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RELACION ENTRE TRABAJO SOCIAL Y SALUD MENTAL

PRESENTADO A:
DOC. DIEGO PRIETO

PRESENTADO POR:
NURY ALEJANDRA BOLAÑOS
55151019

FUNDACION UNIVERSITARIA DE POPAYAN


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
PSICOPATOLOGIA
TRABAJO SOCIAL
IV SEMESTRE
2020
REFLEXION

Considerando que esta época de cuarentena ha sido difícil para cada una de las personas
creo que se debe tener en cuenta todo tipo de población sabiendo que las circunstancias
en las que nos encontramos; Los jóvenes entre 18 y 29 años son el grupo más afectado de
la muestra en su salud mental, Están preocupados: se acaban los ahorros, muchos no
tenían empleo antes de la crisis, otros estaban estudiando y ahora deben suspender.
Sumado a esto, el cambio en la manera en que nos relacionamos los ha golpeado. Esta
población manifestó haber sentido mayores niveles de ira, nerviosismo, inquietud e
impaciencia durante ese mismo periodo de tiempo, comparado con otros grupos de edad.
Es un primer intento de focalizar y conocer más de cerca lo que está viviendo la población
frente a las medidas no farmacológicas para enfrentar la pandemia. Las emociones y el
estado anímico están en juego: encontramos reacciones diferentes, que responden a
contextos sociales distintos.
Conocer los miedos es esencial para entender que, aunque deben existir medidas de
control, hay que enfrentar los efectos colaterales en cuanto a salud mental.
Las poblaciones de menos recursos, que pueden tener otras afecciones. Son poblaciones
de riesgo con condiciones que los limitaban desde antes de la pandemia: presión
económica o pérdida del empleo. Están más expuestos, pueden no tener acceso a
servicios básicos y deben salir a buscar sustento.
Seis meses después de la llegada de la pandemia, el país enfrenta otra crisis silenciosa: la
de salud mental. Uno tras otro, los estudios reportan un aumento de síntomas como
depresión, ansiedad, insomnio y abuso de sustancias psicoactivas. No solo por la amenaza
del virus, sino por el aislamiento social, la pérdida de la estabilidad económica y la
incertidumbre, la inseparable compañera en este tiempo, pero no extraña para Colombia,
dadas las condiciones de violencia. Eso no significa que las personas tuvieran trastornos
mentales, sino algún síntoma de ellos: tristeza, angustia, problemas de sueño, entre otros.

Este estrés tiene causas muy variadas y, sobre todo simultáneas: la gente siente la
amenaza física a la salud y la estrechez financiera, pero también el distanciamiento social
“que influye en que no podemos compartir esas angustias con los demás. A pesar de las
soluciones tecnológicas para conectar a la gente, el experto cree que no son suficientes;
Somos mamíferos que necesitamos vivir en manada para regularnos emocionalmente,
sentirnos protegidos y seguros, y esos códigos no son verbales; No poder reunirse genera
ansiedad y trauma psicológico por la prolongada exposición a la amenaza. “Si fuera rápido
pasa y ya, pero ya llevamos más de tres meses;

Cuatro grupos han resultado más afectados, Encabezan la lista las personas que han
estado directamente en contacto con el virus, como los que tuvieron que pasar 15 días en
una unidad de cuidados intensivos, pero también los médicos y el personal de salud, que
tienen una de las profesiones más estresantes incluso en tiempos normales. Ejercerla en
medio de una pandemia ha resultado en una carga adicional.
Los segundos más afectados, según el estudio, son las personas que ya tenían un
diagnóstico en salud mental o que biológicamente tienen más propensión a sufrir estos
síntomas Y, por último, el estudio considera a quienes siguen a diario las noticias de la
covid-19 por todos los canales mediáticos, que han visto sus trastornos mentales
exacerbados. El resto de la población, como muestran los estudios, también presenta un
aumento de algún síntoma mental. “Todos estamos estresados de alguna manera la gente
siente que su salud mental está alterada. Y así como ha pasado en Colombia, las líneas de
atención están saturadas por el estrés emocional de la gente. aumentan los suicidios y el
consumo de sustancias psicoactivas.

para quienes la pandemia representa un trauma sin precedentes en la historia reciente.


Los terremotos y los tsunamis son localizados y la gente sabe que puede escapar si tiene la
posibilidad de hacerlo. Y las guerras también son crisis largas, pero el enemigo se
reconoce, mientras que con la pandemia cualquier ser humano, hasta un familiar, es una
amenaza. Así no se sabe cómo se vivirá, Sugiere que solo se parece a la experiencia de los
secuestrados, aislados de todo contacto social. Eso le da pie para decir que va a haber
mucha ansiedad social y miedo a salir por temor a contagiarse o a volver a hacerlo.
Cualquier situación social o de aislamiento podría desencadenar síntomas de estrés
postraumático
La gente necesita sentirse segura. Hemos encontrado que muchos no van al médico así
tengan dolores fuertes, porque tienen miedo al contagio. Tenemos que ver cómo nos
transformamos como sociedad para crear más espacios de interacción. Esto es
fundamental dentro de la estructura de la salud mental.
Ante esa realidad solo sirve en este momento poner en práctica estrategias preventivas.
De todas –meditar, comer bien, hacer ejercicio y tener rutinas–, la más importante parece
ser la conciencia empática, que se define como entender el sufrimiento del otro en lugar
de causárselo. “Es la capacidad de darse cuenta de las emociones propias y de las del otro
y establecer un diálogo que satisfagan a ambos”.

INTERVENCION COMO TRABAJADORES SOCIALES

Como trabajadores sociales podemos intervenir en el transcurso de la pandemia teniendo


en cuenta que la mayoría de la población experimentarán una alteración en su salud
mental. La mayoría, sin embargo, serán pasajeras; Algunas de las características propias
de la enfermedad mental como: pérdida de identidad, el aislamiento, la falta de
motivación, la dificultad para establecer relaciones sociales, entre otras, pueden llevar a
situaciones de aislamiento y exclusión social, afectando tanto al individuo como a su
familia, haciendo necesaria la intervención de nuevas figuras aparte del personal sanitario;
y es cuando entran en escena psicólogos y trabajadores sociales. Otro aspecto a tener en
cuenta es que las personas con enfermedad mental suelen sufrir estigma y rechazo social,
haciendo necesario trabajar la normalización del individuo, para que no afecten sus
relaciones familiares y con su entorno social más próximo.
El trabajador social será uno más dentro del equipo interdisciplinar que gestionan cada
caso dentro de la salud mental, es por ello que gestiona cada expediente, analizando y
evaluando los aspectos que le competen. Su principal objetivo será que sus pacientes sean
capaces de desarrollar capacidades psicosociales adecuadas, para saber abordar su
situación personal, así como una capacidad para desarrollar sus recursos personales y los
que le ofrece el medio social, es decir, enseñarles a gestionar su nueva vida como
personas con un determinado problema.

Recomendaciones:

 Hable de cómo se siente: ayudará a liberar la tensión y a ponerse en el lugar del


otro.
 Mantenga una rutina: ocupará su mente y le hará sentir que tiene control de su
vida.
 Fortalezca su red de apoyo: las llamadas constantes con amigos y familia reducirán
el impacto de la soledad.
 Coma sanamente: estudios han vinculado la comida chatarra con más riesgo de
depresión.
 Haga ejercicio: libera endorfinas, ayuda a la concentración y mejora el humor y la
memoria.
 Evite los excesos: comer y beber de más solo dan un alivio pasajero. A largo plazo
pueden generar hábitos difíciles de dejar.
 Descanse: el encierro cambió la forma de trabajar, pero es importante encontrar
espacios para desconectarse.
 Busque ayuda: si presenta síntomas permanentes como insomnio o falta de
apetito o motivación es tiempo de consultar a un experto.

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