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Por qué falta agua?

El ciclo del agua, aunque aporta en general grandes cantidades del líquido vital, es limitado.
En las distintas zonas climáticas del planeta lloverá siempre una cantidad de agua mas o
menos similar todos los años que podrá variar en función de si se trata de un año seco,
normal o húmedo. En definitiva el agua dulce es un recurso renovable aunque limitado.

En la actualidad la población humana sigue creciendo exponencialmente de forma


descontrolada y, como se ha visto, el agua dulce que necesita, aunque abundante en muchos
sitios, es limitada.

No obstante, en estos momentos, quizá el hecho más determinante que ocasiona la falta de
agua que empiezan a sufrir algunas sociedades se deriva del mal uso y derroche que se hace
de la misma. El volumen y densidad poblacional que se han alcanzado en muchas regiones
del planeta requiere que se haga un uso más racional del agua de que dispone.

Por ejemplo son conocidas las enormes cantidades de agua que se pierden en las pésimas
canalizaciones de suministro de muchas ciudades o redes hidrológicas. En algunos casos se
estima que estas pérdidas llegan al 60% del agua transportada.

Por otro lado, la moderna forma de vida consumista ha favorecido en muchas ocasiones un
uso irresponsable del agua. En numerosas zonas urbanas de países secos se han
generalizado el cultivo de un modelo de jardín, con especies propias de regiones lluviosas,
que no se adaptan a la pluviometría de la zona y que por lo tanto requieren de sistemas de
riego. El extremo de este hábito se ha producido en algunas zonas desérticas y
semidesérticas en las cuales se han llegado a instalar campos de golf que demandan grandes
cantidades de agua.

También en los usos cotidianos de los individuos existen malos hábitos que provocan un
consumo de agua mucho mayor del realmente necesario. Las duchas y baños demasiado
prolongados, el uso del agua a presión proveniente de mangueras para hacer el mismo
trabajo que se podría hacer con una escoba, técnicas incorrectas de lavado de coches que
derrochan grandes cantidades de agua, etc…

El problema de la escasez de agua se acentúa en los momentos de sequía. Las sequías se


caracterizan por un nivel de precipitaciones inferior a las medias habituales. Aunque las
sequías periódicas son un factor normal y hasta predecible de los climas, tal como están
estructuradas las sociedades actuales, tienen una muy negativa incidencia en las actividades
humanas.

Existen formas muy sencillas y de muy fácil asimilación que puede ayudar a un consumo
responsable y a reducir enormemente la cantidad de agua empleada en el hogar.

Medidas para ahorrar agua

El ahorro del agua pasa en primer lugar por racionalizar el consumo. Con los hábitos
adecuados es posible realizar exactamente las mismas actividades, pero consumiendo
considerablemente menos agua. Las siguientes sencillas medidas le ayudarán a ahorrar agua
de forma efectiva.

En casa

1 Coloca dos botellas llenas de agua en el interior de la cisterna del inodoro. De esa
manera se ahorrará de 2 a 4 litros de agua cada vez que se tire de la cadena.
2 No use el inodoro como cubo de basura, para ello instale un cubo junto al sanitario.
3 Cuando se lave los dientes o se afeite, cierre el grifo mientras lo hace. Ábralo
exclusivamente cuando vaya a usar el agua.
4 Dúchese en vez de tomar un baño. Mientras se ducha cierre el grifo cuando se esté
enjabonando. Emplee el tiempo justo en la ducha, Una ducha de 5 minutos es suficiente para
lograr una buena higiene.
5 Arregle cualquier avería en grifos o cañerías. Un grifo que gotea pierde hasta 30 litros al
día.
6 Lave sus platos y su ropa en máquinas electrodomésticos. Se ahorra mucha más agua
que lavándolas a mano. En caso de no disponer de máquina para lavar la ropa o los platos,
hágalo con el menor agua posible. Una técnica para lavar la ropa a mano con poca agua
consiste en emplear un cubo con agua y detergente para enjabonar toda la ropa, y luego
escurrir las prendas al máximo antes de aclararlas con poca agua. Para lavar los platos con
poca agua, enjabone primeramente todos los platos y cubiertos y deposítelos en la pila.
Después vaya enjuagando uno a uno con un chorro pequeño de agua. El agua que va
cayendo sobre los platos que aún no han sido enjuagados va quitándolos el jabón. Cuando
llega el turno de aclararlos es poco el jabón que les queda y muy rápido el aclarado.
7 Use su lavadora y su lavavajillas con carga completa. Sea cuidadoso en la elección del
programa adecuado. El agua del segundo aclarado es posible emplearla para regar sus
plantas.
8 Use la cantidad de cloro o lejía estrictamente necesaria ya que dificulta el trabajo de las
depuradoras. Emplee de preferencia detergentes ecológicos sin fosfatos.
9 Instale difusores y demás elementos ahorradores de agua en los grifos de su casa
10 Recolecte el agua de lavar las frutas y verduras y de las cocciones de las mismas
para regar las plantas o incluso para tirar de la cadena en los inodoros. Para ello solo
coloque un recipiente en el fregadero y lave las verduras o arroje el agua de las cocciones
sobre el. Esta estrategia también la puede utilizar cuando lave sus platos. Los detergentes no
son perjudiciales para las plantas, más aún, pueden aportarlas nutrientes. (En cambio el cloro
o lejía es letal)
11- Recolecte el agua fría que en algunas duchas es necesario dejar salir antes de que
llegue la caliente. Es posible emplear esta agua para cualquier actividad, ya que se trata de
agua totalmente limpia.
Colocar difusores en los grifos (consejo 9), colocar un acolchado en las macetas (consejo 16), colocar botellas
en la cisterna del inodoro (consejo 1) y recolectar y reutilizar el agua utilizada para lavar frutas (consejo 10)
son consejos que le ayudaran a ahorrar y a utilizar mejor el agua.

En el jardín

12 En su jardín emplee plantas de preferencia autóctonas. Estas están perfectamente


adaptadas al régimen de lluvias de su región. Es posible que están plantas para verse con un
aspecto óptimo puedan requerir algunos riegos, pero estos serán mucho menores que
empleando especies de plantas de regiones más lluviosas.

Puede emplear plantas no autóctonas que le den un tono exótico a su jardín. Lo más
recomendable es que estas sean de zonas mas secas (si es posible que prosperen y siempre
que no exista riesgo de que se conviertan en plagas). En caso de emplear plantas de climas
más húmedos procure que estas sean pocas.

En nuestro artículo jardines bioclimáticos- jardines que consumen poca agua encontrará
información de interés en este sentido.

13 Riegue sus plantas al anochecer. De esa forma evitará que se pierda una parte
importante de agua por evaporación.
14- Coloque un recipiente de un tamaño lo más grande que pueda en donde desagua
los canalones que recogen el agua de lluvia que cae en los tejados. El agua de lluvia se
puede utilizar para múltiples fines, desde regar las plantas del jardín, hasta tirar de la cadena
en los escusados o lavar la ropa. Cuando no llueva cierre el recipiente para que no se pudra el
agua
15- Si ha seguido los consejos 7, 10, 11, 14 emplee el agua recogida en las actividades
domésticas para el riego de sus plantas.
16- En las macetas y alrededor de los árboles y plantas siempre que sea posible
coloque un “acolchado” hecho de paja, restos de césped (o pasto) o de hojas secas.
Esto impedirá que el agua se evapore del suelo estando de esta forma más disponible para la
planta. Con este procedimiento se pueden llegar a reducir la necesidad de riego entre la mitad
y un cuarto

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