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ANEXO I

ANTECEDENTES Y CARACTERÍSTICAS DE LA ZONA GEOGRÁFICA DE ACTUACIÓN

Ciudad de Guatemala, capital de la República y sede de los poderes gubernamentales, se


localiza en el área centro-sur del país. Durante la primera década del siglo XXI su población
casi se duplicó, ya que según el censo de 2002 había 2.3 millones de habitantes en Ciudad
de Guatemala mientras que el censo de 2013 reportó 3,1 millones de habitantes, pero
considerando su área metropolitana la cifra aumenta hasta los 4,7 millones habitantes. Por su
parte la Mancomunidad del Sur totaliza 1,62 millones de habitantes; en total 6,32 millones de
usuarios de los sistemas de agua potable y saneamiento en el territorio, lo que supone el
28,3% de la población total de Guatemala y más del 70 % de la población urbana.

La ciudad se encuentra asentada en una depresión tectónica rellena de una potente serie
vulcano sedimentaria, depositada durante varios eventos sucesivos y con constante
interacción con las fallas de Motagua y Jalpatagua; dando lugar a continúa actividad sísmica
que provocan la fracturación de la corteza y consecuentemente a la creación de fallas
distensivas secundarias. El conjunto de la serie vulcano sedimentaria conforma el
denominado “acuífero del Valle de Guatemala”, de una extensión estimada en superficie de
430 km2.

El desarrollo de la ciudad se ha visto afectado en numerosas ocasiones por desastres


naturales, terremotos al inicio y recientemente por más frecuentes fenómenos meteorológicos
extremos, que han devastado la ciudad y sus alrededores, Un desastre reciente (04/06/2010)
muy posiblemente relacionado con el vaciado de los niveles acuíferos y la recarga turbulenta
de lluvia y/o fugas de la red fue la apertura repentina de un sumidero de 70 metros de
profundidad y 30 de diámetro que se tragó tres edificios en un barrio de Ciudad de Guatemala.

Con el paso de los años la ciudad se ha ido expandiendo territorial y demográficamente hasta
irse uniendo con los municipios aledaños y conformando un gran distrito metropolitano en
donde se concentra la actividad económica, mercantil e industrial. El crecimiento urbano de la
Ciudad de Guatemala ha sido tan acelerado que actualmente es la ciudad más grande de
Centro América y una de las veinte más grandes de Latinoamérica. Este crecimiento ha traído
consigo una serie de demandas por servicios e infraestructura y principalmente un aumento
en el consumo de agua potable.

La vinculación de la ciudad de Guatemala con la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur que la
integran los municipios de Amatitlán, Villa Nueva, San Miguel Petapa, Villa Canales, Santa
Catarina Pínula y Mixco, da lugar a que la ciudad actúe como el centro neurálgico de toda la
actividad económica del distrito metropolitano y reciba cada día alrededor de 1.5-2 millones
de personas que demanda servicios de abastecimiento de agua y saneamiento básico, entre
otros.

Inicialmente la demanda de agua para consumo humano en Ciudad de Guatemala se


satisfacía aprovechando los nacimientos y vertientes más cercanas a la ciudad, suministro
que se daba tanto por la municipalidad como por algunas empresas privadas. Posteriormente
y debido a la creciente demanda se recurrió, mediante la empresa municipal de agua de la
ciudad –EMPAGUA-, a traer caudales de zonas más lejanas como lo son los ríos Xayá y
Pixcayá ubicados en el departamento de Chimaltenango a unos 50 kilómetros de la ciudad y
para lo cual en los años 1970-75 se construyó el acueducto que lleva el nombre de ambos
ríos y que se diseñó para transportar un caudal de 3.0 metros cúbicos por segundo, acueducto
que trae el agua desde Chimaltenango hasta la planta Lo de Coy ubicada en el municipio de
Mixco.

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Ilustración 1 Trazado y puntos importantes del Trasvase Xayá-Pixcayá

Paralelamente a esta situación, y ante el deterioro de las principales vertientes cercanas a la


ciudad de donde se obtenía agua para el consumo doméstico, se recurrió a la perforación de
pozos para suplir el déficit que se tenía con el abastecimiento de agua superficial. EMPAGUA
inició con la perforación de una serie de pozos en el Valle de la Ciudad de Guatemala y de los
cuales se obtuvo el caudal necesario para abastecer la creciente demanda de agua para los
millones de habitantes de la ciudad y su área de influencia.

En el año 1998, se redacta el Plan Maestro de Abastecimiento de Agua a la Ciudad de


Guatemala (PLAMABAG), fruto del desarrollo del estudio inicial realizado en 1982 para éste
y que tenía como objetivo primordial analizar todas las posibilidades de introducción de agua
a la capital y seleccionar un programa, es decir, un conjunto de proyectos que permitiera cubrir
la demanda al año 2010, posteriormente extendido al 2020 como año horizonte. Los recursos
considerados en el PLAMABAG incluyeron aguas subterráneas en el Valle de la Ciudad de
Guatemala, el acuífero del Alto Guacalate en el Valle de la Antigua Guatemala, las aguas
superficiales captables por el acueducto Xayá-Pixcayá (incluso contemplando la posibilidad
de incorporarle aportes del acuífero aluvial del río Guacalate), así como las cuencas de los
ríos Los Esclavos y Los Plátanos al oriente y las cuencas del Alto y Medio Motagua, Negro,
Cuilco al occidente.

Tomando en cuenta la fecha que fue elaborado este Plan y por haber cambiado muchas de
las condiciones que prevalecían entonces, se considera que este Plan debe ser motivo de
una revisión completa.

Actualmente el abastecimiento de agua para consumo humano en Ciudad de Guatemala, es


mixto, siendo entre un 40 y 60 % de origen superficial (principalmente de las subcuencas de
los ríos Xayá, 84 km2 y Pixcayá,156 km2) y entre un 40-60 %, dependiendo de la época del
año, de origen subterráneo. La tasa de explotación del acuífero se considera por muchos
expertos como insostenible, afirmación que se evidencia con los continuados descensos del
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nivel estático de los pozos que EMPAGUA opera en el Valle de Ciudad de Guatemala y en
que ya se ha agotado el acuífero superior según algunos estudios.

Los niveles estáticos de los pozos en la zona metropolitana varían entre 25 hasta a más de
600 metros de profundidad. En la cuenca del río Villalobos, ya en la década de los setenta, se
había evidenciado la constante disminución de los niveles de agua subterránea, sin que se
haya logrado recuperar el vaciado. Estudios más recientes en el sector del Ojo de Agua y El
Diamante han mostrado reducciones promedio de 9 y 25 metros, respectivamente, para el
periodo 1968-1996. No obstante, en ciertos pozos del Ojo de Agua se ha observado el
descenso de 13.2 metros en nueve años, mientras que para El Diamante ha sido de 22.5
metros en siete años. Las cuencas más explotadas para extraer agua para el uso del
departamento de Guatemala son: Las Vacas, Villalobos y Xayá-Pixcayá.

Algunos de los factores más importantes del descenso de los niveles de los pozos en el
acuífero del Valle de Guatemala ha sido el progresivo aumento de la demanda de agua para
la creciente población, la extracción incontrolada de agua subterránea por empresas y
particulares que tiene bajo su control el 15% de los pozos en la ciudad, la falta de regulaciones
que limiten y ordenen el manejo y explotación del recurso hídrico, la carencia de un inventario
de los pozos privados y de los volúmenes de agua que se extraen de ellos, la destrucción e
impermeabilización de las principales zonas de recarga hídrica y la variabilidad climática que
ha reducido las tasas de infiltración a los acuíferos.

A lo anterior hay que añadir que según datos de EMPAGUA; las pérdidas físicas de agua en
la red de distribución ascienden a un 43% (fugas, tubería obsoleta, conexiones ilícitas), lo que
dificulta que el servicio sea constante, causando problemas de abastecimiento en ciertas
áreas de la ciudad. La red de distribución de agua potable de EMPAGUA tiene una longitud
de 1,900 kilómetros y cubre en su totalidad Ciudad de Guatemala, parte de Mixco, Villa Nueva,
San Miguel Petapa, Villa Canales y Chinautla.

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Ilustración 2- Delimitación del Acuífero del Valle de Guatemala y Localización de pozos
de Bombeo 1995.

El deterioro ambiental en las subcuencas del área de trabajo es evidente, lo mismo que la
contaminación de los recursos hídricos y la acelerada reducción de la cobertura arbórea, de
tal manera que es urgente y prioritario promover un plan de manejo integral de las
mismas y sus recursos hídricos y principalmente evitar el alto grado de contaminación de
las corrientes fluviales, fomentar la recuperación, protección y restauración de los ecosistemas
forestales estratégicos; a la vez que se contribuye al desarrollo socio ambiental de las
comunidades y de esa forma también contribuir a mantener la calidad, cantidad y continuidad
del agua que proveen las subcuencas de los ríos Xayá y Pixcayá.

De acuerdo con algunos análisis de escenarios sobre los efectos de la variabilidad y del
cambio climático; la precipitación pluvial en el mediano plazo se verá reducida hasta en un
25% mientras que la población continuará creciendo y consecuentemente la demanda de
agua para consumo humano.

Lo anterior induce a pensar que si no se toman ahora las acciones para incrementar la
recarga natural de los acuíferos favoreciendo la infiltración de la lluvia y se aumenta el
peso de los recursos hídricos superficiales o subterráneos de distinto origen a las
actualmente utilizadas, para garantizar la disponibilidad del agua, puede ocasionarse
una severa escasez que podría generar numerosos y diversos conflictos sociales;
además de problemas de salud e higiene, mortalidad infantil, problemas en los hospitales y
centros de urgencias, marcadas dificultades para combatir los incendios, problemas de
producción de las empresas que utilizan el agua como materia prima, incremento en los
precios, migraciones de las zonas en donde no habría agua hacia otras donde se pueda lograr
obtener un poco de ese vital liquido, fenómenos de subsidencia del terreno y apertura súbita
de grandes sumideros como ya ha ocurrido, entre otros.

Como se ha indicado anteriormente; gran parte del abastecimiento de agua para diferentes
usos en la zona metropolitana de Ciudad de Guatemala depende de los recursos hídricos
subterráneos, pero si la extracción del agua supera el ritmo de recarga de los acuíferos se
puede llegar a agotar la reserva subterránea. Si por otra parte no se tiene conocimiento de la
geometría y la capacidad del acuífero, esta situación puede sobrevenir de forma casi súbita o
inesperada, lo que podría llegar a causar una catástrofe social sin precedentes.

Se asume que solo existe alguna información, no sistemática sobre las captaciones
municipales, que pueden representar el 30% de las existentes, sin embargo sobre el 70%
restante, correspondiente al sector privado y particular, no se tiene ninguna información, por
lo que se hace necesario conocer cuáles son los datos de las formaciones acuíferas
explotadas en los municipios que conforman la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur, teniendo
como primera etapa, realizar un estudio que determine su potencial extractivo y reglamentar
el uso del mismo, a efecto de suministrar a futuro el servicio en forma sostenible y disminuir
los riesgos en la salud de las personas que habitan el territorio de la Mancomunidad Gran
Ciudad.

MARCO LÓGICO DE LA INTERVENCIÓN DEL PROGRAMA GTM-016B DEL FONDO DE


COOPERACION PARA AGUA Y SANEAMIENTO (FCAS) EN EL QUE SE INSCRIBE ESTA
ENCOMIENDA

La falta de conocimiento de base sobre los recursos hídricos disponibles/utilizados en la zona


y la ausencia de una gestión ordenada y de un control sobre sus usos ocasionan un estado
de “inseguridad hídrica” para el área metropolitana de Ciudad de Guatemala. Ambos factores
impiden planificar una provisión confiable de agua cuantitativa y cualitativamente aceptable
para la salud, la producción de bienes y servicios y los medios de subsistencia, junto con un
nivel aceptable de riesgos relacionados con el agua.

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Así, en 2018 se aprobó una aportación de 2.310.269,31 euros, con cargo al FCAS, para la
financiación del Programa "Bases técnicas para el establecimiento de una estrategia de
Seguridad Hídrica para el Área Metropolitana de Ciudad de Guatemala y Municipalidades de
la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur, compatible con una explotación sostenible del
acuífero" (Programa GTM-016B). Esta aportación se articula a través de una ayuda en especie
de 1.653.558,71 € a la Municipalidad de la Ciudad de Guatemala más una subvención
dineraria de 656.710,60 € de la que es responsable la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, UICN, que, a la vez que beneficiaria, que será la entidad
ejecutora del componente de fortalecimiento institucional y coordinadora del conjunto de la
intervención.

El objetivo del programa es contribuir a reducir la inseguridad hídrica actual o, de otra forma,
a lograr una ESTRATEGIA DE SEGURIDAD HÍDRICA para el área metropolitana de Ciudad
de Guatemala y las Municipalidades de la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur.

Para llevar a la práctica ese tipo de gestión ordenada y lograr la seguridad hídrica es necesario
que ocurran cambios fundamentales en los valores, creencias, percepciones y posiciones
políticas, no sólo en las instituciones de gestión del agua, sino también en cada una de las
partes interesadas. Para ello, mediante la subvención dineraria a la UICN se realizará una
socialización, sensibilización y concienciación sobre la importancia de realizar una gestión
sostenible del recurso hídrico para los distintos usos, así como las acciones de capacitación
que mejoren la eficiencia en su gestión.

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