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PROTOCOLO NÚMERO 8

Fecha: 6 de marzo del 2018

Tema: La interdisciplina

Modalidad Pedagógica: Conversatorio

Autor: Miguel Ángel Uribe Valencia

INTRODUCCIÓN

La investigación en temas ambientales, como el eje estructurante del desempeño


profesional del administrador ambiental de la Universidad Tecnológica de Pereira,
se fundamenta en resaltar aspectos importantes que soporten el método científico
y la metodología que la investigación requiera. La interdisciplina como una de la
principales metodologías del quehacer de las ciencias ambientales debe tener una
aproximación etimológica y epistemológica para entender sus dinámicas y su
relación con el desarrollo de la formación profesional: Su significado, su historia y
relación con las universidades desde la antigüedad hasta los tiempos modernos,
así como la diferencia entre la interdisciplina, multidisciplina, transdisciplina y
pluridisciplina, son algunos de los temas que se evocaron en la sesión y que
sirven de fundamento para el desarrollo del curso.

SÍNTESIS DE DOCUMENTOS QUE ANTECEDEN LA SESIÓN

En el documento “Evolución Histórica del Quehacer Interdisciplinario” (Cubillos


1999) se ahonda en la necesidad de revisar la forma en cómo se han planteado la
ciencia y la interdisciplina, así como también su relación con la academia a través
del tiempo, todo con el fin de comprender las dinámicas y retos actuales de las
fronteras disciplinarias.

Históricamente la concepción de ciencia y sus fines se han fundamentado y


unificado bajo diversas concepciones que, en su momento, obedecieron a los
momentos históricos y a las características sociales y culturales. Desde el siglo I
a.c. hasta entrada la edad media el pensamiento aristotélico impuso la formación
integral como unidad de los saberes en los procesos educativos. También en los
inicios de la Universidad Occidental en el siglo XIII se reconoció la importancia de
la formación integral teniendo en cuenta el pensamiento aristotélico: la verdad se
consigue con la manifestación de una cosmovisión unificadora.

Entrada la edad media, la ciencia y la interdisciplina encontraron límites y


restricciones de libertades con la llegada de la moral y de la ética cristiana.
Durante la época fueron éstas, y no las necesidades sociales, las que por más de
ochocientos (800) años dictaron la importancia y organización de los
conocimientos. Con la aparición de Galileo y Kepler se marcó el fin de la edad
media en lo relativo a la concepción el quehacer de la ciencia: la naturaleza se
convirtió en la empresa por desentrañar y experimentar. Se pasa entonces del
deductivismo aristotélico, que dominó la antigüedad y la edad media, al
inductivismo inglés que profundizó en métodos, autonomía y especialización de
saberes.

Con la llegada de la especialización desparecieron los prejuicios morales y


aumentó la autonomía. Ésta, sin embargo, no dejó de estar limitada por la visión
particular de cada especialización que impidió totalizar el conocimiento. Después
de esta revolución la ciencia y sus fines ya no se fundamentaron bajo los dogmas
religiosos, sino bajo los conceptos de progreso, mercado y bienestar social.
Empieza a imperar el “logocentrismo occidental” que privilegia las especialidades
que benefician la idea de progreso.

DISCUSIÓN EN CLASE

¿Qué quiere decir la palabra disciplina? Esta es la primera pegunta que es


necesario plantear para acercarse al concepto de interdisciplina. El Discóbolo,
escultura de la antigua Grecia hecha alrededor del siglo I que representa a un
hombre lanzando un disco, es la primera representación de la disciplina: en aquel
entonces el cultivar el cuerpo era tan importante como cultivar el alma. El
esfuerzo, la constancia y la perseverancia eran las claves del camino a la
sabiduría en aquel entonces. Partiendo del latín discere (aprender, estudiar) la
disciplina sería el área del conocimiento que originaría la ciencia. En la
antigüedad, el camino hacia la disciplina se encontraba en la educación y el
conocimiento. Pensadores como Platón resaltaban este postulado: en su mito de
la caverna planteaba la existencia del mundo del cuerpo (caduco e imperfecto) y
del espíritu (iluminado y eterno); al último solo se llegaría con el conocimiento.

Pasados siglos, durante la edad media, las bases de la ciencia continuaron


fundamentándose en la filosofía de la antigua Grecia: los dos mundos del mito de
la caverna de platón mutaron y se adaptaron al nuevo contexto cultural y social
europeo. Así como Platón, San Agustín planteó entonces la existencia de 2
ciudades: la ciudad de Dios (peregrina, bienaventurada y santa) y la ciudad del
mundo (confusa y banal). A la ciudad de Dios ya no se llega a través de la
educación que lleva al conocimiento, ahora la forma de llegar a la iluminación es a
través de las sagradas escrituras.

En la edad media la fe fue la amalgama unificadora de las diferentes áreas del


conocimiento: la religión se convirtió en la legitimadora de la ciencia y la sociedad.
El conocimiento empezó a tener un fin moral y ético arraigado en los dogmas
religiosos; los límites que imponían estos restringían la libertad del accionar de la
interdisciplina.

Los 800 años de medioevo empezaron tambalearse en el siglo XV. Fueron


cuestionados cada vez más la noción de la religión como techo del conocimiento y
la tesis de Santo Tomás de la superioridad de la fe ante la razón; aparecen
entonces pensadores como Galileo Galilei y Johannes Kepler.

Durante los siglos XVI y XVII el mundo empezaba a cambiar: el descubrimiento de


América y el resurgir de las ciencias se acompañaron de nuevas teorías que
revolucionaron el conocimiento y plantearon las bases de la ciencia moderna y de
la interdisciplina. Kepler planteó entonces: si la naturaleza se desprende Dios, y
así como las sagradas escrituras contienen la verdad, ¿por qué no descubrir esta
verdad en el libro sagrado de la naturaleza? Pasado este momento comienza una
revolución de métodos: la verdad ya no se busca en la teología, se busca en la
observación de la naturaleza, en la formulación de preguntas, y en el desarrollo de
unos pasos planteados por Galileo que sentarían la base de la ciencia por los
siguientes siglos: el método científico.

El paso de la búsqueda del conocimiento subjetivo al conocimiento objetivo, del


cómo ir al cielo al cómo van los cielos, sentó el precedente de la universidad
moderna, que, por primera vez, no tenía la filosofía o la teología como centro.

La especialización del conocimiento y el trabajo llegó de la mano de la universidad


moderna, el resurgir de las disciplinas y de las nuevas condiciones sociales y
culturales. Con el paso del tiempo nuevas áreas del conocimiento cada vez más
concisas empezaron a necesitar relacionarse para atender las necesidades
sociales. De la mano de estas necesidades nació la multidisciplinariedad, la
pluridisciplinariedad, la transdisciplinariedad y la interdisciplinaridad.

● La Multidisciplinariedad se aproxima a las problemáticas desde una


perspectiva amplia al juntar varias disciplinas que segmentan la
problemática desde su propia visión. Tal unión de conocimientos no implica
un dialogo entre ellos ya que cada disciplina busca solucionar la
problemática desde su perspectiva especializada y muchas veces sesgada.
● La pluridisciplinariedad se da con el diálogo de varias disciplinas
alrededor de una central que las dirige. Si bien cada área del conocimiento
conserva sus métodos y visión, estas buscan entender problemáticas que
pueden ser comunes entre ellas y lograr objetivos conjuntos.
● La interdisciplinaridad plantea el diálogo entre partes, la “Inter-Acción” y
el logro de resultados con trabajos conjuntos y con conocimientos
transversales. En la interdisciplina las miradas holísticas reconocen las
problemáticas desde una observación unificadora y desde las fronteras de
las disciplinas y el conocimiento.
● La transdisciplinariedad busca desde su fundamentación y metodología el
trascender de las disciplinas, la trasformación de las concepciones y la
extrapolación de saberes que, a los ojos de la ciencia tradicional, no
resultarían válidos.
CONCLUSIONES

Desde el origen de la disciplina y la ciencia que deriva de ésta, se han


experimentado cambios epistemológicos y evoluciones históricas que
generalmente han obedecido a las condiciones culturales y los requerimientos
sociales de cada época. En la modernidad, la noción de desarrollo basada en el
crecimiento económico y el “logocentrismo” (Cubillos 1999) han marcado el
camino y los límites de la ciencia. La sobrevaloración de las perspectivas
sesgadas de la especialización de la ciencia, y el desprecio de disciplinas y
saberes que no se alinean con la noción de desarrollo, son algunas de las
dificultades que configuran las problemáticas actuales. A partir de estas
problemáticas es que las ciencias ambientales, de la mano de la interdisciplina,
responden con una visión holística y unificadora.

Es importante, por lo tanto, entender que la interdisciplina se debe abrir al diálogo


de saberes, al encuentro de lo racional y lo imaginario, de los deseos y
voluntades, de lo real y lo simbólico (Leff 2007). Si el fin es la cultura como
instrumento de adaptación al medio (Angel Maya 1991), la mirada a la
problemática ambiental se debe dar, no solo desde una visión netamente
interdisciplinar, sino también desde la perspectiva transdisciplinar. Las sociedades,
la cultura, las comunidades y, en general, las problemáticas ambientales
requieren, además de la racionalidad, de lo simbólico e imaginario propio de la
identidad de los seres humanos, aspectos que eventualmente repercuten en su
relación con la naturaleza.

La interdisciplina, la transdisciplina, la cosmovisión unificadora de Aristóteles, y


también el concepto actual de desarrollo, el “logocentrismo”, deben ser tenidos en
cuenta para entender las dinámicas actuales en el ambiente. Es necesario
entenderlos para la investigación y la diagnosis que lleven a un eventual
entendimiento y manejo de las problemáticas que configuran actualmente el
ambiente, para transformar realidades como un todo.
COMPROMISOS

● Se envía horas antes de la sesión el documento “¿Qué es trabajar


interdisciplinariamente?” (Zendmark 2002) para complementar las
discusiones sobre la interdisciplinariedad.
● El día 13 de marzo es la fecha límite para seleccionar el proyecto de grado
para trabajar en la materia.
● En la próxima sesión se dictarán las pautas para la primera entrega de
Metodología de la Investigación.

BIBLIOGRAFÍA

Leff, E. (2007). La Complejidad Ambiental: Del logos científico al diálogo de saberes. En RCFA, Las
Ciencias Ambientales: Una Nueva Área De Conocimiento. Bogotá, Colombia. (pp. 39 – 47).

Angel Maya, A. (1991). Ciencia, Cultura Y Medio Ambiente. Cuadernos de Agroindustria y


Economía Rural NQ26, Primer Semestre de 1991, (pp. 101- 106). Disponible en
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/desarrolloRural/article/view/3330

Cubillos, L. F. (1999) Un Estudio de la Formación Interdisciplinaria en la Facultad de Ciencias


Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

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