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1.

3 La evaluación del impacto ambiental


El objetivo más importante de la evaluación del impacto ambiental (EIA) es prevenir
situaciones de deterioro, estableciendo las medidas más adecuadas para llevar a niveles
aceptables los impactos derivados de las acciones humanas. De tal manera que la EIA
involucra un esfuerzo para: 1) determinar cómo las acciones de un proyecto pueden
cambiar la estructura, condiciones y dinámica del ambiente; 2) establecer criterios para
evaluar esos cambios; y 3) mitigar los cambios mediante técnicas apropiadas de
ingeniería o manejo.
La Figura 1.2 muestra que el proceso de evaluación de impacto ambiental comprende
tres pasos básicos:

1. La evaluación requiere precisar cómo las actividades de los proyectos pueden


producir impactos sobre los componentes y dinámica de los ambientes físico y
social (identificación de los impactos).
2. Aplicación de procedimientos para evaluar todos los impactos ambientales
(incluyendo los impactos directos, indirectos y acumulativos) que hayan sido
identificados.
3. Basándonos en la evaluación de los impactos significativos, implementar
medidas apropiadas de mitigación, capaces de reducir o prevenir impactos
adversos, e implementar medidas que refuercen los impactos beneficiosos.

La EIA es un proceso administrativo para el control ambiental preventivo de los


proyectos y que se apoya en la realización de un estudio técnico, Estudio de Impacto
Ambiental, en un proceso de participación pública y en el criterio de los técnicos que
asesoran en la toma de decisión (Órgano Ambiental), y desemboca en un
pronunciamiento de este órgano.

1.3.1 Criterios de valoración

Uno de los criterios que se utilizan para valorar un proyecto, es su viabilidad económica
a corto plazo o si el proyecto produce un bien que vale más de lo que cuesta su
realización. Sin embargo, existen valores ambientales que no se pueden traducir en
dinero, pero es necesario resaltar el valor de estos elementos de forma que se tengan en
cuenta en la valoración de diferentes alternativas y en la toma de decisiones. Cualquier
valoración que se realice, siempre estará basada en principios éticos. Estos principios se
pueden separar en dos grupos:

 Los principios éticos sociales o de dignidad son los que deben de regir las relaciones
entre los seres humanos de forma que todos puedan vivir dignamente.

 Los principios éticos ambientales o de supervivencia de la especie humana son los


que deben regir las relaciones entre el ser humano y el medio en el que vive.

1.3.2 Principios éticos sociales

Dentro de los principios éticos sociales existe por consenso el principio de equidad, del
que emanan otra serie de principios que se van a ir viendo en este apartado.
Proyecto propuesto
Planeamiento Diseño Adquisición de Habilitamiento Construcción Operación y
la propiedad mantenimiento

Actividades

Impactos sobre el ambiente físico Impactos sobre el ambiente social

Abiótico Biótico Personal Interpersonal

Ecológico Institucional

Impactos directos, indirectos y acumulativos

Evaluación
de impactos

Mitigación/Reforzamiento

Figura 1.2 Vista del proceso de evaluación ambiental.

1.3.2.1 El principio de equidad

El principio de equidad se basa en que todos los seres humanos tienen los mismos derechos
fundamentales y, por tanto, no es lícito que nadie realice acciones que puedan perjudicar
a otro ser humano, o si lo hace, deberá compensarle de alguna forma. Dicho de otra
manera, los costos y los beneficios de una actividad deberán recaer de forma equitativa
entre los miembros del grupo social que la realiza.
Del principio de equidad aplicado a las generaciones actuales y futuras emana el
principio de sostenibilidad, que promueve la necesidad de mantener la calidad de vida de
las generaciones futuras y no perjudicarla con las acciones humanas actuales, por lo que
es necesario mantener la diversidad de seres vivos a todos los niveles. El principio de
responsabilidad y por lo tanto los de prevención, cautela e información pública, también
emanan del principio de equidad, sin el cual pierden su significado.
1.3.2.2 El principio de responsabilidad

El principio de responsabilidad es resumido a través de “quien contamina paga”. Los gastos


derivados de un determinado daño ambiental deberá pagarlos aquél que lo produce y
no debe recaer sobre terceras personas.

1.3.2.3 El principio de prevención y el principio de cautela

El principio de prevención puede verse reflejado, al igual que el anterior, en un dicho


popular: “Más vale prevenir que curar”. Los problemas ambientales, en muchas
ocasiones tienen una solución difícil o imposible (como el caso de una extinción), de
forma que la mejor forma de abordarlos es poniendo los medios para evitar que lleguen
a ocurrir.
El principio de cautela aparece para poder hacer operativo el principio de responsabilidad
y aplicando el principio de equidad, estableciendo que debe de ser el promotor de la
actividad el que demuestre que ésta no va a producir daños al ambiente y se compromete
a poner los medios necesarios para no producirlos.

1.3.2.4 Los principios de información y participación públicas

La participación pública beneficia al proceso de evaluación porque permite que cualquier


persona o entidad afectada por el proyecto, pueda expresar sus opiniones, de forma que
éstas sean tenidas en cuenta, lo que disminuye o elimina conflictos sociales de
determinados proyectos al tener la oportunidad de responder a las demandas de la
población.
La información pública es también un derecho de todos, especialmente en temas
ambientales, pero además es un requisito para que la participación pública tenga
sentido.
Cuando hay un adecuado proceso de información y participación pública, los resultados
de la evaluación del impacto ambiental no son arbitrarios y por lo tanto no son contrarios
a la propia filosofía de la Evaluación de Impacto Ambiental.

1.3.3 Principios éticos ambientales

Los principios éticos ambientales son las normas de actuación basadas en los conocimientos
científicos que se tienen, que permiten ampliar, o al menos no reducir, la capacidad de
carga del entorno del ser humano (sin deteriorar su base de recursos).
Los principios éticos ambientales son de necesaria aplicación sea cual sea el sistema
social que rija las relaciones entre los seres humanos. Desde el punto de vista de la
Evaluación de Impacto Ambiental se tienen dos principios muy importantes que habrá
que tener en cuenta al realizar este tipo de valoración: la conservación de la diversidad y la
sostenibilidad.

1.3.3.1 La conservación de la diversidad

La extinción de una especie, incluso a escala local, se considera algo indeseable, debido
a que se pierde una de las posibles vías de flujo de materia, energía e información en el
ecosistema. Además, cualquier especie, aunque en la actualidad parezca que no tiene
ninguna función útil para el ser humano, tiene la potencialidad de serlo en el futuro y
por lo tanto debe ser considerada como un recurso natural para las generaciones futuras.
La conservación de la diversidad (biológica y humana) se ha convertido en una de las
prioridades de la sostenibilidad. En la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 se otorgó a
la Evaluación de Impacto Ambiental una importancia fundamental como herramienta
para el mantenimiento de la diversidad.

1.3.3.2 La sostenibilidad y el desarrollo sostenible

La sostenibilidad es otro de los criterios básicos de evaluación ambiental. Se basa en la


aplicación del criterio de equidad entre las generaciones actuales y las futuras de forma
que el desarrollo actual no comprometa el desarrollo y la calidad de vida de las
generaciones futuras. En 1988 se define el desarrollo sostenible como el que satisface las
necesidades de las poblaciones actuales sin comprometer la capacidad de las futuras
generaciones para satisfacer las suyas propias. En los años 90 se amplió la definición de
desarrollo sostenible a la mejora de la vida humana dentro del mantenimiento de la
capacidad de carga de los ecosistemas o a la integración del crecimiento económico y la
protección ambiental.

1.3.4 Los indicadores de sostenibilidad ambiental

Desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental se hace necesario un análisis de


flujos de materias primas y de energía que se producen en cada actividad, valorar si estas
provienen de recursos renovables o no renovables y establecer los índices o indicadores
de sostenibilidad de estos recursos. Así, en un proceso productivo se produce la
utilización de materias primas y energía (recursos o insumos), la ocupación de un
espacio y la producción de unos productos o bienes de consumo y de unos desechos
(efluentes, residuos, emisiones).

OCUPACIÓN DE ESPACIO

Figura 1.3 Esquema de un proceso productivo.

1.3.4.1 Los recursos

El recurso renovable debe ser utilizado manteniendo su capacidad de producir a lo largo


del tiempo, sin sobrepasar la tasa de renovación del recurso. Los recursos no renovables
pueden estar incluidos en dos categorías: los recursos no renovables que no se consumen
con el uso y los que se consumen con el uso. Los que no se consumen se pueden utilizar
a una tasa de utilización que no comprometa su permanencia ni su calidad. Los recursos
energéticos no renovables (que se consumen con el uso) se pueden utilizar a una tasa
que permita que no se acaben antes de ser sustituidos por otras energías diferentes, por
lo que es importante calcular el tiempo de agotamiento de los yacimientos.
Actualmente, una forma de hacer frente a la escasez de recursos es considerar los
residuos como fuente de materia prima. Estos no se pueden utilizar a una velocidad
mayor a la que se producen (tasa de producción).
Para que una actividad se considere sostenible, las materias primas deben provenir (al
menos en su mayor parte) de recursos renovables explotados de forma sostenible o de
residuos reciclados o reutilizados de la misma o de otra actividad.

INDICADORES DE
TIPO DE RECURSO SOSTENIBILIDAD

TODOS Prioridad de aprovechamiento

Recursos renovables

Naturales Tasa de renovación

Residuos Tasa de producción

Recursos no renovables

No se consumen Tasa de utilización

Se consumen Tiempo de agotamiento

Figura Indicadores de sostenibilidad utilizables para evaluar la


Figura Indicadores dede
utilización sostenibilidad utilizados
diferentes tipos para evaluar
de recursos la utilización de
naturales.
diferentes tipos de recursos naturales.

1.3.4.2 Los desechos

Para valorar los desechos producidos por una actividad habrá que tener en cuenta la
capacidad de absorción de los mismos por parte del suelo, si estos desechos son sólidos
(residuos), del agua si son líquidos (vertidos o efluentes) o del aire si son gaseosos
(emisiones). En una actividad sostenible no debe acumularse ningún desecho de forma
indefinida, sino que hay que buscar la forma de que todos los elementos de los desechos
vuelvan a entrar en el ciclo productivo o en los ciclos de materia de los ecosistemas.
Los indicadores de sostenibilidad utilizables en el caso de los desechos se basan en la
capacidad de asimilación de cada uno de los agentes ambientales afectados: capacidad
dispersante de la atmósfera, capacidad autodepuradora del agua o capacidad de procesado del
suelo. Estas capacidades dependen mucho de la persistencia de las sustancias
contaminantes y de su posible inclusión en los ciclos ecológicos.
Cada uno de los contaminantes se puede considerar como materia prima en otros
procesos productivos (tasa de reutilización o reciclaje). En los residuos tenemos los
orgánicos y los inorgánicos asimilables. Algunos residuos son no nocivos y otros pueden
ser peligrosos. En el caso de orgánicos hay que considerar la capacidad de asimilación del
suelo; mientras que en el caso de los inorgánicos peligrosos se tendrá en cuenta la
capacidad de depuración del suelo.
En las aguas continentales y oceánicas hay vertidos que son orgánicos o asimilables y los
que son tóxicos. En el primer caso, no hay que sobrepasar la capacidad de autodepuración;
mientras que en el segundo caso se tendrá en cuenta la capacidad de dispersión.
En las emisiones se considera: gases asimilables por las plantas, por los océanos o por
diferentes ciclos y gases que se acumulan indefinidamente en la atmósfera. En el primer
caso se tendrá la capacidad de fijación y en el segundo caso, la capacidad de dispersión.

INDICADORES DE
TIPO DE RESIDUO SOSTENIBILIDAD

TODOS Tasa de reutilización o reciclaje

Aguas continentales y oceánicas

Orgánicos o Capacidad autodepuradora del


asimilables agua

Tóxicos Capacidad de dispersión

Atmósfera

Emisiones de Co2 Capacidad de fijación en los


y gases cíclicos ecosistemas

Gases inertes Capacidad de dispersión

Figura Indicadores de sostenibilidad utilizables para evaluar la


Figura Indicadores de sostenibilidad
liberación utilizables
de diferentes para
tipos de evaluar laalliberación
desechos medio. de diferentes
tipos de desechos al medio.

1.3.4.3 La ocupación del suelo


La ocupación de un territorio por una actividad produce un cambio en las características
de este territorio. En estos casos, una buena ordenación del territorio es fundamental
para poder hablar de sostenibilidad ambiental. El análisis de la capacidad de acogida
del territorio tiene en cuenta la aptitud del territorio para acoger un determinado
proyecto o actividad y el impacto que este puede producir en el entorno.

1.3.4.4 El producto
Cuando el producto tiene una vida útil determinada, hay que analizar su
comportamiento como desecho, cuando ésta ha finalizado. El objetivo de sostenibilidad para
cualquier proceso productivo es el reciclaje o la reutilización de todos sus desechos, por el
mismo o por otros procesos productivos asociados.
OCUPACIÓN
DE ESPACIO

PRODUCTOS Y
RECURSOS
ENVASES

PROYECTO
O ACTIVIDAD

REUTILIZACIÓN Y RECICLAJE DESECHOS

FIGURA Diagrama de un sistema productivo sostenible, en el que todos los desechos


son utilizados como recursos en el siguiente ciclo.
Figura 1.4 Diagrama de un sistema productivo sostenible, en el que todos los
desechos son utilizados como recursos en el siguiente ciclo.

1.4 Los problemas ambientales


Se consideran problemas ambientales a los cambios producidos por las actividades
humanas y que generan una disminución de la calidad de vida de las poblaciones
humanas, llegando incluso a comprometer su supervivencia.

1.4.1 Problemas ambientales a escala mundial

Se consideran problemas ambientales globales o problemas ambientales a escala


mundial los que afectan en mayor o menor medida a todas las poblaciones humanas y
que por lo tanto su resolución es importante para toda la humanidad.

1.4.1.1 El cambio climático

En la actualidad se está produciendo lo que se denomina el calentamiento global o un


aumento de la temperatura media del planeta debido a las emisiones de gases de efecto
invernadero (CO2, metano…), con consecuencias predecibles si no se ataja a tiempo.
El CO2 es uno de los gases responsables de la retención de la mitad del calor atmosférico,
el metano CH4 es 20-30 veces más efectivo en atrapar el calor que el CO2, otros gases que
contribuyen son los clorofluorocarbonos y el NO2.
Los niveles de CO2 y CH4 han incrementado marcadamente desde 1850 conforme las
naciones se industrializaron y los bosques y las praderas han sido convertidas a
agricultura. Los clorofluorocarbonos fueron introducidos a la atmósfera a partir de 1930.
Cerca de la mitad del incremento de CO2 en los últimos 300 años se ha atribuido a la
deforestación. El CO2 está incrementando en aproximadamente 1 ppm por año; mientras
que el metano lo hace a una tasa de casi 0,02 ppm/año. El incremento rápido de metano
se atribuye a la fuga de gas natural, emisiones derivadas de la extracción de carbón y
recuperación de petróleo, y la liberación desde la quema de las praderas y bosques
tropicales. Fuentes biógenas resultado de las actividades del hombre producen grandes
cantidades de metano atmosférico. Estas incluyen el metano de la descomposición de
materia orgánica, tales como residuos en los rellenos municipales, metano involucrado
en biodegradación anaeróbica de materia orgánica en pajas de arroz y metano emitido
como resultado de la acción de bacterias en los tractos digestivos de los rumiantes.
Es difícil predecir los efectos, su magnitud dependerá del grado de cubierta de las nubes,
altitud y grosor. En este caso puede ocurrir que el calentamiento global puede inducir a
la fusión de los polos y al aumento del nivel del mar. Otros problemas que podrían
suscitarse con el calentamiento o aumento de temperatura son la pérdida de cosechas,
por el aumento en la variabilidad atmosférica y el cambio de distribución de las especies
animales y vegetales del planeta, con la extinción de las que no puedan migrar.
Lo único que se puede hacer para intentar frenar la tendencia al calentamiento es
disminuir la emisión de gases invernadero e intentar al mismo tiempo capturarlos de la
atmósfera fijando el CO2 en las estructuras vegetales y en el suelo. Estas acciones no
garantizan que no se vaya a calentar el planeta, pero al menos pueden disminuir la
velocidad a la que este calentamiento se producirá.

1.4.1.2 Reducción de la capa de ozono

El ozono sirve como pantalla para absorber la peligrosa radiación ultravioleta en la


atmósfera. Éste absorbe la radiación ultravioleta en la región 220-330 nm. Por
consiguiente, es eficiente en filtrar la radiación UV – B, 290 nm <λ<320 nm. (La radiación
UV-A, 320-400 nm, es relativamente menos peligrosa y la radiación UV-C <290 nm no
penetra a la tropósfera). La concentración de ozono en la estratósfera es el resultado del
balance entre la producción y la destrucción del mismo. Un total de 350 000 toneladas
de ozono se forman y son destruidas diariamente.
La radiación ultravioleta dificulta la fotosíntesis de las plantas disminuyendo su
crecimiento y debilitan el sistema inmune de los animales, favoreciendo la aparición de
cánceres.
Algunos compuestos industriales como los clorofluorocarbonos y el bromuro de metilo
liberan cloro o bromo a la atmósfera, llegando en pocos años a la estratósfera donde
sufren intensa disociación fotoquímica por la radiación ultravioleta; el efecto de estas
reacciones es la destrucción de varios miles de moléculas de O3 por cada átomo de Cl
producido. La mayor destrucción de la capa de ozono es la llamada “El agujero de ozono
del Antártico”.
A partir de convenios internacionales se ha logrado prohibir en muchos países la emisión
de la mayor parte de estos compuestos, buscando alternativas para los mismos.

1.4.1.3 La pérdida de la biodiversidad

La biodiversidad, a una escala global, se considera como la suma de todas las especies
existentes en el planeta. La pérdida de alguna producirá una inestabilidad en la función
de los ecosistemas. Además cada especie tiene un potencial de uso por parte del ser
humano que se pierde para siempre cuando la especie se extingue.
La ocupación de los ecosistemas naturales para diferentes usos y la falta de una gestión
adecuada están llevando a la pérdida de muchas especies a una velocidad muy superior
a la natural.

1.4.1.4 La contaminación

Algunas actividades humanas producen una serie de desechos que contaminan los
diferentes agentes ambientales: suelo, aire y agua. Gran parte de esta contaminación
produce efectos irreversibles en los ecosistemas. Los tipos de contaminación que se
consideran más peligrosos por su persistencia a largo plazo son: la contaminación
radiactiva y la contaminación bioacumulativa, que persiste en los tejidos vivos,
transmitiéndose de un organismo a otro a través de la cadena trófica. Estos
contaminantes bioacumulativos son muchos metales pesados (cadmio, mercurio,
plomo…), insecticidas como el DDT.
Otros contaminantes tienen como efecto principal la pérdida de recursos necesarios para
los seres humanos, al no poderse utilizar el suelo o el agua contaminados.

1.4.1.5 El agotamiento de los recursos naturales

Debido a que la población humana crece de forma exponencial, la escasez de recursos


suficientes ya es un hecho.
Casi todos los metales están agotándose a una velocidad cada vez mayor, al igual que
casi todos los recursos no renovables. Los recursos renovables (madera, suelo agrícola,
pesca…) son sobreexplotados por exigencias del mercado, destruyéndose para siempre.
En algunos casos la solución está en buscar nuevos recursos que sustituyan a los que se
agotan, pero siempre se deberían de preservar los recursos renovables, utilizándose de
forma sostenible, para no comprometer la supervivencia de generaciones futuras.

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