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Enmarcada dentro de la tradición cultural de la Edad del Bronce, la cultura minoica

floreció en las islas griegas del mar Egeo entre el 3000 y el 1500 a. C. Esta cultura
recibe el nombre de minoica o cretense.
Durante su apogeo, esta civilización fue considerada como el centro político y
cultural más importante del Mar Egeo. Tanto la leyenda del minotauro como
las narraciones del poeta Homero (la Ilíada y la Odisea) pertenecen a este período
de la Grecia pre-clásica.
La sociedad minoica se caracteriza por su articulación entorno a grandes palacios,
desde donde se dominaba el territorio.
Otra característica de esta civilización es la gran importancia de la mujer. Aunque
el rey en su función de rey-sacerdote era la cabeza del estado y de la religión, la
mujer aparece con gran poder y un estatus privilegiado. No se conocen, de hecho,
figuras de deidades masculinas, todas las que se han hallado son diosas
asociadas a serpientes, se ha interpretado como una religión matriarcal en la que
el toro representaría el principio masculino, al que se uniría simbólicamente la
sacerdotisa, y cuyo recuerdo quedaría en el mito de Pasifae y su hijo, el
Minotauro.
Las imágenes artísticas nos hablan de una sociedad cortesana, amante de las
diversiones y también tributarios que llevan sus impuestos al rey.
Los cretenses se rodearon de todo el lujo que pudiera agregar placer a la vida y
gozo para los ojos. Construyeron espléndidos palacios y los decoraron con
graciosas pinturas cuya temática festiva y naturalista indica el carácter alegre de
este pueblo. Sus representaciones son ahistóricas, no existen en ellas hechos
políticos, militares ni actos individuales.
La historia cretense resultaría aún más desconocida si no tuviéramos los datos de
otras civilizaciones con las cuales intercambiaron sus productos.
Al parecer los vivos fueron más importantes que los muertos, a diferencia de lo
que sucede con la civilización egipcia, la mayor cantidad de hallazgos se han
efectuado en palacios y no en tumbas.
Tratándose de una civilización agrícola es lógico pensar que la divinidad suprema
haya sido la Madre Tierra.
Se han encontrado numerosos ídolos femeninos, diosas de la fecundidad, mujeres
desnudas, de amplias caderas y pechos desnudos; testimonio de la primacía de la
mujer. Era una religión naturalista, adoraban las montañas, las grutas, las piedras,
los árboles y los pilares, las palomas y los toros. El contacto con la naturaleza era
para el hombre minoico el contacto con lo divino, a menudo los rituales se
realizaban en santuarios al aire libre, levantados en las montañas o en los
bosques sagrados.
Los sacrificios a los dioses formaban parte fundamental de la religión.
Se veneraban las fuerzas generadoras de la naturaleza, como el toro, principio
fecundador por excelencia o la serpiente, vinculada con lo cósmico, con las
potencias subterráneas, elemento iconográfico que sirve para designar a las
diosas de la naturaleza y a las diosas madres de toda la cuenca del Mediterráneo
oriental y el Asia Menor.
La cerámica
Los cretenses decoraron las vasijas que utilizaban para la vida diaria de manera
elegante y colorida. Los recipientes se realizaban en cerámica de variados
formatos. La fantasía creadora de los artesanos se volcaba tanto hacia las
elegantes siluetas de los vasos como hacia las decoraciones pintadas.
diversas tonalidades: blanco y negro son los más usuales, pero también amarillo,
naranja, rojo.
La cerámica de Kamares enriquece la paleta con tonalidades rojas, amarillas,
ocres, naranjas, blancas, sobre fondo negro brillante.
La fantasía cromática se aplica a imaginativos motivos tomados del mundo natural
pero transformados intelectualmente por el artista para adecuarse al formato de
los vasos. Se combinan con motivos geométricos entre los cuales ocupa un lugar
preeminente la espiral. Es notoria la preferencia por las formas curvas que
sugieren formas vivientes; el sentido de lo orgánico es tan poderoso que aún
representando elementos inanimados la sensación es de vitalidad.
prima un elegante decorativismo y sin embargo son motivos cargados de vida, con
un alto sentido de lo orgánico.
MINOICO MEDIO III: SEGUNDOS PALACIOS
Durante el Minoico Medio III se produjo también una innovación técnica con el
torno rotación rápida que se tradujo en formas de vasos más elegantes. En ellas
se destaca un refinamiento que concuerda con la lujosa vida de los cretenses en
esta floreciente fase de su civilización.
Los motivos predilectos son los pertenecientes a la fauna marina, además de
ciertas plantas elegidas por su elegancia y sus formas esbeltas adecuadas para
algunos formatos.
MINOICO RECIENTE I Y II: “ESTILO DE PALACIO”
A la última fase de florecimiento de la civilización cretense pertenece el llamado
“estilo de palacio”, coincidente con los frescos del palacio de Knossos. La
tendencia a imitar elementos de la naturaleza fue sustituida por la
esquematización de los mismos motivos, no dispuestos ya con equilibrada
libertad, sino con una simetría compositiva rígida o bien se adopta una decoración
en registros que imita las franjas que adornaban las paredes de los palacios.
La influencia arquitectónica se introduce en los esquemas florales que se
convierten en casi columnas con capiteles en abanico. Las flores son
convencionales, plantas híbridas que combinan elementos de los papiros en flor y
las liláceas sumamente esquematizadas y con un sistema compositivo
rigurosamente.
En cuanto a las formas, peculiares de este período son las grandes y elegantes
ánforas, de pie estrecho, abultadas hacia arriba donde se insertan tres pequeñas
asas verticales.
La arquitectura. Los palacios
Los centros minoicos tuvieron palacios y todos ellos tienen estructuras similares.
La denominación es la más sencilla que encontramos, pero en realidad las
funciones del complejo arquitectónico eran posiblemente múltiples:
gubernamentales, religiosas, comerciales, administrativas, culturales. Los palacios
eran vastos complejos construidos con gran cuidado, precisión y armonía.
El más importante y de mayor tamaño fue el de Knossos, cuya construcción se
prolongó desde el Minoico Medio III hasta el Minoico reciente. Era una complicada
construcción con numerosos cuartos y sin un límite exterior definido.
El palacio de Knossos fue construido aproximadamente en el año 1900 a. C., en el
centro de la isla de Creta.
Los cretenses, amantes de la naturaleza, idearon sus palacios en estrecha
comunión con el paisaje circundante. La arquitectura se acomodaba a los
desniveles naturales del terreno a través de escaleras, desniveles y rampas. Los
árboles, objeto de adoración religiosa; se incluían en el terreno del palacio y todo
el entorno panorámico se convertía en parte del edificio.
En la construcción de los palacios cretenses se observan comodidades y
refinamientos que parecen asombrosas para una época tan lejana. Había
acueductos de piedra que traían agua al palacio y la distribuían a las distintas
dependencias. También construyeron cloacas y cañerías de cerámica por las
cuales pasaba agua caliente para calefaccionar las habitaciones. Estaban
estudiadas las corrientes de aire entre los diferentes espacios para ventilar en el
caluroso verano. La luz excesiva se filtraba para que los ambientes estuvieran
más frescos. Existían lugares de depósitos para grano, vino y aceite, se
encontraron más de siete mil vasijas con restos de esos productos. Se utilizaron
distintos tipos de materiales, piedra, adobe, madera para las columnas. Al parecer
los techos eran terrazas planas. Las columnas se pintaban con color rojo y azul y
los muros se decoraban con frescos.
Además del palacio de Knossos se han encontrado otros palacios similares en las
localidades de Phestos, Malia, Gortys.
La misma estética del movimiento y la fantasía que se aprecia en la cerámica y la
pintura mural se evidencia en la arquitectura. Partiendo del patio, elemento
generador, un espacio fluido, sin direcciones precisas se va expandiendo en todas
direcciones integrándose con el paisaje en muchos niveles. Es una arquitectura
que no puede ser experimentada de otro modo que moviéndose. Los desniveles,
las zonas abiertas y cerradas, las comunicaciones entre distintos espacios, las
terrazas, los pórticos, las zonas alternativas de luz y sombra, las diferentes alturas
de las habitaciones darían a sus visitantes una sensación de continuo movimiento
y de comunicación con la naturaleza circundante.
Los enterramientos son diferentes de acuerdo a cada período. En el Minoico
Antiguo se enterraban en cuevas y luego en una especie de imitación de las casas
con una o dos cámaras. Luego en grandes vasijas llamadas pithos. Las tumbas
fueron colectivas hasta el Minoico Medio II.
Las imágenes y la organización arquitectónica sugieren un pueblo con mayor
énfasis en lo belicoso a diferencia de lo naval/comercial de la cultura minoica.

La civilización minoica concebía a las montañas con dos cumbres como


manifestaciones simbólicas de los principios masculino y femenino, en virtud de su
semejanza con los cuernos del toro y los pechos femeninos respectivamente. En
el plano espacial y arquitectónico, dicha concepción dio sustento al fenómeno de
los santuarios de altura, situados en las elevaciones más prominentes de la isla;
así como a la erección ritual de «cuernos de consagración» en palacios vinculados
espacial y visualmente con las montañas sagradas. El arte minoico canalizó
dichos principios religiosos en la elaboración de figurillas votivas como ofrendas
para los santuarios de montaña, las cuales representaban toros y mujeres con
pechos descubiertos, e incorporó dichos motivos en los frescos naturalistas de los
muros de los palacios. Complementarios de los sitios rituales en altura fueron los
santuarios minoicos en cuevas, que llegaron a cumplir posteriormente un papel
fundacional en la mitología clásica vinculada al dios Zeus.

La sociedad y la organización política de la isla de Creta giraban en torno al


palacio. Este era dirigido por un rey que no se sabe si tenía un carácter divino o
solo era un servidor de la divinidad.
Religión feminista
La religión de Creta estaba dedicada fundamentalmente a la fecundidad y
fertilidad, la cual era representada por figuras femeninas cuyas formas
simbolizaban la generosidad de la tierra. La gran deidad, Potnia, proveniente de
los ritos del periodo neolítico, era una diosa de la naturaleza, a la que se le
vinculaban diferentes objetos y animales. La influencia oriental en la religión
cretense queda de manifiesto en las figuras con cuerpo de hombre o mujer, pero
con cabeza de animal, como el Minotauro o las esfinges con alas. Este culto a la
gran madre de Asia Menor es representado de diversas maneras, ya sea
acompañada por animales como serpientes, leones y palomas o vestida como
guerrera o sobre una barca para proteger la navegación. También tenía poder
sobre el mundo subterráneo o infernal.

Creta
La civilización cretense dominó las vías marítimas, controlando todo el comercio
del Mediterráneo. Famosas fueron sus ciudades de Cnosos y Faistos, con sus
grandes palacios, pinturas y cerámica. También conocieron la escritura.

Sin defensas
Los palacios y todas las construcciones de los habitantes de la isla de Creta
carecían completamente de murallas defensivas y no estaban fortificadas, siendo
esto una excepción entre las culturas de la época.

Belleza y armonía cretense

Esta civilización se caracterizó por la búsqueda de la belleza en todas las


áreas. Todo lo que generaba la civilización cretense era una expresión de cómo
ellos veían el mundo, la vida y la muerte.

Esta teoría se sostiene en documentos, sobre todo de origen religioso, en los


que se rinde culto a la Gran Madre o diosa de la tierra y de la fertilidad.

La forma más importante de arquitectura son los palacios. Todos tienen parecida
estructura pero sin someterse a un esquema determinado. Constituyen verdaderos
complejos que tienen distintas reconstrucciones y ampliaciones. Los más
importantes son el de Knossos, Faistos, el palacio o villa de Hagia Triada y el de
Malia. Estos palacios tienen unas notas comunes:
 Están construidos en colinas o lugares elevados.
 Tienen un carácter abierto.
 Son muy funcionales: tienen la casa del rey, la casa de los nobles, etc.,
todo ello totalmente compartimentado.
 Independencia económica.
 Suelen estar orientados de norte a sur y organizados en torno a un gran
patio central. Hacia el oeste se disponen las estancias de carácter público o
administrativo y al este de disponen las habitaciones de carácter privado.
 Todos ellos dan una sensación muy laberíntica, con un trazado asimétrico y
ocupando grandes espacios.
 Tienen dos o tres plantas, a veces incluso cinco. Todas ellas terminan en
terraza. Al tener varias plantas se originan los llamados "pozos de luz", que
sirven para iluminar y ventilar.
 Las habitaciones denotan una forma de vida de lujo y refinamiento. Están
decoradas con pintura y se han descubierto habitaciones privadas con
baños y retretes. Las tuberías eran de cerámica.
 Los vanos son de piedra.
 Fuera del palacio, pero junto a él, se encuentra el área teatral. Nos
sabemos cuál era su función, pero se supone que allí había actos religiosos
o juegos como el salto del toro (la taurocatapsia). Se consideran no por su
forma pero sí por su función y su división en gradas como precedentes del
teatro griego.
 Algo alejadas se encuentran las villas señoriales, que teniendo el mismo
esquema son más pequeñas.

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