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Uno de los criterios que se utilizan para valorar un proyecto, es su viabilidad económica
a corto plazo o si el proyecto produce un bien que vale más de lo que cuesta su
realización. Sin embargo, existen valores ambientales que no se pueden traducir en
dinero, pero es necesario resaltar el valor de estos elementos de forma que se tengan en
cuenta en la valoración de diferentes alternativas y en la toma de decisiones. Cualquier
valoración que se realice, siempre estará basada en principios éticos. Estos principios se
pueden separar en dos grupos:
Los principios éticos sociales o de dignidad son los que deben de regir las relaciones
entre los seres humanos de forma que todos puedan vivir dignamente.
Dentro de los principios éticos sociales existe por consenso el principio de equidad, del
que emanan otra serie de principios que se van a ir viendo en este apartado.
Proyecto propuesto
Planeamiento Diseño Adquisición de Habilitamiento Construcción Operación y
la propiedad mantenimiento
Actividades
Ecológico Institucional
Evaluación
de impactos
Mitigación/Reforzamiento
El principio de equidad se basa en que todos los seres humanos tienen los mismos derechos
fundamentales y, por tanto, no es lícito que nadie realice acciones que puedan perjudicar
a otro ser humano, o si lo hace, deberá compensarle de alguna forma. Dicho de otra
manera, los costos y los beneficios de una actividad deberán recaer de forma equitativa
entre los miembros del grupo social que la realiza.
Del principio de equidad aplicado a las generaciones actuales y futuras emana el
principio de sostenibilidad, que promueve la necesidad de mantener la calidad de vida de
las generaciones futuras y no perjudicarla con las acciones humanas actuales, por lo que
es necesario mantener la diversidad de seres vivos a todos los niveles. El principio de
responsabilidad y por lo tanto los de prevención, cautela e información pública, también
emanan del principio de equidad, sin el cual pierden su significado.
1.3.2.2 El principio de responsabilidad
Los principios éticos ambientales son las normas de actuación basadas en los conocimientos
científicos que se tienen, que permiten ampliar, o al menos no reducir, la capacidad de
carga del entorno del ser humano (sin deteriorar su base de recursos).
Los principios éticos ambientales son de necesaria aplicación sea cual sea el sistema
social que rija las relaciones entre los seres humanos. Desde el punto de vista de la
Evaluación de Impacto Ambiental se tienen dos principios muy importantes que habrá
que tener en cuenta al realizar este tipo de valoración: la conservación de la diversidad y la
sostenibilidad.
La extinción de una especie, incluso a escala local, se considera algo indeseable, debido
a que se pierde una de las posibles vías de flujo de materia, energía e información en el
ecosistema. Además, cualquier especie, aunque en la actualidad parezca que no tiene
ninguna función útil para el ser humano, tiene la potencialidad de serlo en el futuro y
por lo tanto debe ser considerada como un recurso natural para las generaciones futuras.
La conservación de la diversidad (biológica y humana) se ha convertido en una de las
prioridades de la sostenibilidad. En la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 se otorgó a
la Evaluación de Impacto Ambiental una importancia fundamental como herramienta
para el mantenimiento de la diversidad.
OCUPACIÓN DE ESPACIO
INDICADORES DE
TIPO DE RECURSO SOSTENIBILIDAD
Recursos renovables
Recursos no renovables
Para valorar los desechos producidos por una actividad habrá que tener en cuenta la
capacidad de absorción de los mismos por parte del suelo, si estos desechos son sólidos
(residuos), del agua si son líquidos (vertidos o efluentes) o del aire si son gaseosos
(emisiones). En una actividad sostenible no debe acumularse ningún desecho de forma
indefinida, sino que hay que buscar la forma de que todos los elementos de los desechos
vuelvan a entrar en el ciclo productivo o en los ciclos de materia de los ecosistemas.
Los indicadores de sostenibilidad utilizables en el caso de los desechos se basan en la
capacidad de asimilación de cada uno de los agentes ambientales afectados: capacidad
dispersante de la atmósfera, capacidad autodepuradora del agua o capacidad de procesado del
suelo. Estas capacidades dependen mucho de la persistencia de las sustancias
contaminantes y de su posible inclusión en los ciclos ecológicos.
Cada uno de los contaminantes se puede considerar como materia prima en otros
procesos productivos (tasa de reutilización o reciclaje). En los residuos tenemos los
orgánicos y los inorgánicos asimilables. Algunos residuos son no nocivos y otros pueden
ser peligrosos. En el caso de orgánicos hay que considerar la capacidad de asimilación del
suelo; mientras que en el caso de los inorgánicos peligrosos se tendrá en cuenta la
capacidad de depuración del suelo.
En las aguas continentales y oceánicas hay vertidos que son orgánicos o asimilables y los
que son tóxicos. En el primer caso, no hay que sobrepasar la capacidad de autodepuración;
mientras que en el segundo caso se tendrá en cuenta la capacidad de dispersión.
En las emisiones se considera: gases asimilables por las plantas, por los océanos o por
diferentes ciclos y gases que se acumulan indefinidamente en la atmósfera. En el primer
caso se tendrá la capacidad de fijación y en el segundo caso, la capacidad de dispersión.
INDICADORES DE
TIPO DE RESIDUO SOSTENIBILIDAD
Atmósfera
1.3.4.4 El producto
Cuando el producto tiene una vida útil determinada, hay que analizar su
comportamiento como desecho, cuando ésta ha finalizado. El objetivo de sostenibilidad para
cualquier proceso productivo es el reciclaje o la reutilización de todos sus desechos, por el
mismo o por otros procesos productivos asociados.
OCUPACIÓN
DE ESPACIO
PRODUCTOS Y
RECURSOS
ENVASES
PROYECTO
O ACTIVIDAD
La biodiversidad, a una escala global, se considera como la suma de todas las especies
existentes en el planeta. La pérdida de alguna producirá una inestabilidad en la función
de los ecosistemas. Además cada especie tiene un potencial de uso por parte del ser
humano que se pierde para siempre cuando la especie se extingue.
La ocupación de los ecosistemas naturales para diferentes usos y la falta de una gestión
adecuada están llevando a la pérdida de muchas especies a una velocidad muy superior
a la natural.
1.4.1.4 La contaminación
Algunas actividades humanas producen una serie de desechos que contaminan los
diferentes agentes ambientales: suelo, aire y agua. Gran parte de esta contaminación
produce efectos irreversibles en los ecosistemas. Los tipos de contaminación que se
consideran más peligrosos por su persistencia a largo plazo son: la contaminación
radiactiva y la contaminación bioacumulativa, que persiste en los tejidos vivos,
transmitiéndose de un organismo a otro a través de la cadena trófica. Estos
contaminantes bioacumulativos son muchos metales pesados (cadmio, mercurio,
plomo…), insecticidas como el DDT.
Otros contaminantes tienen como efecto principal la pérdida de recursos necesarios para
los seres humanos, al no poderse utilizar el suelo o el agua contaminados.