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La jurisdicción (en latín: iuris dictio, ‘decir o declarar el derecho a su propio gobierno’)  es

la potestad, derivada de la soberanía del Estado, de aplicar el derecho en el caso


concreto, resolviendo de modo definitivo e irrevocable una controversia, que es ejercida en
forma exclusiva por los tribunales de justicia integrados por jueces autónomos e
independientes.1
Uno de los principales rasgos de la potestad jurisdiccional es su carácter irrevocable y
definitivo, capaz de producir en la actuación del derecho lo que técnicamente se
denomina cosa juzgada.
En sentido coloquial, la palabra "jurisdicción" es utilizada para designar el territorio
(Estado, provincia, municipio, región, país, etc.) sobre el cual esta potestad es ejercida. Del
mismo modo, por extensión, es utilizada para designar el área geográfica de ejercicio de
las atribuciones y facultades de una autoridad o las materias que se encuentran dentro de
su competencia; y, en general, para designar el territorio sobre el cual un Estado ejerce
su soberanía.
En palabras del distinguido profesor Eduardo Couture: "Es la función pública, realizada por
los órganos competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley, en virtud de la
cual, por acto de juicio, se determinan los derechos de las partes, con el objeto de dirimir
sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones bajo autoridad de
cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución".
De manera más simplificada, la jurisdicción, es el poder de administrar justicia en un
territorio, es la potestad pública de conocer y sentenciar los casos judiciales, dentro de su
capacidad territorial.
El Diccionario Jurídico-Rafael de Pina Vara indica que es la "Potestad para administrar
justicia atribuida a los jueces, quienes la ejercen aplicando las normas jurídicas generales
y abstractas a los casos concretos que deben decir"
En Chile es posible definir jurisdicción siguiendo al abogado y profesor Mario Mosquera
como el poder deber del Estado radicado preferentemente en los tribunales de justicia para
que estos como órganos imparciales, resuelvan de manera definitiva e inalterable con
posibilidad de ejecución, los conflictos de intereses de relevancia jurídica suscitados entre
las partes o que surjan de una violación del ordenamiento jurídico social.2

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