La problemática de la aplicación de la ley extranjera se puede observar desde el

punto de vista procesal y desde el punto de vista sustantivo.

En primer lugar, parece oportuno desarrollar los problemas que se generan desde
el punto de vista sustantivo, en ese sentido nos encontramos con las siguientes
circunstancias que ocasionan confusiones. El primer punto radica en tener en
consideración qué se entiende por ley extranjera, la ley extranjera son todas
aquellas normas de derecho escritas o no, que han sido emitidas por un órgano
legislativo extranjero y que el definitiva sean reguladoras de la situación de hecho
propuesta.

En cuanto a la naturaleza de la ley extranjera, de forma apresurada se podría

afirmar que su naturaleza es jurídica por tratarse de ordenamiento de Derecho, sin
embargo, Barile considera que es necesario tratarlas como ley nacional, en virtud
de que poseen valores jurídicos de la lex fori.

Es necesaria la existencia de un título de aplicación de la ley extranjera, este título

se refiere al valor autoritario que tendrá la aplicación de la ley extranjera, en este
sentido la autoridad radica en que el Derecho Nacional permita la posibilidad de
aplicar la ley extranjera en razón a que la regla de Derecho Extranjero es idéntica
o análoga al Derecho Nacional, algunos autores hablan de una incorporación
material o incorporación formal, sin embargo, la incorporación, apropiación o
recepción, harían que la ley extranjera se desnaturalice. Al aplicar la ley extranjera
es necesaria que por tratarse de ley extranjera sea la misma interpretación que se
aplica en el país en donde esta tiene su nacimiento.

El tema del control de Constitucionalidad, es otra de las problemáticas que

ocurren, no tiene mayor dificultad cuando el Estado de donde proviene la ley
extranjera a decidido esta problemática, no obstante, sí podría representar
dificultades cuando no es así, cuando este caso se presenta, considero que no es
correcto que el juez ocupe un rol de control de la legalidad constitucional, en un
caso concreto, cuando en su propio país no es el órgano que se encarga de esas
decisiones.