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Salmo 29
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
Salmo 29: 1-3, 5
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly, publicado
por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
Salmo 30
Yo te ensalzaré a jamás,
Porque ensalzado, oh Dios, me has,
Y mis enemigos así
No hiciste alegrar de mí.
Señor Dios mío, oh Soberano
Clamé a ti, y yo fui sano.
En mi felicidad dije,
Jamás yo no resbalaré.
Porque por tu bien singular
Mi monte oh Dios, hiciste estar
Con virtud: mas tu rostro amado
Escondiste, y fue conturbado.
A ti oh Señor llamaré:
Y al Señor Dios suplicaré,
¿Que provecho en mi muerte habrá,
Cuando al hoyo me bajarás?
¿Dará te el polvo alabanza?
¿Dirá él tu verdad inmensa?
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
2 Levantaste de sepulcro
Sana mi alma; me bajé
Desolado al profundo:
Maravilla tuya fue;
Loores dad con gozo sumo,
Los que en él tuvisteis fe.
Su furor es de un momento;
Vida hay en su voluntad,
Trás la noche de lamento
Trás el día festividad gozad,
“No caeré,” fue pensamiento
Mío en mi prosperidad.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly, publicado
por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
Salmo 31
En ti Señor he esperado,
No sea yo a jamás
Avergonzado: mas
Sea en tu justicia librado,
La tuya oreja santa
Señor a mí inclina:
En la misericordia tuya
Señor alegrar me he,
Y as si me gozaré,
Porque visto has la aflicción
Mi alma has conocido
Cuando en angustia ha sido.
Y en la mano no me encerraste
Del enemigo osar:
Antes hiciste estar
Mis pies en anchura y largaste.
Ten oh Dios de concordia
De mi misericordia.
(...)
En la secreta mansedumbre
Del rostro tuyo en paz
Esconder tú los has
De arrogancias de cualquier hombre:
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
Salmo 32
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
2 Confesaré mi culpa;
Oirás mi confesión;
A este reo indulta;
Concédeme perdonará.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly, publicado
por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
Salmo 33
(...)
Bienaventurada la gente
A quien su Dios es Jehová:
Y el pueblo a quien el muy potente
Por heredad escogido ha:
Desde el alto cielo
En el bajo suelo
Miró el Señor:
Vida los humanos
Obra de sus manos
Todos con favor.
Es el caballo y su braveza
Vanidad para la salud:
No escapa con su fiereza
De su fuerza la multitud.
El ojo divino
Vela de continuo
A los que en verdad
Le temen, honrando:
Y a los que esperando
Están su bondad.
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
Salmo 34
Conmigo engrandeced
Al Omnipotente Señor:
Ensalcemos aun con loor
Su nombre y su merced.
Al Señor yo busqué.
Y con mansedumbre él me oyó:
De mis miedos el me libró.
Y de ellos salvo fui.
(. . . )
Guardando guardará
Todos sus huesos el Señor.
Y nunca de ellos el menor
Quebrantado estará.
Al malo la maldad
Matará: y asolado pues
Será el que aborreciendo es
Al justo y su bondad.
Redime Jehová
El alma de sus siervos del:
Y asolado no será él
Que en él confiará.
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
Salmo 34:1-4
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de
Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)
SALMO 34:1-4
SALMO 34:1
CORO.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly, publicado
por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
CORO.
El ángel del Señor está en derredor
De los que á Dios le temen,
El ángel del Señor se asiento en derredor
Y con seguridad los defiende.
(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly, publicado
por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
Salmo 35
Di á mi alma en tu virtud
Oh alma yo soy tu salud.
Confúndanse, y avergonzados
Sean los que desaforados
Mi anima buscando son:
Vuelvan atrás, y sean aun
Con vergüenza y escarnio tal
Todos los que piensan mi mal.
(...)
Testigos se levantaron:
Los cuales me demandaron.
Muy falsos, lo que no sabia.
Volvieron me mal todavía
Por bien, a mi alma orfandad,
Buscando mi vida en verdad.
Y cuando ellos enfermaron
Vestíme de saco en sazón:
Y en mi cojera estuvieron
Se alegrando, y se juntaron:
Juntaron se, digo, malvados
Hombres de poco mal hablados
Contra mí, sin fuerza y poder,
Sin de mi parte lo saber:
Los cuales no se callaron,
Antes me despedazaron.
Y en congregada multitud
Yo confesaré tu virtud;
En pueblo fuerte, y populoso
Te alabaré, ó Poderoso!
Que de mi no alégrense
Mis enemigos sin porque:
Ni los que me aborrecieron
Hagan del ojo sin razón.
(. . . )
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
Salmo 36
En medio de mi corazón
El dicho de la rebelión
Del impío es ciertamente,
Acá no hay delante, oh horror,
De sus ojos ningún temor
De Dios Omnipotente.
Lisonjéale su maldad
Hasta que su iniquidad
Esté aborrecida.
Sus palabras con fraude son:
Para mas hacer bien algún
No quiso dar oída.
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)
SALMO 37:4, 5b
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de
Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)
1 Callé; enmudecí;
Que obraras tú bastó;
Tu ira no esté sobre mí;
La lid me consumió.
2 Lo malo al corregir,
Dios, con tu reprensión,
Polilla es la beldad viril;
Y un soplo es su primor.
3 Atiende á mí oración;
Mi llanto haya poder;
No lo desprecies tú, mi Dios;
Me quieres socorrer.
(...)
Tu Jehová no detengas de mí
Tus miseraciones. Demás
Guarden me siempre y jamás
Tu misericordia y verdad así.
Porque sin cuento males
Me han cercado iniguales:
Comprendido me han
Mis maldades hasta
Que verlas, Jehová,
Mis ojos no podrán:
(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno
del castellano.)