. En tercer lugar, la eseritura,
fue considerada una funcién directa de un texto eserito, antes que
lmodoen que un grupo de lectores aborda ls textos. Finalmente,
laeseritura se consideré tanto inferior como superior al habla.
‘Sie piensa la cultura eserita como la habilidad bésia para
a7‘recongcer emblemas.o deseodifiar letras en sonidos o palabras en
Significados, las consecuencias de la cultura eserita, aunque imn=
portantes, son inevitablements limitadas. Pero sila consideramos
Ei bu sentido eldsico,comola habilidad para comprendery utilizar
{oe recursos inteleettsales provistos por ls tres mil afios de diver
saa cultaras letradas, las onsecuencias de su aprendizaje pueden
fer enormes. Y no sélo porque la cultura escrita ha permitido la
fscumulacion de tesoros que estén almacenados en textos, sino
‘también porque entrafia un variado conjunto de procedimientos
‘para actuar sobre y pensar en el lenguaje, el mundo ¥ nosotros
Trisinos Tal es el tema principal de este libro
‘iqué podemos esperar de un teoria de Ia escritura y Ia
cognicién? Debe establecer las relaciones entre habla y escritura,
‘cepecificamente las propiedadesIéxicas, gramaticales, pragmsti-
tasy discursivas del hablay Ia eseritura,y el papel de a transerip-
‘Gn en su divergencia. A su vez, debe dar cuenta del moda en que
{os cambios en las précticas de leeturay escritura contribuyeron &
Jas cambios dela orientacién conceptual que se asociaron con los
‘cambios culluralmente signifiativas. Debe indiear los modos en
(gue la ensefianza de la leetura y Ia eritiea de texios contribuye al
{esarrollo del pensamiento eritico en general. Debe eontribuir a
‘nuestra comprensién del desarrollo intelectual del nifio desde la
Spoca preescolar hasta los niveles mas avanzados de la escolari-
(dad, ¥ debe faciitarnos tuna visi¢n esclarecida acerca de eémo la
‘cultura escrita y los textos eseritos pasaron a ocupar la posicién de
preeminencia y autoridad que tienen en las soviedades burocrét-
fas modernas, Perolomas importante esque debe ontribuirauna
tara y defendible nocion de las ubicuas pero poco comprendidas
rociones de leetura, escritura y pensamiento
“AL mismo tiempo, una teorfa asi deberia ayudarnos a desha-
ccemas de nuestros simples prejuicios respecio dela cultura eseri-
a. Debe oftecer una alternativa a la comprensién superficial del
tama, cuyo resultado es la perpetuacién de la opinién de que
‘quienes no pueden leer ni escribir son patéticos y menesterasos,
ue el analfabetismo es un problema social com
pobreza, la desnutriién yla enfermedad, con las cuales
erupar, que los miembros de las sociodades égrafas son salvajes
‘gnoranies, que es imposible educar alos nifios que no leen,y que
aquellos que no han asistido a la escuela desconocen todo valor
‘Los argumentos que desarrollaré se articulan en toro de la
jdea de que el fraeaso de las primeras teorfas de las conseeuencias
dela cultura eserita proviene de que todas ellas han supuesto que
38
dein produce efectos través de los avancs en lot odor
cS onc rf le urs ro tra
statonsdque nn contocmnsan ontoptaaan marge elo ase
feltersdago quel art dela letra coloqu perm que con
fen ona como model do forma verbal, ste, doo dco,
Estos rnodeloedloquee dca sean onde, palsranworecones
Sempre son incompleta, logue da ergo alos problemas do
IMerpoinln: Aflontras que los testo eneriten properlnas
‘odeloradoctadamentarasonabaspareloquets etn meee
tocudowlou modelos gus ohecen sche dab rarer logue
sels nel enna jnaneron rior conofera
ecuclinaria Lae prosomandlcaraatrpretacidn no furgeny
ues, de lo qos ios textos representan sonidos, palabras, oasis
sino tds ben deloqueorepresentan lr anera cat
{a lor espn de ch ear tt a tsa Se as
salt al poblam dela leturafntarrsicén, pore mostrar
Gio lov aos de exis yd or dan como Fouled un
Sonjsts de creccia»hpitatia un “logotetrano” que va maa
allé de la comprension que los Ieetores tienen dela lengus, del
tcundo y de et mismos" Abordo la nueva manera do ot las
Encritcas eu eigicdoeiatncionalee— quo carbine
Sate dad Modiay So orgen ala Reforma, yl errespendiente
nieve manera de ero Lire del Netraera" uote origen
{in cenda totem temprana, Mi oieivo es otra coma
fuestra comprension dl mundo, es desir nuestra cena, ¥
pent compet de snsten ite er Scoot pb.
Inga, sonprotut ce noestroe manera de intefprelar ¥ cea
tckna eco, de viviren un munde de fap
3910
La representacién del mundo en
mapas, diagramas, formulas,
imagenes y textos
A loguas sin mape desde ningin lugar. (Wiliam Faulkner, Big
Woods)
En su monumental obra sobre los textos impresos como
agentes de cambio, Bisenstein (1979) afirmé que los logros
alejandrinos que concluyeron con la caida del Imperio Romano en
fl siglo rr &.C. no fueron superados hasta la invencién de la
{mprenta, que permitio poner“ ‘el mundo sobre el papel’ para que
todos los viajeros de saldn lo vieran" (p. 603).
'El mundo sobre el papel es una metéfora apta para analizar
Jas implieaciones de Ia cultura eserita, dado que mediante la
cereacién de textos quefuncionan eomorepresentaciones,es posible
‘shordar el mundo, pero el mundo tal como es copiado o deseripto,
‘La nocién da tun mundo de papel fue utilizada por Krul en 1644
para referirse a una coleccion de eseritos y dibujos (Alpers, 1983,
». 198) Ms recientemente, se edité un estudio sobre las publica
tones eartografieas de Amsterdam del siglo xv bajo el titulo BU
mundo sobre el papel (Amsterdams Historisch Museum, 197).
Bellone (1980) emplea el mismo titulo en un libro de flosoia
ciencia, donde analiza la significacién de los cambios de notacién
fen la evolucidn de los conceptos cientificos,
‘Lanocién de un mundode papel no fue aceptada con entusias-
‘mo ni siquiera por aquellos que contribuyeron més directamente
‘aswereacign. Un lugar comin entre los eseritores del Renacimien-
to, Galileo incluido, fue la importancia de apartarse de los libros
para estudiar las cosas en s{ mismas. Eisenstein invierte la
fafirmacién sugiriendo que fue la acumulacién do informacién en
Tibros, mapas diagramas loque hizo posible répido crecimiento
del conocimiento que asociamos con la ciencia de la modernidad
221temprana, Ia del siglo xvn. Esta aeumulacién es lo que Popper
(4972) Hams el “érbol del mundo", el mundo del “conocimienta
objetivo", es decir, Ins teorfas, modelos y otros artofuetos que
utilizamos para pensar.
Sin duda, Eisenstein esta en lo cierto si consideramos el
{importante papel que desempeté la imprenta en elestablecimien-
to de una tradicién archivistia acumulativa, Esta tradicién, que
almacena el conocimiento produeido por muchas mentes en un
formato representacional comin, como hemos visto en el capitulo
anterior, fue precedida por una nueva comprensién de los textos y
tun nuevo modo de leerlos y escribiros, es decir, de ver los textos
como representaciones. Recapitulando, en la medida en que el
conocimiento fue loralizadoen la mente, lautiidad de la escritura
eralimitada;[a eseritura silo pda ser vista como un reeordatorio,
no comorepresentacién, Crear representacionesno es merament
registrar discursos o construir mnemotéenicas; es construir arte.
factos visibles con cierto grado de autonomia de su autor y con
propiodades especiales para controlar su interpretacién,
Los nuevos textos fueron desarrollads sobre la hase de una
‘nueva aetitud hacia los signos. Reeuérdese el epigrafe de Gilson
hhasta Giotto, las pinturas eran cosas; después de Giotto y hasta
(Cézanne, fueron representaciones de cosas. Laciencia se convirtis
en una actividad de manipulacién de signos,
[La miova actitud hacia los signos que hemos examinado en
los dos ultimos eapitulos produjo no séla un nuevo modo de leer
—de acuerdo con|os signifieadosliterales—sino también un nuevo
modo de escribir: laeseritura comocreacién de “representaciones”
Pero este nuevo modo de leer viejos textos fue responsable del
desarrollo de un modo de eseribir nuevos textos, una nueva
variedad de formas o géneros literarios. En este nuevo modo de
cseribir, se suponfa que las expresiones debjan ser tomadas literal
‘mente, como si significaran ni mds ni menos que lo que dectan, El
resultado fue una forma cientifiea de discurso “neutral” y “objeti-
con una *sencillez matemitica de estilo", como lo exprest la
Real Sociedad de Londres (Sprat, 1667/1966). A diferencia del
discurso medieval, en el cual “un hablante decia aly para que se
comprendiera otra cosa” (Morrison, 1990, . 54), los textos fueron
eseritos para satisfacer los nuevos prineipios de ectura, estocs, el
manejo de Ia vor, dela intencién, de significado lingtistico,y el
establecimiento de un nuevo tribunal de apelacién para juzgar la
interpretacién correcta: el lector comin,
‘Bneleapitulo 8 postulamos que leer las Bscrituras segin una
222
7
mala o un algortm que proporionaba su significado nie
Terdadro ste, persis eel natrstora de aeuerd con la
mama ferimula, en ambos eator sobre la base da ns propiadades
Minbles expuerae a todos, Loor wn texto aegin a significado
tral snieado“undadosbirtamene one tec era tn
radical qu ior las Escritras produ nuevas hergias, una de
tayaseapecestavo éxito —la Reforma, 7 ler el Libro dela
Naturalozasepin le mismo principio originé la enia dela
Modernidad vemprana, Eneleapftalo®postulamon queer sgn
te irmula permite desarallar un noevo tipo de esreura que
txplota la misma formula. Hsribissegun esta frmula produce
fetes con propedades que los tedrico modernos conideran
sSempliteadoas do una firma alien de dncuso I nueva
Comprension dels sigs como represenaciones
Debemos dar de lado tenporaiamente noestr sspecha
tipica desig Sno ormorma’ de quela meter inaleanable
[bquelasprimeros maernosinventaron no fue una via real aia
Taverdad tina dens esa, sino wn aero mao de acre. Lo
{uetabemos ahora quel gnoraban fe queincaro wna ple
dexeripion de oshechoscbeorvadoe no os meramenteuna repre
‘Scnlscén Yerdaera,sinouns nerlén que hace habante, dea
Suet analiza ans enrlacin cone reciente trabajo do J. L
‘KistnElhablanteylaacltud del hablanteno fueron liminados
Gal caro, sino apenas coenltados, al como fo expres Rains
(2982), Como sabomos ahora, 20 hay ropresentacion an tenia
ainterpretacén
Patmos ver el toque han tendo los artistas yeeros
del sigonronsu inventadoievarel mondo al papel xaminando
Inevolucion de as representaciones en enc dominoes pints.
‘es ropresentaconsles dl are holandés, Ta epresntacin dal
{mundo on mapas, ln representacin del movimiento isin en
Sntacionesnatematieas ia rpresentci de enpcisbutdacas
tn herbarios yl representacin de acontecimientsimaginaros
nla sts cs atranel xp igactrtrela
tstructuradelconoinlentoy, portant, sobrelosmrios de pensa
cand so coemsa a enanar el mundo preando expla
Stoncin a os nas de represent.
208,Representacién del mundo en imégenes: el arte
holandés del siglo xvi :
En su faseinante libro The art of deseribing (1989), Svetlana
Alpers intonta mostrar la comin base intelectual del arte, los
‘mapas geogrficos y los dibujos de anatomia microseSpica holan-
desea que coocurrieron en el siglo xvn, Su inteneiGn no es solamen
te mostrar que las actividades estan relacionadas, sino mas bien
escubrir por qué lo estén; intenta identifear Inepisteme, eomola
Tama Foucault del periodo. El fundamenta comin, sugier, fue el
arte dea “descripeiin". La descripeién es considerada en general
‘como un arte verbal, una rama de la retérica, el poder de las
palabras de evocar personas, lugares y hechos; para los artistas
hholandeses del siglo x01, sin embargo, la nocién de deseribir se
roferiaalasmanerasen lascuales|asimagenespodian homologarse
al uso de las palabras, pues podian ofrecer un informe verdadero,
tuna descripeién pictoriea precisa. Ls iconos medievales no deseri-
ban de una manera simple o verdadera; eran objetos de venera-
cidn, Para los artistas holandeses del siglo xv, lafuncidn descrip-
tiva de las imégenos debia distinguirse de la Funcin retorica (p
136), Deallfel titulo del libro. La deseripein, privada de su forma
retGrica 0 dialéctica, es lo que he llamado representacidn.
Alpers ofroce prusbas convineentes de que el arte septentrio-
nal, principalmente el holandés, do sigloxvit, puede ser compren-
dido como un ataque sostenido a la tradicién interpretativa en
arte, latradicion que ve-eneuentra significacién o sentido en todo
lo descripto, Esta autora opone la tradicién “deseriptiva” holande-
‘saa la tradicién renacentista mas general, que trata el arte como
‘arracién, como algo que contiene un significado o cuenta una
historia. Para el holandés, “La atencién a la superficie del mundo
descripto es lograda a expensas de la reprosentacién de la accion
narrativa’ (p..0).
‘Los historiadares del arte se han interesado durante mucho
tiempo en Ia evolucién de nuevos modos de representacin, desde
las imagenes momumentales a las imagenes estéticas en épocas
clisicas, y desde el arte iednico de la Edad Media hasta las
Smagene realists del Renacmiento, Bol aro renacentsts,
fademés de su vivo realismo, las normnas estétieas exigieron la
subordinacién de las metas imitativas o miméticas a las narrati-
vas; una pintura no sélo deseribia un objeto o un hecho, sino que
también contaba una historia-Jestismuertoenbrazosdesu madre
‘como en la Pieté de Miguel Angel (1475-1564), 0 el nacimiento de
224
Ja perfeccién como en Bl nacimiento de Venus de Botticelli (1446-
1510). Asi deseribe Gombrich este stimo:
‘Venus ha emergido del mar ssbre una concha que es eondcida
hacia Ia orilla por dioses voladores bajo una luvia de rosas,
(Cuando est4 a puntode bajarattiorra, una dels Horas Ninfas
Inrecibe con un manto purpura... ba Venus de Botticelli es tan
bella que no advertimos el largo no natural de su culo, la
exagerada cafda de aas hombros y la extrana forma en que el
brazo iaquierdo esta articulado con el cuerpo. O més bien
Aloberiamos desir que estas libertades que Botticelli se ha toma-
flo con Ia naturaleca afin de lograr una graciosa silueta contsi-
buyen ala belleza y armonia del dibujo, dado que realzan la
impresin de un ser delicado e infinitamento tierno, traido &
snuestras costas como un roga del cielo. (1950, p. 199)
El andlisis de Gombrich capta no sélo la estéticay el signif
ccado del Botticelli, ejemplifica cémo los artistas italianos del
periodo utiizaban imagenes visuales como artefactos mnemo-
{éenieos para recuperar temas bien conocidos; el conocimiento de
estos temas eso que olorgaba significado las pinturas. Dehecho,
el libro de Gombrich es esencial para quien esté interesado en
‘comprender alos artistas del periodo.
‘Sin embargo, la nocién de que el arte debia contar una
historia, tener un significado, o cargar con un sentido por a via de
rrecuperar un tema eldsico obiblieo bien eonocido hizo diffe! que el
‘pblico los eriticos lo artistas encontraran agin sontido on el
fate holandés del siglo xvz. Esto es notable por su peculiar
evociéin por los retratos vivos do objetos tales como rabanos
cisnes muertos y arenques, al igual que por simples escenas
‘doméstieas, comoleche hervida quese ierteen unalla,opaisajes
‘despoblados semejantes a mapas. Alpers (1988) observa que apli-
car los prineipios de interpretacién del arte italiano a estas
pinturas holandesas eonduce a algunos critioos al error de leer en
tllas “significado”, Ast ol cundro de Vermeer de una mujer junto
a la ventana leyendo una carta (Alpers, p. 204) fue a veves
interpretado, tal vez a causa de sa vestidorelleno,como una mujer
‘embarazada por alguien que la habia abandonado, ete. El argu-
‘mento de Alpers es que esta postura interpretativaesinapropiada
para el arte holandés de este periodo.
En efecto, el publica contemporsineo que buscaba “signifies-
dos” queds deseoncertado ante este arte, Alpers cita a Fromentin,
‘un comentador del sigloxixque preguntaba:"{Qué motive tenia un
225pintorholandés para pintaruncuadro?"Y luego ofreca la respucs-
{a adecuada para esta pregunta: *Ningune"(p. xvi). ¥ Joshua
“Reynold, primer presidente dela Real Academia Britanica, lego
de ou viaje para estadiar el arte holandés, dijo “El aspecta que
presenta la pintura holandesa es, lo cones, més desprovista de
{entretenimientodalo que esperaba.euméritoamentidoconsiste
solamente en Ia verdad de la representaci6n® (Alpers, p xii.
Elarteholandés del siglo xm, como sugiere Alpers, cambié
profundidad narativa por dasripein de superficie. Las pnturas
fueron construidas no como un artfacio mnemotsenico para
recordar temas elésicos, sino como representaciones de cosas
Visibies en el mondo, Ksto no implica negar que las decisions
festéticas revelan algo sobre los artistas mismos, como afirma
Schama (1967), sino més bien que au intencion es la deseripion
objetiva, literal, de hechos coneretos. Alpers desarvoa su tosis
tantoa traves de eomentarios de os eriticoscontemporineos como
através deun anaisis del arto mismo, Un comentadortpicn dela
poca fue Samuel van Hoogstraten, quien en 1678 afirmaba que
dibujares“imitar las cosas tal como aparecen” (Alpers, 9. 38). La
importancia de tan cuidadosa inspeceién visual era no slo ver el
‘mundo mejor, sino distinguir lo que habia que ver en de las
interpretaciones las en 6 Hoogstraten erties a tradicn del
Renacimiento italiano, cuyos principales exponentes eran Miguel
‘Angel y Rafael, de enfatizar la belleza sobre la verdad en el art,
y *reprende a los que leensignificados en las subes del cielo"
{Alpers p. 7. Hoogstratenexhurtabaalos pintarega user suse
para ver nubes como nubes yo como simbolos de los clos!
Bleonsejode Hoogstratenfuedesatendido, tal ve porbuenas
azonee, por algunos ertios recientes que insaten en quo arte
holandéa eotdroploo de signiindos alegricos y emblematios
(Schama, 1987) Aun as, la tendencia aI desrieinfictica en
slarte de este perido marca un cambio espectacular respecto dal
arte del Renacimiento italiano
‘Alpers rasta la tradicin deseriptiva holandesa hasta sus
contacto con la radicién empirica centifeabitaniea represen:
1. Andrew Graham-Diaon cits a Scheme: “El pineel qued6 como un
emblems herldio para Ia nueva repablien, impo de las impurenss del
fptodo. Haber sido etclavo era suo, Ser ibe eo sor limpie,« i coal
GGraham-Dison agrega: “Le ecaba no era solamente an inetamento de
[mplers singel aimbolo de ibertd del yago expat dela Holanda neva y
priicada dela Republica" (The Independant, Londros, martes 28 deja de
1982, p12)
226
‘ada por Bacon, Hooke y Boyle. Los artistas holandeses ejemplif-
‘aronen su artelo que estos cientificos propygnaban en st ciencia
‘Ast como Bacon habia afirmado que
todo consiste en mantener el ojo joan los hechos de la natura-
Joga y reibir asi sus imagenes simplemente como son- Porque
Dios prohibe que divulguemas un sueto de nuestra propia
limaginacién como si fuera un modelo del manda, (1620/1965, p.
323)
‘También los artistas holandeses intentaron lograresto en st
arte
En segundo lugar, Alpers ostiene que las pinturas holande-
ses exigian una mirada minuciosa y no“interpretar” sefalando la
precisiGn de las imagonos. Un mapa que sirve como fondo para un
cuadro do Vermeer fue dibujado con tanta minuciosidad que el
original a partir del cual fue pintado fue hallado recientemente en
Paris (Alpers, p. 120). Otra pintura de Vermeer, que Gombrich
considera “una de Ins mas grandes obras maestras de todos los
tiempos", La cocina, una mujer vertiendo leche
una precisién completa y
fesmerada en traducir las texturas, eolores y formas sin que la
Pinturaparezca dspere oforzada...eaaextraiaytniea combina.
‘iin de suavidad y procisién... ave de esta pintura algo inalvi-
‘able. (Gombrieh, 1950, p. 340)
A diferencia del Botticelli deseripto mss arriba, el Vermeerno
reeuerda textos clsicos ni exige interpretacién; es pura deserip-
ida (y no por ello menos hermoso).
En tercer lugar, Alpers sefala la estrecha relacién entre la
pintura y la confeecién de mapas. Los holandeses desarrollaron
todaunatradiciénen lacual laclaboracién de mapas ealistas hizo
causa comin con la pintura de cuadros, Incluso la palabra holan-
ddesalandschap fue utilzada parareferirse tanto alo quemensuraba
1 topdgrafo como alo que pintaba l artista. Dibujantes de mapas
{artistas soptentrionales concebian la imagen como una “super-
ficie donde inseribirel mundo" més que como una repreduccién de
tuna accién humana significativa. Ofreeian una obeervacién “des-
interesada’ lo que Alpers llama wn “paisaje mapeado”,
[La estrocha rolacién entre mapas y paisajes est indicads
‘también porel hechodequeel puntode vista desde eleualelartista
227observabacl paisaje solia sersimilar al que se asumfa on un mapa:
Ie mirada dosdeningtin lugar, Alpers sefiala que para los holande-
ses do ese perfodo, no existia una distineidn estricta entre mapas
arte, entre condcimiento y decoracién, ya que “las imagenes
Gesafiaban a los textos en tanto principal forma de comprender el
mundo” (p. 126)
‘Cuando aparecfan palabras en esas imagenes, como ocurria
‘a menudo, eran offecidas no como exploraciones del significado,
Sino como algo mas para mirar. Alpers apunta que los artistas
hholandeses erefan que podian transmitirel texto por medio de la
imagen.
‘Alpers observa dos aspectos sumamente interesantes de
estos dibujos que, a mi entender, son cruciales para establecer si
Jas imagenes eran vistas como sfmbolos o como representaciones
(véase Foucault, 1970, p. 87). Primero sefala que representan
ideas, pero no ideas en ol sentido de ideales del Renacimionto
temprano, sino ideas (oog t bedriegen) como imagenes mentale.
[En segundo término, son representaciones, en el sentido de que
representan objetos particulares. Alpers eseribe:
B] arte italiano estaba basado en un alejamiento de Ia in-
Aividualidad en nombre de ls rasgos humanos generals y las
verdades generales.. Hl rotrato, en la medida on que dsbe
Aatender a fos sores individuales, ora consideredo inferior alas
fbras que involueraban verdades mas altas y generales. El
privilegio del retrato..holandés que es el eentro de toda su
fadicion pilérica, esia conectado por otro lado al deseo de
preservarla identidad de cada pereona y ada cosa en el mundo.
(1985, p. 78)
Loimportante os que estas cuadros holandeses demostraban
‘una estrecha correspondencia con lascreencias deloscientificos de
Ja modernidad temprana, con su estricta atencién a las aparien-
cias de las cosas, sus deseripciones dels superfcis visiblesde las
‘cosas, su atencién centrada en construir representaciones correc-
tas més que, come dice Alpers, objetos de interpretacién”(p. 207)
Ecstas pinturas, al jgual que los textos que eseribieran y leyeron,
debian tener sus signficados muy a la vista.
Si hace falta més evidencia para probar Ia opcién de los
artistas holandeses por el testimonio verdadero del ojo sabre las
interpretaciones erradas y subjetivaa, podemos citar el andlisis de
Alpers de un impreso de Pioter Sacndredam del aiio 1628 que
representa el corte transversal de un viejo manzano, El reales el
228
Figura 10.1. Aguafuerte de Saendredam de la “flea imagen”
dibojo para repudiar la creencia ampliamente extondida de que la
‘madera oscura en el eentro del tronco del manzano conten las
jmagenes milagrosasdel cero catélico. En la Holanda protestante,
recientemente en guerra oon la Bspaia catdliea, habla razones
Sociales importantes para poner en duda la creencia. Pero el
méinde de Saendredam es indieativo, Identifiea el érbol que ha
‘oFlado,dibuja el eentro con gran precision, pone fechs al dibujo y
publica una aguafuerte para repudiarla falsa imagen. Su estrate-
fia es“soparar el objeto visto de las creenciasointerpretaciones a
Ins euales habia dado origen”(p. 81). Bl dibujo debiareflejar una
lectura exacta de a naturaleza y evitar la interpretacién. Una vex
‘més podemos notar que la nocin de interpretaciénes,en estecas0,
peyorativa.
‘Mientras el propésito de Alpers es demostrar la estrecha
rolacion que existe entre la estrategia de los artistas holandeses
Gel sigloxrty sus colegascientificos britanicos, una empresa en la
feu, ereo, tiene éxito, mi propésito es sugerir que ambos son
Droducto de los muevos modos de leer las Escrituras segiin el
Eentido, est es, segtn os significados literales,y evitando “inter-
229protaciones", aquellas interpolaciones, digresiones, ampliaciones
J farragos de estilo” que, desde el punto de vista de los protestan-
tes, habian interferido en la correcta lectura de las Bscrituras.
‘Representacién del mundo en mapas
En 1665, la Real Sociedad publicaba un volumen de “Instruc-
ciones paramarinos quenavegan con rumbos ejanos”. Bsos viajes
{de deseubrimiento” eran antonces comunes, pero su impacto y la
‘compilacién de informacién que permitieron proveyé la base para
tina pintura del nuevo mundo. Un explorador, diferencia de otros
viajeros, trabaja
alservieio do una visin orgonizada delo que podria encontrarse
{e intentalrelacionarlo con Io que es eonceido. A semejanza det
vagabundo..ol explorador seve asimismo contribuyendo a una
‘suma de conocimiento que 61 ha evaluado de antemano. (Hale,
1968, p.9,eitado por Eisenstein, 1979, p. 477)
‘La *visin organizada’ que generaron los viajes de descubri-
:miento fue una concepeiin tesrica del mundo representado por
‘mapas. Los mapas que servirian para las necosidades.de la
‘pavegaciGn y proveersan una vsién eomprensible del planeta eran,
Jos ejemplos mas notorios del intento de poner el mundo sobre el
papel, y de pensar en él en términos de esas representaciones.
La Geografia de Ptolomeo, un éxito masivo, que combinaba el
conoeimiento geografico local y una imagen del mundo basada on
la geometria de la esfera fue eserita en el siglo. Ptolomeo sabia
que el mundo era redondo y, por eonsiguiente, podia ser pensado
fen términos de propiedades de una esfera geométrica. Dado que
hhay 360 grados en un eireulo y el so “realiza” un cireuito completo
cada 24 horas, era posible estimar el mimero de millas eubiertas
porel solen una hora y utilizar esa figura para calcular el nimero
de millas por grado y de al la circunferencia de la Tierra. La
festimacién de Ptolonieo de unas 60 milla por grado es cercana al
‘Valor hoy conocido de alrededor de 70 millas por grado,
‘Los ms antiguos manuseritos de la obra de Ptolomeo que
Iogaron hasta nosotros son del siglo m. Por ser matemstice, la
teoria de Ptolomeo era comprendida silo por eruditos. Ademas, si
bien el texto podia ser copiado fcilmente, los mapas y dibujos en
Jas manos de eopistas tondian a perder sus propiedades distnti-
vvas. Yohe visto la primera copia del mapa del mundo de Pislomeo,
230
actualmente en el Museo Briténico, que ofrece una impresionante
representaciin de Europa, parte de Asia y Africa, pero que mues
trae] oeéano Indico como encerrado por masas de tierra. El interés
de Ptolomeo no apuntaba sdloa la ciencia natural; fue mucho més
conocido en toda la Edad Media por su libro de astrologia, el
Tetrabibloe
‘Los mapas del mundo medievales, mappas mundi, general-
mente constaban de una esfera, radeada por otras esfras que
representaban los cielos, o discos cuya cireunferencia estaba ro-
dead por seres miticos. Skelton (1965), curador de mapas en el
‘Museo Briténico, seialaba que los mapas del mundo de la Edad
Media, en su mayor parte tomados de lo seriptoria de los monas-
trios, reflajaban las modelos convencionales dela vision eristiana
del mundo:
Hasta la segunda mitad del siglo2y, el mundo habitable seguia
.slendo representado como un disco eireular rodeada por el mar
‘eéano, con Jerusalén en ol centro y este (cn ol Paraiso Terre
‘nab hacialepartesuperior,yelmodel simétriodelosdiagramas
7.0 era reflejado aun en los mappae mundi més elaborados.p.
111; eltado por Bisenstein, 1979, p. 515)
‘Unmapa como éste,ltinico encontrado en el manuserite del
Lihrode Marco Polo donde se relata sa viaje Oriente del sigloxm,
quese encuentra hoy en la Real Biblioteca de Bstocalmo, represen
taundiseooonel Orientemareado en Ia parte superior y Oceidente
em [a inferior cn los hemisferios norte y sur representados como
fenormes islas en un mar circular. El hemisferio norte (a 1a
inquierda) parece representar los tres continentes eonocides de
Europa, Asia y Afriea divididos por el Mediterrineo y el Nilo.
|, las descripeiones de Marco Polo, por atro lado, estan llenas
aad mareaciones (instrucciones) y distancias, y largos Viajes por
tierra son descriptos a lo largo de una linea recta transversal
(Gkelton, 1958, p. 12)
Los aproximadamente 600 mapas que han sobrevivido del
periodo anterior a 1900 no muestran signos de desarrollo general
hhacia un mapa exhaustive del mundo (Sarton, 1955, Fisenstoin,
1919, p. 479). El principal escollo era la falta de medios confiables
para duplicar mapas, un obstéculo sélo superado con la invencién
e la imprenta y el grabado, y la invencién de un mareo de
referencia matemético comin que permitiera Ia integracién y
Sintesis de la informacién que se acumulaba en los viajes de
eseubrimiento, ~8
231‘Figura 102. Meppa mundi, en wn mansssita de Marco Palo
A pesar de que la disponibilidad de eartas idéntiens, amplia-
‘mente distribuidas, era suficiontomente dependiente de a iea-
pronta para llevara Sarton, un historiador de a ciencia, a afirmar
‘quo el principal acontecimiento que separa el periodo que llama-
‘mos Renacimionio de la Edad Media fue la doble invencin,
‘ipografia para el texto y grabado para las imagenes” (1955, . xi),
232
vision sélidamente documentada por Eisenstein (1979), nuestro
interés principal es la relacién entre el desarrollo de las repre
sentaciones del mundoy nuestra concepeién del mundo, El proble-
sma de la representacién consistia en inventar y estandariaar un
sistema de proyeccién de una esfora redonda a una superficie
representacional plane adecuada para la integracién de informa-
dn nueva, :
‘Si bien existian numerosos mapas locales, que deseribfan Ia
rata de, por ejemplo, Londres a Paris ode Portugal alos Grandes
Bancos de Terranova, estas mapas ycartas(disefiados como ayuda
para la navogacin en tierra o agua) relacionaban cosas particula-
res sin inlograr estas particularidades en un esquema general
Estas “eartas planas”trataban la Tierra esferica como si fuera un
plano, y asi potia serrepresentada. Tales cartaserancomtinmente
Utilizadas para la navegacion on los siglosxvy xv. (Véasela figura
103)
TE problema con esas cartas se hizo evidente cuando fueron
utilizadas para representar un drea amplia. Los meridianos (-
reas de longitud), que de hecho convergian en los polos, eran
reprosentados en una carta plana como paralelos entre si, lo que
{introdueia grandes errores en la representaci
alias latitudes.
‘Algunos problemas de representacién eran relativamente
triviales, tales como desarvollar una convencién de poner el Norte
cen la parte superior del mapa. Otros fueron mucho més serios,
‘como inventar una cuadricula de ineas de latitud y longitud para
‘especificar localizaciones. Esta cundricula abstracta fue lo que
‘permitié la integracién del conocimiento eartogrficodetallado on
‘una “imagen del mundo".
La matematizacién del espacio geogréfico comenzs, como
hemos dicho, con la Geografia do Ptolomeo, que fue traducida al
Grabey més tarde retraducida al latin durante! Renacimionto. EI
‘paso importante fue considerar no slo que el mundo era redondo
como una esfera, sino como una esfera con las propiedades
‘mateméticas deund esfora estoes, que podia ser representada por
Jos 860 grados del cireul. Los grados del eireulo podian proporcio-
nar las Iineas de latitud y longitud de la Tierra, proveyendo un
‘mareo de referencia comiin en el cual cualquier tarrtorio que se
descubriera podia sor insertado, Slo entonces, el mundo de papel
se volvi6 el esquema conceptual en términos del cual podia ser
‘omprendido el mundo perceptual
‘Una vex reconocido como una esfera, quedaba el segundo
283‘Figura 103. La costa occidental do Aftca, on una carta portalana
‘manuserita de. Benineasa, 1468,
problema: representarun objeto esfério on una superfice plana, lo
ue se conoce como problema de proyeccién. Ptolomeo habia
“resuelto” este problema pensando el hemisferio como un eono,
(Pignsese la Tierra como un par de conos més que como dos
hhemisferios que se encuentran en el ecuador con la hase del eono
234
‘en el ecuador y los vértices de los eanos en o sobre ls polos, luego
‘ransfiriendo las lineas y puntos del glabo al cono,y luego abrienda
¢leono para hacer unasuperfieie miso menos triangular.) Uncono
tienela ventaja de que es representable comouna superficie plana
‘on paralelos, con lineas curvas para el ecuador ylas demas ineas
de latitud, ylineasrectasy eonvergentes paralos meridianos. Esta
‘epresentacién results apropiada para las regiones cereanas al
‘ecuador, pero produefa distorsiones considerables en las latitudes:
‘medias, grea en la cual tuvo ugar la mayor parte de la navegacién
de los sigios xv y x.
‘Una segunda solucién para representar el mundo esférieo en
papel fue a invencién del globo, el mas famoso deo cuales, hecho
por Martin Behaim de Nuremberg, fue completado en el aio del
Aescubrimiento de América por Coldn, 1492.Perolasglobos, sibien
brindaban una admirable imagen del mundo, no podian stminis
trar detalles de ninguna area particular. Para elo, tendrian que
hhaber sido inmensos; de all que los globos no fueron stiles para la
avegacién,
‘Ta torcera solucién fue una proyeccién de tipo Mereator,
familiar para todos los esealares. Nunez, un matematieo porta:
ggués, habia deseubierto que en un globo, una linea de rumbo, la
lines definida tomando tna orientacién de brijula eanstante,
produeia un extremo en espiral en el polo. Rste ue el problema que
fenfrenté Gerard Mercator (1612-1504), un protestante holandés.
1B eoneibi¢ los medios para imprimir mapas que eran aplicados a
Josglobosy un mapa del mundo de 1569 con meridianos espaciados
hhacia los polos, que amplifcaba la representacién del espacio en
esa rogién, Bs ia proyeecion de Mereator la que hace que Canada
parezea tener un territorio septentrional tan vasto. Su solucién
implies representar una esfera no como un cono sino como un
cilindr, ya que éste podia ser representado también como una
superficie plana. (Como cuando se quita la otiquota de un envase
cilindrieo), El inglés Wright, en un escrito de 1599, ofrecié un
informe explicito de eémo podia hacerse esto, Explicé que si la
‘Tierra fuera una pelota estérica con todos los meridianos y para-
lelos dibujados sobre su superficie y ostuviera colocada en un
cilindro con un diémetro y un largo igual al de a pelota,ylapelota
|uogo se inflara hasta que llenara el elindro, todos los meridianos
serian paralelos. Las imagenes transferidas de apelota.alcilindro
serian una proyeccién Mercator. Asi, no slo la Tierra puede ser
ada en una superficie plana, visible do una simple
‘ojeada; también las lineas de rumbo serdn recs, de modo que un
235‘eursofijo de brjula podré dibujarsecon una regla Bons, 1962, pp.
206-200), Ademés, las eartas mas pequetias, que representan los
detalles do un area particular, pueden ser “trazadas” en el mapa
del mundo porque compartirén el mismo marco de referencia.
[Estas cartas mas detalladas son adecuadas para la navegacion
‘Unmapaounacartaes depocautilidadamenos quese pueda
resolver el problema de la referencia, es decir, encontrar métodos
precisos pararelacionar posiciones scbreel mapacon posicionesen
fe mundo, Esto es particalarmente importante si se debe navegar
brientandose por medio de una carta, Cémo debe uno detarminar
Ta ubieacién presente en una earta sino hay mojones vsibles que
sirvan como guia?
‘Los métodos de navegacién desde el siglo xm, cuando se
introdyjo el compas en Europa desde China, se basaban en el uso
de cartas portulanas, cartas que indicaban distancia y direccién
entre puertos ydestinos, primerodel Mediterraneo, en lsiglo3v,
do las costas atlnticas de Europa. Betas cartas offecian un
‘euidadoso trazado de la costa maritima y los puertas, Su caracte-
ristica principal era la serie de lineas de rumbo que irradiaban
‘desde tina serie de rosas néuticas de compds que, a su vez,
‘emanaban desde los “puntos de la bréjula’, NNE-y similares. Los
‘navegantes podian determinar un rambo ubiedndose ellos mismos
‘en una do esas lineas de rumbo que conducian al destino deseado.
Y soguian su trayectoria medianto “estimaciones”, caleulando la
diroocién y la distancia navegada (Boas, 1962, p. $1). (Véase la
figura 103)
‘Tales métodos no eran adocuados para explorar ceéanos
desconocidos, onde se buseaban nuevasrutasmaritimasaCathay
(China)olasislasde as Especias (Indonesia),posibilidades quese
hicieron conscientes a medida que Ia imagen del mundo se volvis
més articalada. Bstos nuevos métodos inelusan la aplieaeién del
conocimiento astronémico a la navegacién, empresa inciada por
Enrique el Navegante, principe portugués de mediados del siglo
av. La altura del sol y las estrellas podian ser utilizadss para
determinar Ia latitud sobre la superficie de la tierra si se contaba
‘on un dispositivo para medir esa altura y tablas que permitieran
tomar en cuenta la fecha y la hora de la medicién; solo la Estrella
del Norte, Polar, mantiene su posicién en el eielo nocturne.
“linstrumento més cominmente utilizadoenel iglox para
‘medir a altura fueel cuadrante. Una pequefiapieza mévillen cruz
se deslizaba hacia abajo y adelante a lo largo de un areoealibrado
dirigide hacia un punta, el horizonte por ejemplo, hasta que lotro
236
extreme de la pieza en eruz cubria el objeto medido, par ejemplo
tuna estrella, La distancia recorrida por la pieza en cruz sobre ol
arco indicabael éngulo dela estrella desde el horizonte. Este valor
ppoaia ser luego comparado con una tabla que especificabalaaltura
‘ronosticada de esa estrella para una hora y una fecha dadas en el
‘puerta de origen del navegante y, si se sabia la longitud, navegar
hhacia la linea de rumbo apropiada. Ademds, la longitud era
“oonocida’ sdlo por estimaciones, esto es, sobre la base de la
velocidad multiplicada por el tiempo, porlocual la estratogia mis
segura era simplemente navegar hacia la latitud del puerto de
corigen y luego “encontrar la latitud” (Boas, p. 88). La medicion
precisa de a longitud dependerta de la invencién del relo} mecéni-
9, que permitia saber qué hora ra en Greentvich, donde fuefijado
el Primer Meridiano en el siglo x0, cuando era mediodia a bordo
‘segin indicaba el euadrante. Una vez que fue calculable tanto la
Tatitud eomo la longitud, fue posible intograr le informacién de
‘todas las localizaciones en una Unica imagen del mundo. La propia
uubieacién ya no fue el deictico “aqut”, sino un punto en un mapa,
Estaa nuevas representaciones del mundo y la nueva soi
cacién en navegacién podian servir como teoria para generar
nuevas predieciones. El viaje de Colén hacia el Oeste fuerepresen-
tativo, Coldn sabia que, sila Tierra era esférica, podia ser repre-
sentada por 960 grados. Lugo, a partir dela lectura de Ptolomeo,
concluyé que cada grado correspondia a unas cincuenta millas,
‘algo menos de lo que Ptolomeo mismo habia caleulado (una milla
indutica cresponde a I grado de latitud en el ecuador; mas tarde
se deseubrié que era un poco mayor que una milla lineal) También
‘estimé, sobre la base de la informacion que brindaba la excursion
dde Marco Polo a Cathay (China), que la extensién del mundo vio
‘yeonocid era deentre 225 y 255 grados, Siel mundo tiene 6lo360
irados, entonces faltan unos 100 grados, como méximo 5000
millas, entre China y Bspafa, navegando hacia el Oeste. El sabia
también que Cipangu (Japén)estaba aunas 1500 millasal Este de
China, de modo que podia inferir que navegando en linea recta
hacia Oeste 3500 millas, unos 85 das, legaria al Japén. Todas
‘estas Fueron inferencias a partir de un mundo de papel. Bn efecto,
‘cuando Colén arribé a Cuba, un viaje que tomé unos 85 dias, crey
hrallarse en Indo-China jy a unos pocos dias de navogacién del rio
Ganges dela Indial (Skelton, 1958, p.55)-De hecho, en una nueva
{imagen del mando debfan admitiree unos 120 grados del globo,
‘més o menos un tereio de la Tierra incluyendo las Américas y el
Pacifico.
237‘Una lustraciém tal vez més impresionante dela importancia
conceptual del mundo sobre el papel fue la bisqueda del “Conti-
hnente Meridional”-Hacia mediados del sigiox, el Océano Pacifico
‘se habia convertido no sdloon una rata comercial sino también en
terreno de una segunda gran ilusién alimentada por el mundo
sobre el papel. Parecia obvio el concepto de un contintente vasto e
inhabitado, que se extendia desde ol Polo Sur hasta el Trépico,
limitado por los oeéanos Atléntico, Pacifico ¢ Indico. Algo debe
Ienar el vaciocn lascartasy ademas secreia quo, sila Tierra debia
ppermanecer en equilibrie, debia haher un continente enel Sur que
halanceara el del Norte. £1 mapa del mundo de Mareo Polo habia
‘mostrado el continente norte y uno al sur, esférico y desconocido.
‘Mercator eseribié en su carta del mundo én 1569:
‘Bajo el Polo Antartica [se encuentra] un cantinente tan grande
‘que, con las partes meridionales de Asia, y la nueva India 0
“América, deber‘a tener un peso igual al de las demas tierra,
(Skelton, 1958, pp. 198-184)
Laconjetura no fue fécilmente refutada, dado que los bareos
‘navegaban con los vientos alsios de este a oesta entre el ecuador
el Tropieo de Capricornio, Pero esto dejé inexplorado la zona al
Sur del Trépico, un vasto océano que podia ser explorado aélo
navegando desde el oeste. Bn 1768, el Almirantazgo britanico
‘omisioné a James Cook, que acababa de valver después de cinco
‘fos de vigilar las enstas de Terranova, y era buen matemético,
‘para que comandara un navio,el Endeavour, yllevara astrénomos
‘dela Real Sociedad a Tahiti. Ademés, las instrucciones secretas le
terigtan # Cook que buseara el continente que “hay razones de
imaginar... debe eneontrarse hacia el Sur" (Skelton, 1958, p. 283)
‘Llog6 a Tahit via Cabo de Hornos, uego navegs hacia el Sur,
circunnavegé Nueva Zelandia, eon lo que probs que era una isla,
‘descubri Ia costa este de Nueva Holanda (Australia), y luego de
‘estar al borde del naufragio tres veees en la Gran Barrera de
Arrecifes volvi6, via Estrecho de Torres, al Océano Indico. En su
sogunda bisqueda del continente Austral, navegs de oestea este
desde Nueva Zolandia hacia el Cabo de Hornos, cruzando tres
‘yeces el Circulo Antartico (60 grados aur), y una vee legado a los
1 grados sur (equivalente, aproximadamente, al centro de
Groenlandia), se convenci6 de que si habia un cantinente austral,
“Gebia hallarse dentro del circulo polar” y “no valdrfa Ia pena
descubrirlo™ (Skelton, 1968, p 241).
238
Skelton (1958) concluye que “los viajes de Cook pueden
considerarse, sin exageracién, los primeros viajes cientficos de
‘descubrimiento. Marcan una época tanto en la concepeién de
‘mapas del mundo como en su exploracién”(p. 243) Por tanto, los
“Viajes de Cook no deben ser considerados simplemente la proyee-
tin del mundo al papel sino la exploracin del mundo desde et
punto de vista de un mapa. BI mapa es el modelo o teoria euyas
‘pruebas empirieas son los Viajes. Los mapas so han convertido en
representaciones, Desde el sigio xv, estar completamente perdido
es estar, segin las palabras de nuestro epigrafe, “a leguas sin
mapa desde ningsin lugar’.
Mapas mentales
Que esta representacién del mundo es un mundo de papel, no
‘uno intuitive, puede ser mostrado contrastando esta representa-
‘dn eon otras que son igualmente impresionantes pero que no
‘estin basedas en mapas yeartas sino en el conocimiento personal,
To que, en el ambito de las ciencias cognitivas, se llama modelo
‘mental. Losmieronesiosylos polinesios navegaban miles demillas
fn el Pacifico Sur entre Samoa, Hawaii y las Islas Orientales y
Tlegaban a destinos visibles desde apenas diex millas,luegode dias,
de navegacién en un mar sin marcas nj cartas, Tupaia, el jefe de
‘navegantes delas Islas Carolinas, a quien el Capitan Cook embar-
‘enel Endeavour en 1769, sabia odo sobrelos principales grupos
de islas en Polinesia, excepto Hawaii y Nueva Zelandia, una
textensién de unas 2600 millas. Enel viaje con Cook era eapaz, dia
tras di, seg el informe de Cook, de apuntar,correctamente, en
direccién a Tahiti,
Pero sélo recientemente hemos comenzado a entender 1a
sofisticaciGn de las actividades mentales que conducen a tales
Iogros. Gladwin (1970) estudié las pricticas nautieas que ain se
‘emplean en las Islas Carolinas. El navegante se visualiza a si
{mismo como el eentro jade dos marcos de referencia méviles, uno
provisto por las islas entre las cuales navega y el otro provisto por
el patron de estrellas que se desplazan de este a vest.
Catley (1977) deseribié estos marcos de referencia en una
valiose ilustracin figura 10.4). El bareo ests representado en el
fentro de un eireulo definide por el horizonte. El navegante
‘considera que el bareo ests ostitico, mientras que el punto de
fembarque Tetracede y se aproxima él de destino; otras islas se
‘mueven en la misma direccién, Al mismo tiempo, una sucesin de
238Figura 104. Roprocentacin pictnie:artculaign dl viajero
caroingio de los marcos espaciles méviles do islasyeatreline durante
‘un viaje (imaginarie).
estas urgessbrelhorznt, cade una dela alee nntone
tna rlacn fia, conoid, con cl destino y fiona ae
para el arc, Para calcula la distancia veallzada, ae ene ese
Sento unaislaen particular, fora dl trayeta dela cmibacane
Yimds alld del horizonte lashada Bia ica maginarin Bet cle
Bak tambien se despaza respecto del bareo ocupande la sete de
osiciones que designan ls psiines fas de las estrellas gos
Servianariginlmenta como goss para el bare lee sistema de
tciangulacioos lo permite al navegunts dlarminar, cunsde te
Tegado al rea de destino a qué hora comenzard a buscar incon
‘mds leas tales como nubes vucodo pros, movlasentoede ae
alas, et. Joshua Sleum (1800), la primera persona en navegar
Alredeor del mundo sin ayuda, cuenta como plo reson
Cuando habia entrada as iatitadesdloovientabaicoe see
tente por ol sani do la ola quo choeaban conse eared ta
smbaxencidn,
"Hutchins 1989) describ algunos de los aspects en que la
nuvogacion mlcronesia diferdelanavegacién glade porns
Ya hemos mencionado el mare d referencias para ques ce tals
por mapas ag” es un logar sobre el mapa; pasa ol savegene
240
tradicional, “aqus es la ubieacién del barco que se percibe directa-
‘mente. En segundo lugar, para quien utiliza mapas, la ubicacion
actual es deducida por medio de “estimaciones”. La ubicacién
inicial es especificada a partir de una carta: las mediciones de dos
variables, la direcsion adoptada y Ia distancia retorrida, pueden
sermareadas en esa carta para dar la posicién actual. Elnavegan~
te tradicional mantiene un modelo continuamenta actualizado de
laubicacidn relativa de lasislas ylasestrellasrespectodesu barca.
‘Hutchins (1983) seal6 que conceptos como abservacién
inferencia son esenciales para quien secrienta por mapas, pero no
parael navegante tradicional. Tanto asrepresentacionescomolas
operaciones montales que realizan son distintas. Las observacie-
nes astronémicas son importantes para ambos, pero en el primer
aso, seemplean para determinarla latitudy laiongitud, ya partir
de elias, proceder ala ubicacin en una carta. Para el navegante
tradicional, el trayecto de las estrellas indica la ubicacién y el
destino directamente. Uno vive en el mundo, el otro en un mundo
de papel. Hutchins lo explica de este modo:
Cuando oInavaganto utiliza unabréjula para ubicar una marca
desde el puente de un bareo, eaneaptualmente deja de estar en
el bareo; esta sobrela supericie del mar estudiando la posiciin
de su embarcacién en una representacisn del espacio local real
{p.207)
Yeontinga:
‘Bn nuestra tradicin, las operaciones de observacién, computa-
ign ¢ interpretacién constituyen, esda una do elles, un tipo
Giferonte de actividad y son elocutadas suoesivamente, La caja
de herramientas del navegante micronesio esta en s mente
[La nterpretacin del resultado (la poscion de a isla de referer
cia, por ejemplo) estéineorporada en el ele (construccién de
Ja imagen del horizonte) que, a gu vez, estdineorporado en la
bservacién (hora del dia). (p: 228)
Recientemente se han reconacido como proeza néutica simi-
Jar Ios viajes de los vikingos en el siglo xa “Vineland”, el nombre
‘norse del territorioqueincluiaelextremo de Terranova (Macleans,
‘Sdeagostode 1991, ». 41). Los tinicosregistros de cémoselograron
fstas hazatias nduticas provienen de las sagas norse (Mowat,
1965). Estas proveen instrucciones de navegacién para viajes
distantes en términos de doegrs, esto es, distancias medidas por
aLccudnto deberia resorrer un barco on un dia promedio(aproximads-
nente 35 millas), instrucciones deseriptas en airts, y marcas que
{efalan punto de partida y punto de destino Si bien estos nave-
{Gantes no sabian nada sabre el mundo geometrizado de latitudes
Fiongitudes, pod(an medir la altura delos astros.y comparando la
altura presente de, digamos, la Estrella del Norte con la altura de
fesa estrella en el destino, controlar el problema dels latitud. Los
‘navegantes vikings podfan navegar desde Noruega hasta Nortea-
‘mérica observandomarcas en las Shetlands, las Faeroes, Islandia,
‘Grocnlandia y las Islas de Baling, sin perder de vista la tierra por
mas de 200 millas en ningiin momento (Mowat, 1965, p. 956)
‘Un dltimo ejemplo de navegacién sin bréjula ni carta provie
ne del vije de larga distancia de los inuits a través dal Artico. Los
‘Viajes de hasta 500 kilémetros eran comunicados y recordados
mediante la memorizacién do una serie denombres que describian
lugares; la direccién era gobernada por clementos tsles como
‘sastrugi, pequefins eatrias de nieve endurecida que corrfan para-
Telas alos vientos predominantes, y las distaneias en términos de
dias de viaje, Si bien estos mapas mentales se orientaban al
tstableeimiento de rutas, los inuits son eonocidos por su notable
hhabilidad para dateribirla geografia local en mapas. Unimpresio-
rnante ejemplo de ello as el que fue preparado para el explorador
‘dangs Knud Resmussen porel inuit Pukerluk, en 1922, paraguiar
tus viajes en las tierras aridas al oeste dela bahia de Hudson. Bl
mapa de Pakerluk, de hecho, corresponde muy bien ano moderno
ddl mismo territario, «indica la precisién del conocimiento que
Pukerluk adquirié empiricamente (Pelly, 1991; véase también
Brody, 1981, 1987), Los mapas se dibujan con frecuencia en el aire
en la nieve enel transcurso de laexplicacién de una rutajraravez
slog lleva o se los consulta en un viaje.
“Aunque'lleguemos areconocerla complejidad delas operacio
nes que pueden desarrollarse en la mente sin el uso de represen
taciones abstractas y notaciones de edleulos, ya sea para la nave-
sgacién o para la especulacién teérica (Carruthers, 1990), no es
menos importante reconocer Ia marea importante que imprime
Sabre el propio pensamiento del mundo cuando uno ega a pensar
tn l en términos de modelos explicitos que evalucionan en el
{ntento de representarlo. El mapa inuit sirve s6lo como artefaeto
‘mnemotéenieo para lo que ya es conocido; el mapa del mundo de
Goléa 0 de Cook servia como modelo tedrico para pensar lo
desconoci.
‘Ong anticipé admirablemente nuestra conclusién:
242
Figura 105. Mapa modero de
lnegiin al vests dela Bahia
de tiudsoncomparads cone
gue db Pakerok pare
ms.‘Silo después de la imprenta y la extensiva experiencia con
‘mapas gue ésta posibiit, os sores humanos, al reflexionar
{obre el cosmos, el universo oe! "mundo", pensarian principal-
‘mente en algo que se presentaba ante Sus ojos, como en un
‘moderno atlas impreso, una vasta superficie o eonjunto de
superficie... ists para cer “exploradas”-Elantiguomundo oral
‘onoei6 pocos exploradores, i bien conociémuchositinerantes,
iajeros, aventureres y peregrinos. (1982, p. 73)
Representacién de Ja naturaleza: la
matematizacién del movimiento de Galileo
‘Aun cuando los gedgrafos hayan realizado el paso decisivo de
reprosentar el mundo fisico mediante una geometria abstracta—
‘endo el mundo en términos de una esfera geométrica con sus
propiedades matemsticas conocidas—, el logro mas espectacular
fonsistiéen ver las propiedades no espaciales dela naturalezs, en
particular el movimiento, en términos de tales representaciones
eométricas, Galileo es celobrado con justicia precisamente por
teste logro (Haugeland, 1987).Recordemoslacelebrada afirmacién
fe Galileo de que el Libro de la Naturaleza estaba escrito en
Tenguaje matemitico, Su método consistia en tomar proposiciones
Tégieas como postulades cuya verdad debia ser establecida "cuando
tencontramos que las inferencias que se derivan correspondon y
‘coneuerdan perfectamente con la experiencia” (1698/1954, p. 172).
‘La perspectiva es perfoctamente moderna. Le teorfa tiene uns
orma logiea,y sus implicaciones se eomprusban mediante experi-
smentaciéo.
‘La estratogia de Galileo consistfaen utilizar las propiedades
Aeductivas de la geometria para derivar prediceiones que podian
ser confirmadas mediante experimentacién. Consideremos su
‘Teorema I, proposicién I sobre laa propiedades del movimiento
suniforme:
Siuna particula en movimiento uniforme ya velocidad constan-
te atravieea dos distancia, los intervales de tiompo roqueridos
son entre sf lo quo la razén de osas distance.
Se trata, por certo, de una teoria fisica, pero Galileo procede
a probarla mediante métodos geométrico
‘Sea una particule que ee mueve a velocidad eonstante a través
‘dedos dstancias AB, BC, yl tiempo requerido para atravesar
2a
_ABrepresentado por DB;el tiempo requerido para travesar BC,
por EF; entoness digo que la distancia AB ee ala distancia BC
‘como el tiempo DE es al tiempo EF. (Galle, 1638/1954, p. 155)
La distancia os ficilmente representada con la longitud de
‘una linea; pero el tiempo es representado ahora espacialmente
‘mediante tina Iinea similar. Las relaciones entre distancia y
tiempo son representadas, pues, mediante razones constantes;
ABIBC = DEIEF.
“El movimiento naturalmente acslerado requeria un conjunto
algo mas complejo de representaciones geométrieas. El Teorema I,
‘Proposicién Tafirma:
PEF ‘TEMPO
A BS STANT
Figura 106. Dibujo segin Galle, La expresiénformulaica D = V.xT
‘esuna convencién moderna Gallaa habia sbjetade la mullipicacién
dels inconmensurables, profriando expresar la relacidn en
‘érmings de razones
EB tiempo on el eual un espacio es atravesedo por un cuerpo que
parte del repaso luego es uniformemente acelerado es gual al
Elempo en el eual ese mismo espacio seria atravesado por el
‘mismo cuerpo movigndove a una veloidad uniforme eaye valor
sel promedio dea velocidad mas alta yla velocidad anterior
‘comienzo de In aceleracién.
‘Ya prucba (como se ve on la figura 10.7)
Reprotentemos mediante la lines AB el tiempo en el eval el
espacio CD es atravesado por un euerpo que parte del repaso en
(Cys uniformemente acelerado; sea el valor inal y mas alto de
la velocidad ganada durante elintervale AB reprecentada por la
linen EB trazada en dngulos recos respocto de AB; trécese Ia
linea AR, luego todas las linoas trazadas desde puntos equi