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En algún lugar del Himalaya; ad portas de una de las mas grandes festividades de mi fe

católica- cristiana, buscaba un lugar donde refugiarme y no precisamente del helado aire del
polo, debido a el cansancio y al gran dolor de estar sobreviviendo por mis propios medios
huyendo de algo que realmente no conozco para nada bien, siempre pisando mis huellas
muchos recuerdos que a veces parecieran ganarle a mi agilidad.

En este desierto helado he estado aprendiendo ya durante unos años a refugiarme


temporalmente, también a ocuparme en las cosas que me mantienen vivo, pero esta
tranquilidad generalmente dura poco, generalmente sufre grietas y desgarros a causa de
tanto movimiento y afanes propios de la supervivencia.

He aprendido a borrar mis huellas, para impedir que aquella criatura que alguna vez creí
mitológica que los lamas nombraban como migou pudiera rastrearme y herirme
nuevamente, a veces no puedo ni dormir recordando como aquella noche la criatura que
para mi era solo una historia mas de un viaje que originalmente fue planeado como refuerzo
espiritual aprovechable para tomar alguna fotografías y marcar una equis mas en mi mapa
del mundo explorado.

El miedo me embarga cuando por azares de la nieve blanca, creo ver esa silueta que a veces
me seduce con la posibilidad de morir y olvidarme de toda la fisiología humana que cuesta
tanto mantener a flote, sin embargo sacudo mi cabeza y regreso a mi misión fundamental
sobrevivir y no dejarme vencer por el clima, ni por una criatura que al aparecer podría
hacerme perder todo.

Estoy casi seguro que la navidad o esta corriendo o va a empezar, hace algunos días
caminando en mi búsqueda de la salvación me lleve una desagradable sorpresa, al parecer
esta criatura había encontrado a un viajero extraviado y con el había acabado, este viajero
aun conservaba prendas que yo hace mucho tiempo había perdido, tenia una chaqueta
térmica un poco desgarrada pero me serviría mas que las pocas pieles había logrado
mantener conmigo, en uno de sus bolsillos encontré también un espejo, algo de dinero, y
una postal navideña.

Se ilumino mi cara, esto me hacia creer que estaba cerca de alguna ciudad o pueblo, y una
vez allí estaría salvado y con una posibilidad mucho mas grande de regresar a mi casa,
armado de valor y con la motivación regenerada intento rastrear las huellas que un
permanecían en la nieve, para intentar ubicar el posible asentamiento del cual este
desafortunado explorador se haba perdido.

En esta marcha empezaba a recordar un infinito de personas que se había cruzado en mi


camino alguna vez en mi vida, había aprendido durante estos seis años muchas cosas
nuevas, supervivencia, discreción, esfuerzo y trabajo, pero no había olvidado nunca
aquellas personas que marcaron mi existencia...

En esa marcha lenta pero firme buscando lo que probablemente no encontraría jamás, ya
que no lo había encontrado en todo este tiempo, pareciera estar en algún mundo paralelo en
el cual no existe nada ni nadie mas que yo con mis temores y ese mito andante que todo lo
que se encuentra a su paso pareciera deshacerse y perderse en la triste e infinita muerte.
Salgo de ese pensamiento inhóspito en el cual nunca encontraría nada mas hielo y
montañas, para encontrarme con la figura a la cual tanto le había estado huyendo, y le vi de
espaldas, ese gran animal con mucho pelo unos le llamaban yeti y otros migou pero todos le
tenían el mismo temor y respeto ganado atravesó del terror mortal que generaba al verle,
pero este mito miraba hacia algún lado como pensativo, y al enfocar el horizonte encontré
luces, no lo podía creer, era un asentamiento, pero en medio de mi regreso a la realidad
estaba la criatura a la que tanto le había huido, era hora de tomar una decisión...

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