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Unidad 1, 2, 3: Tarea 4 – Proponer contenidos alternativos.

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

Presentado por: Edisson Alfonso Ortiz Jiménez

Código: 1100953979

Presentado a: Clara Helena Guzmán

Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades (ECSAH)

Programa: Comunicación Social

Comunicación Alternativa

Grupo: 3
Introducción:

Este trabajo desarrolla la tarea 4 en la que se consolidan los conocimientos adquiridos en las

unidades 1, 2, y 3, de la materia Comunicación Alternativa, cuyo objetivo es proponer contenidos

alternativos. Por tal motivo se desarrollará de manera individual la indagación sobre uno de los

movimientos sociales propuestos por la docente mediante el foro de discusión con el fin de

analizarlo encontrando sus causas y motivaciones.

En la segunda etapa el grupo de trabajo realizará un blog online en el que se consoliden los

hallazgos sobre los diferentes movimientos sociales de manera que se abra un espacio de

comparación entre los mismos, dado que el potencial espectador pueda generar reflexión critica

luego de leer los artículos.


Movimiento de los chalecos amarillos

¿Quiénes son los chalecos amarillos?

Se trata de un colectivo Frances que protesta contra la política fiscal y social del presidente Emmanuel

Macron. El movimiento de los 'chalecos amarillos' nació al margen de los sindicatos y los partidos

políticos. No hay organización que dirija el movimiento. No tiene líderes ni portavoces: en cada pueblo,

ciudad, departamento o región la gente se agrupa a través de las redes sociales.

Este movimiento está respaldado principalmente por la gente que vive en la periferia, provincias o

zonas rurales. El detonante fue el alza de los precios de los carburantes. Su nombre hace referencia a las

prendas fosforescentes que debe utilizar todo automovilista en Francia en caso de incidente en una

carretera para tener mayor visibilidad.

Protestan por la subida de los carburantes y quieren recuperar el poder adquisitivo perdido, recuperar

los servicios públicos perdidos en la Francia periférica que no tiene las ventajas de París y las grandes

ciudades.
¿Cuáles son los motivos de sus protestas y reclamaciones?

Los chalecos amarillos nacen como reacción a la nueva subida de impuestos sobre los carburantes

anunciada por el gobierno de Emmanuel Macron para el próximo 1 de enero, que aumentará en 6,5

céntimos el litro de gasoil y 2,9 el de gasolina. Se busca principalmente desincentivar el uso de los

combustibles fósiles, algo que ha estado desde el principio en el programa político de Macron que busca

una transición energética hacia energías más limpias.

Pero la Francia principalmente rural, donde los transportes públicos son escasos y que necesita el

coche para ir a trabajar, llevar a los niños al colegio o acudir al médico, no está dispuesta a soportar ella

sola el peso de la transición ecológica. Desde la elección de Macron en mayo de 2017, el diésel ha

aumentado en 31 céntimos el litro y la gasolina en 19. El gasóleo pasó de 1,24 euros el litro en octubre a

1,51 en noviembre, aunque de esos 27 céntimos de diferencia, sólo 8 son debido a los impuestos y la gran

mayoría proceden de la subida del precio del barril unida a la debilidad del euro frente al dólar. Poco

importa. El sentimiento de los chalecos amarillos es que su dependencia del automóvil se ha convertido

en la vaca que el gobierno no deja de ordeñar. Y consideran que es sencillo legislar desde París, donde el

metro te lleva a todas partes -o, como dicen muchos, el coche oficial-, y hacer pagar a los que tienen la

estación de tren más cercana a media hora de camino en coche.


Todo comenzó con una petición en Change.org para exigir la bajada del precio de los carburantes y a

partir de ahí empezaron a surgir grupos en Facebook y vídeos de protesta de diferentes usuarios que se

hicieron virales. La primera manifestación se convocó el 17 de noviembre a través de las redes sociales.

Se buscaba bloquear el mayor número de carreteras posibles para hacerse escuchar. Más de 287.000

personas participaron en toda Francia, hubo un muerto, 400 heridos y 280 detenidos.

La siguiente convocatoria buscaba bloquear París el 24 de noviembre. Unos 8.000 fueron a la capital,

mientras que en el conjunto de Francia se manifestaron 106.000 según cifras del gobierno (los chalecos

amarillos, al no estar organizados, no pueden ofrecer cifras). En los Campos Elíseos se produjeron las

primeras escenas de violencia y pillaje. 130 personas fueron detenidas, 43 de ellas en París.

En la tercera gran convocatoria, el pasado sábado 1 de diciembre, la cifra de participantes descendió

hasta los 75.000, pero la violencia sin control que se vivió en París ha puesto realmente la protesta en el

mapa y al gobierno de Macron contra las cuerdas. Hay más de 400 detenidos y 260 heridos.
¿Qué piden?

Comenzó con un rechazo a la subida de impuestos a los carburantes, pero en pocas semanas se ha

convertido en una protesta por la pérdida de poder adquisitivo. ¿En qué se concreta eso? Por el momento

en todo y nada. En un comunicado que enviaron algunos “chalecos amarillos” a varios medios de

comunicación recientemente se enumeraban 42 medidas, desde la subida del salario mínimo a 1.300 euros

al mes (actualmente es de 1.150 euros) hasta la protección de la industria francesa prohibiendo las

deslocalizaciones, el retorno al mandato de 7 años para el presidente de la República, el fin de la política

de la austeridad, que no haya más de 25 alumnos por clase, que no se cierren líneas de tren u oficinas de

correos en zonas rurales, que no haya personas sin hogar, que la pensión mínima sea de 1.200 euroso,

claro está, el fin de la subida de tasas a los carburantes. Se pide, en resumen, pagar menos impuestos y

mejorar los servicios sociales.

Pero estas son solo algunas de sus reivindicaciones. Al carecer de líderes claros y de ideología precisa,

cada “chaleco amarillo” tiene la suya, una auténtica pesadilla para el gobierno que no tiene enfrente un
interlocutor claro y con unas peticiones concretas que negociar, sino una masa informe de personas

descontentas. Unos piden la disolución de la Asamblea Nacional, otros que se sometan a referéndum las

nuevas leyes. Un representante del movimiento llegó a pedir en televisión la dimisión del Gobierno y que

se nombre primer ministro al general De Villiers, ex-jefe del Estado Mayor de los Ejércitos.

¿Qué plataformas y tecnologías han utilizado para la comunicación, explique su uso y sus alcances?

No hay organización que dirija el movimiento, que no tiene líderes ni portavoces: en cada pueblo,

ciudad, departamento o región la gente se agrupa a través de las redes sociales que han sido el mejor

instrumento para lograr masivas convocatorias de manifestantes.

Facebook, tweeter y whatsapp son los medios de difusión que por medio de grupos y mensajes se

convierten en el punto de partida para que los manifestantes se concentren en las calles.

Las primeras protestas de los "chalecos amarillos" comenzaron a raíz de un video publicado en

Facebook el 18 de octubre, en el que Jacline Mouraud, una desconocida, denunciaba el alza de un

impuesto a los carburantes e interpelaba a Macron.

Su mensaje se volvió rápidamente viral y los llamados a bloquear las carreteras se multiplicaron en las

redes sociales. Desde entonces la cólera ha ganado terreno y se ha transformado en una protesta contra el

aumento del costo de la vida y la política del gobierno en general.

Para los expertos, Facebook ha sido crucial para movilizar a los manifestantes, que provienen

principalmente de pueblos de provincia y de zonas rurales.

"Utilizamos Facebook para informarnos y organizarnos", cuenta Chloé Tissier, moderadora del grupo

"Conductores de Normandía enfadados", que cuenta con más de 50.000 miembros.


"Por ejemplo, cuando estamos alzando una barricada y vemos que no tenemos suficientes paletas para

prender fuego escribimos un mensaje en el grupo y rápidamente alguien las trae. Hacer esto por teléfono

sería imposible", dijo.

Facebook es también una muy buena plataforma "porque las personas mayores también están en esa

red", agrega. Los jubilados, enojados contra el recorte de sus pensiones, se han unido al movimiento.

¿Cuáles fueron sus discursos, narrativas y mensajes más significativos utilizados en sus

manifestaciones, realice sus análisis desde lo alternativo?

Este movimiento se inscribe en la larga historia francesa de contestación social contra los impuestos.

Se identifican con el chaleco amarillo como símbolo del proletariado obrero. Algunos lo comparan con la

revuelta de los "gorros rojos" bretones que obligaron al gobierno socialista de François Hollande (2012-

2017) a eliminar un impuesto a los camiones para luchar contra la contaminación.


Pero para Danielle Tartakowsky, profesora de historia contemporánea, es "inédito" en varios aspectos.

"Primero porque nació en las redes sociales y segundo porque recurre a un nuevo modelo de

organización", desligado de los cuerpos intermediarios. Y aunque tiene algunas similitudes con "Nuit

Débout", la versión francesa de los "Indignados" del 15M en España, los analistas coinciden en que

sociológicamente no se trata de las mismas bases.

Los "Indignados franceses" eran jóvenes urbanos, con diplomas, preocupados por la falta de

oportunidades, mientras que los "chalecos amarillos" son obreros, empleados precarios, de zonas rurales o

ciudades de tamaño medio, señala Jérôme Sainte-Marie, director del instituto de sondeos PollingVox.

"Estos territorios han sufrido una disminución de los servicios públicos en los últimos años. Sus

habitantes se sienten abandonados por los poderes públicos e ignorados por los políticos", apunta Spire.
¿Cuáles fueron los logros alcanzados mediante la comunicación?

Esta movilización social se podría definir como "exitosa" debido a que luego de cuatro meses de

protestas y por la presión popular, el Mandatario galo decidió que el alza a los impuestos de los

combustibles no se aplicaría y convocó a un "Gran diálogo nacional" para tratar los temas que

preocupaban a la ciudadanía francesa. Sin embargo, aún hay grupos que siguen manifestándose y las

protestas masivas en el país europeo han regresado, como parte del rechazo a la reforma previsional

impulsada por Macron.

Trabajo colaborativo:

Link del blog: https://edissonortiz.wixsite.com/blogcomunicadores/chalecos-amarillos


Referencias Bibliográficas:

Universidad La Laguna - CIMAS - Instituto Paulo Freire (2007). Nuevas formas de

participación. Recuperado

de http://complumedia.ucm.es/resultados.php?contenido=QRPQtKhMOtVrmSbxNvaEb

Pereira G., J. (2001). Comunicación y Ciudadanía. Apuntes para comprender las radios y

televisiones comunitarias en Colombia. Signo y Pensamiento, XX (38), 102-116.

Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/860/86011717010.pdf

Villasante, T(2006). Reversión y desborde popular. REDES, Revista Hispana para el análisis de

redes sociales, vol 11. Recuperado de http://www.redcimas.org/wordpress/wp-

content/uploads/2012/10/reversion_ydesborde_villasante.pdf

Mari Sáez, V. (2010). El enfoque de la comunicación participativa para el desarrollo y su puesta

en práctica en los medios comunitarios. Razón y Palabra, 15 (71) Recuperado

de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=199514914043

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