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Comunicado Denuncia Puìblica - ASPU UPN - PDF
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COMUNICADO N° 7
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
En primer lugar, llama la atención que se trate de una propuesta con trato “diferencial” sobre
las y los maestros ocasionales y catedráticos. En múltiples escenarios, miembros de la actual
administración han aclarado que en la universidad no se debería tratar de manera diferenciada
a ningún profesor o profesora, y, han insistido en que no debemos mantener dichas diferencias
en nuestros discursos pues lo mejor es defender la igualdad de derechos y de condiciones. Al
parecer, esta propuesta sigue el curso de lo que hemos venido denunciando por años; no sólo
la legitimación de una desigualdad institucionalizada sino además la confirmación de la
discriminación estructural. Por otra parte, surgen interrogantes sobre la forma en que se
prioriza la sanción sobre la formalización laboral, en otras palabras, mientras la gran mayoría
de maestros y maestras se encuentran desvinculados/as, sin afiliación a salud, ni cotización de
pensión, la preocupación es aprobar de manera inmediata un acuerdo de disciplinamiento a
los/as precarizados/as.
Para ejemplificar mejor lo antes mencionado basta con leer el Capítulo IV, Artículo 26 de este
proyecto, allí se establecen las actuaciones calificadas como conducta sancionable, entre las
cuales sobresalen prohibiciones que claramente atentan contra el legítimo derecho a la
protesta, como se evidencia en los numerales 11 y 12:
Si bien estas prohibiciones se muestran como reglas naturales de convivencia para impedir la
violencia, en la práctica desencadenan en interpretaciones ambivalentes de acuerdo con los
intereses de la administración de turno. Esto mismo es lo que ha venido ocurriendo con el
rector Leonardo Fabio Martínez Pérez, quien en múltiples ocasiones ha calificado los
reclamos del estamento estudiantil como injuria o calumnia, amenazando incluso con
procesos de judicialización ante las autoridades competentes, en contraposición a la
exigibilidad y garantía de derechos. Cabe preguntarse si es esta una retaliación contra el
movimiento estudiantil al inmovilizar más a sus maestros y maestras, en esta ocasión no
mediante un Artículo en las resoluciones de vinculación sino haciendo uso de un manual de
buena conducta. ¿Quién establecerá que la discusión política como oposición ante actuaciones
de la administración se convierte en injuria o calumnia?
19. Utilizar el vínculo con la Universidad Pedagógica Nacional para participar en las
actividades de los partidos y movimientos políticos y en las controversias políticas, sin
perjuicio de los derechos previstos en la Constitución y la ley.
20. Utilizar su vínculo con la Universidad Pedagógica Nacional para presionar a particulares
o funcionarios a respaldar una causa o campaña política o influir en procesos electorales de
carácter político partidista.”
De aprobarse la penalización de las conductas incluidas en este proyecto, ¿quién determinará
la legitimidad de una iniciativa social, gremial y política, en la que participen profesores
ocasionales y catedráticos? ¿Acaso se requerirá el aval de la administración de turno para
ello? A todas luces, se busca vetar la participación política de la gran mayoría del estamento
profesoral de la UPN, pues resulta pertinente recordar que el 80% de los maestros y maestras
de la Universidad son vinculados bajo la modalidad de docencia ocasional o de hora cátedra.
Alertamos a la comunidad universitaria sobre este proyecto de Acuerdo, que constituye una
apuesta por criminalizar la protesta y coartar libertades de las y los maestros ocasionales y
catedráticos, estableciendo para ellas y ellos un código al mejor estilo del otrora estatuto de
seguridad, o de los oscuros procedimientos que viene implementando el gobierno nacional
para sofocar las manifestaciones sociales. En aquellas actuaciones, como en esta de la
administración Martínez, pulula la mordaza, algo muy lejano de lo que esperaría encontrarse
en un reglamento construido desde la academia y propio de un estamento educativo
democrático. En esta apuesta se pone bajo sospecha al estamento profesoral -ocasionales y
catedráticos-, sometiéndolos a la lupa inquisidora para evitar que cometan desmanes, para ser
permanentemente supervisados y amonestados según sea considerado.