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El Papel de La Familia en La Formacion Lectora PDF
El Papel de La Familia en La Formacion Lectora PDF
EN LA ANIMACIÓN Y EL
APRENDIZAJE DE LA LECTURA*
1. Introducción
Uno de los aspectos esenciales que nos encontramos (además de las dificultades
de lectura en el aula y de la gran cantidad de factores influyentes en el aprendizaje, tanto
personales como del contexto educativo de los alumnos; porque sobre todo nos
interesaba la relación que se da entre lectura y aprendizaje) fue el de la animación a la
lectura, es decir, el de descubrir el placer por la lectura.
“Para mí la lectura es... son palabras que nos cuenta una historia”
Otro de nuestros expertos nos ayuda a concretar cuáles son los aspectos
motivacionales que están implicados en la lectura. Aspectos que desde los
planteamientos cognitivos que acogimos en nuestros inicios cobraban poca importancia.
Igualmente nos ayuda a concretar la funcionalidad de la lectura: la lectura es útil en
cuanto que nos sirve para algo. De este modo, podemos encontrar distintas
funcionalidades de la lectura, lo que nos gusta denominar como el para qué de la
lectura. Nuestra experta nos dice:
Una nueva definición nos vuelve a plantear la importancia del para qué de la
lectura, que como vemos puede ser muy variado. Además nos encontramos con otros
aspectos que parecen preocupar a los alumnos y lleva a plantearnos los distintos tipos de
lectura, en este caso, el de la lectura en voz alta. Podríamos comentar mucho sobre cuál
es el tratamiento que hacemos de ésta en el aula, con qué objetivos la trabajamos y
cómo la trabajamos. Lidia, en este caso nos dice:
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
sabrás muy bien, de los libros puedes aprender todo lo que tu quieras
siempre y cuando estes interesado o te interse leer”.
Como vemos, definición de libro. Cabe resaltar de nuevo el interés que tiene esta
alumna por la lectura, interés que se ve reflejado en el hábito lector que tiene (A mi me
gusta leer por las noches y tardes (cuando puedo) y en la necesidad que nos recuerda de
disfrutar y apreciar todo lo que leemos. Por otro lado, de nuevo resalta la importancia de
leer frecuentemente, lo que puede facilitar la adquisición de nuevo vocabulario, de
reducir las faltas de ortografía, de aprender dónde se ponen las comas... Y la necesidad
de estructurar de algún modo el trabajo de la lectura; en este caso, nos señala su
experiencia cercana, la importancia de realizar fichas. Y por último, destacar uno de los
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
aspectos fundamentales que la psicología cognitiva nos ha traído en las últimas décadas,
la metacognición de la lectura, es decir, la importancia de supervisar todo el proceso de
lectura, de tener una conciencia adecuada de todas las dificultades que se plantean y de
tener posteriormente recursos suficientes que ayuden a dar solución a esos problemas.
UN MODELO EXPLICATIVO:
“Interactivo-Contextual”
CONTROL Y SUPERVISIÓN
METACOGNITIVA
CONTEXTO SOCIO-EDUCATIVO
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
De este modo, surgen los modelos interactivos, que pretenden integrar las
aportaciones de los anteriores y en cierto modo ampliarlos. Así se llegan a concretar una
serie de procesos que están implicados en el procesamiento del texto, los esenciales son
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:
Desde los modelos interactivos, se concretan la gran mayoría de los procesos que
el lector pone en marcha para leer un texto, pero se olvidan todas las variables
contextuales (familiares, escolares, sociales) que pueden incidir en el desarrollo de la
lectura, en la actitud que tenemos hacia ella y el uso que hacemos de ella, así como las
variables motivacionales y afectivas que están implicadas en todo el proceso. En el
cuadro de la página siguiente, se concretan todos los procesos que consideramos están
incluidos en el proceso más global que es la lectura
Con este modelo, pretendemos tener una visión un poco más amplia de qué es la
lectura, y articular, en cierto modo, todas las variables que están implicadas en un buen
desarrollo lector, lo que nos puede servir tanto para realizar una buena evaluación, como
para dar algunas pautas concretas de intervención. El resto de este trabajo, lo dedicamos
a las variables motivacionales y afectivas, y a dar algunas sugerencias que tanto desde el
contexto escolar como familiar pueden ayudar a favorecerlas.
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Una amplia revisión de los modelos explicativos de la lectura y de todos los procesos que desde los
modelos interactivos se plantean la puede encontrar en Repetto, Téllez y Beltrán (2002) y Téllez (2000).
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
METACOGNICIÓN
VARIABLES CONTEXTUALES
• Ambiente socio-familiar
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
Si le preguntáramos a usted qué entiende por buen lector, ¿qué nos contestaría?
Como vemos la idea de buen lector suele estar muy relacionada con la de hábito
lector y con la del placer y disfrute de la lectura. Cuando se nos plantea esta íntima
relación entre hábito lector y buen lector, siempre preguntábamos, y le preguntamos
también a usted: si no se considera un buen lector... ¿nos puede explicar cómo es capaz
de comprender todo lo que hasta ahora le hemos ido contando?
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Esta conceptualización está muy relacionada con el concepto de estrategia de aprendizaje, y por tanto,
con el de estrategia de lectura. Para profundizar puede consultar los trabajos de Monereo y Castello
(1997), de Pozo y Monereo (1999), Quintanal y Téllez (1999-2000, 2001) y de Solé (1998).
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
debíamos cubrirlas y a esa edad, sí nos acercábamos un poco más a esa idea de buen
lector que todos tenemos en mente.
Pero nuestro hábito lector se fue perdiendo, y se fue perdiendo porque nuestras
inquietudes, nuestras necesidades y experiencias fueron cambiando. Nuestros hábitos
lectores fueron cambiando, ya no buscábamos a esos autores que tanto nos decían, ahora
buscábamos a otros que estaban más cercanos a nuestros intereses profesionales.
Nuestras circunstancias personales también fueron cambiando y el terreno profesional
comienza a convertirse en el centro de todo. El formarnos era nuestra inquietud y la
lectura, durante esa etapa respondió a esa inquietud. Seguíamos siendo buenos lectores,
pero por la noche lo que necesitábamos era descansar.
“En un primer momento –nos decía Daniel- sólo pensábamos en su placer. Sus
primeros años nos llevaron al estado de gracia. El arrobamiento absoluto delante de
aquella vida nueva nos otorgó una suerte de talento. Por él, nos convertimos en
narradores. Desde su iniciación en el lenguaje, le contamos historias. Era una cualidad
que no conocíamos en nosotros. Su placer nos inspiraba. Su dicha nos daba aliento... Un
auténtico lector en suma. Ésa era la pareja que formábamos entonces, él el lector, ¡oh,
qué pillo!, y nosotros el libro, ¡oh, qué cómplice!” (pp. 15-16).
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El libro de que hablamos se titula Como una novela, y por supuesto, aunque estamos totalmente de
acuerdo con la primera frase de este libro: “El verbo leer no soporta el imperativo”, sí que le obligaríamos
a leerlo.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
“¿Creíamos que a un niño le bastaba con disfrutar de las palabras para dominar
los libros? ¿Pensamos que el aprendizaje de la lectura nos venía dado, como los de la
marcha vertical o el lenguaje..., otro privilegio de la especie, en suma? En cualquier
caso, es el momento que elegimos para poner fin a nuestras lecturas nocturnas” (p. 43).
Muchas ideas nos susurra Daniel en su libro, además de éstas nos señala:
algunas dificultades con las que se pueden encontrar los padres; cientos de factores que
parecen ir en contra del libro; actuaciones que pueden resultar contrarias al objetivo que
perseguimos; algunas ideas que nos ayuden a alimentar el entusiasmo; algunas ideas
para los profesores de secundaria; y una decena de derechos que debemos permitir a
nuestros alumnos, del mismo modo que nosotros buenos lectores nos los permitimos, si
es que queremos que ellos lleguen a encontrar o reencontrar el mundo o los mundos
posibles que los libros esconden, las sensaciones y los pensamientos posibles que los
libros despiertan.
Ah! Una última cosa, conociendo a Daniel te podemos decir que seguro que no
le importa compartir contigo las ideas que tiene; quizás, a ti, sí te las cuente en una
cafetería.
5. La animación a la lectura
Hasta ahora estamos hablando de un encuentro, de una reconciliación con el
libro. Sería este el objetivo fundamental que nos plantearíamos cuando hablamos de
animación a la lectura; conseguir buenos lectores, en el sentido primero que hemos
señalado. Es decir, personas que devoran los libros, porque en ellos encuentran grandes
posibilidades, porque en ellos obtiene la respuesta a sus intereses, a sus necesidades.
Ya podemos comenzar.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
Pero si repensamos un poco el objetivo que buscamos, el libro quizás sea el fin,
quizás pueda ser un medio, pero lo que realmente buscamos es que el otro lo descubra,
lo disfrute. Es el otro, el verdadero protagonista, el niño que tenemos cerca, en casa o en
el aula, o cualquier otra persona a la que deseamos llegue a conocerlo y entablar una
larga conversación que enraice en una profunda amistad.
Esta importancia de la persona, nos la planteamos desde dos puntos de vista que
realmente están muy relacionados. Por un lado, tanto en la escuela, como en la familia,
debemos conseguir que el niño se sienta aceptado, querido. Favorecer una adecuada
percepción de sí mismo, que se sienta capaz, con ganas de aprender, de descubrir, de
pensar. En este apartado desarrollaríamos todo lo relacionado con la autoestima, el
autoconcepto, la motivación. Debemos sobre todo cuidar la persona. Y por otro lado, y
dado que la lectura hemos dicho que sobre todo debe responder a las inquietudes y
necesidades personales, debe ayudar a despertarlas. La animación a la lectura debe
convertirse en un juego que lleve a despertar la curiosidad y que ayude a conocerse uno
mismo. Si somos capaces de despertar esa curiosidad, el resto lo hará directamente el
niño, o esa persona de la que hablábamos, por el deseo de dar respuesta a sus
inquietudes, a sus necesidades.
Por otro lado, debemos despertar los intereses que todos tenemos y despertar la
curiosidad y la necesidad de dar respuesta a esos intereses.
Pero... ¿cómo despertar el interés? ¿cómo despertar la curiosidad? ¿cómo
favorecer el conocimiento del libro, ese gran desconocido que a veces asusta o parece
no traer nada bueno?
Estas preguntas sabemos que son difíciltes de responder, y nos plantean muchas
dudas... ¡qué sencillo sería si todos los problemas tuvieran solución!, pero sabemos que
no es así, y sabemos que estas preguntas a veces no tienen una única respuesta que
resulta adecuada para todos aquellos a los que les deseamos se hagan amigos del libro.
Por eso, en principio sólo podemos dar algunas ideas que debemos ir adaptando a cada
cual. Cuatro son, aunque son inseparables, las ideas esenciales que vamos a señalar: la
gratuidad de Pennac, la necesidad de ser un buen modelo, el contagio de los intereses y
la curiosidad.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
La gratuidad de Pennac.
Tenemos que dar de leer y esperar, sin pedir nada a cambio. No medir avances,
no controlar la competencia. Sólo hay que dar y esperar. Tenemos que dar tiempo a que
el otro descubra lo de bueno que hay en la lectura, lo que le puede ofrecer, lo que le
ofrece. No debemos pedir nada a cambio.
Dar de leer, significa eso, dar de leer. Retomar las lecturas nocturnas con
nuestros hijos, leer nosotros en clase y olvidarnos un poco del programa que tanto nos
atosiga, leer al oído a nuestra pareja una tarde de lluvía que era imposible salir a la calle.
Y no pedir nada a cambio, significa eso, no pedir nada a cambio. No pedir que
nos haga un resume, que nos explique que quería decir esta frase o este fragmento. Ir
dejando que la magia vaya naciendo. Nos encanta una de las frases de Pennac, en la que
recoge esplendidamente esta idea: dejamos ser sus contadores y nos convertimos en sus
contables; ¡ahí... que cambio más nefasto!
¿Por qué a unos les gusta pintar, a otros escribir, a otros correr, a otros leer, a
otros charlar con los amigos, a otros jugar, a otros la física... (así podríamos continuar
un buen rato y seguro que olvidaríamos su afición)?
Esta es otra pregunta que solemos realizar a los profesores a los que van
dirigidos nuestros cursos: ¿conocéis a alguien que tenga una gran afición? Y todo el
mundo conoce a alguien y todo el mundo coincide en que a ese alguién le brilla la
mirada cuando hace aquello que le gusta, cuando habla de su afición, desprende una
ilusión, un disfrute especial que casi es contagioso. Da gusto tener cerca a una persona
así, da gusto verlos disfrutar. Unos con su guitarra, otros con su pintura, otros con sus
plantas, otros... Y a nosotros que estamos cerca, casi nos dan ganas de ponernos a ello,
sólo faltaría que nos dejara el píncel y seguro que nos poníamos a ello con el mismo
entusiasmo que él mismo.
Con la lectura, pasa algo parecido. Pero ya nos vamos a la tercera idea.
Y siguiendo con lo que decíamos, ¡cómo disfrutamos con esos libros!, cómo se
nos puede escapar una sonrisa picara por un comentario burlón del escritor, unas
lágrimas de risa por unas situaciones inverosímiles, unas lágrimas de tristeza porque
realmente llegamos a sentir pena... Todo eso, no lo ve el que está cerca nuestra. En
ocasiones lo tenemos que hacer saber. ¿Cuántas veces hemos hablado, con nuestro hijo
o con nuestros alumnos, de un libro que nos encanta, por todas esas sensaciones que nos
despertó? La verdad que muy pocas, o ninguna. Es necesario que ellos vean que
realmente disfrutamos con el libro, y que vean por qué motivos.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
que nos vean reirnos sin decirles nada, que nos vean un libro debajo del brazo que
dejamos allí sobre la mesa a espera que esa mirada curiosa se acerque a él en respuesta a
esa pregunta que se ha hecho... ¿y de qué se reirá?.
Como vemos, ya nos hemos metido, en la cuarta idea. Sí que eran inseparables.
Despertar la curiosidad
Sí esas que hemos dicho pueden ser algunas ideas que nos ayuden a despertar la
curiosidad. Porque la curiosidad se despierta, es algo que tampoco se puede imponer.
Eh! niño sé curioso.
Es curioso, aquel que quiere descubrir. Es curioso aquel que se hace preguntas.
En muchas ocasiones nos encontramos con niños a los que les encanta escribir,
pero no dibujar o ilustrar, o dramatizar. Si pensamos que debemos favorecer que todos
nuestros alumnos lleguen a disfrutar con cada una de estas actividades, exigirles en
ocasiones y darle unas pautas concretas, modelos, que les ayuden a descubrir todas las
potencialidades que tienen.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
Una de las maneras que tenemos para poder acercar a los padres al aprendizaje
lector de sus hijos es la escuela, y en especial, la persona del profesor. Si desde los
padres no crece la necesidad de mejorar las condiciones lectoras para el mejor
aprendizaje lector de sus hijos, esa necesidad la debe crear el profesor. A partir de las
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En el mercado puede encontrar mucha bibliografía con sugerencias y actividades que puede utilizar tal
como se le presenta, o adaptarlas, según vea conveniente. Algunas de estas obras son: Domech, Martín y
Delgado (1996), Gasol y Aránega (2000), Quintanal (1999) y Sarto (1998).
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Si nos gustaría resaltar la importancia de este procedimiento, sólo decir un comentario que le
escuchamos a un profesor de instituto en un curso de verano... ¿conoce a algún escritor que no lea?.
Recomendamos también la obra de G. Rodari: Gramática de la fantasía. Rodari nos ofrece una gran
cantidad de técnicas, que el como escritor de cuentos infantíles utitizaba y que todos podemos utilizar,
logrando resultados excelentes. Como ejemplo, le mostramos una historia inventada por un niño de cinco
años y medio, siguiendo una de estas sencillas técnicas: inventa una historia a partir de dos palabras,
zapato y luz (Rodari, 2000: 25):
“Había una vez un chaval que se ponía siempre los zapatos de su papá: Una noche, como
estaba harto de que le usase los zapatos, el padre lo deja conectado con la luz; a medianoche, el
niño cae, y el padre, entonces, dice. -¿Quién anda ahí? ¿Un ladrón?
Va a ver y el chaval estaba en el suelo. Había quedado encendido. Entonces el padre intentó
girarle la cabeza pero no se apagó; intentó tirarle de las orejas pero no se apagaba; intentó
achatarle la nariz pero no se apagaba; intentó tirarle del pelo pero no se apagaba; intentó tirarle
del pelo pero no se apagaba; intentó apretarle el ombligo pero no se apagaba; intentó quitarle los
zapatos y al fin pudo lograrlo: se apagó”.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
1. Diagnóstico de las necesidades. El profesor, junto con los padres que deseen
colaborar, deben identificar las necesidades más fuertes detectadas en el
campo de la lectura: falta de comprensión, desmotivación.... Una vez
identificado y definido qué se desea trabajar deben establecerse los tiempos
reales que disponen los padres para poder llevar a cabo el Programa, y
aplicar unos cuestionarios (antes de la puesta en práctica del programa) para
evaluar la mejora de los padres (hacia la lectura, los alumnos (en la lectura),
y, por qué no, de los mismos profesores.
El profesor, debe servir de orientador a los padres para que sepan qué
actividades pueden favorecer la mejora en la lectura y la comprensión fuera del ámbito
escolar. Las orientaciones que a continuación recogemos, de Fredericks y Taylor
(1991), pueden dar pistas del tipo de actividades que se pueden realizar en la Fase de
Planificación y ejecución del Programa que antes explicamos. Algunas de estas
actividades son:
- Realizar la lectura en un lugar tranquilo sin sonidos distractorios.
- Leer juntos algún libro, el periódico, comentando las noticias más llamativas.
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
- Interesarse y preguntar al niño por el libro que está leyendo (de forma voluntaria
o porque lo ha mandado el profesor).
- Ayudarle a seleccionar libros de interés. Los padres conocen, en mayor o menor
grado los gustos e intereses de sus hijos, en su mano está ayudar a sus hijos a
que se conozcan mejor y ofrecer la diversidad de temas que pueden cubrir sus
intereses o ayudarles a descubrir otros nuevos.
- Enseñarle los recursos que dispone su municipio o localidad en lo que se refiere
a buscar información y libros.
- Leer con él, al menos, 15 minutos al día. Este límite de tiempo es totalmente
orientativo, Con respecto a este punto, añadir, que es más importante la calidad
de la relación que se establece cuando los padres leen con sus hijos, que el
tiempo que se utilice. Puede resultar mucho más fructífero, un padre leyendo 5
minutos con su hijo el libro preferido de éste, que media hora el niño encerrado
en su cuarto “haciendo” que lee.
- Leer libros o revistas que gustan al hijo para poder comentar con él lo que en
ellas aparece.
- Servir como modelos a los hijos: leer delante de ellos, acompañarlos a la
biblioteca...
Las actividades que aquí se han propuesto son sólo una muestra de la todas las
que se pueden llevar a cabo.
Ah! Se nos olvidaba, qué piensa en relación a la pregunta que le realizamos hace
ya un buen rato: ¿cree que todos deben llegar a ser maravillosos lectores?
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El papel de la escuela y la familia en la animación y el aprendizaje de la lectura (Beltrán y Téllez, 2002)
Bibliografía
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