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Constitución
.Tabla de contenidos
1. INTRODUCCIÓN
2. LA ADMINISTRACIÓN LOCAL
o 2.1 Clases de entidades
o 2.2 Potestades de las Entidades Locales
o 2.3 Los principios del régimen local. Especial referencia a la autonomía
local
3. LA PROVINCIA
o 3.1 Organización
o 3.1.1 Reglas de organización
o 3.1.2. Órganos de la provincia
o 3.2 Competencias
4. EL MUNICIPIO. ELEMENTOS Y COMPETENCIAS
o 4.1 El territorio
o 4.2 Población
o 4.3 Organización
o 4.3.1. El alcalde
o 4.3.2. El Pleno
o 4.3.3 La Junta de Gobierno Local.
o 4.4 Competencias
5. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
o 5.1. Introducción
o 5.2 Contexto histórico
o 5.3 Configuración constitucional
o 5.4. Estatutos de Autonomía
o 5.5. Competencias de las Comunidades Autónomas
o 5.6 Competencias exclusivas del Estado
1. INTRODUCCIÓN
El Título VIII de la Constitución de 1978 establece (artículo 137) que «el Estado se
organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades
Autónomas que se constituyan»; y que «todas estas entidades gozarán de
autonomía para la gestión de sus respectivos intereses».
Los municipios y las provincias, además de otras entidades, conforman la
Administración Local, que dispone de un régimen jurídico específico. Las comunidades
autónomas integrarán, a partir de la Constitución, un nuevo nivel en el conjunto de las
Administraciones Públicas del Estado.
2. LA ADMINISTRACIÓN LOCAL
2.1. Introducción
2.2. Potestades
2.3. Los principios del régimen local. Especial referencia a la autonomía local
3. LA PROVINCIA
La provincia se configura en la Constitución como una entidad local determinada por la
agrupación de municipios y, además, como división territorial para el cumplimiento de
las actividades del Estado.
La provincia goza de autonomía para la gestión de sus intereses, pero es una entidad
que ha quedado con muy escasas competencias y con reducidos recursos financieros.
Además, hay que señalar que se mantienen como tales únicamente en las
Comunidades Autónomas pluriprovinciales, ya que:
— En las Comunidades Autónomas que se constituyeron por una sola provincia su
organización y competencias se integran en la Administración de la Comunidad
Autónoma.
— En la Comunidad Autónoma del País Vasco el nivel provincial lo ocupan los
Territorios Históricos, con una organización y competencias sustancialmente
diferentes a las de régimen común.
— Y en las Islas de los Archipiélagos, el nivel provincial lo ocupan los Cabildos y
Consejos Insulares.
El artículo 31. 2 de la LBRL establece que «son fines propios y específicos de la
Provincia garantizar los principios de solidaridad y equilibrio intermunicipales, en el
marco de la política económica y social, y, en particular:
a) Asegurar la prestación integral y adecuada en la totalidad del territorio
provincial de los servicios de competencia municipal.
b) Participar en la coordinación de la Administración Local con la de la Comunidad
Autónoma y la del Estado».
3.1 Organización
El Gobierno y la administración autónoma de la Provincia corresponden a la Diputación
u otras Corporaciones de carácter representativo.
De acuerdo con el artículo 32 la organización provincial responde a las siguientes
reglas:
1. El Presidente, los Vicepresidentes, la Junta de Gobierno y el Pleno existen en
todas las Diputaciones.
2. Asimismo, existirán en todas las Diputaciones órganos que tengan por objeto el
estudio, informe o consulta de los asuntos que han de ser sometidos a la decisión
del Pleno, así como el seguimiento de la gestión del Presidente, la Junta de
Gobierno y los Diputados que ostenten delegaciones.
Todos los grupos políticos integrantes de la corporación tendrán derecho a
participar en dichos órganos, mediante la presencia de Diputados pertenecientes
a los mismos, en proporción al número de Diputados que tengan en el Pleno.
3. El resto de los órganos complementarios de los anteriores se establece y regula
por las propias Diputaciones.
El Pleno de la Diputación está constituido por el Presidente y los diputados elegidos
conforme a un sistema indirecto, entre y por los concejales que han resultado elegidos
en los municipios de la Provincia. Al pleno se le asignan las competencias relativas a
aquellos asuntos de mayor entidad para la Corporación.
Al pleno se le asignan competencias relativas a aquellos asuntos de mayor entidad
para la Corporación como son, entre otras:
— La organización de la Diputación.
— La aprobación de las ordenanzas.
— La aprobación y modificación de los Presupuestos.
— La aprobación de los planes de carácter provincial.
— El control y la fiscalización de los órganos de gobierno.
— La votación sobre la moción de censura al Presidente y sobre la cuestión de
confianza.
El Presidente se elige en la misma sesión constitutiva de la Diputación por mayoría
absoluta en la primera votación y simple en la segunda. Se sigue en el ámbito
provincial un modelo presidencialista, de manera que el Presidente ostenta la mayoría
de las competencias ejecutivas o de gestión.
Al Presidente le corresponden las competencias que se enumeran en el artículo 34 de
la LBRL, entre las que cabe destacar la cláusula residual, conforme a la cual le
corresponde el ejercicio de aquellas atribuciones que la legislación del Estado o de las
Comunidades Autónomas asigne a la Diputación y no estén expresamente atribuidas a
otros órganos, y las de:
— Dirigir el gobierno y la administración de la provincia.
— Representar a la Diputación.
— Convocar y presidir las sesiones del Pleno, de la Junta de Gobierno y cualquier
otro órgano de la Diputación, y decidir los empates con voto de calidad.
— Dirigir, inspeccionar e impulsar los servicios y obras.
— El desarrollo de la gestión económica, de acuerdo con el presupuesto.
La Junta de Gobierno se integra por el Presidente y un número de diputados no
superior al tercio del número legal de los mismos, nombrados y separados libremente
por el Presidente, dando cuenta al Pleno.
A la Junta de Gobierno le corresponde, de conformidad con el artículo 35 de la LBRL, la
asistencia al Presidente en el ejercicio de sus atribuciones y las atribuciones que la
Presidenta o el Presidente le delegue o le atribuyan las leyes. Es decir no se le
atribuyen competencias propias y tendrá únicamente aquéllas que el Presidente o la
Presidenta le delegue.
3.2 Competencias
El artículo 36. 1 de la LBRL establece que son competencias propias de la Diputación las
que les atribuyan, en este concepto, las leyes del Estado y de las Comunidades
Autónomas en los diferentes sectores de la acción pública, y en todo caso:
a) La coordinación de los servicios municipales entre sí.
b) La asistencia y la cooperación jurídica, económica y técnica a los municipios,
especialmente los de menor capacidad económica y de gestión.
c) La prestación de servicios públicos de carácter supramunicipal y, en su caso,
supracomarcal.
d) La cooperación en el fomento del desarrollo económico y social y en la
planificación en el territorio provincial, de acuerdo con las competencias de las
demás Administraciones Públicas en este ámbito.
e) En general, el fomento y la administración de los intereses peculiares de la
provincia.
En el apartado 2 del mismo artículo señala que a los efectos de lo dispuesto en los
párrafos a) y b) del número anterior, la Diputación aprobará anualmente un plan
provincial de cooperación a las obras y servicios de competencia municipal, en cuya
elaboración deben participar los municipios de la provincia.
Finalmente el artículo 37 abre la posibilidad de que las Comunidades Autónomas
puedan delegar competencias en las Diputaciones, así como encomendar a éstas la
gestión ordinaria de servicios propios.
Puede observarse que las Diputaciones quedan con muy escasas competencias, que las
Comunidades Autónomas podrán completar. Esa posibilidad no ha sido materializada,
por lo que, con carácter general, las Diputaciones centran hoy su actividad en la ayuda
a los municipios pequeños, a través del plan provincial de obras y servicios.
4.1 El territorio
El término municipal es el territorio en que el ayuntamiento ejerce sus competencias.
Cada municipio pertenecerá a una sola provincia.
La Ley prevé la posibilidad de la alteración de los términos municipales, que podrá
producirse:
— Por incorporación de uno o más municipios a otro u otros limítrofes.
— Por fusión de dos o más municipios limítrofes.
— Por segregación de parte del territorio de uno o varios municipios para
constituir otro independiente.
— Por segregación de parte del territorio de un municipio para agregarla a otro
limítrofe.
Se contempla por tanto la posibilidad de la creación de nuevos municipios, que sólo
podrá realizarse:
— sobre la base de núcleos de población territorialmente diferenciados, de al
menos 5.000 habitantes.
— siempre que los municipios resultantes, sean financieramente
sostenibles cuenten con recursos suficientes para el cumplimiento de las
competencias municipales,
— y no suponga disminución en la calidad de los servicios que venían siendo
prestados.
La regulación aprobada por las Comunidades Autónomas para la creación de nuevos
municipios viene exigiendo, en general, una población mínima y la concurrencia de
unos requisitos de suficiencia más rigurosos que los contemplados en la legislación
estatal.
La propia LBRL contempla que, sin perjuicio de las competencias de las Comunidades
Autónomas, el Estado, atendiendo a criterios geográficos, sociales, económicos y
culturales, podrá establecer medidas que tiendan a fomentar la fusión de municipios
con el fin de mejorar la capacidad de gestión de los asuntos públicos locales. En
definitiva subyace la idea de que hay en España demasiados municipios y muchos de
muy reducida población, que no son capaces de ofrecer a sus vecinos los servicios que
estos requieren.
Por otra parte se pueden plantear entre los municipios colindantes cuestiones sobre
deslinde de sus términos municipales, que serán resueltas por la correspondiente
Comunidad Autónoma.
Se regulan también en este apartado, relativo al territorio, los cambios de
denominación de los municipios.
4.2 Población
La población es el elemento personal del municipio, estando constituida por el
conjunto de personas inscritas en el Padrón municipal, considerándose a las mismas
como vecinos. A estos efectos, la condición de vecino se adquiere en el mismo
momento de su inscripción en el Padrón.
Toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el Padrón del municipio
en el que resida habitualmente. Quien viva en varios municipios deberá inscribirse
únicamente en el que habite durante más tiempo al año.
El artículo 16 de la LBRL dice que el Padrón municipal es el registro administrativo
donde constan los vecinos de un municipio. Sus datos constituyen prueba de la
residencia en el municipio y del domicilio habitual en el mismo. Las certificaciones que
de dichos datos se expidan tendrán carácter de documento público y fehaciente para
todos los efectos administrativos.
El mismo artículo, en relación con la debida protección de los datos personales, señala
que los datos del Padrón Municipal, que no son públicos, se cederán a otras
Administraciones Públicas que lo soliciten sin consentimiento previo de la persona
afectada solamente cuando les sean necesarios para el ejercicio de sus respectivas
competencias, y exclusivamente para asuntos en los que la residencia o el domicilio
sean datos relevantes.
El artículo 18 de la LBRL enumera los derechos y deberes del vecino, que son:
— Ser elector y elegible.
— Participar en la gestión municipal.
— Utilizar, de acuerdo con su naturaleza, los servicios públicos municipales, y
acceder a los aprovechamientos comunales, conforme a las normas aplicables.
— Contribuir mediante las prestaciones económicas y personales legalmente
previstas a la realización de las competencias municipales.
— Recibir información, previa petición razonada, y dirigir solicitudes a la
Administración municipal de relación a todos los expedientes y documentación
municipal.
— Pedir la consulta popular.
— Exigir la prestación y el establecimiento del correspondiente servicio público,
en el supuesto de constituir una competencia municipal propia de carácter
obligatorio.
— Ejercer la iniciativa popular.
— Aquellos otros derechos y deberes establecidos en las Leyes.
4.3 Organización
El gobierno y la administración municipal, salvo en aquellos municipios que legalmente
funcionen en régimen de Concejo Abierto, corresponde al ayuntamiento, integrado
por el alcalde y los concejales. Los concejales son elegidos mediante sufragio universal,
igual, libre, directo y secreto, y el alcalde es elegido por los concejales o por los
vecinos.
De acuerdo con el artículo 20 de la LBRL la organización municipal responde a las
siguientes reglas:
a) El Alcalde, los Tenientes de Alcalde y el Pleno existen en todos los
ayuntamientos.
b) La Junta de Gobierno Local existe en todos los municipios con población
superior a 5.000 habitantes y en los de menos, cuando así lo disponga su
Reglamento Orgánico o así lo acuerde el Pleno de su ayuntamiento.
c) En los municipios de más de 5.000 habitantes, y en los de menos en que así lo
disponga su Reglamento Orgánico o lo acuerde el Pleno, existirán, si su legislación
autonómica no prevé en este ámbito otra forma organizativa, órganos que tengan
por objeto el estudio, informe o consulta de los asuntos que han de ser sometidos
a la decisión del Pleno, así como el seguimiento de la gestión del Alcalde, la Junta
de Gobierno Local y los concejales que ostenten delegaciones, sin perjuicio de las
competencias de control que corresponden al Pleno.
Todos los grupos políticos integrantes de la corporación tendrán derecho a
participar en dichos órganos, mediante la presencia de concejales pertenecientes
a los mismos en proporción al número de concejales que tengan en el Pleno.
d) La Comisión Especial de Sugerencias y Reclamaciones existe en aquellos
municipios en que el Pleno así lo acuerde, o así lo disponga su Reglamento
Orgánico.
e) La Comisión Especial de Cuentas existe en todos los municipios.
Las Leyes de las Comunidades Autónomas sobre el Régimen Local podrán establecer
una organización municipal complementaria y los propios municipios, en los
reglamentos orgánicos, también pueden establecer y regular otros órganos
complementarios.
En el año 2003 se añadió un nuevo Título a la LBRL, el X, que regula el régimen de
organización de los municipios de gran población. El cambio que introduce trata de
acercar la organización de estos municipios al régimen parlamentario clásico,
alejándolo del específico régimen local tradicional.
4.3.1. El alcalde
El Alcalde es elegido, entre los primeros de lista de las candidaturas que han obtenido
concejales en las elecciones municipales, por mayoría absoluta de los votos de los
concejales en la sesión constitutiva; si ningún concejal obtiene dicha mayoría, será
proclamado Alcalde quien encabece la lista más votada; y en caso de empate se
resuelve por sorteo.
El Alcalde es el Presidente de la Corporación y, siguiendo también en este caso un
modelo presidencialista, ostenta la mayoría de las competencias ejecutivas, entre otras
las siguientes:
— Dirigir el gobierno y la administración municipal.
— Representar al ayuntamiento.
— Convocar y presidir las sesiones del Pleno, de la Junta de Gobierno Local, y de otros
órganos municipales; y decidir los empates con voto de calidad.
— Dirigir, inspeccionar e impulsar los servicios y obras municipales.
— Dictar bandos.
— El desarrollo de la gestión económica, de acuerdo con el Presupuesto aprobado.
— Desempeñar la jefatura superior de todo el personal y de la Policía Municipal.
— Adoptar personalmente, y bajo su responsabilidad, en caso de catástrofe o de
infortunios públicos o grave riesgo de los mismos, las medidas necesarias y adecuadas
dando cuenta inmediata al Pleno.
— Sancionar las faltas de desobediencia a su autoridad o por infracción de las
ordenanzas municipales, salvo en los casos en que tal facultad esté atribuida a otros
órganos.
Tiene también la competencia residual, es decir le corresponden las demás que
expresamente le atribuyan las leyes y aquellas que la legislación del Estado o de las
Comunidades Autónomas asignen al municipio y no atribuyan a otros órganos
municipales.
Asimismo le corresponde al Alcalde el nombramiento de los Tenientes de Alcalde y
puede delegar el ejercicio de algunas de sus atribuciones.
4.3.2. El Pleno
El Pleno está integrado por todos los concejales elegidos por los vecinos por medio de
sufragio universal, igual, libre, directo y secreto; es presidido por el Alcalde.
Dispone el Pleno de todas aquellas atribuciones que implican la adopción de
decisiones políticas de especial trascendencia, entre otras las siguientes:
— El control y la fiscalización de los órganos de gobierno.
— Los acuerdos relativos a la participación en órganos supramunicipales y los de
alteración de del término municipal.
— La aprobación del planeamiento urbanístico general y la aprobación definitiva del
planeamiento de desarrollo.
— La aprobación del reglamento Orgánico y de las ordenanzas.
La Junta de Gobierno Local se integra por el Alcalde y un número de Concejales no
superior al tercio del número legal de estas personas, nombradas y separadas
libremente por esta figura dando cuenta al Pleno.
4.4 Competencias
El artículo 25 de la LBRL se inicia con una fórmula abierta que permite a los municipios,
para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus competencias, promover toda
clase de actividades y prestar cuantos servicios públicos contribuyan a satisfacer las
necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal.
Ese artículo, en su apartado 2, contiene el listado de materias en que el municipio
ejercerá, en todo caso, competencias, en los términos de la legislación del Estado y de
las Comunidades Autónomas, entre otras las siguientes:
— Urbanismo: planeamiento, gestión, ejecución y disciplina urbanística. Protección y
gestión del Patrimonio histórico. Promoción y gestión de la vivienda de protección
pública con criterios de sostenibilidad financiera. Conservación y rehabilitación de la
edificación. Infraestructura viaria y otros equipamientos de su titularidad
— Policía local, protección civil, prevención y extinción de incendios.
— Tráfico, estacionamiento de vehículos y movilidad. Transporte colectivo urbano.
— Medio ambiente urbano: en particular, parques y jardines públicos, gestión de los
residuos sólidos urbanos y protección contra la contaminación acústica, lumínica y
atmosférica en las zonas urbanas. Protección de la salubridad pública.
— Ferias, abastos, mercados, lonjas y comercio ambulante..
— Evaluación e información de situaciones de necesidad social y la atención inmediata
a personas en situación o riesgo de exclusión social.
La Ley utiliza el sistema de listado de materias en las que el municipio tendrá la
facultad de intervenir necesariamente, de manera que cuando el Estado y las
Comunidades Autónomas legislen sobre una de esas materias deberán atribuir algunas
facultades a los municipios. Todo ello de acuerdo con lo dicho al analizar los principios
de autonomía municipal, de subsidiariedad y de suficiencia financiera.
5.1. Introducción
Hay distintas formas de organización territorial del Estado, pudiendo distinguirse dos
grandes bloques que no son internamente homogéneos:
— el modelo unitario, que es la forma más tradicional y sencilla de organización
del poder político, con origen generalmente en la concentración de poder que
realizó la monarquía absoluta entre los siglos xvi y xviii y que fue modificada en su
contenido, pero no en su estructura, por las revoluciones liberales de finales del
xviii o principios del xix, a partir de la Revolución francesa;
— y el modelo compuesto, que sufre un cambio sustancial a partir de la
Constitución de los Estados Unidos de América (1787), con el federalismo.
En el modelo unitario pueden distinguirse a su vez Estados fuertemente centralistas de
otros con un cierto grado de descentralización o de autonomía administrativa, que
siguen manteniendo concentrado el poder de tomar decisiones políticas en un único
poder central.
En el modelo compuesto hay que destacar los Estados federales, en los que el poder
político se encuentra distribuido entre los Estados federados y la Federación.
Inicialmente los Estados federales nacieron de un pacto entre varios Estados por el que
esos Estados preexistentes deciden asociarse y crear un Estado común al que delegan
una parte de sus funciones o competencias, es decir una parte de su soberanía. Pero
después, el federalismo demostró su utilidad en situaciones distintas, en la
descolonización (Australia 1900) o para descentralizar Estados previamente unitarios,
en situaciones muy diversas, desde Austria en 1920 hasta Bélgica en 1993, pasando
por India, Rusia o Sudáfrica.
Ciertamente, en la realidad política actual, la clásica distinción de los dos tipos de
Estado, unitario o compuesto, aparece dificultada por la aparición de distintas
fórmulas parciales o intermedias, como son el regionalismo o el autonomismo. En ese
abierto panorama el Estado autonómico parte de una indefinición teórica y resulta
difícil encasillarlo en uno de los indicados modelos, ya que tiene importantes rasgos
que lo identificarían como un Estado federal, como es la distribución del poder político
entre el Estado y las Comunidades Autónomas, pero carece de otros también
importantes para esa completa identificación.