Está en la página 1de 1

Vivimos en una época de ilustración.

Falta todavía mucho para que, tal como están


las cosas y considerados los hombres en conjunto, se hallen en situación.

Pero ahora es cuando se les ha abierto el campo para trabajar libremente en este
empeño, y ercibimos inequívocas señales de que van disminuyendo poco a poco los
obstáculos a la ilustración general o superación, por los hombres, de su merecida
tutela. En este aspecto nuestra época es la época de la Ilustración o la época de
Federico.

Se ha postulado que los académicos suelen incurrir en prejuicios acerca de los


hechos de su tiempo a causa de que están involucrados en sus propias sociedades.
Por tal razón, mientras más atrás se remonten en la historia, más neutrales podrían
ser. Además, la realidad objetiva del archivo se impone en el estudioso; no hay
allí nada que sea reciente y por ende sospechoso.

Los historiadores a trabajar en los campos que les resultan más familiares, y de
allí la tendencia preponderante a trabajar en las historias de sus propios países.

Las contribuciones de Bourdieu

Analizar sociológicamente la realidad, explica Bourdieu, supone reformularla según


ciertos parámetros que nos resultan relevantes. Ese trabajo permite clasificar a
todos los individuos según idénticos criterios. Por supuesto, existen múltiples
maneras de clasificar a los individuos en un marco científico de análisis. Bourdieu
asume como evidente la pluralidad científica en el proceso de construcción de
nombres en sociología. Esos nombres no son como los nombres de uso cotidiano: no
designan individuos empíricos con sus personalidades complejas y difíciles de
cernir en un conjunto de predicados. Un nombre científico designa un conjunto de
propiedades que producen efectos en un campo. Bautiza así a a los agentes como
individuos epistémicos

También podría gustarte