La persona sabia es aquella que vive actuando, no pensando en actuar, ni pensando en lo

que pensará cuando haya terminado de actuar… Ella sabe que su vida habrá terminado
demasiado pronto, ella sabe, porque ella ve, que nada es más importante que ninguna otra
cosa. Así la persona sabia, suda y resopla y si otra persona la observa, es igual a cualquier
otra persona excepto que ella controla la locura de su vida. Ya que nada es más importante
que ninguna otra cosa, la persona sabia, la persona de conocimiento, escoge cualquier
acto, y actúa como si le importara. El control que tiene sobre su locura le impulsa a decir
que su actuación importa y hace que actúe como si importara, y sin embargo sabe que no
es así, de modo que cuando cumple con sus actos, se retira en paz y el hecho de que sus
actos hayan sido buenos o malos, hayan resultado o no, no es cosa que le preocupe.