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José Chacón Montero Riesgos de origen geológico y geomorfológico: deslizamientos de tierras,


Universidad de Granada identificación, análisis y prevención de sus consecuencias

GEOLOGIC AND GEOMORPHOLOGIC RISKS: IDENTI-


Dunas móviles. Guardamar, Alicante.
Año 1901 FICATION, ANALYSIS AND CONSEQUENCE PREVEN-
TION OF LANDSLIDES

Resumen Abstract

En el presente artículo se analizan los diferen- Study of different landslide processes and types
tes procesos y tipos de deslizamientos en tanto responsible for causing situations of risk in the
que son susceptibles de provocar situaciones de presence of human occupation. Analysis and
riesgo en combinación con la actividad y ocu- cartography (GIS) of the susceptibility of lands
pación humana del suelo. En primer término se (to landslides) from field data, and the defini-
exponen las fases que intervienen en la dinámi- tion of digital models and thematic factors.
ca de los movimientos de ladera y una metodo- Principles and examples of systems of control
logía para obtener mapas de susceptibilidad ant the minimisation of landslide effects.
útiles en la prevención de zonas inestables. Así
mismo se presenta una relación de los términos
y métodos comúnmente empleados en la carto-
grafía de riesgos asociados a deslizamientos de
tierras. A modo de ejemplo, la susceptibilidad
de los terrenos en las Cordilleras Béticas es ana-
lizada aquí con detalle a través de inventarios y
mapas elaborados para los dominios bético y
subbético y las depresiones neógenas y cuater-
narias. A partir de datos de campo y de la defi-
nición de factores derivados de modelos digita-
les del terreno y factores temáticos, se obtienen
mediante SIG diversas correlaciones que sirven
de indicadores para evaluar la susceptibilidad
de estas zonas. Finalmente, se hace referencia a
determinados principios y ejemplos de sistemas
de regulación, control y mitigación de los efec-
tos de los deslizamientos de tierras, para termi-
nar con unas conclusiones, entre las que desta-
ca la necesidad de incorporar este tipo de ries-
go al planeamiento urbanístico en el Sureste
peninsular.

Palabras clave Keywords

Riesgos geomorfológicos, deslizamientos de Geomorphological risks, landslides, typology,


tierras, tipología, inventario, Cordilleras Béti- inventory, Betic Cordilleras, susceptibility
AREAS cas, mapas de susceptibilidad, mitigación del maps, risk minimisation.
Revista de Ciencias Sociales
Nº 23 / 2003 riesgo.
Los procesos de riesgo con origen natural:
una constante en la relación entre hombre
y medio
(pp. 33-64)

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José Chacón Montero Riesgos de origen geológico y geomorfológico: deslizamientos de tierras,


Universidad de Granada identificación, análisis y prevención de sus consecuencias

I. Introducción proceso natural (deslizamiento, terremoto,


inundación, etc.) se desarrolle en un momento
Los deslizamientos de tierras se pueden anali- y lugar dados, multiplicada por la vulnerabili-
zar en el contexto de la vertiente o del talud dad de un elemento dado (ej: urbanización,
afectado y también se les debe considerar como vivienda, presa, carretera, etc.) entendida como
un producto geomorfológico o ambiental de el grado de pérdidas que experimentará el ele-
procesos dinámicos relacionados con la evolu- mento bajo la acción destructiva, expresa el
ción del paisaje. En la primera aproximación riesgo específico del elemento. La sumatoria de
los deslizamientos de tierras tienen lugar cuan- los riesgos específicos de todos los elementos
do se desarrolla un balance desfavorable entre del territorio afectados cuantificaría el riesgo
la resistencia de los materiales geológicos en los total para la región (Varnes, 1984). Si no hay
que están excavadas las vertientes naturales y actividad humana afectada por el proceso
las fuerzas gravitatorias que tienden a despla- potencialmente destructivo no se producen
zarlas ladera abajo. Ese balance suele expresar- riesgos, si bien se puede analizar la peligrosidad
se en el análisis de estabilidad de laderas o talu- del fenómeno, entendida como expresión de su
des mediante el factor de seguridad, normal- capacidad destructiva.
mente calculado a partir de parámetros geotéc- La magnitud del impacto económico de los
nicos o mecánicos de los materiales geológicos deslizamientos de tierra ha sido objeto de dis-
implicados que permiten estimar la resistencia a cusión en numerosos artículos (Ayala et al.,
la cizalla y la masa de las porciones inestables. 1986; 1987) y en general se ha establecido su
La segunda aproximación consistiría en consi- importancia en la mayor parte de los países del
derar los aspectos geomorfológicos y ambien- mundo, particularmente cuando se encuentran
tales de los procesos implicados en la inestabi- en cordilleras jóvenes activas, como el SE ibéri-
lidad de vertientes, comenzando por la tectóni- co, y la necesidad de que se pongan en marcha
ca de placas y el contexto concreto de la tectó- planes especiales de prevención y mitigación.
nica activa en el sector, los eventos climáticos
globales de enfriamiento y calentamiento que II. Clasificación, inventario y análisis de los des-
determinan las fluctuaciones del nivel del mar y lizamientos y los riesgos derivados
las respuestas de los terrenos a los procesos cli-
máticos y la evolución del paisaje afectada La literatura sobre la descripción del proceso
finalmente por la acción antrópica. Es en este de deslizamiento, en sentido general, o sobre la
último contexto en el que tienen significado los terminología de los movimientos de ladera es
riesgos geomorfológicos como expresión de la abundante. De muy amplia aceptación interna-
interferencia entre las actividades humanas y cional es la clasificación de Varnes (1978) y las
las dinámicas naturales, interferencias de las técnicas de reconocimiento de Hutchinson
que resultan no solamente determinados (1988), a pesar de numerosas aportaciones pos-
impactos ambientales sino también la exposi- teriores (Corominas y García Yagüe, 1997), que
ción de usos y actividades humanas a escenarios no han restado interés a las citadas. En lo suce-
de riesgos y eventualmente al desencadena- sivo se empleará indistintamente los términos
miento de catástrofes naturales. movimientos de ladera (slope movements) o
En ambas aproximaciones, ingeniería y geo- deslizamiento de tierra (landslide) con carácter
morfología ambiental, la actividad humana es la general válido para todos los tipos de movi-
condición necesaria para la presencia del riesgo mientos, mientras que deslizamientos planares
y su magnitud dependerá de la vulnerabilidad y rotacionales (planar and rotational slides) son
de elementos valiosos para la sociedad o ele- tipologías específicas como se indicará después.
mentos en riesgo. La probabilidad de que el Para establecer las causas de la inestabilidad de

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vertientes se apela por lo general a factores rocas o suelos compactos (d) deslizamientos
determinantes de las condiciones de estabilidad rotacionales).
y factores desencadenantes o activadores de los 3) movimientos de ladera asociados a rotura
movimientos de ladera (Hansen, 1989). Los fac- plástica o plástico-viscosa de suelos arcillosos,
tores determinantes son los que establecen las margosos o arcilloso-arenosos en los que la
condiciones generales de la estabilidad de la condición de humedad y la posición topográfi-
vertiente y se refieren a las condiciones geomé- ca de la masa movilizada determina el desarro-
tricas de la ladera (pendiente, orientación, ele- llo de flujos más o menos lentos en laderas sua-
vación, forma) y a las condiciones resistentes de ves, coladas de barro rápidas a muy rápidas en
los materiales afectados (litología, resistencia a laderas inclinadas o avalanchas de barro, rocas
la cizalla friccional y/o cohesiva, presión de y hielo en laderas montañosas fuertemente ver-
agua, remoldeo, relaciones de volumen, densi- tientes y derivas laterales de bloques compactos
dad y masa, etc.). Los factores desencadenantes sobre sustratos plásticos.
o activadores del movimiento son los que se La rotura frágil supone que el desplazamiento
relacionan con las condiciones particulares del de la masa se produce sobre una superficie
momento en el que se produce el movimiento, plano de rotura, más o menos irregular o dis-
y en general se asocian a cambios en las condi- continuo en el caso de las caídas y desprendi-
ciones del terreno derivados de lluvias extraor- mientos de rocas, mejor definido en los colap-
dinarias, sacudidas sísmicas o bien la actividad sos y claramente establecido en los desliza-
humana relacionada con obras civiles, urbani- mientos planos y rotacionales donde pueden
zaciones y, en general, cambios de uso de los ser uno o varios planos sucesivos de rotura los
terrenos. que se desarrollen. En cualquier caso la rotura
Las diversas clasificaciones de movimientos de frágil supone que la deformación producida
ladera distinguen, en general, tipos básicos tales desde antes a después de la rotura se resuelve en
como: a) caídas y desprendimientos de rocas; b) el desplazamiento de la masa desde la posición
colapsos de ladera o taludes; c) deslizamientos inicial a la final a lo largo del plano de rotura,
planos; d) deslizamientos rotacionales; e) flu- sin que se produzca deformación interna en la
jos, coladas y avalanchas de tierras; f) derivas propia masa movilizada. En el tercer grupo, la
laterales y g) movimientos complejos. Entre rotura plástico-viscosa implica que el desplaza-
todos ellos se pueden distinguir: miento de la masa se asocia a la deformación
1) movimientos derivados de roturas frágiles interna de la misma además del posible, y no
del terreno para definir masas más o menos dis- siempre necesario, desarrollo de un plano de
gregadas de suelos o rocas como son las tipolo- rotura que delimite la masa movilizada de la no
gías a) caídas y desprendimientos de rocas y b) afectada por la rotura.
colapsos de ladera o taludes. Tienen en común Los movimientos complejos suelen presentar
el descender por caída libre desde posiciones una cierta combinación de mecanismos de
elevadas (caídas y desprendimientos) o no rotura frágil y plástica que da lugar a diferentes
(colapsos) en taludes o laderas muy inclinadas combinaciones de tipologías de movimientos
sometidas a la inestabilidad por procesos erosi- como pueden ser caídas de rocas y flujos de tie-
vos o bien en taludes cuya inestabilidad ha sido rras o avalanchas; deslizamientos planos o rota-
inducida por el procedimiento de excavación o cionales y flujos o avalanchas de tierras; caídas
por una deficiente adecuación del terraplén. de rocas y colapsos; flujos y colapsos, etc. En
2) movimientos más coherentes de masas por general se requiere una cierta extensión de la
rotura frágil del terreno que delimitan láminas masa afectada para que se puedan observar
planares de rocas o suelos compactos (c) desli- diferentes mecanismos superpuestos espacial o
zamientos planos) o bien cuerpos cilíndricos de temporalmente. Las magnitudes de las masas

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movilizadas son muy variables y una clasifica-


ción de tamaños propuesta por Rodríguez
Ortiz (1978) es:

Tamaño Volumen (m3)

Pequeña 1 50
Moderada 50 500
Grande 500 5000
Muy grande 5.000 50.000
Excepcionalmente grande 50.000

Hansen (1989) diferencia los siguientes intervalos de velocidades:

Velocidad cm/seg otras unidades

Extremadamente rápida
300 0,3 m/min
Muy rápida
0,5
Rápida
0,0017 1,5 m/día
Moderada
0,00006 1,5 m/día
Lenta
0,000005 1,5 m/año
Muy lenta
0,0000001 0,6 m/año
Extremadamente lenta

Las mayores velocidades se alcanzan en ava- Resulta conveniente disponer de criterios


lanchas de hielo, nieves y rocas en alta monta- que permitan el seguimiento del proceso
ña cuando las magnitudes son moderadas o tanto en lo referente al desarrollo de la masa
superiores. Las más lentas, conocidas como movilizada y formas asociadas (grado de
velocidades de reptación se asocian a peque- desarrollo) como al régimen de velocidades
ñas deformaciones en suelos posiblemente asociadas (actividad). La tabla 1 resume esos
inducidas por la infiltración del agua y el rea- criterios (Chacón, 1996; WP/WLI, 1990,
juste volumétrico de las partículas del suelo 1993a, b).
durante ciclos de helada y deshielo. Suelen ir Para la cartografía de zonas expuestas a los
acompañadas por ciertas formas característi- movimientos de ladera una herramienta muy
cas como es el desarrollo de “terracitas” o valiosa es el mapa de susceptibilidad de los
laderas escalonadas. terrenos en el que se muestran con colores
Desde el punto de vista espacial y temporal diferentes la mayor (rojo) a menor (verde)
el desarrollo de un movimiento de ladera, en tendencia de los terrenos a la inestabilidad.
las diferentes tipologías, desde su inicio a la Este mapa se obtiene a partir de un inventario
finalización, suele producirse en diferentes de movimientos de ladera, en el que se identi-
etapas que pueden ser distinguidas particu- fican por separado las superficies de ruptura
larmente cuando alcanzan cierta magnitud. (escarpes, cicatrices, grietas de tracción) y los

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depósitos resultantes del movimiento, así miento, sin olvidar que la magnitud de la
como , en el caso de los flujos de tierras y los masa es también determinante. Es interesante
desprendimientos de rocas, las zonas de tra- retener que:
yectoria de las masas movilizadas. Una vez 1. Los daños en las viviendas y construccio-
obtenido y digitalizado el inventario, en un nes se pueden producir ya desde una etapa
Sistema de Información Geográfica se elabo- muy incipiente del movimiento en cuanto
ran modelos digitales del terreno y se obtie- que la aparición de grietas de tracción,
nen mapas de formas del terreno (pendientes, abombamientos o depresiones se produzca
exposición, elevaciones, formas, zonas cónca- bajo ellas. Son muy frecuentes los daños que
vas y convexas, red de drenaje, etc.) y se digi- se producen en urbanizaciones, caminos,
talizan mapas temáticos relacionados con los carreteras, muros, saneamientos, etc., a veces
factores determinantes de la estabilidad y con graves costos económicos. Cuando tales
activadores de los movimientos (litología, elementos de la estructura territorial se
parámetros geotécnicos, recubrimientos, encuentran sobre la traza de la coronación o
nivel freático, vegetación, unidades tectóni- de los flancos laterales de los deslizamientos
cas, etc.). los daños se producen desde el mismo inicio
El análisis de correlación entre el inventario y del proceso.
los factores temáticos considerados permite 2. Conforme progresa la deformación de la
obtener mapas de susceptibilidad útiles para la vertiente la masa se desarrolla dependiendo
prevención de zonas inestables. La escala del del tipo de movimiento. En general se puede
producto es variable y se adapta al objetivo del admitir que el potencial destructivo de un
mapa, desde el 1:1.000 de interés en estudios deslizamiento decrece conforme progresa su
de taludes carreteras, al 1:25.000 para estudios desarrollo. En muchos casos la masa se man-
municipales o 1:200.000 para estudios regio- tiene internamente indeformada y el despla-
nales. zamiento se produce sobre la superficie de
El empleo de S.I.G. hace posible un potente rotura (deslizamientos planares y rotaciona-
análisis bidimensional, y cada vez más tridi- les) por lo que se puede dar el caso de que
mensional, de la región que requiere una los daños sean mucho menores en los ele-
suficiente cantidad de información bien mentos estructurales situados sobre la masa
establecida y comprobada directamente en y mucho mayores en los situados hacia los
el terreno. bordes de la misma. En la medida en que
Dependiendo de la calidad de la información progresa el movimiento la deformación
suministrada al sistema se obtendrán resulta- interna de la masa puede aumentar y se
dos más o menos fiables desde el punto de verán igualmente afectadas las construccio-
vista de su utilidad (Brabb, 1987, 1996; nes que reposan sobre la masa movilizada.
DeGraff et al, 1991; Carrara et al., 1991; Cha- Al mismo tiempo el desarrollo del movi-
cón et al., 1993 b, 1996). Se emplean también miento supone la reducción del potencial
las imágenes de satélite para ínter activar con destructivo bien porque los elementos
SIG. y proporcionar inventarios muy comple- estructurales y bienes afectables han sido ya
tos que, no obstante, deben de ser igualmente destruidos o son menos abundantes los que
comprobados sobre el terreno. restan por ser afectados o simplemente por-
En cuanto al potencial destructivo (peligrosi- que la masa movilizada ha agotado su posi-
dad) de los deslizamientos de ladera, a partir ble itinerario de desplazamiento, a lo largo
de la experiencia se pueden indicar algunas del cual ha ido destru- yendo bienes, y no
conclusiones respecto a su relación con el puede incrementar sustancialmente su mag-
grado de desarrollo y la actividad del movi- nitud o su velocidad.

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Tabla 1. Dinámica de los movimientos de ladera

FASE DESARROLLO ACTIVIDAD DAÑOS POTENCIALES

Preparatoria o Poco apreciable. Cambios en Activo, velocidad lenta a rápida. Daños lineales por las grietas en estructu-
Incipiente manantiales, Intermitente o permanente. Puede ras afectadas. Alto potencial según magni-
fuentes, abombamientos ser inactivo largo tiempo antes de tud de la masa y distancia a zona de reposo.
locales, grietas de tracción en reactivarse.
cabecera. Duración imprevisible.

Apreciable: ruidos, abombamien- Activo, velocidad muy variable y no Daños mayores en zonas del borde de la
Inicio tos, extensión lateral de las grietas siempre continua. Puede detenerse y masa y algunos sobre el interior a lo largo
que delimitan desde coronación permanecer inactivo largo tiempo de escarpes menores, frente y grietas
al pie. Hundimientos locales. antes de la reactivación o permane- transversales o longitudinales.
Escarpe perimetral, destacado en cer dormido indefinidamente. Potencial de daños muy alto según magni-
cabecera y escarpes menores en la tud de la masa y distancia a zona de reposo.
masa. Inicio del frente de acumu-
lación de depósitos. Duración,
progresión y continuidad varia-
bles.

Desarrollo Despliegue del escarpe de cabecera Activo, velocidad muy variable y no Se extienden a toda la masa movilizada y a
y avance de la masa ladera abajo. siempre continua. Puede detenerse y las zonas situadas bajo el frente y en la tra-
Hundimiento (rotacional) o ele- permanecer inactivo largo tiempo yectoria de la masa. Potencial destructivo
vación (traslacional) en cabecera antes de la reactivación o permane- limitado a la trayectoria posible hasta la
de la masa y lo opuesto hacia el cer dormido indefinidamente. zona de reposos y la posible extensión
pie. Duración, progresión y con- ladera arriba por remonte de la cabecera.
tinuidad variables.

Avanzado Desarrollo del escarpe principal y Activo, velocidad muy variable y no Se agravan en toda la masa movilizada y
despliegue de escarpes menores y siempre continua. Puede detenerse y en las zonas situadas bajo el frente y en la
de la masa ladera abajo. Posible permanecer inactivo largo tiempo trayectoria de la masa. Potencial destruc-
remonte del escarpe principal lade- antes de la reactivación o permane- tivo limitado a la trayectoria posible hasta
ra arriba. Duración, progresión y cer dormido indefinidamente. la zona de reposos y la posible extensión
continuidad variables. ladera arriba por remonte de la cabecera.

Agotamiento Masa acumulada en zona de repo- Poco activo. Reactivación posible Peligrosidad para transeúntes por
so y reducción de la pendiente por obras civiles o por erosión o derrumbes en toda la masa, depósitos y
media. Derrumbe de bloques en excavación de ríos, terremotos o escarpes. Potencial mínimo salvo reactiva-
escarpes menores y cabecera. explosiones. ciones parciales por obras, terremotos,
erosión, inundaciones o explosiones. Rea-
justes parciales en los bloques y movi-
mientos verticales asociados.

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3. Un primer balance de daños potenciales atri- rísticas en cuanto a la actividad y pueden ser
buibles a un deslizamiento de tierras depende- reactivados parcialmente por las lluvias inten-
ría del grado de desarrollo del mismo (Tabla 1). sas o por terremotos de magnitudes similares o
También se debe de tener en cuenta el régimen superiores a los que los originaron.
de actividad del movimiento al cartografiar De las anteriores consideraciones se desprende
zonas de potencial destructivo o peligrosidad que la cartografía de zonas de riesgo o peligro-
por deslizamientos, criterio que no se suele sidad por deslizamientos de tierras debe ir pre-
considerar en los actuales mapas de peligrosi- cedida de un detallado inventario en el que
dad, pero que sería abordable con la ayuda de datos referentes a la actividad y grado de desa-
los SIG y una adecuada investigación sobre el rrollo son fundamentales para una correcta
terreno. evaluación. Para la evaluación detallada de fac-
4. Los daños asociados a los movimientos de tores activadores de deslizamientos de tierras
ladera se asocian a los siguientes aspectos del superficiales del tipo de los flujos de tierras o
proceso: la ruptura del talud o la ladera y de las coladas de barro, una combinación de datos
la masa (escarpes principales y menores), el geotécnicos y modelos hidrológicos permiten
desplazamiento de la masa ladera abajo y a la obtención de mapas predictivos (Terlien,
las consecuencias indirectas del movimiento, 1996), ya que en tales casos el desarrollo del
principalmente a la perturbación de la red de movimiento es muy rápido y se asocia a cam-
drenaje que se verá ocupada por los depósi- bios de presión de poros durante o inmediata-
tos del movimiento. De esta forma se pue- mente después de lluvias intensas. Sin embargo,
den generar represas naturales de materiales la predicción de zonas susceptibles para los
sueltos y mal consolidados que podrán ceder diversos tipo de movimientos mediante análisis
ante el empuje de las aguas y generar olas de de correlación entre rupturas, depósitos y fac-
inundación o avalanchas de agua, rocas y tores (Chacón et al., 1992, 1993, 1994) ha sido
barro. validado con resultado muy satisfactorios (Iri-
5. En regiones semiáridas, como el SE ibérico, garay et al; 1998).
la actividad de los deslizamientos de tierras
suele quedar suspendida en cualquiera de las II.1. La evaluación del riesgo y la cuestión ter-
etapas del desarrollo (Tabla 1). La reactiva- minológica
ción puede suceder mucho después, cuando
diversos procesos pueden haber ocultado las El significado del término inglés “hazard”
trazas del desarrollo inicial; sin embargo, el tiene la doble acepción de azar y riesgo ya que
potencial de daños, peligrosidad, puede ser se puede traducir por peligrosidad o expecta-
muy elevado. Los deslizamientos de tierras tiva de riesgo o peligro en una situación dada.
activas en la región suponen un ínfimo por- En cualquier caso implica una cierta probabi-
centaje del total en todos los inventarios lidad de que un proceso destructivo tenga
(Chacón et al., 2002) y la inmensa mayor lugar en una zona. El término peligro o peli-
parte permanecen suspendidos en régimen grosidad, como se ha visto, supone, sin embar-
durmiente. go, una evaluación del potencial destructivo
6. La actividad de los deslizamientos observa- en virtud de diversos criterios relacionados
dos en las Cordilleras Béticas es de régimen con el tipo de movimiento, magnitud, veloci-
dormido o activo intermitente, en el 98% de los dad, actividad y grado de desarrollo. Sin
casos. La intermitencia se asocia a los regíme- embargo, en los métodos actuales de evalua-
nes de lluvias intensas que afectan a un punto ción la peligrosidad se suele expresar sobre la
determinado de la región. Los deslizamientos base del mero inventario de movimientos de
de origen sísmico presentan las mismas caracte- ladera o directamente a partir de la susceptibi-

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lidad de los terrenos. El término riesgo tam- de vidas humanas, heridos, daños a propieda-
bién ha sido empleado con diversas acepciones des, perturbación económica, etc., derivadas
según los autores. del evento natural destructivo y se expresa
Okrent (1980) propuso el siguiente ejemplo como Rt= (E)(Rs) = (E)(H)(V).
para definir los términos “hazard”, catástrofe y Rahn (1986) consideró el azar natural (natural
riesgo: dos personas atraviesan el océano, uno hazard) como un daño potencial para los seres
en un yate crucero acompañado de un grupo de humanos y sus propiedades. Einstein (1988)
marineros y pasajeros, con modernas técnicas propuso los términos peligro, azar y riesgo
de impulsión, vigilancia y emergencia mientras (danger, hazard and risk). Peligro sería un tér-
el otro lo hace en una pequeña canoa indivi- mino cualitativo que expresaría alguna caracte-
dual. El “hazard” que se puede reconocer en rística mecánica o geométrica del fenómeno
ambos casos sería un supuesto naufragio, aun- destructivo sin ningún tipo de previsión. Tam-
que el riesgo sería mucho menor en el yate que bién propuso la equivalencia entre “landslide
en la canoa. Si tiene lugar finalmente el naufra- hazard” y “landslide susceptibility” (Brabb et
gio, en el caso del yate podría ser una catástro- al., 1972) como una vía alternativa para estimar
fe mientras que no lo sería en el caso de la canoa las probabilidades temporales a partir dela dis-
individual. Tanaka (1981) indicó que un desas- tribución espacial de los deslizamientos de tie-
tre en una zona desértica virgen solo sería un rras o de las correspondientes zonas de suscep-
evento sísmico sin ningún “hazard” asociado tibilidad. Bryant (1991) también definió los
ya que este sólo se produciría en áreas urbanas azares naturales “natural hazards” como las
donde existen elementos en riesgo. Si ocurre un diferentes formas en que la naturaleza produce
terremoto catastrófico (elevada magnitud) daños y pérdidas económicas a la sociedad.
sucedería en áreas urbanas y no en zonas Smith (1992) consideró el azar “hazard” una
desérticas. medida de daños potenciales y riesgo como la
Varnes (1984) ofreció unas bases metodológicas probabilidad de que se produzca un determina-
muy interesantes como resultado del trabajo de do azar “hazard”. Como se puede ver, en
una comisión de expertos sobre el tema reuni- muchas de las anteriores aproximaciones se
da por la antigua Oficina de Mitigación de emplea “hazard” en su traducción como riesgo
Desastres de la ONU (United Nations Disaster o peligro.
Relief Office, UNDRO). Así definió Azar Las metodologías para la cartografía de riesgos
natural “Natural Hazard” (H): probabilidad de derivados de los deslizamientos de tierras tam-
que ocurra un fenómeno determinado poten- bién son muy diversas y un buen número de
cialmente destructivo en un periodo de tiempo ellas emplea el término riesgo sin carácter pre-
específico y en una región determinada. Vulne- dictivo sino más bien como indicador de pre-
rabilidad (V): grado de pérdidas experimenta- sencia de zonas inestables. Muy raramente se
das por un elemento o conjunto de elementos han aplicado los métodos de Varnes (1984) e
territoriales como resultado de un proceso Einstein (1988) y son muy escasas las investiga-
natural de magnitud determinada. Se expresa en ciones sobre vulnerabilidad de los elementos
una escala desde 0 (no hay daños) a 1 (pérdida territoriales que no se asocian con la evolución
total). Elementos en riesgo (E): población, pro- del riesgo sísmico y desde luego muy escasas
piedades, actividad económica, servicios públi- para deslizamientos de tierras. La metodología
cos, expuestos a los efectos del evento destruc- para la elaboración de mapas de susceptibilidad
tivo. Riesgo Específico (Rs): grado esperado de y riesgos implica, en su conjunto (Chacón et
pérdidas derivadas del evento natural destructi- al., 1992b e; 1993b; 1994; 1996b,1999) la reali-
vo. Se expresa por el producto Rs = H * V. zación de:
Riesgo (Rt) es el número esperado de pérdidas a) inventarios de movimientos de ladera (rup-

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turas y depósitos; tipología, actividad y grado específico o riesgo total requiere, por su parte,
de desarrollo), la evaluación de la vulnerabilidad de los ele-
b) la selección de factores determinantes de la mentos del territorio frente a movimientos de
estabilidad, ladera de los diversos tipos y en las diferentes
c) la digitalización de los mapas resultantes del circunstancias de actividad, desarrollo, magni-
inventario y de la selección de factores, tud y velocidad antes citados. Esta es la princi-
d) modelización en SIG del mapa de suscepti- pal limitación del método de Varnes que, por
bilidad, otra parte, puede aplicarse sin necesidad de la
e) la realización del análisis de correlación entre expresión cartográfica que suponen los mapas.
movimientos y factores, En cualquier caso, cualquier estándar sobre la
f) la obtención de mapas de susceptibilidad elaboración de mapas previsores de desliza-
mediante el método de la matriz (Irigaray, mientos de tierras requiere la participación, en
1995) y su validación (Fernández et al., 1997; alguna forma real, de agentes implicados en la
Irigaray et al., 1999), administración del urbanismo y las obras
g) la digitalización y obtención en el SIG de públicas, de manera que el producto obtenido,
mapas de los elementos del territorio sea mediante S.I.G. o con las expresiones carto-
h) la evaluación e introducción en el SIG de gráficas que se requieran, sea aceptado y fácil
mapas de vulnerabilidad de los elementos del de interpretar y aplicar (Brabb, 1996).
territorio,
i) la obtención de mapas de riesgos derivados
de los distintos tipos de movimientos de ladera III. Susceptibilidad de los terrenos en las Cordi-
o del conjunto de los previsibles en la zona. lleras Béticas
A partir de los mapas de susceptibilidad se
obtienen mapas de zonas expuestas por exten- III.1. El contexto geológico
sión de la zonación obtenida en función del
ángulo de reposo de los movimientos de ladera. La evolución geomorfológica reciente de la
Las zonas de mayor exposición aparecen situa- Cordillera Bética, se puede describir en función
das ladera abajo de las zonas de mayor suscep- de dos características esenciales para la com-
tibilidad y comprenden hasta los valores de prensión de la génesis de las inestabilidades en
pendiente iguales o superiores a las de reposo la región: el desarrollo de cuencas sedimenta-
observadas en el inventario de depósitos. Este rias interiores entre el Mioceno y el Cuaterna-
mapa es interesante para la planificación del rio (Sanz de Galdeano et al., 2001), por una
territorio y coberturas de riesgos en seguros e parte, la excavación de los ríos y el rejuveneci-
hipotecas. miento del relieve (Chacón, 1999; Chacón et
Un verdadero mapa de peligrosidad se obten- al., 2001) por otra.
dría por modelización condicionada del mapa Las depresiones intraorogénicas se desarrolla-
de zonas expuestas con datos relativos a activi- ron desde el Mioceno, una vez que se inició un
dad, grado de desarrollo, velocidad y magnitud. proceso de levantamiento regional en relación
Requiere una amplia información en inventa- con la colisión postalpina entre Eurasia y Áfri-
rios extensos y una información histórica con- ca. Se da lugar, así, al depósito de potentes
trastada difícil de obtener en muchas regiones. series de margas y materiales terrígenos grose-
(Chacón et al.,1996). Sería igualmente de gran ros a lo largo del Mioceno, el Plioceno y el
interés para prevención aplicada a la planifica- Pleistoceno en facies sedimentarias que evolu-
ción del territorio y la evaluación de coberturas cionaron desde el medio marino continental a
de seguros. medios costeros y finalmente a medios lacus-
La obtención de verdaderos mapas de riesgo tres y fluviales. (Sanz de Galdeano et al., 2001).

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En el conjunto de las cuencas del entorno del A continuación se presenta una síntesis de las
Mediterráneo, por otra parte, tienen lugar suce- conclusiones obtenidas en las investigaciones
sivos cambios en el nivel de base mientras que, realizadas en el sector central de la cordillera
al inicio del Pleistoceno, los relieves alpinos (Figura 1).
precedentes quedan arrasados. El proceso final
de reactivación del relieve, durante el Pleistoce- III.2. Inventarios y Mapas de Susceptibilidad
no medio e inferior, ha dado lugar a los fuertes
encajamientos de la red fluvial (gradientes esti- La identificación de los tipos de movimientos
mados entre 0.13 y 5.9 mm/año, Chacón 1999; de ladera, rupturas, depósitos y valoración rela-
Chacón et al., 2001; 1,4 mm/año en medidas tiva a la actividad y el grado de desarrollo se ha
actuales de Giménez et al., 2000) espectacular- realizado de acuerdo con Varnes (1978, 1984),
mente visibles, en especial, en las franjas coste- Cruden y Varnes (1999) Corominas y García
ras de Andalucía tanto en el curso de los ríos de Yagüe, 1997; Chacón et al., (1997), WP/WLI.
la Cuenca Hidrográfica del Sur, como en las (1990-1993b). Los mapas de susceptibilidad se
abundantes costas de levantamiento. han sometido a una validación espacial (Iriga-
La inestabilidad de vertientes y los movimien- ray et al., 1999; Fernández, 2001; El Hamdou-
tos de masas constituyen en la Cordillera Béti- ni, 2001).
ca un poderoso motor del modelado, que en
extensas áreas de las cuencas re-excavadas supe-
ran ampliamente al efecto de la erosión de par-
tículas, sin que este hecho haya sido hasta el
momento evaluado para el diseño de obras
hidráulicas de la Cuenca del Sur.

Figura 1. Modelo de iluminación del


sector central de la Cordillera Bética
y distribución

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Figura 2. Inventario del sector de Cas-


tell de Ferro ( Fernández, 2001)

Tabla 2. Resumen de inventarios de movimientos de ladera en diversas áreas.


CR: caídas de Rocas; DR: desprendimientos de rocas; DesR: deslizamientos rotacionales; DesT: deslizamientos traslacionales;
F.T: flujos de tierras; C.B: coladas de barro; CD: corrientes de derrubios; DL: derivas laterales; MC: movimientos complejos;
Nº: número de movimientos; %Ar porcentaje de área con rupturas; %Adp: porcentaje de área con depósitos:

Área CR-DR DesR-T F.T. y C.B. CD MC Nº %Ar %Adp

NE Guájares 45 141 - 59 35 280 30 37


Ïzbor-Albuñuelas 231 198 157 323 71 980
Lújar-Contraviesa 26 260 - 118 33 437 15 19
Castell Ferro 14 02 - 23 20 159 8 14
Castillo Baños - 41 - 43 7 127 8 17
S. Nevada 82 26 - 47 30 185

Total 398 768 157 613 196 2168 8-30% 14-37%

Dominio Bético nales y rotacionales, junto a las corrientes de


derrubios. En el contacto con las series neógenas
La figura 2 muestra un ejemplo de inventario y la de las cuencas de Granada o Ugíjar, abundan las
tabla 2 la distribución de tipos de movimientos caídas de rocas y coladas de derrubios de mate-
en las áreas de estudio, esencialmente en unidades riales compactos calcareníticos y conglomeráti-
alpujárrides. Se aprecia el predominio de tipolo- cos. En la zona de Albuñuelas (El Hamdouni,
gías características de macizos rocosos como son 2001) aparece tal situación en calcarenitas y limos
las caídas de rocas y los deslizamientos traslacio- a lo largo del contacto con el alpujárride. Igual-

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mente en los contactos entre las formaciones car- área entorno a la comarca de los Montes
bonatadas y las filitas de los mantos alpujárrides Orientales (Montefrío, Granada), al sector de
abundan tales tipologías así como los desliza- Rute (Córdoba) y al sector de Colmenar-Sie-
mientos y diversas combinaciones. Aunque en el rra de Camarolos (Málaga) (Irigaray y Cha-
inventario no se mencionan las derivas laterales, cón, 1991; Irigaray, 1995; Irigaray et al., 1994;
se ha observado un posible caso en el Cerrajón de Irigaray et al., 1996). La figura 3 muestra un
Murtas donde los mármoles alpujárrides parecen ejemplo de inventario en la Zona Subbética
derivar sobre un sustrato de filitas alteradas. En (Irigaray, 1995). La tabla 3 muestra un resu-
Sierra Nevada, predominan los desprendimien- men de resultados de los inventarios realiza-
tos y caídas de rocas en escarpes orientados hacia dos.
el norte, afectados por procesos de gelifracción La abundancia y extensión predominante de
intensos por encima de los 2.100 m. Asimismo los afloramientos de series margosas a lo largo
abundan los flujos y coladas de tierras y derru- del Mesozoico, particularmente en el Cretácico
bios en esquistos o filitas descompuestos tam- y Jurásico Medio a Superior, se refleja, de
bién en umbrías con pendientes entre el 30% y manera directa, en el predominio de los movi-
45% (Chacón y Soria, 1992). mientos de ladera típicos de los suelos geotéc-
Los movimientos incipientes son muy abun- nicos como son los flujos y coladas de barro o
dantes y generan un cortejo de grietas de trac- tierra, que suponen 945 del total de 1475 movi-
ción en cabecera en laderas sometidas a descal- mientos inventariados (64%) y las corrientes de
ce por erosión fluvial, erosión de la base de la lade- derrubios (9%). Si el 73% de los movimientos
ra en filitas o por la acción de desmontes. Cuando son en suelos geotécnicos, el resto (27%) se dis-
afectan a viviendas o vías de comunicación produ- tribuye entre caídas y desprendimientos de
cen daños de consideración como ha ocurrido en rocas (16%), deslizamientos (6%) y movimien-
muchos casos a lo largo de la costa de Granada y en tos complejos (4%) desarrollados en series de
el interior de la Alpujarra. Predomina la inactividad calizas y dolomías del Jurásico inferior, y de las
o actividad estacional de los deslizamientos y sólo intercalaciones calcáreas del Jurásico superior y
algunos de los más profundos mantienen un movi- Cretácico.
miento permanente con velocidades muy lentas.
Las Depresiones Neógenas y Cuaternarias
Dominio Subbético
Las depresiones intra orogénicas desarrolladas
Se ha prestado una atención preferente a un desde el Mioceno una vez que la cordillera ini-

Tabla 3. Resumen de inventarios en el Dominio Subbético.


CR.-DR: caídas y desprendimientos de rocas; DesR.-T.: deslizamientos rotacionales y traslacionales F.T.y C.B.: flujos y coladas
de tierra y barro; CD: corrientes de derrubios; MC: movimientos complejos; Nº: movimientos inventariados; %Ar: porcenta-
je de superficie afectado por roturas; %Adp: porcentaje de superficie cubierto por depósitos.

Área CR-DR DesR-T F.T. y C.B. CD MC Nº %Ar %Adp

Colmenar 59 8 66 - - 133 6,5 9,7


Rute 92 46 509 109 44 800 8,7 10,4
Montefrío 82 34 370 22 34 542 7,8 9,2

Total 233 88 945 131 78 1475 9,8

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Figura 3. Inventario de movimientos


de ladera en el sector de los Montes
Orientales (Irigaray, 1995)

cia un proceso de levantamiento regional en 66 deslizamientos, 208 flujos de tierra y de


relación con la colisión entre Eurasia y África, derrubios, 7 extensas zonas de solifluxión y 18
han dado lugar al depósito de potentes series movimientos complejos (Chacón et al., 2001).
de margas y materiales terrígenos groseros a lo Tal distribución de tipologías, de nuevo se
largo del Mioceno, el Plioceno y el Pleistoce- correlaciona estrechamente con la naturaleza
no. El proceso final de arrasamiento del relie- de las series depositadas entre las que abundan
ve generado hasta el Pleistoceno inicial, los materiales arcilloso-limosos y granulares,
durante el Pleistoceno medio e inferior, ha margas compactas, calcarenitas y conglomera-
dado lugar a fuertes encajamientos de la red dos. Se comprueba que los deslizamientos se
fluvial, a lo largo de la cual son frecuentes las asocian a materiales compactos como son los
zonas inestables. Se han realizado investiga- conglomerados cementados del Plioceno y
ciones en las cuencas de Ugíjar (Granada) y Pleistoceno, mientras que las coladas de barro
Granada (Chacón, 1983; Chacón et al., 2001). y flujos de tierra, así como las zonas de soli-
Un ejemplo de inventario se muestra en la fluxión, bujeos, se originan en margas, limos y
figura 4. La tabla 4 muestra una distribución arenas siempre afectando a espesores muy
detallada en porcentajes, según unidades lito- someros. Los movimientos complejos gene-
lógicas (Chacón et al., 2001). En la cuenca de ralmente son deslizamientos que desde una
Granada los movimientos se distribuyen en fase incipiente evolucionan hacia el comporta-
una zona de unos 27,9km2 de la que el 9,8% miento plástico en la forma de flujos o coladas
está afectada por 299 rupturas distribuidas en de barro.

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Tabla 4. Distribución del porcentaje de unidades litológicas afectadas por los diferentes movimien-
tos y número total de movimientos inventariados en el borde oriental de la cuenca de Granada
(Chacon et al., 2001.

Unidad litológica Deslizamientos Flujos Solifluxión Complejos

Conos y coluviales 12,6 8,3 0,0 1


Conglomerados y arenas 60,1 23,4 10,5 19,3
Limos, arenas y conglomerados 16,5 26,0 0,0 11,7
Arcillas, limos y conglomerados 3,7 8,1 18,0 35,5
Arcillas y yesos 0,0 0,4 9,9 6,1
Margas 7,1 33,8 61,6 22,4
Calcarenitas y arenas 0,0 0,0 0,0 1,2
Margas, limos y calizas 0,0 0,0 0,0 2,2

Nº Movimientos inventariados 66 208 7 18

Figura 4: Inventario de movimientos


de ladera en el borde oriental de la
Depresión de Granada.
Chacón et al. (2001)

III.3 Los factores determinantes 1) Factores derivados del Modelo de Elevación


Las zonas de la cuenca del Río Granada de Digital:
Adra (Chacón, 1983) y Sierra Nevada (Chacón
y Soria, 1996) se han analizado a partir del A. Directos: pendientes del terreno; altura o ele-
inventario de campo y de observaciones sobre vación del terreno; iluminación por ángulo de
el terreno. Las restantes se analizaron a partir incidencia solar; exposición respecto al Norte.
de datos del terreno y mediante el uso de Siste-
mas de Información Geográfica. En general los B. Previa transformación o combinación: for-
factores determinantes considerados en los mas del terreno clasificadas en 5 tipos y diez
diferentes casos han sido: clases, desde llanuras planas a montañas bajas;
curvatura vertical; radio de curvatura; segmen-
tos; rugosidad; amplitud.

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2) Factores temáticos: distribución y tipologías de las rupturas.


También se han realizado correlaciones entre
A. Digitalizados a partir de datos de campo o rupturas y factores en las restantes áreas
mapas disponibles: litologías o unidades litoló- mediante SIG en la cuenca del río Izbor y sec-
gicas; contactos litológicos; formaciones super- tor de Albuñuelas, donde la importancia de la
ficiales; distribución regional del mapa de iso- tectónica activa como factor determinante ha
yetas de precipitaciones medias anuales; vegeta- sido demostrada (El Hamdouni et al., 2002, en
ción y unidades tectónicas; erosión potencial. este volumen) o mediante técnicas cartográficas
convencionales en la cuenca del río Grande de
B. Obtenidos a partir de mapas digitalizados: Adra o en Sierra Nevada (Chacón, 1983; Cha-
proximidad a cauces clasificados según orden cón y Soria, 1992; Chacón et al., 1996; Catena
de los segmentos; discontinuidades; zonas de frac- et al., 1995).
tura; inestabilidad geométrica; densidad de fracturas, La capacidad de los distintos mapas de factores
contribución de las cuencas, actividad tectónica, etc. para obtener buenas correlaciones con la distri-
bución de las diversas tipologías de rupturas es
En el Dominio Bético las correlaciones analiza- muy variable y se ha ponderado mediante pará-
das para modelar la susceptibilidad han sido metros estadísticos (Irigaray, 1995; Fernández,
muy variadas, particularmente en el caso de 2001; El Hamdouni, 2001).
estudios realizados en Los Guájares, Rambla de A modo de resumen la tabla 5 muestra el grado
Baños, Lújar, La Contraviesa y áreas próximas de correlación entre factores y rupturas, si bien
a Castell de Ferro (Fernández et al., 1998; Fer- es el conjunto del análisis multifactorial el que
nández, 2001) donde se ha tratado de analizar permite la obtención de mapas de susceptibili-
en un SIG el efecto de las discontinuidades y dad valiosos para la predicción de los movi-
del comportamiento del macizo rocoso en la mientos de ladera.

Tabla 5. Grado de correlación entre factores determinantes y tipologías de movimientos.


A, B y C: correlaciones alta, media y baja. CR.-DR: caídas y desprendimientos de rocas; DesR.-T.: deslizamientos rotaciona-
les y traslacionales; F.T; C.B. y CD: flujos y coladas de tierra y barro; corrientes de derrubios; M. CPL.: movimientos comple-
jos; valor: utilidad global para el análisis.

Factor CD.-DR DesR.-T F.T., CB. y CD M.CPL. Todo el inventario valor

Litología A A A B A A
Vegetación A B B C B B
Unid. Tect. A B B C B B
Pendiente A A B B B A
Elevación B B B C B B
Formas A B A C B A
Prec. Med An. B C C C C C
Curv. Vert. B A A C B A
Exposición B C C C C C
Cauces C A A A A A
Cuencas C A B A B A
Segmentos C A A C B A
Rugosidad A C B C B C
Amplitud C C A A B A
In. Potenc. A B C C B A

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Factor CD.-DR DesR.-T F.T., CB. y CD M.CPL. Todo el inventario valor

Contribución C B B A B A
Contactos C C C A C A
Fracturas Reg. C C C B C C
Recubrim. C B B B B B
Dens. Drenaje C B C C C C
Índices de Tect. Act. B A B A A A

En el Dominio Subbético la correlación entre cantiles), flujos y coladas de barro (cultivos


la distribución espacial de las clases de cada extensivos o zonas en barbecho), movimien-
uno de los factores determinantes considera- tos complejos (cultivos extensivos y/o
dos y el inventario de rupturas se estableció boques) y como resultado, también con el
mediante estadísticos (Irigaray, 1995) y se conjunto del inventario. Las unidades tectóni-
resume en la tabla 6. Al mismo tiempo se ofre- cas se asocian a determinadas litologías y por
ce una estimación del valor de conjunto del lo tanto a diferentes tipos de movimientos.
factor en los distintos tipos de movimientos Factores tales como pendientes, (señalada
para explicar la distribución del inventario de como factor determinante primordial en
rupturas. numerosos trabajos), elevaciones y formas del

Tabla 6. Grado de correlación entre factores determinantes y tipologías de movimientos.


A, B y C: correlaciones alta, media y baja CR.-DR: caídas y desprendimientos de rocas; DesR.-T.: deslizamientos rotacionales
y traslacionales F.T, C.B. y CD: flujos y coladas de tierra y barro; corrientes de derrubios; M.C.: movimientos complejos. valor:
utilidad global para el análisis.

Factor CR.-DR DesR.-T. F.T., C.B. y CD M.C. Todo el inventario valor

Litología A A A A A A
Vegetación A B A A A A
Unid. Tect. A A A A A A
Pendiente A B B B C B
Elevación B B B B B C
Formas B B C A C B
Prec. Med An. B C C B C C
Iluminación B B C B C C
Curv. Vert. B C C C C C
Exposición C C C B C C
Cauces C C C B C C
Dens. Drenaje C B C C C C
Índices de Tect. Act. B A B A A A

El factor litología es el que más claramente se relieve se asocian de manera irregular a los
asocia estrechamente a cada uno de los dife- distintos tipos de movimientos y no constitu-
rentes tipos de movimientos sea en macizos yen factores determinantes de primer orden, a
rocosos o en suelos geotécnicos. El factor pesar de que no sean poco frecuentes las aso-
vegetación se asocia de manera clara con caí- ciaciones con clases de valores más significati-
das de rocas (bosque y matorral de borde de vos de pendientes (cantiles subverticales y caí-

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das), elevaciones (caídas de rocas) y montañas vertientes en las que recubrimientos coluvia-
(movimientos complejos). En tales ejemplos les y macizos rocosos de esquistos y filitas
la asociación de primer orden se reduce a alteradas, unidades muy susceptibles, se vie-
algunos de los casos inventariados. ron afectados ampliamente por deslizamien-
En las cuencas Neógenas como las de Granada tos, coladas de barro y derrubios, desprendi-
el factor determinante principal lo constituye la mientos, colapsos y movimientos complejos
litología, ya que la evolución del relieve ha sido combinados. Se puso de manifiesto, en todo
limitada y la distribución de elevaciones, pen- caso, que la susceptibilidad de los terrenos no
dientes, y demás rasgos morfológicos, quedan se ve sustancialmente corregida por la obra
supeditados al desarrollo de colinas y laderas civil de la red viaria, por lo que los riesgos se
suaves. Un segundo factor a considerar es el mantienen en función de la susceptibilidad de
desarrollo de la red de drenaje, a cuyos márge- los terrenos (Lamas et al., 1997; Irigaray et
nes se asocian una buena parte de las rupturas al., 2000).
inventariadas. La actividad sísmica de la región constituye el
otro factor activador fundamental. Las defor-
III.4. Los factores activadores maciones dinámicas generadas por las ondas
sísmicas pueden conducir a la licuefacción de
La acción de la lluvia constituye el agente suelos limosos saturados y poco compactos,
activador más regular en la región, si bien se al remoldeo de arcillas sensitivas y al colapso
han realizado escasos avances en la determi- de arenas, y pueden, igualmente, reducir el
nación de umbrales de la inestabilidad. En el factor de seguridad de vertientes que, en con-
Valle del Monachil, donde los deslizamientos diciones estáticas, tendrían un coeficiente
afectan a las series neógenas de la Depresión superior. En consecuencia las zonas de mayor
de Granada en el contacto con el Dominio susceptibilidad son las que potencialmente
Bético, los dos principales eventos históricos podrían también experimentar movilizaciones
de movimientos de ladera ocurridos en 1924 y abundantes en condiciones dinámicas. Este es
1962 sucedieron bajo lluvias medias anuales el caso del deslizamiento histórico de Güevé-
superiores a 700 mm mientras que la media jar, producto de la acción de terremotos de
anual es de 400 mm (Mateos y Ferrer, 1994). magnitudes elevadas (1755 y 1884) sobre una
Durante las lluvias del invierno de 1996 y la vertiente compuesta por una serie neógena de
primavera de 1997 se alcanzaron máximos suelos finos culminada por un paquete de tra-
históricos en buena parte de la Alpujarra de vertinos, en el borde septentrional de la cuen-
Granada, Málaga y Almería y se produjeron ca de Granada, que deslizaron en masa des-
cuantiosos daños en la red viaria por los plazando hasta 300 m el curso del río Berme-
movimientos de ladera que, en general, se aso- jo y destruyendo sucesivos emplazamientos
ciaron más a la susceptibilidad de los terrenos de la localidad. Aunque no se ha establecido,
que a la categoría de la calzada, ya que fueron hasta el momento, una correlación espacial
dañadas carreteras locales, regionales y nacio- entre fuentes sísmicas y la distribución de
nales. Se establecieron nuevos máximos histó- grandes deslizamientos (Chacón et al., 1992)
ricos en tormentas de hasta 400 mm/día que tal posibilidad queda abierta a futuras investi-
sobrepasaron los umbrales de estabilidad de gaciones.

Tabla 7. Resumen del inventario de 3.942 movimientos de ladera.


CR-DR caídas y desprendimientos de rocas; DesRyT deslizamientos rotacionales y traslacionales; F.T. y C.B. flujos de tierra y
coladas de barro; CD coladas de derrubios; MC movimientos complejos; Nº número; %Ar porcentaje de superficie con rup-
turas; %Adp porcentaje de superficie ocupada por depósitos.

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Zona CR.-DR DesR.-T. F.T.y C.B. CD MC Nº %Ar %Adp

Bética 398 768 157 613 196 2168 8-30 14 -37


Subbética 233 88 945 131 78 1475 7,7 9,8
Depresiones - 66 215 - 18 299 9,8 15,0

Total 631 922 1317 744 292 3942 7,7-30 10-37


% 16 23 33 19 7 100

III.5. Conclusiones sobre la susceptibilidad de materiales margosos y arcillosos del Mesozoico


los terrenos y del Neógeno, como en el dominio bético
donde se afectan los coluviones de zonas mon-
Los terrenos del sector central de la Cordillera tañosas o los productos de la descomposición
Bética muestran una marcada susceptibilidad a de los esquistos y filitas, todos ellos en relación
los movimientos de ladera que se expresa en su directa con períodos de precipitaciones torren-
abundancia (3.942 inventariados en unos 2000 ciales. Los deslizamientos rotacionales y trasla-
km2) y en la existencia de áreas de alta suscepti- cionales (23%) se expresan en materiales com-
bilidad en los diferentes dominios regionales. pactos de los diferentes dominios si bien pre-
En todo caso es el dominio alpujárride tanto al dominan en el conjunto bético donde las uni-
Sur de Sierra Nevada, como en el borde coste- dades carbonatadas alpujárrides y los paquetes
ro, cuenca Sur, el que concentra la mayor inci- de cuarcitas, gneises o anfibolitas nevadofilá-
dencia de zonas inestables que corresponden a brides presentan el mayor número de ejemplos.
la mayor susceptibilidad de las filitas y los Las caídas y los desprendimientos de rocas
esquistos y a los contactos con las unidades car- (16%) se relacionan igualmente con escarpes en
bonatadas, en áreas que pueden mostrar hasta unidades rocosas compactas con similar fre-
un 40% de superficie ocupada por depósitos de cuencia en los dominios bético y subbético.
movimientos de ladera. Los movimientos complejos se asocian, sobre
Se han elaborado mapas de susceptibilidad de la todo, a la combinación de deslizamientos y
zona mediante SIG y se han validado sus resul- alguna tipología de flujos.
tados con excelentes ajustes entre la distribu- En general los deslizamientos son incipientes,
ción de movimientos de ladera posteriores a los inactivos o estacionales, mientras los flujos se
propios mapas y la zonación de susceptibilidad desencadenan durante las lluvias y son erosio-
propuesta. Para ello se han empleado una nados posteriormente con rapidez. Los princi-
amplia variedad de factores determinantes en el pales agentes determinantes de la inestabilidad
modelado de la susceptibilidad, de entre los proceden de la composición litológica de los
cuales el principal factor para todos los movi- materiales y factores morfológicos que varían
mientos es la litología. Otros factores determi- según la tipología del movimiento. La actividad
nantes ofrecen correlaciones de variada signifi- tectónica reciente es responsable de una rápida
cación para explicar la distribución de movi- excavación de los ríos desde el Pleistoceno a la
mientos de ladera, lo que determina la necesi- actualidad, que ha determinado una amplia pre-
dad de realizar mapas de susceptibilidad especí- sencia de vertientes inestables, especialmente en
ficos de cada tipología de movimientos. la Cuenca Sur y en el borde meridional de Sie-
Las tipologías de flujos de tierra, coladas de rra Nevada.
barro y coladas o avalanchas de derrubios son Lluvias y actividad sísmica son agentes activa-
muy abundantes (52%) tanto en el dominio dores de movimientos de ladera durante terre-
subbético y en las depresiones en relación con motos, lluvias torrenciales e inundaciones, en

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los que los movimientos de ladera son directa- determinado por eventos mayores del tipo de
mente responsables de la mayor parte de los erupciones volcánicas, terremotos catastrófi-
daños asociados a tales eventos destructivos en cos, huracanes o ciclones o crisis de gota fría
el sector central de la Cordillera Bética. con lluvias intensas. Se plantean aquí proble-
mas de efectos combinados que exigen trasladar
la perspectiva de la mitigación de deslizamien-
IV. Algunos principios y ejemplos de diferentes tos a sistemas más amplios que consideren
sistemas de regulación, control y mitigación de todos los efectos destructivos involucrados en
los efectos de los deslizamientos de tierras cada crisis catastrófica (inundaciones, vibracio-
nes sísmicas, nubes ardientes, lluvias de blo-
IV.1. Principios de reducción de riesgos ques y cenizas, licuefacción sísmica, maremo-
tos, etc.).
Un cuidado tratamiento de las vertientes mon- Un planteamiento óptimo de la mitigación de
tañosas y los taludes durante obras civiles y desastres implica la puesta marcha de una com-
urbanizaciones puede reducir las pérdidas eco- binación de las técnicas antes citadas. La cola-
nómicas y sociales al evitar la exposición y boración entre ingenieros, geólogos, geógrafos,
reducir la vulnerabilidad de los nuevos elemen- de las empresas del ramo y de las personas
tos del territorio. Los riegos pueden reducirse implicadas en la toma de decisiones sobre pla-
mediante diferentes tratamientos (Kockelman; neamiento urbano a nivel municipal, provin-
1986). cial, regional y estatal, etc., constituye un requi-
1. Restricción del desarrollo o cambio de uso sito previo para que las medidas adoptadas se
de zonas susceptibles. lleven a la realidad.
2. Regulación de normas técnicas estrictas para La clave de estos programas es la comprensión
excavaciones, abancalamientos, rellenos, cons- y convencimiento acerca del problema plantea-
trucciones y, en general, cambios del paisaje. do por los deslizamientos de tierras en las
3. Medidas físicas para prevenir o controlar las regiones inestables, para lo cual los trabajos de
zonas inestables (drenaje, modificación de la Varnes (1978), Brabb et al., (1972), Brabb,
geometría del talud, estructuras de contención (1984); Cruden and Varnes (1995) Varnes et al.,
o protección). (1984); Hansen (1989), Rib y Liang (1978), etc.,
4. Puesta en marcha de sistemas de alarma y tienen interés a nivel internacional, mientras
emergencia. que en España los de Ayala, Ferrer y Laín, etc.,
Combinadas con la moderna tecnología, tales (Instituto Geológico y Minero de España);
medidas podrían reducir en un 90% los daños Corominas y otros (Universidad Politécnica de
por deslizamientos en California (Schuster y Cataluña), Cendrero y otros (Universidad de
Leighton, 1988). Slosson y Krohn (1982) esti- Cantabria), González de Vallejo (Universidad
maron que tales métodos redujeron las pérdi- Complutense de Madrid) y los del Grupo de
das por deslizamientos en la ciudad de Los Investigaciones Medio Ambientales, Riesgos
Ángeles entre el 92 y el 97%. Geológicos e Ingeniería del Terreno (Plan
Además, unas políticas adecuadas en las cober- Andaluz de Investigación RNM 221) de la Uni-
turas de seguros, con una modificación de los versidad de Granada en las Cordilleras Béticas,
costos de cobertura que implicara cuotas pro- constituyen los referentes principales en el
porcionales a la estimación del riesgo ayudarían tema.
a mejorar la situación. Un elemento importante para determinar la
Por otra parte los deslizamientos de tierras en distribución internacional de los riesgos deriva-
la mayoría de los casos suceden en contextos dos de deslizamientos es el Inventario Mundial
multirriesgo en los que el escenario general está de Deslizamientos de tierras (World Landslide

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Inventory), en desarrollo actual por la un programa que defiende la salud, seguridad y


UNESCO en su Comisión de Trabajo sobre el bienestar general de la comunidad.
tema (UNESCO Working Party on the World En general, las políticas de prevención de
Landslide Inventory; WP/WLI) y auspiciado desastres desarrolladas en los diferentes países
por las Sociedades Geotécnicas Internacionales del mundo, con mayor o menor éxito (Petak y
desde 1991). Se han publicado diferentes reco- Atkisson 1982; Olshansky y Rogers 1987; Ols-
mendaciones de la citada Comisión (WP/WLI hansky (1990) parten de tres aproximaciones
1990, 1991, 1993a, b) y un directorio sobre el esenciales (Rossi et al., 1982).
tema y las instituciones implicadas (Brown et 1. No adoptar ninguna medida ni acción sobre
al., 1992; Cruden y Brown 1992). La extensión el tema.
e implicaciones económicas del fenómeno en 2. Proporcionar asistencia y rehabilitación des-
136 países han sido informadas por Brabb y pués que ocurra el desastre o,
Harrod (1989). Estos informes han sido de gran 3. Adoptar medidas para controlar los riesgos
valor para la Década Internacional de Reduc- antes de que se produzcan daños mayores.
ción de Desastres. Otras referencias de interés Una primera opción en la mitigación de riesgos
son libros de comunicaciones y actas de los por deslizamientos se basa en la aplicación de
International Lanslides Research Groups, de los mapas de susceptibilidad a la restricción de
los que uno se celebró en España (Chacón et áreas inestables Kockelman (1986), una medida
al., 1996), los Simposios Internacionales sobre muy efectiva y económica para evitar los daños
Deslizamientos de Tierras (ISL) y en nuestro aplicables a escala de término municipal parti-
país, los Simposios Naciones de Taludes y cularmente cuando no hay elevadas concentra-
Laderas Inestables (Organizadores E. Alonso y ciones urbanas. Este procedimiento se realiza
J. Corominas). Igualmente merece reseñarse la básicamente mediante una regulación urbanís-
Guía Ciudadana de Desastres Naturales (Suá- tica que limite o impida los usos en zonas ines-
rez y Regueiro, 1999) editada por el Colegio de tables, aunque también puede ir acompañado
Geólogos y la memoria editada por la Conseje- de un replanteamiento de aquellos usos o acti-
ría de Obras Públicas de la Junta de Andalucía vidades existentes en zonas inestables que
sobre Riesgos Catastróficos y Ordenación del determinan altos niveles de riesgo, por ejemplo
Territorio en Andalucía (Pita, 1999). hacia usos que impliquen una menor vulnerabi-
lidad de los elementos existentes.
En países en los que la densidad de población es
IV.2. Ejemplos de programas de mitigación de media a baja y se dispone de espacios y terrenos
riesgos en el ambito internacional en cantidad suficiente para atender la demanda
pública y privada, como es el caso de USA, los
Los programas de mitigación de riesgos de des- gobiernos locales, condados en cada estado,
lizamientos en USA se basan en los siguientes adoptan ordenanzas que limitan los usos en
factores (U.S. Geological Survey 1982): función de las previsiones del mapa de suscep-
1. Una base de datos adecuada de información tibilidad (ejemplo tradicional el Condado de
técnica sobre susceptibilidad y riesgos en la San Mateo en California, Brabb et al., 1972).
región. Por el contrario en países con fuertes proble-
2. Una comunidad técnica dispuesta a aplicar y mas de superpoblación y escasez de terrenos,
extender esta base de datos. como es el caso de Japón, no es frecuente este
3. Unas autoridades locales conscientes y com- tipo de regulaciones (Huffman, 1986).
prometidas con el programa y bienestar general Una segunda aproximación a la mitigación de
de la comunidad. riesgos establece la exigencia previa a los pro-
4. Una ciudadanía que constata la utilidad de motores de informes técnicos que muestren y

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se hagan responsables de que aquellos proyec- urbanizaciones informen por escrito a los
tos que impliquen excavaciones, abancalamien- potenciales compradores de parcelas sobre las
tos, remodelaciones paisajísticas y construcción prescripciones oficiales del condado respecto a
de estructuras no contribuyan a la inestabilidad zonas inestables y la responsabilidad de los
de laderas. vendedores en caso de desastre, especialmente
Finalmente una tercera aproximación consiste si las parcelas se encuentran en zonas afectadas
en la puesta en marcha en las zonas afectadas por deslizamientos, inundaciones o fallas acti-
por deslizamientos, de programas de estabiliza- vas. En general los gobiernos locales pueden
ción y prevención, mediante construcción de desestimar el uso de terrenos de riesgo para
muros, remodelación de la geometría de laderas usos públicos tales como usos urbanos residen-
y taludes inestables, sistemas de drenaje y pues- ciales, redes de saneamientos, depuradoras, etc.
ta en marcha de sistemas de alerta y emergen- (Kockelman, 1986). Otras prácticas en ciertos
cia. condados son el empleo de carteles oficiales
Estas medidas están al alcance de las corpora- indicadores de zonas de riesgo, reducciones de
ciones locales y provinciales, dependiendo del impuestos a las propiedades que queden afecta-
coste presupuestario correspondiente, pero no das por zonas de riesgo y políticas financieras
requieren la existencia de regulaciones específi- de hipotecas y coberturas de seguros que gra-
cas en el ámbito autonómico o nacional. Sin ven las iniciativas en zonas de riesgo. En oca-
embargo, en muchos países la persistencia y siones las agencias del gobierno local pueden
gravedad del problema ha conducido a la regu- hacerse con la propiedad de los terrenos más
lación de leyes y normas técnicas de aplicación inestables bien por adquisición directa, desti-
obligatoria y a veces muy exigentes y detalladas nada a evitar cualquier uso de riesgo, o bien
con responsabilidades para el Estado, la comu- como resultado de las denuncias a promotores
nidad específica, sea regional, provincial o local o propietarios que incumplan las normativas,
y para los promotores públicos o privados, de manera que la administración destina los
individuales o corporativos. Así en USA la terrenos adquiridos o requisados a usos de
jurisdicción competente está en el gobierno interés público exentos de riesgo.
local del condado (Swanston y Schuster 1989) c) Regulación del desarrollo en zonas de nueva
y el gobierno federal o los gobiernos de los edificación o construcción bajo la planificación
estados juegan un papel menor, fundamental de de las agencias competentes a nivel local, con
suministro de experiencia e información, inves- indicación de tipos de usos compatibles y den-
tigación o de financiación de las iniciativas sidades de los mismos, en cada una de las zonas
locales. Los métodos más eficaces de mitiga- de riesgo identificadas en el término local. Las
ción en USA se orientan a la restricción de usos zonaciones de usos compatibles resultantes son
en zonas inestables (U.S. Geological Survey de obligado cumplimiento y determinan el fun-
1982) y la aplicación de medidas como: damento para acciones jurídicas coercitivas o
a) Programas de información pública a los pro- imputadoras de responsabilidades civiles y
motores individuales o corporativos, relativa a penales. En el Estado de Colorado, por ejem-
las zonas susceptibles y a las medidas técnicas plo, el Servicio Geológico del Estado preparó el
que han de adoptar para minimizar pérdidas o modelo de regulaciones para las corporaciones
daños. locales de los condados (Rogers et al., 1974) en
b) Regulación de limitaciones de usos en zonas el que se contemplaban los siguiente usos com-
inestables, tendentes a deslizar, especialmente patibles con sus recomendaciones: 1) Usos
destinada a compradores potenciales de terre- recreativos que no requieren estructuras per-
nos. Por ejemplo el Condado de Santa Clara manentes y habitables, como parques, espacios
(California) requiere que los promotores de y reservas naturales, campos de golf, cotos de

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caza, pesca, áreas de esquí, etc., siempre que no Se trata de obras de estabilización y control de
supongan elevadas concentraciones de pobla- coste elevado que se restringen a lugares cuyo
ción; 2) Usos agrarios de baja densidad, como uso está determinado de tal forma por circuns-
bosques, cereales y cultivos extensivos y 3) tancias complementarias (valor de las propieda-
Usos comerciales e industriales de baja densi- des, densidad de población, accesos, cercanías,
dad y uso temporal como aparcamientos, áreas comunicaciones, etc.) que no pueden ser descar-
de almacenamientos de equipos transportables, tados por el nivel de riesgos y por lo tanto jus-
etc. Colorado ha puesto a punto el Consejo de tifican la inversión. Alternativa o complementa-
Mitigación de Riesgos Naturales (Colorado riamente las zonas inestables pueden ser contro-
Natural Hazards Mitigation Council, 1992), ladas mediante sistemas de alarma y emergencia
un cuerpo estatal de oficiales compuesto por basados en técnicas de medida de deformacio-
300 miembros entre geólogos, ingenieros, geó- nes (extensómetros, inclinómetros, piezóme-
grafos, técnicos de las agencias de urbanismo, tros, estaciones meteorológicas y de aforos,
etc., cuya misión consiste en formular nuevas etc.), sistemas de captación de imágenes y su
acciones y regulaciones sobre el tema y cuya transmisión a centros remotos desde los que se
primera iniciativa ha ido dirigida hacia la unifi- realiza el seguimiento de la zona y el tratamien-
cación de las normas técnicas que de alguna to de los datos resultantes, así como de las medi-
manera incidan en la regulación de riesgos. Han das y acciones cuando el sistema se activa.
constituido equipos técnicos encargados de A partir del mapa de susceptibilidad a los desli-
zonas inestables o de riesgo específicos para zamientos del condado de San Mateo (Califor-
proponer actuaciones concretas. Así se elabo- nia) combinado con el mapa de pendientes del
ran planes de actuación estatales en los que fun- condado, se produce el asesoramiento de zonas
damentar la futura legislación sobre el tema. inestables (Brabb y Pampeyan, 1972b) en aplica-
Entre los numerosos ejemplos de regulaciones ción de medidas preventivas aprobadas en 1973.
en USA, merece la pena destacar los resultados Se regula la densidad y naturaleza del desarrollo
obtenidos en la ciudad de Los Ángeles (Califor- de las zonas susceptibles alejadas de los núcleos
nia) donde hasta 1952 eran prácticamente ine- urbanos. Se impiden las estructuras residenciales
xistentes. Aquel año, después de intensos daños en zonas inestables y las no residenciales se auto-
producidos por las tormentas durante el invier- rizan previo informe geotécnico de detalle que
no se pusieron en marcha unas primeras normas justifique el modelo constructivo. Las regulacio-
que se completaron después, de manera subs- nes prohíben además la construcción de escue-
tancial, en 1963. Los daños por deslizamientos las, hospitales, estaciones de bomberos, presas y
debidos a las intensas tormentas de 1968-69 y otras infraestructuras en zonas inestables.
1978 permitieron valorar la beneficiosa inciden- El proyecto del área de Franconia (1974, Fair-
cia de las regulaciones, ya que los daños, que fax County, Virginia, USA), una zona costera
afectaron a un número de construcciones ante- azotada por deslizamientos de tierras y otros
riores a 1952, fueron 10 veces superiores a los procesos naturales destructivos, también se
que sufrió un número equivalente de obras fundamentó en proceso integral de planifica-
sometidas a las regulaciones de 1963. Similares ción que abarcó desde el inventario de procesos
resultados se obtuvieron durante las tormentas geológicos o físicos que afectan a la región
de 1978 (Slosson, 1969). Las medidas reguladas hasta la determinación de los requisitos que
por el código de 1963 y normas posteriores deben satisfacer las unidades territoriales para
(Committee on Ground Failure Hazards 1985) los diferentes usos y actividades, mediante un
se refieren básicamente a controles físicos de las conjunto de recomendaciones de la Comisión
zonas inestables (drenajes, refuerzo de taludes, de Planificación del Condado a la oficina de
muros de contención, retención y protección). Supervisores del Condado.

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El territorio de Hong Kong también dispone de Study, NTLS) en un entorno con fuerte deman-
un sistema de control de precipitaciones y afo- da de suelo donde se han inventariado 25.000
ros para identificar períodos de elevado poten- deslizamientos de tierras visibles en un mapa a
cial de deslizamientos. El sistema lo mantiene la escala 1:5.000. Un interés especial se prestó a la
Oficina de Control Geotécnico del Departa- susceptibilidad frente a avalanchas de derrubios
mento de Ingeniería del gobierno local (Geo- (Evans y King, 1998), puesto que unos 325
technical Control Office, 1985). Durante las llu- eventos suceden cada año en la zona, particular-
vias más intensas el sistema opera en régimen de mente en laderas excavadas en depósitos volca-
emergencia para suministrar medidas de alerta y no-clásticos con pendientes entre 30º y 40º, una
atención en zonas afectada por deslizamientos unidad de terrenos distinguida en el sistema
(Evans, Huang y King, 1997). El sistema inclu- entre otras 247 unidades.
ye también un conjunto de programas de miti- El Departamento Británico de Medio Ambien-
gación en zonas inestables, desde el control del te también ha propuesto una política de regula-
agua de infiltración y la erosión por escorrentía, ción de la ordenación territorial para zonas
hasta técnicas de estabilización de terrenos en inestables afectadas por deslizamientos de tie-
zonas inestables. Igualmente se preparan y rra (HMSO, PPG 14, 1996). Se trata de una
diseñan zonas lejos de los elementos en riesgo nota técnica en la que se introduce una corta
para que depositen allí las abundantes coladas exposición sobre los problemas derivados de la
de barro y avalanchas y se reduzca el enorme inestabilidad y las diferentes estrategias para
potencial destructivo. El sistema se basa en el prevenir, controlar y mitigar los riesgos deriva-
Estudio de Deslizamientos del terreno natural dos. La tabla 8 resume el cuadro de acciones
de Hong Kong (Natural Terrain Landslide propuesto.

Tabla 8. Respuestas británicas al planeamiento urbano en zonas inestables

RESPUESTAS DE EMERGENCIA Y GESTIÓN DE LA CRISIS


Los problemas se afrontan sólo cuando se producen – Se requieren planes de emergencia específicos para
áreas en los que el desarrollo se hizo sin considerar la exposición a riesgos; implica la existencia de daños evi-
tables que pueden ser inaceptables donde la seguridad pública se expone al riesgo.

PLANIFICACIÓN DE LAS PÉRDIDAS PLANNING FOR LOSSES


Las pérdidas se reparten entre seguros, compensaciones estatutarias o medidas fiscales – El riesgo de pérdidas
ha de ser asumido en zonas donde el desarrollo ya se ha producido en zonas inestables implica la existencia de
daños evitables que pueden ser inaceptables donde la seguridad pública se expone al riesgo.

MODIFICACIÓN DEL RIESGO (HAZARD)


Por prevención o corrección – Se adoptan medidas de estabilización de taludes o laderas, construcción de
estructuras de protección frente a caídas de rocas; una buena práctica en mantenimiento y la restricción de
ciertas obras para contribuir a la reducción de pérdidas; esta respuesta se justifica donde hay un riesgo signi-
ficativo para la seguridad pública o de edificios y construcción; su puesta en práctica puede quedar limitada
por consideraciones económicas o por la titularidad de los terrenos privados.

CONTROL DE LOS EFECTOS


Evitándolos: - mediante la identificación de deslizamientos y empleo de mapas de riesgos en la planificación
se pueden evitar las zonas inestables; Mediante obras de ingeniería: – La planificación y construcción de sis-
temas de control y estabilización pueden evitar o reducir las pérdidas.

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El código técnico PPG 14 (1996) es más deta- motores deben conocer los riesgos naturales y
llado que las normas técnicas anteriores en la las medidas a adoptar para su mitigación
práctica del Reino Unido de Gran Bretaña 2) Zona azul o de riesgo medio, en la que las
(UK) y por lo tanto su aplicación tendrá ciertas nuevas construcciones se condicionan a un
consecuencias para algunas autoridades locales. conjunto de medidas que se establecen para
El método de asesoramiento sobre desliza- cada tipo de riesgo, y a la presentación de un
mientos que se incorpora al nuevo código per- detallado plan de mitigación y
mitirá que los costes de estabilización y de los 3) Zona roja o de alto riesgo, donde no se auto-
programas de actuación en zonas inestables se rizan edificios o construcciones permanentes
distribuyan a lo largo de un periodo de años y así como tampoco se autorizan incrementos del
también ofrece ciertas compensaciones en los tamaño de las construcciones y edificios actua-
costes de los desarrollos urbanísticos empren- les.
didos por las autoridades locales que serán asu- Se deben informar los proyectos de cambios de
midos por el gobierno central, lo que es parti- usos o actividades y sólo se autorizan después
cularmente interesante para las zonas con ries- de un estudio en el que se muestre la posible
gos por deslizamientos no contemplados con vulnerabilidad frente a los diversos procesos
anterioridad. Se dispone en ese país de una guía naturales de riesgo.
detallada destinada a los agentes y autoridades En numerosos países se han puesto a punto sis-
implicados en los desarrollos urbanísticos, en la temas de monitorización de deslizamientos de
que se explican y detallan las nuevas posibilida- tierra, como es el caso de USA, Canadá, Nueva
des del código PPG 14 y se muestran ejemplos Zelanda y los países alpinos de Europa. Se
de diferentes estudios e investigaciones en emplean diversos sensores y detectores cuanti-
zonas afectadas por deslizamientos de ladera tativos y cualitativos de presión de agua, llu-
(Clark, Lee y Moore, 1996) . vias, deformaciones, esfuerzos, movimientos,
En Suiza se ha adoptado el mapa de riesgos etc., conectados mediante sistemas de control
como documento base para la planificación del remoto a las oficinas técnicas o administrativas-
territorio (Lateltin, 1997) a partir de los de seguimiento y alarma. Se logran éxitos en la
siguientes principios: prevención y mitigación de daños, aunque no
1) La integración y reconocimiento de riesgos sea posible evitar completamente el desarrollo
naturales como tarea legal que ha de ser satisfe- de catástrofes a veces en zonas insospechadas.
cha por los proyectos urbanísticos.
2) Aunque el mapa de riesgos por sí mismo no IV.3. Ejemplos de programas de mitigación de
sea un documento con significado legal sus riesgos en el ámbito nacional
consecuencias son de nivel legal regulador, ya
que se incluyen en el proceso administrativo Aunque la mayoría de las comunidades autó-
del planeamiento urbanístico. nomas españolas disponen de regulaciones
3) Los diferentes cantones deben desarrollar urbanísticas en su ámbito competencial, en
sus propios mapas de riesgos. general se puede afirmar que el tratamiento de
4) Los mapas de riesgos son una condición pre- la prevención de riesgos es muy escaso. Se da la
via para la obtención de financiación federal de paradoja de que la Ley de Urbanismo de la
los proyectos de mitigación de riesgos natura- comunidad autónoma andaluza establece en su
les. artículo 7 la obligatoriedad de la prevención de
Se preparan mapas de riesgos de tipo semáforo riesgos, sin que tal práctica se concrete en los
(tres colores) que muestran la zonación de tres diferentes ámbitos de actuación regional, pro-
niveles de riesgos: vincial o local. Se distinguen las comunidades
1) Riesgo bajo o zona amarilla, donde los pro- autónomas del País Vasco (Ley 4/1990 de

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Ordenación Territorial del País Vasco), Valen- referentes a Protección Civil no tienen tales
cia (Ley 6/1989 de Ordenación del Territorio objetivos, si bien en este ámbito se han produ-
de la Comunidad Valenciana) y Murcia (Ley cido considerables avances. Sólo las Comuni-
4/1992 de Ordenación y Protección del Terri- dades de Valencia, Murcia y País Vasco inclu-
torio de la Región de Murcia) por diferentes yen tratamientos, como se ha indicado antes,
avances en la materia (Pita, 1999). más desarrollados en el último caso. El caso de
En el caso valenciano, entre los contenidos del Andalucía, también mencionado, no se ha pro-
Plan de Ordenación del Territorio, se incluyen ducido ningún desarrollo de la legislación
referencias específicas al señalamiento de áreas vigente a pesar de que el apartado 7. 2º estable-
y zonas inundables en el tratamiento general ce la obligación de contemplar la prevención de
del medio físico, no así a los restantes procesos riesgos como criterio director del urbanismo.
generadores de riesgos (Pita, 1999).
El ordenamiento del País Vasco trata de mane- V. Conclusiones
ra más amplia la gestión de zonas de riesgo,
tanto en la propia definición de los modelos Una nueva era de teledetección y Sistemas de
territoriales del medio físico, entre los que se Información Geográfica, junto a los desarrollos
incluyen áreas vulnerables a la contaminación de la tecnología para el control remoto median-
de acuíferos, áreas erosionables o con riesgos te sensores de movimiento, ofrece inmensas
de erosión y áreas inundables, como en las cate- posibilidades en la gestión de riesgos. Se dispo-
gorías de ordenación territorial que se ven afec- nen de métodos validados para la cartografía de
tadas por los modelos previamente definidos. zonas inestables y la elaboración de los diferen-
Además establecen actividades aceptables en tes mapas de evaluación o predicción de zonas
tales unidades de riesgo, se eleva a la categoría inestables. Sin embargo, la asignatura pendiente
de Plan Sectorial Territorial el Plan Integral de sigue siendo la incorporación al planeamiento
Prevención de Inundaciones y se regula la ela- urbanístico en el ámbito regional y local de la
boración de un Plan Sectorial de Prevención de prevención de riesgos como criterio básico. A
Riesgos Naturales, centrado en dos aspectos pesar de que todos los informes técnicos e
fundamentales: inundaciones y deslizamientos, investigaciones sobre riesgos geológicos en el
con indicación de contenidos básicos. Todo ello SE ibérico señalan la incidencia de diferentes
supone un conjunto de criterios preventivos y procesos destructivos como terremotos, lluvias
de restricción de usos y actividades muy nove- torrenciales, deslizamientos de tierra, inunda-
doso en la legislación urbanística española ciones, etc., en la región y muestran cómo en
(Pita, 1999). algunos de esos eventos el nivel de riesgo,
En el caso de la Región de Murcia se prescribe expresado en cualquiera de las diferentes meto-
entre los contenidos generales de las directrices dologías, es el más alto del país, no se han incor-
regionales la necesidad de la evaluación de los porado las nuevas técnicas y los nuevos avances
riesgos actuales y futuros para los asentamien- al planeamiento urbanístico; si bien en la
tos humanos y las actividades económicas. Se Comunidad de Murcia se han dado algunos
vuelve a indicar esa necesidad en lo referente a pasos de interés, no existe en cambio gran con-
las directrices sectoriales, si bien no se presta creción en lo referente a erosión e inundaciones.
atención a la regulación específica de diferentes
tipos de procesos de riesgo ni se detallan actua- Esta investigación se ha realizado en el marco
ciones en relación con los mismos (Pita, 1999). del “Grupo de Investigaciones Medio-ambien-
Por lo tanto se puede afirmar que no existen tales, Riesgos Geológicos e Ingeniería del Terre-
normas estatales para la prevención de riesgos no”. RNM 221 Plan Andaluz de Investigación
en el marco urbanístico, ya que los desarrollos (Junta de Andalucía).

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