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1811 A 1815: Las áreas más conflictivas son las provincias de Cartagena y
Magdalena, con el 18% y el 25% de las áreas en conflicto, respectivamente.
En la región sur, las provincias más afectadas son Pasto (16%) y Popayán
(13%). Entre las zonas menos afectadas en la región central, la provincia
más afectada es Pamplona, que representa el 10%.
1816 A 1819: En el segundo período, la distribución es opuesta al período
anterior: la tasa de encuentro en el norte es del 7,6%, en el sur es del 10%
y en el medio es del 82,4%. Esta distribución muestra que la fuerza
expedicionaria tuvo más éxito en sofocar el Norte y el Sur, pero el centro
estaba a merced de una guerra irregular que destruyó lentamente la
maquinaria del estado colonial. Por tanto, la concentración en los dos años
extremos de este período coincide con la imposición y el desgaste de las
fuerzas ocupantes.
Este gran crecimiento se debe al hecho de que desde la consolidación de la
victoria de Chachirí y Cáqueza en 1816, Llanos es el área de reorganización
y operación desde donde los Patriotas emprendieron la guerra de guerrillas
y se extendieron a toda la cordillera oriental, en todo San Francisco. Las
provincias de Tafe, Pamplona, Tunja y Socorro serán las bases del
levantamiento del Ejército Patriótico en 1819. En los tramos altos del río
Magdalena y sus áreas afectadas, excepto en la región sur, no se han
realizado actividades importantes. La Plata tomó varias medidas para
controlar el puesto de control de Guanacas.
Hubo 93 enfrentamientos, que es un número muy alto, porque muchos
conflictos ocurrieron en 1820, lo que amplió la brecha provocada por el
movimiento de liberación el año anterior y materializó el abandono total del
ejército expedicionario. El plan de batalla divergió en el norte y el sur, y el
centro se convirtió en un punto de suministro y una zona de evacuación.