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“Mi animal”

El koala
Anatomía y fisiología
Es un animal robusto, con una gran cabeza y cola vestigial o inexistente. Su
longitud corporal es de 60-85 cm con un peso de 4 a 15 kg, lo que lo convierte en
uno de los mayores marsupiales arborícolas.Sus garras, curvas y afiladas, están
bien adaptadas para trepar a los árboles. Sus grandes patas delanteras tienen
cinco dedos, dos de ellos (el primero y el segundo) opuestos a los otros tres, lo
que les permite agarrar pequeñas ramas. En las patas traseras el segundo y tercer
dedo están unidos y las garras de estos dedos fusionados (que todavía están
separadas) las utilizan para el aseo. Al igual que los seres humanos y otros
primates, los koalas tienen papilas dérmicas en sus patas. Cuenta con un
esqueleto robusto y un tronco corto y musculoso con los miembros anteriores
proporcionalmente largos que contribuyen a sus habilidades a la hora de trepar y
agarrarse. Unos fuertes músculos de los muslos que se unen a la tibia en una zona
más baja que en otros animales les proporcionan una fuerza adicional a la hora de
trepar. Tienen una almohadilla cartilaginosa al final de la columna vertebral que
les ayuda a estar más cómodos cuando se posan en las ramificaciones de los
árboles.

Ecología
Se extiende a lo largo del este y sureste de Australia, que incluye el noreste,
centro y sureste de Queensland, el este de Nueva Gales del Sur, Victoria y el
sureste de Australia Meridional. El koala se introdujo en las proximidades de
Adelaida y en varias islas cercanas, como Canguro y French Island.
Los koalas pueden encontrarse en hábitats que van desde las forestas
relativamente abiertas a los bosques y en climas que van del tropical al templado.
En los climas semiáridos, prefieren los hábitats riparios, donde ríos y arroyos
cercanos proporcionan refugio en tiempos de sequía y calor extremo.

Alimentación
Los koalas se alimentan casi exclusivamente de hojas de árboles de eucaliptos.
Algunas de estas pueden ser plantas tóxicas para muchos otros animales además
de que son difíciles de digerir. Pero los koalas tienen un sistema digestivo
especialmente adaptado para su consumo que permite descomponer la hoja para
que no sea perjudicial para ellos. Esas hojas también son pobres en proteínas,
azúcares y otros nutrientes.
Casi no beben agua, ya que las hojas de eucaliptos contienen toda el agua que
necesitan. Solo beben en caso de sequía.
La alimentación de los koalas proporciona escasas calorías y por ende, ellos no
pueden saltar y correr con la energía de un canguro. En vez de ello se ven en la
necesidad de ahorrar energía mediante 18-22 horas de sueño al día y una baja
tasa metabólica. Se ha descubierto que algunos vuelven a masticar el alimento
parcialmente digerido (proceso llamado regurgitación), lo que ayuda a obtener
más energía de las hojas.
Todos los días pueden consumir de 0.5 a 1 kilo de comida, pero por lo regular
comen entre 600 y 800 gramos de hojas. Para alcanzar esta cantidad, los koalas
pasan casi todo su tiempo sobre los árboles, pero solo unas 4 horas de forma
activa. Al momento de comer usan una pata para acercar alguna rama a su nariz y
olerla en su intento por reconocer una especie comestible. Después puede
seleccionar una hoja y entonces comenzar a triturarla con sus molares. Si lo
prefiere, almacena un poco de hojas en las mejillas para comer posteriormente.

Sociabilidad
Los koalas viven la mayor parte del tiempo en los árboles, solo bajan al suelo para
cambiarse de árbol ya que en el suelo son muy torpes.
Son animales asociales y dedican sólo 15 minutos al día a comportamientos
sociales. En Victoria su área de acción es pequeña y muy solapada, mientras que
en el centro de Queensland es más grande y menos solapada. La sociedad de
estos animales parece estar formada por «residentes»(mayoritariamente
compuesta por hembras adultas) y «de paso» (compuesta por machos). Los
machos residentes parecen ser territoriales y dominan a otros machos con su
mayor tamaño corporal. Los machos alfa tienden a establecer sus territorios cerca
de hembras reproductivas, mientras que los machos más jóvenes se comportan
de forma subordinada hasta que maduran y alcanzan su desarrollo corporal
completo. Los machos adultos se aventuran ocasionalmente fuera de su ámbito
territorial o área de acción, manteniendo su estatus. Cuando un macho se traslada
a un nuevo árbol, lo marca frotando su glándula pectoral contra el tronco o una
rama; también se les ha observado ocasionalmente orinando en el tronco. Este
comportamiento de marcado territorial probablemente sirve como comunicación
y hay constancia de que los individuos olfatean la base de un árbol antes de subir.
El marcado por olor es habitual durante los encuentros agresivos.
Los machos adultos se comunican con fuertes rugidos, sonidos graves
consistentes en inhalaciones parecidas a los ronquidos y exhalaciones resonantes
que suenan como gruñidos. Se cree que estos sonidos se generan con unos
órganos vocales únicos en esta especie. Debido a su baja frecuencia, estos rugidos
pueden recorrer grandes distancias a través del aire y la vegetación. Los emiten
durante cualquier época del año, pero especialmente durante la época de
apareamiento, cuando los utilizan para atraer a las hembras y posiblemente para
intimidar a otros machos. También anuncian su presencia a sus vecinos cuando se
cambian a un nuevo árbol. Con estos sonidos indican su tamaño corporal y son
capaces de exagerarlo, ya que las hembras prestan más atención a los rugidos de
los machos más grandes. Las hembras también emiten rugidos, aunque más
suaves, además gruñidos, gemidos y gritos. Estas llamadas se emiten cuando
están en peligro y para hacer amenazas defensivas. Los koalas jóvenes chillan
cuando cuando se ven en peligro. A medida que crecen, el chillido se convierte en
una especie de grito producido tanto cuando se sienten angustiados como para
mostrar agresividad. Cuando otro individuo se sube sobre él, emite un gruñido
bajo con la boca cerrada. Los koalas muestran numerosas expresiones faciales.
Cuando gruñe, gime o chilla, riza el labio superior y dobla las orejas hacia
adelante. Durante los gritos retraen los labios y las orejas. Las hembras mueven
los labios hacia adelante y levantan las orejas cuando están inquietas.

Gestación y desarrollo
El período de gestación tiene una duración de 33-35 días y las hembras
normalmente paren una sola cría. Al igual que todos los marsupiales, las crías
nacen cuando todavía están en la etapa embrionaria, con un peso de tan sólo
entre 0,5 y 2 g, aunque ya tienen labios, hombros y extremidades relativamente
bien desarrollados, así como sistemas respiratorio, digestivo y urinario
funcionales. El neonato se arrastra hasta el marsupio de su madre para continuar
su desarrollo. A diferencia de la mayoría de los marsupiales, el koala no limpia su
bolsa.
La hembra tiene dos pezones y la cría se agarra a uno de ellos para mamar
durante todo el período de su vida que pasan en el marsupio. El koala tiene una
de las tasas de producción energética de leche en relación con su tamaño corporal
más baja de todos los mamíferos; para compensarlo, el período de lactación se
prolonga hasta los doce meses. A las siete semanas de edad, la cabeza de la cría
comienza a crecer en proporción al cuerpo, comienza a desarrollarse la
pigmentación y puede determinarse su sexo, pues en los machos ya se aprecia el
escroto y en las hembras empieza a desarrollarse el marsupio. A las 13 semanas,
la cría pesa alrededor de 50 g y su cabeza ha duplicado su tamaño, los ojos
comienzan a abrirse y le crece una piel fina en la frente, la nuca, los hombros y los
brazos. A las 26 semanas la cría ya se parece a un adulto, está completamente
cubierta de pelo y comienza a asomar la cabeza fuera de la bolsa.
A medida que el joven se acerca a los seis meses de edad, la madre empieza a
prepararlo para su dieta de eucalipto predigeriendo las hojas y produciendo una
papilla fecal que el joven come de su cloaca; la composición de esta papilla es muy
diferente a la de las heces regulares, asemejándose más a los contenidos del ciego
y tiene una alta concentración de bacterias. La cría se alimenta de esta forma
durante aproximadamente un mes, recibiendo a través de esta papilla una fuente
suplementaria de proteínas mientras se produce la transición de una una dieta a
base de leche hasta una a base de hojas. El abandona por primera vez la bolsa
marsupial a los seis o siete meses de edad, cuando pesa entre 300 y 500 g, y
comienza entonces a explorar su nuevo entorno cautelosamente, aferrándose a su
madre como apoyo. A los nueve meses pesa más de 1 kg y desarrolla su color de
piel de adulto. Después de haber abandonado definitivamente el marsupio, se
monta a la espalda de su madre para trasladarse y aprende a trepar agarrándose a
las ramas de los árboles. Poco a poco va pasando más tiempo separado de su
madre, destetándose por completo a los 12 meses, ya con un peso de unos 2,5 kg.
Cuando la madre vuelve a quedar preñada, el vínculo con su descendencia
anterior se rompe por completo y se comporta de forma agresiva hacia los recién
destetados para que se se separen y se independicen de ella.

Salud y mortalidad
Pueden llegar a vivir de 13 a 18 años en la naturaleza, aunque los machos suelen
vivir menos que las hembras a causa de sus comportamientos más peligrosos.
Suelen sobrevivir a las caídas de los árboles e inmediatamente suben de nuevo,
pero se dan casos en los que pueden sufrir lesiones o incluso morir, sobre todo
entre jóvenes inexpertos o durante luchas entre los machos. Alrededor de los seis
años de edad, sus molares comienzan a desgastarse y disminuye su eficiencia para
mascar; con el tiempo las cúspides de estos dientes desaparecen por completo,
provocando la muerte del animal por inanición.
Los koalas tienen pocos depredadores; dingos y pitones grandes pueden cazarlos,
mientras que aves de presa como el nínox robusto o el águila audaz pueden atacar
a los jóvenes. Normalmente no sufren de parásitos externos, excepto las
garrapatas en las zonas costeras. Pueden sufrir sarna causada por el ácaro
Sarcoptes scabiei y úlceras cutáneas por la bacteria Mycobacterium ulcerans,
aunque ambas dolencias son poco comunes.

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